Conjuros Babilonicos-Series Shurpu
Conjuros Babilonicos-Series Shurpu
Conjuros Babilonicos-Series Shurpu
el culto judeo-cristiano.
¿Que son las series Shurpu? Se denomina “Series Shurpu” a un conjunto de textos
cuneiformes -nueve tablillas para ser exactos –recopilados en la Babilonia entre el año
1030-1005 a.c. aprox. , si bien se las considera, estudiadas individualmente, como de
origen probablemente sumerio-acadio. En su generalidad este tipo de escritos, describen
las invocaciones y lecturas mágicas que los médicos, ó “asus”, y sacerdotes mesopotámicos
debían realizar para expulsar, cuando supuestamente los conocimientos médicos fallaban, los
demonios y maleficios causantes de la aflicción del enfermo ó del poseído. La creencia era
que muchos de los padeceres del ser humano eran el resultado de sortilegios realizados por
“invocadores de poderes demoníacos”, los”kassatu” ó “kassaptu”, los hechiceros y brujas .
Éstos rituales mágicos de “purificación” eran la forma de combatir y expulsar del cuerpo los
espíritus malignos causantes de tales males, y que eran realizados fundamentalmente
mediante la recitación de fórmulas para, ó bien para reclamar la intercesión de los dioses
protectores, la expulsión del ser infernal, ó ambas. Estas invocaciones que estaban
acompañadas de diversos rituales mágicos, caso por ejemplo de la cremación de la imagen
del hechicero. “Cremación” ó su nombre traducido a la lengua acadia, “Shurpu“, y que dá
nombre a éste conjunto de ceremoniales.
La relación entre los exorcismos mesopotámicos y los rituales de sacrificio en la religión
hebrea ha sido sobradamente probada, en lo que respecta a los rituales del “Yom
Kippur” judíos y los “ritos de sustitución” sumerio-acadios. - Los “ritos de sustitución”
consisten en fundamento el hacer que un tercero , ya sea animal ó persona, cargue con los
pecados ó males del ente que se desea sea exonerado, ya sean personas, bestias ó
posesiones en general - . pues no son pocos los estudios que sobre los actos sacrificares
israelitas, demuestran, que en su generalidad, su más que evidentes orígenes en los cultos
de Akkad, y aunque no existan una excelsa información publicada en el caso de los
exorcismos mesopotámicos en relación con los rituales hittitas, pre-islámicos ó cannanitas,
no cabe duda que existen evidencias de su paralelismo con pasajes del culto bíblico.
« …Para el hombre sabio, el habla (el dios Ea/Enki..) . Un cordero es el sustituto de un
hombre, un cordero el da por su vida. La cabeza del cordero, el da por la cabeza de hombre.
El cuello del cordero, el da por el cuello del hombre. Las carnes del cordero, el da por las
carnes del hombre…» Pasaje de texto asirio-sumerio . “Die kelienachriften und das
Alte Testament”. H. Zimmern. pag. 597.
«Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto (ganado muerto en sacrificio) y será
aceptado para expiación suya.» Levítico 1:4. Reina Valera 1960.
Tres tipos de textos rituales aparecen en los escritos de invocaciones mesopotámicas:
Los “Udug-hul” que en grandes líneas se refieren a las aflicciones no provocadas por una
demoníaca agresión; Los “Maqlu” que corresponden a maleficios de tipo espiritual, pero que
no son consecuencia de una transgresión personal hacia las divinidades, si nó fruto de la
brujería; Y los“Surpu”, del tipo espiritual, pero que son consecuencia de acciones
desconocidas, ya sea por acto u omisión, atribuibles al poseído , y que han ofendido a los
dioses. Si bien, en el primer caso, sería el “Asus” quien posiblemente dirigiera las
jaculatorias, en los restantes procedimientos, ante su dificultad y graves consecuencias, se
hacía necesaria la participación de un exorcista, los llamados “asipu”. En general, las
ceremonias dirigidas por estos exorcistas, ó ceremonias “Asiputu”, mantenían un
procedimiento dividido en dos partes: Primero se trataba de discernir el tipo de “ser
espiritual” que ocasionaba el mal. El descubrimiento del demonio poseedor se conseguía
dilucidar mediante determinadas “claves” ó signos que aparecían en la sintomatología del
poseído, bien mediante la recitación mágica de una lista de seres malignos - La conocida
como “lista shurpu de demonios” – y estudiando las reacciones del enfermo ante su
nominación ó bien mediante el estudio del habitual comportamiento ulterior del padecedor -
estas circunstancias incluían tanto posesiones, incluido esclavos, como personas vinculadas a
su círculo familiar y habitual – . Determinado el fantasma ó espíritu causante de la aflicción,
se procedía a una exortización que incluía la rogatoria a las vinculadas lesas deidades que
le enviaron y que consistía en aplacar su ira, si éste fuera el motivo, ó directamente
dirigidas a expulsar al demonio poseedor. Estos procedimientos estaban determinados hacia
la restauración de un general“equilibrio universal” que la aparición de tales seres en el
mundo terrenal, implicaba.
« Yo te invoco (texto perdido…), a vosotros grandes dioses. (…) dios (…) y diosa Isthar,
señores del arrepentimiento. Los únicos y verdaderos (…) , el único y verdadero dios, Ea
(¡?), la única y verdadera diosa, Isthar. Por los pecados de (X) , hijo de (X), de quién Él es
dios, de quien Isthar es diosa. El ésta enfermo y afligido, lleno de pena y sinsabores. ¿Ha
ofendido él a su dios..? ¿Ha ofendido él a su diosa…? ¿Habló él de negar su gracia..? ¿Hablo
él de su gracia negar..? ¿Ha él (…) señalado con el dedo..? ¿Ha tomado a los dioses en
vano..? ¿ (…) mientras susurraba..? (…) ¿Ha renegado el de Ea..? ¿Ha renegado el de
Isthar..? ¿(…), hablando de demonios..? ¿(…) hablando con odio..? ¿(…) hablando con
desvergüenza..? » Pasaje de invocación. Series Shurpu, tablilla II. “Die
Beachworumgatafeln Shurpu, Beitröge sur Kentniss der Babylonichen Religion”. H.
