Sermón XIV

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UNICERVANTES

FACULTAD DE TEOLOGÍA
RAZÓN Y FE CRISTIANA
ENSAYO
SERMÓNES UNIVERSITARIOS
PROFESOR: P. FRAY ISRAEL
GERMAN ALONSO VERA PEÑA
HUGO HERNÁN VILLA MONCADA

Posee el hombre dos facultades que permiten al hombre llegar al conocimiento de Dios
que es la Verdad misma. Razón y fe, a primera vista parecen oponerse, pero en realidad
ambas se complementan. De estas facultades no puede preponderar una sobre la otra, a la
par se integran de tal manera que llevan al hombre a la contemplación de las verdades más
sublimes. Cuando una de estas dos facultades supera a la otra se empieza a caer en una serie
de peligros que llevan al hombre a tener una visión parcial y sesgada de la verdad. A lo
largo de la historia hemos visto como la primacía de la sola razón ha llevado a un
endiosamiento del hombre y a una confianza ciega en las solas facultades sensibles y
racionales para conocer la verdad, anulando los alcances de la fe y dejando por fuera la
posibilidad de trascender a lo sobre natural. Lo mismo ha pasado cuando se da entera
superioridad a la fe, se desconfía por entero de las capacidades sensibles del ser humano
que le permiten conocer la realidad y reflexionar sobre ella, sobre su propia existencia
cayendo en una fe ciega que niega a la razón la capacidad que posee de conocer y
trascender hacia Dios.

San Pedro es un ejemplo de fe para los cristianos pues estuvo siempre junto al Maestro,
le escuchó de primera voz y fue testigo directo de las obras y milagros de Jesús. Sin
embargo, John Henry Newman nos muestra en él un claro ejemplo del peligro que hay al
dar más preponderancia a una de las dos facultades, “Si en alguien la fe aparece en
contraste con lo que comúnmente se entiende por razón, y con las garantías demostrativas,
éste es el caso de Pedro. Cuando el racionaba, era en las ocasiones que le faltaba fe”
[CITATION NEWMAN \p 323 \l 3082 ] Cuando Jesús caminó sobre las aguas en un
primer momento Pedro guiado por su fe pidió hacer lo mismo, pero cuando razonó empezó
a hundirse porque dudó de lo sobrenatural que puede hacer Dios. En distintos pasajes
vemos como Pedro guiado por la fe es capaz de reconocer en Jesús al Mesías, al Hijo de
Dios, pero cuando razona su fe es “deficiente”.

Estamos llamados a trabajar las dos facultades no podemos limitarnos únicamente a dar
culto a Dios, sino que debemos dar razón de lo que creemos, entender lo que hacemos y dar
razón de lo que creemos. Nadie puede creer algo sin tener una razón para hacerlo y es desde
la razón que se puede reflexionar, argumentar, defender y dar sentido a lo que se cree. La fe
no puede existir sin fundamentos, hay que ser conscientes de lo que creemos. La
apologética y la teología han permitido el ejercicio de la razón para dar
argumentativamente razones de lo que creemos, gracias al ejercicio de la razón se ha
producido desde la fe los argumentos teológicos y en los momentos necesarios ha surgido
la apologética. Ahora bien, no se puede afirmar que sin razón no hay fe o viceversa, así lo
explica el Cardenal: “la fe no puede existir sin fundamentos ni sin un contenido, pero de
esto no se sigue de que todos los que tengan fe deban ser conscientes, y capaces de
formular, lo que creen y por qué” [CITATION NEWMAN \p 325 \l 3082 ], y nos propone
como ejemplo el cojo de Listra (Hc 14, 9), quien cree con sólo escuchar la predicación de
San Pablo si n necesidad de adentrarse en reflexiones lógicas cuestionando cada punto de la
predicación del Apóstol; en cuanto a lo contrario el Cardenal afirma: “… por el hecho de
que esta fe no se identifica exactamente con sus fundamentos y su contenido, no se puede
sacar la consecuencia de que la fe deje de ser auténtica, al hacerse consciente de
ellos”[CITATION NEWMAN \p 325 \l 3082 ], y aquí nos presenta el ejemplo de
Nicodemo (Jn 3:2) que en su reflexión racional descubre que Jesús no puede hacer tales
signos portentosos si no es porque está con Dios, concluye que sólo Dios puede hacer
aquellas cosas sobrenaturales.

