FAO Diagnostico Nacional de Montaña 2012
FAO Diagnostico Nacional de Montaña 2012
FAO Diagnostico Nacional de Montaña 2012
DE MONTAÑA
Las opiniones expresadas en este producto informativo son las de su(s) autor(es),
y no reflejan necesariamente los puntos de vista o políticas de la FAO.
Elaborado por
Juan Pablo Flores Villanelo
Consultor Nacional FAO
Equipo colaborador
Eduardo Martínez Herrera
Marcelo Retamal Gajardo
RESUMEN 4
INTRODUCCIÓN 5
CONSIDERACIONES FINALES 55
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 58
ANEXOS 64
ANEXO 1 65
ANEXO 2 98
RESUMEN
Chile es un país de montañas, según la clasificación PNUMA-WCMC (2000) propuesta por FAO,
para los países andinos de Sudamérica (Argentina, Colombia y Chile). Chile presenta una superficie
de 47,8 millones de hectáreas de montañas, que corresponde al 63,8% del territorio nacional. Si
bien Chile es un país de montaña, la población de residentes de montaña alcanza los 3,6 millones
de habitantes. Su mayor concentración está en la macrozona central (2,8 millones de habitantes).
Los grupos étnicos presentes en áreas de montañas, se concentran en grandes centros urbanos
de cada macrozona. La mayor población indígena de montaña está representada por mapuches
(250 mil habitantes aprox.). La macrozona Sur concentra la mayor población originaria. La pobla-
ción de montaña es preferentemente de carácter urbano, sólo el 8% de los habitantes viven en
condiciones de ruralidad. El índice de desarrollo humano de montaña está sobre 0,70, considera-
do bueno. La zona central de Chile posee los mejores indicadores promedios en ingreso, salud y
educación, sin embargo, no tiene los mayores índices de alfabetismo ni años de escolaridad. Por
otro lado el medio económico en las zonas de montaña está fuertemente ligado a la minería. El
sector comercio es quien concentra la mayor población de montaña. Destaca la alta proporción
de habitantes ocupados de la agricultura en la macrozona Sur (21,2%). Frente a un escenario de
cambio climático y la variabilidad climática se agudizarán situaciones desfavorables, como el
retroceso de los glaciares, sequía e inundaciones, deslizamientos y aluviones, entre otros. Uno
de los principales recursos naturales afectados es el recurso hídrico; disponibilidad y calidad. El
recurso suelo está altamente afectado en cada una de las macrozonas de Chile; en los Andes el
agente degradativo es mayoritariamente natural o geológico, mientras que, en la Cordillera de
la Costa, los procesos erosivos están altamente influenciados por factores antrópicos. Pese a ser
un país prominentemente de montañas no existe un centro de investigación y desarrollo foca-
lizado al estudio de las zonas de montaña y sus interrelaciones con el medio natural y social. Se
requiere una definición de zonas de montaña a mayor resolución que permita capturar la varia-
bilidad del paisaje chileno con mayor detalle. El presente estudio permitió establecer una serie
de estadísticas y diagnósticos espaciales, en términos de las dimensiones biogeofísicas, sociales
y económicas vagamente conocidas en la literatura general y de un gran valor para la formula-
ción y focalización de políticas públicas asociadas a zonas de montañas.
.01
INTRODUCCIÓN
La cordillera de los Andes constituye el rasgo más característico del relieve sudamericano. La ecorregión andina cubre una
superficie de 1.542.644 km2 y posee una gran variabilidad climática y geomorfológica que se traduce en una alta riqueza
ecosistémica natural. Las características morfológicas de la Cordillera de Los Andes permiten distinguir tres grandes tra-
mos en ella: los Andes Septentrionales (Venezuela, Colombia y Ecuador), los Andes Centrales (Perú, Bolivia y el Norte de
Chile y Argentina) y los Andes Meridionales (Chile y Argentina). El volcanismo y la acción de las aguas subterráneas que
se infiltran en el subsuelo, explican la presencia de tan alta concentración de recursos minerales (oro, cobre, plata, estaño,
hierro, zinc y plomo). La cordillera de los Andes es considerado como un almacenador y surtidor del recurso hídrico que
facilita entre otras cosas el establecimiento de asentamientos humanos y el desarrollo de importantes actividades pro-
ductivas como la agricultura, la minería, el turismo y la generación de energía a través de centrales hidroeléctricas.
