Comentarios de Mateo 10

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Comentarios de Mateo 10: 23

Explicación.

Las afirmaciones de Mateo 10:21-23 ocurren en relación con las instrucciones del Señor a
los discípulos cuando les envió a predicar el gran mensaje: “El reino de los cielos se ha
acercado” (versículo 7). El lenguaje de los versículos 21 y 22 es idéntico al de Marcos
13:12,13, y notablemente paralelo al de Lucas 21:16-19. Lo que es peculiar a Mateo es el
versículo 23:

“Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos
a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el
Hijo del hombre” (Biblia de Jerusalén).

La venida del Hijo del hombre debe entenderse aquí como en todos los otros pasajes. Ya
sea que las leamos en relación con la primera comisión apostólica o como parte del
discurso en el Monte de los Olivos, su significado es el mismo, y no inapropiado en un
contexto o en el otro. El Señor asegura a sus discípulos que, antes de que ellos hayan
completado la obra de su ministerio apostólico en las ciudades de Israel, el Hijo del hombre
vendría. En este preciso momento, Jesús no se detiene a decir qué puede significar la
venida del Hijo del hombre, y a pesar de cualquier cosa que se diga o se dé a entender en
contrario, el ministerio apostólico continuaría. Sobre este punto, tendremos más que decir
en relación con Mateo 24:14; pero podemos adelantar aquí que el verdadero significado de
frases como “la venida del Hijo del hombre” y “la venida en su reino” debe ser entendido a
la luz de las profecías mesiánicas en el Antiguo Testamento.

Hay por lo menos cuatro divisiones principales que son comunes a los Evangelios (Mateo,
Marcos y Lucas), y ocurren en el orden lógico de:

(1) Cosas que ocurrirían antes del fin.

(2) Señales de la cercanía de la catástrofe.

(3) Una descripción apocalíptica de la venida del Hijo del hombre.

(4) Consejos y amonestaciones a los discípulos.

Apenas se dudará de que todos los puntos mencionados en la segunda y la cuarta clase de
sucesos del análisis que antecede encontraran abundante cumplimiento en el curso de la
guerra que terminó en la destrucción de Jerusalén.
Continuemos, Biblia de Jerusalén:

Mat 24:14 "Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar
testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.

El lenguaje de Mateo es: “Este evangelio del reino será predicado al mundo entero (en olh
th oikonhenh) por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Las diferentes
formas de expresión que aparecen en los textos de Mateo y Marcos no son razón suficiente
para rechazar la afirmación, porque ellas transmiten esencialmente la misma idea y
aseguran a los discípulos que el fin no vendrá sin que antes se cumpla esta predicación del
evangelio. Marcos hace la fuerte afirmación de que el evangelio debe (dei) ser predicado
primero.

¿Cuál es el verdadero alcance de esta predicación antes del fin en relación con Mateo
10:23?

El Evangelio había sido predicado por todo el orbis terrarum, y cada nación había recibido
su testimonio, antes de la destrucción de Jerusalén (véase Col. 1:6, 23; 2 Tim. 4:17). Esto
era necesario, no sólo por lo que concernía a los gentiles, sino para dar al pueblo de Dios,
los judíos, que estaban dispersos entre todas estas naciones, la oportunidad de recibir o
rechazar la predicación de Cristo.

Sin embargo, es notable que el apóstol Pablo admita y afirme que el Evangelio había sido
predicado en todo el mundo, y que cada nación había recibido su testimonio antes de la
destrucción de la capital judía. Este es un reconocimiento muy importante para venir de una
fuente como ésta, porque muestra que, para un literalista estricto de la Ley como Pablo, a la
luz de tales afirmaciones como la de Col. 1:6, 23, el lenguaje de Jesús es visto como
cumplido antes del fin de la era apostólica. Si esto es así, ¿por qué querría alguien insistir
en que debe significar la completa evangelización del mundo en el sentido más amplio?

