Lamparas y Luminarias - Apuntes UPC - V04
Lamparas y Luminarias - Apuntes UPC - V04
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http://edison.upc.es/curs/llum/lamparas/
ÍNDICE
Introducción.
Lámparas de luminiscencia.
Lámparas de descarga. Conceptos
Luminarias.
Definición y clasificaciones de las luminarias.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Introducción
Para iluminar espacios carentes de luz es necesaria la presencia de fuentes de luz
artificiales, las lámparas, y aparatos que sirvan de soporte y distribuyan
adecuadamente la luz, las luminarias. De esta forma es posible vencer las limitaciones
que la naturaleza impone a las actividades humanas. Existen dos grandes grupos de
lámparas, en función del sistema utilizado para generar luz mediante la electricidad,
por un lado las basadas en la incandescencia, denominadas lámparas de
incandescencia o incandescentes y por otro las basadas en el fenómeno de
luminiscencia, existiendo a su vez dos subgrupos de lámparas, las de descarga y las
de electroluminiscencia o LED (Light Eléctrical Diode).
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Apuntes. Lámparas y luminarias
LÁMPARAS DE INCANDESCENCIA
Las lámparas incandescentes fueron la primera forma de producir luz a partir de la
electricidad y surgieron a finales del siglo XIX. Desde que fueran inventadas, la tecnología
ha cambiado mucho produciéndose sustanciosos avances en la cantidad de luz producida, el
consumo y la duración de las lámparas. Su principio de funcionamiento es simple, se pasa una
corriente eléctrica por un filamento hasta que este alcanza una temperatura tan alta que emite
radiaciones visibles por el ojo humano. Aunque actualmente se siguen usando tienden a
desaparecer, debido a su baja eficiencia, mucho consumo en relación a los lúmenes que emite.
La incandescencia
La producción de luz mediante la incandescencia tiene una ventaja adicional, y es que la luz
emitida contiene todas las longitudes de onda que forman la luz visible o dicho de otra manera,
su espectro de emisiones es continuo. De esta manera se garantiza una buena reproducción de
los colores de los objetos iluminados.
Entre los parámetros que sirven para definir una lámpara tenemos las características
fotométricas: la intensidad luminosa, el flujo luminoso y el rendimiento o eficiencia. Además de
estas, existen otros que nos informan sobre la calidad de la reproducción de los colores y los
parámetros de duración de las lámparas.
Características cromáticas
Los colores que vemos con nuestros ojos dependen en gran medida de las características
cromáticas de las fuentes de luz. Por poner un ejemplo, no se ve igual una calle de noche a la
luz de las farolas iluminadas por lámparas de luz blanca que con lámparas de luz amarilla.
A la hora de describir las cualidades cromáticas de las fuentes de luz hemos de considerar dos
aspectos. El primero trata sobre el color que presenta la fuente. Y el segundo describe cómo son
reproducidos los colores de los objetos iluminados por esta. Para evaluarlos se utilizan dos
parámetros: la temperatura de color y el rendimiento de color que se mide con el IRC.
La temperatura de color hace referencia al color de la fuente luminosa. Su valor coincide con
la temperatura a la que un cuerpo negro tiene una apariencia de color similar a la de la fuente
considerada. Esto se debe a que sus espectros electromagnéticos respectivos tienen una
distribución espectral similar. Conviene aclarar que los conceptos temperatura de color y
temperatura de filamento son diferentes y no tienen porque coincidir sus valores.
El rendimiento en color, por contra, hace referencia a cómo se ven los colores de los objetos
iluminados. Nuestra experiencia nos indica que los objetos iluminados por un fluorescente no se
ven del mismo tono que aquellos iluminados por bombillas. En el primer caso destacan más los
tonos azules mientras que en el segundo lo hacen los rojos. Esto se debe a que la luz emitida por
cada una de estas lámparas tiene un alto porcentaje de radiaciones monocromáticas de color
azul o rojo.
Para establecer el rendimiento en color se utiliza el índice de rendimiento de color (IRC o Ra)
que compara la reproducción de una muestra de colores normalizada iluminada con nuestra
fuente con la reproducción de la misma muestra iluminada con una fuente patrón de referencia.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Características de duración
La duración de una lámpara viene determinada básicamente por la temperatura de trabajo del
filamento. Cuanto mayor sea esta, mayor será el flujo luminoso pero también la velocidad de
evaporación del material que forma el filamento. Las partículas evaporadas, cuando entren en
contacto con las paredes se depositarán sobre estas, ennegreciendo la ampolla. De esta manera
se verá reducido el flujo luminoso por ensuciamiento de la ampolla. Pero, además, el filamento
se habrá vuelto más delgado por la evaporación del tungsteno que lo forma y se reducirá, en
consecuencia, la corriente eléctrica que pasa por él, la temperatura de trabajo y el flujo
luminoso. Esto seguirá ocurriendo hasta que finalmente se rompa el filamento. A este proceso
se le conoce como depreciación luminosa.
Para determinar la vida de una lámpara disponemos de diferentes parámetros según las
condiciones de uso definidas.
La vida media es el tiempo medio que resulta tras el análisis y ensayo de un lote de
lámparas trabajando en unas condiciones determinadas.
La duración o vida útil de las lámparas incandescentes está normalizada; siendo de unas 1000
horas para las normales, para las halógenas es de 2000 horas para aplicaciones generales y de
4000 horas para las especiales.
Los factores externos que afectan al funcionamiento de las lámparas son la temperatura del
entorno dónde esté situada la lámpara y las desviaciones en la tensión nominal en los bornes.
Las variaciones de la tensión se producen cuando aplicamos a la lámpara una tensión diferente
de la tensión nominal para la que ha sido diseñada. Cuando aumentamos la tensión aplicada se
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Apuntes. Lámparas y luminarias
produce un incremento de la potencia consumida y del flujo emitido por la lámpara pero se
reduce la duración de la lámpara. Análogamente, al reducir la tensión se produce el efecto
contrario.
Las lámparas incandescentes están formadas por un hilo de wolframio que se calienta por efecto
Joule alcanzando temperaturas tan elevadas que empieza a emitir luz visible. Para evitar que el
filamento se queme en contacto con el aire, se rodea con una ampolla de vidrio a la que se le ha
hecho el vacío o se ha rellenado con un gas. El conjunto se completa con unos elementos con
funciones de soporte y conducción de la corriente eléctrica y un casquillo normalizado que sirve
para conectar la lámpara a la luminaria.
