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El siguiente material es una traducción

realizada por fans para fans.


Beautiful Coincidence no recibe compensación
económica alguna por este contenido,
nuestra única gratificación es el dar a
conocer el libro, a la autora; y que cada
vez más personas puedan perderse en este
maravilloso mundo de la lectura.
Si el material que difundimos sin costo
alguno, está disponible a tu alcance en
alguna librería, te invitamos a adquirirlo.
2
Página
Agradecimientos
Dirección de Traducción
Itorres, Scherezade

Traducción e Interpretación
Ana09, CynthiaL, DianaX, Femme Fatale, Itorres, Jess, lauu lr, Leon,
Nora Greene, rihano, Scherezade

Corrección de Estilo
Cande34, Femme Fatale, ivettelaflaca

Lectura Final
Femme Fatale

Diseño de Imagen
Scherezade
3
Página
Contenido
Terri Anne Browning
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Epílogo
The Rocker Who Holds Her
4
Página
Terri Anne Browning

H
abiendo tenido una pasión por la lectura desde el momento en que
mi tía me dio por primera vez mi primer romance, poco a poco
crecí aburrida de solo leer.

Quería controlar a los personajes, hacerlos quien yo quería que fueran y,


de esa manera, nunca estaría decepcionada con los finales.

Pronto aprendí que no siempre es tan fácil. Los personajes controlan al


autor. Pero todo eso es parte de la diversión al crear una nueva historia.

El ver adónde te llevan estas personas en su viaje para encontrar a su alma


gemela se ha convertido en mi nueva pasión y conseguir incorporar mi amor
por la música —música rock en particular—, ha sido un sueño hecho realidad.

Gracias por tomar este viaje loco conmigo, ¡no puedo esperar para ver
adónde vamos después!
5
Página
Sinopsis
El Rockero…

Y
o era el amante de la diversión, tranquilo, el demonio de diferentes
chicas —bien, diferentes chicas todas las noches—. Una mirada a
un par de ojos violeta y todo eso cambió. Ella ni siquiera se da
cuenta de lo hermosa que es y eso hace que la quiera aún más. Darme cuenta de
que ella está tan dañada como yo me rompe el corazón. Harper es una parte de
mí, mi otra mitad. Si tan solo abriera sus increíbles ojos y viera cómo me
siento…

La Belleza…

Sabía que no era el tipo de Shane Stevenson. Los rockeros calientes no son
para las chicas simples como yo. Años con mi madre diciéndome cómo no tengo
nada de bella me lo han asegurado. No tengo nada que ofrecerle a un tipo que
está tan acostumbrado a chicas calientes babeando por él. ¿Por qué es que
siempre está ahí cuando me doy la vuelta? ¿Y por qué se siente como pequeñas
agujas perforando mi corazón ante el mero pensamiento de él con otra persona?

CONTENIDO PARA ADULTOS. NO APTO PARA LOS LECTORES


6

MENORES DE 17 AÑOS.
Página
Prólogo

P
arecía que todo el campamento de remolques se había aparecido
para mostrar sus respetos.

Seguía dando un vistazo alrededor, absorbiéndolo todo;


cualquier cosa para evitar que mi mirada fuera al único lugar al que no quería
que fuera, aunque parecía incapaz de evitar ir a la deriva hacia… el ataúd y la
mujer yaciendo ahí viéndose tan en paz…

Mis ojos aterrizaron en el Sr. Thornton. El padre de Jesse llevaba un par


de jeans desteñidos y una camisa de botones que estaba demasiado apretada
alrededor de su panza cervecera. Su cabello de hecho estaba peinado por
primera vez y parecía que se había tomado el tiempo de afeitarse. Sus ojos
estaban claros, algo raro. Suponía que al Sr. Thornton le había agradado mi
mamá.

Nik estaba parado con su mamá, en realidad su tía Sarah quien había dado
un paso adelante cuando el holgazán de su viejo murió. Se veía un poco perdida.
Sarah y mamá habían sido amigas, pero todos sospechábamos que había algo
mal con la mamá de Nik. Había estado teniendo horribles dolores de cabeza
últimamente y a veces parecía no poder recordar cosas.

Mi mirada vagó más allá de mi amigo y su madre, aterrizando en gente al


azar aquí y allá. Algunas chicas del lado oeste del campamento de remolques
estaban juntas en un grupo. Había follado a cada una de ellas una o dos veces,
probablemente se estaban preguntando cuál de ellas iba a ser lo bastante
afortunada para consolarme más tarde en la noche. No quería consuelo de
ninguna de ellas.
7

Nuestra casera estaba hablando con Drake, asegurándole nuevamente en


Página

voz baja que no iba a echarnos de nuestro remolque. A ella le agradaba Drake,
principalmente porque él no se quejaba cuando lo hacía hacer duro trabajo
manual alrededor del deteriorado campamento de remolques del que era dueña.
Esa vieja urraca estaba probablemente asustada a muerte de que fuéramos a
guardar nuestras cosas e irnos y tendría que encontrar a alguien que no haría ni
la mitad de las cosas que mi hermano hacía y por más dinero.

Por ahora no estábamos preocupados por el dinero. Mamá había tenido


una considerable póliza de seguro de vida que había cubierto cualquier muerte
posible. Incluso suicidio…

Algo atrapó mi atención por el rabillo de mi ojo y me di la vuelta para


encontrar a la Sra. Jameson tambaleándose en la entrada de la funeraria. Tenía
el brazo de Emmie en un fuerte agarre y estaba arrastrando a la niñita cojeando
detrás de ella. Emmie casi tropezó y trató de esconder su mueca de dolor.

Quería tanto ir hacia Emmie y alejarla de esa perra. Mi hermano casi había
ido a prisión para salvarla de un monstruo, solo para que ella tuviera que ir a
casa y enfrentar al monstruo con el que tenía que vivir todos los días…

Una fuerte mano aterrizó en mi hombro y apretó.

—¿Cómo estás? —preguntó la profunda voz de Jesse en voz baja.

Me alejé de su mano con un encogimiento. No era que no quisiera el


consuelo. Sólo que tenía tanto en mi mente justo ahora y un montón de mierda
que intentaba con tantas fuerzas olvidar volvía a emerger con venganza. Temblé
ante el solo pensamiento de alguien tocándome…

—Estoy bien —le aseguré a Jesse, pero desde luego que era una mentira.
No estaba seguro de cómo estaba o siquiera cómo se suponía que estuviera.

Mi mamá se había ido y era todo culpa mía. Jamás debería haber abierto
mi boca. Jamás debería haberle dicho a mi mamá lo que pasó o por qué Drake
había hecho lo que le había hecho a Rusty. Si no lo hubiera hecho, entonces
8

ella no habría asesinado a su esposo… ¡No se habría suicidado!


Página
Dedos diminutos agarraron mi mano.

—Siento mucho que tu mamá se haya ido, Shane —murmuró Emmie en


una voz suave.

Algo de la tensión alrededor de mi corazón se aflojó cuando di un vistazo


hacia ella. Por primera vez desde que mi mundo había colisionado la semana
anterior, sentí mis ojos arder. No había llorado por mi mamá o por nadie más.
La conmoción se había instalado y ahora solo estaba descongelándome. Lo
bastante loco, solo tomó a Emmie para hacer el descongelamiento.

Me incliné para que estuviéramos a la altura de los ojos. Ella apenas tenía
nueve, pero había visto tanto en su joven vida que actuaba años mayor. Estaba
más allá de aliviado de que Drake hubiera sido capaz de ahorrarle la adición de
pesadillas de abuso sexual por encima de lo que ella ya tenía que atravesar
diariamente.

—Gracias, Em. —Me estiré para empujar su cabello fuera de su rostro y vi


el moretón en su rostro. Se estaba desvaneciendo y supuse que tendría una
semana de antigüedad. Sus piernas y brazos eran una sinfonía de moretones de
varias etapas, oscilando desde el amarillo pálido hacia azul oscuro y morado.
Tenía que pelear conmigo mismo para no llamar a servicios infantiles cada vez
que la veía así, pero sabía que si Emmie era alejada de su mamá y puesta en
acogida temporal, posiblemente podía terminar en un lugar peor del que estaba
justo ahora.

—¿Es mi culpa?

Su pregunta susurrada me apuñaló en las entrañas y la abracé fuerte por


un largo tiempo antes de responder.

—No, muñeca. Esto no es tu culpa. —Me alejé lo suficiente para


encontrarme con su mirada, su verde mirada—0 Jamás pienses eso, ¿de acuerdo?
Tú no hiciste nada malo.
9
Página

Después de una pequeña duda, finalmente asintió.


—Está bien.

Jesse se inclinó y agarró su mano.

—Vi algunas galletas, Emmie. Vamos a conseguir algunas.

Aunque pude escuchar a su estómago gruñir, Emmie negó con la cabeza.

—No, no puede dejar a Shane. Él me necesita.

Lo bastante triste, ella tenía razón…


10
Página
1
Shane

F
roté el sueño de mis ojos y me senté, sacudiéndome el recuerdo del
sueño de la noche anterior.

Me sentía inquieto, lo cual no era nada nuevo para mí.


Suspirando, me puse unos bóxers y un par de pantalones cortos de baloncesto y
me dirigí hacia la cocina con mi camiseta aventada sobre mi hombro. La puerta
de Drake estaba cerrada y lo podía escuchar roncando mientras pasaba su
habitación. Hice una mueca, sintiendo pena por mi hermano. Había pasado los
últimos dos días con Lana mientras él estaba mordiéndose las uñas por volver a
verla después de tanto tiempo.

Saqué una botella de agua del refrigerador y tomé a tragos la mitad de esta
antes de tirar mi camiseta sobre mi cabeza y buscar mis zapatos de correr.
Necesitaba una carrera, algo para aclarar mi cabeza del sueño que me había
perseguido las últimas noches. Correr siempre me ayudaba a ver las cosas con
claridad.

Tomé las escaleras en lugar del elevador para poder calentar. Le di un


asentimiento al portero nocturno, quién estaba todavía en labor y me puse mis
audífonos mientras golpeaba el pavimento. Central Park estaba a unas pocas
cuadras de distancia y me dirigí en esa dirección mientras estiraba mis
pantorrillas.
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El parque estaba bastante muerto a esta hora, excepto por los ocasionales
Página

trotadores mañaneros. Corrí ocho kilómetros antes de detenerme para


conseguir otra botella de agua. Caminé de vuelta al apartamento, enfriándome,
pero sintiéndome todavía inquieto. Sabía que era porque no había tenido sexo
en tres días.

Debería simplemente ir a uno de mis clubes usuales, dar rienda suelta para
sacar estos sentimientos con alguna extraña. Pero incluso mientras el
pensamiento pasaba por mi mente, sabía que no iba a hacer eso. No quería ir a
ningún club. Estaba cansado de toda la escena… Y eso estaba simplemente mal
para mí. No podía recordar un tiempo en el que no quisiera sexo. Estaba
acostumbrado a obtenerlo al menos una vez al día. Tres días era un nuevo récord
para mí. ¿Me estaba enfermando? Joder, ¡necesitaba poner en orden mi cabeza!

Todavía era temprano, pero estaba seguro de que Drake estaba levantado
y preparándose para el trabajo en este momento. No estaba listo para verlo otra
vez. Solo me interrogaría acerca de Lana y lo que habíamos hecho el día de ayer
y qué iba a hacer ella hoy. Eso solo nos deprimiría a ambos y no estaba de humor
adecuado para añadir depresión a mi lista de emociones el día de hoy.

Sacando mi iPhone de la tira pegada a mi brazo superior, saqué la


fotografía de Lana y le envié un texto rápido.

¡Aburrido! ¿Dónde dijiste que estaba ese gimnasio?

Había caminado más de dos cuadras antes de que ella respondiera con la
dirección del gimnasio al que iba y en el que trabajaba su compañero de piso.
Suspirando, giré mi gorra de los Red Sox y volví a colocar mi teléfono en mi
brazo antes de dar la vuelta. Iba a hacer todo el ejercicio de una semana en un
solo día.

El tipo en recepción me dio una amistosa sonrisa excesivamente falsa


cuando entré por la puerta. En mi andrajosa gorra de béisbol, desgastados
pantalones cortos de baloncesto y camiseta llena de agujeros, me veía como si
tuviera cerca de cinco dólares a mi nombre. Por la vista del lugar, no daba
12

servicio a los poco privilegiados.


Página
Me gustaba estar cómodo cuando corría y me importaba una mierda cómo
me veía. Si estaba haciendo cualquier otra cosa que no fuera ejercitarme,
entonces me aseguraba de verme bien. Emmie y los chicos me daban un infierno
por ello, pero me gustaba la sensación de la ropa de diseñador contra mi piel
casi tanto como me gustaba estar detrás del volante de un auto con algo de
potencia.

—¿Puedo ayudarte? —preguntó Tipo Falso detrás del mostrador cuando


solo me quedé ahí parado mirando alrededor. Desde donde estaba parado pude
ver la sala de pesas en el segundo piso, con las cintas para correr y otro equipo
para cardio a la izquierda. El equipo que localicé eran cosas costosas y los tipos
haciendo levantamientos eran grandes fisicoculturistas.

Saqué mi billetera del bolsillo de mis pantalones cortos y le entregué mi


licencia de conducir de California y mi Visa.

—Una amiga mía me recomendó este lugar —le dije al tipo—. Me gustaría
abrir una membresía.

Tomó mi tarjeta y licencia, frunciendo el ceño cuando vio mi nombre. Su


cabeza se levantó de golpe y la sonrisa ya no fue tan falsa esta vez.

—Sr. Stevenson, bienvenido a Fit for Life. —Apuntó hacia la etiqueta con
su nombre como si no fuera capaz de verla—. Mi nombre es Geoff. Solo necesito
que llene estos papeles mientras paso su tarjeta.

Tomé la pila de papeles sujetos a un portapapeles y los llené, maldiciendo


cuando me di cuenta de que no tenía idea de cómo responder a la mitad de las
cosas en los formularios. Emmie sabía la mayoría de esa basura, así que no tenía
qué preocuparme. Hice una mueca, extrañando a Emmie más y más mientras
pasaban los días.

Emmie era mi roca y ahora estaba a cuatro mil ochocientos kilómetros


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lejos de ella. Por primera vez en mi vida, extrañaba el hogar, lo cual no tenía
Página
sentido si lo pensabas. Ni siquiera había tenido un verdadero hogar hasta el año
pasado cuando todos nos asentamos en Malibú. Pero Emmie era mi hogar…

Dejé la mayoría de las páginas en blanco, asumiendo que de cualquier


forma el gimnasio no necesitaba saber cada pequeño detalle para que me dieran
la membresía. Geoff me regresó mi tarjeta y mi licencia, junto con una tarjeta
llave que actuaba como mi pase para entrar al gimnasio.

—Si hay algo que necesite, solo dígamelo. Si quiere utilizar a nuestro
personal de entrenadores, son lo que están camisetas azules. Serían ciento
cincuenta por la primera sesión y doscientos después de esa. Solo dígales que lo
carguen a su cuenta.

Me dirigí directo hacia las pesas en el segundo piso. Tenía algunos


músculos decentes, pero nada como los aspirantes a Hulk que estaban
bombeando hierro como si su vida dependiera de ello. Venas resaltaban desde
todos los ángulos en sus cuerpos bronceados con spray. Mientras aumentaban
el número de repeticiones que hacían, más graciosas eran sus expresiones
faciales.

Cuando terminé de levantar pesas —de acuerdo, cuando terminé de


observar a las personas—, me dirigí hacia las cintas de correr y los otros equipos
para cardio. Girando mi gorra de béisbol, recogí una toalla y me encaminé hacia
una cinta vacía en la parte de atrás de la habitación. La habitación de cardio
estaba llena de más mujeres que hombres y dejé que mis ojos vagaran mientras
entraba.

Había una linda morena en una escaladora, quien parecía más interesada
en el programa de chismes matutinos en la televisión de pantalla plana que en
lo que estaba pasando a su alrededor. Dos rubias en bicicletas estaban hablando
acerca de sus citas para su cabello que ambas tenían más tarde en el día. La
pelirroja detrás de ellas estaba escuchando atentamente como si estuviera
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siendo entrometida. Todas ellas eran calientes, pero ninguna mantuvo mi


Página

atención por más de un segundo.


Suspirando, me subí a la cinta junto a una mujer mayor con cabello café
afeitado y algunos serios músculos que en verdad me espantaron debido a que
ella era tan pequeña. Me dio un vistazo y le asentí educadamente, pero de otro
modo no me dio ni un segundo pensamiento. Vestido como lo estaba, era difícil
decir quién era yo. También sabía que en Nueva York las cosas eran más
tranquilas que en Los Ángeles cuando se trataba de locas fanáticas.

Saqué mi teléfono de la banda de mi brazo, me desplacé por mis listas de


reproducción y apreté reproducir. Tenía una lista extraña que incluía de todo
desde country y pop hasta metal y tecno. Presioné el botón de inicio rápido y
aumenté la velocidad para que fuera a un ritmo regular.

A los veinte minutos dentro de mi carrera recibí, recibí un texto con una
foto de Lucy. Era una foto de ella y la iguana por la que Drake se había metido
en problemas por dársela. Por supuesto, Jesse estaba en el fondo haciendo caras
raras a la enorme lagartija. Dado que parecía que él no podía soportar a la
mascota, me pregunté cómo reaccionaría si a Lucy se le cumpliera su deseo y le
dieran una serpiente como la que ella había estado pidiendo. Jesse no era
precisamente un amante de los reptiles.

Disminuí la velocidad lo suficiente para enviarle una respuesta. Cuando


terminé y presioné enviar, noté que la elíptica frente a mí tenía una nueva
ocupante. Mis ojos inmediatamente se arrastraron por lo apretado de sus muslos
y culo. Mi mente se apagó por medio segundo y tuve que actuar rápidamente o
me habría caído de la maldita caminadora.

Presioné detener y solo me quedé ahí parado, observando a la perfección


femenina mientras ella se adueñaba del pedazo de equipo de ejercicio. Sus
piernas se veían como si fueran infinitas. Sus pantorrillas estaban desnudas y
noté un rastro de bronceado color miel en estas. Me pregunté si estaba
bronceada por todos lados o si tendría líneas de su bikini. Mi polla se retorció
ante la idea de descubrirlo.
15
Página
Dándome cuenta de que estaba mirando fijamente y babeando, cerré mi
boca y moví mi mirada más arriba. Su cintura era estrecha, casi inexistente. El
top que vestía se aferraba a su espalda y pude ver el contorno de su sostén
deportivo. No pude ver ninguna línea de bronceado en sus hombros y por
supuesto que a mi polla le gustó eso. Su cuello era largo, elegante,y expuesto
con su cabello color caramelo jalado en una cola de caballo.

Mientras se movía en la elíptica, vi un diminuto tatuaje en la base de su


cuello, pero no pude descifrar qué era. Quería —necesitaba—, una mirada más
de cerca.

Limpiando mi rostro con mi toalla, me bajé de un salto de la caminadora


y me metí entre la mía y la de la escalofriante chica musculosa para llegar a la
elíptica junto a la chica sexy. Mientras me subía a esta, me dio un vistazo y
aminoró su ritmo. Se estiró por su toalla justo cuando me di cuenta de quién
era.

Las dos veces que la había visto antes había estado usando lentes de
armazón oscuro, pero no habían escondido los singulares ojos color violeta. Hoy
no estaba usando anteojos, sino lentes de contacto por lo que se veía, lo cual
solo resaltaban el color. Por primera vez en mi vida estaba hipnotizado por una
par de dulces ojos.

—¡Hola! —me saludó con una sonrisa que hizo que su nariz se apretara
tan ligeramente en el final—. Pensé que habías dicho que los gimnasios no eran
para ti.

¡Estaba realmente contento de haber cambiado de parecer!

—Me aburrí —le dije con honestidad, todavía cautivado por sus ojos—.
¿Vienes aquí con frecuencia?

Su frente se frunció por un segundo y mordió el interior de su mejilla. ¿En


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serio? ¿Acabo de dejar caer esa patética línea? Podía hacerlo mejor que eso
Página
dormido. ¡Dioses! Oh, genial, ahora estaba cayendo en el hábito de Emmie de
poner plural en Dios. ¿Qué demonios estaba mal conmigo?

—Por lo general estoy aquí cuando no tengo trabajo agendado. —Harper


volvió a caer en el ejercicio con facilidad mientras continuaba hablándome.

—Eres fotógrafa, ¿cierto? —Estaba seguro de que eso fue lo que me dijo
cuando la conocí. Tuvimos una breve conversación mientras esperaba a Lana
en el apartamento que compartía con sus otros compañeros de piso.

Pareció asombrada de que lo recordara. Yo también estaba medio


sorprendido. Por lo general no recordaba los pequeños detalles acerca de las
mujeres, las únicas excepciones siendo aquellas en mi familia e incluso entonces
no ponía tanta atención.

—Sí, estoy trabajando de manera independiente ahora. —Su nariz se


arrugó—. Paga las cuentas, supongo.

—¿Tus padres no te ayudan?

La luz que había estado llenando esos ojos extraños suyos se atenuó y quise
patearme. En verdad estaba metiendo la pata el día de hoy.

—En verdad no hablo con mis padres a menos que tenga que hacerlo
—murmuró y movió su atención de vuelta a los números en su elíptica.

Harper

M
is muslos empezaron a arder mucho antes de que decidiera que
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había tenido suficiente de la elíptica. Me estiré por mi toalla y


limpié el sudor de mi frente y mi labio superior antes de tomar un
Página

sorbo de mi botella de agua.


A mi lado, Shane Stevenson, alias Caliente Rockero, rebotaba en su propia
máquina de tortura como si tuviera otras dos horas para ejercitarse. Por alguna
extraña razón, me hizo sonreír.

—Entonces, ¿qué sigue? —preguntó, quitándose su gorra de los Boston


Red Sox y revolviendo su cabello antes de volver a ponérsela.

—Ya terminé. —Una hora era mi límite, lo suficiente para deshacerme de


los postres a los que parecía ser adicta—. Voy hacia las duchas.

Su cara cayó y de hecho me dio un pequeño puchero.

—Ah, vamos, Harper. No te vayas ahora.

Ese puchero me provocó y me encontré cediendo.

—¿Qué quieres hacer tú?

Los ojos azul grisáceo se oscurecieron y vi de primera mano la mirada de


la que Lana me había advertido. Se suponía que Shane era algún tipo de
mujeriego que podía derretir las bragas de cada mujer que tuviera un libido
funcionando. Solo que no pude descifrar por qué estaba coqueteando
conmigo…

—Me vienen unas cuantas cosas a la mente. —Su voz era más baja, ronca.

Si dijera que no me afectó, sería una mentirosa. Parecía que mi libido


funcionaba bastante bien porque estaba segura de que mis bragas sí se
derritieron un poco, pero sabía mejor que tomarlo en serio. Chicos tan calientes
como Shane no iban por chicas como yo.

Sonreí y empujé su hombro.

—Estoy hambrienta. Vamos a ducharnos e ir por algo de desayunar.

—O podríamos hacer eso. —Me hizo un guiño y caminó conmigo hacia


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los vestidores—. No traje nada conmigo para cambiarme.


Página
—Bien, me apresuraré entonces. ¿Quieres volver a tu apartamento para
cambiarte? —Le di un vistazo a su camiseta empapada de sudor que se aferraba
a su duro pecho—. O podría conseguirte algo del casillero de Linc.

—¿Crees que le molestaría? —Shane frunció el ceño.

Me encogí de hombros.

—Estoy segura que no, pero si quieres podemos correr al piso de arriba a
las habitaciones privadas y preguntarle. Él y Lana deberían estar cerca de
terminar para ahora.

Ojos azul grisáceo se entrecerraron ante mis palabras.

—¿Lana está con Linc esta mañana?

—Sí, ¿no te lo dijo? Ella y Linc están participando en algún tipo de


competencia de baile. Practican dos o tres veces a la semana, si no es que más.
Linc la presiona realmente duro. Tiene una cosa acerca de ganar.

De hecho, estaba seguro de que a Lana le estaba empezando a disgustar


bailar en algún nivel debido a la conducción de Linc. No lo estaba disfrutando
tanto como lo hacía algunos meses atrás.

O a lo mejor era porque Drake Stevenson estaba en la ciudad. Lana me


había dicho acerca de su relación con el hermano Stevenson mayor o la falta de
una si lo veías de esa forma, así que sabía que tenía que estar herida y en
conflicto por su repentino traslado a la costa este.

—Vamos a preguntarle a Linc. —Shane me dio una sonrisa que no alcanzó


del todo sus ojos y tuve la repentina loca idea de que a lo mejor Drake no era el
único hermano Stevenson con una cosa por mi amiga.

Por qué ese pensamiento me molestó, no podía decirlo. Era casi alarmante
la forma en que mi corazón se sentía como si estuviera siendo apuñalado con
19

un alfiler, pero ignoré el dolor sordo y lo dirigí hacia las escaleras. Música
Página

todavía estaba siendo reproducida detrás de la puerta. Por lo general, la


habitación era utilizada para clases de zumba para las que algunas veces me salía
de la cama.

Shane abrió la puerta y me dejó ir antes que él. Mis compañeros de piso
estaban bailando al ritmo de la canción de Michael Bublé. Era la primera vez
que los veía de esta manera y tuve que decir que eran bastante extraordinarios.
Linc era un tipo enorme, en estatura y masa muscular, pero se veía como si
perteneciera a la pista de baile por la forma en que controlaba a Lana. Y Lana se
veía fascinada mientras Linc la giraba alrededor. La emoción, la felicidad que vi
en su hermoso rostro me decía que todavía no estaba completamente harta de
bailar.

La pareja ni siquiera notó que tenían audiencia hasta que la música


finalmente llegó a su final. Cuando terminó, Linc empezó a criticar a Lana.

—Tu pierna necesita levantarse un poco más en ese último giro, Lana.

—Está bien.

—¿Así que por esto me rechazaste, hermanita? —Shane negó con la


cabeza—. ¡Me siento engañado!

La cabeza de Lana se levantó de golpe y su rostro se iluminó cuando lo vio


parado a mi lado.

—Lo superarás. Guau, tres días seguidos. No creo que te haya visto tanto
así allá en Cali.

—Estaba aburrido. —Dio un paso hacia adelante y la jaló en un abrazo.

Observé a mi amiga, pero no había nada diferente en la forma en la que


miraba a Shane de la forma en la que miraría a Linc. Me sacudí la idea de que
los dos pudieran posiblemente gustarse.

—Veo que decidiste salir de la cama antes del mediodía —comentó Linc
20

con indiferencia mientras destapaba su malteada de proteínas y la bebía.


Página
Le sonreí al hombre que era mi amigo más cercano en el mundo, solo
segundo después de Dallas y ahora de Lana.

—Pensé que sería productiva el día de hoy dado que me comí la mitad de
un chessecake anoche. Mi trasero estaba rogando por algo de ayuda después de
todas esas calorías.

Puso sus ojos en blanco.

—Tienes el mejor culo en el estado, chica.

Le puse mis ojos en blanco, sin tomar su cumplido en serio en lo más


mínimo. Linc era tan caliente como la superficie del sol, pero también era tan
gay como era posible.

—¿Quieres venir a desayunar con nosotros?

—Ya comí. —Aventó su malteada de vuelta en su mochila de gimnasio—


. Y tengo una sesión privada de entrenamiento en diez minutos.

Lo que quería decir era que tenía una sesión privado con alguna puma1 que
quería observar algo bonito mientras ejercitaban las hojas de lechuga que se
habían obligado a comer el día anterior. Tomaba un arduo trabajo mantener lo
que los costosos doctores habían creado. Linc era realmente bien pagado por
solo estar parado por ahí coqueteando. Las propinas adicionales que las pumas
le deslizaban también eran apreciadas.

—Diviértete. —Lo abracé antes de girarme de vuelta hacia Shane y Lana,


quienes parecían estar medio bromeando medio discutiendo.

—No debería haber regresado a tu apartamento anoche. —Lana resopló—


21

. No esperes que vuelva a suceder.


Página

1Puma: En el original, cougar. Es una expresión del argot inglés para definir a las mujeres que
buscan una pareja más joven.
—¿Ya no te agrado, hermanita? —Hizo un puchero y tuve la repentina
visión de chupar ese lleno labio inferior.

Esa idea me sacó completamente de balance. ¿Qué demonios pasaba


conmigo? No tenía pensamientos al azar como esos, especialmente acerca de
estrellas de rock mujeriegos y adictos al sexo. Sabía lo que le gustaban a chicos
como esos y no los necesitaba para complicarme mi vida. Así que por supuesto
hice lo que mejor me salía.

¡Corrí como si los perros del infierno me estuvieran persiguiendo!

Sacando mi teléfono, me desplacé por la lista de contactos y saqué el


número de Dallas. Si alguien podía entender mis razones para no querer siquiera
admitir tener una loca atracción por el malo chico rockero sería Dallas.
Habíamos crecido juntas en el mundo del modelaje, ella frente a la cámara y yo
tras bastidores observando a mi hermanastra.

Le envié un mensaje rápido para que me llamara y me sacara de este


desayuno al que había invitado a Shane estúpidamente.
22
Página
2
Shane

S
abía que estaba corriendo tan pronto vi la mirada en sus ojos.

Algo sobre ella me decía que no la dejara escapar. Tal vez


estaba tan aburrido que necesitaba un desafío. O quizás era
porque ninguna chica nunca había huido de mí, como jamás. Ni
una sola vez desde que cumplí catorce años una mujer me había
rechazado.

La belleza con brillantes ojos púrpura intentando rechazarme me hizo


sonreír. Di un paso hacia ella mientras contestaba su teléfono…

Lana golpeó la parte de atrás de mi cabeza lo suficientemente fuerte como


para hacer que me detuviera. Me di vuelta para encontrar a la chica que estaba
seguro iba a ser mi hermana un día frunciendo su ceño.

—No.

No pude evitar levantar una ceja hacia ella. Señor, era hermosa cuando
estaba seria.

—¿No?

—Ni siquiera lo pienses, ¡Shane Mason Stevenson! —gruñó lo


suficientemente bajo para que solo yo pudiera escucharla—. No es tu tipo.
23
Página
Me estremecí ante el uso de mi segundo nombre. Ni siquiera Emmie sacaba
esa particular carta hacia mí. ¡Nunca debería haberle dicho mi nombre
completo!

—No tengo un tipo.

Su ceño se frunció más.

—¡Exacto! Así que mantén tus garras lejos de mi amiga. O juro por todos
esos dioses a los que Emmie les reza que arrancaré tus partes masculinas.

Suspirando, saqué mi celular.

—Veamos lo que Drake tiene para decir sobre esto. Tal vez el piense que
debería ir a por ello.

Sabía que estaba jugando sucio y la oscuridad de sus ojos ámbar me dijeron
que había anotado uno o dos puntos en esta ronda.

—Llamaré a Emmie —disparó de regreso.

—¿Emmie? —Reí disimuladamente—. ¿Eso es todo lo que tienes,


hermanita? ¿Contarle a Emmie sobre mí?

Me fulminó con la mirada por un largo momento antes de que sus labios
se curvaran y una pequeña risilla se le escapara.

—Está bien, supongo que eso sonó tan maduro como una niña de seis años.
—Señaló mi pecho con su dedo. Fue lo suficientemente fuerte para que hiciera
una mueca—. Se bueno con Harper, señor.

Oh, planeaba eso. Iba a ser muy bueno con esa misteriosa y bella mujer.

Veinte minutos después, me encontraba sentado frente a Harper en un


restaurante cerca de su apartamento. De alguna manera había conseguido que
todavía estuviera de acuerdo en ir desayunar conmigo. Ella no había querido;
24

había visto el conflicto en esos hipnóticos ojos suyos mientras trataba de salirse
Página
con la mejor excusa de no dejar plantada a Dallas para recoger algunos
productos de chicas.

Fue un punto para mí cuando ella finalmente se hubo rendido. Fue un


punto para ella cuando eligió un lugar más cerca de su apartamento que del mío.
Aun así, estaba contento con solo su compañía mientras la mañana avanzaba.
No estaba aburrido cuando estaba hablando con ella, lo cual era extraño porque
tener una conversación con una mujer que no fuera de mi familia simplemente
no sucedía conmigo. Había solo una cosa que quería estar haciendo con una
chica hacia la que me sentía atraído y estar sentado para comer y charlar no era
una de ellas.

Esto más o menos se sentía como una cita y estaba encontrando difícil
recordar la última vez que realmente había tenido una. Podría haber sido
cuando tenía diecisiete años con alguna chica que no podía recordar su nombre.
Ella había sido particularmente fácil y había conseguido una hora en la cita.

Pero esta era diferente. Sabía que iba a tener que sacar cada truco conocido
por el hombre para entrar en las bragas de esta chica y realmente estaba
esperándolo. Por una vez quería la emoción de una oportunidad.

Sí, estaba seguro de que el aburrimiento había freído mi cerebro…

La vi lamer la crema batida de su pulgar y mi cerebro realmente se apagó


por un momento. Nota mental: ¡no dejarla comer nada con crema batida a
menos que quiera un aneurisma! De hecho. me sentí a mi mismo jadeando un
poco mientras continuaba mirándola comer los waffles con la pecaminosa
crema y fruta.

Ella hacía que el comer parecía una sexy forma de arte. La forma en que
cortaba la comida en pequeños pedazos… La manera en que sus ojos se volvían
toda clase de soñadores mientras ella tomaba el primer mordisco y saboreaba el
gusto en su lengua. Incluso la manera en que su mandíbula se movía de arriba
25

a abajo de una manera casi seductora mientras masticaba… Ah, ¡maldición!


Página
Tuve que forzar mis ojos a un lado antes de que ella tomara el tercer
bocado o ¡estaba seguro que iba a tirar de ella bajo la mesa y tenerla en ese
momento! Corté mi filete y huevos con movimientos torpes en un intento de
quitar mi mente fuera de ella y de su comida. Ni siquiera estaba seguro de si la
comida que había ordenado estaba realmente buena porque estaba tan
cachondo que no podía saborearla.

—Entonces… —Tomé un profundo trago de mi jugo de naranja e intenté


mantener mi cuerpo bajo alguna clase de control, medio temiendo correrme en
la ropa que tomé prestada de Lic si no lo hacía—. ¿Qué te hizo querer
convertirte en fotógrafa?

—Es algo en lo que siempre he estado interesada. Crecí con algunos de los
fotógrafos más talentosos, siendo una constante en mi vida. Me sentaba y
miraba mientras ellos trabajaban su magia detrás de las lentes, tomando
fotografías de chicas realmente hermosas y haciéndolas exquisitas. Sabía que
nunca iba a ser una de esas chicas delante de la cámara, así que pensé que ser
una detrás de estas sería mejor para mí.

Ella hablaba con tanto entusiasmo que casi lo perdí, esa suave nota herida
y el dolor que oscureció sus ojos púrpura. Dejé mi tenedor y cuchillo a un lado
y solo me senté allí mirando a la mujer de belleza inquietante en sus pantalones
cortos descoloridos, blusa simple y un moño desordenado. ¿Cómo carajos no
sabía que era lo suficientemente hermosa para estar frente a la cámara? ¿Por
qué pensaría algo tan ridículo?

Esto era algo que realmente quería averiguar, pero algo me decía que si
preguntaba, ella no me lo diría. Así que lo guardé para un tiempo después.

—¿Creciste con fotógrafos? ¿Por qué es eso?

—Mi hermanastra es Ariana Calloway.


26

Levanté una ceja porque el nombre me sonaba vagamente familiar.


Página
—¿Debería estar impresionado? —pregunté, sin estar seguro si esa era la
reacción que ella estaba esperado de mí.

Harper sonrió.

—Supongo que depende de a quieé le preguntes. Ariana todavía es


importante en París e Italia, pero no tanto aquí en Estados Unidos, ya no más.
Ella ha eliminado las posibilidades de que alguien quiera trabajar con ella. Pero
ella es… era… es una supermodelo. Fue el rostro para algunos nombres
principales hace cinco años.

—Ah… Lo siento, todavía no se de quién estas hablando. —Abrí internet


en mi teléfono y escribí Ariana Calloway. Había un puñado de imágenes que
aparecieron en el buscador de imágenes e hice clic en la primera para agrandarla
y poder verla mejor.

Cabello rubio oscuro hasta los hombros. Ojos azules fríos y casi sin
emociones. Su rostro era hermoso, pero era una especie de falsa hermosura. No
estaba seguro si ella todavía era tan buena para echar un vistazo bajo todo ese
maquillaje. No se igualaba a la belleza sentada frente a mí destruyendo mi
sanidad al morder una fresa cubierta de crema.

Harper no tenía maquillaje, pero no lo necesitaba. Con sus ojos púrpura y


locas y largas pestañas color caramelo, su boca con la forma del arco de cupido
y pómulos sorprendentes, me tenía hipnotizado sin intentarlo. Capturó mi
atención en el instante que la había visto unos pocos días atrás y continuaba
sosteniéndolo en un modo que miles de chicas no podían hacerlo.

—Hermosa, ¿no es así?

Me encogí de hombros.

—Es linda.
27

Harper frunció el ceño.


Página

—¿Eso es todo? ¿Solo linda?


—Esta bien, es hermosa. Pero cualquier buen artista del maquillaje puede
hacer a cualquiera lucir hermosa. No es del todo genial para mirar. —Hice una
mueca—. Lo siento si eso te ofende. —No quería alejarla por insultar a su
hermana.

—No, eso no me ofende —murmuró—. Solo no estoy segura si eres


sincero. La mayoría de los chicos tropiezan con sus lenguas cuando miran a
Ariana.

—No soy la mayoría de los chicos. Tropezaría con mi lengua para tener
una probada de ti, pero realmente no podría importarme menos sobre tu
hermana.

—Hermanastra —corrigió, su tono frío—. Y ahora sé que no eres sincero.


—Empujó su plato casi vacío y agarró su agua—. Tienes que tener un problema
de visión.

—No, pero ahora se por qué tienes que usar anteojos. —Sus cejas se
elevaron—. Porque estás legalmente ciega si no puedes ver lo que yo veo.

Resopló.

—Guau. ¿Líneas como esa realmente te consiguen sexo?

No pude evitarlo. Tiré mi cabeza hacia atrás y reí fuertemente.

—No, dulzura. No necesito usar líneas como esa para tener sexo. —Ellas
hacían fila para tener una oportunidad de calentar mi cama por una hora o dos,
pero no iba a decirle eso—. Pero contigo es diferente.

Ojos violeta se pusieron en blanco hacia mí y juro que mi polla palpitó.


Fó-lla-me.

¡Esto iba a ser tan divertido!


28
Página
Harper

T
enía que reconocérselo. Shane Stevenson era un gran hablador. Si
fuera más ingenua, habría caído en su dulce charla, pero no era
ingenua. Sabía que estaba jugando conmigo.

—Así que conociste a Lana en la NYU. —Shane cambió de tema—. ¿Cuál


es tu especialización?

—Era periodismo, pero me gradué el semestre pasado. —Estaba esperando


conseguir un trabajo en una revista o en un periódico, algo que fuera más seguro
que el trabajo independiente que estaba haciendo actualmente. En el momento
nadie estaba contratando. En todo caso, estaban dejando ir a la gente, así que
era afortunada en tener al menos un trabajo de medio tiempo.

Shane asintió cuando le dije eso.

—Conozco a algunas personas. Tal vez podría ayudarte.

—¡No! —Sacudí mi cabeza—. No quiero que hagas eso. Si quisiera alguna


entrada fácil, podría estar en Vogue ahora mismo. Esa no es la manera en que
quiero comenzar mi carrera. Quiero hacer esto por mi misma. —Era importante
para mí hacer esto sola. Necesitaba saber que podía hacerlo sola o todo mi arduo
trabajo sería en vano.

Y necesitaba probarme que no necesitaba el nombre de mi padrastro —o


cualquier otro nombre aparte del mío—, para tener éxito.

Su teléfono sonó y sus labios se levantaron en una sonrisa mientras miraba


la pantalla. Mis ojos cayeron hacia este y vi que era el nombre de Lulu antes de
que comenzara a escribir una respuesta al mensaje de texto. Otro pinchazo de
29

dolor clavó mi corazón y miré hacia otro lado.


Página
—¿Una de tus cariñosas fans? —Casi golpeé mis manos sobre mi boca tan
pronto las palabras salieron de esta. ¡Casi sonaba celosa!

Shane continuó sonriendo mientras continuaba escribiendo.

—No diría que es una fan. Dudo que sus padres le permitan escuchar la
música de Demon’s Wings aún.

Mis ojos se ampliaron.

—¿Tienes una novia menor de edad?

—¿Qué? —Se veía sorprendido por mi pregunta—. ¡No! Claro que no.
¡Lucy solo tiene siete años! Es la hermana menor de Lana.

Mordí mi labio, tratando de no reírme ante su expresión cómicamente


aturdida.

—Lo siento. Asumí que era una de tus muchas groupies que babean a tus
pies.

La manera en que tiró su cabeza hacia atrás y rio envió deliciosos


escalofríos por mi columna y tuve que apartar mis ojos ante la manera en que
su manzana de Adan se movía porque era malditamente sexy. Mientras miraba
a mi izquierda, encontré a nuestra mesera también mirando a Shane. Lo estaba
comiendo vivo con la mirada. Me di cuenta de que pocas mujeres eran inmunes
a este hombre y estaba comenzando a pensar que no estaría entre esas pocas.

Su teléfono sonó otra vez, pero no me atreví a mirar hasta que gruñó una
maldición en voz baja. Miré de vuelta hacia él, viéndolo sacar su billetera de los
pantalones cortos de basketball de Linc que había tomado prestados.

—¿Qué sucede?

—Mi hermano quiere que pase por el estudio. —Todo lo que tuvo que
30

hacer fue mirar en dirección a la mesera y ella comenzó a moverse como


Página
increíblemente atraída. Le bateó sus pestañas falsas mientras él le entregaba su
tarjeta de crédito. ¿En serio? ¿Pestañas falsas tan temprano?—. Gracias, cariño.

Esa fue mi señal para irme. Ya debería estar en casa, tal vez incluso saltar
de regreso a la cama por unas horas más de sueño. Pero una parte de mí estaba
desgarrada. Todavía no quería decirle adiós.

—Necesito llegar a casa. Tengo algunas fotos que necesito editar antes de
enviarlas a The Morning Global. —Saqué mi billetera de mi bolso de gimnasio
apoyado en mis pies y tiré unos cuantos billetes en la mesa a modo de propina.
Si él iba a pagar nuestra comida, al menos iba a cubrir eso.

Poniéndome de pie, tiré la correa de mi bolso de gimnasio rosa y púrpura


sobre mis hombros.

—Gracias por el desayuno.

Lentamente, él se puso de pies. La mesera regresó con su tarjeta y recibo.


Rápidamente, escribió su nombre en la parte inferior y lo dejó en la mesa,
ignorando completamente a la chica mientras ella solo se quedaba allí de óe con
su pecho sobresaliendo y labios llenos. Casi me reí por la manera en que lo
miraba mientras caminaba caminaba junto a ella.

¿Las chicas realmente pensaban que eso era sexy? Sabía que mi
hermanastra sí y ella había atrapado más que unos pocos hombres en su web
con tan solo ña apariencia. Pensaba que se veía barato y más que un poco
ridículo.

—Adiós, Shane —dije sobre mi hombro mientras alcanzaba la puerta.

—¡Espera!

Me paré afuera. Las calles no estaban tan llenas de gente ahora que la
mayoría de la gente estaba en el trabajo, pero aun así tuve que moverme a un
31

lado así no estaba bloquenado el flujo de peatones pasando.


Página
Shane tenía su teléfono en una mano y su billetera en la otra mientras
atravesaba la puerta.

—Cena conmigo esta noche.

Eso no era la razón por la que estaba esperando que me detuviera. Le fruncí
el ceño, segura de que solo estaba jugando conmigo.

—¿Por qué?

—Porque me gusta pasar tiempo contigo. Es divertido pasar el rato


contigo. —Guardó su billetera.

—También me gusta pasar tiempo contigo —le dije honestamente.


Realmente era divertido solo sentarse y hablar. Incluso si estaba peleando con
una atracción seriamente grande, me hacía sentir cómoda. Eso no era algo que
experimentara muy a menudo con un chico.

—Bien. —Su sonrisa era contagiosa y se la devolví sin vacilar—. Te


recogeré a las siete.

Con un suspiro, me rendí.

—Está bien. Pero no me voy a arreglar. ¿Podemos simplemente comer


comida china o algo más?

—Lo que quieras, hermosa. Ahora dame tu número.

Sin pensarlo, recité el número y segundos después mi celular sonó con un


mensaje de texto. Sacándolo de mi bolsillo trasero, encontré su número y un
corazón en la pantalla.

—Lindo.

Agarró mi celular de mis dedos y comenzó a escribir algo. Escuché el clic


de la cámara e imaginé que estaba programando su número con su foto de
32

identificación.
Página
—Eso está mejor —murmuró, luego me tiró a sus brazos, me dio vuelta y
tomó una foto de nosotros dos en su propio teléfono.

Estaba segura de que estaba sonriendo como una idiota, pero no


importaba. Su cabeza todavía estaba apoyada en mi hombro. Me volví hacia él
solo un poco y su barba incipiente frotó contra mi mejilla. Después de un
momento, finalmente me dejó ir, pero no antes de que sintiera su nariz rozara
mi oído.

—Te veré a las siete. —Su voz sonaba un poco profunda, ronca.

Aclaré mi garganta, claramente afectada por sentir su cálido aliento en mi


cuello.

—Está bien.

33
Página
3
Shane

L
a línea fuera del estudio era ridículamente larga. Vi gente con
pequeñas tiendas de campaña y sacos de dormir. Bolsas de comida
rápida cubrían el suelo y olí hamburguesas friéndose en una
pequeña parrilla portátil.

Pagué al taxista y salí al frente de la larga línea. Dos guardias de seguridad


estaban en las puertas junto con un hombre delgado con un portapapeles y
auriculares en la cabeza. Pensando que el hombrecillo estaba a cargo, me dirigí
hacia él.

Por supuesto, las primeras cinco personas en la fila eran mujeres y se


dieron cuenta de que era yo aún CON mi gorra, gafas de sol y ropa de
entrenamiento. La primera gritó cuando me acerqué, poniendo al resto de las
mujeres detrás de ella en un frenesí. El pequeño hombre frunció el ceño como
si yo fuera suciedad en sus zapatos.

—Va a tener que ir a la parte de atrás de la línea como todos los demás.

—¡Shane!

—¡Te amo, Shane!

El coro de fans gritando mi nombre fue lo primero en alertar al tipo de su


error. Cuando me quité la gorra de los Red Sox de Boston, se enderezó y me dio
un saludo más cálido.
34

—Sr. Stevenson. No lo esperábamos.


Página

Me encogí de hombros.
—Mi hermano me pidió que pasara por aquí.

—¡Shane!

Le lancé a las chicas gritando mi sonrisa seductora, la que siempre me


conseguía lo que quería.

—Hola, señoritas. ¿Estás pasándolo bien?

—Sería mejor si te quedaras. —La segunda chica en la línea me puso mala


cara. Sin duda era un poco caliente, con su largo cabello oscuro y rayas azules.
Tenía un cuerpo en el que me podría haber perdido una hora más o menos.

Pero por una vez no tomé la invitación. En todo caso, sentí un poco de
disgusto mientras se frotaba la mano por sus curvas en una invitación abierta.

—Lo siento cariño. Tengo algunos asuntos que atender.

El hombrecillo habló por el auricular y, un momento después, uno de los


guardias de seguridad me mostró el edificio. Era la hora del almuerzo o al menos
eso parecía. A pesar de que apenas había comido, todavía estaba hambriento. Ni
siquiera había probado mi desayuno porque había estado tan concentrado en
Harper.

