Historia de Las Ambulancias

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HISTORIA DE LAS AMBULANCIAS

Uno de los mas antiguos documentos médicos conocidos, el Papiro de


Edwin Smith, escrito en el 1.500 a.C., hace una descripción viva de
categorización y tratamiento de heridos. Referencias a cuidados
prehospitalarios de emergencia también se encuentran en el Código de
Hammurabi de Babilonia donde se describe un detallado protocolo de
tratamiento de los heridos. En el antiguo testamento, Elisha sopla en la boca
de un niño muerto y le devuelve la vida. El Buen Samaritano no solo trataba
a los viajeros heridos sino que entrenaba a otros para ello.

Existen registros de transportes forzados de personas hacia los leprosarios


o con problemas psiquiátricos en la antigüedad. Probablemente la expulsión
organizada de los leprosos fue el primer sistema organizado de transporte.
Las autoridades eran responsables de quitar de sus casas a estos enfermos
y aislarlos del resto de la comunidad, lo que era una medida para impedir el
contagio. Los pacientes leprosos fueron dados habitualmente por muertos
cuando eran llevados a los leprosarios, los que eran mas a menudo
prisiones mas que lugares de tratamiento, dado que dicha enfermedad se
consideraba como un castigo de Dios.

Los pacientes con enfermedades venéreas eran tratados de la misma


manera. Muchas formas de transporte de los enfermos fueron inventadas. En
tiempos muy antiguos, sin duda, los enfermos fueron llevados entre dos
amigos quienes lo transportaban de la manera que a ellos les resultaba más
conveniente. Si había una sola persona para transportarlo, seguramente lo
hacía sobre sus espaldas. Probablemente el siguiente modo de transporte de
los heridos o enfermos fue usando dos postes a los que se ataba
fuertemente una hamaca.

Este tipo de camilla fue usado durante muchos, muchos años. Los postes
eran colocados por debajo de los brazos y estos se apoyaban a lo largo de
ellos.
Mulo-Ambulancia 1895.

El primer vehículo para el transporte de los enfermos fue probablemente


construido cerca del año 900 a.C. La “hamaca anglosajona” podía ser
frenada ya quienes la conducían habían atado cadenas a sus ruedas para
impedir que se desbarranque en las bajadas. No obstante, el enfermo
debería tener una rústica montura balanceándose hacia adelante y atrás.

Pocos cambios fueros registrados en los siguientes años, hasta que los
Normandos llegaron a Inglaterra con su “litera a caballo” para el transporte
de los inválidos. Diferentes adaptaciones de este sistema fueron utilizadas
hasta el siglo XVII. Los normandos suspendían una cama de dos postes que
se tomaban por sus extremos a dos arneses especiales, colocado uno en el
caballo de adelante y otro en el de atrás. Ciertamente el paciente debía
soportar una serie de saltos al ser transportado y seguramente en muchas
oportunidades estos saltos eran fatales para los enfermos.

No hay demasiadas referencias al traslado de los heridos en las guerras de


la antigüedad, pero se sabe que los transportaban en carrozas (cuadrigas).
Los griegos y los romanos disponían de cirujanos en el campo de batalla
para el tratamiento de los heridos. En la Ilíada y la Odisea se explican
algunos procedimientos. Durante todo el tiempo que duró la Edad Media
existieron carretas para transportar cuerpos, usadas particularmente cuando
poblaciones enteras sucumbían ante la peste, aunque el uso de esas
carretas por lo general se limitaba a acarrear muertos.

El termino “ambulancia” de acuerdo con el libro “El origen de los términos


médicos” de Henry Alan Skinner “es mas comúnmente aplicado a un
vehículo en el cual los enfermos o heridos son transportados. En la
organización militar el término – ambulancia de campo – hace referencia a
una unidad equipada para el transporte y el tratamiento de emergencia de
los heridos. Esos – hospitales de campo- (ambulancias) fueron introducidos
por la Reina Isabel la católica durante el sitio de Málaga en mil cuatrocientos
ochenta y siete (1487) y revividos por su nieto Carlos V durante el sitio de
Metz en mil quinientos cincuenta y tres (1553).En las postrimerías del siglo
XV, Fernando e Isabel de España lideraron sus ejércitos en una cruzada
contra los moros.