Existen dos tipos de lámparas incandescentes: las que contienen un gas halógeno en su interior y
las que no lo contienen:
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Lámparas no halógenas
Entre las lámparas incandescentes no halógenas podemos distinguir las que se han rellenado con
un gas inerte de aquellas en que se ha hecho el vacío en su interior. La presencia del gas supone
un notable incremento de la eficacia luminosa de la lámpara dificultando la evaporación del
material del filamento y permitiendo el aumento de la temperatura de trabajo del filamento. Las
lámparas incandescentes tienen una duración normalizada de 1000 horas, una potencia entre 25
y 2000 W y unas eficacias entre 7.5 y 11 lm/W para las lámparas de vacío y entre 10 y 20 para
las rellenas de gas inerte. En la actualidad predomina el uso de las lámparas con gas,
reduciéndose el uso de las de vacío a aplicaciones ocasionales en alumbrado general con
potencias de hasta 40 W.
Lámparas de
Lámparas con gas
vacío
Temperatura del filamento 2500 ºC 2100 ºC
Eficacia luminosa de la
10-20 lm/W 7.5-11 lm/W
lámpara
Duración 1000 horas 1000 horas
Convección y
Pérdidas de calor Radiación
radiación
En las lámparas incandescentes normales, con el paso del tiempo, se produce una disminución
significativa del flujo luminoso. Esto se debe, en parte, al ennegrecimiento de la ampolla por
culpa de la evaporación de partículas de wolframio del filamento y su posterior condensación
sobre la ampolla.
Agregando una pequeña cantidad de un compuesto gaseoso con halógenos (cloro, bromo o
yodo), normalmente se usa el CH2Br2, al gas de relleno se consigue establecer un ciclo de
regeneración del halógeno que evita el ennegrecimiento. Cuando el tungsteno (W) se evapora se
une al bromo formando el bromuro de wolframio (WBr 2). Como las paredes de la ampolla están
muy calientes (más de 260 ºC) no se deposita sobre estas y permanece en estado gaseoso.
Cuando el bromuro de wolframio entra en contacto con el filamento, que está muy caliente, se
descompone en W que se deposita sobre el filamento y Br que pasa al gas de relleno. Y así, el
ciclo vuelve a empezar.
El funcionamiento de este tipo de lámparas requiere de temperaturas muy altas para que pueda
realizarse el ciclo del halógeno. Por eso, son más pequeñas y compactas que las lámparas
normales y la ampolla se fabrica con un cristal especial de cuarzo que impide manipularla con
los dedos para evitar su deterioro.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Tienen una eficacia luminosa de 22 lm/W con una amplia gama de potencias de trabajo (150 a
2000W) según el uso al que estén destinadas. Las lámparas halógenas se utilizan normalmente
en alumbrado por proyección y cada vez más en iluminación doméstica.
LÁMPARAS DE LUMINISCENCIA
LÁMPARAS DE DESCARGA
Las lámparas de descarga constituyen una forma alternativa de producir luz de una manera más
eficiente y económica que las lámparas incandescentes. Por eso, su uso está tan extendido hoy
en día. La luz emitida se consigue por excitación de un gas sometido a descargas eléctricas entre
dos electrodos. Según el gas contenido en la lámpara y la presión a la que esté sometido
tendremos diferentes tipos de lámparas, cada una de ellas con sus propias características
luminosas.
Funcionamiento
En las lámparas de descarga, la luz se consigue estableciendo una corriente eléctrica entre dos
electrodos situados en un tubo lleno con un gas o vapor ionizado.
La otra posibilidad es que el electrón no reciba suficiente energía para ser arrancado. En este
caso, el electrón pasa a ocupar otro orbital de mayor energía. Este nuevo estado acostumbra a
ser inestable y rápidamente se vuelve a la situación inicial. Al hacerlo, el electrón libera la
energía extra en forma de radiación electromagnética, principalmente ultravioleta (UV) o
visible. Un electrón no puede tener un estado energético cualquiera, sino que sólo puede ocupar
unos pocos estados que vienen determinados por la estructura atómica del átomo. Como la
longitud de onda de la radiación emitida es proporcional a la diferencia de energía entre los
estados inicial y final del electrón y los estados posibles no son infinitos, es fácil comprender
que el espectro de estas lámparas sea discontinuo.
Relación entre los estados energéticos de los electrones y las franjas visibles en el espectro
La consecuencia de esto es que la luz emitida por la lámpara no es blanca (por ejemplo en las
lámparas de sodio a baja presión es amarillenta). Por lo tanto, la capacidad de reproducir los
colores de estas fuentes de luz es, en general, peor que en el caso de las lámparas incandescentes
que tienen un espectro continuo. Es posible, recubriendo el tubo con sustancias fluorescentes,
mejorar la reproducción de los colores y aumentar la eficacia de las lámparas convirtiendo las
nocivas emisiones ultravioletas en luz visible.
Elementos auxiliares
Para que las lámparas de descarga funcionen correctamente es necesario, en la mayoría de los
casos, la presencia de unos elementos auxiliares: cebadores y balastos. Los cebadores o
ignitores son dispositivos que suministran un breve pico de tensión entre los electrodos del
tubo, necesario para iniciar la descarga y vencer así la resistencia inicial del gas a la corriente
eléctrica. Tras el encendido, continua un periodo transitorio durante el cual el gas se estabiliza y
que se caracteriza por un consumo de potencia superior al nominal.
Los balastos, por contra, son dispositivos que sirven para limitar la corriente que atraviesa la
lámpara y evitar así un exceso de electrones circulando por el gas que aumentaría el valor de la
corriente hasta producir la destrucción de la lámpara.
Eficacia
Al establecer la eficacia de este tipo de lámparas hay que diferenciar entre la eficacia de
la fuente de luz y la de los elementos auxiliares necesarios para su funcionamiento que depende
del fabricante. En las lámparas, las pérdidas se centran en dos aspectos: las pérdidas por calor y
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Apuntes. Lámparas y luminarias
las pérdidas por radiaciones no visibles (ultravioleta e infrarrojo). El porcentaje de cada tipo
dependerá de la clase de lámpara con que trabajemos.
La eficacia de las lámparas de descarga oscila entre los 19-28 lm/W de las lámparas de luz de
mezcla y los 100-183 lm/W de las de sodio a baja presión.
Características cromáticas
Debido a la forma discontinua del espectro de estas lámparas, la luz emitida es una mezcla de
unas pocas radiaciones monocromáticas; en su mayor parte en la zona ultravioleta (UV) o
visible del espectro. Esto hace que la reproducción del color no sea muy buena y su rendimiento
en color tampoco.
Para solucionar este problema podemos tratar de completar el espectro con radiaciones de
longitudes de onda distintas a las de la lámpara. La primera opción es combinar en una misma
lámpara dos fuentes de luz con espectros que se complementen como ocurre en las lámparas de
luz de mezcla (incandescencia y descarga). También podemos aumentar la presión del gas. De
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Apuntes. Lámparas y luminarias
esta manera se consigue aumentar la anchura de las líneas del espectro de manera que formen
bandas anchas y más próximas entre sí. Otra solución es añadir sustancias sólidas al gas, que al
vaporizarse emitan radiaciones monocromáticas complementarias. Por último, podemos recubrir
la pared interna del tubo con sustancias fluorescentes que conviertan los rayos ultravioletas en
radiaciones visibles.