El guardia de seguridad, un tipo que parecía que estaría como en casa en


un ring de lucha libre profesional, se detuvo frente a una puerta. Asentí mi
agradecimiento mientras entraba en la sala de audición. Me tomé un momento
para disfrutar de los ocupantes de la habitación mientras estaban ocupados
escuchando el intento de algún chico de cantar alguna canción que
supuestamente él había escrito.

Estaba familiarizado con Cole Steel. Él era una leyenda y yo tenía todos
los álbumes de Steel Entrapment. Incluso habíamos salido de gira con el tipo y
su banda cuando empezamos. Un susto de cáncer había terminado su carrera,
35

pero él todavía estaba metido en el mundo de la música con otras empresas.


Página
Al su lado estaba sentado uno de mis amigos más cercanos fuera de mis
hermanos de la banda. Amaba a Axton Cage tanto como a cada uno en mi
familia y me alegraba que por fin hubiera visto la luz y dejara a Gabriella
Moreitti de una vez por todas. Ella le había atado en nudos durante la duración
de su relación de idas y vueltas, por no hablar que la amistad de Emmie con el
chico se tensó debido a todas las mentiras que ella le había dicho a Em sobre
Nik.

Mi hermano estaba sentado a la derecha de Axton y parecía cualquier cosa


menos feliz de estar allí. Apenas estaba prestando atención a la persona con la
voz temblorosa, quien estaba a punto de orinarse por estar tan nervioso. Drake
estaba garabateando algo y tenía la sensación de que sería algo con alas y halos.
Me sentí mal por mi hermano. Era mi héroe, el hombre que siempre había
cuidado de mí aún a costa de sí mismo.

El año pasado había sido una lucha para él. Encontró a su perfecta otra
mitad, la jodió y pasó por rehabilitación para arreglar su mierda para poder
sentirse digno de Lana. Y ahora estaba haciendo un trabajo que sabía que él
odiaba porque lo ponía en el punto de mira. Había una razón por la que Drake
no era el líder y, en su lugar, era solo el tipo con las asesinas habilidades con la
guitarra y eso era estar al frente y en el centro.

Di las gracias a todos los dioses a los que Emmie rezaba todos los días de
que mi hermano odiara ese tipo de atención. Si no lo hiciera, fácilmente podía
dejar a un lado Demon’s Wings y hacerlo por su cuenta. Todos sabíamos eso.
Drake, sin embargo, era ciego a su talento.

—No —respondió la voz rasposa de Cole Steel, cortando la esperanza del


aspirante.

—Lo siento, amigo —le dijo Axton al chico.

Drake ni siquiera se molestó en decir nada. Se limitó a sacudir la cabeza al


36

chico y volvió a su dibujo.


Página
Esperé hasta que el tipo se fue, con la cabeza inclinada en depresión.
Cuando la puerta se cerró detrás de él, me moví de las sombras.

—¿Es esto lo que ustedes, hijos de perra, hacen todo el día? Dioses, ya
habría comenzado a subirme por las paredes.

La cabeza de mi hermano se levantó y por un breve momento miró detrás


de mí, como si esperara que alguien más estuviera conmigo. Haciendo una
mueca, negué con la cabeza, sabiendo que lo estaba decepcionando incluso
antes de ver la decepción brillando en sus ojos y apretó la mandíbula. Nunca
debería haberle enviado mensajes de texto de que me había encontrado con
Lana en el gimnasio.

—Bueno, ¡jódeme! —Cole me sonrió mientras se levantaba y me estrechó


la mano—. ¿Cómo has estado, muchacho?

A los treinta años de edad, no era mucho como un niño, incluso en


comparación con Cole Steel. Pero habiendo vivido duro toda su vida, supongo
que se sentía más allá de sus años.

—Viviendo, Cole. Viviendo.

Drake se apartó de la larga mesa de los jueces y se levantó.

—Estoy hambriento. Vámonos —murmuró.

Hice caso omiso a su brusquedad, sabiendo que él se estaba odiando a sí


mismo y, probablemente, dolía por una botella. Me alegré de que Emmie
hubiera encontrado un local de AA2 para él porque lo iba a necesitar.

—¿Quieren venir con nosotros?


37

Axton lanzó su brazo alrededor de mis hombros, mientras él y el anciano


se ponían de pie y seguíamos a Drake hacia la salida.
Página

2 AA: Alcohólicos Anónimos.


—Esta noche hagamos algo que no deberíamos.

Normalmente, la oferta sería una invitación importante para mí. Incluso


le hubiera dicho a Ax que volara el trabajo y nos encontráramos en un club de
sexo local y tuviéramos un poco de diversión con algunas chicas por el resto del
día. Pero cuando el pensamiento de mi típico tiempo de diversión cruzó por mi
mente, un par de ojos violetas aniquilaron las imágenes.

—No, hombre —le dije a mi amigo mientras salíamos de la sala de


audiciones—. Tengo planes.

Axton se detuvo y sintió mi frente.

—Amigo, ¿estás bien?

Me reí y le aparté la mano.

—Estoy bien, hombre. Acabo de conocer a alguien que me está poniendo


en línea.

—¡Ah! —Axton sonrió—. Bueno, quiero saber cómo es. Podría querer un
paseo o dos cuando termines con ella.

La idea de Axton, uno de mis amigos más cercanos fuera de mis hermanos
de la banda, tocando a Harper hizo que mi visión se pusiera borrosa por un
momento. Apreté mi mandíbula.

—¡De ninguna manera! Aléjate como la mierda de Harper.

Una ceja perforada subió ante la vehemencia en mi tono.

—Está bien, amigo. Relájate. Ni siquiera he conocido a la chica. Es toda


tuya.

—Toda la razón. Ella es mía.


38
Página
Harper

D
espués de arrastrarme de nuevo a la cama durante unas horas más,
por fin me obligué a levantarme y ducharme. Tirando de mi
cabello en una cola de caballo, no me molesté con mis lentes de
contacto, que solo llevaba cuando estaba trabajando o tomando fotografías.

Tuve un pensamiento loco de que tal vez debería ponerme algo de


maquillaje y luego me di puse los ojos blanco hacia el espejo disgustada mientras
me cepillaba los dientes. Odiaba el maquillaje y apenas sabía cómo ponérmelo.
Ariana siempre se había burlado de mí por eso. No había mucho por lo que mi
hermosa hermanastra no se burlara de mí.

Crecer había sido un verdadero infierno. Mi madre adoraba a su hijastra,


pero apenas tenía tiempo para mí. Ariana era la bella, la que traía todo el dinero
que compraba cosas costosas a mi madre. Me vi obligada a seguirlas por todo el
mundo mientras Ariana lo había hecho a lo grande de un país a otro,
convirtiéndose en el rostro de anuncio tras anuncio.

En los desfiles de moda, me escondía en un rincón con un libro, tratando


de convertirme en invisible para las magníficas chicas malas mientras se
disponían a mostrar su perfección a las masas. Con mis gafas gruesas, aparatos y
pecho plano, terminaría siendo el blanco de sus bromas y bullying si me cruzaba
en el camino de las otras modelos.

Entonces había conocido a Dallas y las cosas habían comenzado a cambiar.


Dallas, más hermosa que cualquiera de las modelos que jamás había visto antes
—incluso más hermosa que Ariana— no era como las demás. Miraba por
39

encima del hombro a los modelos, odiando cada minuto que tenía que estar
Página

cerca de ellas. El día que la había conocido fue el mismo día en el que se había
convertido en mi mejor amiga…
—¡Estoy haciendo espaguetis! —gritó Linc al pasar por mi habitación.

Fruncí el ceño ante mi reflejo en el espejo del baño y suspiré. Me


encantaban los espaguetis de Linc. Era mi comida de comodidad. Su regalo
especial para mí cuando mi hermanastra se encontraba en Nueva York, o peor…
cuando mi madre lo estaba.

Si él estaba haciéndolos por nada, entonces solo podía significar una cosa.
Una de ellas estaba en la ciudad.

Me lavé la boca y limpié la pequeña salpicadura blanca en mi barbilla. No


iba a preocuparme por ellas. Ellas no iban a llegar a mí esta vez.

Así que, ¿por qué estaban húmedas las palmas de mis manos? ¿Por qué mi
estómago de repente tenía calambres de temor?

Murmurando una maldición que habría tenido a mi madre detrás de mí


con un cepillo, alejé mi reflexión y agarré mi teléfono cuando salí de mi
habitación.

Lana estaba tumbada en el sofá con una pinta de helado apoyado en su


vientre plano. Una lata de crema batida y una botella de chocolate caliente se
encontraban en el suelo junto a ella. Ella tenía una mirada triste en sus ojos
color ámbar y odiaba que se sintiera tan miserable por un chico. Desde que se
había enterado de que Drake Stevenson iba a venir a Nueva York, no había
hecho nada más que emborracharse con Ben y Jerry.

Desde la cocina podía oler que Linc ya estaba poniendo la salsa sobre sus
espaguetis. Dallas estaba hablando en voz baja con él y fue todo lo que
necesitaba para confirmar que mi madre y/o hermanastra estaban de hecho en
la ciudad. Dallas no hablaba en voz baja a menos que estuviera tratando de
protegerme de algo.

Por eso la amaba tanto. Porque era tan ferozmente protectora de aquellos
40

que le importaban.
Página
—¿Quieres un poco? —preguntó Lana mientras tomaba otro gran bocado
de Chunky Monkey.

Negué con la cabeza.

—No, gracias. Me acabo de lavar los dientes.

—¿Harp? —Dallas asomó la cabeza fuera de la cocina.

Me volví hacia ella.

—Así que… ¿Cuál es?

Sus ojos se oscurecieron.

—Ambas.

—¿Qué quieren? —Era una pregunta realmente estúpida. Tenían dos


razones para estar en Nueva York. Una era la de sacar dinero de mi padrastro.
Sin dudas estaban bajas de efectivo ahora que Ariana no estaba recibiendo
contratos de modelaje como alguna vez tuvo. La segunda razón era verme, para
asegurarse de que todavía sabía que no era lo suficientemente buena —lo
suficientemente bonita— para ser lo que mi madre quería en una hija.

—Monica quiere que vayas a cenar con ella y Ariana. —Dallas


prácticamente escupió el nombre de la otra modelo. Sí, había un poco de mala
sangre entre mi mejor amiga y mi hermanastra.

Normalmente, a pesar de que todo el asunto me hacía sentirme


desgraciada, estaría de acuerdo en cenar con mi madre. Era mi madre, después
de todo. Tal vez no creyera que era lo suficientemente buena, pero todavía la
amaba. Pero esta noche yo tenía planes.

Y no iba a deshacerme de Shane en favor de una noche en que me dijeran


en repetidas ocasiones que no era bonita. ¿Por qué debería tener ese hecho
41

frotándose en mi rostro cuando ya lo sabía, cuando podría estar cenando con


Página

una estrella de rock deliciosamente pecaminosa?


Miré mi reloj, un regalo de mi padrastro el día que me había graduado de
la universidad. Él había sido el único de mi familia que estuvo ahí para
animarme con mis amigos mientras aceptaba mi diploma.

Ya faltaban cinco para las siete. Shane vendría a recogerme pronto.

—Tengo planes —le dije a Dallas.

Dallas levantó una ceja. Normalmente, no hacía planes sin que uno de mis
otros compañeros estuviera involucrado.

—¿Adónde vas a ir? —Su acento sureño siempre hacía que mi corazón
sonriera.

—A comer comida china con Shane —le dije justo cuando sonaba el
teléfono.

Lana se disparó del sofá, casi volcando su droga elegida para la noche.

—¿Shane?

Me mordí el labio mientras me volvía para mirarla.

—Sí… ¿Es ese un problema?

Ella estaba frunciendo el ceño, casi perdida en sus pensamientos mientras


me miraba. Después de una larga pausa, negó con la cabeza.

—No. Diviértanse.

Dallas ya había contestado el teléfono y dicho a Shane que subiera.


Mientras colgaba el teléfono, ella se volvió hacia mí con una mirada malvada
en sus ojos.

—Hay una especie de justicia en todo esto. —Ella sonrió—. ¡Bitchy y


Bitchier van a sorprenderse mucho cuando se presenten y les diga que saliste
42

con uno de los rockeros más calientes en el jodido mundo!


Página
Le devolví la sonrisa, pero sabía que iba tener mucho que escuchar cuando
mi madre me llamara más tarde. Recogiendo las llaves, me aseguré de que mi
Mace estuviera seguro en el llavero antes de dejarlas caer en el bolso—. Disfruta
esa conversación por mí.

—Oh, nena, pienso hacerlo. —Agarró mi mano y le dio un apretón


tranquilizador. Dallas no era del contacto físico regularmente, sobre todo
porque su madre era aun peor que la mía, así que sabía que ella todavía estaba
preocupada por mí—. Diviértete esta noche. En serio, Harp. Uno de los
hombres más sexys del mundo te está llevando a salir esta noche.

Puse mis ojos en blanco.

—No es más que un amigo, Dallas. Es compañía divertida.

—Nena, Shane Stevenson no tiene chicas para ser amigos. ¿Verdad, Lana?

Lana dio un suspiro triste.

—¡Síp!

Reí.

—Entonces, ¿Lana qué es? —Salió sonando como una broma, pero
realmente quería saber. Lana y Shane hacían un par llamativo. Claro que ella
estaba enamorada del hermano del chico, pero no sería la primera vez que una
chica usaba al hermano como un sustituto.

—Soy de la familia —me informó Lana con una pequeña sonrisa—. Jesse
lo mataría si me tocara.

Fruncí el ceño.

—¿Qué diferencia hay en que él no te toque comparado con Drake?

Lana se encogió de hombros.


43
Página

—Alrededor de dos mil chicas.


Bueno, ¡ella me lo dijo! Sabía que Shane era un jugador… Espera, ¿era esa
la palabra correcta para una estrella de rock? ¿Un jugador? Poniendo mis ojos
em blanco hacia mí, sonreí.

—Bueno, es mi amigo. Llegamos a conocernos un poco mejor durante el


desayuno. Confíen en mí, chicas. Todo lo que podía querer de mí es amistad.

Dallas apretó la mandíbula y Lana me lanzó una mirada.

—Harper… —comenzó Lana, pero el timbre de la puerta cortó la


reprimenda.

Crucé la sala de estar y abrí la puerta, aliviada de tener una razón para no
escuchar a mi amiga despotricar sobre lo hermosa que pensaba que era. Estaba
segura de que necesitaba gafas más que yo.

—¡Hola! —Lo saludé.

Se quedó allí de pie por un momento solo mirándome. Sentí el calor de su


mirada mientras viajaba por mi cuerpo, por encima de mi pequeño pecho y las
caderas anchas. Pasó un poco más de tiempo en mis piernas antes de hacer el
viaje de vuelta hasta mi rostro. Le sonreí mientras parpadeaba y dio un paso más
cerca.

—Hola. —Su voz era un poco ronca e hizo una pausa para aclararla—.
¿Estás lista?

—Por supuesto. —Miré por encima del hombro a Lana y Dallas—. Nos
vemos. ¡Adiós, Linc! —grité.

—Hola, Lana —saludó Shane antes de tomar mi mano y tirar de mí hacia


la puerta.

—¡Hola! —escuché decir a Lana mientras la puerta se cerraba detrás de


nosotros.
44
Página

Levanté una ceja mientras me tiraba por el pasillo hacia el ascensor.


—¿Estamos atrasados?

Él negó con la cabeza, haciendo que el denso cabello oscuro cayera en su


rostro.

—Nop. Solo quería sacarte de allí antes de Lana te hiciera cambiar de


opinión.

Cuando estábamos en el interior del ascensor y las puertas se cerraron, se


apoyó contra la pared y dejó escapar un suspiro, como de alivio.

45
Página
4
Shane

N
unca antes tuve una chica que me volviera tonto. Quiero decir, en
serio, las palabras nunca —¡jamás!--, me fallaban cuando se trataba
del sexo opuesto. Pero una mirada a la inmaculada belleza de
Harper y fui dejado con cuerdas vocales que no recordaban cómo funcionar por
un momento.

Cuando la había observado, me di cuenta que probablemente estaba ahí


parado viéndome como un tonto con mi boca abierta y baba corriendo por mi
mentón. Por supuesto que ella tenía que sonreírme y perdí unos pocos segundos
más de capacidad intelectual. ¡Maldición!

Finalmente me recompuse y la saqué antes de que Lana empezara a


romperme mis bolas por su amiga.

Por lo general, cuando estaba en Nueva York no tenía el tiempo para


admirar las vistas. Cuando la banda tenía toques, no teníamos tiempo para salir
y explorar. Solo conocía unos pocos buenos lugares para comer y en ninguno de
ellos servían comida china. Afortunadamente, Harper conocía un lugar genial,
de otro modo iba a tener que hacer lo que siempre hacía… llamar a Emmie y
preguntarle.

Normalmente, eso no era un problema para mí.

Esta vez, por alguna razón, no quería apoyarme en Em por ayuda. Era un
hombre crecido. Debería ser capaz de hacer al menos unas pocas cosas por mi
46

cuenta. Por supuesto, eso no había sido un problema cuando la había llamado
Página

ese día más temprano…


—Cuando teníamos dieciséis, Dallas y yo nos escapamos por todo un fin
de semana —estaba diciendo Harper con una sonrisa casi traviesa en su rostro—
. Fue algo tan estúpido, pero fue tan divertido. Lo primero que hicimos fue
detenernos aquí y comprar comida suficiente para que nos durara todo el fin de
semana, luego fuimos al centro y conseguimos una habitación de hotel para tres
días. Comimos comida china como cerdas y dulces de la máquina expendedora
hasta que nos dolió el estómago.

—¿Qué pasó cuando tus padres se enteraron?

Se encogió de hombros.

—Mi madre ni siquiera había notado que me fui. Pero mi padrastro estaba
furioso. No me permitió ver a Dallas durante un mes. —La mirada que me dio
decía que había sido un castigo malo en su libro.

—¿Valió la pena?

—¡Infiernos, sí! —Se rio y fue tan infecciosamente contagioso que no pude
evitar reírme también—. ¿Todo un fin de semana lejos de mi madre? Fue el
paraíso.

Me pregunté acerca de su relación con su mamá, pero algo en su expresión


cada vez que mencionaba a la mujer me dijo que no era lo mejor.

—¿No te llevas bien con ella? —No pude evitar preguntar.

Hizo una mueca, su ceja frunciéndose y sus labios tensándose en la más


linda forma.

—Me llevo bien con ella. Solo que ella no se lleva bien conmigo.

—Eso no tiene sentido.

—Es complicado. —Empujó un errante mechón de sedoso cabello


47

caramelo de su rostro mientras levantaba su pollo a la naranja con palillos—.


Página

Amo a mi madre. Cuando era, pequeña estaba segura de que ella también me
amaba. Pero cuando crecí y no me vi para nada como ella, ella… —Se
interrumpió cuando su celular vibró en la mesa junto a su rollito primavera. En
lugar de contestar, lo envió directo al buzón de voz—. Hablando del diablo —
murmuró bajo su aliento.

Por casi todo un minuto, Harper se sentó mirando el teléfono fijamente.


La mirada en sus ojos tiró de algo profundo en mi interior y todo lo que quería
hacer era consolarla. Justo cuando me estaba estirando por su mano, su cabeza
se levantó de golpe y me dio una sonrisa que no alcanzó del todo sus hermosos
ojos.

—¿De qué estábamos hablando?

Dándome cuenta que hablar de su madre la estaba lastimando, me encogí


de hombros.

—Ibas a decirme lo mucho que te gusta la gelato3 de limón.

La sonrisa falsa fue reemplazada por una verdadera.

—¿Iba?

Asentí.

—Y estaba por decirte que conozco el mejor lugar en este pueblucho que
la vende.

La sonrisa se volvió intensa. ¡Dioses! Esa sonrisa era suficiente para


deshacerme cada vez que la veía.
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—No estoy segura de si quiero de limón. A lo mejor quiero de chocolate.


Página

3Gelato: El gelato (en italiano “helado”, plural gelati) es la variante regional italiana del helado.
Como tal, se elabora con los mismo ingredientes que la mayoría del resto de postres lácteos
congelados. El gelato difiera del resto de halados en tener un menor contenido de grasa
butírica. También suele ser bajo en azúcar.
—Porque el chocolate es aburrido. Al igual que la vainilla y la fresa son
aburridos. ¿Pero el limón? ¿Con la mezcla de agrio y dulce? Eso es simplemente
perfecto.

Sus mejillas se llenaron de un bonito color rosado. Observé en completa


fascinación cuando alejó la mirada de mí y tragó con dificultad. Mi polla pulsó
contra el material de mis jenas donde descansaba contra mi muslo. ¡Bueno,
mierda! ¿Quién iba a saber que hablar acerca de gelatina casi me haría correrme
en mis pantalones?

Su teléfono volvió a vibrar, evitando que me avergonzara en un maldito


restaurante de comida china. Murmurando una maldición, envió la llamada a
correo de voz antes de apagarlo y aventarlo dentro de su bolso.

—Lo siento. Simplemente no va a dejarme en paz.

—No es un problema para mí —le aseguré.

—A lo mejor no, pero lo es para mí. —Se estiró para alcanzar su vaso de
agua y tomó un largo trago. Cuando lo puso devuelta en la mesa, me encontré
incapaz de alejar la mirada cuando su lengua viajó por esa pecaminosamente
perfecta boca suya para lamer una gota perdida.

¡Casi me da un derrame cerebral solo de verla!

Síp, estaba seguro. ¡Llevar a esta chica a mi cama iba a ser tan divertido!

Era divertido estar simplemente con ella. Estar lo bastante cómodo con
ella para encontrarme riendo y compartiendo algunas cosas que normalmente
no compartía con nadie fuera de mis hermanos de banda y Emmie, eso era
simplemente una ventaja.

Después de la cena, tomamos un taxi y fuimos las treinta o más cuadras


para conseguir el gelato. Cuando ordenó la de limón con una sonrisa maliciosa,
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casi me corrí en mis vaqueros por segunda vez esa noche. Comimos afuera en
Página
una de las mesas sobre la acera. Las luces de la calle le añadían a la noche algún
tipo de atracción mística.

A mitad de nuestro postre, Harper sacó la cámara de su bolso y me tomó


una foto. No lo estaba esperando y por un momento pensé que de hecho era
uno de los paparazzi. Cuando me di cuenta que era ella, suspiré de alivio. No
era que fuera tímido con los paparazzi. Solo que no los quería interrumpiendo
una de las mejores noches que había tenido con una chica.

Ella se rio cuando miró a la cámara después de tomar la foto.

—¡Ah! Eres algo lindo.

Lindo no era exactamente una de las palabras que la mayoría de las chicas
usaban para describirme, pero me gustaba viniendo de ella. Parecía dulce e
inocente, algo que yo no era.

Una pareja mayor salió de la tienda. Normalmente, no habría atraído mi


atención, pero cuando el hombre tomó la mano de su esposa y entrelazaron sus
dedos, fui incapaz de alejar la mirada. La mujer le sonrió, su rostro aún hermoso
a pesar de las arrugas alrededor de sus ojos y boca. La mirada en sus ojos era algo
con lo que me había familiarizado durante el año pasado o poco más. Me hizo
pensar en Emmie y en Layla cuando miraban a Nik y a Jesse. Incluso en Lana
todos esos meses antes de que todo el incidente de Las Vegas jodiera las cosas
con ella y Drake.

Mientras pasaban tomados de la mano, ajenos a todo o a todos, Harper


levantó su cámara y tomó unas cuantas fotos más.

—Ahora ese es un amor del tipo de Carl y Ellie.

Su comentario me confundió.

—¿Un qué? ¿Quién?


50

Ella soltó una risita.


Página
—Carl y Ellie.

¿Mi cerebro se había apagado?

—Está bien, estoy confundido.

Otra risita.

—Es de una película. ¿No has visto Up?

—¿Hay una película llamada Up? —No conseguí respuesta mientras


intentaba imaginar cómo sería tal película extrañamente nombrada.

—Son dibujos animados. —Puso los ojos en blanco cuando le levanté una
ceja—. Ríete todo lo que quieras. Para mí es una de las mejores películas de
romance en el mundo. Los primeros diez minutos son perfectos. Carl ama a Ellie
desde que la conoce. Envejecen amándose el uno al otro de una forma… —Se
interrumpió con un suspiro—. No importa. Tienes razón. Es tonto.

—No es tonto. —Pensé que sabía de lo que estaba hablando. ¿No había
sido testigo de ese tipo de amor de primera mano cuando Layla y Jesse se habían
conocido?—. Entonces, ¿tú quieres ese tipo de amor? ¿El tipo de amor de “Carl
y Ellie”?

Se encogió de hombros.

—Es algo a lo que aspirar.

Nos sentamos ahí hablando por otra hora antes de que ella bostezara. Le
di un vistazo a mi teléfono dándome cuenta de que casi eran las diez treinta.
¿Adónde se había ido el tiempo? No estaba listo para llevarla a casa, pero sabía
que tenía que hacerlo. A regañadientes, me puse de pie y tomamos otro taxi.

En la tenue luz viniendo de las luces frontales de los otros autos, la jalé
más cerca y ella me dio una sonrisa tímida mientras apoyaba su cabeza en mi
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hombro y cerraba sus ojos. Estuve en un tipo de limbo agridulce por los
Página

siguientes veinte minutos. Amargo porque estaba duro como piedra y sabía que
no iba a encontrar ningún alivio con la hermosa criatura en mis brazos. Dulce
porque trajo un tipo de paz en una forma en la que solo había escuchado a mi
hermano describirme, ebriamente, lo que asumí él había sentido cuando él y
Lana habían estado tan cerca.

En ese momento me di cuenta de que no iba a ser capaz de seguir con los
planes de seducción que tenía para Harper.

No cuando estaba seguro que había encontrado lo que Drake había estado
esforzándose tanto por recuperar.

Harper

F
uertes dedos cepillaron mi mejilla y abrí mis ojos para encontrar a
Shane mirándome fijamente con alguna loca emoción en sus ojos.
Loca porque sabía que no podía estar sintiéndola hacia mí. Yo no
inspiraba lujuria en los chicos.

Aclaró su garganta.

—Oye, hermosa. Ya llegamos.

Fruncí el ceño.

—¿Llegamos? —Girando mi cabeza, encontré que el taxi se había detenido


frente a mi edificio—. Oh… ¡oh! —Me alejé, dándome cuenta que había
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dormido en el hombro de Shane… y lo bastante vergonzoso, de hecho había


Página

estado babeando. ¡Perfecto!


Con una risita, abrió la puerta y salió antes de ofrecerme su mano para
ayudarme. Cuando el taxi se alejó no soltó mi mano, sino que en su lugar
entrelazó nuestros dedos mientras entrábamos.

—¿Quieres subir? —pregunté, reacia a dejarlo. Había sido tan divertido


salir con él esta noche, valía tanto la pena la regañada que iba a escuchar cuando
finalmente encendiera mi teléfono y contestara las llamadas de mi madre.

—Quiero… —Sus dedos se tensaron alrededor de los míos, dándoles un


tierno apretón antes de soltarme—, pero no creo que deba.

—Oh, bien. —No estaba decepcionada. ¡No lo estaba!

—¿Puedo verte mañana?

Mi corazón brincó y tuve que morder mi labio para evitar responder


demasiado rápido y sonar como alguna idiota obsesionada incapaz de pasar un
día sin ver al chico que le gustaba. Nop, no estaba atraída por Shane Stevenson.
Nop. Nop… Ni siquiera un poquito.

¡Mentirosa!

—Se oye divertido. Llámame y podemos hacer planes… ¿O podrías


simplemente venir y pasar el rato? —A lo mejor él quería pasar algo de tiempo
con Lana. Maldición, ahí iba otra vez ese agudo dolor al corazón.

—Podemos hacer lo que tú quieras. —Su sonrisa era adorable, casi tímida
y un poco dulce. Ninguna de esas cosas era algo que alguna vez pensara que
utilizaría para describir a una estrella de rock, pero sin embargo encajaban.

—Está bien. —Saqué mis llaves de mi bolso antes de dar otro paso lejos de
él—. Te veo mañana, Shane.

—¿Harper…? —Se detuvo y me di la vuelta para enfrentarlo. Su mirada


pasó sobre mi hombro adonde estaba sentado el vigilante nocturno antes de
53

negar con su cabeza—. Buenas noches, hermosa.


Página
La expresión de cariño hizo que algo se apretara alrededor de mi corazón
y no pude evitar la sonrisa involuntaria mientras presionaba el botón de llamada
del elevador. Se abrió inmediatamente y entré. Shane se quedó parado
observando hasta que las puertas se cerraron entre nosotros.

Mientras el elevador ascendía a mi piso, golpeé mi cabeza contra la pared


del elevador. Estúpida. Estúpida. ¡Estúpida! Sentirse atraída por un chico tan
fuera de mi liga tenía que ser la cosa más estúpida e idiota que alguna vez he
hecho en mi vida.

Linc y Dallas todavía estaban levantados cuando desbloqueé la puerta.


Estaban sentados en el sofá con un tazón de palomitas entre ellos. Dado que era
sábado por la noche, había estado esperando que estuvieran fuera en algún club
o alguna fiesta. Mientras cerraba la puerta, Lana vino por el pasillo con un
teléfono presionado en su oreja.

Cuando me miró, se vio tanto aliviada como preocupada. Mordí mi labio


y empujé mis gafas por mi nariz.

—¿Qué?

—Nada —se apresuró a decir Lana—. Nada… solo que no estaba


esperando que vinieras a casa… tan temprano.

No había esperado que viniera a casa en lo absoluto.

—Shane y yo somos spñp amigos.

—Por supuesto —asintió—. Claro. —Sonaba un poco confundida, pero en


lugar de decir algo más, se dio la vuelta y regresó por el camino por el que había
venido, el teléfono todavía presionado firmemente en su oreja—. Lo siento,
Layla. Sí, todo está bien…

Le puse los ojos en blanco a mi amiga y me dejé caer en el brazo del sofá
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junto a Linc.
Página

—¿Qué estamos viendo?


—Tu teléfono está apagado —me regañó Linc.

Suspiré y me estiré para quitarme los zapatos.

—Lo siento. Mi madre estaba molestándome como la mierda, así que lo


apagué. ¿Necesitabas algo?

—No. Solo estábamos preocupados. —Linc me jaló a su lado y me


acurruqué más cerca, apoyando mi cabeza en su hombro muy parecido a como
lo había hecho con Shane un rato atrás. Su hombro era más ancho, más
musculoso, pero se sentía incómodo. Y aunque Linc olía deliciosamente
masculino, no era el aroma con el que quería llenar mi nariz. No era el aroma
de Shane…

¡Bueno, infiernos!

55
Página
5
Harper

G
emí cuando mi teléfono sonó en la mesita de noche al lado de
mi cama.

Abrí un ojo para mirar la alarma de mi reloj y me quejé


otra vez cuando vi que eran solo un poco más de las diez. Era
domingo. No tenía ningún lugar donde estar. ¡Nadie tenía una
razón suficiente para molestarme tan temprano!

Ignorando el molesto tono, giré en la cama y usé mi almohada extra para


cubrir mi cabeza hasta que la cosa se callara. Cuando lo hizo, me acurruqué bajo
mis cobijas y me relajé…

Cinco minutos después, ¡comenzó a sonar otra vez!

Murmurando una maldición, alcancé la cosa ciegamente para apagarla


cuando vi que era Shane. Me senté en la cama, dejando que las cobijas cayeran
hasta mi cintura. Cuando dijo que quería hacer algo hoy, pensé que sería más
tarde. A los rockeros les gustaba dormir hasta el mediodía, ¿verdad? Con los
rumores del estilo de vida con el que Shane supuestamente vivía, estaba segura
que no llamaría hasta tarde en la noche. Empujando mi sueño y alborotado
cabello fuera de mi rostro, presioné aceptar y puse mi teléfono en mi oído.

—Hola.

—Hola, hermosa. —Su voz era un poco ronca y mordí mi labio para evitar
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sonreír como una idiota—. Estoy abajo, ¿estas listas para irnos?
Página

—Yo… Umm… —Hice una mueca—. Estoy en la cama todavía.


—¿Al mediodía? —Sonaba sorprendido.

—No, no lo es. —No podía ser. Mirando mi alarma, gruñí. ¡Supongo que
volví quedarme dormida y ni siquiera me había dado cuenta!—. Oh, lo es.

—Traté de llamar temprano, pero fue al correo de voz. Puedo regresar más
tarde si lo prefieres. —Ahora sonaba un poco decepcionado.

—¡No! —Salté fuera de la cama, ya tirando fuera del cajón ropa interior
limpia—. Dame diez minutos y estaré lista. Sube.

—Está bien. —¿Lo que escuché ahora era emoción?

Tan pronto como colgó, tiré mi teléfono a la cama y me saqué mi camiseta


para dormir. Poniéndome las bragas, abrí mi ropero y agarré la primera blusa
que encontré, una camisola con sostén armado lavanda, una de mis favoritas.
Perfecto. Agarrando mi falda blanca, me la puse y luego añadí mis sandalias
favoritas. Me apresuré con mi rutina de baño, cepillé mis dientes y me coloqué
algo de crema hidratante.

Finalmente, me coloqué mi reloj en su lugar y salí del baño que compartía


con Lana. Cuando entré en la sala, estaba completamente vacía. Nadie estaba en
casa, ni siquiera Lana y tuve que asumir que estaba en el campus estudiando.
Hubo un golpe en la puerta y vi que no me había tomado ni cinco minutos estar
lista.

Tiré mi cabello en una alta cola de caballo mientras cruzaba la


desordenada sala para abrir la puerta. Linc y Dallas no sabían cómo limpiar su
desorden los domingos por la mañana. Cualquier otro día el apartamento estaba
impecable, ¿pero los domingos? No tanto.

No estaba preparada para la vista que me saludaba al otro lado de la puerta.


No era como si fuera la primera vez que lo veía, por el amor de Dios. Había
pasado horas con él el día anterior. Así que, ¿por qué contuve el aliento ante la
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vista de un sexy como el pecado Shane Stevenson? Brazos tatuados cruzados


Página

sobre su musculoso pecho. Usaba una ajustada camiseta blanca y sus jeans
colgaban de sus caderas de una manera que me ponía insegura sobre si mi boca
iba a llenarse de saliva o ponerse completamente seca.

No era justo que fuera tan caliente. ¿Por qué no podía haber tenido el
aspecto promedio? Tal vez entonces habría tenido una oportunidad con el
chico.

—¿Te gusta lo que ves, hermosa? —Su voz todavía estaba ronca y llena de
deseo—. Porque a mí seguro como la mierda que me gusta lo que veo.

Calor llenó mis mejillas y di un paso atrás, invitándolo a entrar mientras


ignoraba su pregunta.

—¿Puedo traerte algo de beber? Creo que puede haber algo de cerveza en
el refrigerador, a no ser que Linc y Dallas se la bebieron toda anoche.

Fuertes dedos agarraron mi codo, deteniéndome de entrar en la cocina.


Volteando, levanté una ceja hacia él.

—¿Qué?

Sus ojos azul grisáceo estaban más oscuros de lo que recordaba y cayeron
justo en mis labios. Mi corazón comenzó a acelerarse.

—¿Lana está aquí?

—No, creo que fue al campus a estudiar. Tiene un gran examen mañana.
—ahí era donde ella normalmente pasaba los domingos, tuviera un examen o
no. Siempre estaba estudiando.

—Bien. —Su voz salió casi como un gruñido.

Se movió tan rápido que no tuve tiempo de reaccionar. Sus dedos


apretaron mi codo y tiró mi cuerpo contra el suyo. Mis pequeños pechos
chocaron contra su duro pecho y jadeé mientras su cabeza bajaba y capturaba
58

mis labios. De repente, mi cuerpo entero se sintió como si se hubiera estado


Página
incendiando. Gemí, incapaz de detener el pequeño quejido que salió de mis
labios entreabiertos.

Soltó mi codo, sus manos acariciando mi cuerpo, moldeándome. Fueron a


detenerse sobre mis caderas, tirándome más cerca. Esos fuertes dedos se
apoderaron de mi culo a través del delgado material de mi falda y mis bragas,
sosteniéndome fuerte contra la parte inferior de su cuerpo. No había manera
de que pudiera evitar la evidencia de su excitación mientras palpitaba contra mi
estómago. Sus labios eran suaves, su lengua caliente mientras rozaba mi labio
inferior en una orden silenciosa para abrir mi boca para él.

Cuando lo dejé entrar, gruñó, su lengua enredándose con la mía. Mis uñas
se clavaron en su espalda, sosteniéndolo mientras intentaba seguir con el beso.
No tenía experiencia besando, ¡con nada relacionado con el sexo! Pero
maldición, estaba aprendiendo rápido y gustándome cada segundo de ello. Él
sabía bien, como alguna miel o néctar exótico. Chupé su lengua, queriendo más
de ese dulce gusto pecaminoso.

No estaba lista para que terminara cuando relajó su agarre en mi culo lo


suficiente para moverse medio paso hacia atrás. Lentamente, terminó el beso,
sus labios persistieron por solo un momento más, antes de levantar su cabeza
unos pocos centímetros.

—Quería hacer esto anoche, pero no quería que nadie viera nuestro
primer beso.

—Ese fue mi primer beso… el primero —susurré.


59
Página
Shane

S
entí como si fuera a explotar en mis jeans.

Ningún beso me había afectado así, ni siquiera cuando era


joven y follaba toda cosa con una vagina que me mirara dos
veces. Era casi malditamente vergonzoso, pero de alguna
manera, me las arreglé para guardarlo.

Sabía que Harper iba a ser diferente; especial. Anoche me había dado
cuenta de que estaba desarrollando sentimientos por ella. No había dormido
mucho mientras trataba de determinar si quería descubrir si lo que estaba
sintiendo por ella era lo que Drake sentía por Lana o lo que mis otros hermanos
de banda descubrieron con Emmie y Layla. Una parte de mí había estado celoso
de su nueva felicidad, mientras que otra parte había sentido lástima por los
pobres bastardos.

Después de decidir que al menos quería ver adónde se dirigían estos locos
sentimientos, había ido a correr para mantenerme de ir apresuradamente a
verla. No quería asustarla.

Pero con sus susurrantes palabras haciendo eco a través de mi cabeza como
si estuviera gritándolas, estaba encontrando difícil respirar. Su primer beso.
Primer beso. Primer. Beso.

Había sospechado que no era muy experimentada. Lana me había dado la


pista y Harper había mostrado muchas señales de eso. Pero básicamente había
admitido que era virgen. Seguro, había desflorado mi parte de vírgenes como
un niño estúpido. No tenía ningún respeto por las chicas en ese entonces; apenas
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me respetaba a mí mismo en ese tiempo. Joder, ¡ese todavía era el caso!


Página

Pero no con Harper, ¡maldición!


Sin importar cuánto la quería —y hasta casi el punto del dolor—, no iba a
tomar su virginidad. No merecía algo tan especial, no cuando estaba tan jodido.
Podría mancharla.

Devastado, di un paso atrás. Todavía respirando fuerte, mi cuerpo todavía


doliendo por tenerla, me tiré lejos de ella. Ojos violetas me miraron con deseo
hasta que me vio apretando la mandíbula.

—Lo siento, Harper —le dije y observé sus ojos inexpresivos—. Yo… No
puedo… Esto no funcionará.

Solo asintió y prácticamente corrí del apartamento antes de que cambiara


de opinión. ¡No podía destruir su dulzura con mi enfermedad!

Tan pronto como mis pies golpearon la acera afuera, comencé a correr. No
importaba que estuviera en jeans. Todo lo que quería hacer era quemar la
frustración haciendo todo mi cuerpo doler. Mi corazón sintió como si alguien
me hubiera apuñalado justo en el centro. ¡Finalmente había encontrado a
alguien que quería para más que una rápida follada y no podía tenerla!

Uno de los dioses de Emmie realmente debía odiarme, probablemente se


estaba riendo de mí en este momento. Había encontrado el paraíso y lo había
perdido todo en un abrir y cerrar de ojos. No me pasó desapercibido que la única
chica en el mundo por la que sentía algo profundo resultaba ser mi completo
opuesto.

Había estado follando a cada chica que lucía interesada en mí desde que
tenía catorce años y decir que había follado a miles de chicas no era un
eufemismo. Cuando Demon’s Wings había tenido éxito, las mujeres hacían fila
para un rapidito. Había noches en las que comenzaba la noche con una y
terminaba con dos, algunas veces con tres.

Esas noches habían sido divertidas, pero ahora solo me sentía enfermo
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pensando en ellas. Me sentía sucio, inmundo y desmerecedor de Harper. Dulce,


Página

inocente Harper, quien había experimentado su primer beso conmigo…


Mi corazón estaba gritándome que volviera para tomar lo que ahora
consideraba como mío, mientras mi cerebro gritaba que siguiera corriendo. Solo
iba a causarle dolor. Todas las razones por las cuales no debería acercarme a ella
o dejarla amarme como desesperadamente quería que hiciera, seguían pasando
por mi mente.

Las imágenes hicieron que me detuviera, mis manos sobre mis rodillas
mientras trataba de recuperar el aliento después de la larga y demandante
carrera a la que justo había hecho pasar a mis pulmones. Estaba al borde de
vomitar y traté de mantener la bilis bajo control.

Cuando las náuseas pasaron, enderecé mi cuerpo y empecé a correr otra


vez, necesitando el dolor físico para nublar las emociones.

Fue más de una hora antes de que dejara de torturar a mis piernas y
pulmones. Sudor cubría mi camisa y mis jeans estaban más allá de incómodos
para usarlos. Estaba en algún lugar de Central Park, el implacable sol
golpeándome. Jadeando, me senté bajo un gran árbol y saqué mi celular del
bolsillo.

Emmie contestó al tercer timbre.

—¿Qué sucede? —Sonaba distraída y podía escuchar a Mia balbuceando


algo en el fondo de la línea.

—Solo necesitaba escuchar tu voz —le dije honestamente. Estaba tan


nostálgico por ella, especialmente cuando estaba herido.

—¿Todo está bien por ahí? —preguntó, su tono preocupado ahora—. No


suenas como tú mismo.

No quería preocuparla. Ella ya se ocupaba de nosotros y de nuestra mierda


de todos los días sin quejarse… mucho. Yo era un hombre malditamente adulto.
Podía manejar mi vida amorosa por mí mismo. Además, ella probablemente no
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me habría creído si le decía la verdad.


Página
—Solo terminaba de correr —le dije en su lugar—. ¿Cómo están mis
chicas?

—Mia tiene un nuevo diente —me informó Emmie y sonreí a pesar del
dolor todavía persistiendo en mi pecho—. Eso los hacen siete ahora. Y está
caminando más. ¡No puedo seguir su ritmo! Oh y dijo Shay. Estoy bastante
segura de que estaba diciendo Shane, así que pienso que te extraña.

—También la extraño. Y a ti. —Especialmente a ti.

63
Página
6
Harper

—O
dio a los chicos.

Escuché sus palabras, pero no alcé la cabeza


mientras continuaba editando el montón de
fotografías que había tomado en la mañana para mi
trabajo independiente. Cuando Dallas comenzaba a
quejarse de los chicos, sabía que solo debía de asentir y estar de acuerdo con
ella.

—Jodidas estrellas de rock.

—No me importa, Dallas. —No pretendía hablarle mal, pero si ella iba a
decirme de repente que estaba durmiendo con una estrella de rock, no sería
capaz de soportarlo.

Casi dos semanas después de mi vergonzoso beso con cierta estrella de rock
y todavía dolía. No había escuchado o visto a Shane desde ese domingo cuando
me había besado y huido. Sabía que yo no era lo que quería y él había hecho
más que probarme eso.

Por supuesto, Dallas siguió hablando como si no hubiera dicho nada.

—¿Sabes que tuvo el valor de pedirme que estuviera en su nuevo video


musical? Como si fuera a darle mi tiempo, ¡mucho menos andar por ahí como
una de sus putas en un estúpido video!
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Le puse los ojos en blanco.


Página
—Si eso dices. —Todavía estaba hablando de ello, lo cual me decía que
secretamente quería hacerlo. Así era la forma de ser de Dallas. La chica dotada
para protestar demasiado y toda esa mierda.

—Ni siquiera me gusta su música. —Dallas se estiró en el sillón a mi lado,


sus pies presionaron contra mi muslo mientras cambiaba de canales sin verlos
en realidad—. Los Demon’s Wings son mucho mejor si me preguntas.

La mención de esa banda en particular me hizo hacer una meuca y cerré


mi computadora portátil.

—¿Entonces quién es? —pregunté—. ¿Algún chico de banda metrosexual


te hizo enojar?

—Axton Cage. —Dijo su nombre con asqueado movimiento de sus labios,


pero no estaba ciega como para no ver su interés en sus ojos azules de bebé—.
Es tan imbécil.

Alcé una ceja con eso.

—¿Conociste a Axton Cage?

—Síp. Cuando fui con Lana esta mañana. Shane llamó para invitarla a ver
las audiciones. ¿Ya se fue con su cita con el Demon?

—¿Shane?

—Drake —corrigió, con una sonrisa de suficiencia en su rostro—. Apuesto


diez dólares a que no regresa a casa esta noche.

Puse los ojos en blanco y me subí los anteojos a la nariz.

—No hay trato. Ambas sabemos que no va a venir a casa. —No era que
Lana fuera fácil. Tan solo era que estaba tan enamorada de ese tipo que no sería
capaz de rechazarlo si eso era lo que tenía en mente. Y si él era inteligente,
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definitivamente tenía eso en mente.


Página
—¿Cómo fue tu sesión de fotos esta mañana? —preguntó, aparentemente
dando por terminada su rabieta con la estrella de rock por el momento—. Nunca
dijiste para quién era el trabajo.

No pude evitar sonreír. Mi vida personal podía no estar en su mejor


momento, pero mi carrera era próspera.

—Rock America. Necesitaban a alguien que cubriera una historia y tomara


algunas fotos. Les mandé mi portafolio antes de la graduación y no pensé que
fuera a escuchar de ellos alguna vez. Ya les mandé mi artículo y las fotografías
que pensé que fueron las mejores y el editor estaba encantado con mi trabajo.

—Harp, ¡eso es asombroso! —Dallas me dio un empujoncito en mi pierna


con su pie—. Tenemos que celebrar.

Si hubiera sido otra noche de viernes, la habría rechazado. Sabía de la


experiencia que su idea de celebrar era ir a un club. Los clubs no eran mi
escenario, pero esta noche necesitaba salir y beber para quitarme la depresión
que había estado sintiendo.

Sorprendí a Dallas diciendo:

—Bueno, ponme guapa.

Unos ojos azules se entrecerraron.

—Eso no requiere mucho esfuerzo, nena. Pero si eso quieres, puedo


maquillarte.

Dos horas más tarde estábamos en medio del Club 101 y estaba a la mitad
de mi tercera margarita. Comencé a sentir los efectos del tequila en una manera
agradable y bailé con Dallas como nunca lo habría hecho si estuviera sobria.
Riendo, apuré el resto de mi bebida y abracé a mi amiga.

—Eres tan ligera —bromeó Dallas mientras agarraba mi copa—. Necesitás


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agua antes de que tengas otra ronda.


Página
Con un puchero, la seguí a la barra y tragué un vaso de agua fría antes de
que me dejara tomar otro shot. Por supuesto, ella estaba en su cuarta cerveza —
y quién sabe cuantos shots—, y ni siquiera estaba sintiendo los efectos todavía.
Dallas había estado bebiendo desde que tenía doce como una manera de lidiar
con su madre.

Cuando nos pusieron enfrente nuestro shot de limonada rosa, Dallas tomó
el suyo y lo alzó en un brindis.

—Por los merecidos nuevos comienzos. Si ese editor de Rock America


tiene algún sentido común, te agarrarán.

—¡Beberé por eso! —Bebí el shot, lamiéndome los labios mientras una
gota se iba por la comisura de mi boca.

