Alianzas Productivas Como Estrategia para Mejorar La Seguridad Alimentaria y El Desarrollo Rural
Alianzas Productivas Como Estrategia para Mejorar La Seguridad Alimentaria y El Desarrollo Rural
Alianzas Productivas Como Estrategia para Mejorar La Seguridad Alimentaria y El Desarrollo Rural
16. En el sector agrícola y de los recursos naturales, en general, los incentivos para formar
vínculos no se encuentran siempre presentes sino más bien dependen de determinadas
condiciones productivas previas, como el entorno y la naturaleza de los productos en
cuestión y los procesos implicados en la transacción. Suponiendo que las condiciones agro-
climáticas son favorables para diversificar la producción agrícola, la disponibilidad de una
infraestructura física e institucional determina en gran medida las posibilidades de
establecer alianzas.
17. Las transformaciones estructurales llevadas a cabo en el sector durante una primera
etapa han situado a la mayoría de sus productores en una difícil situación. El vacío dejado
por la ausencia de mecanismos de coordinación que sustituyeran a los existentes al inicio de
las reformas supuso una elevación de los costos de transacción en términos de acceso a
información, crédito o redes comerciales, entre otros. Esta situación limitó claramente el
desempeño competitivo de los productores agropecuarios y forestales de la región, y
arriesgó su supervivencia en unos mercados en que la competitividad se había convertido
en la primera norma de participación. La constatación de estos hechos ha estimulado las
iniciativas que pretenden matizar el impacto de las "fallas del mercado" por medio de la
construcción de mecanismos de coordinación bajo el esquema de alianzas productivas.
18. El término "alianzas productivas" puede ser aplicado a una gran variedad de situaciones
y dimensiones, desde intercambios informales, compartir información y recursos, hasta
conformar nuevas entidades. Es importante considerar las alianzas productivas como un
proceso en vez de un resultado, dada la naturaleza dinámica y cambiante de las relaciones
de intercambio, de los objetivos, de las metas, y de las expectativas entre las partes.
20. Del mismo modo, las alianzas productivas involucran a diferentes actores en los
procesos productivos, quienes, en forma voluntaria, deciden vincularse para intercambiar
recursos, generando compromisos en la consecución de un objetivo común y cuya principal
virtud es agregar valor.
21. De esta forma es posible visualizar alianzas productivas como vínculos inter-
organizacionales en los sectores agrícolas y rurales, especialmente en los agronegocios.
Cada vez más grupos de pequeños productores en América Latina se articulan con sectores
agroindustriales y agrocomerciales a través de arreglos formales e informales, donde se
involucran los sectores gubernamental, empresarial y civil.
22. Otra forma de plantear las alianzas productivas en términos geográficos o de cadenas
productivas son los llamados conglomerados o "clusters". La concentración de un grupo de
pequeños productores o pequeños empresarios agroindustriales, que intervienen en
diferentes eslabones de la cadena productiva, puede obtener buenos resultados en un
proceso de división del trabajo y de especialización.
23. En general, las alianzas ocurren cuando las partes tienen un objetivo estratégico común,
es decir, cuando existe una intencionalidad específica para el beneficio mutuo. En la
agricultura estos vínculos ocurren entre etapas sucesivas de la cadena de suministro de
insumos, producción, elaboración y comercialización, denominados vínculos verticales. Sin
embargo, hay vínculos horizontales, como acuerdos o fusiones entre empresas del mismo
nivel de la cadena o la formación de asociaciones de productores, que pueden influir en los
vínculos verticales cambiando la influencia y el poder de negociación de las partes. Muchas
dificultades para la formación de vínculos verticales eficaces pueden explicarse por la falta
de objetivos y estructuras empresariales compatibles entre los pequeños productores, por
una parte, y los operadores del mercado, por la otra.
24. Es posible vislumbrar que la cooperación entre organizaciones puede tener muchas
otras formas e involucrar pocos o varios actores, y también distintos temas. La naturaleza
de las actividades puede ser tipificada por el grado de diversidad de los actores y/o por el
grado de especificidad de las actividades. Así, se pueden clasificar en simples las alianzas
formadas por no más de 2 o 3 actores y complejas, las integradas por múltiples actores. Por
otro lado, están las alianzas productivas monotemáticas, constituidas alrededor de un único
tema, y multitemáticas, que involucran diferentes temas (Véase Cuadro 1).
