Significado de Patria
Significado de Patria
Significado de Patria
Qué es Patria:
La palabra, como tal, proviene del latín patria, que deriva de la voz
patrius, que significa ‘tierra de los antepasados’. De allí que el
vínculo con la patria pueda ser de orden afectivo o de sangre, pues
es el lugar al que también pertenece la familia del individuo.
Por esa razón, también, hay quien considere que la noción de patria
también puede ser perjudicial para la convivencia pacífica entre
pueblos y naciones en el mundo, y sea apuntada como una de las
principales causas de conflictos y las guerras en el planeta.
Patria potestad
Se llama patria potestad al poder que tienen los padres sobre los
hijos que no se han emancipado. Se basa en una institución jurídica
del derecho romano según la cual el padre de familia tenía un
poder exclusivo ante el Estado sobre su descendencia, incluso por
encima de la madre.
Hoy en día el concepto de la patria potestad se ha venido
reformulando en atención a las actuales concepciones sobre la
igualdad legal entre padres y madres con respecto a la relación con
sus hijos. De allí que, actualmente, en algunas legislaciones se
prefiera hablar más bien de regímenes de “responsabilidad
parental”, rompiendo con la jerarquía patriarcal que establecía la
patria potestad.
La patria potestad recae sobre todos los hijos que se tengan, bien
sean en matrimonio o no e, incluso, sobre los hijos adoptivos.
La patria potestad solo puede ser ejercida por parte de los padres o
representantes de los menores de edad no emancipados durante
un tiempo, es decir, es un derecho y deber con limitación de
durabilidad para ser ejercido y que puede variar por diferentes
razones.
DEFINICIÓN DE
PATRIA
Del latín patria, la patria es la tierra natal o adoptiva que está ligada
a una persona por vínculos afectivos, jurídicos y/o históricos. La
patria puede ser, por lo tanto, el lugar de nacimiento, el pueblo de
los ancestros o el país donde un sujeto se radicó a partir de un
cierto momento de su vida.
Patria
República
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Para otros usos de este término, véase República (desambiguación).
Sistemas de gobierno
Repúblicas
Monarquías
Otros
anteriores
democrática de facto.
v
d
e
Índice
1Historia
o 1.1Repúblicas clásicas
o 1.2Otras repúblicas antiguas
o 1.3Subcontinente indio
o 1.4Repúblicas liberales
2Definición
3Los pilares fundamentales de la República
o 3.1Ambigüedad en las definiciones
4Jefes de Estado
o 4.1Estructura
o 4.2Ambigüedades
5Dictaduras
6República y religión
o 6.1Repúblicas laicistas
o 6.2Repúblicas confesionales
7República y democracia
o 7.1El referéndum
o 7.2República o Monarquía
8Evolución histórica
o 8.1En la antigüedad
o 8.2En el Renacimiento
o 8.3Republicanismo ilustrado
o 8.4República de partido único
o 8.5República islámica
9Véase también
10Referencias
11Enlaces externos
Historia[editar]
La república aparece en Roma, el 509 a. C., después de la caída de la Monarquía Romana,
cuando los romanos se levantan contra su rey, Lucio Tarquinio el Soberbio instaurándose
la República Romana. El término proviene de la expresión res publica, derivada de res
populica, es decir, la "cosa de las personas", "asunto del pueblo" o "propiedad publica". En
esto, la república se opone a regnum (reino), o "propiedad del rey". Esta forma de estado hace
del pueblo, en todo, en parte o una minoría privilegiada, la fuente del poder político e implica
su intervención en los asuntos públicos. Este es el caso de las antiguas repúblicas, donde la
ciudadanía se otorga solo a unos pocos individuos y donde el poder a menudo está dominado,
como en Roma, por familias poderosas; este es también el caso de las repúblicas
aristocráticas que aparecieron en la Edad Media (especialmente en Venecia). 13
Repúblicas clásicas[editar]
Vaishali era la capital de la confederación Vajjian, una antigua república de la India antigua.
