Tarea Metafísica Realista

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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Filosofía
Licda. MA. Mildred Rossana Quiroa Díaz

Nombres Carnet
Byron Emilio Coy Morán 0504-20-26986
Edgar Humberto Yoj Jom 0504-20-25862
Douglas Fernando Ponce Pec 0504-20-26711
Melissa Murga Gue 0504-20-1865
Walter Romeo Tiul Pop 0504-20-372

Cobán Alta Verapaz, 02 de abril de 2020


Biografía de Aristóteles

Aristóteles nació en Estagira (actual Stavros), Macedonia, en el año I de la Olimpiada XCIX,


hacia el año 386/385 o 384 a.C.
Hijo de Nicómaco, médico personal del rey de Macedonia Amintas III. A la muerte de su
padre y de su madre, Festis, y después de su único hermano Arimnesto, se trasladó a la
ciudad de Atarneo. Allí tuvo como tutor a Próxeno.

Viajó a Atenas con 17 años con intención de asistir a la Academia de Platón. Aristóteles fue
discípulo suyo y de otros pensadores como Eudoxo durante los veinte años que estuvo en la
Academia, donde se le apodó "el inteligente".

Reconocido como Metafísico, biólogo, cosmólogo, lógico, zoólogo, matemático, ético,


epistemólogo, escritor, filósofo, astrónomo y científico, sus ideas ejercieron una gran
influencia en la historia intelectual de Occidente.

Demostró por varios métodos la esfericidad de la Tierra y sostuvo que esta está situada en el
centro del universo. Es el primero en clasificar las ciencias, que dividió en teóricas
(matemáticas, física y metafísica), prácticas (ética, política y economía) y poéticas (poética,
retórica, etc.). En esta clasificación no se incluye la lógica, descubierta por él, pues es el
instrumento para el recto discurrir en todas ellas. También inventó el silogismo, instrumento
fundamental del pensamiento occidental.

Aristóteles escribió libros de divulgación, de los que solo se conservan fragmentos, y otros de
notas, para el círculo de sus iniciados, de los que quedan 47. La edición de Andrónico de
Rodas (h. el 70 a. C.) es la base del Corpus aristotelicum, tal como ha llegado a nosotros,
que se compone de los siguientes títulos o colecciones: "Organon" (tratados de Lógica),
"Física" "Del cielo", "De la generación y la corrupción", "Meteorología", "Metafísica", "Historia
de los animales", "De los movimientos de los animales", " De la generación de los animales",
"Política", "El alma", "Moral a Nicómaco", "Moral a Eudemo", "Retórica", "Poética" y "Parva
Naturalia".
Aristóteles murió en Calcis, Reino de Macedonia, en el 322 a. C. probablemente de una
afección estomacal en torno a los sesenta y tres años de edad.
Metafísica Realista

La metafísica de Aristóteles es la más clásica y pura del realismo metafísico. Con realismo
metafísico nos referimos a una postura filosófica según la cual las cosas existen
independientemente de que haya una conciencia que las perciba.

El realismo responde en forma idéntica a cómo piensa el hombre ingenuo frente a la


pregunta ¿quién existe?, porque afirma la existencia de las cosas, del mundo y de nosotros
mismos.

Sin embargo, como esta postura presenta muchas dificultades, Aristóteles propone tres
estructuras del ser: el ser en general, el ser de la substancia y el ser de la realización.

La estructura del ser: categorías

Los conceptos que nos conviene a todos precisar en Aristóteles se refieren a la estructura del
ser. La estructura del ser se nos va a dividir en tres problemas: primeramente, la estructura
del ser en general; segundo la estructura de la substancia, y en tercer lugar, la estructura de
lo que podríamos llamar la realización.

Aristóteles está profundamente inspirado del postulado parmenídico de la identidad entre el


ser y el pensar, estos puntos de vista, desde los cuales podemos enfocar la contemplación
del ser, se le aparecen inmediatamente e indistintamente como propiedades objetivas del ser
mismos. Así es que las categorías van a ser, para Aristóteles, tanto directivas del
pensamiento lógico, como aspectos reales, aunque generales, de todo ser en general.