A pesar de la importancia de los recursos asociados a las montañas, existe un insuficiente conocimiento a nivel nacional
de la interacción de las comunidades andinas y la situación ecológica y económica de estas áreas geográficas, bajo un
contexto de crecimiento poblacional, desarrollo socioeconómico y la sustentabilidad ambiental (Watanabe, 2008). En la
actualidad, el conocimiento de cada uno de los aspectos mencionados anteriormente es abordado individualmente. Esta
condición ha generado necesidades de capacitación sobre temas relativos al desarrollo de las montañas y a la protección
de los recursos naturales de manera integral.
Las montañas de la región andina contienen ecosistemas frágiles (Fuentes-Ramírez et al., 2011), particularmente vulne-
rables al cambio climático global y susceptible de erosión acelerada. Sufren de una fuerte presión de factores antrópicos
como la agricultura migratoria, el turismo no sostenible, la tala forestal ilegal, la contaminación, la invasión de especies
exóticas, la perdida de agua y de biodiversidad, que constituyen una seria amenaza para esta importante región mundial
y sus pobladores, particularmente en lo que respecta a la seguridad alimentaria. Estos factores hacen aun más imperativa
la existencia de un abordaje integral y articulado, que se constituya de esta manera en el camino más adecuado para en-
contrar las soluciones a las múltiples y diversas demandas que se plantean.
En Chile se presentan dos sistemas o cadenas montañosas (Cordillera de Los Andes y Cordillera de la Costa) distribuidas
de Norte a Sur en forma paralela. Las montañas se extienden en el territorio continental chileno a lo largo de 39 paralelos,
luego hacia el extremo sur La Cordillera de los Andes se hunde bajo las aguas del Pacífico, para reaparecer en afloramien-
tos insulares llamados Arco Antillano del Sur y continuar en el continente antártico. Ambos sistemas montañosos ofrecen
grandes reservas de agua dulce y un sinnúmero de ecosistemas de montaña. Una de las principales presiones que afec-
tan estas zonas corresponde a la actividad minera, la que incluye la intervención de territorio a nivel de medioambiente
humano y biofísico. La actividad minera modifica el territorio en las zonas de explotación (yacimiento) que en el caso de
extracción a rajo abierto puede afectar una superficie considerable. La instalación de las plantas de procesamiento de los
minerales y la disposición final o transitoria de sus residuos (relaves) es otra característica que aun no ha sido resuelta de
manera sostenible en Chile.
Para el caso chileno, la información, los cuerpos legales y la estrategia referida a los territorios de montaña se encuentra
dispersa en numerosas instituciones del Estado y algunas iniciativas privadas locales. En algunos casos la información
está desactualizada y no disponible para los tomadores de decisiones públicos y privados. En este marco, se desarrolla el
Proyecto Regional denominado “Fortalecimiento de la Gestión Participativa para el Desarrollo Sostenible de los Andes”
(TCP/RLA/3301) que trata de promover y fortalecer una eficaz coordinación regional para abordar con enfoque común
los problemas de la montaña Andina, coordinación que integre a los comités nacionales para las montañas de cada
país así como otros actores. Para ello, fue necesario realizar un diagnóstico en cada país para identificar los principales
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 7
Introducción
problemas que afectan las zonas de montaña teniendo como objetivo el diseño de un plan de acción el cual contará
con una perspectiva de género y la puesta en marcha de políticas integrales para las regiones montañosas, en el
marco de un desarrollo sostenible para la región y para mejorar los medios de vida de los pobladores de los Andes. De
igual manera, al homogenizar la información se puede hacer comparable entre países y subsecuentemente elaborar un
diagnóstico regional en temas transversales y comunes que permita construir un plan de trabajo global y un mecanismo
institucional conjunto como segundo paso, de manera de apoyar los procesos de integración entre naciones que compar-
ten recursos naturales, cultura y fronteras a través de los Andes.
