Obtienearchivo
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HONORABLE CÁMARA:
La Comisión Especial de Estudio del Sistema Político
Chileno informa del cumplimiento de su cometido, al tenor de lo dispuesto en el
artículo 229 del Reglamento de la H. Corporación y en el acuerdo aprobado por
la Sala en su sesión del 3 de abril de 2008.
En el curso de los trabajos de la Comisión, el señor
Ward Edwards, don Felipe, fue reemplazado por el señor Eluchans Urenda, don
Edmundo, y la señorita Diputada Saa Díaz, doña María Antonieta, por el señor
Accorsi Opazo, don Enrique.
A casi tres décadas de la entrada en vigencia de la
Constitución Política de 1980, la posibilidad de revisar el Régimen Político,
encuentra hoy condiciones favorables que viabilizan su instalación en la agenda
de discusión pública nacional.
La madurez democrática de la sociedad chilena y la
necesidad de legitimidad del sistema político, otorgan centralidad a esta
discusión y generan expectativas sobre sus consecuencias. Así, los antecedentes
históricos, los modelos comparados en el concierto internacional, y el proceso
modernizador en desarrollo de nuestra institucionalidad, permiten abrir el
abanico de variables a explorar y situar esta problemática en un lugar
prioritario.
Por último, se hace una reseña de la evolución del
Régimen Político en la historia de Chile.
Los diputados, a fin de situar el tema en tratamiento,
sostienen respecto de las reformas introducidas a la Constitución Política en
2005, que un rasgo característico de ésta y, ciertamente, de sus predecesoras, es
haber mantenido en su esencia el “Capítulo IV, Gobiernoʺ de la Constitución de
1980, específicamente, el tipo de gobierno presidencialista que dicho capítulo
regula. De ello se deriva, la preeminencia entre los poderes públicos, según la
distribución competencia que consagra la precitada Constitución.
a) Régimen Político Consideraciones Teóricas.
La Representación Política
La figura de la Representación política, debe situarse
en el contexto del proceso de toma de decisiones de los Estados democráticos
modernos, donde quienes deciden no son la totalidad de los ciudadanos ‐
democracia directa‐ sino que son aquellos mandatados para ejercer ese rol ‐
democracia representativa‐.
La Representación Política es ejercida en los Estados
democráticos modernos tanto desde el Poder Ejecutivo como desde el Poder
Legislativo. La institución Parlamentaria esta en constante evolución y hoy se
entiende que desarrolla tres funciones centrales: representar, legislar y ejercer la
1
Constitución francesa de 1791, Artículo 2°, Titulo III “La Nation, de qui seule émanet tous les Pouvoirs, ne peut les
exercer que par delegation. La Constitution Francaise est représentative…”
5
fiscalización o control. Esta clasificación de sus funciones comprende
categorías de diverso nivel: la Representación Política importa una diferencia
lógica y cronológica con las otras dos funciones del quehacer parlamentario ya
que es necesaria y anterior a éstas, la Legislación y la Fiscalización o Control, se
configuran como un tipo de variable dependiente de la representación, o si se
quiere modalidades de expresión de la representación. Adicionalmente es
necesario tener presente que en virtud de este carácter dinámico del Parlamento
el universo de sus funciones eventualmente se amplía, es lo que ocurre con la
llamada “Diplomacia Parlamentaria”.
La asimétrica relación entre el Poder Ejecutivo y Legislativo y la problemática
del prestigio de la Política.
El Poder Ejecutivo formula, implementa y evalúa las
políticas públicas, lleva a cabo planes, programas y proyectos, cuenta con
financiamiento para el desempeño de sus funciones, especialistas, recursos
tecnológicos y de información. Incluso en una materia que es central en el
quehacer parlamentario, como es la actividad legislativa, el Poder Ejecutivo en
tanto colegislador posee enormes atribuciones: cumple un papel fundamental
en la etapa prelegislativa de la formación de la ley, una fuerte iniciativa en
materia de ley, influencia para ordenar las agendas legislativas de los
Parlamentos, además de la potestad reglamentaria que le otorga un margen de
maniobra respecto de la aplicación de las normas jurídicas. La situación descrita
resulta acentuada en los Regímenes de Gobierno Presidenciales y en graduación
decreciente en los Semipresidenciales y Parlamentarios.
No obstante lo señalado, es doctrina pacífica, que un
Estado democrático no puede ser concebido sin la existencia del Parlamento. El
Parlamento tiene su origen en la limitación del poder omnímodo del rey en
resguardo de los derechos e intereses de los ciudadanos. El liberalismo y la
doctrina de la separación de los poderes del Estado, enunciada por
Montesquieu, fundamentan los controles y contrapesos de las funciones del
Estado, para darle eficacia al logro de las libertades políticas. Si bien tales
concepciones originales se han modificado en el transcurso del tiempo, se ha
fortalecido la línea de argumentación que justifica el Parlamento como aquel
Poder del Estado capaz de analizar en profundidad y desde distintas visiones
los grandes temas nacionales y dictar normas que regulen la organización de la
sociedad, previniendo o resolviendo los conflictos, representando y
armonizando los intereses de los distintos segmentos sociales, controlando y
fiscalizando adicionalmente las acciones del Poder Ejecutivo. En su ámbito se
da el juego de mayorías y minorías. Sin embargo, el Parlamento se deslegitima
frente a la opinión pública si en su seno no existe una justa representación de la
pluralidad que se expresa en la nación, de allí la importancia de un sistema
electoral que la garantice. Kelsen señala que un Gobierno no elegido por el
pueblo en su totalidad constituye una voluntad extraña, un peso heterónomo
que ahoga la libertad de los individuos.
b) Lo sustancial de los argumentos invocados por los autores de la iniciativa
de crear esta Comisión.
Destacan que un rasgo característico de esta reforma
y, ciertamente, de sus predecesoras, es que ha mantenido, más o menos,
inalterado el capítulo IV de la Carta, intitulado ʺGobiernoʺ, específicamente, el
tipo de gobierno presidencialista que dicho capítulo regula. De ello se deriva,
señalan, la preeminencia entre los poderes públicos, según los repartos de
competencia que consagra la Constitución; además, que buena parte de la praxis
política también está altamente condicionada por el tipo de gobierno (impulso
de la política legislativa, relación gobierno‐parlamentarios y relación gobierno‐
partidos políticos).
c) Antecedentes sobre el estudio efectuado por análoga comisión establecida
en la Cámara el año 1990.
Así, estimó que la discusión sobre las alternativas del
régimen político ‐presidencialismo, semi presidencialismo o parlamentarismo‐
debía responder la pregunta sobre cuál es el sistema de poder que mejor
favorece la finalidad de gobernación eficaz. Eficacia que se considera
estrechamente ligada al desarrollo y al crecimiento económico, y, por lo mismo,
a la equidad. Precisamente, a propósito de tal exigencia, afirmó que no hay
acuerdo acerca del aporte del presidencialismo a la gobernabilidad del país.
Por último, indicó que íntimamente vinculada con la
opción por el régimen político está el relacionado el tema de la modernización
del Estado, decisiones todas que estimó propias de estudio por una Comisión
Especial bicameral, como instancia de consenso nacional.
d) Régimen Político. Modelos Teóricos.
Regímenes de Gobierno
El Régimen Presidencial
2
Obrador Rodrigo: Bicameralismo/Unicameralismo ¿Una alternativa para Chile? Serie Estudios Nº 06 / 2006
10
Las características del Régimen Presidencial son,
según Duverger , las siguientes: “El principio de la separación de poderes, la
3
elección del presidente a través del sufragio universal, el nombramiento y la
remoción de los ministros por parte de aquél, y porque todos ellos no son
responsables políticamente ante el parlamento”.
b.‐ El Presidente de la República es, a la vez, jefe de
Estado y jefe de Gobierno. En este sistema de Gobierno el presidente está
investido con la función de Jefe del Ejecutivo o del Gobierno, del Estado,
comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y dirige la diplomacia o relaciones
internacionales del país.
c.‐ El Presidente es electo por el cuerpo electoral vía
sufragio universal. El presidente y el vicepresidente en su caso, al igual que los
diputados que conforman la Asamblea Legislativa, son elegidos por el cuerpo
electoral del país, a través del sufragio universal para un período determinado.
d.‐ El Presidente nombra y remueve a sus ministros
de Estado. El presidente puede nombrar de manera discrecional a los ministros
o secretarios de Estado, y a cierto personal clave en la administración pública.
3
Duverger, Maurice: Instituciones políticas y derecho constitucional, Barcelona, Ariel, 1962, p. 319.
11
e.‐ El Presidente y sus ministros de Estado no son
políticamente responsables ante el Congreso.
El Régimen Parlamentario
El origen del Régimen Parlamentario se encuentra en
Gran Bretaña y se desarrolló en virtud de la necesidad del monarca de
“legitimar” algunas decisiones, como también por la necesidad de la nobleza de
limitar el poder del rey, y luego de la burguesía, para defender sus intereses
frente al absolutismo y el feudalismo.
De acuerdo con lo señalado por Giovanni Sartori, los
sistemas parlamentarios no permiten una separación del poder entre Gobierno
y el Parlamento. Su característica primordial es que el Poder Ejecutivo y
Legislativo se comparte. Esto equivale a decir que todos los sistemas que
llamamos Parlamentarios requieren que los gobiernos sean designados,
apoyados y, según sea el caso, destituidos, en virtud del voto del Parlamento.
Las principales características del Parlamentarismo:
b.‐ Como regla general, la función ejecutiva es dual,
existe un Jefe de Estado que realiza funciones diplomáticas y de representación,
y un Jefe de Gobierno que conduce la administración y el gobierno. El jefe de
Estado no posee un poder fuerte, pero desarrolla un papel simbólico que
colabora en la estabilidad social.
12
c.‐ El Jefe de Gobierno tiene control preciso sobre
el partido mayoritario del Parlamento, es decir, el titular de la función ejecutiva
de gobierno pertenece al partido mayoritario del Parlamento.
d.‐ El órgano legislativo designa a los miembros del
gabinete. El Jefe del Gobierno y los miembros del gabinete son seleccionados
por el Parlamento, por lo que individual y colectivamente dependen del
beneplácito y confianza del Poder Legislativo.
4
LINZ, J.: "Los peligros del presidencialismo", en Reformas al presidencialismo en América Latina,
Comisión Andina de Juristas, Caracas, 1993, p. 31.
13
El Régimen Semipresidencial
Este sistema político es uno de los más recientes, ya
que su antecedente se observa en la Constitución de Weimar, que dio origen al
sistema político alemán semipresidencial de 1919 a 1933, y en la Constitución de
Finlandia, que rige desde 1919. No obstante es la Constitución Francesa, de 1958
de la Quinta República, la que perfeccionó y desarrolló el sistema
semipresidencial. Sartori denomina sistema semipresidencial al que se basa en
el poder compartido, en el cual el presidente debe conseguir un apoyo
parlamentario continuo.
Respecto del caso francés, algunos autores dicen que
el sistema semipresidencial alterna entre fases de un sistema presidencial y uno
parlamentario. Sartori prefiere definir el caso francés como un sistema de
oscilación entre presidencialismo y parlamentarismo, esto en virtud de que la
alternancia sugiere que se pasa de una cosa a otra, mientras que la oscilación es
un movimiento dentro de un sistema. Por su parte, el diseño de Suiza no se
puede tipificar como presidencialista, parlamentario o semipresidencial,
asumiendo la figura denominada directorial o colegial. El poder político en este
caso no se encuentra personificado en el jefe de Estado o de gobierno, sino que
reside en un directorio.
Características del Semipresidencialismo.
a.‐ Estructura de autoridad dual, un jefe de Estado o
Presidente y un Jefe de Gobierno o Primer Ministro.
b.‐ Elección directa y popular del Presidente.
Tal como se indicó precedentemente, el Régimen de
Gobierno es un elemento central del Sistema Político. No obstante coexiste con
otros elementos con los que se interrelaciona.
La disyuntiva Unicameralismo o Bicameralismo, que
corresponde a una condición estructural interna, propia del diseño institucional
de cada Parlamento, que determina el funcionamiento de este y por lo tanto la
expresión de las funciones de representación, legislación y fiscalización, se
configura por la disyuntiva entre Bicameralismo y Unicameralismo.
Las Asambleas Legislativas pueden ser unicamerales
(monocameralismo), constituidas por una sola cámara, o bicamerales
(bicameralismo), formadas por dos cámaras.
El Sistema de Partidos.
5
Arend Lijphart; Sistemas Electorales y Sistemas de Partidos, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
España, 1995, p. 29.
15
Respecto a la relación entre Régimen de Gobierno,
Sistema de Partidos y Sistema Electoral, observando la historia de Chile y
proyectando alternativas, Burgos y Walker, sostienen 6 : “El problema, entonces
no reside en la forma de gobierno en sí misma presidencialismo‐
parlamentarismo, en el sistema de partidos en sí mismos bipartidismo–
multipartidismo, o en el sistema electoral en sí mismo mayoritario‐
representación proporcional o uninominal–plurinominal‐binominal, sino que en
el tipo de combinación que encontramos en estos tres niveles”.
El prejuicio sobre el Parlamentarismo en Chile.
6
Burgos Jorge y Walker Ignacio: “Hacia el Parlamentarismo”, Revista En Foco, Santiago Chile Nº 4, 2003,
p.5.
7
“Hacia el Parlamentarismo”, Jorge Burgos Varela e Ignacio Walker Prieto, publicado en Foro Expansiva,
N° 4, 8 de julio de 2004.
16
Lo cierto es, como señala la publicación de Walker
y Burgos ya citada, que el sistema presidencial es lo que ha imperado como
forma de gobierno en forma invariable desde la organización misma de la
república, siendo su principal característica el que la figura de Jefe de Gobierno
se confunde con la de Jefe de Estado, cuestión diametralmente distinta a lo que
ocurre en un sistema parlamentario donde el Jefe de Gobierno, que es distinto al
Jefe de Estado, es elegido por la mayoría parlamentaria y permanece en tal
función mientras cuente con ella.
De acuerdo con el estudio al que hacemos referencia,
esta suerte de confusión nace de la circunstancia que la Constitución de 1833
otorgaba al Congreso Nacional, luego de sucesivas reformas desde 1870,
facultades y prerrogativas que lo dotaron de importantes potestades públicas, lo
cual, sumado a prácticas parlamentarias como el voto de censura, las
interpelaciones y otras actividades similares propias de los regímenes
parlamentarios, esbozaron un sistema que atenuó sustantivamente el régimen
político de la Constitución de 1833 de claro corte presidencialista.
El uso arbitrario e indiscriminado de alguna de estas
prácticas y, en especial, la lucha entre cuadillos en los principales partidos de la
época dieron lugar a una inusual rotativa ministerial (debía contarse con el
respaldo de ambas cámaras para mantener el cargo de Ministro) que ayudó a
estigmatizar este período de nuestra historia política.
El régimen político que comenzaba a configurarse en
Chile quedó en suspenso por la Reconquista española tras el Desastre de
Rancagua del 1° y 2 de octubre de 1814, período que duró hasta la victoria de
Chacabuco el 12 de febrero de 1817.
Consolidada la independencia de Chile el 17 de abril
de 1817, y habiendo sido Bernardo O´Higgins designado Director Supremo por
un Cabildo abierto, éste nombró una comisión que elaboró un Proyecto de
Constitución Provisoria que fue aprobada el 23 de octubre de 1918 a través de
un plebiscito, lo que fortaleció el principio de soberanía popular. El texto
reglamentaba los derechos y deberes ciudadanos, establecía la libertad, la
igualdad, el derecho de propiedad y consagraba los deberes sociales del Estado.
El Ejecutivo recayó en el Director Supremo y el Legislativo en un Congreso que
de hecho se limitó a un Senado integrado por 5 propietarios y 5 suplentes. El
Poder Judicial continuaba siendo autónomo. El Director Supremo concentraba
la mayor parte del poder, lo que le dio a su gobierno el carácter de régimen
autoritario.
19
Posteriormente O’Higgins convocó a una
Asamblea legislativa, que convirtió en constituyente, la que aprobó la
Constitución de 1822 que estipulaba la prórroga del mandato del Director
Supremo por 6 años. La nueva Carta que declara a la Nación chilena libre e
independiente, creó un Ejecutivo fuerte, un Congreso formado por una Cámara
de Senadores y otra de Diputados; el Poder Judicial no se modificó. Tal
iniciativa, que significó un avance en el derecho constitucional chileno, no se
puso en práctica. O’Higgins fue presionado a abdicar en enero de 1823. Bajo el
siguiente gobierno, de Ramón Freire, se aprobó la Constitución de 1823 que
recogió principalmente las concepciones moralistas de Juan Egaña. Este texto
tampoco se llevó a la práctica.
La guerra civil de 1891, que terminó con la derrota
del Gobierno del Presidente Manuel Balmaceda y provocó su posterior suicidio,
consolidó la práctica de un parlamentarismo imperfecto que duró hasta la
promulgación de la Constitución Política de 1925. Durante el período de mayor
fortaleza del Congreso respecto al Ejecutivo, se obstaculizaron reformas
fundamentales para enfrentar las nuevas situaciones económico sociales que
vivía el país, entre ellas, la denominada cuestión social. Bajo el Gobierno de
Arturo Alessandri Palma, se intentó aprobar importantes leyes sociales y leyes
laborales que modernizarían el país y lograrían darle mayor gobernabilidad; la
obstinada negativa de la mayoría parlamentaria cambió a raíz de una
intervención militar (ruido de sables), hechos que significaron la aprobación
inmediata de las leyes sociales y que el Presidente Alessandri dejara su cargo.
