Ley Chilena de Arbitraje Comercial Internacional

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Ley chilena de arbitraje comercial internacional:

Análisis de las doctrinas jurisprudenciales, a


diez años de su vigencia*

María Fernanda Vásquez Palma**


**
Profesora Asociada de Derecho Privado de la
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de Talca. Doctora en Derecho por la
Universidad Complutense de Madrid. Correo
electrónico:[email protected], Chile.

1. Introducción

El 29 de septiembre de 2014 se cumplieron diez años


desde que la Ley de arbitraje comercial internacional
(LACI) entró en vigencia en Chile. Transcurrido este
período, resulta un paso obligado analizar las
doctrinas que se han asentado sobre la materia, lo
que se hará teniendo a la vista las líneas
jurisprudenciales que se han construido sobre la
normativa en cita1.

Con este objetivo, en las siguientes páginas


efectuaremos una completa revisión y análisis
respecto de las sentencias que se han dictado en esta
última década, centrándonos en el examen de los
tópicos más relevantes de esta ley. Los fallos nos
mostrarán que los principios recogidos por la LACI han
sido ampliamente amparados por los fallos
jurisprudenciales, lo que importa reconocer un
desarrollo relevante de Chile sobre la cultura arbitral,
en general, y del arbitraje comercial internacional, en
particular. Esperamos que este avance trascienda
prontamente en la configuración de una nueva
normativa relativa a la institución arbitral de Derecho
interno, cuya reforma aún se encuentra rezagada a
pesar de los esfuerzos que se han emprendido2.

El trabajo se divide en diez apartados. El primero, se


refiere al contrato arbitral; el segundo, al rol de los
tribunales estatales; el tercero, al ámbito de
aplicación; el cuarto, a la remisión de las partes al
arbitraje; el quinto, al principio competencia-
competencia; continuaremos con la constitución
del tribunal arbitral y la regulación del procedimiento;
las medidas cautelares; la impugnación de laudo; y
concluiremos con su reconocimiento y ejecución. Las
sentencias serán analizadas con ocasión de cada uno
de estos puntos, de manera que es posible que un
mismo fallo sea revisado en más de uno de
los aspectos presentados. Se acompañará, finalmente,
un cuadro que resume estos fallos con fines
didácticos.

Constataremos que los principios que recoge la LACI


han sido ampliamente acogidos por los máximos
tribunales del país lo que provoca
consecuencias relevantes en la madurez y
entendimiento de la institución arbitral en Chile.

2. Contrato arbitral (arts. 7° y 8° LACI)


El convenio arbitral es la piedra angular del instituto
arbitral3, como genuina manifestación de la autonomía
de la voluntad y siempre dentro de los límites de su
ejercicio, de manera tal que si no existe o es ineficaz,
el arbitraje no será válido. Se trata de un elemento
esencial por constituir su fuente por excelencia4. El
acuerdo arbitral configura un contrato de carácter
privado que tiene unos efectos de marcado carácter
procesal, toda vez que su principal objeto es la
creación de una competencia arbitral, renunciando de
paso a la judicatura ordinaria o especial prevista en la
ley5.

De acuerdo a la LACI, el acuerdo de arbitraje es aquel


"por el que las partes deciden someter a arbitraje
todas las controversias o ciertas controversias
que hayan surgido o puedan surgir entre ellas
respecto de una determinada relación jurídica
contractual o no contractual. El acuerdo de arbitraje
podrá adoptar la forma de una cláusula
compromisoria incluida en un contrato o la forma de
un acuerdo independiente"(art. 7°). Éste deberá
constar por escrito, contemplándose una variada
formulación para lograr tal entendimiento6. Puede
referirse a todas las controversias que hayan surgido
o puedan surgir entre las partes respecto de una
determinada relación jurídica o sólo a alguna de éstas.

En relación con la validez de fórmulas genéricas de


atribución de competencia que no expresan
detalladamente cada una de las materias que se
someten a arbitraje7, nuestra jurisprudencia las ha
aceptado al reconocer y ejecutar laudos dictados por
árbitros cuya competencia deriva de una cláusula
arbitral amplia. Así ocurrió en el caso "Kreditanstait
fur Wiederaufbau", Rol N° 5228-2008, de fecha 15 de
diciembre de 2009, oportunidad en que la
Excelentísima Corte Suprema (en adelante ECS o CS)
ordenó la ejecución de un laudo que se refería a
"todas ias disputas derivadas de este contrato base o
de cualquier contrato de préstamo individual, incluidas
ias disputas relativas a ia validez de este
contrato base o de cualquier contrato de préstamo
individual''. Siguiendo este derrotero, los tribunales
nacionales se han inclinado por una interpretación
extensiva de la cláusula arbitral, en armonía con el
régimen pro-arbitraje consagrado en el artículo II de
la Convención de Nueva York8.

En cuanto a la forma del acuerdo arbitral y en virtud a


la mayoría de los fallos dictados por los tribunales
chilenos en materia de arbitraje internacional, se
colige que se han aceptado variadas posibilidades de
redacción, tal como lo establece el art. 7° N° 2 de la
ley que se refiere a los acuerdos incorporados
por referencia. Ello se aprecia con claridad en el caso
"Provimin Ltda. con Danfoss Nesie Water Hydraulics"
Rol N° 16361-200, 2 de noviembre de 2007, en el
cual, el 21° Juzgado Civil de Santiago (JCS) dio
ejecución a un acuerdo de arbitraje que no estaba
contenido en el contrato suscrito por las partes, sino
en un documento contractual separado; el que
contenía ciertas condiciones generales e incluía un
acuerdo de arbitraje, que se entendió incorporado al
contrato mediante una cláusula genérica que aludía
específicamente al arbitraje9.
Un caso ligado a la extensión del acuerdo arbitral
respecto de terceros10 se puede apreciar en la decisión
del Presidente de la ICAS, de fecha 30 de
diciembre de 2011, por la que validó dicha extensión
por la vía de la estipulación a favor de otro (''Servicios
Financieros Altis S.A. con Grupo Casa Saba S.A.B. de
C.V.", Rol N° 1886-2011). El árbitro había resuelto ser
competente para conocer de la controversia entre una
de las partes que suscribió el contrato que
incorporaba tanto la cláusula arbitral como la
estipulación a favor de otro y el tercero beneficiario de
dicha estipulación. Para confirmar esta decisión, el
Presidente -a partir del recurso especial contemplado
en el art. 16 N° 3 de la LACI, consideró que "la
aceptación de la estipulación (del tercero favorecido)
es un acto jurídico que ha emergido o tenido lugar con
motivo u ocasión de la existencia, validez, eficacia,
interpretación, nulidad, cumplimiento o
incumplimiento del contrato, o de otro hecho o
circunstancia diversa, pues tales hipótesis no
constituyen, como se ha visto, una enumeración
taxativa. De esta manera, y aunque "Servicios
Financieros Altis S.A. (tercero favorecido) no suscribió
el contrato de marras, sí es una persona a que
alcanzan los efectos de ese contrato, quedando por
tanto bajo la jurisdicción del árbitro en la materia que
a aquélla empece".

La validez del acuerdo, si bien debe resolverse por el


propio tribunal arbitral en base al principio
"Competencia-competencia", eventualmente los
tribunales estatales tendrán esta misión, con ocasión
de una acción de nulidad o una solicitud de
reconocimiento y ejecución de un laudo arbitral
internacional, toda vez que la nulidad de este contrato
constituye una causal para anular el laudo o denegar
su ejecución (arts. 34 y 36 LACI). En esta materia, los
tribunales estatales, en reiteradas ocasiones, han
resuelto acertadamente que los contratos en que las
partes someten a un tribunal extranjero son válidas
(arbitral o estatal). En esta línea, se ha descartado la
aplicación del art. 1462 del CC (Caso "Marlex Limitada
con European Industrial Engineering", Rol N° 2026-
2007, de la ECS, con fecha 28 de julio de 2008; Caso
"Mauricio Hochschild SAIC con Ferrostal AG", Rol N°
3247-2006, de la ECS, de 22 de enero de 2008); y se
ha enaltecido el principio de fuerza obligatoria del
contrato y el hecho que ninguna ley chilena le impide
a las partes pactar en Chile o en el extranjero una
cláusula de sumisión a favor de un tribunal arbitral
extranjero (Caso "Converse Inc.", Rol 3225-2008,
fallo de la ECS, de 8 de septiembre de 2009).
Asimismo, la autonomía de la voluntad se ha
reconocido como un cimiento en la materia, al
desestimar la alegación de objeto ilícito en los
acuerdos para someterse a un arbitraje en el
extranjero, en virtud de lo dispuesto en el Art. 113 del
Cco. que prevalece por sobre el art. 1462, debido a su
especialidad (Caso " Kreditanstalt fur Wiederaufbau",
Rol N° 5228-2008, de fecha 15 de diciembre de 2009,
fallo de la ECS). Por otra parte, se ha subrayado su
reconocimiento previo en distintos cuerpos legales
(ej.: art. 318 Código de Bustamante, D.L. N° 2.349).

La ambigüedad de la cláusula arbitral también ha sido


objeto de resolución. En el Caso "Gold Nutrition
Industria y comercio v. Laboratorios Garden
House S.A.", Rol N° 6615-2007, la ECS, con fecha 15
de septiembre de 2008, declaró la validez de una
cláusula arbitral respecto de la cual se alegaba su
nulidad, concediendo el exequátur. La ejecutada
esgrimió que la cláusula arbitral era ambigua al
señalar "arbitraje de equidad y de derecho", la Fiscalía
señaló en su informe que "Las ambigüedades
contenidas en una cláusula arbitral no acarrean la
nulidad sino que obligan a su interpretación de
acuerdo a los artículos 1560 y siguientes del CC". La
CS, desestimando la aludida alegación, señaló que
para acoger la falta de validez de una cláusula
compromisoria por su ambigüedad, falta de
completitud e imprecisión, es necesario que exista
una sentencia ejecutoriada que declare la nulidad de
la misma" (considerado 6°).