Zimmern.
“Es un hecho comprobado que el concepto y las representaciones más antiguas de ángeles y
demonios, en referencia al mundo divino, hay que situarlos en época sumeria, de donde
pasarían a la religión sirio-babilónica y luego al mundo hebreo…”. (F. Lara. La civilización
sumeria. Pag. 177)
« (Oremus… ) Deus qui culpa offenderis: poenitentia placaris: preces populi sui supplicantis
propitius tespice & flagella tuae iracundiae, quae pro peccatis nostris meremur averro (¿?).
Omnipotens aeternae Deus salvus aeterna credentium, exaudi nos pro famulo tuo infirmo
pro quo misericordiae tua imploramus auxilium, ut reddita sibi sanatitae, gratiarum tibi in
Ecclesia… » Pasaje de “En la que se contienen los exorcismos para exorcizar a los
energúmenos ya poseídos por el Demonio ” Parte Segunda “De la practica de
Exorcistas y ministros de la Iglesia”. Padre Benito R. Noydens. 1693 d.c.
« (Oremos…) Oh Dios, ofendido por el pecado: por la penitencia aplacado: escucha las
suplicas de tu pueblo castigado y flagelado por tu ira, merecedora por nuestros pecados.
Todopoderoso y eterno Dios de la eterna salvación, ten piedad de nosotros y de tu siervo
enfermo, por el que imploramos la ayuda de tu misericordia y su sanación, como regalo a tu
Iglesia… »
Una comparativa más exhaustiva entre “Las series Shurpu” y el “Manual del Exorcista” de
S. Juan de la Cruz, - y que este último evidencia demasiado la precariedad de mis fuentes,
ya que es más fácil encontrar literatura accesible de los “desvaríos” de Z. Sitchin, , que de
los temas aquí tratados ¡Porqué sera..? –nos demuestra que incluso en las “temáticas
exorcistas” se producen excelsos paralelismos, ya que no sólo se exortizan a los padecedores
de brujería y hechizamientos, a los animales improductivos, a los silos que pierden grano, a
las casas defectuosas, ó las más conocidas posesiones espirituales por delitos contra las
divinidades y posesiones demoníacas, si nó que incluso se llegan a exorcizar, con plena
evidencia de convergencia, las pandemias y las plagas. - cosa que no nos debe hacer
extrañar, porque hasta bien entrado el siglo XVIII , en España, se seguían abriendo
expendientes inquisitoriales contra langostas y pulgones por atentar contra los campos de
labrantío-
Referencias y textos:
“Possesion and exorcism in the New Testament and early Christianity” Eric Soresen (2004)
“Cuneiform parallels to the Old Testament” R.W. Rogers (2009)
“The Surpu incantations and Levítico V; 1-5″ M.J. Geller (1980)
“De la práctica de Exorcistas y ministros de la Iglesia” Padre Benito Remigio Noydens.
(Edición 2010)
Referencias:
“Šurpu, a collectión of sumerian and acadian incantations” Erica Reiner (1958)
Galland #2 ∙ ▲
Emperador - Administrador RE: El señor de las
moscas
No es facil explicarlo
para ello tendrias que
tener en cuenta lo que
para los Israelitas
significaba la adoracion
a Baal (un dios cananeo)
al cual Jehova ordeno
destruir por su extrema
maldad, incluso hoy
muchos argumentan que
el Dios del antiguo
testamente era cruel por
este exterminio.
Yo te explico lo de señor
de las moscas y si tienes
alguna duda ya sabes.
(posiblemente una
alteración de Baal-zebub,
que significa: “Dueño de
las Moscas”, el Baal
Mensajes: 14.206 adorado por los filisteos
Desde: 30/Abr/2005 en Eqrón. También
Beelzeboul y Beezeboul,
que posiblemente
significan: “Dueño de la
Morada [Habitación]
Excelsa”; o, si es un
juego de palabras con el
término hebreo
extrabíblico zé∙vel
[excremento]: “Dueño del
Excremento”).
“Beelzebub” es una
designación aplicada a
Satanás, el príncipe o
gobernante de los
demonios. Los líderes
religiosos acusaron
blasfemamente a
Jesucristo de expulsar
demonios por medio de
Beelzebub
26/Jul/2006 13:06 GMT+1 Perfil ∙ Privado ∙
Web
Wotan_ZZ #3 ∙ ▲
Esclavo - Expulsado RE: El señor de las
moscas
En el grimorio Judio,
ellos tienen un conjuro
para invocarlo y lo
utilizan ampliamente el
dia de hoy, en este
GRIMORIO judio, ellos
por medio de rituales
pueden controlar a esta
deidad, sin necesidad de
venderle su alma
(segun). y asi recibir
todos los poderes que
Baal, que segun estos es
muy poderoso, ya que
BAAL colma a la gente
con riquezas y poder, con
la condicion de ser
crueles con el ser
humano.
Según el evangelio
apócrifo de Nicodemo,
Belcebú no era el señor
más poderoso del
Infierno en un principio.