El Régimen Presidencialista Chileno (1932‐2008).
La forma de gobierno presidencialista en la Constitución de 1925.
El sistema de gobierno plasmado en la Carta de 1925,
consideró los siguientes elementos centrales:
22
La figura del Presidente de la República es la base
central de la forma de gobierno.
Se otorgó al Congreso esta facultad por cuanto se le
consideró el legítimo representante de la voluntad popular, evitando, de paso,
convocar a una segunda elección entre las dos primeras mayorías relativas. Se
fue sentando paulatinamente la práctica en el Congreso de confirmar la elección
de la primera mayoría relativa, lo que significó en los hechos que la decisión del
Congreso no involucraba necesariamente un apoyo político a ese candidato,
sino un acto meramente formal de reconocimiento de una mayoría relativa, lo
que implicó en los más de los casos Gobiernos con escaso y reducido apoyo
parlamentario, lo que implicaba serias dificultades de aplicar en su totalidad el
programa de gobierno del candidato elegido.
La influencia del sistema de partidos políticos en el régimen de gobierno y su
relación con las normas constitucionales.
En 1973, esta situación cambia por una sentencia del
Tribunal Calificador de Elecciones de 1972, en que acepta la teoría según la cual
la garantía de la libre organización interna de los partidos, establecida por la
reforma constitucional de 1970, permite a los partidos federarse y confederarse.
De acuerdo a esa concepción, las elecciones parlamentarias de 1973 se realizaron
con partidos agrupados en tres federaciones y una confederación.
27
Se puede constatar asimismo, que, en el sistema
multipartidista chileno, en el período 1932‐1973, no hay partidos que superen en
forma estable y regular el 30% de los sufragios válidamente emitidos, habiendo
siempre tres o cuatro partidos que se mantienen entre el 15 y el 25 % de los
sufragios válidamente emitidos, aproximadamente.
Todo lo anterior permite sostener que, dicho sistema
de partidos políticos no desapareció en Chile por el simple manejo artificioso
del sistema electoral, pues la existencia de pactos y subpactos ha significado en
la práctica la existencia de más de seis partidos con representación
parlamentaria y dos a tres sin ella, en el período 1990‐2009.
El presidencialismo autoritario de la Constitución de 1980. 8
8
Sobre este punto el Diputado señor Eluchans solicitó dejar constancia de lo siguiente: “Este párrafo hace
una serie de afirmaciones que yo no comparto y que me parece que no son, necesariamente, un aporte para
los efectos del debate. Es cierto que la Constitución del 80, en su texto original, considera algunas
restricciones o limitaciones no contempladas en constituciones anteriores, pero ello no nos puede llevar a
decir, por ejemplo, que el poder civil queda supeditado al militar”.
28
la dictadura surge la idea de modificar la Carta de 1925, en la que se
concentran las principales críticas de las deficiencias del sistema político vigente
al momento de la crisis.
La reforma cosmética posterior al plebiscito de 1988. 9
No obstante, si bien se lograron avances, lo cierto es
que la mayor parte de los enclaves autoritarios se mantuvieron, principalmente,
la institución de los senadores designados por organismos del Estado cuya
generación no tenía un origen democrático, las menguadas atribuciones de la
Cámara de Diputados en desmedro del Senado, y la primacía que continuaba
gozando el Presidente de la República, con un cuadro de materias de iniciativa
legislativa exclusiva muy exacerbado, con la existencia de un máximo legal, que
9
El Diputado señor Eluchans en relación a este punto solicitó consignar lo siguiente: “Este punto contiene
afirmaciones que no comparto. Esta parte del informe hace una “reseña” y no me parece propia de ella
usar calificativos tales como, “cosmética”, “fatídico” o “excluyente”. Al igual que mis comentarios
contenidos en el número anterior, no es mi propósito hacer una defensa de la Constitución del 80, ni
menos de su texto original, pero más adelante –en el informe– habrá espacio para que cada diputado
exprese con entera libertad su opinión. No corresponde –creo yo– que se haga en esta etapa de nuestro
trabajo”.
30
le franqueaba una amplia potestad reglamentaria y con el manejo de la
agenda del Congreso por el uso de dos instrumentos: la convocatoria a sesiones
extraordinaria, similar a la Carta de 1925, y la posibilidad de hacer presente el
trámite de las urgencia, que ahora el Jefe de Estado también calificaba.
Los resultados de todo el sistema generaron que los
Presidentes de la República no contaron con la mayoría suficiente en el
Congreso para impulsar sus programas. El sistema legislativo establecido en la
Constitución de 1980, más que contribuir a ello, fortaleció el entorpecimiento
legislativo de las minorías, por la necesidad de altos quórum para aprobar la
reforma de legislaciones importantes en materia, económica, social e
institucional dejadas como enclaves por el Régimen Militar. Todo ello, llevó a la
denominada democracia de los acuerdos que permitió avanzar paulatinamente
en algunas cuestiones importantes, pero sin efectuar los cambios necesarios en
materia institucional.
Sólo a mediados de la Presidencia de Ricardo Lagos,
en 2006, el Gobierno logra mayoría parlamentaria en ambas cámaras, pero no
alcanza a obtener la necesaria para modificar los preceptos orgánicos
constitucionales que regulan aspectos importantísimos como el sistema
electoral, entre otros.
La denominada democratización de la Carta de 1980 y la Reforma
Constitucional de 2005. 10
Bajo la consigna de eliminar los enclaves dejados por
el autoritarismo, se aprueba la reforma de 2005. Resalta en ella la eliminación de
los senadores designados, el cambio de la naturaleza y funciones del Consejo de
Seguridad Nacional y del Tribunal Constitucional, pero en lo que toca al
régimen de gobierno, los cambios son menores y, muy por el contrario, en vez
10
El Diputado señor Eluchans solicitó en este punto dejar constancia de su opinión en los términos
siguientes: “El último título de este mismo capítulo contiene afirmaciones, aún en una etapa de “reseña”
que no me parecen pertinentes, más allá de la libertad de cada diputado de decirlo en su momento. En el
capítulo anterior se criticó la exigencia de quórum altos, que “fortaleció el entorpecimiento legislativo de
las minorías” y en este capítulo se critica que una mayoría – simple en este caso – a través de la acusación
constitucional pueda de manera “anómala” volver a cambiar nuestro régimen de gobierno. Vuelvo a
señalar que no me parece usar tanto calificativo cuando estamos haciendo una “reseña histórica
31
de avanzar hacia un régimen de mayor participación del Congreso, se
disminuyen aún más sus facultades legislativas al facultan al Presidente para
dictar legislación delegada directa cuando se trata de coordinar y sistematizar
textos legales, lo que ahora puede realizar sin necesidad de ley delegatoria.
En efecto, a mediados del mandato de la Presidenta
Bachelet, tanto la Cámara como el Senado aprueba una acusación entablada
contra un Ministro de Estado lo que da lugar a la pérdida de su cargo y a la
inhabilitación para el desempeño de funciones públicas, incluidas las de
elección popular, por el término de cinco años.
Esta sanción, nueva en nuestro ordenamiento, surge
para evitar la denominada rotativa de Ministros que operó a fines del Gobierno
de Salvador Allende, y que consistía en que aprobada una acusación
constitucional contra un ministro éste era designado en otra Secretaría de
Estado.
En la primera audiencia, celebrada el 11 de agosto de
2008, la Comisión recibió al Ministro Secretario General de la Presidencia, señor
JOSÉ A. VIERA GALLO QUESNEY, quien, en lo sustancial, sostuvo:
Consideró difícil terminar con el presidencialismo en
Chile, porque, a su juicio, está en el ADN del sistema político chileno y la
experiencia nacional con el parlamentarismo fue negativa. Agrega que caminar
hacia un semipresidencialismo, como en los casos de Portugal y Francia, puede
tener sus virtudes, ya que bajo su normativa el Presidente de la República, que
requiere de mayoría parlamentaria, puede disolver el Congreso para evitar que
la mayoría parlamentaria pueda cambiar los ministros de Estado a su antojo.
En la segunda audiencia celebrada el 18 de agosto de
2008, la Comisión recibió al ex Rector de la Universidad de Chile, ex Ministro de
Estado y actual Investigador de la Corporación de Estudios para América
Latina, señor Edgardo Böeninger Kausel; al ex Diputado, Ministro de Estado y
también Investigador de la referida Corporación, señor Ignacio Walter Prieto, y
al ex Director y actual profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, señor Oscar Godoy Alcayaga, quienes
sostuvieron:
En cuanto a las reformas políticas necesarias, estimó:
c) que debiera establecerse la elección popular de los
consejeros regionales, quienes representan una presencia política fuerte en las
regiones;
Estuvo de acuerdo con un servicio civil en el que los
funcionarios sean independientes del Gobierno de turno, sin el cual se potencia
la posibilidad de abusos de poder. Estimó que potenciar la Alta Dirección
Pública es una cuestión del Poder Ejecutivo;
Que comparte la afirmación de que las reformas a la
Constitución Política de 1980 no han afectado la naturaleza del régimen
presidencial sino que reducen o han hecho desaparecer los enclaves autoritarios,
poniendo fin a la tesis de la democracia protegida por las Fuerzas Armadas, y
que ha llegado el momento de analizar si debe mantenerse el régimen
presidencial reforzado que estableció el capítulo IV para dar estabilidad al
poder autoritario de la época;
Puntualizó que en Chile hay división y equilibrio de
Poderes, ya que ambos Poderes mantienen una identidad muy fuerte, ya que el
Congreso Nacional es soberano en la formación de la ley, procedimiento en el
cual el Presidente de la República interviene con el veto, con el dominio de las
materias en las que es titular de la iniciativa legal exclusiva, y es soberano en
materias de presupuestos, como última instancia;
c) Fortalecer los municipios y las regiones;
e) Poner fin a la intervención electoral;
Por último se mostró contrario a modificar el sistema
de iniciativa del Presidente de la República en materia económica 11.
11
En el artículo "Hacia el Parlamentarismo", publicado En Foro Expansiva, N° 004, de 8 de julio de
2004, los señores Jorge Burgos Varela e Ignacio Walker Prieto, además de aclarar que no existen sistemas
electorales democráticos o anti-democráticos y que en Chile nunca ha existido una forma de gobierno
parlamentaria, sostienen que el sistema electoral binominal tiene al menos tres problemas: el primero, es
un vicio de origen y consiste en consignar que, hoy por hoy, se tiene la suficiente evidencia como para
afirmar que fue inicialmente consignado para subsidiar a la derecha, frente a los, seguramente, se
38
En la tercera audiencia, celebrada el 25 de agosto
de 2008, la Comisión recibió al ex Presidente de la República, señor Patricio
Aylwin Azócar, y al Ministro del Tribunal Constitucional, señor Raúl Bertelsen
Repetto.
Recordó haber apoyado al interior del “Grupo de los
24” el establecimiento en el país de un régimen semipresidencial, parecido al
francés, pero que luego de haber desempeñado la presidencia de República
cambió de opinión. Sostuvo que en un régimen presidencial la figura del
Presidente de la República se robustece en el cargo y logra estar en mejores
condiciones que un cuerpo colegiado, como el Parlamento, para interpretar en
determinados momentos, el sentir de la nación;
Hizo notar que en el Reino Unido el Jefe del Estado
es un Rey que no depende de la soberanía popular, la que se expresa, vía
Parlamento, en la generación del Primer Ministro; en tanto, en Chile, el
Presidente de la República es fruto del sufragio universal y no cree que sea
mejor reemplazar a éste por una mayoría parlamentaria que elija al Poder
Ejecutivo;
Sostienen, además, que una forma de gobierno parlamentaria, con un Jefe de Estado distinto de
un Jefe de Gobierno, en base a un sistema de representación proporcional -al interior de una estructura
multipartidista-, es lo más conveniente y deseable para Chile.
39
República. No cree, además, que el régimen presidencial ponga en peligro la
estabilidad del régimen democrático;
Opinó que el período presidencial de cuatro años es
adecuado y que uno de seis años, en los tiempos actuales, puede ser excesivo, y
que si se modificara, la nueva duración del mandado debería ser paralela a la de
los mandatos parlamentarios;
Desestimó la posibilidad de reemplazar el Congreso
bicameral por uno unicameral, por cuanto considera que el actual permite una
democracia participativa con más posibilidad de conjugar visiones distintas, lo
que, muchas veces, enriquece los proyectos, y
Propuso como variante y apoyado en la Constitución
de 1980, nombrar un Jefe de Gobierno, de confianza del Presidente de la
República, como ocurrió en Chile, en el siglo 19, con el caso del Ministro
Portales, lo que, en la actualidad, sería posible atendido lo dispuesto en el inciso
tercero del artículo 33 de la Constitución Política, que faculta al Presidente de la
República para nombrar un Ministro que coordine las relaciones con los otros
Ministros y con el Congreso Nacional. En tal caso, el Presidente puede
40
descargar en él el peso de las labores más administrativas y podrá cambiarlo
cuando lo estime conveniente;
Se mostró partidario de establecer un cierto grado de
iniciativa popular, como medio eficaz de permitir que los ciudadanos vean que
sus iniciativas tienen un cauce o vía de expresión;
Señaló no ser partidario de la reelección presidencial,
por los abusos de poder que se pueden producir, ni tampoco de la convocatoria
a una Asamblea Constituyente, por estimarla un gran salto al vacío;
En la cuarta audiencia, celebrada el 1º de septiembre
de 2008, la Comisión escuchó al Presidente del Partido por la Democracia (PPD),
señor Pepe Auth Stewart, y al dirigente del Partido Radical Socialdemócrata,
señor Julio Ahumada Álvarez.
Que el consenso de su partido es favorable al estudio
asumido por la Comisión, aunque no es un tema formalmente discutido.
Comparte la afirmación de que el actual régimen es el de un presidencialismo
exacerbado, y respecto de temas específicos opinó lo siguiente:
41
Que el Parlamento bicameral es una rémora del
pasado y que no conoce países donde existan dos Cámaras con funciones tan
similares y modo de generarse tan iguales, como en nuestro país. Precisó que en
derecho comparado, se registran casos en los que el Senado tiene representación
territorial y la Cámara de Diputados es la cámara política. En nuestro país,
señaló, los mismos electores eligen Diputados y Senadores en la misma Región.
En lo concerniente a las urgencias, afirmó que éste es
un aspecto del exacerbado presidencialismo chileno, que le quita protagonismo
al Parlamento y le resta posibilidad de participar en el proceso de maduración
de las leyes frente a la ciudadanía y de la realidad nacional, lo cual hace que
envejezca o se impermeabilice respecto al cambio social con mucha rapidez, a
cambio de garantizar la estabilidad del régimen;
En lo que se refiere al sistema electoral, señaló que
éste y régimen político son parte de una misma estructura en el que éste
favorece el orden por sobre los cambios que la sociedad puede demandar desde
el Parlamento. Sostuvo que los partidos políticos, factores de cambio, juegan un
rol infinitamente pequeño en el marco de los dos grandes ejes en que es posible
que se articulen dentro del actual régimen presidencial;
Agregó que una de las reformas que debe hacerse es
devolver al Poder Legislativo las atribuciones que tenía antes del Gobierno
Militar; sin perjuicio, de considerar lógico que los Parlamentarios no tengan
iniciativa en materia de gasto público;
En la quinta audiencia, celebrada el 8 de septiembre
de 2008, la Comisión recibió a los señores: Carlos Larraín Peña, Presidente del
43
Partido Renovación Nacional (RN); Patricio Zapata Larraín, Vicepresidente
del Partido Demócrata Cristiano (PDC); Manuel Hernández Vidal, miembro del
Comité Político del Partido Comunista, y Pablo Monje Reyes, decano de la
Universidad ARCIS, quienes expusieron, en lo sustancial, lo siguiente:
Que el presidencialismo es un tema no tratado por el
Partido, pero que, personalmente, considera que no debiera dársele un enfoque
tan institucional: Ejecutivo versus Parlamento. Señaló que, a su parecer, la
posición del Parlamento está muy disminuida y que parte de la solución es
mejorar el trabajo parlamentario y darle una consideración institucional a la
Oposición, a la manera del “Shadow cabinet” o “gabinete en las sombras”, que
es el que hace un seguimiento al instalado oficialmente;
En lo concerniente al trabajo parlamentario, cree que
es conveniente que el Parlamento tenga una “back office”, que de más
profundidad a su trabajo, con profesionales que apoyen la labor legislativa y de
fiscalización;
12
En el documento "RN para unir a Chile. Informe Comisión electoral de Renovación Nacional", octubre
de 2006, entregado a la Comisión por el señor Carlos Larraín Peña, se da cuenta del estudio hecho por la
referida Comisión Electoral, en cumplimiento del mandato que le entregó la Comisión Política Ampliada
de Renovación Nacional, tomado el 19 de junio de 2006, para estudiar posibles perfeccionamiento al
sistema binominal; una fórmula de elección democrática de intendentes y consejeros de los gobiernos
44
El señor PATRICIO ZAPATA LARRAÍN, en lo
sustancial, sostuvo:
Que el Partido Demócrata Cristiano (PDC) heredó de
la Falange Nacional una cierta ambigüedad respecto del régimen político
chileno, la que se manifestaba en una cierta admiración genérica por el régimen
portaliano; pero, al mismo tiempo, se comprometía con ciertas libertades
políticas. En la práctica, como partido conservador católico, trabajó en favor de
los fueros del Parlamento; luego, durante la vigencia de la Constitución de 1925,
contribuyó a fortalecer el régimen presidencial, posición de la cual resultaron las
reformas de 1970, que dieron origen al Tribunal Constitucional y establecieron
la iniciativa exclusiva del Presidente de la República en materias económicas.
regionales, y los mecanismos para dar mayor transparencia e impedir el intervencionismo del Gobierno en
las elecciones populares.