—Hora de que llegara aquí. —Dallas apuntó a la entrada y seguí su mirada


para ver a Linc entrando—. ¿Quién está con él?

Fruncí el ceño, no habiendo notado que Linc no estaba solo hasta que ella
lo había señalado. El club estaba tan abarrotado que era difícil saber con quién
estaba. Por supuesto, era difícil no ver a Linc con lo alto y ancho que era. Con
el chico detrás él unos pocos centímetros menos alto y con unos diez kilos más
delgado, no lo vi hasta que fue demasiado tarde.

Con unos jeans de diseñador que se veían como si estuvieran hechos


especialmente para él, una camisa que tenía un logo de algún luchador de MMA
en esta y su cabello peinado en un desastre de no-meimporta-y-aun-así-luzco-
sexy-como-el-infierno, Shane hizo que mi mente se pusiera en blanco por un
segundo.

Y luego el beso vino a perseguirme.

Cerré mis ojos mientras recordaba la vergüenza que me recorrió. Me


volteé, sin estar lista —¿alguna vez lo estaría?--, para encontrarme cara a cara
67

con el hombre que me había dado mi primer beso debilitador de rodillas antes
Página

de huir como si las hordas del infierno estuvieran justo detrás de él.
Por supuesto que no podía solo ignorarlo. Linc, y especialmente Dallas,
sabrían que algo pasaba y no quería decirles lo estúpida que había sido por
pensar por cinco minutos que tenía una oportunidad con alguien como Shane.
Así que cuando los dos hombres nos alcanzaron, tragué el resto de mi agua y
forcé una sonrisa antes de voltearme.

—Hola, extraño —lo saludé—. Ha pasado un tiempo desde que te vimos.

Shane sonrió, pero no alcanzó sus ojos. ¿Era tan difícil estar conmigo
ahora? No era como si fuera a sacarle los ojos o algo así. No podía hacer nada
contra el hecho de que no me quería.

—Hola, hermosa.

—El pobre bastardo estaba esperando en el vestíbulo cuando llegué a casa


—dijo Linc, volteándose de la barra con dos cervezas. Se rio, dándole una
cerveza a Shane—. Su hermano sacó su trasero.

Dallas se burló.

—Les dije que no iba a regresar a casa esta noche.

—No voy a quejarme. No deberían estar separados, en mi primer lugar. —


Le dio un buen trago a su cerveza. Sus ojos seguían yendo a los míos y por
supuesto me atrapó mirándolo en cada ocasión.

Con una mueca, me volteé para ordenar otro shot…

—¡Shane!

Todos nos volteamos cuando una chica gritó su nombre.

—¡Shane Stevenson! —chilló, corriendo y lanzando sus brazos alrededor


de su cuello. Sus labios cubrieron los de él antes de que siquiera pudiera
entender qué estaba pasando.
68
Página
No se resistió, pero no estaba exactamente agarrándola o devolviéndole el
beso. Me di cuenta de que ella era una chica universitaria borracha que había
visto a la estrella de rock y pensó que debería decir hola… ¡o lo que fuera!

—¡Oye, perra! —Dallas agarró a la chica por el cabello y la hizo


retroceder—. Mi amigo no está interesado. Ve a chuparle la cara a alguien más.

La chica borracha consideró a Dallas, midiéndola. Si era inteligente, se iría.


Dallas no era alguien con quien debieras meterte en una pelea. La he visto de
primera mano dejar a una chica casi calva y dejarle la cara rasguñada. Peleaba
sucio y no le importaba quién lo supiera. La otra chica solo fulminó a Dallas con
la mirada por un momento, notando los tatuajes y perforaciones y determinó
que no estaba muy sobria como para meterse con mi amiga.

Encogiéndose de hombros, la chica borracha se alejó sin mirar atrás.

—¡Otra ronda! —exclamó Linc al barman con una risa.

Shane

L
as dos semanas pasadas habían sido todo menos fáciles para mí.

Intenté todo para olvidarme de Harper Jones y el beso que


casi me puso de rodillas. ¡Y en serio digo todo!

Después de llamar y hablar con Emmie, me había sentido más


aterrizado. Emmie siempre tenía ese efecto en todos nosotros. pero
especialmente en mí. Una vez que había juntado mi mierda, había tomado la
oferta de Axton de ir a unos de los muchos clubs que cada gran ciudad tenía.
69

Dos horas en un cuarteto y ya me estaba sintiendo más enfermo y con


Página

náuseas que cualquier otra cosa. Allí estaba con dos chicas muy calientes, listas
y suplicándome abiertamente que las follara duro y todo lo que me había
sentido era sucio y listo para vomitar. Axton se había reído, diciéndoles que me
había hecho mal el sushi. Tomé la excusa y huí… Literalmente. Agarré mi
mierda y me salí de allí rápido.

Un beso. Eso fue todo lo que le había tomado a Harper para dejar su marca
en mí. No estaba hecho para nadie más. El pensamiento de alguna otra mujer
con sus manos en mí hacía que se me revolviera el estómago y empuce a sudar
frío.

Aun así, no había estado listo para ceder. Todavía pensaba que iba a
manchar a Harper con las cosas de mi pasado.

Incapaz de hacer lo que normalmente hacía, lo cual era follar todo a la


vista que tuviera vagina, comencé a correr más y más. Algunas veces incluso iba
a Fit for Life en medio de la noche y solo corría en la caminadora por horas.
Cuando eso no funcionaba, iba a un bar o club y bebía hasta que no pudiera
recordar mi nombre.

La segunda mañana me desperté con una resaca que rivalizaba con


cualquier otra que recordaba que mi hermano hubiera tenido y me di cuenta de
que no podía dejarme llevar por ese camino. No solo no era donde quería que
mi vida terminara, sino que tenía que respetar a Drake para no hacer esa mierda
cuando él había llegado tan lejos después de su propia batalla con la botella.

Ayer finalmente había enfrentado la verdad. No importaba lo asustado que


estuviera de mi pasado y de manchar a Harper con eso, no era lo
suficientemente fuerte para rendirme con ella.

Cuando Drake había llamado temprano en la noche y me dijo que me


quedara fuera del apartamento esta noche, había ido al único lugar que quería
estar más que en cualquier otro… a la casa de Harper. Por supuesto ella no había
estado en casa y había sido una gallina, asustado de que si llamaba o le mandaba
70

un mensaje de texto ella no contestaría.


Página
No era como si pudiera culparla. La besé y huí. Probablemente pensaba
que no era digno de su tiempo y ella estaría en lo correcto.

Linc había salvado mi trasero, llegando a casa justo cuando estaba listo para
rendirme e ir al gimnasio por algunas horas. Cuando me invitó a ir con él al
club, donde Dallas y Harper estaban esperándolo, me había apresurado a
aceptar.

Ahora, con el sabor del labial de otra chica y el humo de lo que fuera que
estuviera fumando llenando mi boca, estaba listo para agarrar a Harper y sacarla
por la puerta. Linc me entregó otra cerveza mientras Dallas se movía frente a
mí como si estuviera protegiéndome de otras chicas borrachas listas para atacar.

Al beberme la mitad de la Corona para quitarme el sabor amargo de la


chica de mi boca, me tomé el tiempo para ver a Harper. Su maquillaje era
meticuloso, resaltaba sus ojos y la hacía ver tan besable y suave. Con su falda
corta y una blusa que apenas cubría sus pechos, se veía caliente.

No me gustaba. Quería a mi Harper parada frente a mí. La impecable


belleza que no necesitaba mucho maquillaje o ropa de club para endurecer mi
polla. Quería llevarla hasta el baño más cercano, lavar esa mierda de su cara y
luego besarla hasta que ninguno de los dos pensara bien.

La recelosa mirada en sus ojos violeta me decía que eso no iba a pasar.

—¿Eso te ha sucedido seguido? —preguntó Linc con una sonrisa mientras


le daba a las chicas sus bebidas, algo rosa y femenino.

Me encogí de hombros, sin querer admitir que me sucedía muy seguido.


Un mes atrás probablemente habría estado profundamente metido entre las
piernas de esa chica en algún lugar oscuro de este club.

—Bailemos. —Miré directo a Haper mientras lo sugería.


71

—¡Sí! —Dallas me empujó a Harper y agarró el brazo de Linc, ya


Página

llevándolo a la pista de baile—. Vamos, Harp. Me encanta esta canción.


Harper ni siquiera me miró mientras se giraba para seguir a su amiga.
Suspirando, los seguí, sabiendo que tenía mucho que compensar.

La pista de baile estaba muy abarrotada. Por una vez me alegró. Significaba
que Harper no tenía otra opción más que bailar cerca. Sonreí mucho mientras
me presionaba en su espalda. Me frunció el ceño por encima de su hombro antes
de volverse hacia Dallas, quien estaba pegándose a Linc mientras la música se
aceleraba. Quien sea que fuera el DJ, sabía lo que hacía porque la música era
asombrosa.

Cuando Harper se relajó un poco contra mí, no perdí tiempo en tomar


ventaja y girarla para que verla.

—Tenemos que hablar. —Tuve que bajar la cabeza para hablarle fuerte en
el oído. Así de cerca, podía oler su perfume. ¿Alguna chica había olido tan bien
como Harper?

Sus cejas se alzaron.

—¿De qué?

—Nosotros.

Se rio.

—Lo siento, pensé que dijiste nosotros.

—Lo hice. —Agarré sus caderas y la acerqué cuando dos chicas se


interpusieron entre nosotros y Dallas y Linc. Cuando se fueron no la solté,
gustándome más de la cuenta que estuviera contra mí—. Quiero estar contigo
hermosa.

—¿Qué? —Lucía confundida.

Sacudí mi cabeza. Había mucho ruido en el club para tener esta


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conversación.
Página

—¡Solo baila conmigo!


Riéndose, me puso sus ojos violeta en blanco.

—¡Lo que digas!

Durante las dos siguientes horas tuvimos un buen tiempo. Era divertido
ver a Dallas y Harper —y sí, incluso a Linc— mientras bailaban conmigo.
Algnas chicas intentaron venir a nuestro grupo, todas con sus miradas borrachas
en mí. Era el que más notadoen Demon’s Wings ahora que Nik estaba fuera del
alcance al ser pronto un hombre casado. Claro que yo siempre fue él más
notado, para empezar. Incluso antes de que él hubiera sacado su cabeza de su
trasero y admitido a Emmie que estaba enamorado de ella, no le había
importado mucho conseguir un polco como yo.

Ahora que ya no estaba interesado en eso, me di cuenta de lo molestas que


podían ser esas chicas.

Pero con Dallas cerca, esas chicas no llegaban lejos. Decidí tras la tercera
chica que fue regiamente renegada que era bueno tener a esa chica country
cerca.

—¡Eso es, perra! —gritó Dallas a la última rubia que intentó meterse entre
Dallas y Harper para llegar a mí—. Sigue caminando. ¡Él no hace porquerías!

Eso le ganó una mirada fea por parte de la rubia, pero ella siguió
alejándose.

A mi lado, Harper se estaba riendo mientras se apoyaba contra Linc


mientras bebía su vodka con jugo de arándano con una pequeña paja negra.
Dioses, ella era adorable con su maquillaje corrido por el sudor de las últimas
dos horas. Estaba muy alegre y seguía jalándose el dobladillo de la falda en un
intento de bajársela.

Dallas se volteó, acercándose también a la línea de la borrachera también


y le dio unos cinco a Haper.
73
Página

—Vas a tener que pelear con alguien si no te cuidas —advirtió Harper.


Dallas se encogió de hombros.

—¡Qué vengan!

A pesar de su advertencia, Harper no parecía preocupada por esa


posibilidad y me di cuenta de que no lo necesitaba. Había algo sobre Dallas que
gritaba “no te metas conmigo”. La mezcla de tatuajes, perforaciones y quizás sus
hombros señalaban lo dura que era.

—Está bien, sexy bitches . —Linc agarró la mano de Harper antes de


agarrar la de Dallas—. Tengo que trabajar temprano. Vamos a pagar e irnos a
casa.

—Estoy pasándola bien —se quejó Harper mientras Linc la tiraba entre la
multitud hacia la barra—. No quiero irme todavía.

No pude evitar sonreír por lo joven que sonaba cuando estaba medio
tomada.

—Sigue con esos shots como has estado haciendo toda la noche y
necesitarás mi cubo de borrachera. —Linc sonaba como un padre regañador
mientras jalaba a las chicas por lo que parecía una fiesta de solteras.

No les di una segunda mirada mientras seguía de cerca de Harper.

—Arruinas toda la diversión, Linc.

—Lo sé, corazón. Lo sé.

—¡Oh. Dios. Mío!

Tan pronto como escuché el chillido, supe que venía. Sabía que una de las
chicas del grupo de solteras se había dado cuenta de quién era. La mayoría de
las chics sabía quién era dada mi reputación, por lo que no estaba para nada
sorprendido cuando alguien me saltó a la espalda y comenzó a chuparme el
74

cuello como un vampiro en calor.


Página

—¡Fóllame en el baño, Stevenson!


Mis nuevos amigos se voltearon y se quedaron mirando, boquiabiertos,
ante la vista de una chica desconocida básicamente pegada a mí mientras sus
dientes mordían bruscamente mi cuello. Asustado de lastimarla si intentaba
apartarla, solo me quedé allí, suplicándole ayuda a mis amigos silenciosamente.

—¡Qué carajos! —explotó Dallas y arrancó a la chica de mi espalda.

Sin esperar la interrupción, los dientes de la chica rasguñaron mi cuello


mientras era tirada hacia atrás. Gemí de dolor y toqué mi cuello, sintiendo unas
cuantas gotas de sangre en mi piel. Linc pasó a mi lado y me di cuenta de que
Dallas tenía al a chica contra el suelo y cabello salía volando.

¡Cabello rojo brillante que estaba seguro como el demonio no pertenecía a


Dallas!

75
Página
7
Harper

N
o sabía si reírme o ayudar a Dallas mientras arrancaba a la chica
ebria de la espalda de Shane. Por supuesto, estaba sorprendida de
que ninguna de las otras chicas en la despedida de soltera diera un
paso para ayudar a la chica borracha. En cambio, solamente se quedaron atrás y
observaron el espectáculo, como si estuvieran conmocionadas de que realmente
estuviera sucediendo.

Era realmente divertido, especialmente ya que Shane era incapaz de hacer


nada más que pararse ahí y observar. Entonces noté la herida en su cuello.

—¡Estás sangrando! —exclamé, estirándome para tocar el lugar en su


cuello que la chica había mordido.

Hizo una mueca de dolor y palideció cuando vio la pequeña mancha de


sangre en mis dedos.

—Dime que esa es mi sangre, Harper. Dime que es mía.

—Es tuya. —Me apresuré a asegurarle, preocupada cuando se puso verde


justo ante mis ojos—. Lo juro.

—¡De acuerdo, Dallas! —Linc estaba intentando sacarla de encima de la


otra chica que estaba gritando por ayuda—. Deja ir a la pobre chica.

—¡Golpea su trasero! —le grite a mi amiga—. ¡Él está sangrando!


76

—¡Zorra! —gritó Dallas en el rostro de la chica borracha—. ¡Heriste a mi


amigo! —Con sus dedos enredados en el cabello de la chica, sacudió su cabeza
Página

como una muñeca de trapo mientras le gritaba obscenidades. Su labio estaba


sangrando por uno de los puñetazos que Dallas había aterrizado en su rostro,
por no mencionar las marcas de manos a cada lado de su rostro de las bofetadas
que mi amiga había repartido.

Dallas tenía una bofetada endemoniada. La marca de su mano estaría en el


rostro de esa chica hasta un día antes de que empezara a desaparecer.

—Dallas, eso es suficiente. —Linc la alzó con poco esfuerzo, los puños de
ella aferrados alrededor de puñados de brillante cabello rojo teñido—. Los
gorilas nos van a echar. Déjala ir. ¡Dallas!

Dallas luchó por liberarse para poder terminar lo que había empezado.
Escupiendo maldiciones que no estaba segura de incluso conocer el significado,
era un espectáculo digno de contemplar. Adoraba lo intensa que era.
Finalmente, Linc la arrojó sobre su hombro y se dirigió a la barra.

Shane agarró mi mano y los seguimos. Cuando giré mi cabeza para mirar
a la chica, me dio una mirada molesta y le sonreí y le enseñé el dedo medio.

—¡Eso es lo que obtienes, perra! —le grité.

—Dioses, ¡ustedes dos me ponen nostálgico! —Shane se rio mientras tiraba


de mí a través de la multitud.

—¿Por qué es eso? —le pregunté, dándome la vuelta para enfrentarlo.

—Dallas me recuerda a Em.

Fruncí el ceño, tratando de recordar quién era esa.

—Oh, sí. La tipa que le gritó y retó a Lana en mayo por no regresar a L.A.

Shane hizo una mueca.

—Sí, esa es ella.


77

—No le agrada mucho Lana, ¿cierto?


Página
—Adora a Lana. Simplemente ama más a Drake. —Sacó su billetera y le
entregó al barman un puñado de billetes, cubriendo todo lo de nuestra cuenta—
. Ella ha pasado la mayor parte de su vida cuidando de él, de todos nosotros, en
realidad.

Podía entender eso, supongo.

—Entonces, ¿ella es como tu hermana o algo?

—Sí, eso es exactamente lo que es. Mi hermana. —Le dio a mis dedos un
apretón y luego me atrajo hacia la salida más cercana.

Linc ya tenía un taxi esperando por nosotros cuando alcanzamos la calle.


Dallas estaba sentada en la parte trasera, malhumorada.

—No había terminado con esa perra.

—Ah, pobrecita. —Shane le dio palmaditas en la rodilla mientras se metía


y me atraía cerca mientras Linc cerraba la puerta y se subía al frente—. Gracias
por defender mi honor, cariño.

Dallas se mordió el labio para evitar reírse.

—Claro.

No pude evitar una risa disimulada mientras el taxi entraba al tráfico.

—Dallas, acabas de defender al más grande mujeriego en el mundo del


rock. Eso es valiente.

—Dios, Harper. ¡Eres tan literal! —dijo Linc desde el asiento delantero.

—¡Oye! —Shane pellizcó mi costado, haciéndome chillar y reír—. Soy un


mujeriego reformado, gracias.

—Oh, lo lamento. Mujeriego reformado. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde


78

tu última follada?
Página
Linc tenía razón. Tenía que ser el alcohol haciéndome abrir la boca del
modo en que lo estaba haciendo. Normalmente, palabras como follar
simplemente no cruzaban mis labios.

—Un poco más de dos semanas.

—¡Santa mierda! —grité—. Eso tiene que ser un record para ti. ¿Estás
enfermo o algo?

Ojos azul grisáceo se estrecharon en mi dirección en la luz tenue del taxi.

—O algo.

Sí, el alcohol me había golpeado duro y ahora estaba viendo cosas. Shane
Stevenson no me estaba mirando como si quisiera devorarme. Simplemente no
era posible después de su beso y huida algunas semanas atrás. El brazo que tenía
alrededor de mi cintura me tiró más cerca y me sentí un poco mareada mientras
bajaba su cabeza y acariciaba mi oreja.

—Definitivamente algo, hermosa —creí oírlo susurrar.

—Bueno, esa es una fiesta de soltera que esas chicas no olvidarán —


comentó Linc, rompiendo el hechizo bajo el que repentinamente me había
puesto Shane—. Espero que la boda no sea mañana o la novia tendrá una dama
de honor medio calva.

No tomó mucho tiempo antes de que nuestro conductor se detuviera


frente a nuestro edificio de apartamentos. La mano de Shane permaneció en la
parte baja de mi espalda mientras seguíamos a Linc dentro. El portero nocturno
estaba recostado en su silla detrás del escritorio cuando entramos. Lo saludé.

—¡Hola, Curtis!

—Buenas noches, Srta. Jones.


79

El elevador se abrió tan pronto como Dallas presionó el botón. Nos


Página

montamos hasta el doceavo piso en silencio casi absoluto. Dallas estaba


empezando a sentir los efectos de su pelea y el alcohol y estaba recostada contra
Linc mientras cerraba sus ojos.

—Cama —refunfuñó tan pronto como entramos al apartamento


momentos después.

—Buenas noches, Dallas —dijo Shane a su espalda en retirada.

—También voy a dormirme —dijo Linc mientras se dirigía al pasillo que


conducía a nuestros dormitorios—. Tengo que estar en el trabajo temprano.

—Amigo, esta noche fue divertida. Tendremos que hacer esto de nuevo.

Linc se rio.

—Sí, pasé un buen rato.

Me dejé caer en el sofá, el control remoto ya en mi mano. Cuando la puerta


de Linc se cerró detrás de él, Shane se sentó a mi lado y me quitó el control
remoto.

—¿Cuántos canales tiene esta cosa?

Me encogí de hombros.

—Linc contrató todo el paquete, así que hay mucho de dónde escoger. —
Cuando aterrizó en una televisora de deportes, gruñí—. No, no y no. Si te vas a
quedar, no voy a ver deportes estúpidos.

Suspiró y cambió a una película para chicas en uno de los canales de


películas.

—¿Qué hay de esto?

—Nop. ¿Quieres que vomite? —Recuperé el control y busqué por el menú


por unos momentos antes de detenerme en una película de horror de
80

medianoche. Era algo que Lana y yo teníamos en común, nuestro amor por
Página

películas de miedo—. Amo esta parte.


—Sabía que te amaba. —Envolvió su brazo a lo largo del respaldo del sofá.

—Shh, esta es la mejor parte.

—Claro que lo es —murmuró Shane y se estiró por mi pierna para tirar de


mis pies en su regazo. Le lancé una mirada curiosa, pero solo me quitó mis
zapatos y empezó a frotar mis pies adoloridos.

Mis ojos rodaron a la parte de atrás de mi cabeza y no pude evitar el


pequeño gemido que se me escapó a medida que su pulgar hacía presión justo
en el arco de mi pie izquierdo.

—Oh… Oh, eso se siente maravilloso.

—¿Te gusta? —Su tono era ronco, pero no abrí mis ojos mientras asentía—
. ¿Debería detenerme?

—Detente y te haré daño. —Su risa siguió mi amenaza y me asomé a través


de mis pestañas para encontrarlo inclinándose solo un poco más cerca. Mi
corazón empezó a acelerarse. Recuerdos de nuestro beso pasaron por mi mente
y mis labios empezaron a ansiar por una repetición.

Entonces los dulces recuerdos desaparecieron y el dolor volvió cuando lo


recordé huyendo justo cuando estaba empezando a ponerse bueno. Alejando
mis pies, me senté derecha.

—Gra-gracias —balbuceé, forzando mi mirada de vuelta a la televisión.

—¿Qué sucede? —demandó, estirándose por mis manos, pero las alejé—.
¿Harper?

—No sé cómo jugar tus juegos, Shane —le dije honestamente,


obligándome a encontrarme con su mirada—. No soy lo suficientemente
sofisticada para incluso entender las reglas. Un minuto pensé que éramos
amigos, entonces me besaste… —Suspiré—. Y luego simplemente huiste y no
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escuché una palabra de ti en casi dos semanas. Ahora estás de vuelta y esta
Página
noche fue divertida. Realmente, realmente divertida. Adoré bailar contigo y
pasar el rato. Pero solo como amigos. Nada más.

Ojos azul grisáceo se oscurecieron a medida que me escuchaba.

—Lamento haber corrido después de ese beso… —Frotó ambas manos


sobre su rostro—. Me asustaste como el infierno, hermosa. No mentiré. He
estado alrededor. Así que trata de entender cuando te digo que nadie, nadie, me
ha hecho sentir alguna vez lo que tú me haces sentir. Fue casi aterrador y huí
como un cobarde. Lo lamento, nena. No va a suceder de nuevo.

Sí, está bien, así que sus palabras como que me quitaron el aliento. Si era
una línea, entonces era una línea realmente asombrosa. Pero no estaba dispuesta
a caer por ella. Si él era un cobarde, entonces yo también, porque no estaba
dispuesta a arriesgar mi corazón con él… no cuando ya estaba involucrado a
medias.

—Solamente quiero ser amigos, Shane.

El rockero simplemente se sentó ahí, frunciéndome el ceño en la sala


tenuemente iluminada mientras La Casa de la Colina Encantada se reproducía
en el fondo. Sentía como si pudiera ver dentro de mi mismísima alma de la
manera en la que me estaba mirando justo entonces. Después de casi un minuto
entero, finalmente asintió.

—Está bien. Amigos, por ahora. —Abrí mi boca para decirle que era para
siempre, pero me interrumpió—. Te haré cambiar de parecer, hermosa.
82
Página
Shane

S
abía que la había jodido. Huir nunca resolvía nada. Sabía eso. Ahora
tenía mucho que arreglar e iba a hacer justo eso.

Así que miré la estúpida Casa en la Colina Encantada con


Harper hasta que se quedó dormida con sus pies en mi regazo. Levantándola,
me di cuenta de que apenas pesaba. La cargué a la cama y la arropé. Por supuesto
no me pude resistir besarla suavemente sobre su mejilla antes de dejarla.

Para el momento en que llegué a casa eran casi las tres de la mañana. El
apartamento estaba en silencio y me detuve en seco cuando vi ropas esparcidas
por la sala. Sonriendo, arrojé mis llaves a un lado y me dirigí a mi habitación.
Ya era tiempo de que Drake recibiera lo que merecía. Estaba encantado por mi
hermano y Lana.

Por supuesto, él no estuvo tan encantado conmigo cuando tuve que


interrumpirlos la mañana siguiente porque Layla continuaba llamando al
teléfono de Lana. Tan pronto como le di el teléfono, hice una escapada rápida.
De ninguna manera quería estar alrededor cuando finalmente salieran de ese
dormitorio.

Mi día fue gastado haciendo llamadas telefónicas desde una cafetería que
sabía que a Harper le gustaba. Había interrogado intensamente a Lana sobre ella
durante las últimas dos semanas y conocía sus gustos y disgustos de memoria
ahora. Mientras navegaba por la red en mi teléfono, me di cuenta que estaba
actuando un poco como un acosador e hice una mueca. Genial, ¡ahora me estaba
convirtiendo en un psicópata!
83

Por supuesto esa idea salió volando de mi cabeza cuando la vi entrando en


la tienda y dirigiéndose directamente al mostrador. Tomando mi vaso medio
Página

vacío de triple espresso —el cual no tenía nada en comparación con la mezcla
especial de Jesse—, tiré la ahora fría bebida y me puse en línea detrás de Harper
para ordenar otro.

Mientras ella hablaba con el niño delgaducho, ordenando algún tipo de


mocha femenino con crema batida adicional en la parte de arriba, me tomé mi
tiempo comprobando la vista desde atrás. Dioses, pero amaba su trasero. Los
leggings que estaba usando lo delineaban perfectamente y tuve que apretar mis
manos en puños para evitar estirarme para ahuecar esas dulces caderas.

Estaba usando unos zapatos de correr y una camiseta de tirantes, así que
tuve que asumir que estaba planeando un viaje al gimnasio. Era después de la
una, lo cual no me sorprendía. Lana me había dicho que a la chica le gustaba
dormir y la había mantenido despierta hasta bastante tarde la noche anterior.

Cuando empezó a pagar su café, di un paso al frente y me hice cargo de


ello mientras ordenaba mi propio café con algunos pastelillos. No había
necesitado que Lana me dijera que Harper tenía una debilidad por los dulces.
Después de pagar, me giré para enfrentar a la silenciosa chica de pie a mi lado.

¿Era yo o estaba más hermosa cuando estaba tratando de estar enojada?

—Puedo pagar por mi propio café, Shane.

—Nadie dijo que no podías, hermosa. Solamente quería comprarle a


mi amiga algo de beber. —Me incliné más cerca de ella mientras decía la
palabra amiga y disfruté de la vista del rosa ruborizando sus mejillas. Por
supuesto que obtuve una insinuación del perfume que estaba usando y casi gemí
cuando tuvo un efecto en mi polla.

El barista colocó nuestros vasos frente a nosotros junto con el plato de


pastelillos. Le envíe al niño una sonrisa mientras tomaba nuestra orden y la
guiaba hacia la mesa que había tomado por la mayor parte del día.

Coloqué los cafés en la mesa y saqué una silla para ella. Aparte de algunas
84

veces para Emmie, no creía haber hecho eso alguna vez por una chica antes. Sin
Página
embargo, Harper no parecía impresionada. Simplemente se sentó y arrebató
uno de los pastelillos rellenos de cereza.

—Realmente no tengo tiempo para esto.

—¿Qué es tan importante que no puede esperar veinte minutos mientras


compartimos un bocadillo? —pregunté mientras me sentaba frente a ella para
poder ver sus ojos. ¡Dioses, amaba sus ojos!

—Me voy a encontrar con Cecil en el gimnasio para jugar algo de


raquetbol.

Todo mi cuerpo se tensó mientras el nombre de otro hombre salía de sus


labios.

—¿Quién carajos es Cecil? —exigí antes de poder detenerme.

—Mi padrastro —dijo, poniendo esos hermosos ojos en blanco.

—Oh… —¡Maldición! Ahora sonaba como un imbécil obsesivo. A las


chicas no les gustaba la mierda como esa, ¿cierto? A Emmie y a Layla no les
gustaba mucho o por lo menos decían que no les gustaba. ¿Era algún tipo de
psicología inversa y realmente sí les gustaba?

Una pequeña sonrisa se insinuó en el arco de cupido de Harper, pero no


me regañó.

—Cecil es, de cierto modo, la única familia que reclamo. Quería


adoptarme, pero mi verdadero papá no lo dejó.

—¿Por qué no?

—Porque es un obsesivo del control. —Hizo una mueca y tomó un sorbo


de su café—. Él y mi mamá son muy parecidos en esa área.

—¿Así que tú y tu padrastro se llevan bien?


85
Página
—Oh, sí. Él y yo somos muy parecidos, justo como Ariana y mi mamá.
Dallas solía bromear que fuimos cambiadas al nacer. —Su sonrisa era adorable
y quería sentarme ahí y mirarla durante horas—. Ya no nos vemos mucho estos
días. Él ha estado tan ocupado con el trabajo y yo he estado tratando de
encontrar un trabajo de tiempo completo. Pero tratamos de juntarnos por lo
menos una vez al mes para jugar raquetbol o para cenar.

—Entonces deberías ponerte en marcha. —No quería que se fuera, pero


odiaba que se perdiera del tiempo con su padrastro.

Le echó un vistazo al reloj en su muñeca izquierda.

—Todavía tengo algunos minutos. Siempre llega un poco tarde, de todas


formas.

Tomaría cualquier cosa que estuviera dispuesta a darme. Minutos, horas,


días. Nunca iba a rechazar eso.

—¿Cómo se está sintiendo Dallas esta mañana? ¿Adolorida por la pelea?

Harper se rio.

—Aparentemente, esa chica borracha acertó un golpe o dos anoche. Dallas


tiene un moretón en su mejilla derecha. Realmente hace que su hoyuelo resalte.

—Ahora me siento mal.

—¿Por qué?

—Estaba peleando debido a mí. Hice que se lastimara. —Odiaba eso. No


me malinterpretes. Las peleas de gatas eran ardientes como el infierno, pero no
quería que mis amigos salieran heridos por mi culpa.

Harper le restó importancia.

—Dallas estaba medio borracha. Siempre está buscando algún tipo de


86

drama cuando se pone así. Por eso me aseguro de que Linc salga con ella cuando
Página

quiere irse de club.


—¿En serio? ¿A la dulce Dallas le gusta el drama? Nunca habría supuesto
eso de ella. —Las risitas de Harper eran dulces de escuchar. Quería capturarlas
para poder escucharlas por siempre.

87
Página
8
Harper

T
enía que admitir que Shane podía hacerme reír fácilmente. Me
encantaba eso de él.

Cuando fue la hora de irme, estaba reacia. Así que por


supuesto las palabras se escaparon antes de que pudiera recuperarlas.

—¿Quieres venir a jugar raquetbol conmigo y mi padrastro?

Sus ojos se ampliaron como si mi pregunta lo sorprendiera.

—¿Quieres que vaya contigo? ¿Conocer a tu padrastro?

―Sí. Será divertido. Eres realmente atlético, así que deberías ser capaz de
seguirle el ritmo mejor de lo que yo puedo.

Él miró hacia abajo a su camiseta gris y pantalones cortos de básquetbol.


Me gustaban más con la ropa del club que había tenido puesta la noche anterior.
Ocultaban más de su pecaminoso cuerpo sexy y podía pensar más fácil así.

―Está bien.

No estaba segura cómo Cecil iba reaccionar a Shane. Nunca le había


presentado a un chico que me gustara antes. Era protector conmigo, más de lo
que alguna vez había sido con Ariana. Pero de nuevo, él sabía que no importaba
lo que él dijera o hiciera, Ariana de todas formas haría lo que ella quisiera.

Cuando llegamos a Fit for Life, Cecil solo estaba calentando. Cuando me
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vio, su rostro se iluminó. Tiré mis brazos alrededor de él y me abrazó fuerte.


Página

—¡Ahí está mi chica!


Cuando me liberó, retrocedí y le di un vistazo. Era alto con cabello color
negro azabache salpicado con gris y ojos azules. Todavía era un hombre guapo,
incluso a finales de sus cincuenta. Ariana había conseguido muchos de sus
rasgos de su papá. Lamentablemente, había conseguido su personalidad de su
madre, quien había sido mejores amigas con mi mamá hasta su muerte.

―Luces cansando ―regañé―. ¿No duermes suficiente?

―He estado en reuniones por más de una semana consecutiva, pastelito.


La nueva adquisición está agotando a este hombre viejo. ―Su profunda voz
sonaba un poco ronca y me pregunté si se estaba enfermando o si había
comenzado a fumar de nuevo.

―Cecil… ―Comencé a preguntar qué era cuando él echó un vistazo sobre


mi hombro y notó a Shane.

Los ojos color azul de Cecil se estrecharon, asimilando a la estrella de rock.

—¿Quién es este? ―Aunque sus ojos no era exactamente amistosos, su


tono lo era. Eso era lo que amaba de mi padrastro; él no era fácilmente crítico
sobre las personas, les daba una oportunidad.

―Este es Shane Stevenson. Toca el bajo para Demon’s Wings.

―Ah, la banda del cuñado de Lana. ―Él había conocido y le había gustado
mi nueva compañera de piso a la vista. Cecil dio un paso hacia adelante y le
ofreció su mano a Shane―. Es bueno conocerte, Shane.

¿Era yo o Shane parecía nervioso? Mordí mi labio para evitar reírme de


ese loco pensamiento.

—Me da gusto conocerlo, señor ―dijo Shane mientras estrechaba la mano


del hombre más viejo.

―¿Juegas? ―preguntó Cecil, haciendo señas hacia la habitación de


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raquetbol en general.
Página
Shane se encogió de hombros.

—Un poco, sin embargo no he tenido mucho tiempo para ello en el pasado.

―Bueno, ahora es tan buen tiempo como cualquier otro para empezar,
muchacho.

Veinte minutos en nuestro primer juego y estaba sentada en la esquina,


jadeando y observando a los dos hombres jugar como profesionales. Para Cecil,
esa era la verdad, él había estado jugando durante la mayor parte de su vida.
Shane, por otro lado, había admitido abiertamente no jugar mucho raquetbol.
Él era deportista por naturaleza y después de tropezar por unos pocos minutos,
lo había aprendido como si hubiera nacido jugando.

Seguro que le estaba dando a mi padrastro un entrenamiento. Cecil estaba


disfrutando el desafío, riendo y burlándose de Shane. Podía sentirlo calentando
a la estrella de rock con cada minuto que pasaba. Shane también parecía estar
pasando un buen rato, se había relajado considerablemente desde que habíamos
llegado. Pensé que era adorable que hubiera estado nervioso, si ese realmente
había sido el caso.

Media hora más tarde y los hombres estaban estrechándose la mano. Cecil
había ganado, pero me pregunté si Shane le había dejado tener la victoria. En
realidad, estaba segura de ello cuando Cecil se burló de él por ello y Shane atrajo
mi atención y me guiñó. Mi corazón se derritió un poco, amando que él hubiera
tomado en cuenta los sentimientos de mi padrastro así.

―El perdedor tiene que comprar el almuerzo ―le informó Cecil, dejando
caer su raqueta en su bolsa antes de limpiar su rostro con una toalla―. Estoy
muerto de hambre, patear tu trasero me ha dado un gran apetito.

―Absolutamente ―estuvo de acuerdo inmediatamente Shane―. Tengo


un cambio de ropa en mi casillero arriba. Hermosa, ¿necesitas ir a casa y
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cambiarte?
Página
Allí iba de nuevo, llamándome hermosa. No sabía si me gustaba o no, pero
no iba a pedirle que parara. Cuando él usaba ese término cariñoso, casi sentía
como si fuera verdad.

—No, también tengo un cambio de ropa en mi casillero.

Cecil se frotó las manos.

—¡Bien! Vamos a ducharnos.

La cena fue quizás una de mis comidas favoritas esa tarde. Shane nos llevó
a uno de los restaurantes exclusivos de Manhattan. No tuvimos que esperar para
ser sentados y nuestra mesa era una de las mejores en el comedor entero.
Supongo que Shane estaba tratando de impresionar a Cecil e hizo eso de sobra.
Mi padrastro podría no ser un esnob, pero tenía un gusto caro. Había nacido en
el mundo de dinero y había más que triplicado la fortuna de su familia desde
que reemplazó a su padre veinte años atrás.

No estaba exactamente cómoda con el gran mundo del dinero. No me


gustaba ese estilo de vida y había sido testigo que no era exactamente el camino
de la felicidad. Pero Shane aquí, despreciando todas las bolsas de dinero
disparándonos miradas curiosas, sentí como si perteneciera.

Cuando el postre llegó, le hinqué el diente con fervor. Iría al gimnasio a


primera hora la mañana siguiente, pero valdría la pena cada horrible segundo
de tortura de quemadura de muslos por solo un bocado del decadente postre
que había ordenado.

―Eso luce bien ―dijo Shane, mirando fijamente mi mousse de


chocolate―. ¿Puedo comer un poco?

Eché un vistazo a su postre de algún tipo de tarta.

—Solo si puedo comer un poco del tuyo.


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Él sonrió.
Página
—Está bien. ―Levantó una cucharada de pastel que estaba llena con
crema batida, nueces y algún tipo de mermelada―. Al mismo tiempo ―sugirió
él y levanté una cucharada de mi mousse.

Era una cosa muy íntima de hacer, alimentarnos el uno al otro con postres
como lo hacíamos. Estaba agradecida de que Cecil se hubiera excusado para
tomar una llamada del trabajo. Mi cuerpo se sentía como si estuviera en llamas
mientras observaba la boca abierta de Shane y sus labios cerrarse alrededor de
la cuchara. Me sentí un poco mareada y no estaba poniendo atención mientras
él ponía su propia cuchara en mis labios.

Tardíamente, abrí mi boca para aceptar el bocado, pero algo de la crema


batida manchó la comisura, la lamí y escuché a Shane mascullar un gemido con
una maldición.

—Maldición, Harper. No puedo sentarme aquí y verte hacer cosas como


esas sin lastimarme.

Mastiqué y tragué mi bocado de tarta, dándome tiempo para resolver cómo


quería responder a su confesión.

—Lo siento ―fue la única respuesta que mi cerebro recalentado pudo


elaborar, sin embargo.

―Voy a darte un beso de buenas noches esta noche ―amenazó él,


inclinándose hacia mí―. Y tú vas a devolverme el beso.

No podría haber respondido si quisiera, mi cerebro no estaba cooperando


lo suficiente para pensar en qué decir.

Afortunadamente, Cecil regresó de encargarse de su llamada de negocios.


Desafortunadamente, tenía que decir buenas noches. Una situación que
requería su atención había surgido y tenía que volar a Londres en el vuelo
nocturno.
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Página
—Perdón por terminar la noche prematuramente, pastelito. ―Beso mi
sien―. Te llamaré en unos días, ¿está bien?

―Ten cuidado, no trabajes muy duro. ―Lo abracé por un momento,


siempre odiando decirle adiós cuando sabía que él iba a estar fuera durante un
tiempo―. Te quiero, C.C.

Él rió entre dientes al viejo apodo que le había dado cuando era una niña
pequeña.

—Te quiero más, Harpie. ―Fruncí el ceño ante su apodo de venganza para
mí―. Cuida de mi chica, Shane ―dijo Cecil, estrechando la mano del rockero.

―Lo haré, señor ―prometió Shane con sinceridad―. Tenga un viaje


seguro.

Shane

A
hora sabía de lo que estaban hablando otros chicos cuando decían
que era una pesadilla conocer a los padres de una chica. Había
estado casi temblando en mis zapatillas de deporte cuando Harper
me presentó a su padrastro.

Era un tipo genial y nos llevamos bien. Por supuesto ayudó que hubiera
dejado al hombre ganar, luego llené su vientre con un filete caro e incluso un
bourbon 4 más caro. Me gustaba Cecil Calloway y consiguió mejores
93

puntuaciones por tratar a Harper tan suavemente.


Página

4 Bourbon: Whisky estadounidense elaborado a base de maíz con algo de centeno y cebada.
Pero estaba más que feliz de estrechar su mano para despedirme después
de la cena. Estaba listo para un rato tranquilo con Harper. Anhelaba saborear
sus labios de nuevo y ese anhelo solo estaba creciendo más doloroso mientras la
tarde procedía. ¡El prostre había sido una tortura!

Con la cuenta y la generosa propina cuidadas, agarré la mano de mi chica


y nos dirigimos hacia afuera. Estábamos casi fuera de la puerta cuando noté a
alguien sentado en la mesa de la esquina con alguna modelo que estaba
haciéndose un nombre últimamente. Cuando él me vio, alzó su mano y me
saludó.

Sabiendo que tenía que hablarle al chico, tiré de Harper hacia la pareja.

―¿Pensé que estabas listo para irte?

―Tengo que saludar a alguien. ―Le di un apretón a sus dedos―. Luego


te voy a llevar a casa y te voy a besar.

Pensé que la sentí temblar y mi polla se retorció contra la bragueta de mi


pantalón de vestir. La tiré más cerca mientras llegábamos a la otra mesa,
tratando de ocultar mi reacción instantánea a la hermosa criatura que me tenía
en su trampa, además de protegerla del hombre al que estaba a punto de
presentarle.

―¡Stevenson! ―Rich Branson nos recibió con su sonrisa brillante. De


verdad necesitaba parar de ir tanto al dentista para blanquearse los dientes―.
¿Cómo te ha estado tratando Nueva York, hombre?

Estreché su mano. Técnicamente, Rich era representante de Demon’s


Wings, pero Emmie era la única que se encargaba de todas las fechas de nuestras
giras y de todo lo demás. Desde que Axton había rechazado el contrato de
OtherWorld’s en primavera, Demon’s Wings era el cliente más grande de Rich.
Emmie se rompía el trasero trabajando para cuidarnos, mientras Rich se sentaba
94

y jugaba con todo el dinero que le traíamos. Los chicos y yo habíamos estado
Página
hablando sobre rechazar nuestro contrato al final de año cuando se acercara la
renovación.

―Ha estado bien ―le dije al hombre honestamente―. A Drake parece


gustarle su nuevo trabajo.

―Bien, bien. ―Rich no había estado tan entusiasmado sobre Drake


siendo contratando en America’s Rocker, pero tenía poco que decir en lo que
hacíamos en nuestro tiempo muerto. Por supuesto, con el embarazo de Emmie
y Nik no queriendo tomar grandes contratos para giras largas, el tiempo libre
había estado en abundancia últimamente, lo cual significaba que Rich no estaba
haciendo dinero de nosotros como tanto se había acostumbrado durante los
últimos diez años.

La modelo sentada en la mesa aclaró su garganta, haciéndolo sonar


delicado. Volteé mi mirada en su dirección y casi puse los ojos en blanco por la
forma en que estaba evaluándome. Sabiendo que ella quería mi atención, la
ignoré y en cambio presenté a Harper.

—Esta es mi chica, Harper. Hermosa, este es Rich Branson. Representa a


la banda.

―Hola, Sr. Banson. ―Ofreció su mano y apreté los dientes mientras Rich
se aferraba.

—¿Qué está haciendo una chica linda como tú con Stevenson? ―Rich rio,
tratando de tirar de Harper más cerca―. Deberías dejarlo y venir a hablar
conmigo.

Harper liberó su mano.

—Preferiría cortar tu garganta y verte sangrar. ―Su tono dulce mezclado


con sus palabras enérgicas me pusieron duro como una roca. Tiré de ella de
vuelta contra mi pecho. Incapaz de enmascarar mi diversión de la forma que
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hizo mi repentina furiosa erección, reí.


Página
―Ah, otra más ―murmuró Rich, estirándose por su whisky escocés, en
absoluto enojado por el rechazo.

―¿Otra más? ―Harper levantó una ceja hacia él.

―Emmie, Layla, Lana. ―Rich encogió sus delgados hombros―.


Hermosas en el exterior, perras puras en el interior.

Me tensé, listo para arrancarle la cabeza al tipo por atreverse a llamar a mi


chica una perra cuando Harper rio.

—¿Piensas que soy hermosa?

Suspirando, la empujé hacia atrás unos pocos pasos.

—Nena, de verdad necesitas mirarte en el espejo ―susurré contra su oído


antes de pararme frente a ella.

Rich por supuesto pensó que podía hablarle a mi chica de cualquier forma.
No solo la había insultado, sino que también a las otras mujeres en mi familia y
no iba a marcharme sin corregirlo. Con Harper de forma segura detrás de mí,
me incliné sobre la mesa así podía encontrar a Rich a la misma altura.

―Háblale así a ella o alguna otra mujer en mi familia y prometo que


vivirás para lamentarlo. ¿Cómo podrías permitirte aquellas pequeñas píldoras
azules para mantener tu polla dura mientras follas falsas putas como ella si los
Demons repentinamente arrojan tu trasero?

Tomé placer en observar al hombre palidecer antes de enderezarse. Con


mi mano en la parte baja de la espalda de Harper, la guié fuera del restaurante
y en la parte trasera de un taxi que recién había dejado salir a una pareja.

―Lamento eso. ―Fui rápido en disculparme con ella―. Nunca debí


ponerte en esa posición… ―Terminé cuando ella comenzó a sacudir su cabeza.
96
Página
―Está bien. Estoy bien. Tú eres de quien estaba preocupada,
¿Generalmente tiemblas así cuando estas molesto? ¿Tienes hipertensión o algo?
―Su tono estaba lleno de preocupación.

Ni siquiera me había dado cuenta que estaba temblando. Normalmente no


dejaba que mis emociones consiguieran lo mejor de mí, pero mi ira hacia el otro
hombre estaba apenas contenida. Quería darle una paliza; desesperadamente.
¡Nadie hablaba sobre Harper así! Nadie.

Una mano suave cubrió mi corazón y solo así sentí la ira comenzar a
menguar. Echando un vistazo a su mano sobre mi pecho, sentí algo dentro de
mí apretarse. Era casi doloroso y totalmente escalofriante. Sin pensar en ello, la
presioné contra la esquina del asiento trasero del taxi y la besé.

Ella tenía el sabor más dulce. Mi lengua apuñaló dentro de su boca


dispuesta y sorbí su néctar con avidez. Quería más, anhelaba abrazar su cuerpo
desnudo contra el mío. Necesitaba estar dentro de ella; mi cuerpo estaba
gritando por ello, mi polla llorando por ello.

En cambio, solo tomé lo que sabía que estaba lista para dar. Saboreé cada
segundo que duró el beso, amando cómo me devolvía el beso inocentemente.
Yo era su primer beso y estaba determinado a ser su último.

97
Página
9
Harper

N
o estaba segura de cuánto tiempo había estado el taxi parado
frente al edificio de mi apartamento. Pero con el taxímetro
corriendo, el conductor no se estaba quejando con la demora
exactamente.

