Contrato de Adhesion

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CONTRATO DE ADHESION

Contrato de adhesión es la “Clase de contrato en el que una de las partes


(generalmente una gran empresa) impone sus condiciones a quienes quieren
contratar con ella, dejándoles muy poco margen de libertad para negociar sus
términos y cláusulas. Estas condiciones suelen ir impresas en los formularios del
contrato, por lo que reciben el nombre de condiciones generales, y los
contratantes sólo tienen que adherirse (de ahí su nombre) a las mismas mediante
la firma de dichos formularios. Estos contratos sirven para facilitar el tráfico
mercantil en masa”.

El Doctor Vladimir Aguilar al referirse a los contratos de adhesión expone:


“Denominamos contratos por adhesión a todos aquellos en que existe un previa
preredacción unilateral del contrato que es obra de una de las partes contratantes,
por medio de formularios, impresos, pólizas o modelos preestablecidos y a la otra
sólo le es permitido declarar su aceptación o eventualmente su rechazo”.

En la doctrina los contratos de adhesión no son contratos ya que no hay libertad


de negociación.

Marcelo David en su artículo Contrato de adhesión bajado de internet el 20 de


junio de 2006 de http://www.eldial.com, cita a Ruben y Gabriel Stiglitz quienes
definen el contrato de adhesión como: “Aquel en el que las cláusulas son
dispuestas por uno de los futuros contratantes de manera que el otro no puede
modificarlas ni puede hacer otra cosa que aceptarlas o rechazarlas, de tal suerte
que este último no presta colaboración alguna a la formación del contenido
contractual, quedando así sustituida la ordinaria determinación bilateral del
contenido del vínculo por un simple acto de aceptación o adhesión al esquema
predeterminado unilateralmente”.

Nuestra legislación define el contrato de adhesión en el Artículo 3 inciso d) de la


Ley de Protección al Consumidor y Usuario, en el que establece: “Es aquel cuyas
condiciones son establecidas unilateralmente por el proveedor, sin que el
consumidor o el usuario pueda discutir o modificar su contenido en el momento de
contratar”.

Clemente José Vivanco en su artículo Los contratos de adhesión bajado de intenet


el 20 de junio de 2006 de http://www.dlh.lahora.com.ec, hace mención de la
jurisprudencia argentina, la cual en el fallo Capel Civ Com Junín del 26 de octubre
de 1988 estableció: "Son contratos de adhesión aquellos cuyo clausulado general
es predispuesto, es decir, redactado previamente por uno de los contratantes para
regular uniformemente determinadas relaciones convencionales".

Es sabido que en el campo jurídico y aún en el económico es imposible prever


todas las formas de contratación, ya que el progreso de la sociedad, el avance de
la ciencia y la tecnología, así como la producción estandarizada de los bienes y
servicios, han generado que la contratación privada no sea única y uniforme en el
tiempo. Sin lugar a dudas, desde hace varios años somos partícipes de un nuevo
sistema de contratación: la contratación masiva o predispuesta.

En este sistema de contratación las partes contratantes ya no elaboran


conjuntamente el contenido del contrato, éste es predispuesto (total o
parcialmente) en forma unilateral por una de ellas con anticipación a la celebración
del contrato. Por tanto, el contrato tradicional que crea relaciones jurídicas
obligacionales producto de un consentimiento libre entre dos o más partes
perfectamente identificadas y donde existe la participación de ambas en la
elaboración del contenido contractual, es una forma de contratación excepcional;
la regla, hoy en día, es la contratación en masa, donde los contratos están
predispuestos por una de las partes contratantes.

En síntesis, el contrato ya no es producto de la libertad contractual de ambos


contratantes; por lo general, es la adhesión a la predisposición contractual
realizada por uno de ellos. Sin lugar a dudas, el contrato por negociación ha sido
ampliamente rebasado por la contratación masiva o predispuesta.

Por todo lo anterior, se define el contrato de adhesión como una forma de contrato
cuyas cláusulas son prerredactadas por una sola de las partes, con la cual la otra
se limita tan solo a aceptar o rechazar el contrato en su integridad, sin posibilidad
real de negociar.

