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Protocolo de Investigación

Diego Tenorio Guevara

No. de cuenta: 316127549


Nuestra música como un todo:
La apreciación musical como medio de ampliación del gusto

Palabras clave:

Apreciación musical, Sociedad, Entorno, Gusto, Escucha

Abstract:

La apreciación musical es un campo de estudio que ha tomado cierta relevancia relativa en


los últimos siglos y ha atraído la atención de diversas figuras dedicadas al ámbito musical.
Sin embargo, el estudio de esta actividad se ha visto reducido a un solo espectro de aplicación
práctica que se basa en el enriquecimiento de las maneras en las que los individuos escuchan
la música con el objetivo de fomentarles un goce más satisfactorio de esta, enfocándose hacia
entornos de la música académica. En esta investigación se buscará como objetivo principal
estudiar otra rama de aplicación que puede tener la apreciación de la música, en particular
dirigido hacia las posibilidades de ampliación del interés de los individuos por música fuera
de sus hábitos comunes de consumo. Como objetivo secundario, entre otros, se buscará
descentralizar la apreciación musical de los ámbitos puramente dedicados a la música seria
o académica, y se analizará su posible relevancia en ámbitos musicales más generales. Como
parte de este trabajo, se establecerá un profundo análisis en torno al estudio de la apreciación
musical que carece en muchas ocasiones de conceptos establecidos lejos de la arbitrariedad
y se analizarán los subcampos de estudio que afectan directamente al problema como parte
de la justificación. Así mismo, se establecerán las bases metodológicas y teóricas para llevar
a cabo un futuro trabajo de investigación.
Justificación:

Si alguna actividad humana ha sido testigo de nuestra evolución como especie, claramente la
música se alza como una de las mayores candidatas. La música ha acompañado a la
humanidad por siglos y ha evolucionado con ella siendo reflejo de nuestras sociedades,
nuestras costumbres, e incluso de nuestra tecnología. Y no solo es parte integral de nuestra
historia, sino que lo es también de nuestra vida cotidiana. Pero una característica fundamental
y muy particular de la música, es que, a pesar de su fuerte y constante presencia en la vida
humana, esta resulta totalmente distinta para cada persona.

En la actualidad, vivimos en una época donde la música está presente en casi


cualquier parte de nuestro entorno desde un restaurante hasta una sala de conciertos o desde
masivos escenarios hasta la intimidad de nuestros audífonos.1 Pero incluso ante un amplio
número de medios para acercarnos a la música cada quién es selectivo en torno a sus
preferencias personales y se relaciona de manera diferente ante ella. Al respecto, varios
autores principalmente cercanos a la sociología han escrito textos que tratan de explicar estas
relaciones. Como Juris Tipa que en Apreciaciones Socioculturales de la Música ahonda en
el tema de los gustos y los espacios del gusto musical.2 Ahí señala que nuestras identidades
personales, tanto en contextos colectivos como individuales, definen la manera en la que
escogemos qué música escuchar. Para esto, él identifica tres tipos de gusto o espacios del
gusto: el generalizado, que es el que se desarrolla en espacios sociales amplios y corresponde
“a la moda” o “lo que todos escuchan”, el comunitario, que corresponde a nuestro primer
acercamiento musical a través de un entorno familiar y finalmente el íntimo que corresponde
al gusto más personal y surge de nuestras experiencias. Dentro de esto, Tipa señala algo muy
interesante: “el contenido de la pieza musical no necesariamente está interpretado por el
oyente de forma literal sino a través de un sentido creado/imaginado y personalizado -
“ajustado” a la manera de ser de la persona en un momento o periodo particular-" Esto quiere
decir que la mayor parte de las personas seleccionan su gusto basándose en parámetros
personales y sociales sin tomar en cuenta el contenido musical intelectual de una obra. Sin

1
Para más información: Byrne, David. Cómo funciona la música. Trad. Marc Vialplana. México D.F: Sexto Piso, 2014.
2
Tipa, Juris. ‘’El consumo de música, los gustos y procesos identitarios’’. Apreciaciones socioculturales de la música.
Alan Edmundo Granados Sevilla y José Hernández Prado (coord.). Ciudad de México: Universidad Autónoma
Metropolitana, 2016. pp. 251-260

1
embargo, el mismo Tipa nos señala más adelante, basado en el estudio que realizó a
estudiantes de la Universidad Intercultural de Chiapas, que las personas sí toman en cuenta
cuestiones como el idioma o “la transmisión de emociones” para decidir qué tan profundo se
vuelve su gusto por una obra musical.3

