Ernst Lohoff - La Mercancía General y Su Misterio Sobre El Significado Del Dinero en La Critica de La Economia Política
Ernst Lohoff - La Mercancía General y Su Misterio Sobre El Significado Del Dinero en La Critica de La Economia Política
Ernst Lohoff - La Mercancía General y Su Misterio Sobre El Significado Del Dinero en La Critica de La Economia Política
Ernst Lohoff
Grupo Krisis (Alemania)
RESUMEN
En la crítica marxiana de la economía política el dinero es abordado como una
mercancía universal diferente a otras. Que su base fuese el patrón oro en los
tiempos de Marx ha sido utilizado para justificar una interpretación de su teoría
monetaria como variante de la decimonónica concepción metalista del dinero.
De esta forma, ha quedado erróneamente fuera del debate monetario
contemporáneo.
El enfoque marxiano no solo tiene la capacidad de explicar la irracionalidad del
sistema monetario sobre la base de la irracionalidad del modo de producción
capitalista. También permite realizar un análisis categorial del sistema monetario
contemporáneo y de la historia de su surgimiento. En contra de la visión
generalmente aceptada, la eliminación del patrón-oro no supuso la desaparición
de la mercancía-dinero. Simplemente la cambió. Hoy en día, los títulos de deuda
negociable y los avales bancarios, que los bancos centrales acumulan a lo largo
del proceso de “creación de dinero”, han ocupado el lugar de la mercancía-
dinero. Esta transformación de la mercancía-dinero fue inevitable, para liberar la
acumulación de capital de su dependencia de una previa producción de plusvalía,
como reacción a la crisis de valorización que comenzó en los setenta. Pero
ABSTRACT
In the Marxian critique of political economy, money is understood as the
universal commodity set apart from the world of particular commodities. The
fact that gold occupied that position in Marx’s time has been used to justify
discounting his monetary theory as a variant of the nineteenth century metallist
concept of money. It has been left out of the contemporary monetary debate—
wrongly.
The Marxian approach not only has the capacity to explain the irrationality of
the monetary system on the basis of the irrationality of the capitalist mode of
production. It also permits a categorical analysis of the contemporary monetary
system and the history of its emergence. Contrary to the generally accepted
view, the elimination of gold backing did not make the monetary commodity
disappear. It only changed it. Today, the tradable debt claims and sureties that
central banks accumulate in the course of “money creation” occupy the position
of monetary commodity. This change in the monetary commodity was
inevitable as a means to liberate capital accumulation from dependency on prior
surplus-value generation in reaction to the crisis of valorization that started in
the seventies. But it also created new potentialities for crisis. Unlike gold, the
new monetary medium is itself threatened by the crisis of devaluation.
KEY WORDS: Marxian monetary theory, monetary system, monetary
commodity, fictitious capital
441
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
442
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
1
El oro desactivado como mercancía puede ser reactivado. Sólo basta que las monedas
sean fundidas otra vez y sean usadas para consumir.
2 La ciencia económica burguesa siempre presupone como un orden natural la
443
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
444
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
445
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
446
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
447
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
448
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
obliga a las mercancías a exteriorizar de sus filas a una de ellas y liberarla de esa
deficiencia. Esta mercancía exteriorizada recibe el valor de uso particular,
diferente del resto de las mercancías, de representar el valor de cambio. Se
transforma en la reina de las mercancías, en la mercancía por excelencia: se
convierte en dinero. Marx resumió el resultado de la siguiente manera: "De este
modo queda resuelta en la mercancía la contradicción que encierra la mercancía
como tal: la de ser, en cuanto valor de uso particular, y al mismo tiempo,
equivalente general y, por ende, valor de uso para todos, valor de uso general.