Características

Entre las características de los contratos de adhesión se mencionan las


siguientes:

 Unilateralidad en su redacción
Una de las partes llamada predisponente, es quien redacta los términos de la
relación contractual y elabora el esquema en forma previa, de modo que la otra
parte llamada adherente, únicamente tiene la alternativa de adherirse o no, es
decir, de celebrar o no el contrato.

 Ausencia de negociación
De acuerdo con lo expresado en el punto anterior, no existe capacidad o poder de
negociación.

 Pasividad en la contratación
La contratación adquiere características de pasividad, ya que el consumidor no
interviene en su redacción proponiendo o aceptando determinadas estipulaciones
del contrato, sugiriendo determinados alcances. En estas contrataciones el
consumidor se encuentra con un contrato predeterminado respecto del cual sólo
puede optar por aceptarlo y concretar la operación, o rechazarlo y desistir de la
misma.

 Contenido Contractual
El esquema planteado en forma unilateral consiste en un conjunto de cláusulas o
estipulaciones.

 Destinatarios
El destinatario de la propuesta, establecida como un complejo o todo unitario no
es en términos generales un individuo determinado, sino un conjunto no precisado
de personas frente a las cuales la propuesta se mantiene de modo duradero,
independientemente de su aceptación o su rechazo. Por lo que los contratos de
adhesión están destinados a un grupo de potenciales contratantes o a toda la
colectividad.

 De la oferta
La oferta permanece vigente mientras el oferente no retire o modifique ésta;
siendo minuciosamente reglamentada, aún en casos hipotéticos y poco probables.

Generalidades

Las cláusulas que integran los contratos de adhesión se denominan, según Ruben
y Gabriel Stiglitz, condiciones generales, entre las cuales diversos autores no
dudan en mencionar como características de las mismas: que son redactadas con
carácter homogéneo y con un sentido de imposición, de rigidez muy fuerte.

El doctor Vladimir Aguilar al hacer referencia a la función que desempeñan las


condiciones generales, indica: “Las condiciones generales cumplen una función
económica plausible, porque sólo uniformando el contenido contractual es posible
una racionalización de las operaciones comerciales, que permita la contratación
en masa con la consiguiente reducción de costos y facilitación de las
operaciones”.

Las condiciones generales de la contratación son consecuencia directa de un


mercado que ha ido en una constante evolución, caracterizada, entre otras
circunstancias, sobre todo por un continuado crecimiento del tráfico mercantil.
Concretamente, son el resultado de una necesidad de los empresarios, que ven
cómo tienen que distribuir un número importante de productos o servicios
homogéneos, y para ello precisan de rapidez, agilidad y fluidez, motivo por el cual,
se ven obligados a homogeneizar los contratos por los cuales llevan a cabo la
venta, distribución o suministro. Ya no tienen tiempo para negociar individualmente
cada acuerdo o contrato de forma minuciosa, sino que se crea un modelo de
contrato que obligatoriamente debe ser firmado por todo aquel que desee adquirir
el producto.

Son los llamados contratos de adhesión, cuyo contenido se establece de


antemano en unas condiciones generales que rara vez sufren modificaciones por
exigencias particulares de los clientes, quienes prácticamente son obligados a
contratar con las condiciones impuestas por el empresario.

Es de hacer notar que las condiciones negociales generales presentan ventajas


para el empresario (predisponente) que las redacta previamente, pero también
implican desventajas para los consumidores (adherentes), por lo que cabe
destacar algunas de ellas.

Ventajas que presenta para el empresario predisponer a condiciones


negociales generales

• Una de las principales ventajas es la racionalización o globalización como está


en boga, para desarrollar a partir de estos conceptos la nueva forma uniforme de
desarrollar tipos preformulados de contratos que regularán los negocios de
millares de personas entendidas todas de una sola manera: objetivamente.

• Toda manera standard de contratar trae aparejado el ahorro de tiempo, al evitar


tratos preliminares individuales, y por ende la simplificación de la actividad, lo que
plantea la posibilidad que quien represente a la empresa en el acto de
negociación, pueda ser persona no idónea como representante o agente de las
compañías.

• Esto económicamente trae como resultado la seguridad monetaria de las


economías empresariales, que se sanean de tener que contar con supuestas
incertidumbres. Esto permite realizar análisis detallados y con importancia
determina a las empresas o compañías a crecer.

