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Monedas durante la

II república y la
guerra civil española

Colección
Javier
Ovelleiro

1931-1939
Un poco de historia española
y guía para coleccionistas
A modo de introducción...
Soy consciente que, desde el momento que este escrito lo
envío mediante internet, será copiado y multiplicado. Me
parece muy bien y no tengo nada en contra.
A cambio pediría a todo aquel que lo lea y encuentre
algún error (que seguro que los hay) o conozca alguna
anécdota o dato histórico que pudiera ser añadido a este
texto que me lo envíe para poder hacer el texto más
completo o simplemente más ameno.
También estaría muy agradecido a todos aquellos que me
envíen alguna foto (a ser posible de buena calidad) de
alguna copia de estas monedas y que no esté ya incluida en
este trabajo.
Ruego que todos los comentarios y las fotografías me los
enviéis a mi dirección de correo electrónico:

[email protected]

-1- J. Ovelleiro
Situación de la masa monetaria en circulación hasta 1936
Antes de comenzar la guerra, el conjunto de monedas que circulaban por
España estaba compuesto por monedas de cobre y níquel con valores de 1,
2, 5, 10 y 25 céntimos y por monedas de plata de 0.50, 1, 2, y 5 pesetas.
Circulaban también billetes de valores superiores a 25 pesetas, ya que la
legislación vigente prohibía poner en circulación papel moneda de valor
inferior. El Banco de España emitía y avalaba estos billetes estando
respaldados por una cobertura en oro que tenía en depósito. Eran cheques al
portador del Banco de España con funciones similares a la moneda
metálica del Ministerio de Hacienda.

Las monedas de plata gozaban del carácter legal que les otorgaba el Estado
y del valor intrínseco del peso del metal del cospel sobre el que habían sido
acuñadas. A excepción de algunas monedas de 25 céntimos, la de 50
céntimos de 1926 y una peseta de 1933, las monedas que había en
circulación llevaban las efigies de Alfonso XII y Alfonso XIII.
Última moneda de peseta acuñada en plata. Durante la guerra civil ya no se utilizaría más
este metal para la acuñación sino monedas fiduciarias. Aparece Hispania sentada sobre un
pedestal con una rama de olivo. Algunos autores la interpretan como una alegoría de la
República.

Nada más comenzar la Guerra Civil el precio de la plata dejó de ser estable
y creció la inflación de papel moneda. El hecho de que el valor del metal
fuera superior al valor nominal de la moneda, motivó que las monedas de
peseta perdiesen su función de moneda fraccionaria, a la vez que
rápidamente se dio una acumulación de monedas en manos privadas que
causó una escasez de moneda fraccionaria en la calle. Para paliar esta
deficiencia de monedas que dificultaba el comercio del día a día se
experimentaron múltiples formas: vales al portador, pago con sellos de
correos, emisión de billetes de bajo valor nominal, certificados de plata en

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papel moneda, etc… incluso multitud de establecimientos, cooperativas,
sindicatos y cafés
acuñaron su
“moneda” propia La Rubia
que sólo era válida La verdadera
en el propio Hasta la Segunda República,
establecimiento. El las monedas de 1 peseta
fueron acuñadas en plata. La
hacer un recuento de primera peseta de metal no
todas las moda- precioso fue fabricada en
1937. En ella aparecía el rostro
lidades de pago que de una mujer como
existieron y representación de la
presentar los República.
Debido al color que transmitía a la figura la aleación de
distintos tipos de cuproniquel, estas monedas fueron conocidas popularmente en
acuñaciones se haría España como “la rubia”.
interminable. Por lo Esta forma de denominar a las monedas de 1 peseta perduró
hasta mucho tiempo después que siguieron llamándose así en
cual nos el lenguaje popular, aunque la efigie que representaban distaba
limitaremos a las mucho de merecer este sobrenombre.
acuñaciones de los
organismos oficiales de ambos bandos contingentes o aquellas monedas
que tuvieron aceptación más allá de los establecimientos que las mandaron
acuñar.

Un poco de historia

Tras el fracaso de la sublevación


del 17 de julio de 1936 en
Marruecos, las ideas de los
sublevados se extendieron con
distinta suerte por el territorio
español quedando España
dividida en dos zonas
enfrentadas. Una controlada por
el gobierno de la República
desde Madrid y otra dominada
por los militares sublevados que
crearon la Junta de Defensa
Nacional en Burgos el 24 de
julio y nombraron a Franco
como jefe de gobierno del Estado Español.
La Junta creó un Banco de España en Burgos el 4 de septiembre de 1936,
paralelo al Banco de España de Madrid controlado por los republicanos.
Ambos bancos negaron la validez del contrario y, de esta forma, se

-3- J. Ovelleiro
materializó la separación física de las dos pesetas enfrentadas, que también
se produjo a nivel internacional. Los alemanes e italianos reconocían la
peseta de Burgos, mientras que las demás naciones reconocían a la de
Madrid.

Problemas por la escasez de monedas fraccionarias

A pesar de que había diferencias entre estas dos pesetas enfrentadas, ambas
tenían los mismos problemas estructurales heredados: las monedas
fraccionarias de 0,50, 1 y 2 pesetas eran de plata y no había con qué
sustituirla si era acaparada por los particulares (debido a ser la única
moneda considerada válida en ambos territorios) o desmonetizada para
aprovechar el valor del metal por ser superior al valor nominal.

Los primeros en notar el problema fueron los pequeños comerciantes, las


cooperativas y las colectividades revolucionarias, que no podían devolver
cambio, por lo que empezaron a entregar mercancías como cerillas o tabaco
en lugar de monedas. Más tarde, muchos de estos establecimientos
sustituyeron este sistema editando vales y abonos. Algunos de ellos incluso
emitieron sus propios “vales metálicos” en forma de monedas que sólo eran
válidas en su establecimiento.
Poco tiempo después también tomaron la iniciativa algunos ayuntamientos
en ambos territorios.
La mayoría de
gobiernos municipales
que acuñaron monedas
estaban situados en la
zona republicana,
aunque existen varios
ejemplos de monedas
locales dentro de la Tanto en los billetes como en las monedas, cada uno
zona controlada por los de los bandos enfrentados utilizó una simbología que
resaltase los valores que defendían.
sublevados.
En un apartado especial deberíamos citar las monedas mandadas acuñar por
los gobiernos regionales: tanto en la zona norte de la península donde,
debido a pronto aislamiento respecto de Madrid que lograron las tropas
nacionales, emitieron monedas el Consejo de Asturias y León, el Consejo
de Santander, Palencia y Burgos y el Gobierno de Euzkadi; así como la
Mancomunidad de Menorca que estaba geográficamente también aislada.
Contemporáneos de estas emisiones citadas, también hubo ensayos
revolucionarios de vales cuya intención era acabar con la peseta y el
sistema monetario de intercambios; pero estas emisiones fueron escasas.

