Criminalística

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Qué es la Criminalística:

La criminalística es una disciplina auxiliar del Derecho Penal que se encarga de


demostrar y explicar un delito, determinar sus autores y la participación de éstos, a
través de un conjunto de procedimientos, técnicas y conocimientos científicos.

Por medio de la criminalística se recrean los hechos acontecidos y se demuestra de


manera científica lo ocurrido en un delito cometido por una o varias personas.

La actividad criminalística comprende actividades y procedimientos minuciosos para


demostrar y recrear de manera correcta y efectiva los hechos ocurridos, empleando
los instrumentos y armas utilizados en el hecho y, basándose siempre en los
conocimientos y técnicas científicas para señalar a los autores del delito.

Las técnicas criminalísticas son comprobables, lo cual da un gran porcentaje de


certeza de que lo demostrado fue lo que realmente ocurrió, es decir, es la verdad
de los hechos probada a través del conocimiento científico.

La búsqueda de la verdad en un hecho delictivo se basa en un conjunto de principios


básicos y fundamentales que rigen la criminalística, entre ellos:

La preservación del lugar del hecho o delito cometido.

Observación minuciosa del lugar de los acontecimientos, así como su fijación.

Continúa el levantamiento de todos los indicios encontrados, los cuales son


enviados al laboratorio para su análisis.

Por último, la cadena de custodia de los indicios y pruebas encontrados.

Criminalística y Criminología

Criminalística y criminología son dos términos diferentes. Sin embargo, existen


muchas confusiones en relación a estos términos debido a la poca o absoluta falta
de información y comparación de los mismos.
La criminología es la ciencia que se encarga del estudio del fenómeno criminal, es
decir, analiza las razones de lo ocurrido, así como, a los sujetos que lo realizan a
fin de buscar y determinar la explicación de las causas del hecho y detener a los
criminales.

Por otro lado, la criminalística busca la demostración de cómo fue cometido el delito,
determina los datos de la víctima, busca el autor o autores del hecho y comprueba
siempre los hechos y acciones a través del conocimiento científico.

Como se puede notar hay una enorme y amplia diferencia entre ambos conceptos,
ya que la criminología se encarga del estudio del delito y del por qué, mientras que
la criminalística de su demostración, quién cometió el delito y cómo.

Escena del crimen

La escena del crimen es el lugar donde ha actuado el criminal para llevar a cabo su
acción, y -por ello- es de vital importancia su análisis en todos los aspectos. Puede
estar integrado por uno o varios espacios físicos interrelacionados a través del
hecho criminal que se investiga, y se caracteriza por la potencial presencia de
elementos, rastros y o indicios que puedan develar las circunstancias de lo allí
ocurrido, y la posibilidad de identificación de quienes han actuado en él.

La definición conceptual de la escena del crimen suele referirse sólo al lugar físico
y concreto de ocurrencia de los hechos, mientras que la definición operacional la
define como el foco de interés del hecho criminal, compuesto por la escena
propiamente dicha, más el entorno de interés criminal. Por ello, y a los fines de la
investigación criminal, la definición operacional de la escena del crimen resulta ser
más productiva, porque supone abarcar una dimensión completa del lugar de los
hechos, lo que permitirá determinar la verdad completa del acontecimiento criminal.

Consecuente con esa definición operacional, en el estudio de la escena del crimen


ha de destacarse la importancia, tanto de las pruebas físicas del delito presentes en
la misma, como la necesidad de determinación de los comportamientos que se han
desarrollado en ella relacionados con la existencia del hecho criminal. Así,
cuestiones esenciales en el proceso de la investigación criminal pueden ser, entre
otras muchas: ¿Quién frecuenta el lugar y las áreas circundantes?, ¿Cómo se
accede a ellas?, ¿Qué cosas existen en la escena del crimen?, ¿Qué actividades
ocurren habitualmente?, ¿Qué tipo de actividad delictiva suele haber en los
alrededores de la escena del crimen?, ¿Dónde está esa escena situada en relación
con las otras escenas del crimen?, ¿Cómo entró el delincuente en la escena del
crimen?, ¿Por qué eligió el delincuente esa escena?, ¿Era necesario que conociera
bien la zona para elegir ese lugar?, etc.