A propósito del estudio del sistema electoral, el documento concluye que el sistema actual es
proporcional y perfectamente democrático. Pese a ello, puede ser sujeto a revisión como todo sistema,
sobre la base de las virtudes y defectos que le son propios. No existe sistema electoral perfecto. A mayor
abundamiento, el carácter democrático del sistema chileno ha sido reconocido a nivel internacional, tal
como consta del estudio periódico de la Fundación Adenauer que el año 2006 pone a Chile en el primer
lugar del contacto de "calidad institucional y eficiencia política.".
Respecto de la intervención electoral por parte del Gobierno, sostiene que ella es completamente
contraria a los intereses de Chile como república democrática y vulnera el derecho de todo ciudadano a
que se le garantice participar en igualdad de condiciones en la carrera para acceder a los cargos públicos y
a la libertad de los ciudadanos de elegir a quiénes serán sus representantes, sin distorsiones que alteren la
competencia.
A propósito del perfeccionamiento de la democracia a nivel parlamentario, regional y municipal,
la Comisión Electoral de RN propone, entre otras medidas, aumentar la cantidad de escaños que la
Cámara de Diputados en un número variable que operaría si una o más agrupaciones políticas reúnen una
votación relevante sin obtener un número igual o superior a dos Diputados. Para estos efectos se
consideraría como relevante una votación de, a lo menos, un 7% de los votos válidamente emitidos en el
plano nacional. En caso que se den los supuestos anteriores, se conformaría la Cámara: (1) con los 120
Diputados elegidos con el método binominal; (2) se asignarían uno o dos nuevos cupos a cada agrupación
política que se encontrare en dicha situación, dependiendo de si alguno de sus candidatos resultó electo
bajo el sistema binominal, hasta completar el número de dos; y (3) se distribuirían 10 nuevos cupos entre
todas las agrupaciones políticas, sin excluir la referida el en número anterior, utilizando el método
D'Hondt aplicado sobre la votación nacional obtenida por cada una.
Una segunda fórmula consistiría en ampliar el tamaño de la Cámara de Diputados en 20 cupos,
de los cuales serían repartidos en base proporcional utilizando el método D'Hondt sobre la votación
nominal obtenida por cada agrupación política, en el mismo sentido indicado en el punto anterior,
excluyéndose aquellas agrupaciones que hayan obtenido una votación inferior al 5% de la votación
nominal.
Por último, respecto de la democracia regional propone: elección directa de Consejeros
Regionales y del Presidente del Consejo Regional; eliminación del cargo de Gobernador en provincias
capital de Región; aumentar las facultades de fiscalización de los Consejeros Regionales, y en pro de la
democracia comunal propone: sistema de elección única entre alcaldes y Concejales; limitar la reelección
de los Alcaldes y ratificar que las normas sobre el Estado empresario se aplican a los Municipios.
45
Bascuñán, Francisco Cumplido y Oscar Godoy, entre otros, se manifiestan,
favorables a un régimen semipresidencial;
Señaló que en el Quinto Congreso Nacional del PDC,
reunido entre julio del 2006 y octubre del 2007, se aprobó ponencias favorables
al establecimiento de un Congreso Unicameral y de un régimen
semipresidencial. Hizo referencia al acápite 126 del informe del referido
Congreso, en el que se señala que el ʺperfeccionamiento y la profundización de
la democracia chilena requieren mejores instituciones, mayor participación y
descentralización del poder. Postulamos más y mejor democracia. En este
contexto creemos necesario abordar un conjunto de cambios y reformas
constitucionales que hacen indispensable una nueva constitución.ʺ;
Sostuvo que uno de los problemas es que se intente
resolver simultáneamente el problema de los partidos políticos, del Parlamento
y el de la estabilidad de las instituciones. Afirmó que es un error pensar que un
sistema parlamentario podría dar más poder al Parlamentario, ya que en tal
caso, de hecho, son más débiles, debido a que las posibilidades de
comportamiento más autónomo son más difíciles. 13
13
En documento "Partido Demócrata Cristiano. V Congreso Nacional Julio 2006/Octubre 2007. IV.
Hacer de Chile un país con más y mejor democracia", entregado a la Comisión por el señor Zapata
Larraín, se expresa preocupación por los "síntomas de agotamiento del sistema político" para responder a
las grandes transformaciones que ha experimentado la sociedad chilena en las últimas décadas. La escasa
participación electoral de los jóvenes, la marginación de sectores de chilenos de la representación política
como consecuencia del sistema electoral, el desprestigio de las instituciones democráticas, la
farandulización de la política evidencian una crisis de representatividad que plantea la necesidad urgente
de emprender reformas profundas en nuestro sistema democrático para hacerlo más eficaz y acorde a las
nuevas realidades (párrafo 121).
Más adelante, se postula, como medidas para erradicar la corrupción: a) reformar el control
financiero y auditorías de la Contraloría General de la República; b) creación de una Agencia de Calidad
de las Políticas Públicas que se encargue del control de gestión, para evaluar el avance de leyes y
programas gubernamentales, dependiente del Congreso Nacional (párrafo 124); y "Nos manifestamos
partidarios de un régimen semi presidencial." (párrafo 135).
46
Sostuvo que su partido tiene una posición crítica
respecto al presidencialismo exacerbado, porque disminuye su estatura frente a
la sociedad. Agregó que los concejos municipales no tienen representatividad en
la toma de decisiones ni permiten una mayor participación ciudadana;
Señaló que hay una minoría política que por la vía
del veto de los altos quórum sigue apoyando el sostenimiento de una
Constitución ilegítima a pesar de las reformas que se le han introducido.
En la sexta audiencia, celebrada el 22 de septiembre
de 2008, la Comisión recibió al abogado de la Cámara de Diputados y Doctor en
Derecho © por la Pontificia Universidad Católica de Chile, señor Hernán
Almendras Carrasco; al Secretario General de la Federación de Estudiantes de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, señor Claudio Alvarado Rojas; al
47
Consejero Superior de la misma Universidad, señor Diego Shalper; al
Secretario Ejecutivo de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile,
señor Álvaro Roberto García Olave; a los Consejeros Nacionales de CONADI,
señores Zenón Alarcón Rodríguez, por el pueblo aymará, y por el pueblo
pascuense, señor Rafael Tuki Repano.
Consideró que la personalización del poder no es un
fenómeno privativo del Ejecutivo, sino también del Parlamento, en el cual
priman las fuerzas mayoritarias y, al no existir referéndums, concentran el
poder, lo que deslegitima el sistema porque la base de la representación es
espuria y no refleja la realidad política del país;
14
En documento escrito entregado a la Comisión, el señor Roberto García Olave, dirigente de la
Federación Estudiante de Chile (FECH), sostiene, en lo fundamental, que el sistema político chileno
adolece no sólo de concentración de facultades en el Presidente de la República sino también de la más
absoluta falta de participación ciudadana en las grandes decisiones del Estado; por lo tanto, el debate no
48
El señor HERNÁN ALMENDRAS CARRASCO,
en lo sustancial, expuso:
puede ni debe centrarse en la reforma de un solo órgano estatal sino que debe contemplar la
reestructuración de la totalidad de los Poderes Públicos y el ingreso de la ciudadanía dentro del espectro
decisional del Estado.
Propone el reforzamiento de instituciones sociales, motores de la participación y del desarrollo
democrático, tales como sindicatos, federaciones de estudiantes y otras organizaciones ciudadanas; y
estima que la personalización del poder es un fenómeno que no sólo es exclusivo de la Presidencia de la
República, sino también del Congreso Nacional, en el que la representación popular se basa en las fuerzas
mayoritarias, sin contemplarse el referéndum revocatorio del mandato entregado a representantes elegidos
prescindiendo de los actores sociales.
49
mismo, que le corresponde renovar o revocar la confianza otorgada al
Gobierno; a los medios de comunicación social, a los tribunales de justicia, y a la
grupos de presión;
Precisó que la mayoría de la doctrina sostiene que el
control es una tarea de la minoría o minorías, porque ella debe examinar la
actuación del Gobierno y no debería ser una función de la mayoría
parlamentaria, que no parece ser el agente político interesado en develar los
errores del Gobierno; 15
Agregó que si bien el control parlamentario se ejerce
a través de todas las actividades del Parlamento, existen mecanismos y órganos
que se perfilan con una mayor nitidez, aunque la eficacia de estos instrumentos
se ha visto disminuida por la coincidencia de un mismo partido o coalición de
partidos en el Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo. El mecanismo más
importante de control es, sin duda, el procedimiento legislativo, en el cual la
minoría‐oposición política tiene un papel relevante toda vez que las iniciativas
15
En documento entregado a la Comisión, sostiene que las Constituciones de la casi totalidad de los
países –con excepción de Francia, en donde este derecho se reconoce en una Ordenanza- atribuyen al
Parlamento la facultad de nombrar Comisiones de investigación, que leyes especiales y los reglamentos de
las Cámaras se encargan de complementar.
En nuestro país el primer antecedente de la función fiscalizadora se encuentra en la Constitución
dictada en 1833, que otorgaba a la Comisión Conservadora la atribución de velar por los actos del
Gobierno en cuanto a la obligada observancia de la Constitución y las leyes (artículo 58), la que se vio
fortalecida por la reforma constitucional de 1874, al concedérsele la facultad de que, en representación del
Congreso, ejerciera la supervigilancia que a éste pertenece, sobre todos los ramos de la administración
pública Durante el período 1891 y 1925, la fiscalización tendió fuertemente a perseguir responsabilidad
política de los Ministros y a censurarlos, mediante preguntas dirigidas a los Ministros de Estado;
interpelaciones o citaciones a los Ministros y las Comisiones parlamentarias, cuyo objetivo era investigar
supuestas irregularidades que se advertían en la Administración Pública.
En relación con la eficacia (o ineficacia) de las investigaciones parlamentarias. si bien todo lo
dicho anteriormente se puede entender en una sumatoria de ineficacia, para otros su relevancia o eficacia
hay que medirla en el impacto que causa en la opinión pública y en la ciudadanía, porque más allá de
buscar un cambio en la dirección política del Gobierno, se busca su desgaste, desprestigio y poner de
relieve la necesidad de hacer variar la posición política de una parte del cuerpo político de la sociedad. El
Parlamento se constituye así en el frente que permite apoyar o rechazar la actividad del Gobierno de
influir en las decisiones del electorado.
La reforma constitucional y la ley de adecuaciones significan un avance muy importante en la facultad
fiscalizadora de la Cámara de Diputados, pero creemos que ello aun no es bastante. Un punto no legislado es la
facultad-imperio para citar a los particulares (no invitarlos graciosamente) e investigar la relación que éstos tengan
con los funcionarios públicos cuya responsabilidad se investiga. Hace ya bastante que el profesor Cea Egaña
formulaba interrogantes que hasta el día de hoy parecen no tener respuestas:
- ¿quedan los particulares excluidos de tal fiscalización?
- ¿y sus derechos fundamentales pueden ser invocados para impedirla cuando se intente fiscalizarlos?
- ¿es la Cámara, la Comisión investigadora o la Magistratura quien decide si tal invocación es o no
procedente en cada concreto?
¿es tan clara la separación de lo público y privado en este campo?
- ¿no hay situaciones de recíproca e inevitable incisión de lo particular y lo estatal?
¿puede argüirse, limpiamente, que un asunto se halla amparado - por el santuario de la intimidad para, de ese
modo, escabullir la fiscalización parlamentaria?
- ¿cuándo, cómo y por quién se decide el trazo que separa lo legítimo, de un lado, de lo que es su contrario
en esta complicada materia, de otro?
50
que recaen sobre materias reguladas por leyes orgánicas constitucionales o
modificatorias de la Constitución exigen quórum especiales que un solo partido
o coalición no tiene posibilidad de alcanzar; “controles financieros o
económicos”, que inciden en la autorización y fiscalización del gasto de los
recursos públicos; control sobre los nombramientos de determinados servidores
públicos; comparecencia de los Ministros de Estado y de funcionarios de la
Administración; y, por último, sin que constituya una enumeración exhaustiva,
la ley N° 20.050, le otorgó reconocimiento constitucional a dos importantes
instituciones: las “interpelaciones” y las Comisiones especiales investigadoras.
Que es importante modificar el régimen político para
reducir las facultades del actual sistema presidencialista, para darle autonomía a
las regiones, descentralizando el ejercicio del poder;
Que las reformas políticas han reducido los enclaves
autoritarios, pero que falta un mayor equilibrio entre los órganos
representativos, y agregó que el objetivo de la Comisión no tiene mucha
sintonía con la sociedad, dado que las encuestas señalan que se desconfía de los
políticos, en especial, de los partidos, de los parlamentarios y de las coaliciones
políticas. Precisó que un sondeo latinoamericano hecho por la Pontificia
Universidad Católica de Santiago, muestra que los chilenos dan una nota 4,5 a
la Presidencia de la República; un 3,19 a los Diputados y un 3,46 a los partidos
políticos. Agregó que sólo un 20,6% de los chilenos siente simpatía por un
partido, versus más del 70% que siente antipatía. Ello muestra que existe
51
desconfianza respecto de la política y más aprecio por la figura presidencial,
por lo cual estimó que el tema de la Comisión no aparece, a primera vista, como
una demanda del pueblo;
Agregó que otro punto de apoyo para el objeto de la
Comisión, es la historia. Afirmó que los historiadores sostienen que la
estabilidad política se basa en las instituciones como la Presidencia de la
República, la Judicatura y las Fuerzas Armadas. Consideró que la figura del
Presidente de la República, de alguna forma, existe desde antes de 1810; lo que
se explica en la figura de los Gobernadores coloniales y, posteriormente, en el
Presidente de la Real Audiencia. Estimó, entonces, que el objetivo de la
Comisión no se apoya ni en la historia ni en el sentir del pueblo y que su
función respondería a una concepción ideológica;
Sostuvo que hay que dar espacios a la sociedad civil,
lo que no pasa por derivar más facultades del Presidente de la República al
Parlamento, y que, talvez, el camino sería el cambio del sistema binominal.16
Que entre los fines del Estado, el más importante, es
la persecución del bien común; esto es, la constante promoción del desarrollo
espiritual y material de la persona humana, lo cual no se agota en lo material.
Piensa que el sistema político debe adaptarse a dichos requerimientos;
16
En documento entregado a la Comisión al término de sus exposiciones, los dirigentes de la Federación
de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) hacen presente que los Estados deben estructurarse
conforme a sus fines; esto es, conforme al bien común, el bien del hombre en la sociedad. El bien común
es la razón de ser de la autoridad política, exigiéndose así un compromiso por parte de los servidores
públicos con él. Y el bien común no es otra cosa que la constante promoción del mayor desarrollo
espiritual y material posible para las personas. Agregan que la persona humana no se agota en su
dimensión material, y esto exige por parte de la autoridad una preocupación decidida tanto por el acceso al
trabajo y a los bienes necesarios para la subsistencia digna, como también por el incentivo del cultivo
espiritual y trascendente que da sentido a la vida. Así, es inevitable concluir que el sistema político debe
siempre adaptarse a los que esos requerimientos exijan puntal y concretamente en nuestra sociedad.
Agregan, más adelante, que no existe a priori ningún sistema de gobierno que sea la receta mágica y que
para recomendar alguno se deben analizar cuidadosamente las circunstancias particulares e históricas que
se presenten en una sociedad concreta y determinada, como chile, Lo importante es, tener claridad en
ciertos conceptos de fondo que orientan todo el actuar político. Precisan que es la autoridad política la
encargada de conducir a la sociedad hacia el bien común y que ésa autoridad es el Presidente de la
República, sin perjuicio de que el Parlamento funcione activamente como instancia de discusión y
ponderación reflexiva de representantes orientados por el bien común y no por los intereses particulares
de los partidos. Concluyen en que más que estructuras se necesitan personas que tengan claridad sobre los
imperativos, límites y desafíos que impone el bien del hombre en la sociedad y capacidad de decisión para
orientar al país de acuerdo a esas pautas.
52
Precisó que la autoridad política debe conducir a la
sociedad al bien común, mediante la coordinación y el desarrollo de cuerpos
intermedios. Sostuvo que el órgano que debe tener la autoridad es el Presidente
de la República, porque el esquema que más favorece el bien común es el de un
Poder Ejecutivo con facultades que le permitan desarrollar esta labor de
conducción y organización, que tenga también personas de su confianza y
manejar la función administrativa;
Declaró que ellos quieren empezar a participar en los
distintos poderes del Estado. Así, con la reciente aprobación del Convenio 169 y
la declaración universal de los derechos de los pueblos indígenas, se establecen
las bases internacionales necesarias. Sostuvo que los indígenas son el 10% de la
población del país, no obstante lo cual no tiene representación en el Parlamento
o en los Gobiernos regionales.