-4- J. Ovelleiro
La primera respuesta de ambos gobiernos contra la carencia de moneda
fraccionaria fue perseguir legalmente a los acaparadores y, un año después,
emitir la moneda necesaria con unas características distintas a la peseta
nacida en 1868.
Burgos puso en circulación una pieza de 25 céntimos de níquel en abril de
1938. El estado republicano, en marzo de 1937, previó la emisión de
monedas para sustituir a las de plata; pero esta medida tardó demasiado en
cumplirse porque se vio obligado a trasladar los talleres de la fábrica de la
Moneda a Valencia. Al final fue en una fábrica situada en Castellón donde
se acuñó la peseta de latón con la efigie de la República.

Un caso especial: cartones-moneda

Ninguna de las medidas tomadas por la república contempló una solución


efectiva para los valores por debajo de los 50 céntimos que padecieron una
crisis de circulación en 1938. Para resolver “provisionalmente” este
problema, dio permiso de circulación con carácter transitorio a unos
cartoncitos
circulares que
llevaban impreso
en el reverso el
escudo
constitucional y
pegado en el
anverso sellos de
correo o timbres
móviles de
Sello moneda con la efigie de Pablo Iglesias.
distintos valores
inferiores a 50 céntimos que cada ciudadano adquiría y pegaba a los
cartoncitos a su libre albedrío. Esta solución temporal del problema ya
había sido utilizada en otros países europeos entre los años 1915 y 1920.
Esta autorización transitoria del Ministerio de Hacienda preveía que, tan
pronto fuesen puestas en circulación las monedas fraccionarias previstas en
el decreto de diciembre de 1937, el Ministerio de Hacienda procedería a la
retirada de estos “sellos moneda”. Dicha acuñación de monedas
fraccionarias nunca llegó a realizarse por cuestiones bélicas y los cartones-
moneda siguieron circulando hasta el final de la guerra cuando fueron
ilegalizados por los vencedores.

-5- J. Ovelleiro
Monedas en circulación en el territorio español a partir de
1936
Moneda del Banco de España de Burgos

Ya antes comentamos que la única moneda que emitió el Gobierno de


Burgos fue la de 25 céntimos de níquel. De esta moneda se fabricaron en
Austria 42.000.000 de unidades.

Fabricada con
un diámetro de
25 mm. y un
peso de 7 gr. con
orificio central,
copiaba el
modelo de 25
cts. emitido
durante la
dictadura de
Primo de Rivera durante el reinado de Alfonso XIII en 1927.

Monedas del Banco de España de Madrid

Ya en 1934 la II República había utilizado este mismo modelo


representando los símbolos que mejor representaban sus ideales: La
república con un
ramo de olivo en
el anverso y
motivos
representando el
trabajo en el
reverso.
Tanto el material
como la forma y
el peso son
similares a la
anterior.

Con una forma similar, pero reduciendo el tamaño del diámetro a 22 mm. y
el peso a 4,90 gr., manda acuñar la República en 1938 a la fábrica de

-6- J. Ovelleiro
Castellón otra moneda de 25 cts., esta vez la emisión será realizada en
cobre.
Siguiendo con su
simbología tradicional se
representará en el
anverso un libro de
ciencia que, con su
fuerza, rompe unas
cadenas que se cruzan.
En el reverso vuelve a
repetirse el motivo de la
espiga de trigo.

El gobierno de Madrid mandó acuñar en hierro dos monedas con valores


inferiores a los antes citados:

Ya en 1937 se mandaron acuñar 10.000.000 de piezas de monedas de 5 Cts.


representando a la República en forma de busto de mujer con gorro frigio
(símbolo revolucionario). En el reverso se vuelve a reproducir el motivo de
las espigas de trigo enmarcando el valor facial de la moneda.
Estas monedas
tienen un peso de
3,75 gr. y su
diámetro es de 20
mm.
De estas monedas
existen dos
variantes que se
diferencian por el
tamaño de la cara
de la señora. En
una es tan grande
que el gorro llega
casi a tocar el
marco de la
moneda, mientras
que en la otra
deja claramente
un margen libre
entre el marco y
el gorro.

-7- J. Ovelleiro
En 1938 el gobierno prepara una edición de monedas en hierro de 10
céntimos con un peso de 3.75 gr. y un diámetro de 20 mm. en el que se ve
el escudo de España con la corona mural. Muchos autores consideran que
la emisión consistió entre 100 y1000 ejemplares, por lo que es una pieza
rarísima y alcanza muy alto valor en el mercado de los coleccionistas.
Datos como que se
empiezan a ver estas
monedas a partir de
1980 en público, su
novedoso diseño para
la época y la
inexistencia de
documentos de la
época sobre la
acuñación de esta
moneda, hacen que muchos coleccionistas la consideren inexistente. Desde
luego nadie la recuerda como moneda circulante.
Por último, además de las monedas de peseta de plata y la rubia que ya
hemos citado anteriormente, en estos años estaban en circulación las
monedas de 50 céntimos con un peso de 6 gr. y un diámetro de 23 mm. de
cobre, con la misma figura de la república que en las monedas de peseta y
el reverso con el valor facial rodeado con una orla de puntos o de
cuadraditos.
A causa de la escasez de
recursos, a partir de
1937 se siguen
emitiendo estas
monedas aprovechando
los antiguos troqueles
con que se acuñan en
distintos lugares, esto
conlleva que haya
ejemplares con las
estrellas anepígrafas e
incluso sin estrellas.
Por la combinación de los dos tipos de reverso antes citados y los cuatro
variantes de anverso (con estrellas anepígrafas, con las cifras 34 y 36 en su
interior y monedas que no tienen estrellas acuñadas), de estas monedas se
podrían encontrar teóricamente 8 variantes, sin embargo yo no he visto
nunca más de 6, faltando las monedas sin estrellas con puntos y la estrella
del 34 con cuadraditos en el reverso.