Por otro lado, no solo se ha explorado la identidad como determinante de la música


que escuchamos. La manera en la que escuchamos esa música también influye en cómo nos
relacionamos con ella y los fines de esa relación. Y es en este campo donde disciplinas y
autores más cercanos al ámbito musical han mostrado interés por el tema. Aaron Copland,
reconocido compositor del siglo XX, mostró un interés marcado por establecer las distintas
maneras en las que escuchamos la música al igual que otros autores como Joaquín Zamacois.4
En su texto Como escuchar la música, Copland sugiere la separación de tres planos sonoros
distintos: el plano sensual, el plano expresivo y el plano puramente musical.5 El plano
sensual corresponde a cuando ‘’oímos la música sin pensar en ella o examinarla de algún
modo’’ como cuando encendemos la radio al realizar otras actividades dejándonos llevar por
el mero atractivo sonoro. El plano expresivo es aquel en el que el oyente relaciona lo que
escucha con algún concepto o emoción, asumiendo Copland que toda música tiene alguna
clase de contenido expresivo y es donde entraría la “transmisión de emociones” que
menciona Tipa. Y el plano puramente musical corresponde a cuando el oyente es consciente
de los elementos que conforman la música que escucha como la armonía, las melodías, las
formas, sobre el compositor o la historia.

Al plano puramente musical, también se le reconoce como la comprensión y


apreciación de la música y son precisamente estos conceptos los que comenzaron a tomar el
interés de diversos músicos del siglo XX, teniendo a importantes figuras como el ya
mencionado Aaron Copland o como Leopold Stokowski autor de libros en la misma gama

3
Tipa, Juris. ‘’El consumo de música, los gustos y procesos identitarios’’. Apreciaciones socioculturales de la música.
Alan Edmundo Granados Sevilla y José Hernández Prado (coord.). Ciudad de México: Universidad Autónoma
Metropolitana, 2016. pp. 259-260
4
Zamacois, Joaquín. Textos de estética y de historia de la música. Barcelona: Idea Books, 2003. pp. 13-15. Si bien no se
menciona lo que dice Zamacois, él identifica una división en las formas en las que escuchamos la música muy similar a la
de Copland siendo estas la hedonista, la espiritualista, y la intelectualista que se corresponden a los planos de Copland.
5
Copland, Aaron. Cómo escuchamos la música. Trad. Jesús Bal y Gay. México: FCE, 1994. pp. 29-35
2
de estudio.6 Y este interés parece tener un mismo objetivo: acercar a personas no dedicadas
a la música hacia un mejor goce de este arte.

La apreciación musical es un campo que ha tenido un muy reducido nivel de estudio


a lo largo de las últimas décadas además de ser una idea relativamente reciente y llena de
definiciones arbitrarias en cuanto al concepto de apreciación musical. Por ende, son pocos
los autores que han tratado de definir este concepto, incluido Copland por medio de los planos
sonoros. Pedro Machado de Castro, compositor cubano que dedicó un texto a la apreciación
musical en forma, propone una definición muy similar a la del plano puramente musical de
Copland, pero más precisa y enfocada al concepto de apreciación musical como tal. Machado
nos define que la apreciación musical es ‘’es la forma de escuchar y reaccionar
inteligentemente ante la música’’.7 Esta definición se corresponde en cierto modo con lo que
propone Copland al ambas sugerir una forma consciente, atenta y completa de escuchar la
música. Estas definiciones se pueden ampliar tomando en cuenta la definición de la palabra
“apreciación” como un ente propio. Entendiendo que la apreciación es la actividad de
apreciar algo, el Diccionario de Real Academia Española nos define que apreciar es
“reconocer y estimar el mérito de alguien o de algo”.8 Dicho esto, podemos asumir que al
entender los elementos que conforman la música y escucharlos de manera consciente
podemos reconocer el valor de una obra determinada. Pero aquí surge una pregunta: ¿qué
relación tiene la apreciación de la música con el goce de la misma?