La autonomía del acuerdo arbitral respecto del


contrato en que se inserta, recogida en el art. 16 N° 1
de la LACI, fue admitida en el fallo pronunciado por la
ICAS, con fecha 29 de abril de 2014, en la causa
"Productos Naturales de la sabana s.A. con Corte
Internacional de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional'', Rol N° 6975-2012. Lo
anterior ha sido reconocido sistemáticamente por
nuestros tribunales de justicia, incluso en casos
anteriores a la entrada en vigencia de la LACI11.

Finalmente, también se han reconocido por vía


jurisprudencial los efectos que conlleva el contrato
arbitral, especialmente el negativo (incompetencia del
tribunal estatal para conocer una materia que ha sido
encomendada a un arbitraje). Así ocurrió, por
ejemplo, en el Caso "Marlex Limitada con
European Industrial Engineering", N° 2026-2007, la
ECS, con fecha 28 de julio de 2008, en éste se inició
una demanda de cobro de pesos ante un tribunal
ordinario de Antofagasta (Chile), frente a lo cual la
parte contraria planteó un incidente de nulidad de
todo lo obrado por incompetencia del tribunal, por
haberse pactado una cláusula arbitral en el contrato
respectivo. El contrato, que contenía una cláusula
arbitral, se había celebrado entre una empresa chilena
y una sociedad constituida de conformidad con las
leyes de la República de Italia y con domicilio en la
ciudad de Venecia. El tribunal acogió el incidente
declarando su incompetencia. Esta sentencia fue
confirmada por la CA, ante recurso de apelación que
la impugnaba, fundándose en que "el objeto del
compromiso es 'derogar el orden normal de las
jurisdicciones, substrayendo la decisión de ciertos
asuntos a los tribunales que corresponda según la ley
y defiriéndola a un tribunal arbitral que los propios
interesados establecen', lo que implica una 'renuncia
al conocimiento de las controversia por la autoridad
judicial y crea una excepción impeditiva de
inadmisibilidad de la justicia ordinaria'". Este último
fallo fue objeto de una casación en el fondo ante la
CS, el Excelentísimo Tribunal señaló que se acordó
por las partes una cláusula compromisoria haciendo
uso de la autonomía de la voluntad y libertad
contractual y, tratándose de una materia en que el
arbitraje no está prohibido por la ley, no puede sino
determinarse que el tribunal estatal es incompetente
para conocer del presente asunto, debiendo acogerse
la nulidad solicitada, por no ser aplicable en la especie
la norma del Art. 1462 del CC. Para ello, la CS recurre
a los principios generales del Derecho Internacional
Privado para determinar que "el ordenamiento
nacional reconoce explícitamente la posibilidad que los
particulares estipulen someter las controversias que
de la aplicación de un contrato internacional pudieran
derivarse, al conocimiento de tribunales extranjeros,
sean ellos ordinarios o arbitrales. Por ende, ningún
objeto ilícito hay en la cláusula del contrato suscrito
entre las partes, en virtud de la cual acuerdan
entregar el conocimiento de los eventuales litigios que
de éste se pudieran suscitar, a un tribunal italiano y,
por lo mismo, no comete error de derecho la
sentencia que declara la incompetencia del
tribunal ante el cual se interpuso la demanda para
conocer del litigio promovido". De este modo, una vez
comprobada la validez de la cláusula arbitral, remite a
las partes al arbitraje confirmando el principio en
cuestión12.

3. Rol de los tribunales estatales: intervención


mínima (arts. 5° y 6° LACI)

Conforme al Art. 5° de la LACI, los asuntos que se


rijan por esta ley no intervendrán los tribunales
ordinarios, salvo cuando la propia ley así lo disponga.
El artículo siguiente expresa cuáles son dichos casos13.
En el seno de esta cuestión, subyace la convicción que
el arbitraje es una fórmula de solución de
controversia independiente de la justicia estatal14, de
manera tal que éstos no pueden intervenir en dicho
conflicto, pues ello contravendría la competencia
otorgada por las partes a los árbitros y se vulneraría
la fuerza obligatoria del contrato arbitral junto a los
efectos naturales que éste conlleva (positivo y
negativo)15. A fin de resguardar tal principio, la LACI,
al igual que la Ley Modelo UNCITRAL, consagran el
denominado "Principio de intervención mínima" que
implica reconocer facultades específicas y temporales
a los tribunales estatales, las que se traducen en
apoyo y control del laudo a partir de vías concretas.
Este principio pretende respetar la autonomía del
instituto arbitral, reconociendo -de paso- que esta no
es autónoma totalmente, sino que requiere de la
colaboración de los tribunales estatales para el éxito y
eficacia del arbitraje, pero las mismas no
pueden extenderse más allá de ciertas actuaciones
precisas que poseen una finalidad perfectamente
definida y coherente con la arquitectura de la
institución.

La jurisprudencia chilena se ha inclinado por


reconocer claramente el principio de intervención, al
abstenerse de conocer conflictos regulados por una
cláusula arbitral. En esta línea, han declarado
inadmisibles recursos distintos a la acción de nulidad
en contra de los laudos arbitrales y se han ceñido a
las causales estrictas y taxativas en los
procedimientos de impugnación, reconocimiento y
ejecución de laudos. Así, la ICAS, en el caso "Publics
Groupe Holdings B.V y Publicis Groupe Investements
con Árbitro don Manuel José Vial Vial", Rol N° 9134-
2007, ICAS, de fecha 4 de agosto de 2009, resolvió:
"el objetivo de la ley N° 19.971 fue regular en nuestro
ordenamiento jurídico de manera específica el
arbitraje comercial internacional procurando que la
intervención de los tribunales fuera lo más limitada
posible, interviniendo así solo en los casos
establecidos por la ley".

Por su parte, en el caso Rol N° 4902-2012, la CAS,


con fecha 24 de julio de 2012, resolviendo un recurso
de queja interpuesto en el marco de un
arbitraje internacional, lo declaró inadmisible en
atención al hecho que contra un laudo arbitral sólo
podrá recurrirse mediante una petición de nulidad
(Art. 34 LACI). De este modo, y advirtiendo que la
resolución en contra de la cual se recurre de queja,
admite recursos en su contra, el citado recurso no fue
acogido a tramitación (arts. 545, 548 y 549 letra a)
COT).

En un sentido similar, la ECS, en el caso Rol N° 7701-


2012, de fecha 29 de enero de 2012, resolviendo un
recurso de queja interpuesto en contra de los
miembros de la CAS (Ministros Moya Cuadra, Melo
Labra y el Abogado Integrante Guerrero Pavez), lo
declaró inadmisible, en la medida que por
su intermedio el recurrente insta ante la CS por un
nuevo grado de conocimiento y fallo sobre el asunto
ventilado ante la judicatura arbitral, revisión que el
legislador ha descartado en la LACI. Se reitera lo
señalado en el art. 63 letras a) y c) COT que indica
que tratándose de recursos extraordinarios dirigidos
contra jueces árbitros y sus sentencias el legislador
procesal sólo contempla una única instancia a
substanciarse en sede de CA. Se agrega que del tenor
del art. 545 COT la herramienta procesal en análisis
se dirige a corregir faltas o abusos graves cometidos
en la dictación de resoluciones de carácter
jurisdiccional, allí reside su objetivo medular. Que en
virtud de las categorías del art. 158 CPC la sentencia
pronunciada por los jueces recurridos, a propósito del
recurso de nulidad contemplado en el art. 34 LACI, no
admite su clasificación entre las sentencia
interlocutorias, como tampoco en las definitivas. La
resolución que zanja un recurso de nulidad
interpuesto contra el laudo del árbitro internacional no
es de aquellas que fallan un incidente del juicio,
fijando derechos permanentes para las partes, ni
resuelve sobre un trámite que debe servir de base
en el pronunciamiento de una sentencia definitiva o
interlocutoria, tampoco pone fin a la instancia
resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto
del juicio.

En el mismo sentido, en el caso Rol N° 7341-2013,


"Río Bonito S.A. y otros con Mera Muñoz Juan
Cristóbal y otros", la ECS, con fecha 16 de
diciembre de 2013, declaró inadmisible un recurso de
queja interpuesto en contra de una sentencia que
rechaza un recurso de nulidad deducido conforme a la
Ley N° 19.971. Sostuvo que de acuerdo al art. 34
LACI el recurso de nulidad que fue deducido ante la
Corte de Apelaciones de Santiago, que ha originado
el pronunciamiento que motiva la queja, es el único
medio de impugnación posible en contra del laudo
arbitral. Además el art. 63 letras a) y c) COT señala
que tratándose de recursos extraordinarios contra
jueces árbitros y sus sentencias, el legislador procesal
ha estatuido la única instancia a substanciarse en
sede de Corte de Apelaciones.