53
El señor ALEXANDRO ÁLVAREZ, en lo
sustancial, señaló:
Que en el tema indígena hay posturas políticamente
correctas cuando se habla de los pueblos indígenas separados del Estado, con
destinos diferentes a los de la sociedad chilena, que los conservadores ven como
una amenaza, lo que estimó falso, porque identificar el tema indígena pasa por
reconocer que la historia chilena muestra que incluso bajo los gobiernos
progresistas existió un designio estatal de homogeneización cultural e
igualación;
Que la reforma constitucional de 2005 transforma la
fiscalización en un atributo de la minoría, dentro de la cual la interpelación es
una forma de comunicar el debate público al ciudadano; pero que por la
imposibilidad de llamar a plebiscito o de recurrir a la iniciativa popular,
produce una suerte de parlamentarismo que puede traer consecuencias
negativas. A lo señalado suma los inconvenientes provocados por el sistema
binominal al excluir a vastos sectores de la ciudadanía de la actividad
democrática. Por ello, estimó que es necesario caminar hacia un régimen
semipresidencial, que implica crear la figura del Primer Ministro, admitir la
disolución de la o las Cámaras y el establecimiento de un Parlamento
unicameral. Afirmó que los regímenes semipresidenciales o parlamentarios
tienen mejores índices de desarrollo humano y calidad de vida 18 .
18
En documento titulado "Presentación del Partido Socialista de Chile", entregado por el señor Ricardo Solari,
se indica que: A juicio de los socialistas nuestro actual "presidencialismo reforzado", en primer término,
rigidiza al extremo la relación entre la Presidencia y el Parlamento y no cuenta con instrumento para resolver
situaciones como la pérdida de la mayoría de un gobierno en ejercicio. Además, la pérdida de la mayoría del
actual Gobierno en ambas Cámaras del Congreso ha generado un conjunto de situaciones conflictivas que no
encuentran en el presidencialismo el cauce institucional para resolverlos.
55
de los ciudadanos con derecho a votar, que en el caso de nuestro país llega al
50% del total:
d) En cuanto al ámbito de las atribuciones exclusivas
del Presidente de la República admitió la necesidad de estudiarlas; por ejemplo,
las concernientes al funcionamiento de los servicios públicos que podrían ser
excesivas;
e) Indicó que no comparte la idea de la elección de
autoridades regionales, como los Intendentes, pero sí admite poner fin a la
designación de Gobernadores;
19
En documento "Vigencia y futuro del Presidencialismo en Chile", entregado por el H. Senador don Juan
Antonio Coloma Correa, se señala, en lo sustancial, que "se hace necesario morigerar el actual poder del
que dispone el Ejecutivo en nuestro sistema presidencial, aunque en ningún caso esto debe entenderse
como un planteamiento de avanzar hacia un sistema semi presidencial ni menos uno parlamentario. Más
adelante, señala respecto de la incidencia del sistema de partidos y del sistema electoral, que el
presidencialismo enfrenta dificultades cuando convive, por ejemplo, con un sistema de partidos políticos
de alta fragmentación, como en el caso de Brasil, pues la formación de los consensos legislativos se torna
mucho más fácil. A su vez, los sistemas electorales altamente proporcionales favorecen la dispersión y
56
En la octava audiencia, celebrada el 29 de
septiembre de 2008, la Comisión recibió al historiador don Alfredo Jocelyn‐Holt
Letelier, al cientísta político don Genaro Arriagada Herrera, y al Encargado de
Relaciones Internacionales del Consejo de Todas las Tierras, señor Aucán
Huilcamán Paillama.
El señor ALFREDO JOCELYN‐HOLT LETELIER, en
lo sustancial, sostuvo:
Que es un error grave sostener que nuestra tradición
política es preferentemente presidencialista y que tal régimen nunca se ha
considerado inmutable. Aseveró que el parlamentarismo se extendió de 1860 a
1925, período histórico considerado el más excepcional por los considerables
avances en materia territorial y la consolidación institucional, entre otras
materias;
fragmentación de los grupos políticos, y, por ende, dificultan la formación de coaliciones estables que
apoyen la gestión de gobierno. A nuestro juicio, señala, el caso chileno no se ve afectado por estas
situaciones, debido precisamente a una acertada combinación entre la forma de gobierno
(presidencialismo) y el sistema electoral (binominal), donde éste cumple la función de estimular la
formación de grandes coaliciones políticas y electorales que tienden a inclinarse hacia la moderación para
lograr entendimientos legislativos.
Considera positivo moderar el poder presidencial, sin cambiar sus características centrales,
restringiendo la iniciativa legal exclusiva del Presidente de la República; radicando en el Congreso
Nacional la facultad de aceptar, rechazar o calificar la urgencia solicitada por el Ejecutivo; sometiendo a la
Alta Dirección Pública al mayor número de servicios y agentes públicos; revisar las atribuciones del
Senado en el nombramiento de cargos públicos relevantes con altos quórums (Corte Suprema, Tribunal
Constitucional, Banco Central y Consejo para la Transparencia); fortaleciendo las atribuciones del
Congreso Nacional para la rendición de cuentas y evaluación del cumplimiento de objetivos en los
distintos programas presupuestarios.
20
En documento escrito entregado a la Comisión, el señor Alfredo Jocelyn-Holt Letelier señala para hacer
factible el establecimiento de un régimen parlamentario se requerirían las condiciones siguientes:
a) Concordar que el autoritarismo presidencialista no es un asunto que derive ni de la dictadura reciente ni
de su "legado" constitucional administrado por los gobiernos de la Concertación;
b) Admitir que la Constitución de 1980, puede ser reformada o derogada; pero, en uno u otro caso, hay
que hacerse cargo de la trayectoria anterior bajo la Constitución de 1925;
c) Que adoptar un régimen parlamentario implica restarse de todo el entramado institucional que viene
rigiendo al Estado desde hace siete décadas; sin pensar que el propósito es apoderarse del aparato
ejecutivo administrativo del país;
57
El señor GENARO ARRIAGADA HERRERA, en
lo sustancial, sostuvo:
Que el cambio de régimen político debe ser gradual,
dado que la experiencia de las Asambleas Constituyentes ha sido lamentable,
como en Brasil y Ecuador, y que la atención debería centrarse en las siguientes
áreas:
d) Que hay que terminar con los acuerdos entre militares y civiles para mantener una "democracia
presidencialista protegida";
e) Reforzar los partidos políticos y a sus cuadros de modo que la ciudadanía vuelva a reconocerlos como
sujetos confiables;
f) Convencer a una sociedad civil débil que debe canalizar sus demandas vía conductos institucionales
públicos autónomos del Estado.
Termina sosteniendo que no ve ánimo ni capacidad de los partidos y sus coaliciones para hacerse
cargos de tales condiciones.
58
se tiende a no abrir sus registros a la incorporación de nuevos miembros para
no perder el control de la nominación, con la consiguiente limitación en la
cantidad de militantes;
Sostuvo, además, que sería partidario de un tránsito
gradual a un sistema parlamentario, en el que un determinado número de
miembros del Gabinete pudieran ser parlamentarios, conforme el respaldo de
una mayoría parlamentaria y, eventualmente, un poder de disolución del
Parlamento en el caso de Gobiernos minoritarios;
Que en la Organización de Naciones Unidas se les ha
reconocido a los pueblos indígenas, entre otros, el derecho a la libre
determinación, del mismo modo como está reconocido en los Pactos
Internacionales sobre los Derechos Civiles y Políticos y sobre los Derechos
Económicos, Culturales y Sociales de los ciudadanos. Por lo señalado, afirmó
que al pueblo mapuche le corresponden dos opciones: tomar su propia ruta
porque el Estado no ha buscado un nuevo mecanismo de relación u obtener que
un nuevo sistema político le reconozca sus derechos de participación en la
institucionalidad. 21
La señora SOFÍA CORREA SUTIL, en lo sustancial,
sostuvo:
Que para comprender y evaluar el parlamentarismo
chileno hay que abandonar la periodificación tradicional que lo sitúa a partir de
la Guerra Civil de 1891. Precisó que el único cambio relevante que sucede
después de 1891 transcurre en el ámbito electoral, porque se puso fin a la
violenta y fraudulenta intervención presidencial en las elecciones, de manera
que desde 1891 la composición del Congreso deja de estar determinada por el
Presidente de la República, con lo que se deja atrás un presidencialismo
autoritario caracterizado por la concentración de atribuciones en quien
21
En documento entregado a la Comisión, el señor Huilcamán señala que las reformas constitucionales
han subsanado los "enclaves autoritarios", pero han mantenido la negación de los derechos colectivos de
los Pueblos Indígenas, situación que, en vísperas del Bicentenario, debiera ser corregida, como ya lo han
hecho otros países, entre ellos, Nicaragua, que ha aprobado el Estatuto de Autonomía de los Pueblos
Indígenas; Panamá con la ley panameña sobre Autonomías del Pueblo Kuna; Colombia, con la
representación directa en el Senado; con Venezuela, que en 10 artículos ha reconocido los derechos
tangibles e intangibles a favor de los Pueblos Indígenas, lo mismo que Ecuador. Concluye afirmando que
cualquier régimen político debe compatibilizar el derecho a la libre determinación y el autogobierno de
los Pueblos Indígenas de Chile.
60
gobernaba permanentemente, con facultades extraordinarias, además de las
que le otorgaba la Constitución;
Explicó que el cambio al parlamentarismo se sostuvo
en la convicción que tenían los dirigentes políticos de la época en que la única
manera de materializar el régimen representativo era el parlamentarismo y que
su funcionamiento tenía que ser semejante a las prácticas europeas de la época;
22
En documento entregado a la Comisión, la historiadora Correa Sutil hace una evaluación histórica del
"Parlamentarismo" chileno, con el propósito de descartar la mitificación histórica según la cual Chile
progresa económica y políticamente cuando es gobernado por Presidentes que ejercen su cargo con
autoridad, mitificación cuyo sustento historiográfico está en la visión terriblemente negativa del
"parlamentarismo" que el país tuvo entre la década de 1860 y el golpe de Estado de septiembre de 1924,
en la que, después de referirse a las libertades públicas y al desarrollo económico, político y social que
caracterizan al período, concluye sosteniendo que es hora de tomar distancia de la crítica cerrada a dicho
sistema de gobierno y comenzar a mirar a sus aportes al desarrollo político del país y al equilibrio entre un
Ejecutivo que administraba y un Congreso que representaba el sentir y las demandas de una pluralidad
social extendida a lo largo del país.
61
Consideró que el caso chileno no se ha visto afectado
por situaciones de conflicto, debido a una acertada combinación entre la forma
de gobierno, el sistema de partidos políticos y el sistema electoral, donde se
cumple la función de estimular la formación de grandes coaliciones políticas y
electorales que tienden a inclinarse hacia la moderación, y que, necesariamente,
colaboran en los acuerdos legislativo cuando se trata de proyectos de quórum
especial;
Afirmó que el problema, en general, es que en los
países latinoamericanos, donde Chile no es una excepción, ha primado una
suerte de presidencialismo reforzado a lo que algunos han llamado el
presidencialismo exacerbado, donde el Ejecutivo concentra un enorme poder en
sus relaciones con el Congreso y rehúye sistemas de rendición cuentas
horizontales. Estimó que dichas exacerbaciones se producen por la extensa
iniciativa exclusiva de ley que tiene el Presidente de la República, lo mismo que
en sus atribuciones para gobernar mediante decreto leyes, en el veto de que
dispone para revocar ciertos acuerdo del Congreso en materias de ley, en las
urgencias que puede hacer presente en el despacho parlamentario de la ley,
mandando, prácticamente, unilateralmente, lo que desea en la agenda
legislativa, y en sus atribuciones para declarar los estados de emergencia y en
las escasas facultades de fiscalización y control con que cuenta el Parlamento
respecto de los otros Poderes del Estado;
62
Consideró positivo moderar el poder presidencial
sin cambiar las características centrales del presidencialismo. Estimó importante
restringir el campo de la iniciativa exclusiva, señalando que, por ejemplo, se
podría facultar al Congreso para determinar funciones y atribuciones de los
servicios públicos, así como debiera permitirse que el Congreso califique la
urgencia en la tramitación de la ley, ya sea aceptándola, calificándola o
rechazándola;
Agregó que se debe avanzar en todo lo que se pueda
en la Alta Dirección Pública, ampliando los servicios y agentes públicos
involucrados en el sistema, y también debe promoverse una mayor rendición de
cuentas en el cumplimiento de los objetivos de los programas presupuestarios,
y, muy especialmente en los resultados e impactos logrados con su
implementación. En este sentido, propuso fortalecer la Oficina de Presupuestos
que existe en el Congreso para que evalúe, selectivamente, los resultados y el
impacto de los programas gubernamentales, especialmente de los programas
sociales. Estimó, además, que la evaluación de proyectos podría ser licitada a
privados. De esa manera, el Congreso disminuiría la asimetría existente con el
Ejecutivo en la discusión presupuestaria. 23
El señor ERNESTO ÁGUILA ZAPATA, sostuvo, en
lo esencial:
Que se ha ido consolidando un sistema cada vez más
excluyente que margina de la representación política a los jóvenes no inscritos
en los registros electorales, a los chilenos que viven en el extranjero y a fuerzas
políticas significativas pero que no pertenecen a las dos primeras mayorías.
Precisó que el sistema electoral binominal, además de excluyente, produce una
falta de competitividad entre las opciones políticas, generando una gran
pérdida de atractivo entre las opciones en juego, con parlamentarios electos casi
23
En documento escrito entregado al término de su intervención, la señora Infante Dulcic, precisa que se
critica al presidencialismo por carecer de herramientas para resolver eventuales crisis políticas que
pondrían en jaque la gobernabilidad del sistema y que, en último término, generaría la inestabilidad del
régimen democrático. No obstante, diversos estudios rebaten tal idea, demostrando que las causas de la
mayor fragilidad democrática en los países que han adoptado sistemas presidencialistas no provienen de la
estructura presidencialista como tal sino de características propias de esos países. En un estudio que
abarca 135 países, realizado entre 1950 y 1990, Adam Przeworski estableció que el crecimiento
económico de esos países es una variable que incide en la probabilidad de la sobrevivencia democrática.
Agrega que, a su juicio, la mayor ingobernabilidad que muestran las democracias en los sistemas
presidencialistas proviene de los sistemas de partidos políticos o del sistema electoral, o bien de una
combinación mal lograda de ambos sistemas. Sostiene que en el caso chileno, el sistema presidencial no
se ve afectado por estas situaciones debido a una acertada combinación entre la forma de gobierno y el
sistema electoral, donde éste último cumple la función de estimular la formación de grandes coaliciones
políticas y electorales que tienden a inclinarse hacia la moderación para lograr entendimientos
legislativos.
63
en el mismo momento de su nominación como candidatos y bloqueando el
surgimiento de nuevas opciones políticas y liderazgos;
El señor HUMBERTO NOGUEIRA ALCALÁ, en lo
sustancial, sostuvo:
Acotó que en Chile, en agosto de 1973 se pensó en la
misma solución para el bloqueo institucional, pero, el régimen presidencial no
lo permitía, como tampoco lo permiten los presidencialismos atenuados o
parlamentarizados, como el uruguayo, el argentino y el peruano, en los que el
Presidente de la República sigue siendo Jefe de Estado, de Gobierno y de la
Administración. Agregó que la figura de los Ministros coordinadores no altera
la política presidencial, porque, en definitiva, los Ministros sólo son ejecutores
de la política presidencial;
24
En documento entregado a la Comisión, el señor Águila, además de precisar las afirmaciones que hizo
en su exposición, señala que "el régimen semi-presidencial se aviene mejor con nuestra tradición política
que un régimen plenamente parlamentario, pues mantiene una figura política fuerte -el Presidente de la
República- cuya legitimidad descansa directamente en la soberanía popular, y que permite evitar vaivenes
políticos muy recurrentes como los que suelen darse en los regímenes parlamentarios. Además, de
permitir con ello una mayor continuidad en las políticas de Estado. Sin embargo, continúa, es un sistema
que recoge algunos aspectos positivos de los regímenes parlamentarios, como es separar las figuras de
Jefe de Gobierno y Jefe de Estado, y de introducir los mecanismos necesarios para evitar las rigideces
institucionales propias de las democracias presidencialistas, y así mantener, de manera permanente,
gobiernos de mayoría.