LO IMPLÍCITO EN LA FE PUEDE EXPLICITARSE


LA RAZÓN TEOLÓGICA Y SUS PELIGROS

Sermón XIV
Hay dos tipos de sabiduría, una sabiduría del mundo que solo busca intereses personales
y que quieren un camino de felicidad insípida que se queda en lo terrenal, y una sabiduría
que proviene del santo Espíritu esta sabiduría según Newman es la que procede de Dios y
es perfecta como lo expresa San Pablo en la primera carta a los Corintios; que es una
sabiduría divina, misteriosa y escondida. Y este es el llamado que hace a los cristianos.
San Pablo contrapone la sabiduría a la fe, en el discurso San Pablo dice que su
predicación no consistió en ser persuasivo para ganar adeptos a la religión naciente, sino
que fue total obra del Espíritu Santo. Y esta sabiduría humana no proviene de los estudios
científicos que el creyente pueda realizar, sino que es una acción plena del Santo Espíritu
que hace que su fe y conocimiento sea dirigido hacia Dios, esta es la contraposición que
hace san Pablo, es decir, que fe y sabiduría son dos dones distintos, o incluso pueden llegar
a ser opuestos, ya que la sabiduría corresponde a los predicadores del evangelio, a los que
tienen la tarea de conducir el pueblo a la salvación, mientras que la fe hace referencia a la
escucha de la palabra y está destinada a todos, es en sí y en esencia una gracia.
En este sentido, y más adelante nos lo aclara el mismo Apóstol de los gentiles al decir
que el espíritu santo actúa en uno dándole la capacidad de interpretar y hablar con
sabiduría, este mismo espíritu le dará un profundo conocimiento al otro para entender y
comprender la palabra predicada por el primero.
Estos dos dones, estos dos regalos de Dios, siempre están en cada creyente que busca
conocer a Dios y se acerca a su conocimiento por medio de la fe, esta es tan personal tan
espontanea que puede llegar incluso a ser una parte intuitiva y hasta parecer un acto moral;
por consiguiente, la sabiduría es el desarrollo sistemático y maduro del pensamiento que
conduce del estudio de nuestro lenguaje de ciencia y filosofía. Estas dos son intrínsecas en
la persona y orienta siempre hacia Dios y es por esto que el ser humano siempre estará en
busca de Dios hasta que su corazón no encuentre la verdadera sabiduría que procede del
padre.
Estos dones son proporcionados sin medida en pentecostés en la celebración de la venida
del santo Espíritu, y se piden con insistencia y al mismo tiempo se obtienen del sentir
eclesial y de su misma fuente. Desde siempre se pide los dones del espíritu santo, sin
embargo, se pide con mayor insistencia estos dones y con mayor ahínco en las oraciones
litúrgicas.
En el evangelio del domingo de pentecostés nos habla, dice Newman que todo cuanto el
hombre realice en bien común será grato a los ojos de Dios y será amado y le manifestara
todo cuanto Él quiera manifestarle, y si guardan los mandamientos vendrán ellos, la
Trinidad y morarán en él. Y más aun sabiendo que el buen pastor cuida y protege a las
ovejas, que mejor que ser cuidado por el dador de la vida y artífice de toda la creación.
De esta forma va realizando una especie de diferenciación entre la sabiduría y la fe,
aunque ambas son dadas por el don de Espíritu Santo, y ambas llevan a Dios se debe ver
también desde el aspecto humano y es que la sabiduría cristiana es distinta dela fe, fruto
maduro de la razón. El proceder de Dios en nuestra alma en general, por la capacidad de
razonar por medio de esta gracia la vive la destaca y la renueva día a día, estos dones dados
por Dios son perfectos e incorruptibles porque proceden de Dios y han de volver a Dios,
todo lo demás que procede del hombre son terrenales y en el plano terrenal se quedan, es
decir, en este aspecto que no trascienden a más allá de lo que la fe y la sabiduría permiten
