Alianzas de Los Pueblos Indigenas Con Cortes
Alianzas de Los Pueblos Indigenas Con Cortes
Alianzas de Los Pueblos Indigenas Con Cortes
CEMPOALA
(Julio 1519)
TLAXCALA
(septiembre1519)
CHOLULA
(Octubre 1519)
El sometimiento de los mexicas o aztecas no se dio por un poderoso ejército español, sino
por cerca de nueve mil 500 soldados indígenas que se aliaron a los españoles y estos
aliados fueron precisamente los totonacas de Cempoala, los tlaxcaltecas y los habitantes
de Cholula.
La Triple Alianza fue una organización política, militar y económica entre tres señoríos
habitantes de Mesoamérica: Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan.
Entre sus pueblos sometidos estaban los totonacos de cempoala quienes tenían que dar
como tributo a la triple alianza esclavos o jóvenes para ser sacrificados en Tenochtitlan.
A pesar de controlar una buena parte del territorio mesoamericano, no pudieron contra la
resistencia de algunos señoríos independientes tales como los señoríos de Cholula y
Tlaxcala.
Sin embargo siendo este último el que mayor se resistió, los mexicas para castigar su
rebeldía les prohibió a los pueblos indígenas que estaban bajo su yugo que
comercializaran con ellos productos como la sal y el cacao, quedando privados de estos
productos hasta por sesenta años.
En poco tiempo el conquistador se percató que los pueblos sometidos por los mexicas y
sus enemigos podrían ser grandes aliados para emprender la conquista de México. De tal
forma que pronto pactó con los totonacas de Cempoala que eran tributarios sometidos y
emprendió su marcha a la capital mexica, en la trayectoria se encontró con los tlaxcaltecas
y el señorío de Cholula
CEMPOALA
Cempoala era la capital de los totonacas, un pueblo tributario sometido a los dictados de
los mexicas. Así Cortes se reunió con varios de los caciques más importantes, éstos se
quejaron amargamente de que Moctezuma cada año les arrebataba muchos jóvenes para
ser sacrificados en México o para ser utilizados como esclavos.
Además los recaudadores del emperador abusaban de sus mujeres y cometían mil
tropelías contra su población.
Cortés ganó la confianza del emperador y también la de los totonacas, a los cuales
necesitaba para ampliar su ejército.
Los totonacas ya eran aliados de los españoles, y no serían los únicos.
Durante esos días llegaron, de forma regular, cinco recaudadores de Moctezuma para
cobrar los tributos pero Cortés aconsejó no pagarles y ponerles bajo arresto. Con temor,
los totonacas siguieron el consejo. El caudillo español jugaba un doble papel: se entrevistó
con los recaudadores y puso a dos de ellos en libertad fingiendo no conocer la actitud de
los totonacas, además envió un falso mensaje de paz al tlatoani de Tenochtitlan,
prometiendo ayudarlo para someter a los «alzados».77 A la mañana siguiente, Cortés
reclamó a los teuctlis totonacas el «escape» de los dos recaudadores, y fingiendo enojo,
hizo conducir a los tres restantes a las embarcaciones. La estratagema del caudillo era
obtener el apoyo incondicional del pueblo totonaca y engañar a Moctezuma.78 Días más
tarde, llegó una segunda embajada de Moctezuma, esta vez a cargo de Motelchiuh y dos
sobrinos de Cacamatzin, que llegaron con regalos y agradeciendo el apoyo que ofrecía
Cortés para someter a los «alzados». Éste habló de forma secreta con el teuctli de
Quiahuiztlán, a quien dijo que ya podía considerarse libre de su yugo y le recomendó
«liberar» a los otros tres recaudadores. Motelchiuh regresó feliz a Tenochtitlan con los
recién liberados.72
TLAXCALA
Las batallas entre Hernán Cortés y los tlaxcaltecas La propuesta de paz de Hernán Cortés
resultaba sospechosa a los tlaxcaltecas, era muy extraño que un extranjero que se
presentara en son de paz y con una posible propuesta de alianza contra los mexicanos
estuviera acompañado precisamente por algunos señores de los mexicanos.