65
Señaló que en ese tipo de gobierno, el Presidente
de la República se elige por mayoría absoluta en un sistema de dos vueltas, en el
que las elecciones parlamentarias se harían no con la primera vuelta sino con la
segunda, lo que facilitaría la conformación de mayorías más o menos
homogéneas;
Agregó que la idea es que el Presidente de la
República pueda designar un Primer Ministro, una especie de jefe de Estado
Mayor Civil de Gobierno, respaldado por una mayoría parlamentaria. Sostuvo
que se trata de un sistema de pedagogía democrática de poder limitado, en el
que ningún actor tiene todo el poder y donde cada uno sabe que tiene una cuota
de poder limitado y controlado, tanto jurídica como políticamente; siempre con
la posibilidad de desbloquear las situaciones de conflicto;
Precisó, que en el modelo planteado, no se pierde la
figura del Presidente de la República, sino que se mantiene, con roles de
moderación del sistema político y con la facultad eventual de disolver la
Cámara de Diputados en un momento determinado, pero sólo una vez durante
el período presidencial, en un intento de formar nuevas mayorías
parlamentarias. Si ello no resulta, al Presidente de la República no le queda más
por el resto del período que el de ser moderador del sistema, permitiendo que
gobierne una mayoría parlamentaria con su líder como Primer Ministro. En tal
caso, el Parlamento jugará dos roles fundamentales: uno, el de colegislador, y, el
otro, el de sustento del Gobierno y de control del mismo, por la vía de las
interpelaciones, de los votos de censura o de los votos de confianza. Así se
genera un Parlamento con un poder político muy superior al actual y, por lo
tanto, un Gobierno controlado permanentemente por la mayoría parlamentaria
y, también, por las minorías parlamentarias, ya que éstas tienen la misma fuerza
que la mayoría para formular interpelaciones, y ante una situación de cambio de
mayoría pueden cambiar el Gobierno. Destacó que este sistema permite que las
mayorías no se comporten demagógicamente;
Señaló que en materias de urgencias hay que volver
al sistema que existía en la Constitución de 1925, donde el Presidente de la
República solicitada la urgencia y la Cámara respectiva la calificaba, según sus
propias prioridades, como simple, suma o de discusión inmediata;
6.- El sistema electoral para Congreso Nacional: elección del Parlamento por sistema proporcional
personalizado;, y
7.- Consideraciones finales sobre el tipo de gobierno semi presidencial.
Respecto de las ventajas del presidencialismo señala que este sistema da estabilidad al Ejecutivo
y concentra la capacidad ejecutiva en un solo órgano unipersonal que goza de amplia independencia del
Parlamento, maximizando la rapidez y la coherencia de las decisiones. Asimismo, en América Latina, el
Presidente se constituye en el padre y guía moral del país; el que, en Chile, ha jugado un rol predominante
en la construcción del Estado, ayudando a mantener la identidad, la continuidad y la integración de la
sociedad.
Agrega que en este sistema el Presidente de la República puede cambiar discrecionalmente la
orientación política de su gobierno, sin que nadie pueda impedírselo o contenerlo; pasando el Parlamento
a jugar un rol debilitado que no permite contrapesar al Gobierno, generándose un régimen de hegemonía
presidencial con rasgos más o menos autoritarios. Así, el sistema presidencialista facilita las conductas de
rigidez y de irresponsabilidad de los actores políticos, no generando un medio adecuado para las
tendencias al compromiso, la negociación y a la responsabilidad. En tales circunstancias, el bloqueo
institucional no tiene solución, salvo la destitución presidencial por acusación constitucional, lo que
requiere configurar las causales jurídico constitucionales y las mayorías calificadas necesarias, difíciles de
alcanzar.
Más adelante, se refiere a los resguardos del presidencialismo latinoamericano respecto del
Presidente de la República, mediante la duración limitada de su mandato, sin reelección inmediata, y la
acusación constitucional en su contra. Más adelante, se refiere a los rasgos fundamentales de los
diferentes tipos de presidencialismos democráticos.
Respecto del "presidencialismo puro" señala que se caracteriza por dar al Presidente de la
República la función de órgano central del régimen político, con un carácter preponderante, el cual tiene
como funciones esenciales el gobierno y la administración del Estado, con facultades colegisladoras e
influencia en la designación de los miembros del Poder Judicial. En este tipo de presidencialismo, los
Ministros de Estado son designados y removidos libremente por el Presidente de la República. El
Congreso es un órgano colegislador, con facultades fiscalizadoras, que pueden llegar por medio de la
acusación constitucional a destituir al Presidente de la República y sus ministros, como es el caso de
Chile.
El segundo tipo, es el del "presidencialismo parlamentario o atenuado", en el que el Parlamento
hace contrapeso al Jefe del Estado, quien debe tener en consideración la composición del Parlamento para
definir las orientaciones de la política gubernamental. El Parlamento está dotado de amplias facultades
fiscalizadoras reales y tiene atribuciones para realizar interpelaciones, remover ministros por los votos de
censura o rechazo de las mociones de confianza. A su vez el Presidente de la República está limitado por
la necesidad de la participación efectiva de los ministros en las decisiones del Ejecutivo. Este sería el
régimen recogido por la Constitución uruguaya de 1967 y el de Costa Rica, de 1949, y de Venezuela, de
1999.
El tercer tipo, es el "presidencialismo atenuado", en el que se encuentran las características del
presidencialismo puro; pero con limitaciones que pueden ser voluntarias o impuestas a la libertad y a la
participación de las fuerzas políticas en el Gobierno del país, como en el caso de Colombia y de México.
Por último, a propósito del régimen semipresidencial, cita a Duverger, señalando que a simple
vista este régimen reúne más de régimen parlamentario que de régimen presidencial. En él, el Ejecutivo
está dividido entre un Jefe de Estado y un Gabinete, que tiene a su cabeza un jefe de gobierno, el que, lo
mismo que el Gabinete, son responsables políticamente frente al Parlamento; es decir, éste puede obligar
al jefe de gobierno a dimitir por un voto de censura, conjuntamente con todos sus ministros. El Ejecutivo
tiene el derecho de disolver el Parlamento, lo que le da una influencia sobre él. Entre los países que tienen
este régimen de gobierno cita Francia, Finlandia, Portugal, a los que se agregan algunos países de Europa
Oriental.
68
siglo XXI, señor Francisco Zúñiga Urbina; el Profesor de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Chile, señor Pablo Ruiz‐Tagle Vial, y el Secretario
Jefe de Comisiones de la Cámara de Diputados, señor Miguel Landeros Perkic.
Aseveró que su país ha vivido en un clima de
inestabilidad muy grave, sobre todo a partir de 1996, cuando asumió el
Presidente Abdalá Bucaram, que fue uno de los que no pudo terminar su
mandato, al igual que los dos siguientes: Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez;
Señaló que se reconocen cinco funciones del Estado,
en lugar de las tres tradicionales, a las funciones Ejecutiva, Legislativa y Judicial
se han añadido la Electoral y la de Participación Ciudadana y Control Social.
Precisó que esta última entidad tendrá funciones muy importantes, que
realizará a través de comisiones integradas por seis miembros: uno por cada
una de las tres funciones tradicionales del Estado y tres representantes de las
organizaciones sociales, que no sólo harán el seguimiento de las acciones del
Gobierno, para prevenir la corrupción y en castigarla, sino también en la
designación de ciertas autoridades, como el procurador del Estado, el Fiscal, el
Contralor, el Defensor del Pueblo, a través de un proceso de mérito, oposición
de antecedentes, controles e incluso de denuncia pública de los candidatos;
Afirmó que el pueblo puede pedir, por una ocasión,
la revocatoria del mandato de cualquier autoridad luego del primer año de
funciones y antes del último año; Eventualmente, podría ser revocada cualquier
autoridad. Asimismo, explicó que al Presidente se le otorga el derecho a
disolver la Asamblea Nacional por una ocasión, pero si la disuelve también
pondrá su cargo a disposición del pueblo en las elecciones que se convocarán a
continuación de esa decisión y por último,
Indicó que después de 18 años, desde el fin de la
dictadura, ellos han tenido que actuar transversalmente como organizaciones
sociales, apoyándose en las universidades, en académicos, sindicalistas, en
70
grupos étnicos y estudiantes, porque el Parlamento y los partidos políticos del
sistema institucional no han hecho modificaciones sustanciales a la Constitución
de 1980;
Dio a conocer que su propuesta apunta a un cambio
de la Constitución Política del Estado y no a una nueva reforma. Opinó que la
actual Constitución ha tenido más reformas que la de 1925 y 1833, y no ha
alterado esencialmente su naturaleza autoritaria y plutocrática. Propuso que el
cambio de la Constitución se haga vía asamblea constituyente, un órgano que
represente genuinamente la voluntad soberana de los ciudadanos;
Recordó que quince días antes del plebiscito de 1980,
en el teatro Caupolicán, el ex presidente Frei Montalva, al oponerse a la
propuesta de Constitución de la Junta Militar, planteó que cuando se llegara a la
democracia una de las primeras acciones debía ser convocar a una Asamblea
Constituyente que generara una nueva Constitución. Añade que el grupo de los
24, encabezado por el jurista Manuel Sanhueza, generó un nuevo texto
constitucional totalmente ignorado a partir del 11 de marzo de 1990. Agregó
que los ex Presidentes Lagos y Frei Ruiz‐Tagle y el pre candidato presidencial
de la Democracia Cristiana, Marcelo Trivelli, han reconocido la necesidad de
una nueva Constitución;
Estimó que la crisis económica actual está poniendo
absolutamente en tela de juicio el modelo económico que sustenta la
Constitución de 1980; modelo que, en aquella década, representaba la voluntad
71
de un sector social minoritario, que está siendo desautorizado por la
Comunidad Europea y por los dos tercios de la humanidad, y
Consideró que las leyes orgánicas también deben ser
revisadas. Alguna de estas leyes son leyes de amarre incompatibles con los
principios del constitucionalismo;
Sostuvo que desde 1990 hasta el día de hoy este
régimen político post‐autoritario ha tenido cambios importantes pero no
suficientes para lograr constituirse, por ejemplo, en una democracia plena. Sigue
manteniendo serias deficiencias producto de la combinación de instituciones
autoritarias y democráticas para lograr ser una democracia plena. Estima que de
26
En documento escrito entregado a la Comisión, el profesor Ruiz-Tagle Vial, precisa sus observaciones
sobre el sistema de Gobierno chileno, tanto a nivel central, regional y local, y las sugerencias que formula
para buscar un nuevo equilibrio entre todos los órganos constitucionales, particular en cuanto a las
atribuciones presidenciales, las que apoya con cuadros que permiten seguir su evolución normativa desde
la Constitución Política de 1833, a la de 1925 y a la actual.
75
no mediar un cambio integral en las estructuras políticas establecidas, la
democracia plena, ya sea en su versión liberal representativa o radical‐social
participativa, no tendrá posibilidad de instalarse en la sociedad chilena;
Afirmó que somos la única sociedad latinoamericana
que en toda su historia política nunca ha tenido la experiencia política y
democrática de ejercer el poder constituyente de forma directa como lo han
hecho, por ejemplo actualmente, la sociedad ecuatoriana, la sociedad boliviana,
la venezolana, entre otras;
Opinó que para que se logre obtener una estructura
política ampliamente democrática habría que convocar a una instancia como la
ya nombrada, es decir, una asamblea constituyente, que sea pluralista,
democrática e incluyente, que sea la expresión efectiva del poder constituyente
de una sociedad. Indicó que ese poder es soberano para hacer y deshacer lo
existente, y no puede estar sujeto a ningún poder constituido ni limitado por los
poderes fácticos ni de veto. El poder constituyente se trata de un poder
subversivo y fundante;
En cuanto al Poder Legislativo, opinó que si bien se
genera democráticamente, por elecciones populares, abiertas, informadas,
plurales, etcétera, siempre ha generado una forma de representación por
delegación y no por mandato que, desde su perspectiva, es mucho más
democrática y establece una relación entre los representados y los
representantes mucho más estrecha y directa. Por mandato, supone que el
representante obedece a lo que los representados quieren o demandan o exigen
o plantean, es decir, se trata de la fórmula de “mandar obedeciendo”. Estimó
77
que, actualmente, los representantes hacen lo que ellos estimen y consideran
conveniente y adecuado, de acuerdo con sus pensamientos, ideas, doctrinas,
ideologías, intereses, etcétera. Consideró que cambiar la forma de
representación, o sea, pasar de la delegación al mandato, sería un cambio
“revolucionario”, lo cual, sin lugar a dudas, llevaría a modificar todas las
estructuras políticas de la sociedad chilena. 27
Que éste no es un debate nuevo, pues antes de la
Comisión homónima de ésta, la de los 90, se gestó en el Grupo de Estudios
Constitucionales, donde hubo una Subcomisión de Régimen Político, la del
Grupo de los 24, presidida por el profesor Jorge Mario Quinzio, en la que se
elaboró un informe vinculado a una opción semi presidencial;
Hizo presente que se ha planteado el tema de la
Asamblea Constituyente con cierto fetichismo, y afirmó que este tema es una
cuestión de procedimiento respecto de cómo se recurre a un mecanismo de
gestación democrática del texto constitucional. Considera que lo gravitante no
es sólo la cuestión relativa al procedimiento, sino al contenido de una
27
En documento escrito entregado a la Comisión, el Dr. Juan Carlos Gómez Leyton, desarrolla las
observaciones antes reseñadas y precisa que, no obstante las diversas modificaciones aprobadas a la
Constitución de 1980, ninguna de ellas ha afectado el capítulo IV, relativo al Gobierno, y señala que el
presidencialismo exacerbado que tiene nuestro país alcanza niveles poco vistos en el mundo, ya que el
Presidente de la República nombra todos los cargos relevantes y es el único impulsor de la agenda
legislativa; además, no permite reacomodos entre las fuerzas políticas, ya que se gobierna con la mayoría
que se obtuvo en la primera vuelta electoral, y cuando el Gobierno está en crisis afecta la figura
presidencial y, por tanto, todo el sistema, e impide el diálogo rápido ante las demandas sociales y
económicas. Las posibilidades de análisis de la Comisión, las considera centradas en las medidas
siguientes:
a) La pertinencia de un Primer Ministro como Jefe de Gobierno, dejando a la Presidencia la Jefatura del
Estado;
b) Revisar el monopolio de las urgencias legislativas y el sistema de las iniciativas o atribuciones
parlamentarias, y
c) Estudiar un sistema de reemplazo de los parlamentarios para compatibilizarlos con cargos en el Poder
Ejecutivo.
78
Constitución Política que, de algún modo, purgue definitivamente con los
defectos de origen que tiene la Constitución tanto autoritaria como capitalista;
Acotó que un cuarto punto que puede ser abordado
es la modificación de los nombramientos de exclusiva confianza del Presidente
de la República;
28
Al término de su exposición el profesor Zúñiga entregó un documento titulado “Modificación del
Régimen Presidencialista”, en el que aporta diversos antecedentes (I) sobre el alcance de las diversas
modificaciones que se han introducido a la Constitución de 1980, a propósito de los cuales afirma que
ellas “no han modificado de un modo profundo el viejo régimen político presidencialista”; de manera que
así las cosas, una de las tareas de futuro consiste en modificar dicho régimen para establecer un tipo de
gobierno que permita un reequilibrio entre los órganos representativos (Presidente de la República y
80
Congreso Nacional), equilibrio que es inexistente e inviable en el marco del régimen presidencialista
exacerbado que rige en la actualidad.
Enseguida, entrega diversas notas acerca del hiperpresidencialismo, que bastan, a su parecer, para
comprender cabalmente que el eje central en que descansa el sistema político, la conducción externa e
interna del Estado, la marcha de la Administración Pública, la función legislativa y la función de los
órganos autónomos, es el Gobierno: el Presidente de la República (II).
A continuación da razones para una modificación del presidencialismo exacerbado (III). Entre
ellas, señala que “la fortaleza institucional del presidencialismo” tiene, como contracara, debilidades que
son evidentes y que, sin los resguardos normativos e institucionales y en situaciones políticas críticas
puede sobrevenir el colapso total del sistema político. Tales debilidades simplemente ponen en evidencia
que la fortaleza institucional del presidencialismo coexiste con una profunda debilidad política que puede
conducir a dos situaciones extremas y que descomponen el régimen político: la emergencia de
presidencialismos autoritarios y populistas o bien el bloqueo de poderes de presidencialismos
minoritarios. También de la mano de la debilidad política del presidencialismo viene la irresponsabilidad
de los partidos políticos y liderazgos, al no tener responsabilidad alguna en la conformación del Gobierno,
precisamente por no haber lazos de cooperación Parlamento-Gobierno. La simultaneidad de elecciones
políticas (presidenciales y parlamentarias), por períodos comunes, y con fórmula electoral mayoritaria-
balotage, no evitan el presidencialismo minoritario. Concluye esta parte de sus reflexiones, señalando que
“la personalización del poder, la pérdida de legitimidad subjetiva, son motivos suficientes para revisar y
analizar opciones a una posible cambio –total o parcial- del régimen presidencialista chileno.”.
Finalmente, plantea las tres opciones para una modificación del régimen presidencialista chileno:
a) Primera: una democratización del presidencialismo o presidencialismo “temperado”, en el que,
en lo sustancial, se atenúa la concentración exacerbada de potestades de los presidencialismo puros,
mediante el establecimiento de un Consejo de Gobierno o Consejo de Ministros, o la creación de la figura
del Jefe de Gabinete, una especie de Primer Ministro que asume la responsabilidad de la conducción del
gobierno. Así, se produce una especie de distribución “intra órgano”, dentro del Poder Ejecutivo, de las
potestades que acumula el Presidente de la República;
b) Segunda: un régimen semi presidencial: cuya característica esencial es que distribuye las
potestades propias del Poder ejecutivo en dos ejes distintos: el Presidente de la República, Jefe de Estado,
elegidos por votación directa, sufragio universal y mandato rígido, y el Primer Ministro, que se elige a
partir de la mayoría parlamentaria, y
c) Tercera: un régimen parlamentario racionalizado, la opción más radical, en contraste con
nuestra historia constitucional, en el que el reparto competencial favorece al Congreso Nacional o
Parlamento. El “estatuto del poder”, tiene como eje al Parlamento y el Gobierno tiene una relación
fiduciaria con el Parlamento (la Cámara Baja usualmente), ya que, se forma y depende a partir de las
mayorías parlamentarias y, en caso de conflicto de poderes, prevalece el Parlamento, en cuanto órgano
representativo del pueblo.
