El documento proporciona consejos para mejorar la gestión empresarial. Recomienda establecer objetivos claros y alcanzables, delegar responsabilidades para permitir que los empleados desarrollen su potencial, y tratar a los clientes y empleados con profesionalismo. También sugiere cumplir con las regulaciones legales y enfocarse en servir a los clientes para diferenciarse de la competencia.
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El documento proporciona consejos para mejorar la gestión empresarial. Recomienda establecer objetivos claros y alcanzables, delegar responsabilidades para permitir que los empleados desarrollen su potencial, y tratar a los clientes y empleados con profesionalismo. También sugiere cumplir con las regulaciones legales y enfocarse en servir a los clientes para diferenciarse de la competencia.
El documento proporciona consejos para mejorar la gestión empresarial. Recomienda establecer objetivos claros y alcanzables, delegar responsabilidades para permitir que los empleados desarrollen su potencial, y tratar a los clientes y empleados con profesionalismo. También sugiere cumplir con las regulaciones legales y enfocarse en servir a los clientes para diferenciarse de la competencia.
El documento proporciona consejos para mejorar la gestión empresarial. Recomienda establecer objetivos claros y alcanzables, delegar responsabilidades para permitir que los empleados desarrollen su potencial, y tratar a los clientes y empleados con profesionalismo. También sugiere cumplir con las regulaciones legales y enfocarse en servir a los clientes para diferenciarse de la competencia.
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MAE. José Modesto Ventura Romero.
ACTUALMENTE EL MUNDO EMPRESARIAL ESTÁ
INMERSO EN UN MAR DE COMPLEJIDADES.
ES UN VERDADERO RETO TENER
ÉXITO
A pesar de ello existen factores que contribuyen a
que la empresa se enfoque en un comportamiento que le garantice una gestión empresarial efectiva. CON UNA GESTIÓN EMPRESARIAL APEGADA A LAS MEJORES PRÁCTICAS ORGANIZACIONALES …PUEDE LOGRARLO
1. Establezca un rumbo retador pero razonablemente alcanzable:
Asegúrese de tener claro el rumbo que desea para su organización.
Establezca por escrito y publique el planteamiento estratégico organizacional en términos alcanzables a mediano y largo plazo. Una empresa que carezca de esta visión suele perder el rumbo fácilmente causando frustración y agotamiento en los integrantes de la organización. Permita que su empresa goce de buena salud organizando estratégicamente las funciones de manera que exista claridad, lo cual redundará en mejor utilización del talento humano, Y los clientes notarán un clima agradable Y profesional en las actividades de la organización. La empresa responderá más fácilmente a las exigencias del entorno en términos contables, fiscales, de seguridad laboral y ambiental y en las prácticas de negocio como la velocidad, la calidad, la rapidez y los costos. Otorgue a su gente la posibilidad de desarrollar su potencial profesional y laboral para ejercer sus funciones, claro está, si conoce a su gente lo más probable es que conozca sus fortalezas y áreas de mejora, lo cual servirá para desarrollar el potencial que existe en ellos y obtendrá mejores resultados en las funciones que ejerza cada quien. Al delegar y confiar en el personal, al gerente le quedará más tiempo para los grandes negocios. Si desea que su personal dé lo mejor, empiece por dar lo mejor de sí como persona y como empresario, modele su conducta y sus empleados lo emularán otorgándole satisfacción de poder tener lo que tiene. El entorno económico y laboral se ha visto cada vez regulado por leyes, sin embargo, su cumplimiento no es difícil cuando se está organizado y se tiene conciencia empresarial. Al cumplir con los deberes formales gubernamentales su empresa respirará mejor. Toda empresa presta un servicio en variadas medidas, aborde con entusiasmo el ejercicio de servir a sus clientes con profesionalismo sin importar el tamaño de su empresa y la medida de su negocio, los clientes suelen ser fieles al buen trato. Tal vez no sean todos, sim embargo, son algunos de los factores más importantes que se seguro otorgan a las empresas que la practican rasgos diferenciadores que la elevan a una dimensión mucho más productiva y generadora de satisfacción para quienes la integran y se relacionan con ella. Nacido para resolver problemas tales como conseguir que trabajadores con escasa preparación hicieran trabajos repetitivos y de calidad, o para fabricar en serie grandes cantidades; no resuelve los dilemas actuales del tipo: • Cómo crear organizaciones adaptables y, a la vez, resilientes en un mundo cambiante. • Cómo innovar rápida y sustancialmente al tiempo que se es rentable • Cómo inspirar a los empleados para que den lo mejor de sí en creatividad y esfuerzo cada día. • Cómo combinar el control de costes con la responsabilidad social. En mayo de 2008, Gary Hamel reunió a 35 expertos para hacer frente a estos desafíos siguiendo el modelo de la U.S. National Academy of Engineering, quienes propusieron 14 grandes retos para la ingeniería del siglo XXI. G. Hamel y el equipo de think-tank han hecho 25 propuestas que conforman lo que algunos han dado en llamar management 2.0. El resultado de este trabajo está recogido en el documento Moon Shots For Management. De él se ha extraído el siguiente resumen. Ello se concreta en:
La mayoría de compañías se esfuerzan en garantizar los
intereses de los accionistas. Este objetivo no es suficiente para movilizar la energía humana; menos aún en una época en que se cuestiona el mismo. Por esta razón, el nuevo management se debe enfocar a otras metas más nobles y socialmente significativas. En el futuro, los sistemas de management deben reflejar las preferencias de la comunidad y la ciudadanía, reconociendo la interdependencia de todos los grupos, abandonando la actual promoción de conflicto de intereses entre grupos (directivos y accionistas frente a empleados y comunidades locales).