La primera manera de atribuir al sujeto un predicado, la llama Aristóteles substancia. La


substancia es la categoría primera que él enumera en su lista: es el punto de vista desde el
cual nos situamos para decir que algo "es": éste es hombre, éste es caballo, éste es pez.
Cuando de algo decimos que es esto o lo otro, lo que es, entonces consideramos a ese algo
como una substancia, y lo que de él decimos eso es él.

También de algo que es real podemos predicar lo mucho y lo poco; podemos decir de un
hombre que es grande o pequeño; podemos decir de un caballo que es grande o pequeño;
de una colección de cosas, que son muchas o pocas, de suerte que aquí tenemos otro punto
de vista desde el cual enfocamos el ser y que Aristóteles llama la cantidad.

Pero cualquier ser puede ser también enfocado desde un tercer punto de vista. Cuando
hemos dicho lo que es y cuánto es, podemos también decir que es rojo, verde, noble,
innoble, feo, bonito. Este es el punto de vista que llama Aristóteles la cualidad.

Luego consideramos los seres en relación unos con otros; de un ser podemos predicar
igualmente que es mayor que el otro; menor que el otro; igual que el otro. A este tipo de
predicación lo llama Aristóteles relación.

Podemos además ante un ser intentar determinar dónde está, y decir: está aquí o allá, en
Atenas. A este punto de vista sobre cualquier ser, lo llama Aristóteles lugar.

Del mismo modo tenemos el punto de vista del tiempo; de un ser podemos predicar cuándo
es, cuándo deja de ser, cuándo fue. Podemos decir que es ahora y sigue siendo, o que ha
dejado de ser.

Otro punto de vista es el determinar en un ser lo que ese ser hace; decimos de un hacha que
es cortante; decimos de una semilla que germina, a este punto de vista lo llama Aristóteles
acción.

Y por último, de cualquier ser podemos también predicar, no lo que él es, sino lo que él
padece, lo que él sufre: el árbol es cortado; el hombre es muerto. A este punto de vista lo
llama Aristóteles pasión.
Aristóteles considera que esta estructura del ser es, al mismo tiempo estructura del pensar;
es decir, que da a las categorías un sentido a la vez lógico y ontológico. Desde el punto de
vista lógico las llama predicables o predicamentos: son los atributos más generales que se
pueden hacer en la formación de juicios. Desde el punto de vista ontológico las considera
como las formas elementales de todo ser; como aquellas formas que impresas en la materia,
constituyen el mínimum de forma necesaria para que el ser sea.

Estas dos concepciones (la ontológica y la lógica) se funden en Aristóteles; no advierte


claramente que puedan separarse; no considera real, posible, el que se escindan, y que las
categorías sean consideradas por unos como elementos primarios de la realidad y por otros
como elementos primarios del pensamiento.

Estructura de la substancia: forma y materia, real y posible, acto y potencia

La substancia es para Aristóteles lo que existe; pero no solo lo que existe, sino lo que existe
en unidad indisoluble con lo que es, con su esencia, y no sólo con su esencia, sino con sus
accidentes. De modo que la substancia responde primero a la pregunta: ¿quién existe? La
respuesta es: la substancia.

De manera que en toda substancia hay esta estructura dual de existir y de consistir; de ser
en el sentido existencial y de ser en el sentido esencial. Y ese ser en ambos sentidos
Aristóteles lo descompone en la pareja de conceptos forma y materia.

La materia y la forma constituyen una unidad que se llama la substancia; unidad que es
absolutamente indivisible, porque si la dividimos deja de ser, en cualquier sentido de la
palabra.

De ninguna manera la pareja de conceptos real-posible coincide exactamente con la pareja


de conceptos forma-materia. No vayan ustedes a figurarse que real es forma y posible es
materia. No. Sin duda la materia tiene posibilidad y la forma imprime realidad. Pero la materia
no tiene posibilidad más que en tanto en cuanto recibe forma; es un posible posible, por
decirlo así; es un posible que no es posible sino en tanto en cuanto esta de antemano
apeteciendo, mirando hacia la forma. Y del mismo modo lo real no es real sino .en tanto en
cuanto procede de lo posible. En Aristóteles la pareja de conceptos real y posible tiene, pues,
un sentido lógico, predominantemente lógico. De lo posible puede predicarse, pues, una cosa
por lo menos: la no contradicción. Es .muy poco, pero al fin puede de lo posible predicarse
eso. No es posible lo contradictorio.