Por lo tanto, mientras todas las demás mercancías representan ahora, en primera
instancia, su valor de cambio como una ecuación ideal, que aún queda por
realizar, con la mercancía exclusiva, en ésta su valor de uso, aunque real, aparece
en el propio proceso como mera existencia formal, que aún ha de realizarse por
transformación en valores de uso reales. Originariamente, la mercancía se
presentaba como mercancía en general, como tiempo de trabajo general
materializado en un valor de uso particular. En el proceso de intercambio, todas
las mercancías se refieren a la mercancía exclusiva como mercancía en general,
como la mercancía, como existencia del tiempo de trabajo general en un valor de
uso particular. Por ello, en cuanto mercancías particulares se comportan por
oposición a una mercancía particular en cuanto la mercancía general. […] La
mercancía particular que representa de este modo la existencia adecuada del
valor de cambio de todas las mercancías, o el valor de cambio de las mercancías
como una mercancía particular y exclusiva, es... el dinero” (MEW 13: 34 [ed. en
esp.: Marx, 2008a: 32-3]).
Marx reclama para sí el haber revelado el enigma del dinero con su análisis de la
exteriorización de una mercancía absoluta4. Los comentarios de teoría dineraria
en sus escritos de crítica de la economía política se concentran en ese problema
fundamental: "La dificultad principal en el análisis del dinero queda superada en
cuanto se ha comprendido su origen a partir de la propia mercancía. Sentada esta
premisa, se trata ya solo de captar de una manera pura sus determinaciones
formales peculiares, cosa que se dificulta de algún modo porque todas las
relaciones burguesas aparecen revestidas de oro o plata, como relaciones
449
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
5 Representa esta visión incluso un autor como Schumpeter, uno de los pocos
economistas burgueses reconocidos que ha tratado más profundamente Marx, y en
general en tono benevolente. Como los demás representantes de su disciplina, a partir
del hecho de que Marx no hubiera presentado ninguna teoría dineraria separada del
resto de su teoría, concluyó que éste no había presentado ninguna teoría dineraria
significativa. Se refirió a “la extremadamente débil actuación de Marx en el campo del
dinero, donde ni siquiera consiguió aproximarse al estándar ricardiano” (Schumpeter
1946: 23 [cap.: “Marx, el economista”).
450
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
451
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
452
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
453
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
capital” (MEW 25: 404 [ed. en esp.: Marx 2009: 499]), a saber, el capital que
devenga interés. Allí observó ante todo la forma en que el fetiche del capital se
presenta para el prestamista potencial de capital dinerario: “Depende del
poseedor del dinero, es decir de la mercancía en su forma siempre
intercambiable, el que quiera gastarlo como dinero o alquilarlo como capital. En
el capital que devenga interés, por consiguiente, este fetiche automático —el
valor que se valoriza a sí mismo, el dinero que incuba dinero— se halla
cristalizado en forma pura, en una forma en la que ya no presenta los estigmas de
su origen. La relación social se halla consumada como relación de una cosa, del
dinero, consigo misma. En lugar de la transformación real de dinero en capital,
solo se presenta aquí su forma carente de contenido. Al igual que en el caso de la
fuerza de trabajo, en este caso el valor de uso del dinero se convierte aquí en el
de crear valor, un valor mayor que el que se halla contenido en sí mismo. El
dinero en cuanto tal ya es, potencialmente, valor que se valoriza, y se lo presta
en cuanto tal, lo cual constituye la forma de la venta de esta mercancía peculiar.
De esta manera se convierte por completo en atributo del dinero el de crear
valor, de arrojar interés, tal como el atributo de un peral es el de producir peras.
Y el prestamista de dinero vende su dinero en su carácter de semejante cosa que
devenga interés” (MEW 25: 405 [ed. en esp.: Marx 2009: 500-1]).
454
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
455
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
456
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
457
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
escoge la tarjeta de débito en lugar del pago en efectivo y liquida el importe del
saldo de su cuenta corriente, transfiere al operador del supermercado una
reclamación monetaria en relación al banco comercial. Este procedimiento
presupone lógicamente la existencia de medios legales de pago11.