Cabe recordar que ya en el año 2006, en el caso


"D'Arcy Masius Benton & Bowles Inc. Chile Ltda. Otero
Lathrop Miguel", N° 865-2006, la CA, con fecha 25 de
mayo de 2006, resolviendo un recurso de hecho que
incidía en una resolución dictada por un árbitro de
derecho, sobre la base que el contrato se había
suscrito con anterioridad a la entrada en vigor de la
Ley N° 19.971 y, por ello, el procedimiento arbitral
tenía que someterse a las normas que rigen el
arbitraje chileno interno, decidió rechazar el citado
recurso basándose en el artículo 5° de la ley en
referencia, que limita la participación de los
tribunales ordinarios en el arbitraje internacional a los
casos previstos en la ley. En su fallo, la Primera Sala
de la Corte sostuvo que la Ley N° 19.971, de carácter
procesal, rige desde el momento de su entrada en
vigencia y las normas del Código de Procedimiento
Civil y otras que regulaban estas materias al momento
de celebrarse el contrato, no están comprendidas, en
caso alguno, dentro de las que deben entenderse
incorporadas a la fecha de su celebración. La Corte
agrega que lo alegado por la recurrente en orden a
que esas normas legales por ser su vigencia posterior
a la fecha de celebración del contrato, no serían
aplicables en la especie, carece de fundamento, dado
lo preceptuado en los arts. 22 y 24 de la ley de 7 de
octubre de 1861, sobre efecto retroactivo de las leyes.
Se concluye que de conformidad a lo establecido en el
artículo 5° de la LACI, sólo cabe resolver que la
resolución en que incide el recurso de hecho no
es susceptible de apelación, por lo cual deberá ser
desestimado.

4. Ámbito de aplicación de la LACI (arts. 1° y 2°)

Este aspecto está regulado en los artículos 1° y 2° de


la LACI. La primera norma señala que esta ley se
aplica al "arbitraje comercial internacional" y describe
los casos en que un arbitraje se entiende como
internacional16. Por su parte, la segunda disposición
escribe lo que ha de entenderse por la
17
expresión "comercial" . Al respecto, la ECS en el caso
"Marlex Limitada con European Industrial
Engineering", ECS, Rol N° 2026-2007, de fecha 28 de
julio de 2008, estimó que, para que un caso tenga
carácter internacional, debe contener un elemento
extranjero relevante, pues "no todo elemento
extranjero transforma el caso en internacional, sino
que es menester que las consecuencias de los
hechos demanden una reglamentación que
corresponda a su carácter internacional.
Por consiguiente, para que se trate de un auténtico
caso de derecho internacional, ese elemento
extranjero debe ser relevante, esto es, importante o
significativo". En otros casos, la ECS ha señalado que
"resulta indispensable que sea posible la aplicación de
distintos sistemas jurídicos, en especial por el
desplazamiento de un Estado a otro para el
cumplimiento de la prestación o que las partes se
encuentren localizados en el territorio de diferentes
países. Se conjugan aspectos formales como
materiales en la calificación de internacional de
un negocio jurídico, siendo el de mayor importancia la
concurrencia de distintos ordenamientos jurídicos en
la regulación de sus elementos y la competencia de
sus sistemas judiciales"18.

En relación con el ámbito temporal, cabe recordar que


en el caso "D'Arcy Masius Benton & Bowles Inc. Chile
Ltda. con Otero Lathrop", Rol N° 865-2006, de 25 de
mayo de 2006, sostuvo que la fecha de solicitud del
arbitraje era determinante a la hora de establecer la
aplicación de la LACI. Esta interpretación fue decisiva
y ha prevalecido en la jurisprudencia, pues los
tribunales nacionales han sido uniformes en aplicar la
LACI a todos los arbitrajes comerciales internacionales
iniciados con posterioridad a su entrada en vigencia,
aun cuando la fecha en que se pactó la cláusula
arbitral era anterior a ella19.

5. Remisión de las partes al arbitraje (art. 8°


LACI)

Para analizar la competencia de los tribunales


ordinarios en el arbitraje comercial internacional es
propicio recordar que un acuerdo de arbitraje tiene un
efecto positivo y otro negativo20. El primero confiere
jurisdicción al tribunal arbitral para resolver las
disputas cubiertas por el acuerdo arbitral y obliga a
las partes a someter tales disputas al arbitraje (art.
1545 CC); el segundo, en tanto, impide perseguir la
resolución de sus controversias ante un tribunal
ordinario y obliga a este último a abstenerse de
conocer dichas controversias. En base a ello, el
tribunal al que se someta un litigio sobre un asunto
que es objeto de un acuerdo de arbitraje, debe remitir
a las partes al arbitraje si así lo solicita cualesquiera
de ellas, a menos que compruebe que dicho acuerdo
es nulo, ineficaz o de ejecución imposible (art. 8°
LACI)21. Este efecto ha sido reconocido
sostenidamente por los tribunales nacionales, aun
antes de la entrada en vigencia de la LACI, en virtud
del art. 1545 CC22.

Como vimos más atrás en el caso "Marlex Limitada


con European Industrial Engineering", el 4° Juzgado
Civil de Antofagasta acogió un incidente de nulidad de
todo lo obrado por incompetencia del tribunal estatal,
fundado en la existencia de una cláusula arbitral. La
ICA de Antofagasta confirmó la aludida
sentencia tomando en consideración que el objeto del
compromiso es derogar el orden normal de las
jurisdicciones, substrayendo la decisión de ciertos
asuntos a los tribunales que correspondan según la
ley y difiriéndola a un tribunal arbitral que los propios
interesados establecen, lo que implica una renuncia al
conocimiento de las controversias por la autoridad
judicial y la creación de una excepción impeditiva de
inadmisibilidad a la jurisdicción ordinaria. La ECS,
revisando un recurso de casación interpuesto en
contra de esta sentencia, lo rechazó.

En el mismo sentido, en el caso "Metainor S.A. con


Importadora y Exportadora Dallas International Trade
Limitada", Rol N° 595-2009, la ECS, con fecha 27 de
mayo de 2010, sentenció que "desde el momento
mismo del compromiso, las partes quedan sometidas
a la competencia privativa de un árbitro con
las facultades que ellas le han otorgado y, en su caso
por aquél por ellas designado, situación que no es
contradicha por la circunstancia de que la
designación del árbitro no haya sido todavía efectuada
o por que el compromisario no haya aceptado aún el
encargo (...) Las normas sobre competencia
absoluta constituyen disposiciones de orden público,
siendo por tanto irrenunciables, por lo que la
respectiva incompetencia puede y debe ser declarada
de oficio por el tribunal por constituir uno de los
presupuestos básicos en que descansa el
pronunciamiento de la sentencia". De acuerdo con
este razonamiento, las partes quedarán sometidas a
la competencia del arbitraje a pesar de que éste no se
haya constituido23.

6. Principio Competencia-Competencia (art. 16


LACI)

El tribunal arbitral está facultado para decidir acerca


de su propia competencia, incluido sobre las
excepciones relativas a la existencia o a la validez del
acuerdo de arbitraje24. Según la CNUDMI, la facultad
de los tribunales arbitrales para decidir sobre este
aspecto hace eco de las disposiciones que se
encuentran virtualmente en todos los estatutos y
reglas modernas de arbitraje comercial internacional,
y refleja aquello que es ampliamente considerado
como uno de los principios más básicos del arbitraje
comercial internacional25.

En Chile existen decisiones judiciales que reconocen


este principio, incluso en materia de arbitraje
doméstico, a modo de ejemplo, una sentencia de la
ICAC en el caso "Badilla con Sociedad Inmobiliaria
Puerto Sur S.A", Rol N° 431-2012, ICAC, 24 de mayo
2012, señaló expresamente que el principio
Kompetenz-Kompetenz está recogido en forma
indirecta por nuestra legislación26. En el caso "
Kreditanstalt fur Wiederaufbau", Rol N° 5228-2008, la
ECS con fecha 15 de diciembre de 2009, acogió una
solicitud de exequátur, rechazando una causal de
denegación en base a este principio. Afirmó que el
tribunal arbitral "Tenía facultad otorgada por el
Reglamento de Arbitraje de la CCI de París para
pronunciarse sobre su propia competencia y le era
imposible hacerlo sin analizar el documento que según
Inverraz (demandada) había extinguido todas las
obligaciones pendientes con KFW (demandante). En
esta misma línea, debe destacar el fallo pronunciado
en el caso "Productos Naturales de la Sabana S.A. con
Corte Interamericana de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional", Rol N° 6975-2012, ICA de
fecha 29 de abril de 2014.

Un caso que parece apartarse de este lineamiento es


"Fastpack S.A. con Bureau Veritas Chile S.A." (Rol N°
36961-2009, 14° JCS, 6 de mayo de 2010). En éste
una empresa demandó ante tribunales ordinarios a
otra a fin de que se le indemnizaran los perjuicios
derivados de incumplimientos contractuales
y, además, solicitó que se declarara la nulidad de la
cláusula arbitral contenida en el contrato27. La
demandada opuso la excepción de incompetencia del
tribunal basada en la existencia de una cláusula
arbitral. El 14° JCS acogió parcialmente dicha
excepción sólo respecto de la solicitud de
indemnización de perjuicios fundado en que el
incumplimiento contractual apunta al fondo del asunto
y las cuestiones de esta naturaleza deben remitirse a
arbitraje según lo ordena el artículo 8° de la LACI28,
pero rechazó la excepción de incompetencia
respecto de la acción de nulidad, por no tratarse de
una materia de fondo, invocando el artículo 16 N° 1,
primera parte de la LACI. Posteriormente, la ICAS
revocó la sentencia del juzgado civil, rechazando la
excepción de incompetencia en su totalidad, sin hacer
referencia a la LACI y señalando que, por razones
de debido proceso, las alegaciones sobre la
inexistencia o nulidad del acuerdo de arbitraje pueden
ser promovidas ante la justicia ordinaria, sin perjuicio
de la facultad que también tienen los árbitros para
conocer y resolver estas materias. En este caso se
rechazó la solicitud de exequátur.