Con un gruñido torturado, Shane alzó su rostro de mi cuello, habiéndola


enterrado allí varios minutos atrás. Sus besos dejaron un trazo abrasador de mis
labios hacia mi mandíbula y más abajo en la base de mi cuello.

—No quiero que te vayas —susurró, besando mis labios rápido y fuerte—
. Pero sé que tienes que irte.

Mi cerebro estaba nublado con deseo, por lo que no entendí.

—¿Por qué tengo que irme? —susurré.

Otro beso en la comisura de mi boca.

—Porque no estás lista. No confías en mí lo suficiente.

—Pero…

Sus labios me detuvieron de decir algo más. Mis dedos agarraron su cabello
y me aferré fuerte, tratando de aguantar sus besos demandantes. Sus manos
acariciaron de arriba abajo mis costados, sus pulgares acariciaron la parte baja
de mis pechos, mareándome y adoleciéndome como nunca antes.
98

Hubo un golpe en la ventana detrás de Shane y su cabeza se apartó de golpe


Página

para ver a un tipo en traje parado en la acera. Murmurando una maldición,


lanzó unos cuantos billetes al conductor y abrió la puerta. El hombre de
negocios, quien estaba seguro de que vivía en el onceavo piso de mi edificio,
estaba sonriendo amplio cuando Shane me ayudó a salir de la parte trasera del
auto.

Shane gruñó algo por lo bajo al hombre, quien se quedó inteligentemente


callado antes de meterse en el taxi que esperaba.

Con la mano en mi espalda baja, Shane me guió al interior y presionó el


botón para llamar al elevador. El portero nos dio un asentimiento en saludo,
pero permaneció callado hasta que las puertas del elevador se cerraron detrás
de nosotros.

Temblando con deseo suprimido, me apoyé contra el hombre grande,


quien me envolvió en sus brazos. El viaje hacia el doceavo piso se sintió como
una eternidad y aun así terminó muy pronto. Sus brazos se tensaron por un
momento, sus labios vacilaron en mi oído, antes de que finalmente me soltara
y me encaminara hacia el corredor y luego hacia el apartamento de la esquina.

Traté de encontrar las palabras para pedirle que entrara.

—¿Quieres…?

Sacudió la cabeza.

—No, hermosa. Por mucho que quiera, no puedo entrar. —Bajó la cabeza
y me rozó un suave beso en mis labios, luego en mi nariz y por último en mis
ojos. Fue tan dulce que sentí que se atoraban lágrimas en mi garganta.

—¿Puedo verte mañana?

Todo lo que pude hacer fue asentir mientras él retrocedía. Nuestras manos
todavía estaban unidas mientras comenzaba a dar la vuelta, hasta que ya no
pudimos estar unidos.
99

—Buenas noches, hermosa —lo escuché decir mientras lo observaba


Página

caminar hacia los elevadores.


Me mordí el labio y observé hasta que desapareció detrás de la puerta del
elevador antes de abrir la puerta de mi apartamento.

Por supuesto, nadie estaba en casa y no había esperado otra cosa. Era
sábado por la noche. Linc probablemente estaba al acecho de un compañero de
fiesta de pijamas y probablemente debió haber llevado a Dallas con él. Así como
él era su protección, ella era la suya. Y en cuanto a Lana, estaba feliz de que
fuera a pasar otra noche con su Drake.

Pero eso significaba que estaba toda sola en nuestro gran apartamento, con
un cuerpo adolorido y una mente alocada. Quería hablar, tomar una larga y fría
ducha y caer en la cama. Suspirando, cerré la puerta y me dirigí hacia mi
habitación. Tendría que conformarme con una ducha fría.

Me estaba desnudando cuando mi celular sonó con el tono de mensajes


designado para Shane. Al mirar la pantalla, vi su mensaje.

<3 <3 <3 Ya t extraño <3 <3 <3

Una sonrisa boba se extendió en mi rostro y me senté en el bode de mi


cama, sosteniendo el celular cerca de mí como si fuera una tonta loca de amor.
Finalmente, le respondí el mensaje.

Desearía que te hubieras quedado.

Casi instantáneamente, me respondió.

Yo igual. Nos vemos mañana, hermosa.


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Página
Estaba determinada a que no iba a dejar que la atracción que sentía por
Shane se metiera en mi camino. Éramos amigos y quería que se quedara de esa
manera.

Cada mañana me despertaba con esa determinación firme en mi cabeza. Y


funcionaba hasta que estábamos solos. Sus besos narcóticos siempre hacían
ceder mi resolución y me derretía contra él cada vez que sus labios tocaban los
míos. Era aterrador, loco… maravilloso.

Estaba desarrollando fuertes sentimientos por el rockero con cada día que
pasaba. Mi corazón en verdad dolía cuando no estaba y eso era un poco
aterrador. Durante las últimas cinco semanas había pasado la mayor parte de mi
tiempo de mi tiempo libre con Shane. Por supuesto con las más y más
oportunidades freelance que venían, no tenía mucho tiempo libre como solía
tener.

El trabajo estaba llegando y unas cuantas revistas incluso habían


mencionado mantenerme en mente cuando tuvieran una posición abierta. Era
emocionante y lo que había soñado desde que tenía quince, pero no podía
competir con la emoción que sentía cuando estaba con Shane.

Hoy estábamos en The Ink Shop mirando la espalda de Lana transformarse


en una obra de arte. Estaba allí como apoyo moral, manteniéndola entretenida
para que su mente no estuviera en la aguja presionada contra su piel sensible.
Con Dallas, Linc y Shane allí para añadir más variedad y humor al evento, Lana
estaba pasando más tiempo riendo que pensando en lo que estaba pasando detrás
de ella.

Lana era adicta a la tinta, igual que Dallas. Aunque tenía mi propio tatuaje,
no había sentido esa adrenalina como mis amigas y no me importaba siquiera si
volvía a tener otro tatuaje.
101

The Ink Shop era el lugar al cual ir si querías un tatuaje grandioso. Dallas
no permitía que nadie aparte del dueño trabajara en ella. Shane incluso tenía
Página

uno en su bíceps derecho, uno que se había hecho años atrás por el chico que
estaba trabajando en Lana en ese momento. Tyler era un profesional y manejaba
la pistola de tatuajes con confianza.

—Quizás podría hacerme otro pronto —dijo Shane mientras hojeaba el


álbum de fotografías de trabajos pasados de Tyler.

—¿Sí? —Miré sus brazos. La mayor parte de sus tatuajes consistían en


calaveras, pero también había algunas variaciones aquí y allá. Una estrella en su
codo izquierdo. Una rosa negra en su antebrazo. Me gustaban todos y había
pasado horas solo trazándolo con mis uñas—. ¿Qué tienes en mente?

Su sonrisa era maliciosa, un poco misteriosa y me pregunté qué estaba


pasando por su cabeza.

—Tendrás que esperar y ver, hermosa.

Le puse los ojos en blanco.

—Casi termino —le aseguró Tyler a Lana, quien estaba haciendo caras
adoloridas. Había estado recostada boca abajo en la mesa por casi cuatro horas
para ese momento y su espalda tenía que estarla matando.

—Voy a conseguirme el infierno cuando Emmie le enseñe a Jesse y Layla


mis gastos de la tarjeta de crédito el próximo mes —dijo Lana a nadie en
particular—. Pero valdrá la pena.

—Pude haberme encargado de eso, hermanita —le recordó Shane, pero


por supuesto Lana había querido pagarlo ella misma, lo que técnicamente
significaba que su cuñado iba a pagar su tatuaje.

Lana empezó a decir algo, pero se volvió un gruñido cuanto Tyler trabajó
sobre un área particularmente sensible en su espalda baja.

—No importa.
102

—Cinco minutos más, cariño.


Página
Pasaron veinte minutos antes de que saliéramos por la puerta. Lana había
visto la obra maestra en su espalda, pero ahora estaba vendada. Mientras nos
íbamos y caminábamos hacia el restaurante donde habíamos decidido cenar,
continuó dando vistazos a su teléfono.

Sabía que quería llamar a Drake, pero Shane la había convencido de


esperar un día antes de que lo dejara ver lo que había hecho. Pensaba que las
alas de ángel en su espalada eran hermosas, pero a lo mejor un poco extremo si
era solo para decirle al chico que lo amaba. En serio, si lo amaba ¿por qué no
solo lo decía y terminaba con ello? ¿Tenía que marcar su cuerpo para probarlo?

Pero era su cuerpo y ella podía hacer lo que quisiera con este.

Después de la cena, los cinco nos separamos. Lana regresó al apartamento


para estrellarse, mientras que Dallas y Linc se iban a dirigir a uno de sus clubes
usuales. Shane me había tentado con una película y quería algo de tiempo a
solas con él. Estaba lista para admitir que quería más que amistad.

Estaba lista para lo que fuera que él pensara que todavía necesitaba tiempo.

Shane

E
staba en un enorme dolor.

Cinco semanas de nada excepto besar a Harper y estaba


seguro de que mis bolas iban a rasgarse. Jamás me había
privado, siempre había tomado lo que era ofrecido. Y cuando
estábamos solos, ella estaba más que dispuesta.
103

Pero tenía que asegurarme que ella estuviera lista antes de llevarla al
Página

siguiente paso. Quería que supiera que, sin importar nada, podía confiar en mí
con su cuerpo… y con su corazón.
Después de pasar toda la tarde observando a Lana tatuando su espalda con
Dallas y Linc, luego padeciendo durante la cena, finalmente la tuve a solas en
la parte posterior de un oscuro cine. El reposabrazos estaba elevado así que
podía acurrucarse cerca y yo estaba más interesado en lo bien que se sentía
contra mí que en la película que estaban pasando en la pantalla.

—¿Usas perfume? —susurré, preguntándome qué aroma era el que usaba


que me volvía completamente loco.

—No, ¿por qué?

Acaricié mi nariz contra su cabello.

—Hueles tan bien, hermosa. Como a lavanda y algo más.

—Oh, eso es solo mi jabón.

¿Solo jabón? Joder, ¡estaba celoso de ese jabón! Conseguía tocarla todos los
días en lugares en los que yo había estado muriendo lentamente por aprovechar.
Murmurando una maldición bajo mi aliento, intenté acomodar mi polla en una
posición más soportable. Era inútil, por supuesto, con lo duro que estaba no
había ninguna posición que fuera soportable.

Harper levantó su cabeza.

—¿Estás bien?

—No, nena. No estoy bien. —Mi mano so frotó sobre la dolorosa vara que
estaba apoyada contra mi muslo en mis jeans. En lugar de aligerar algo de mi
dolor, solo añadió más—. Estoy a dos caricias de correrme en mis jeans.

Ella dio un vistazo a todos lados. Estábamos en la última fila de la sala de


cine y esta era una película de mierda, así que no había mucha gente viéndola,
de todos modos. Viendo que estábamos prácticamente solos, se mordió su labio.
104

Casi lloré cuando sus delgados dedos se rozaron sobre mi adolorida polla.
Página
Sentí líquido preseminal gotear en mi muslo. Mis bolas estaban tensas y
estaba muy cerca. Joder, ¡había estado así durante cinco semanas! Las duchas
con agua fría ya no ayudaban y nunca había sido capaz de masturbarme.
Siempre me hacía pensar en ese terrible tiempo cuando era un niño y Rusty
hacía cosas…

—Shane… —Harper respiró mi nombre, su mano explorando la forma de


mi polla a través de mis jeans—. Llévame a casa contigo, Shane.

No tenía que pedírmelo dos veces. Agarrando su mano, tiré de ella y la


saqué del cine. En menos de dos minutos, la tenía en el asiento trasero de un
taxi dirigiéndonos hacia mi apartamento. Estaba temblando como un
adolescente sin experiencia. No podía mantener mis piernas quietas mientras
intentaba evitar devorarla en el asiento trasero de un taxi de Nueva York
mientras el conductor observaba.

No estaba en contra del sexo en público. Lo había hecho más de unas


cuantas veces en algunas fiestas realmente locas. Pero eso no iba a suceder con
Harper. Ella merecía más respeto que eso… a menos que ella lo quisiera. Si mi
chica quería sexo en público, se lo daría. Cualquier cosa que ella quisiera.

Dudaba, sin embargo, que lo quisiera esta noche.

—¿Shane?

Su dulce voz me hizo girar la cabeza. Tenía todo el largo del asiento entre
nosotros para que no hacer las cosas que seguían destellando en mi cabeza. Cosas
tan sucias que involucraban a mi hermosa chica, como separar ampliamente sus
piernas y comer su coño o follarla con los dedos hasta que chorreara y empapara
el asiento trasero con su intoxicante aroma.

—¿Estás bien?
105

Solo pude asentir. No pude encontrar mi voz. La forma en la que estaba


actuando probablemente la estaba asustando. Seguí dando golpecitos con mis
Página

pies y meciéndome de atrás hacia adelante para calmar algo de mi dolor. Mis
manos estaban temblando y tenía sudor frío en mi frente. Probablemente, me
veía como un adicto al crack. Mierda, estaba seguro que me veía como uno.

—¿Te duele?

—No tienes idea. — Mi voz era ronca, llena de deseo reprimid . —Te
necesito tanto.

No podía ver sus ojos y no tenía idea de lo que ella estaba pensando, pero
la pequeña sonrisa en la que vi curvarse sus labios mantuvo a raya cualquier
pánico en la que podía haberla tenido.

Cuando el taxi se detuvo frente a mi edificio, le lancé un billete de cien


dólares al conductor, sabiendo que el paseo no se acercaba ni un poco a costar
todo eso. El hombre me agradeció, pero no le puse atención mientras sacaba a
Harper a mi lado y la apresuraba hacia la entrada.

—Buenas noches, Sr. Stevenson —saludó Kyle, el vigilante nocturno.

Le asentí con la cabeza, presionando el botón para llamar el elevador.

—Hola, Kyle. ¿Está mi hermano en casa? —No importaría si estaba o no.


Tomaría un desastre natural para detener lo que iba a pasar con Harper.

—Desde hace una hora más o menos…

—Genial. Gracias. —Las puertas del elevador se abrieron y jalé a Harper


conmigo.

Quería besarle jodidamente tanto, pero sabía que si lo hacía, el elevador


no iba a llegar a mi apartamento antes de que estuviera entre sus piernas de
algún modo. Así que intenté recordar cada palabra del Himno Nacional. ¡Jamás
podía recordar toda la cosa!
106

Cuando el elevador se detuvo en mi piso, prácticamente corrí a toda


velocidad por el pasillo hacia mi puerta. Detrás de mí, Harper estaba soltando
Página
risitas, así que supuse que no estaba demasiado asustada del adicto al sexo a
punto de arrasarla.

107
Página
10
Harper

S
i hubiera sabido que él estaba adolorido, hubiera hecho algo para
ayudarlo. Ahora estaba medio loco por la necesidad y descubrí que
me estaba gustando cada minuto de ello.

Shane no soltó mi mano mientras desbloqueaba la puerta de su


apartamento. Cuando la cerradura se puso difícil, gruñó algo que no pude
entender y golpeó su puño en la gruesa puerta antes de volverlo a intentar. Mi
corazón se aceleró con emoción cuando me levantó de mis pies y me cargó
dentro del apartamento, utilizando su pie para cerrar la puerta de golpe
mientras prácticamente corría hacia su habitación.

Sus labios estaban en mi cuello antes de que siquiera llegáramos a su cama.


Enterré mis dedos en su cabello y me agarré fuerte, suspirando con placer
cuando lamió y mordisqueó su camino hacia mi oreja.

—Te deseo tan jodidamente mucho, nena.

Buen Dios, amaba lo ronca que se volvía su voz cuando me estaba besando.
Lo comparaba con un verdadero demonio cuando se volvía tan profunda y
rasposa como lo estaba ahora. Me hacía temblar y piel de gallina surgió a lo largo
de todo mi cuerpo. Mis pezones se endurecieron al sonido de esa sexy voz y
ansiaba que me tocara.

—También te deseo —susurré.


108

Sus manos estaban ocupadas desnudándome más rápido de lo que podía


pensar. Mi falda de cachemira a la rodilla se fue volando, seguida por mi blusa
Página

a juego. Ni siquiera intenté cubrirme cuando desabrochó mi sujetador y


desnudó mis pechos. A pesar de que eran tan pequeños, me había dicho más de
una vez que amaba mis pechos.

—Tus tetas son tan hermosas, nena. —Bajó su cabeza y capturó uno de mis
pezones mientras sus dedos empezaban a tirar de mis bragas—. ¡Sabes tan bien
como hueles!

Incapaz de pensar, había simplemente demasiado sucediendo al mismo


tiempo, me entregué a sus experimentadas manos. Sabía que cuidaría de mí.
Algo profundo en mi interior me aseguró que Shane jamás me lastimaría cuando
se tratara de esto.

Sus manos estaban en todas partes: acunando mis pechos, apretando mis
pezones, en mi cabello, acariciando mis muslos exteriores. Mi necesidad crecía
con cada toque, encendía mi piel en llamas en una forma que estaba segura me
dejaría con quemaduras de tercer grado antes de que todo terminara.

Sentí el aire frío contra mi carne desnuda antes de darme cuenta que me
había dejado. Abrí mis ojos, buscándolo en la oscuridad.

—¿Sh-Shane?

—Yo… yo… —Escuché su voz junto con su trabajosa respiración—.


Necesito un minuto, nena. Jamás he estado así de excitado antes.

Mi corazón se derritió. Pudo haberme tomado ahí y entonces. Buscando


su placer y al carajo con el mío. Pero no lo había hecho. En su lugar, estaba
tratando de hacer esto bien para mí. Me moví hacia el final de la cama donde
estaba parado, alejando el rostro de mí mientras trataba de controlar su
respiración.

Cuando mi mano tocó su espalda desnuda, se tensó, pero no se alejó.


109

—Date la vuelta, Shane.

Lentamente, hizo lo que pedí. Su erección estaba presionándose contra sus


Página

jeans. Mi boca se secó ante lo grande que se veía a través del material de
mezclilla. Con dedos temblorosos, me estiré por el botón superior y lo liberé.
Muy cuidadosamente, bajé el cierre, con miedo de herirlo.

Mi corazón se sentía como si fuera a golpearme hasta la muerte cuanto tiré


hasta que sus vaqueros aterrizaron a sus pies. Sus manos estaban hechas bola en
puños apretados a sus costados, sus nudillos blancos. Shane se estaba
manteniendo en control con un hilo y solo quería ayudarlo.

Linc paseaba por el apartamento con regularidad con nada puesto y tenía
que admitir que no era tímida para llenarme la vista cuando lo hacía. Pero mi
amigo gay no se comparaba con Shane. Dulce Jesús, su polla era pura perfección:
larga y gruesa, rosada con brillantes venas azules que pulsaban con cada uno de
los latidos de su corazón. La cabeza estaba resbaladiza con su líquido preseminal.

—Estoy asustado —susurró.

—¿De qué? —¿No debería ser yo la asustada? Yo era la virgen.

Observé mientras tragaba con dificultad y caía en sus rodillas frente a mí.
Se veía tan perdido, tan torturado y eso hizo que mi corazón doliera por él.
Fuertes brazos se envolvieron alrededor de mi cintura, su cabeza apoyada en mi
regazo.

—Te deseo tanto, pero estoy asustado de que no estés lista para esto. Si te
presiono, podría perderte.

Fue entonces cuando me di cuenta de que ya estaba medio enamorada del


rockero. Sus palabras traspasaron algunas de esas paredes de piedra que había
mantenido erguidas alrededor de mi corazón y era más que un poco
atemorizante sentirlas derrumbarse. Pero me gustaba y quería ver hacia dónde
podía llevarnos esta cosa.

Peinando mis dedos por su cabello, bajé mi cabeza y besé su mejilla.


110

—Ven a acostarte conmigo, Shane —murmuré—. Quiero que me abraces.


Página
Lentamente, levantó su cabeza. Me moví lentamente hacia atrás hasta que
encontré las almohadas y me recosté antes de levantar una mano hacia él. Se
subió a mi lado y esperé hasta que estuvo cómodo antes de apoyar mi cabeza en
su hombro.

—¿Nena?

Sonreí cuando giré mi cabeza hacia su pecho y besé un lugar justo encima
de su corazón.

—No estés asustado, ¿de acuerdo? —Levantando mi cabeza, me encontré


con su mirada azul grisácea.

—Lo siento… —empezó, pero negué con mi cabeza y se calló.

—Shh. No hables. —Me levanté en un codo y dejé que mi mano libre se


arrastrara por su pecho. Su corazón todavía estaba latiendo con rapidez.

Shane estuvo callado mientras dejaba vagar mi mano. Mis dedos trazaron
sobre sus abdominales. Eran duros y rígidos. Su piel era caliente y suave y me
pregunté si era naturalmente así o si se afeitaba. Me detuve en su ombligo y dejé
que mi dedo índice se deslizara dentro para explorar. Él gruñó y tembló y di un
vistazo hacia arriba para tener una rápida mirada de su rostro.

Su rostro era uno de perfección masculina. Fuerte e intenso. Amaba la


curva de su mandíbula. Su nariz me fascinaba porque nunca antes pensé en esa
característica facial en particular como sexy, pero en él lo era. Sus ojos estaban
más oscuros, como un mar tempestuoso. Y su boca…

Quería su malvada boca en cada parte de mi cuerpo.

Pero todavía no. No hasta que le diera lo que él necesitaba.

—Dime si lo estoy haciendo mal —ordené mientras dejaba que mi mano


111

pasara por encima de su estómago. Cuando alcancé la base de su erección, dudé


por solo un segundo antes de envolver mis dedos alrededor de su contorno.
Página
—¡Joder! Harper…

Tensé mi agarre en él y acaricié hacia arriba hasta que sentí el líquido calor
de su líquido preseminal en la cabeza. Se volvió más grande y más grueso en mi
mano y acaricié hacia abajo hasta que encontré sus bolas. Observaba como un
voyerista mientras cada caricia producía más y más del intoxicante líquido
fragante en la punta y utilizaba mi pulgar para esparcirlo.

Shane empezó a jadear y aumenté la velocidad, acariciando más fuerte y


más rápido. Sus dedos se enredaron en mi cabello y no pude evitar sentirme
orgullosa de que lo estaba haciendo sentirse bien.

—Nena, estoy cerca. Muy cerca.

Curiosa sobre el sabor del líquido con olor dulce que su polla seguía
produciendo, dejé de acariciarlo y dejó escapar un gemido.

—Por favor, no te detengas —se quejó.

No hice caso de su petición. Inclinándome hacia adelante, tomé la punta


en mi boca, lamiendo el líquido espeso y claro. No sabía si me gustaba el sabor
o no, así que lamí de nuevo. Gimiendo cuando el sabor explotó en mi lengua,
lamí con más fuerza, teniendo más de él en mi boca. Creció y se volvió más
duro, estirando mí boca hasta donde podía llegar.

—Harper, voy a correrme en tu boca —gruñó.

Sus palabras me emocionaron y chupé la punta más fuerte, mis dientes


accidentalmente mordiéndolo una o dos veces. Ambas de mis manos rodearon
su eje y lo acariciaron mientras yo seguía chupando y lamiendo la cabeza. Sus
manos apretaron el cubrecama a cada lado de él, su respiración cada vez más
desigual mientras lo tomaba un poco más profundo y él golpeaba la parte
posterior de mí garganta.
112
Página
—Oh. ¡Joder! —gritó, arqueando su espalda mientras se empujaba
profundamente en mi boca y sentía la primera pulverización salada de su
clímax.

Shane

¿H abía muerto?

Estaba seguro de que si no había muerto, estaba


colgando en una especie de limbo, uno donde todo tu cuerpo
se sentía como si estuviera flotando a lo lejos. Mi mente
estaba en blanco, mi cuerpo entumecido. Ni siquiera estaba seguro de que estaba
respirando.

Honestamente, podría decir que más de mil chicas habían chupado mi


polla en mi vida. Algunas habían sabido realmente lo que estaban haciendo,
mientras que otras lo habían mirado como algo que se tenía que hacer para
conseguir que la estrella de rock acabara.

Y luego estaba Harper.

Ella había sido torpe y completamente inexperta. Había dejado sus marcas
de dientes donde me había mordido accidentalmente más de una vez. Pero nada
podía compararse con lo bien que me hizo sentir, lo loco que había estado
mientras buscaba mi liberación en su pequeña boca caliente.

Ahora, mientras poco a poco flotaba a tierra del clímax más grande de mi
113

jodida vida, me di cuenta de que todavía estaba luchando para recuperar el


Página
aliento. Su cabeza estaba acostada en mi estómago mientras arrastraba sus uñas
arriba y abajo de mi todavía medio dura polla.

—¿Nena?

Cabello color caramelo se movió por encima de mi abdomen mientras


giraba la cabeza y era asaltado por esos hermosos ojos violetas. Pude ver el deseo
reprimido ardiendo en sus profundidades, pero lo que me hizo contener el
aliento fue la única mirada que esperaba ver allí desde que me di cuenta de lo
que sentía por ella.

Tal vez ni siquiera se daba cuenta todavía, pero sabía que a ella le
importaba tan profundamente como a mí.

—¿Todavía asustado? —murmuró, trazando sus uñas arriba y abajo de la


longitud de mi rígido eje.

Extendiendo la mano, ahuequé su hermoso rostro.

—Aterrado —le aseguré con total sinceridad.

Giré a Harper sobre su espalda. Encajábamos justo como sabía que lo


haríamos: perfectamente. La forma en que abrió las piernas para mí, tan
confiada. Mi polla encajaba como una pieza del rompecabezas que faltaba
contra a ella. La forma en que esos increíbles pechos se empujaban contra mi
pecho. Ella era mi otra mitad e iba a mostrarle cuán perfectos éramos el uno
para el otro.

Quería decírselo. La necesidad de hacer promesas que tenía la intención


de mantener hasta mi último aliento era casi abrumadora. Sabía que no estaba
lista para escucharlo. Así que se lo mostré, en su lugar.

Podía saborearme en sus labios cuando la besé. No era un gran sabor y eso
114

me trajo muchos recuerdos horribles. Me tensé y comencé a retroceder, pero el


suave toque de sus manos en mi espalda me tranquilizó. Salí de su boca, besando
Página

su garganta y su clavícula.
Ella hizo un pequeño ruidito como un maullido cuando tomé su pezón en
mi boca, la parte baja de su cuerpo se arqueó y se frotó contra mi polla casi
inconscientemente. Las tetas de mi chica eran súper sensibles. Chupé con más
fuerza, cambiando de un pezón a otro cada pocos segundos. Sus dedos rasparon
todo mi cuero cabelludo, sosteniéndome contra ella.

—Shane…

Mi mano se deslizó por su costado y sobre su montículo. Saber que estaba


adolorida y yo era el único que podría aliviar el dolor, extendí los labios
externos de su empapado coño.

—¡Sha-shane! —gimió mi nombre mientras mi pulgar jugaba con su


clítoris.

—¿Te gusta esto? —Quería saber todo lo que le gustaba y no le gustaba,


solo queriendo darle a su mente un placer adormecedor.

—S-sí.

Presioné mi pulgar un poco más duro, frotando en pequeños círculos


mientras miraba sus ojos para detectar signos de placer o dolor.

—¿Esto? —Sentí su deseo líquido fluyendo, humedeciendo sus muslos


antes de que pudiera siquiera asentir. Mis dedos se arrastraron hacia abajo,
sumergiéndose en sus húmedas profundidades.

¡Estaba tan apretada! Sabía que era virgen y había tenido mi parte de ellas
cuando era adolescente. Pero no podía recordar que ninguna de ellas fuera tan
apretada. Su calor me quemaba, haciendo que mi polla doliera como si no se
hubiera corrido de la manera más dura que se había corrido jamás.

—¿No juegas con este bonito coño, nena?


115

Harper sacudió la cabeza.


Página

—No.
—¿Nunca?

—No. —Se mordió el labio—. Nunca he querido hacerlo. Nadie siquiera


me ha hecho querer esto, excepto tú.

Si hubiera sido cualquiera excepto Harper quien lo dijo, probablemente


habría corrido por las jodidas colinas. En su lugar, estaba lleno de orgullosa
arrogancia.

—Nadie más lo hará, hermosa.

Ella se estremeció y me preocupó que le hubiera hecho daño.

—¿Nena?

—Dilo otra vez —susurró.

Fruncí el ceño.

—¿Decir qué, nena?

—Llámame hermosa. Cuando lo dices, casi te creo.

Mi mandíbula se apretó. No era la primera vez que había dicho algo


estúpido en ese sentido. Quería destrozar al que le había hecho creer que no era
hermosa.

—Nena, eres tan hermosa que haces que me duela el pecho de solo mirarte.
—Le di un beso sobre la frente—. Nunca he visto nada, jamás, que se compare
con la belleza que veo delante de mí en este momento.

—Shane…

Besé sus labios rápido y duro para hacerla callar, no queriendo oírla
discutir.
116

—Mañana vas a decirme quién puso esas locas tonterías en esa bonita
cabeza tuya. Pero esta noche, vas a acostarte y dejarme probar cuán hermosa sé
Página

que eres.
11
Harper

E
l primer roce de sus labios sobre mi clítoris hizo que todos mis
pensamientos se evaporaran.

A lo mejor debería haberme sentido cohibida, pero no lo


estaba. ¿Cómo podría estarlo con Shane? Por primera vez en mi vida en verdad
me sentí hermosa.

Su lengua provocó mis pliegues, hundiéndose dentro. Era tan bueno. El


pequeño roce de su lengua era tan intenso que mis dedos sujetaron la colcha en
un puño debajo de mí. Fui incapaz de detener los sonidos que se me escapaban.

Manos callosas acunaron mis pechos, pellizcando mis pezones y girándolos


suavemente. Hizo que mis músculos internos se apretaran y sentí mi sexo
inundándose con ardiente deseo. Todo era territorio nuevo para mí. Nunca me
había tocado, nunca había tenido un orgasmo. Shane había despertado a la
mujer en mí.

Chupó mi clítoris en su boca, haciéndome gritar su nombre cuando lo


liberó con un pequeño pop antes de volverlo a chupar. Una y otra vez, me
torturó con ese dulce placer mientras uno de sus dedos empujaba dentro
tiernamente, frenándose en seco ante la barrera de mi virginidad.

—Sabes tan jodidamente bien, hermosa —murmuró entre lamidas—. ¿Se


siente bien?
117

—¡Sí! —grité—. ¡Tan, tan bien!


Página

Tensó su lengua, rozando mi clítoris en una caricia que apenas sentí que
me tuvo rogando por más. Añadió otro dedo, empujando solo un poquito más
fuerte mientras me acostumbraba a su suave invasión. Pude notar algo
despertarse mientras parecía que todo mi cuerpo parecía estar en llamas.

—Eso es, nena. Suéltate —ordenó con voz ronca.

—¿Qu-qué hay de ti? —pregunté, jadeando con fuerza. Podía sentirlo


pulsando. No quería que le doliera igual que antes.

—¿Quieres mi polla, nena? —Levantó su cabeza solo lo suficiente para


encontrar mi mirada—. No quiero apresurarte a algo para lo que no estés lista…

Estaba lista para lo que fuera que estuviera dispuesto a darme y se lo dije.
Shane sonrió.

—Oh, las posibilidades, dulce Harper. —Se arrodilló y extendió mis


muslos más ampliamente.

Estaba segura de que iba a tomarme, llenarme y hacer que la sensación de


vacío se fuera. En lugar de eso, sujetó su hermosa polla y frotó la punta sobre
mi clítoris. Mis manos encontraron sus muslos y enterré mis uñas
profundamente en su carne. El roce contra mis partes más sensibles era tan
perfecto.

—Me gusta eso.

—A mí también. —Lo hizo de nuevo, su mano libre separando mis labios


exteriores mientras se frotaba con más fuerza.

Se sentía como piedra cubierta de seda. Su calor añadió combustible a mí


ya arrasador infierno. Sus caderas empezaron a empujar cuidadosamente, su
polla deslizándose solo un poco más abajo con cada caricia en mis resbaladizos
pliegues. Cuando la cabeza tocó mi entrada, mis paredes interiores se apretaron
con anticipación, pero solo volvió a frotar mi clítoris.
118

—Shane, ¡te necesito! —lloriqueé, arqueando mis caderas invitándolo a


tomarme.
Página
—No puedo detenerme —gruñó—. No me pidas que me detenga.

—Te quiero dentro de mí.

—No puedo. —Tensó la mandíbula en un intento por refrenarse—. Lo


condones están muy lejos. Voy a correrme…

—Por favor… —Era tan intenso ¡y pude sentir mi orgasmo construirse,


construirse y construirse! Pero necesitaba que me llenara, lo necesitaba
profundo dentro de mí mientras me venía alrededor de su polla.

—¡Nena! —gimió mi nombre, la punta de su polla deslizándose dentro de


mí.

No pude retener el grito cuando mi cuerpo se desmoronó. Ni siquiera


estaba completamente adentro, pero fue todo lo que necesitaba. Mis músculos
empezaron a convulsionar, contrayéndose alrededor de su glande. Gruñó algo,
pero estaba demasiada ida para entenderlo.

No lo sentí salirse, estaba perdida en mi propio paraíso de sensaciones


mientras me cubría el vientre con su espesa liberación.

No estaba segura de cuánto tiempo me tomó recuperarme. Días, horas,


minutos. Pero cuando lo hice, Shane estaba ahí, sus brazos sosteniéndome cerca.
Sus labios rozaron mi sien.

—Duerme, hermosa. No hay forma en el infierno en que vayas a dejar mi


cama esta noche.
119
Página
Shane

N
o estoy seguro de qué me hizo levantarme.

Ahí estaba yo, medio dormido con el dulce trasero de


Harper presionado contra mi polla semidura. Ella estaba
durmiendo pacíficamente, su cabello extendido sobre mi brazo
y almohada en una forma que recordaría por el resto de mi vida.
La vista de esta mujer, la única que alguna vez sostendría mi corazón tan
firmemente, acostada en mi cama era demasiado perfecto. ¿Cómo había pasado
tanto tiempo sin esto, sin ella?

Pero noté una sensación de ansiedad en el fondo de mi estómago que me


estaba diciendo que me levantara y comprobara a Drake.

Cuando empezó realmente a doler, me desenredé con cuidado de Harper


y miré el reloj. Eran pasada la una. Frunciendo el ceño, me puse el par de bóxers
que me usaba solo cuando me ejercitaba o cuando tenía demasiada flojera para
ponerme ropa en la casa. Silenciosamente, para no perturbar a la bella
durmiente acurrucada en mi cama, dejé la habitación y fui por el pasillo hacia
el dormitorio de mi hermano.

El familiar y fuerte olor a sudor y licor me impactó tan pronto como le di


la vuelta al pomo y abrí la puerta unos pocos centímetros. Pavor golpeó el fondo
de mi estómago como una pesa de plomo.

—No, Drake —murmuré para mí.

Me había llamado más temprano ese día y debería haberme detenido y


120

pensado por un minuto antes de restarle importancia. Probablemente estaba


llamando para decirme que estaba teniendo antojos, que necesitaba que lo
Página

llevara a una reunión. Sintiéndome culpable, abrí la puerta un poco más y entré.
Toda la culpa se evaporó cuando vi a la mujer acostada en la cama con mi
hermano y fue reemplazada por intensa y cegadora rabia.

—¡Joder! —prácticamente grité, pero los dos siluetas durmientes ni


siquiera se movieron—. Drake, ¿qué carajos hiciste?

Las siguientes horas fueron difíciles de atravesar, la mayor parte la pasé


solo, excepto por una breve visita de Lana. Me sentí destruido después de verla
alejarse con una expresión muerta en sus bonitos ojos ámbar. Con Emmie —
junto con Jesse y Layla en camino—, no había mucho que pudiera hacer,
excepto pasearme.

Pude haber despertado a Harper y pedirle que me acompañara en la larga


espera, pero no quería molestarla.

Eran después de las nueve cuando Emmie desbloqueó la puerta y ella y


Layla pasaron por la puerta principal del apartamento, seguidas por un siniestro
Jesse. Debería haber sentido pena por mi hermano, pero en ese momento estaba
demasiado enojado.

Ver a Emmie fue como un bálsamo para mi corazón. Tiré de ella a un


enorme abrazo de oso, sosteniéndola cerca por primera vez en lo que se sentía
toda una vida, pero fueron solo un par de meses.

—Gracias por venir.

Suspiró y dijo:

—No sé qué tanto bien puedo hacer.

—¿Cómo está Lana? —exigió Layla, pálida y con ojos enrojecidos.

—No lo sé, Layla —contesté honestamente—. Estaba tan tranquila, tan


distinta. Lana no está tranquila cuando es abofeteada en la cara.
121
Página
—No, corre al otro lado del país —espetó Jesse bruscamente, sus manos
apretadas a sus costados—. Mira para lo que le sirvió. ¡Despierta su jodido culo,
Shane!

—Lo he intentado. Está frito. Drake no ha bebido nada más fuerte que café
en meses. Lo que sea que se metió anoche lo golpeó con fuerza. Solo tenemos
que dejarlo que se le pase dormido. —Estaba seguro que estaría recogiendo a mi
hermano del suelo.

Me aseguré de que mis tres invitados estuvieran cómodos antes de regresar


a mi habitación para despertar a Harper. Todavía estaba durmiendo
pacíficamente. Me tomé un momento para mirarla extendida en mis sábanas.
Tenía una mano debajo de su mejilla, la otra sobre su estómago, esa boca con el
perfecto arco de cupido entreabierta mientras roncaba ligeramente.

Me subí detrás de ella, dejando que su calor alejara la frialdad que había
invadido mi cuerpo desde el momento en que encontré a mi hermano dormido
con Gabriella Moreitti. Tan pronto como la toqué, me sentí más calmado y listo
para enfrentar el desastre que Drake había creado, tanto para él como para todos
nosotros.

Balbuceó algo en sus sueños antes de parpadear y abrir los ojos.

—¿Shane?

Besé su hombro.

—Buenos días, bella durmiente.

Su bostezo fue adorable y esperé hasta que se acurrucara en mi pecho antes


de contarle lo que había estado sucediendo mientras dormía. Mientras más
decía, más se tensaba. Preocupada por su amiga, empezó a levantarse.
122

—Tengo que ir a casa. Debe estar devastada.

—Te llevaré —prometí, sin molestarme en alejar mis ojos mientras se


Página

vestía. Sus pechos se balanceaban ligeramente con cada movimiento.


—Pero tienes invitados.

—No están aquí para verme, Harper. De hecho, estoy seguro de que
estarán más tranquilos si no estoy por aquí justo ahora. Todo lo que hago es
caminar de un lado a otro y eso puede ser molesto después de un rato. —Y
Emmie no estaba de humor para ser irritada. Preferiría enfrentar las llamas del
infierno que su lado malo.

Cuando finalmente se vistió, peinó su cabello en un moño descuidado en


la nuca y volteó para mirarme.

—No estaba planeando exactamente conocer a tu familia así de rápido.

—¿Estás nerviosa?

Una pequeña sonrisa inclinó las comisuras de sus labios.

—¿Estuviste nervioso cuando te presenté a Cecil? —Puse una cara amarga


y se rio—. Ahí tienes tu respuesta.

—No hay necesidad de que estés nerviosa por Emmie o Layla. Y


especialmente no por Jesse. Te amarán, nena. —Igual que yo…

Besé sus labios y la dirigí hacia la sala.

Desde el momento en que me di cuenta que tenía sentimientos por Harper,


le había contado todo sobre ella a Emmie. Ella no estuvo sorprendida cuando le
presenté a la chica que había capturado mi corazón. Emmie intentó ser
agradable, pero tenía demasiado en su mente para ponerle mucha atención a
Harper. Layla y Jesse estrecharon su mano e incluso le dieron la bienvenida a la
familia, pero de otra manera estuvieron inexpresivos.

Tan pronto como pude, llevé a Harper a casa. No la quería alrededor de la


tensión y odiaría si pensara que no le agradaba a mi familia.
123

Mi chica estuvo justo a mi lado durante los siguientes días. Tuve que estar
Página

ahí para mi hermano, pero Harper siempre estuvo ahí para mí cuando la
necesité. Era fuerte, más fuerte de lo que me había dado cuenta. Cuando todos
los demás estaban estresados al máximo, era la tranquila. Incluso Emmie lo notó
y me llevó a un lado para decirme que en verdad le gustaba Harper.

—Es realmente dulce, Shane.

Estábamos de pie frente a las puertas dobles de la unidad de cuidados


intensivos donde había estado Lana durante los últimos tres días. Detrás de
Emmie estaba la sala de espera en la que todos habíamos estado acampando
desde que habían tenido que realizarle una cirugía de emergencia a Lana para
detener el sangrado de su complicado aborto espontáneo. Podía ver a Harper
sentada con Layla y Lucy, quienes llegaron con Nik y Mia dos días atrás.

Lucy todavía se veía alterada, preocupada por su hermana. Pero Harper le


estaba hablando suavemente, acariciando y apartándole su corto cabello del
rostro.

—Lo sé. —Estaba girado hacia Harper, listo para acudir en un instante si
me necesitaba.

Ella agarró mi mano, trayendo mi atención de vuelta a ella.

—Es verdaderamente buena para ti. A pesar de toda esta locura, puedo ver
eso. —Emmie suspiró, negando con la cabeza—. En verdad me he pasado de la
raya con Lana. Ni siquiera estoy segura de por qué la culpé de todo. Sabes que
la amo. Es la otra mitad de Drake…

—Emmie, creo que es obvio por qué eres tan dura con ella. —Me incliné
contra la pared, intentando tener un mejor vistazo de Harper. Solo verla
calmaba mis nervios—. Drake siempre ha sido el que más te ha necesitado, lo
quieras admitir o no. Estás actuando como una mamá osa protegiendo a su
osezno y eso es genial. Pero el osezno la jodió, cariño. Y no fue culpa de nadie,
124

excepto suya.

—Sí, lo sé.
Página
La mirada perdida en sus enormes ojos verdes me hería y la acerqué más.

—Va a estar bien, Em. Lana estará bien y pueden besarse y reconciliarse.
Sabe cómo eres. No te guardará rencor.

—No me dejes hacerle esto a Harper, Shane.

Me reí.

—No te preocupes. Si dices una palabra que lastime a mi chica, estaré sobre
tu trasero por ello. —No había forma de que dejara a nadie, ni siquiera a Emmie,
lastimarla de ninguna manera.

125
Página
12
Harper

L
ana finalmente se había despertado y quedado despierta esta
vez.

Durante tres días había estado despierta y dormida, si eran


los medicamentos que le estaban dando o qué, no estaba segura.
Pero estaba tan agradecida de que mi amiga finalmente hubiera
vuelto a nosotros.

Todos estábamos exhaustos, física y, especialmente, emocionalmente. El


doctor había venido a la sala de espera justo después de que Lana hubiera salido
de cirugía y nos había explicado que Lana había estado cerca de morir. Si no
hubiera llegado al hospital cuando lo hizo, se habría muerto desangrada. Pero
no había habido complicaciones durante la cirugía, por lo que iba a tener una
recuperación completa.

Con Lana despierta ahora y capaz de hablar, ella no perdió mucho tiempo
en exigirnos a todos que fuéramos a casa y durmiéramos. Layla y Drake habían
discutido, pero Lana siendo Lana se había salido con la suya al final.

Después de dormir en una silla de plástico dura durante los últimos días,
estaba lista para mi cama.

Linc y Dallas se estaban yendo; a diferencia de mí, ellos no habían estado


en el hospital día y noche. Dallas no se había enterado sobre lo de Lana hasta el
126

día después de que hubiera sucedido y Linc había estado trabajando.


Entendiendo que Shane querría pasar algo de tiempo con su familia, me despedí
Página

y me dirigí hacia los ascensores con mis compañeros de cuarto.


—¡Espera! —gritó Shane justo antes de que las puertas se cerraran.

Linc golpeó el botón de abrir la puerta, forzando a que el ascensor se


detuviera y retrajera la puerta corrediza. Comencé a dar un paso adelante para
preguntarle a Shane qué sucedía cuando me empujó dentro y me abrazó contra
su costado.

—¿Estás bien? —exigí, levantando la mirada hacia su rostro pálido y


notando los círculos oscuros debajo de sus ojos.

Él no había estado mintiendo sobre la cosa de pasearse. Había paseado y


paseado y paseado de un lado al otro un poco más. Emmie le había gruñido que
se sentara más de un par de veces. Incluso durante la mitad de la noche, cuando
todos estábamos intentando tomar una siesta, él se alternaba entre pasear de un
lado a otro y abrazarme. ¿De dónde demonios había conseguido la energía para
pasearse tanto?

—Necesito estar cerca de ti —murmuró contra mi oído para que solo yo


pudiera oírlo.

Su cálido aliento contra mi oído me hizo temblar y no me estaba sintiendo


tan cansada como me había sentido segundos atrás. Mordiéndome el labio, me
acurruqué más contra su costado, relajándome contra él mientras jugaba con las
puntas de mi cabello y el ascensor descendía.

Dallas, quien era siempre un bocazas, había estado notablemente callada


las últimas veces que había venido de visita. A pesar de que me estaba sintiendo
muy bien estando con Shane, noté su expresión preocupada mientras nos
dirigíamos a casa en la parte trasera de un taxi. Cuando llegamos a casa, le pedí
a Shane que fuera y se tomara una ducha mientras hablaba con mi amiga.

Tan pronto como la puerta de mi habitación se cerró detrás de él, abordé


127

a Dallas.

—¿Qué sucede?
Página
Tragó saliva, pero no respondió mi pregunta mientras se sentaba en el sofá,
agarrando el control remoto de la televisión, en su lugar. Como Linc estaba en
la cocina arreglando una cena rápida, supe que no podía contar con él a modo
de respaldo. Así que me puse de pie frente a la pantalla plana, obligando a que
me mirara a los ojos.

—Me quedaré aquí de pie por días si tengo que hacerlo, Dallas.

—No quiero hablar de esto, Harp. —Su mandíbula estaba tensa, su cuerpo
vibrando con emociones, pero sus ojos estaban vidriosos por las lágrimas.

Dallas no era de llorar. No creo haberla visto llorar nunca.

—¿Es sobre Drake y Lana? —Dallas y Linc habían estado en la misma fiesta
en la que Drake se había emborrachado. Ella me había dicho que no pensaba
que se hubiera acostado con Gabriella porque había visto cosas en la fiesta que
sugerían que Gabriella ya se había enganchado con alguien antes de que la otra
chica hubiera llevado a Drake a casa.

—No. Lo juro. —Suspiró y puso sus piernas debajo de ella—. Drake no era
un gran fan de Gabriella, incluso tan borracho como estaba.

—¿Entonces qué sucede? —Agité mi mano hacia ella—. Esta no eres tú,
Dallas.

—Creo que Axton se enredó con Gabriella en la fiesta —estalló—. Un


minuto estaba a mi lado, al siguiente se había ido. No puse las piezas en su lugar
hasta que llegué al hospital, pero cuando fui a buscar a Ax, él estaba saliendo de
una de las habitaciones. Unos minutos después, mientras estaba hablando con
Drake y Linc, la vi salir por el pasillo luciendo como si recién hubiera obtenido
la follada de su vida. —Una lágrima se escapó del rabillo de su ojo—. Cuando se
lo pregunté a Ax, me lo negó. Simplemente lo dejó pasar…
128

La lágrima rompió mi corazón por ella. Me senté al borde del sofá junto a
ella y la abracé fuerte.
Página
—Lo siento, cariño.

Dallas estaba rígida en mis brazos, pero no estaba esperando algo diferente.
Ella realmente odiaba ser tocada.

—La ama. Su jodido nombre está en su muñeca, ¡por el amor de Dios! Por
supuesto que la quiere. Yo solo soy una distracción…

No sabía qué decir, así que solamente me senté allí sosteniéndola mientras
se desahogaba. Cuando hubo terminado, fue a su habitación y cerró la puerta
de un portazo. Suspirando, me puse de pie, sintiéndome más drenada que una
hora atrás.