Lo que es lo mismo, si el orbe terrestre no era necesario que fuese evangelizado en su


totalidad, tampoco lo requería que lo fuesen todas las ciudades de Israel (Mateo 10:23).

En vista de estos hechos, “la predicación del evangelio en todo el mundo por testimonio a
todas las naciones” no debe incluir por necesidad a todas las operaciones misioneras de la
iglesia durante los siglos cristianos de historia posterior. De acuerdo con Mateo 10:23,
como ya hemos observado, Jesús declaró a sus discípulos cuando les dio la comisión
apostólica: “No acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo
del hombre”. Ni siquiera las ciudades y los pueblos de Palestina serían completamente
evangelizadas antes de la venida de Cristo; mucho menos podemos suponer que todas las
otras naciones y regiones del imperio mundial de Roma debían ser convertidas al
cristianismo dentro del mismo período de tiempo, siendo su extensión el mundo entero.

El alcance, y el plazo de este discurso prohíben que interpretemos estas palabras en un


sentido absoluto y universal. Porque, ciertamente, si Jesús tenía en mente la predicación del
Evangelio del Reino como la que afectara la completa cristianización del mundo como nos
es conocido ahora, el fin estaba muy lejos de los tiempos apostólicos, y es completamente
inexplicable cómo, con cualquier pensamiento como éste en mente, nuestro Señor pueda
haber dicho con la certeza enfática que todos los escritores sinópticos registran: “No pasará
esta generación sin que todas estas cosas acontezcan”.

Se requería el espacio de una generación para la completa propagación y el completo


establecimiento de este nuevo Evangelio del Reino de Dios. Por tanto, antes de que el
templo fuese destruido, hasta el punto de que “no quedó piedra sobre piedra”, primero
había que establecer la nueva verdad revelada. La predicación de estas Buenas Nuevas
habría de servir “para testimonio a todas las naciones”, un testimonio y una evidencia de
que una nueva luz había venido al mundo. Para usar el lenguaje de la epístola a los
Hebreos, era necesario que, en todo el mundo, las personas “gustasen de la buena palabra
de Dios y los poderes del siglo venidero”, también recibieran las doctrinas y la vida de “un
reino inconmovible”, antes de la destrucción final y la eliminación de un sistema que ya
había sido fundamentalmente conmovido, se tambaleaba y estaba a punto de caer (Heb. 6:5;
12:28).

Ahora bien, los “tiempos” concedidos a los gentiles para ejecutar juicio sobre la ciudad de
Jerusalén y el pueblo de Israel cuyas iniquidades Jesús denunció, pueden ser bien un
período de tiempo largo e indefinido o bien uno corto, definido, y decisivo. Y uno se
debería preguntar: ¿qué ocurrirá tras la desolación de Jerusalén?

Siendo que aún no se ha cumplido en su totalidad (sí parcialmente con la restitución de


Israel como una idea política de nación que surgió recientemente en el siglo pasado), un
resultado completo y pleno (tras el castigo o expiación viene la reposición de lo que se
perdió porque así viene expresado en la ley humana) como viene enunciado con total
claridad en las profecías del Antiguo Testamento, faltando la que tiene que ver con la parte
espiritual relacionada con el Templo de Jerusalén (que sigue hollado por las naciones, sin
presencia física), por lo tanto, parece ser que estamos en un ciclo de tiempo extenso e
indeterminado. Con lo que la expresión: “No pasará esta generación sin que todas estas
cosas acontezcan”, no tendría sentido en un período breve, determinado y concluyente
como fue la destrucción de Jerusalén en el 70 E.C.

Puede alegarse por lo tanto que la frase indefinida: “tiempos de los gentiles” es, un término
profético de significado limitado en el tiempo, aunque extenso, y tendrá un real
cumplimiento.

¿Ha dejado Dios de juzgar el Mundo?