Éste papel lo
desempeñaba Satanás,
"príncipe y capitán de la
muerte". Pero tras la
crucifixión de Cristo,
Satán habló con Belcebú
en las puertas del
Infierno y se vanaglorió
de que estaba a punto de
traerse a Jesús al reino
infernal. De lo que se
alegraba mucho, porque
consideraba al nazareno
un enemigo que le había
quitado más de una
víctima. Pero Belcebú
rogó al que entonces era
su Maestro que no
intentara tan peligrosa
aventura, pues "el mero
poder de su nombre [de
Cristo] le perturbaba a él
y a su impía reunión".
"Entonces el Infierno,
recibiendo a Satán el
Príncipe, le dijo con
reproche y dolor: 'Oh,
Príncipe de la Perdición y
Jefe de la Destrucción,
Belcebú, despreciado por
los ángeles, escupido por
los justos, ¿por qué
querrías hacer eso?
Crucificaste al Rey de la
Gloria y, en el momento
de su muerte, nos
prometiste grandes
botines: y como si fueras
un loco, no supiste lo que
hacías. Y he aquí que
este Jesús ha echa-do a
volar por el brillo de su
majestad [sobre] todas
las oscuridades de la
muerte, y ha roto las
sólidas profundidades de
[nuestras] prisiones, y ha
dejado partir a los
prisioneros y ha liberado
a los que estaban atados
[en el tormento]. Y todos
los que se lamentaban en
nuestros tormentos se
burlan de nosotros
ahora, y mediante sus
plegarias nuestros
dominios han sido
vencidos y nuestros
reinos conquistados, y
ningún hombre ni nación
nos teme ya. Oh, Príncipe
Satán, padre de todos los
malvados, ateos y
renegados, ¿dónde
haremos [lo nuestro]
ahora? Aquellos que
desde el principio hasta
ahora habían
desesperado de la vida y
de la salvación, ahora no
se escucha ninguno de
sus rugidos habituales,
ninguno de sus gemidos
resuena en nuestros
oidos, ni hay rastro de
lágrimas en la faz de
ninguno de ellos. Oh,
Príncipe Satán, Guardián
de las Llaves del
Infierno, todos los
beneficios que habías
obtenido mediante el
árbol del fruto prohibido
y la pérdida del paraíso,
los has perdido ahora por
el árbol de la cruz y todo
tu regocijo ha perecido.
De aquí en adelante,
conocerás los tormentos
eternos y dolores
infinitos que vas a sufrir
en mi mazmorra para
siempre. Oh, Príncipe
Satán, autor de la muerte
y cabeza de todo orgullo,
deberías haber buscado
primero la materia del
Mal en este Jesús.
¿Cómo te aventuraste a
crucificar injustamente y
sin causa a aquél sobre
el que no encontraste
reproche, y a traer a
nuestro reino al inocente
y justo, y perder la culpa
y la descreencia y lo
malvado de todo el
mundo?' " [...].
"Conforme discutían el
asunto, una voz
atronadora, que sonaba
como el huracán,
proclamó: 'Alzad las
puertas, Oh, vosotros los
Príncipes, y el Rey de la
Gloria en-trará'.
Aterrorizado, Belcebú
apartó a Satán de la
Boca del Infierno, e
indignado le dijo que si
tanto quería una
conquista divina, que
combatiese con Jesús él
mismo. Entonces
Belcebú salió, cerrando
con fuerza las puertas, y
ordenó al resto de los
demonios que
protegiesen el camino
con toda la fuerza que
pudiesen concentrar."
En la época medieval
también se consideraba
que Belcebú tenía
grandes poderes. Era
muy difícil encargarse de
él, una vez se le había
conjurado con éxito. Un
ex-perto del siglo XIX,
McGregor Mathers,
señaló que "la
invocación para hacer
visible la aparición de
potencias tan temibles
como Amaymon, Egyn y
Belcebú probablemente
produciría la muerte
inmediata del exorcista;
tal muerte presenta-ría
los síntomas de la
epilepsia, la apoplejía o
el estrangulamiento".
"Belsabub goity,
Belsabub beyty"
EN LA ACTUALIDAD EL
JUDIO ELIPHAS LEVI lo
rescato de la
exclusividad judia para
que los gentiles tambien
pudiesen adorarlo sin la
intervencion de los rabbi.
y actualmente BAAL, es
la principal deidad de los
mas poderosos de este
mundo, contando entre
sus fieles devotos
grandes empresarios,
banqueros, politicos y en
especial altos grados de
la masoneria le rinden
como su deidad mas
importante. En las
mismas casas de
Saddam Hussein se
encotraron numerosas
imagenes de esta deidad,
al igual en la
organizacion Skull and
bones donde salen los
presidentes de EEUU,
esta el culto a esta
deidad.
hispapista #4 ∙ ▲
Legionario Miles RE: El señor de las
moscas
Wotan:im-pre-sio-nante
este foro tiene mucho
nivel
Mensajes: 66
Desde: 09/Jul/2006
Galland #5 ∙ ▲
Emperador - Administrador RE: El señor de las
moscas
La prostitución en los
templos y los sacrificios
de niños también eran
aspectos importantes del
culto de Baal (1 Reyes
14:23, 24; 2 Crónicas
28:2, 3). El libro The Bible
and Archaeology dice:
“En los templos de los
cananeos había
prostitutos y prostitutas
(hombres y mujeres
‘sagrados’), y se
practicaba toda clase de
excesos sexuales. Los
cananeos creían que
tales ritos de alguna
manera hacían que
prosperaran las
cosechas y las
manadas”. Esa era al
menos la justificación
religiosa, aunque dicha
inmoralidad sin duda
satisfacía los deseos
carnales de los
adoradores. ¿Cómo,
entonces, sedujo Baal el
corazón de los
israelitas?