Ya en los tiempos de Marx, además de mercancía dineraria en forma de monedas
de oro, los participantes en los mercados privados utilizaban como medio de
pago sobre todo billetes y monedas de circulación. Estos signos de la mercancía
dineraria que sirven hasta hoy como medios legales de pago, no son mercancía
general ni mercancía especial, sino puro símbolo dinerario. Considerados en sí
mismos, no encarnan valor ya producido ni valor anticipado, sino que remiten a
la mercancía dineraria. Están cubiertos por la riqueza capitalista acumulada por
la instancia emisora de los signos dinerarios. No es su escaso valor intrínseco ni
una ominosa escasez, sino las reservas de mercancía dineraria amontonadas en
los Bancos Centrales que otorgan validez social a los símbolos dinerarios y los
convierte en representantes substitutos del valor.
11
El carácter subordinado del dinero crediticio privado se refleja jurídicamente en
que todos los participantes del mercado deben aceptar los medios legales de pago para
la liquidación de las reclamaciones, pero no el dinero crediticio privado.
458
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
12
El Banco de Inglaterra, por ejemplo, estaba obligado a cubrir con oro dos tercios de
los billetes en circulación. Para el tercio restante se le permitió conservar letras de
cambio comerciales de primera clase, por las cuales recibía intereses.
459
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
con el oro13, los Bancos Centrales de los otros Estados capitalistas centrales
utilizaron sobre todo capital ficticio denominado en dólares como mercancía
dineraria.
A medida que la ventaja económica de Estados Unidos se fue derritiendo, y la
marcha del desarrollo de la fuerza productiva exigió un aumento de la
anticipación de valor futuro, ya no fue posible mantener ese sistema mixto. Con
la supresión de la convertibilidad en oro del dólar estadounidense, en 1971, el
oro se tornó definitivamente obsoleto como mercancía dineraria, y los títulos de
deuda acumulados en los Bancos Centrales, en el contexto de la "creación de
dinero crediticio" asumieron exclusivamente el lugar de mercancía dineraria.
460
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
Bancos Centrales simple dinero, sino desde el principio dinero convertido en capital
dinerario, ya que toman prestado el dinero contra el interés correspondiente; por otro
lado, la noción de “creación” sugiere que el dinero en cuenta sería el resultado de una
colocación unilateral por medio de un demiurgo de la nada. En verdad, todo dinero
bancario surge de una relación de interacción. El Banco Central sólo puede “crear”
dinero al entrar en una relación de crédito con bancos comerciales, y los bancos
comerciales, al encontrar prestatarios adecuados.
461
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
462
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
política monetaria seguida por el Banco Central. En ese sentido, el contraste con
la antigua mercancía dineraria no podría ser más agudo. Bajo el régimen del oro,
el sistema dinerario tenía una base bastante rígida. Si, en aras de la simplicidad,
no tenemos en cuenta los usos no monetarios del metal precioso, la masa de
mercancía dineraria era idéntica al volumen total de ese metal arrancado de la
tierra. En el marco del sistema clásico de cobertura de oro, la necesidad creciente
de mercancía dineraria adicional, resultado de la expansión del sistema de
riqueza abstracta, sólo podía atenderse de una manera: por medio de la
extracción adicional de oro.
Con el cambio de la mercancía dineraria, surgieron nuevas posibilidades de
acumulación para el sistema de fin en sí de la multiplicación de la riqueza
abstracta. Bajo el sistema de cobertura de oro, una parte de la riqueza producida
era retirada del proceso de acumulación y dejada inactiva, para que el dinero
pudiera cumplir su tarea de mercancía absoluta. La transición a una nueva
mercancía dineraria significó no sólo la eliminación de esos faux frais del
funcionamiento general capitalista, pues la producción de mercancía dineraria,
como parte integral del sistema de anticipación de valor, puede incluso hacer su
propia contribución a la acumulación de capital. Esta ventaja enorme, desde
luego, tiene su precio. En primer lugar, con esa transformación, la mercancía
dineraria reduce su campo de validez. El oro ocupaba la posición de mercancía
general no sólo en el interior de determinadas áreas monetarias, sino que, en
forma de barras, funcionaba también inmediatamente como dinero mundial. Al
contrario, el área de dominio de su sucesora se restringe a su respectiva zona
monetaria. Esto inevitablemente tiene efectos en las relaciones de intercambio
entre los distintos signos dinerarios regionales. Mientras que en el sistema de
cobertura de oro, la conexión de todas las monedas con el metal precioso
producía automáticamente un tipo de cambio fijo entre los medio de pago legales
de los diferentes países, la abdicación definitiva del oro significó la transición a
tipos de cambio inestables.