Junto con estas revueltas republicanas iniciales, la Europa moderna también vio un gran
aumento en el poder monárquico. La era de la monarquía absoluta reemplazó a las
monarquías limitadas y descentralizadas que habían existido en la mayor parte de la Edad
Media. También vio una reacción contra el control total del monarca, ya que una serie de
escritores crearon la ideología conocida como liberalismo.[cita requerida]
La mayoría de estos pensadores de la Ilustración estaban mucho más interesados en las
ideas de la monarquía constitucional que en las repúblicas. La República
Británica de Cromwell había desacreditado al republicanismo, y la mayoría de los pensadores
pensaban que las repúblicas terminaban en anarquía o tiranía. 30 Por lo tanto, filósofos como
Voltaire se opusieron al absolutismo y al mismo tiempo se mostraron fuertemente pro
monárquicos.
Jean-Jacques Rousseau y Montesquieu elogiaron a las repúblicas y consideraron las
ciudades-estado de Grecia como un modelo. Sin embargo, ambos también pensaron que una
nación como Francia, con 20 millones de personas, sería imposible de gobernar como una
república. Rousseau admiró el experimento republicano en Córcega (1755-1769) y describió
su estructura política ideal de pequeñas comunas autónomas. Montesquieu sintió que una
ciudad-estado idealmente debería ser una república, pero sostuvo que una monarquía limitada
era más adecuada para una nación grande.
La revolución estadounidense comenzó como un rechazo solo de la autoridad del Parlamento
británico sobre las colonias, no de la monarquía. El fracaso del monarca británico para
proteger las colonias de lo que consideraban la violación de sus derechos de gobierno
representativo, la condena del Rey de quienes solicitaban una reparación, como traidores; y
su apoyo al envío de tropas de combate para asegurar su autoridad, dio lugar a la percepción
generalizada de la monarquía británica como tiránica.
Con la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, los líderes de la rebelión
rechazaron firmemente la monarquía y adoptaron la república, la separación de poderes,
crearon el presidencialismo y la democracia representativa.[cita requerida] Los líderes de la
revolución estaban bien versados en los escritos de los pensadores liberales franceses, y
también en la historia de las repúblicas clásicas. John Adams escribió un libro sobre
repúblicas a lo largo de la historia. Además, el escrito de Thomas Paine, Common Sense,
ampliamente distribuido y popularmente leído en voz alta, presentó los ideales republicanos y
de independencia, de manera sucinta y elocuente al público general. La Constitución de los
Estados Unidos, ratificada en 1789, creó una república federal, como una unión fuerte, para
reemplazar a una confederación débil, creada por los Artículos de la Confederación y de
Unión Perpetua, de 1783, el primer intento de un gobierno nacional. Las primeras diez
enmiendas a la Constitución, llamada Carta de Derechos de los Estados Unidos, garantizaba
ciertos derechos individuales, fundamentales para los ideales republicanos que justificaban la
Revolución.
La Revolución Francesa tampoco fue republicana desde el comienzo. Solo después de la
fallida Fuga de Varennes, el Rey perdió la mayoría de las simpatías que le restaban, se
declaró una república y Luis XVI fue enviado a la guillotina. El asombroso éxito de Francia en
las Guerras Revolucionarias Francesas vio las repúblicas extendidas por la fuerza de las
armas en muchas partes de Europa, a medida que una serie de repúblicas hermanas se
establecieron en todo el continente. El ascenso de Napoleón vio el final de la Primera
República Francesa y sus repúblicas hermanas, cada una reemplazada por "monarquías"
impuestas por Napoleón. Durante todo el período napoleónico, los vencedores extinguieron
muchas de las repúblicas más antiguas del continente, incluidas la República de Venecia,
la República de Génova y la República holandesa. Todas ellas fueron transformadas en
monarquías o absorbidas por las monarquías vecinas. Solo Suiza subsistió como república.
Fuera de Europa, se creó otro grupo de repúblicas cuando las guerras napoleónicas
permitieron a los estados de la América española obtener su independencia. La ideología
liberal tuvo un impacto limitado en estas nuevas repúblicas. El apoyo principal de la
emancipación, estuvo en la población criolla local, descendiente de europeos, en conflicto con
los gobernadores llegados de España. La élite criolla tenía poco interés en dar a a los grupos
amerindios poder y una amplia base representación. Simón Bolívar, el principal instigador de
las revueltas y uno de sus teóricos más importantes, simpatizaba con los ideales liberales,
pero consideraba que la América hispana carecía de la cohesión social necesaria para que tal
sistema funcionara y defendía la autocracia cuando era necesario.