Linc asomó su cabeza por la puerta de la cocina.

—¿Quieres algo de comer?

Hice una mueca.

—No, pero gracias. Estoy exhausta. Te veo en la mañana.

—Buenas noches. Llámame si necesitas algo.

Le ofrecí una sonrisa antes de dirigirme hacia mi habitación. Estaba


bastante segura de que era solo mi habitación ahora. Lana probablemente se
mudaría con Drake. Podía oír la ducha todavía corriendo cuando cerré la puerta
detrás de mí. Shane había dejado un rastro de ropa hacia el baño y sacudí mi
cabeza mientras levantaba su camiseta y luego sus jeans.

Medias fueron lo siguiente y justo como esperaba, nada de ropa interior.


Mi hombre no parecía gustarle mucho usar ropa interior.

Me detuve a medio paso y una sonrisa tonta levantó mis labios. ¿Mi
hombre?
129

Sí, él me había demostrado que era mi hombre durante los últimos días.
Tocándome constantemente, incluyéndome en su inusual familia. Incluso
Página
durante la crisis, se había sentido como si perteneciera a los extraños amigos
que se habían unido como una familia. Shane se había asegurado de eso.

—¿Nena?

Levanté mis ojos para encontrar a mi hombre asomando la cabeza de mi


pequeña ducha. Su cabeza estaba enjabonada y necesitaba una buena rasurada.
El agua hacía brillar sus musculosos hombros y lo que podía ver de su pecho.
Mi sexo se inundó de necesidad.

—¿Necesitas algo? —le pregunté, intentando pensar en cualquier cosa


menos en el hombre deliciosamente sexy goteando a unos centímetros de
distancia.

—¿Tienes una máquina de afeitar que pueda usar, hermosa? No quiero


rasguñarte con esta barba.

La idea de esa barba de pocos días rascando la delicada piel entre mis
muslos mientras lamía y metía su lengua en mi sexo me tuvo cerca del lloriqueo.
Apreté los muslos para aliviar un poco el dolor.

—Um… No, lo siento. Uso cera. —Dejé caer su ropa en el lavabo y me


saqué mi camiseta—. Mantengamos la barba.

Realmente podía sentir su mirada sobre mí mientras continuaba


desnudándome con mi espalda vuelta hacia él. El aire a mi alrededor se sentía
tenso con su excitación y sentí una sensación de poder mientras me tomaba mi
tiempo mostrándole mi cuerpo centímetro a centímetro. Tan solo unos
momentos antes me había sentido tan cansada, pero con la promesa de más del
placer que había experimentado el sábado por la noche, mi cuerpo cobró vida.

Brazos mojados se envolvieron alrededor de mi cintura por detrás mientras


un cuerpo masculino húmedo se presionaba contra mí. Estaba cálido por la
130

ducha caliente, duro por la excitación contenida.


Página

—Eres tan jodidamente hermosa, Harper.


Por primera vez, no cuestioné si era cierto o no. Cuando estaba con Shane,
era hermosa. Me volví en sus fuertes brazos, presionando mi pecho desnudo
contra el suyo. Con mis brazos alrededor de su cuello, me puse de puntillas y
rocé mis labios suavemente contra los suyos.

—¿Me harás el amor, Shane?

Sus ojos se oscurecieron y sentí su polla contraerse contra mi estómago.

—Primero vamos a limpiarte, hermosa. —Su voz rasposa me envió


encantadores escalofríos por mi espina dorsal.

Los brazos de Shane se apretaron alrededor de mí mientras me levantaba


y me llevaba a la ducha con él. El agua se sentía divina en mi cuerpo ligeramente
adolorido. Gracias a mis noches de vigilia en el hospital, había dormido en
posiciones incómodas durante los últimos días. Shane llenó sus manos con gel
de ducha y masajeó mi cuerpo de cabeza a pies con el jabón con olor a lavanda.

Manos callosas de años de tocar la guitarra acariciaban mi piel sensible,


haciendo de mis pechos se hincharan y mis pezones se endurecieran. Me aferré
a un costado de la ducha mientras dedos resbaladizos separaban los labios de mi
sexo, jugando con el manojo de nervios oculto entre mis pliegues. Mis muslos
temblaron y no pude reprimir un grito de placer cuando su pulgar presionó lo
suficientemente firme para darme lo que necesitaba.

—Te he necesitado tanto, nena. —Sus labios se arrastraron por mi


garganta mientras sus dedos se deslizaban dentro para jugar con una humedad
que no tenía nada que ver con la ducha.

—Yo también —gemí mientras su dedo del medio se hundía más adentro,
pero no lo suficientemente para tocar mi virginidad—. Tuve un par de fantasías
sobre encontrarte en una habitación vacía del hospital y rogarte que usaras tu
131

lengua sobre mí otra vez.


Página
—Deberías habérmelo dicho —gruñó Shane, volviendo a mis labios y
besándome hasta quitarme el poco aliento que tenía—. Lo hubiera hecho
realidad.

—Siempre hay una próxima vez —bromeé.

—Joder, no quiero pasar por eso de nuevo. —Inclinó su frente contra la


mía, respirando con dificultad—. Daba miedo y todo en lo que podía pensar era
que podrías haber sido tú… —Lo sentí temblar y observé con fascinación
mientras tragaba saliva. Ojos azul grisáceo estaban vidriosos cuando me
miraron—. No sé qué haría si te perdiera.

Mi cabeza se volvió, con fuerza. Jadeé; medio de dolor, medio sorprendida.


Shane era tan abierto con sus emociones. Podía ver todo lo que estaba sintiendo
brillando a través de esos ojos suyos y me emocionaba tanto como me aterraba.
Dejé a un lado el temor, sin embargo y me concentré en la emoción por ahora.

—No me voy a ir a ninguna parte —le prometí, esperando que los


sentimientos que tenía por él estuvieran brillando a través de mis propios ojos.
No tenía el coraje de decirle en voz alta lo que sentía por él.

Sacó sus dedos de mis muslos y gemí en protesta. Mi rockero solamente


sonrió y me lavó el cabello. Dedos firmes frotando mi cuero cabelludo fue un
nuevo placer en sí mismo. Gemí mientras me enjuagaba el cabello y luego
añadía acondicionador.

Cuando estuve limpia, apagó el agua y salió. Antes de que pudiera seguirlo,
él estaba allí con una toalla, envolviéndome en esta y levantándome para
sacarme de la ducha. Una segunda toalla apareció y secó mi cabello
cuidadosamente antes de levantarme una vez más y llevarme al dormitorio.

La mayor parte de mi cuerpo estaba húmeda todavía por la ducha, pero él


132

también lo estaba. Mientras dejaba mi cuerpo sobre el somier y me seguía, me


encontré con que nuestra piel húmeda hacía un deslizamiento erótico. Las
Página

manos de Shane no se quedaron ociosas. Encontraron mis pechos, juntándolos


y apretándolos. Observé en un trance mientras lamía el primero, luego el otro
con su lengua antes de chupar mi pezón profundamente dentro de su boca
caliente. Su lengua presionó el pezón endurecido contra su paladar y los
movimientos de tracción de su fuerte succión hicieron que músculos en el
interior se apretaran.

Solo duró lo suficiente para hacerme gemir antes de que estuviera


besándome de nuevo. Mis labios y luego mi cuello, sus dientes pellizcaron mi
oreja antes de lamer el pulso que latía rápidamente en la base. Quería que besara
mis pechos de nuevo, pero solamente sonrió cuando arqueé mi espalda en una
silenciosa súplica y frotó su áspera mandíbula por entre medio de estos mientras
dejaba un rastro de besos sobre mi estómago.

Sus manos abrieron mis muslos mientras sus besos se arrastraban más
abajo. Por un momento, su nariz flotó encima de mi palpitante clítoris, pero
solamente respiró profundamente.

—Me encanta cómo hueles, nena. Tan cálida y despierta para mí. Podría
vivir de tu sabor…

A pesar de sus palabras, no me besó allí. Sus labios se movieron en el


interior de mi muslo derecho y chupó la tierna carne mientras sus dedos
peinaban los rizos húmedos que rodeaban mi sexo. Podía sentir la sangre
apresurándose hacia la superficie donde estaba chupando y supe que estaba
dejando su marca. Me encantaba y quería que me marcara una y otra vez. No
importaba que nadie más viera las mordeduras de amor que estaba dejando. Yo
sabía que estaban allí y eso era suficiente.

Levanté mi cabeza, observando mientras dejaba las ardientes marcas


pequeñas. Era excitante observar su oscura cabeza moviéndose entre mis
piernas de esa manera. Se movió de un muslo al otro, dejando una mancha
133

púrpura tras otra. Me encantaba la forma en que se sentía su barba incipiente


en el interior de mis muslos.
Página

—¡Podría hacer esto toda la noche!


—Por favor, no. —Empujé su cabello a un lado para poder ver su mirada—
. Te necesito, Shane.

Su cabeza se levantó.

—También te necesito, nena. —Sus labios rozaron mi estómago una vez


más, siguiendo el rastro de nuevo hacia mi boca.

Necesitando tocarlo, estiré mis manos entres nosotros y agarré su gruesa


polla. Su gemido de aprobación hizo que mi ya errático corazón latiera aún más
rápido. Quería darle placer, quería volverlo tan loco de deseo como yo. Empujé
su pecho al mismo tiempo mientras me daba la vuelta desde debajo de él.

—¿Qué estás haciendo? —murmuró mientras lo empujaba contra mis


almohadas.

—Lo que quiero. —Sonreí y él rio entre dientes—. Quiero saborearte de


nuevo, Shane.

La risa se convirtió en un gruñido y mordí mis labios mientras bajaba la


mirada hacia su palpitante polla. La próxima vez, me prometí. La próxima vez,
trazaría cada vena con mi lengua. Esta vez, simplemente quería conducirlo al
borde.

Lo agarré con mi mano derecha, luego bajé mi cabeza y pasé mi lengua


sobre la gruesa cabeza de su polla. Mientras lo acariciaba hacia arriba, una gota
de líquido preseminal se asomó por la punta y me apresuré a lamerlo. ¡Me
encantaba su sabor!

Era torpe, mis dientes lo mordían de vez en cuando mientras lo tomaba


profundamente en mi boca. Pensé que lo estaba lastimando, pero él solo gemía
y me rogaba que no me detuviera.
134

—¡Lo mejor que he tenido! —dijo entre dientes—. ¡Me encanta tu boquita!

Podía sentirlo cada vez más grande con cada minuto que pasaba. Pero
Página

quería que se corriera conmigo, como la última vez que habíamos estado juntos.
—¡Harper! —gritó cuando me detuve y me senté a horcajadas de su
cintura.

—Dime que estás limpió —le exigí. Era lo único que me detenía de tomar
lo que quería en este instante. Tenía que asegurarme que no iba a darme algo
de sus años de sexo duro con chicas al azar.

—Sí. Em nos obliga a hacernos pruebas cada tres meses. Tuve un examen
físico completo hace dos meses. —Sus manos agarraron mi cintura,
sosteniéndome con fuerza—. No ha habido nadie más desde que te he conocido,
nena.

—Bien. —Cubrí sus manos, apretando sus dedos mientras le decía lo que
quería—. Te quiero dentro de mí, Shane. Quiero que tomes lo que podré darle
solamente a un hombre.

—¡Oh, Dios! —Cerró sus ojos por un momento, sus manos apretándose en
mis caderas—. Quiero tanto eso. Pero no tengo ningún…

Cubrí sus labios con mis dedos, deteniendo su flujo de palabras.

—No lo necesitas. He tomado la píldora desde que tenía catorce. —


Períodos dolorosos e irregulares me habían obligado a empezar con los
anticonceptivos para ayudarme con el problema.

—¿Estás intentando matarme, hermosa? —Me dio vuelta tan rápidamente


que chillé. Riéndose, besó mis labios rápidamente y con fuerza—. Nunca he
estado con una chica sin condón. Nunca. Por lo que será una primera vez para
mí también.

Pensé que me tomaría en ese momento, especialmente cuando había


estado tan cerca unos instantes atrás. En su lugar, me besó. Sus manos cubrieron
mis pechos mientras su lengua se enredaba con la mía. Me encantaba besar a
135

Shane y la forma en que podía hacer que un acto tan simple e íntimo pareciera
consumir mi alma.
Página
Su polla estaba apoyada pesadamente sobre mi estómago, caliente y
húmeda con su propio líquido de deseo mientras chorreaba por mí. Pasé la
punta de mis dedos por la gruesa cabeza, deleitándome con sus
estremecimientos.

Se separó del beso lo suficiente para decir:

—Tranquila, nena. Estoy conteniéndome por un hilo. Demasiado de tus


manos suaves y no seré bueno para nada por unos buenos veinte minutos.

No queriendo cualquier período de retraso que lo detuviera de convertirse


en una parte de mí, dejé caer mis manos a ambos lados y agarré las sábanas para
evitar tocarlo. Shane sonrió y volvió a besarme. Sus manos acariciaban mis lados
de arriba a abajo, viajando más y más lejos con cada caricia hacia abajo.

Cuando sus pulgares llegaron a mi hueso pélvico, siguió bajando. Abajo,


abajo, abajo hasta que su dedo índice separó mis labios. Mordí el interior de mi
mejilla para no gritar, recordando que tenía compañeros de piso que
seguramente criticarían nuestra sesión de amor por la mañana. Su pulgar estaba
haciendo cosas que me estaban conduciendo al borde de la locura y tragué mis
gritos con dificultad.

—No quiero lastimarte, hermosa. —Respiró contra mi oreja—. Necesito


que te vengas para mí, nena. Necesito que tu hermoso coño esté muy empapado
con tu dulce líquido caliente para que así yo encaje perfectamente dentro de ti.

Pensé que odiaba la charla sucia. Siempre me había avergonzado en el


pasado cuando mis amigos empezaban a hablar así, pero la boca sucia de Shane
solo añadía leña al fuego lamiendo muy dentro de mí. Lamiendo mis labios, me
arqueé contra sus talentosos dedos, meciendo mis caderas a tiempo para sus
manos empujando.
136

Sus labios dejaron los míos, casi tragándose mi pecho mientras chupaba mi
pezón dentro de su boca caliente. Podía sentirme cada vez más cerca, más cerca,
Página
¡mucho más cerca! Su pulgar presionaba y se movía en pequeños círculos
apretados, humedeciéndome más.

Mis muslos se tensaron y eché mi cabeza hacia atrás, incapaz de esconder


mi placer mientras gritaba su nombre. Mientras me venía alrededor de sus
dedos, empujó más profundo, rompiendo mi barrera. Hubo un ardor intenso
cuando rompió mi himen con sus dedos, pero el placer que me estaba dando
dejaba de lado las molestias.

Tan pronto como la barrera se hubo ido, sacó sus dedos y se puso de
rodillas. Todavía estaba medio perdida por la adrenalina de venirme solo con
sus dedos. Le di un rápido vistazo a lo mojada que estaba su polla por su líquido
preseminal antes de que estuviera empujando dentro de mí. Encajó
apretadamente, como la pieza de un rompecabezas siendo forzada en su lugar.
Antes de que estuviera a medio camino dentro de mí, estaba maldiciendo y
rechinando los dientes.

—¡Te sientes como el paraíso! —Sus manos agarraron cada mejilla de mi


culo, abriéndome más para poder deslizarse más profundamente. Mis paredes
se aferraban a él como un guante húmedo. Comenzó a doler, el ardor
poniéndome peor cada vez que empujaba más lejos, meciéndose hacia delante
y atrás para facilitar su entrada.

—Shane… —Solo pude susurrar su nombre, todavía sin aliento por mi


orgasmo y el dolor que estaba empezando a sentir.

Él debió haber visto algo en mis ojos que le dijo que no estaba disfrutando
esto tanto como él. Shane se detuvo. Se mantuvo completamente inmóvil
dentro de mí. Lamiendo su pulgar, lo uso para frotar mi clítoris, enviando
pequeñas chispas de placer a través de mi sexo. Pronto estaba cayéndome a
pedazos por él y comenzó a mecer sus caderas de nuevo.
137

Me di cuenta que estaba teniendo dificultades para contenerse, pero lo


estaba haciendo por mí. Su mandíbula estaba apretada tan fuerte que estuve
Página

segura de que se rompería algunos dientes, pero mantuvo sus embestidas lentas
y tiernas. Mis emociones subieron y me ahogaron. Shane estaba haciendo de mi
primera vez algo tan maravilloso, tan memorable. A pesar de que mis músculos
internos se apretaban alrededor de su gruesa longitud, viniéndome por él de
nuevo, una lágrima se escapó de mis ojos.

—¿Har-per? —Partió mi nombre en dos mientras levantaba una mano


temblorosa para enjugar mis lágrimas—. ¿Te estoy lastimando?

Sacudí mi cabeza.

—¡No! Es solo que… Esto es tan lindo —susurré.

—Sí, lo es. Es lindo cuando dos personas tienen sentimientos así de


profundos el uno por el otro. —Besó mis labios, sus caderas moviéndose un poco
más rápido ahora mientras sentía su clímax aumentando.

Empujé mis dedos por su cabello despeinando, fijando mi mirada con la


suya mientras lo sentía ponerse más grande, más duro y más grueso.
Envolviendo mis piernas alrededor de su cadera para sostenerlo profundamente
en mi interior, observé con fascinación cómo sus ojos se volvían más grises que
azules y se quedaba quieto encima de mí. Fue entonces cuando lo sentí: sentí la
espesa lluvia de su liberación, sentí los espasmos de su eje mientras se deshacía
profundamente dentro de mí.

Sus ojos se pusieron en blanco y cayó encima de mí con un grito de mi


nombre.

—Te amo —pensé que murmuró contra mi oreja antes de quedar inerte.

e suponía que debía estar en el estudio del canal a las ocho. Llegué allí a tiempo
con la ayuda del auto y del conductor que había enviado el canal, pero la línea
afuera del estudio me hizo demorar diez minutos porque estaba envuelta
alrededor de todo el edificio y pasando dos cuadras. Fanáticos, aspirantes a las
138

audiciones y sus amigos y familiares que habían venido a apoyarlos, hicieron


que fuera lento durante un rato mientras el conductor intentaba pasar a través
Página

de las masas sin atropellar a nadie.


Para el momento en que llegué dentro, los productores ya estaban
maldiciendo, pero ya estaba acostumbrado a esa mierda de Emmie después de
tantos años, así que lo apagué y caí en la silla designada para mí junto a Axton.
Mi amigo estaba tragando café hirviendo como si no fuera nada mientras follaba
con los ojos a la asistente del productor. Aparentemente, había superado la gran
y final —joder, gracias—, ruptura con Gabriella Moreitti.

La silla a la izquierda de Axton todavía estaba vacante y me preguntaba


quién era el tercer jurado secreto para este estúpido reality show. Ni siquiera
Axton sabía a quién había conseguido el canal y él había firmado para hacer esta
cosa desde febrero.

Alguien puso una taza gigante de café frente a mí y asentí en


agradecimiento sin darle mucho más que una mirada a la chica. Ya había bajado
una jarra entera de café desde las seis esa mañana. Que era sobre el tiempo en
que escuché a Shane salir para su corrida…

Apretando mis dientes, empujé fuera de mi cabeza los pensamientos de mi


hermanito y de con quién podría estar ahora posiblemente mientras el
productor finalmente juntaba su mierda y comenzaba a dar órdenes a los otros
miembros de su equipo para organizar a los aspirantes a las audiciones.

—¿Cómo la llevas en Nueva York? —preguntó Axton mientras mordía


alguna clase de pastel.

Me encogí de hombros.

—Es Nueva York.

Axton elevó una ceja, haciendo que el anillo brillante en su ceja brillara
por encima de su cabeza.

—No has salido del apartamento todavía, ¿o sí? Amigo, estás realmente
139

triste desde que dejaste de beber.


Página

Resoplé.
—Gracias, hombre. También te quiero.

—No dije que no te quisiera, Dray. Solo que estás realmente triste. Agarra
a ese hermano tuyo y hagamos algo que no deberíamos esta noche.

Sacudí mi cabeza.

—Nah, estoy bien. —Había solo una cosa que quería hacer y no estaba
seguro de cómo iba a lograrlo. Sabía que pasar el rato con Axton y meterme en
algo que no debería solo haría eso mucho peor.

La puerta por la que entré un rato antes se abrió y todos, incluyéndome,


nos volteamos para ver quién había llegado tarde. Casi caí de mi silla cuando
reconocí a Cole Steel de Steel Entrapment entrando como si fuera dueño del
lugar. Conociendo a ese viejo rockero, probablemente lo era o al menos de una
parte de ello. Él y su banda se habían retirado una década atrás más o menos,
pero habían permanecido en el negocio a través de otros medios. Cole poseía la
mitad de un sello discográfico y apoyaba a varios estudios de producción.

No era de extrañar que el canal hubiera mantenido sus labios tan cerrados
sobre Cole siendo el tercer jurado. Iba a enviar el rating a través del techo con
la sorpresa saliendo semanas antes de que el show saliera al aire. Axton sacudió
su cabeza.

—¡Hijo de perra!

—Buenos días, chicos —nos saludó el rockero de cincuenta y tantos en su


voz grave. Años de fumar habían alterado su voz. Algunos pensaron que había
tenido cáncer de garganta algunos años atrás, pero era solo un nódulo en sus
cuerdas vocales que había sido removido. Aun así, probablemente nunca habría
sido capaz de cantar otra vez, al menos no como lo hizo una vez.

Estreché la mano de Cole.


140

—Maldición, hombre, no creí que te vería aquí —le dije.


Página
—El dinero era demasiado dulce para rechazarlo. —Cole se encogió de
hombros mientras tomaba asiento al otro lado de Axton.

Ahora con todos nosotros presentes, los productores nos dieron un


resumen de lo que estaba en lista para hoy. Se proporcionó un itinerario y lo
repasé antes de empujarlo lejos. ¡Esto iba a ser aburrido como el infierno!

Dos horas después, estaba casi durmiendo en mi silla mientras íbamos a


través de un aspirante tras otro. Nadie había sobresalido. Realmente nadie había
llamado mi atención. Hasta el momento, todos habían estado tan nerviosos que
no habían durado más de un minuto antes de ser excusados de la habitación.
Algunas de estas personas habían gastado miles de dólares en pasajes de avión,
habitaciones de hoteles y cosas incontables solo para venir aquí y explotar en
unos minutos de estar frente a los tres jueces.

El productor dio un descanso y agarré mi teléfono. Había vibrado tres


veces diferentes en los últimos diez minutos. Deslizando mi dedo a través de la
pantalla, vi mensajes de Emmie y Shane esperándome. Me encargué de Emmie
primero porque eso era más importante. Iba a enloquecer cuando le contara
quién era el tercer juez.

Finalmente, subí a los mensajes de Shane y casi tiré mi teléfono cuando vi


la foto adjunta que me había enviado. No sabía si cazar a mi hermanito y matarlo
o agradecerle mientras miraba fijamente el rostro sonriente que Lana me
devolvía. Su largo cabello como la noche tiraba en una cola de caballo y estaba
usando alguna especie de traje ajustado para correr que hacía que sus ojos color
whiskey resaltaran.

Me quedé mirando la foto hasta que los productores comenzaron a dejar


entrar a más aspirantes, no sin antes guardarla en mi teléfono. Me sentía más
despierto ahora y a decir verdad estaba prestando más atención mientras el día
141

avanzaba.
Página
Estuve en el estudio del canal hasta casi las diez de esa noche. La fila afuera
seguía creciendo con el tiempo. Estaba agotado y mi cabeza estaba matándome.
A todos los que estaban en la fila se les dijo que las audiciones comenzarían otra
vez a las ocho la mañana siguiente y no estuve sorprendido de que la mayoría
decidieran acampar afuera.

Mi chofer me recogió y me llevó de regreso al apartamento. Shane me


había mandado mensajes de texto a través del día y con cada mensaje tenía ganas
de escuchar de mi hermano. Había pasado el día con Lana y casi se sentía como
si yo también lo hiciera por el modo en el que mi hermano había seguido
enviándome fotos de ella.

Cuando el auto se detuvo frente a mi edificio, salí y asentí hacia el portero


mientras me dirigía a los ascensores.

—Buenas noches, Sr. Stevenson. Su hermano me pidió que le dijera que


estaba llevando a la jovencita a casa ya que usted demoró mucho.

Me detuve.

—¿La jovencita?

El hombre de mediana edad asintió.

—Sí. La señorita Daniels, creo que es su apellido. El otro Sr. Stevenson se


aseguró de que ella estuviera en la lista de invitados para dejar subir sin tener
su permiso.
142

Murmuré una maldición, más allá de decepcionado de que Lana hubiera


estado dentro de mi apartamento y no hubiera podido verla. ¡Ella realmente
Página
había estado aquí! Mi pecho dolía y saqué mi celular mientras entraba en el
ascensor. Sonó una vez antes de que la voz distraída de Shane me saludara.

—¿Qué? —preguntó, un tono divertido en su voz.

—¿Estuvo aquí?

—Síp. Estoy saliendo de su apartamento ahora. Te veo en un rato.

—¡Maldición! —Pasé una mano por mi cabello—. ¡Quiero verla!

Shane suspiró.

—Sí, lo sé. Hice mi mejor esfuerzo, hermano. Pero estabas tardando


malditamente demasiado.

—¿Qué hay de mañana? ¿Vas a verla mañana?

—No, hombre. Tiene planes. Sin embargo, voy a seguir intentando. ¿Está
bien?

Dejé salir un largo suspiro. ¿Qué más podía pedir? Sabía que iba a ser una
batalla cuesta arriba para tener de vuelta a Lana en mi vida. La había jodido,
perdí lo mejor que me había pasado en la vida. Pero había trabajado duro para
estar en un lugar de modo que pudiera ser digno de ella…

La rehabilitación había sido una pesadilla. El pasado —la culpa—, habían


sido difíciles de dejar ir. Pero Emmie, Shane y el resto de mis hermanos de
banda me habían ayudado a atravesar eso. Habían sido mi sistema de apoyo a
través de esos dos miserables meses y luego después que hubiera llegado a casa.
Shane fue conmigo a las reuniones de AA5 y Emmie siempre me daba ánimos.
143

Había estado sobrio por siete meses y dieciséis días.


Página

¿Era eso suficiente para ganar de vuelta a la mujer que amaba?

5AA: Alcohólicos Anónimos.


—Sí, está bien. —El ascensor se detuvo lento en mi piso y salí—. Gracias,
Shane… realmente lo aprecio, hermano.
144
Página
13
Shane

E
l sol de verano asomaba a través de las persianas. Refunfuñando, me
acurruqué contra el cálido cuerpo descansando a mi lado. Cuando
mis movimientos hicieron que Harper murmurara una protesta,
sonreí y besé su hombro.

—Buenos días, preciosa.

—Vuelve a dormir —ordenó—. No hay forma de que me levante tan


temprano.

Riendo suavemente, miré la hora en el reloj de mesa al otro lado de la


habitación junto a la cama de Lana. Eran más de las diez.

—La mañana está por terminar, amor —informé.

Se volvió para mirarme y el aliento se atoró en mis pulmones. Así era como
siempre la imaginaba… Sin maquillaje para ocultar su belleza de mí. Sin gafas
o lentes de contacto que obstaculizaran el color natural de sus ojos. Cabello
rubio caramelo extendido a su alrededor, revuelto por nuestra noche de amor.
Sin ropa para ocultar su glorioso cuerpo.

La pequeña mirada que me dirigió solo se añadió a su gloria y mi cuerpo


ya estaba respondiendo.

—Si quieres mantener tus dedos en óptimo funcionamiento, Shane,


145

entonces mejor cierra tu sexy boca y vuelve a dormir. O levántate. Cualquier


cosa que te mantenga tranquilo el tiempo suficiente para que vuelva a dormir
Página

por unas horas más.


Flexioné mis dedos delante de su rostro, burlándome antes de usarlos para
hacerle cosquillas. Gritó y luego comenzó a reírse mientras la atacaba
implacablemente.

—¡Levanta tu hermoso culo, mujer! —Ahora era yo quien hacía las


demandas.

—¡Oblígame!

Mi polla tembló ante sus provocativas palabras y dejé de moverme. Se


quedó completamente inmóvil cuando sintió lo duro que estaba contra su
vientre. Sus ojos violetas se volvieron añil y me perdí.

—Voy a amarte otra vez, Harper.

Sus pupilas se dilataron ante el placer que traían mis palabras y su pequeña
lengua rosa humedeció sus labios.

—Es-está bien.

—Seré suave —prometí, sabiendo que tenía que sentirse un poco más que
adolorida después de la forma en que la había tomado la noche anterior. Ser
gentil nunca había sido algo en lo que destacara. Me gustaba áspero, rápido y,
frecuentemente, duro. Pero para mi Harper, haría cualquier cosa que necesitara.

—Sé que lo harás. —La suave respuesta y la confiada mirada en sus


hermosos ojos formó un nudo en mi garganta y tuve que aclararla un par de
veces antes de poder volver a respirar.

Queriendo saborearla, la besé en los labios, succionando su lengua ofrecida


rápidamente profundamente en mi boca. Me encantaba cómo sus pechos eran
apenas un puñado, la forma en que sus pezones, duros como guijarros, se
frotaban contra la palma de mi mano. La forma en que intensificaba su beso
146

cuando pellizcaba esas pequeñas protuberancias sensibles me volvía loco.

Sus piernas se abrieron para mí sin necesidad de persuasión. Encajaba


Página

perfectamente, mi polla deslizándose entre sus labios, frotando su pequeño coño


mojado sin llegar a entrar. Estaba goteando, empapándose cada vez más con su
excitación con cada caricia entre sus pliegues. El beso continuó, dejando escapar
algunos gemidos, tomando aire para luego volver a amarnos con nuestras
lenguas.

Cuando supe que no podía contenerse más tiempo, nos di la vuelta para
estar acostado sobre mi espalda y que estuviera a horcajadas sobre mis muslos.
Con manos temblorosas, se apartó el cabello del rostro. Levanté sus caderas
hasta que su dulce coño estuvo justo sobre la punta de mi polla. Sus muslos ya
estaban temblando y tragué mi gemido cuando mi glande se deslizó entre los
húmedos pliegues.

—Puedes tomarme tan profundo como quieras, nena —le dije, guiándola
hacia abajo un poco más.

Presionó sus suaves manos en mi pecho para mantener el equilibrio y tomó


más de mí. Liberé mi agarre de ella, temeroso de forzarme más profundo de lo
que podía tomar sin dolor. Con los puños apretados a los costados, la dejé tener
completo control sobre nuestro acto sexual.

Dioses, ¡era hermosa! Con su cabello hacia atrás, excepto por algunos
mechones que caían sobre sus ojos. Su cuerpo color miel besado por el sol de
verano. Tetas agitándose mientras jadeaba. Vientre plano temblando con cada
sacudida de esas gloriosas caderas. ¡Y ese coño! La forma en que sus labios se
abrían lo suficiente para dejarme ver su clítoris y la manera en que florecía ante
la excitación.

Otro impulso la llevó casi a mitad de mi polla. Sus pechos rebotaron


cuando se levantó y se deslizó hacia abajo de nuevo. Con cada descenso, tomaba
más de mi erección. Sentí sus músculos apretarse alrededor, haciéndome saber
que estaba cerca.
147

No era la única. Apenas me estaba conteniendo, listo para volar en su


interior en cualquier momento.
Página
Cuando finalmente fue capaz de tomarme todo, grité en señal de triunfo.

—No te muevas o voy a explotar.

—¡Hazlo! —ordenó, mientras sentía sus paredes internas comenzar a tener


espasmos alrededor de mi polla.

No se movió, no tuvo que hacerlo. Solo la sensación de sus músculos


contrayéndose fue suficiente para dispararme a las estrellas.

Después de ducharnos juntos, dejé a Harper vestirse mientras iba en


búsqueda del café que había olido antes. Esperaba a uno o a ambos de sus
compañeros levantados, pero ninguno de ellos estaba presente cuando entré en
la cocina con nada más que un par de pantalones cortos de baloncesto que Lana
había robado de Drake el año anterior. Sabía que tenía algunas de sus ropas y
las encontré fácilmente en el cajón de sus pijamas.

Aunque no encontré a Linc o Dallas en la cocina, había una nota en la


cafetera, garabateada en lo que debía ser la caligrafía de Dallas. Fruncí el ceño
cuando levanté la nota adhesiva amarilla.

¡Me alegro de que te hayas divertido con el rockero! No sabía que eras una
gritona, Harp. Jaja. Pero de todos modos… Mantén tu teléfono apagado, ¿de
acuerdo? Mamá querida ha estado llamando toda la mañana. Ella y la malvada
hermanastra están en la ciudad de nuevo y quieren succionar tus sentimientos
148

de felicidad.

Al leer la última línea de la nota, el teléfono inalámbrico junto a la cafetera


Página

en la encimera sonó. Mi mente estaba en lo que Dallas había escrito, ni siquiera


me molesté en pensar en quién podría estar llamando cuando me llevé el
auricular del teléfono a la oreja.

—¿Hola?

—¿Linc? —preguntó una voz femenina que no identifiqué.

—Nop. Este es Shane. Linc no está ahora. —Me volteé justo cuando Dallas
llegaba caminando a la cocina. Su cabello era un desastre y el pijama que llevaba
parecía más grande por cerca de tres tallas—. ¿Puedo tomar un mensaje?

—Oh, no. No quiero hablar con Linc, de todos modos. —El tono era dulce
y joven—. ¿Está Harper?

—Nop otra vez. —Estaba bastante seguro de con quién hablaba, después
de haber leído la advertencia de Dallas—. Pero soy su novio, así que estaría feliz
de hacerle saber que usted llamó.

Un puño golpeó mi brazo y miré a Dallas, frotando el punto de dolor que


acababa de hacer. Joder, esta chica no juega limpio…

—¡No vayas allí! —susurró con fiereza.

La ignoré. El silencio en el otro lado del teléfono era notable.

—¿Hola? ¿Sigues allí?

Una risa dulce, una que envió un escalofrío por mi espalda, llegó por el
auricular. Conocía bien esa risa. Perras sociópatas habían calentado mi cama
durante tantos años que me hizo un experto.

—Sí, perdón. Solo me sorprendiste, es todo. Así que… ¿Harper tiene un


novio? Mi pequeña hermanastra no lo mencionó la última vez que hablamos.

¡Lo apuesto!
149

—No hemos estado saliendo mucho tiempo, así que probablemente no ha


Página

tenido oportunidad.
—Bueno, entonces tenemos que reunirnos para conocernos. Estoy
muriendo de curiosidad acerca de ti. —Dallas estaba lanzando tazas de café y le
lancé una mirada que decía que se callara. ¡Por supuesto que me ignoró!—.
Deberían cenar conmigo y madre esta noche, querido. No vi a mi dulce
hermana la última vez que estuve en la ciudad y estoy solo por unos días más…

—Claro. —Proporcioné el nombre de un restaurante que le gustaría a


Harper y le pedí encontrarnos a las siete—. ¿Suena bien?

—¡Fantástico! —gritó Ariana Calloway—. Nos vemos esta noche, querido.

Colgué el teléfono y agarré mi taza de café.

—Deja de murmurar —dije.

—No tienes ni idea de lo que acabas de hacer, ¿verdad? —explotó—.


Camino a joder una cosa buena, ¡estrella de rock!

Me quedé inmóvil, sus palabras apretando mi corazón por alguna razón.

—¿Qué se supone que significa eso?

—Esto significa que tan pronto como Harper descubra que están teniendo
una cena con Ariana y Monica, estarás fuera de la puerta tan rápido que hará
que tu cabeza gire —aseguró—. Noticia de última hora, ¡estúpido! La mamá de
Harper y la malvada hermanastra están solo detrás de una cosa, herirla y
humillarla para sentirse bien consigo mismas.

Ya había supuesto eso. Sabía que Harper tenía un problema de autoestima,


sabía que alguien la hizo —y todavía la hacía—, sentir como si no fuera
hermosa. Después de leer la nota de Dallas, ahora sabía exactamente quién era
la que había llenado su cabeza con tanta mierda. Y tal como me había
prometido, las desgarraría por hacerlo.
150

—No voy a dejar que suceda.


Página
—Ah, ¿sí? —exigió Dallas, pero vislumbré algo parecido a la esperanza
mezclada con un poco de admiración en sus ojos azules.

—Sí. —Tomé un largo trago de mi café y puse a un lado la taza—. No le


digas a Harper acerca de esa llamada, ¿de acuerdo? Voy a tratar con esto de una
vez por todas.

Harper

E
staba poniéndome las sandalias cuando mi teléfono sonó. Fruncí el
ceño ante la pantalla y luego tuve que tragarme un grito de alegría
y emoción cuando vi quién era.

Durante las últimas semanas, había estado recibiendo más y más ofertas
para realizar trabajos independientes comisionados por Rock America. Pero la
última vez que había hablado con el editor, me había dicho que tenían una
posición vacante y estaban realmente considerándome para el empleo. No había
querido pensar en ello, simplemente porque no deseaba hacerme ilusiones.

Pero si me estaba llamando, tenía que significar algo importante… ¿cierto?

Tomé mi teléfono y pulsé conectar, mi corazón palpitando de emoción en


el pecho.

Rock America era una importante revista mensual, pero también tenía
publicaciones semanales vía web. La revista ambientaba sus historias en
California, pero sus periodistas podían trabajar desde cualquier lugar. El editor
me dijo de nuevo lo mucho que le gustaba mi trabajo, sobre todo mis fotos.
151

Entonces, me hizo una oferta que realmente no podía rechazar…


Página
Quince minutos más tarde salí de mi habitación sintiéndome como si
estuviera caminando en el aire. Quería decirle a Shane y compartir la noticia.
Cuando lo encontré en la cocina con Dallas, algo de mi emoción se evaporó.
Podía sentir la tensión en el aire, sabía que habían estado discutiendo. Dallas y
Shane normalmente se llevaban bien.

—¿Qué está pasando? —pregunté, de pie en la puerta de la cocina,


alternando mi atención entre mi mejor amiga y mi novio.

Vi la mirada dura que Shane le dirigió a Dallas y la que ella le devolvió


antes de forzar una sonrisa.

—Nada. Solo mi acostumbrada mañana de auto perra.

Conociendo a mi amiga, esa excusa más que explicaba la tensión en el aire.


Solo podía imaginar el tratamiento que Shane tuvo que soportar mientras estaba
hablando con mi nuevo jefe.

—Trata de no reventarle tanto las pelotas —le dije con el ceño fruncido
en advertencia.

—Haré mi mejor esfuerzo —aseguró con una sonrisa, lo cual decía que no
iba a tratar en absoluto.

Poniéndole mis ojos en blanco, me acerqué a Shane y envolví mis brazos


a su alrededor.

—¿Sabes una cosa? —pregunté con una sonrisa.

Sentí la tensión abandonarlo y me dio un beso en la punta de la nariz.

—¿Qué, nene?

—¡Acepté una oferta de Rock America! —grité.


152

—Nena, eso es genial. —Me abrazó, sosteniéndome con fuerza—. ¡Sabía


que podías hacerlo!
Página
—¡Esa es una gran noticia, Harp! —exclamó Dallas desde el otro lado de
la cocina—. Deberíamos celebrar.

—Sí, definitivamente. —Asentí con la cabeza, gustándome la idea—. ¿Tal


vez bebidas más tarde?

—Después de una cena de celebración. —Shane besó mis labios


largamente y casi se me olvidó de lo que habíamos estado hablando cuando se
retiró—. Quiero llevarte fuera.

Detrás de mí, escuché a Dallas murmurar algo en voz baja y luego habló.

—Entonces Linc y yo los encontraremos más tarde en el club.

—Suena bien. —Sonreí—. Vamos a ver a Lana. ¿Quieres venir?

—No, no en este momento. Pero dile que pasaré más tarde. Mándame un
mensaje de texto si hay algo que necesite y lo llevaré conmigo.

153
Página
14
Harper

A
segurarme de que Lana aún se sentía bien estaba en la cima de mis
prioridades. Por supuesto, no debería haberme preocupado por mi
amiga. Cuando entramos en su habitación una hora más tarde,
estaba acurrucada en la cama con Drake a su lado.

Era agridulce mirarlos. Se veían tan contentos de estar uno en brazos del
otro, pero tan triste a la vez. La pérdida del bebé entristecía a Lana y yo sufría
por mi amiga.

Shane se había detenido en la tienda de regalos y compró un montón de


globos que la hicieron sonreír mientras lo veía luchar con las docenas de cuerdas
que los ataban. Él estaba derritiendo mi corazón, observarlo de la manera tan
tierna que era con su hermanita, como le gustaba llamar a Lana.

Solo habíamos estado allí por media hora cuando Layla y Emmie se
unieron a nosotros. Layla era todo acerca de Lana, asegurándose de que no
sintiera ninguna molestia. Shane salió con Emmie al pasillo durante mucho
tiempo, pero no le pregunté al respecto a ninguno de los dos cuando regresaron
por separado. Simplemente solo me besó en la mejilla y me abrazó.

Estaba bastante segura de que estaba enamorada de una estrella de rock y


que esto no me asustaba como podría haberlo hecho un mes atrás.

Dejamos el hospital esa misma tarde y volvimos a mi apartamento a


prepararnos para la cena. Todavía era muy temprano, pero esa fue la excusa que
154

dio Shane cuando lo saqué de la concurrida habitación de hospital de Lana.


Página
Sabía que Lana iba a estar bien atendida y necesitaba un poco de tiempo a solas
con él antes de salir más tarde.

Tan pronto como entramos por la puerta principal, estaba sacando su


camiseta. Gruñó y me levantó en sus brazos sin esfuerzo.

—Espero que no estés demasiado adolorida por lo de anoche y esta


mañana, porque realmente no creo que pueda ser suave, hermosa.

Sonreí mientras prácticamente corría a través del apartamento hacia mi


habitación.

—Bien.

Tan pronto como la puerta estuvo cerrada con llave detrás de nosotros, me
lanzó en la cama y saltó a mi lado. La cama rebotó, haciéndome reír. Las risitas
rápidamente murieron cuando sus labios capturaron los míos.

Mientras me devoraba con sus sensuales labios, estaba desnudándome con


sus manos talentosas. Dedos escurridizos me atormentaban, pellizcando mis
sensibles pezones y separando los labios de mi sexo, pero sin entrar en mí. No
tenía tiempo para pensar, apenas podía comprender lo que estaba sintiendo
antes de que me hiciera algo más alucinante.

Su ardiente boca dejó la mía y chupó uno de mis pequeños pechos,


haciéndome gritar de pura euforia. Encontró con sus dedos mi palpitante
clítoris, haciéndome gemir por más. Podía sentir mi sexo inundándose como
prueba de mi excitación, humedeciendo mis muslos y su mano.

—¡Joder, nena! —exclamó cuando sintió cuán lista estaba—. Estás


empapada. —Lamió sus labios como un hombre muriendo de sed—. Voy a
comerte hasta que me supliques que pare.
155

La boca de Shane estuvo sobre mí antes de ni siquiera terminar de hablar.


Mi cuerpo era suyo para tomar, mis caderas arqueándose hasta encontrar su
Página

solícita lengua. Fuertes manos sujetaron mis caderas, inmovilizándome


mientras enterraba el rostro en mis pliegues húmedos. Perdí rápidamente el
control, mi clímax colmándome en menos de un minuto desde que comenzó a
lamerme.

Era incapaz de detener los gemidos que salían de mi boca mientras me


venía abajo, pero no había terminado conmigo. Su lengua nunca se detuvo, solo
intensificó mi orgasmo, dándome placer a través del clímax. Tan pronto como
me caí por el borde del precipicio, me estaba trabajando hacia otro. Mis dedos
apretaron las sábanas, aferrándose, mientras me estimulaba más duro y más
rápido hacia el placer que me esperaba al otro lado de un segundo orgasmo.

Grité su nombre cuando caí de nuevo, el orgasmo durando más tiempo


esta vez. Sin embargo, no se detuvo, sino que agregó dedos a la ecuación. Dos
gruesos dedos empujaron en mí mientras su boca chupaba mi clítoris. Los ruidos
roncos que hacía, dejándome saber que estaba disfrutando de mi sabor, me
pusieron más húmeda.

—¡Shane! —Mi voz se quebró, áspera por los gritos que me había
arrancado con los dos orgasmos que ya me había dado—. ¡Te necesito, Shane!

—Todavía no. —Su voz era más gutural de lo que nunca se había
escuchado—. Me encanta el sabor de tu necesidad por mí. Quieres más, nena.
¡Dame más!

Sus palabras solo desencadenaron otro orgasmo cuando oprimió mi clítoris


con la lengua y la mantuvo allí mientras su dedo me follaba. Me vine por tercera
vez y lamió todo. Finalmente, levantó la cabeza y pude ver mi deseo empapar
su rostro. Tal vez debía estar avergonzada, pero no fue así. No con Shane, quien
había despertado toda esta pasión en mí.

Vi como chupaba su labio inferior. Su gemido agitó de nuevo a la vida algo


profundo entre mis piernas.
156

—Espero que te gustara, nena. Porque planeo hacerlo a menudo.


Página
No sabía cómo responder, así que no lo hice. En su lugar, sujeté su brazo y
lo jalé encima de mí.

—Te quiero dentro de mí. Ahora.

La forma en que sus ojos se oscurecieron solo aumentó mi necesidad.

—Lo que quieras, hermosa.

Sus ropas desaparecieron en segundos y, finalmente, estuvo de rodillas


frente a mí, desnudo, excitado y hermosamente masculino. Agarré su polla con
ambas manos, amando cómo se sentía contra mis dedos. Caliente, duro, sedoso.
Extendiendo mis piernas más ampliamente, lo dirigí a mi entrada.

Equilibrando su peso sobre las muñecas, se detuvo mientras la punta de su


gran polla entraba en mí.

—Soy tuyo, Harper. Y eres mía.

Parpadeé, incapaz de entender sus palabras al principio.

—¿Qué?

—Te pertenezco. Dime que sabes eso.

Mi respiración se sentía como si de repente estuviera atrapada en mis


pulmones.

—Shane… yo…

—Te amo, nena.

Las lágrimas quemaron mis ojos y parpadeé rápidamente para alejarlas.

—No digas eso.


157

—¿Por qué no? —preguntó suavemente.

—Porque… Porque… —Callé, no completamente segura de por qué no


Página

debería decirme esas palabras—. Porque quiero creerte.


Una sonrisa jugueteó en sus labios. Dios, me encantaba cuando sonreía.
Sentía que todo en el mundo era perfecto cuando me sonreía.

—Créelo, hermosa. Te amo.

Con el corazón desbocado, tapé su boca con mi mano.

—Pruébalo.

Lo hizo. Durante horas me lo demostró al hacerme el amor hasta que


estuve segura de que iba a morir de puro placer.

Después de una tarde llena de nada más que de hacer el amor, todo lo que
quería hacer era dormir hasta que fuera hora de encontrarnos con Dallas y Linc
más tarde esa noche para festejar mi nuevo empleo. Estaba segura de que Shane
y yo habíamos más que celebrado mi nuevo empleo, pero él tenía otros planes.

—¡Levanta tu culo sexy! —ordenó, saliendo de la cama con más energía


de lo que hubiera creído posible después de pasar horas demostrando que era,
de hecho, un dios del sexo.

Gemí y di la vuelta, ocultándome bajo las sábanas.

—Soñolienta.

Una palmada firme en mi trasero me hizo chillar.


158

—Levántate y dúchate o lo haré por ti.


Página

Cuando no me molesté en moverme, me levantó, cubiertas y todo y me


llevó al cuarto de baño. Luché tratando de zafarme, riendo y pateando.
—¡Shane! ¡Bájame!

De repente, estaba de pie en la ducha y las mantas fueron arrojadas lejos.


Su sonrisa pícara me hizo derretir de nuevo.

—¿Tengo que lavarte también?

Le di una mirada burlona.