Termina planteando las “Implicancias prácticas de las opciones de reforma al régimen
presidencialista en Chile (V), y enumera, aunque no taxativamente, las materias a discutir, según sea la
opción:
En el presidencialismo “atenuado”:
a) la creación de un Consejo de Ministros;
b) la racionalización del “derecho de iniciativa exclusiva” del Presidente de la República;
c) conferir atribuciones legislativas restringidas a los Ministros de Estado;
d) modificación de los nombramientos de exclusiva confianza del Presidente de la República;
e) reestructurar el gobierno del Poder Judicial;
f) redefinir el rol de las Autonomías Constitucionales, y
g) profundización del proceso de “regionalización”.
El régimen semipresidencial:
a) separación de la Jefatura del Estado y de la Jefatura del Gobierno;
b) rediseño de la función de jefatura del Estado y de Gobierno;
c) atribuciones del Jefe de Gobierno;
d) establecimiento de un nuevo sistema de elecciones;
e) establecimiento de atribuciones al Presidente de la República para arbitrar conflictos entre
Gobierno y Congreso Nacional, y
f) modificación de atribuciones del Congreso Nacional.
Por último, sostiene que en cualquiera de las opciones que se adopten debe atenderse
dos cuestiones capitales: responsabilidad política de los Ministros de Estado y Consejo de
Ministros (incluido el Presidente o Jefe de Gobierno), y responsabilidad política indirecta de los
81
El señor MIGUEL LANDEROS PERKIC, en lo
sustancial sostuvo:
Agregó que esto ha provocado que cada una de la
Cámaras manda en un territorio más grande, excepto en dos regiones, la de
Magallanes y la de Aysén, donde el distrito electoral del diputado es similar a la
circunscripción del senador. Sostiene, entonces, que hemos tenido una suerte
de integrantes de cada una de las ramas del Congreso Nacional que obedecen al
mismo principio de representación. En consecuencia, opina que hoy el Senado
está influyendo mucho sobre la Cámara de Diputados respecto de una serie de
decisiones que deberían ser autónomas de la Corporación;
Recordó que en el inicio de la Constitución de 1925
los Diputados y Senadores no tenían las limitaciones que hoy tienen en materia
de la iniciativa legislativa. Lo que sucedió fue que durante el gobierno del
Presidente Eduardo Frei Montalva se aprobó una reforma que limitó iniciativas
en materia de gastos, entre otras;
partidos del sistema político ante la ciudadanía en orden a formar coaliciones estables que le den
sostén al Gobierno.
82
Manifestó que un tercer punto corresponde a las
facultades que se han perdido de la Constitución de 1925‐ De éstas, dos le
parecen gravitantes: una de ellas es que el Congreso Nacional aprobaba la
cuenta de la inversión de los recursos, es decir, que el Ejecutivo ejecuta el
presupuesto y el Congreso Nacional, en ejercicio posterior, aprueba si hubo
buena o mala inversión de los fondos que el Ejecutivo tuvo a disposición en la
Ley de Presupuestos. La segunda facultad que se perdió es la calificación de las
urgencias, que es un tema, en realidad, bastante menor. Hoy la urgencia tiene
muy poca importancia, porque el Ejecutivo ha abusado de la incorporación de
las urgencias y ello ha provocado que en una tabla legislativa haya cuatro o
cinco proyectos con suma urgencia;
Recordó que fue el propio Congreso Nacional quien,
en la reforma constitucional de 2005, no quiso modificar el régimen de las
urgencias, de modo que fueran las Cámaras las que calificaran. El único plazo es
el de treinta días establecido en la Constitución., y el desarrollo de las urgencias
lo hace, básicamente, la ley Orgánica Constitucional, en cuanto a los plazos.
Señaló que viene una modificación muy tímida en la Ley Orgánica, que lo que
hace es básicamente aumentar un par de días los plazos de la discusión
inmediata y de la suma urgencia;
Opinó que un tema adicional es la asimetría que las
Cámaras están adquiriendo en el proceso legislativo. Acotó que éste es un
aspecto que tiene dos elementos. El primero es que tenemos una Constitución
que está hecha para gobernar con una sola Cámara. Siempre se dice que una de
las facultades que tenía el Congreso Nacional en el sistema parlamentario era
obstruir la tarea del Ejecutivo. Pero en el caso nuestro es al revés, pues el
Presidente de la República, teniendo la mayoría en una de las Cámaras,
perfectamente puede evitar aquello que no le guste y que haya sancionado el
Congreso Nacional;
Sostuvo que en el caso chileno el Presidente de la
República tiene la llave de entrada, cual es la iniciativa exclusiva, y la cerradura
de salida, que es el veto, tema que debiera ser modificado en uno u otro sentido;
Estimó que se han entregado al Senado una serie de
atribuciones de nombramientos, que le parecen bien, pero que a cambio debiera
restársele facultades legislativas o restringirle aquellas que está ejerciendo de
facto y que dicen relación con la más sensible de las que competen a la Cámara:
fiscalizar los actos del Gobierno;
Señaló que esto no es nuevo en el sistema político
chileno, pues ya había sucedido en los años 50 y 60, pero no con reclamos de la
Cámara, sino del Ejecutivo. La última observación la hizo la Cámara a través de
su entonces Presidente Diputado señor Juan Bustos, quien envió una larga nota
a su homólogo del Senado;
Hizo presente que las modificaciones introducidas a
la Constitución Política en 2005 establecieron algunos elementos nuevos: el
primero, es la obligatoriedad de los ministros de asistir a las sesiones de la
Cámara de Diputados y del Senado que sean acordadas por ambas. El segundo,
es la interpelación de la Cámara de Diputados, a través de preguntas que se les
formulen a los Secretarios de Estado y, el tercero tiene que ver con una situación
que está ocurriendo de facto, cual es el que cada día se hace más necesaria la
presencia de los ministros de Estado en la Sala de sesiones de la Cámara y del
Senado para aprobar las iniciativas legislativas;
Sostuvo que hay que ver cómo van a evolucionar las
acusaciones constitucionales en el evento de que la mayoría parlamentaria no
sea del mismo signo del Gobierno, lo que hoy ya está sucediendo. Indicó que en
el modelo vigente en la Constitución Política, dichas acusaciones dejan a los
Ministros de Estado a merced del Congreso Nacional. Por lo tanto, piensa que el
raciocinio de que la acusación constitucional es un proceso jurídico‐político no
es efectivo o es muy relativo;
Agregó que lo único jurídico de la causal que se
invoca, porque no requiere probarse, es que el sujeto de la acusación haya
faltado a alguno de los elementos que establece la Constitución Política como
constitutivo de la falta, sea incurrir en un delito o en algo absolutamente poco
determinado, como faltar a la Constitución y a las leyes;
Expresó que en los últimos casos se ha visto que ello
ni siquiera ha ocurrido por un hecho propio de algún Ministro de Estado, sino
por la gestión de su Ministerio, de manera que mañana podría cambiar el signo
del Gobierno y si no hay solución real ante un problema planteado, como, por
ejemplo, el caso de las subvenciones escolares, el Ministro de un determinado
signo de Gobierno podría perder su cargo por esa misma causal si en el
Congreso Nacional hubiera una mayoría distinta a la que gobierna, con la
agravante de que no sólo pierde su cargo, sino que, además, queda
imposibilitado para ejercer derechos políticos durante cinco años.
.
85
La undécima audiencia, celebrada el 3 de
noviembre de 2008, contó con la participación del Director de Programas
Legislativos del Instituto Libertad y Desarrollo, señor Sebastián Soto Velasco, y
el Sociólogo y Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Chile, señor Manuel Antonio Garretón Merino.
Criticó el uso, con fines electorales, de las urgencias,
como en le caso de los proyectos de ley sobre subcontratación y pueblos
indígenas. Señala que eso se evita aumentando los plazos de las urgencias en los
períodos pre‐eleccionarios;
En lo que se refiere a iniciativa exclusiva, afirma que
Frei Montalva y muchos Presidentes previos al 73, promovían la limitación a la
iniciativa, porque se valoraba que una sola mano dirigiera la política económica.
Citó la teoría que trata la política como un mercado, en la cual los políticos
transan regulaciones a cambio de votos y donaciones, una forma de mirar que
no es particularmente peyorativa, dado que en Estados Unidos es algo
extendido esta forma de ver el tema, en la busca de la captura del legislador.
Para evitar que los grupos de interés tengan mayores beneficios por el cambio
de bienes, la iniciativa exclusiva evita esa captura;
Citó a José Pablo Arellano (2006) en cuanto a que la
iniciativa exclusiva es el principal factor que explica el éxito fiscal del Presidente
de la República. Además, cree que evita la captura y coincide que la iniciativa
del Presidente es muy amplia; no obstante advierte que nadie se pone de
acuerdo en cuáles materias hay que efectuar una restricción;
En el tema de la tramitación de la ley de
presupuestos, sostuvo que la aprobación de la misma permite la fiscalización.
Cita al profesor de la Universidad de Salamanca, señor Manuel Alcántara, quien
87
tiene un análisis de cómo sirve esta ley para facilitar la fiscalización,
concluyendo que Chile está bastante abajo en este análisis y cree que la
Comisión Mixta de Presupuestos tiene pocas capacidades para controlar,
porque no tiene medios para chequear los datos que le dan;
Estimó que es humanamente imposible representar y
fiscalizar al mismo tiempo; por ello piensa que se requiere apoyo legislativo a
través de staffers de confianza, con un mecanismo para evitar la contratación de
activistas. Hace presente que hay dos propuestas para Chile, una de ella de la
Comisión Blanco y otra más reciente de Salvador Valdés, sobre formas de
elaborar un sistema de asesoría legislativa eficiente. Asevera que cualquier
reforma del sistema será inútil si no se fortalece la labor de asesoría de los
legisladores;
Cree que los proyectos de ley se demoran mucho en
su tramitación, en todos los congresos, porque normalmente faltan los acuerdos
necesarios. En cuanto a la duración del período presidencial, cree que si éste se
modificó el año 2005, es necesario darle una oportunidad, por lo menos de una
década, para ver como función, y por último.
Sostuvo que un tema central es el sistema binominal
o las ineficiencias de las comisiones investigadoras, cuya eficiencia pasa por
tratar de imponer lo puntos de vista de las conclusiones, y que para lo cual no se
requiere que sean vinculantes las mismas.
88
Aseveró que Chile es el único país del mundo que no
ha tenido un momento en que su población defina un proyecto de país. Sí
reconoce que existió inmediatamente después de la independencia. Por ello cree
que cualquier cambio será de parche mientras no haya una discusión global del
sistema de Gobierno. Aclaró que no defiende el sistema de una asamblea
constituyente, y no se pronuncia sobre los mecanismos. Recuerda que en Brasil
se discutió todo, si había o no monarquía, lo cual dio legitimidad a la decisión
tomada;
En cuanto a la descentralización, hizo ver que es un
tema relacionado, donde las alternativas son federalismo o Estado unitario, así
como parlamentarismo y presidencialismo. No tiene conocimiento de regímenes
presidenciales exitosos con sistemas unitarios. Señaló que en Estados Unidos el
sistema Federal da el contrapeso al sistema presidencial. Opina que el sistema
presidencial derivará en presidencialismo si no tiene un sistema federal. Dice
que es una relación que hay que tener presente para buscar descentralización en
un sistema presidencial. Así, si optamos por un estado unitario cree que hay que
buscar ir más allá del presidencialismo. Cree que en Chile se optará por Estado
89
unitario, caso en el cual estima que es inevitable pensar que el Congreso no es
sólo el lugar donde se hacen las leyes, es el lugar por esencia de la democracia,
del debate político y del debate ciudadano. El problema es que podemos
mejorar las relaciones entre los poderes pero no le estamos dando la función al
Congreso, de ser el lugar del debate de que es lo que quiere ser el país a partir
de un marco constitucional aprobado. Opinó que tanto no es así en el sistema
actual, que la chilena fue de las pocas transiciones democráticas que hizo una
reforma tributaria y llevó a que el Congreso la votara obligatoriamente;
Señaló que en Sudáfrica la Comisión que vio el tema
de las violaciones de los derechos humanos rendía cuenta al Parlamento. En
cambio las veces que ha habido un conflicto importante en este país se genera
una comisión al margen del Parlamento que prácticamente obliga a los
parlamentarios a votar por lo que se llama democracia de consenso, que a su
juicio no lo es, porque el consenso consiste en un acuerdo en lo fundamental y
no en pequeños proyectos. Sostuvo que un acuerdo sobre la Constitución no ha
sido objeto de debate, como tampoco el tema de los derechos humanos y la
administración del Estado. Sostuvo que lo fundamental es que el Parlamento
sea el lugar para ello, para lo cual hay que cambiar la relación con el Ejecutivo, y
sabiendo que acá no habrá régimen parlamentario hay que pensar en un
régimen presidencial corregido o semi parlamentario. Por ello piensa en la
figura del primer ministro, que tiene la ventaja que es un reflejo más inmediato
de la voluntad popular y actúa como fusible;
También señaló que hay que institucionalizar a nivel
del Parlamento los consejos nacionales, que no deben ser elegidos a dedo, que
tiene que tener por lo menos un elemento vinculante con el Parlamento y el
tercer punto es la descentralización, que tiene que discutirse el régimen de
gobiernos regionales, y una figura de Intendente y Gobernador semi elegido por
el presidente y por el Parlamento;
Con tal propósito, propone, además:
a) Mantener el sistema bicameral, pero revisando los
distritos y circunscripciones existentes y reforzando las atribuciones del Senado,
disponiendo, por ejemplo, que a ésta Cámara le correspondería aprobar la
designación de los embajadores;
29
En documento escrito entregado al conocimiento de la Comisión, el señor Garretón Merino señala “que
el problema que más afecta en estos momentos no es cuál es el régimen que estima el ideal o más factible
para Chile, sino el tener un régimen político auténticamente democrático, que sea adoptado por el pueblo
chileno mediante una manifestación de voluntad transparente, democrática, libre y de amplio apoyo
popular”. Más adelante agrega: que no quiere contaminar su calidad de integrante del Comité de iniciativa
por una Asamblea Constituyente con “mi propio proyecto de régimen político en el futuro. Esto será
discutido –y espero estar allí para plantear mi posición- en la Asamblea Constituyente a la que
aspiramos”. En seguida, se refiere a los hechos sobre los cuales no cabe duda que en Chile están
plenamente presentes:
a) El origen, texto y contexto de la Constitución no son legítimos, fueron siempre cuestionados por todos
los sectores democráticos;
b) La Constitución no contempla un mecanismo –plebiscito u otros- de consulta a la ciudadanía;
c) Toda reforma constitucional en materias esenciales requiere de dos tercios de los votos parlamentarios,
lo que exige la voluntad de los partidos formados por quienes integraron la dictadura 1973-1990, y
d) Esos partidos han manifestado reiteradamente no estar disponibles para cualquier modificación sobre
los aspectos esenciales de la Carta de 1990.”.
91
d) Reforzar las capacidades del Congreso para
asegurar la calidad técnica de nuestras leyes. Para ello considera conveniente
incorporar más y mejores profesionales que asesoren al Parlamento en la
elaboración de los proyectos de ley, y estén capacitados para evaluar políticas
públicas vinculadas a iniciativas legislativas y experiencias de fiscalización;
2ª) Asegurar más transparencia y una política activa
que promueva la iniciativa popular y la participación e iniciativa ciudadana en
el proceso legislativo, para lograr un mayor equilibrio entre los principios de la
democracia representativa y la participación ciudadana. Para ello, propone
derogar el artículo 23 de la Constitución, en el que responde, a su juicio, a una
concepción corporativista y conservadora arcaica, porque separa la política, de
la actividad gremial y de las organizaciones sociales.
b) Ampliar los derechos y la cooperación ciudadana
en el proceso legislativo. Para ello, admite la intervención más activa del pueblo
en las Comisiones Parlamentarias que tramitan un proyecto de ley, lo que
supone que debe asegurarse el acceso ciudadano a las formas de fiscalización
parlamentaria.
b) Elección de Asamblea Regional, órgano colegiado
elegido en votación directa con un sistema proporcional semejante al de los
Concejales comunales y de acuerdo a la población y al número de provincias o
comunas de cada región. El Intendente, siendo funcionario de la exclusiva
confianza del Presidente de la República, quedaría sujeto a una forma de
revocación popular que podría obligar al Presidente de la República que lo
designa a destituirlo si luego de reunido un número de ciudadanos de la Región
se pide un plebiscito y en él triunfa la opción favorable a la revocación del
cargo.
9ª) Terminar el bloqueo legislativo de las minorías y
las leyes orgánicas, lo que significaría restablecer el principio de la mayoría a
nivel legislativo, terminando con el sistema de quórum legislativos que iguala la
mayoría con la minoría en su poder. Además se revisaría el contenido y
94
expansión de las más de 20 leyes orgánicas constitucionales, como se ha hecho
con la LOCE, por cuanto son precisamente las materias de estas leyes las que
requieren una revisión acuciosa por el Congreso Nacional para impregnarlas de
manera decisiva de los principios democráticos, republicanos y modernos
propios del sistema político chileno que el país requiere en este momento de su
historia.
