Trabajo Final de Derecho Romano 1

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UNIVERIDADA ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

Escuela de Ciencias Políticas y Jurídicas

Materia
Derecho romano 1

Tema

Trabajo final
Elaborar un resumen analítico instituciones jurídicas del Derecho
Romano que se mantienen vigente en la legislación dominicana.

Presentado por:

Facilitadora
Luz Brito

Domingo 21 octubre 2018


Santiago R, D
INTRODUCCIÓN

Partiendo de las instituciones jurídicas Romana, podemos deducir que en gran


parte cuyos postulados de esas instituciones aun en más de un 80% están
vigente en el derecho.

Dominicano, como es el caso de la tutela y los curatela que en nuestra legislación


tiene su enfoque jurídico en el código del menor o mejor conocido como la ley
136-03,conocida como la Ley de niños y niñas y adolescentes, así mismo
podemos establecer qué en nuestra instituciones jurídicas tenemos presente la
cámara del senado, y que el antigua Roma eran los senados consulto, cabe
también señalar que en nuestra legislación igual, que en la legislación romana,
están estatuidos lo cónsules, igual que roma, tenemos en nuestra instituciones
jurídicas los jurisconsultos que por ende son.

Autoridades en creaciones de derecho y como herramienta esencial heredamos


elderecho romano la división del derecho en derecho privado y derecho público,
cabemencionar que en nuestra legislación está presente la ley 659 la que habla
sobre lasactas del estado civil, en el cual ambas legislaciones constituían el
derecho civil. Sobre los contratados formado.
Los contratos formados por verbis

Al tratar de buscar elementos comunes entre los contratos formados verbis


del código de derecho civil romano y los contratos del civil dominicano nos
damos cuenta inmediatamente de que esta búsqueda es infructuosa, ya que este
tipo de contratos formados verbis, que fueron usados con bastante frecuencia en
los comienzos del periodo de la república, dejaron de ser usados, como
consecuencia del proceso evolutivo de la sociedad de Roma así como por
el desarrollo de sus instituciones. Este tipo de contratos se dividía básicamente
en tres tipos:

1.- Estipulaciones
2.- Dictio Dotis
3.- Jurjurandum Liberti

Cuando los romanos hacían una estipulación tenían por costumbre redactar un
escrito llamado instrumentum o cautio.

Relataba ante todo el objeto del contrato (Prefatio), luego el cumplimiento de las
formalidades, y terminaba por los nombres y los sellos de los testigos
(Signatores) que habían asistido al acto.

La estipulación estaba afectada por básicamente 2 modalidades: La modalidad


de término, la cual a su vez se subdividía en término suspensivo y término
extintivo; y por otro lado la modalidad de la condición.

La modalidad de la condición se dividía fundamentalmente en:


1 condiciones posibles o imposibles
2.- Condiciones licitas o ilícitas
3.- Condiciones potestativas, casuales o mixtas

También en este tipo de contratos formados verbis es oportuno mencionar que


era perfectamente posible aplicar el concepto de correalidad, es decir, que varios
deudores contraían una obligación con uno o varios acreedores. Al momento de
gestionar el pago, cualquiera de ellos que pague el monto total de la deuda hace
extinguir la obligación contraída de los otros deudores con respecto a ese
acreedor.

Contratos consensuales
Los contratos Consensuales se forman por el solo consenso de las partes. Hay
cuatro: La venta, El arrendamiento, La sociedad y El mandato. Estos contratos
derivan del derecho de gentes. Constituyen operaciones de uso tan frecuente y
de utilidad práctica tan grande, que se les encuentra en todas las legislaciones.
Por esa razón el derecho civil no exige para su perfección formalidad especial
alguna. La simple convención es suficiente para que haya contrato, sin ninguna
solemnidad de palabras ni de escritura.