Solo en México, esta autocracia tomó brevemente la forma de una monarquía en el Primer
Imperio Mexicano. Debido a la Guerra de la Independencia, la corte portuguesa se trasladó a
Brasil en 1808. Brasil obtuvo la independencia como monarquía el 7 de septiembre de 1822, y
el Imperio de Brasil duró hasta 1889. En los otros estados, varias formas de república
autocrática existieron hasta que la mayoría fueron liberalizados a finales del siglo 20. 31
Estados europeos en 181532 Estados europeos en 191433 Estados europeos en 193034 Estados europeos en 195035 Estados europeos en 201536
Monarquías(22) Re Monarquías(20) Re Monarquías(13) Re Monarquías(12) Rep
Monarquías(55) Re públicas (4) públicas (15) públicas (21) úblicas (35)
públicas (9)
La Segunda República Francesa tuvo efímera existencia: fue creada en 1848, y abolida por su
primer y único Presidente, Napoleón III, que se proclamó emperador en 1852. La Tercera
República Francesa se estableció después de la guerra franco-prusiana, de 1870-71; y solo
después que los herederos de los borbones, se negaron a aceptar la bandera tricolor. Sin
embargo, ya hace mediados de la década de 1880, la República se había asentado
fírmemente en Francia. España se convirtió brevemente en la Primera República Española en
1873-74, pero la monarquía fue restaurada pronto. A comienzos del siglo
XX, Francia, Suiza y San Marino siguieron siendo las únicas repúblicas de Europa. Esto
cambió cuando, después del Regicidio de Lisboa de 1908, pues la revolución del 5 de octubre
de 1910 estableció la República Portuguesa.
En el este de Asia, China había visto un considerable sentimiento anti-Qing durante el siglo
XIX, y se desarrollaron varios movimientos de protesta que pedían la monarquía
constitucional. El líder más importante de estos esfuerzos fue Sun Yat-sen, cuyos Tres
Principios del Pueblo combinaron ideas estadounidenses, europeas y chinas. Bajo su
liderazgo, la República de China fue proclamada el 1 de enero de 1912.
El republicanismo se expandió significativamente después de la Primera Guerra Mundial,
cuando varios de los imperios europeos más grandes colapsaron: el Imperio Ruso (1917),
el Imperio Alemán (1918), el Imperio Austrohúngaro (1918) y el Imperio Otomano (1922)
fueron reemplazados por repúblicas. Los nuevos estados obtuvieron la independencia durante
esta agitación, y muchos de ellos, como Irlanda, Polonia, Finlandia y Checoslovaquia,
eligieron formas de gobierno republicanas. Después de la derrota de Grecia en la Guerra
greco-turca (1919-22), la monarquía fue brevemente reemplazada por la Segunda República
Helénica (1924-35). En 1931, la inestable Segunda República Española (1931-36) dio como
resultado la Guerra Civil Española, seguida de 39 años de dictadura franquista.
Las ideas republicanas se estaban extendiendo, especialmente en Asia. Estados Unidos
comenzó a tener una influencia considerable en el este de Asia en la última parte del siglo
XIX, y los misioneros protestantes desempeñaban un papel central. Los escritores liberales y
republicanos de occidente también ejercieron influencia. Estos se combinaron con la filosofía
política inspirada en el confuciano nativo que durante mucho tiempo había argumentado que
el pueblo tenía derecho a rechazar un gobierno injusto que había perdido el Mandato del
Cielo.
Dos repúblicas efímeras fueron proclamadas en Asia Oriental, la República de Formosa y
la Primera República Filipina.
Definición[editar]
La República alimenta a sus hijos y les instruye. Pintura de Honoré Daumier, 1848.
.
Y la constitución, de ser apegada al derecho, sirve para protegerlo y definir incluso qué leyes
son buenas y cuáles malas en el marco de referencia constitucional.