La transformación de la mercancía dineraria presenta otra deficiencia. La antigua
mercancía dineraria conservaría sin problemas su capacidad de encarnar riqueza
abstracta hasta el fin de los días capitalistas – a menos que el antiguo sueño de los
alquimistas de transformar material sin valor en oro se hiciera realidad. Por el
contrario, eso no puede afirmarse de la nueva mercancía dineraria. Así como en
el caso del capital ficticio privado, en el capital ficticio que se encuentra en poder
de los Bancos Centrales no hay ninguna garantía de una realización completa del
valor anticipado. Incesantemente el dinero emitido por el Banco Central pierde
una parte de su cobertura – con consecuencias correspondientes a largo plazo
463
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
464
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
465
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
466
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
problema fundamental allí donde se asienta. Esto tiene una razón simple: la
inminente desvalorización de la mercancía dineraria es difícil de investigar sin
constatar la propia existencia de una mercancía dineraria. Pero la ciencia
económica asume con la mayor naturalidad que ésta ya no existe. ¿Cómo llegan
las ciencias económicas a esa idea falsa y por qué son inmunes a cualquier
incertidumbre?
La causa principal debe buscarse sin duda en el error fundamental de la teoría
económica ya expuesto al inicio. Las ciencias económicas actuales, al igual que
anteriormente la clásica, mistifican el contenido de la riqueza capitalista. No
tienen ningún concepto de riqueza abstracta y confunden la riqueza de
mercancías con la riqueza de valores de uso materiales-sensibles. Al seguir la
huella de Adam Smith y reconocer riqueza mercantil sólo allí donde valores de
uso materiales-sensibles se presentan como portadores de valor de cambio, una
mercancía dineraria surgida de las filas de las mercancías de segundo orden es
lógicamente invisible. Los diversos títulos de propiedad acumulados por los
Bancos Centrales en el marco de su creación de dinero no tienen, en
contraposición con la mercancía dineraria oro clásica, ningún valor de uso
material-sensible, sino sólo el valor de uso suprasensible de representar la
producción de valor futuro. Debido a que el pensamiento dominante presupone
sus propios puntos ciegos como verdades ineludibles, la transformación de la
mercancía dineraria se les presenta como su propia desaparición. Sin embargo, la
falta de un concepto de riqueza abstracta y la equiparación de riqueza mercantil
y riqueza en valores de uso materiales-sensibles, no son las únicas razones por las
cuales el pensamiento dominante confunde el proceso de desmonetarización del
oro, que tuvo su fin en 1971, con la decomodificación del dinero. La teoría
económica tiene un segundo manto mágico muy efectivo que invisibiliza para
ella la nueva mercancía dineraria. Hace ya décadas la ideología de la ciencia
económica ha interrumpido, sin resolverla, la discusión sobre la esencia del
dinero, y se contenta con definirlo por sus funciones para los sujetos económicos
individuales. El economista británico John Hicks (1967: 1) llevó esa comprensión
del dinero a su fórmula clásica: “Money is defined by its functions: anything is
money which is used as money: money is what money does”.
A primera vista, esa quintaesencia de un concepto funcionalista del dinero
presenta una tautología sin sentido vacía de contenido. Sin embargo, en el
contexto de nuestro análisis, esa afirmación contiene implícitamente dos
enunciados teóricos de largo alcance: al considerar que todo lo que ejerce la
función del dinero es también dinero, se extingue la necesaria distinción
conceptual entre los billetes de banco y el dinero crediticio creado privadamente,
467
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
468
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
15
La noción de creación de dinero es también engañosa en otro aspecto: en la emisión
de dinero por parte del Banco Central, no se origina simple dinero, sino dinero en la
forma de capital dinerario.
