Este poema es una expresión de amor y añoranza por la patria de Panamá. El poeta describe a Panamá como una tierra hermosa surgida del mar para unir el norte y el sur, cantando las glorias de sus dioses y mezclando la canción de sus palmeras con el sonido eterno de las olas. Aunque el poeta se vea obligado a vivir en el extranjero, siempre oirá resonar en su interior la voz de la cordillera panameña y verá su bandera ondeando sobre las montañas. Donde qu
Este poema es una expresión de amor y añoranza por la patria de Panamá. El poeta describe a Panamá como una tierra hermosa surgida del mar para unir el norte y el sur, cantando las glorias de sus dioses y mezclando la canción de sus palmeras con el sonido eterno de las olas. Aunque el poeta se vea obligado a vivir en el extranjero, siempre oirá resonar en su interior la voz de la cordillera panameña y verá su bandera ondeando sobre las montañas. Donde qu
Este poema es una expresión de amor y añoranza por la patria de Panamá. El poeta describe a Panamá como una tierra hermosa surgida del mar para unir el norte y el sur, cantando las glorias de sus dioses y mezclando la canción de sus palmeras con el sonido eterno de las olas. Aunque el poeta se vea obligado a vivir en el extranjero, siempre oirá resonar en su interior la voz de la cordillera panameña y verá su bandera ondeando sobre las montañas. Donde qu
Este poema es una expresión de amor y añoranza por la patria de Panamá. El poeta describe a Panamá como una tierra hermosa surgida del mar para unir el norte y el sur, cantando las glorias de sus dioses y mezclando la canción de sus palmeras con el sonido eterno de las olas. Aunque el poeta se vea obligado a vivir en el extranjero, siempre oirá resonar en su interior la voz de la cordillera panameña y verá su bandera ondeando sobre las montañas. Donde qu
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Alma Patria, por
Gaspar Octavio Hernández
¡Istmo de Panamá! Tierra de amores
que del fondo del mar surgiste un día, para enlazar el Norte al Mediodía con guirnaldas de perlas y de flores.
¡Patria del corazón! Tierra que a solas
cantas las glorias de tus dioses lares, mezclando la canción de tus palmares con la canción eterna de las olas.
Si alguna vez, el viento enfurecido,
mi nido arranca de tus verdes frondas, si he de volar a que mis penas hondas hallen amparo en extranjero nido.
Siempre oiré resonar en mis entrañas
la voz del viento de tu cordillera y he de ver en los cielos tu bandera sobre el azul de todas las montañas!
Siempre en todos los trágicos senderos
por donde el mal de transitar me abruma he de aspirar el cálido perfume de tus bosques de erguidos limoneros.
Porque tú, de tal modo has esparcido
tu fragancia en los ámbitos del mundo que ha donde vaya, mi ánimo errabundo he de aspirar tu aroma conocido.
Allá donde suspiren mis lamentos,
allá donde me lleve mi destino veré tu mar sereno y cristalino oiré cantar tus melodiosos vientos!
Bajo cielos de incógnitas veredas
cuando por costas extranjeras viaje, en los quedos murmullos del boscaje oiré gemir tus propias arboledas... Porque yo de tu brisa en el suspiro oigo la voz de todo lo que he amado; porque siento la voz de mi pasado en todo el aire que de ti respiro.
Porque el doliente espíritu comprende
que muchas gotas hay del llanto mío en cada limpia gota de rocío, que la noche en tu atmósfera desprende.
¡Patria! Doquier suspiren mis lamentos,
doquiera que me lleve mi destino, veré tu mar sereno y cristalino: oiré cantar tus melodiosos vientos.
Cuando la tarde encienda en arreboles
los claros cielos en extraña esfera, veré en cielos extraños tu bandera blanca, roja y azul con sus dos soles!
Y en ese instante, en que la tarde expire
sentirá mi interior melancolía un rumor de tus bosques ¡patria mía! que hará que el alma por tu amor suspire.
Y volveré a sentir en mis entrañas
el rumor de tus líricos palmares y aspiraré el aliento de tus mares y aspiraré el olor de tus montañas.
Porque con tal vigor infundió vida
en mi vibrante corazón tu aliento, que en mis horas más íntimas te siento, para siempre conmigo confundida.