El desconocimiento de estos principios clásicos en el mundo moderno lentamente ha
conducido a muchos a expresarse en términos de “repúblicas democráticas” o “repúblicas
islámicas”, sin considerar la contradicción que tales frases contienen.
Son elementos comunes que participan del contenido de la definición tradicional que la cultura
occidental ha elaborado del concepto “República”:
1. Los países que son repúblicas según la definición práctica normalmente aducen que
son repúblicas en un sentido tradicional, aunque en muchos casos sean
regímenes autócratas o dictatoriales donde el pueblo no es soberano.
2. Una monarquía electiva con soberanía popular o una monarquía parlamentaria serían
repúblicas en sentido tradicional, porque la soberanía está en el pueblo que otorga
más o menos atribuciones a un monarca no soberano. Sin embargo en la práctica
jamás se llama república a una monarquía.
Los analistas políticos creen que la Primera Guerra Mundial desató el fin de las monarquías
tradicionales. La forma de estado republicana (definición tradicional) se impuso en la mayoría
de los estados desarrollados, monarquías o no. Tras la Primera Guerra Mundial, con
el Tratado de Versalles desaparecieron tanto el Imperio Austrohúngaro, como el Imperio
Alemán. Además, los monarcas de los estados ganadores fueron cediendo poderes y
prerrogativas a instituciones democráticas electas.
Jefes de Estado[editar]
Artículo principal: Jefe de Estado
Imagen a la izquierda, George Washington primer presidente de los Estados Unidos de América.
Imagen a la derecha, Carlos Luis Napoleón Bonaparte, primer y único presidente de la II República
Francesa.
Estructura[editar]
Dictaduras[editar]
En algunas repúblicas sometidas a regímenes dictatoriales se han producido transferencias
dinásticas del poder de padres a hijos, estableciendo prácticas muy similares a las de las
monarquías, que se suelen denominar dictaduras familiares.39 Ejemplos de ello han sido
el Haití de los Duvalier, o la Nicaragua de los Somoza
Un caso particular es la dinastía comunista de Corea del Norte. La sustitución en 2006,
en Cuba de Fidel Castro por su hermano Raúl Castro se ha interpretado en el mismo sentido
por parte de la oposición.40 Aunque dicha sucesión estuvo amparada constitucionalmente,
puesto que Raúl era el Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, y está
previsto en la carta magna que la persona que ostenta este cargo asuma la presidencia
interina en caso de muerte o enfermedad del jefe de Estado como ocurrió en esta ocasión.
Luego en 2008, Raúl Castro fue elegido presidente por el parlamento cubano.
República y religión[editar]
Una de las principales motivaciones por las que se cambiaba del régimen monárquico al
republicano era el aspecto religioso.
La mayoría de monarquías tenía una religión oficial de estado de la que no se podía disentir,
mientras que las repúblicas –sobre todo desde que la francesa y
la estadounidense establecieran las bases para el derecho que actualmente recogen la
mayoría de constituciones–, con la libertad de culto dejan este aspecto a la libre elección del
ciudadano.
Repúblicas laicistas[editar]
Artículo principal: Países laicos
Muchas veces, las revoluciones que han propiciado el cambio de monarquía a república han
sido altamente laicistas, lo que en ocasiones ha despertado un importante
sentimiento anticlerical a raíz del apoyo y el simbolismo que algunas confesiones religiosas
como el catolicismo han prestado al Antiguo Régimen, o por su estrecha vinculación con
las oligarquías, así como el papel eminentemente reaccionario que las jerarquías eclesiásticas
han tendido a desempeñar en su complicidad o defensa activa del orden establecido. En los
casos de mayor exacerbación, o de mayor acumulación histórica de frustración y sufrimiento
por parte de las clases populares y oprimidas, a raíz del statu quo, esto ha llegado a provocar
quemas de iglesias, persecución de religiosos y destrucción de arte sacro, etc. Casos de ello
se dieron en Francia, durante la revolución francesa, o en algunas revoluciones socialistas,
como las que dieron paso a las distintas Repúblicas de la Unión Soviética (algunas de corta
duración), así como las de Vietnam, Corea del Norte, República Popular China, México o la
inconclusa Revolución social española de 1936, que tiene lugar en el seno de la Segunda
República Española tras el frustrado golpe de Estado por parte de los militares sublevados,
que dio lugar al estallido de la Guerra Civil, siendo los intentos o afiliaciones revolucionarias
duramente reprimidas desde el bando sublevado. Aunque también la imposición de
monarquías o estados totalitarios han fomentado en ocasiones la persecución o ataque a
minorías religiosas como a los judíos, o a los cristianos en el Japón Tokugawa, o han
legitimado su poder en la religión, como la dictadura del general Francisco Franco y
su nacionalcatolicismo.
