LIFEPACK
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Cuando Andrés y Claudia caminaban por las calles detectaron que algo no estaba
funcionando con los residuos sintéticos y por tanto debía existir una solución que
rompiera cualquier paradigma en el reciclaje. Se hicieron muchas preguntas en
torno a qué estaba pasando con los procesos de selección de la basura, si los
plásticos y el icopor no biodegradables terminaban inundando los océanos, ríos y
parajes silvestres.
Esta pareja de esposos observó que la mayor práctica de las personas es tirar al
suelo los desechos y empaques de lo que consume, entonces apelaron al viejo
refrán: “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Y es que no se trata de
estimular las malas prácticas. Por el contrario, estos ingeniosos caleños no se
quedaron en una lucha en la que ya lleva ventaja la poca conciencia ambiental de
los habitantes del planeta, lo que hacen es trabajar para que eso que es un
problema termine por ser una ventaja para el medio ambiente.
Las cifras son catastróficas: si las personas arrojan cerca de 8 millones toneladas
de plástico por año al océano ¿cuándo acabará el ciclo si cada un vaso
desechable o bolsa de plástico puede tardar hasta 1000 años en biodegradarse?
LifePack tiene dos metas fijadas: La primera es obtener recursos para replicar su
modelo de negocio ambiental en Saint Louis, MO. Para ello acaban de lanzar una
campaña de crowfounding en Kickstarter a través de la cual se podrá aportar
dinero colectivamente, Lifepack fue seleccionada entre tres finalistas en los
premios Viva Schmidheiny 2017 en la categoría Innovación Ambiental.
La segunda LifePack busca presencia en ciudades como Cali, Bogotá, Medellín,
Manizalez, Neiva, Barranquilla, Villavicencio y Palmira. Y posteriormente de llegar
a todo el mundo.