Cuadro N° 1
Ejemplo de alianzas productivas en América Latina
25. El proceso de construcción de una alianza productiva puede ser caracterizado en cuatro
fases, a saber: (i) motivación: los actores fijan sus necesidades de cooperación, diseñan una
estrategia y seleccionan sus potenciales contrapartes; (ii) creación: se establecen los
mecanismos de intercambio de los atributos entre las partes, en base a criterios de
transparencia, credibilidad y flexibilidad; (iii) maduración: se centra en el proceso de
monitoreo de los intercambios y en la extracción de utilidades; su éxito depende de la
claridad con que anteriormente se hayan establecido los derechos y las obligaciones entre
las partes; y (iv) disolución: se da una vez logrados los objetivos propuestos o cuando los
mecanismos establecidos se revelan disfuncionales y, por ende, los objetivos de la alianza
no son alcanzados.
26. Para enfrentar los desafíos de la globalización y los cambios estructurales, existe una
clara tendencia al uso de esquemas de vinculación entre productores y agroempresas, lo que
necesariamente está influyendo en la evolución de las cadenas agroalimentarias e
induciendo una mayor coordinación vertical. Actualmente, la competencia es la principal
condición para la participación en los mercados, lo que ha profundizado las diferencias
entre agentes productivos con capacidad para competir y los que carecen de condiciones
para hacerlo, debido a los elevados costos. Entre las múltiples formas de vinculación que se
han identificado destacan los contratos, las asociaciones, los servicios financieros no
formales y los esquemas de apoyo entre los propios productores. Incluso se están
configurando formas novedosas de negocios a través de esquemas tradicionales como las
cooperativas. Estas formas de vinculación pueden ser vistas como un punto intermedio en
los mecanismos de coordinación del mercado. A este tipo de vinculaciones es lo que
llamamos alianzas productivas.
27. Una modalidad particular de las alianzas productivas es la agricultura de contrato. Esta
puede ser definida como acuerdos entre productores y empresas (agroindustrias,
agronegocios, etc.) como también entre productores que especifican condiciones de
producción y/o de comercialización de un determinado producto. En este sentido, la
agricultura de contrato no es sólo la producción de materia prima sino relaciones de
integración hacia atrás, en los aspectos productivos y distribución de insumos, así como
hacia adelante en lo que concierne la industrialización y la comercialización. La forma y los
términos de los contratos pueden variar dependiendo del producto, productores, empresas y
agronegocios. En el nivel más simple, una empresa ofrece a los productores un contrato
antes de la siembra para asegurar parte o la totalidad de la futura cosecha, fijándose a
menudo los precios de antemano. A niveles más avanzados, las empresas pueden proveer
insumos, preparar la tierra, proporcionar servicios de extensión, embalaje y transporte. En
casos extremos, la empresa puede llegar a absorber tales responsabilidades y el productor
pasa a ser un trabajador de su propia tierra.
28. Estos contratos representan, en distinta medida, oportunidades y riesgos para ambas
partes. Entre las razones identificadas para que los productores opten por esta vinculación
se pueden mencionar las siguientes: estabilidad de los ingresos; seguridad del mercado;
crédito y financiamiento; y acceso a insumos y servicios técnicos. En cuanto a las
empresas, la relación contractual les permite intervenir en el proceso de producción y
ejercer control sobre dicho proceso, reduciendo los costos de producción y de transacción;
acceso a productos a precios más bajos; control del suministro de insumos; respuesta
oportuna a las demandas del mercado; y diversificación de sus operaciones comerciales.
Entre los riegos para el productor destaca la variabilidad de los ingresos por el excesivo
riesgo del mercado y/o la rebaja por la empresa del grado de calidad de la producción. La
empresa enfrenta el riesgo de una desigual calidad del producto; cierto grado de
dependencia de los productores; y el peligro de que ante fluctuaciones en los precios los
socios no cumplan sus compromisos y vendan al mejor postor. Las vinculaciones funcionan
bien cuando, a pesar de estos riesgos, se crean relaciones de confianza, lealtad y
credibilidad entre los productores y la empresa (Véase Recuadro 1).