En los Estados Unidos, no sucedió esto, probablemente, porque la suya más que revolución,
fue ante todo una Guerra de Independencia para librarse de los abusos de la corona británica.
No obstante, la joven nación no eligió ninguna religión de estado en especial, aunque sí hace
referencia en ocasiones a la Biblia o a Dios, por ejemplo en su constitución. Francia, pionera
en la independencia de la religión y el estado, asumiría la laicidad del estado finalmente a
principios del siglo XX.
Repúblicas confesionales[editar]
Artículo principal: Países confesionales
República y democracia[editar]
La república, a menudo, se asocia con la democracia. Esto no ha causado problemas,
siempre que se cumplieran las características antes descritas, hasta el desarrollo de las
teorías de las democracias. En este sentido, por ejemplo, una república delegada, en la que
no haya participación del pueblo en lo público más allá del voto cada ciertos años, se
parecería más a una oligarquía que a una democracia.
El derecho a voto ha sufrido una larga evolución. De hecho, no se generalizó el sufragio
universal (derecho a voto solo limitado por la mayoría de edad) hasta mediados del siglo XX.
Antes, este derecho estaba bastante restringido. Solo determinados estratos sociales podían
votar, o se discriminaba por cuestiones de origen, color de piel, sexo, etc. Actualmente, a
muchas formas de democracia de la antigüedad (incluyendo la Democracia ateniense) se las
denomina plutocracias, pues solo permitía votar a la oligarquía dominante. [cita requerida]
El referéndum[editar]
Artículo principal: Referéndum
Un instrumento de democracia directa son los referendos, pero éstos solo son convocados,
normalmente, por algún motivo extraordinario. Pocos países, entre los que está Suiza,
convocan varios referendos al año.
Países declarados como regímenes o estados socialistas o comunistas, en cambio, suelen
tener un alto índice de participación del pueblo, de lo que denominan proletariado, pero en
cambio, las decisiones que ahí se toman, no son de gran alcance o bien no cuentan con una
base realmente democrática donde se puedan discutir y plantear por toda la sociedad las
ventajas o inconvenientes al apoyarlos.
En otros estados considerados democráticos como México, sin embargo, esto se puede
comparar, según algunas opiniones, con los famosos plebiscitos que toman la opinión del
pueblo pero sin que la sociedad en sí tome parte activa en la legislación, y la cámara de
diputados
República o Monarquía[editar]
Evolución histórica[editar]
En la antigüedad[editar]
En la Antigüedad, las repúblicas no se entendían como entiende la ciencia política el concepto
de república.
Aunque República significara la cosa pública, no todos podían participar de esa cosa pública.
La llamada democracia ateniense no lo era en el mismo sentido ni forma que tomamos
actualmente. En realidad, las polis griegas estaban gobernadas por la aristocracia (aristoi, “los
mejores”) y sólo los ciudadanos (y no todos los miembros del pueblo eran ciudadanos)
participaban en las discusiones del ágora.
Pocos textos antiguos sobrevivieron a la Edad Media, entre estos pocos está La
República de Platón. No obstante, pese a los elevados ideales de ésta, cuando Platón puso
sus ideas política en práctica en la polis de Siracusa el resultado fue un completo fracaso.
También Cicerón intentó algo parecido en tiempos de la Antigua Roma y tampoco logró
reforzar el gobierno de la República romana, muy a su pesar, solo logró un preludio de lo que
luego sería la Roma imperial.