vislumbrar y por lo tanto vivenciar aquí en la tierra como ha de ser el cielo y la eternidad
prometida para aquellos que creen en Dios.
Sabiduría y adquisición de conocimientos.
Muchos aspectos y muchas formas son importantes para la expansión del conocimiento
desde la sabiduría cristiana, sin embargo, todo ha de ir encaminado hacia el bien eterno
como expansión del santo espíritu, pasa mucho cuando una persona ha permanecido por
mucho tiempo en algún lugar y sale de ese entorno el alma como que se ensancha y
comienza el pensamiento a vagar por lugares insólitos e inesperados para la mente humana,
su espíritu se amplía y le permite poseer una gama de conocimiento que para ella antes le
era ajena. De igual forma pasa con una persona que ha permanecido por mucho tiempo en
una comunidad apacible y llega a una gran ciudad comienza a experimentar todo tipo de
pensamientos y acciones que antes él no había experimentado. Así actúa el Espíritu Santo
con la fe y la sabiduría que Dios nos regala desde el momento del Bautismo, pero con
mayor fervor y derramando la gracia en la Confirmación y en la venida del Espíritu santo
en el día de Pentecostés.
Esta sabiduría que procede de Dios permite al ser humano adentrarse a la sabiduría del
ser humano y de las ciencias naturales que lleven a ver estas últimas más que una simple
acción humana, sino que estas ciencias proceden de la misma forma de Dios y siempre a Él
han de volver. Las ciencias humanas ayudan a acercarse a Dios por medio de la ciencia y es
importante recordar que la ciencia y la fe deben caminar de la mano, porque ambas vienen
del creador que da la capacidad a las personas de investigar y de tener esa sabiduría e
inteligencia de ver y hacer cosas que otros no pueden.
Todo esto, viene dado por el estudio sistemático de las ciencias naturales y el estudio de
la historia de la persona es el saber que dan los libros, es un estudio académico que ayuda a
ilustrar y salir de la ignorancia que conducen precisamente a una experiencia de vida no
una experiencia mundana, sino una experiencia plenamente en Dios y para Dios y abre los
ojos a la verdad y a la trascendencia. En este sentido, la religión, ayuda a abrir la mente y el
corazón hacen que el ser humano trascienda y pueda ir más allá de los simples sentidos
humanos. Se podría afirmar con claridad que el ser humano cuando se convierte a Dios da
un giro rotundo tanto en su forma de pensar como en su forma intelectual, orienta sus
sentidos hacia una reflexión más profunda y sincera, forman un juicio donde valoran y dan
sentido a todo recuerdo importante en su vida.
Desde el principio de la cristiandad existe la doctrina de la iglesia y un cumulo de cosas
muy positivas que ayudan al creyente a tener criterios sobre la religión y también estas
personas comienzan a aprender a conocer y distinguir los verdaderos profetas de los de
aquellos que solo quieren servirse de la generosidad de la gente sencilla y humilde, es decir
aprenden a distinguir los verdaderos profetas de aquellos falsos profetas es decir que son
bien instruidos y están formados para no ser engañados.
Dentro de la teología de San Pablo se nos recuerda que la amplitud de la mente y del
conocimiento viene muy ligado con el hecho y el ejercicio de la adquisición de
conocimientos intelectuales por medio del estudio. Lo explica el autor, citando al libro de
los reyes al referirse a Salomón y su gran sabiduría y como éste responde a todas las
preguntas que la reina de Saba le hace y todas estas las responde con gran autoridad y
sabiduría. San Pablo hace una magistral analogía de este hecho y pide que se enseñe a los
conversos para que éstos los comprendan la anchura, la longitud, la altura y la profundidad
del amor de Cristo un amor que llega a superar y llenar de la misma plenitud del amor de
Dios.

