El Requiem de Mozart - Estrada PDF
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El Réquiem de Mozart por Ton Koopman
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Perspectiva Interdisciplinaria de Música
El Réquiem de Mozart por Ton Koopman
Koopman nos ubica en el mundo clásico: los sonidos se duplica a la de Koopman, es cercana a la de éste en intención
reconocen como pequeñas micelas perfectamente y aporta una nueva vertiente en la búsqueda histórica al
independientes dentro de un conjunto acuo-oleaginoso. intercalar los propios gregorianos de la liturgia.
Lejos de las protagónicas interpretaciones a la Karajan
mezcladas a la tradición de la orquesta de Mahler, la -Jordi Savall grabó en 1991 el Réquiem, versión que sobresale
interpretación de Koopman es refinada y, como se ha también por el carácter historicista, la sobriedad de los tiempos
dicho, coherente con las proporciones de grupo instrumental y de la instrumentación, además de una cuidadosa selección
de la época. La estrecha relación entre partitura y sentido de voces.
dramático del texto litúrgico se refleja a través de la arquitectura
arquetípica del templo que evocan los metales y percusiones, Otras dos versiones, la de Christopher Hoogwood y la de
voces inflexibles del poder y la furia divinas, como en el Bernard Labadie, ensayan concluir la obra:
Dies Irae que juzga y amenaza, todo dentro de una velocidad
vertiginosa y violenta. Las cuerdas parecen identificar con -Hoogwood ejecuta la versión del Réquiem de Richard
fragilidad el duelo, como se escucha desde la introducción Mauder, quien rechaza el Sanctus, el Benedictus y la
hecha por el violonchelo solo. La intención emotiva no continuación de la Lacrimosa y se da a la tarea de terminar
prolonga un sepelio --como han hecho tantas otras versiones--: la obra en un estilo más congruente con lo que cree que
la muerte no es el funeral, sino el moribundo, testigo del Mozart hubiese hecho. Bernard Labadie interpreta la versión
propio fin, quebranto de la pérdida de realidad y de la acabada por Robert D. Levin y da una opción distinta de la
momentánea cordura. Filosóficamente, el sentido del duelo que ofrece Süssmayr. No obstante, ninguna de esas dos
en Mozart revela a un dios más cercano al hombre y a sus versiones es más lograda que la de este último ni tampoco
pasiones, iracundo o compasivo, equidistante entre el templo se aproximan a la intención dramática lograda por
límpido del barroco en Bach y el ideal ético de Beethoven. Koopman. Incluso, la versión escrita de Levin es en varios
momentos más superficial en intención dramática que la de
La versión de Koopman incluye las partes escritas Süssmayr. Un punto interesante de ambos ensayos por
cronológicamente después de la Lacrimosa --cuyo octavo terminar el Réquiem es que retoman el Amen iniciado por
compás es el último escrito de Mozart-- atribuidas a quien Mozart para suceder a la Lacrimosa.
tuvo el encargo mozartiano de concluir el Réquiem, Franz
Xaver Süssmayr (1766-1803): Sanctus, Benedictus y Agnus La versión de la New Berlin Chamber Orchestra, dirigida por
Dei, si bien difícilmente acabará la discusión acerca de la Christoph Spering, ofrece el interés de interpretar la versión
autoría de estos últimos movimientos. Existe una clara de Süssmayr para, posteriormente, ejecutar sólo lo escrito por
desigualdad cualitativa entre las partes que podrían atribuirse el puño y letra de Mozart. Apenas la orquestación escasamente
a la fantasía del alumno de Mozart y todo lo que antecede. especificada. Este documento histórico, atractivo para quienes
Los puristas piden interpretar sólo las partes y la orquestación buscan adentrarse en la biografía del compositor, no deja
del Réquiem que escribió Mozart, lo cual hace que el de impactar al ser idéntico en instrumentación y contenido
Confutatis comience sólo con un contrabajo, al que se a la versión que hicieron los amigos de Mozart cinco días
acopla el coro y, posteriormente, el corno junto a unos después de su muerte en la pequeña capilla de San
pocos instrumentos más. Por su parte, la tradición occidental Esteban. A la Lacrimosa siguen el Domine Jesu, el Hostias y
no transige con la imperfección de lo inacabado, falla el Communio y Amen fugado, en otro orden pero tal como
congruente con la vida misma. Koopman incluye todas las lo escribió Mozart, parte que se pensaba perdida o a la que
partes que habitualmente se atribuyen al Réquiem, pero se le negó importancia y que no incluyó Süssmayr. Algunos
Observatorio
hace una discreta frontera, silenciosa, entre el final de la tiempos en esta versión, como ocurre con otras versiones
Lacrimosa y el resto para recordar que cronológicamente -no historicistas posteriores a Koopman, parecen inspirados en
en el orden de la obra- aquélla es lo último escrito por la de éste; incluso exageran la velocidad sin aportar mayor
Mozart.3 interés, salvo el Confutatis en la versión de Brüggen, que
introduce un carácter vertiginoso.4
Algunas otras interpretaciones del Réquiem son de interés:
-La grabación de Franz Brüggen (2000), aun si su orquesta
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vol. 1 num. 1 septiembre 2006
El Réquiem de Mozart por Ton Koopman
Referencias bibliográficas
Hildesheimer, W. Mozart. Faber, M. (trad), Londres: Farrar,
Straus and Giroux,Paperback 1991.
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