Características de duración
Hay dos aspectos básicos que afectan a la duración de las lámparas. El primero es la
depreciación del flujo. Este se produce por ennegrecimiento de la superficie del tubo donde se
va depositando el material emisor de electrones que recubre los electrodos. En aquellas
lámparas que usan sustancias fluorescentes otro factor es la pérdida gradual de la eficacia de
estas sustancias.
Los factores externos que más influyen en el funcionamiento de la lámpara son la temperatura
ambiente y la influencia del número de encendidos.
Las lámparas de descarga son, en general, sensibles a las temperaturas exteriores. Dependiendo
de sus características de construcción (tubo desnudo, ampolla exterior...) se verán más o menos
afectadas en diferente medida. Las lámparas a alta presión, por ejemplo, son sensibles a las
bajas temperaturas en que tienen problemas de arranque. Por contra, la temperatura de trabajo
estará limitada por las características térmicas de los componentes (200º C para el casquillo y
entre 350º y 520º C para la ampolla según el material y tipo de lámpara).
La influencia del número de encendidos es muy importante para establecer la duración de una
lámpara de descarga ya que el deterioro de la sustancia emisora de los electrodos depende en
gran medida de este factor.
Las formas de las lámparas de descarga varían según la clase de lámpara con que tratemos. De
todas maneras, todas tienen una serie de elementos en común como el tubo de descarga, los
electrodos, la ampolla exterior o el casquillo.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Las lámparas de descarga se pueden clasificar según el gas utilizado (vapor de mercurio o
sodio) o la presión a la que este se encuentre (alta o baja presión). Las propiedades varían
mucho de unas a otras y esto las hace adecuadas para unos usos u otros.
Las lámparas fluorescentes son lámparas de vapor de mercurio a baja presión (0.8 Pa). En estas
condiciones, en el espectro de emisión del mercurio predominan las radiaciones ultravioletas en
la banda de 253.7 nm. Para que estas radiaciones sean útiles, se recubren las paredes interiores
del tubo con polvos fluorescentes que convierten los rayos ultravioletas en radiaciones visibles.
De la composición de estas sustancias dependerán la cantidad y calidad de la luz, y las
cualidades cromáticas de la lámpara. En la actualidad se usan dos tipos de polvos; los estándar,
que producen un espectro continuo y los trifósforos que emiten un espectro de tres bandas con
los colores primarios. De la combinación estos tres colores se obtiene una luz blanca que ofrece
un buen rendimiento de color sin penalizar la eficiencia como ocurre en el caso del espectro
continuo.
Lámpara fluorescente
Las lámparas fluorescentes se caracterizan por carecer de ampolla exterior. Están formadas por
un tubo de diámetro normalizado, normalmente cilíndrico, cerrado en cada extremo con un
casquillo de dos contactos donde se alojan los electrodos. Una variante son las lámparas
fluorescentes compactas, el tubo es de inferior sección y se pliega formado en forma de
horquilla y elípticas. El tubo de descarga está relleno con vapor de mercurio a baja presión y
una pequeña cantidad de un gas inerte que sirve para facilitar el encendido y controlar la
descarga de electrones.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
La eficacia de estas lámparas depende de muchos factores: potencia de la lámpara, tipo y
presión del gas de relleno, propiedades de la sustancia fluorescente que recubre el tubo,
temperatura ambiente... Esta última es muy importante porque determina la presión del gas y en
último término el flujo de la lámpara. La eficacia oscila entre los 38 y 91 lm/W dependiendo de
las características de cada lámpara.
La duración de estas lámparas se sitúa entre 5000 y 7000 horas. Su vida termina cuando el
desgaste sufrido por la sustancia emisora que recubre los electrodos, hecho que se incrementa
con el número de encendidos, impide el encendido al necesitarse una tensión de ruptura superior
a la suministrada por la red. Además de esto, hemos de considerar la depreciación del flujo
provocada por la pérdida de eficacia de los polvos fluorescentes y el ennegrecimiento de las
paredes del tubo donde se deposita la sustancia emisora.
El rendimiento en color de estas lámparas varía de moderado a excelente según las sustancias
fluorescentes empleadas. Para las lámparas destinadas a usos habituales que no requieran de
gran precisión su valor está entre 80 y 90. De igual forma la apariencia y la temperatura de color
varía según las características concretas de cada lámpara.
Las lámparas fluorescentes compactas llevan incorporado el balasto y el cebador. Son lámparas
pequeñas con casquillo de rosca o bayoneta pensadas para sustituir a las lámparas
incandescentes con ahorros de hasta el 70% de energía y unas buenas prestaciones.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Lámparas de inducción
A medida que aumentamos la presión del vapor de mercurio en el interior del tubo de descarga,
la radiación ultravioleta característica de la lámpara a baja presión pierde importancia respecto a
las emisiones en la zona visible (violeta de 404.7 nm, azul 435.8 nm, verde 546.1 nm y amarillo
579 nm).
En estas condiciones la luz emitida, de color azul verdoso, no contiene radiaciones rojas. Para
resolver este problema se acostumbra a añadir sustancias fluorescentes que emitan en esta zona
del espectro. De esta manera se mejoran las características cromáticas de la lámpara. La
temperatura de color se mueve entre 3500 y 4500 K con índices de rendimiento en color de 40 a
45 normalmente. La vida útil, teniendo en cuenta la depreciación se establece en unas 8000
horas. La eficacia oscila entre 40 y 60 lm/W y aumenta con la potencia, aunque para una misma
potencia es posible incrementar la eficacia añadiendo un recubrimiento de polvos fosforescentes
que conviertan la luz ultravioleta en visible.
Las lámparas de luz de mezcla son una combinación de una lámpara de mercurio a alta presión
con una lámpara incandescente y , habitualmente, un recubrimiento fosforescente. El resultado
de esta mezcla es la superposición, al espectro del mercurio, del espectro continuo característico
de la lámpara incandescente y las radiaciones rojas provenientes de la fosforescencia.
Una particularidad de estas lámparas es que no necesitan balasto ya que el propio filamento
actúa como estabilizador de la corriente. Esto las hace adecuadas para sustituir las lámparas
incandescentes sin necesidad de modificar las instalaciones.
Si añadimos en el tubo de descarga yoduros metálicos (sodio, talio, indio...) se consigue mejorar
considerablemente la capacidad de reproducir el color de la lámpara de vapor de mercurio. Cada
una de estas sustancias aporta nuevas líneas al espectro (por ejemplo amarillo el sodio, verde el
talio y rojo y azul el indio).
