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La celulitis o piel de naranja, término común para referirse a la lipodistrofia


ginecoide, paniculopatía edemato fibro esclerótica o PEFE, lipoesclerosis o
dermopaniculosis, corresponde a la alteración cosmética de la piel de los
glúteos y de la cara posterior y lateral de los muslos de la mayoría de las
mujeres, producto de una distorsión en la arquitectura del tejido conjuntivo
localizado bajo la piel afectada, en conjunto con anormalidades circulatorias e
inflamación. La acumulación de tejido adiposo en las zonas afectadas hace más
aparente el trastorno.12
La celulitis rara vez se presenta en hombres y suele ser producto de una
deficiencia de andrógenos como la que ocurre con la castración, el
hipogonadismo, el síndrome de Klinefelter o la terapia estrogénica para el
tratamiento del cáncer de próstata.12
Epidemiología
Entre el 85 % y el 98 % de las mujeres después de la pubertad presentan algún
grado de celulitis, siendo más frecuente en unas etnias que en otras. Parece
haber un componente hormonal en su desarrollo; en los hombres es raro
encontrar celulitis, y por esto se puede considerar un carácter sexual
secundario. Cabe reseñar las diferencias hormonales entre hombres y mujeres,
que propician que se dé la celulitis en un porcentaje mucho mayor que en los
hombres. Las mujeres tienen dos hormonas, la progesterona y el estrógeno,
que favorecen la acumulación de adiposidades de grasa y la retención de
líquidos, dando como resultado la celulitis o piel de naranja [cita requerida]
Clasificación
Existen distintos grados de celulitis, celulitis blanda, celulitis edematosa o
celulitis compacta.
Fisiopatología
El cuadro de celulitis es el resultado de una alteración de la circulación de la
capa grasa (hipodermis): el tejido graso crece y las paredes laterales se
engrosan formando hoyuelos.
Fases evolutivas
Evoluciona en cuatro fases:3
Fase 1. Ectasia circulatoria: venosa, linfática y dilatación de vasos dérmicos.
Edema intersticial periadipocitario.
Clínicamente: Pesadez de piernas, la zona celulítica se palpa espesa, menos
elástica y más fría, comienza a verse a la presión la “piel de naranja”. Pueden
aparecer algunas telangiectasias. Esta etapa es reversible.
Fase 2. Exudativa: La dilatación vascular aumenta, sale suero desde los
capilares hacia el tejido subcutáneo. El edema empuja a las fibras conjuntivas y
filetes nerviosos. Hay hiperplasia e hipertrofia de fibras reticulares
pericapilares y periadipocitarias.
Clínicamente: A los síntomas de la fase 1, se agrega dolor a la palpación de la
zona celulítica. A la presión aparece la "piel de naranja". Aparecen estrías y
várices, tendencia a la obesidad y lipodistrofia localizada. Esta fase también
puede ser reversible. Periodo de actividad genital.
Fase 3. Proliferación fibrosa: Las fibras de dermis e hipodermis sufren una
degeneración del colágeno, se forman bloques amorfos que provocan
aprisionamiento de los adipocitos llenos de triglicéridos. Se altera el
metabolismo celular y se forman "micronódulos".
Clínicamente: “Piel de naranja espontánea”. La piel está fría, seca y con
"pocitos". Varices superficiales y profundas. Artropatías dolorosas y
lipodistrofia localizada asociada a estrías nacaradas y flacidez. Periodo
premenopáusico, se hace difícil la reversibilidad, salvo efectuar un tratamiento
exhaustivo y sostenido.
Fase 4. Fibrosis cicatrizal: La progresiva compresión de vasos y nervios,
produce alteración nutricional del tejido conjuntivo, sin alteración real del tejido
adiposo que permanece normal en su constitución química. La unión de
micronódulos forma el “macronódulo”.
Clínicamente: “Piel acolchonada o capitoné” que se ve a simple vista sin
necesidad de presión (nódulos duros e indoloros). Periodo Post menopáusico.
Esta fase no puede ser revertida.
Tratamiento
En el tratamiento anticelulítico4 se combina la alimentación equilibrada con el
ejercicio físico. En la actualidad aún no hay estudios científicos que aseguren la
supresión definitiva de la celulitis en los pacientes.5
No hay mejor alternativa para prevenirla o mejorarla que los ejercicios físicos
de actividad prolongada, pues los de corta actividad tenderán a consumir
energía no adiposa del organismo. Es recomendable subir y bajar escaleras,
trotar, para ejercitar principalmente las piernas y los glúteos que son las zonas
donde suele acumularse la grasa en mayor medida. Procurar mantener un peso
adecuado y realizar ejercicio físico es beneficioso para no agravar el efecto.
La alimentación que propicia la celulitis suele ser la denominada "comida
basura"; también el exceso de harinas, así como la ingestión de bebidas
gaseosas (sodas) por su alto contenido de azúcares, que son captadas por la
sangre y que después se acumulan en la dermis en forma de grasas. Se
recomienda que la alimentación no tenga exceso de grasas, sino más bien
verduras y frutas o alimentos acordes al nivel de consumo calórico del
individuo.
No está demostrado que beber agua o aplicarse cremas resuelva la presencia
de la celulitis. Por el contrario, tratándose de las cremas, sus resultados son
controvertidos y si se producen suelen aparecer a largo plazo. Es preciso
alertar sobre la mayoría de las cremas anticelulitis y tener cuidado con sus
componentes, que suelen ser la ginkgo biloba o el ácido retinoico; algunas de
estas sustancias pueden producir una reacción alérgica, dermatitis de contacto
y prurito.
Los masajes, aunque sean enérgicos y dolorosos, no garantizan la desaparición
de la celulitis. Puede mejorar parcialmente, según la naturaleza del afectado y
su estado físico general.
La liposucción, o extracción quirúrgica del exceso de grasa debajo de la piel, no
resuelve esta afección. La acumulación de grasa aparecerá inevitablemente si
el individuo no cambia sus hábitos y procura alimentarse sanamente y recurrir
a los ejercicios físicos. De igual manera, la mesoterapia tampoco garantiza la
solución del problema.
La cirugía suele ayudar en mayor medida cuando se produce el corte o
desprendimiento epidérmico de la capa grasosa. Este recurso sólo es
recomendable cuando la celulitis ha alcanzado niveles alarmantes que afecta
la calidad de vida del paciente.
La Terapia con Láser de Baja Frecuencia (LLLT por sus siglas "Low-Level Laser
Therapy"), también conocida como Lipoláser, Laserlipólisis o lipolisis con láser,
ha sido estudiada y aplicada para la reducción de la celulitis (Así como para la
reducción de grasa localizada). La efectivdad de ese tipo de tratamientos ha
sido certificada incluso por la FDA, sin embargo se debe tener en cuenta que su
efectividad se limita a una reducción de la celulitis y no a una eliminación por
completo, que es casi imposible de lograr.

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