Para construir las organizaciones del mañana, deberemos rescatar
los principios de disciplina tan diversas como antropología, biología, ecología y teología, y renovarlos. Se deberán sintetizar relaciones, aparentemente irreconciliables, como crecimiento a corto y largo plazo, competición y colaboración, disciplina y libertad, desempeño individual y de equipo. El espíritu es crear organizaciones que combinen las capacidades de exploración y aprendizaje de las redes descentralizadas con una eficaz toma de decisiones y una eficiente jerarquía. .
La pasión multiplica los resultados
cuando las personas convergen en una causa que vale la pena. Hoy en día, la mayoría de empleados están desenganchados del trabajo, por lo que deberemos reconectarlos alrededor de un proyecto ilusionante y alinear los objetivos de las organizaciones con los intereses básicos de las personas. Debemos humanizar la jerga de los negocios: palabras como eficiencia, valor, superioridad, diferenciación, enfoque… Son insuficientes para dinamizar el corazón humano. Deberemos sustituirlas por otras que despierten los valores del alma: honor, verdad, amor, justicia y belleza. La tradicional organización piramidal debe ser sustituida por una jerarquía “natural”, donde el Las jerarquías necesitan ser dinámicas, de forma que el poder fluya rápidamente a quienes aportan valor. Finalmente , en lugar de una única jerarquía, debe haber varias que se correspondan con la experiencia o maestría en cada área crítica de la actividad. Los sistemas de orden y control reflejan una profunda desconfianza en las competencias y el compromiso de los empleados. La falta de confianza desmoraliza y el miedo paraliza. La adaptabilidad, la innovación y el compromiso requieren un ambiente de trabajo donde la información es compartida, la diversidad de opiniones son libremente expresadas y se promueve la toma de riesgos.
Los tradicionales sistemas de control aseguran el de las normas
a costa de la creatividad e iniciativa de los empleados. En el futuro, se debe ofrecer más el control a los miembros del equipo que a la cadena de mando, buscando el objetivo final de que las organizaciones estén formadas por empleados con autodisciplina. En el management 2.0 lo líderes dejarán de ser grandes visionarios, que saben de todo y tienen mano de hierro para implementar decisiones. Se deberán convertir en arquitectos sociales, redactores de la misión-visión y emprendedores del sentido del trabajo en la empresa. Su tarea será crear un ambiente donde cada empleado tenga la oportunidad de colaborar, innovar y ser excelente. Los monarcas sentados en el trono no acostumbran a liderar revoluciones. La mayoría de sistemas de management dan un desproporcionado poder sobre la estrategia y las políticas a un pequeño numero de ejecutivos seniors. Los que dominan el status quo son los mas interesados en defenderlo y se oponen al futuro. La única solución es desarrollar sistemas de management que redistribuyan el poder a aquellos más interesados en el futuro y que tienen menos que perder en el cambio. Progresivamente, los modelos emergentes de negocio descansarán en redes de creación de valor y formas de producción social que trascienden las fronteras de la organización. En estos ambientes, las herramientas de management que se basan en el uso del poder del puesto son ineficaces y contra productivas. En una red de voluntarios o de colaboradores formalmente independientes, el líder tiene que energizar y ensanchar la comunidad en lugar de manejarla desde arriba, lo que requiere desarrollar nuevas aproximaciones para movilizar y coordinar los esfuerzos humanos. La formación de mandos se ha focalizado tradicionalmente en ayudarles a desarrollar un conjunto de habilidades cognitivas: pensamiento del cerebro izquierdo, razonamiento deductivo, resolución analítica de problemas y soluciones de ingeniería. Los mandos del mañana requerirán nuevas habilidades: aprendizaje reflexivo o de doble bucle, pensamiento sistémico, solución creativa de problemas y pensamiento basado en valores. Las escuelas de negocio y las compañías deben rediseñar sus programas de formación para ayudar a los ejecutivos a desarrollar estas nuevas habilidades. Los empleados de base y los mandos intermedios a menudo sienten que no tienen poder para iniciar el cambio: normas rígidas, estrecho control de gastos y falta de autocontrol de su tiempo, limitan su autonomía. Las compañías deben rediseñar sus sistemas de management para facilitar la experimentación local y las iniciativas de base. Sabemos mucho sobre cómo generar la creatividad humana: equipe a sus empleados con herramientas de innovación, acepte los errores, cree oportunidades para el aprendizaje espontáneo, etc. Sin embargo, poco de este conocimiento se ha infiltrado en los sistemas de management. Aún peor, muchas compañías han institucionalizado un tipo de apartheid creativo: asignan a unos cuantos individuos los roles creativos y el tiempo para ello, mientras asumen que la gran mayoría de