.02
OBJETIVOS DEL DIAGNÓSTICO NACIONAL
Objetivo general:
Objetivos específicos:
b. Realizar una caracterización territorial en función del capital ambiental, económico, social-
humano y político-institucional.
c. Describir los principales problemas que afectan el desarrollo de las comunidades rurales
que viven en zonas de montaña e identificar mecanismos de apoyo.
El diagnóstico consistió en gran parte en una actividad de gabinete realizada buscando información y bases de datos en
las diferentes reparticiones del Estado de Chile e institucionales que de algún modo dispongan de información necesaria,
el diálogo con expertos y la interacción con instituciones relacionadas al comité de montaña. Para el caso de las variables
climáticas se utilizó información disponible en bases de datos internacionales de dominio público.
El proceso de recolección y análisis se basó en información secundaria existente. Esto permitió tener una aproximación
del estado de las montañas en Chile e identificar vacíos de información y/o variables que necesitan ser profundizadas.
Esta sección pretendió tener una estimación de lo que representan las montañas en la realidad nacional en cuanto límites,
superficie, características propias según elevación, pendiente o ubicación geográfica y en función a los aspectos biofísicos.
Para el presente trabajo se usará la definición del PNUMA- WCMC formulada en el año 2000, donde se establece que las
montañas se distinguen de las colinas porque son más elevadas, sus laderas son más empinadas y tienen una temperatu-
ra más fría. Una zona montañosa comprende tanto colinas como montañas. Por encima de los 2.500 metros de altitud, la
masa continental siempre se clasifica como zona montañosa, no obstante su pendiente; por debajo de los 2.500 metros y
por encima de los 300 metros, el territorio designado tierras altas o colinas se consideran zona montañosa si tienen cier-
to grado de pendiente y una morfología local variable. La base de datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente, PNUMA- WCMC del año 2000, considera siete clases de montañas. Para efectos de este trabajo se unieron las
dos clases originales correspondientes al intervalo de altitud de 1000 a 1500 m. Para obtener los datos climáticos se uti-
lizó la base de datos libre WorldClim (Hijmans et al., 2005). Otras bases de datos usadas en este estudio corresponden a
información pública con distinto nivel de detalle, la que fue normalizada y espacializada en un Sistema de Información
Geográfica para su análisis.
Según el PNUMA – WCMC el 80 por ciento del territorio montañoso del mundo está en las tres clases de inferior elevación,
y casi el 50 por ciento en la primera clase, por debajo de los 1.000 metros de altura. Entre los países en desarrollo y los
países en transición, esta baja elevación de zonas montañosas está distribuida con relativa igualdad. En cambio, las zonas
montañosas de gran altura se concentran geográficamente en las cordilleras de Himalaya y los Andes y, por encima de los
4.500 metros de altitud, en la vasta meseta semiárida chino-tibetana y en el altiplano andino.
A continuación, se presenta el cuadro 1 con la superficie por clase de montaña para Chile, según modelo PNUMA- WCMC
(2000).
Para el análisis de los resultados y debido a la amplia diversidad climática y geopolítica, se segmentó el país en cinco ma-
crozonas biogeográficas, comúnmente utilizadas para agregar los resultados de distintos tipos de datos. Se definieron
zonas biogeográficas, de norte a sur que agrupan distintas regiones definidas en la división político- administrativa del
Estado de Chile (Figura 1).