No debemos olvidar que los juicios de Dios no se han dejado de dar ahora, a como se
dieron en el pasado, porque lo contrario sería pensar como si Dios se hubiese ido de
viaje. Cuando el impío Herodes Agripa permitió que se le honrara como un dios,
inmediatamente un ángel de Dios le hirió y, siendo comido de gusanos, exhaló el espíritu.
(Hechos 12:22, 23). Solo los ojos espirituales ven el poder espiritual, que los ojos carnales
ven como cosas del destino.

Donde el historiador judío registró tremenda tribulación y sufrimiento (en el 70 E.C.), la


palabra de la profecía discernió una “revelación del Señor Jesús desde el cielo, con los
ángeles de su poder en fuego llameante, para dar retribución a los que no conocieron a
Dios, ni obedecen al evangelio” (2 Tes. 1:7,8).

Algunas de las cosas requerirían un tiempo considerable; guerras y rumores de guerras y


tumultos nacionales ocurrirían en varios lugares durante un tiempo considerable antes de
que hubiese ocasión de una alarma especial para los habitantes de Jerusalén; pero cuando
los ejércitos invasores comenzaran a aparecer en la ciudad y la rodearan, comenzaría la
gran tribulación, y los que quisieran escapar a las calamidades de aquellos días debían huir
a las montañas con la mayor premura. Pues eso, tomen nota, cuando ocurra, deben estar
preparados para primeramente huir, luego partir.

Sin duda a nosotros, el Señor, nunca nos pillará desocupados, sino más bien atareados, en
nuestra labor, la que a cada cual el Señor aplique, sabiendo que nuestra labor no finalizará
cuando todo llegue a su fin. El horario divino ya está establecido, y no depende de que
nosotros alcancemos a dar testimonio personalmente a cada habitante del planeta (Mat.
10:23).

Nuestra responsabilidad es anunciar el mensaje, no salvar, porque de la misma manera si


pudiéramos salvar, también podríamos evitar la condenación de otros por nuestra
advertencia. Más Dios solo quiere de nosotros que seamos sus testigos o embajadores.

Se atribuyen en los apócrifos estas palabras del apóstol Matías:

"Si peca el vecino de un elegido, pecó también el elegido, porque si éste se hubiera portado
según aconseja el Verbo, el vecino se hubiera avergonzado también de su propia vida, y así
no hubiera pecado".

COMENTARIO
EXEGETICO Y EXPLICATIVO
DE LA BIBLIA
TOMO II: EL NUEVO TESTAMENTO

23. Mas cuando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra—Este principio, aunque
es aplicable a todos los tiempos y fué practicado por nuestro Señor mismo repetidas veces,
tenía referencia especial a las oportunidades breves que había de tener Israel para “conocer
el tiempo de su visitación”. Porque de cierto os digo—lo que os asombrará, pero al mismo
tiempo os mostrará la solemnidad de vuestra misión, y la necesidad de ahorrar tiempo al
cumplir con ella. Que no acabaréis de andar—es decir: “de ninguna manera habréis
terminado”—todas las ciudades de Israel, que no venga el Hijo del hombre—Entender
como Lange y otros, que este pasaje se refiere en primer lugar a las peregrinaciones de
Cristo mismo, como si hubiera dicho: “No perdáis tiempo en lugares hostiles, porque yo
mismo vendré tras vosotros, antes que terminéis vuestro trabajo”, es una opinión casi
frívola. La expresión “la venida del Hijo del hombre” tiene un sentido doctrinario fijo, y
aquí se refiere inmediatamente a la crisis de la historia de Israel como reino visible de Dios,
cuando Cristo viniese a juzgarlo, cuando viniese “sobre ellos la ira hasta el extremo”, y
cuando él, sobre las ruinas de Jerusalén y de la dispensación antigua, estableciese su propio
reino. Esta es, según el lenguaje uniforme de la Escritura, más inmediatamente “la venida
del Hijo del hombre”, “el día de la venganza de nuestro Dios” (cap. 16:28; 24:27, 34; con
Hebreos 10:25; Santiago 5:7–9), pero solamente como una anticipación viva de su segunda
venida para venganza y para libramiento. Entendido así este pasaje, es paralelo con el cap.
24:14 (sobre el cual véase el comentario). Instrucciones para el Servicio de Cristo en el
Sentido más Amplio

