EL OFICIO DE ENSEN AR. Tenti Fanfani
EL OFICIO DE ENSEN AR. Tenti Fanfani
EL OFICIO DE ENSEN AR. Tenti Fanfani
decir, un trabajo sin producto, una representación (como Pero este es solo uno de los sentidos posibles de la pro-
la del artista). El éxito o fracaso de su “función” tiende a fesionalización, ya que en el debate sobre la profesiona-
verse como producto de una personalidad . No es que ha- lización docente se enfrentan dos tipos puros de racio-
yan desaparecido las normas que enmarcan su trabajo nalización laboral. Por una parte, el modelo “tecnológico”
en el contexto de una organización todavía burocrática (o y, por la otra, el modelo “orgánico”. El primero, en línea
de burocracia degradada), sino que las nuevas condicio- con los principios tradicionales de la burocracia, privilegia
nes lves obligan a definir su oficio como una realización ha- la racionalidad instrumental (medio/fin), la optimización
bilidosa, como una experiencia, como una construcción in- de los recursos, la eficiencia en el uso de los mismos y la
dividual realizada a partir de elementos sueltos y hasta estandarización de objetivos y de procedimientos, la me-
contradictorios: cumplimiento del programa, respeto a dición y evaluación de resultados, etcétera. Mientras que
un marco formativo, preocupación por la persona del el segundo apunta a la puesta en práctica de lógicas
aprendiz, respeto por su identidad, particularidad y au- “indefinidas e interactivas”, confiando en una especie de
tonomía, búsqueda de rendimientos, realización de la “improvisación normalizada” (Lang, V.; 2006).
justicia, etcétera. Es obvio que existe una tensión no re- Desde este segundo paradigma no se trata solo de
suelta, o más o menos bien resuelta, por cada agente en- imponer una racionalidad de tipo instrumental, sino
tre las exigencias del funcionario (que cumple una fun- de realizar una actividad que se fundamenta en con-
ción, respeta un reglamento, se hace responsable del sideraciones culturales, ético/morales y políticas.
logro de objetivos sistémicos o de política educativa ge- Mientras que en el primer modelo reina el profesional
Foto: L.T.
neral, etcétera) y las del sujeto actor (autónomo, creati- como tecnócrata, en el segundo predomina la idea de
vo, responsable, etcétera). un profesional “clínico”. Es decir, capaz de diagnosti-
car, de definir estrategias en función de diversos es-
quemas y lógicas (no solo instrumentales) y de pro-
Sentidos diversos de la profesionalización docente
ducir resultados mensurables y no mensurables,
La profesionalización parecería ser la respuesta “uni- inmediatos y mediatos, etcétera.
versal” a todos los nuevos problemas que enfrentan quie- El primer modelo privilegia un control técnico de la ac-
nes ejercen este viejo oficio. Pero, más allá de los discur- tividad (mediante la estandarización de procedimientos
sos ideológicos e interesados, existe más de una forma de y objetivos, evaluación en función de resultados inme-
entender la “profesionalización docente”. Muchas de las diatos, mensurables y preestablecidos.); el segundo con-
propuestas de profesionalización se inscriben en políticas fía en un autocontrol basado en la autonomía y la res-
más amplias que buscan introducir cambios sustantivos ponsabilidad del colectivo docente.
en la organización del sistema educativo como totalidad Todo parece indicar que la mayoría de las políticas de
(descentralización, autonomía de las instituciones, fi- profesionalización docente, que se ensayaron con mayor
nanciamiento a la demanda) y en la dinámica y estructura o menor éxito durante el tiempo de las denominadas
de las propias instituciones educativas autónomas (el di- “reformas educativas de los años 90”, se inspiraron más
rector como “gerente” o “gestor” del proceso de forma- en la racionalidad técnico-instrumental que en la racio-
ción, con capacidad de contratar docentes, “liderar” pro- nalidad orgánica. La mayoría de ellas tendieron a pro-
yectos institucionales, coordinador del trabajo en equipo).
En este sentido, el programa de profesionalización do-
cente no sería más que la transferencia (con las necesa-
rias adaptaciones) de los modelos de organización y ges-
tión del nuevo capitalismo postfordista y globalizado al
campo de la educación pública.