Norte Grande: Agrupa las Regiones XV de Arica y Parinacota por el norte, la I Región de Tarapacá y la II Región de Antofagasta
por el sur.
Norte Chico: Incluye la III Región de Atacama en el norte y la IV Región de Coquimbo por el sur.
Zona Central: Agrupa las regiones V de Valparaíso por el norte, las Regiones Metropolitana, VI de O’Higgins, VII del Maule
y la VIII Región del Biobío por el sur.
Zona Sur: Incluye la IX Región de la Araucanía por el norte, la XIV Región de los Ríos y la X Región de los Lagos por el sur.
Zona Austral: Considera la XI Región de Aysén por el norte y la XII Región de Magallanes y Antártica Chilena por el sur.
Se caracterizó cada macrozona de montaña en función de la dimensión ambiental, económica, social, político-institucional
y conflictividad territorial, a saber;
DIMENSIÓN SOCIAL, f(población de montaña, indicadores de desarrollo humano, indicadores de género, cultura y turismo).
DIMENSIÓN ECONÓMICA, f(caracterización productiva de las comunidades de montaña, ingreso e inversión pública).
El área de estudio comprende la totalidad del territorio continental chileno, incluidas los archipiélagos y principales islas de
la zona sur y Austral de Chile. Se excluye el territorio Antártico así como las islas de ultramar o Chile Insular (Isla de Pascua,
Islas Sala y Gómez, Islas Desventuradas y Archipiélago de Juan Fernández). Para la determinación de las áreas de montaña
se utilizó la base de datos “Mountains of the World, 2000” (UNEP – WCMC, 2000).
.04
DIAGNÓSTICO DE LAS
MONTAÑAS DE CHILE
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 15
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Biogeofísica
El relieve chileno está integrado por una Depresión intermedia que cruza el país de forma longitudinal y es cercada por
dos cadenas montañosas: la Cordillera de los Andes al este (frontera natural con Bolivia y Argentina) y la Cordillera de la
Costa al oeste (de menor altura con respecto a la de los Andes). Entre la Cordillera de la Costa y el Pacífico se encuentran
una sucesión de planicies litorales, de extensión variable y que permiten el asentamiento de localidades costeras y gran-
des puertos. Algunas partes del territorio corresponde a territorios llanos al oriente de los Andes, como el Altiplano o Puna
de Atacama y las pampas patagónicas y magallánicas. Chile continental tiene una superficie aproximada de 750 mil km2
(Quintanilla, 1985).
Chile tiene 477.671 km2 de su superficie continental ocupados por montañas lo que equivale al 63,8% de su territorio
(cuadro A.1). De esta superficie, la mayor proporción lo ocupa la clase de “Elevación 300-1.000 y LER> 300” (Clase 1), con
un 22,8% (170.796 km2), le sigue en importancia la clase “Elevación 1.000-1.500 y pendiente ≥ 5” (clase 2), con un 11,2%
(83.814 km2), luego la clase “Elevación 1.500-2.500 y pendiente ≥ 2” (clase 3), con 9,7% (72.649 km2), la clase “Elevación
3.500-4.500” (clase 5), con 9,0% (67.445 km2), la clase de “Elevación 2.500-3.500” (clase 4), con 8,4% (62.829 km2) y finalmen-
te la clase correspondiente a una “Elevación≥ 4.500” (clase 6), con un 2,7% (20.137 km2).