El estudio de la apreciación musical hasta ahora se ha visto enfocado hacia la idea de


que la comprensión de los elementos que constituyen de la música nos permite reconocer el
valor de una obra y potencializa la capacidad de disfrute de esta. Debido a esto podemos
encontrar la tendencia por hablar de la apreciación musical con el objetivo para hacer que los
oyentes disfruten la música de manera eficiente. Y cabe recalcar que todo esto es con miras
hacia la música académica. Sin embargo, Copland afirma que la escucha inteligente es válida
en distintos tipos de música ‘’lo mismo si escuchamos a Mozart que a Duke Ellington’’.9

6
Stokowski, Leopold. Music for all of us. New York: Simon and Schuster, 1943. Este es un libro claramente dedicado a
la apreciación de la música y tiene la misma estructura que la del texto de Copland.
7
Machado de Castro, Pedro. Fundamentos de apreciación musical. Madrid: Playor, 1993. pp. 11-12
8
S.n. “apreciar”. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Web. 28 may. 2020,
https://dle.rae.es/apreciar#1PVurMy.
9
Copland, Aaron. Cómo escuchamos la música. Trad. Jesús Bal y Gay. México: FCE, 1994. p. 35
3
Vale la pena cuestionar por este lado los lugares de alcance de la apreciación musical.
La apreciación de la música resulta muy útil al hablar de música académica dado que nuestra
sociedad actual parece tener patrones sociales de comportamiento distintitos a las
concepciones bajo las que se rigen los conciertos y espacios de la música académica hoy en
día. Y este choque parece haber surgido ya hace algunas décadas atrás. Las razones de esto
la podemos encontrar claramente comentadas por el músico y escritor David Byrne en torno
a un artículo escrito por el crítico Axel Ross para The New Yorker en 2008:

Con la música clásica, no solo cambiaron las salas, sino también el comportamiento del
público. Hacia 1900, según el crítico musical Alex Ross, al público de música clásica ya no
se le permitía gritar, comer o charlar durante una interpretación. Se suponía que había que
estar sentado inmóvil y escuchar con atención y embelesamiento. Ross insinúa que eso era
una manera de apartar al populacho de las nuevas salas de conciertos y de ópera. (Supongo
que se asumía que las clases bajas eran por naturaleza bullangueras). Música que en muchos
casos había estado abierta a todos se convirtió en privilegio de la élite. Hoy día, un teléfono
móvil que suena entre el público o una persona susurrando algo al vecino durante un
concierto de música clásica, podrían causar que se suspendiera momentáneamente la
función.10

Y parece ser que este cambio en los espacios de música académica distanció poco a poco al
público de tal manera que para muchas personas hoy en día esta música les no les es muy
frecuente y sus elementos pueden parecerles de carácter sofisticado así como sus espacios.
Dicho esto, no sorprende que los mismos músicos académicos como Copland y Stokowski,
hayan buscado acercar de nuevo al público hacia esta música identificando a la apreciación
musical como un medio efectivo para lograr este objetivo. Sin embargo, la apreciación
musical bien puede funcionar hacia la música popular que, si bien se desarrolla en parámetros
bastante distintos, contiene elementos básicos tanto en su música como en su historia que son
parte de la herencia histórica de la música académica.

10
Byrne, David. Cómo funciona la música. Trad. Marc Vialplana. México D.F: Sexto Piso, 2014. pp. 25-26
4
El Problema:

La apreciación como elemento de estudio se encuentra limitada a su utilidad para la eficiencia


y la mejora del disfrute de la música por parte del oyente. Sin embargo, otras aplicaciones de
la apreciación o comprensión musical se han visto completamente ignoradas desde la
aparición de este concepto. Y dada la naturaleza de enriquecimiento que otorga esta
actividad, resulta pertinente analizar otros alcances prácticos que pueda tener. Dicho esto,
podemos sugerir la siguiente pregunta: ¿de qué manera la apreciación musical puede
promover el interés del oyente por música a la cuál no está acostumbrado?

Hipótesis:

Mediante el enriquecimiento de la escucha de la música por medio de una instrucción de


ciertos elementos que la conforman (en pocas palabras, mediante la apreciación) el oyente
puede asociar elementos de música que no conoce con la música dentro de su abanico
habitual de preferencias y así mostrar un interés por esta.

Objetivos:

Dentro de los objetivos de esta investigación encontramos dos objetivos principales y dos
objetivos secundarios. Cabe señalar que estos objetivos secundarios estarían enfocados a
resultados que no necesariamente tienen relación directa con esta investigación pero que sí
pueden surgir de aplicaciones posteriores de lo que se concluya aquí. Como objetivos
principales se buscará:

1. Buscar una nueva aplicación práctica de la apreciación musical


2. Buscar una manera de acercar a cualquier persona hacia música que no conoce,
evitando los prejuicios.

Como objetivos secundarios:

1. Buscar la descentralización de la apreciación musical expandiéndola hacia tipos


de músicas no académicas.
5
2. Establecer un punto de partida hacia futuras investigaciones.