-8- J. Ovelleiro
Monedas en circulación en algunas zonas del territorio
español y emisiones locales.
Monedas emitidas en la zona republicana

Comencemos por las monedas que tuvieron validez en un espacio más


allá de un sólo municipio ya que fueron emitidas con un consejo que
agrupaba a varios dentro de un mismo territorio.

Ya en 1936 quedó la zona norte separada del gobierno central por las fuerzas nacionales
y enseguida se hizo notar la falta de moneda al no poder reponerla con las emisiones de
Madrid. Esto llevó a que los y gobiernos regionales emprendiera pronto la emisión de
moneda propia.
El departamento de Hacienda del Gobierno de Euzkadi aprueba en
febrero de 1937 la emisión de monedas de níquel de una y dos pesetas que
fueron acuñadas en Bélgica. Estas monedas mostraban en el anverso a una
matrona con gorro frigio, flanqueada por la leyenda “Gobierno de
Euzkadi”.

En este mismo decreto, en el


artículo 3, se especificaba que
“Estas monedas quedan
equiparadas a las monedas
oficiales para todos los efectos,
serán de curso forzoso en el
territorio sobre el cual ejerce su
autoridad el Gobierno de Euzkadi
y tendrán fuerza liberatoria en
toda clase de pagos.”
Debido a la gran calidad de la
emisión y a la abundancia de
estas monedas, no se conocen
copias o falsificaciones de estas
monedas, dependiendo su precio
en el mercado únicamente del
grado de conservación.

-9- J. Ovelleiro
El avance de las tropas de Franco dejó aislados los Consejos Regionales del
norte y a Menorca que, al no recibir moneda de Madrid o Castellón,
decidieron acuñarla por su cuenta bien a su nombre o al de la República.
Tal es el caso del Consejo de Asturias y León, que echó mano a fábricas de
Gijón y Guernica para la acuñación, o del Consejo de Santander,
Palencia y Burgos que recurrió a las fundiciones de Bilbao.

Una vez de-


limitados los
territorios de
España de los
sublevados y
los defensores
de la aun
existente
república, el
norte de
Palencia, así como una franja de territorio del norte de Burgos, quedó en la
que pronto se llamó zona roja y el resto de las provincias quedó en la que
se llamó zona nacional.
Estos territorios, en unión de la provincia de Santander, formó un gobierno
regional.
El día 8 de febrero de 1937 se
levantó acta de constitución del
Consejo Interprovincial de
Santander, Palencia y Burgos,
verdadero órgano de
autogobierno regional presidido
por el delegado de gobierno,
Juan Ruiz Olazarán. Este
consejo asumió las atribuciones
del gobierno de forma
provisional y llegó a emitir
moneda en nombre de la
república.

Igual a las anteriores, de estas monedas no se conocen falsificaciones. Sin


embargo si que existe una variante en las monedas de 50 céntimos, ya que
en una de ellas lleva las siglas del ensayador PJR debajo de las letras CTS
del reverso.
En esta misma cara, la leyenda “por la independencia” exalta los ideales
que defendía este consejo.

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El Consejo Soberano de Asturias y León fue una institución política
soberana e independiente proclamada en Gijón el 25 de agosto de 1937
bajo el trasfondo de la Guerra Civil.
Los avances de las tropas del general Franco en el frente norte tomando
Santander, llevaron a las autoridades republicanas en Asturias a declarar
soberano e independiente de la República Española al Consejo
Interprovincial de Asturias y León con intención de volver a integrarse
en ella "a la vista de los acontecimientos favorables que se produzcan en el
curso de la guerra".
La situación de aislamiento del frente del norte, a 200 kilómetros en línea
recta de las posiciones republicanas más próximas, con la subsiguiente
escasez de abastecimientos, al mismo tiempo que en Asturias se había
vivido una especie de revolución de carácter socialista con tintes libertarios
como consecuencia de la gran implantación que tenían la UGT y la CNT,
propició que poderes locales asumieran funciones que eran competencia del
Gobierno de la República, como el mando de las milicias o la acuñación de
monedas.

El 24 de agosto se firma el decreto que establece la soberanía de los


territorios administrados por el Consejo Interprovincial de Asturias y León
pasando a ser entonces el Consejo Soberano de Asturias y León. El 26 de
agosto saldrá publicado en la prensa dicho decreto.
El Consejo Soberano emitió también billetes divisionarios al no existir
moneda suficiente debido al aislamiento en el que se encontraba Asturias.
Estos billetes fueron conocidos popularmente como belarminos “en honor”
de Belarmino Tomás Álvarez que, aunque nació en Aguilar de Campos
(Valladolid), era el presidente del Consejo Soberano en ese momento.
Para solucionar el problema de la carencia de moneda fraccionaria, de una
forma más “ordenada”, el Consejo decidió la fabricación de moneda
metálica, de 50 céntimos, 1 y 2 pesetas, y posteriormente, ante la dificultad

- 11 - J. Ovelleiro
de lograr el metal y el alto coste del mismo, decidió, además, la emisión de
moneda de papel.
Como de las monedas anteriores, de estas tampoco se conocen
falsificaciones. Sin embargo existen un gran número de variantes de la
moneda de 2 pesetas con respecto a la forma que toman los arbustos y la
rueda dentada de la parte inferior izquierda del anverso.
Terminación de la rueda dentada

Diente entre PA Final del vestido entre PA


Ramas exteriores a la rueda dentada

Rama central con 10 hojas Ramas exteriores difuminadas Rama central con 9 hojas
Ramas interiores a la rueda dentada

8 hojas Difuminada 9 hojas 8 hojas y radio

- 12 - J. Ovelleiro
Estas variaciones pudieron deberse a que se realizaron con diversos cuños
simultáneamente, los cuales procedían de un punzón original que tenía
poco definida esta parte de la moneda. Cada uno de los cuños sería
retocado por separado, o incluso por operarios distintos, lográndose de esta
manera unos cuños finalmente diferentes.
Algunos coleccionistas definen hasta 10 variantes de esta moneda o incluso
más si se miran con mucho detalle, pero yo pienso que para poder
clasificarlas deberíamos tener en cuenta tres tipos de elementos
componentes de las monedas. La combinación de estos elementos puede
darnos el número total de monedas distintas que podrán encontrarse.
Lógicamente, cada uno de estos elementos se pueden encontrar en distintos
grados de claridad de acuñación, cosa que algunos coleccionistas también
catalogan como monedas distintas.
Menorca fue la única de las Islas Baleares en manos de la República. Como
el estado republicano no garantizaba el suministro de moneda, otras
instituciones, o los ciudadanos a título individual, cubrieron el vacío. La
alternativa más sencilla fue el trueque de mercancías que facilitó los
intercambios básicos entre particulares. Así, productos como el azúcar, el
alcohol o el tabaco se utilizaron como unidad de cambio. También algunos
municipios recurrieron al trueque.