PRINCIPIO DE LA CRIMINALISTICA

PRINCIPIO DE USO

Un principio clave para discernir el tipo de agente o instrumento utilizado en los


hechos. Este establece que, tras un asesinato, siempre queda rastro del medio
utilizado para provocar la muerte. Ya sea indicios de haberse empleado la fuerza
mediante un procedimiento mecánico (estrangulamiento, traumatismo, armas…),
componentes químicos (intoxicaciones, envenenamientos…), agentes físicos
(quemaduras, paso de corriente eléctrica…) o agentes biológicos (bacterias,
virus…).

2. PRINCIPIO DE PRODUCCIÓN

Estipula que, ante un crimen, el agente del mismo siempre deja un rastro de
evidencias materiales de su participación en la escena. El rastro más habitual suelen
ser restos de ADN o las huellas dactilares.

3. PRINCIPIO DE INTERCAMBIO

En la escena del crimen siempre se produce un intercambio de materiales


(sintéticos, biológicos, genéticos) entre la víctima, el asesino y el contexto. Por
ejemplo en caso de violación se produce un intercambio de fluidos, arañazos,
sangre, restos de tejidos que facilitan la reconstrucción de los hechos e
identificación del asesino.

4. PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA DE CARACTERÍSTICAS


En el cuerpo de la víctima pueden aparecer marcas o rastros impresos que delatan
el agente empleado en el asesinato. Por ejemplo, una soga dejará su marca de
estrangulamiento, las muescas de las balas o casquillos identificarán el tipo de arma
de fuego o la huella que deja un objeto pesado cuando impacta facilitará su
identificación.

5. PRINCIPIO DE RECONSTRUCCIÓN DE HECHOS O FENÓMENOS

Una vez que se hayan recopilado todas las pruebas y evidencias de acuerdo a los
anteriores cuatro principios, se iniciará la reconstrucción, en mayor o menor grado,
de los hechos paso a paso y en el orden y forma en que se produjeron cada uno de
los fenómenos.

6. PRINCIPIO DE PROBABILIDAD

Tras la reconstrucción de los hechos, se procederá al cálculo de la probabilidad del


resultado con un grado variable de aproximación a la verdad. La probabilidad de
acierto puede ser baja, mediana, alta o nula. No se trata de una ciencia exacta, ya
que durante el proceso algunos indicios y pruebas no se perciben o los que se
identifican son poco fiables.

7. PRINCIPIO DE CERTEZA

La investigación finaliza con la valoración cualitativa y cuantitativa de los indicios


encontrados en el lugar de los hechos y su correspondencia con el acto criminal.
Por ejemplo, hay nula posibilidad de error en las huellas dactilares o en el análisis
genético, por lo que la identificación del agente del hecho es de una certeza
indiscutible.

Autopsia médico-legal en casos

En la actualidad, las muertes por errores médico-sanitarios evitables representan


un número extraordinariamente elevado de fallecimientos en los países
desarrollados. Aunque no hay datos epidemiológicos exactos, estudios de
investigación, avalados por organismos solventes, concluyen que las muertes por
errores médico-sanitarios evitables representan un volumen similar al de las que se
producen como consecuencia de los cánceres más frecuentes, y superior al de los
accidentes de tráfico y otras causas principales de mortalidad. En Alemania se
estiman en 17.500 muertes/año (tantas como fallecimientos por cáncer de colon o
mama), en los EE.UU. 98.000 muertes/año y en el Reino Unido 15.0001. Por
analogía, en España podrían ser alrededor de 8.000 muertes/año.

El conocimiento de este hecho, que pone en entredicho los avances científicos y


técnicos de la medicina, ha movido a numerosos organismos internacionales
(Organización Mundial de la Salud, Consejo de Europa) y no gubernamentales (el
norteamericano Institute of Medicine2, el británico National Confidential Enquiry into
Patient Outcome and Death (NCEPOD)) a desarrollar diversas acciones (elaborar
normas y recomendaciones) encaminadas a garantizar la seguridad del paciente.

La autopsia médico-legal, obligatoria en estos casos en la mayoría de los referidos


países, es el mejor instrumento para el adecuado estudio de tales fallecimientos.
Dichas autopsias, a veces, son las más desafiantes con las que se pueden
encontrar en su quehacer los médicos forenses. Las dificultades técnicas cuando
se relacionan con intervenciones quirúrgicas y procedimientos diagnósticos
invasivos bajo anestesia local y/o general pueden poner a prueba al patólogo
forense más experimentado. Si a ello se añade la diversidad, pues puede incluir a
cualquiera de las numerosas especialidades y subespecialidades de la tecnificada
medicina actual, hacen, como dice el Dr. Prahlow, que sean las autopsias más
temidas por los médicos forenses3.