7. Constitución del tribunal arbitral (art. 11


LACI) y regulación del procedimiento (art. 19
LACI)

En la constitución del tribunal arbitral son las partes


quienes, en virtud de la autonomía privada, eligen a
los árbitros directamente o con posterioridad
al surgimiento del conflicto. En el caso "Leslie Huber y
Otro con Coderch Mitjans", Rol N° 963-2012, el
presidente de la ICAS, con fecha 11 de junio de 2013,
en el ejercicio de la facultad establecida en el artículo
11 de la LACI, designó un árbitro internacional. La
contraparte solicitó que se declarara la nulidad de
todo lo obrado, principalmente, por falta de
notificación. El incidente de nulidad fue rechazado con
costas, en atención a que a los demandados se les
había citado a la designación de árbitro mediante una
carta certificada, la que se entendió recibida por los
destinatarios. En contra de esta resolución, los
demandados interpusieron un recurso de queja ante la
ECS, el que fue declarado inadmisible.

Frente a la designación del tribunal arbitral en un acto


posterior, el caso "Ascot Corporate Name Limited y
otros con Administradora de Naves Humboldt y
Otros", Rol N° 8315-2012, 27 de enero 2014, puso de
relieve si la competencia de un tribunal arbitral podía
extenderse a materias que no estaban
expresamente previstas en el expediente sobre
designación del árbitro o en el acta de bases
de procedimeinto, específicamente a demandas
reconvencionales. La ECS resolvió que dicha extensión
es posible, tomando en consideración la doctrina
según la cual "la referencia que contempla el asunto
objeto del arbitraje debe entenderse contemplada por
las demás leyes de competencia, no quedando el
árbitro forzado a conocer tan solo las cuestiones que
estén expresamente señaladas en el título de su
nombramiento, ni impedido rigurosamente de conocer
de ninguna otra que no haya sido taxativamente
prevista en él, sino que le deja margen para fallar
todas las cuestiones que según la ley o la intención de
las partes deben entenderse comprendidas entre las
que el árbitro está facultado para decidir" y que "los
árbitros gozan de una competencia natural para
conocer de ciertas cuestiones aunque no existiere
expresa mención de las partes" (Considerando 6°).

Por su parte, el artículo 19 de la LACI consagra el


Principio de Libertad de Procedimiento, según el cual
las partes son libres para convenir las
normas procesales aplicables al arbitraje y, a falta de
acuerdo, el tribunal arbitral podrá dirigir el proceso del
modo que considera apropiado. Tal como advierte
la CNUDMI, la autonomía de la voluntad en la
determinación de las reglas de procedimiento reviste
especial importancia en casos internacionales, toda
vez que permite a las partes seleccionar o ajustar las
reglas según sus deseos y necesidades específicas, sin
estar limitadas por conceptos domésticos
tradicionales y posiblemente conflictivos, obviando así
el riesgo de frustración y sorpresa.

En esta materia, destaca el caso "Vergara Varas con


Costa Ramírez", Rol N° 1971-2012, en el que la ICAS,
el día 9 de septiembre de 2013, con ocasión de una
petición de nulidad del laudo arbitral, determinó que
"las leyes procesales locales no reciben aplicación
alguna en procedimientos de esta
naturaleza" (Considerando 16°). La LACI combina la
libertad de las partes para elegir las normas aplicables
al procedimiento arbitral, con un conjunto de reglas
supletorias que no tienen carácter imperativo y que
permiten a tribunal arbitral conducir al arbitraje con
independencia de las reglas locales, que regulan el
procedimiento en el arbitraje interno". En base a estas
consideraciones, se rechazó la solicitud.

8. Medidas cautelares (arts. 9° y 17 LACI)

Las medidas cautelares29 son las encargadas de evitar


el fallo frustrado y los daños inminentes o ya iniciados
durante la tramitación del juicio30, de manera que su
adopción constituye un derecho fundamental del
justiciable tanto en un proceso judicial como arbitral31.
El Art. 17 de la ley faculta al tribunal arbitral de
manera expresa para que pueda ordenar medidas
provisionales cautelares a petición de una de las
partes y si lo estiman necesario, salvo acuerdo en
contrario de aquéllas. El tribunal arbitral podrá exigir
de cualesquiera de las partes una garantía apropiada
en conexión con esas medidas, del mismo modo se
aclara que no será incompatible con un acuerdo de
arbitraje que una parte, ya sea con anterioridad a las
actuaciones arbitrales o durante su transcurso, solicite
de un tribunal la adopción de medidas cautelares
provisionales ni que el tribunal conceda esas medidas
(art. 9°)32.

En cuanto a la aplicación de esta norma, nuestros


tribunales han resuelto su operatividad. Así, en el
caso "Western Technology Services Internacional Inc.
con Cauchos Industriales S.A.", Rol N° 5468-2009, de
11 de mayo de 2010, la ECS, desestimó una solicitud
de exequátur proveniente de un tribunal arbitral
internacional constituido en Dallas, tendiente a
garantizar el efectivo cumplimiento de la obligación de
no competir que recaía sobre la contraria. La Corte
hizo hincapié en la normativa vigente en nuestro país,
respecto al reconocimiento de sentencias dictadas por
tribunales extranjeros, como las provenientes
de laudos arbitrales, señaló que "no cabe duda alguna
que la resolución de cuyo cumplimiento se trata, no
constituye, decisión o fallo que resuelva la
cuestión principal de la que conoce el tribunal que la
dictó. Sin embargo, como también podría sostenerse
que se trata de una sentencia interlocutoria de
aquellas que fallan un incidente del juicio, sea
estableciendo derechos permanentes a favor de las
partes, sea que resuelva sobre algún trámite que
deba servir de base en el pronunciamiento de
sentencia definitiva, debe examinarse el contexto
jurisdiccional. En base a estas consideraciones,
resuelve que una orden precautoria preliminar y
prorrogable de acuerdo al tribunal arbitral, no
cumple con el estándar de solicitud de exequátur, de
manera que ella debe presentarse directamente ante
los tribunales ordinarios chilenos, según se desprende
del artículo 9° de la LACI (Considerando 5°).

9. Impugnación del laudo (art. 34 LACI)

El artículo 34 de la LACI establece la petición de


nulidad como único recurso contra un laudo arbitral,
cuyas causales se dividen en: a) las que requieren
de alegación y prueba de parte, y b) las que pueden
ser declaradas de oficio por el Tribunal. La nulidad se
concibió como un recurso de carácter extraordinario y
es por esto que contra la resolución que la resuelve no
procede recurso alguno33. De acuerdo a la norma en
cita, la petición de nulidad puede solicitarse por las
siguientes causales:

a) La parte que interpone la petición pruebe

i)    Que una de las partes en el acuerdo de arbitraje a


que se refiere el artículo 7° estaba afectada por
alguna incapacidad, o que dicho acuerdo no es válido
en virtud de la ley a que las partes lo han sometido, o
si nada se hubiera indicado a este respecto, en virtud
de la ley de este Estado.
ii)    Que no ha sido debidamente notificada de la
designación de un árbitro o de las actuaciones
arbitrales o no ha podido, por cualquier otra razón,
hacer valer sus derechos.

iii)    Que el laudo se refiere a una controversia no


prevista en el acuerdo de arbitraje o contiene
decisiones que exceden los términos del acuerdo de
arbitraje; no obstante, si las disposiciones del laudo
que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje
pueden separarse de las que no lo están, sólo se
podrán anular estas últimas.

iv)    Que la composición del tribunal arbitral o el


procedimiento arbitral no se han ajustado al acuerdo
entre las partes, salvo que dicho acuerdo estuviera en
conflicto con una disposición de esta ley de la que las
partes no pudieran apartarse o, a falta de dicho
acuerdo, que no se han ajustado a esta ley.

b) El tribunal compruebe

i)    Que, según la ley chilena, el objeto de la


controversia no es susceptible de arbitraje.

ii)    Que el laudo es contrario al orden público de


Chile.

Hasta ahora se han rechazado diversas peticiones de


nulidad presentadas en las Cortes de Apelaciones, por
no entenderse configurados los presupuestos exigidos
por el legislador para estos efectos. Así, en el caso
"Productos Naturales de la Sabana S.A. con Corte
Internacional de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Internacional", Rol N° 6975- 2012, la ICAS,
con fecha 29 de abril de 2014, rechazó un recurso de
nulidad interpuesto en contra del laudo arbitral. El
referido recurso invocaba el art. 34 N° 2 letras a)
apartado tercero, al haberse impuesto al recurrente
una prestación pecuniaria improcedente. Sustentan la
petición de nulidad en que los árbitros se habrían
extralimitado en el desempeño de sus facultades
puesto que en el acta de misión no se les otorgaba
competencia para modificar el contrato. El recurrente
cuestiona la condena en costas, por entender que se
ha infringido la ley del contrato, al contener decisiones
que exceden los términos del acuerdo de arbitraje,
por tanto se trataría de una controversia no prevista
en dicho acuerdo. La Corte resolvió que el hecho de
que la cláusula compromisoria no forme parte del
objeto material del contrato no le afecta, en cuanto
limitación, por lo que estima que no se ha incurrido en
ninguna infracción que autorice la nulidad. Aduce que
el pago de las costas que la recurrente considera
improcedentes, se desprende de la observancia de lo
establecido en la cláusula compromisoria. De lo
expuesto concluye que el tribunal arbitral
se encontraba facultado para pronunciarse respecto
de este punto, de manera que no se ha incurrido en
causal de nulidad alguna.