RECUADRO N° 1
Algunos factores que incentivaron a las empresas agroindustriales para el uso de contratos
fueron: la perecibilidad de los productos; el valor unitario y la permanencia de los cultivos
en el terreno; la necesidad de procesamiento y la variabilidad de la calidad de los productos.
Para el pequeño productor, en cambio, los aspectos favorables del uso de contratos son:
contar con un mercado seguro, generalmente con un precio preestablecido; disponer de
asistencia técnica; ofrecer productos de alto valor agregado; optimizar el uso de mano de
obra familiar y la posibilidad de extender las nuevas habilidades a otros cultivos, así como
tener acceso a los medios de producción pertenecientes a la firma.
Se distinguieron dos tipos de contratos diferentes, ambos acuerdos escritos. Primero los
contratos con servicios, a través de los cuales las empresas entregaban un paquete
tecnológico a los productores incluyendo en éste especificaciones de calidad, supervisión
técnica estricta, provisión de insumos (plántulas, químicos etc.), maquinaria y
financiamiento. En menor grado existían contratos sin servicios a través de los cuales el
productor sólo recibía las plántulas, y se regía según las especificaciones establecidas por la
empacadora.
29. Otra de las formas de vinculación entre los productores y los agronegocios surge a
partir del cambio en las condiciones de mediación financiera rural entre los pequeños
productores y empresarios rurales y el sistema bancario formal. La dispersión de los
clientes y los pequeños volúmenes de los préstamos condicionan altos costos financieros de
transacción, tanto para los prestatarios como para la banca. A lo anterior se suma la
percepción de que las operaciones con pequeños clientes rurales implican mayores riesgos,
lo que ha limitado la utilización de los canales financieros formales. Esta situación ha dado
lugar a la aparición fuentes alternativas de crédito no formales, tales como el
financiamiento por medio de los agentes proveedores de insumos; de compradores del
producto agrícola; autofinanciamiento con recursos de las cosechas de los propios
productores; las asociaciones de ahorro y crédito; financiamiento a nivel comunitario (cajas
de ahorro); y los prestamistas rurales tradicionales (Véase Recuadro 2).
RECUADRO N° 2
Un estudio realizado por Colin Poulton et al. examina intermediarios financieros desde la
perspectiva de fallas de mercado en relación al crédito y también a los insumos estacionales
(semillas mejoradas, plaguicidas agrícolas y fertilizantes), en el contexto de la liberalización
del mercadeo agrícola. Aplicado a la falla del mercado del crédito rural y los insumos en los
países en desarrollo, esto significa construir mecanismos para facilitar la selección de
pequeños prestatarios potenciales, el monitoreo del cumplimiento contractual y su ejecución
en caso de incumplimiento. Observaciones de campo en el ámbito de este estudio han
permitido identificar situaciones donde el sector privado comercial ha desarrollado tales
mecanismos. En particular, la interdependencia entre la provisión de insumos y los
productos cosechados ha resultado, en términos generales, una manera eficiente de facilitar
los servicios de mercadeo en la pre-cosecha para los pequeños productores. Indica además
que, en la mayoría de las circunstancias, la interdependencia trae beneficios tanto para los
comerciantes como para los productores, siempre que exista un cierto equilibrio en el poder
de negociación entre las partes. Entre estos determinantes críticos del poder de negociación
entre productores agropecuarios y comerciantes se pueden determinar: a) el grado de
competencia entre los comerciantes; b) el grado de inversión en bienes específicos de
comerciantes y productores; c) las fuentes alternativas de crédito disponible para los
productores; d) las oportunidades alternativas de ingresos disponibles para los productores;
e) la disponibilidad de información de mercado a nivel de finca; f) el grado de
organización/cooperación entre los productores; y g) la capacidad de almacenamiento de los
productores, además del tipo de cultivo. Uno de los incentivos más eficaces para el pago de
los préstamos es la amenaza de no tener acceso a préstamos futuros. Por lo tanto, los
comerciantes deben garantizar la disponibilidad de estos préstamos para poder premiar a los
usuarios cumplidores de sus obligaciones. A partir de esta perspectiva, una importante meta
en la promoción y la regularización de la liberalización del mercadeo es fomentar el
desarrollo de empresarios locales, tanto para comerciantes que operan en el extremo
superior de la cadena de mercadeo como para comerciantes intermediarios que operan en el
extremo inferior de la misma. Se concluye además que estas indicaciones ayudarán a crear
condiciones propicias para la provisión de servicios pre-cosecha a través de transacciones
"interdependientes".