Tal vez muchos israelitas
hayan preferido practicar
una religión que les
exigiera poco. Si rendían
culto a Baal se libraban
de observar la Ley, lo que
incluía guardar el sábado
y una multitud de
restricciones morales
(Levítico 18:2-30;
Deuteronomio 5:1-3). Es
posible que la
prosperidad material de
los cananeos haya
convencido a otras
personas de que era
necesario apaciguar a
Baal.
Los santuarios
cananeos, conocidos
como lugares altos y
ubicados en los
bosquecillos de las
estribaciones de las
montañas, deben de
haber constituido un
hermoso telón de fondo
para los ritos de
fertilidad que allí se
realizaban. En poco
tiempo, los israelitas ya
no se conformaron con
frecuentar estos lugares
sagrados de los
cananeos, sino que
construyeron los suyos
propios. “Ellos también
siguieron edificándose
lugares altos y columnas
sagradas y postes
sagrados sobre toda
colina alta y debajo de
todo árbol frondoso.”
(1 Reyes 14:23; Oseas
4:13.)
Podemos imaginarnos
una escena típica a
principios del otoño. En
un entorno natural,
saciados de comida y
estimulados por el vino,
los adoradores bailan. La
danza de la fertilidad
tenía el propósito de
despertar a Baal de su
inactividad veraniega a
fin de que bendijera la
tierra con lluvia. Bailan
sin cesar en derredor de
las columnas fálicas y
los postes sagrados. Los
movimientos, sobre todo
los de las prostitutas y
prostitutos del templo,
son eróticos y sensuales.
La música y los
espectadores los incitan
a seguir bailando. Y
probablemente, cuando
la danza alcanza su
punto máximo, los
bailarines se retiran a las
cámaras de la casa de
Baal para tener
relaciones inmorales
(Números 25:1, 2;
compárese con Éxodo
32:6, 17-19; Amós 2:8).
Después de su derrota
militar, los cananeos
pelearon de forma más
sutil. Vivían cerca de los
israelitas y animaban a
estos conquistadores a
adoptar a los dioses del
país. Los jueces
valientes, como Gedeón
y Samuel, combatieron
esa tendencia. Samuel
exhortó al pueblo:
“Quiten de en medio de
ustedes los dioses
extranjeros, y dirijan su
corazón inalterablemente
a Jehová y sírvanle solo
a él”. Por algún tiempo
los israelitas prestaron
atención a la exhortación
de Samuel y “quitaron los
Baales y las imágenes de
Astoret, y empezaron a
servir solo a Jehová”
(1 Samuel 7:3, 4; Jueces
6:25-27).
Estas “potencias
invisibles” de Satanás
promueven la
inmoralidad sexual para
esclavizar a la gente en
sentido espiritual (Juan
8:34). En la sociedad
permisiva de la
actualidad, las personas
se entregan al
desenfreno sexual,
no como si fuera un rito
de la fertilidad, sino más
bien como un medio para
sentirse realizadas o
para hacer lo que les
plazca. Y la propaganda
es igual de persuasiva.
Los mensajes sexuales
impregnan la conciencia
de la gente mediante el
entretenimiento, la
música y los medios de
publicidad. Los siervos
de Dios no son inmunes a
este ataque. De hecho, la
mayoría de los que caen
en el pecado son
personas que han
sucumbido a tales
prácticas. El cristiano
verdadero permanecerá
casto únicamente si
repudia de continuo
estas insinuaciones
inmorales (Romanos 12
.
Un saludo
Galland.
El Diablo en tierras de Canaán
12.10.07 | 08:12. Archivado en Biblia en general
o
o
El mundo cananeo, sobre el que asentaron los hebreos -como
dijimos y que hoy ocuparía grosso modo una buena parte de
Palestina, Fenicia y parte de Siria- también creía en demonios,
y la prueba está en que los textos descubiertos durante el siglo
pasado de Ugarit, en Canaán, que se van traduciendo poco a
poco, nos hablan de multitud de prácticas mágicas muy desarrolladas para
defenderse de ellos; es decir, había en Canaán un catálogo de exorcismos y
conjuros contra los demonios maléficos.
Pero no conocemos bien los diablos del mundo cananeo. Sin embargo,
pensamos, que se reflejan de algún modo en los seres maléficos del folclore
hebreo antiguo que debió de asumirlos. En efecto, leyendo con cuidado la
Biblia y a pesar de que en el culto israelita no existía de modo oficial ninguna
prescripción para defenderse de los demonios ni se habían compuesto
oraciones para suplicar a Yahvé que protegiera al pueblo ante sus ataques,
caemos en la cuenta de que los hebreos creían en la existencia de seres o
genios maléficos.
En Levítico 17 se nos dice que los israelitas durante la travesía del desierto
ofrecían sacrificios a los seirim ("los peludos"), una suerte de seres peligrosos
que vivían entre las arenas o las ruinas.
También creían los primitivos judíos que por la noche circulaba una diablesa
peligrosa, llamada Lilit, emparentada sin duda con el demonio babilónico Lilitu,
el "Nocturno", dios también de las tormentas.
En Deuteronomio 32,17 prohíbe el legislador que los israelitas den culto a
los shedim, vocablo que a falta de mayor precisión se traduce por "demonios"
en general. Se piensa hoy que estos shedim serían en principio los ayudantes
o el cortejo, es decir el plural del dios Shedu del panteón babilónico, que era
una especie de divinidad en forma de toro que unas veces aparece como genio
benéfico y otras como maléfico. El nombre de shedu se relaciona con la
raíz shud ‘ser fuerte’; pero como en hebreo el verbo shadad significa ‘devastar’,
para los judíos los shedim serían “los espíritus ‘devastadores’ por
antonomasia”.
También en los desiertos moraban otros genios maléficos,
llamados iyyim o tsiyyim (“los sedientos”), que según la imaginación popular
debían de tener forma de chacales o gatos salvajes.