Los resultados de estas aportaciones son una temperatura de color de 3000 a 6000 K
dependiendo de los yoduros añadidos y un rendimiento del color de entre 65 y 85. La eficiencia
de estas lámparas ronda entre los 60 y 96 lm/W y su vida media es de unas 10000 horas. Tienen
un periodo de encendido de unos diez minutos, que es el tiempo necesario hasta que se
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Apuntes. Lámparas y luminarias
estabiliza la descarga. Para su funcionamiento es necesario un dispositivo especial de
encendido, puesto que las tensiones de arranque son muy elevadas (1500-5000 V).
Las excelentes prestaciones cromáticas la hacen adecuada entre otras para la iluminación de
instalaciones deportivas, para retransmisiones de TV, estudios de cine, proyectores, etc.
La descarga eléctrica en un tubo con vapor de sodio a baja presión produce una radiación
monocromática característica formada por dos rayas en el espectro (589 nm y 589.6 nm) muy
próximas entre sí.
La radiación emitida, de color amarillo, está muy próxima al máximo de sensibilidad del ojo
humano (555 nm). Por ello, la eficacia de estas lámparas es muy elevada (entre 160 y 180
lm/W). Otras ventajas que ofrece es que permite una gran comodidad y agudeza visual, además
de una buena percepción de contrastes. Por contra, su monocromatismo hace que la
reproducción de colores y el rendimiento en color sean muy malos haciendo imposible
distinguir los colores de los objetos.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
La vida media de estas lámparas es muy elevada, de unas 15000 horas y la depreciación de flujo
luminoso que sufren a lo largo de su vida es muy baja por lo que su vida útil es de entre 6000 y
8000 horas. Esto junto a su alta eficiencia y las ventajas visuales que ofrece la hacen muy
adecuada para usos de alumbrado público, aunque también se utiliza con finalidades
decorativas. En cuanto al final de su vida útil, este se produce por agotamiento de la sustancia
emisora de electrones como ocurre en otras lámparas de descarga. Aunque también se puede
producir por deterioro del tubo de descarga o de la ampolla exterior.
En estas lámparas el tubo de descarga tiene forma de U para disminuir las pérdidas por calor y
reducir el tamaño de la lámpara. Está elaborado de materiales muy resistentes pues el sodio es
muy corrosivo y se le practican unas pequeñas hendiduras para facilitar la concentración del
sodio y que se vaporice a la temperatura menor posible. El tubo está encerrado en una ampolla
en la que se ha practicado el vacío con objeto de aumentar el aislamiento térmico. De esta
manera se ayuda a mantener la elevada temperatura de funcionamiento necesaria en la pared del
tubo (270 ºC).
El tiempo de arranque de una lámpara de este tipo es de unos diez minutos. Es el tiempo
necesario desde que se inicia la descarga en el tubo en una mezcla de gases inertes (neón y
argón) hasta que se vaporiza todo el sodio y comienza a emitir luz. Físicamente esto se
corresponde a pasar de una luz roja (propia del neón) a la amarilla característica del sodio. Se
procede así para reducir la tensión de encendido.
Las lámparas de vapor de sodio a alta presión tienen una distribución espectral que abarca casi
todo el espectro visible proporcionando una luz blanca dorada mucho más agradable que la
proporcionada por las lámparas de baja presión.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Las consecuencias de esto es que tienen un rendimiento en color (T color= 2100 K) y capacidad
para reproducir los colores mucho mejores que la de las lámparas a baja presión (IRC = 25,
aunque hay modelos de 65 y 80 ). No obstante, esto se consigue a base de sacrificar eficacia;
aunque su valor que ronda los 130 lm/W sigue siendo un valor alto comparado con los de otros
tipos de lámparas.
La vida media de este tipo de lámparas ronda las 20000 horas y su vida útil entre 8000 y 12000
horas. Entre las causas que limitan la duración de la lámpara, además de mencionar la
depreciación del flujo tenemos que hablar del fallo por fugas en el tubo de descarga y del
incremento progresivo de la tensión de encendido necesaria hasta niveles que impiden su
correcto funcionamiento.
Las condiciones de funcionamiento son muy exigentes debido a las altas temperaturas (1000
ºC), la presión y las agresiones químicas producidas por el sodio que debe soportar el tubo de
descarga. En su interior hay una mezcla de sodio, vapor de mercurio que actúa como
amortiguador de la descarga y xenón que sirve para facilitar el arranque y reducir las pérdidas
térmicas. El tubo está rodeado por una ampolla en la que se ha hecho el vacío. La tensión de
encendido de estas lámparas es muy elevada y su tiempo de arranque es muy breve.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Este tipo de lámparas tienen muchos usos posibles tanto en iluminación de interiores como de
exteriores. Algunos ejemplos son en iluminación de naves industriales, alumbrado público o
iluminación decorativa.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Casi todos estamos familiarizados con los leds, los conocemos de verlos en el frente de
muchos equipos de uso cotidianos, como radios, televisores, teléfonos celulares y display de
relojes digitales, sin embargo la falta de una amplia gama de colores y una baja potencia
lumínica han limitado su uso considerablemente. No obstante esto está cambiando gradualmente
con la introducción de nuevos materiales que han permitido crear leds de prácticamente todo el
espectro visible de colores y ofreciendo al mismo tiempo una eficiencia lumínica que supera a la
de las lámparas incandescentes. Estos brillantes, eficientes y coloridos nuevos leds están
expandiendo su dominio a un amplio rango de aplicaciones de iluminación desplazando a su
anterior campo de dominio que era el de la mera señalización. Si consideramos su particularidad
de bajo consumo energético y su prácticamente imbatible ventaja para su uso en señalamiento
exterior (carteles de mensaje variables y señales de tránsito) tendremos que el futuro de estos
pequeños dispositivos semiconductores es realmente muy promisorio tal como lo indican los
números actuales de crecimiento de mercado a nivel mundial.
Funcionamiento
El led es un diodo que emite luz (Light Emitting Diode), un diodo es un semiconductor,
los semiconductores están hechos fundamentalmente de silicio. Como veremos más adelante los
led están hechos de una gran gama de elementos de la tabla periódica, pero nos ocuparemos
ahora de explicar el funcionamiento del diodo a través del comportamiento del Silicio, ya que
este es el material fundamental y más usado en la electrónica moderna.
Por separado ambos semiconductores no dicen mucho, pero cuando se unen producen
efectos interesantes.
Creando el diodo:
Cuando unimos Silicio N y Silicio P, tenemos una Unión semiconductora P-N (Unión
P-N) este es el dispositivo semiconductor más simple, conocido con el nombre de diodo, y es la
base de toda la electrónica moderna.