30
El ex Presidente de la República y actual Senador, señor Eduardo Frei Ruiz-Tagle entregó a la
Comisión un documento titulado “La Constitución del Bicentenario”, que ha servido de base a esta reseña;
sin perjuicio de quedar a disposición de los señores Diputados en la Secretaría de la Comisión.
95
Recordó haber participado en la elaboración de la
Constitución de 1980, donde, por primera vez, se contempla una serie de
obligaciones del Estado, tales como la de cuidar el patrimonio ambiental, lo que
demuestra, a su juicio, el concepto moderno de Estado que ella consagró, en una
época en que no hablaba de la protección del medio ambiente. Lo mismo
ocurrió con las atribuciones que se le reconocieron a los tribunales en materia de
derechos de las personas, incorporando los derechos de tercera generación y el
recurso de protección;
Aseveró ser partidario de la inscripción automática y
el voto voluntario, ya que ello facilita el voto. Además, sostuvo que se debe
perfeccionar la ley de partidos políticos para darle más democracia interna, y
más participación a los jóvenes, comprendido un poder decisorio respecto a las
candidaturas parlamentarias. Añadió que los partidos deberían tener
contralorías políticas para que adquieran seriedad;
31
Al término de su exposición, el señor Carlos Hunneus Madge entregó a la Comisión su exposición
escrita, cuyo contenido se pasa a reseñar, y un documento titulado “La opinión pública ante el Sistema
Político en Chile. Barómetro CERC. 1986-2008”.
Su exposición escrita la divide en los 5 temas siguientes:
1) Necesidad de una Constitución de consenso. Postula una nueva Carta Fundamental, que
sustituya la actual, surgida de conflictos y divisiones vividas por el país, por lo que buscó constituir una
“democracia protegida y autoritaria”. La Constitución debe estar por encima de las divisiones entre
sectores del país y ser una institución que una a los chilenos, como es la de Alemania, de 1949, o la
España, de 1978. Sostiene que la Constitución de 1980 no interpreta a los chilenos, lo que prueba con una
encuesta del 2006, en la sólo un 21% respondió que en ella han prevalecido las ideas de todos los
chilenos. Por lo señalado, dice respaldar plenamente la sólida propuesta del Senador Frei Ruiz-Tagle.
2) Una Constitución basada en la confianza y no en la desconfianza. Ella debe basarse en bienes
que favorezcan el desarrollo político y no que lo perjudiquen. La de 1980, preparada para un sector del
país, se basa en la desconfianza, expresada en normas que limitan la acción parlamentaria, como las leyes
orgánicas, entregándole un poder de veto a la minoría en la reforma de las instituciones. Afirma que hay
que combatir la desconfianza, no mantenerla o asumirla como un hecho inevitable, y que la Constitución
debe dar ejemplos de esa voluntad. Tarea que deben asumir los políticos; no obstante que son los
personajes que generan el menor grado de confianza en la sociedad, con un 13%.
3) Debate sobre el sistema político entre dos opciones excluyentes: el presidencialismo o el
parlamentarismo, es una falsa opción. Hay distintos parlamentarismos –el alemán, con Presidente elegido
en forma indirecta, con un poderoso Canciller que sólo puede ser derribado con un voto de censura
constructivo, distinto del británico; y hay distintos tipos de presidencialismos, con Presidentes fuertes y
débiles. Hay una tendencia generalizada hacia una cierta presidencialización de su política, incluso en los
parlamentarismos y viceversa, sin que en ninguna de las dos formas de gobierno se esté planteando su
reemplazo.
A los partidarios de establecer un Primer Ministro o Jefe de Gobierno le sugiere analizar las
experiencias de Perú y Argentina, que demuestran cuán difícil es para éste tener un poder decisorio
propio, cuando tiene un Presidente elegido por el pueblo. El presidencialismo no cambia su manera de
97
Afirmó ser partidario de que Chile tenga una
Constitución de consenso y opina que la actual no lo es, según lo revelan las
encuestas;
funcionar con la existencia del Presidente del Consejo de Ministros y el Jefe de Gabinete en Perú y
Argentina, respectivamente, y tampoco produce mayor eficacia en la gestión de los gobiernos.
4) Reemplazo del sistema electoral binominal por uno proporcional corregido para evitar la
proliferación de los partidos, pero sin barreras que impidan el surgimiento de nuevos partidos. Afirma que
el binominal es un caso único en el mundo, establecido con fines político-electorales de quienes apoyaban
al régimen militar; sistema hoy defendido no sólo por la derecha sino también por personeros de la
Concertación, por estimar que su eliminación dañaría la gobernabilidad de la democracia.
Estima que los efectos negativos del binominalismo son:
a) contradice un elemento fundamental del sistema electoral: la competencia, porque impide a
los partidos hacerlo en forma directa e individual, por el alto umbral impuesto para obtener un escaño:
33,4%;
b) el esfuerzo por obtener el escaño se pone en derrotar al candidato del Partido amigo y no en
derrotar al adversario. Es la antítesis del sistema mayoritario, en que la competencia es contra todos los
candidatos y sale elegido el que tiene la primera mayoría.
c) los partidos evitan los perjuicios suspendiendo la competencia, designando a parlamentarios de
una manera que daña la soberanía popular. Como no hay una genuina competencia, en muchos distritos
los ciudadanos tienen bajo interés por votar porque está definido de antemano el resultado de la elección,
e, incluso, el elector puede encontrarse sin un postulante de su partido, y
d) la competencia restringida favorece a los candidatos incumbentes y castiga a los nuevos
postulantes. En las elecciones del 2001, el 80% de los Diputados fue a la reelección, y en las del 2005, el
79%. De ellos, el 81% resultó electo en ambas elecciones. Esto impide la renovación de los
parlamentarios y explica el lento aumento de mujeres en el Congreso.
5) Inscripción automática y voto obligatorio. Partidario de esta opción. Sostiene que es una
irritante desigualdad que exista la inscripción automática para el servicio militar y los jóvenes no la tengan
para ser ciudadanos. Los argumentos en su contra se basan, nuevamente, en la cultura de la desconfianza.
Chile tiene un grave problema de representación, con los jóvenes que no se inscriben y la ciudadanía es
crítica de los políticos. Chile requiere estímulos para incrementar la participación política y no para
debilitarla. Sin elecciones no hay democracia, y la participación de los jóvenes la fortalece.
98
Afirmó no ser contrario a la figura del Primer
Ministro, recomendando, al respecto, revisar la práctica latinoamericana en Perú
y Argentina. Agregó que en Francia no hay semipresidencialismo, porque frente
a un Presidente de la República elegido por el pueblo, el Primer Ministro tiene
un margen de maniobrabilidad autónoma muy reducido, a menos que el
Presidente se lo permita;
Agregó que el sistema actual aumenta la importancia
del dinero en la política, porque habiendo apatía se requiere mayor cantidad de
recursos para motivar a los electores, con lo cual se favorece una nueva
desigualdad respecto al candidato sin acceso a estos recursos. Informó que
encuestas realizadas por el CERC apuntan a que los no inscritos tienen menos
interés en la política y opinó que el voto obligatorio no alteraría la distribución
de poder y mejoraría la calidad de la democracia;
Estimó que el problema del presidencialismo es que
el Ejecutivo gobierna sin los partidos políticos, y sostuvo ser partidario de los
Parlamentarios Ministros;
Afirmó que el período presidencial de cuatro años es
muy breve y que lleva al activismo político; por ello, cree que debe admitirse la
reelección, porque el sistema no debe basarse en que la reelección puede dar
lugar a abusos de poder.
99
Destacó el sistema electoral de doble entrada, con un
sistema de representación minoritario uninominal de lista nacional que permite
el ingreso al Parlamento de personas que se requieren en la vida parlamentaria
y que no entran en las listas que los partidos políticos estructuran. A ello se
sumaría el sistema de representación territorial, por distrito, como el sistema
que se busca en Canadá. Agregó que en las listas nacionales pueden ir
dirigentes gremiales, estudiantiles o científicos que no necesariamente caen en
la lógica de la representación territorial;
En cuanto a los Consejos Regionales (CORE), estimó
que el Intendente debiera ser elegido en votación popular, como ocurre en
muchos países con los Gobernadores. Sostiene que cada Región debe tener su
identidad. No visualiza un Intendente nombrado por el Presidente de la
República y un CORE elegido, que tendría más legitimidad que el Intendente.
No obstante, estima que deberían tomarse medidas para que el CORE no se
transformara en la plataforma para llegar al Congreso;
Le pareció relevante que exista una Cámara política,
sin terminar con el Senado, redefiniendo su rol porque un Senado fuerte sólo se
da en el caso de los Estados Unidos.
c) Reformar el actual sistema, manteniendo la figura
del Presidente de la República en el marco de un tipo de gobierno
semipresidencial, manteniendo la figura de la figura del Presidente de la
República con la inclusión de un Jefe de Gobierno con mayoría para la materia.
Empero, con el propósito de avanzar hacia una línea
definida de cambios, se optó en definitiva por someter a votación los tres
criterios señalados precedentemente.
Piensa que si bien el debate es legítimo, se da muy
presionado por otras cuestiones ajenas a la idea central de un cambio de
gobierno, porque en la práctica el sistema existente muestra demasiadas
falencias y existen dudas si podrá responder frente crisis políticas futuras.
102
Plantea que a su entender la Constitución vigente
tiene problemas severos que no aseguran el establecimiento de un régimen
estable y eficaz, pero al mismo tiempo los cambios no necesariamente implican
darle más poder al Parlamento, sino analizar el conjunto de elementos que
conforman el sistema institucional chileno y que conlleva a tener un sistema de
partidos políticos fuertes y democráticos, con financiamiento público y
controles adecuados, como ocurre en las democracias más desarrolladas.
Opina que existe un decálogo democrático que hace
que para que una sociedad pueda ser considerada como tal no sólo exista una
estructura de poder institucional adecuada, sino también una pluralidad de
fuentes de información, que se evite la concentración de la propiedad y
particularmente de los medios de comunicación, la carencia de poderes fácticos
que realzan lobbys extensos en todo el espectro político, y evitar que grupos
sociales enquistados en tales medios se dediquen constantemente a denostar la
política con una clara intensión de desestabilizar el sistema democrático para
evitar el control y la regulación.
Cree que en todo este conjunto de ideas y situaciones
el sistema de gobierno que se elija no es la cuestión más relevante, porque
existen otros aspectos, como la determinación si debe o no existir un sistema
unicameral, que juegan un rol tanto o más relevante en la construcción de la
sociedad pluralista, participativa y democrática que quiere para nuestro país.
Dice ser partidario de consultar a la ciudadanía cuál
es el sistema de gobierno que necesita el país antes de entrar a determinarlo
ellos mismos. Precisa que este tema hoy tiene un valor inusitado y le llama la
atención que no sea un tema prioritario en la discusión política, incluso de los
actuales candidatos a la Presidencia.
104
El Diputado Enríquez‐Ominami sostuvo que el
trabajo de la Comisión está bastante acotado al tema específico del sistema de
gobierno, aunque el título de la Comisión de refiera a una cuestión más amplia
y que apunta a cuestiones más de fondo en la forma en que se organiza la
sociedad chilena y a las desigualdades que son fácilmente constatables.
Señaló ser partidario de un sistema semipresidencial
al estilo del modelo francés que reconozca la pluralidad y multipartidismo de la
sociedad chilena mediante el establecimiento de un sistema electoral
proporcionar.
Reconoce que la actual Carta Constitucional tiene un
origen no democrático, cuestión nada novedosa en la historia chilena, pero que
siendo realista es poco plausible que sea cambiada brutalmente para dar paso a
un gobierno parlamentario, muy desprestigiado en nuestra historia política. En
ese escenario, desde el punto de vista de la forma de gobierno, parece más
razonable explorar la posibilidad de introducir enmiendas que apunte a un
sistema semipresidencial.
Votación del Régimen de Gobierno que se estima más adecuado.
a) Establecer la compatibilidad de los cargos parlamentarios con los Ministros
de Estado;
b) Reforzar la figura de Ministro Coordinador del Gabinete;
c) Modificar el sistema electoral;
d) Modificar estatuto de los partidos políticos;
e) Establecer la elección de Intendentes y de Consejeros Regionales.
f) Reforzar el Servicio Civil o alta Dirección Pública;
g) Reforzar las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados y la asesoría
parlamentaria;
h) Incorporar la Iniciativa popular y perfeccionar el procedimiento legislativo;
106
i) Determinar la composición del Congreso entre unicameral o bicameral.
j) Fijar la duración del período presidencial y posibilidad de reelección;
k) Regular la existencia de un Consejo General del Poder Judicial para que
asuma el gobierno de dicho Poder.
*** * ***
ANÁLISIS PORMENORIZADO DE CADA UNA DE LAS PROPUESTAS Y
SÍNTESIS DE LAS OPINIONES DE LOS MIEMBROS DE LA COMISIÓN.
A) COMPATIBILIDAD DE LOS CARGOS PARLAMENTARIOS CON LOS
DE MINISTROS DE ESTADO.
El Diputado señor Enríquez‐Ominami estimó que tal
posibilidad puede ser positiva, en el sentido de que permitirá que personas con
un perfil más técnico y de alto nivel, no interesados en la política tradicional, se
interesen en ser parlamentarios. Además, estima que hará que se reduzcan los
niveles de demagogia y se actúe con mayor responsabilidad y se termine con
una pugna entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo, que da una suma cero. En
todo caso, advierte que habrá que tener cuidado con los incentivos perversos, en
el sentido de que el Ejecutivo pueda capturar a figuras conflictivas ofreciéndole
cargos de Ministros de Estado.
El Diputado señor Sule opinó que no sería lógico que
el Gobierno nombrara como Ministro a un parlamentario de oposición. Estimó
que lo pertinente es que el parlamentario conserve su cargo en el evento de ser
designado Ministro de Estado, porque se trata de un cargo de confianza
exclusiva, lo cual supone el riesgo de perder el puesto en poco tiempo.
La Carta Fundamental establece en el inciso final del
artículo 33 la posibilidad de que el Presidente de la República pueda
encomendar a uno a más Ministros la coordinación de la labor que corresponde
a los Secretarios de Estado y las Relaciones del Gobierno con el Congreso
Nacional.
109
El Diputado señor Sule planteó en este punto,
derechamente la creación del Cargo Primer Ministro, el establecimiento de un
voto de confianza constructivo y la disolución de la Cámara política por una
vez. Precisó que habría que analizar más en detalle el modo en que esto podría
concretarse. Pero, a simple vista, este elemento es el más importante para
avanzar hacia el semipresidencialismo.
Para el citado parlamentario, la incorporación de una
figura de Jefe Gobierno, garantiza la cohesión entre el Presidente de la
República y la mayoría legislativa, ya sea de un partido o de una coalición de
partidos; garantiza una estrecha cooperación entre el Ejecutivo y el Legislativo,
un mayor control del Poder Legislativo sobre el Poder Ejecutivo; y, en el
extremo, es decir, ante la pérdida del soporte social y político del Presidente y
su partido, faculta al Congreso a buscar una mayoría estable ajena al Presidente,
que pueda desarrollar una alternativa del gobierno dentro del mismo periodo
presidencial y que implica, por cierto, el relevo del Jefe del Gobierno afín al
Presidente, para nombrar a un Jefe de Gobierno que articule a la nueva mayoría
parlamentaria.
En cuanto al voto de confianza constructivo, precisó
que es el mejor mecanismo, si se quiere introducir el elemento parlamentario, en
orden a que el Primer Ministro tenga que contar con la confianza del Poder
Legislativo. Se basa en que sólo se puede cambiar al Primer Ministro, por una
vez, en la mayoría de los sistemas, si se tiene claro antes quién será su sucesor.
A su juicio, esto sería un incentivo a ser más prudente, puesto que es fácil votar
a un Jefe de Gobierno, pero muy difícil ponerse de acuerdo respecto a quién lo
reemplaza.
Para el Diputado señor Chahuán, la idea de que se
lleve a la práctica la figura del Ministro Coordinador le parece correcta, pero,
considera que debe estar dotado de facultades y herramientas para que,
efectivamente, pueda cumplir esa función. Estima que para que esto funcione es
necesario fortalecer a este Ministro Coordinador, y puede ser una transición o
paso previo a una reforma que implique la creación del cargo de Primer
Ministro.
113
El Diputado señor Enríquez‐Ominami señaló
tener una opinión coincidente en orden a que la solución de fondo es la creación
del cargo de Primer Ministro, con un mandato a largo plazo que pueda efectuar
más cambios que un Gobierno que depende de las encuestas. No obstante,
propuso fortalecer la figura del Ministro Coordinador contemplada en el
artículo 33 de la Constitución, pero sólo como una solución no definitiva que
permita avanzar en forma paulatina a la creación del cargo de Primer Ministro,
dentro del marco de un semipresidencialismo abierto.
C) MODIFICACIÓN DEL SISTEMA ELECTORAL
El Presidente de la República es elegido por sufragio
universal directo, los diputados y senadores lo son mediante sufragio universal
directo en relación a los distritos electorales o circunscripciones senatoriales que
fija la ley orgánica constitucional de votaciones populares y escrutinios.
Finalmente, los alcaldes y concejales son elegidos por sufragio universal
conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades.
Las demás autoridades son designadas por diversos
órganos o son electas en forma indirecta.