Según Génesis 4,7 existía un demonio llamado robets (relacionado con
el rabitsu babilonio "el agazapado") que atacaba a los hombres y que en
concreto fue el que incitó a Caín a matar a su hermano.
Por Levítico 16,17s sabemos que todo el pueblo creía en la existencia de un
demonio poderoso, llamado Azazel, que habitaba en el desierto, y al que eran
enviados los pecados del pueblo el gran día de la purificación, pecados
introducidos dentro del cuerpo de un macho cabrío gracias a un acto mágico, la
imposición de las manos del Sumo Sacerdote.
Así que el mundo primitivo cananeo tenía multitud de demonios, pro todavía no
se veía una estructura organizada, ni un “jefe” que ejerciera el control sobre
todos ellos.
LOS VIAJES AL INFRAMUNDO
Nuestra versión resulta especial, porque cuando el héroe baja al inframundo halla riquezas; pero
lo esperado es que allí se encuentren tres (o una) doncellas que hay que rescatar.
Es claro que el cuento del Oso se aleja, en muchos aspectos, del desarrollo más frecuente de los
viajes al otro mundo, sin embargo sería erróneo negar tal naturaleza a nuestro cuento. Pensemos
en la presencia del desplazamiento, tema clave en los ritos de iniciación, como supuesto viaje al
más allá. Nos referimos a la llegada del duende que se presenta dejándose caer a pedazos, de que
ya hemos hablado. Aunque, referente a este hecho, podemos preguntamos si el relato mantiene la
memoria de un rito ancestral o incorpora un motivo ajeno pero verosímil. (Parece creíble, hecho
de mentalidad, que el cielo pueda dejar caer sobre la tierra despojos animales, humanos e,
incluso, pequeños anfibios. Valerio Máximo [Hechos..., I, VI, 5] asegura que, en determinada
ocasión, cayeron pedazos de carne sobre la tierra que fueron comidos parcialmente por las aves o
estuvieron incorruptos durante varios días algunos que fueron respetados por las aves).
Tengamos en cuenta, también, la presencia del duende, que podría equipararse al guardián del
reino inferior que aparece en los relatos típicos de descendimientos ofreciendo, finalmente, los
objetos mágicos. En nuestro cuento, según las versiones completas, el objeto mágico donado es
una oreja del propio duende. Tampoco olvidemos, entre otros motivos, la lucha con los seres
monstruosos para rescatar a la princesa (o las tres princesas, según las versiones más
completas).
Los viajes al mundo del más allá forman parte de la mentalidad de todas las culturas tradicionales.
El mito cananeo de la "Lucha entre Ba'lu Môtu" (Mitos y Leyendas de Canaan, pp. 216 ss.),
rescatado de entre los restos milenarios de Ugarit, recoge el descenso (la muerte) del dios Ba'lu al
reino subterráneo de Môtu. Este mito, junto a los otros, muestra muchos motivos reconocibles en
el folklore. Cuando a Ba'lu le dan orden de ir al infierno, recibe toda una serie de instrucciones y
parte de su actividad preparatoria consiste en asegurar la sucesión, en propiciar la fertilidad:
Snorri Sturluson (Textos... de los Eddas, XLIX): "Y cuando los dioses se reunieron [después de la
muerte de Baldr], habló Frigg y preguntó quién de entre los Ases, para tener todo su amor y
favor, quería viajar al infierno e intentar encontrar a Baldr y pedirle a Hel que lo dejara marchar,
si es que quería permitir a Baldr que volviera a Asgard" (p. 70).
Véase, por otra parte, la relación del ciclo vida-muerte con el del germinativo en las sociedades
agrícolas, así como la importancia de la fertilización de la madre Tierra relacionada con la
capacidad sexual (cf. nuestro cuento Diecisiete, posible resto de esta concepción). Por otro lado,
recuérdese el nacimiento de Juan Oso.
Sigue el mito narrando la aflicción de Llu por la muerte de Ba'lu y su deseo de ir tras el dios
fallecido. Después es 'Anatu quien baja en busca de Ba'lu con su "tánica ritual", exige la liberación
del dios muerto, acaba con el rey del mundo inferior, Môtu, y posibilita la vuelta a la vida a Ba'lu.
Recordemos que 'Anatu tiene un parecido asombroso con el héroe popular vencedor de monstruos
por su habilidad guerrera. En el mito de "El Palacio de Ba 'lu" (p.185), exclama: "Sí, amordacé a
Tunnanu, cerré su boca, /aplasté a la Serpiente tortuosa, al Tirano de siete cabezas; aplasté al
Amado de llu, Arsu, /...". Además 'Anatu recibe el encargo de hacerse con el secreto del rayo,
amenaza a llu, el Toro, para que se haga un palacio a Ba'lu, porque no es admisible que el rey de
los dioses no lo tenga, y se encarga a Hayyanu que haga el palacio. La actividad de este artesano
nos recuerda la de los herreros. Así sigue el poema:
Seguidamente, la madre reina hace un conjuro donde, entre otras cosas, acerca
un puchero al fuego,
una cazuela encima de las brasas (p. 185).
Decide Ba'lu que su palacio no tenga ventanas para que "no desaparezca (Pidrayu), hija de la
luz.", ni se le resista Yammu y ni le escupa. Y, para concluir el trabajo,
que duraron siete días, al cabo de los cuales "se había convertido la plata en láminas, el oro
transformado en ladrillos" (pp. 205-206).
