Consejería Pastoral

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HEYBER ROSEMBER GONZÁLEZ ÁVILA

PSICOLOGÍA PASTORAL
PROF. Ptr. ANDRÉS ARANGO
ISUM
6 de agosto de 2019

CONSEJERÍA PASTORAL
CAPÍTULO 1- LA ÉTICA DEL CONSEJERO
(EDGARDO MUÑOZ)

La consejería pastoral es una práctica frecuente en el ministerio, debido a la necesidad continua


de orientar, de forma individual, a las personas en su caminar con Dios. Por tal motivo, es muy
importante conocer claramente a los feligreses por sus nombres, sus necesidades apremiantes y
lo que busca con anhelo en su corazón, para que haya frutos reales en su vida espiritual y una
verdadera comunión con el Señor.

En muchas ocasiones, los feligreses no necesitan contar solamente con una prédica generalizada
sino con un espacio personalizado de atención para solucionar todo aquello que lo aleja del
Espíritu de Dios; las diferentes etapas de la vida requieren especial atención: la adolescencia, la
adultez: el noviazgo, el matrimonio, la separación familiar, los hijos, las finanzas, etc., y los
problemas que vienen consigo después de una pérdida familiar, económica o social; requieren de
un acompañamiento especial para entender las vicisitudes de la vida y los propósitos del Señor
en todo momento. “Cada cambio de escenario desorienta a los protagonistas. Allí está el
consejero para evitar que alguien se pierda. A veces los creyentes no saben que necesitan
orientación. Pero la mayoría de las veces, la comunión cristiana permite un único intercambio
dado por la iniciativa de los necesitados.” (Muñoz, 2010 p. 5)

RAZONES POR LAS QUE SE BUSCA CONSEJERÍA:

1. Problemas personales intrapsíquicos: Son inherentes a la autoestima del individuo y


generan sufrimiento, temor, angustia y estrés por situaciones vividas o decisiones por
tomar. Se manifiestan en estados depresivos o de ansiedad que en últimas son producto
de las frustraciones por las malas decisiones del pasado que no se pueden cambiar o por
la incertidumbre del futuro y los requerimientos y problemáticas actuales: adicciones,
libertinaje sexual, difusión masiva de información, identidad sexual, nuevas tendencias
axiológicas, etc., que abruman y producen sentimientos de ira y agotamiento constante
en la búsqueda terrenal para solucionar todo aquello que nos incomoda.
2. Problemas interpersonales: Se trata de la forma como nos relacionamos con los demás;
aquí se relacionan los problemas familiares y las normas establecidas en el vínculo y el
rompimiento o desacuerdo de éstas. En segundo lugar, se encuentran los problemas
matrimoniales, ya que la convivencia con los defectos hace que la problemática aunde,
sobre todo si no hay referentes positivos familiares. En tercer lugar, estás las fracturas con
los amigos, que pueden ocasionar desajustes emocionales por los engaños y peleas. Por
último, van las relaciones en el ámbito laboral, escolar o en el vecindario donde residimos.
3. Problemas situacionales: Este tipo de problemáticas son medioambientales como las
situaciones financieras, catástrofes, enfermedades, desarticulación de la familia, la iglesia
o el círculo social en el que se convive, etc.
4. Problemas espirituales: Son nuestra área especial de trabajo ya que se tratan de la
relación entre el individuo y Dios. Según Polischuk (Citado por Muñoz) se dividen en:
personales-doctrinales (dilemas sobre la fe), personales-habituales de conducta (relación
entre lo que hacen y creen), interpersonales-doctrinales (diferencias con otros por la fe
en una comunidad particular).