Es necesario que el médico forense, cuando se enfrenta a uno de estos casos,


tenga presente una serie de medidas que se recomiendan esquematizadas en el
presente trabajo: las que han de tomarse antes, durante y después de la autopsia.
Existen, además, tres escollos fundamentales en estas autopsias, que son el
asesoramiento clínico especializado, establecer el diagnóstico del origen y la causa
de la muerte después de la autopsia, y por último, elaborar el informe pericial médico
legal sobre si la actuación profesional denunciada se ajustó a la denominada "lex
artis". Aunque existe abundantísima bibliografía, ninguno de estos tres problemas
tiene una solución fácil ni universalmente aceptada. En cada caso, el médico
forense ha de resolverlo con el mayor número de conocimientos posibles y un
extraordinario esfuerzo, ofreciendo a los ciudadanos un instrumento que les permita
ejercer su derecho a una justicia imparcial e independiente.

Cualquier tipo de muerte puede ser objeto de una autopsia forense por denuncia de
presunta mala praxis médica, sean muertes naturales o violentas de cualquier
etiología médico-legal. La denuncia puede ser el motivo de la autopsia en muertes
de origen natural; ocurre, a veces, que la denuncia se presenta a posteriori, cuando
ya se había practicado la autopsia por tratarse de una muerte súbita e inesperada.
En algunos casos nuestros, tanto de muertes violentas como naturales, cuando se
practicó la autopsia nada hacía pensar que posteriormente pudiera presentarse una
denuncia por presunta mala praxis profesional sanitaria.

En el Reino Unido, desde 1988 (aunque con un antecedente en 1982), una


organización no estatal, el NCEPOD, revisa todas las muertes ocurridas dentro de
los 30 días siguientes a cualquier intervención quirúrgica o procedimiento
diagnóstico invasivo bajo anestesia local o general.

La medicina ha tenido siempre presente a la iatrogenia. Se atribuye a Hipócrates


(siglo V a. C.) el axioma Primun non nocere. En nuestro tiempo, citaremos las
actuales palabras de Sir Liam Donaldson (2004), anterior Chief Medical Officer del
Reino Unido (Jefe o Inspector General de los Servicios Médicos). El Dr. Donaldson
es, en la actualidad, Presidente de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente
(una iniciativa de la OMS), y decía: «Errar es humano. Ocultar los errores es
imperdonable. No aprender de ellos es inexcusable».

Importancia e interés de la autopsia en estos casos

La Recomendación no 993 del Consejo de Ministros de la Unión Europea, para la


armonización metodológica de las autopsias médico-legales, incluye entre las
muertes que deben ser objeto de autopsias médico-legales los casos de sospecha
de mala praxis médica4.

Como ya se ha dicho, estas autopsias médico-legales se llevan a cabo por denuncia


de familiares, o bien porque el propio personal médico no emite el certificado de
defunción. Algunas veces, la denuncia se produce después de la autopsia, aunque
era presumible.

Los datos de la autopsia son muy útiles para la identificación, la evaluación y la


prevención de errores. Por ejemplo, los protocolos de monitorización en anestesia
se adoptaron en gran parte en respuesta al gran número de demandas por mala
praxis contra anestesistas.

En los informes del NCEPOD se comunicaba que, en los casos revisados de


muertes ocurridas dentro de los 30 días siguientes a intervenciones quirúrgicas o
procedimientos invasivos, en los que se había practicado la autopsia, se observaron
discrepancias mayores entre los diagnósticos clínicos y los hallazgos de la autopsia
en el 20,3% de los casos. Si bien es cierto que los métodos de diagnóstico clínico
cada día son más precisos, la autopsia continúa siendo un instrumento que corrige
muchos diagnósticos clínicos. Además, la autopsia permite, también con más
seguridad, excluir lo que no se produjo y que posteriormente en el litigio puede
plantearse. Es decir, asegurar lo que ocurrió y lo que no ocurrió.