469
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
470
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
sistema capitalista ha pasado por una transformación en las últimas décadas que
socava la plausibilidad del concepto dominante de dinero desde un ángulo
completamente diferente. La característica principal del desarrollo capitalista de
las últimas décadas consiste, como se sabe, en una inflación explosiva sin
precedentes de la superestructura financiera. Desde la década de 1980, la
multiplicación de capital ha tenido lugar principalmente en la forma de
multiplicación de capital ficticio y se ha ido distanciando cada vez más de la
llamada economía real, es decir, de la producción de bienes. La acumulación de
capital funcionante se ha convertido en un apéndice de la acumulación de capital
ficticio. Frente a este trasfondo histórico, el concepto obsoleto de dinero se
vuelve anacrónico también empíricamente. ¿Qué afirmar de un concepto que
determina el dinero obstinadamente a partir de sus funciones en relación a los
bienes, cuando la mayor parte del dinero está en los mercados financieros y éste
intermedia la relación entre acciones, títulos de deuda y derivados? Pero eso no
es todo. En las últimas décadas, además, el paradigma del modo de producción
capitalista como un modo de producción racional ha sido especialmente cada vez
más cuestionado. Ni la senda cada vez más amplia de devastación ecológica y
social a la cual conduce la economía capitalista ni las crisis siempre nuevas que
convulsionan al sistema capitalista mundial desde el comienzo del siglo se
ajustan adecuadamente a ese mito primordial del liberalismo y de las sociedades
occidentales.
Este desarrollo afectó al panorama del debate. La pregunta de qué es realmente el
dinero, archivada durante varias décadas por la ciencia económica, se ha puesto
de moda, por lo menos por fuera del mainstream. En los últimos años han
aparecido numerosas publicaciones sobre el tema del dinero de filósofos,
etnólogos y disidentes de la ciencia económica que toman distancia del concepto
establecido especialmente en dos aspectos: por un lado, es blanco de críticas la
derivación clásica del dinero a partir del intercambio. El nuevo debate del dinero
reacciona ante la importancia totalmente extraordinaria del crédito en el sistema
dinerario de nuestros días, al alejarse del antiguo paradigma del intercambio y
poner el foco en el fenómeno de la deuda. Por otro lado, frente a las cabriolas en
el mercado financiero, avanzan posiciones que ven en el dinero, supuesto medio
meramente técnico, un poder con rasgos irracionales e incluso sagrados.
471
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
una oferta excesiva. La posición de lejos más elaborada que representa este punto
de vista es sin duda la de Marx, quien insiste en que la irracionalidad básica del
modo de producción capitalista culmina y se vuelve palpable en el sistema
dinerario. Por lo tanto, cabría esperar que el nuevo debate sobre el dinero
examinara, en su búsqueda de potenciales puntos de referencia teóricos, el
concepto de dinero de la crítica de la economía política y su poder explicativo.
Más aún cuando ya pasó el tiempo en que Marx era considerado un perro muerto
y hoy su nombre vuelve a circular vivazmente, por lo menos como marca
discursiva. Sin embargo, la teoría de Marx del dinero como mercancía general
exteriorizada no tiene ningún papel en el nuevo debate.
El concepto de dinero de Marx, como ya fue explicado, fue confundido desde
siempre con el metalismo y tratado como una variante de la teoría del dinero
clásica basada en el paradigma del intercambio. La aceptación ciega de esta
clasificación falsa es seguramente una razón por la cual el interés recién
despertado por la cuestión del dinero vaya acompañado por un profundo
desinterés por el enfoque de Marx. Pero, más importante: el nuevo debate del
dinero ataca algunos teoremas del mainstream de la ciencia económica sin
criticar sus axiomas básicos falsos. La noción del dinero como un medio de
transferencia de bienes supuestamente neutral es tirada a la basura; sin embargo,
el paradigma del dinero como una entidad ajena y exterior al sistema de
producción de riqueza social mercantil se mantiene alegremente. Así, el nuevo
debate del dinero tiene sus puntos ciegos exactamente allí donde estaba el foco
del concepto de dinero de Marx. Eso explica su debilidad teórica.