En el caso "Vergara Varas con Costa Ramírez", Rol N°


1971-2012, la Corte de Apelaciones de Santiago, con
fecha 9 de septiembre de 2013, también rechazó el
recurso. El arbitraje cuyo laudo se impugnaba tenía su
fundamento en el pacto de accionistas celebrado por
las partes de este procedimiento, en el cual mediante
la cláusula 23 establecen que toda controversia será
sometida a arbitraje conforme las normas
contempladas en la Ley N° 19.971. El
recurrente argumentaba que, de conformidad a lo
señalado en el artículo 34 número 2 letra a) apartados
II y III, este acuerdo sería contrario al orden público
por apartarse de una serie de principios
fundamentales tanto en la tramitación como en
la decisión. Enumera, además, una serie de
arbitrariedades de las cuales sería víctima (medida
cautelar ruinosa sin previo traslado o análisis alguno;
negación del derecho a ser actor relegando a mero
demandante reconvencional, al recibir la causa a
prueba sólo se consideraron los hechos señalados en
la demanda;

dilaciones innecesarias, vulnerándose así el derecho al


debido proceso; a la igualdad ante la ley y a la
bilateralidad de la audiencia). En tal entendido,
se habría infringido el art. 18 de la LACI que obliga al
árbitro a dar trato equitativo a las partes. Con
respecto al tercer apartado, señala que no constan en
autos los contratos de suscripción de acciones por lo
que no hay certeza alguna de los pagos. Las cifras y
números no están en el pacto, ni en la demanda, por
tanto no pueden extraerse del expediente. A este
respecto, la Corte estimó que se habían precisado
completamente las normas en virtud de las cuales se
debía regir el arbitraje, por lo que las partes pactaron
adecuadamente la sustanciación del juicio. Agrega
que en este tipo especial de arbitraje el árbitro goza
de plena libertad para la tramitación del asunto
sometido a su conocimiento, incluso tiene libertad
para suplir la voluntad de las partes en todas aquellas
materias de orden procesal, respecto de las cuales
éstas nada hayan dicho. El poder discrecional del
árbitro incluye la facultad de determinar la
admisibilidad, el valor probatorio, el peso y la
producción de la prueba. La ley contiene una serie de
reglas adjetivas supletorias del silencio de los
litigantes que abarcan todo el espectro en el que se
desenvuelve el procedimiento arbitral. La Corte es
del parecer que ninguna de las causales de nulidad
invocadas, tienen aplicación en este proceso arbitral,
por lo que la rechaza de plano.

En esta misma línea, en el caso "Tomás Sánchez


Arriagada y otros con Cavendish Square Holdings BV",
Rol N° 7278-2012, la Corte de Apelaciones de
Santiago, con fecha 28 de agosto de 2013, rechazó un
recurso de nulidad basado en la vulneración del art.
34, número 2, letra b), acápites i) y ii) de la
LACI (contrariedad al orden público). La recurrente
sostuvo que la controversia a que se refiere el laudo
no es susceptible de arbitraje, pues el tribunal arbitral
sería incompetente para conocer de un conflicto
vinculado a una relación laboral. La Corte resolvió que
la nulidad no podía prosperar dado que las
argumentaciones corresponden a excepciones
opuestas en la oportunidad correspondiente ante el
juez árbitro y que éste resolvió dicha solicitud, sin
existir reparo por parte de la recurrente, lo que
constituye un reconocimiento tácito. Se sostuvo que
el recurso de nulidad sólo permite examinar el
cumplimiento de las formas y no constituye instancia
que permita revisar los hechos, que es a lo que se
refiere el recurso, al intentar las mismas alegaciones y
defensas que hizo valer en el juicio arbitral. Agrega
que los pactos de no competencia fueron suscritos
por las partes con un alcance de orden civil, puesto
que se pactaron obligaciones de no hacer, a cambio
del pago de determinadas sumas de dinero y para
regir por un tiempo determinado, incluso una vez
terminadas sus respectivas relaciones laborales, de
manera que no se trata de aquellos asuntos que, en
razón a la materia, deberían ser conocidos por un juez
laboral, siendo lícito y posible que con ocasión de un
contrato de trabajo quienes concurren a él
suscriban acuerdos de distinta naturaleza y también
de no competencia para regir después del término de
la relación laboral, como ocurrió en la especie.

En este orden de ideas, la ICAS, en el caso


"Constructora EMEX Limitada con Organización
Europea para la Investigación Astronómica en el
Hemisferio Sur ESO", Rol N° 9211-2012, de fecha 10
de abril de 2014, rechazó un recurso de nulidad
interpuesto por una aparente contrariedad al orden
público, al haberse infringido normas del debido
proceso (negar prueba pericial solicitada y permitir a
una de las partes litigar con abogados extranjeros). La
Corte sostuvo que el informe pericial es un medio de
prueba que será obligatoria cuando así lo determine la
ley, de no ser así será facultad del tribunal ordenar su
procedencia. En el caso en cuestión el tribunal estimó
que tal informe no era necesario, de modo que no
puede existir infracción al orden público cuando la
propia ley entrega la facultad al tribunal de decidir si
procede o no determinada diligencia. Con respecto a
la participación de abogados extranjeros en
representación de la demandada se debe tener
presente que el presunto vicio sería en perjuicio de
la ella, sin embargo no realizó reclamo alguno y validó
la actuación. El recurrente invoca una normativa
aplicable a los tribunales ordinarios y no a los
tribunales arbitrales. En todo caso la recurrente
aceptó la actuación de dichos abogados durante todo
el juicio, sin formular reparo alguno, razón por la que
no resulta procedente que ahora pretenda la nulidad
de la sentencia.

En un caso similar, "Ann Arbor Foods S.A. con


Dominos Pizza Internacional Inc.", Rol N° 1420-2010,
la CAS, con fecha 9 de octubre de 2012, rechazó
recurso de nulidad interpuesto en base a infracciones
formales y sustantivas al orden público chileno. La
acción se fundó en el hecho que durante el desarrollo
del procedimiento arbitral el juez árbitro habría
infringido el orden público chileno al haberse
constituido en una sede distinta a la acordada; no
haber notificado determinadas actuaciones que
causaron la indefensión de la recurrente;
haber dictado una sentencia con inhabilidad
pendiente; vulnerar la debida imparcialidad y las
garantías del art. 19 N° 3 CPR; fallar en ultra petita;
omitir las leyes reguladoras de la prueba de Chile
(asignadas en la cláusula compromisoria); omitir
diligencias esenciales del procedimiento (recibir la
causa a prueba, conciliación, citar a oír sentencia); no
aplicar la cláusula contractual relativa a la prescripción
especial extintiva de acciones; no respetar las normas
del CC relativas a la ley del contrato y buena fe.
Frente a estas alegaciones la Corte decidió pasar los
antecedentes a la vista del fiscal judicial, el cual
informó que: i) estamos frente a un procedimiento
previsto en la Ley N° 19.971, que las actuaciones
del árbitro se encuentran validadas; ii) que respecto a
la ley procesal aplicable, la sede de arbitraje y las
normas de conciliación obligatoria, las partes
acordaron aplicar la ley procesal chilena, y que la sede
sería Santiago de Chile, siendo que el árbitro se
encontraba domiciliado en Ciudad de México y no se
citó a los litigantes a una conciliación obligatoria. En
relación a la sede, ésta sería fijada por la Corte, salvo
acuerdo en contrario de las partes sin perjuicio de
que: "El Tribunal Arbitral podría deliberar en cualquier
lugar que considere apropiado" (art. 14 Reglamento),
acción que fue convalidada por las partes; iii) con
respecto a la falta de notificación alegada, carece de
pertinencia al efecto, toda vez que el estatuto legal
aplicable es el Reglamento de Arbitraje (1 de enero de
1998); iv) respecto de la infracción al art. 19 N° 3
CPR, señala que todo laudo debe ser sometido a
aprobación por parte de la Corte, por tanto no se ha
violado la garantía invocada y iv) De este modo, no se
produce el vicio alegado de la omisión de la recepción
de la causa a prueba, conciliación y citación a
oír sentencia, por haberse efectuado una adecuada
aplicación del Reglamento de Arbitraje. En base a
estos antecedentes, la Corte rechazó el recurso de
nulidad por falta de fundamentos.

10. Reconocimiento y ejecución del laudo (art.


36 LACI)
El reconocimiento de las sentencias arbitrales
internacionales es el proceso que vuelve a los laudos
arbitrales parte del sistema legal nacional34. La
ejecución, por su parte, tiene por objeto perseguir el
cumplimiento forzado de la obligación contenida en
una sentencia arbitral. En el ámbito del arbitraje
comercial internacional, la Corte Suprema ha tendido
a reconocer los laudos extranjeros por medio del
exequátur.

Así, por ejemplo, en el caso "Stemcor Uk Limited con


Compañía Comercial Metalúrgica Limitada", Rol 1724-
2010, con fecha 21 de junio de 2010, la CS acogió
una solicitud de exequátur respecto de una sentencia
dictada en un proceso arbitral administrado por la
Corte de Arbitraje Internacional de Londres. En su
fallo, la Corte dedica una especial atención a la
determinación de la normativa aplicable al
reconocimiento de las sentencias arbitrales
extranjeras, señala que el sistema chileno sobre
cumplimiento de los fallos extranjeros, tiene pilares
asentados en los artículos 242 a 251 del Código de
Procedimiento Civil; dentro de ese sistema
denominado por la Corte "en cascada", se aplica
la reciprocidad creada por los tratados existentes, la
reciprocidad legal o interpretativa y, en ausencia de
esos antecedentes, pasa a regir el criterio de
regularidad internacional (Considerando 3°). La Corte
sostuvo que "ante los claros términos de la Ley N°
19.971, la regularidad de la sentencia cuya
autorización para el cumplimiento en Chile se
requiere, debe ser estudiada al tenor de la normativa,
considerando especialmente los artículos 35 y 36,
todo sin dejar de tener presente la Convención de
Nueva York, puesto que fue este marco regulatorio el
atendido y sobre la base de cuya aplicación se
desarrolló el arbitraje. La parte requirente del
exequátur sostenía que la sentencia arbitral reunía
todas las condiciones legales para que éste sea
otorgado, y que la parte demandada no había
formulado objeción alguna. El máximo tribunal
corroboró la existencia de una cláusula arbitral
incluida en los contratos objeto de la controversia y
que la demandada "no se vio impedida de ejercer su
derecho a la defensa sino que simplemente decidió,
de forma voluntaria, mantenerse rebelde en aquel
procedimiento, no obstante haber sido debidamente
emplazada, actitud ésta que no puede, de manera
alguna, identificarse con indefensión". Por las razones
expuestas, la solicitud de exequátur fue acogida y el
cumplimiento de la sentencia arbitral autorizado.