En el Renacimiento[editar]
Durante el Renacimiento se fomentó la revisión del mundo antiguo, no sólo de su arte, sino
también de su cultura, de su pensamiento político y de su literatura y, la mayoría de los pocos
escritos que lograron sobrevivir a la Edad Media fueron traducidos. Entre estos los que hacían
referencia a las Repúblicas de la Antigüedad que fueron rebautizadas como Repúblicas
clásicas.
Italia era la zona más densamente poblada de Europa en esa época y con el gobierno central
más débil, por lo que se desarrollaron muchas ciudades-estado italianas y se creó una
ideología republicana. Las dos más poderosas eran la República de Venecia y su rival
la República de Génova que controlaban gran parte del Mediterráneo. 41
La filosofía renacentista vio en la república una especie de Estado ideal y los Estados que
surgieron en ese periodo como Países Bajos adoptaron esta forma de organización política.
Aunque más que los ideales republicanos, pesó en su decisión su sentimiento anticatólico (por
ello, se autodenominaron República Protestante de los Países Bajos) y el hecho de que no
encontraron a ningún candidato que les convenciese como monarca.
En Europa Central fue la república, aristocrática federal formada en 1569 por el Reino de
Polonia y el Gran Ducado de Lituania. República de las Dos Naciones duró hasta
las reparticiones de Polonia en 1795.
Durante el período barroco se inició con el mundo antiguo, no sobre arte sino de una cultura
polifónica, y pensamientos filosóficos.
Republicanismo ilustrado[editar]
Repúblicas unipartidistas en el mundo.
“Las clases sociales tenían intereses y que los gobiernos existentes representan los intereses de la clase dominante, y que, tarde o
temprano, estos gobiernos serían derrocados por las clases proletarias.”
Karl Marx
Soberanía
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Índice
1Conceptos de soberanía
2Concepción del concepto
3Soberanía nacional y popular
4Derecho internacional
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía consultada
8Enlaces externos
Conceptos de soberanía[editar]
En su etimología, la palabra soberanía proviene de la voz latina “super omnia”, que significa
"sobre todo" o "poder supremo", que también tiene como sinónimo a la palabra latina
"principatus", que proviene de la voz latina "primus inter pares", que significa "primero entre
pares" o "principal".
Según la famosa definición de Carl Schmitt, el soberano es el que decide sobre el estado de
excepción:
«si hay una persona o institución, en un sistema político determinado, capaz de provocar una
suspensión total de la ley y luego utilizar fuerza extra-legal para normalizar la situación, entonces esa
persona o institución es la soberana en ese cuerpo político.»
2
Cualquier orden legal, concluye Schmitt, se basa en una decisión soberana y no en una norma
legal. Para Schmitt, ni siquiera es necesario que la ley determine quién puede tomar una
decisión sobre el estado de excepción. Puede haber una autoridad soberana, en un sentido
jurisprudencial relevante, incluso cuando dicha autoridad no está reconocida por una ley
constitucional positiva. Todo lo que importa es si hay una persona o institución que posee la
capacidad, de hecho, para tomar una decisión sobre la excepción. Si existe un soberano, así
entendido, su autoridad para suspender la ley no necesita reconocimiento legal positivo, ya
que la aplicabilidad de la ley depende de una situación de normalidad garantizada por el
soberano.32
Según la clásica definición de Jean Bodin, en Los seis libros de la República (1576), soberanía
es el «poder absoluto y perpetuo de una República». Soberano es quien tiene el poder de
decisión, de dar las leyes sin recibirlas de otro, es decir, aquel que no está sujeto a leyes
escritas, pero sí a la ley divina o natural. Pues, según añade Bodin, «si decimos que tiene
poder absoluto quien no está sujeto a las leyes, no se hallará en el mundo príncipe soberano,
puesto que todos los príncipes de la tierra están sujetos a las leyes de Dios y de la naturaleza
y a ciertas leyes humanas comunes a todos los pueblos».
Esta inicial definición muestra en síntesis la amplitud del concepto de soberanía, que, como
tal, perdura aunque no exento de variaciones a lo largo de la historia en su intento de justificar
el devenir del sujeto de la soberanía (el pueblo, la Nación, el Estado).
