Lluvia de Relatos
Lluvia de Relatos
Lluvia de Relatos
20 años contando
V.V.A.A
Lluvia de relatos. 20 años contando
©2020 Editorial Taoro.
C/ Calvario, 26. 38300 - La Orotava. Santa Cruz de Tenerife.
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www.editorialtaoro.com
@editorialtaoro
Maquetación: EdContratipo
ISBN: 978-84-120680-4-7
Depósito legal:
Impreso en España.
Todos los derechos están reservados, incluidos los de reproducción total o
parcial en cualquier formato o soporte.
PRÓLOGO
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de no más de ocho líneas es posible construir univer-
sos, idear realidades, fabricar emociones, viajar en el
tiempo, soñar, nacer, sentir, morir a pesar de tan apa-
rentemente limitado marco de expresión. Pero así es
la magia de las palabras cuando brotan comprimiendo
entre sus letras y sus escuetas fórmulas gramaticales
Bosco González
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¡ME CAGO EN CAPERUCITA!
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la dormida porque ya estaba hasta las narices de los
enanos.
Pero lo peor de todo es el egoísmo de la capricho-
sa roja esta. Ella va por ahí provocando con su faldita,
con su lencería roja, con su tartita de fresa, haciendo
como que el lobo la engaña (lobo que por cierto lle-
va meses yendo al psicoanalista por culpa de una su-
-
nas) y no piensa en las consecuencias. Yo siempre lo
he dicho, la adolescencia es una época muy mala, llena
de caprichos, de bobería, de hedonismo y egoísmo, y
se ve agudizada en gente como esta, que con 15 añi-
tos recién cumplidos ya es una estrella consagrada de
los cuentos infantiles, y que, como encima es guapi-
lla, tiene a todo el mundo como corderitos a su alre-
dedor: Sí, Caperucita, lo que tú digas… Ay, qué guapa
es mi niña y qué lista… Por supuesto que no me dolió
la caída, Caperucita, hoy en día 100 metros ya no son
nada… Y así está la niña.
Luego estoy yo, viviendo mi vida de lombriz de tie-
rra, tan inocente, pero a la vez tan necesaria para la
humanidad y llega la palurda esta y se entera de que
si se muere su abuela se queda sin paga de los domin-
gos, así que se «arrepiente» y «convence» al leñador
de que la salve de las entrañas del lobo. Y ahí va el ca-
lentorro del leñador y no se le ocurre mejor idea que
llenarle la panza al lobo de piedras, que va a recoger,
por supuesto, al lago del río, donde yo tengo mi humil-
de hogar, construido durante dos largos años a base
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de esfuerzos sobrelombríceos y de tener a mi familia
desatendida.
Por lo que estoy ahora dentro de un lobo que está
hundido en el río, porque el muy ignorante se asomó
a beber agua ya que se encontraba pesado (ay, mamí-
feros carnívoros… imbéciles). Conclusión: ¡ME CAGO
EN CAPERUCITA!
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GUAYOTA
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se acelera con cada uno de tus movimientos, como si
de una danza ensayada se tratase; ¡ya estoy llegando,
sí, ya llego!, ¡oh… sí!
Presiono tu botón y se enciende el cartel de «pa-
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ACUSACIONES
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piedad de atentar contra su vida por lo que solicitaba
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EL NOMBRE DE LAS COSAS
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deslumbrante de jardines, anhelo gozar a cada parpa-
deo de sus colores y su salud.
¡Historias largas!, tan grandes como el universo y
en solo una página, caprichos.
El color del mundo es breve, dulce e inmenso; son
-
chosas de los árboles y sus copas de sombrero, el aire
que se exhala y adormece, el silencio y sobre todo el si-
lencio disfrazado. Palabras y besos en una cara secreta
donde van los aromas recién nacidos. Belleza de cada
día; naces, despiertas y duermes para repetirte com-
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TERROR EN LA S.S.