La venta, el arrendamiento y la sociedad son contratos sinalagmáticos perfectos,


desde que se forman engendran entre las partes obligaciones reciprocas. El
mandato es sinalagmático imperfecto como el comodato, el depósito y la prenda.
Todos son sancionados de buena fe.

En el Código Civil de la Republica Dominicana en el Titulo VI de la Venta,


Capítulo I de la naturaleza y forma de la venta, en el Art. 1583 ¨La venta es
perfecta entre las partes, y la propiedad queda adquirida de derecho por el
comprador, respecto del vendedor, desde el momento en que se conviene en la
cosa y el precio, aunque la primera no haya sido entregada ni pagadas.

En el Código de derecho Civil Dominicano podemos ver fácilmente como están


contenidas todas las condiciones y obligaciones contraídas por las partes que
llevan a cabo el contrato de la venta, así como también las garantías que debe
entregar el vendedor de la cosa al comprador.

Los elementos que definen y caracterizan los contratos consensuales fueron


transferidos desde el código de derecho romano al Código de derecho Civil de
manera casi inalterable. Esto significa que los jurisconsultos de la república
lograron alcanzar un nivel de abstracción en este aspecto tan profundo que
realmente no se ha necesitado producir prácticamente ninguna alteración de
fondo, salvo alguno que otro cambio en la forma, para ajustarlo un poco más a
una legislación específica.

En términos generales los contratos consensuales se han mantenido sin


cambios en su estructura, salvo en el caso de la venta en los tiempos de la
republica romana en la que el vendedor al llevar a cabo el contrato de venta no
transfería la propiedad de la cosa vendida al comprador, sino que lo que le
transfiere es el goce completo y duradero de la cosa, lo cual le da en suma las
ventajas de la propiedad.

Como podemos ver en el Art. 1583 del Código Civil Dominicano se establece
que la propiedad de la cosa es transferida desde el mismo momento en que se
realiza el contrato. Esta es, pues, una de las pocas diferencias que contempla el
código de derecho romano y el Código de derecho Civil de la Republica
Dominicana.

Convenciones sancionadas por el Derecho Civil

Como ya sabemos el simple pacto no es sancionado por el derecho civil. Es una


regla, con frecuencia formulada por los textos: Ne ex pacto actio nascatur. En
el derecho natural, toda convención lícita es obligatoria. Por lo tanto, el que
ejecuta lo que ha prometido por el simple pacto, hace un pago valido y no puede
ya reclamar lo que ha pagado.

Pero se puede suponer que estando hecho un contrato, las partes han querido
modificarlo o complementarlo por una convención posterior. Esto se puede hacer
a través de un pacto adjunto que puede ser:

1.- In continente, ser al principio mismo del trato o 2.- Ex intervallo, es decir,
cuando hace ya lo cierto tiempo que está formado el contrato, o cuando las
partes se han entregado ya a la realización de otras ocupaciones.
Otro de los contratos que se hacían con mucha frecuencia, y que no estaban
considerados dentro de las clasificaciones de contratos verbis, Litteris, formados
Re y los consensuales, eran los llamados contratos innominados.

Estos contratos se realizaban cuando dos personas han convenido


hacerse prestaciones reciprocas. Si una de las partes ejecuta lo convenido,
entonces enriquece a la otra, por lo que resulta justo que la que ha recibido la
prestación este civilmente obligada a cumplir su promesa.

Existían una gran cantidad de contratos innominados en los tiempos de


Justiniano, pero por su importancia práctica, han recibido una calificación, y
merecen una atención especial: Son, en el derecho clásico, el estimatum, el
cambio, y en el derecho de Justiniano el precario.

Este tipo de convenciones sancionadas por el derecho civil no tuvieron,


realmente, la fuerza de vencer el paso del tiempo por lo que no aparecen
mencionadas en el código de derecho civil de la Republica Dominicana,
ciertamente que tuvieron un gran apogeo en el derecho clásico y de Justiniano,
pero perdieron su vigencia con el paso del tiempo.

