El Requiem de Mozart - Estrada PDF

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La historia del Réquiem de Mozart, su misa inconclusa y

E
El Réquiem de Mozart por Ton Koopman

más conocida, está envuelta por anécdotas verídicas y también


Amadeo Estrada y Julio Estrada

Mozart estuvo enfermo durante cuatro meses: enfermó en


agosto de 1791, se agravó el 18 de noviembre y murió el 5
por la leyenda: Mozart ve la muerte aproximarse, representada de diciembre. Desde los primeros síntomas creyó haber
por un mensajero vestido de gris que encarga de manera sido envenenado con acqua toffana --veneno lento de origen
anónima la obra. Las referencias más rigurosas italiano-- por el mismo personaje misterioso que le había
(Hildesheimer, 1979, y Dictionnaire Mozart, 1990)1 no encargado el Réquiem (Dictionnaire Mozart, 1990). Nunca
encuentran en las cartas de Mozart motivos para pensar sabremos con rigor histórico las causas de su muerte, pero
que estuviese enfermo, a juzgar por la robustez del pulso él y Constanza acusaron a Antonio Salieri (1750-1825), quien
en su escritura en aquel momento. Contradictoriamente, confesó al final de su vida que lo había envenenado.
esas biografías dan una idea aséptica que intenta negar la Aunque el mismo tratamiento médico de la época haya
enfermedad que vive el compositor: escribir el Réquiem sido quizá lo que le condujera a la muerte, agravando un
sería una tarea más en este caso atractiva por el estímulo episodio de fiebre reumática o una infección renal, la
económico. La realidad fue distinta. percepción de Mozart contrarresta la visión aséptica y
abunda en una sensación autobiográfica de extinción. La
Es posible que Mozart tuviera dificultades considerables para aflicción de los últimos días de Mozart es notoria en la versión
escribir obras dramáticas, aun si legó algunas paradigmáticas. del Réquiem de Ton Koopman --1990, Erato, ASIN: B000005E74,
Su producción denota una mayoría de obras en modo grabación de un concierto en vivo--, cuyo carácter se liga al
mayor y un ínfimo número de obras en modo menor con un terror en el Dies Irae, al ritmo estertóreo en el Confutatis o
frecuente énfasis dramático.2 Al revisar sus obras inconclusas, al llanto que copia la Lacrimosa.
las escritas en modo menor constituyen la quinta parte. Si
correlacionamos algunas de las composiciones sobresalientes La trayectoria de este clavicembalista, organista, director de
en modo menor con los sucesos de su vida encontraremos orquesta y sobresaliente académico, se caracteriza por un
coincidencias notables con el drama personal: Sonata para violín rigor musicológico del que proviene una de las más extensas
y piano en Mi menor, y Sonata en La menor, 1778: enfermedad colecciones de microfilmes de documentos musicales antiguos.
y muerte de la madre; Idomeneo, Ré di Creta, 1780-1781, en la La Amsterdam Baroque Orchestra que dirige ejecuta con
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cual, Mozart decía, se encuentra el único pasaje que le llevaba instrumentos de la época, es congruente cronológicamente
a romper en llanto; Concierto para piano en re menor, K466, con Mozart y con la interpretación del Réquiem apegada a
de comienzos de 1785: el viaje de Leopoldo a Viena amenaza la discreción del estilo que recurre a una pequeña cantidad
la libertad del hijo, momento cercano a la peor enfermedad de de músicos, algo común en el periodo clásico, en el cual los
Mozart --fiebre reumática, septiembre de 1784--; Don Giovanni instrumentos, sin perder identidad, forman un todo. El coro
--re menor--, 1787: muerte del padre; Réquiem, re menor, 1791. es también pequeño, riguroso en las calidades sonoras y en
la pronunciación del latín que prevalecía en Austria en el
siglo XVIII. Los cantantes, Barbara Schlick -soprano--, Carolyn
Watkinson -contralto--, Christoph Prégardien -tenor--, y Harry
1 Hildesheimer, W., 1991. van der Kamp -bajo-- mantienen un terso equilibrio en el
Landon, H.C.R. (dir), 1990. ensamble.
2 El porcentaje de obras en modo menor acabadas frente al total de
obras terminadas es de 9.27% aproximadamente.

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Perspectiva Interdisciplinaria de Música
El Réquiem de Mozart por Ton Koopman