Comentario Bíblico de Matthew Henry


Mateo 10

Vv. 1-4.La palabra “apóstol “significa mensajero; ellos eran los mensajeros de Cristo
enviados a proclamar su reino. Cristo les dio poder para sanar toda clase de enfermedades.
En la gracia del evangelio hay un bálsamo para cada llaga, un remedio para cada dolencia.
No hay enfermedad espiritual si no hay poder en Cristo para curarla. Sus nombres están
escritos y eso es su honra; pero ellos tenían más razón para regocijarse en que sus nombres
estuvieran escritos en el cielo, mientras los nombres altos y poderosos de los grandes de la
tierra están enterrados en el polvo.

Vv. 5-15.No se debe llevar el evangelio a los gentiles hasta que los judíos lo hayan
rechazado. Esta limitación a los apóstoles fue sólo para su primera misión. Doquiera fueran
debían proclamar: El reino de los cielos se ha acercado. Ellos predicaron para establecer la
fe; el reino para animar la esperanza; de los cielos para inspirar el amor a las cosas
celestiales y el desprecio por las terrenales; que se ha acercado, para que los hombres se
preparen sin tardanza. Cristo dio poder para hacer milagros como confirmación de su
doctrina. Esto no es necesario ahora que el reino de Dios vino. Muestra que la intención de
la doctrina que predicaban era sanar almas enfermas y resucitar a los que estaban muertos
en pecado. Al proclamar el evangelio de la gracia gratuita para sanidad y salvación de las
almas de los hombres, debemos por sobre todo evitar la aparición del espíritu del
asalariado. Se les dice qué hacer en las ciudades y pueblos desconocidos. El siervo de
Cristo es embajador de la paz en cualquier parte donde sea enviado. Su mensaje es hasta
para los pecadores más viles, aunque les corresponde buscar a las mejores personas de cada
lugar. Nos conviene orar de todo corazón por todos y conducirnos cortésmente con todos.
Se les da instrucciones sobre cómo actuar con los que les rechacen. Todo el consejo de
Dios debe ser declarado y a los que no escuchen el mensaje de gracia, se les debe mostrar
que su estado es peligroso. Esto debe ser tomado muy en serio por todos los que oyen el
evangelio, no sea que sus privilegios les sirvan sólo para aumentar su condena.