Asimismo, la ECS, en el caso "Maw Mauro Stubrin v.


Sociedad Inversiones Morice", Rol N° 6600-2005, de
fecha 11 de enero de 2007, acogió la solicitud de
exequátur a consecuencia de una sentencia arbitral
pronunciada en Argentina bajo las reglas de la
Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial
(CIAC). El demandado invocó la violación del orden
público, consagrada en el artículo V.2 de la
Convención de Nueva York sobre Reconocimiento y
Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras,
como una causal para denegar el reconocimiento a un
laudo arbitral extranjero. Alegaba que el artículo 246
del Código de Procedimiento Civil, que exige "el visto
bueno u otro signo de aprobación emanado de un
tribunal superior ordinario del país donde se haya
dictado el fallo", era una norma de orden público. En
el caso en cuestión, no se había presentado ningún
certificado del máximo tribunal de Argentina, sin
embargo, el laudo fue confirmado por la Excma.
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial de la
Capital Federal de dicho país y contaba con el
certificado del secretario del Tribunal Arbitral de la
CIAC. La CS de Chile sostuvo que esos certificados
permitían "tener como apropiado signo de
comprobación de la autenticidad y eficacia del laudo
arbitral" y que encontrándose éste ejecutoriado y
cumpliéndose los requisitos establecidos en la
Convención de Nueva York, el exequátur solicitado era
procedente.

En el caso "Gold Nutrition Industria y Comercio con


Laboratorios Garden House S.A.", Rol N° 6615-2007,
la ECS, con fecha 15 de septiembre de 2008, accedió
a la solicitud de exequátur declarando que puede
cumplirse en Chile la sentencia arbitral extranjera que
se encuentra ejecutoriada desde el año
2007, pronunciada por el tribunal arbitral designado
conforme a las normas de la Cámara de Mediación y
Arbitraje de São Paulo y que condena a Garden
House S.A., que condenó al pago de una suma de
dinero al demandado de dicha causa. El Excelentísimo
Tribunal consideró que la solicitud debía ser resuelta a
la luz de lo dispuesto en los artículos 242 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil y especialmente
atento lo estatuido en la Ley N° 19.971, sobre
Arbitraje Comercial Internacional, sin perjuicio de las
normas que establecen tanto la Convención sobre el
Reconocimiento y Ejecución de las sentencias
Arbitrales

Extranjeras de Naciones Unidas de 1958, y la


Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial
Internacional de 1975. Precisa que este procedimiento
no constituye una instancia, por lo que no es dable
promover ni resolver dentro de él materias propias a
los hechos y el derecho relativas a la causa en que
se dictó la sentencia extranjera, ni tampoco ser
resueltas alegaciones que puedan constituir
excepciones que deban ser opuestas en la ejecución
correspondiente y ante el tribunal que conoce de ella.
En definitiva corresponde a esta Corte, a la luz de los
antecedentes allegados a estos autos, examinar el
cumplimiento de los requisitos previstos en el artículo
36 de la Ley N° 19.971, y artículos 242 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil, puesto que el
demandado alega que no se reúnen las condiciones
copulativas que la ley establece. En relación a la
oposición del nombramiento de los árbitros, por haber
emanado de un ente privado, sostuvo que aquella
carece de todo fundamento, en razón de que tuvo
como origen una orden de un Tribunal Civil, 19°
Juzgado Civil del Foro Central de la circunscripción de
São Paulo, integrado por 3 miembros, dos de ellos
designados por las partes y el tercero nombrado por
los dos anteriores, lo que se encuentra en perfecta
concordancia con lo establecido en el artículo 11 N° 3
de la Ley N° 19.971, fundamento suficiente para
desestimar la alegación del demandado. En seguida y
en relación a la falta de validez de la
cláusula compromisoria por su ambigüedad, falta de
completitud e imprecisión, cabe señalar que dichos
argumentos fueron desestimados por el citado
Juzgado, sin que exista una sentencia ejecutoriada
que declare la nulidad de la misma, argumento
bastante para desestimar dicha alegación. En cuanto
al argumento de que se han infringido las leyes de la
República, específicamente el artículo 9° de la Ley N°
18.010, en lo relativo al pago de intereses, por cuanto
a su juicio ha existido anatocismo, lo que se
encuentra prohibido por la legislación nacional, la
Corte expresa que dicha argumentación es de fondo, y
escapa por ello el control del exequátur, por lo que no
corresponde a este tribunal pronunciarse sobre la
materia sino a aquel que conozca de la ejecución del
fallo. De este modo, encontrándose ejecutoriada la
sentencia y habiéndose dado cumplimiento a cada uno
de los requisitos de la Ley N° 19.971 en relación a los
artículos 242 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil, se accedió a la petición de exequátur.

En el caso "Converse Inc. c/ American


Telecommunication, Inc. Chile S.A.", Rol N° 3225-
2008, la ECS, con fecha 8 de septiembre de 2009,
acoge una solicitud de exequátur respecto de una
sentencia arbitral dictada en un procedimiento con
sede en EE.UU. En su análisis, la CS partió de la
premisa que la función del exequátur consiste en
"verificar el cumplimiento de ciertos
requisitos mínimos y no se encuentra destinado a
analizar la justicia o injusticia intrínseca de la
sentencia de modo que no constituye una instancia de
revisión de lo allí resuelto". Teniendo en consideración
que la solicitud de concesión de exequátur está
destinada solamente a habilitar la iniciación de un
juicio ejecutivo dentro del cual podrá debatirse lo
alegado, y que la excepción deducida
corresponde claramente a aquella contemplada en el
N° 2 del artículo 464 del Código de Procedimiento
Civil, resulta improcedente promoverla y resolverla en
esta etapa. Adicionalmente, el máximo tribunal
expresa que no puede dejar de hacerse presente que
los fundamentos que sirven de sustento a esta
excepción de falta de legitimación en el demandante
por no haber acreditado la existencia de la empresa ni
la calidad de representante de quien demanda, pues
de ser efectivos dichas aseveraciones, correspondería
que fuera reclamado en el juicio arbitral, cuestión que
no consta haya sucedido y en cuyo laudo arbitral se
consignó particularmente que la sociedad actora es
una empresa legalmente constituida y vigente, y que
quien acciona como su representante, lo es.

Tratándose de un incumplimiento de contrato


mercantil internacional en el que las partes se
sometieron a un tribunal arbitral y a un derecho
extranjero, resulta que en la presente gestión
únicamente pueden revisarse las alegaciones que se
sustenten en aquellas exigencias y excepciones
señaladas en los artículos IV y V de la Convención de
Nueva York, respectivamente, norma esta última que
se encuentra reiterada por el artículo 36 de la Ley N°
19.971 -las que, por cierto, también pueden ser
opuestas durante la ejecución por la parte contra
la cual se invoca-, sin embargo, los argumentos sobre
las cuales la demandada construye la excepción
referida no configuran ninguna de aquellas de las
que trata el precepto mencionado, motivo por el cual
no se justifica su análisis, el cual deberán las partes
reservar para la oportunidad pertinente, por lo que
la excepción entablada por la demandada será
rechazada en este procedimiento de exequátur. La
alegación de la demandada en el contrato mercantil
internacional, consistente en haberse incurrido en la
causal que permite denegar el reconocimiento y
ejecución de la sentencia prevista tanto en el numeral
1 letra b) del artículo 5 de la Convención de Nueva
York como en el número 1 letra a) ii) del artículo 36
de la Ley N° 19.971, esto es, por haberse
vulnerado su derecho de defensa durante la
substanciación del juicio que dio lugar a la sentencia
cuya ejecución se pretende en Chile. Procede
consignar que de los propios argumentos vertidos por
dicha parte se desprende palmariamente que aquella
no sólo no se vio impedida de ejercer su derecho a la
defensa sino que, según ella misma lo reconoce,
compareció al juicio arbitral realizando alegaciones y
defensas, opuso la excepción de contrato no
cumplido; presentó demanda reconvencional, que fue
acogida parcialmente y, en su oportunidad, presentó
prueba documental y testimonial, lo que alcanza para
concluir que la demandada no se vio privada de la
posibilidad de hacer valer sus medios de defensa,
derecho salvaguardado constitucionalmente,
constatándose en cambio que lo que realmente dicha
parte ataca es el fondo de la decisión adoptada por los
jueces extranjeros, así como la ponderación que
hicieron de las pruebas allegadas a dicho
procedimiento, cuestiones éstas que en los términos
que ya se han expuesto, no pueden ser revisadas
dentro del procedimiento de exequátur. Es irrevisable
en el procedimiento de exequátur de la sentencia
arbitral recaída en el marco de un incumplimiento de
contrato mercantil internacional, la alegación de
supuesta falta de imparcialidad del tribunal arbitral,
reclamada por la oponente, desde que su fundamento
se lo hace consistir en simples conjeturas, las cuales,
a su vez, se construyen sobre la base de una decisión
que considera injusta, desde que, no se indica ningún
medio probatorio que requerido, ofrecido o solicitado
no se aceptara o no se pudiera rendir ante el tribunal,
por lo que la oposición formulada por este motivo
debe ser necesariamente desestimada. La Corte se
apoyó en la Ley N° 19.971 y a la Convención de
Nueva York sobre el reconocimiento y ejecución de las
sentencias arbitrales extranjeras, acogiendo el
exequátur solicitado y autorizando que se cumpla en
Chile la sentencia arbitral dictada en otro país.