En una palabra, Ba'lu es ahora señor del fuego. Llama la atención, a nuestro propósito, que Ba'lu,
después de celebrar un banquete con los dioses y tomar posesión de sus villas, envía mensajeros
a Môtu, dios del infierno, para anunciarle que ha construido su palacio. Las recomendaciones que
hace a los emisarios son parcialmente las mismas que él recibirá cuando es llamado por Môtu en
el primer mito que hemos mencionado.
Evidentemente, no se puede hacer parangón entre los motivos de nuestro cuento y los elementos
narrativos cananeos; pero debemos admitir que hay ciertas coincidencias enmarcadas en el mismo
tema del descendimiento al otro mundo: indicaciones para desenvolverse en el infierno, los
pucheros en el fuego como parte de un conjuro o ritual, el dominio del fuego, la propia lucha entre
el héroe de superficie y los dioses o seres inferiores. Referente al escupir de Yammu, tengamos
presente que en otro mito anterior Ba'lu tuvo que enfrentarse a él y que lo hizo con una "maza
doble", arma mágica fabricada por Kôtaru. Es decir, que el vencido (mediante una maza) podía
escupir, tal como lo hace nuestro duende que es vencido por un cachiporrazo de Juan.
Un breve poema lírico azteca nos hace suponer que la concepción del mundo inferior por las
culturas precolombinas no difería de la de nuestras mentalidades ancestrales:
Debemos, no obstante, volver sobre las cunas de nuestras culturas occidentales para recordar
algunos aspectos más de los viajes al otro mundo. El mito acadio, de origen sumerio, "El descenso
de Ishatar a los infiernos" (Mitos Sumerios y Acadios, pp. 401-405) está íntimamente relacionado
(como los mencionados cananeos) con los problemas de la fecundidad. Ishtar dirige sus pasos a
"la Tierra sin Regreso, al reino de Ereshkigal", al "camino donde no hay sendero que posea
retorno". Al llegar a las puertas de entrada, recita una serie de amenazas al portero que comunica
el hecho a Ereshkigal que autoriza el paso de la visitante. Ishtar debe cruzar siete puertas y,
ritualmente, debe despojarse de una prenda en cada una de ellas. Como Ishtar es recluida por
deseo de Ereshkigal, "el toro no monta la vaca, el asno no se acerca a la burra, /en la calle el
hombre no fecunda a la doncella, /...". El rey, conmovido, concibe una imagen, y crea a
Asushunamir, un eunuco, para que baje a rogar por la vuelta de Ishtar. Tras largas indecisiones,
la reina del infierno ordena a su visir Namtar que rocíe a Ishtar con el agua de la vida. Cumplido el
requisito, Ishtar comienza el camino de vuelta y realiza el ritual inverso: viste una prenda en cada
puerta.
Recordemos las recomendaciones que Gilgamesh hace a Enkidu cuando éste va a bajar a los
infiernos por el pukku y el mikku, pero que Enkidu omite; constituyen todo un listado preceptivo
ritual: no usar vestidos limpios, prescindir de ungüentos, de bastón, de sandalias, de gritar,... La
no observancia de los preceptos supone la retención de Enkidu. Gilgamesh debe pedir a Enki que
abra los Infiernos para que libere a Enkidu (Mitos Sumerios..., pp. 153 ss.).
También en India, encontramos los inevitables conflictos entre los dos mundos. Como ejemplo
recordemos la historia entre el dios de la Muerte, Yama, y un devoto de Ixora omnipotente. El
penitente engendra a Marcandan, también devoto de Ixora. Llegada la hora de la muerte del
joven, Yama viene por él; pero éste se niega y se encomienda a Ixora. Como Yama no respeta ni
la imagen de Ixora, perece en combate. Sin dios de la Muerte, nadie fallece; los dioses piden a
Ixora que restituya la vida a Yama (Perés, Leyendas..., pp. 92-94). La literatura india recoge
infinidad de casos de vuelta desde la muerte. En Cuentos del Vampiro, la línea de separación de
ambos mundos es poco marcada; recordemos, por ejemplo, cómo Viravara recibe la vida tras
sacrificarse por su rey (pp.51-60), o cómo la joven enamorada resucita al ladrón cuando Bhairava
le concede un deseo (pp. 114-118). Sin duda, la historia más sugestiva del libro es la del rey que
se enamoró de una ninfa por la descripción que le hace su ministro Dirghadarshin. Cuando el rey
se sumerge en el océano por la joven, se oye una voz que dice que ésta había sido esposa del rey
Yashahketu en otra vida y que venía por ella con toda justeza. La historia termina con la vuelta al
mundo superior; la pareja se introduce en un estanque, "cuyo mecanismo secreto transportaba a
la gente al mundo terrestre. Abrazándola, el rey se dejó caer en el estanque con la joven y se
encontró de pronto en el estanque de su propia ciudad" (n.° 12).
Marco Polo (Libro de las Maravillas, cap. CLIII) explica la mentalidad China por la que se concibe la
vida y muerte como continuidad. Los cuerpos de las personas poderosas eran llevados a las piras,
y junto a ellos se colocaban figuras de animales, caballos, siervos... que iban a acompañar al
señor a la otra vida. El fuego era el elemento que separaba éste del otro mundo. Los hombres de
la provincia de Mangi, dice Marco Polo (p. 322) no temen a la muerte "ni se preocupan de ella, con
tal que vaya acompañada de honores [...], se dan a menudo muerte". No olvidemos que las
figuras que acompañan al muerto en su viaje al otro mundo, tal como dice Marco Polo, son, en lo
moderno, la sustitución de los seres reales (esposa, siervos...) y animales que ancestralmente
fueron inmolados junto al señor fallecido.