31
DOSSIER
poner mayores dosis de “autonomía” y la “ accountabi- En todos los casos, la disputa es por el control de la for-
lity” de los docentes (a la vez que apelaban a su creati- mación y la definición de los requisitos de acceso y carrera
vidad, su compromiso, liderazgo, trabajo en equipo, por docente, las condiciones de trabajo y las recompensas
proyecto, etcétera), al mismo tiempo que desplegaban materiales y simbólicas asociadas.
un conjunto de dispositivos de medición de calidad de La diferencia de posiciones (político, funcionario, exper-
los resultados del aprendizaje (evaluación de rendimiento to, dirigente gremial) determina diferentes intereses, vi-
mediante pruebas estandarizadas), definición de míni- siones y estrategias de profesionalización. En muchas re-
mos curriculares y estándares de aprendizaje, evalua- formas educativas de los años 90, la iniciativa en materia
ciones de la calidad profesional de los docentes (me- de profesionalización docente corrió por cuenta de los
diante la identificación de “competencias” pedagógicas), responsables políticos y administrativos de los ministe-
pago por rendimiento, etcétera, que constituían dispo- rios de Educación. En el caso de México y de Chile, las po-
sitivos que, en los hechos, significaban un reforzamien- líticas e innovaciones de profesionalización efectivamen-
to de los controles externos sobre el trabajo de los do- te desarrolladas se realizaron mediante la negociación y
centes. Esta contradicción explica la oposición generalizada los acuerdos con las organizaciones sindicales docentes.
de los sindicatos docentes a esas iniciativas de profesio- En el caso de la Argentina, las propuestas de profesiona-
nalización generadas por expertos y técnicos, que jugaron lización corrieron por cuenta de la conducción político/téc-
un rol relevante en los programas de reforma educativa. nica del Ministerio de Educación. Estas suscitaron la fuer-
te oposición de los sindicatos docentes, quienes llegaron
incluso a rechazar la idea misma de profesio nalización,
Perspectivas
en la medida que la identificaban con la propuesta ofi-
La profesión, que en ciertas ocasiones tiende a redu- cialista que ellos interpretaban como un intento de li-
cirse al mejoramiento de formación docente incorpo- mitar el poder de la corporación sobre la definición de
rando dosis crecientes de conocimiento científico-técni- las condiciones de trabajo del docente. Estas diferencias
co en el trabajo docente, no se reduce a esta cuestión. nacionales en la estructura del campo de la política edu-
Hoy, el aspecto determinante de la lucha por la profe- cativa explican por qué el sindicalismo docente mexica-
sionalización no pasa por la cuestión de una más pro- no terminó haciendo suyas las consignas de la profesio-
longada y mejor formación de los docentes (la forma- nalización docente, mientras que los sindicatos argentinos,
ción en el nivel superior, de licenciatura, incluso maes- ante la oferta de profesionalización que venía del Estado,
tría y doctorado), sino por la cuestión del control sobre el prefirieron insistir en su identidad de “trabajadores de la
desarrollo del oficio. Este es el lado más conflictivo de la educación”, que habían construido en la década de los 70.
cuestión de la profesionalización y es aquí donde se en- El informe producido por el profesor François Dubet y
frentan distintas posiciones, intereses y actores colectivos. otros especialistas en Francia (Dubet, F.; Bergounioux, A.;
En la mayoría de los países de América Latina, al igual Duru-Bellat, M; Gauthier, R.-F.; 1999) propone un com-
que en muchos países desarrollados, en la lucha por el promiso entre lo que él denomina “ el modelo del ma-
contenido de la profesionalización participan tanto los nagement” (diversificación de la oferta educativa, aten-
responsables de la gestión de los sistemas educativos ción a la demanda, evaluación, autonomía, eficiencia en
(los políticos y los altos funcionarios, asesores y exper- el uso de los recursos, preocupación por la evaluación de
tos); el personal jerárquico y territorial (los supervisores resultados, etcétera) y el modelo republicano (educación
y directores de establecimientos); el cuerpo de los espe- para todos, conocimiento como derecho, papel integrador
cialistas, investigadores y formadores de docentes, y los de la escuela, formación de la ciudadanía, la cultura co-
propios sindicatos que expresan al colectivo de los “tra- mún, etcétera). En ambos casos, el rol de docente es dis-
bajadores de la educación”. tinto. En el primero, el docente es definido como un ex-
perto (pedagogo, didacta en sentido estricto); en el
segundo, un movilizador o promotor social (compromiso
político, etcétera).
32
DOSSIER
33
DOSSIER
Bibliografía citada
Augé, Marc, Où est passé l’avenir? Panama, París, 2008.
Foto: L.T.
Dubet F., Bergounioux A., Duru-Bellat M., Gauthier R.-F. Le Collège
de l’an 2000. La Documentation Française, París, 1999.
Lang, Vincent. “La construcción social de las identidades profesio-
nales de los docentes en Francia . Enfoques históricos y sociológicos”.
En: Tenti Fanfani, E. (comp.); El oficio de docente. Vocación, trabajo
y profesión en el siglo XXI. Siglo XXI, Buenos Aires, 2006.
Tenti Fanfani, E. La condición docente. Análisis comparado de la
Argentina, Brasil, Perú y Uruguay . Editorial Siglo XXI, Buenos Aires,
2005.
Verpraet, Gilles. Les enseignants et la précarieté social. Le regard de
la Seine-Saint-Denis . PUF, París, 2001.
Virno, P. Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de
vida contemporánea. Granica, Buenos Aires, 2003.
34