EL Paciente Identificado

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EL paciente identificado : síntoma y metáfora

 Minuchin indica que la familia “es un grupo social, natural, que gobierna las reacciones de
sus miembros a estímulos internos y externos a la familia. En muchos casos ésta puede ser
considerada como la parte extracerebral de la mente”.
 Ésta puede estar sometida a tensiones, producto del interjuego interaccional, sea en el
seno de la familia misma, o bien, en el interjuego de la familia con el ambiente.
 Minuchin indica que la tensión puede ser provocada por el interjuego de un miembro de la
familia, o de todo el grupo familiar, con fuerzas o situaciones extrafamiliares: o bien,
puede esta tensión ser povocada por el proceso de transición en las diferentes etapas de
desarrollo y crecimiento del sistema familiar, o puede también ser el producto de la
presencia de problemas idiosincráticos de la familia.
 En el caso de esas familias que reciben la etiqueta de patológicas, el mal funcionamiento
del sistema familiar, se expresa y se refleja en el comportamiento sintomático de cuando
menos uno de sus miembros. Está es “la persona identificada como paciente”, también
conocido como el “paciente identificado”. Tal como lo señala Sluzki (14), “el paciente
identificado es el sujeto portador del síntoma, generalmente rotulado como el paciente
por la familia y los sistemas de salud; es el que debe ser curado. Por contraste, su
presencia define al resto de los miembros del grupo familiar como no enfermos”.
 El énfasis, entonces, es en considerar al comportamiento como un lenguaje, que va más
allá de un lenguaje estructurado, verbal y explícito, al cual ciertamente incluye. Atender al
comportamiento de esta manera, considerándolo como un lenguaje, percatándonos de los
mensajes metafóricos y metonímicos del mismo, necesariamente influye sobre nuestra
manera de percibirlo y de entender la información que nos transmite, afectando a la vez
nuestra reacción ante el mismo.
 El síntoma como tal no es la enfermedad, sino que es una representación secundaria de la
misma; éste no es el conflicto intrapsicológico, pero lo simboliza. Para decirlo con las
palabras de Haley (4) “en la orientación individual un comportamiento sintomático es una
metáfora acerca de los conflictos internos, y además los conflictos en las relaciones
interpersonales son expresiones metafóricas del drama interno”. Bellak y Small (2) señalan
que al considerar la psicodinámica del intento de suicidio es importante observar cómo
éste puede estar reflejando uno o varios aspectos dinámicos y motivacionales, a saber:
expiar un crimen real o imaginario; o bien, un deseo de revancha; o un deseo de irse con el
objeto perdido o amado; o el deseo de forzar amor por parte de otros.
 En este caso la persona que expresa el síntoma es la persona identificada como paciente,
quien es a su vez el síntoma del sistema de la familia. Este comportamiento también
informa sobre la manera en que el individuo busca ayudar al sistema familiar, señalando el
esfuerzo que se está realizando para mantener el equilibrio del sistema, y la potencialidad
que existe para el cambio.
 El comportamiento global del individuo, es un lenguaje “de imágenes, de metáforas, de
pars pro toto— es un lenguaje de síntesis y de totalidad” (16). De aquí que en este
lenguaje la parte representa el todo. Así Watzlawick (16) señala que “está en la naturaleza
de las totalidades complejas que partes de ellas puedan, en una manera peculiar sustituir
pro toto, esto es, por la totalidad”.
 Antes de proseguir con el caso de Carlota y el de María, conviene hacer algunos
comentarios sobre esas dos dimensiones que constituyen todo lenguaje, lo metafórico y lo
metonímico. Estas dimensiones se ponen de manifiesto y se reflejan en el omportamiento
global del individuo en general, y del paciente identificado en particular.
 Lo metafórico, la primera dimensión o el primer eje, se refiere, de acuerdo con Levenson
(9) al contenido manifiesto, al tema central, a lo que es cierto y perdurable, y que es
independiente del tiempo y del espacio.
 La dimensión de lo metonímico, se refiere, de acuerdo también con Levenson (9), a lo que
es cierto y relevante en este momento y en este contexto. Las asociaciones podrían venir
del paciente aunque no necesariamente, podrían venir también del terapeuta mismo, o de
ambos. Esto es así porque el significado se desprende del contexto social. Se conoce el
significado de lo que está ocurriendo porque se sabe “cómo encaja en el contexto de la
experiencia mutua”. Lo metonímico refleja lo idiosincrático de la experiencia en este
momento y en este contexto. (tiene que ver con lo relacional)
 El concepto de “paciente identificado”, entonces, refleja en forma metafórica el contexto
relacional o interaccional y la crisis del mismo. Si se considera el comportamiento global
del individuo, desde una perspectiva semiótica o comunicacional, esto nos permite
percatamos con mayor claridad de la función comunicacional del síntoma en general, y del
paciente identificado en particular. Y esto es así toda vez que el síntoma, así como el
paciente identificado que es el síntoma del sistema familiar, en su comportamiento global,
no solo expresa un mensaje, sino que además da un mensaje sobre el mensaje mismo, es
decir, es una metacomunicación

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