Radiestesia

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Radiestesia

Ir a la navegación Ir a la búsqueda

Grabado aludiendo a la radiestesia.

La radiestesia o rabdomancia es una actividad pseudocientífica que se basa en la


afirmación de que los estímulos eléctricos, electromagnéticos, magnetismos y
radiaciones de un cuerpo emisor pueden ser percibidos y, en ocasiones, manejados por
una persona por medio de artefactos sencillos mantenidos en suspensión inestable como
un péndulo, varillas "L", o una horquilla que supuestamente amplifican la capacidad de
magnetorrecepción del ser humano.123

Índice
 1 Historia
o 1.1 Etimología
o 1.2 Zahoríes
o 1.3 Antecedentes
o 1.4 Intentos de explicación
 2 Práctica
o 2.1 Técnica
o 2.2 Usos
 3 Comprobación
 4 Véase también
 5 Referencias
 6 Bibliografía
 7 Enlaces externos

Historia
Zahorí en acción, ilustración de la obra de Pierre Le Brun, Historia crítica de las
prácticas supersticiosas, 1732.

Etimología

"Radiestesia" es un neologismo construido a partir de dos términos: el latino radium:


‘radiación’ y el griego aesthesia: ‘percepción por los sentidos’ o ‘capacidad de sentir’
(de aesthesis: ‘percepción’).

La palabra "rabdomancia" proviene del griego rhabdos: ‘vara’ y manteia: ‘adivinación’.


Este término fue acuñado en 1785.

Zahoríes

Un zahorí, a veces llamado radiestesista o rabdomante, es alguien que afirma que puede
detectar cambios del electromagnetismo a través del movimiento espontáneo de
dispositivos simples sostenidos por sus manos, normalmente una varilla de madera o
metal en forma de "Y" o "L" o un péndulo. Los zahoríes afirman ser capaces de detectar
la existencia de flujos magnéticos o líneas ley,4 corrientes de agua, vetas de minerales,
lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en
razones psicológicas, y los movimientos de los instrumentos por el efecto ideomotor.5

Antecedentes

La radiestesia en su variante tradicional de búsqueda de aguas subterráneas es una


práctica llevada a cabo desde hace al menos 4500 años.6 Ha sido ampliamente
practicada desde tiempos remotos, a falta de conocimiento geológico o de instrumental
científico, si bien hoy día sigue teniendo amplio uso en zonas rurales.

Intentos de explicación
Los primeros intentos de explicación científica se basaban en la noción de que las
varillas del zahorí eran físicamente afectadas por emanaciones de las sustancias de
interés. Por ejemplo, William Pryce en su Mineralogia Cornubiensis de 1778.7

En 1986, la revista Nature, incluyó el zahorismo en una lista de "efectos que se


presuponían paranormales, pero que pueden ser explicados por la ciencia".8 En
concreto, el zahorismo puede ser explicado en términos de pistas sensoriales y
conocimientos previos del zahorí, efectos de expectativas y probabilidad.8

Los escépticos y algunos creyentes [¿quién?] piensan que el instrumento usado por el zahorí
no tiene energía propia, sino que amplifica pequeños movimientos inconscientes de las
manos, efecto conocido como efecto ideomotor. Esto haría de la varilla un instrumento
de expresión de conocimiento o percepción subconsciente del adivino.

Algunos autores [¿quién?] afirman que el ser humano podría ser sensible a pequeños
gradientes del campo magnético terrestre, aunque no hay evidencia sobre ello.

El zahorismo, tal y como se practica hoy en día parece haberse originado en Alemania
durante el siglo XV para encontrar metales. Ya en 1518 Martín Lutero la citaba como
una violación del primer mandamiento, al considerarlo un acto de brujería en su obra
Decem praecepta. En la edición de 1550 de la Cosmographia de Sebastian Münster
aparece un grabado de un zahorí con una varilla en Y en unas extracciones mineras. En
1556, Georgius Agricola realiza una detallada descripción del zahorismo para la
búsqueda de metales.9

En 1662, el jesuita Gaspar Schott afirmó que la práctica era una superstición, e incluso
satánica, aunque posteriormente diría que no estaba seguro de que el diablo fuera
siempre el que movía la varita.10

El uso de varas o ramas para la localización ha sido un elemento popular de las


creencias populares de principios del siglo XIX en Nueva Inglaterra. Los primeros
líderes mormones, religión surgida en esa época, participaron de esas creencias. Así,
Oliver Cowdery, escriba del Libro de Mormón y uno de los doce apóstoles de la Iglesia
Mormona, usó una varilla para practicar la adivinación.

El término radiestesia aparece en inglés por primera vez en los años treinta, proveniente
del francés radiésthesie creado hacia el año 1890 por el abad Alexis Bouly quien
fundaría la Sociedad de Amigos de la Radiestesia.

Práctica
Técnica

Vara en forma de Y.
El practicante de la radiestesia emplea una varilla vegetal o metálica o bien un péndulo,
que aparentemente sirve de estímulo para percibir el lugar indicado. No obstante
algunos radiestesistas utilizan otro tipo de equipos, o no se sirven de ninguno.

Quienes hacen uso de la horquilla de árbol, preferentemente avellano común o sauce, la


sostienen con las dos manos y en una postura determinada (ver ilustración) mientras el
sujeto recorre el terreno a explorar, hasta que su movimiento indique la presencia
buscada.

Usos

La radiestesia practicada con péndulo es una técnica de medicina alternativa que


pretende servir para el diagnóstico y está muy relacionada con los campos descritos por
la acupuntura. Una utilidad conocida de la radiestesia, quizá la de más larga tradición,
es la realizada por los denominados zahoríes, que aseguran ser capaces de encontrar los
sitios más favorables para la excavación de pozos, donde el nivel freático es más
accesible, por medio de estas técnicas.

Los usos pretendidos de la radiestesia son muchos. Con ella se intenta:

 diagnosticar enfermedades,
 obtener medidas exactas,
 encontrar agua,
 encontrar minerales,
 inventariar recursos naturales,
 predecir estados actuales o futuros de la materia viva,
 encontrar objetos perdidos,
 ubicar puntos de radiación de energía,
 encontrar personas, etc.
 adivinar números y combinaciones.

Comprobación
Los experimentos controlados no han confirmado nunca los efectos proclamados, así
que se tiende a no tener la confianza en esta práctica y consideran que sus resultados no
van más allá del azar:

Estudios: en 1948 un estudio que evaluó la habilidad de 58 zahoríes para detectar


agua,11 Una revisión de varios estudios controlados en 1979,12Christopher Bird en 1979
con el título de The divine hand y James Randi,1314 en el libro Flim-Flam!, todos ellos
demostrando en uno u otro aspecto el efecto como un fraude.

Un estudio de 1987 y 1988 en Múnich por Hans-Dieter Betz y otros científicos que en
declaraciones de Jim T. Enright, consideró que los experimentos proporcionaban "la
prueba más convincentemente imaginable en contra de que los radiestesistas puedan
hacer lo que afirman".1516 recalcando que el análisis de los datos fue "especial, no
convencional y retocados", realizando "análisis más convencionales"171819
Más recientemente un estudio en Kassel (Alemania) bajo la dirección de la Gesellschaft
zur Wissenschaftlichen Untersuchung von Parawissenschaften (GWUP) [Sociedad para
la Investigación Científica de las Paraciencias] y Richard Dawkins realizó un
experimento controlado y filmado con diversos rabdomantes, sin que ninguno de ellos
consiguiera resultados positivos.20

También podría gustarte