Jeses
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«Jesús» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Jesús (desambiguación).
Este artículo trata sobre Jesús de Nazaret como figura histórica. Para más información sobre
Jesús desde el punto de vista cristiano, véase Cristo.
Aunque no existen retratos de Jesús ni indicaciones acerca de su aspecto físico, son muy frecuentes
sus representaciones en el arte. Jesús con la cruz a cuestas, por el Greco.
Una de las más antiguas representaciones de Jesús como el Buen Pastor, realizada hacia el año 300.
Índice
1Jesús en el Nuevo Testamento
o 1.1Nacimiento e infancia
o 1.2Bautismo y tentaciones
o 1.3Vida pública
o 1.5Transfiguración
o 1.6Pasión
1.6.3Arresto
1.6.4Juicio
1.6.5Crucifixión
1.6.6Sepultura
o 1.7Resurrección y ascensión
o 2.1Fuentes
2.1.1Fuentes cristianas
2.1.1.2Evangelios sinópticos
2.1.1.3Evangelio de Juan
2.1.1.4Evangelios apócrifos
2.1.2Fuentes no cristianas
2.1.2.1Fuentes judías
2.1.2.2Fuentes romanas y sirias
2.1.3Metodología
o 2.2Contexto
2.2.1Marco histórico
o 2.3El hombre
2.3.1Nombre
2.3.3Orígenes familiares
o 2.4Su actividad
2.4.2Predicación
2.4.4Milagros
o 2.5Muerte
2.5.1Cronología
o 2.6Teorías minoritarias
2.6.2.1Crítica
4Jesús en el cristianismo
o 6.1Jesús en el arte
o 6.2Jesús en la literatura
o 6.3Jesús en el cine
7Véase también
8Notas
9Referencias
10Bibliografía
o 10.1Bibliografía utilizada
11Enlaces externos
Nacimiento e infancia
El Evangelio de Mateo no relata ningún viaje previo al nacimiento de Jesús, por lo que
se podría suponer que María y su esposo José vivían en Belén.6 María quedó
inesperadamente embarazada y José resolvió repudiarla, pero un ángel le anunció en
sueños que el embarazo de María era obra del Espíritu Santo y profetizó, con palabras del
profeta Isaías,7 que su hijo será el Mesías que esperan los judíos.8 Unos magos de
Oriente en esas fechas llegaron a Jerusalén preguntando por el «rey de los judíos que
acaba de nacer» con la intención de adorarlo, lo que alerta al rey de Judea, Herodes el
Grande, que decide acabar con el posible rival. Los magos, guiados por una estrella,
llegan a Belén y adoran al niño. De nuevo, el ángel visitó a José (Mt 2,13) 9 y le advirtió de
la inminente persecución de Herodes, por lo que la familia huye a Egipto, permaneciendo
allí hasta la muerte del monarca (de nuevo notificada a José por el ángel, que se le
presentó así por tercera vez: Mt 2,19-29).10 Entonces, José retornó y se instaló con su
familia en Nazaret, en Galilea. 11
Bautismo y tentaciones
Vida pública
Acompañado por sus seguidores, Jesús recorrió las regiones de Galilea y Judea predicando
el evangelio y realizando numerosos milagros. El orden de los hechos y dichos de Jesús varía
según los diferentes relatos evangélicos. Tampoco se indica cuánto tiempo duró la vida
pública de Jesús, aunque el Evangelio de Juan menciona que Jesús celebró la fiesta anual de
la Pascua judía (Pésaj) en Jerusalén en tres ocasiones. En cambio los evangelios
sinópticos mencionan solo la fiesta de Pascua en la que Jesús fue crucificado.
Gran parte de los hechos de la vida pública de Jesús narrados en los evangelios, tienen como
escenario la zona septentrional de Galilea, en las cercanías del mar de Tiberíades, o lago de
Genesaret, especialmente la ciudad de Cafarnaúm, pero también otras,
como Corozaín o Betsaida.20También visitó, en el sur de la región, localidades
como Caná o Naín, y la aldea en la que se había criado, Nazaret, donde fue recibido con
hostilidad por sus antiguos convecinos.21Su predicación se extendió también a Judea (según
el Evangelio de Juan, visitó Jerusalén en tres ocasiones desde el comienzo de su vida
pública), y estuvo en Jericó22 y Betania (donde resucitó a Lázaro).23
Escogió a sus principales seguidores (llamados en los evangelios «apóstoles»; en griego,
‘enviados’), en número de doce, de entre el pueblo de Galilea. En los sinópticos se menciona
la lista siguiente: Simón, llamado Pedro y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su
hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de
Alfeo y Tadeo; Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que posteriormente traicionaría a Jesús
(Mt 10,2-4; Mc 3,16-19; Lc 6, 13-16).24Algunos de ellos eran pescadores, como las dos parejas
de hermanos formadas respectivamente por Pedro y Andrés, y Juan y Santiago.25Mateo se
identifica generalmente con Leví el de Alfeo, un publicano de quien en los tres sinópticos se
relata brevemente cómo fue llamado por Jesús (Mt 9,9; Mc 2,14; Lc 5,27-28). 26 lo que acarreó
a Jesús numerosos reproches de los fariseos.