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que aquel señor que acababa de entrar estaba siendo
torturado; en un arranque de valor, eché a correr es-
caleras abajo, oía los gritos de mi madre ordenándo-
me parar, una de aquellas señoras vestidas de verde
se interpuso en mi camino, pero la esquivé con un há-
bil regate, seguí corriendo sin mirar atrás hasta llegar
a mi casa y me encerré en mi habitación.
RESULTADO: Tres meses castigado sin poder sa-
lir y un insoportable dolor de muelas.
MORALEJA: Que la S.S. no tiene nada que ver
con los nazis como había visto yo en las películas, y
como me explicó mi madre se trata de la Seguridad
Social y que el torturador, simplemente era el médi-
co dentista.
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AZUL
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hay nada, caída, hueco; luego un estado de ánimo, un
sentimiento, una luz cegadora que producía emociones
jamás vividas; después pensaste que cuando pasaras el
umbral te encontrarías un sueño que te quedaba por
soñar. Pero qué más da lo que haya o deje de haber, lo
que realmente importa es plantearse qué puede haber.
Lo importante es buscar el misterio, aunque sepamos
que no nos va a ser revelado.
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PURA VIDA
A caba de nacer.
Tendrá una chupa de látex natural. Los pa-
ñales, de celulosa extra reciclada. La maleta del cole-
gio tejida de cáñamo ecológico, y los lápices de cedro
repoblado. La ropa, exclusivamente de algodón pro-
cedente de cultivos solidarios. Comida biológica sin
tratamientos fungicidas, herbicidas, ni abonos sinté-
ticos. Champú, gel y desodorante sin fosfatos ni alco-
hol. Espuma de afeitar biodegradable. Preservativos
hipoalergénicos. Solo whisky de malta, envejecido15
años en barricas de roble americano. Gafas con cris-
tales orgánicos, de lentes bifocales y progresivas. Ba-
buchas de pelo de borrego. Los implantes de la denta-
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TIEMPO
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¡¡¡UUUUNOOOOOO!!! Gritó, y lo hizo con todas sus
fuerzas, unas fuerzas provenientes de algún lugar os-
curo, muy alejado de la propia voluntad. Se descubrió
exhausto hasta el extremo e incapaz de pensar, única-
mente le envolvía el imparable martilleo... uno, dos...
veintitrés, veinticuatro... cuarenta y ocho, cuarenta y
nueve... Y ese temblor que crecía por dentro, que le
sacudía poco a poco, de dentro a fuera hasta que lo in-
evitable... cincuenta y nueve... terminaba por ocurrir...
¡¡¡DOOOOOOOS!!!
Quiso morir, pero estaba demasiado cansado in-
cluso para ello, emitió un leve sonido de auxilio... «Tú
no creías en la reencarnación, ¿no? Pues vete acos-
tumbrándote», le espetó el segundero en un tono que
a él le pareció el mayor de los desprecios.
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LA HOJA
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esa felicidad se vio empañada por la tristeza en cues-
tión de segundos, cuando miró a su alrededor y pensó
en otras hojas, que podrían haber disfrutado de ese
momento como ella y no lo habían hecho, porque por
su procedencia, color y forma, alguien había arreba-
26
EL VIENTO ES UN CABALLO
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que por tu desamor yo caería al suelo, solo por ti, por
tus ojos, por tus labios…
De repente, una suave ráfaga de viento me eva-
dió de mi ensueño y respiré un aroma indescriptible,
un aroma fresco, ligero y dulce, pero a la vez amargo,
pues, al abrir mis ojos, tú ya no estabas frente a mí. En-
tonces, aprendí que el viento es un caballo que galopa
por amplias praderas, que a su paso trae el recuerdo,
pero que tan pronto se va, aparece el doloroso olvido.
¡No dejes que ese caballo galope por las praderas de
tu alma! ¡No lo dejes porque se marchará y te abando-
nará en el olvido!
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PERDIDO EN TI
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soledad, el mismo que me hace crecer, que me hace
seguir. Ahora, es cuando empieza a tomar sentido
todo. Ya recuerdo aquella voz de antes del principio,
la que me dijo que somos esa maravilla única en la
realidad, tan inocente y tan tierna, que poseemos la
libertad de crearnos como queremos. Esa voz que dijo
«ve». La misma que me envió aquí. Algo me empuja a
salir. Aquella bolsa ha desaparecido. Siento que me
sientes más que nunca, que sufres y llorar por mí. Yo
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OSCURIDAD HELIÓFAGA
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la primera brisa nocturna. A medida que la luz me va
abandonando, en mi interior va aumentando una sen-
sación o un sentimiento.