Por lo tanto no circula corriente por la junta o unión ya que electrones y agujeros se
movieron en sentido contrario (hacia los terminales del diodo)
Si damos vuelta el diodo (lo conectamos en directa), tenemos que los electrones libres
del terminal N se repelerán con los electrones libres del terminal negativo de la batería por lo
que los primeros se dirigirán a la zona de la junta. En el terminal positivo tenemos que los
huecos del terminal P se repelerán con los huecos del terminal positivo de la batería por lo tanto
los huecos del semiconductor se dirigirán a la junta.
En la junta los electrones y los huecos se re-combinan formando así una corriente que
fluirá en forma permanente.
Un diodo real cuando se conecta a la inversa tiene una pequeña corriente de pérdida del
orden de los 10 microamperios que se mantiene aproximadamente constante mientras la tensión
de la batería no supere un determinado nivel, a partir del cual la corriente crece bruscamente,
esta zona se llama zona de ruptura o avalancha. Generalmente esta zona queda fuera de las
condiciones normales de funcionamiento. Hay que mencionar que dicha corriente inversa es
casi linealmente dependiente de la temperatura.
Cuando el diodo se conecta en directa veremos que sobre sus extremos se produce una
caída de tensión del orden de los 0.6 voltios para los diodos de silicio normales. Esta caída de
tensión es un reflejo de la energía necesaria para que los electrones salten la junta y es
característica de cada material. Este valor es conocido como potencial de salto de banda (band
gap)
Tenemos entonces que para sacar un electrón de su órbita necesitamos energía y que
esta se pierde en el transcurso de su recorrido dentro del diodo, esta energía se transforma en
radiación, básicamente calor u ondas infrarrojas en un diodo normal.
De diodos a Leds
Como dijimos, si la energía que se necesita es pequeña, se tendrá que dicha energía se
emitirá en ondas infrarrojas de relativamente baja frecuencia, si el material necesitara más
energía para que se produzca el paso de la corriente, las ondas que emitirá el diodo tendrían más
energía y se pasaría de emitir luz infrarroja a roja, naranja, amarilla, verde, azul, violeta y
ultravioleta.
O sea el diodo emitiría luz monocromática en el espectro visible y más allá. Ya tenemos
el led!!!
Por supuesto a más alta frecuencia mayor será la caída de tensión por lo que pasaremos
de 0.6v de caída para un diodo normal a 1,3 v para un led infrarrojo, 1,8 v. para un led rojo, 2,5
v. para uno verde, y 4,3v. para un led azul y más de 5v. para un led ultravioleta.
Como vemos el led viene provisto de los dos terminales correspondientes que tienen
aproximadamente 2 a 2,5 cm de largo y sección generalmente de forma cuadrada. En el
esquema podemos observar que la parte interna del terminal del cátodo es más grande que el
ánodo, esto es porque el cátodo está encargado de sujetar al sustrato de silicio, por lo tanto será
este terminal el encargado de disipar el calor generado hacia el exterior ya que el terminal del
ánodo se conecta al chip por un delgado hilo de oro, el cual prácticamente no conduce calor. Es
de notar que esto no es así en todos los leds, solo en los últimos modelos de alto brillo y en los
primeros modelos de brillo estándar, ya que en los primeros led de alto brillo es al revés. Por
eso no es buena política a la hora de tener que identificar el cátodo, hacerlo observando cual es
el de mayor superficie. Para eso existen dos formas más convenientes, la primera y más segura
es ver cuál es el terminal más corto, ese es siempre el cátodo no importa que tecnología sea el
led. La otra es observar la marca plana que también indica el cátodo, dicha marca plana es una
muesca o rebaje en el reborde del encapsulado. Otra vez este no es un método que siempre
funciona ya que algunos fabricantes no incluyen esta muesca y algunos modelos de leds
pensados para aplicaciones de clúster donde se necesitan que los leds estén muy pegados,
directamente no incluye este reborde.
El terminal que sostiene el sustrato cumple otra misión muy importante, la de reflector, ya que
posee una forma parabólica o su aproximación semicircular, este es un punto muy crítico en la
fabricación y concepción del led ya que un mal enfoque puede ocasionar una pérdida
considerable de energía o una proyección no uniforme.
Un led bien enfocado debe proyectar un brillo uniforme cuando se proyecta sobre una superficie
plana. Un led con enfoque defectuoso se puede identificar porque proyecta formas que son
copia del sustrato y a veces se puede observar un aro más brillante en el exterior del círculo,
síntoma seguro de que la posición del sustrato se encuentra debajo del centro focal del espejo
terminal.
Dentro de las características ópticas del led aparte de su luminosidad esta la del ángulo de
visión, se define generalmente el ángulo de visión como el desplazamiento angular desde la
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Apuntes. Lámparas y luminarias
perpendicular donde la potencia de emisión disminuye a la mitad. Según la aplicación que se le
dará al led se necesitara distintos ángulos de visión así son típicos leds con 4,6,8,16,24,30,45,60
y hasta 90 grados de visión. Generalmente el ángulo de visión está determinado por el radio de
curvatura del reflector del led y principalmente por el radio de curvatura del encapsulado. Por
supuesto cuanto menor sea el ángulo y a igual sustrato semiconductor se tendrá una mayor
potencia de emisión y viceversa
Otro componente del led que no se muestra en la figura (sí se aprecia en la fotografía) pero que
es común encontrarlo en los led de 5mm son los stand-off o separadores, son topes que tienen
los terminales y sirven para separar los leds de la plaqueta en aplicaciones que así lo requieren,
generalmente si se van colocar varios leds en una plaqueta es conveniente que no tenga los
stand - off ya que de esta forma el encapsulado del led puede apoyarse directamente sobre la
plaqueta lo que le dará la posición correcta, esto es especialmente importante en leds con ángulo
de visión reducido.
o Difuso o difused: Estos leds tiene un aspecto más opacos que el anterior y están
coloreados con el color de emisión, poseen pequeñas partículas en suspensión de tamaño
microscópico que son las encargadas de desviar la luz, este tipo de encapsulado le quita
mucho brillo al led pero le agrega mucho ángulo de visión ya que los múltiples rebotes de la
luz dentro del encapsulado le otorgan un brillo muy uniforme sobre casi todos los ángulos
prácticos de visión.
o Lechosos o Milky: Este tipo de encapsulado es un tipo difuso pero sin colorear, estos
encapsulado son muy utilizados en leds bicolores o multicolores. El led bicolor es en
realidad un led doble con un cátodo común y dos ánodos ( 3 terminales) o dos led colocados
en contraposición (2 terminales). Generalmente el primer caso con leds rojo y verde es el
más común aunque existen otras combinaciones incluso con más colores.