Una de las revisiones más amplias de autopsias con ocasión de denuncias de mala
praxis fue la llevada a cabo en un estudio elaborado por Madea5 en Alemania, en
el que participaron 17 institutos de medicina legal del país. El estudio abarcó el
periodo 1990-2000 y fueron revisadas 101.358 autopsias, de las que 4.450 estaban
relacionadas con denuncias por mala praxis, es decir, el 4,4%. La variación del
porcentaje de autopsias por mala praxis sobre el total de autopsias osciló entre el
1,9% y el 20%, según los institutos.

Las conclusiones de dicho trabajo fueron las siguientes:


− En el 64,3% de las denuncias por mala praxis, la autopsia aclaró el caso
inmediatamente.

− La autopsia constituye la base para determinar la causa de la muerte, la existencia


de negligencia y la relación entre ellas.

− Sin autopsia, estas muertes no pueden ser investigadas de forma adecuada.

− Su valor es extraordinario, como prueba pericial en un caso práctico y para


prevención de eventos similares.

− Hay muchos casos no denunciados de errores con fármacos e infecciones


hospitalarias

Muchos protocolos se han adoptado en respuesta al elevado número de denuncias


de mala praxis, lo que ha hecho descender la mortalidad (la ya citada monitorización
en anestesiología, etc.)

Con frecuencia, tras la autopsia el patólogo puede descartar que existiera


negligencia, o en los casos descarados o escandalosos (res ipsa loquitur) puede
dar, al menos, una primera opinión de negligencia médica, como cuando se trata de
confusiones en la identidad del paciente, cirugía del lado sano o de un sitio
equivocado, abandono de material quirúrgico en las cavidades del paciente, etc.

En nuestra opinión, la autopsia protege al médico que actuó correctamente,


descartando rápido las denuncias infundadas, y favorece al demandante cuando le
asiste la razón.

Desde la creación del Instituto de Medicina Legal de Málaga y la puesta en


funcionamiento del Servicio de Patología Forense, en octubre de 2003, se vienen
practicando una media es de 939 autopsias médico-legales al año. El porcentaje de
autopsias que se practicaron por denuncia de mala praxis profesional fue el 1% del
total de las autopsias. Además, en un 0,9% del total de las autopsias forenses, la
denuncia de mala praxis se presentó algún tiempo después de practicada la
autopsia.
Dificultades técnicas de la autopsia

Como en todas las áreas del ejercicio profesional, la dificultad de los casos oscila
en un amplísimo espectro, desde las autopsias que no presentan ninguna dificultad
especial, como pueden ser las muy frecuentes de muerte súbita por cardiopatía
isquémica, tromboembolia pulmonar o rotura de aneurismas ateroescleróticos de
aorta abdominal, hasta las que constituyen el mayor reto para el médico forense a
la hora de practicarlas. Nos referimos a aquellas que se relacionan con tratamientos
quirúrgicos o procedimientos diagnósticos invasivos bajo anestesia local o general.

La problemática de este tipo de autopsias está condicionada por la diversidad y la


complejidad de los casos, que puede incluir a todas las especialidades de la
profesión médica. Las dificultades técnicas de las mismas destacan sobre todo en
las muertes postoperatorias, en las que los edemas, exudados, adherencias,
abscesos, etc. dificultan extraordinariamente la disección y, en consecuencia, el
reconocimiento de los hallazgos.

QUÍMICA LEGAL Y FORENSE

La ciencia forense se basa en la aplicación de los métodos científicos a los procesos


de la materia que se involucran con un crimen. Existen muchas ramas de la ciencia
forense debido a que las ciencias en general tienen alguna aplicación en los asuntos
públicos y criminales. Algunas de sus principales áreas son las siguientes: • Química
• Biología

• Odontología

• Patología

• Entomología

• Psicología

• Antropología

La Química Forense es otra alternativa a los muchos caminos que puede seguir un
químico en el ámbito de la investigación, además de ser una buena opción a la hora
de hacer aportes significativos a la sociedad, donde su actuar, junto con su alto nivel
de conocimiento analítico y su capacidad de manejo instrumental, es de vital
importancia para descifrar las evidencias y contribuir a la búsqueda de la verdad.
Uno de los principios fundamentales en los cuales se rige la Ciencia Forense y
específicamente la Química Forense se basa en la premisa de que cuando dos
objetos entran en contacto, habrá un intercambio entre los dos. Es decir, “cada
contacto deja un rastro”, frase que popularizó Edmund Locard, padre de la
Criminalística moderna, provocando así un giro en la metodología investigativa. Es
por esto que el químico forense rastrea este intercambio entre materiales y trae a la
luz lo que es invisible a los ojos. Basándose en sus conocimientos y en las
tecnologías desarrolladas, tiene la capacidad de rastrear sustancias o huellas que
éstas dejan en una escena del crimen.