Pienso en matarle, pero me da miedo. Le obser-
vo otra vez y con estupor compruebo que continúa
durmiendo. Es como un animal grueso y velludo, ho-
rrendo. Le voy odiando poco a poco, con cada estrella
que aparece. Es sucio, todo está sucio. La oscuridad se
come el sol, y ahora, yo me he comido el miedo.
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HISTORIAS DE LA HISTORIA
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¡Trabajo!, ¡Mundo verde!... El hombre no cesaba de
admirarse ante lo mucho que había tenido que sopor-
tar su estanque.
Una tarde, el hombre se sintió cansado. No salió a
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MIRADAS DE AMOR
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ROSA LETICIA QUINTANA EXPÓSITO
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IGNOMINIA
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«Sí, señoras y señores, sí, yo hablé con él. Yo co-
nocí al Sommelier de caldo primitivo, y me dijo que, al
catarlo, le pareció que tenía muy mal paladar».
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MIEDO
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esta sensación de descontrol que me invade. Miedo.
Miedo a sumergirme en la más profunda oscuridad.
Miedo a que mis ojos se cierren. Miedo a que no se
abran más. La oscuridad me asusta. La noche me ate-
rra. Mi cama se ha convertido en mi ataúd.
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EFERVESCENTE
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DÁCIL YANES ALONSO
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EN EL PANÓPTICO
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pido ayuda ni compasión, solo quiero que me devuel-
van mi libertad, mi intimidad, mi vida. No me gusta ser
observado. Tengo el derecho a elegir, y yo elijo gritar.
Grito por lo que pienso, grito por lo que siento, grito
por la indiferencia de la sociedad y, por último, grito
por mí. En mitad de la ciudad, ciego, mudo y atado, me
levanto, los miro y grito porque quiero.
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BESO DE INVIERNO
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cara, y espiando se encontraba el viento que me sacu-
dió con un castigador soplo helado, no dejaría el juego
hasta verme rendido. Separé entonces mi barbilla de
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LUCHA DE TITANES
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débil. Ahora soy yo la acorralada. Mis manos tratan de
esconder mi cuerpo casi desnudo, y de pronto… touché.
La ha clavado, estoy herida. Lentamente giro mi tronco
y en la pantorrilla encuentro la estacada: una pupa roja
cuyo picor viaja por las calles de mi sangre apoderán-
dose de todos los músculos, huesos, cartílagos, venas…
abarcando a mi ser completo. Un frágil suspiro me sirve
de pésame y un poco de alcohol intentará amortiguar
la horrible picazón incandescente. Lo odio, lo detesto.
Siempre gana el maldito insecto.
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EL ORDEN PERFECTO
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Como cada día recorrió satisfecha la vasta extensión
de la ciudad montada en su carro negro. Nada pertur-
bó su calma; todavía no eran horas de que el canto del
gallo o el ladrido de los perros alteraran su tranquili-
dad. La negrura, mientras, diluyó las últimas y perple-
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SILENCIO
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destruye el silencio provoca el aborto de mi bestiario.
El verdadero monstruo de papel surge del silencio, el
más puro y cruel; aquel que fue dado a luz por pala-
bras sordas, fruto de la preñez ignota de la escritura
libre.
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CAPÍTULOS PUBLICABLES
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moda entre los humanos, y los gatos no le perdonan
sus aires de grandeza.
Hoy se reúnen todos, y algunos más, en el local del
Club de Esclavos de la Añoranza. El tema del coloquio
del día es: «La vida es gris, aunque haya tenido capítu-
los publicables».