Pero el trueque sólo era un recurso provisional y pronto surgieron otras


alternativas. Los primeros en promover una moneda que remplazara a la
estatal fueron los comerciantes. Por último, los ayuntamientos bajo el
nombre de Consejos Municipales de Menorca emitieron moneda metálica
en 1937 a nombre de la república. En Menorca se fabricaron cinco piezas
de latón cuyos valores iban desde los 5 céntimos hasta las 2,50 pesetas.
Aunque sólo se emitieron monedas en 5 valores distintos, existen variantes
en las monedas de 5 (con 4 y 5 frutos) y 25 céntimos (con 6 y 7 frutos) que
se diferencian claramente en el número de aceitunas que llevan en la rama
de olivo que enmarca el valor nominal. Por ese motivo, para aquellos

- 13 - J. Ovelleiro
coleccionistas que desean poseer todas las variantes, esta colección consta
de 7 monedas diferentes.

Dentro de la zona republicana también hubo municipios que emitieron


monedas que fueron válidas solamente dentro de su demarcación territorial.
Al ser generalmente emisiones de muy poca tirada, a la vez que debido a
las circunstancias marcadas por la situación bélica de los frentes, ha hecho
que de estas monedas no se conserven demasiadas.
Esta circunstancia a llevado a que esas monedas se coticen a un alto precios
entre los coleccionistas y, por lo tanto, ha llevado a que existan gran
número de falsificaciones y copias de las mismas.
Favorecidos también porque estas emisiones se realizaron con unos medios
técnicos precarios y de una relativa facilidad para poseerlos hoy en día, se
pueden encontrar copias de todas las monedas de esta época. Estas copias,
en muchos casos, son muy difíciles de identificar debido a que el peso, el
tamaño y los materiales son idénticos a las originales y sólo pueden ser
reconocidas tras una muy intensa observación de cada una de los elementos
decorativos que componen las monedas.
Como ayuda para los coleccionistas pondremos a continuación fotos de las
monedas auténticas, y advertimos a los coleccionistas que si observan una
mínima diferencia entre sus monedas y las representadas en las fotografías
tengan la seguridad de que se trata de copias.

Un segundo apartado de monedas dentro de la zona controlada por la


república serían las que tuvieron validez exclusivamente dentro de un
municipio o, como mucho, en los alrededores del mismo.

Deberíamos hacer una mención


especial dentro de este apartado
a municipios dependientes de la
Generalitat de Cataluña.
Si en muchos municipios y
colectividades revolucionarias
la emisión de moneda
constituyó un acto de
afirmación política, esta
dimensión resultó aún más
evidente en el caso de la
Generalitat de Cataluña, que vio en la moneda un instrumento de
construcción nacional.

- 14 - J. Ovelleiro
La Generalitat emitió sus propios billetes en virtud de un decreto del 21 de
septiembre de 1936, que Josep Tarradellas, su consejero de Finanzas,
justificó por la quiebra de la moneda estatal. Pero la resolución se enmarcó

en el contexto de un conjunto de medidas dirigidas a capturar


competencias estatales, entre las que destacaron, en el ámbito monetario, la
intervención de las delegaciones del Banco de España y del Ministerio de
Hacienda en Cataluña, así como la incautación de sus depósitos de oro y
divisas

La Generalitat fue la primera institución local que emitió billetes en


territorio catalán; los municipales llegarían más tarde. La moneda regional
no cubrió los valores inferiores a 2,50 pesetas y ello explica, en cierta
medida, la eclosión de billetes locales menores.

En definitiva Cataluña contó durante la guerra con un sistema monetario


propio, distinto del nacional, articulado en tres tramos: los municipios
emitieron los valores pequeños, desde los céntimos hasta las 2 pesetas; la
Generalitat los valores intermedios, entre 2,50 a 10 pesetas, y los billetes
ordinarios del Banco de España, entre 25 y 1.000 pesetas formaban el
estadio superior en el Principado.

Todo esto respecto a la emisión de moneda en Cataluña, pero la mayoría se


emitió en papel bajo diversos nombres (bonos, certificados, fianzas

- 15 - J. Ovelleiro
municipales, pagarés, resguardos, vales, valores de cambio, etc.) y no
forman parte de nuestra atención en este escrito.
Solamente acuñaron metal en Cataluña los municipios de Arenys de Mar
(aluminio) y L ́ Ametllá de Valles (aluminio y latón) en la provincia de
Barcelona, Olot (hierro) en Gerona y Nulles (Cinc y latón) y Segarra de
Gaiá (cobre, níquel y latón) en Tarragona.

Este último municipio citado podríamos utilizarlo como ejemplo de una


situación que se repitió mucho en Cataluña:
Antes de la guerra, en Cataluña 129 municipios tenían nombre de santo;
112 de estos lo modificaron y casi todos lanzaron billetes.
Aquellos
municipios que
habían roto con el
pasado quitando de
sus topónimos las
palabras vinculadas
a la iglesia o a la
monarquía
proclamaron el
cambio a través de la moneda, eficaz vehículo de propaganda. De todos
estos municipios el único que emitió moneda metálica fue Santa Coloma
de Queralt.