En el mismo sentido, en el caso "Kreditanstalt fura


Wiederaufbau", Rol N° 5228-2008, ECS, 15 de
diciembre de 2009, la Corte rechazó una causal
de denegación de exequátur fundándose en el
principio Kompetenz-Kompetenz. La parte demandada
argumentó que el fallo del tribunal arbitral contravino
el artículo 36 N° 1 letra a) sección iii) de la LACI, toda
vez que se refirió a materias no previstas en los
acuerdos de arbitraje; específicamente, a un contrato
de transacción que no era materia de cláusula arbitral.
Dicho contrato fue invocado por ella en el juicio
arbitral para probar que se habían extinguido
todas las obligaciones pendientes entre las partes,
incluidas las cláusulas arbitrales, toda vez que lo
accesorio sigue la suerte de lo principal. Así, según la
parte ejecutada, las cláusulas arbitrales no estaban
vigentes al momento de iniciarse el arbitraje y, por
ende, el tribunal arbitral era incompetente para
conocer de la controversia.

Por otra parte, se ha denegado esta solicitud en el


caso "EDF Internacional Soc. Energética Francesa
S.A.", caso Rol N° 4390-2010. La solicitud de
exequátur inicialmente no fue admitida a trámite, por
cuanto las partes demandadas no tenían su domicilio
en Chile. Sin embargo, la parte ejecutante pidió que
se revocara dicha resolución, haciendo presente, entre
otras consideraciones, que los tribunales chilenos si
tienen jurisdicción en la medida que la parte
ejecutada posea bienes en Chile, y que de lo contrario
se estaría creando una verdadera inmunidad de
ejecución. La ECS acogió la solicitud de reposición y
dio curso al exequátur. La ECS, con fecha 8 de
septiembre de 2011, desestimó la solicitud
de exequátur respeto del reconocimiento y orden de
ejecución en Chile del laudo arbitral dictado en
Buenos Aires, Argentina, por el tribunal arbitral,
constituido conforme el Reglamento de Arbitraje de la
Cámara de Comercio Internacional (CCI), integrado
por los jueces árbitros Bera Udo, Illescas Ortiz y Henri
Álvarez. Entre las partes surgió una controversia
relacionada con la interpretación de las cartas de
mención, al reclamar un reajuste del precio de venta
de las acciones. En vista de esto se presentó demanda
de arbitraje. El solicitante asegura que el laudo
arbitral cuyo exequátur se solicita tiene carácter final,
definitivo y vinculante, conforme a la cláusula arbitral
contenida en el contrato y al Reglamento de Arbitraje
de la CCI. Agrega que en razón de los caracteres de
obligatoriedad e imperatividad de que aparece
revestido, las partes se hallan en la necesidad de
darle cumplimiento.

Conferido el traslado la contraparte solicitó se


rechazase íntegramente la solicitud de exequátur,
denegando toda eficacia a la sentencia arbitral
extranjera cuyo reconocimiento en Chile se pretende
obtener, dado que dicho fallo no existe jurídicamente,
en razón de haber sido anulado completamente por el
tribunal argentino, sentencia que se encontraría
ejecutoriada. Acompañan documentación en la que se
acredita que el fallo arbitral fue invalidado por
resolución firme del tribunal competente,
circunstancia que configura, de acuerdo con el art. 36
LACI, V N° 1 letra e) Convención de Nueva York y art.
5° N° 1 letra e) Convención de Panamá, una causal
que impide a la Corte Suprema conceder el
reconocimiento y ejecución del laudo. Sostienen que
la otra parte vulnera el principio de los actos propios
ya que ella misma dedujo en su momento uno de los
recursos de nulidad, no resultando inconsecuente que
ahora pretenda desconocer los efectos de esa
conducta. En base a ello, plantean que la jurisdicción
de la Corte Suprema para conocer del exequátur tiene
una limitación territorial, desde que, tratándose de
una sentencia dictada en el extranjero, debe existir
vinculación entre las partes del exequátur que se trata
de obtener y la jurisdicción de los tribunales
nacionales, requisito que no se satisface en la especie,
pues todas las partes involucradas tiene domicilio
fuera de Chile, siendo el único supuesto de conexión
que las demandadas tendrían bienes en Chile,
circunstancia insuficiente para impetrar el exequátur.
Finalmente sostienen que no existe tribunal chileno
competente para conocer la eventual ejecución de la
sentencia arbitral, pues de acuerdo a las reglas de
competencia territorial en materia civil contenciosa, es
competente el juez del domicilio del demandado, y en
el caso en cuestión, ninguna de las partes
(sociedades) tiene domicilio en Chile.

La Corte rechazó esta solicitud fundándose, entre


otras razones, en el informe de la fiscal de la Corte,
que emitió su opinión en base a los siguientes
argumentos: i) el documento acompañado por la
solicitante como copia autorizada del laudo arbitral no
reviste tal carácter, pues se trata de una copia simple,
certificada en París, por el General Counsel de ICC
Internacional; ii) La CS carece de jurisdicción para
conocer de la solicitud materia de autos; iii) la
solicitud de autorización para cumplir una sentencia
arbitral en materia comercial expedida en el
extranjero debe resolverse dentro del marco
establecido en los arts. 242 y ss. CPC y por la
normativa contenida en la LACI y la Convención de
New

York. En el presente caso se ha configurado la


situación del art. 36 N° 1 letra a) acápite V Ley N°
19.971 que establece como razón para negar el
reconocimiento o la ejecución de un laudo arbitral
extranjero el hecho que la parte contra la cual se
invoca pruebe ante el tribunal competente del país en
que se pide el reconocimiento o la ejecución que el
laudo no es aun obligatorio para las partes o ha sido
anulado o suspendido por un tribunal del país
conforme a cuyo derecho ha sido dictado. En el caso
se ha acreditado que el laudo arbitral cuyo exequátur
se impetra fue anulado por la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial de Buenos Aires.

11. Cuadro resumen sobre sentencias


pronunciadas en materia de arbitraje comercial
internacional (LACI)
12. Conclusiones

Luego de esta completa revisión y análisis de las


sentencias dictadas por los máximos tribunales del
país, hemos constatado la total acogida de los
principios arbitrales protegidos en la LACI, lo que
consideramos verdaderamente relevante en orden a
participar de una cultura arbitral de carácter
internacional.

En especial, vemos esta solidez en la afirmación del


principio competencia-competencia; la intervención
mínima de los tribunales, y el reconocimiento del
recurso de nulidad como única vía para impugnar el
laudo arbitral; toda vez que éstos son precisamente
los actuales problemas que plantea el
arbitraje interno. A partir de ello, esperamos que este
avance se extrapole prontamente al sistema arbitral
de Derecho interno que aún se mantiene en un
compartimento estanco en muchos aspectos, por lo
que requiere de una urgente reforma modernizadora.

El panorama es auspicioso y nos permite afirmar no


sólo una total incorporación de la LACI en la cultura
del arbitraje comercial internacional, sino también que
Chile se encuentra en un excelente sitial para
convertirse en una importante sede de arbitraje.