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DESCALZANDO LA VIDA
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pies iban a buscar leña y cisco al monte y que él, desde
que era chico, los acompañaba. También nos contó que
un día sus pies conocieron a otros pies y que acaba-
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INSTANTÁNEA
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ruina de la civilización, el suburbio implacable, lleno
de muerte. Tú eras la única arma de toda aquella gen-
fotografías.
Regalaste al mundo la verdad y a mí me acari-
ciaste con tus sueños. Ausencia, lágrimas, vacío. A mi
lado, tu premio por aquel reportaje; entre mis manos,
58
NADIE VIO SI...
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desapercibido susurro en el interior inalcanzable;
que parecía estar calmado, casi dormido, cuando hizo
aparecer una exótica sonrisa que decía:
—Yo soy la mitad de mi ser.
Esto me hizo ver que yo únicamente había estado
respirando un aire verde, sombrío y curvo. Uno de mis
pulmones se limitaba a esperar, mientras que el otro...
aún estaba por llegar.
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UN GRITO DE INCOMPRENSIÓN
P or ser mujer.
Al principio fue un grito que profundamente
dolió, al instante un golpe que penetró y sangró, al
día una amenaza punzante y temerosa, que a diario
se convirtió en un modo de vida que comenzó con un
grito de incomprensión.
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DISCREPANCIAS LITERARIAS
—Chéjov.
Ella corrigió:
—¡Galeano.
63
ZEBENSUI LÓPEZ TRUJILLO
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EL ABRAZO PERDIDO
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-
de no convergen las delicias de la vida. En el borde de
la acera franqueada por el color rojo de un semáforo
que muere, allí donde la luz y la tiniebla encuentran la
excusa perfecta, para seguir alentando la soledad del
que nace para vivir a medias.
Aún hoy, veinte años después, puedo sentir cómo
mis brazos son desgarrados, cortados a sangre fría
con una sierra oxidada (acaso con las lágrimas que
brotaron de mi alma). Lisiado para siempre. Un solda-
do sin patria educado para mendigar. Un buscador de
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PERDER EL NORTE
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pero asumo la culpa que no parece ser sino mía, a juz-
gar por el trato que recibo de todo el mundo.
Y pienso encontrarlo. De momento solo se me
ocurre apelar a la colaboración ciudadana, de algún
alma caritativa que me ayude, así que he pegado algu-
68
UN INVIERNO SIN TI
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CRUELDAD
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GRUÑIDOS Y VOCES
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HALIAM PÉREZ FERNÁNDEZ
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LA ENVIDIA EN LO BREVE DE UN DÍA
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Ese justo día se siente feliz.
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MIEDO A VOLAR
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un ridículo aparato deportivo que me aterroriza de
forma irracional.
Y tú, ¿de qué tienes miedo hoy?
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UN GOLPE MÁS
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—¡Anda! Y tú sabes montar en moto —dije seña-
lando con la barbilla hacia la moto de la que se acaba-
ban de bajar—. Yo pensaba que los cavernícolas no sa-
bían —balbuceé con el poco coraje que me quedaba.
El chico levantó el puño y me lo estampó en el ojo.
Luego, me cogió de la chaqueta y me arrastró detrás de
una tienda. Y sí, sorpresa. Nadie se dignó a ayudarme.
Defenderme había dicho mi abuelo. Qué estúpido
consejo.
Tengo el cuerpo lleno de morados. De cicatrices
que no tienen tiempo de curar.
—Solo quiero una estúpida vacuna contra la dife-
rencia —susurro. Sí, estoy llorando. Corro y lloro. Lo
hago todos los días. Cada vez que me pegan pienso:
«Solo un golpe más», pero nunca es verdad.
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LA CUENTACUENTOS
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EL JUGUETE
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invierno, más siendo pobre, ninguno de aquellos curio-
sos ingenios pudo comprar para él, a los presuntuosos
conquistadores ibéricos. Sin rendirse, se inspiró en sus
curvas y en el vientre abombado de la futura madre, y a
mano, decidió construirse uno, solo que más pequeño.