En el fondo de esta definición lógica de la posibilidad está para Aristóteles la creencia firme
en el postulado parmenídico, puesto que esta antesala de lo real, que es lo posible, está ya
desde luego sujeta a la ley lógica de la identidad del ser y del pensar.

Por último, hay otra pareja de conceptos que también suele corresponder a las dos parejas
anteriores; y es la de acto y potencia. Pero tampoco corresponde exactamente. Tampoco su
coincidencia es perfecta; porque en la pareja: acto-potencia, Aristóteles subraya
principalísimamente el aspecto dinámico. Aristóteles llama "acto" al resultado del
advenimiento al ser; y llama "potencia" a la materia, pero en tanto en cuanto va a ser.

Las cuatro causas

La estructura del ser y la estructura de la substancia terminan siendo en Aristóteles una


teoría de la realización, que es la teoría de las causas.

Aristóteles distingue de cada cosa cuatro causas: la causa material, la causa formal, la causa
eficiente y la causa final.

Causas de cada cosa:


 La causa material es de lo que está hecha la cosa;
 la causa formal es aquello que la cosa va a ser;
 la causa eficiente es aquello con qué está hecha la cosa
 la causa final es el propósito para la cual está hecha.
Dos de estas causas son fáciles de discernir, si nos fijamos bien la material y la eficiente. La
causa material es aquella de que está hecha la cosa; la causa eficiente aquella con que está
hecha la cosa.
En cambio no es tan fácil discernir las otras dos causas: la formal y la final. El mismo
Aristóteles a veces no las discierne muy bien. La causa final, dirán ustedes, es bien clara: es
el propósito que el artífice tiene. Pero el propósito que el artífice tiene ¿cuál es? Si el
propósito que el artífice tiene es crear un objeto, el cual a su vez sirva para algo, ¿cuál es su
propósito? ¿La creación del objeto o aquello otro para lo cual el objeto sirve? Si es esto
último, podremos replantear la pregunta y decir: aquello otro para que el objeto sirve ¿es a su
vez el último fin que ha tenido el artífice, o no será sino un medio para otro fin ulterior? Y
tendremos aquí una progresión infinita, como la que vimos en la sucesión del ser necesario y
el ser contingente. Pero podemos detenernos y decir: el propósito del artífice es la creación
del objeto.

Tal sucede, por ejemplo, en las obras de arte, que no tienen otra finalidad más que el ser lo
que son. Y entonces, en este caso, la causa final se confundiría con la causa formal. Porque,
¿qué es la causa formal? Es la idea de la cosa, la idea de la esencia de la cosa, la idea de lo
que la cosa es, que antes que la cosa sea, está ya en la mente del artífice; y el artífice, antes
de que la materia reciba esa esencia y se convierta en la substancia, tiene la esencia
previamente pensada.

En este caso la causa final coincidiría con la causa formal; y tal sucede en Dios. Cuando Dios
piensa la esencia de las cosas, ese pensamiento es al mismo tiempo creador, y por eso las
cosas son al mismo tiempo producto del pensamiento de Dios y fines que el pensamiento se
ha propuesto. La causa final coincide aquí con la causa formal.

Ininteligibilidad del mundo

En suma, que para Aristóteles el mundo, este mundo en que vivimos, el mundo sensible de
las cosas tangibles y visibles, es al mismo tiempo un mundo inteligente. Las substancias
"son", existen, y además de ser y existir son inteligibles; nosotros podemos comprenderlas.
Podemos comprenderlas porque han sido hechas inteligentemente. Si no hubieran sido
hechas racionalmente, inteligentemente, serían para nosotros incomprensibles. Pues porque
tienen y están impregnadas de inteligibilidad. Son inteligibles porque su ser se descompone
en el ser puro y simple existencial y en la esencia inteligible, la vieja idea de Platón, que ha
descendido del cielo a la tierra, para juntarse con la existencia y dar la substancia.