Koopman nos ubica en el mundo clásico: los sonidos se duplica a la de Koopman, es cercana a la de éste en intención
reconocen como pequeñas micelas perfectamente y aporta una nueva vertiente en la búsqueda histórica al
independientes dentro de un conjunto acuo-oleaginoso. intercalar los propios gregorianos de la liturgia.
Lejos de las protagónicas interpretaciones a la Karajan
mezcladas a la tradición de la orquesta de Mahler, la -Jordi Savall grabó en 1991 el Réquiem, versión que sobresale
interpretación de Koopman es refinada y, como se ha también por el carácter historicista, la sobriedad de los tiempos
dicho, coherente con las proporciones de grupo instrumental y de la instrumentación, además de una cuidadosa selección
de la época. La estrecha relación entre partitura y sentido de voces.
dramático del texto litúrgico se refleja a través de la arquitectura
arquetípica del templo que evocan los metales y percusiones, Otras dos versiones, la de Christopher Hoogwood y la de
voces inflexibles del poder y la furia divinas, como en el Bernard Labadie, ensayan concluir la obra:
Dies Irae que juzga y amenaza, todo dentro de una velocidad
vertiginosa y violenta. Las cuerdas parecen identificar con -Hoogwood ejecuta la versión del Réquiem de Richard
fragilidad el duelo, como se escucha desde la introducción Mauder, quien rechaza el Sanctus, el Benedictus y la
hecha por el violonchelo solo. La intención emotiva no continuación de la Lacrimosa y se da a la tarea de terminar
prolonga un sepelio --como han hecho tantas otras versiones--: la obra en un estilo más congruente con lo que cree que
la muerte no es el funeral, sino el moribundo, testigo del Mozart hubiese hecho. Bernard Labadie interpreta la versión
propio fin, quebranto de la pérdida de realidad y de la acabada por Robert D. Levin y da una opción distinta de la
momentánea cordura. Filosóficamente, el sentido del duelo que ofrece Süssmayr. No obstante, ninguna de esas dos
en Mozart revela a un dios más cercano al hombre y a sus versiones es más lograda que la de este último ni tampoco
pasiones, iracundo o compasivo, equidistante entre el templo se aproximan a la intención dramática lograda por
límpido del barroco en Bach y el ideal ético de Beethoven. Koopman. Incluso, la versión escrita de Levin es en varios
momentos más superficial en intención dramática que la de
La versión de Koopman incluye las partes escritas Süssmayr. Un punto interesante de ambos ensayos por
cronológicamente después de la Lacrimosa --cuyo octavo terminar el Réquiem es que retoman el Amen iniciado por
compás es el último escrito de Mozart-- atribuidas a quien Mozart para suceder a la Lacrimosa.
tuvo el encargo mozartiano de concluir el Réquiem, Franz
Xaver Süssmayr (1766-1803): Sanctus, Benedictus y Agnus La versión de la New Berlin Chamber Orchestra, dirigida por
Dei, si bien difícilmente acabará la discusión acerca de la Christoph Spering, ofrece el interés de interpretar la versión
autoría de estos últimos movimientos. Existe una clara de Süssmayr para, posteriormente, ejecutar sólo lo escrito por
desigualdad cualitativa entre las partes que podrían atribuirse el puño y letra de Mozart. Apenas la orquestación escasamente
a la fantasía del alumno de Mozart y todo lo que antecede. especificada. Este documento histórico, atractivo para quienes
Los puristas piden interpretar sólo las partes y la orquestación buscan adentrarse en la biografía del compositor, no deja
del Réquiem que escribió Mozart, lo cual hace que el de impactar al ser idéntico en instrumentación y contenido
Confutatis comience sólo con un contrabajo, al que se a la versión que hicieron los amigos de Mozart cinco días
acopla el coro y, posteriormente, el corno junto a unos después de su muerte en la pequeña capilla de San
pocos instrumentos más. Por su parte, la tradición occidental Esteban. A la Lacrimosa siguen el Domine Jesu, el Hostias y
no transige con la imperfección de lo inacabado, falla el Communio y Amen fugado, en otro orden pero tal como
congruente con la vida misma. Koopman incluye todas las lo escribió Mozart, parte que se pensaba perdida o a la que
partes que habitualmente se atribuyen al Réquiem, pero se le negó importancia y que no incluyó Süssmayr. Algunos
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hace una discreta frontera, silenciosa, entre el final de la tiempos en esta versión, como ocurre con otras versiones
Lacrimosa y el resto para recordar que cronológicamente -no historicistas posteriores a Koopman, parecen inspirados en
en el orden de la obra- aquélla es lo último escrito por la de éste; incluso exageran la velocidad sin aportar mayor
Mozart.3 interés, salvo el Confutatis en la versión de Brüggen, que
introduce un carácter vertiginoso.4
Algunas otras interpretaciones del Réquiem son de interés:
-La grabación de Franz Brüggen (2000), aun si su orquesta

4 Entre los intérpretes historicistas, Gustav Leonhardt no ha grabado aún


esta obra, de la cual se esperaría su reflexión profunda y rigor habitual. A
3 También escribió el Domine Jesu, el Hostias y el Amen fugado --que no su vez, Wilhelm Furtwängler, un reconocido intérprete del drama en música,
se toca en las versiones tradicionales, incluyendo ésta. no dejó una grabación del Réquiem.

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vol. 1 num. 1 septiembre 2006
El Réquiem de Mozart por Ton Koopman

La abundancia de datos históricos que aporta Ton Koopman


proviene de una búsqueda musicológica que sirve de
modo fiel al sentido dramático del Réquiem. Su interpretación
es una lección de música que se aproxima lo mismo al estilo,
al instrumental o al texto de la obra que a la emoción que
emana de su proceso creativo, una visión que ensaya integrar
la percepción del imaginario mozartiano y de su época.

Referencias bibliográficas
Hildesheimer, W. Mozart. Faber, M. (trad), Londres: Farrar,
Straus and Giroux,Paperback 1991.

Landon, H.C.R. (dir), Collins, D.(trad). Dictionnaire Mozart,


París: J. Clattès, 1990.

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Perspectiva Interdisciplinaria de Música

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