El único municipio de la zona republicana que emitió moneda metálica


fuera de Cataluña fue el Consejo Municipal de Ibi (Alicante) que
aprovechó su industria del metal para emitir varios tipos de ellas: de 1
peseta y de 25 céntimos, aunque de estas últimas, existieron varios
modelos. En la sesión del día 24 de junio de 1937, el Consejo Municipal
aprueba acuñar 10.000 piezas de lo que sería la moneda de 1 peseta.
En el caso de las monedas de 25 céntimos, nos encontramos diversas
variedades:

- 16 - J. Ovelleiro
En la sesión municipal del 2 de noviembre de 1937, se acuerda acuñar
monedas de 25 céntimos por cantidad de 10.000 piezas. En el reverso de la
moneda y como fondo del valor facial se observa lo que parece ser un
mapa de la península ibérica, con la división de sus regiones.
En el anverso aparece una mujer con gorro frigio, que representaba la
República, rodeada por dos espigas de trigo, y el año de emisión.
Retomando el tema de las monedas acuñadas en Ibi en el año 1937, vamos
a ver los 2 modelos que nos faltaban, ambos con el valor de 25 céntimos,
pero con reversos ligeramente diferentes.
A pesar de la emisión de las 10.000 piezas de 25 céntimos que ya vimos,
ésta no fue suficiente para cubrir las necesidades de la población, ya que
estas monedas eran también utilizadas por los municipios limítrofes, con el
perjuicio evidente para los habitantes de Ibi que se quedaron sin suficiente
moneda. Así pues, se hace una nueva emisión de 10.000 piezas de 25
céntimos, con idénticas características para el anverso.
Ahora bien, para el reverso se utilizan dos cuños con una pequeña
diferencia: además de que ya no aparece el mapa, el ángulo inferior del
número "2" del valor
"25" en un caso apunta
a la letra "C" de la
palabra "CENTIMOS"
y en otro caso apunta
al espacio entre las
letras "CE".
De las monedas de
peseta existen también
algunas rarísimas
piezas acuñadas en níquel y no solamente con un baño de este metal.
Posiblemente esta fue su intención primigenia, pero al comprobar que,

- 17 - J. Ovelleiro
debido a la dureza del metal, se dañaban rápidamente los cuños decidieron
continuar la emisión en cobre por ser un metal más maleable.

Monedas emitidas en la zona nacional


Dentro de este apartado, los únicos municipios donde se emitió moneda
metálica pertenecen todos ellos a la provincia de Sevilla.
A nivel anecdótico diremos que existen en el mercado de los coleccionistas
dos municipios donde , supuestamente, también se emitió monedas en esa
época (Moguer y
Trebujera) pero,
como muy bien
argumenta Luis
Barrera Coronado
en su libro “La
moneda de
necesidad en la
provincia de
Sevilla”, esas dos
monedas no son más que intentos recientes de engañar a los coleccionistas.
El estudio antes citado es tan extenso y bien fundamentado que
simplemente me bastará hacer un resumen de lo que el autor relata sobre
las monedas de esta zona para completar este estudio presente.
Aunque parezca absurdo comenzaremos esta serie por una moneda que en
realidad no lo era: El real de
Marchena.
Esta pieza es en realidad un
vale emitido por encargo de
una fábrica de gaseosas y
fueron realizadas por el señor
Antonio Pliego, a la sazón
fontanero en el pueblo, con
unos disco metálicos traídos de
la fábrica militar de Sevilla.
Los precarios medios de que
disponían para punzar estas
monedas, dio como resultado
unos discos muy mal
estampados. Esto puede servir
a los coleccionistas para
distinguir las falsificaciones: siempre que encuentren una de estas monedas
que sean perfectamente legibles, es que es falsa.

- 18 - J. Ovelleiro
Lo curioso de este vale-moneda fue la gran aceptación que tuvo en el
pueblo y los municipios limítrofes, a pesar de no tener respaldo oficial de
ninguna clase. El éxito de las monedas de esta fábrica se debe no sólo a la
carencia de monedas fraccionarias, sino también a que sus gaseosas tenían
una magnífica aceptación en todos los pueblos del entorno.
Debido a la gran demanda (amparada por el aval de las gaseosas) de estas
monedas se hicieron muchas de la monedas de 25 Cts. siendo una moneda
que no es difícil de encontrar. No es así con una moneda que emitieron con
el facial 025 C que es muy rara, de la cual se piensa que se hizo una
pequeña tirada y una vez advertido el error se subsanó.
Mucho más rara aún es la moneda 025 C en cobre que, posiblemente, fue
una prueba y de la cual sólo se hicieron algunas unidades.

No lejos de Marchena, el ayuntamiento de otra población emitió tres


monedas destinadas a paliar el déficit de moneda fraccionaria: Arahal.
Sin embargo estas monedas tuvieron muy poca aceptación entre el público,
primero porque dos de ellas tenían unos valores demasiado altos (1 y 2
pesetas) para ser útiles como moneda fraccionaria en una sociedad donde
los precios de los productos de primera necesidad eran, en general, en
fracciones de peseta y una segunda causa era la abundancia de reales de
Marchena en circulación en el pueblo y la gran aceptación por todos.

De esta forma, de la moneda municipal, realmente la que tuvo un uso


cotidiano fue sólo la de 50 céntimos. Esto ha llevado a que sea la moneda
más cotizada de las tres que componen la colección debido a su escasez,
posiblemente debida a posibles perdidas de ejemplares debido al mayor uso
que se dio de ella.
También aumenta el valor de una moneda de estás si está bien conservada
debido a que en los ejemplares conocidos se nota el uso que tuvo en la vida
comercial de la época.

- 19 - J. Ovelleiro
Estas monedas fueron encargadas de hacer a la Ferretería la Llave y los
cuños en el taller de grabados de Francisco Castillo en 1938 según
documentos encontrados en estos establecimientos.