Es muy importante hacer notar que en todos los casos el sustrato del led es el que determina el
color de emisión y no el encapsulado. Un encapsulado con frecuencia de paso distinta a la
frecuencia de emisión del sustrato solo lograría filtrar la luz del led, bajando así su brillo
aparente al igual que todo objeto colocado delante de él.
Evolución de los leds
El primer led comercialmente utilizable fue desarrollado en el año 1962, combinando Galio,
Arsénico y Fósforo (GaAsP) obteniendo un led rojo con una frecuencia de emisión de unos 650
nm con una intensidad relativamente baja, aproximadamente 10mcd con 20mA,(mcd =
milicandela, posteriormente explicaremos las unidades fotométricas y radiométricas utilizadas
para determinar la intensidad lumínica de los leds ). El siguiente desarrollo se basó en el uso del
Galio en combinación con el Fósforo (GaP) con lo que se consiguió una frecuencia de emisión
del orden de los 700nm. A pesar de que se conseguía una eficiencia de conversión electrón-
fotón o corriente-luz más elevada que con el GaAsP, esta se producía a relativamente baja
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Apuntes. Lámparas y luminarias
corrientes intensidad, un incremento en la corriente intensidad no generaba un aumento lineal en
la luz emitida, sumado a esto se tenía que la frecuencia de emisión estaba muy cerca del
infrarrojo una zona en la cual el ojo no es muy sensible por lo que el led parecía tener bajo brillo
a pesar de su superior desempeño de conversión.
Los siguientes desarrollos, ya entrada la década del 70, introdujeron nuevos colores al espectro.
Distinta proporción de materiales produjo distintos colores. Así se consiguieron colores verde y
rojo utilizando GaP y ámbar, naranja y rojo de 630nm (el cual es muy visible) utilizando
GaAsP. También se desarrollaron leds infrarrojos, los cuales se hicieron rápidamente populares
en los controles remotos de los televisores y otros artefactos del hogar.
En los 90 apareció en el mercado tal vez el más exitoso material para producir leds hasta la
fecha el AlInGaP Aluminio, Indio, Galio y Fósforo. Las principales virtudes de este tetra-
compuesto son que se puede conseguir una gama de colores desde el rojo al amarillo cambiando
la proporción de los materiales que lo componen y segundo, su vida útil es sensiblemente
mayor, a la de sus predecesores, mientras que los primeros leds tenían una vida media efectiva
de 40.000 horas los leds de AlInGaP tenían más de 100.000 horas aun en ambientes de elevada
temperatura y humedad.
Es de notar que muy difícilmente un led puede llegar a quemarse, lo que sí puede ocurrir es que
se ponga en cortocircuito o que se abra como un fusible, e incluso que explote si se le hace
circular una elevada intensidad corriente, pero en condiciones normales de uso un led se
degrada, es decir, pierde anualmente un 5% de luminosidad, suponiendo que se encuentra
encendido las 24 horas del día. Cuando el led ha perdido el 50% de su brillo inicial, se dice que
ha llegado al fin de su vida útil y eso es lo que queremos decir cuando hablamos de vida de un
led. Un rápido cálculo nos da que en un año hay 8760 horas por lo que podemos considerar que
un LED de AlInGaP tiene una vida útil de más de 10 años.
Como dijimos uno de los factores fundamentales que atentan contra este número es la
temperatura, tanto la temperatura ambiente como la interna generada en el chip, por lo tanto es
fundamental en la duración las técnicas de diseño del circuito impreso para bajar la temperatura.
A final de los 90 se cerró el circulo sobre los colores del arco iris, gracias a las tareas de
investigación del Shuji Nakamura, investigador de Nichia, una pequeña empresa fabricante de
leds de origen japonés, se llego al desarrollo del led azul, este led siempre había sido difícil de
conseguir debido a su elevada energía de funcionamiento y relativamente baja sensibilidad del
ojo a esa frecuencia (del orden de los 460 nm) Hoy en día coexisten varias técnicas diferentes
para producir luz azul, una basada en el SiC Silicio – Carbono otra basada en el GaN Galio –
Nitrógeno, otra basada en InGaN Indio-Galio-Nitrógeno sobre substrato de Zafiro y otra GaN
sobre sustrato SiC. El compuesto GaN, inventado por Nakamura, es actualmente el más
utilizado. Otras técnicas como la de ZnSe Zinc – Selenio han sido dejadas de lado y al parecer el
SiC seguirá el mismo camino debido a su bajo rendimiento de conversión y elevada
degradación con la temperatura.
Dado que el azul es un color primario, junto con el verde y el rojo, tenemos hoy en día la
posibilidad de formar el blanco con la combinación de los tres y toda la gama de colores del
espectro, esto permite que los display gigantes y carteles de mensajes variables full color se
hagan cada día más habituales en nuestra vida cotidiana.
Es también posible lograr otros colores con el mismo material GaN, como por ejemplo el verde
azulado o turquesa, de una frecuencia del orden de los 505 nm. Este color es importante ya que
es el utilizado para los semáforos. Su tono azulado lo hace visible para las personas daltónicas.
El daltonismo es una enfermedad congénita que hace a quien lo padece ser parcialmente ciego a
determinadas frecuencias de color, generalmente dentro de ellas está la correspondiente al verde
puro que tiene una frecuencia del orden de los 525 nm.
Otros colores también son posibles de conseguir como por ejemplo el púrpura, violeta o
ultravioleta. Este último es muy importante para la creación de una forma más eficiente de
producir luz blanca que la mera combinación de los colores primarios, ya que añadiendo fósforo
blanco dentro del encapsulado, este absorbe la radiación ultravioleta y emite frecuencia dentro
de todo el espectro visible, logrando luz blanca en un proceso similar al que se produce en el
interior de los tubos fluorescentes. A veces el fósforo posee una leve tonalidad amarillenta para
contrarrestar el tono azulado de la luz del semiconductor.