En el Norte Grande de Chile la proporción de montañas alcanza al 81,9% de la superficie de la macrozona, siendo la cla-
se de elevación entre 3.500 y 4.500 msnm la de mayor importancia con un 21,6%, seguida de la clase de elevación entre
2.500 y 3.500 msnm con un 18,8% (cuadro A.2). Entre ambas clases se configura gran parte de lo que en Chile se conoce
como Altiplano. En el Norte Chico de Chile la proporción de montañas alcanza al 89,8% de la superficie de la macrozona,
constituyéndose como zona biogeográfica con mayor proporción de montañas en Chile. Presenta un relieve que distingue
claramente, cuatro unidades morfológicas: Planicies Litorales, Cordones Transversales, Encadenamiento Andino Principal y
Llanos de Sedimentación Fluvial (BCN, 2010). Las Cordilleras de los Andes y de la Costa se juntan en un imponente comple-
jo montañoso que todo lo cubre mediante cordones que surcan transversalmente el territorio, al occidente de los cuales
se desarrollan grandes planicies que remontan paulatinamente hacia el interior (INE, 2010). En esta macrozona, la clase
de elevación 1, es la que ocupa la mayor proporción de la superficie zonal con un 22,6%, seguida de la clase de elevación
5 con un 20,1%. En la Zona Central, existe un notable predominio de la clase 1 de elevación (21,6%), de igual manera en
esta zona se advierte un considerable aumento de las áreas no clasificadas como montañas (44,6%). En la zona Sur la pro-
porción de montañas alcanza al 47,2% de la superficie de la macrozona, constituyéndose como zona biogeográfica con
menor proporción de montañas en Chile. Las provincias de Osorno y Llanquihue, se caracterizan por el predominio de la
depresión intermedia, ubicada entre la Cordillera de la Costa y Cordillera de los Andes. En el sector sur, dicha depresión se
encuentra sumergida en el mar, dando origen a gran cantidad de islas, fiordos y canales que conforman el Archipiélago
de Chiloé, donde la Cordillera de la Costa se presenta bajo la forma de lomajes suaves que caracterizan el paisaje de esta
provincia. Palena, la más austral de las provincias de la Región, está conformada básicamente por la Cordillera de los Andes
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 16
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Biogeofísica
(BCN, 2010). En esta macrozona, la clase 1 de elevación es la que ocupa la mayor proporción de la superficie zonal con un
27,2%. En tanto que las clases de elevación por sobre los 3.500 msnm (clases 5 y 6) no se encuentran representadas debi-
do a una disminución general de la altitud de las montañas en este tramo del territorio chileno. En la Zona Austral Sur, en
su parte norte, la configuración de su relieve es muy singular, ya que se caracteriza por la ausencia del valle longitudinal
y con una gran cantidad de canales marítimos y fiordos. En la parte sur, la región extrema de Magallanes posee una situa-
ción topográfica irregular con numerosas islas, archipiélagos, penínsulas, canales y fiordos, que corre en torno a un eje en
dirección norte–sureste con un ancho variable, que alcanza su máxima expresión entre Punta Dungenes en el extremo
oriental del estrecho de Magallanes y grupo Evangelistas en el Pacífico. Las unidades de relieve de la Región de Magallanes
son, de oriente a poniente: Patagonia Oriental o Transandina, Cordillera de los Andes Patagónicos; Cordillera Occidental
Archipiélica (BCN, 2010). La proporción de montañas alcanza al 47,6% de la superficie de la macrozona magallánica. En
esta macrozona, la clase 1 de elevación es la que ocupa la mayor proporción de la superficie zonal con un 33,52%. En tanto
que la clase de elevación por sobre los 4.500 msnm (clase 6) no se encuentra representada. En este tramo la mayor parte
del territorio habitable corresponde al sector que localmente se conoce como Patagonia, ubicada al oriente del cordón
montañoso que en esta zona se hunde parcialmente en el mar.
El clima de montañas de Chile se relaciona fuertemente con la latitud, la presencia de las cadenas montañosas de la Costa
y de los Andes, la existencia de la corriente fría de Humboldt, la presencia del Anticiclón del Pacífico y del Frente Polar.
Todo ello le confiere marcadas diferencias en las características climáticas, las que varían de norte a sur, y según la altitud
(cuadro A.3).