Metodología:

Para esta investigación se tomarán como fuentes principales tanto el texto Como escuchar la
música de Aaron Copland como el capítulo escrito por Juris Tipa en Apreciaciones
Socioculturales de la Música además de la argumentación propia. El texto de Copland resulta
de suma importancia no solo por los conceptos que establece, si no por los contenidos en
torno a aquellos elementos que se necesita para fomentar la apreciación musical, que él llama
el plano puramente musical, y analizar si estos contenidos pueden funcionar de manera global
no solo en la música académica, para aumentar el interés del oyente. Y el texto de Tipia
resulta indispensable ya que no basta con entender la apreciación musical únicamente, si no
que en primer lugar tenemos que entender la realidad social que envuelve al consumo de
música en términos de identidad y si la apreciación si quiera pudiera ser efectiva para los
fines tanto de Copland, como los de la presente investigación en el contexto actual real de
nuestra sociedad.

Marco Teórico:

En primer lugar, la apreciación musical como concepto no se tomará de manera arbitraria si


no que la entendemos siguiendo la definición de Pedro Machado de Castro, que como se
menciona en la justificación, resulta similar a la de otros autores y a la propia definición de
“apreciación” propuesta por la Real Academia Española. La apreciación se entenderá como
“la forma de escuchar y reaccionar inteligentemente ante la música” sin ser la escucha
inteligente obligada a aspectos intelectuales. Por otro lado, se hablará del gusto, en
particular el gusto musical, entendiendo este como la preferencia que un cierto individuo
tiene por ciertos tipos de música y no en sus acepciones filosóficas (como el gusto
Kantiano) para así evitar cualquier confusión que pudiera llegar a surgir. En cualquier otro
aspecto, me remitiré a las fuentes como marco teórico de los conceptos que utilicen.

6
Cronograma

Septiembre de 2020:

o Recopilación de información en torno al tema de invetigación y complementación de


fuentes.

Octubre de 2020:

o Selección crítica de nuevas fuentes.


o Comienzo de la redacción de tesis: Introducción
o Establecer metodología final y marco teórico final

Noviembre – Febrero de 2020:

o Redacción del cuerpo de la investigación.


o Revisiones preliminares

Marzo-Abril 2020:

o Redacción de las conclusiones


o Y primera corrección

Mayo:

o Correcciones finales y presentación de la investigación

Bibliografía:

Citada:

1. Byrne, David. Cómo funciona la música. Trad. Marc Vialplana. México D.F: Sexto
Piso, 2014. pp. 15-39
2. Tipa, Juris. ‘’El consumo de música, los gustos y procesos identitarios’’.
Apreciaciones socioculturales de la música. Alan Edmundo Granados Sevilla y José
Hernández Prado (coord.). Ciudad de México: Universidad Autónoma
Metropolitana, 2016. pp. 249-269

7
3. Zamacois, Joaquín. Textos de estética y de historia de la música. Barcelona: Idea
Books, 2003.
4. Copland, Aaron. Cómo escuchamos la música. Trad. Jesús Bal y Gay. México:
FCE, 1994.
5. Stokowski, Leopold. Music for all of us. New York: Simon and Schuster, 1943.
6. Machado de Castro, Pedro. Fundamentos de apreciación musical. Madrid: Playor,
1993. pp. 11-12
7. S.n. “apreciar”. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Web.
28 may. 2020, https://dle.rae.es/apreciar#1PVurMy.

Consultada:

1. Brennan, Juan Arturo. Cómo acercarse a la música. Querétaro: Plaza Janés, 1988.
2. Kant, Immanuel. Crítica del juicio. Madrid: Tecnos, 2011.
3. Tanner, Michael, and Malcolm Budd. “Understanding Music.” Proceedings of the
Aristotelian Society, Supplementary Volumes, vol. 59, 1985, pp. 215–248. JSTOR.
27 May. 2020, www.jstor.org/stable/4106755.
4. Samper Rodríguez, Rosario. “La apreciación musical y la formación del oyente”.
Revista de la Lista Europea de Música en la Educación (LEEME). No. 11 May.
2003. Web, https://ojs.uv.es/index.php/LEEME/article/view/9743

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