Convenciones sancionadas por el Derecho Civil


Como ya sabemos el simple pacto no es sancionado por el derecho civil. Es una
regla, con frecuencia formulada por los textos: Ne ex pacto actio nascatur. En
el derecho natural, toda convención lícita es obligatoria. Por lo tanto, el que
ejecuta lo que ha prometido por el simple pacto, hace un pago valido y no puede
ya reclamar lo que ha pagado.

Pero se puede suponer que estando hecho un contrato, las partes han querido
modificarlo o complementarlo por una convención posterior. Esto se puede hacer
a través de un pacto adjunto que puede ser:

1.- In continente, ser al principio mismo del trato o 2.- Ex intervallo, es decir,
cuando hace ya lo cierto tiempo que está formado el contrato, o cuando las
partes se han entregado ya a la realización de otras ocupaciones.
Otro de los contratos que se hacían con mucha frecuencia, y que no estaban
considerados dentro de las clasificaciones de contratos verbis, Litteris, formados
Re y los consensuales, eran los llamados contratos innominados.

Estos contratos se realizaban cuando dos personas han convenido


hacerse prestaciones reciprocas. Si una de las partes ejecuta lo convenido,
entonces enriquece a la otra, por lo que resulta justo que la que ha recibido la
prestación este civilmente obligada a cumplir su promesa.

Existían una gran cantidad de contratos innominados en los tiempos de


Justiniano, pero por su importancia práctica, han recibido una calificación, y
merecen una atención especial: Son, en el derecho clásico, el estimatum, el
cambio, y en el derecho de Justiniano el precario.

Este tipo de convenciones sancionadas por el derecho civil no tuvieron,


realmente, la fuerza de vencer el paso del tiempo por lo que no aparecen
mencionadas en el código de derecho civil de la Republica Dominicana,
ciertamente que tuvieron un gran apogeo en el derecho clásico y de Justiniano,
pero perdieron su vigencia con el paso del tiempo.

El testamento romano y su influencia en testamento dominicano


En el libro tercero, título II de nuestro Código Civil Dominicano, en su artículo
893, se habla de las donaciones entre vivos y de los testamentos.

En el segundo libro; titulo X de las instituciones de Justiniano se nos habla de las


formalidades de los testamentos y agrega: ´´la palabra testamento toma su
origen de testario mentis (testimonio a libertad) ´´.

Tres clases de testamentos están en el artículo del código Civil Dominicano trata
del testamento ológrafo, articulo 971 trata del testamento autentico y el
testamento místico.

Las clases de testamentos romanos se conocieron antiguamente dos especies


de testamentos, uno en tiempos de paz y se llamaba ´´calatis comitis´´, que
significaba convocados los comicios, y otro en tiempo de guerra y se llamaba ´´
inprocintu´´, que significaba con el ejército en pie de guerra.

En el artículo 969 del Código Civil dice que el testamento podrá ser ológrafo o
hecho por instrumento público, o forma mística.

El testamento ológrafo en el art.970 del Código Civil Dominicano dice no será


válido, si no está escrito por entero, fechado y firmado de mano del testador; no
está sujeto a ninguna otra formalidad.

En República Dominicana no existe aún el testamento ológrafo.

El testamento auténtico este testamento según el artículo 971 del Código Civil
Dominicano dice que el testamento por acto público es el otorgado ante dos
notarios y en presencia de dos testigos, o por un notario y en presencia de cuatro
testigos. En las instituciones de Gayo, libro segundo, titulo 101, se nos habla de

los testamentos con los comicios convocados y de un ejército equipado y


armado. Gayo señala que luego de añadió pronto un tercer genero de
testamento, que se hacía por el bronce y la libra. Este se llamaba ´´´por el cobre y
la libra´´, evidentemente porque se produce por medio de una mancipación
(Gayo, Inst. 2-102).