Teoría del conocimiento: concepto, juicio, raciocinio. Dios

De esta manera se nos aparece el mundo de Aristóteles como un inmenso, magnífico


conjunto sistemático. El mundo está perfectamente sistematizado; el mundo no deja
resquicio a nada irracional, a nada incomprensible. Todo en él es explicable por esencia y
por pensamiento; todo él está fluyendo de razón. Es un magnífico conjunto sistemático de
substancias, cada una de las cuales tiene su esencia y nosotros podemos conocer esas
substancias y esas esencias.

La teoría del conocimiento es de una sencillez extraordinaria, refleja esa misma estructura de
la substancia. Para Aristóteles conocer significa dos cosas; conocer significa primero formar
concepto, es decir, llegar a constituir en nuestra mente un conjunto de notas características
para cada una de las esencias que se realizan en la substancia individual. Los procesos de
abstracción y de generalización que sobre el material de la percepción sensible ejercitamos,
nos conducen a la formación de un arsenal de conceptos.

Pero conocer significa en segundo lugar esto otro: aplicar esos conceptos, que hemos
formado, a cada cosa individual; subsumir cada cosa individual en el concepto, llegar a la
naturaleza, contemplar la substancia, mirarla y volver luego dentro de nosotros mismos para
buscar en el arsenal de conceptos aquel concepto que le viene bien a esa singularísima
substancia y formular el juicio: No consiste en explicar por causas antecedentes en el tiempo;
no, sino que consiste en subsumir cada substancia en su concepto correspondiente; primero
habiendo formado el concepto y luego aplicándolo.
En tercer lugar, conocer significa barajar entre sí estos diversos juicios en forma de
razonamientos, que nos permitan concluir, llegar a conclusiones acerca de substancias que
no tenemos delante. De esta manera, formación de conceptos, subsunción de los individuos
en los conceptos y razonamientos que nos permitan ver, determinar las substancias que no
tenemos en nuestra experiencia inmediata, tal es el conocimiento en general para Aristóteles.

Por eso cuando se expone la lógica de Aristóteles, inevitablemente hay que buscar los
ejemplos en la historia natural; es una magna historia natural. Y todas estas substancias
magníficamente clasificadas, están además jerarquizadas: unas son más amplias que otras;
unos conceptos, unas esencias son superiores a otras; y todo este conjunto magnífico
culmina en la idea suprema de Dios, que es a la vez causa primera y fin último de toda la
realidad del mundo y del universo. Porque Dios es causa primera, puesto que El es el ser
necesario, fundamento de cualquier otro ser contingente, y porque él, pensando
pensamientos es el que da a cada ser contingente su esencia su forma. Y entonces cada ser
es como una realización de Dios y van todos los seres a culminar en ese pensamiento puro,
en ese pensamiento, que es Dios.

Influencia de Aristóteles

La influencia que la filosofía de Aristóteles ha tenido en el mundo es algo extraordinario, algo


formidable. Toda la antigüedad después de él se apodera de la magnífica enciclopedia
científica que constituyen sus obras.

Su Metafísica, su filosofía primera constituyen también la base del pensamiento filosófico


desde entonces para todo el mundo, ya sea para aceptarlo y desarrollarlo, ya a veces para
oponerse a él; pero siempre la oposición supone una aceptación, aunque sea para combatir.

Pero además de la técnica filosófica, la distinción se va abriendo paso cada vez más en el
pensamiento actual, entre explicar por causa fisicomecánica y comprender por finalidad
esencial. Pues esa distinción es aristotélica; o mejor dicho, no la distinción es aristotélica,
sino que ahora siente de nuevo la filosofía la necesidad de restaurar el juicio de la
inteligibilidad aristotélica, el tipo de la inteligibilidad que consiste en que el todo antecede a
las partes, en que se consideran las cosas y las esencias como los fines, como los sellos que
dan carácter comprensible a una cosa. Y fenómenos como la aparición en psicología de la
teoría de la figura, o la aparición en biología de la teoría del neovitalismo, son fenómenos que
en el fondo, aunque no se declare, aunque quizá los mismos que propagan estas tesis no lo
sepan, delatan la influencia de Aristóteles.

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