Otra localidad donde también circuló el vale de Marchena, aunque también


el ayuntamiento emitió monedas de curso interior con el símbolo de los
vencedores, fue Puebla de Cazalla.
No se sabe la cantidad de piezas
emitidas aunque sí se conocen una serie
de fichas extendidas por los comercios
de Sevilla, Cádiz, Córdoba, etc... con el
mismo tipo y los mismos valores que las
monedas de esta localidad.
En contra de lo que dicen algunos
numismáticos, yo soy de la opinión que
el fabricante disponía de cuños con los
valores 5, 10, 25 y 50 cts. y 1 peseta que
utilizaba según los distintos encargos
recibidos. Uno de estos encargos fue el
que le hizo el ayuntamiento de este
municipio y son las dos que se
consideran auténticas monedas por
haber sido emitidas por una institución
pública. Las fichas de este taller fueron
tan utilizadas que se encuentran en
lugares tan distantes como Barcelona o
Ceuta.
Para la realización de estas monedas se utilizó el mismo cuño del valor
facial que en las fichas de 10 y 25 Cts. troquelando en el anverso el nombre
del municipio y el símbolo de la Falange.
Algunos ejemplares de estas monedas fueron resellados posteriormente
para diversos usos por los establecimientos, siendo de mi conocimiento
resellos con las letras H.B y J P.

Estos resellos no pueden


considerarse como variantes
en sí de la moneda. La única
variante que conozco es la
moneda de 10 céntimos
emitida en cobre y no en
latón, como son la mayoría.

- 20 - J. Ovelleiro
Esto hace que, si bien las monedas de Puebla de Cazalla sean, de por sí, ya
raras, la variante en cobre sea rarísima.

Tanto en monedas de
algunos municipios
sevillanos como en las fichas
dinerarias antes citadas se
encuentran, en la provincia
de Sevilla, monedas en las
que se ha depositado una
gota de plomo.
Desconocemos las razón por lo cual se hizo. El sevillano que suministró
las fichas que componen esta colección nos cuenta su versión:
“Yo nací en el 1941. Las fichas
las heredé de mi madre que
tenía una frutería. En aquellos
tiempos tan malos la gente,
cuando le pagaba, le colaba
este tipo de monedas, y ella las
guardaba. A lo mejor, por eso
me gusta coleccionar monedas.
Mi madre tenía la tienda en
Sevilla capital, en el barrio de San Bernardo, en aquella época Sevilla era
mucho más pequeña que ahora y se componía de varios barrios: la
Macarena, Triana, San Bernardo, ...
Puebla de Cazalla está a unos 70 km de Sevilla, de los de antes claro. Pero
en aquellos tiempos, imagino que hubo mucha gente que se buscaba la
vida dónde y cómo podía...
En lo referente a las manchas de plomo que tienen algunas monedas, la
sabiduría popular cuenta que era la forma de anular su validez por parte
de las autoridades. Pero ésto no es más que un comentario que escuchaba
a los mayores...”

Posiblemente la moneda local con mayor número de ejemplares fue la


emitida en Cazalla de la Sierra.
En el acta de la sesión ordinaria del día 18 de agosto de 1939 aparece un
informe en el que se dice:
“..... es notorio y en absoluto cierto, el malestar y trastorno que la escasez
de moneda fraccionaria cada vez más agudizada produce en el normal
discurrir del comercio e industria de toda especie...... Pensando utilizar un
medio más eficaz, el Gestor que expone en entrevista con el fabricante
metalúrgico de Sevilla Don Moisés Jiménez se informó en relación de

- 21 - J. Ovelleiro
hacer una serie de piezas metálicas troqueladas para valor o valores
distintos que determinará el ayuntamiento....
Los compañeros de corporación haciéndose eco del sentir en que está
inspirada la moción del Sr. Velázquez Pacheco, cuya lectura han
escuchado complacidos, acuerdan por unanimidad, conceder un amplio
voto de confianza al autor de la misma para que realice la gestión
encaminada a controlar precios, consultar cuantas industrias
metalúrgicas crea conveniente y adquirir hasta treinta o más millares de
monedas metálicas del precio e inscripción que le sugiera, para uso
interior de su localidad, facultándolo ampliamente a tales efectos.”
En el acta del 20 de octubre de ese año, el Sr. Velázquez presenta ya la
factura de las monedas que han sido emitidas.
Aunque parezca elevada
la cifra de piezas en
circulación, a finales de
ese año debió ser
ampliada con la emisión
de otras quince mil
piezas más.
Las razones para esta
emisión tan grande
deben buscarse en que
esta moneda, debido a su gran utilización práctica y fiabilidad, circulaba
con toda libertad en los pueblos de su entorno.
Otra causa es que como sólo se realizó un valor de 10 Cts., se necesitaba
siempre una mayor cantidad de monedas para poder dar la vuelta de cada
transacción mercantil.

El último municipio que nos queda por reflejar en esta serie de emisiones
locales es Lora del Río. Debido a que no hubo otra moneda metálica en
los pueblos de su entorno cercano y que la moneda era de bajo facial,
debió ser muy numerosa la emisión de esta moneda para paliar las
necesidades de la
población de la zona.
El hecho de que hoy día
pueda considerarse
como moneda muy
escasa podría ser debido
a la exhaustiva recogida
de las monedas por parte
del ayuntamiento que,
según no narra Luis

- 22 - J. Ovelleiro
Barrera en su libro, fueron posteriormente vendidas a un chatarrero que
acabó fundiéndolas para recuperar el metal.
La emisión se realizó en latón como todas las monedas sevillanas, sin
embargo este mismo autor nos narra haber visto en el ayuntamiento de esa
localidad una prueba en aluminio de la moneda. Esta sería una variedad
realmente rarísima de esta moneda.