En las montañas del norte de Chile existen condiciones xéricas (sobre el 70% de su superficie), es decir, carencia de lluvias,
la cual puede llegar a ser absoluta en determinados puntos. Esta falta de precipitaciones es explicada por la presencia del
Anticiclón del Pacífico, que impide el ingreso de masas de aire húmedas que provienen del océano; por la corriente fría de
Humboldt, y por la gran elevación de la Cordillera de Los Andes. En esta región existe una amplia presencia de los climas
secos, los que se caracterizan por la baja cantidad de precipitaciones durante todo el año, así como las altas temperaturas
e insolación diaria. La corriente de Humboldt estabiliza y enfría las zonas costeras y permite la presencia de abundante
nubosidad conocida como camanchaca. En las zonas interiores, la oscilación térmica es alta con nula humedad y ausencia
de nubes, lo que ha permitido la instalación de grandes observatorios en la zona. En la zona del altiplano, las temperaturas
descienden debido al efecto de la altitud creando un clima estepárico frío que se caracteriza por precipitaciones estivales,
conocido como invierno altiplánico. Esta condición consiste en el ingreso de masas de aire húmedas provenientes de la
vertiente oriental de la Cordillera de los Andes. En el Norte Chico comienzan a variar estas características aun cuando el
clima presenta una denominación árido y semiárido (60% de la superficie de montaña), apelativo originado en sus rasgos
transicionales. Las precipitaciones son irregulares y se concentran en la temporada invernal.
En las montañas de la zona Central de Chile se identifica con un clima templado y frío, mayoritariamente de tipo semirárido
y sub-húmedo (18.8 y 22.6 mil kilómetros cuadrados, respectivamente). En esta parte del territorio, las condiciones climá-
ticas se presentan más moderadas, combinando un monto considerable de precipitaciones con una mayor amplitud de
distribución de las mismas. Las lluvias tienden a concentrarse en los meses de invierno fundamentalmente. Las estaciones
del año se encuentran más marcadas y diferenciadas.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Biogeofísica
En el centro sur de Chile (Zona Sur), se caracteriza por un 86%, una condición per-húmeda (1 a 2 meses secos). Se inicia
una transición hacia los climas más fríos y lluviosos, en donde la influencia de las bajas presiones provenientes del polo
provoca altos montos de precipitaciones, los que en algunos sectores de barlovento pueden alcanzar sobre 5.000 mm.
Entre La Araucanía y la península de Taitao (ya en plena zona Austral), predomina un clima marítimo lluvioso, pero que
está incipientemente representado por este modelo de montaña.
En Chile también se encuentran los climas polar de altura y polar verdadero, en los cuales las condiciones de frío son inten-
sas, lo que provoca acumulación de grandes masas de hielo en las cimas más altas, así como precipitaciones de tipo nival,
fenómenos que van descendiendo en altitud a medida que se avanza hacia el sur (Zona Austral), los cuales se proyectan
en el Territorio Antártico. En el extremo austral, se desarrolla un clima estepárico frío caracterizado por una gran amplitud
térmica, bajas temperaturas y una disminución de la pluviosidad que se presenta en invierno, generalmente en forma de
nieve. A su vez, en el Territorio Antártico, predomina el clima polar. En zonas de montaña se caracteriza con un 84% de su
unidad, con una condición per-húmeda.
En todo el territorio chileno se observa una disminución latitudinal y altitudinal de la temperatura media anual (figuras A.1
a A.5). En el Norte Grande de Chile la temperatura media anual es similar para las clases de montaña 1 y 2, en torno a los
16°C. A medida que aumenta la altitud en los rangos de montaña de las clases 3, 4, 5 y 6 la temperatura media disminu-
ye hasta los 1,8 °C por sobre los 4.500 msnm (cuadro A.4). En la zona de montañas del Norte Chico la temperatura media
anual varía desde los 14,6°C en la clase 1 de montaña hasta los 0 °C por sobre los 4.500 msnm. En la Zona Central se ob-
serva una disminución de las temperaturas medias en todos sus rangos de elevación con respecto a las registradas más al
norte del país, variando de 12,6 hasta los -6,5 msnm. En la montaña de la zona Sur la temperatura media anual varía de los
8,8 °C a los 0,6 °C (elevación 2.500-3.500), mientras que en la Zona Austral el rango de temperatura es de los 5,4 a -0,9 °C.
