TEMPERANCIA
TEMPERANCIA
TEMPERANCIA
Ésta es una expresión del NT, aunque la idea de temperancia como una virtud de
prudencia se encuentra frecuentemente en el AT, particularmente en Proverbios. La
temperancia indica el dominio de los deseos en favor de intereses y fines más elevados. El
término griego, enkrateia, se deriva de enkrateuomai, «sujetarse a sí mismo», «tener un
poder interno»; de ahí, entonces el autocontrol.
La temperancia fue predicada por Pablo a Félix junto con la justicia y el juicio que vendría
(Hch. 24:25), una bien calculada trilogía para llevar a la convicción de pecado.
La temperancia es una parte del fruto del Espíritu (Gá. 5:23). Es la tercera virtud que se
agrega a la fe en la lista de 2 P. 1:5–7, y contribuye al fruto, visión, firmeza y abundante
entrada al reino eterno de Cristo (vv. 8–11). Es una de las características esenciales de los
obispos o ancianos, quienes además deben ser hospitalarios y buenos, sobrios, justos y
santos (Tit. 1:7, 8).
Pablo pone un énfasis especial en la temperancia como algo esencial para triunfar en el
servicio cristiano (1 Co. 9:25–27), usando la analogía de aquellos que se afanan en las
pruebas atléticas. Él da una definición clara en la declaración: «sino que golpeo mi cuerpo,
y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga
a ser eliminado» (v. 27).
Debe quedar claro que la temperancia se aplica únicamente en el área de lo legítimo. No
existe temperancia en lo que es malo intrínsecamente. Nadie puede ser moderado
haciendo lo malo. La abstinencia completa es la regla cristiana en actos o prácticas
contrarias a la voluntad conocida de Dios (2 Co. 6:17).
PUEDO ver en las providencias divinas que la obra médico-misionera ha de ser una
gran cuña de entrada por la cual pueda alcanzarse el alma enferma (Counsels on
Health, pág. 535).
La evangelización del mundo es la obra que Dios ha encomendado a los que salen en
su nombre. Ellos han de ser colaboradores con Cristo, y han de revelar a quienes
están por perecer su amor tierno y misericordioso. Dios pide que miles de personas
trabajen por él, no predicando a las personas que ya conocen la verdad, repasando
una y otra vez el mismo terreno, sino amonestando a quienes nunca han escuchado
el último mensaje de misericordia.