• Otra gran ventaja empresariales es la de engañar a los indefensos ciudadanos,


que en la mayoría de las veces son consumidores, quienes sin armas jurídicas
como es lógico, se someten a las disposiciones de grandes compañías
inescrupulosas que explotan los bolsillos de la gente.

Desventajas que presenta para el consumidor que las condiciones generales


se hallen predispuestas exclusivamente por el empresario

• Una de las primeras desventajas que se caracteriza como la más importante


dentro de lo que significa el contrato de adhesión, es la desigualdad signada por el
poder que posee la parte más fuerte económicamente, y por lo tanto jurídicamente
de imponer las cláusulas en el negocio. Esto hace que la desigualdad no impida
que halla contrato, y esto es grave, ya que el cauce que desde hace años se está
desarrollando, indudablemente debilita a los consumidores.

• Esa falta de poder de negociación que agobia a los consumidores en los


contratos con cláusulas predispuestas, hace que las empresas predisponentes,
con somera vigilancia del Estado, se valgan de cláusulas ilícitas o leoninas para
eximirse de responsabilidad ante su incumplimiento, invertir la carga de la prueba,
la facultad de liberarse unilateralmente, entre otras.

• Otra de las desventajas claramente grave es la que hace lugar a que los
predisponentes opten para el engaño, al uso de cláusulas ambiguas o también de
cláusulas parásitas (cláusulas agregadas porque sí), que solo hacen que el
contenido del negocio se oscurezca y no goce de objetividad necesaria para
demostrar solamente el acto al cual se adhiere el consumidor. Con esto se llega a
la conclusión que la parte fuerte no solo se basa en no hacerse cargo de la
responsabilidad propia, sino que se atreve a crear litigio en donde el único, y por
demás está decirlo, perjudicado, es el consumidor adherente. Claro está, que ante
la presencia de cláusulas abusivas, se debe bregar desde nuestro lugar de futuros
operadores jurídicos, que el consumidor debe acceder a la justicia para que una
interpretación armónica del contrato, le permita someter al predisponente a lo
justo, como corresponde.

Abusos en los contratos de adhesión

Consideraciones generales

Avanzar en la defensa de los derechos de los consumidores es una aspiración que


se viene afirmando con fuerza, por lo que resultan plausibles todas las medidas
que tienden a garantizarlos.

Según registros oficiales y datos de asociaciones de consumidores, las


modalidades de venta de bienes y prestación de servicios donde existe un mayor
número de reclamos son aquellas que involucran los llamados contratos de
adhesión.

En este tipo de contratación, el consumidor o usuario que desea acceder al bien o


servicio de que se trate debe aceptar una serie de cláusulas preestablecidas por el
vendedor, sin opción a modificación alguna.

Generalmente, son relativas a bienes o servicios que se prestan de manera


uniforme a una gran cantidad de personas que se adhieren a esa modalidad
estandarizada. Desde los seguros y los créditos hasta la adquisición de
electrodomésticos en cuotas y la compra de los llamados tiempo compartido,
todos los contratos que les dan forma son del tipo de adhesión.

Las principales quejas de los consumidores apuntan a la oscuridad semántica o a


la poca visibilidad (letra muy chica) con que están redactadas las cláusulas de los
formularios impresos, especialmente aquellas que fijan las obligaciones o las
condiciones menos ventajosas para el comprador. En muchos casos, esta
situación puede inducir a engaño al consumidor respecto del compromiso que
debe asumir o del objeto mismo de su compra, más aún, si la operación de
contratación se concreta mediante la utilización de ciertas técnicas de venta que
estimulan la compra por impulso y poco meditada.

Aunado a ello, generalmente en la contratación predispuesta se cometen otros


abusos como la inclusión de cláusulas abusivas en los contratos prerredactados,
lo que pone de manifiesto un desequilibrio en la relación jurídica contractual; así
también se puede mencionar, la falta de claridad y de comprensión debido a la
forma como se encuentran redactados la totalidad de contratos de adhesión que
se celebran en el tráfico mercantil.

Resulta fundamental entonces, que la libertad de mercado se funde en la


transparencia, la honestidad y la equidad de los contratos; que se impida, que en
su nombre, proliferen el engaño o el abuso de posición de la parte que posee
mayor información u otros recursos para obtener ventajas indebidas.

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