Dedicó cada día de los que le quedaba al año, a elegir
la mejor madera de roble y palo santo que más tarde
secaba al sol hasta el extremo. Una vez acabado aquel
sería su regalo, un mero juguete. El pequeño presente
esperaba sirviese al infante al menos para entretener-
se. Sobre la caja un mástil de madera de cedro. Sobre
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compartiendo su extraordinario talento. Fue desde
entonces que al curioso instrumento, al pequeño ju-
guete, se lo conoció bajo el nombre de: El Timple.
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VENGANZA SENTIMENTAL
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BUSCANDO LOS COLORES DEL
ATARDECER
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YOLANDA MOJENA WILCE
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CUANDO ES AMOR DE MARIO
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TAZIRGA GARCÍA LÓPEZ
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MIMARGARIMO
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no fueron ellos los amos de su destino, sino una torpe
margarita que no sabía leer.
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UN PLAN BRILLANTE
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cajón un espray anti-ladrones. Por suerte, la señora
no se había puesto sus gafas y se confundió cogiendo
el inofensivo desodorante de la niña. Así que me pude
escabullir por la ventana. ¡Menudo pestazo!
—Papá, nos arriesgamos demasiado por apenas
nada. Tengo un plan infalible. He estado observando
un sitio idílico. No hay alarmas y nos podemos escu-
rrir por las rendijas de ventilación. Por la mañana está
concurrido, pero a la noche ese banco nos estará es-
perando…
—¡Un banco! Pero si estamos tan enclenques que
no podremos con las bolsas, pesan demasiado.
—Papi, no nos las llevaremos. Solo haremos un
agujerito chiquitín para que salga un chorrito y bebe-
remos sangre hasta saciarnos.
—¡Hija mía, para tener un seso de mosquito, has
tenido una idea brillantísima!
—Mosquita, papá, mosquita.
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EL LÍMITE DEL HOMBRE CUERDO
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jinete errante en busca de ganas de soñar aun estando
rodeado por un vasto desierto de pesadillas. Qué es lo
que lleva a un hombre a portar una espeluznante cora-
za en su rostro, cubierto de enmarañado pelo y tupida
barba. Que lleva a un joven con alma de adulto y mi-
rada de anciano a odiar el triste retrato que le dibuja
su espejo. Aquel ser indeseado por sí mismo y excluido
por su entorno había llevado el rumbo de su existencia
al límite del hombre cuerdo. Se había convertido en un
aprendiz de Diógenes, una cuita más sobre la tierra.
98
AMOR INTRÍNSECO
completando un espacio.
Tus verdes ojos; campos… magnéticos. Fuerzas de
atracción en tiempos reales.
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Mecánica fatal, insensata geometría del amor. En-
cerrados en un paréntesis, maravillosa proporción.
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SOLEDAD
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LA PARIENTA
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adversidades y los peores pronósticos de crecimien-
104
LÍMITES
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NEVERISMO
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NURIA LÓPEZ SIVERIO
108
BARRIO ALTO, LISBOA, 2001
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darme cuenta, me veía con angustia avanzando entre
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DESDE LOS RECUERDOS
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Confundida y perdida, se preguntaba cómo recu-
perar lo más valioso que poseía: su presente.
112
UN IMÁN PERSONAL
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sorprende, pero que todos esperamos más tarde o
más temprano, no fue en vano. Y corro, feliz yo tam-
bién, hacia ella.
114
SOMETHING LIKE LOVE
-
bocadura, mil y un antipoemas, y el cielo abre su corti-
na de nubes y las estrellas te guiñan el ojo o puede que
solo iluminen la sombra de tu pupila del este rozan-
do el pezón derecho de Dorothy. Abren la puerta del
conductor. Tú eres el conductor. El señor McAlister
115
un papel: What have you done with her?
116
SOLO RESPIRA
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dinero y el petróleo siguen su cauce. La soledad sigue
gritando sorda al silencio mudo. Tú solo respira...
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SECRETOS
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LUIS ALEJANDRO ACOSTA GARCÍA
120
EL LOCO DEL MUELLE
121
EL POETA
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AGOSTO
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PAULA DE VEGA GARCÍA
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EL DESCUIDO DE ERWIN SCHRÖDINGER
127
—Ups... —fue lo único que acertó a farfullar, ante
la mirada atónica de su alumno.