http://www.rlc.fao.org/prior/desrural/10051.htm
30. El ingrediente fundamental para que tengan éxito vinculaciones de esta naturaleza es la
confianza mutua entre las partes. Uno de los principales problemas que han limitado su
funcionamiento es que los productores no pagan. Ahí surge uno de los principales vacíos
que atenta contra estos esquemas financieros y contra otras formas de asociación
productiva, esto es, la falta de mecanismos para dirimir controversias, que no
necesariamente tienen por qué ser judiciales sino que podrían ser instancias de mediación o
arbitraje.
31. En los casos en que no se puedan establecer fácilmente vinculaciones, se puede alentar
a los productores a ayudarse a sí mismos diversificando su producción y organizándose
para la adquisición de insumos, servicios financieros y comercialización de sus productos.
Los organismos de desarrollo están promoviendo métodos de autoayuda que implican
niveles de tecnología sencillos y recursos financieros externos. Estos métodos no sustituyen
las agroindustrias o agroempresas, pero apoyan funciones menos especializadas, como la
elaboración primaria, el transporte local y el almacenamiento de insumos y productos
durante plazos cortos.
RECUADRO N° 3
De acuerdo al nuevo enfoque de trabajo junto a las comunidades, existe un fuerte incentivo a
la constitución de grupos de productores capacitándolos para enfrentar la toma de decisión y
actuación frente a los nuevos escenarios. De esta forma, una de las acciones de los proyectos
FAO ha sido establecer mecanismos de coordinación entre actores, lo que permite a los
pequeños productores acceder a la compra de insumos para la producción. La compra
colectiva de insumos ha permitido aumentar el rendimiento y la relación beneficio/costo a
niveles de finca, generando una mejora en los ingresos de los pequeños productores de la
región.
Además, en varios proyectos FAO existe una mayor participación de los beneficiarios, como
es el caso de proyectos destinados al manejo de recursos naturales. En el caso específico de
aquellos que tienen relación con el sector forestal, se han establecido grupos en el ámbito
comunal para la producción de insumos y planes de manejo forestal para sustituir, de ser el
caso, los cultivos ilícitos.
RECUADRO N° 4
Desde 1999, la FAO ejecuta el proyecto "Consorcio de Centros de Referencia para la Venta
de Servicios en Poscosecha" con el propósito de buscar la sostenibilidad de una propuesta
del manejo poscosecha por medio de su institucionalización, con fundamento en los
proyectos anteriormente ejecutados por la FAO (1990 y 1998).
35. Las cooperativas son una modalidad de vinculación entre los propios productores. En
las últimas décadas se han multiplicado en la Región organizaciones cooperativas de
crédito, producción, exportación, capacitación, venta de servicios, sistemas colectivos y
comercialización -local y a gran escala, así como para la adquisición de insumos,
maquinaria y equipo. Su permanencia, muestra, sin lugar a dudas, la existencia de un sector
económico organizado que puede dar respuestas innovadoras para enfrentar los desafíos del
sector rural. Los servicios gubernamentales, organismos donantes y ONGs pueden ayudar a
identificar "cooperativas embrionarias" ya existentes de productores, y apoyarlas para
desarrollar su organización. La finalidad debe ser ayudar a los grupos a definir sus
objetivos -la movilización del ahorro u operaciones poscosecha específicas- a fin de
garantizar la coherencia y continuidad del grupo, y ayudarlos a establecer estructuras y una
organización grupal. En el transcurso del tiempo, tales grupos pueden lograr una mayor
madurez organizativa que les permita obtener economías de escala, emprender sus propias
actividades empresariales y conseguir acceso a créditos oficiales. Los servicios de
extensión gubernamentales y el personal de las ONGs podrían actuar como facilitadores de
grupos. El apoyo a las organizaciones de productores es quizás el principal aporte que los
gobiernos y los organismos internacionales pueden hacer para promover la integración de
los pequeños productores con las agroempresas.