Notas
*
Este artículo forma parte del Proyecto de
Investigación Conicyt-Anillo SOC 1406: "Los métodos
alternativos de Solución de Conflictos como
herramientas de modernización de la justicia.
Construcción Dogmática a partir de un análisis
multidisciplinario".
1
Que, como sabemos, se aparta del sistema normativo
arbitral del Derecho interno. Véase: Vásquez (2011),
pp. 349-350.
2
Cabe recordar que en el año 2013 el Ministerio de
Justicia convocó a una Comisión de expertos con el
objeto de elaborar una nueva ley de arbitraje para la
sede doméstica. Integraron esta comisión Alejandro
Romero Seguel, Cristian Maturana, M. Fernanda
Vásquez Palma, Andrés Jana L, Elina Mereminskaya I.,
y Jaime Irarrázabal C. Esta comisión realizó un
Anteproyecto de Ley que se difundió ampliamente, sin
embargo, no llegó a presentarse al Congreso
Nacional.
3
Véase, entre otros, Cordon (1995), p. 57; Gaspar
(1998), pp. 52-53.
4
La bibliografía existente el desarrollo del instituto es
inabarcable, a modo referencial, véase: Fernández De
Buján (2006); Olivencia (2006.) Chillón y Merino
(1991), pp. 33 y ss.; Blackaby, etal. (2006), pp. 61 y
ss.; Tweeddale y Tweeddale (1999); Fernández
(2008). Para el caso chileno, puede consultarse
Alwyn (2005), pp. 65-75; Varios Autores (2014);
Mereminiskaya (2014); Romero y Díaz (2007); Picand
(2005); Ossa y Zamora (2014); Vásquez (2011);
Jequier (2013); Jequier (2011), pp. 453-498.
5
Sobre esta materia en extenso: González (1975);
Artuch (1997; Vásquez (2011), pp. 281 y ss.
6
"Se entenderá que el acuerdo es escrito cuando esté
consignado en un documento firmado por las partes o
en un intercambio de cartas, télex, telegramas u otros
medios de telecomunicación que dejen constancia del
acuerdo, o en un intercambio de escritos de demanda
y contestación en los que la existencia de un acuerdo
sea afirmada por una parte sin ser negada por la otra.
La referencia hecha en un contrato a un documento
que contiene una cláusula compromisoria constituye
un acuerdo de arbitraje siempre que el contrato
conste por escrito y la referencia implique que esa
cláusula forma parte del contrato" (art. 7° LACI).
7
Un acuerdo de arbitraje puede versar sobre disputas
de naturaleza contractual o no. Acerca de este punto
los trabajos preliminares de la Ley Modelo señalan
que a la expresión "contractual o no" debe dársele
una interpretación amplia, de manera que abarque
todos los casos comerciales no contractuales que
ocurren en la práctica (ej.: Interferencia de terceros
en relaciones contractuales, infracción del derecho de
marcas u otra forma de competencia injusta).
CNUDMI A/CN.9/264, Comentario Analítico del texto
de la ley sobre arbitraje comercial internacional, bajo
el artículo 7°, párrafo 4, 3 a 21 de junio de 1985.
Disponible
enhttp://www.unictral.org/uncitral/en/comission/sessi
ons/18th.html. En compendio CNUDMI, p. 28, párrafo
12.
8
Un caso que parece apartarse de este lineamiento es:
Corte de Apelaciones de Santiago, 10 de mayo de
2011, Rol N° 2592, c. 12° (ICAS) sostuvo que "la
estipulación contractual en base a la cual
la demandada se ha excepcionado (cláusula arbitral),
no puede ser interpretada extensivamente, en
los términos que aquella lo pretende, por ser el
arbitraje en nuestro orden jurídico un sistema de
resolución de controversias excepcional", sin
embargo, no resulta del todo claro si este fallo aplica
el estatuto arbitral internacional, toda vez que la
Corte tomó especial consideración que la controversia
tuvo lugar entre dos empresas constituidas en Chile,
regidas por ley chilena, que celebraron un contrato en
Chile y que al menos en parte debía cumplirse en
Chile. No mencionó la LACI como normativa aplicable.
9
Véase: Ossa y Zamora (2014), p. 26.
10
Sobre este tema, véase: Jiménez (2009).
11
Pueden consultarse los casos: I. Corte de
Apelaciones de Concepción, 24 de mayo de 2012,
Rol N° 431-2012; Corte Suprema, 25 de octubre de
2011, Rol N° 8694-2010; Corte Suprema, 13 de
junio de 2001, Rol N° 2395-199; Corte Apelaciones
Santiago, 16 de abril de 2001, Rol N° 4334-
1993. Asimismo, en varios de estos casos se han
declarado incompetentes para conocer de la nulidad
del contrato principal en que se encuentra inserta la
cláusula arbitral.
12
Esta sentencia fue acordada con el voto en contra
del Ministro Sr. Muñoz, quien estuvo por acoger el
recurso de casación.
13
El Art. 6° dispone: "Las funciones a que se refieren
los artículos 11, numerales 3) y 4); 13, numeral 3);
14 y 16, numeral 3), serán ejercidas por el presidente
de la Corte de Apelaciones del lugar donde debe
seguirse o se sigue el arbitraje y la del artículo 34,
numeral 2), será desempeñada por la respectiva Corte
de Apelaciones".
14
Petsche (2005).
15
Sobre esta materia, puede consultarse, entre otros:
Vásquez (2011), pp. 370 y siguientes; Abeliuk (2011),
pp. 41-53; Bernardo (2002).
16
En el Mensaje de S.E. el Presidente de la República
se observa una preocupación en orden a advertir que
el "reconocimiento a la autonomía de la voluntad en la
LACI tiene límites en cuanto no podría declararse
internacional una controversia que no tenga
efectivamente algún elemento extranjero de cierta
relevancia o contravenga normas de orden público,
como por ejemplo, las relativas a la protección del
consumidor".
17
En la historia de la ley se aprecia que esta expresión
dista de la contenida en el art. 3° del Cco. y debe
entenderse en términos más amplios.
18
Caso "Stemcor UK Limited", Rol N° 1724-2010, 21
de junio de 2010, c. 6°; Caso "Kreditanstalt fur
Wiederaufbau", Rol N° 5228-2008, 15 de diciembre de
2009, c. 12°; Caso "Converse Inc.", Rol N° 3225-
2008, de 8 de septiembre de 2009, c. 12°. Véase:
Ossa y Zamora (2014), pp. 18-19.
19
Véanse casos "Ann Arbor Foods con Domino's Pizza
Internacional", Rol N° 1420-2010, CAS, 9 de octubre
de 2010; "EDF Internacional Soc., Energética
Francesa S.A.", Rol N° 4390-2010, ECS, 8
de septiembre de 2011; "Kreditanstalt fur
Wiederaufbau", Rol N° 5228-2008, ECS, 15 de
diciembre de 2009; "Converse Inc.", Rol N° 3225-
2008, ECS, 8 de septiembre de 2009; "Publicis
Groupe Holdings BV y Publicis Groupe Investments
con Árbitro don Manuel José Vial Vial", Rol N° 9134-
2007, CAS, 4 de agosto de 2009; "Gold Nutrition
Industria e Comercio Ltda.", Rol N° 6615-2007, ECS,
15 de diciembre de 2008.
20
Sobre el tema en extenso, Vásquez (2011), pp. 369
y ss.
21
En la misma línea, véase artículo II N° 3 de la
Convención de Nueva York.
22
Véanse, entre otros, casos; Corte Suprema, 25 de
octubre de 2011, Rol N° 8694-2010; Corte
Suprema, 31 de enero de 2011, Rol N° 8952-2009.
Véase: Ossa y Zamora (2014), pp. 38-39.
23
Esta misma línea argumentativa fue otorgada en los
casos: "Provimin Ltda. con Danfoss Nessie Water
Hydraulics", en que el 21° Juzgado Civil de Santiago
acogió una excepción dilatoria de incompetencia del
tribunal fundada en la existencia de una cláusula
arbitral incorporada al contrato principal por
referencia; 21° Juzgado Civil de Santiago, 30 de
diciembre de 2011, Rol N° 1886-2011; 24° Juzgado
Civil de Santiago, 7 de mayo de 2012, Rol N° 17277-
2011.
24
El artículo 16 N° 1 primera parte de la LACI lo
consagra.
25
Compendio CNUDMI, p. 76, párrafo 3. Sobre el tema
en extenso en Vásquez (2011).
26
Por otra parte, es posible encontrar varios fallos en
que los tribunales chilenos se han
declarado incompetentes para conocer acerca de la
validez de la cláusula arbitral o sobre la competencia
del tribunal arbitral incluso con anterioridad a la
entrada en vigencia de la LACI. Véanse casos:
"Casanueva Reyes Lizado del C. con Gavilán
Villarroel", Rol N° 236-2012, Corte de Apelaciones de
Chillan, 17 de agosto de 2012; "Minera Quadra Chile
Limitada con Kazazian Bagdasarian y otros", Rol N°
2239-2010, I. Corte de Apelaciones de Santiago, de 3
de agosto de 2011; "Aetna Chile Seguros con Leasing
del Progreso S.A.", Rol N° 5114-2005, Excelentísima
Corte Suprema, 24 de abril de 2007.
27
La demanda de nulidad de la cláusula arbitral se
fundó en ausencia de voluntad, en que lo pactado en
ellas adolecía de objeto ilícito y en que tales
estipulaciones tenían causa ilícita.
28
"Que, de la interpretación del artículo citado
precedentemente [artículo 8° de la LACI] se
puede deducir que este Juez, mientras exista una
cláusula de arbitraje que no haya sido declarada
nula, ineficaz o de ejecución imposible, no sería
competente para conocer respecto de la solicitud
principal de autos, teniendo en cuenta que la
indemnización de perjuicios con motivo de un
incumplimiento contractual apunta al fondo del
asunto, cuestión que a todas luces, debe someterse a
una tramitación arbitral, como acordaron las partes"
(considerando 4°).
29
Sobre el tema, Vásquez (2011), pp. 281 y
siguientes.
30
Sobre la importancia de estas medidas, véase: Calvo
(2005), pp. 9-46.
31
Sobre su entendimiento en Derecho comparado,
véase: Barona (2006), p. 63.
32
Respecto a las medidas provisionales en el arbitraje
comercial internacional, véase: Yesilimark (2005).
33
De acuerdo al numeral 3° del art. 34 de la LACI, la
petición de nulidad no podrá formularse después de
transcurridos tres meses contados desde la fecha de
la recepción del laudo o, si la petición se ha hecho con
arreglo al artículo 33, desde la fecha en que esa
petición haya sido resuelta por el tribunal arbitral. El
tribunal, cuando se le solicite la anulación de un
laudo, podrá suspender las actuaciones de nulidad,
cuando corresponda y cuando así lo solicite una de las
partes, por un plazo que determine a fin de dar al
tribunal arbitral la oportunidad de reanudar las
actuaciones arbitrales o de adoptar cualquier otra
medida que a juicio del tribunal arbitral elimine los
motivos para la petición de nulidad. Las Cortes de
Apelaciones colocarán las peticiones de nulidad de
inmediato en tabla y gozarán de preferencia para su
vista y fallo.
34
Guía ICCA, p. 9. Una eventual discusión que aún no
se ha suscitado en nuestro país es si los
laudos arbitrales internacionales pronunciados en
Chile requieren ser homologados. La LACI señala que
el artículo 35 se aplica a todos los laudos,
independientemente de su sede, mientras que la
Convención de Nueva York regula tanto los laudos
emitidos en un Estado distinto de aquel en que se
pide su reconocimiento y ejecución como aquellos que
no sean considerados como nacionales del mismo.

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Colaboración recibida el 24 de septiembre de 2014 y


aprobada el 21 de enero de 2015

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