El químico forense, por lo tanto trabaja con sustancias no-biológicas, tales como
pintura, vidrio o líquidos, Lic. Gabriela Valdebenito Zenteno Departamento de
Química Inorgánica y Analítica Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas
Universidad de Chile Dra. Maria E. Báez Contreras Departamento de Química
Inorgánica y Analítica Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas Universidad
de Chile trazas de pólvora provenientes de un disparo, todas muestras que pueden
ser muy bien analizadas mediante métodos analíticos apropiados. Otro de los
campos en que un químico forense puede desarrollarse es en Toxicología donde
principalmente trata con muestras biológicas, orina, pelo, sangre, semen, saliva o
contenido gástrico y así poder determinar por ejemplo el nivel de alcohol o drogas
que una persona ha consumido.

Entender la evidencia requiere de herramientas provenientes de muchas disciplinas


como la Química Analítica, la Biología, Ciencias de los Materiales y Genética. De
hecho, el análisis de ADN está haciendo que el conocimiento en genética sea de
mucha importancia. Con el paso del tiempo la Química Analítica ha adquirido una
gran importancia en la investigación criminal, sobre todo a la hora de conocer la
naturaleza intrínseca de cualquier sustancia o elemento y más aún, cuando sirve
para auxiliar en la investigación científica de los delitos. Por lo tanto los químicos
forenses tienes tres tareas principales: primero, analizar las evidencias en el
laboratorio, luego, se interpreta la información que se saca de ellas y por último, se
puede llegar a defender lo encontrado, mediante la testificación del químico forense
en un juicio.

Aplicaciones La Química Forense es aplicada en una gran variedad de técnicas,


tanto cualitativas como cuantitativas, cuya principal finalidad es la búsqueda de
respuestas provenientes de las diferentes evidencias que ayuden a la resolución de
algún caso criminal. Algunos de estos análisis se detallan a continuación:

• Test de drogas

En la actualidad se busca presencia o ausencia de drogas, ya sea en polvos,


líquidos, tabletas o cápsulas. Son pruebas cualitativas de laboratorio que se hacen
uniendo un antígeno y su anticuerpo homólogo, para identificar y calificar el antígeno
y anticuerpo específicos de una muestra; a éstos se les denomina inmunoensayos.
El método consiste en el uso de una mezcla de anticuerpos selectivos para las
distintas drogas (principios activos) y sus metabolitos, obteniendo un resultado con
un alto grado de sensibilidad.

• Análisis de muestras de incendios

La manera en que un incendio ocurre naturalmente en una habitación indica si su


comienzo fue deliberado o no, pero la evidencia es difícil de encontrar en estos
casos ya que generalmente está cubierta por escombros. Habitualmente los
incendios son provocados por el uso de acelerantes de la combustión, los cuales
son examinados mediante Cromatografía Gaseosa, acoplada a Espectrometría de
Masas, donde se pueden identificar aquellos residuos de líquidos de ignición
presentes en las muestras de escombros. El químico forense debe concentrar la
pequeña cantidad de muestra, mediante la adsorción del residuo de acelerante en
tiras de carbón activado. Luego este concentrado es eluido desde el carbón activado
disolviéndolo en un solvente adecuado, dejando la muestra de una forma apropiada
para luego analizarla por medio de cromatografía.

• Análisis de pisadas
Los ensayos fisicoquímicos sirven en el caso de estudiar las huellas de pisadas
dejadas en una escena del crimen para luego compararlas con las obtenidas desde
el calzado de algún sospechoso. Mediante un procedimiento electroestático, se
obtiene la muestra final sobre una matriz gelatinosa la cual contiene una capa de
adhesivo que permite levantar las huellas de casi la gran mayoría de las superficies,
incluyendo materiales porosos o carbónicos. Este procedimiento también puede ser
usado cuando la pisada no pueda ser vista (por ejemplo en el caso de que el
sospechoso se haya parado sobre una hoja de diario), ya que el polvo proveniente
de la hoja de diario mostrará la impresión de la forma única de la pisada, o incluso
la marca de calzado que el individuo usó.