—Tirano.

Riendo, se volvió hacia la puerta.

—Mejor consigue lavarte, hermosa. Estaré de regreso en cinco minutos.

Cuarenta y cinco minutos más tarde estábamos saliendo de la parte trasera


de un Lincoln6 y dirigiéndonos a uno de los restaurantes más extravagantes en
la ciudad de Nueva York. Por suerte, me había vestido con esa posibilidad en
mente porque sabía que a Shane le gustaba este tipo de lugares tanto como le
gustaban los pequeños restaurantes familiares.

Había una fila para entrar, pero cuando Shane se acercó a la anfitriona y
dio su nombre, la mujer le dijo que su grupo ya había llegado. Le fruncí el ceño.

—¿Tus amigos se van a unir a nosotros? —No me molestaba si fuera el


caso, pero había pensado que íbamos a ser solo nosotros dos.

Vi algo parecido a un atisbo de incertidumbre atravesar su rostro. Se volvió


hacia mí y tomó mi rostro con ternura en sus grandes y callosas manos.

—Te amo, Harper.

—Shane…
159

—Solo confía en mí… ¿Está bien?


Página

6 Lincoln: Marca de automóviles de lujo perteneciente al grupo Ford Motor Company.


Sus palabras me confundieron, así que no dije nada mientras tomaba mi
mano y entrelazaba nuestros dedos mientras la anfitriona nos guiaba a nuestra
mesa. El lugar estaba lleno de rostros familiares, ninguno de las cuales conociera
personalmente, sino por las páginas de chismes de celebridades. Algunos de
ellos se volvieron mientras Shane eme empujaba a través de las masas, otros no
nos encontraban lo suficientemente interesantes como para molestarse.

Estaba demasiado preocupada por lo que Shane podría haber querido decir
para posiblemente notar a las dos mujeres sentadas en una de las mejores mesas
del restaurante, viéndonos acercarnos. No fue hasta que estuvimos a pocos
metros de distancia que me di cuenta de que mi madre y mi hermanastra
estaban a punto de saltar.

Shane

S
entí a Harper tensarse junto a mí y supe que ya había visto a su
familia. La advertencia de Dallas de que podría perder lo mejor que
pudo sucederme en la vida hizo eco en el fondo de mi mente. Mi
estómago se apretó con lo que solo podía ser miedo, pero continué a través de
este.

Si iba a entender a la mujer con la que tenía la intención de pasar el resto


de mi vida, teníamos que lidiar con esto ahora.

Se detuvo de repente y me vi obligado a voltear y mirarla. Mi corazón


dolió al observar su rostro pálido y el dolor brillando a través de las gafas que
160

tanto amaba.

—No quiero estar aquí —susurró en voz tan baja que tuve que esforzarme
Página

para oírla.
Mis dedos apretaron los suyos y me incliné para estar al mismo nivel de
sus ojos.

—¿Por qué?

Miró por encima de mi hombro por un momento, tomando nota de su


madre y su hermanastra. Ante mis ojos se transformó de un gatito asustado a
una tigresa muy sexy y enojada. Su mandíbula se apretó y esos increíbles ojos
violetas se volvieron fríos. No estaba seguro de que fuera algo bueno, pero al
menos ya no parecía un cachorro apaleado.

—Vamos a terminar con esto —espetó en una voz que me dijo que ya no
era su persona favorita.

Saber que la había lastimado me dolió el doble. En ese momento, estaba


dispuesto a llevármela y rogar por su perdón. Solo podía rezar para que Dallas
no tuviera razón y no estuviera a punto de perder a la hermosa criatura ante mí.

—No tenemos que quedarnos —me apresuré a decirle—. Podemos ir a


casa. Hacer el amor. Olvidarnos de que esto pasó.

—No. Evidentemente, tenías una razón para arreglar esto. —Desearía


saber lo que estaba pensando detrás de sus ojos púrpura ahora helados—. No
estoy segura de que me importen tus razones, pero lo que sea.

Apartó su mano de la mía cuando traté de mantenerla sujeta y pasó junto


a mí. Tragué con fuerza y saqué el teléfono de mis pantalones de vestir. Un
rápido mensaje de texto fue todo para lo que tuve tiempo antes de que me diera
vuelta y caminara junto a Harper.

Mónica y Ariana Calloway parecían más madre e hija que Harper y su


mamá. Claro, las otras dos mujeres eran hermosas con sus vestidos de diseñador
y maquillaje perfectamente aplicado. Ambas tenían el cabello rubio oscuro,
161

obviamente de una botella. No se podía comparar con el cabello natural color


caramelo de Harper. Un vistazo a Monica me dijo que Harper debía haber
Página

heredado los ojos de su padre, porque el color de los suyos era de una especie
de marrón fango que no eran ni de cerca interesantes. Sus maquillajes eran tan
espesos que parecía que si sonreían de manera equivocada, sus rostros se
agrietarían.

Cuando me paré detrás de Harper fui abrumado por el muy costoso —muy
francés—, perfume que llevaban las dos mujeres. De niño había sufrido de asma
y la sensación de no poder inhalar aire fresco, por un momento, volvió con
venganza. Cuando por fin pude respirar, me encontré con dos pares de ojos
sobre mí: uno hambriento, otro incrédulo.

—¿Este es tu novio? —exigió Monica.

El tono de su voz hizo que los vellos de mi cuello se levantaran. Había


planeado una cena sencilla para poder aclarar cuál era el problema entre Harper
y su madre. Ya podía hacer una pequeña conjetura y estaba odiando a la perra
parada delante más y más con cada segundo que pasaba.

—¿Novio? —El tono de Harper todavía era frío— ¿Así es como llamas al
tipo que calienta tu cama?

Sus palabras fueron una puñalada en mi corazón, pero sabía que me lo


merecía.

Monica contuvo un grito de asombro.

—¡Harper! No dices cosas así en público. Juro que Dallas realmente te ha


arruinado.

—No, Dallas me salvó —corrigió Harper a su madre.

Sentí una mano fría tocar mi brazo y bajé la mirada para encontrar que
Ariana se había acercado.

—Guau. Shane Stevenson. Nunca pensé que Harper sería capaz de


162

conseguir que el más comentado dios del sexo del rock and roll la mirara dos
veces.
Página
La forma en que sus ojos azules me miraron a través de sus falsas pestañas
se suponía que debería ser sexy. Y tal vez dos meses atrás habría tomado
rápidamente la descarada invitación ofrecida con esa sonrisa. Pero Harper era
la única mujer que podría incluso hacer que mi polla se retorciera. Tomé su
mano de mi brazo y la aparté. La mirada tímida dejó su rostro y sus mejillas se
calentaron con una mezcla de rabia y vergüenza.

—Harper es todo lo que siempre he querido. Hermosa por dentro y por


fuera. A diferencia de algunas perras falsas que veo en este momento.

Harper apartó una silla y se sentó con gracia, dejándonos la opción de


hacer lo mismo. Tomé el asiento a su lado e intenté sujetar su mano. Se apartó
y las juntó en su regazo mientras las otras dos mujeres tomaban asiento. Un
camarero apareció y ofreció la lista de vinos. Pedí una botella del vino blanco
favorito de Harper y un bourbon para mí, sabiendo que iba a necesitarlo.

—Bueno, Harper —Monica levantó su vaso de agua y bebió un sorbo antes


de continuar—, dinos cómo conociste a este… encantador joven.

—Es el cuñado de Lana.

—Ah. —Monica hizo una mueca de disgusto—. Ya veo.

—¿Cómo está la querida Lana? —preguntó Ariana, en un tono lleno de


sarcasmo—. Y el resto de tus compañeros de cuarto.

—Bien. —La respuesta de Harper fue concisa, sin dejar espacio para seguir
el interrogatorio.

—No hay ninguna razón para ser tan insolente, Harper —regañó
Monica—. Tu hermana solo está siendo amable.

—Hermanastra —soltó Harper.


163

—¿Qué te pasa? Nunca me hablas así.


Página

Harper levantó una ceja hacia su madre.


—Quieres decir que por lo general no digo nada mientras tú y Ariana se
sientan y me dicen lo torpe que soy. Cómo nunca me podré compararme o ser
hermosa. Lo siento, madre. ¿Debo sentarme aquí y cerrar la boca ahora? ¿Tal
vez debería ofrecer sugerencias? He ganado casi un kilo desde la última vez que
me viste. ¡En sus marcas, listos, fuera!

Todos los problemas de autoestima de Harper se aclararon.

Durante muchos años había visto los efectos en Emmie del abuso físico de
su madre. Ahora estaba entendiendo que el maltrato no siempre dejaba
moretones visibles. Algunos rompían el alma y, en este caso, destruían los
sentimientos de autoestima en una persona.

¡Pues joder con eso!

—Ustedes son unas perras malvadas.

—¿Disculpa? —exigió Monica con altanería. Dioses, su alma era fea


cuando tenía esa mirada en su rostro, como si pensara que era mejor que todos
a su alrededor.

—Dije que ustedes son unas perras malvadas. —Dirigí la mirada al clon
sentado a su lado, dejando que Ariana supiera que estaba incluyéndola, por si
aún no había entendido el mensaje—. No sé cuál es su problema y, de verdad,
no me importa un carajo. Son unas de esas mujeres que tratan de menospreciar
a otros para así poder sentirse mejor consigo mismas, porque saben que nunca
van a ser hermosas.

—Yo soy hermosa. —Monica sonaba tan segura de sí misma que me hizo
una mueca de asco.

—Seguro que lo eres. Solo toma litros de pintura y alguna magnífica ropa
de diseñador para hacerte de esa manera. Mientras tanto, tu hija tiene verdadera
164

belleza. No necesita maquillaje o perfume de puta o la ropa para hacerla


destacar. Solo deseas ser así de hermosa, y es por eso que no puedes soportarla.
Página
Así que la disminuyes para que piense que no se puede comparar contigo o con
la señorita Cosa por aquí.

—¡Soy una modelo! —argumentó Ariana.

—¿Y a quién carajos le interesa? —Las mesas alrededor de nosotros se


quedaron tranquilas y me di cuenta de que había hablado más fuerte de lo que
había previsto, pero no me importaba—. Eres una modelo, bien por ti. Yo soy
una estrella de rock, perra.

165
Página
15
Emmie

D
espués de recibir un mensaje de texto de Shane, desperdicié poco
tiempo. Dejando a Mia con Layla y Jesse, tomé a Nik y lo empujé
por la puerta.

Había tomado diez minutos llegar al restaurante en taxi. Cuando entramos


al exclusivo comedor, ignoré a la anfitriona y me dirigí a la mesa que había
reservado para Shane más temprano. Por la mirada de los otros clientes, Nik y
yo estábamos muy mal vestidos en jeans y camisetas. No había sabido lo que
Shane había planeado, solo que iba a conocer a la madre de Harper. Por
supuesto, Lana me había dicho unas pocas horas atrás que Harper y Querida
mami no eran exactamente una feliz unión.

Nik estaba justo detrás de mí mientras caminábamos por el comedor.


Escuché los murmullos de otros comensales, mayormente femeninos, mientras
se daban cuenta de quién era Nik. Suspiros y risitas alcanzaron mis oídos, pero
no me molestaron como alguna vez lo habían hecho. Tenía más confianza en el
amor de Nik por mí en estos días.

Divisé a Shane en su mesa y pude decir al instante que realmente había un


problema. Shane estaba moviendo rápidamente la boca, su rostro casi púrpura
con ira mientras le hablaba fuerte a las dos mujeres frente a él. Mientras tanto,
Harper solo estaba sentada ahí como una estatua. Lucía pálida y había algo en
la rigidez de sus hombros que me decía que estaba menos que entretenida. La
166

forma en que estaba mirando a la distancia me hizo preguntarme si incluso


estaba consciente de la conversación llevándose a cabo a su alrededor.
Página
—… ¡Soy una estrella de rock, perra! —Las palabras de Shane llenaron mis
oídos y puse los ojos en blanco. Lo que fuera que estuviera pasando, parecía más
como un concurso de meadas que otra cosa.

—Eres basura. —La respuesta vino de la mujer mayor en la mesa que


asumí era la mamá de Harper. No lucía para nada como la dulce chica que
conocí algunos días atrás, así que tuve que suponer.

Escuchar a esa vieja urraca hablarle así a mi amigo no hizo nada por mi
propio temperamento. Me detuve justo detrás de Shane y bajé la mirada a la
mujer mayor que olía a perfumería y lucía como un anuncio de una escuela de
payasos con todo el maquillaje que llevaba encima. Mi boca se abrió y ni siquiera
estaba segura de lo que iba a salir cuando una fuerte mano cubrió mis labios.

Le lancé una mirada a Nik, pero el solo me sonrió.

—Lo siento, nenita. Queremos quedarnos y tu boca conseguirá que nos


saquen a patadas.

Por supuesto que estaba en lo correcto, pero eso no significaba que me


gustara escucharlo.

—Basura con un alto sueldo, de hecho —le informó Shane a la mujer


mayor con lo que sonaba como una sonrisa en su tono—. Con grandes
conexiones. Una llamada telefónica y ese apestoso contrato de modelaje que
tienes dejará de existir.

Oh, me gustaba esa idea. No sabía si Shane estaba presumiendo o no, pero
planeaba seguirle la corriente. Mentalmente, me froté las manos con alegría.
Nik, viendo las ruedas girar en mis ojos, se rio y me liberó.

Antes de que pudiera dar un paso al frente, Harper se puso de pie.


Murmuró algo acerca del baño de damas y se alejó apresuradamente. Shane
167

comenzó a seguirla, pero puse una mano en su hombro. Sentí algo de la tensión
dejarlo cuando se dio cuenta de que había llegado. Sabía que yo lo respaldaba y
Página

siempre lo haría.
—Hola.

Le sonreí.

—Hola. Te preguntaría cómo va la tarde, pero pude captar los últimos


cinco segundos de su conversación. —Mi mirada fue a las dos mujeres sentadas
al otro lado de la mesa—. ¿Por qué no le muestras a estas dos deliciosas damas
la puerta mientras voy a hablar con Harper? —le sugerí con hielo en mi tono.

—Ella está tan molesta… —La voz de Shane se rompió ligeramente,


haciendo que mi corazón se apretara por él.

—Seré amable —le prometí. Después de todo lo que había pasado con
Lana, había aprendido mi lección. No importaba que solo hubiera estado
cuidando de Drake. Debería haber tratado mejor a Lana. Desafortunadamente,
había sido necesario que ella casi muriera para darme cuenta de eso…

Alejando esos pensamientos, seguí a Harper.

El baño estaba vacío a excepción de la hermosa chica de pie cerca del largo
tocador frunciéndole el ceño a su reflejo. Shane me había dicho tanto acerca de
ella en el mes pasado. En verdad no había creído acerca de sus problemas de
autoestima hasta ahora. Quiero decir, ¿en serio? Era sorprendente con su grueso
y sedoso cabello color caramelo. ¿Y ese cuerpo? Joder, mataría por ese trasero.
¿Y esos ojos? Tenía que pasar unos buenos diez minutos maquillándome para
obtener esa mirada de ojos amplios detrás de esas geniales gafas patea traseros.

—Sin ofender, pero tu mamá es una perra —le dije.

Ella saltó ante el sonido de mi voz y vi sus ojos llenarse de incredulidad en


el espejo. No la culpo. Probablemente pensó que venía a atacarla. Estaba segura
de que Lana había hablado con sus amigas de mí y solo respetaba más a Harper
por ser leal a Lana.
168

Pero en lugar de sonar impresionada, el tono de Harper fue solo cansado


Página

cuando estuvo de acuerdo conmigo.


—Sí, siempre ha sido así.

Me senté en el pequeño sofá. Aún no podía entender por qué había uno
en el baño de damas en estos restaurantes pretenciosos, pero lo apreciaba en
este momento.

—Me identifico. Mi madre era un verdadero monstruo.

Harper se dio la vuelta para verme.

—¿Te decía diariamente que eras fea y nunca te compararías con tu


increíblemente hermosa hermanastra?

—No, dulzura. Ella me golpeaba a diario. Eso era cuando no estaba


demasiado drogada. —Palmeé el sitio junto a mí en el sofá cuando el rostro de
Harper palideció.

Después de una pequeña duda, se movió y se sentó junto a mí.

—Yo… lo siento.

—No lo hagas. Esa parte de mi vida terminó cuando ella tuvo una
sobredosis. —Y fue entonces cuando mi verdadera vida comenzó a enderezarse
con mis chicos… mi familia, no de sangre sino por elección—. Sin embargo,
hay diferentes formas de abuso infantil. Y creo que fuiste tan víctima como yo.

Harper negó con la cabeza.

—No, mi vida fue perfecta comparada con la tuya…

—¿Así que disfrutaste ser llamada fea? —Puse los ojos en blanco hacia
ella—. El abuso verbal también deja cicatrices, cariño. —Ella apretó la
mandíbula y suspiré, sin querer discutir con ella—. Cuéntame al respecto. Dime
cómo fue crecer con esa molestia que está en el comedor.
169

Estuvo callada por tanto tiempo que comencé a preguntarme si incluso iba
a hablarme, pero entonces hizo una mueca.
Página
—Monica y mi padre se divorciaron cuando era pequeña. Ninguno de ellos
se interesaba de verdad en mí, no era que me importara. Menos de un año
después, se casó con mi padrastro. Él tenía más dinero que mi padre… pero
Cecil era dulce. Se preocupaba por mí. Aún lo hace.

—Eso es genial. Me alegra que lo tengas. Shane me habló de él y las pocas


veces que han salido juntos.

Ojos violetas parpadearon con sorpresa.

—¿En serio?

—Por supuesto, Shane siempre está hablando de ti. En serio me estoy


cansando de escuchar todo acerca de Harper Jones. —Solo estaba medio
bromeando porque, de verdad, no podía llamar a Shane sin tener que escuchar
todo acerca de la chica.

—Conocí a Ariana incluso antes de que mi madre se casara con su padre.


Nuestras madres eran mejores amigas. Fui comparada con ella desde mi
nacimiento, de hecho. Pero cuando se volvió mi hermanastra, empeoró.
Entonces comenzó con el modelaje y la vida fue de soportable a no tan genial
en un parpadeo. Por supuesto que la pubertad apestó. —Pasó una mano por su
cabello—. Tenía piel horrible, gafas gruesas y frenos. En serio, era espantosa.

No pude contener mi bufido.

—Eso es solo la adolescencia. Apesta para todos nosotros, nena.

—Sí, bueno, es difícil cuando estás rodeada de perfectos modelos y la


actitud que va con ellos —me informó Harper y traté de verlo a través de sus
ojos. En realidad, nunca había tenido una amiga hasta que conocí a Layla, pero
sabía que las chicas adolescentes eran pesadillas por el año que había pasado en
la secundaria antes de haber ido a vivir con los chicos. Las chicas eran
170

verdaderamente mañas. Solo podía imaginar el horror de estar rodeada de ese


tipo de chicas a las que también les pagaban por cómo lucían.
Página
Todo eso por encima de que te lo dijera la única persona que debería
haberte apoyado, pero que no era nada más que negativa, le habría dado un
complejo a cualquier chica.

—¿Una de esas chicas no es tu mejor amiga? —Shane y Lana me habían


contado que Dallas era una exmodelo.

Una pequeña sonrisa jugó en la esquina de la boca de cupido de Harper.

—Sí, pero Dallas no es como ellos. Ella nunca quiso ser modelo. Su madre
es una pesadilla incluso más grande que la mía. Forzó a Dallas a ir a concursos
de belleza hasta que fue descubierta y su mamá firmó su vida a una agencia de
modelaje hasta que cumpliera veintiuno.

—Eso apesta.

—Lastimó un montón a Dallas. Siempre soñó con ser enfermera. Es


realmente cuidadosa debajo de toda esa actitud.

—Te creo. —De hecho, en serio me gustaba la otra chica, sus tatuajes y
perforaciones solo me identificaban más con ella.

Por unos buenos veinte minutos me senté y hablé con Harper. Entonces
Shane comenzó a enviarme mensajes y me imaginé que era el momento de salir
y dejarlo resolver las cosas con esta chica suya. Me levanté, pero Harper se
quedó sentada.

—Vamos, hay que salir y conseguir algo de postre —la apuré—. Sé que
tienes una debilidad por el pastel de limón.

Me dio una pequeña sonrisa que no alcanzó sus ojos.

—Ve. Necesito otro minuto o dos.


171

Negué con la cabeza.

—Él en verdad lo lamenta, Harper. Shane se preocupa por ti y nunca haría


Página

algo para lastimarte.


Su mandíbula se apretó y no respondió, pero no iba a entrometerme. No
esta vez. Había aprendido la lección con Drake y Lana…

Cuando volví con Shane y con Nik fue para encontrar que Lady Tremaine
y la horrible hermanastra parecían haberse ido hace mucho. Una mirada a
Shane me dijo que no la estaba pasando bien. Su rostro estaba pálido, sus ojos
vidriosos con una mezcla de lágrimas y alcohol. Me senté junto a él y tomé sus
manos.

—Háblame.

—La he jodido. Jugué con mi relación con Harper y perdí. —Se tragó lo
último de lo que lucía como bourbon en su vaso.

No podía estar en desacuerdo con él. Había visto yo misma lo molesta que
estaba Harper, pero eso no significaba que la perdiera. Al igual que había visto
lo molesta que estaba, había visto un poco más profundo de lo que a la otra chica
le hubiera gustado. La señorita Harper Jones estaba enamorada de uno de mis
chicos.

Harper

E
speré hasta que la puerta se cerró detrás de Emmie y comencé a
contar. Lentamente, alcancé el cien y agarré mi bolso.

¡Esta noche había sido un desastre!

Todo lo que quería era ir a casa y esconderme debajo de las cobijas. Me


172

sentía como si tuviera once años de nuevo, queriendo esconderme de mi madre


y mi hermanastra y el desdén que sabía que sentían por mí. No tenía idea de
Página

por qué mi madre me odiaba tanto que sentía que constantemente tenía que
golpearme con sus malvadas y viles palabras. Ariana era diferente. Sabía todas
sus razones para odiarme y también la odiaba. Incluso si en un punto de nuestras
vidas había esperado que pudiéramos ser amigas.

Estaba agradecida de que los baños estuvieran cerca de una salida que la
mayoría de los meseros usaban para entrar a trabajar. Me apresuré a salir por el
pasillo hacia la calle, mi brazo ya levantado para detener un taxi. Una pequeña
parte de mí se sentía como si estuviera siendo retorcida, escapándome de Shane
sin decir adiós, pero no creía poder manejar verlo ahora.

Todo el día había estado en las nubes. Medio enamorada de un chico que
me trataba cono si fuera la única cosa que le importara. Un trabajo con el que
solo había soñado, esperando a dar un paso al frente y tomarlo con ambas
manos. Ahora… Ahora me sentía como un cachorro pateado, el mismo
sentimiento que me quedaba siempre después de ver a mi madre. Solo que esta
vez estaba intensificado por cien porque Shane me había puesto ahí para ese
dolor.

Desde el momento en que había visto a Monica y Ariana sentadas en


nuestra mesa, me había apagado y apartado completamente a Shane. Era
consciente cuando él hablaba, cuando se movía junto a mí. Pero lo que dijo se
había perdido en mi nublada mente. Había roto algo dentro de mí que ni
siquiera sabía que era tan frágil, algo que ni siquiera me había dado cuenta que
le había dado.

Confianza. Había confiado en él totalmente.

Y me había engañado a una reunión con mi madre y mi hermanastra esta


noche. ¿Con qué fin? No tenía ni idea de la respuesta. Sabía que no era porque
quisiera conocer a la semifamosa modelo Ariana Calloway. Shane había
conocido su justa cantidad de modelos mucho más bellas y populares que mi
173

hermanastra.

El taxi se detuvo en una luz roja. Tragando con fuerza alrededor del seco
Página

nudo en mi garganta, saqué mi teléfono de mi bolso y llamé a Dallas. Sonó cinco


veces antes de ir al buzón. Imaginando que ya estaba esperando en el club para
celebrar mi nuevo trabajo, solo dejé un mensaje diciéndole que no iba a
encontrarme con ella y Linc. Tenía dolor de cabeza e iba a casa a dormir.

No era exactamente una mentira. Mi cabeza estaba palpitando. Apagando


mi teléfono, lo deslicé en mi bolso.

El tráfico era infernal. Tomó dos veces más tiempo llegar a casa de lo que
me había tomado llegar al restaurante en el auto más temprano. Cuando el taxi
finalmente se detuvo frente a mi edificio, le lancé al conductor todo el efectivo
que tenía en mi bolso. Debió haber sido suficiente, más una propina decente,
porque no discutió cuando salí y caminé a la puerta.

Curtis, el portero nocturno me saludó, pero todo lo que pude manejar fue
una débil sonrisa mientras entraba al elevador afortunadamente esperando.
Solo tomó unos momentos llegar al doceavo piso, pero mi cabeza realmente
comenzaba a doler, así que se sintió más tardado. Cuando el elevador se detuvo,
salí, mi atención en sacar las llaves de mi bolso.

—¡Lo lamento!

Mi cabeza se enderezó de golpe ante la voz de Shane y me detuve. Dolía


verlo, pero lo hice. Su saco de la cena se había ido, su una vez blanca camisa
húmeda de sudor. Estaba jadeando y supe que debió haber corrido todo el
camino desde el restaurante. Una mirada a sus una vez perfectos zapatos
italianos me dijo que los había desgastado hasta el punto de arruinarlos después
de correr esa distancia.

No podía encontrar las palabras o siquiera la voluntad para gritarle. Estaba


en partes iguales herida y sorprendida. ¿Cuál había sido el punto de esta noche?
¿Ver si podía romperme? Si ese era el caso, entonces la respuesta era un
definitivo sí.
174

Fuertes y sudorosos brazos me sujetaron por la cintura, acercándome a su


Página

cálido cuerpo. Enterró mi rostro debajo de su barbilla y me presioné contra a él.


Su corazón estaba corriendo tan rápido como un caballo campeón de carreras
en mi oído. Esos fuertes brazos temblaban mientras los apretaba a mi alrededor.

—Lo lamento tanto.

Quieta, seguí sin hablar. Mis cuerdas vocales estaban paralizadas, así que
solo lo dejé abrazarme un rato más.

No estaba segura de cuánto tiempo nos quedamos así, pero Shane


finalmente retrocedió y agarró mis llaves. Me sentí perdida, fría y sola en esos
pocos segundos que se alejó de mí. Abrió la puerta del apartamento y se volvió
hacia mí. Vi el brillo en esos ojos azul grisáceos mientras me levantaba como si
fuera una frágil muñeca de cristal y me llevaba dentro.

Mis ojos habían estado secos toda la tarde, pero ahora mientras me cargaba
gentilmente dentro de mi apartamento hacia mi habitación, sentí mis ojos arder
con lágrimas. Un roto sollozo se me escapó y lo sentí tensarse.

Gentilmente, Shane me colocó en mi cama. Observé a través de mis


lágrimas mientras se quitaba la camisa y volvía junto a mí. Sus ojos estaban
brillantes y me sorprendió cuando vi escapar una lágrima. Rodó por su mejilla
y cayó, aterrizando en mi mejilla.

—Lo lamento, hermosa —susurró.

—¿Po-por qué? —dejé salir finalmente con voz ronca.

—¿Por qué qué, nena?

—¿Por qué hiciste eso? —La pregunta explotó de mí—. ¿Qué tenías que
probar?

Cerró los ojos, sacudiendo su oscura cabeza.


175

—Ya ni siquiera lo sé. Todo como que cayó en su lugar cuando hablé con
tu hermanastra esta mañana. Sin importar cuántas veces te dije que eras la cosa
Página

más hermosa que había visto alguna vez, nunca me creías. Me di cuenta de que
Ariana y tu madre debían estar detrás de eso. —Inhaló una temblorosa
respiración y otra lágrima se escapó de sus ojos—. Pensé que podía hacerte
enfrentar tus demonios y probarte que sin importar qué, siempre serías
impresionante para mí.

Shane tragó duro y rompió un poco más mi corazón mientras las lágrimas
comenzaban a caer más rápido.

—Pero todo lo que te probé es que soy un imbécil.

Con dedos temblorosos, sequé sus lágrimas. No podía estar en desacuerdo


con él. Esta noche no había sido buena para nosotros. Pero por solo un
momento, un momento realmente pequeño, había hecho algo que nunca hice
antes. Me había enfrentado a mi madre. Suficientemente loco, ella y Ariana
eran las únicas dos personas en el mundo ante las que me acobardaba. Tenían
este loco poder para hacerme sentir débil.

Y esta noche, me había plantado —por cerca de cinco segundos—, pero


aun así sabía que Shane a mi lado era lo que me daba ese poco de valentía.
También me había mostrado algo que asustaba el infierno fuera de mí.

Monica y Ariana ya no tenían el poder de destruirme.

Porque Shane ahora tenía ese precioso poder en sus grandes, callosas
manos.
176
Página
16
Shane

C
uando me di cuenta de que Harper había dejado el restaurante, supe
que estaba a punto de perderla. Aterrado ni siquiera lograba
describir lo asustado que estaba. Dejé a Emmie y a Nik todavía
sentados en la mesa para cuatro y me apresuré afuera.

Cuando no la vi en la calle, no perdí tiempo en llamar a Dallas con la


esperanza desesperada de que Harper hubiera ido en búsqueda de sus amigos.
Llegar al buzón de mensajes de la chica había hecho que mi miedo se elevara
unos cuantos niveles y solo comencé a correr. Diez cuadras más tarde estaba
lanzándole mi chaqueta a algún tipo sin casa que había visto en un callejón
lateral porque me estaba retrasando.

Las calles de Nueva York siempre estaban abarrotadas, pero esta noche en
especial lo habían estado mucho más. Tuve que empujar entre la multitud que
me enlentecía, sin importarme si dejaba personas maldiciendo a mi espalda.
Para cuando llegué al apartamento de Harper y cuestioné al portero nocturno,
todavía no había regresado.

Agradecí que Lana me hubiera puesto en la lista de sus invitados


aprobados. El tipo no me detuvo cuando entré al elevador. Estaba determinado
a ver a Harper esta noche, incluso si tenía que acampar afuera de su puerta toda
la noche.

Ahora, mientras miraba a la hermosa criatura recostada a mi lado en su


177

cama, me di cuenta de algo que ya debería de haber sabido. Podía decirle que la
amaba un millón de veces, pero eso probablemente nunca se registraría como
Página

la verdad para ella. Necesitaba enseñarle, probarle y decirle las palabras


también… Y después de esta noche, estaba seguro de que solo había probado lo
contrario.

Parpadeando las lágrimas, rocé un suave beso en su frente. La sentí temblar


muy ligeramente y supe que a pesar del desastre de esta noche, todavía me
deseaba tanto como yo la deseaba.

—¿Puedo hacerte el amor? —susurré, rezando que no me rechazara.

Vi que tragó saliva, pero después de una breve vacilación, asintió. Algo de
la presión de mi corazón se alivió y sentí como si pudiera inspirar
profundamente por primera vez es esa noche. No le di tiempo para pensar en su
decisión; simplemente me dispuse a probarle lo mucho que la amaba con algo
que sabía que no podía salir mal.

Tan suavemente como la había besado, la desvestí.

Rocé otro beso sobre su frente, todavía suave pero con todo el peso del
amor que sentía dentro de mí. Inhalé la esencia de su champú y me intoxiqué
por esa delicada esencia que me recordaba a Harper. Mis labios trazaron un
camino de su mejilla a su mandíbula, bajando por su cuello y hasta su clavícula.

No me acerqué a sus labios, rehusándome a acercarme demasiado a esos


pechos sensibles de ella. Todo lo que quería era mostrarle que veneraba su
cuerpo. Si me dejaba explorar su boca cálida o incluso esas hermosas tetas suyas,
estaría tan perdido como ella. Y esto no se trataba de perder nuestras cabezas.
Esto se trataba de amar a Harper.

Besé su hombro derecho y bajé por su brazo, deleitándome con la piel de


gallina que se formaba en su piel de olor dulce. Mientras mis labios no dejaban
ningún lugar sin atender, mis dedos estaban ocupados recorriendo cada curva
femenina de Harper: sus caderas, sus muslos y sus pantorrillas hasta sus tobillos.
178

Su piel era suave, perfecta. Me encantaba la sensación de ella bajo mis manos
ásperas.
Página
Agarré sus pies con ambas manos, masajeando los arcos hasta que gruñó
con placer. Lentamente, hice un camino de besos hacia abajo hasta que alcancé
sus pies pequeños. Mi lengua lamió el pequeño bulto en su tobillo, haciendo
que temblara en un placer que ninguno de lo dos creyó posible. Los dedos de
sus pies se doblaron en mis manos y supe que estaba anhelando algo que solo yo
podía darle.

Me tomé mi tiempo. No había prisa mientras besaba de regreso por sus


piernas. Cuando alcancé sus rodillas, abrí sus muslos. Se abrió voluntariamente
para mí, como una flor floreciendo con el sol de la mañana. Mi respiración se
quedó atrapada en mis pulmones mientras miraba a la preciosa mujer debajo de
mí.

Esta chica era mi destino. Ahora solo tenía que demostrárselo.

Sus muslos eran como seda. Temblaban con deseo bajo mis dedos,
haciendo que mi poll a se tensara contra el cierre de mis pantalones de vestir.
La ansiaba en un nivel que era casi aterrador, pero esto no era sobre mí y mis
necesidades. Esto era para Harper.

Harper

E
l primer rocé de la yema de su dedo sobre mi sexo húmedo me hizo
arquear la espalda. Después de la suave seducción de sus labios y
manos en cada parte de mi cuerpo, partes que nunca hubiera
imaginado que fueran puntos de excitación, me sentí como un instrumento
finamente tocado. Con el solo toque de su dedo en mi clítoris, caí por un abismo
179

del que ni siquiera estaba consciente.


Página
—¡Ssshhhaaannneee! —grité su nombre, mi cuerpo alzándose
incontrolablemente.

—Te amo, Harper —susurró en mi oreja mientras se dejaba caer a mi lado


y besaba mis labios hasta que mi cuerpo estuvo tranquilo una vez más.

Por un buen rato, todo lo que hizo fue abrazarme después de ese
asombroso orgasmo. Mi corazón estaba latiendo tan fuerte que se sintió como
si fuera a darme un ataque, mi respiración entraba en pequeños jadeos mientras
intentaba bajar de la cima en la que Shane me había dejado con la liberación.

Cuando finalmente pude pensar más claramente, sentí lo tenso que estaba
contra mí. Su erección era como acero presionando mi cadera mientras
palpitaba y temblaba contra mí. Mi cabeza se levantó lentamente hasta que
pude encontrar su mirada y vi lo mucho que le estaba costando solo estar
recostado allí abrazándome. Tenía dolor y no pude soportar ese pensamiento.

La idea de que me deseaba hizo que mi cuerpo se derritiera. La liberación


que había experimentado solo intensificó el renovado deseo que quemaba entre
mis muslos. Envolví mis brazos en su cuello y bajé su cabeza hacia la mía.

No vaciló en devolverme el beso, no protestó cuando comencé a


desabotonar su camisa de vestir, pero tampoco me ayudó. Me di cuenta de que
estaba haciendo todo esto para mí. Si decidía recostarme e irme a dormir, no
diría una palabra. Si me levantara y me fuera, él no me seguiría. Por alguna
razón eso conmovió algo profundo en mi corazón.

Lamiéndome los labios, le sonreí.

—Mañana, quiero que me lleves de compras.

Pude ver que mis palabras lo sorprendieron, pero simplemente asintió.


180

—Lo que sea quieras, es tuyo. —Esas palabras roncas fueron como un voto
que curó un poco del daño que esta noche había sido infligido en mi corazón.
Página
La sonrisa se volvió en una gran sonrisa cuando comencé a trabajar en su
cinturón.

—¿Lo que yo quiera, cuando sea que lo quiera? —murmuré, esperando


sonar seductora.

Debí haber tenido éxito por la forma en la que su polla tembló contra su
pantalón.

—Sí.

Con el cinturón desabrochado, abrí su pantalón y bajé el cierre


cuidadosamente, sabiendo que a mi hombre no le gustaba la ropa interior. Su
erección se liberó, haciendo salivar mi boca por querer probarlo. Y lo haría, me
prometí. Chuparía su polla por el tiempo que quisiera y no me detendría.

—Quiero que me compres juguetes —le dije, alzando la mirada para


mirarlo a través de mis pestañas. Sabía que mis ojos lo volvían loco y planeaba
usarlos para mi mayor ventaja esta noche—. Quiero que me los compres, esos
sexys juguetitos y quiero que los uses en mí. Quiero jugar y experimentar y
cuando estemos exhaustos de todo eso, quiero que me hagas el amor… ¿Puedes
hacer eso para mí, Shane?

Mi corazón latía con fuerza mientras esperaba su respuesta. Esperaba que


supiera lo que le estaba diciendo al pedirle esas cosas, rezaba para que se diera
cuenta de que le estaba dando mi confianza una vez más, una última vez. Al
pedirle que experimentara sexualmente, le estaba dando todo.

—S-sí —murmuró con voz quebrada y bajé la cabeza para tomarlo en mi


boca.

El sabor de su líquido preseminal era adictivo. Me encantaba ese sabor


dulce, ligeramente salado y fuerte en mi lengua. Lo tragué más profundamente
181

hasta que su polla llegó hasta mi garganta y me hizo atragantarme. Gruñó,


disfrutando de mi garganta contrayéndose alrededor del glande su gruesa polla.
Página
Me aparté y miré las venas inflamadas, examinándolas antes de trazar mi lengua
sobre cada una de estas.

Sus pelotas se tensaron y las agarré suavemente con una mano,


masajeando, tirando, incluso bajando para mover mi lengua por el delicado saco.
Los dedos de Shane se enredaron en mi cabello, pero no me urgió a tomarlo más
profundamente en mi boca. No hizo nada más que agarrarme el cabello
mientras lo exploraba.

Esto era para mí.

Me sentí poderosa, justo como sospechaba que él quería que me sintiera.


Al dejarme tener las riendas sueltas esta noche, al dejarme hacer lo que quisiera
hacer con su delicioso cuerpo, Shane estaba soltando el único poder que tenía.
Mientras recorría con la lengua la longitud de su polla de seda cubierta de acero,
alcé mis ojos para encontrarme con su mirada. Sí, tenía todo el poder esta noche.

Algo me decía que si abusaba de ese precioso poder, destruiría a este


hombre. Había una vulnerabilidad en sus ojos sobre la que quería saber. Y que
averiguaría. Demandaría respuesta.

Pero el momento no era esta noche.

Con nuestras miradas todavía enlazadas, lo tomé completamente en mi


boca, tratando de no atragantarme esta vez cuando la punta de su polla llegó
hasta mi garganta. Respirando profundamente por la nariz, tomé más de él,
tragándolo centímetro a centímetro hasta que lo tuve todo en mi boca. Mi
lengua se movió por la base. Cuando tuve que incorporarme por aire, lo saqué
de mi boca solo para chuparlo más profundamente.

Podía sentirlo acercarse más y sabía que estaba a solo instantes de vaciarse
en mi boca. Con una última chupada me alcé con las manos y rodillas y me subí
182

a Shane. Sus dedos temblaron mientras me ayudaba a encajar su gran polla en


mi sexo tenso y ansioso.
Página

—Trataré de aguantar —prometió.


Sacudí la cabeza.

—No. Quiero que solo te dejes ir. —Me deslicé sobre su longitud hasta que
estuvo lo más profundamente que podía tenerlo. Su grosor extendió mis
músculos internos, haciendo que el placer fuera casi insoportablemente intenso.

Shane apretó los dientes. Una vena oscura palpitaba en su cuello y bajé mi
cabeza para lamerla mientras ponía un ritmo que sabía que nos mandaría a
ambos al Cielo en un santiamén. Esos fuertes y ásperos dedos se aferraron a mi
trasero, abriendo mis caderas mientras me ayudaba. Su respiración era
laboriosa, el aire estaba lleno de esos jadeos ruidosos. Estaban mezclados con
mis fuertes gemidos, llenando la habitación con una sinfonía de nuestro acto
sexual.

Sentí el primer rocío de su caliente liberación golpear profundo en mi


vientre al mismo tiempo que sus manos se tensaba en mi trasero y echaba la
cabeza hacia atrás.

—¡Harper! —rugió mi nombre.

El mundo se estrechó y todo lo que pude ver, sentir y escuchar fueron los
efectos de mi propia liberación. Grité su nombre, mis caderas se movieron más
rápido mientras intentaba aferrarme a ese poderoso clímax.

—¡No quiero que se detenga! —exclamé, desesperada de que el


sentimiento de conexión que sentí con él en ese instante se quedara tanto como
no quería que mi orgasmo terminara jamás.

Debió haber sabido lo que quería, debió haberlo necesitado tanto como yo.
A pesar de que recién se había vaciado muy profundamente en mí, todavía
estaba duro como la piedra. Gruñendo mi nombre, me movió a mi costado. Salió
solo lo suficiente para voltearme así su pecho estuviera contra mi espalda y
183

entonces estaba llenándome una vez más.

Sus fuertes brazos rodearon mi cintura, anclándome a él mientras me


Página

embestía desde atrás. Labios ardiendo besaron mi cuello, su barba rasguñó la


piel sensible de mi oreja y hombro. Sus dedos acariciaron mi estómago
tembloroso hasta que encontraron mi clítoris, todavía sensible después de dos
increíbles orgasmos, pero listo para más.

—¡SÍ! —grité cuando comenzó a frotar mi clítoris justo como lo


necesitaba.

Las embestidas de su polla muy profundamente, la sensación de sus pelotas


contra mi trasero, añadido sus talentosos dedos en el capullo de nervios —mi
punto dulce— todos me empujaron más cerca de un orgasmo tsunami que me
ahogaría cuando golpeara.

—¡Vente para mí, hermosa! —demandó Shane en mi oreja con esa voz
ronca que me encantaba tanto—. ¡Vente para mí!

Mi cuerpo era suyo para obedecer. La ola me tragó entera, dejándome


jadeando y luchando por respirar. Mi cuerpo se sacudió, mis músculos internos
se convulsionaron. Shane incrementó su ritmo, sus pelotas se azotaron contra
mi trasero más fuerte y monté las últimas olas de un orgasmo que me
consumieron hasta dejarme casi inconsciente.
184
Página
17
Shane

N
o había podido dormir profundamente desde que era un niño, pero
esa noche dormí como un tronco. ¿Cómo podría no hacerlo
después de que Harper y yo habíamos prendido fuego las sábanas?

Me quedé dormido todavía dentro de ella, incapaz de encontrar la fuerza


para moverme una vez que hube recuperado mi aliento. Cuando abrí los ojos al
sol de la mañana brillando a través de su ventana, fue para descubrir que ella no
estaba a mi lado. Levantándome de golpe en una posición sentada, eché un
vistazo alrededor para buscarla.

—Hola. —Su dulce voz flotó desde la cama de Lana. Parpadeando, me


enfoqué en ella. Estaba sentada con las piernas cruzadas en la cama de tamaño
completo, su cámara en la mano mientras continuaba tomando foto tras foto de
mí.

—Hola, hermosa. ¿Qué estás haciendo? —Incliné mi cabeza, sin


importarme que estaba completamente desnudo y que ella todavía estaba
tomando fotos de mí.

Una pequeña sonrisa se esbozó en sus labios cuando tomó otra imagen de
mí sentado en el borde de la cama.

—Espero que no te importe. No me pude resistir. El sol brillaba en todo tu


delicioso cuerpo y tenía que capturarlo.
185

—No, nena. No me importa. —Y para mostrarle que lo decía en serio, me


puse de pie y me estiré, dándole un montón de ángulos para capturar. ¿Su
Página
favorito? Mi frente, especialmente la erección mañanera que estaba en alza solo
para ella.

Después de unos minutos estaba listo para algo más que para ser el tema
de su ojo artístico. La deseaba, tal vez incluso más de lo que la noche anterior.
¿Cómo era que la deseara tanto y, sin embargo, la necesidad siguiera creciendo?
Me consumiría en poco tiempo.

La cámara cayó de sus manos y aterrizó con cuidado en la cama junto a


ella mientras la atrapaba contra el colchón de Lana. Lo único que ella llevaba
era una camisola y un par de bragas. Nada de lo cual tuviera muchas
posibilidades. Arranqué los lados de las delgadas bragas, amando la manera en
que gritó de emoción mientras mis dedos buscaron y encontraron su coño
húmedo.

Su respiración se contuvo en mi oído, dejándome saber que estaba


disfrutando cada segundo de mi exploración. Empujé dos dedos profundamente,
luego los saqué de ella y froté su excitación por su labio inferior antes de
chuparlos con mi boca. Demonios, ¡me encantaba su sabor!

Casi con timidez, vi cómo su pequeña lengua salía y rozaba su labio


inferior, probándose a sí misma. Sus pestañas bajaron, pero no antes de ver la
reacción en esos increíbles ojos violeta. Le gustó y se excitó por su propio sabor
único.

—Sabe bien, ¿verdad, cariño?

Calor llenó sus mejillas, pero asintió. Capturé su labio inferior con el mío,
chupando lo último de su miel.

—Ayer por la noche me pediste que experimentara contigo. Que te guiara


en el mundo de los juegos sexuales. ¿Todavía quieres eso, hermosa?
186

De nuevo, ella asintió y mi corazón duplicó su ritmo ya errático.


Página
—Sé lo que me estás dando, Harper. Toda esa confianza que casi maté
anoche… Gracias.

—Por favor, no hagas que me arrepienta —susurró.

—No, nunca —prometí—. Te amo, Harper. Esto no es precisamente fácil


para mí. Dejar entrar a alguien así de cerca es aterrador. —Me aparté un poco,
apoyándome sobre el codo así podría mirarla—. ¿Recuerdas la primera vez que
te besé y corrí?

Ella se estremeció, pero no se apartó de mí como había temido que lo haría.

—Sí…

Levanté una mano para alejar algunos mechones de su cabello caramelo


que habían caído en su mejilla.

—Fue porque estaba aterrado de corromper tu dulzura. Mí pasado… no


fue nada bonito, nena. Y no solo por el estilo de vida del rock and roll que he
llevado durante tanto tiempo. Hay cosas que… yo era solo un niño, pero…

Dedos temblorosos cubrieron suavemente mis labios.

—Nunca podrías corromperme, Shane. Nunca. Ya sabía acerca de las


chicas. Lana no fue exactamente reticente acerca de tu pasado.

Besé sus dedos y los aparté con cuidado.

—No, no pensé que lo sería. —Harper no se había preocupado por eso y


eso solo me hizo amarla más. Pero eran las otras cosas las que temía la dejarían
enferma a causa mía—. Cuando era un niño… fui abusado.

Ojos violeta se oscurecieron.

—¿Al igual que Emmie? —susurró.


187

Cerré los ojos y sacudí la cabeza.


Página

—No, cariño, no como Emmie.


Aún aferraba sus dedos, así que supe cuando se dio cuenta a qué tipo de
abuso me refería. El calor pareció filtrarse de su mano, las puntas de sus dedos
empezaron a temblar. Lentamente, abrí los ojos para mirarla a los ojos. Las
lágrimas apareciendo en su dulce mirada me partieron en dos, su barbilla
temblorosa rompiendo mi corazón.

—¿Qui-quién?

—Mi padrastro.

Un sollozo se le escapó y la jalé contra mi pecho.

—No —susurró—. No. Yo… ¡lo siento! —Esperé por su desagrado, pero
nunca llegó. Al menos no la repugnancia por mí.

Durante la siguiente hora hablamos de mi pasado. Por primera vez en mi


vida conté toda la historia, algo que ni siquiera le había contado a Drake y
Emmie. Fue difícil, para ambos, pero nos abrazamos mientras sacaba todo.
Cómo Rusty había llegado a mi habitación una noche cuando Drake se había
ido por una semana al campamento de la banda. El dolor y la humillación de
aquella horrible noche…

—Incluso odio tocarme a mí mismo —susurré en su cabello—. Mis manos


son ásperas, como eran las de él.