Vv. 16-42.Nuestro Señor advierte a sus discípulos que se preparen para la persecución. Ellos tenían
que evitar todas las cosas que den ventaja a sus enemigos, toda intromisión en los afanes políticos
o mundanos, toda apariencia de mal o egoísmo, y todas las medidas clandestinas. Cristo predice
dificultades no sólo para que los trastornos no sean sorpresa sino para que ellos puedan confirmar
su fe. Les dice que deben sufrir y de quiénes. Así, Cristo nos ha tratado fiel y equitativamente,
diciéndonos lo peor que podemos hallar en su servicio; y quiere que así nos tratemos a nosotros
mismos, al sentarnos a calcular el costo. Los perseguidores son peores que las bestias, porque
hacen presa de los mismos de su especie. Los lazos de amor y deber más sólidos a menudo se han
roto por enemistad contra Cristo. Los sufrimientos de parte de amistades y parientes son muy
dolorosos; nada hiere más. Simplemente parece que todos los que quieren vivir piadosamente en
Cristo Jesús padecerán persecución; y debemos esperar que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios. En esta predicción de problemas, hay consejos y consuelo para los
momentos de prueba. Los discípulos de Cristo son odiados y perseguidos como serpientes, y se
procura su ruina, y necesitan la sabiduría de la serpiente, pero la sencillez de las palomas. No sólo
no dañen a nadie sino que no le tengan mala voluntad a nadie. Debe haber cuidado prudente,
pero no deben dejarse dominar por pensamientos de angustia y confusión; que esta preocupación
sea echada sobre Dios. Los discípulos de Cristo deben pensar más en hacer el bien que en hablar
bien. En el caso de gran peligro, los discípulos de Cristo pueden salirse del camino peligroso,
aunque no deben salirse del camino del deber. No se deben usar medios pecaminosos e ilícitos
para escapar; porque entonces, no es una puerta que Dios ha abierto. El temor al hombre le pone
una trampa, una trampa de confusión que perturba nuestra paz; una trampa que enreda, por la
cual somos atraídos al pecado; y, por tanto, se debe luchar y orar en su contra. La tribulación, la
angustia y la persecución no pueden quitarles el amor de Dios por ellos o el de ellos por Él. Temed
a aquel que puede destruir cuerpo y alma en el infierno. Ellos deben dar su mensaje públicamente,
porque todos están profundamente preocupados de la doctrina del evangelio. Hay que dar a
conocer todo el consejo de Dios, Hechos xx, 27. Cristo les muestra por qué deben estar de buen
ánimo. Sus sufrimientos testifican contra los que se oponen a su evangelio. Cuando Dios nos llama
a hablar por Él, podemos depender de Él para que nos enseñe qué decir. Una perspectiva fiel del
final de nuestras aflicciones será muy útil para sostenernos cuando estemos sometidos a ellas. El
poder será conforme al día. De gran aliento para los que están haciendo la obra de Dios es que sea
una obra que ciertamente será hecha. Véase cómo el cuidado de la providencia se extiende a
todas las criaturas, aun a los gorriones. Esto debe acallar todos los temores del pueblo de Dios:
Vosotros valéis más que muchos gorriones. Los mismos cabellos de vuestra cabeza están todos
contados. Esto denota la cuenta que Dios hace y mantiene de su pueblo. Nuestro deber es no sólo
creer en Cristo, sino profesar esa fe, sufriendo por Él, cuando somos llamados a ello, como
asimismo a servirlo. Aquí sólo se alude a la negación de Cristo que es persistente, y esa confesión
sólo puede tener la bendita recompensa aquí prometida, que es el lenguaje verdadero y constante
del amor y la fe. La religión vale todo; todos los que creen su verdad, llegarán al premio y harán
que todo lo demás se rinda a ello. Cristo nos guiará a través de los sufrimientos para gloriarnos con
Él. Los mejores preparados para la vida venidera son los que están más libres de esta vida
presente. Aunque la bondad hecha a los discípulos de Cristo sea sumamente pequeña, será
aceptada cuando haya ocasión para ella y no haya capacidad de hacer más. Cristo no dice que
merezcan recompensa, porque no podemos merecer nada de la mano de Dios; pero recibirán un
premio de la dádiva gratuita de Dios. Confesemos osadamente a Cristo y mostremos nuestro amor
por Él en todas las cosas.

NASB (ACTULIZADO) TEXTO: 10:23


23
Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de
recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del Hombre.
10:23 "Cuando los persigan…" Esto tiene paralelos en Lucas y también en Marcos 9:1.
Vea nota y Tópico Especial en Marcos 9:1.
- "…huyan a otra" Los creyentes deben evitar el conflicto y la confrontación en la medida
de sus posibilidades. ¡Su meta constante debe ser el Evangelio!
- "Verdaderamente" Ver Tópico Especial en Marcos 9:1.
- "…no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del
Hombre" Tal vez inicialmente esto era entendido como:
1. Jesús se reunirá con los doce después de la misión.
2. Jesús afirma su autoridad en Jerusalén.
3. La inauguración de la Iglesia (Pentecostés).
4. Jesús les cumple la promesa (los eventos del Aposento Alto, en Juan 20:19-23).
5. El Juicio sobre Jerusalén en el 70 d.C.
6. La Segunda Venida de Jesús en poder como juez (Daniel 7:13-14 inaugurando el
Reino eterno.

Ver Tópico Especial "El Retorno inesperado de Jesús vrs. el Todavía No" (la paradoja del
Nuevo Testamento) en Daniel 7:13-14.

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