La mentalidad greco-romana también concibió la muerte como un viaje sin retorno hacia otro
mundo; pero también desarrolló ciertos viajes con vuelta y, desde luego, la posibilidad de que los
mortales pudiesen comunicarse con los muertos. Frazer (El Folklore..., pp. 398 ss.) nos habla de
los lugares concretos, oráculos de los muertos, únicas aberturas por las cuales los espíritus
ascendían o descendían de un mundo a otro. Dice que uno de los oráculos se encontraba en
Aornum, en la región de Tesprotia. Nos describe el paisaje actual y asegura que la grandeza de la
profundidad de las barrancas, el río discurriendo por la garganta, las aguas desplomándose
forman un conjunto de "soledad y desolación" que "llega a oprimir la mente y a despertar en ella
sentimientos de temor religioso y melancolía". También nos habla Frazer de otros oráculos y de
algunos casos asombrosos en que fueron puestos a prueba y no fallaron.
Ulises (Odisea, X) acudió a un oráculo y las almas, activadas por la sangre del sacrificio
ascendieron por el Erebo: "Ascendieron, reunidas, las sombras de muchos difuntos; novias y
jovenzuelos y ancianos que mucho sufrieron y muchachas con penas recientes en sus corazones"
(p. 169). Pero Ulises no deja que se le acerquen las almas a la sangre del sacrificio hasta que
Tiresias no le informa; no deja que beba ni su propia madre. Por lo demás, la historia de Ulises
recuerda en muchos aspectos al arquetipo de nuestro cuento, aunque es precisamente en los
pasajes que nuestra versión omite. Otro héroe que recuerda mucho en varios aspectos a nuestro
popular Juan es Hércules; tengamos presente también su viaje al mundo inferior (Apolodoro, pp.
61-62), de donde rescató a Teseo; aunque tuvo que dejar a Perítoo; su periplo fue posible porque
pudo iniciarse en los misterios de Eleusis (nuestro héroe, Juan, por otra parte, posee muchos
rasgos de los que caracterizan a Hércules). El mismo Apolodoro (p. 28) nos menciona el rescate
de Alcestis que murió por su esposo y fue rescatada por Core, o "según algunos Heracles luchó
con Hades y se la llevó arriba con él".
La mitología griega recoge otros descensos, pero, sin duda, el más conocido es el de Orfeo
(Apolodoro, p. 12). Orfeo no consigue el rescate de Eurídice porque incumple la única condición
que le habían impuesto los dioses para que pudiese subir a su esposa. Luis Gil (Transmisión
Mítica, p. 123) establece que con esta concepción del mito se "representa la imposibilidad
metafísica" del regreso del país de Hades. El mismo autor repara en que Orfeo es ya una figura
alejada de las viejas imágenes de héroes épicos investidos de gran fortaleza física y vigor y coraje
bélicos. El Orfeo que aparece en el mito del descendimiento está provisto, por contra, de nuevas
armas: el razonamiento y la persuasión, las limitaciones humanas, "las quejas, súplicas y
argumentaciones", que es lo único que puede oponer a las potencias de ultratumba. Perés (La
Leyenda y el C..., p. 52) asegura que el descendimiento mítico del sintoísmo japonés, el de
Izanagi es exacto al de Orfeo. Izanagi baja al Iomi tsu Kuni, infierno japonés con la misma
prohibición que Orfeo, prohibición que no cumple.
Evidentemente, ciertas concepciones mitológicas griegas fueron introduciéndose por los caminos
del pensamiento y la lógica, aunque no se desterrase la tradición, especialmente por parte del
pueblo. Referente a nuestra visión de la muerte, debemos tener en cuenta cómo fue
evolucionando la concepción de la misma, cómo se llegó a concebir el lugar del infierno como
espacio de premio y castigo. Eaco, Radamanto y Minos, más Triptólemo, fueron en su día
tribunales de las almas a las que distribuían según su mérito: destinaban las buenas a los Campos
Elíseos, las malas se reservaban para el Tártaro, mientras que las tibias se confinaban en los
prados de los asfóledos.
Sobre lo anterior, no olvidemos las enseñanzas finales de Apuleyo en El Asno de Oro. Lucio, aún
en forma asnal, recibe la visita nocturna de Isis (pp. 567 ss.) que le asegura que cuando muera,
después de descender a los Infiernos, la verá en los Campos Elíseos y que, si se dedica a su
servicio, podrá prolongar su vida más de lo previsto. Tras comer las rosas. Lucio vuelve a su
apariencia humana y se dedica por completo a la iniciación en los preceptos esotéricos del
sacerdocio de Isis y Osiris que nos son descritos. En su consagración, se revelan algunos secretos
de ella. También en Las Láridas (cap. XV), Apuleyo nos refiere la vida de Pitágoras, cómo tomó la
sabiduría de los distintos pueblos tras el cautiverio en poder de Cambises: de los magos de
Zoroastro, de los egipcios, etc. Y, el mismo Apuleyo, en El Demonio de Sócrates, nos habla de los
demonios, tal como los denominan los griegos, como de mensajeros "entre los hombres y los
dioses, estos demonios llevan y traen de unos a otros, de una parte las demandas, y de otra los
socorros; intérpretes con unos, genios bienhechores con otros... " (en la ed. de Las Metamorfosis,
p. 300).
En cierto modo, esta concepción nos recuerda la egipcia que poseía el Libro de los Muertos como
guía para orientarse en los caminos de la vida y la muerte y los que unían a ambos. El propio
Eurípides (Heracles, 610-615) menciona los ritos órficos: "Tuve la suerte de contemplar los ritos
de los iniciados". En Reso (965-975): "Pues está obligado conmigo a honrar a los amigos de Orfeo
[...], y, del mismo modo que el profeta de Baco en el rocoso Pangeo, como dios será venerado por
los iniciados en los misterios". Es claro que Eurípides refleja posturas no determinadas; recoge
diversas corrientes y fluctúa entre la vieja tradición y el nihilismo, pasando por el escepticismo:
"Mas si una deidad así lo dispone, la muerte se marcha hacia Hades llevándose los cuerpos de los
hijos" (Hec., 1109-1115). "Si es que existe algo bajo tierra" (Heracl., 590-599). "-Hija, no es lo
mismo morir que seguir viviendo. Lo uno significa la nada, en lo otro hay esperanza" (Tr., 650-
640). "La fortuna me ha arrebatado en un solo día, como un pájaro, hasta el éter" (Heracles,
510).