Después de una primera batalla de reconocimiento -al parecer primero enviaron a un
contingente otomí- las fuerzas al mando de Xicoténcatl el Joven hacen frente a los
españoles. Por la superficie del terreno los caballos de Cortés no pueden desempeñarse
bien, en tanto que las fuerzas de Tlaxcala atrapan y logran dar muerte a un caballo -la
yegua de Morón, un soldado. Al parecer, Xicoténcatl deseaba demostrar que los caballos
-los llamaban venados en su idioma- eran sólo animales domésticos, cosa que logró. Esta
batalla sucedió el 2 de septiembre de 1519 y se conoce como la batalla de Tzompantzinco
Tres días después ocurre otra batalla, los tlaxcaltecas han logrado conjuntar un ejército de
cincuenta mil guerreros, pero, por diferencias entre los diferentes mandos, no todos
combaten, lo cual es una ayuda para los españoles.
La concertación de la paz
Después de esto y ante el fracaso de un intento de ataque sorpresa, los tlaxcaltecas
deciden entablar pláticas con Hernán Cortés. Cuando esto ocurre, según la crónica de
Bernal Díaz, los españoles están exhaustos y desmoralizados. El senado de Tlaxcala envía
una embajada al campamento español y se le invita a entrar en una de las ciudades
principales para ser recibido por los máximos dirigentes de la confederación tlaxcalteca.
Días después Hernán Cortés entra a Tizatlan y se pacta la alianza, los señores de Tlaxcala
entregan algunas de sus hijas a Hernán Cortés, quien a su vez las entrega como esposas a
sus principales capitanes. Después de esto, Hernán Cortés y un contingente
tlaxcalteca inician su camino hacia Tenochtitlán, toman la dirección de Cholula, una ciudad
aliada de los mexicanos.
Buscando siempre la alianza, Cortés envió mensajeros de paz recibiendo una respuesta de
Xicohténcatl irónica: «¿Paces?, ciertamente, las celebraremos, venid a Tlaxcala en donde
esta mi padre. Allí haremos los paces, hartándonos de vuestras carnes y honrando a
nuestros dioses con vuestros corazones».88 A pesar del anuncio de exterminio los
caballos, las armas y las tácticas militares españolas se impusieron a los tlaxcaltecas,
quienes atacaban de forma inarticulada, sin cooperar entre sí, tratando siempre de
capturar enemigos en lugar de liquidarlos.88
De cualquier forma, las subsecuentes batallas no fueron victorias fáciles para el ejército
conformado por españoles y totonacas. Por su parte, Xicohténcatl envió espías con
comida y regalos a la guarnición española, pero éstos fueron descubiertos rápidamente.
Cortés ordenó amputarles manos y pulgares a manera de escarmiento. El espionaje
tlaxcalteca resultó un fracaso pues los espías delataron la posición y planes de su
ejército.92 Durante un nuevo enfrentamiento en los llanos, el cual volvió a ser
desfavorable para Tlaxcala, Xicohténcatl tachó de incapaz a su lugarteniente
Chichimecatecle dando como resultado la deserción de las tropas de Ocotelulco y
Tepetícpac.88
Los señoríos de Tlaxcala eran Tizatlan, Ocotelulco, Tepetícpac y Quiahuixtlan. En los
tiempos de la conquista los señores más influyentes eran Maxixcatzin, de Ocotelulco, y
Xicoténcatl el viejo, de Tizatlan.
Se cree que los aztecas nunca sometieron a Tlaxcala para que sus guerreros jóvenes
tuvieran un enemigo cercano con el cual combatir. Los tlaxcaltecas vivían en continuo
estado de guerra y con ciertas privaciones, su territorio estaba rodeado por los aliados o
tributarios de los mexicas, no usaban productos como la sal o el algodón, pues estaban
impedidos de comerciar con otros pueblos.
La oferta de paz de Hernán Cortés
Cuando los españoles inician el ascenso, de la costa hacia el altiplano central, deciden -a
propuesta de sus primeros aliados, los cempoaltecas- pasar por territorio tlaxcalteca para
tratar de concertar una alianza en contra de los mexicanos. Cortés envía unos mensajeros
cempoaltecas con el encargo de comunicar a los señores de Tlaxcala su deseo de pasar
por sus tierras. Les escribe una carta -aunque sabía que no la entenderían- y les envía un
regalo -un chapeo (sombrero) de Flandes. Pasan los días y los mensajeros no regresan con
la respuesta, entonces, cuando Cortés decide penetrar a tierras de Tlaxcala se le considera
como un invasor.