Ellos hicieron de esa guerra una guerra religiosa y la tomaron para los
soldados y para ellos mismos como una forma de elevar sus espíritus.
Fernando se interesó por lo difícil de la vida militar y fue capaz de poner
orden. 
Voluntarios de los países de toda Europa llegaron así a España para tomar
parte de esa organización militar. Consecuentemente, los españoles
aprendieron el arte de la guerra especialmente de los mercenarios suizos.
Así, el Capitán español Gonzalo de Córdoba se familiarizó con los métodos
europeos y el desarrollo de las tácticas militares que hicieron de los
españoles los mejores soldados de Europa.
Voluntarios de los países de toda Europa llegaron así a España para tomar
parte de esa organización militar. Consecuentemente, los españoles
aprendieron el arte de la guerra especialmente de los mercenarios suizos.
Así, el Capitán español Gonzalo de Córdoba se familiarizó con los métodos
europeos y el desarrollo de las tácticas militares que hicieron de los
españoles los mejores soldados de Europa.Nuevas ideas militares fueron
combinadas con las antiguas.

Fernando e Isabel pusieron un interés sin precedentes en el bienestar de sus


tropas. Fueron reunidos elementos médicos y quirúrgicos y fueron
establecidos los primeros hospitales militares-ambulancias para el cuidado
de los heridos. Pero no fue hasta cerca de trescientos años mas tarde que
algunos acuerdos permitieron mover a los heridos hasta el hospital de
campo durante las batallas y brindar ayuda en el lugar a aquellos que no
podían ser movilizados.

LA AMBULANCIA LIVIANA DE LARREY

Dominique-Jean Larrey nació en Baudean, Francia el ocho de Julio de 1776.


Era huérfano y es por ello que poco se sabe de su infancia. Dijo
eventualmente que había estudiado con su tío Alexis quien había fundado
una escuela especial de Cirugía en Toulouse. Completó sus estudios en
Toulouse y decidió visitar otras universidades con el fin de adquirir los
mayores conocimientos posibles de la profesión que eligió. Cuando llegó a
París, se enteró que había vacantes para cirujanos asistentes en la marina,
se presentó y fue aceptado.

El barco finalmente zarpó a principios de Mayo y Larrey estuvo enfermo la


mayor parte del viaje. Describió y publicó sus enfermedades y todos los
tratamientos que se aplicó. Atracó en Belle Isle, una isla al norte de Nueva
Inglaterra (Canadá) (New foundland), que estaba bajo el dominio francés.
En sus escritos Larrey describió con gran detalle como trató un gran número
de casos de escorbuto y otras enfermedades sufridas por la tripulación.
Cuando retornó a París en el invierno de 1789, los signos de la incipiente
revolución se hicieron ostensibles. Larrey estudiaba entonces clínica
quirúrgica con el Prof. Desault cuando un gran número de civiles heridos
comenzó a llegar al Hotel Dieu. Los heridos provinieron de una multitud que
se puso en contra de los dueños de una fabrica de papel. Los dueños de la
fabrica llamaron a la artillería de la Guardia Suiza. Mas alborotos siguieron a
la caída de la Bastilla lo que hizo que más y más heridos llegaran al hospital.
Larrey tuvo una excelente oportunidad para estudiar el tipo de heridas que
esa gente recibió en batalla. Como resultado de esa experiencia Larrey
desarrolló una aguja quirúrgica semicircular con punta lanceolada y orificio
para ser enhebrada. La Real Academia de Cirugía lo premió entonces con
una medalla de oro por su contribución a la práctica quirúrgica.
En 1792 los Prusianos y los Austríacos declararon “Guerra contra los Reyes
y Paz con todos los pueblos” El ejercito francés no estaba preparado para
repeler el ataque de los enemigos quienes tiraban sus bombas y corrían. Le
fue ordenado a Larrey unirse al ejercito del Rhin bajo el mando del General
Luchner. Por algunas semanas, el personal médico se preparó y discutió
sobre cirugía militar.

Larrey escribía entonces: _” En Limbourg, tuvimos un problema con el Rey


de Prusia. La distancia a la que se encontraban nuestras ambulancias privó
a los heridos de la atención requerida… creemos imposible atender a
nuestros heridos frente al poder del enemigo, por lo que autoricé la
construcción de un carruaje al que llamé ambulancia voladora”_. Así fue
como en mil setecientos noventa y siete (1797) Larrey construyó sus
“ambulancias volantes” (de la raíz francesa “ambulant” que significa
“ambulante” o “que deambula o camina”) con dos ruedas para rescatar a los
heridos. 

Se produjo la batalla entre los franceses a las ordenes del General Custine
-quién reemplazó al General Luchner- y los prusianos en Spires. Aquí Larrey
tuvo su bautismo de fuego. Las ambulancias fueron estacionadas cerca de
dos millas y media por detrás de la retaguardia. Los heridos permanecieron
en el campo de batalla hasta el cese del fuego y luego las ambulancias
comenzaron a levantarlos para transportarlos hasta los hospitales de
campaña.

Luego de algunas batallas, la conmoción que le causaba la carencia de una


inmediata asistencia a los heridos en batalla hizo que se aproximase al
Comisario General Villemansy con la idea de crear ambulancias especiales.
Fue así autorizado a desarrollar sus planes.

