1.2.2 Formación de Valores y Formación Actitudinal)

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1.2.

2 Formación de valores y formación actitudinal

La importancia de los valores en las


organizaciones
7 mayo, 2015 | 5:24 am por redaccion
Los valores son una guía para nuestro comportamiento. Forman parte de nuestra identidad como
personas y nos orientan sobre cómo actuar en los distintos ámbitos de nuestras vidas.
Aunque los valores comienzan a formarse desde una edad temprana, son personales y cada
quien les da un sentido propio; la puesta en práctica de los valores es una decisión personal.
Cada uno de nosotros determina cómo actuar frente a las distintas situaciones de su vida.

Al formar parte de una organización con valores ya definidos, como personas decidimos
suscribirlos y ponerlos en práctica. Así, asumir los valores de una organización en la que nos
interesa estar es una responsabilidad individual.

Sin embargo, las organizaciones cada vez son más concientes de la importancia de decidir y
promover sus valores y del impacto que esto genera en los ámbitos social e interno.

Los valores organizacionales no sólo influyen en situaciones de clima laboral sino que también
son definitivos en ámbitos tan variados como la estrategias de competitividad, creación de
servicios para nuestros clientes, relaciones de trabajo, procesos de innovación o decisiones de
inversión.

El desafío de nuestras organizaciones es comprender que cuando nos referimos a valores,


tiene mucha más importancia la manera como actuamos que lo que pensamos y decimos.
Pero para que los valores tengan sentido en los equipos humanos, es indispensable que sus
miembros compartan el significado explícito de los valores propuestos.

Los valores en las organizaciones necesitan tener un sentido práctico para no convertirse en
buenas intenciones publicadas en un cuadro sino que contengan una clara utilidad práctica
para todos los integrantes.

Para esto, todos los miembros deben conocerlos, deben acordar con sus significados,
comprender los comportamientos que implican y acordar ponerlos en práctica.

En las organizaciones existe la tendencia a dar por sentado que todos sus integrantes
conocen el significado de un valor, pero su definición no es suficiente para que todos los
miembros respondamos de la misma manera frente a situaciones con características
particulares.

Son principalmente los líderes de todos los niveles los responsables de conocer, preservar y
actuar los valores de la organización, y deben estar concientes de que todo lo que hacen o
dejan de hacer comunica valores organizacionales al resto del equipo. Que los líderes
promuevan valores requiere de mucho coraje y esfuerzo de parte de éstos y una fuerte
decisión nacida de entender cuáles son los beneficios personales y organizacionales.
Utilidad práctica
“Trabajar” los valores en una organización significa conocer mejor su importancia individual y
colectiva, su utilidad práctica, los retos que nos plantean y la manera de fomentarlos.
Para la cultura organizacional de una empresa, los valores son la base de las actitudes,
motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Son la columna vertebral de sus
comportamientos.

Como pilares, los valores no sólo necesitan ser establecidos sino que las organizaciones
deben mantenerlos, promoverlos y divulgarlos constantemente para que sus trabajadores
comprendan sus significados y los pongan en práctica en sus labores cotidianas.

El reto es convertir las “listas de valores” en “listas de comportamientos específicos”


relacionados con los valores.

Para una organización es un enorme desafío “trabajar” seriamente sus valores, lo cual se
suma a los retos diarios que presenta el mercado. Sin embargo, decidir invertir tiempo y
recursos en esta tarea deriva en la creación de una empresa fuerte, en la cual sus miembros
logran sus objetivos de manera más eficiente y satisfactoria y se sienten unidos y motivados
para forma parte de ella.

Formación Actitudinal.

La formación actitudinal se refiere a la formación de actitudes del personal, ante la


sociedad a la que sirven, el trabajo, superiores, subordinados, compañeros y hacia sí
mismo, lo cual tendrá una beneficiosa incidencia en el clima dentro y fuera de la
institución y en su entorno de desempeño.

Las actitudes son usualmente


consideradas como construcciones hipotéticas, o sea una entidad o proceso que se
supone existe y que da origen a fenómenos mensurables, pero que no son directamente
observables, sino que se infiere precisamente mediante estos mismos fenómenos.
Cuando hablamos de actitudes nos referimos a procesos psicológicos que se supone
que intervienen en el desarrollo de la actividad humana, pero que no son manifiestos,
explícitos, claros, sino que se mezclan con los restantes procesos, que es necesario
efectuar un análisis muy cuidadoso para lograr extraer mediante métodos y
procedimientos de la investigación científica sus características fundamentales.
Según Charles Swindoll: "Mientras más vivo, más cuenta me doy del impacto de la actitud
en la vida. La actitud para mí es más importante que los hechos. Esta es más importante
que el pasado, que la educación, que el dinero, que las circunstancias, que los errores,
que los éxitos, que lo que otras personas piensen o digan o hagan. Esto es más
importante que la apariencia, que los regalos o las habilidades. Esta romperá una
compañía, una iglesia, un hogar. Lo más significativo es que tenemos una elección cada
día, en dependencia de la actitud que vamos a asumir ese día. Nosotros no podemos
cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar el hecho de que las personas van a actuar
de cierta manera. No podemos cambiar lo inevitable. La única cosa que podemos hacer
es jugar sobre una cuerda que tenemos y eso es nuestra actitud. Estoy convencido de
que la vida es 10% de lo que nos pasa y 90% cómo yo reacciono a ello. Y así es, con Usted
estamos a cargo de nuestras actitudes."

Aunque existen múltiples definiciones de la actitud podemos plantear que la misma


constituye un estado mental y neural de disposición, organizado a través de la
experiencia, que ejerce una influencia directiva o dinámica sobre las respuestas del
individuo ante los objetos y situaciones con los cuales se relaciona.

Se destacan los siguientes aspectos:

 Su carácter de tendencia o disposición.


 Su carácter aprendido o adquirido mediante la experiencia.
 Su influencia en la conducta.

Las actitudes son una expresión de los sentimientos internos que reflejan, si una persona
está favorable o desfavorablemente predispuesta hacia algún objeto (una marca, un
servicio, un establecimiento de venta al detalle). Como resultado de algunos procesos
psicológicos, no es posible observar en forma directa las actitudes, si no que deben
inferirse tomando como base lo que la gente dice o a partir de su conducta. Por
consiguiente, los investigadores evalúan las actitudes formulando preguntas o mediante
deducciones a partir del comportamiento.

Los comportamientos del proveedor (sugerencias, ayudas, recomendaciones, creencias,


intenciones) nos hablan a favor de una actitud positiva hacia su trabajo. Entonces, ¿Qué
son las actitudes? De acuerdo con una definición popular, una actitud es una
predisposición aprendida para responder en una forma consistentemente favorable o
desfavorable con respecto a un objeto dado.

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