Parece que algún otro yo ha olvidado meter el
gato en la caja...
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ERA UNA DE ESAS NOCHES
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en la huerta de al lado con ansiedad. Me equivoqué:
Aún era de noche.
130
LA BIBLIOTECARIA
131
entre párrafos y capítulos, no pararán hasta dar con
ella.
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RECUERDOS DE TRAFICANTE
ser mínimo.
Así, se remontó a sus comienzos, cuando empezó
comerciando con personas: mentía a hombres y mu-
jeres del tercer mundo para explotarlas sexualmente
a ellas y a base de gruesas gotas de sudor a ellos. Pero
la gente pesaba demasiado, y no poseía un gran valor.
133
JUAN MANUEL RUIZ SUÁREZ
134
MALPAÍS
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FULGENCIO RUIZ BRAGADO
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¿Y QUÉ DICE LA CONSTITUCIÓN DE NO
HACER LIMONADA?
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formas se deforman, y pasan a ser solo una reminis-
cencia de noches de domingo.
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ÉRASE UNA VEZ UN ARTISTA SIN NOMBRE
QUE PINTÓ UN CUADRO SIN FIRMAR...
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El lienzo se miró en el espejo y contuvo una lagri-
milla de emoción para no correr la pintura. El artista le
La Artista
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SE NOS APARECIÓ LA VIRGEN
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nos da la mochila! ¡La mochila con los fardos de coca!
Viene y nos dice que nos la dejábamos en el coche.
Chacho, chacho, ¡se nos apareció la Virgen!
142
LA PISCINA
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piscina. La vida de fuera le da más miedo que la quie-
tud impotente de los muertos.
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MANTIS ATEA
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cadáver? Podemos quedar como amigos, canturrea
Eleanor Smith, la chica de mis sueños.
146
EL LAGO DE LAS PALABRAS AHOGADAS
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porque tienen tristeza, las que buscan felicidad en
medio de su profunda pena.
148
FOLLEMOS
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MICAELA HERNÁNDEZ GONZÁLEZ
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CRUCE DE CALLES
151
recorrer sus calles sin paraguas y encontrar sus rin-
cones escondidos.
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MALDITOS CROMOSOMAS
153
bien, si mi novia me dice que me ponga otra camisa,
me la cambio. Porque ella no es como las demás. «Y lo
hago por tu bien», me dijo mientras le daba un sorbo
a mi cerveza.
154
EL DESIERTO
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con ser algún día tan conocido como Napoleón. ¿Aca-
so era para tanto?
156
LA VIDA ENTERA
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PAOLA MIREYA TENA RONQUILLO
158
VIDA DE PERRO
159
«Le queda poco», pensó con afecto. Y al instante
sintió una punzada de envidia, casi de celos: «pero él
no lo sabe».
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M íralo, otra vez. No para, siempre igual, gol-
peándome. Cuando está enfadado puedo
sentir como mi cuerpo golpea el suelo. Al menos esta
vez deja que me queje. ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Solo
soy un simple iPhone.
-
mientas técnicas entre el alumnado de 1º de Bachiller de
los centros educativos de La Orotava. Las obras se reali-
zaron de manera grupal y en corto espacio de tiempo.»
161
GRUPO: PALYS. I.E.S.: LA OROTAVA – MANUEL GONZÁ-
LEZ PÉREZ, LAURA HERRERA RODRÍGUEZ, PAULA MÉN-
DEZ PÉREZ, ALONDRA QUINTERO QUINTERO, SAMUEL
OLIVA PACHECO, YAIZA GONZÁLEZ MARTÍN
162
EL PARAGUAS AMARILLO
163
REBECA RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ
164
2100
165
nuestro planeta. Me temo que la humanidad tiene los
días contados.»
No dejemos que esto se convierta en nuestra rea-
lidad. Actúa.
166
AUDICIÓN
llevaba tutú.
167
—Buenas tardes, me llamo Manuel.
Estereotipos.
168
SINESTESIA
169
estaré diciendo todo. Pero, sobre todo, quiero dejar
que me dejes cuando quieras. Quiero que no me dejes
ir pero, si te quieres ir, vete. Puerta abierta. Libertad.