El Evangelio de Juan solo menciona los nombres de nueve de los apóstoles, aunque en varios
pasajes hace referencia a que eran doce.27
Predicó tanto en sinagogas como al aire libre, y las muchedumbres se congregaban para
escuchar sus palabras. Entre sus discursos, destaca el llamado Sermón de la Montaña, en el
Evangelio de Mateo (Mt 5-7). Utilizó a menudo parábolas para explicar a sus seguidores el
Reino de Dios. Las parábolas de Jesús son breves relatos cuyo contenido es enigmático (a
menudo han de ser después explicadas por Jesús). Tienen en general un contenido
escatológico y aparecen exclusivamente en los evangelios sinópticos. Entre las más
conocidas están la parábola del sembrador (Mt 13,3-9; Mc 4,3-9; Lc 8,5-8), cuyo significado
explica Jesús a continuación; la de la semilla que crece (Mc 4,26-29); la del grano de
mostaza (Mt 13,31-32; Mc 4,30-32), la del trigo y la cizaña (Mt 13,24-30), la de la oveja
perdida (Mt 18,12-14; Lc 15,3-7) y la de la moneda perdida (Lc 15,8-10), la del siervo
despiadado (Mt 18, 23-35), la de los obreros enviados a la viña (Mt 20,1-16), la de los dos
hijos (Mt 21,28-32), la de los viñadores homicidas (Mt 21,33-42; Mc 12,1-11; Lc 20,9-18); la de
los invitados a la boda (Mt 22, 1-14), la de las diez vírgenes (Mt 25,1-13), la de los talentos (Mt
25,14-30; Lc 19,12-27), la del juicio final (Mt 25,31-46). Dos de las más conocidas aparecen
solo en el Evangelio de Lucas: se trata de la parábola del buen samaritano (Lc 10,30-37) y la
del hijo pródigo (Lc 15,11-32). En las parábolas, utiliza Jesús frecuentemente imágenes
relacionadas con la vida campesina.
Mantuvo controversias con miembros de algunas de las más importantes sectas religiosas
del judaísmo, y muy especialmente con los fariseos, a quienes acusó de hipocresía y de no
cuidar lo más importante de la Torá: la justicia, la compasión y la lealtad (Mt 12, 38-40; Lc 20,
45-47).
La originalidad de su mensaje radicaba en la insistencia en el amor a los enemigos (Mt 5,38-
48; Lc 6, 27-36) así como en su relación estrechísima con Dios a quien llamaba en arameo
con la expresión familiar Abba (Padre) que ni Marcos (Mc 14,36) ni Pablo (Rm 8, 15; Gal 4, 6)
traducen. Se trata de un Dios cercano que busca a los marginados, a los oprimidos (Lc 4, 18)
y a los pecadores (Lc 15) para ofrecerles su misericordia. La oración del Padre nuestro (Mt
6,9-13: Lc 11,1-4), que recomendó utilizar a sus seguidores, es clara expresión de esta
relación de cercanía con Dios antes mencionada.
Según los evangelios, durante su ministerio Jesús realizó varios milagros. En total, en los
cuatro evangelios canónicos se narran veintisiete milagros, de los cuales catorce son
curaciones de distintas enfermedades, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios de
tipo natural y tres signos extraordinarios.
Los evangelios narran las siguientes curaciones milagrosas obradas por Jesús:
1. Resucitó a una niña de doce años, la hija de Jairo (Mc 5,21-24, Mt 9,18-26, Lc
8,40-56). Jesús afirmó que la niña no estaba muerta, sino solo dormida (Mt
9,24;Mc 5,39;Lc 8,52).
2. Resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lc 7,11-17).
3. Resucitó a Lázaro de Betania (Jn 11,1-44).
Jesús obró también, según los evangelios, dos prodigios de tipo natural, en
los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales (el mar y
el viento) a su autoridad.