Se resume en la siguiente tabla 1.1 las distintas frecuencias de emisión de los leds
comercialmente disponibles y sus materiales correspondientes. Los datos técnicos fueron
obtenidos de distintos fabricantes. Es de notar que la resolución del ojo es del orden de los 3 a 5
nm según el color de que se trate.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Frecuencia Color Material
940 Infrarrojo GaAs
890 Infrarrojo GaAlAs
700 Rojo profundo GaP
660 Rojo profundo GaAlAs
640 Rojo AlInGaP
630 Rojo GaAsP/GaP
626 Rojo AlInGaP
615 Rojo – Naranja AlInGaP
610 Naranja GaAsP/GaP
590 Amarillo GaAsP/GaP
590 Amarillo AlInGaP
565 Verde GaP
555 Verde GaP
525 Verde InGaN
525 Verde GaN
505 Verde turquesa InGaN/Zafiro
498 Verde turquesa InGaN/Zafiro
480 Azul SiC
450 Azul InGaN/Zafiro
430 Azul GaN
425 Azul InGaN/Zafiro
370 Ultravioleta GaN
Conclusiones
En resumen, podemos concluir que hoy en día es posible conseguir leds en todo el espectro
visible y más allá. Con una elevada vida útil, elevado brillo, alta eficiencia lumínica y
estándares de calidad de acuerdo con las exigentes normas de nivel mundial. Su bajo consumo
comparado con otras fuentes de luz incluso inferior a las lámparas de descarga, lo sitúan en una
posición privilegiada dentro de los productos ecológicos. Sumado a todo esto nos encontramos
con que su precio y disponibilidad en el mercado comienza a ser asequible al público en general
y que el número de aplicaciones crece con rapidez. Estamos probablemente ante la principal
fuente de iluminación del siglo XXI.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Las luminarias son aparatos que sirven a las lámparas de soporte y conexión a la red eléctrica.
Como esto no basta para que cumplan eficientemente su función, es necesario que cumplan una
serie de características ópticas, mecánicas y eléctricas entre otras.
A nivel de óptica, la luminaria es responsable del control y la distribución de la luz emitida por
la lámpara. Es importante, que en el diseño de su sistema óptico se cuide la forma y distribución
de la luz, el rendimiento del conjunto lámpara-luminaria y el deslumbramiento que pueda
provocar en los usuarios. Otros requisitos que deben cumplir las luminarias es que sean de fácil
instalación y mantenimiento. Para ello, los materiales empleados en su construcción han de ser
los adecuados para resistir el ambiente en que deba trabajar la luminaria y mantener la
temperatura de la lámpara dentro de los límites de funcionamiento. Todo esto sin perder de vista
aspectos no menos importantes como la economía o la estética.
Clasificación
Las luminarias pueden clasificarse de muchas maneras aunque lo más común es utilizar criterios
ópticos, mecánicos o eléctricos.
Una primera manera de clasificar las luminarias es según el porcentaje del flujo luminoso
emitido por encima y por debajo del plano horizontal que atraviesa la lámpara. Es decir,
dependiendo de la cantidad de luz que ilumine hacia el techo o al suelo. Según esta clasificación
se distinguen seis clases.
Directa Semi-directa
General Directa-
difusa indirecta
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Semi-directa Indirecta
Otra clasificación posible es atendiendo al número de planos de simetría que tenga el sólido
fotométrico. Así, podemos tener luminarias con simetría de revolución que tienen infinitos
planos de simetría y por tanto nos basta con uno de ellos para conocer lo que pasa en el resto de
planos (por ejemplo un proyector o una lámpara tipo globo), con dos planos de simetría
(transversal y longitudinal) como los fluorescentes y con un plano de simetría (el longitudinal)
como ocurre en las luminarias de alumbrado viario.
Luminaria con infinitos Luminaria con dos planos Luminaria con un plano de
planos de simetría de simetría simetría
Alcance longitudinal
Dispersión transversal
Tanto el alcance como la dispersión pueden calcularse gráficamente a partir del diagrama
isocandela relativo en proyección azimutal.
Por último, el control nos da una idea de la capacidad de la luminaria para limitar el
deslumbramiento que produce.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Donde la fórmula del SLI (índice específico de la luminaria) se calcula a a partir de las
características de esta.
Las luminarias se clasifican según el grado de protección contra el polvo, los líquidos y los
golpes. En estas clasificaciones, según las normas nacionales (UNE 20324) e internacionales,
las luminarias se designan por las letras IP seguidas de tres dígitos. El primer número va de 0
(sin protección) a 6 (máxima protección) e indica la protección contra la entrada de polvo y
cuerpos sólidos en la luminaria. El segundo va de 0 a 8 e indica el grado de protección contra la
penetración de líquidos. Por último, el tercero da el grado de resistencia a los choques.
Según el grado de protección eléctrica que ofrezcan las luminarias se dividen en cuatro clases
(0, I, II, III).
Otras clasificaciones
Otras clasificaciones posibles son según la aplicación a la que esté destinada la luminaria
(alumbrado viario, alumbrado peatonal, proyección, industrial, comercial, oficinas, doméstico...)
o según el tipo de lámparas empleado (para lámparas incandescentes o fluorescentes).
GLOSARIO DE TÉRMINOS
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Apuntes. Lámparas y luminarias
La ampolla es un elemento que sirve para proteger al tubo de descarga de los agentes
atmosféricos. Es un elemento presente en todas las lámparas excepto en las lámparas
fluorescentes que no disponen de él. En su interior se hace el vacío o se rellena con
un gas inerte. Sus formas son muy variadas y puede estar recubierta internamente con
sustancias fluorescentes que filtran y convierten las radiaciones ultravioletas en
visibles mejorando el rendimiento en color de estas lámparas y su eficiencia.
Los casquillos empleados en alumbrado general son de dos tipos: Edison (E) y
Bayoneta (B). Para su nomenclatura se utiliza la inicial de la clase seguida del
diámetro en milímetros. Por ejemplo, E25 quiere decir que tenemos una lámpara con
casquillo Edison de 25 mm de diámetro.
Casquillo de Casquillo de
rosca bayoneta
Electrodos (descarga)
Filamento (incandescencia)
Para que una lámpara incandescente emita luz visible, es necesario calentar el
filamento hasta temperaturas muy elevadas. Esto se consigue pasando una corriente
eléctrica a través de un material conductor por efecto Joule.
También es muy importante que el filamento tenga un punto de fusión alto y una
velocidad de evaporación lenta que evite un rápido desgaste por desintegración del
hilo. De esta manera se pueden alcanzar temperaturas de funcionamiento más altas y,
por tanto, mayores eficacias.
Gas (descarga)
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Apuntes. Lámparas y luminarias
En el interior del tubo de descarga encontramos una mezcla entre un vapor de sodio o
mercurio y un gas inerte de relleno. El primero determina las propiedades de la luz de
la lámpara y es el responsable de la emisión de la luz como consecuencia de la
descarga. El segundo, el gas inerte, cumple varias funciones. La principal es disminuir
la tensión de ruptura necesaria para ionizar el gas que rellena el tubo e iniciar así la
descarga más fácilmente. Otras funciones que realiza son limitar la corriente de
electrones y servir de aislante térmico para ayudar a mantener la temperatura de
trabajo de la lámpara.
Rendimiento de la luminaria
El filamento está fijado a la lámpara por un conjunto de elementos que tienen misiones
de sujeción y conducción de la electricidad.
Al hablar del color hay que distinguir entre el fenómeno físico donde intervienen la luz y la
visión (sensibilidad y contraste) y el fenómeno sensorial. Como fenómeno físico comentaremos,
además, los sistemas de especificación y la realización de mezclas.
