Servicios Fúnebres

INSTRUCCIONES PARA LA IGLESIA
El servicio fúnebre
INSTRUCCIONES PARA LA IGLESIA: El servicio fúnebre.

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Consideración inicial
Como creyentes reformadores adventistas, nuestra enseñanza
sobre la muerte es muy clara. La muerte es solo un sueño y el
despertar es la resurrección (1 Tesalonicenses 4:13-17). Nuestros
hermanos, pueden experimentar dolor al perder un ser querido,
pero, a diferencia de los impíos, nuestra esperanza gloriosa en el
regreso de Jesús, nos motiva a seguir adelante, sabiendo que la
separación es momentánea.
Como el patriarca Job, estamos llamados a manifestar la fe en
nuestro Salvador: “Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará
sobre el polvo: y después de deshecha esta mi piel, Aun he de ver
en mi carne a Dios; al cual yo tengo de ver por mí, Y mis ojos lo
verán, y no otro, Aunque mis riñones se consuman dentro de mí.”
Job 19:25-27
Por eso, no debemos estar angustiados, deprimidos o
desconsolados por la separación actual de un ser amado, por el
contrario, debe ser un aliciente para la predicación de nuestra fe y
de esta manera apresurar la venida de Cristo y el establecimiento
del paraíso (Juan 14:1-3; Apocalipsis 21:3-5)
Las siguientes instrucciones, garantizan que los servicios fúnebres
que realicen nuestros hermanos estén en conformidad con la
Norma bíblica y de los Testimonios.
Siguiendo el ejemplo de Jesús, debemos ser compasivos
“Cuando se encontró con un funeral no pasó de largo
indiferentemente. La tristeza se reflejó en su semblante al
contemplar la muerte, y lloró con los enlutados.” Alza tus ojos, pág.
55.
Los servicios deben ser sencillos, sin ostentación
Con respecto al entierro del sumo sacerdote de Israel las Escrituras

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relatan sencillamente: “Allí murió Aarón, y allí fue
sepultado”. Deuteronomio 10:6. ¡Qué contraste tan notable hay
entre este entierro, llevado a cabo en conformidad al
mandamiento expreso de Dios, con los que se acostumbran hoy
día! En los tiempos modernos las exequias de un hombre que
ocupó una posición elevada son a menudo motivo de
demostraciones pomposas y extravagantes. Cuando murió Aarón,
uno de los hombres más ilustres que alguna vez hayan vivido,
presenciaron su muerte y asistieron a su entierro solamente dos de
sus deudos más cercanos. Y aquella tumba solitaria en la cumbre
de Hor quedó vedada para siempre a los ojos de Israel. No se honra
a Dios en las grandes demostraciones que se hacen a veces a los
muertos y en los gastos extravagantes en que se incurre para
devolver sus cuerpos al polvo.” Patriarcas y Profetas, págs. 453-
454.
Instrucciones generales
 Jesús nos dio ejemplo de lo poco que representa para el
cristiano un funeral. (Mateo 8:21-22) Sin embargo, también
mostró compasión por las familias dolientes (Juan 11:35).
Haciendo un balance entre estas dos situaciones, nosotros
no velamos los cuerpos de los muertos, mucho menos
prestamos nuestras salas de reunión para eso, por ello, ni
nuestros hermanos ni ministros deben asistir a ese tipo de
actos. Únicamente se debe ofrecer un servicio breve, para
los familiares, como oportunidad misionera. El servicio
debe durar de 30 a 45 minutos, no se deben prolongar por
más tiempo. (Eclesiastés 7:2; 2 Corintios 1:3-5)
 El servicio debe ser dirigido en todo caso por un hermano
varón bautizado, como cabeza, respetando el
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orden de la congregación. En ausencia de hermanos
bautizados, el servicio puede realizarlo una hermana
bautizada, siempre usando el velo, pero, nunca desde un
púlpito. (1 Corintios 11:3-10)
 Quien dirija el servicio y los hermanos que vayan a
participar en el mismo, deben cuidarse de usar únicamente
lenguaje bíblico que no sirva a confusión sobre el estado de
los muertos, por lo que de ninguna manera se usarán frases
como: está con el Señor. Se usarán expresiones como:
duerme en espera de la resurrección (si es uno de nuestros
hermanos), o, está durmiendo profundamente hasta el día
final (para los incrédulos). (Juan 5:28-29; 11:11-13,25).
Nunca asienta con expresiones como: reposa en los brazos
del Señor o está en el cielo con Dios, o está alabando a Dios,
o Dios lo quería con él en el cielo… (Juan 3:13; Salmos
115:17).
 El ofrecer flores a los difuntos, es parte de las tradiciones
espiritistas que buscan honrar a los seres fallecidos y, por
ende, está en contra de la enseñanza bíblica sobre el estado
de los muertos. Por este motivo no se debe permitir el uso
de estas, en nuestros lugares de reunión. Los hermanos
deben informar a sus familiares, mientras estén en vida,
acerca de su deseo de no recibir flores cuando lleguen a
morir. (Salmo 49:17)
 En caso, de ser invitados a predicar en una funeraria u otro
lugar ajenos a nuestras salas de reunión por familiares no
creyentes de personas no miembros de iglesia, por respeto
a ellos y considerando la oportunidad misionera, quien vaya
a dirigir el servicio por parte de nuestra obra, no hará
comentarios acerca del uso de las flores.

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 Recuerde que solo Dios conoce el estado en que murió una
persona, por lo que no se aventure a decir que el difunto se
va a salvar o se va a condenar. Enfatice la importancia de la
preparación de los vivos y no se enfoque en la persona que
ha muerto. (Eclesiastés 9:10).
 Los hermanos deben vestir de colores sobrios, conforme a
los Testimonios, quienes dirigen deben usar colores oscuros
y sobrios, no solo en funerales, pero, en todos los servicios.
Orden del servicio

1. Saludo y bienvenida.
2. Un himno especial de nuestro himnario.
3. Lectura bíblica.
4. Oración inicial.
5. Tema.
6. Un himno especial de nuestro himnario.
7. Oración final.
Tema a exponer
El hermano que dirija, va a exponer su tema, basado en los
siguientes textos:
 La gran mentira (Génesis 3:1-6,19).
 La consecuencia (Génesis 3:22-24; Romanos 6:23 primera
parte).
 La solución (Romanos 6:24; Efesios 2:4-6; Juan 5:28-29).
 La garantía (Apocalipsis 1:18; Juan 11:25; 1 Corintios 15:20-
22)
 Cuándo sucederá (1 Tesalonicenses 4:13-17)

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 Una hermosa descripción: “Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él
morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo
estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima
de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más
llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas
pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí,
yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque
estas palabras son fieles y verdaderas.” Apocalipsis 21:3-5
 Una invitación (Eclesiastés 9:4-6,10; Hebreos 4:6-7) [Se
invita a que se anoten a un estudio bíblico al final del
servicio, para lo que un hermano debe tener formularios de
inscripción y un muestrario del curso bíblico: Gemas de las
Verdad Presente].
Todos los derechos reservados por la iglesia de los Reformadores

Adventistas del Séptimo Día. Sarchí, Costa Rica. [email protected].
Para mayor información, visite el sitio irasd.org

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