Larrey quedó preocupado ya que con este sistema los heridos eran
olvidados por un largo periodo de tiempo y la mayoría de ellos moría antes
de ser recibidos en el hospital. Fue esta situación la que lo llevó a tratar de
desarrollar un nuevo sistema de ambulancias que pudiese brindar ayuda “in
situ” a los heridos y luego sacarlos del peligroso campo de batalla.

Primeramente, Larrey pensó en rescatar los heridos en camillas adosadas a


la montura de los caballos, pero luego se decidió en favor de utilizar
carruajes livianos.
Larrey vió trabajar sus ambulancias en las montañas cerca de Konigstein, en
Prusia. La terrible experiencia de ver desarrollarse una batalla en un terreno
montañoso fue balanceada con el hecho de que sus ambulancias salvaron
gran cantidad de vidas.

El joven Napoleón Bonaparte, en una corta y exitosa campaña condujo a los


austríacos fuera del norte de Italia, y mientras disfrutaba de su prominencia
militar, puso sus esfuerzos en equipar a sus ejércitos. Se hallaba
impresionado por la reputación de Larrey que con su humano tratamiento a
los heridos en batalla atrajo a Napoleón. Larrey fue ordenado incorporarse al
ejercito de Italia y organizar un servicio de ambulancias similar al que creó
en mil setecientos noventa y tres (1793) para el ejercito del Rhin.

Ambulancia Napoleónica.

Se puede especular entonces, que los contemporáneos a Napoleón con sus


brillantes innovaciones en el campo de batalla en lo que respecta a la
artillería liviana, inspiraron también a Larrey; tal como los médicos actuales
adaptaron el uso militar de los helicópteros, a la evacuación aeromédica
civil. Larrey además creó detallados protocolos de tratamiento como
la temprana amputación de los miembros baleados para prevenir la
gangrena.

Antes de la innovación del servicio de ambulancias realizada por Larrey, los


reglamentos militares requerían que las ambulancias estuvieran
estacionadas en la retaguardia. Los vehículos eran pesados, primariamente
utilizados para el transporte de los cirujanos y el equipamiento. El Barón
Percy, compañero mayor de Larrey y quien compartía con él la
responsabilidad por el departamento de cirugía del ejercito, había diseñado
un vehículo de cuatro ruedas que tenía un poste emplazado en forma
longitudinal en el centro y en el que a manera de caballete, los cirujanos
viajaban a horcajadas, mientras cabalgaban hacia los heridos luego de
finalizada la batalla.

Larrey diseñó una ambulancia liviana de dos ruedas que se estacionaba


entre las tropas y que permitía a los cirujanos trabajar en el campo de
batalla. El también utilizó esos vehículos para levantar a los heridos y
transportarlos a los hospitales. El las llamó “ambulancias livianas” porque
se estacionaban junto a la artillería liviana en el campo de combate. 

Larrey dirigió el servicio de ambulancias durante la campaña napoleónica a


Italia en 1797 y en 1798 organizó el servicio de salud para el ejercito en
Egipto. Fue aquí que él usó animales para el transporte de los heridos e
inventó una litera que podía ser adaptada para ser llevada encima de los
camellos.

Fundó una escuela médica en Milán, Italia y fue cirujano de la Guardia


Imperial Francesa en mil ochocientos uno (1801). Sirvió en veintiséis (26)
campañas de las guerras napoleónicas desde mil ochocientos cinco (1805)
hasta Waterloo en mil ochocientos quince (1815).Mientras practicó cerca de
doscientas (200) amputaciones en el ambiente amargo y frío de Borodino, en
Rusia, donde comprobó el valor del frío en las amputaciones.
Tiene además otros créditos científicos, fue el responsable de las dos
primera desarticulaciones exitosas de miembro inferior a la altura de la
articulación de la cadera en 1803. El método de desarticulación del húmero a
la altura del hombro recibe su nombre. Descubrió que la espinilla era buena
para limpiar las infecciones y que el tracoma era contagioso. Alentaba a los
pacientes con fracturas de los miembros inferiores a dejar la cama lo mas
pronto posible y fue probablemente le primero en reconocer que la
conjuntivitis granular era contagiosa.
Su hijo, el Barón Felix-Hippolyte Larrey (1808-1895) fue Jefe de Cirugía del
Cuerpo médico del Ejercito y un pionero en el uso del Eter.

Es interesante notar que las mismas imágenes en las que se observa el


sistema de transporte de heridos en animales, aparecidas en manuales
médicos militares y diseñado por Larrey en aquellos tiempos, son similares
a los que fueron utilizados durante la guerra de Vietnam.

Ambulancia Ford T de 1916

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