1.2.2 Formación de Valores y Formación Actitudinal)
1.2.2 Formación de Valores y Formación Actitudinal)
1.2.2 Formación de Valores y Formación Actitudinal)
Al formar parte de una organización con valores ya definidos, como personas decidimos
suscribirlos y ponerlos en práctica. Así, asumir los valores de una organización en la que nos
interesa estar es una responsabilidad individual.
Sin embargo, las organizaciones cada vez son más concientes de la importancia de decidir y
promover sus valores y del impacto que esto genera en los ámbitos social e interno.
Los valores organizacionales no sólo influyen en situaciones de clima laboral sino que también
son definitivos en ámbitos tan variados como la estrategias de competitividad, creación de
servicios para nuestros clientes, relaciones de trabajo, procesos de innovación o decisiones de
inversión.
Los valores en las organizaciones necesitan tener un sentido práctico para no convertirse en
buenas intenciones publicadas en un cuadro sino que contengan una clara utilidad práctica
para todos los integrantes.
Para esto, todos los miembros deben conocerlos, deben acordar con sus significados,
comprender los comportamientos que implican y acordar ponerlos en práctica.
En las organizaciones existe la tendencia a dar por sentado que todos sus integrantes
conocen el significado de un valor, pero su definición no es suficiente para que todos los
miembros respondamos de la misma manera frente a situaciones con características
particulares.
Son principalmente los líderes de todos los niveles los responsables de conocer, preservar y
actuar los valores de la organización, y deben estar concientes de que todo lo que hacen o
dejan de hacer comunica valores organizacionales al resto del equipo. Que los líderes
promuevan valores requiere de mucho coraje y esfuerzo de parte de éstos y una fuerte
decisión nacida de entender cuáles son los beneficios personales y organizacionales.
Utilidad práctica
“Trabajar” los valores en una organización significa conocer mejor su importancia individual y
colectiva, su utilidad práctica, los retos que nos plantean y la manera de fomentarlos.
Para la cultura organizacional de una empresa, los valores son la base de las actitudes,
motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Son la columna vertebral de sus
comportamientos.
Como pilares, los valores no sólo necesitan ser establecidos sino que las organizaciones
deben mantenerlos, promoverlos y divulgarlos constantemente para que sus trabajadores
comprendan sus significados y los pongan en práctica en sus labores cotidianas.
Para una organización es un enorme desafío “trabajar” seriamente sus valores, lo cual se
suma a los retos diarios que presenta el mercado. Sin embargo, decidir invertir tiempo y
recursos en esta tarea deriva en la creación de una empresa fuerte, en la cual sus miembros
logran sus objetivos de manera más eficiente y satisfactoria y se sienten unidos y motivados
para forma parte de ella.
Formación Actitudinal.
Las actitudes son una expresión de los sentimientos internos que reflejan, si una persona
está favorable o desfavorablemente predispuesta hacia algún objeto (una marca, un
servicio, un establecimiento de venta al detalle). Como resultado de algunos procesos
psicológicos, no es posible observar en forma directa las actitudes, si no que deben
inferirse tomando como base lo que la gente dice o a partir de su conducta. Por
consiguiente, los investigadores evalúan las actitudes formulando preguntas o mediante
deducciones a partir del comportamiento.