En este contexto se sitúa también una característica específica del nuevo debate
del dinero: su tendencia a querer explicar diacrónicamente la irracionalidad del
sistema monetario contemporáneo, o sea, derivarla de la prehistoria del dinero.
La teoría del dinero de Marx presupone la transformación de toda la producción
de riqueza en producción de mercancías y la disolución de la sociedad en
productores privados aislados. Por lo tanto, se refiere exclusivamente al modo de
producción capitalista, en el cual la mercancía se ha convertido en la forma
universal de riqueza. De esa manera, Marx argumenta de una forma puramente
lógica en el sentido de querer descifrar la lógica interna de esta formación social
en la cual el dinero ocupa una posición clave y tiene un carácter histórico
específico que no puede ser deducido de una historia universal del dinero que
abarque los diversos modos de producción. El intento de esto último lleva a
tratar al dinero básicamente como una entidad exterior a la sociedad capitalista,
que en sí habría permanecido siempre igual y sólo habría sufrido cambios
exteriores. Resulta obvio, entonces, derivar la irracionalidad del sistema
472
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
473
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
474
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
475
SOCIOLOGÍA HISTÓRICA (SH)
BIBLIOGRAFÍA
VON BRAUN, Ch. (2012): Der Preis des Geldes, Berlin: Aufbau Verlag.
Dtv Lexikon München, F.A. Brockhaus GmbH, 1992 (diccionario de alemán).
GRAEBER, D. (2012): Schulden: die ersten 5000 Jahre, Stuttgart, Klett-Cotta
Verlag. (Deuda: una historia alternativa de la economía. Barcelona, Planeta.)
HICKS, J. (1967): Critical Essays in Monetary Theory, Oxford (Reino Unido),
Clarendon Press.
LOHOFF, E. (1998): “Geldkritik und Antisemitismus”, Wien, in Weg und Ziel,
2. http://www.krisis.org/1998/geldkritik-und-antisemitismus/ (consultado el
3/11/2017).
LOHOFF, E. y TRENKLE, N. (2012): Die große Entwertung, Warum
Spekulation und Staatsverschuldung nicht die Ursache der Krise sind. Münster:
Un-Rast Verlag.
LOHOFF, E. (2014): “Kapitalakkumulation ohne Wertakkumulation” in
http://www.krisis.org/2014/kapitalakkumulation-ohne-wertakkumulation/
(consultado el 12/10/2017).
LOHOFF, E. (2016): “Die letzten Tage des Weltkapitals” in
htttp://www.krisis.org/2016/die-letzten-tage-des-weltkapitals/ (consultado el
10/10/2017).
MEW 13 = Marx, K. (1961): Zur Kritik der Politischen Ökonomie in Marx-
Engels-Werke Bd. 13, Berlin 1961. (Contribución a la crítica de la economía
política. México, Siglo XXI, 2008a)
MEW 23 = Marx, K. (1983): Das Kapital, Band 1 Marx-Engels-Werke Bd. 25
Berlin 1983. (El capital. Libro I. México, Siglo XXI, 2008.)
MEW 25 = Marx, K. (1965): Das Kapital, Band 3 Marx-Engels-Werke Bd. 25
Berlin 1965. (El capital. Libro III. México, Siglo XXI, 2009.)
MEW 42 = Marx, K. (1983): Ökonomische Manuskripte 1857/58. (Elementos
fundamentales para la crítica de la economía política. Borrador. 1857-1858
(Grundrisse). Vol. 1. México: Siglo XXI, 2007).
PAHL, H. (2008): Das Geld in der modernen Wirtschaft. Frankfurt, Campus
Verlag.
POLANYI, K., (1990): The Great Transformation. Boston (EEUU): Beacon Press.
476
EL CAPITAL DE MARX: 151 AÑOS DEL LIBRO I
477