- 23 - J. Ovelleiro
Peso y medida de las emisiones locales

Zona Zona
republicana nacional
1937 1939
Gobierno de Euzkadi Ayuntamiento Arahal
1 Pta. 4,20 gr. 22 mm. 50 Cts. 19 mm
2 Ptas. 8,25 gr. 26 mm. 1 Pta. 25,5 mm
Consejo de Asturias y León 2 Ptas. 29,5 mm
50Cts. 2,80 gr. 21,5 mm. Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra
1 Pta. 4,75 gr. 23 mm. 10 Cts. 3,35 gr. 23 mm.
2 Ptas. 8 gr. 27 mm. Ayuntamiento de Lora del Río
Consejo de Santander, Palencia y Burgos 25 Cts. 23,2 mm.
50 Cts. 4,45 gr. 19 mm. Ayuntamiento de Marchena
1 Pta. 5,40 gr. 23 mm. 25 Cts. 42 mm.
Consejos Municipales de Menorca 025 Cts. 42 mm.
5 Cts. 1,20 gr. 13 mm. Ayuntamiento de Puebla de Cazalla
10 Cts. 1,45 gr. 15 mm. 10 Cts. 23 mm.
25 Cts. 2,25 gr. 17 mm. 10 Cts. cobre 23 mm.
1 Pta. 3 gr. 19 mm. 25 Cts. 27 mm.
2,50 Ptas. 4,5 gr. 22 mm.
Consejo Municipal de Ibi
25 Cts. 4 gr. 24 mm.
1 Pta. 5,9 gr. 24 mm.
Ayuntamiento de Nulles
5 Cts. 23 mm.
10 Cts. 22 mm.
25 Cts. 20 mm.
50 Cts. 19 mm.
1 Pta. 22 mm.
Consejo Municipal de Arenys de Mar
50 Cts. 20,3 mm.
1 Pta. 3,29 gr. 28,4 mm.
Ayuntamiento de L'Ametlla del Vallés
25 Cts. 1,75 gr. 26 mm.
50 Cts. 19,5 mm.
1 Pta. 26 mm.
Consejo Municipal de Segarra de Gaiá (1 Pta.)
Latón 30 mm.
Cobre 24 mm.
Níquel 24 mm.
Ayuntamiento de Olot
10 Cts. 24 mm.
15 Cts 30 mm.

- 24 - J. Ovelleiro
Guía para coleccionistas
Colección de fotografías de monedas auténticas comparadas con alguna de
las falsificaciones más frecuentes

El Real de Marchena

La forma más fácil de reconocer las


falsificaciones de esta moneda es
mirar el reverso. Como se puede
apreciar en la fotografía, al acuñar
estas monedas se traspasó el relieve de
las letras y números al reverso.
Auténtica
También puede verse en las falsas que
la inscripción es perfectamente
legible, cosa que no sucede en ninguna
de la auténticas.

Falsificación

En este tipo de moneda, además de las


falsificaciones con iguales
características a las de 25C, hay que
tener también en cuenta las monedas
auténticas de 25C en las cuales ha sido
troquelado posteriormente el 0 para
Auténtica intentar hacerlas pasar por auténticas
025C.
Para reconocerlas bastará con observar
el poco espacio que queda entre la M
y el 0, así como entre el 0 y el número
2.

Falsificación Auténtica troquelada

- 25 - J. Ovelleiro
Arahal

Esta es la moneda más falsificada de las tres que


componen la serie debido a ser la que más alto precio
alcanza entre los coleccionistas.
La mejor forma de distinguirla, aunque sea en una
simple fotografía, es observar el grupo formado por la
A de ayuntamiento, la C de céntimos y el PUNTO
delante de esa palabra.

En la fotografía se puede observar cómo la A en la


Auténtica auténtica está bastante más abajo respecto a la C.
Además es PUNTO en la verdadera se sitúa
claramente debajo del nivel de la palabra céntimos.

Otra forma de comprobar si cuando esta moneda es


falsa es observando la palabra ARAHAL. Si esta
tiene las letras perfectamente impresas será falsa, ya
que no existe ninguna en la cual esta palabra quedase
bien impresa.

Falsificación

La mejor forma de distinguir una falsificación de esta


moneda, aunque sea en una simple fotografía, es
observando la relación de posición entre la A de
peseta y el PUNTO que va a continuación.
En la falsa el punto queda ligeramente por debajo de
la línea que forman la parte inferior de la palabra
peseta, mientras que en la auténtica está todavía
Auténtica dentro de la franja de las letras.

Falsificación

- 26 - J. Ovelleiro
Seguramente será la más difícil de distinguir de las
tres que forman esta serie.

Una forma de poder distinguirla sería observando la


forma de algunas letras:

El trazo superior de la T de pesetas tiene una forma


distinta en ambas monedas. En la auténtica termina
Auténtica recto en ambos lados mientras que el la falsa termina
formando una línea inclinada.

También al observar la segunda A de ayuntamiento


podemos ver que en la auténtica el segundo trazo
vertical el más corto que el primero, no siendo así en
las monedas falsas que son de la misma longitud
aproximadamente.

Falsificación

Segarra de Gaià

De estas monedas existen falsificaciones


tanto de la de cobre como de la de
níquel.
Posiblemente las dos se hicieran con el
mismo cuño , por lo tanto, existen las
mismas diferencias en ambas
falsificaciones.
Falsificación Auténtica
Para reconocerlas bastará observar la
posición de la L de la palabra municipal.
En las auténticas está en línea con el
trazo horizontal que divide la moneda,
no siendo así en las falsas que está más
alto.
También puede observarse que en las
falsificaciones se olvidaron de poner la
tilde en la palabra GAIÁ.

Falsificación en níquel

- 27 - J. Ovelleiro
Olot

Estas monedas han sido copiadas


para rellenar álbumes a las
personas que no desean pagar un
alto precio por las auténticas y
pueden distinguirse observando el
casco alado de Mercurio en el
cual se ve el orificio para la
cabeza del mismo en la parte
Auténtica inferior.

En las falsificaciones es más


complicado diferenciarlas, pero
podemos distinguirlas observan-
do la parte inferior del caduceo.
En la falsa en palo central es más
corto y el de la derecha está más
unido al palos central.

Falsificaciones

Lo que primero salta a la vista en


estas falsificaciones es el buen
estado de conservación de las
monedas. De esta monedas no se
logró acuñar ninguna con calidad
y, quizás por eso, no emitieron
muchas.
La dureza del metal utilizado no
lo permitía con los medios de que
Auténtica disponían.

Como detalle para poder


distinguirlas en las fotografía
basta con observar la posición de
la S de céntimos. En la falsa está
paralela al humo de las
chimeneas.
También hay diferencia en la
estrella del reverso: mientras que
es de 6 puntas en la auténtica sólo
Falsificación
tiene 4 en la falsificación.

- 28 - J. Ovelleiro
Puebla de Cazalla

Tanto de esta moneda como la de 25


céntimos, ha sido copiada con ánimo de
falsificación y para la venta como copia en
las numismáticas.

Auténtica
En las copias para las numismática las
diferencias son claras. Para diferenciarlas
bastará en observar la posición de las
primeras letras de Año De la Victoria. En la
auténtica están; más o menos, en columna
mientras que en las copias la V de victoria
está bastante más a la izquierda y la D
Copia para numismáticas queda sobre la letra T.