Platón (La República o el Estado, X) refiere como verdadera la historia de Er el Armenio. Er, que
había muerto en una batalla, iba a ser recogido entre los cadáveres corruptos, cuando se halló que
estaba vivo. Seguidamente nos cuenta sus experiencias en el otro mundo. Esta historia sigue la
línea de todos los relatos sobre las visiones en la frontera de la muerte, de los testimonios de
viajes atemporales y siderales que están hoy muy extendidos.
El Corán (sura 38) dice: "Dios llama a las almas cuando mueren y cuando, sin haber muerto,
duermen. Retiene aquellas cuya muerte ha decretado y remite las otras a un plazo fijo". Podemos
suponer, con esto, que las almas gozan de la presencia de Dios en otros mundos por medio de
una muerte temporal, el sueño, hasta la llamada definitiva. El sura 17 del Corán refiere el viaje
nocturno de Mahoma desde Meca a Jerusalén. En esa noche, Mahoma visitó el cielo y el infierno.
El editor pone de manifiesto la dificultad que entraña interpretar este episodio; para unos refleja
un hecho real acaecido el año 621 y para otros un sueño.
La mentalidad cristiana no rechaza la idea de un infierno como lugar para las almas de los
muertos. Cuando Jacob (Génesis, 37, 36) ve la túnica ensangrentada de su hijo y piensa que ha
muerto, expresa su deseo de ir al Seol, o Infierno: "Quiero descender enlutado junto a mi hijo, al
Seol". Sin embargo, el infierno de los cristianos es lugar punitivo para las almas perversas,
semejante al Tártaro griego.
San Pablo (Efesios, 4, 9-12) asegura que Cristo, de igual forma que subió al cielo, había
descendido "a la parte más profunda de la tierra". San Pablo (1 Ep., 3, 18-21) proclama la
liberación de los espíritus presos por la acción de Cristo "muero en la carne " y por medio del
bautismo (símbolo de iniciación).
La doctrina cristiana insiste constantemente en este hecho: "El murió por nosotros en la carne
para rescatarnos de la tiranía de la muerte. Descendió al Hades y franqueándolo liberó las almas
allí encerradas desde siempre. Fue sepultado y resucitó al tercer día, venció a la muerte y nos
regaló su victoria" (Barlaam y Josafat, p. 50).
Segund dize Sant Ysidoro en el catorzeno libro de las Etimologías infierno es dicho en latyn de
"infra", que quiere dezir "baxo", porque es baxo, en medio de la tierra. Onde es llamado coraçón
de la tierra porque es en medio della, asi commo el coraçón es en medio de la animalia. E de aquí
es que de Ihesu Christo es dicho que estouo en el coraçón de la tierra, conviene saber en el
infierno del linbo" (p. 229).
Conviene cerrar este apartado con la concepción de tantos pueblos que cultivaron la figura del
chamán. De Mircea Eliade (Historia de las Creencias, III, pp. 2934), podemos extraer las
siguientes afirmaciones que podrían resumir toda una teoría del origen de los cuentos y justificar
tantos motivos de hechos maravillosos que los pueblan: En otros tiempos, los «primeros
chamanes» volaban realmente por las nubes a lomos de sus «caballos» (es decir, sus tamboriles);
podían asumir cualquier forma y realizaban milagros que sus descendientes actuales son
incapaces de repetir.
Gracias precisamente a esa capacidad de viajar por los mundos sobrenaturales y de ver a los
seres sobrehumanos (dioses, demonios) y a los espíritus de los muertos ha podido contribuir el
chamán de manera decisiva al conocimiento de la muerte [...].
Los paisajes que contempla el chamán y los personajes con los que se entrevista en el curso de
sus viajes extáticos por el más allá son minuciosamente descritos por el mismo chamán durante el
trance o después del mismo. El mundo desconocido y aterrador de la muerte adquiere forma, se
organiza de acuerdo con unos tipos específicos, termina por presentar una estructura y, con el
tiempo, se vuelve familiar y aceptable. A veces, los habitantes del mundo de la muerte se hacen
visibles; adquieren un rostro, muestran una personalidad y hasta una biografía. Poco a poco se
hace objeto de conocimiento el mundo de los muertos y hasta se revaloriza la misma muerte,
sobre todo como rito de paso hacia un modo de ser espiritual. En resumidas cuentas, los relatos
de los viajes extáticos de los chamanes contribuyen a «espiritualizar» el mundo de los muertos, a
la vez. que lo enriquecen con formas y figuras cargadas de prestigio.
Las aventuras del chamán en el otro mundo, las pruebas a que es sometido durante sus
descensos extáticos a los infiernos y en sus ascensiones celestes recuerdan las aventuras [sic] de
los personajes de los cuentos populares y de los héroes que pueblan la literatura épica. Es muy
probable que muchos «temas», motivos, personajes, imágenes y estereotipos de la literatura
épica, sean, en última instancia, de origen extático, en el sentido de que se tomaron en préstamo
de los chamanes cuando éstos narraban sus viajes y aventuras en los mundos sobrehumanos. Ese
puede ser el origen, por ejemplo, de las aventuras atribuidas al héroe buriato.