• Análisis de rastros de pintura.

El rastro de pintura que queda en un accidente de auto donde el culpable huye en


su vehículo, sirve para relacionarla con el vehículo sospechoso. De esta manera se
puede obtener datos sobre la manufactura del vehículo y el año en el que fue
fabricado. Este tipo de prueba puede ser realizada observando el espectro de
absorción de la muestra de pintura u observando su composición en un Fluorómetro

• Uso del agua fuerte (ácido nítrico - agua).

Cada arma de fuego tiene grabado un número de serial único, el cual en algunos
casos criminales son borrados o lijados para impedir el rastreo e identificación del
tipo de arma y a que fabricante pertenece. Mediante el uso de la restauración
química, en este caso el uso de agua fuerte, estos números pueden volver a ser
legibles nuevamente.

• Análisis de residuos de disparo y balas

Los residuos de las descargas de armas de fuego es otra área de investigación.


Estos residuos pueden ser encontrados en las manos o en la ropa de algún
sospechoso. Los químicos forenses pueden encontrar la clasificación del arma y
relacionarla con el tipo de bala encontrado en una escena del crimen. Cuando un
arma de fuego es disparada, se generan gases que contienen componentes
incinerados y no incinerados provenientes de los casquillos de la bala y del
propulsor del arma. Este material se puede depositar en la ropa de la víctima o en
las manos de la persona que disparó el arma, pasando a ser un residuo. Mediante
el uso de un Microscopio de Barrido Electrónico acoplado con un Espectrómetro de
Energía Dispersiva, se pueden examinar las muestras recolectadas de los posibles
sospechosos. Este instrumento es capaz de buscar en cientos de lugares
microscópicos la presencia de pequeñas partículas del residuo.

Falsificación de documentos. Usando un aparato de detección electroestático se


pueden identificar las diferentes hendiduras de la escritura en el caso de firmas
falsas o alteración de documentos. En este caso al aplicar una descarga
electroestática sobre la superficie del papel, causará diferentes patrones en los
lugares donde están las hendiduras provocadas por la escritura. Al aplicar una carga
opuesta, una tinta negra se adherirá en los lugares de las hendiduras.

• Análisis cualitativo en caso de envenenamiento.

En este caso se determina la molécula individual que está presente en la muestra.


Con el tiempo se ha podido recolectar mucha información acerca de este tipo de
sustancias, su composición, que tipo de drogas son etc. Este tipo de test se realiza
generalmente por fotometría, aun cuando existen test químicos específicos para
algunas sustancias. Cuando se trata de sustancias naturales venenosas, son más
difíciles de identificar. Aun si la especie es identificada correctamente, existen
variaciones en la cantidad de sustancia activa presente, por lo que se deben llevar
a cabo estudios sobre la composición molecular y así confirmar la presencia de
sustancias nocivas.

• Búsqueda de huellas dactilares.

La técnica más popular usada para revelar huellas dactilares es la que usa polvo de
carbón activado finamente tamizado. La mayoría de los dedos de las personas son
de composición grasosa y oleosa. Cuando éstos entran en contacto con cualquier
superficie o material relativamente suave, la fricción suelta los aceites provenientes
de las ranuras de la huella. Cuando el polvo es aplicado a la superficie, se pega a
estos aceites y revela el patrón de la huella. Esta técnica es muy usada en muestras
de lana, metales, vidrio o plástico. En el caso de que la huella digital esté sobre una
superficie muy colorida, se usa polvo fluorescente. Cuando la superficie es expuesta
a la luz ultravioleta, el polvo brillará mostrando la huella digital, sin importar el color
de fondo en que se encuentre. En materiales porosos, tales como el cuero,
superficies de madera o papel, la técnica preferida es el uso de polvo magnético,
compuesto de partículas de hierro finamente divididas las cuales son suspendidas
en la superficie mediante el uso de una barra magnética.

• Detección de manchas de sangre.