Esta falsificación podremos diferenciarla


claramente en cualquier fotografía al
observar la cuarta flecha del yugo: La
flecha es notoriamente más corta que en las
auténticas.

Falsificacción

En la cara del valor facial también es fácil


distinguir las copias si se conocen ambas
monedas ya que tanto los dígitos como las
letras Cts se diferencia claramente.

Auténtica

En las copias de venta en las tiendas se ha


reducido, además, la largura inferior de las
flechas. De esta forma es más difícil
confundirlas con las monedas emitidas en
este municipio durante la guerra.

Falsificación
Para diferencias esta copia podemos seguir
el mismo criterio que en la moneda
anterior. En este caso las letras A y D están
situadas verticalmente encima de las letras
VI de la palabra victoria y no encima de la
C como en la moneda original.
Falsificación

- 29 - J. Ovelleiro
L'Ametlla del Vallés

Viendo ambas monedas juntas


se pueden apreciar gran
número de diferencias.

Por citar alguna podemos decir


que las estrellas de ambos
lados de la palabra
AJUNTAMENT, en la moneda
Auténtica auténtica, tienen 5 puntas
mientras que son de 6 en la
copia.

También se observa que las


estrellas que limitan la palabra
CÉNTIMS han sido sustituídas
por puntos, a la vez que
también han suprimido la tilde
de la palabra.

Falsificación

La diferencia más clara de


estas monedas y que podrá
distinguirse en cualquier
fotografía es que el FONDO de
la moneda en la cara del valor
facial está constituído por finas
líneas verticales en la moneda
Auténtica auténtica, mientras que tiene
un fondo granulado en las
copias realizadas para
coleccionistas.

Falsificación

- 30 - J. Ovelleiro
Independientemente de la
claridad de impresión que es
muy deficitario en las copias
realizadas, un elemento que
nos puede clarificar sin dudas
que se trata de una falsificación
es la línea que subraya las
letras TS de CTS en las
Auténtica monedas auténticas. En las
copias realizadas se ha omitido
esa línea.

Falsificación

Como en otras monedas de esta


serie, la deficiente impresión
de las copias realizadas
manifiesta su falsedad a
cualquier coleccionista que
conozca las monedas
auténticas.
Para aquellas personas que no
las hayan visto nunca o sólo
Auténtica dispongas de una fotografía de
baja calidad recomiendo que se
fijen en la cifra 1 del valor.
En la verdadera, además de ser
distinta la terminación superior
al ser más achatada, también se
diferencia en la largura de la
línea que cierra el número por
abajo. En la auténtica es
claramente más corta que el las
falsificaciones.
Falsificación

- 31 - J. Ovelleiro
En esta moneda también hay
una clara diferencia en el
número de puntas que tienen
las estrellas. En la auténtica
son de 6 puntas mientras que
las falsificación posee estrellas
de 6 puntas.

Auténtica Observando el grupo formado


por la L, la tilde y el número 1
y las distancias entre esos
elementos, también podemos
distinguir claramente la
diferencia entre estas dos
monedas.

Falsificación

Cazalla de la Sierra

De esta moneda existen


falsificaciones como la
representada en esta página y
otras copias realizadas para
coleccionistas. En ambos casos
podrán ser diferenciadas
observando el grupo de hojas
inferior de la rama que adorna
Auténtica la cara del valor facial:
Mientras que en las auténticas
ese grupo consta de tres
hojas, en ambas falsifi-
caciones se ha cometido el
fallo de colocar cuatro hojas
agrupadas en dos parejas.

Falsificación

- 32 - J. Ovelleiro
Lora del Río

Debido al considerable
precio que alcanza esta
monedas entre los
coleccionistas, ha sido
objeto de varias
falsificaciones.

Auténtica

Entre las varia diferencias


que tiene esta copia, la más
clara sería quizás la
terminación superior de la
cifra 5. En esta monada
acaba con una doble línea
vertical.

Falsificación
Copia difícil de distinguir si
sólo se dispone de una
fotografía. Recomiendo que
en este caso se observe con
mucho cuidado la distancia
entre la corona y el árbol
mismo. Mientras que en la
original existe una
separación entre estos dos
elementos no es así en la
Falsificación falsificación.

Será posiblemente la copia


más fácil de distinguir.
Entre la múltiples diferencia
existentes, la más clara sería
que la leyenda interior del
escudo tiene las letras
invertidas.

Falsificación

- 33 - J. Ovelleiro
Arenys de Mar

También de estas monedas se han realizado


varias imitaciones con mayor o menor
acierto a la hora de copiar las monedas
originales.

Auténtica

Copia en aluminio muy fácil de distinguir


debido a la omisión de las estrellas de
ambos lados de la moneda que existe en la
falsificación.

También se suele ver muy claramente la


deficiente calidad de la impresión con que
se han realizado las copias.

Falsificación

Copia de mucha más calidad que la


anterior, por lo tanto, más difícil de
distinguir la imitación.

Una vez colocadas una al lado de otra,


vemos en la copia que apenas existe
separación entre las palabras “D'Arenys de
Mar”, además de otras diferencias.
Si sólo disponemos de una fotografía de la
moneda, podemos fijarnos en la letra T de
Cts. La rayita de esta letra, que debería ser
horizontal como en la auténtica, en la copia
Falsificación está inclinada.

- 34 - J. Ovelleiro
Lo mismo que la de 50 Cts., esta moneda
también ha sido objeto de diversas
imitaciones.

Auténtica

Aunque en esta moneda no se aprecian


falta o sobra de algún elemento gráfico en
las monedas, la “excelente” conservación
de las mismas nos ha de hacer sospechar.

También podrá observarse el relieve de


rebaba que ha surgido al acuñar todos los
elementos de la moneda. Personalmente no
he visto nunca una auténtica que no sea
completamente lisa.

Falsificación

Aunque al comparar las dos monedas se


ven grandes diferencias en su acuñación, si
sólo disponemos de la copia no resulta fácil
atestiguar su originalidad.

Dos detalles nos pueden ayudar: El árbol


de la copia no tiene hojas como en la
auténtica y, un claro detalle que nos podrá
hacer ver la falsedad en cualquier foto, es
que la T de Pta tiene el trazo vertical
mucho más largo que en el original.

Falsificación

- 35 - J. Ovelleiro

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