38. Durante los últimos años ha sido cada vez más evidente que el desarrollo agropecuario
y rural se ha visto obstaculizado por múltiples vacíos institucionales. Por un lado, se trata
de deficiencias en las instituciones públicas. Pero más importante aún son las fallas en las
instituciones sociales que forman los pilares de una economía de mercado, como son los
derechos de propiedad o la libertad de contrato y de asociación. El reto para la política
pública, entonces, es proveer un ambiente donde la actividad económica rural se pueda
desarrollar, reforzando en el proceso la movilización de grupos sociales, aportando así a la
creación del capital social. Los gobiernos pueden apoyar instituciones, como un árbitro
independiente, o un servicio de referencia de los pequeños productores que certifiquen la
buena fe de los prestatarios o productores agrícolas (Véase Recuadro 5).
RECUADRO N° 5
Los estudios mencionados identifican algunas condiciones clave del desarrollo rural:
Fuente: "Vigorizando las instituciones para una nueva economía rural", estudios de caso en
Bolivia, Centro América, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, FAO/RLC, 1999-
2000. http://www.rlc.fao.org/prior/desrural/document/estudio.htm
39. Un factor importante para fortalecer el entorno para la construcción de alianzas
productivas es la seguridad de la tenencia de la tierra, toda vez que la regularización de los
derechos de propiedad es considerada como fundamental para el desarrollo de las actuales
reformas agrarias en la región. A la luz de las reformas estructurales, la reforma agraria en
algunos países de la región se ha materializado a través de programas de distribución de
tierras vía mercado, dejando atrás las políticas de distribución gratuita de tierras utilizadas
hasta la década de 1980. A partir de 1993, en Centroamérica se han promovido diversos
programas para atender la demanda de tierras, como por ejemplo en El Salvador (Banco de
Tierras, para atender a la gente afectada por la guerra civil), Guatemala (Fondo de Tierras)
y Honduras (PACTA) (Véase Recuadro 6).
RECUADRO N° 6
Con el fin de desarrollar un instrumento que facilite el acceso a la tierra por parte de
campesinos pobres a través de mecanismos de mercado se propuso el establecimiento del
Programa de Acceso a la Tierra (PACTA), el cual se basa en el principio de que el acceso a
la tierra se obtiene a través de transacciones de compra-venta. De igual forma, el programa
busca facilitar los medios necesarios (capital de trabajo, capacitación, tecnología) para que
los campesinos pobres puedan trabajar en forma productiva e insertarse en el mercado
agrícola de manera competitiva, a través de la creación de empresas agropecuarias viables.
40. Por lo tanto, frente a los mercados cada vez más complejos y la hetereogenidad del
mundo rural, la institucionalidad juega un papel fundamental en la promoción y el
fortalecimiento de las alianzas productivas en el sector agropecuario, forestal y pesquero.
Solo así será posible asegurar una verdadera seguridad alimentaria y un desarrollo rural
sostenible. La promoción de alianzas productivas para la seguridad alimentaria y el
desarrollo rural es una estrategia nueva que se empieza a construir. Diferentes arreglos de
alianzas productivas entre sectores de la economía aumentan la eficiencia de los esfuerzos
de desarrollo y expanden enormemente la capacidad de las comunidades para iniciar y
mantener sus propios esfuerzos de desarrollo.
V. Recomendaciones
42. Basándose en las consideraciones señaladas y teniendo en cuenta que la visión del
desarrollo rural ha ido evolucionando hacia una mayor interrelación de la agropecuaria y
los recursos naturales donde los actores productivos desempeñan un papel activo en el
cambio, se plantean las recomendaciones que se indican a continuación.
48. La estrategia para alcanzar la seguridad alimentaria y el desarrollo rural a través del
fomento de alianzas productivas se debe fundamentar en las experiencias exitosas y buenas
prácticas alcanzadas en la región.