Thomas Hobbes suprimió la dependencia de la ley natural que Jean Bodin trazaba en su
definición de soberanía y constituyó al soberano en única forma de poder. En su tratado más
famoso, Leviatán (1651), justifica desde la filosofía la existencia del autoritarismo estatal. Si
bien habría que precisar que la ley natural no es ajena a las teorías de Hobbes.
La ley de la naturaleza y la ley civil se contienen una a otra, y son de igual extensión (…) Las leyes de la
naturaleza, que consisten en la equidad, la justicia, la gratitud y otras virtudes morales que dependen de
ellas, en la condición de mera naturaleza no son propiamente leyes, sino cualidades que disponen los
hombres a la paz y la obediencia. (...) La ley de la naturaleza es una parte de la ley civil en todos los
Estados del mundo (…) Cada súbdito en un Estado ha estipulado su obediencia a la ley civil; por tanto,
la obediencia a la ley civil es parte, también, de la ley de la naturaleza. La ley civil y ley natural no son
especies diferentes, sino parte distintas de la ley; de ellas, una parte es escrita, y se llama civil; la otra
no escrita, y se denomina natural.
Thomas Hobbes
Derecho internacional[editar]
El vocablo «soberanía» también ha jugado un importante papel en la teoría política y en la
doctrina del derecho internacional. No obstante, en ocasiones, el contenido de esta palabra ha
sido oscurecido y deformado, por lo que puede entenderse de varios modos o admitir distintas
interpretaciones y ser, por tanto, motivo de dudas, incertidumbre y confusión. El principal
problema estriba en que, habiendo tantas definiciones del término como hay autores, no hay
acuerdo sobre cuál es el objeto buscado por este concepto en el derecho internacional.
Según la definición de Jean Bodin: «Soberanía es el poder absoluto y perpetuo de una
república», quien, a su vez, determina cuál es el objeto de su definición. Primero establece lo
que es República: «es el recto gobierno de varias familias y de lo que les es común con poder
soberano»; para en seguida decir: «una vez establecido el fin, hay que establecer los medios
para conseguirlo». Cuyo corolario sería que la soberanía es el medio para conseguir el recto
gobierno, y no cualquier gobierno.
Por otro lado, Carré de Malberg, en su Teoría general del Estado, tras analizar y descomponer
el concepto de soberanía «en independencia en el exterior y superioridad en el interior del
Estado», manifiesta que el concepto parece doble, pero que, en definitiva, «soberanía interna
y soberanía externa no son sino los dos lados de una sola y misma soberanía».
Es posible que, pensando en esos que pretenden redefinir la soberanía, fuera lo que llevara
a Georg Jellinek a decir que «la soberanía es un concepto polémico». Quizás fuera este
mismo motivo el que pudiera haber impulsado a Hermann Heller a promover la recomendación
de releer la obra de Bodino (Jean Bodin), pues decía: «Me parece que muchos de los que
hablan de él, en verdad no saben con certeza qué es lo que Bodino enseñó».
Carlos Augusto Rodríguez señala que una crítica científica de la soberanía debe exponer
todas las definiciones de ese término y dirigir contra cada una de ellas las objeciones que
procedieran. Claro está que sólo se expondrán los lineamientos generales del problema y se
ofrecerán soluciones prácticas. No hay que confundir ni mezclar las consecuencias prácticas
que resulten de esta crítica científica con lo que se concibe en la doctrina del Estado, en la del
derecho constitucional o con lo que en verdad dispone la Carta Magna. Estas consecuencias
servirán para alimentar la doctrina del derecho internacional, en particular para aclarar el
objeto buscado por el concepto de la soberanía dentro del mencionado derecho.
DEFINICIÓN DE NACIÓN
El concepto de nación tiene su origen en el vocablo en latín nātio, que a su
vez deriva de nāscor (noción que, en español, significa “nacer”). Dicha
palabra latina se emplea como sinónimo de “nacimiento” y “pueblo”,
pero también se utiliza para hacer referencia a “especie” y “clase”.