Las batallas entre Hernán Cortés y los tlaxcaltecas
La propuesta de paz de Hernán Cortés resultaba sospechosa a los tlaxcaltecas, era muy
extraño que un extranjero que se presentara en son de paz y con una posible propuesta
de alianza contra los mexicanos estuviera acompañado precisamente por algunos señores
de los mexicanos.
Después de una primera batalla de reconocimiento -al parecer primero enviaron a un
contingente otomí- las fuerzas al mando de Xicoténcatl el Joven hacen frente a los
españoles. Por la superficie del terreno los caballos de Cortés no pueden desempeñarse
bien, en tanto que las fuerzas de Tlaxcala atrapan y logran dar muerte a un caballo -la
yegua de Morón, un soldado. Al parecer, Xicoténcatl deseaba demostrar que los caballos
-los llamaban venados en su idioma- eran sólo animales domésticos, cosa que logró. Esta
batalla sucedió el 2 de septiembre de 1519 y se conoce como la batalla de Tzompantzinco.
Tres días después ocurre otra batalla, los tlaxcaltecas han logrado conjuntar un ejército de
cincuenta mil guerreros, pero, por diferencias entre los diferentes mandos, no todos
combaten, lo cual es una ayuda para los españoles.
La concertación de la paz
Después de esto y ante el fracaso de un intento de ataque sorpresa, los tlaxcaltecas
deciden entablar pláticas con Hernán Cortés. Cuando esto ocurre, según la crónica de
Bernal Díaz, los españoles están exhaustos y desmoralizados. El senado de Tlaxcala envía
una embajada al campamento español y se le invita a entrar en una de las ciudades
principales para ser recibido por los máximos dirigentes de la confederación tlaxcalteca.
Días después Hernán Cortés entra a Tizatlan y se pacta la alianza, los señores de Tlaxcala
entregan algunas de sus hijas a Hernán Cortés, quien a su vez las entrega como esposas a
sus principales capitanes.
Después de esto, Hernán Cortés y un contingente tlaxcalteca inician su camino hacia
Tenochtitlán, toman la dirección
de Cholula, una ciudad aliada de
los mexicanos.
CHOLULA
A la llegada de cortes Una
pequeña comitiva Choluteca salió
a recibir a las fuerzas del
conquistador. Después de
presentar los acostumbrados
regalos, se excusaron con Cortés,
y solo dieron la bienvenida a los
españoles y totonacas, pero
pidieron que los tlaxcaltecas no
entraran a la ciudad debido a la
rivalidad que había entre dichos
pueblos.
En su paso hacia Tenochtitlan Cortés llegó a Cholula, aliada del Imperio mexica, que era la
segunda ciudad más grande después de México-Tenochtitlan, con 30 000
habitantes. Bernal Díaz del Castillo cuenta en su crónica que luego de haber recibido a
Cortés y su enorme ejército, las autoridades de Cholula planearon tenderle una
emboscada y aniquilar a los españoles. Díaz del Castillo cuenta que él y las tropas vieron a
un costado de los templos las varas con collares que supuso destinadas a los españoles
para ser llevados cautivos a Tenochtitlan. Díaz del Castillo también cuenta que una
anciana y unos sacerdotes de los templos de Cholula alertaron a Cortés, quien mandó
inmediatamente a su ejército a atacar, causando lo que se conoce como la matanza de
Cholula, en la que más de 5000 hombres murieron en cinco horas. El contingente
permaneció en Cholula durante octubre y noviembre y al salir Cortés mandó incendiar la
ciudad.
Después llegó a Santa Catarina Ayotzingo, desde donde preparó el ataque a Tenochtitlan.
A su llegada a México-Tenochtitlan, Cortés quedó sorprendido por la belleza del lugar, que
es descrita por Díaz del Castillo como «un sueño». En su paso desde Cholula, Cortés había
recorrido el camino hacia el Valle de México, cruzando por entre dos volcanes,
el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl hasta llegar a en un paraje boscoso y de espléndida
belleza que hasta hoy lleva el nombre de Paso de Cortés. Del otro lado, avistó por primera
vez el lago de Texcoco aproximándose a ella por el rumbo de Xochimilco.