METAS DE CONSEJERÍA

1. Aceptación de la realidad. El consejero debe ayudar a enfrentar la realidad en un plano


objetivo sin vivir en utopías o mecanismos de defensa para no aceptar los hechos tal y
como son.
2. Objetividad del problema. El consejero debe ayudar a que se vea el problema tal y como
es, sin subjetividades y distorsiones creadas por el aconsejado.
3. Alivio de la tensión. El consejero debe brindar tranquilidad para despejar las posibles
soluciones que tiene un problema, a veces el aconsejado tiene la respuesta al problema
sin darse cuenta por la angustia que trae consigo, lo mejor es dejarlo hablar.
4. Sentirse amado y aceptado. Se deje generar un ambiente armonioso para que el
aconsejado se sienta valorado y apreciado.
5. Resolución de la crisis. La buena consejería ayuda a solucionar de raíz el problema sin
dilaciones y temores que pueda traer el proceso.
6. Recibir una perspectiva divina. La ayuda divina supera cualquier especialidad, por ello si
Dios está presente en la consejería; Él guiará sobre la respuesta que necesita el
aconsejado.
7. Rectificación de actitudes o conductas erróneas. Dios permite que enmendemos el
camino cuando se sabe que hemos fallado. Por ello, el aconsejado debe asumir una actitud
correcta de lo que debe hacer.
8. Crecimiento en la confianza con Dios. Dios nos da la palabra exacta para aconsejar en
medio de la tribulación, por ello el Consejero debe ser instrumento de Dios para guiar el
proceso.
9. Eliminación de los sentimientos negativos y aliento en los positivos. A veces como
Consejeros no enseñamos que los sentimientos negativos son parte de la naturaleza
humana y nos cargamos con ellos, la mejor consejería es enseñarle a la persona a
reevaluar lo que siente y cómo el manejo adecuado puede llevarlo a la resolución del
problema.
10. Incrementar la autoconfianza y la autoestima. Ayudar al aconsejado en afianzar sus
virtudes hace que entienda el propósito y llamado hecho por el Señor.
11. Fortalecer el sentido de responsabilidad. En esta parte, el aconsejado debe ser
responsable y medir las consecuencias de sus acciones, generando una madurez espiritual
para asumir los problemas.
EL CONCEPTO DE UN CONSEJERO

Un pastor consejero tiene unas funciones que no son compatibles con las profesiones enfocadas
a la salud; por ello debemos tener claro, cuáles son nuestras potestades en el momento de
aconsejar. En primera instancia, nuestro fundamento es la Palabra de Dios para ser un
ORIENTADOR y servir como testimonio de lo que Dios puede hacer en nuestras vidas si seguimos
su Palabra.
Además, debemos recordar que como toda función pública tenemos límites para no caer en la
omisión o extralimitación de lo que debemos hacer.
 Ayudar al aconsejado a tomar sus propias decisiones, ya que él sabe en qué
circunstancias y fortalezas puede llevar el proceso.
 Asumir las consecuencias de la toma de decisión, la libertad de decidir ayudará a que el
aconsejado adquiera madurez en su proceso.
 Diferentes alternativas de solución, se deje orientar a la persona que hay varias
posibilidades para solucionar una problemática particular.
 Adelantar las consecuencias, el aconsejado en medio de la tribulación puede no percibir
el panorama de sus decisiones, por ello es importante mostrarle lo que podría suceder
después de su decisión, siempre fundamentado en la Palabra de Dios.
 Ser un instrumento de amor, siempre se debe transmitir el amor de Cristo, así no estemos
de acuerdo con la decisión asumida por el aconsejado y siempre ser mediadores cuando
haya dos o más personas involucradas.
 Intercesión, el sacerdocio incluye oración continua por los afligidos en presencia de ellos
y en nuestras oraciones diarias. Así como lo manifiesta Muñoz (2010: p. 14) “La consejería
pastoral busca edificar a los santos, lo que significa conducirlos a un mayor grado de
madurez, santidad y disciplina espiritual. Nunca dudemos que Cristo nos usa mientras
cumplimos con nuestro ministerio”.
BIBLIOGRAFÍA

MUÑOZ, Edgardo. (2010) Consejería Pastoral. ISUM. Argentina.

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