Recordemos brevemente que la luz blanca del sol está formada por la unión de los colores del
arco iris, cada uno con su correspondiente longitud de onda. Los colores van del violeta
(380 nm) hasta el rojo (770 nm) y su distribución espectral aproximada es:
Cuando un cuerpo opaco es iluminado por luz blanca refleja un color o una mezcla de estos
absorbiendo el resto. Las radiaciones luminosas reflejadas determinarán el color con que
nuestros ojos verán el objeto. Si las refleja todas será blanco y si las absorbe todas negro. Si,
por el contrario, usamos una fuente de luz monocromática o una de espectro discontinuo, que
emita sólo en algunas longitudes de onda, los colores se verán deformados. Este efecto puede
ser muy útil en decoración pero no para la iluminación general.
El ojo humano no es igual de sensible a todas las longitudes de onda que forman la luz diurna.
De hecho, tiene su máximo para un valor de 555 nm que corresponde a un tono amarillo
verdoso. A medida que nos alejamos del máximo hacia los extremos del espectro (rojo y
violeta) esta va disminuyendo. Es por ello que las señales de peligro y advertencia, la
iluminación de emergencia o las luces antiniebla son de color amarillo.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
El color como otras sensaciones que percibimos a través de los sentidos está sometida a criterios
de análisis subjetivos. Depende de las preferencias personales, su relación con otros colores y
formas dentro del campo visual (el contraste, la extensión que ocupa, la iluminación recibida, la
armonía con el ambiente...), el estado de ánimo y de salud, etc.
Tradicionalmente distinguimos entre colores fríos y cálidos. Los primeros son los violetas,
azules y verdes oscuros. Dan la impresión de frescor, tristeza, recogimiento y reducción del
espacio. Por contra, los segundos, amarillos, naranjas, rojos y verdes claros, producen
sensaciones de alegría, ambiente estimulante y acogedor y de amplitud de espacio.
Hay que destacar también el factor cultural y climático porque en los países cálidos se prefieren
tonos fríos para la decoración de interiores mientras que en los fríos pasa al revés.
Colores y mezclas
A todos aquellos que hayan pintado alguna vez les sonarán términos como colores primarios,
secundarios, terciarios o cuaternarios. Los colores primarios o básicos son aquellos cuya
combinación produce todos los demás. En pintura son el cian, el magenta y el amarillo y en
iluminación el azul, el verde y el rojo. Cualquier otro color se puede obtener combinándolos en
diferentes proporciones. Así los secundarios se obtienen con mezclas al 50%; los terciarios
mezclando dos secundarios entre sí, etc.
Las mezclas, que en luminotecnia se consiguen mediante filtros y haces de luces, pueden ser
aditivas o sustractivas.
Las mezclas aditivas u ópticas se obtienen sumando haces de luces de colores. El color
resultante dependerá de la componente que se halle en mayor proporción y será más intenso que
estas. Si la suma diera blanco se diría que son colores complementarios.
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Las mezclas sustractivas o pigmentarias se consiguen aplicando a la luz blanca una serie de
sucesivos filtros de colores que darán un tono de intensidad intermedia entre las componentes.
Para definir los colores se emplean diversos sistemas como el RGB o el de Munsell. En el
sistema RGB (Red, Green, Blue), usado en informática, un color está definido por la
proporción de los tres colores básicos - rojo, verde y azul - empleados en la mezcla. En el
sistema de Munsell se recurre a tres parámetros: tono o matiz (rojo, amarillo, verde...), valor o
intensidad (luminosidad de un color comparada con una escala de grises; por ejemplo el
amarillo es más brillante que el negro) y cromaticidad o saturación (cantidad de blanco que
tiene un color; si no tiene nada se dice que está saturado).
LÁMPARAS INCANDESCENTES
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Lámpara incandescente normal:
La lámpara incandescente produce luz por medio del calentamiento
eléctrico de un alambre (el filamento) a una temperatura alta que la
radiación se emite en el campo visible del espectro. Son las más
antiguas fuentes de luz conocidas con las que se obtiene la mejor
reproducción de los colores, con una luz muy cercana a la luz
natural del sol. Su desventaja es la corta vida de funcionamiento,
baja eficacia luminosa (ya que el 90% de la energía se pierde en
forma de calor) y depreciación luminosa con respecto al tiempo. La
ventaja es que tienen un coste de adquisición bajo y su instalación
resulta simple, al no necesitar de equipos auxiliares.
LÁMPARAS DE DESCARGA
VAPOR DE MERCURIO
BAJA PRESIÓN
Lámpara de mercurio de Baja Presión(Fluorescentes):
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Recordemos que estas lámparas son de descarga de mercurio de
baja presión, en la cual la luz se produce predominantemente
mediante polvos fluorescentes activados por la energía ultravioleta
de la descarga. Tienen mayor eficacia luminosa que las lámparas
incandescentes normales y muy bajo consumo energético. Son
lámparas más costosas de adquisición y de instalación, pero se
compensa por su larga vida de funcionamiento. La reproducción del
color es su punto débil, aunque en los últimos años se están
consiguiendo niveles aceptables. Caracterizadas también por una
tonalidad fría en el color de la luz emitida.
ALTA PRESIÓN
Lámparas de mercurio de Alta presión:
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Apuntes. Lámparas y luminarias
En estas lámparas la descarga se produce en un tubo de
descarga que contiene una pequeña cantidad de mercurio y un
relleno de gas inerte para asistir al encendido. Una parte de la
radiación de la descarga ocurre en la región visible del espectro
como luz, pero una parte también se emite en la región
ultravioleta. Cubriendo la superficie interior de la ampolla exterior,
con un polvo fluorescente que convierte esta radiación
ultravioleta en radiación visible, la lámpara ofrecerá mayor
iluminación que una versión similar sin dicha capa. Aumentará
así la eficacia lumínica y mejorara la calidad de color de la fuente,
como la reproducción del color.
VAPOR DE SODIO:
Lámpara de vapor de sodio de Baja Presión(VSBP):
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Apuntes. Lámparas y luminarias
Existe una gran similitud entre el trabajo de una lámpara de sodio
de baja presión y una lámpara de mercurio de baja presión. Sin
embargo, mientras que en la última, la luz se produce al convertir
la radiación ultravioleta de la descarga del mercurio en radiación
visible, utilizando un polvo fluorescente en la superficie interna; la
radiación visible de la lámpara de sodio de baja presión se
produce por la descarga de sodio. La lámpara producirá una luz de
color amarillo, ya que en casi la totalidad de su espectro
predominan las frecuencias cerca del amarillo. La reproducción de
color será la menos valorada de todos los tipos de luminaria, Pero
sin embargo es la lámpara de mayor eficiencia luminosa y larga
vida.