empleados no tienen imaginación. Los procesos de gestión futuros deben nutrir la innovación en cada rincón de la organización. La diversidad no solo es esencial para la supervivencia de las especies, es también un prerrequisito para la viabilidad corporativa a largo plazo. Las organizaciones que no adopten, animen y exploten la diversidad de experiencias y valores serán incapaces de generar una rica variedad de ideas, opciones y experimentos. Los sistemas futuros de management deben valorar la diversidad, el desacuerdo y la divergencia al menos al mismo nivel que ahora valoran la conformidad, el consenso y la cohesión. En un mundo turbulento la predicción es difícil y la planificación a largo plazo tiene poco valor. Los procesos de gestión que buscan “la mejor estrategia” de arriba-abajo con métodos analíticos deben dejar paso a modelos basados en los principios biológicos de la diversidad (generar muchas opciones), selección (usar experimentos de bajo coste con rápidas pruebas de evaluación) y retención (invertir recursos en las estrategias que dominan el mercado). En el futuro el top management no creará la estrategia sino que trabajará para ofrecer las condiciones en las que puedan surgir y desarrollarse nuevas estrategias. Para aprovechar las oportunidades que vienen y van a la velocidad de la luz, las organizaciones deben ser capaces de reconfigurar rápidamente sus capacidades, infraestructura y recursos. Desafortunadamente, en muchas organizaciones, las fronteras rígidas, los silos organizacionales y los reinos de taifas dificultan el rápido realineamiento de habilidades y activos. Las grandes unidades organizativas con cientos y miles de empleados tienen el peligro de que deben trabajar a gran escala. Para ser mas adaptables, las compañías se deben reorganizar en unidades mas pequeñas y crear estructuras fluidas, basadas en proyectos. Los procesos de management a menudo contienen sutiles predisposiciones a favor del pasado y en contra del cambio. Por ejemplo, los procesos de planificación refuerzan puntos de vista anticuados de clientes y competidores; los presupuestos dificultan ideas especulativas que no proporcionan ingresos; los sistemas de incentivos proporcionan mayores recompensas a directivos burócratas que a los emprendedores; los sistemas de medida subestiman el valor de crear nuevas opciones estratégicas; los procesos de reclutamiento sobrevaloran las habilidades analíticas e infravaloran las habilidades conceptuales. Mientras la continuidad es importante, esas sutiles preferencias por el statu quo deben ser expuestas, analizadas y eliminadas si es necesario. Conforme el cambio se acelera y el entorno de negocios se hace más complejo, será cada vez más difícil para un pequeño grupo de ejecutivos trazar el camino de la renovación empresarial. Por ello, la responsabilidad de definir la orientación a seguir debe ser ampliamente compartida. Sólo un proceso participativo puede engendrar un compromiso incondicional para un cambio proactivo. Los actuales sistemas de medición tienen muchos defectos. Tienden a sobre enfatizar la consecución de algunas metas (como atacar los objetivos de beneficio a corto plazo) e infravalorar otros objetivos importantes (como construir nuevas plataformas de crecimiento). A menudo no tienen en cuentas los factores, sutiles pero críticos, que llevan al éxito competitivo (como el valor de la innovación orientada al cliente). Para superar estas limitaciones, las compañías deberán crear sistemas de medición más integrales y holísticos. Los sistemas de compensación e incentivos a menudo trucan el horizonte del tiempo y tuercen las perspectivas de los ejecutivos. Por ejemplo, las investigaciones sugieren que la mayoría de ejecutivos no financiarían nuevas iniciativas viables si con ellos reducen los actuales ingresos. Construir nuevos sistemas de incentivos que enfoquen la atención de los ejecutivos en crear valor para el accionista a largo plazo debe ser una prioridad crítica para la innovación. El poder directivo ha dependido La capacidad de reacción también tradicionalmente de controlar la depende de la transparencia información. Pero, cada día más, la informativa. En ambientes volátiles, creación de valor tiene lugar en la los empleados necesitan la libertad de relación entre clientes y empleados actuar rápidamente y de tener lo de primer nivel. Los que están en datos para hacerlo inteligentemente. . primera línea deben ser informados y Si ellos tiene que consultar con los de tener autonomía para poder hacer lo arriba, la adaptabilidad sufre. Los adecuado para los clientes sin tener costes de acaparar información son que pedir permiso. insostenibles. Para tomar decisiones a tiempo, que reflejen los mejores intereses para la compañía en su conjunto, los empleados de base necesitan ser los individuos mejor informados de la organización. Las compañías deben construir sistemas de información que den a los empleados una visión tridimensional de las prioridades y las medidas criticas del rendimiento.