—Así que… —Ella hizo una pausa y se aclaró la garganta obstruida—.


¿Nunca…?

Negué con la cabeza.

—Nunca.

Lentamente, levantó la cabeza. Sus gafas estaban manchadas con lágrimas


y se las quitó, arrojándolas sobre la mesita de noche. Observé, un poco ansioso
188

cuando se movió para sentarse en el borde de la cama. Sus manos peinaron su


largo cabello caramelo y se le escapó un tembloroso suspiro. Durante un largo
Página
rato se sentó allí, sin moverse, sin hablar y empecé a preocuparme de que había
matado su deseo por mí.

Pero entonces ella tomó los bordes de su camisola y la jaló sobre su cabeza,
quedándose desnuda. Cuando se dio la vuelta para mirarme, sus ojos brillaban
con determinación… y pasión.

—Quiero borrar todos esos recuerdos por ti. Quiero quitarte el dolor.

Alivio se apoderó de mí y la jalé de nuevo en mis brazos.

—Lo haces cada vez que estás en mis brazos.

—Entonces tendrás que asegurarte de que nunca los deje. —Sus labios
atraparon los míos en tal vez el beso más dulce que jamás habíamos compartido.
Me dejó sin aliento.

El beso duró por siempre, pero quería que nunca se acabara.

Sedosos dedos trazaron sobre la piel desde mi rostro hacia mi cintura,


aprendiéndome como si yo había intentado aprenderla. Cuando ella rompió el
beso, me sentí perdido por un momento antes de que esos labios húmedos
calientes besaran un camino hasta mi pecho. Labios como el satén se asentaron
sobre mi corazón, dejándome sin aliento por otra razón por completo. Ojos
violetas se alzaron para encontrarse con los míos mientras ella besaba mi
corazón otra vez. Así como ella me había dado su confianza anoche, pude ver
que me estaba dando algo aún más especial en este momento.

No eran las palabras que quería oír, pero esto lo haría. ¡Viendo el amor
brillando ante mí desde esas profundidades púrpura sin duda lo hacía!

Harper dejó su camino de besos bajando, su pequeña lengua se hundió por


un segundo en mi ombligo, haciéndome consciente de que de hecho estaba
189

aprendiendo lo que me gustaba. Sus pequeñas y perfectas tetas rozaron mis


muslos, los pezones duros pasaron a través del vello áspero en mis piernas.
Página

Sedoso cabello hizo cosquillas en todo mi abdomen mientras su cabeza viajaba


más abajo y no pudo contener el gemido cuando su cálido aliento susurró sobre
la cabeza de mi dolorida polla.

Tomé su cabello, tirando de ella hacia un lado para así poder ver su rostro
mientras besaba la punta goteante de mi polla, luego deslizaba su lengua a lo
largo. ¡Joder! ¿Podría haber una visión más sexy que esta chica chupando mi
polla?

Cuando llegó a la base, succionó mis bolas en su boca. Hubo un delicado


pop mientras las liberaba con cuidado.

—Quiero besarte para alejar tu dolor.

Todo lo que pude hacer fue asentir porque mi garganta estaba


repentinamente demasiado seca, demasiado apretada. No había manera de
describir este momento entre nosotros. Dulce. Hermoso. Lleno de amor y, sí,
pasión. Pero esas palabras no podían describir completamente el sentimiento
en mi corazón cuando ella bajó la cabeza y me llevó a su boca. No podrían
acercarse a explicar cuán sorprendido estaba. Harper besó cada centímetro de
mi polla, besó y lamió mis bolas hasta que no supe si aún estaba respirando.

Hizo una pausa y sostuvo mi mano derecha. Sus labios besaron mi palma,
los callos gruesos en mi pulgar debido a años de tocar la guitarra. Me tironeé
mientras ella guiaba mi mano a mi polla y acunaba mis dedos alrededor del eje.

—Mírame, Shane —instruyó en esa suave dulce voz de ella—. No mires


hacia otro lado.

El primer movimiento guiado me puso un poco menos tenso, solo un poco.


Quería mirar hacia otro lado, soltar mi polla, pero su dominio sobre mí era más
fuerte que esas necesidades. Sus dedos se mantuvieron firmes pero gentiles
sobre los míos y aumentó el ritmo de nuestros movimientos. Eso era tan sexy
190

como el pecado de su boca sobre mi punta y me puse completamente duro como


roca una vez más.
Página
La dulzura del momento todavía estaba allí, pero mientras ella me chupaba
y me guiaba hacia el eje de mi polla, me perdí. Se sentía tan bien, tan
jodidamente bien. El ritmo era demasiado lento y lo aumenté sin su ayuda, sin
su mano sosteniendo la mía. Apreté mi puño, bombeando más duro en la
caverna caliente de su boca. Mi polla se volvió más gruesa y más larga en mi
mano y aun así no frené el ritmo.

Harper levantó la cabeza y me besó, aferrándose a mis hombros mientras


me masturbaba por primera vez en mi vida.

Podía sentir la liberación construyéndose y con un grito de su nombre,


exploté. Se roció sobre su estómago, pero ella no se movió. En cambio,
profundizó el beso, frotando su vientre contra el mío mientras extendía mi
liberación sobre nosotros. Nos deslizamos a la perfección y sin siquiera pensar
en ello, metí mi polla todavía dura profundamente dentro de ella.

—¡Sí! —gritó, con la cabeza echada hacia atrás. Su cabello voló hacia atrás
sobre sus hombros, dejándolo salvaje e indómito. ¡Tan jodidamente sexy!—.
¡Más duro! —ordenó.

Me senté con ella todavía en mis brazos, mi polla profunda dentro de su


apretado coño. Sus brazos se aferraron a mis hombros y acuné su perfecto culo
mientras me movía más rápido. Sus músculos se contrajeron alrededor de mi
polla, haciéndome saber que se estaba acercando. Ella estaba tan caliente, tan
apretada y necesitaba que se viniera antes de que pudiera unirme a ella.

Lamí mi dedo y luego lo pasé bajo su culo antes de empujarlo suavemente


dentro de su parte más prohibida de pasajes. Cada músculo de su cuerpo pareció
contraerse y fui recompensado con su coño convulsionando mientras se
deshacía en mis brazos.

—¡Shane! —La forma en que gritó mi nombre me volvió loco. Arañó mis
191

hombros con sus uñas y ese placer lleno de dolor me envió volando sobre el
borde.
Página
18
Harper

M
ientras Shane se duchaba fui en busca de café y algo dulce para
comer. Estaba hambrienta y no podía recordar la última vez que
había comido. La cena de la noche anterior había matado por
completo mi apetito, pero después de la mañana que Shane y yo habíamos
tenido, estaba hambrienta.

Dallas estaba sentada en la mesa de la cocina cuando entré, su teléfono en


la mano mientras sus dedos se movían con movimientos rápidos y seguros. Su
cabeza se levantó cuando me oyó y vi la mirada en sus ojos. Se veía un poco
culpable y me di cuenta que debía haber sabido acerca de los planes de Shane
para la cena.

—Bueno… —murmuré mientras cruzaba hacia la cafetera y me servía una


taza más grande de lo normal—. Apestas.

—Lo siento, Harp.

—Deberías sentirlo. ¿No crees que deberías haberme advertido hacia lo


que me estaba dirigiendo anoche, Dallas? —le exigí, volviéndome hacia ella.

—No, porque entonces no las habrías enfrentado. Solo habrías pateado su


culo. —Hizo una mueca—. Y realmente necesitabas lidiar con tu madre, Harp.

La miré por otro largo rato antes de sentarme a su lado en la mesa.


192

—Lo sé. Me enfrenté a ella anoche…

Los ojos de Dallas se abrieron y entonces sonrió.


Página
—Bien. Estoy feliz. Deberías haber hecho eso hace años.

—Aun así, deberías haberme dicho —me quejé en voz baja antes de tomar
otro sorbo de mi café caliente.

—Te juro que no volverá a suceder. —Dallas arrojó su teléfono a un lado,


dándome toda su atención ahora—. Entonces, ¿cómo te fue? Sé que la estrella
de rock está aquí. Creo que todo el jodido edificio sabe que está aquí después de
esta mañana. Las cosas no podrían haber ido tan mal.

Durante los siguientes diez minutos le conté todo acerca de la noche


anterior. Dallas escuchó atentamente mientras le informaba sobre la desastrosa
cena, la llegada de Emmie y luego llegar a casa para encontrar que Shane había
corrido todo el camino. Cuando hube terminado, porque realmente no había
nada que necesitara saber sobre lo que vino después, Dallas negó con la cabeza.

—Suena como que él lo tiene mal.

—Dice que me ama —le confié.

—Si, lo sé. Lo veo en sus ojos. —Dallas me dio una pequeña sonrisa—. Al
parecer no todos los rockeros son completos imbéciles.

Levanté una ceja, preguntándome sobre su propio romance rockero.

—¿Cómo van las cosas con Axton? ¿Has hablado con él desde la otra
noche?

Los hombros delgados se levantaron en un encogimiento de hombros e


hizo una mueca de nuevo, ocasionando que su perforación Monroe se levantara
con el movimiento.

—Ha llamado y dejado algunos mensajes de texto, pero no estoy muy


preocupada por responderle. Realmente no vale la pena mi tiempo.
193

—¿Así que no sabes si realmente se lió con Gabriella en la fiesta o no?


Página
Dallas se puso de pie y fue a la nevera para sacar una botella de Coca-Cola
light.

—Sé que lo hizo, así que no importa. La ama.

No sabía qué pensar. Había visto a Axton con Dallas solo una vez, pero
sabía que él sentía algo más fuerte por ella que solo lujuria. Sin embargo, ella
lo conocía mejor que yo, así que no iba a poner mi pie en eso. Si Dallas quería
renunciar al Sr. Dios del Rock, entonces esa era su elección.

Mi teléfono vibró con un correo electrónico y lo miré para encontrar que


era de mi nuevo jefe. Fruncí el ceño al leer el documento y luego murmuré una
maldición.

—Bueno ahí van mis planes —me quejé.

—¿Qué?

—Mi jefe quiere que me ocupe de una historia que alguien más se negó a
hacer. —Me puse de pie, café en mano—. No me importa, pero bueno Dios. Un
poco más que una notificación de una hora hubiera sido agradable.

Shane estaba saliendo del baño cuando entré en mi dormitorio. Tenía un


par de pantalones cortos de baloncesto y nada más mientras usaba una toalla
para secarse el pelo.

—Te ves malhumorada.

Solté un suspiro de frustración.

—Sí, de alguna forma lo estoy. Tengo que trabajar. Supongo que no vamos
a ir de compras, después de todo.

Shane tiró la toalla a un lado y me alcanzó. Dejando un tierno beso en mis


194

labios, dejó que sus manos frotaran mi espalda y mis caderas. Dedos fuertes
agarraron mi culo duro a través de mis pantalones cortos de dormir.
Página
—No estés decepcionada. Me encargaré de todo y podemos hacer algo esta
noche.

Sonreí.

—¿Sí?

—Sí. Realmente no podemos salir a ese tipo de tienda, no sin algún


tabloide recogiendo la historia. No quiero que te expongas a esa mierda, así que
vamos a tener que ir a una dirección más discreta.

Tenía curiosidad ahora.

—¿Cómo es eso? —Pensé que simplemente encontraríamos una tienda


porno local y compraríamos todo lo que pareciera divertido, pero estaba un
poco desorientada sobre lo que podrían ser esas cosas.

—No te preocupes por eso, hermosa. Solo confía en mí para guiarte. —Me
besó, manteniéndose por un momento antes de dar un paso atrás—. Escríbeme
y déjame saber cuando hayas terminado y te recogeré. Mientras tanto, voy a ir
a ver a Lana.

La curiosidad me comió toda la tarde mientras viajaba a la parte alta del


hotel donde alguna banda se alojaba hoy y solo hoy antes de salir para una gira
de tres largos meses a través del Medio Oeste. La banda demostró ser difícil para
hacerle las preguntas para la entrevista, pero de alguna manera conseguí pasar
por esta y logré algunas buenas fotos que envié a mi jefe.

Shane me envió un mensaje de texto de que estaba en camino y empecé el


borrador de mi entrevista en mi teléfono mientras esperaba.

Había estado sentado en el vestíbulo un tiempo cuando una sombra


apareció junto a mí y levanté la cabeza para encontrar al miembro más difícil
195

de la banda que recién había entrevistado allí de pie mirándome. Fue un poco
desconcertante, pero le di una sonrisa forzada.
Página
—Hola. —Pensé que su nombre era Trey, pero no podía estar segura. Él y
los demás miembros de la banda de Drunken Monkeys habían pasado más
tiempo haciendo comentarios sexuales que respondiendo a las preguntas que mi
jefe me había pedido que preguntara.

—Tenía la esperanza de que no te hubieras ido muy lejos.

Me encogí de hombros.

—Nop, estoy esperando a que mi novio me recoja. —Puse un poco más de


énfasis en la palabra novio, esperando que el imbécil tomara la indirecta y se
fuera. Realmente me ponía los pelos de punta, aunque era de algún modo
ardiente. Algo en sus ojos color avellana simplemente no iban bien conmigo.

Había una silla vacía junto a mí y Trey la tomó. Se sentó en el borde,


acercándose hacia mí mientras hablaba.

—¿Qué te parece venir conmigo arriba por unas horas? Realmente quiero
ver lo que está bajo esa pequeña y linda falda.

—Y realmente estoy tratando duro de no vomitar. —Lo miré—. Vamos a


ver quién lo logra primero, idiota.

Una gran y ligeramente fornida mano se acercó y se frotó sobre mi rodilla


antes de que pudiera moverme.

—No te hagas de rogar, niña bonita. Sabes que soy una cosa segura.

Sentí la bilis subir en la parte posterior de mi garganta cuando su mano


tocó mi piel. Sin pensarlo, agarré mis llaves y levanté la pequeña lata de Mace.
Uno, dos, tres…

Trey, el Drunken Monkey, gritó cuando el Mace entró en sus ojos.


Saltando, frotándose el rostro, empezó a llamarme todo tipo de nombres viles.
196

Traté de no reírme de él, de verdad, lo intenté. Estaba acostumbrado a conseguir


que cualquier chica cayera en la cama con él y eso se le había subido a la cabeza.
Página
Mi primer rechazo debió haber sonado como un intento de hacerme la dura,
pero mi segundo rechazo más contundente fue difícil de asimilar.

—¿Qué demonios está pasando aquí? —Una voz profunda que nunca
fallaba en enviar escalofríos a través de mí me tuvo levantando mi cabeza.

La lata de Mace todavía se encontraba en mi mano. Cuando Shane la vio y


puso eso junto con la reacción del rockero lastimado, toda su expresión cambió
a algo que nunca había visto antes. Y esperaba nunca verla de nuevo. Su rostro
se contrajo con un espasmo de rabia y lo siguiente que supe fue que Trey estaba
tirado en el piso de un hotel de cinco estrellas. Ya no estaba gritando de dolor
porque Shane lo había noqueado.

—¡Tú, maldito idiota! —gritó Shane en el rostro del hombre


inconsciente—. ¡Toca a mi chica otra vez y romperé tu jodido cuello!

Estaba temblando de rabia, el rostro tan rojo que era casi púrpura. Salté y
agarré su brazo, temerosa de que empezara a patear al otro hombre.

—Oye, oye. —Lo obligué a volverse y mirarme a la cara. Cuando mis


brazos lo rodearon, realmente pude sentir la ira desapareciendo un poco—. Está
bien. No pasó nada.

—¡Obviamente, algo pasó o no habrías tenido que protegerte! —gruñó


Shane—. Joder con esto, no vas a más entrevistas a menos que yo esté contigo.

Quería discutir, pero sabía que ahora —mientras él todavía estaba


vibrando con la ira—, no era el momento adecuado. Así que lo dejé pasar por el
momento.

En el suelo, Trey gimió mientras regresaba lentamente. Me volví para estar


de pie entre él y Shane.
197

—¿Qué pasó? —murmuró mientras miraba alrededor. Cuando su mirada


se centró en Shane, parpadeó, sus ojos evidentemente todavía escociendo del
Página

Mace—. ¿Stevenson?
—Síp. —Los brazos de Shane se envolvieron alrededor de mi cintura,
resaltando su reclamo—. Permanece jodidamente lejos de mi chica.

Trey masculló una maldición.

—No sabía que ella era tu chica, hijo de perra. Y ¿de verdad? ¿Tienes una
chica estable? —Su mirada viajó hacia mí y sobre mi cuerpo casi lascivamente—
. No es que pueda cuestionar tu gusto. —Pero luego pasó sus manos sobre sus
ojos. Estaban llorando por la reacción a la sustancia química—.Joder, ¡esto
duele!

Dado que el vestíbulo estaba a un lado de la entrada del hotel, nadie había
notado nuestra confrontación. Pero con Trey aún maldiciendo, llamó la
atención del gerente y algunos otros. El gerente, un hombre mayor con el
cabello casi completamente gris, dio un paso adelante.

—¿Hay algún problema aquí?

Shane se volvió hacia el hombre.

—El tipo tiene algo en sus ojos —le informó al gerente con una cara que
era como piedra de lo dura que estaba—. Puede que necesite atención médica.

Miré hacia abajo al otro rockero. Su rostro estaba rojo, la quemadura del
Mace afectando la piel alrededor de sus ojos también. Me mordí el labio,
sintiendo lástima por el tipo ahora.

—Esto no se ve bien en absoluto —comentó el gerente mientras se


agachaba para darle un mejor vistazo de los ojos del chico—. ¿Qué pasó, señor?

Esperé a que el Drunken Monkey le dijera al hombre mayor que yo lo


había asaltado. Tuve un miedo repentino de que los policías fueran llamados y
sería arrestada por rociar a Trey con mi Mace. En cambio, él refunfuñó algo
198

acerca de ser estúpido y lo dejó así.


Página
Shane apretó su agarre en mi cintura y me instó a alejarme del grupo que
se estaba formando ahora a nuestro alrededor. Cuando estuvimos fuera en
frente del hotel, me atrajo contra si y me besó con fuerza.

—No creo que me gusta tu trabajo.

Mostré una pequeña sonrisa.

—No es tan malo —le aseguré—. Y llevo mi Mace para cosas como esta.

—Te voy a comprar un Taser. Puedes freír el culo del siguiente tipo. No
es que vea que esto ocurra de nuevo. Nadie va a tocarte cuando esté contigo.

Me mordí la lengua para evitar discutir con él, pero no podía dejar de
sonreír ante cuan protector y posesivo era.

Shane

T
odavía estaba temblando un poco para el tiempo en que el taxi se
detuvo frente a Sensual House. No pude sacar fuerte de mi mente
la idea de algún tipo tratando de maltratar a Harper y cuanto más
pensaba en ello, más enojado me ponía. Pero mi chica seguro había mostrado
algunas pelotas hoy.

Conocía a Trey de tiempo atrás cuando Demon’s Wings había empezado.


Él y los otros Drunken Monkeys eran duros, peor que Demon’s Wings o incluso
199

que OtherWorld cuando se trataba de causar problemas y parrandear. Incluso


había habido un rumor unos años atrás de que su baterista había violado a una
Página
menor de edad después de uno de sus conciertos. Y no estaba tan seguro que
fuera solo un rumor.

Así que no era de extrañar por qué estaba tan dividido por el calvario de
Harper. Pero con ella aferrándose a mí todo el trayecto en el viaje en el taxi,
estaba empezando a sentirme más tranquilo. Simplemente con tener su mano
en mi brazo era suficiente para ponerme los pies en la tierra.

Le pagué al conductor y luego la saqué conmigo. Frunció el ceño hacia el


enorme edificio de piedra rojiza. Lucía como cualquier otro lugar en la ciudad
y en perfectas condiciones en el exterior con un aspecto anodino que era
completamente engañoso a los negocios que alojaba en el interior. Sensual
House era uno de varios clubes de sexo que se encontraban en Nueva York. Se
ocupaba de todos los posibles fetiche sexuales conocidos por el hombre y
algunos que ni siquiera estaban inventados aún.

Nunca había estado en Sensual House antes y sabía que era un lugar más
orientado a parejas que a lo que usualmente iba. Mientras la mayoría de los
clubes se ocupaban de sexo casual, Sensual House era exclusivamente para
parejas, parejas que estaban experimentando o simplemente necesitaban darle
sabor a su vida sexual. Un lugar donde los dos socios podrían sentirse seguros
con el anonimato añadido.

Cuando Harper había pedido juguetes con los que experimentar, había
sabido que este era el lugar para nosotros.

—¿Dónde estamos? —preguntó mientras seguía mirando hacia la casa de


piedra rojiza.

No contesté, pero tiré de ella por las escaleras y toqué el timbre. Una mujer
abrió la puerta con un aire de profesionalidad.
200

—¿Sí?

—Shane Stevenson. —Había llamado con antelación para hacer los


Página

arreglos para todo lo que quería y necesitaba para la primera vez de Harper. Mi
nombre y la contraseña que se le daba a cada cliente era mi llave para entrar—
. Cuarto rojo.

La mujer inclinó su cabeza y dio un paso atrás para dejarnos entrar. El


vestíbulo era típico de cualquier negocio, limpio y con estilo en la decoración.
Harper se quedó tranquila a mi lado mientras la mujer cerraba la puerta detrás
de nosotros.

—Bienvenido a Sensual House, Sr. Stevenson. Su habitación ya está


preparada. Mi nombre es Yvonne. Si usted y su encantadora invitada necesitan
cualquier cosa, por favor, utilice su teléfono en la habitación y estaremos
encantados de ayudarle de cualquier manera.

Tomé la llave que ofrecía y conduje a Harper arriba. Cuando llegamos a


nuestra habitación, la tiré al interior y, finalmente, le expliqué dónde
estábamos. Sus ojos se ampliaron. Una parte de mí había estado preocupado de
que esto la asustaría; que esto no era algo que iría. Pero a medida que la sorpresa
comenzó a desvanecerse, pude ver el hambre llenar esos ojos violetas que amaba
tanto.

Harper

S
eré honesta, toda la cosa del club de sexo realmente me había dejado
perpleja. Pero cuando me di cuenta de lo que se trataba Sensual
House, me relajé un poco. Sabía que Shane solo quería hacerme
sentir segura y no quería romper mi confianza. Por extraño que pareciera, me
201

lo había facilitado, porque tan excitada había estado, también me había


asustado.
Página
La habitación en la que estábamos era como algo salido de una novela
erótica. Paredes rojas con decoración carmesí. La cama matrimonial de cuatro
postes tenía sábanas de seda real y, por supuesto, también eran rojas. Almohadas
en rojo y negro estaban apiladas contra el respaldar mientras pétalos de rosa —
pétalos de rosas rojas—, se dispersaban a través de las sábanas.

Y en una larga mesa cubierta con una tela de satén, juguetes de todo tipo
y forma estaban listos para jugar con ellos. Mis nervios regresaron mientras
cruzaba hacia estos y tocaba uno tras otra. Era completamente ingenua y no
sabía absolutamente nada acerca de cualquiera de estos objetos y solo podía
tomar una conjetura de lo que cada uno hacía.

Brazos fuertes se envolvieron alrededor de mi cintura desde atrás. El duro


pecho de Shane era cálido contra mi espalda. Una respiración se estremeció de
él y me di cuenta de que estaba tan nervioso como yo. Eso calmó todo mi
nerviosismo y me volví en sus brazos.

—Di algo.

Sonreí.

—Gracias. Esto es perfecto.

Sus ojos buscaron en los míos, buscando la seguridad de que estaba


realmente bien con todo esto.

—¿Estás segura? Podemos salir en este momento y podemos hacer esto del
modo que quieras, cuando quieras.

—No. Creo que esto va a ser divertido. Además, confío en ti.

Alivio cruzó por su hermoso rostro y me dio un beso largo y duro. No


importaba cuántas veces me besara Shane, nunca estaría lista para lo
202

embriagador que era su sabor. Cómo el simple roce de su lengua por mi labio
inferior enviaba un escalofrío por mi espalda y hacía que mi sexo se inundara
Página

con deseo. Me dejó sin aliento y adolorida con un simple beso.


Casi a regañadientes, dio un paso atrás.

—Hay lencería en el armario. Pedí algunos para que puedas elegir. Elige
lo que quieres y modela para mí.

Había tres conjuntos diferentes de lencería para elegir: un conjunto


camisola de encaje rojo y negro que venía con medias de rejilla hasta los muslos
y un portaliga; un conjunto skirtini7 carmesí que venía con medias de seda y un
conjunto sujetador peek-a-boo8 de satén negro y tanga.

Sacando el conjunto de skirtini, fui al baño a cambiarme. El baño era


gigantesco. Una cabina de ducha estaba justo al lado de una bañera con patas
que, fácilmente, era lo suficientemente grande para dos. Un espejo de la
longitud del piso estaba en la pared frente a la ducha y podía imaginar
fácilmente a Shane haciéndome el amor en la ducha mientras miraba en ese
espejo.

Esa sola imagen me tuvo jadeando un poco mientras me despojaba de mi


sencilla falda negra y camiseta blanca. El skirtini era lindo y me encantó la
sensación de las medias de seda en mi piel mientras las deslizaba por mis piernas.
Cuando me hube vestido con la lencería, me di la vuelta para echarme un
vistazo.

Por primera vez en mi vida, pensé que podía ver lo que Shane afirmaba
que veía cada vez que me miraba. Podía no ser hermosa, pero en ese momento
me veía sexy como el infierno.

Sonriendo, dejé el baño para encontrar a Shane sentado en el borde de la


gran cama carmesí. Estaba vistiendo bóxers y eso me hizo detenerme por un
203

momento. Mi hombre se veía muy bien en ropa interior masculina.

Extendió la mano hacia mí y, con impaciencia, crucé hacia él y coloqué mi


Página

mano en la suya. Ojos azul grisáceo me estaban comiendo viva mientras

7 Skirtini: Traje que en la parte de arriba es sujetador y en la parte de abajo falda.


8 Peek-a-boo: Sujetador con aberturas sobre los pezones.
viajaban desde la parte superior de mi cabeza hasta la punta de mis pies
cubiertos con medias de seda. Un suave tirón y me tiró sobre su pecho mientras
caíamos la cama.

—Te amo tanto, Harper.

—Yo también te amo. —Se sintió bien decírselo. Mi corazón se sintió más
ligero por haberle dicho esas palabras mágicamente poderosas—. Es mejor que
no rompas mi corazón, señor —me burlé con suavidad, incluso mientras estaba
orando para que nunca lo hiciera.

—No lo haré. Tu corazón está a salvo conmigo —prometió.

Con una sonrisa, rocé un beso en sus labios.

Era tan loco cómo un pequeño beso podía encender una chispa que
provocó tan grande explosión. Shane se levantó y tiró de sus bóxers por sus
poderosos muslos. Lamí mis labios mientras su polla saltaba libre y se levantaba
hacia su estómago. Había aprendido las tres etapas de la necesidad de Shane por
mí: duro, más duro, mucho más duro. En este momento llegaba sin duda a más
duro y me humedecí cuando vi la punta de su polla mojada por mí.

—¿Viste algo que quisieras probar primero? —Su voz estaba toda ronca,
una señal segura de que estaba tan necesitado de mí como yo estaba de él.

Me sonrojé y asentí. Shane me sonrió con ternura.

—¿Cúal?

Señalé hacia el primer juguete, el que me había llamado más la atención.


Tenía un aspecto extraño, como todos, pero este parecía el más seguro. Shane
inclinó la cabeza y se volvió hacia la botella grande y sin abrir de lubricante.
Estaba asombrada mientras ponía unos chorritos en sus manos y los frotaba
204

sobre su polla tirante. Se quedó quieto por un momento mientras sus dedos
ásperos acariciaban su carne sensible y me di cuenta de que todavía tenía
Página

dificultades a pesar de nuestro amor sanador esa mañana.


Cuando su polla estuvo brillante con el lubricante, alcanzó el juguete y se
deslizó el anillo sobre su eje. Tuvo que estirarlo ampliamente para adaptarlo,
pero cuando estaba en su lugar, se veía casi del doble del tamaño que tenía en
su mano unos momentos atrás. Mi boca se secó y mi sexo se puso aún más
húmedo. Tuve que apretar mis muslos para aliviar un poco el dolor que estaba
empezando a consumirme.

Shane chorreó una pequeña cantidad de lubricante en su mano y volvió a


la cama. Mientras me alcanzaba, atrapé el olor del lubricante.

—¿Limón? —dije con una sonrisa.

—Nuestro favorito. —Me guiñó un ojo mientras se subía a la enorme cama


en sus rodillas. El lubricante estaba a temperatura ambiente, pero mi cuerpo
estaba en llamas así que lo sentí un poco frío mientras frotaba el líquido espeso
sobre mi clítoris a través de la skirtini sin entrepierna—. No quiero que tengas
una quemadura por fricción, hermosa.

Gemí mientras sus dedos se demoraban, calentando el lubricante mientras


masajeaba mi carne dolorida. Tan bueno como esto se sentía, estaba dispuesta a
decirle que se olvidara de los juguetes. Todo lo que quería era a él. Pero antes
de que pudiera abrir la boca, se inclinó sobre mí y me besó. Mis muslos se
extendieron más amplios para él y gemí cuando la punta de su polla hábil se
deslizó dentro mí.

Mordiendo mi labio, manteniéndome distraída mientras él metía su mano


entre nosotros y apretaba un botón al mismo tiempo, se deslizó por completo
dentro de mí. Mis uñas se clavaron en su espalda a la primera sensación de las
vibraciones sobre mi clítoris. La sensación se sintió tan bien, tan increíble, que
me asustó por un momento. Shane no se movió mientras me dejaba
acostumbrarme a la sensación del pequeño vibrador que tenía protuberancias
205

para placer rozando sobre mi clítoris dolorido.

—¿Te gusta esto? —preguntó en esa voz ronca de deseo que nunca dejaba
Página

de enviar escalofríos por mi espina dorsal.


—S-sí. ¡Oh, sí! —Di un grito ahogado cuando se movió, haciendo que el
vibrador se deslizara a través de mi clítoris mientras empujaba suave y
profundamente—. Oh, oh, me gusta esto.

—¡Joder, nena! —Enterró su rostro en mi cuello—. ¡Mirarte así me está


matando! Vente para mí para que pueda vaciarme en ti. Te juro que lo haré todo
de nuevo. Tantas veces como desees. Solo por favor vente conmigo ahora.

Sus palabras me hicieron añicos. Mis uñas rasparon su espalda mientras


mis músculos internos se apretaban alrededor de su gruesa erección. Sentí el
primero chorro caliente y espeso de su liberación y convulsioné a su alrededor.

—¡AHHHHH! —grité, deshaciéndome para él más fuerte de lo que podía


recordar haber hecho antes.

Durante las siguientes tres horas, Shane me dio un orgasmo explosivo tras
otro, todos con un juguete diferente. Descubrí que me encantaba jugar con él
de esta manera y estaba casi asustada de que me hubiera convertido en adicta a
ello. Sin aliento por otra liberación exorbitante, me acosté sobre Shane. Los dos
estábamos húmedos de sudor y agotados al límite. Con un gruñido, me abrazó
y apoyé la cabeza en su pecho, confortada por el fuerte latido de su corazón.

—Eres increíble —murmuró, besando la parte superior de mi cabeza.

—Tú también lo eres.

—Nunca ha sido así para mí antes —confesó Shane—. Nunca me he


sentido así.

Curiosa, apoyé mi cabeza en mi mano.

—¿Cómo te sientes?

—Más vivo. Libre. Cautivado y fascinado. —Sonrió—. Estoy un poco


206

asustado de ti y de cuánto te amo, hermosa.


Página
Mi sonrisa no era tan grande como la suya mientras trataba de evitar que
mis repentinas lágrimas se derramaran.

—Yo también. Es un poco aterrador.

—No, nena. Es locamente aterrador, pero eso no es algo malo. —Me tiró
hacia abajo de manera que tuve mi cabeza en su pecho una vez más—.Vamos a
descansar un poco y jugar un poco más.

—Sabes, realmente me gusta estar aquí.

—Bien. Me alegro de que no te no asustara.

—Tal vez podamos probar algunas de las otras habitaciones la próxima


vez.

Él rio.

—Por supuesto. Cualquiera que sea la que quieras, hermosa.

207
Página
19
Harper

L
os gritos me despertaron de un profundo sueño.

Me tomó unos treinta segundos darme cuenta de dónde


estaba. En los últimos meses, había pasado el mismo tiempo tanto
en la cama de Shane como en la mía. Durante ese tiempo no había
dormido sola ni una vez, así que estaba aun más confundida
acerca de por qué estaba sola ahora.

La voz elevada de Shane me sacó de mi confusión y cuando me di cuenta


de que se unía la de Lana, empecé a preocuparme. Desde el aborto espontáneo
de Lana, sus emociones habían estado por todo el lugar, pero ella había
comenzado a actuar cada vez más como la vieja Lana. Para el momento en que
Drake le había propuesto matrimonio un mes atrás, todos estuvimos seguros de
que ella iba a estar bien.

Pero por la forma en que estaba gritando en este momento me decía que
estaba muy lejos de estar bien acerca de algo. De hecho, podía oír lágrimas en
su voz cuando le gritó a Shane.

Quitándome las sábanas, agarré la bata que había estado dejando en casa
de Shane. Estaba completamente desnuda, pero no había tiempo para más que
la delgada bata. Me la estaba poniendo y atándola cuando abrí la puerta y corrí
por el pasillo hacia la sala de estar.
208

Las voces eran más fuertes ahora que no estaban amortiguadas detrás de la
gruesa puerta de la habitación de Shane.
Página

—¡Me importa un carajo lo que digas! No habrá despedida de soltero.


Me quedé inmóvil en la entrada de la sala de estar. ¿Despedida de soltero?
Esta era la primera vez que había oído algo acerca de una, pero por supuesto
que debería haber pensado que Shane querría hacer una para su hermano. Aun
así, sabía un poco acerca de la última despedida de soltero que Shane y su
hermano tuvieron en Las Vegas el año anterior.

—¡No va a ser así! —se defendió Shane —. Te lo juro, hermanita. Esto solo
va a ser un montón de chicos juntándose y poniéndose al día.

—Lo que realmente significa que todos van a un club de striptease. No.

Sí, esa era la imagen que había invadido mi mente en el momento en que
habían sido mencionadas las palabras despedida de soltero. Si tuviera que decir
algo al respecto, mi respuesta también sería un sonoro no. En los meses que
Shane y yo habíamos estado saliendo, habíamos sido casi inseparables. Ni
siquiera había tenido una razón para estar celosa de otras mujeres, pero de
repente me sentía muy insegura.

—Te lo dije, Lana. Nada de strippers. Nada de alcohol. Solo OtherWorld


y Demon’s Wings reuniéndose para tocar y relajarse. —Shane miró a la mujer
que iba a ser su cuñada en poco más de una semana—. No seas egoísta, Lana.
Drake se merece una fiesta.

Lana jadeó y la observé mientras el color desaparecía de sus mejillas.

—¿Es eso lo que soy? ¿Egoísta? —El dolor en su voz y la pérdida de brillo
en sus ojos ambarinos torció algo en mi pecho—. Así que, ¿es egoísta sentirse
así? ¿Ponerme como loca cuando fue una de tus fiestas la que casi nos destruye,
en primer lugar?

Shane se estremeció como si ella lo hubiera abofeteado.

—¡No! Mira, sé que tienes miedo. Tienes todo el derecho de tenerlo. Pero
209

tienes que confiar en él, Lana. No va a hacerte daño de nuevo. No cuando ahora
tiene todo lo que jamás podría posiblemente desear.
Página
—¿Sabes qué? ¡Bien! Vayan, tengan su jodida fiesta. Pero eso solo significa
que puedo tener la mía. —Lana giró su cabeza y se encontró con mi mirada. Vi
el dolor, el desafío y la venganza ardiendo en sus ojos y tuvo que morderme la
mejilla para no sonreír—. ¿Cierto, Harper?

La cabeza de Shane giró bruscamente. Sus ojos azul grisáceo se


estrecharon, pero ni siquiera miré en su dirección.

—Va a ser épica —le aseguré a mi amiga.

—Ahora espera un minuto —dijo Shane mientras me movía más allá de él


para abrazar a Lana.

Pero lo ignoré, ya haciendo planes para la fiesta de Lana.

—Llamemos a Dallas. Ella sabrá exactamente qué hacer. Estoy pensando


que Emmie y Layla querrán entrar en esto también.

—Harper, ¡no es una despedida de soltero tradicional! —trató de explicar


Shane mientras yo agarraba el teléfono inalámbrico junto al sofá y marcaba el
número de mi apartamento—. Juro que no hay ninguna razón para que estés
enojada.

—¿Quién dijo que estaba enojada? —pregunté mientras esperaba que


Dallas contestara al otro lado del teléfono—. ¿Por qué debería estar enojada de
que probablemente has estado planeando algo como esto desde el momento en
que supiste que Drake iba a pedirle matrimonio a Lana, pero justo ahora estoy
escuchando acerca de eso?

—Porque tú y Lana no debían saber acerca de eso en absoluto —murmuró


medio bajo.

—Sí y hubiera permanecido ignorante si no te hubiera oído por teléfono


210

con Axton acerca de la fiesta del viernes por la noche. —Lana lo fulminó con la
mirada—. Y confía en mí, saber que estás planeando esta estúpida cosa con
Página

Axton Cage solamente me pone más ansiosa.


Dallas finalmente contestó el teléfono.

—Si no es Lana o Harper, voy a colgar —advirtió.

—Soy yo —le aseguré—. ¿Sabías algo sobre la despedida de soltero de este


viernes?

—¡De ninguna manera! —exclamó—. ¿Por qué carajos tendría que saber?

—Porque tu hombre está ayudando a planearla con el mío.

—¡Jodidos imbéciles! —espetó. Ella y Axton todavía se aferraban incluso


a través de las continuas inseguridades de Dallas acerca de Gabriella Moreitti y
Axton—. Él nunca lo mencionó.

—Sabes lo que tenemos que hacer, ¿cierto?

—Haré los arreglos. Conozco el club perfecto.

—Bien. Nos vemos en una hora y podemos planearlo. Dado que la


despedida de soltero es el viernes, entonces también lo será la de Lana—. Miré
fijamente a mi amiga y ella solo asintió.

—Veré lo que puedo hacer, pero esto podría ser algo que va a requerir la
ayuda de la pelirroja.

Resoplé, sabiendo que por “pelirroja” Dallas quería decir Emmie. Esas dos
se habían hecho amigas durante el tiempo que la familia de Lana se había
quedado en la costa este justo después de que ella hubiera llegado a casa del
hospital.

—Emmie está en esto, entonces.

Shane gimió y supe exactamente lo que estaba pensando. Por un lado,


Emmie probablemente no sabía nada de la despedida de soltero. Por otra parte,
211

si Emmie se iba a ir a una despedida de soltera, también iría Layla.


Página

¡Nik y Jesse iban a patear su culo!


Shane

C
on Harper todavía molesta conmigo, tuve que actuar con rapidez
para hacer otros arreglos. Sabía que Emmie no iba a ayudarme, sobre
todo porque cuando se lo había rogado, ella se negó
deliberadamente. Estaba ayudando con los planes para la fiesta de Lana y al
demonio conmigo.

A medida que los días pasaban rápidamente, me mantuve con la guardia


arriba alterando una fiesta para arrojar otra. Debido a que Emmie estaba
haciendo el arreglo, sabía que iba a ser casi imposible entrar en cualquier club
que ella estuviera rentando por la noche. Pero tenía que asegurarme de
encontrarnos o iba a tener tres hombres enojados pateando mi culo.

Jesse fue el primero en llamarme y casi arrancarme la cabeza a través del


teléfono. Él y Layla iban a venir un día antes de lo esperado solo por la fiesta y
después de ver la forma en que mi amigo casi había golpeado la cabeza de mi
hermano unos meses atrás, estaba ansioso por arreglar las cosas.

—Así que ahora no solo has herido a Lana, sino que también tienes a mi
mujer yendo a una fiesta que sé que será intensa por la forma en que Em ha
estado tirando indirectas —gruñó Jesse por teléfono—. Ah, ¡y Layla está enojada
conmigo! Así que gracias, hermano.

—¿Por qué está enojada contigo? —exigí—. Tú no estabas en esto.

—Eso no les importa realmente a ella o Emmie ahora. Nik también está
enojadísimo. Buena suerte con eso, por cierto.
212

Nik había estado más enojado que Jesse.


Página
—¡Estoy durmiendo en una cama que no es mía! —rugió treinta minutos
después de que Jesse me hubiera llamado—. Será mejor que jodidamente
soluciones esto, Shane. Emmie me está haciendo dormir en tu habitación.

Por supuesto que ninguno de mis hermanos de la banda podría compararse


con lo furioso que estaba Drake. Lana se estaba quedando en casa de Harper
hasta después de la fiesta. Estaba seguro de que iba a tener una contusión en mi
barbilla por un buen mes. Mi hermano estaba como un oso con un dolor de pata
por la forma en que estaba actuando.

—¡Te lo dije, nada de fiesta! —había gritado justo antes de que me tomara
por sorpresa con el puñetazo en el rostro.

Me había tomado dos horas de calmarlo y prometerle que iba a arreglarlo.


Aun así, tan molesta como estaba mi familia, no se acercaban a lo que yo estaba
sintiendo. Harper se estaba quedando en su apartamento con Lana y no se me
permitía visitarla. No había estado un día sin verla desde que habíamos
empezado a salir. No había pasado una noche que ella no estuviera durmiendo
en mis brazos desde la primera vez que hicimos el amor.

Ahora ni siquiera contestaba el teléfono cuando llamaba. Todos mis


mensajes de texto recibían una corta y fría respuesta.

Así que si, estaba arrastrando mi trasero para arreglar las cosas.

Ahora, mientras estaba de pie con otros ocho rockeros afuera del club del
en el que Axton había descubierto por Dallas que tenía lugar la fiesta de
revancha, estaba casi asustado de cuan fácil parecía entrar.

La cabeza de casi dos metros de pie frente a las puertas del club tenía una
mano en su audífono y habló con su jefe por un momento antes de alejarse y
dejarnos pasar. Nik arqueó sus cejas hacia mi cuando le eché un vistazo.
213

Cuando no me había movido durante casi un minuto completo, Drake me


empujó para pasarme y entrar al club. El resto de nosotros solo podíamos
Página

seguirlo. El pasillo estaba oscuro. Una pequeña luz a lo largo del piso era la única
guía que teníamos para no tropezarnos. Ruidosa música tecno se estaba
reproduciendo. Luces estroboscópicas y láser estaban parpadeando desde cada
ángulo, dándome un dolor de cabeza a pesar de los años de usar estas mismas
luces en nuestros conciertos.

Tenía esta espantosa imagen en mi cabeza de lo que íbamos a encontrar.


Todas las chicas con strippers masculinos apiñados a su alrededor. Harper
atrapada entre dos chicos mientras frotaban sus partes sobre ella… Mis puños
se apretaron a mis lados y casi golpeé un muro mientras aumentábamos nuestra
velocidad.

Cuando alcanzamos el área del bar que tenía la pista de baile justo detrás,
todos nos detuvimos ante la visión que nos recibió.

El lugar estaba vacío.

A excepción de un barman detrás del bar, el lugar estaba completamente


vacío. Drake exploto en una ronda de viciosas maldiciones que nadie escuchó
porque la música estaba demasiado fuerte. Saque mi teléfono, esperando que
Harper me contestara esta vez cuando la música fue cortada de repente.

Las luces se encendieron y tuve que parpadear unas cuantas veces antes de
que mi visión volviera a la normalidad. Del piso más alto del club bajó un grupo
de mujeres riéndose vestidas en matadores atuendos de club. Ante la vista de
Harper de pie junto a Lana y Dallas, mi corazón saltó. La mirada que me estaba
dando me decía que estaba perdonado porque la broma era sobre mí.

—Así que —gritó Emmie del segundo piso—. ¿Hemos aprendido nuestra
lección?

—Joder, la amo —murmuró Nik bajo su aliento, mirando hacia Emmie


con asombro.
214
Página
Harper

C
on solo cerca de quince personas en el enorme club, quedaban un
montón de rincones oscuros y silenciosos. Estaba pensando en
aprovecharme de uno después de haber pasado casi una semana
distanciada de Shane.

Había superado mi enojo con el unas horas después de nuestra discusión.


Bien podría haberme rendido y vuelto a él ahí y entonces. Pero Dallas, Emmie
y Layla habían intervenido. Teníamos que enseñarles una lección, me dijeron.
No solo Shane, sino todos ellos. Enseñarles que no íbamos a dejar pasar algo así
sin que hubiera consecuencias.

Debido a que me estaba sintiendo tan débil, solo podía hablar con Shane a
través de mensajes de texto o le habría contado todo.

Ahora, con Drake y Lana de regreso en los brazos del otro después de casi
una semana de separación, estaba segura de que no era la única planeando usar
un rincón oscura. Sonriéndole a Dallas, la empuje hacia las escaleras.

—Vamos a encontrar a nuestros chicos.

—Ve tú. —Dallas frunció el ceño hacia el primer piso. Axton y el resto de
los miembros de OtherWorld estaban riendo y golpeándose el uno al otro
mientras bebían sidra de manzana, que era la cosa más fuerte en el menú de esta
noche por respeto a Drake.

Dejé a mi amiga con sus profundos pensamientos. Dallas lo tenía mal si


aún estaba con Axton a pesar de todas sus dudas. Sabía que tenía mucho en su
215

plato en el momento y esperaba que fuera capaz de descifrar las cosas de su


relación para poder lidiar con todas las otras cosas con las que tenía que lidiar.
Página
Pasé junto a Layla y Jesse en el umbral de las escaleras, pero no me vieron.
Layla tenía sus piernas alrededor de la cintura del gran hombre mientras él la
tenía presionada contra la pared. Sonriendo, seguí mi camino.

Cuando llegué a la barra fue para encontrar que Shane había desaparecido.
Frunciendo el ceño, me subí a uno de los taburetes y pedí un ginger ale al
barman. Tal vez Shane estaba enojado conmigo.

—Bueno hola, gatita.

Levantando la mirada, encontré a Wroth Niall y Zander Brockman


parados junto a mí. Mi boca se abrió cuando me di cuenta de que fue Wroth
quien había hablado. Wroth era conocido como un tipo que odiaba a las
mujeres. No era que eso detuviera a las hordas femeninas tratando de obtener
su atención. El guitarrista no solo tocaba como un jodido sueño, pero también
era el hombre más caliente en el mundo del rock… o eso era lo que decían los
tabloides. No estaba tan segura porque Shane me tenía cautivada.

—Hola, chicos —saludé un poco dudosa.

—Tú tienes que ser la chica de Stevenson —dijo Zander con una sonrisa—
. Ahora veo por qué ha estado tan nervioso todo el día.

Parpadeé.

—Gracias… creo.

—Es un poco loco pensar en ese imbécil con una chica estable… —Wroth
negó con la cabeza—, pero obviamente tiene un buen gusto.

Mis mejillas se calentaron con una mezcla de placer y vergüenza. Aun no


estaba acostumbrada a cumplidos de chicos calientes.

—Me gusta creer que lo tiene.


216

Me senté allí hablando con ambos guitarristas por un largo rato. Descubrí
Página

que ambos eran encantadores debajo de toda su actitud rockera. Wroth era un
ex-Marin, lo cual me fascinó y me pregunté si podría conseguir que me diera
una entrevista para Rock America. Me gustaban ambos rockeros un montón e
incluso me encontré riendo con ellos.

Cuando Shane aún no había aparecido, me sentí un poco deprimida y me


excusé para ir al baño de chicas.