Todos los test usados en la detección de sangre se basan principalmente en la


actividad de las enzimas peroxidasas presentes en la sangre, las cuales reaccionan
con los agentes químicos causando un cambio de color. Algunas de las pruebas
usadas son: el test de benzidina, de leucomalaquita verde, fenolftaleina o tetrametil
bencidina.

• Análisis de muestras biológicas (orina, sangre o contenido gástrico) y pelo.

Las muestras biológicas usadas entregan información acerca de la presencia de


algún tóxico en particular, o de sus metabolitos en el organismo. Se debe tomar en
cuenta los tiempos de vida media de los tóxicos, el volumen de distribución y su
afinidad por los distintos tejidos. Las muestras principales en este tipo de análisis,
son la sangre, el plasma o el suero, ya que éstas distribuyen las sustancias por todo
el cuerpo. En los casos de las intoxicaciones o muertes por envenenamiento, se
eligen las muestras de contenido gástrico ya que pueden contener restos de
comprimidos o líquidos que pueden orientar la investigación. En los órganos, como
el riñón y el hígado y en la bilis, procedentes de las autopsias, se pueden encontrar
grandes concentraciones de tóxicos. También en el tejido cerebral, el cual aporta
información en la detección de sustancias psicoactivas que actúen en el sistema
nervioso central. Para el caso en que se investigue el consumo reciente de drogas
en individuos vivos, la muestra de orina es importantes ya que en ella se excretan
los principios activos y/o sus metabolitos de la sustancia tóxica. El consumo crónico,
en cambio, es principalmente analizado en muestras de pelo ya que éstas proveen
una especie de “calendario de consumo” debido a que la sustancia tóxica no se
metaboliza en el pelo.

l concepto de prueba puede referirse a un ensayo, una evaluación, un experimento


o una demostración. Pericial, por su parte, es un adjetivo que refiere a lo que está
vinculado a un perito (el experto que aporta información de interés a un juez) o a
una pericia (el saber del perito).

PRUEBA PERICIAL

La noción de prueba pericial aparece en ciertos procesos judiciales. Se trata de


aquello que un especialista en una cierta materia analiza sobre el caso en cuestión,
informándole sus conclusiones al juez. Estos peritos no tienen relación con las
partes en litigio y deben brindar información que no sea tendenciosa.

En concreto, podemos establecer que una prueba pericial tiene como objetivo
estudiar a fondo y examinar un hecho concreto, un comportamiento e incluso un
simple objeto para poder establecer no sólo las causas del mismo sino también sus
consecuencias y cómo se produjo.
Las pruebas periciales, por lo tanto, son el resultado de una investigación o de un
análisis de un perito. Una vez que el juez accede a las pruebas periciales, pasa a
contar con mayor información para juzgar el caso en cuestión.

Cualquier prueba pericial que sea utilizada en un proceso judicial hay que saber que
está respaldada por varias garantías, tales como su competencia, su imparcialidad
e incluso lo que son las garantías de su instrucción.

Diversos son los tipos de pruebas periciales que pueden adquirir protagonismo en
un juicio, entre los que destacan los siguientes:

-Pruebas dactiloscópicas, que giran en torno a lo que son las huellas dactilares.

-Pruebas de balística forense que se encargan de examinar a fondo las armas


encontradas en el lugar del delito o que tienen mucho que ver con el mismo. Su
análisis supondrá estudiar desde las heridas causadas a las víctimas hasta detectar
rastros de pólvora en los sospechosos y víctimas pasando por acometer la
comparación de balas y casquillos.

-Pruebas físico-químicas. Estas estudian y analizan a fondo cuestiones tales como


roturas de cristales, cortes en prendas de vestir, marcas en determinados objetos…

-Pruebas de biología forense, que consisten tanto en acometer la autopsia de un


cadáver como en realizarles pruebas de drogas a víctimas o presuntos delincuentes
e incluso en analizar lo que son manchas de semen, sangre u otros fluidos
corporales.

-Pruebas psiquiátricas, que analizan a fondo lo que es el estado mental de la


persona que se sienta en el banquillo de los acusados.

Es importante destacar que la prueba pericial debe contar datos contrastados por el
perito, con una explicación sobre cómo éste arribó a las conclusiones, pero no
pueden presentar una interpretación de las leyes ni datos jurídicos. Es el juez quien
debe interpretar y valorar la información de las pruebas periciales y determinar de
qué forma estos datos se suman a la causa judicial.

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