El Diputado señor Eluchans dijo ser un defensor del
sistema binominal, al cual considera legítimo y democrático. Aseveró que dicho
sistema garantiza estabilidad. No obstante, reconoció que podría perfeccionarse
mediante el aumento del número de candidatos por lista, democratizando los
partidos políticos, para evitar el manejo cupular de éstos en la designación de
los candidatos, limitando las reelecciones, democratizando el proceso de
elección de los candidatos, y facilitando las candidaturas independientes.
iii) Que, a pesar de lo que se dice – en forma
majadera a veces – el sistema no es excluyente.
Opina que el punto, pues, con respecto a la fórmula
binominal que nos rige, no es que sea “anti‐democrática”, sino que carece de la
necesaria legitimidad y presenta distorsiones y problemas no despreciables,
aspectos que serán abordados más adelante. A fin de cuentas, técnicamente
hablando, ésta es de representación proporcional con método D´Hondt. Se trata
de un procedimiento “sui generis”, podríamos decir, porque efectivamente se
eligen dos diputados y dos senadores por distrito y circunscripción,
respectivamente, que sólo pasa a ser mayoritario cuando una de las listas en
competencia dobla a la que le sigue en número de votos. Tampoco, por otra
116
parte, es correcto hablar de sistema binominal, dado que éste, en sí mismo, es
un método de representación proporcional.
Cree que para ser consistentes con el rigor expuesto,
considera necesario desdramatizar esta práctica electoral y despojar a la
discusión de los prejuicios ideológicos y políticos que también existen en torno a
éste.
Hizo presente que algunas personas, entre las cuales
se cuenta, creen que es necesario avanzar hacia una mayor proporcionalidad en
las elecciones parlamentarias y señaló coincidir, asimismo, con que deben
abordarse temas tales como el facilitar el acceso de los independientes al sistema
electoral; analizar el tema de la reelección parlamentaria indefinida, entre otras
cuestiones conexas al tema del sistema electoral.
119
D) MODIFICACIÓN DEL ESTATUTO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS.
Señaló que debe fortalecerse los partidos políticos, lo
que debe estar unido a una modificación del sistema electoral, pues estima que
en la actualidad se está frente a un debilitamiento de éstos. Opinó que más que
denostar a los partidos políticos, debe reformularse con un sentido profesional.
Para el Diputado señor Valenzuela, resulta altamente
conveniente contar con partidos políticos modernos, que tengan financiamiento
público, un padrón controlado por el Servicio Electoral, procedimientos
democráticos de selección de candidatos en elecciones primarias, obligatorias y
vinculantes, previa solicitud del 20 por ciento de los militantes o el 3 por ciento
de los ciudadanos. Estima que debe limitarse la acción de los tribunales internos
que muchas veces sólo sirven como instrumento de la corriente mayoritaria, y
establecer la objeción de conciencia junto a un mayor grado de libertad en temas
valóricos para los militantes.
120
Por otra parte, precisó que es necesario que exista
algún tipo de regulación que permita el reconocimiento y protección de los
derechos que pueden tener las minorías al interior de los partidos.
El Diputado señor Burgos consideró que la base para
el establecimiento de un sistema más cercano al parlamentarismo o al semi
presidencialismo reside en un sistema de partidos bien establecido. Precisa que
si algo tiene nuestro país, a lo largo de más de un siglo y medio de democracia
representativa, es un sólido sistema de partidos y lo suficientemente flexible
como para dar cuenta de las necesarias transformaciones que la evolución del
proceso político le exige o demanda.
Dijo coincidir con ciertas ideas que se plantearon en
la Comisión, tales como el financiamiento público de los partidos, en tanto éste
tenga un buen destino. Asimismo, cree conveniente la existencia de normas
sobre reclutamiento de militantes, que eviten las malas prácticas que se han
visto en algunas colectividades. Se manifestó partidario de un control riguroso
del funcionamiento de los partidos que debería hacerse a través de una especie
de Superintendencia. Sin embargo, acotó no tener una opción definida sobre la
existencia de primarias vinculantes respecto de otras formas de seleccionar a los
candidatos. Citó como ejemplo el caso Uruguayo, en que los efectos que ha
tenido la ley dictada en 2006 han sido muy discutidos.
Reconoció que, en nuestro país, la Unión Demócrata
Independiente ha mantenido una cierta lógica en la designación de sus
candidatos distinta a la realización de primarias, y que le ha dado buenos
resultados, tanto electorales como de convivencia partidaria que se refleja en el
hecho de que no se ha producido una crítica muy profunda a su sistema de
designación de candidatos.
121
El Diputado señor Eluchans opinó que la función
de los paridos políticos es fundamental en la vida democrática. Precisó que la
definición que en la actualidad la ley hace de ellos no es la más adecuada, ya
que más bien se refiere a los grupos de presión y no a los partidos políticos
como corrientes de opinión ciudadana que reflejan una doctrina o pensamiento
determinado.
Afirmó que lamentablemente ante un cuadro de gran
deterioro y desprestigio de la política que existe en la actualidad en Chile, los
Partidos Políticos son mirados por la ciudadanía con enorme desconfianza. Cree
imperioso que los partidos políticos legitimen su quehacer ante la opinión
pública, lo que requiere de un conjunto de medidas de todo tipo. Entre ellas,
sugirió partir por modificar la ley de partidos políticos en ciertos aspectos como
la de redefinir su función, regular el sistema de aportes del Estado y establecer
un mecanismo de control a través de un servicio público que puede ser el actual
Servicio Electoral, pero dotado de medios adecuados a los tiempos que vivimos
y a lo que la nueva legislación disponga. Simultáneamente con ello, opinó que
será necesario, más bien indispensable, que los partidos a través de su accionar
recuperen la credibilidad y prestigio que algún día tuvieron. Mencionó que hay
otros aspectos delicados en los que habría que meditar y que están siendo objeto
de análisis en una reforma constitucional que actualmente está en tramitación
sobre “modernización del Estado y calidad de la política”, como por ejemplo,
determinar si las listas de militantes de los partidos políticos deben ser públicas
o no, y establecer un régimen de primarias que, en su opinión, debería en todo
caso ser voluntaria.
122
Por su parte, el Diputado señor Alinco dijo que al
analizar estos temas uno no se debe engañar, porque la democracia significa
votar y en ello los partidos políticos juegan un papel importantísimo. Señaló
que en su parecer no es posible que todos los partidos puedan regirse por un
mismo esquema, porque nuestra realidad es multipartidista y con una variedad
de organizaciones internas, a diferencia de lo que ocurre en otros países en que
hay dos o tres partidos políticos, como en los Estados Unidos.
‐ La idea de realizar primarias par la designación de
candidatos fue aprobada por unanimidad.
‐ Que tales primarias sean obligatorias y vinculantes
con requisitos mínimos para su realización, fue aprobada por cinco votos a favor
y tres en contra. A favor lo hicieron los Diputados Valenzuela, Accorsi, Saffirio,
Enríquez‐Ominami y Chahúan. En contra lo hicieron los Diputados Alinco,
Eluchans y Burgos.
123
En el mismo sentido, se votó la idea de establecer
cupos en las elecciones para las minorías y género, la que fue aprobada por
cinco votos a favor y tres en contra. A favor lo hicieron los Diputados
Valenzuela, Accorsi, Alinco, Sule y Enríquez‐Ominami. En contra lo hicieron los
Diputados Saffirio, Burgos y Eluchans.
La Constitución Política de la República establece en
el artículo 111 que el gobierno de cada región reside en un intendente que será
de la exclusiva confianza del Presidente de la República. El intendente ejercerá
sus funciones con arreglo a las leyes y a las órdenes e instrucciones del
Presidente, de quien es su representante natural e inmediato en el territorio de
su jurisdicción.
Por su parte, el artículo 113 dispone que el consejo
regional será un órgano de carácter normativo, resolutivo y fiscalizador, dentro
del ámbito propio de competencia del gobierno regional, encargado de hacer
efectiva la participación de la ciudadanía regional y ejercer las atribuciones que
la ley orgánica constitucional respectiva le encomiende, la que regulará además
su integración y organización.
Por su parte el artículo 116 de la ley matriz,
preceptúa que en cada provincia existirá una gobernación que será un órgano
territorialmente desconcentrado del intendente. Estará a cargo de un
gobernador, quien será nombrado y removido libremente por el Presidente de
la República.
124
El Diputado señor Saffirio señaló que es
partidario de la elección directa de los consejeros regionales, pero en el caso de
los Intendentes prefiere que sigan siendo designados por el Presidente de la
República. Explicó que, a su entender, deben desglosarse ciertos temas que
pueden pasar a la competencia de una autoridad regional o provincial elegida, y
en otras mantener la situación actual.
125
El Diputado señor Enríquez‐Ominami señaló que
comparte la posición de que Intendentes y Consejeros Regionales debieran ser
cargos de elección popular. Recordó que en Francia existen gobiernos regionales
duales, en que cohabitan autoridades regionales designadas con otras elegidas.
Aunque reconoció que la designación de las autoridades regionales por parte
del Presidente de la Republica es una muestra del presidencialismo y un
centralismo exacerbado.
A su turno, la ley N° 19.882, estableció un Sistema de
Alta Dirección Pública que tiene por objeto designar los principales cargos de
ciertos organismos técnicos de la Administración del Estado mediante un
sistema de concurso público que organiza un Servicio Público independiente
como es el Consejo para la Alta Dirección Pública.
El Diputado señor Saffirio señaló que en el debate de
esta Comisión se ha acusado al régimen presidencial como concentrador en la
designación de cerca de 20 mil funcionarios. Se muestra absolutamente
partidario de un sistema de Servicio Civil como lo tienen todas las democracias
concentradas y que este servicio se renueve cada cuatro o cinco años en función
de las nuevas mayorías políticas.
Esta propuesta fue aprobada por siete votos a favor y
una abstención. Votaron por la afirmativa los Diputados Accorsi, Alinco,
Chahúan, Eluchans, Enríquez‐Ominami, Saffirio y Valenzuela. Se abstuvo el
Diputados Burgos.
G) PERFECCIONAMIENTO DE LAS FACULTADES FISCALIZADORAS DE
LA CÁMARA DE DIPUTADOS Y LA ASESORÍA PARLAMENTARIA.
1.‐ Adoptar acuerdos o sugerir observaciones, con el
voto de la mayoría de los diputados presentes, los que se transmitirán por
escrito al Presidente de la República, quien deberá dar respuesta fundada por
medio del Ministro de Estado que corresponda, dentro de treinta días;
Conforme a lo expresado por el Diputado Enríquez‐
Ominami el desprestigio del Parlamento se debe en parte a la falta de
compresión de la función parlamentaria. A menudo los Diputados y Senadores
son evaluados por sus electores de acuerdo a la cantidad de gestiones que
fueron capaces de realizar en sus distritos o circunscripciones, cuestión que les
confunde con las funciones que le corresponden a los Alcaldes, Seremis,
Intendentes o Ministros. Precisó que entonces su evaluación pasa por acciones
que distan bastante del rol que la Constitución y las leyes les han otorgado. En
efecto, a los parlamentarios en general y a la Cámara de Diputados en
particular, les corresponde de manera primordial una tarea legislativa y
fiscalizadora.
Dijo creer que la incorporación de la institución de la
citación a los Ministros es un avance y aunque es un mecanismos propio de los
sistemas parlamentarios, su uso normal y reiterado puede llevar a un diálogo
político entre Parlamento y Ejecutivo más activo y en temas que interesen a la
ciudadanía. Afirmó que en las cinco oportunidades en que se han citado a
Ministros se ha buscado poner a éstos en el banquillo de los acusados, pero la
institución no apunta a ese fin y ello al final causa cierta frustración respecto a
su real efectividad.
El Diputado Saffirio precisó que el sistema de control
parlamentario e incluso la mejor calidad de asesoría que se reclama sólo será
más eficaz en la medida que se realicen ajustes al sistema de partidos y a la
forma en que se trabaja.
2. Aumentar el monto de los recursos asignados para
dicha asesoría.
3. Establecer un sistema que permita constar con una
mejor asesoría legislativa tanto en comisiones como en las bancadas.
Considera que también hay que establecer un mayor
sistema informativo sobre las leyes que se ven en el Pleno. Cita como ejemplos
de estas enmiendas el definir la agenda legislativa los días viernes o lunes de
cada semana; la existencia de minutas de las comisiones sobre las materias que
se verán en Sala; fijar plazos públicos para las indicaciones y que éstás sean
conocidas por todos los parlamentarios, independientemente si pertenece o no a
la Comisión, etc.
Planteó que existe una suerte de problema con lo que
denominó “buena fe democrática”, pues no sería legítimo elegirse con el voto
que va ligado por ejemplo a una figura presidencial y luego declararse
independiente o votar en contra de propuesta de un programa presidencial que
se dijo apoyar sin razones sustantivas.
Con el voto unánime de los diputados señores René
Alinco, Edmundo Eluchans, Marco Enríquez‐Ominami, Eduardo Saffirio y
Alejandro Sule, se aprobó recoger las siguientes ideas en este punto:
El Diputado señor Sule cree que se suele decir que la
separación de Cámaras proviene de la tradición de considerar a la Cámara Baja
como la fiel representante de los intereses ciudadanos, la voz del pueblo,
132
mientras que el Senado vendría siendo el consejo de sabios, los que dan
estabilidad y sabiduría a las leyes del país.
En su opinión el sistema de dos cámaras favorece la
estabilidad de las políticas públicas, se evitan decisiones apresuradas, por eso
existe la figura de cámara revisora dentro del proceso legislativo.
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El Diputado señor Accorsi acotó que el Senado se
ha transformado en un factor de negociación de poder en atención a su
composición y a la serie de nombramientos en los que participa.
J) ESTABLECIMIENTO DE UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE.
La Constitución Política de la República establece un
Capitulo especial dedicado a las reformas a la Constitución, las que se tramitan
en la misma forma que los proyectos de ley y como única especialidad exige
quórum de aprobación más elevados que para la reformas de la legislación
común.
Precisa que su aseveración se afirma en las variables
señaladas por Manuel Antonio Garretón, que se resumen en lo siguiente:
‐ El origen, texto y contexto de la Constitución no es
legítimo, porque fue siempre cuestionado por todos los sectores democráticos;
‐ Toda reforma constitucional en materias esenciales
requiere de dos tercios de los votos parlamentarios, lo que exige la voluntad de
los partidos formados por quienes integraron la dictadura 1973‐1990, y tales
partidos han manifestado reiteradamente no estar disponibles para cualquier
modificación sobre los aspectos esenciales de la Carta de 1980.
‐ Los parlamentarios, en cuanto parte interesada, no
pueden ejercer de poder constituyente, sino es con impedimentos a la reelección
una vez reformada la constitución.
El Diputado señor Eluchans sostuvo que no le parece
que Chile viva hoy una situación que justifique la convocatoria a una Asamblea
Constituyente. A su entender, ellas son necesarias en períodos de desorden
social y desequilibrios e inestabilidades institucionales. Planteó que el orden
vigente podría verse gravemente alterado al constituir una asamblea de este
tipo.
La Comisión acordó desechar este punto.
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K) DETERMINACIÓN DE LA DURACIÓN DEL PERÍODO
PRESIDENCIAL Y POSIBILIDAD DE REELECCIÓN.
Durante la vigencia de la Carta de 1925 el mandato
presidencial duraba cinco años y no existía simultaneidad con la elección de los
parlamentarios. Originalmente la Constitución de 1980 fijó en ocho años el
mandato presidencial, pero en la reforma de 1989 se estableció que el período
del Presidente que asumiría el 11 de marzo de 1990 sería de cuatro años.
Durante el mandato del Presidente Aylwin se aprobó la Reforma Constitucional
que estableció en seis años la duración del mandato presidencial, y
posteriormente, por la reforma de la ley N° 18.825 se estableció en el artículo 25
que el mandato presidencial tendría una duración de cuatro años, quedando la
elección de la primera magistratura simultánea a la elección de diputados y
senadores.
Sobre este aspecto, el Diputado señor Sule opinó que
estos tres puntos tienen que ir integrados. Se inclina por cuatro años porque
contribuye a dos grandes objetivos: tener simultaneidad de las elecciones y
contribuir a la conformación de mayorías legislativas afines al presidente.
Insistió en el hecho de no ser partidario, en ningún
caso, de la reelección inmediata. La duración ‐a su juicio‐ puede discutirse, pero
es necesario armonizarlo con los períodos de duración de los cargos
parlamentarios y con simultaneidad o no simultaneidad de las elecciones
presidenciales y parlamentarias, como afirmó anteriormente.
Afirmó que existen múltiples variable a considerar y
este es una tema que considera abierto, sobre todo si se incorpora un límite al
número de períodos en el que pueden reelegirse los parlamentarios.
Finalmente, la Carta Fundamental entrega a la Corte
Suprema la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los
tribunales de la nación.
Por su parte, el Diputado señor Saffirio opinó que el
Poder Judicial ha tenido una trayectoria de bastante independencia y no ve,
salvo casos muy puntuales en el orden histórico, que la Corte Suprema o toda la
magistratura sea servil a los intereses del Gobierno de turno.
Sostuvo que, en su parecer, con la justicia no existen
problemas de envergadura y, por el contrario, durante la vigencia del régimen
democrático los jueces han tenido la capacidad y la imparcialidad para resolver
los temas que se le han planteado, sin que exista una politización de la carrera
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judicial, más que por la forma en la que actualmente se integra la Corte
Suprema.
*** * ***
Sala de la Comisión, a 28 de septiembre de 2009.
Miguel Landeros Perkič
Abogado Secretario de la Comisión