Los baños estaban en la parte trasera del club, pasando por un corredor
oculto. Tan pronto como di vuelta a la esquina del baño de chicas, una fuerte
mano se envolvió alrededor de mi cintura y me empujó contra un duro pecho.
Asustada, casi grité hasta que la familiar y sugerente esencia de la loción de
afeitar de Shane golpeo mis sentidos y me derretí contra él.

Dejé caer mi bolso y envolví mis brazos alrededor de su cuello,


sosteniéndolo como mi vida.

—Pensé que estabas enojado y te habías ido —casi sollocé.

—Así que ambos hemos aprendido nuestra lección, ¿eh? —bromeó antes
de que su boca devorara la mía.

Le devolví el beso, tratando de recuperar los días que no deberíamos haber


estado separados. Estaba tan contenta de haber usado la pequeña falda negra
que Dallas había sugerido que tomara prestada. Shane no perdió tiempo en
levantarla hasta mis caderas mientras me empujaba contra la pared opuesta.

Tal vez debería haber estado preocupada de que alguien nos encontrara
así. Pero no lo estaba. Shane había sacado a relucir mi lado salvaje. Durante los
últimos meses, habíamos hecho más que un puñado de visitas a Sensual House
y una de sus habitaciones te daba la experiencia de tener sexo en público con
un espejo de una cara que ocupaba casi una pared completa.

Suficientemente raro, ese había sido mi cuarto favorito para experimentar.


217

Era tan sucio ver personas caminar por el espejo de una cara mientras Shane me
tomaba contra el muro o en la cama o cualquier otro lugar de la habitación.
Página

Pero había estado esa red de seguridad de que nadie pudiera vernos. No podía
creer lo duro que me vine cuando Shane me había tomado contra el muro la
primera vez mientras veía a una pareja detenerse frente al espejo por el que
estaba mirando. Mientras el hombre volteaba a besar a su novia, había sido
llenada con una prisa que casi me había llevado a mis rodillas mientras me venía
alrededor de Shane.

Un gemido se me escapó cuando sus dedos se deslizaron bajo el borde de


mis bragas para encontrarme mojada por él. Dos dedos entraron en mí y me
apreté alrededor de ellos con necesidad.

—No creo que pueda ser amable —gruño contra mi oído, haciéndome
estremecer en anticipación.

—No quiero que seas amable. Lo quiero rudo. Duro.

—¡Gracias, joder! —Dos segundos, eso fue todo lo que necesito para
liberarse y entrar en mí.
218
Página
20
Harper

E
ra la víspera de Navidad.

No es exactamente a lo que llamaría un momento ideal para


casarse, pero era lo que Lana y Drake habían querido, así que
quién era yo para juzgar. Estaba de pie en la parte posterior de la
iglesia en mi vestido de dama de honor con Emmie, Layla, y
Dallas. Estábamos simplemente relajándonos, hablando de ninguna cosa en
particular, mientras esperábamos a que la boda empezara.

Me sorprendió lo tranquila que estaba Lana. Cuando había sido dama de


honor de la sobrina de Cecil unos años atrás, ella había estado todo menos
tranquila. Había estado al borde de noviazilla9, gritando a todo el mundo sin
razón aparente, sudando su maquillaje y teniendo que volver a aplicarlo varias
veces. Pero Lana estaba sentada en el pequeño sofá con su hermana a su lado,
riendo junto con todas los demás cuando Emmie hizo algún comentario
imprudente.

Tenía curiosidad de cómo estaba tomando Drake la pequeña espera antes


de que comenzara la boda. Mientras todo el mundo estaba hablando, sin prestar
atención a mí, salí de nuestra pequeña habitación y fui en silencio por el pasillo
hasta donde estaban Shane y su hermano. Antes de que levantara la mano para
219

tocar, escuché a Drake.


Página

9Noviazilla: Una mujer cuyo comportamiento hacia la planificación de los detalles de su boda
es considerado intolerable.
No estaba tan tranquilo como Lana por mucho.

—¿Y si decide que no quiere casarse conmigo después de todo? Quiero


decir, ¿quién podría culparla? No soy bueno para ella. Se merece algo mejor.

—Por supuesto que se lo merece. Ella se merece un montón de mierda


mejor —dijo Jesse en un duro y fresco tono—. Pero ella te quiere, Drake. Lana
te ama, imbécil.

—Pero…

No queriendo escuchar a Drake desgarrándose en pedazos un momento


más, abrí la puerta sin llamar. Drake se paseaba, sus manos rastrillando su
despeinado cabello como un hombre atormentado. Nik y Jesse se pusieron junto
a la ventana que mostraba el diciembre en Nueva York y los siete centímetros
de nieve que ya estaban en el suelo. Shane estaba sentado en el pequeño sofá de
cuero al otro lado de la habitación, mirando a su hermano con ojos preocupados.

Todos los ojos se giraron hacia mí cuando entré en la habitación. Sin


siquiera darles un segundo para adivinar lo que haría, crucé hacia Drake y lo
abracé con fuerza. Después de solo una pequeña vacilación, me devolvió el
abrazo.

—Lana te envía su amor. No puede esperar para verte y convertirse en tu


esposa.

Toda la tensión pareció evaporarse de su cuerpo. Por un momento, sus


brazos se apretaron alrededor de mí.

—Gracias —susurró.

Con una sonrisa, di un paso atrás y le di a sus manos un último apretón


antes de salir de la habitación. De vuelta en la habitación de Lana, me acerqué
220

a ella y le di un beso en la parte superior de su cabeza.

—Drake te envía su amor.


Página
—¿Está bien? —preguntó Lana.

—Lo está llevando mejor ahora —le prometí.

La iglesia era enorme, pero estaba muy lejos de estar llena. OtherWorld y
algunos otros rockeros estaban presentes, pero eso casi resumía la lista de
invitados. Linc, Cecil y una niña que estaba relacionada con uno de los
miembros de OtherWorld eran los únicos invitados normales que asistieron. El
padre de Lana estaba sentado en la primera fila observando con todo sonrisas
mientras Jesse entregaba a Lana.

La ceremonia fue hermosa y no pude mantener las lágrimas a raya


mientras observaba a Drake luchar a través de sus votos mientras lloraba
abiertamente. Cuando el ministro los declaró marido y mujer, Drake jaló a Lana
y la besó con tanto amor y ternura que estuve segura de que no había un ojo
seco en la iglesia.

La recepción fue tan pequeña como lo había sido la ceremonia. Por


supuesto que hubo paparazzis tratando de entrar, pero Emmie había contratado
seguridad para mantener a todo el mundo fuera. Mi jefe me había pedido que
hiciera un artículo sobre esto, pero le había dejado claro que no lo haría. Lana
y Drake querían que este día tan especial permaneciera solo para ellos; no tenían
que compartirlo con el mundo. Y no iba a faltarles el respeto escribiendo sobre
esto.

—Esto es bueno —murmuró Shane mientras presionaba sus labios en mi


oído cuando bailamos—. Tal vez te dará algunas ideas sobre tu propia boda.

Me quedé dura en sus brazos. Conmocionada hasta el punto de ser casi


incapaz de mover un pie por mi cuenta, me apoyé en él por ayuda.

—¿Q-qué? —me las arreglé con una voz que era más que un poco chillona.
221

El matrimonio no había estado en mi mente. Solo nos conocíamos hace un


puñado de meses. Pero ahora que él había puesto ese pequeño bicho en mi
Página

mente, ¡tenía todo tipo de pensamientos locos destellando a través de mi cabeza!


Sentí sus labios levantarse en una sonrisa contra mi frente.

—Solo es un pensamiento.

—Eres un idiota, ¿lo sabías? —Cerré los ojos, pero no pude evitar sonreír—
. Aunque te amo.

—Te amo más, hermosa.

Shane

N
avidad pasó con más espíritu este año de lo que había sido el año
anterior. Drake y Lana estaban fuera en su luna de miel en las
Bahamas en lugar de rehabilitación esta vez, por lo que todos
estábamos respirando un poco más fácil. Éramos todo sonrisas en lugar de la
tensión que todo el mundo había sentido tan solo doce meses atrás cuando Lana
había anunciado que se iba a mudar al otro lado del país para comenzar una
nueva vida que no implicara a Drake.

Conseguí despertar con Harper en mis brazos, así que tuve una razón para
ser feliz sin importar qué día fuera. Compartimos la mañana con mi familia,
quienes se estaban quedando en Nueva York hasta que Lucy tuviera que volver
a la escuela después del Año Nuevo. Luego volvimos al apartamento de Harper
y cenamos con Dallas, Linc y Cecil.

Me gustaba pensar que Cecil y yo nos habíamos convertido en amigos


durante los meses que había estado con Harper. Sabía que Harper pensaba en él
como su única familia, así que me aseguré de que estuviéramos en buenos
222

términos. Estaba seguro de que la caja de bourbon añejado de cincuenta años


que le conseguí de regalo de Navidad para él solo había cimentado nuestro
Página

vínculo. Seguro que hizo feliz a Harper el ver los ojos de su padrastro
iluminándose cuando desenvolvió el pesado regalo. Harper era la persona más
importante en mi mundo, segunda de nadie. Mi objetivo era asegurarme de que
ella siempre supiera lo especial que era para mí.

Así que cuando tuvo que ir a Miami para una conferencia de tres días,
quise ir con ella. Por supuesto, ella no pensó que fuera una buena idea. Desde
el incidente de Trey, había estado un poco sobreprotector cuando se trataba de
su trabajo. Siguiéndola en sus entrevistas, asegurándome de que quienquiera
que tuviera una reunión con ella supiera exactamente por qué estaba yo allí y
probablemente asustando a algunas personas a lo largo del camino.

Al jefe de Harper le encantó el hecho de que yo fuera su novio e incluso


le había pedido varias veces que consiguiera hacerme una entrevista y una
sesión de fotos exclusiva para la revista. Estaba de acuerdo en hacer lo que le
daría el empujón que necesitaba en su carrera. Sin embargo, Harper no. No
quería usar nuestra relación para ascender el peldaño.

Acabé quedándome en casa mientras se iba a la conferencia en Miami en


la segunda semana de enero. Había discutido y discutido, pero al final había sido
la promesa de una noche completa en una de nuestras habitaciones favoritas en
Sensual House cuando ella regresara lo que me había hecho retroceder. Sabía
que ella tenía que darle toda su atención a la conferencia y si yo iba con ella,
solo acabaría distrayéndola.

No era que fuera una mala cosa en mi libro, pero para Harper era un gran
problema.

La primera noche sin ella apestó.

Estuve sentado frente a la televisión pasando de canal en canal,


sintiéndome tanto aburrido como solitario dado que Drake y Lana estarían
desaparecidos durante al menos una semana más. Se suponía que Harper me
223

llamaría después de que finalizara la gran cena con su jefe y otros altos mandos,
pero aun así tenía al menos una hora antes de que pudiera llegar a hablar con
Página

ella.
Lucy había estado enviándome mensajes de texto de vez en cuando en toda
la noche. Ahora había regresado a la escuela por unos días y amaba la clase de
escritura creativa en la que la había puesto su maestra. La chica tenía una
imaginación salvaje, eso era seguro. La mitad de las cosas acerca de las que
escribía, no podía determinar si realmente habían sucedido o no.

Cuando sonó el timbre de la puerta, tenía mi mente en otra media docena


de cosas que posiblemente podrían pasar sin previo aviso. Estaba releyendo un
mensaje de texto de Lucy, riendo para mis adentros mientras me levantaba de
un salto del sofá y cruzaba hacia la puerta. Me imaginé que era Axton, aburrido
ahora que America’s Rocker había terminado por la temporada.

Si no era Axton, entonces era Dallas haciendo una parada para recoger
algo que Harper había dejado aquí que quería pedir prestado. No sería la primera
vez que Dallas pasara de repente solo para recoger un par de zapatos o una
camisa. A veces Linc estaba con ella y siempre le daba la bienvenida a pasar
tiempo con mi nuevo camarada musculoso. No me molestaba que Linc fuera
gay y ahora que sabía a ciencia cierta que lo era, me sentía un cien por ciento
mejor acerca de su amistad con mi chica.

Los golpes sonaron de nuevo antes de que pudiera llegar a la puerta, más
insistentes esta vez y puse mis ojos en blanco. Sí, tenía que ser Dallas. Nadie más
que conociera era tan exigente después de solo unos minutos de espera. Jalé la
puerta para abrirla.

—Dale al hombre un descanso, perra…

Me interrumpí cuando encontré a una chica que parecía no tener más de


dieciséis o diecisiete años de pie en mi puerta. Con su cabello castaño oscuro
con reflejos dorados cayendo hasta la mitad de su espalda, lucía aun más joven
de lo que sospechaba que fuera. Sus ojos eran tan familiares que tuve que
224

parpadear un par de veces antes de que pudiera concentrarme en cualquier otro


rasgo facial.
Página
—¿Siempre saludas así a la gente? —Fue la respuesta que la inteligente
idiota había heredado de su madre.

—Solo para los que jodidamente me molestan —le aseguré, apoyándome


en el marco de la puerta—. ¿Qué quieres, Nat?

—Necesito tu ayuda…

225
Página
21
Harper

F
runcí el ceño hacia mi teléfono.

Shane no estaba respondiendo. Lo había estado


llamando desde hacía dos días y no había contestado ni una
sola vez desde que me había ido. Habría estado preocupada de
que algo le hubiera pasado si no hubiera respondido mis
mensajes de texto.

Cada respuesta era la misma. Estaba ocupado y no podía responder a mis


llamadas porque no tenía un segundo libre para hablar conmigo. Estaba
confundida como el infierno. Él era libre como un pájaro en este momento.
Emmie no tenía una gira programada por al menos un par de meses y entonces
era solo por dos semanas. Él no tenía que hacerse cargo de nada relacionado con
la música y sabía que no tenía nada más que amigos y hacer ejercicio para
mantenerse ocupado.

Cuando había llamado a Dallas para pedirle que se pasara para


comprobarlo y ver cómo estaba, ella había enviado a Linc. Pero cuando Linc se
había detenido después del trabajo, Shane no había estado en casa. O al menos
no había respondido a la puerta y Linc dijo que había tocado durante al menos
diez minutos.

Incluso había llamado a Emmie, preguntándole si había oído algo de él.


Ella no había hablado con él en tres días, lo cual no era típico de Shane en
226

absoluto. Aquellos dos no podían pasar más de un día sin algún tipo de
comunicación. Entonces Emmie había llamado a Layla y Layla dijo que Lucy no
Página

había hablado con él desde la primera noche en que me había ido. Su


conversación por mensajes de texto había terminado de repente, pero Lucy no
había pensado en nada de ello en ese momento.

Solo podía llegar a una conclusión.

Shane estaba cansado de mí y apartándome.

Cuanto más pensaba en ello, más plausible se sentía la conclusión. Shane


estaba grabado dentro de mí, había conseguido saciarse y ahora estaba
recibiendo la despedida. Todo mi cuerpo se sintió como si estuviera siendo
apuñalado con un millón de pequeños pinchazos ante la idea. Mi corazón se
estaba agrietando con cada minuto que pasaba y estaba teniendo que luchar
contra las lágrimas mientras abordaba mi avión hacia el norte a la mañana
siguiente.

Mi primer pensamiento fue ir a casa y esconderme bajo las sábanas. Pero


cuanto más dolor sentía por mi roto corazón, más enojada me ponía. Así que le
di al taxista la dirección de Shane en lugar de la mía. Era tarde en la noche y
estaba cansada después de dos noches sin dormir y un viaje en avión lleno de
estrés desde Miami. Así que cuando el portero me ofreció una sonrisa y un
“buenas tardes señorita Jones”, ni siquiera lo miré dos veces.

Estaba demasiado molesta, demasiado herida y todavía ensayando lo que


había planeado decirle al jodido rockero que pensó que solo desaparecería en
silencio.

Cuando el ascensor se abrió en el piso de Shane, me bajé y utilicé la llave


que me había dado meses atrás. Las luces estaban encendidas en la sala de estar,
así que sabía que estaba en casa. Fui directamente a su habitación, esperando
que estuviera en la ducha. A esta hora de la noche probablemente estuviera solo
volviendo a cada del gimnasio por segunda o incluso tercera vez.
227

Pero no estaba allí.

—¡Shane! —Grité su nombre, sabiendo que tenía que estar en algún lugar
Página

en el maldito apartamento.
El ruido de la habitación de invitados me hizo girar en esa dirección y abrí
la puerta sin molestarme en llamar. La luz estaba encendida y la cama era un
desastre. A menos que Emmie o uno de los otros estuviera en la ciudad, esta
habitación estaba cerrada, la cama siempre hecha y las luces apagadas.

Una maldición entre dientes me llamó la atención y me puse rígida. No


había sido la voz de Shane, sino una muy femenina. Pisando fuerte a través de
la habitación, empujé la puerta del baño hasta abrirla para encontrar a una chica
casi desnuda de pie frente a la ducha.

Conseguí un vistazo de largo cabello castaño oscuro, ojos grandes y una


boca abierta antes de que me diera la vuelta y huyera.

¡Jodido rockero!

Las lágrimas se derramaron de mis ojos y ni siquiera sabía la verdadera


razón de estas. No sabía si era porque estaba tan molesta o porque estaba tan
destruida. ¡Estúpidas, estúpidas, estúpidas estrellas de rock!

Arrojé mi llave en la mesa junto a la puerta mientras agarraba mi bolsa de


viaje y cerraba la puerta detrás de mí. ¡Cómo se atreve a hacerme esto! ¡Cómo
se atreve a declarar amarme una noche y luego me sustituye a la siguiente! Pero
debería haberlo sabido, debería haber escuchado a mi instinto cuando me había
gritado que mantuviera a Shane Stevenson a distancia tantos meses atrás.

A medida que el ascensor se detenía en el vestíbulo, me pasé una mano


por el rostro para deshacerme de las lágrimas, pero más caían. Mientras las
puertas se abrían, me moví para bajar solo para encontrar mi camino bloqueado
por el hombre tratando de conseguir entrar…

—Hola, nena…

No pude evitarlo. Ni siquiera tenía la cordura para incluso tratar de resistir


228

el impulso mientras levantaba la mano y le daba una bofetada en toda su


hermoso rostro.
Página
—¡Bastardo! —le grité—. No siquiera tuviste las agallas para decirme que
me reemplazaste. No podrías haberte tomado dos minutos de tu ocupada vida
para hacerme saber que habías mudado a alguna zorra a tu apartamento.
Debería haberlo sabido…

Fuertes brazos se envolvieron alrededor de mí, atrapando mis brazos


contra los costados. El rostro de Shane era una máscara de rabia mientras me
miraba.

—¿De qué carajos estás hablando? —explotó.

—Ni siquiera contestabas el teléfono mientras me había ido. Entonces


debería haber sabido que algo estaba pasando.

—¡No contesté el teléfono porque estaba ocupado! —gritó en mi rostro,


sus ojos salvajes mientras miraba los míos—. Tenía problemas familiares que
atender, maldita sea.

—Hablé con Emmie ayer, Shane. No ha habido nada malo con ningún
miembro de tu familia. —Traté de liberarme de él, decidida a salir y nunca
mirar hacia atrás. Había sido tan idiota por pensar que las cosas podrían
funcionar con este hombre.

—¡Al carajo! —Me empujó hacia atrás en el ascensor y apretó el botón de


su piso—. No puedo hablar contigo en el vestíbulo contigo gritándome, Harper.

Luché por liberarme. No había manera de que quisiera volver a su


apartamento y enfrentarme a su nueva compañera de folladas. Luché contra su
agarre, mi cabello golpeándolo en el rostro varias veces mientras el ascensor se
elevaba.

—Harper, detente. Vas a lastimarte, nena.


229

—¡Suéltame! —grité, lágrimas de frustración y humillación ahora corrían


por mi rostro—. ¡Te odio!
Página
Incluso a través de mi lucha, lo sentí tensarse ante mis palabras. Tan
pronto como el ascensor se abrió en su piso, me tiró encima de su hombro y
levantó mi bolsa de viaje. Pisoteó por el pasillo y llamó a la puerta de su
apartamento cuando no pudo sacar la llave del bolsillo de sus jeans sin dejarme
caer.

Momentos después, la chica del baño abrió la puerta en una toalla. La miré
por encima del hombro de Shane mientras él entraba en el apartamento.

—¡Maldita sea, Nat! —exclamó—. ¡No es de extrañar que esté tan molesta!
No puedes andar por aquí de esa forma.

—¡Estaba en la ducha! —se defendió Nat—. Ella acababa de entrar y luego


se escapó antes de que pudiera decir una palabra. ¡Eso no es mi culpa!

—¡Bájame! —Golpeé mis puños contra la espalda de Shane con tanta


fuerza que lo sentí gruñir con malestar—. ¡Bájame ahora!

Él me ignoró mientras continuaba a través del apartamento hacia su


dormitorio. La puerta se cerró detrás de nosotros y se detuvo solo el tiempo
suficiente para cerrar la puerta antes de que yo cayera sobre la cama. Reboté
dos veces antes de aterrizar en mi espalda, mi cabello en mi rostro.

Empujé mi cabello fuera de mi rostro para encontrar a Shane mirándome


como si fuera la única que estaba mal.

—No tienes absolutamente ninguna confianza en mí, ¿verdad? —exigió.

—Después de los últimos días, la respuesta sería un rotundo no. —Había


confiado en él con todo el corazón hasta que me había dado una razón para no
hacerlo.

—Natalie no es quién crees que es. —Él comenzó a caminar, lanzándome


230

miradas sucias cada vez que me pasaba—. Si me hubieras dado dos minutos para
explicarte las cosas en lugar de atacarme como un gato salvaje, te habría dicho
Página

que Natalie es mi hermana.


Casi me reí de la incredulidad hasta que lo recordé diciéndome una vez
que tenía una media hermana y su nombre era Natalie.

—Dijiste que no tenías nada que ver con tu hermana.

Shane continuó caminando.

—Nunca antes lo tuve. Su madre se negó a que Nat o mi padre tuvieran


algo que ver con Drake y conmigo cuando se casó con él. Odiaba la idea de que
papá hubiera tenido otra familia antes que ella. No fue hasta después de la
muerte de mi madre que papá puso su pie en el suelo y trató de volver a
contactar con nosotros. Pero para entonces Drake y yo no queríamos jugar a la
familia feliz con un hombre que no había tratado de estar allí para nosotros
cuando más lo habíamos necesitado.

Me incorporé en la cama, moviéndome para que mis pies estuvieran


colgando por el costado. El hecho de que la chica por la que pensé que me había
reemplazado resultara ser su hermana no quería decir que estuviera menos
enojada.

—¿Y no te podías tomar solo cinco minutos para contestar el teléfono y


decirme que tu hermana estaba contigo? ¿O incluso enviarme un mensaje de
texto con esas noticias?

—He estado buscando a mi hermana por toda la ciudad, Harper. He tenido


que hacer frente a los policías y una madrastra que aseguraba que la secuestré.
Si Natalie no se hubiera presentado a avisarme, ¡entonces es difícil saber dónde
estaría ahora mismo!

—¿Tuviste que buscar a Natalie?

—No, tuve que buscar a Jenna. —Se pasó las manos por el cabello,
remontando su caminata después de solo una pequeña pausa.
231

—¿Quién es Jenna?
Página
—Es mi hermana de doce años. —Shane hizo una mueca—. Ni siquiera
sabía que existía. Pero ella sabía de mí y Drake. Ha estado viendo a Drake en
America’s Rocker y cuando su madre la molestó, ella corrió a encontrarnos. Así
que Stella llamó a la policía de Nueva York y estuvieron en mi puerta de entrada
veinte minutos después de que Natalie lo hiciera.

Era demasiado para comprender, pero poco a poco todo quedó registrado.
Shane casi había sido arrestado. Si Natalie no hubiera estado allí para explicar
que él no había secuestrado a Jenna —quien todavía estaba desaparecida—,
entonces la policía probablemente lo habría arrestado. Se había pasado esa
noche y todo el día de ayer buscando a Jenna alrededor de Nueva York con la
policía y Natalie.

Jenna había sido encontrada en el metro anoche ya tarde. La niña estaba


ahora en su camino de regreso a casa, pero Natalie no había querido ir. Se iba a
quedar en Nueva York con su hermano por un tiempo. Dado que tenía
dieciocho años, podía hacer lo que quisiera, incluso si su madre hubiera lanzado
un ataque sobre la decisión de su hija mayor.

Mi pecho dejó de doler, pero mis tripas se retorcieron cuando me di cuenta


del gran error que había cometido. Había acusado a Shane de algo horrible, lo
había golpeado y luego, para rematar… ¡le había dicho que lo odiaba!

Shane

A
dmitiría que no llamar a Harper había sido un error. Encontrar a
Natalie en mi apartamento como lo había hecho probablemente fue
232

el clavo en el ataúd. Pero había creído que Harper confiaba en mí


más que eso. Había estado tan atrapado en todo lo que ocurría con nosotros que
Página

solo asumí que tenía plena confianza en mis sentimientos por ella.
Nunca había estado más equivocado en mi vida.

Ella no había confiado en mí en absoluto. Harper no tenía ni una pizca de


fe en mí. Ese conocimiento dolía más de lo que cualquier cosa lo había hecho
antes.

Después de contarle de cuán locos habían sido para mí los últimos días,
ella se sentó allí con la cabeza inclinada y continué paseando. Quería ir a correr,
necesitaba la quemadura de una larga carrera dura para aclarar mi cabeza y
aliviar un poco el dolor que apretaba mi corazón. En su lugar, solo observé a la
mujer que me pertenecía, en cuerpo y alma, despedazarme con su prolongado
silencio.

—Lamento haberte golpeado —susurró en voz tan baja que casi no me di


cuenta.

Me detuve a medio paso y me volví hacia ella completamente.

—¿Por qué no podrías haberme dado dos minutos, Harper?

Un tembloroso suspiro escapó de ella y se pasó una mano por el rostro aún
húmedo.

—Porque estaba segura de que me habías hecho a un lado. De que no me


querías más. Una mirada a Natalie entrando en la ducha y supe que por fin
abriste los ojos y viste la verdad.

—¿De qué estás hablando?

—No soy lo suficientemente hermosa para estar contigo.

Sus palabras fueron como una puñalada en el corazón y caí de rodillas


delante de ella. Esta vez el dolor era más intenso, robándome aún más el aliento.
Porque me di cuenta de que Harper probablemente tenía algo de fe en mí, pero
233

no tenía absolutamente ninguna en sí misma. Había creído que había enterrado


sus miedos y estaba seguro de que le había devuelto la autoestima que su madre
Página

y su hermanastra le habían robado.


Y tal vez lo hice en su mayor parte. Pero todavía había una pequeña parte
que siempre pondría en duda su poder sobre mí.

—¿Qué puedo hacer para que veas lo que yo veo, Harper? ¿Cómo puedo
demostrarte que eres lo más hermoso que he visto?

Se mordió su tembloroso labio y fui destripado cuando algunas lágrimas


cayeron por sus pálidas mejillas.

—Cuando estoy contigo me siento como la cosa más hermosa en el mundo.


Cuando me abrazas me siento sexy y amada… Y de verdad confiaba en ti, Shane.
Confío en ti. Pero… yo no… tengo miedo de que vayas a abrir los ojos un día y
te preguntes por qué estás conmigo. Estoy asustada de que alguien con
verdadera belleza atrapará tu atención y…

Mi mano cubrió su boca, deteniendo las palabras que eran como flechas
envenenadas hacia mi corazón.

—Eso nunca va a suceder. No hay ninguna manera de que alguien,


hermosa o no, llegue a poder atrapar mi atención. Simplemente porque no
puedo mirar a otra mujer. Todo lo que veo es a ti, Harper. Todo lo que quiero y
siempre querré eres tú. Y yo nunca; nunca, ¿me escuchas?; me preguntaré por
qué estoy contigo porque ya sé la respuesta.

La atraje hacia abajo sobre el suelo alfombrado enfrente de mí.

—Estoy contigo porque no hay nadie en el mundo como tú. Ninguna otra
chica jamás podría mantener mi atención de la forma en que lo haces. Eres tan
inteligente y es tan divertido estar contigo. Eres tan tranquila y decidida, todo
al mismo tiempo, lo cual es completamente adorable e increíblemente caliente.
Y tu belleza, Harper, va a lo profundo del alma.

Acuné su rostro, secándole con mis pulgares las lágrimas mientras


234

aterrizaban en sus mejillas.


Página
—Tal vez un día verás todas esas cosas. Pero hasta que lo hagas, solo tendré
que recordártelo todos los días. Tendré que asegurarme de que estés siempre en
mis brazos para que nunca dudes de nuevo ni por un minuto que eres sexy y
amada y completamente, irrevocablemente, mía.

Un sollozo se le escapó y me echó los brazos al cuello. Sus labios sabían a


sus lágrimas mientras buscaba mi boca en un beso que era curativo para ambos.

—No llores, hermosa. Me mata escuchar esos pequeños sollozos —dije en


voz baja cuando la eché un poco hacia atrás.

—¡Lo siento! —Enterró su rostro empapado en lágrimas en mi camisa—.


Lo siento, lo siento tanto. Te amo. Te amo, Shane.

Dejé escapar un largo suspiro de alivio.

—Cuando dijiste que me odiabas… —Me interrumpí, mi garganta


ahogada por las lágrimas. Esas dos palabras seguían resonando en mi cabeza,
haciendo que mis tripas se retorcieran de dolor.

—No las dije en serio. Solo estaba tan molesta. —Labios humedecidos por
las lágrimas besaron mi rostro—. Nunca podría odiarte, incluso si realmente
quisiera. ¿Por qué crees que me dolió tanto volver a casa para encontrar esto?
Me estaba desgarrando y ataqué antes de que pudieras defenderte.

Asentí.

—Sí, lo sé. Sin embargo, todavía duele, nena. Pensar que estaba a punto de
perderte, me desgarró.

Las lágrimas brotaban de sus ojos más rápidamente.

—¿Me perdonas?
235

—Ya lo he hecho.
Página
Harper

M
e desperté con un dolor de cabeza, pero los reconfortantes brazos
de Shane estaban envueltos alrededor de mí desde atrás.
Habíamos pasado toda la noche simplemente tumbados en la
cama, agarrándonos el uno al otro y hablando. Nos habíamos dormido en los
brazos del otro en las primeras horas de la mañana y había descansado en paz
por primera vez en varios días.

Shane gruñó en sueños y luego parpadeó hasta abrir sus ojos cuando sintió
mi movimiento. Tenía los ojos inyectados en sangre, el rostro todavía un poco
pálido y sentí a la culpa comerme viva una vez más por hacerlo pasar por todo
el desastre de ayer. Con una sonrisa triste, rocé un tierno beso sobre sus labios.

—Te amo.

—También te amo, hermosa.

—Escucha… Tengo que hablar contigo de algo. —Era algo que debería
haber sido discutido la noche anterior, cuando aún estábamos derramando
nuestra alma y corazón, pero no había querido discutir de nuevo.

Sus ojos se estrecharon.

—¿Ahora qué?

—Sé que me conseguiste el trabajo con Rock America. Sé que tuviste a


Emmie echando un vistazo a mi portafolio y le pediste que me enviara trabajo.
—En el momento en que mi jefe había dejado que esos pequeños hechos se
deslizaran, aun así había estado molesta porque Shane no me había llamado de
236

nuevo mientras estaba en Miami. Estaba lívida y esa había sido una de las
razones por las que llamé a Emmie.
Página
Shane hizo una mueca.

—Solo le pedí hacer algunas llamadas telefónicas. Para pedirles que


miraran tu trabajo y ver si podrían estar posiblemente interesados. Eso es todo,
Harper. El hecho de que terminaran dándote una posición a tiempo completo
es todo por ti. Les demostraste lo talentosa que eres.

Suspiré.

—Sí, Emmie me hizo ver eso cuando la llamé. Solo quería decir… Gracias,
Shane. Por ayudarme. Por amarme… Pero sobre todo por no renunciar a mí
ayer cuando habría sido más fácil simplemente decirme que me fuera al
infierno.

—Decirte que te fueras al infierno me habría enviado allí también, nena.


—Tiró de mí contra él, metiendo mi cabeza debajo de su barbilla—. Un día te
darás cuenta de que no puedo vivir sin ti y ese es el día en que voy a poner un
anillo en tu dedo.

Mi corazón tartamudeó en mi pecho, haciendo difícil respirar por un


momento. Y entonces estuve encima de él, besándolo en cualquier lugar al que
pudiera llegar.

—No te rindas si toma más tiempo de lo esperado —rogué mientras besaba


su duro estómago.

Ásperos dedos se enredaron en mi cabello.

—Nunca va a suceder.

Cuando llegué a la cremallera de sus jeans, la desabroché cuidadosamente


y lo llevé a mí boca sin molestarme en empujar la tela fuera de sus caderas. Gritó
mi nombre, sus dedos apretando mi cabello.
237

—¡Joder! Se siente tan bien.


Página
El sabor de su deseo explotó en mi lengua y gemí al darle solución a mi
mayor adicción. Lo tomé profundamente, sin siquiera arcadas a medida que me
tragaba la cabeza de su polla. Podía sentir su liberación acercarse mientras
acariciaba su eje y chupaba la punta.

Se movió tan rápido que todavía estaba lamiendo el sabor de él fuera de


mis labios cuando me arrancó la falda y rasgó mis bragas en su urgencia para
volverse uno conmigo. La primera embestida me hizo ver estrellas. Se sentía tan
bien tenerlo dentro de mí.

—¡Te amo, Shane! —grité mientras mi orgasmo se precipitaba para


consumirme.

—Te amo, nena.

Pasó un tiempo antes de que dejáramos el dormitorio.

Me duché y me puse mi bata sobre el sujetador y las bragas y me dirigí a


la cocina por una taza de café fuerte. Shane ya estaba allí preparándonos un
almuerzo tardío. Su hermana estaba sentada en la isla observándolo mientras se
movía alrededor tarareando.

Mis mejillas se calentaron cuando Natalie se volvió hacia mí mientras


entraba en la habitación. Me mordí el labio, sabiendo que le debía una disculpa
a la chica por actuar tan estúpida el día anterior.

—Hola, Natalie.
238

La chica sonrió.
Página

—Hola, Harper.
—Mira, lamento lo de ayer…

Natalie levantó una mano, cortándome a media frase.

—No, no lo hagas. No tienes que pedirme disculpas. Sin duda habría


reaccionado de la misma manera si hubiera estado en tus zapatos.

—Natalie se va a quedar algunas semanas más, nena. —Shane colocó una


taza de café frente a mí sobre la mesa, junto con un plato de sándwiches y papas
al horno—. Está pensando quedarse en Nueva York.

—Eso es bueno. Puedes llegar a conocer mejor a tus hermanos.

—En realidad, tuve una loca idea… —Shane me agarró la mano, dándome
un fuerte apretón—. Qué tal si… te mudaras aquí tiempo completo y Natalie
tomara tu habitación con Dallas y Linc.

—Yo… —Vi la luz en sus ojos y supe que estaba pidiendo algo que no
estaba seguro que pudiera poner en palabras. Este era el primer paso, el paso
que necesitaba dar para llevarnos camino a nuestro futuro. Le sonreí—.
Podemos hablar con Dallas y Linc al respecto. Pero siempre y cuando pueda
pagar su tercera parte de la renta, no va a ser un problema.

—No tendré problemas para pagar mi parte —me aseguró Natalie—. El


fondo fiduciario que Drake y Shane comenzaron para mí será capaz de cubrir
eso y la universidad en la primavera.

Parpadeé, sorprendida por las palabras de la chica. Shane y su hermano no


habían querido tener nada que ver con su padre y por defecto con Natalie. Pero
eso no los había detenido de hacerse cargo de su hermana. Sentí mi corazón
llenarse de tal amor que estuve segura de que brillaba en mis ojos.

—Si hubiéramos sabido de Jenna, habría tenido uno también —le dijo
239

Shane a su hermana—. Haré que Emmie establezca uno.


Página
—¿Estabas hablando en serio, Shane? —preguntó Natalie. Sus ojos, al igual
que los de su hermano, estaban tristes—. ¿Jenna realmente puede venir y
quedarse los fines de semana?

—Si Stella lo permite. —Shane se encogió de hombros—. No puedo


obligarla, Nat. Pero tan determinada como Jenna parece, estoy seguro de que va
a salirse con la suya al final.

Agarré mi taza de café, escondiendo mi sonrisa detrás del borde.

—Suena como si Jenna se pareciera mucho a su hermano mayor.


240
Página
Epílogo
Shane

S
eparé mi camino con mi hermano en el aeropuerto.

Habíamos estado en la costa oeste durante dos semanas.


Quería irme a casa, pero no había terminado mis asuntos en
California. Así que le dije a Drake que lo vería en unos días y
observé mientras abordaba un avión que lo llevaría de regreso a
Nueva York con Lana.

Jesse, Nik, Emmie y Mia ya se habían marchado para Malibú.


Normalmente, si me iba a quedar en la costa oeste, simplemente iría a casa con
Emmie y Nik y usaría mi antigua habitación. Pero no me iba a quedar en LA
por ellos. Tenía que resolver otras cosas.

Cosas importantes.

Harper había estado en LA durante más de una semana ahora. Estaba


trabajando en la portada de su más reciente edición para Rock America. Había
llegado muy lejos con su carrera en los últimos seis meses y con el editor de
fotografía retirándose en unos meses, los rumores se extendieron como reguero
de pólvora de que ella estaba en carrera para el trabajo.

Tomé un taxi a la sede de Rock America, ansioso por ver a mi chica después
de estar sin ellas durante dos semanas completas. La última vez que Demon’s
Wings se había ido de gira, ella había venido con nosotros al haberle sido
241

asignado el trabajo de cubrir la gira entera. Esa había sido la vez que más me
había divertido en una gira en mi vida.
Página
El tráfico era una perra y mis piernas estaban temblando para cuando el
conductor se estacionó frente al edificio de la revista. Le arrojé el efectivo al
conductor y agarré mi bolsa de lona, el único equipaje que me había molestado
en traer conmigo en la gira esta vez. Quince minutos de charla con la seguridad
para pasar y estuve en el ascensor hacia las oficinas ejecutivas.

Tuve que retenerme de correr por el corredor y mordí mi labio para evitar
gritar el nombre de Harper mientras buscaba la oficina que se le había asignado
para la semana mientras probaba el posible puesto nuevo.

Casi en sus veintitrés años, sería la editora más joven del personal. Sabía
que eso significaba que tendría que trasladarse y no estaba en contra de esa idea.
Ya le había pedido a Emmie que empezara a buscar una casa.

Una visión de pálido rosa en un jersey de cachemir salió de una oficina


delante de mí en el pasillo y mi corazón se detuvo por un momento. El oxígeno
estaba atrapado en mi pecho y tomó toda mi fuerza de voluntad no correr y
abordarla. Mi bolsa de lona cayó al suelo.

—Hermosa…

Las palabras habían salido en un susurro, pero la cabeza color caramelo de


Harper se levantó como si le hubiera gritado. Ojos violetas se oscurecieron a
índigo y una sonrisa iluminó su hermoso rostro. Llevaba tacones de siete
centímetros, pero eso no pareció molestarle mientras dejaba caer la pila de fotos
en sus manos y corría hacia mí.

Sus labios se encontraron con los míos y la devoré.

—¿Qué estás haciendo aquí? —exigió, sin aliento—. Dijiste que tenías que
ir directo a casa después de la gira.

Dejé caer otro beso en la punta de su nariz.


242
Página
—¿Aún no sabes que tú eres mi hogar, nena? Estés donde estés, ahí es
donde está mi hogar. —En un momento Emmie había sido mi hogar, pero ahora
Harper lo era.

Sus ojos se nublaron con lágrimas y parpadeó rápidamente para


mantenerlas a raya.

—Te amo.

—Te amo, Harper. —Mi cabeza se volvió cuando me di cuenta que algunas
personas habían salido de sus oficinas para mirarnos. Los ignoré—. ¿Cuánto
tiempo te queda?

—Justo le estaba llevando las impresiones a mi jefe. Entonces habré


terminado por el día. —Bajó la mirada hacia el lío que había hecho cuando
había arrojado descuidadamente las fotos que había estado llevando—. Puede
que sea un poco más ahora. Tengo que ponerlas en orden de nuevo.

Era reacio a dejarla, pero tenía que preparar algunas cosas.

—Está bien, entonces. Haz lo que tengas que hacer, luego nos
encontramos en el hotel.

—Está bien. —Su labio inferior hizo un puchero—. No será mucho


tiempo.

Sonriendo, me incliné y chupé ese labio con mi boca.

—Tómate tu tiempo, hermosa.

No perdí tiempo en ir al hotel que había insistido en pagarle para que


Harper se quedara por la semana. Agarré una copia de la llave de su habitación
y me dirigí escaleras arriba. Había llamado desde el autobús de la gira para
asegurarme de que todo lo que necesitaba estuviera esperando en su habitación
243

para mí.
Página
Pasé treinta minutos arreglando la habitación justo de la manera que
quería antes de tomar una ducha de dos minutos. Para el momento en que
estuve vestido, alguien llamó a la puerta y la abrí para encontrar el servicio de
habitaciones con champán y fresas. Le di una gran propina al hombre y lo
apresuré a que saliera de la habitación. Harper llegaría en no mucho más
tiempo.

Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar.

Harper

L
a última semana había sido agridulce. Y ahora estaba en una
encrucijada. Dejé la oficina de mi jefe con mi mente nublada.

Después de ver la portada para la edición de la revista del


próximo vez, me había sido ofrecido el trabajo del que estaban hechos los
sueños. Por supuesto que eso significaba trasladarme a California
permanentemente. No sabía si estaba preparada para eso. Después de todo, tenía
una vida genial en Nueva York. Cecil estaba allí y también Linc y Dallas.

Shane.

Más importante que nada, Shane. No pensaba que pudiera vivir tan lejos
del hombre que se había convertido en una parte tan importante de mí, como
otra extremidad. Así que por supuesto estaba en conflicto cuando me fui de la
oficina. Todavía me estaba debatiendo los pros y contras cuando salí del
244

ascensor y me dirigí hacia mi habitación de hotel.


Página

Había discutido con Shane por toda una hora por la habitación. No quería
que la pagara y había planeado quedarme en algún otro lugar que no gritara
superlujoso. Pero me había besado a la sumisión hasta que accedí y luego había
entrado en un avión que lo llevaba lejos de mí hacia una gira.

Usé mi tarjeta llave para abrir la puerta a mi habitación de lujo. La


habitación estaba en completa oscuridad y extendí el brazo hacia el interruptor
de luz.

—¿Shane? —llamé. Tal vez había ido a Malibú para visitar a Layla y Lucy
por un tiempo…

El aroma a rosas llenó mi nariz mientras daba unos pasos dentro de la


habitación. Mis ojos captaron el camino de pétalos de rosas rojas, blancas y rosas
y mi corazón se retorció de amor. Seguí el camino, con cuidado de no pisar los
delicados pétalos de flores. Cuando llegué a la habitación fue para encontrar el
lugar transformado en algo de una novela romántica.

La habitación estaba iluminada con pequeñas velas. Una cubitera de hielo


con una botella de champán costosa. Pétalos de rosas esparcidos por la cama
matrimonial… Y en el centro de la cama, una pequeña caja de terciopelo.

Tragué con fuerza alrededor de las repentinas lágrimas en mi garganta.

Él no se había rendido. Pensé que quizás lo había hecho. Me había tomado


tanto tiempo confiar completamente de que yo era todo lo que necesitaba. Ver
que yo era verdaderamente hermosa en todos los sentidos. Cuando finalmente
lo hice, estaba segura de que era demasiado tarde. Shane me amaba, pero lo
había hecho pasar por tantas cosas que estaba seguro que el matrimonio no era
algo que quisiera conmigo.

Con piernas tambaleantes, crucé hacia la cama y agarré la caja de


terciopelo. Mis dedos estaban temblando mientras abría la tapa.

¡Estaba vacía!
245

Caí de rodillas mientras las lágrimas caían por mi rostro.


Página
—Hola, ahora. —Unos brazos fuertes me envolvieron mientras sentía a
Shane arrodillarse detrás de mí. Su fuerte pecho presionó mi espalda e incliné
mi cabeza en su hombro—. No se supone que llores.

—¡Quiero el anillo! —sollocé.

Labios cálidos presionaron mi sien.

—Es tuyo, nena. Está justo aquí en mis manos. —Me dio vuelta sin
esfuerzo en sus brazos hasta que lo estuve enfrentando—. ¿Ves? —Levantó su
mano izquierda y deslizó el anillo en mi dedo, pero no liberó mi mano.

En su lugar, se la llevó a sus labios y besó mis dedos tiernamente.

—¿Te casarás conmigo, Harper?

Tragué otro sollozo y asentí.

—Sí.

Su sonrisa fue impresionante. Ojos azul grisáceos se encendieron de


felicidad a la luz de las velas de la habitación.

—Te amo, Harper. —Me besó con tanta ternura y algunas lágrimas más se
escaparon de mis ojos cerrados—. Quiero esa historia de amor de Carl y Ellie.

—Sí, tendremos eso. Siempre.

—¿Cuándo? —Fruncí el ceño en confusión y rio—. ¿Cuándo te casarás


conmigo?

—Esta noche. Mañana… —Mi boca se cerró. Tenía que darle mi respuesta
a mi jefe mañana. ¿Iba a aceptar el trabajo ahora?

Shane vio la incertidumbre en mis ojos.


246

—¿Qué sucede?
Página

—Rex me ofreció el trabajo. Es mío si quiero… Pero…


Sus ojos se iluminaron aún más, si eso era posible.

—¡Eso es fantástico, hermosa! Sabía que te lo darían.

—Eso significa vivir aquí, Shane. ¿Qué hay de Drake y Lana? ¿Dallas?
¿Natalie? —La hermana de Shane se había convertido en una gran parte de
nuestras vidas. Ambas. Disfrutaba los fines de semana que Jenna pasaba con
nosotros en Nueva York.

—Hay aviones, nena. Y teléfonos. Y todo tipo de otras maneras de


comunicarse con ellos. Además, este es tu trabajo de ensueños. Lo entenderán.

—¿Realmente te trasladarías por mí? ¿Así de simple?

Shane puso los ojos en blanco.

—Por supuesto que lo haría, chica loca. Así de simple.

Mi corazón se volvió líquido y lo empujé al suelo.

—Empieza a planear nuestra luna de miel.

—Nena, he estado planeando nuestra luna de miel desde que te conocí.

FIN 247
Página
The Rocker Who Holds
Her (The Rocker #5)

T
enía grandes sueños sobre cómo
quería mi vida. Convertirme en
una estrella de rock era todo lo
que quería. Resolvería tantos de mis
problemas. Con el dinero que haría iba a
cuidar a mi mamá, sacarla del infierno de
agujero en el que habíamos vivido durante toda mi vida. Que tus sueños se
hagan realidad no es algo que mucha gente pueda lograr en la vida. Yo lo hice
y me encantó.

Por un minuto…

Es gracioso cómo cuando piensas que tienes todo lo que posiblemente


podrías querer algún día, tus sueños cambian. Los míos lo hicieron sin que
siquiera me diera cuenta. Entonces abrí mis ojos y vi que todo lo que alguna vez
quise estaba de pie frente a mí.

Desde el primer día que puse mis ojos en Emmie, se convirtió en una parte
de mí. Los chicos y yo pasamos años cuidándola, preocupándonos por ella…
Amándola. Entonces, sin que me diera cuenta, mi amor por ella cambió. Me
encontré doliendo por ella, deseándola de una manera que un chico como yo
no tenía derecho a desearla. Mi amor y necesidad por Emmie se volvieron un
dolor consumidor contra el cual era inútil luchar.

¿Alguna vez abrirá esos enormes ojos verdes y me verá como algo más que
un amigo?
248

CONTENIDO PARA ADULTOS. NO APTO PARA LOS LECTORES


Página

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249
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