De la tutela y cuartela desde Código Civil hasta la influencia del Derecho


Romano

Reaccionando contra la tradición de origen romano e invocando la similitud


esencial entre la tutela y la curatela, por tratarse, ambas, de prestar amparoal
incapaz, no importa cuál sea la causa de su incapacidad, ciertas leyes modernas
han suprimido la diferencia sistemática entre las dos y prefieren tratarlas como
una sola figura; en tanto que otras, mirando más bien las notas peculiares de
cada, mantienen para ellas trato distinto y separado, si bien extienden a la
curatela las reglas de la tutela en todo lo que no resulte especialmente legislado
para aquellas.
Mientras que en el derecho romano el impúber concebía la mayoría de edad a
los 25 años, en nuestro Código Civil Dominicano en el art. 388 (modificado por
la ley 4999 del 19 de septiembre de 1995; G: O: No.8287). Se entiende menor
de edad al individuo de uno u otro sexo que tenga dieciocho años cumplidos.

En la tutela de los impúberes romanos, el impúber tiene la necesidad de un


protector si ha nacido Sui Juris, fuera de matrimonio legítimo, o bien, si nacido
bajo la potestad paterna, ha salido de ella antes de la pubertad. Este protector
es llamado tutor. Pero el poder concebido al tutor no es, de ningún modo, una
verdadera potestad, difiere notablemente, por varias causas, de la potestad
paterna, donde la tutela termina con la pubertad del pupilo.

En nuestro Código Civil Dominicano en e el capítulo II de la tutela sección I de


las tutela de los padres art.389.- Dice: El padre es, durante el matrimonio,
el administrador de los bienes personales de sus hijos menores. Es responsable
de la propiedad y rentas de aquellos bienes cuyo usufructo no tiene, y solamente
de la propiedad en aquellos en que se lo conoce la ley.

En nuestro código permanece el consejo de familia antes de asignarle un tutor


al pupilo como existió en la legislación romana. Lo podemos encontrar en
nuestro Código Civil Dominicano en el capítulo II de la tutela. En nuestra Código
existe la tutela que es llamada pro-tutor estipulados en la sección V del capítulo
II art.20, que en Roma era llamado cuartela que era el que velaba junto al tutor
por los bienes del menor.

CONCLUSIÓN
A la escala en que se avanza en el estudio del derecho romano, se llega
fatalmente a la conclusión de su importancia y de su trascendencia para la
verdadera formación del jurista. Es innegable la influencia de la doctrina
ROMANA en el derecho civil contemporáneo con la persistencia de los
elementos romanos, a pesar de las variantes y divergencias que presentan,
como consecuencia de la evolución histórica y de la diversidad social. Si en el
ámbito del derecho de familia, las transformaciones han sido importantes, que
ya algunas figuras del derecho romano se han indefinido para dar paso a nuevas
versiones jurídicas, no sucede así con los derechos reales y las obligaciones, ya
que aquí está vivo el viejo derecho del Lacio. Para entender el derecho de
propiedad hay que remontarse a los antiguos principios del Jus utendi, Jus
fruendi y abutendi. De la misma manera, la posesión sólo puede ser entendida a
cabalidad teniendo como punto de partida la vieja versión del derecho romano
que pone al descubierto los elementos clásicos del corpus y animus, las
servidumbres en sus elementos fundamentales se conservan en su plenitud,
Figuras como el uso, el usufructo y la habitación están vivas y palpitantes en el
Código Civil, con escasas variaciones en relación a su fuente romana. Lo mismo
puede decirse de instituciones como la enfiteusis, la superficie o la anticresis,
hoy resucitada en una tramitación tan moderna como es la venta en propiedad.
En lo esencial, las necesidades del hombre antiguo, por lo que respecta a los
derechos personales, son idénticas a las necesidades del hombre moderno y
resulta verdaderamente impresionante observar cómo principios estructurales
del Derecho Romano siguen siendo vigentes en el mundo.

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