Y cuando tú también quieras dejarme, solo entonces,
te dejaré.
170
DURMIENDO CON MI ENEMIGO
171
todo ese dolor y hablaré. Y entonces él pasa su brazo
por mis hombros y me sella la boca con un beso. Sella
mi boca, mi alma y mi vida. Y muero por dentro.
172
EL SILENCIO
173
MARÍA AUXILIADORA GAJATE SIVERIO
174
LA DESPEDIDA
175
CAROLINA QUINTANA CABRERA
176
A LA SALIDA DEL INSTITUTO
177
JAVIER HERNÁNDEZ GONZÁLEZ
178
LUJURIA LIBERTARIA
179
VIBRA PORQUE NO ESTALLA
181
—Hola… les llamo porque su compañía me ha co-
brado de más en la factura telefónica.
182
MI ABUELA SEVERA
183
noche, sacó el retrato de mi abuela Severa del cajón
más profundo de la alacena y lo volvió a colocar en lo
alto del mueble.
La muy puñetera, estaba sonriendo.
184
EN UN INSTANTE
185
MARÍA CARMEN CEJUDO BRUNO
186
ÍNDICE
PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .5
187
LUCHA DE TITANES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
EL ORDEN PERFECTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
SILENCIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
CAPÍTULOS PUBLICABLES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
DESCALZANDO LA VIDA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
INSTANTÁNEA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
NADIE VIO SI... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
UN GRITO DE INCOMPRENSIÓN. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
DISCREPANCIAS LITERARIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
EL ABRAZO PERDIDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
PERDER EL NORTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
UN INVIERNO SIN TI. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
CRUELDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
GRUÑIDOS Y VOCES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
LA ENVIDIA EN LO BREVE DE UN DÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
MIEDO A VOLAR . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
UN GOLPE MÁS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
LA CUENTACUENTOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
VENGANZA SENTIMENTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
BUSCANDO LOS COLORES DEL ATARDECER . . . . . . . . . . . . . . 89
CUANDO ES AMOR DE MARIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
MIMARGARIMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
UN PLAN BRILLANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
EL LÍMITE DEL HOMBRE CUERDO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
AMOR INTRÍNSECO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
SOLEDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .101
LA PARIENTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .103
LÍMITES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105
188
NEVERISMO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .107
BARRIO ALTO, LISBOA, 2001. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .109
DESDE LOS RECUERDOS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .111
UN IMÁN PERSONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .113
SOMETHING LIKE LOVE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .115
SOLO RESPIRA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .117
SECRETOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .119
EL LOCO DEL MUELLE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .121
EL POETA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .123
AGOSTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .125
EL DESCUIDO DE ERWIN SCHRÖDINGER. . . . . . . . . . . . . . . . .127
ERA UNA DE ESAS NOCHES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .129
LA BIBLIOTECARIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .131
RECUERDOS DE TRAFICANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133
MALPAÍS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
¿Y QUÉ DICE LA CONSTITUCIÓN DE NO
HACER LIMONADA? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .137
ÉRASE UNA VEZ UN ARTISTA SIN NOMBRE
QUE PINTÓ UN CUADRO SIN FIRMAR... . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139
SE NOS APARECIÓ LA VIRGEN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .141
LA PISCINA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .143
MANTIS ATEA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .145
EL LAGO DE LAS PALABRAS AHOGADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . .147
FOLLEMOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .149
CRUCE DE CALLES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .151
MALDITOS CROMOSOMAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153
EL DESIERTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .155
LA VIDA ENTERA. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .157
VIDA DE PERRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .159
189
EL PARAGUAS AMARILLO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163
2100. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165
AUDICIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .167
SINESTESIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169
DURMIENDO CON MI ENEMIGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .171
EL SILENCIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .173
LA DESPEDIDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .175
A LA SALIDA DEL INSTITUTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .177
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .179
VIBRA PORQUE NO ESTALLA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .181
MI ABUELA SEVERA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .183
EN UN INSTANTE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .185
190