Sabiduría, razón que elabora que elabora lo conocido.


El entendimiento debe llevar a una madurez, debe ir siempre hacia adelante, y debe
hacer un núcleo especial de moral todo lo que se realice desde una mente amplia y
comprensiva lleva bien las cosas tanto de lo nuevo como de lo viejo hacia una perspectiva
nueva. La sabiduría no se trata de retener mucha información en la mente, la sabiduría es la
correlatividad de formar juicios propios y únicos que lleven a una profunda reflexión, pero
en ocasiones sucede que las personas no pueden formar un juicio prudente ejemplo claro el
de los marineros que pueden ir de un continente a otro de viajar por todo el mundo pero al
final de cuentas nada les es diferente porque siempre van a visualizar lo mismo, agua y
costa: sin tener la capacidad de razonar sobre estos países.
Por otra parte, tampoco es sabiduría llenar y llenar la mente de cosas, no es más que una
acumulación de conocimientos sin llegar a razonar sobre ellos la mente no se expande, y
mucho menos llega a plantearse aspectos importantes y rehúyen a cuestiones fundamentales
de la vida, pasan toda la vida en una ignorancia absoluta porque son incapaces se
reflexionar como verdaderos filósofos. La madurez y lo esencial de todo esto es que la
adquisición de saber lleva a plantearse aspectos fundamentales llenos de sabiduría, en
consecuencia, lo que se invita es a que la razón o sabiduría tenga la capacidad de avanzar
hacia nuevas ideas por medio de aquellas que ya tiene establecidas.
En este sentido, la razón ejercida sobre conocimientos lleva a realidades con relaciones
mutuas y da la capacidad de atribuir a cada una de ellas el lugar que les corresponde. Es
decir, la filosofía no puede ser parcial ni exclusiva, no puede ser menos que ser paciente,
dueña de sí misma, ha de ser majestuosamente sosegada, porque tiene la gran capacidad de
discernir el todo de las cosas en cada una de ellas.
La fe sencilla no es fanatismo
Este razonar está en un sitio más elevado y digno de honor, el conocimiento explica
hechos y doctrinas ya comprobadas, esto es filosofía en el mejor sentido de la palabra. Hay
que tener una mente amplia y conocimientos amplios para no caer en fanatismo hay que
guardar las deducciones dentro de los límites de la sobriedad y evitar conjeturas erróneas.
Es el don de los perfectos es una ley natural y que está a la orden del día la tendencia de
decir que los hábitos se forman de los actos y el carácter inseparable de la naturaleza moral.
Pero esto no debe confundirse con fanatismos ni que la fe lleve al ser humano a este hecho
de fanatismo. Llegado el caso, deja de ser fe, deja de ser sabiduría y se convierte la otra
cosa muy distinta a la sabiduría de los perfectos que procede de Dios.
Es cierto que ambas cosas proceden de principios, pero es que la fe es un extenderse
hasta encontrar la verdad en medio de oscuridades. Y el fanatismo va a aceptar todo cuanto
el interlocutor le diga sin poner en duda todo cuanto este le dice. En este sentido se
comienza a desligar los parecidos de la fe con el fanatismo, en primer lugar, la fe juzga y
decide, porque no puede dejar de hacerlo y lo realiza desde criterios basados en la verdad.
La fe se mueve principalmente bajo la responsabilidad personal, sin abusar de las cosas que
se nos dan y de esta forma evitar caer en fanatismo y dogmatismo erróneo que lleva a la
separación de la religión, es decir se crean sectas, pues estas no se plantean por lo menos la
duda de lo que se le dicen, sino que es una fe ciega y absurda. El fanatismo no tiene
argumentos razonables, sino que, se va por una sola línea tomando una postura filosófica
racional.
Cosa contraria ocurre con la fe sencilla, humilde y trasparente, sigue su camino
trabajando, deja a un lado los razonamientos fuera de lugar y se propone una obediencia
sencilla a lo revelado. Y es que la fe suceda lo que suceda en el mundo sigue su rumbo sin
ningún inconveniente, puede venir todo tipo de políticas, guerras, tendencias, la fe es
intocable, porque solo corresponde a Dios y solo Él por medio de su palabra puede
alterarla. El profeta Habacuc dice: estaré de guardia, fijo en mi atalaya, atento para
escuchar lo que él me diga. (Ha 2:1) y es que a medida que cambia el mundo, nuestro
entorno también cambia, no la doctrina de Cristo sino la forma de ver y como se asume. Y
desde la fe se es capaz de aceptar la unidad y la identidad en todas sus formas.

TEORÍA DEL DESARROLLO DOCTRINAL


La fe se reflexiona, se medita al ejemplo de María “…guardaba todas estas cosas
meditándolas en su corazón” (Lc 2, 19). María es nuestro modelo de fe, pero no de una fe
ciega que acepta y dice Sí sin una razón que justifique su respuesta. María primero acepta,
pero en su interior sabe a quién le está respondiendo y luego lo medita, lo reflexiona en su
interior para entender la voluntad del padre.

La sabiduría mundana alcanzó un reinado inimaginable, pero el pensamiento cristiano, la


Iglesia y la fe lograron destronarla cuando la razón se puso al servicio de la fe. El uso de la
razón para comprender los
DESARROLLO HISTÓEICO Y FE INTERIOR
DE LA IDEA-IMPRESIÓN A LAS DOCTRINAS FORMULADAS
IDEA ÚNICA DEL DIOS REVELADO
LENGUAJE HUMANO SOBRE LAS REALIDADES DIVINAS
CONCLUSIONES

La fe tiene un alcance amplio, más que la sabiduría, con la fe no hay tema en el cual no
este activada, buscando siempre lo mejor desde la caridad y el amor. No existe un tema en
que la fe no pueda formar un juicio o administrar justicia ya sea algo sagrado o profano, la
sabiduría tiene una verdadera idea de ello y esta fe debe ser característica en todos los
cristianos. Y todo cuanto estos realicen con fe, con sabiduría y prudencia será de
verdaderos hombres perfectos como lo refiere el mismo Jesucristo en los evangelios “sean
santos, (perfectos) como mi padre del cielo es perfecto”.

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