De los cuadros A.5 y A.6, se desprende que el Norte Grande de Chile la temperatura máxima del mes más cálido es simi-
lar para las cases de montaña 1 y 2, en torno a los 25°C. A medida que aumenta la altitud en los rangos de montaña de
las clases 3, 4, 5 y 6 la temperatura máxima disminuye hasta los 13,2 °C por sobre los 4.500 msnm. Para el caso de la tem-
peratura mínima del mes más frío en la zona de montañas, el rango de variación es entre los 8,7 y los -12,3 °C. En la zona
de montañas del Norte Chico la temperatura máxima del mes más cálido varía desde los 24,3°C en la clase 1 de montaña
hasta los 9,8 °C por sobre los 4500 msnm. La temperatura mínima de la zona de montañas del Norte Chico varía entre los
5,6 y los -9,7 °C. En la Zona Central la temperatura máxima varía entre los 26,9 °C y los 6,6 °C alcanzando mayores valores
que las macrozonas del Norte Grande y Norte Chico. En la misma zona la temperatura mínima varía entre 2,4 y-17,6 °C. En
la montaña de la zona Sur la temperatura máxima varía de los 20,6 °C a los 14,2 °C (elevación 2.500-3.500), mientras que la
mínima lo hace entre los 0,7 y -8,4 °C. En la Zona Austral el rango de temperatura máxima es de los 13,9 a -7,7 °C, mientras
que la mínima varía entre -1,8 y -8,3 °C (figuras A.6 a A.15).
La zona de montaña de Chile posee una distribución irregular del total de precipitaciones según latitud y altitud (figuras A.16
a A.20); el xeromorfismo de la zona norte (Norte grande y Chico en este trabajo), la región central templada y mediterránea
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(Zona Central), y la fría y lluviosa zona sur (Zona Sur y Austral). La zona seca del Desierto de Atacama recibe un promedio de
44,5 mm de precipitaciones anuales mientras que las zonas del sur reciben 3.000 mm de precipitaciones anuales de media.
De acuerdo con los datos promediados por zona biogeográfica y de montañas, en el Norte Grande de Chile la precipitación
anual acumulada es similar para las clases de montaña 1 y 2, en torno a los 4 mm. A medida que aumenta la altitud en los
rangos de montaña de las clases 3, 4, 5 y 6, la precipitación aumenta ligeramente hasta alcanzar cerca de 100 mm sobre los
4.500 msnm. En la zona de montañas del Norte Chico la precipitación anual acumulada varía desde los 68 mm en la clase
2 de montaña hasta los 94 mm por sobre los 4.500 msnm, no observándose un comportamiento claramente asociado con
la altitud de la clase de montaña identificada para esta zona biogeográfica. En la Zona Central se observa un aumento de
la precipitación en todos sus rangos de elevación con respecto a las registradas más al norte del país, variando de 470 mm
hasta los 1.046 mm. En la montaña de la zona Sur la precipitación anual varía de los 1.037 mm a 2.027 mm, mientras que
en la Zona Austral el rango de medias de precipitación es de los 1.270 mm a 1.689 mm (cuadro A.7).
Vegetación.
En este trabajo se utilizó la clasificación en base a la metodología de pisos vegetacionales de Luebert y Pliscoff (CONAMA,
2009).
La vegetación de montaña de Chile se encuentra robustamente condicionada por el clima, el tipo de suelo, la exposición
a la influencia del sol, entre otros. De esta manera se puede apreciar una amplia variedad (norte-sur) de ecosistemas agru-
pados principalmente al sistema montañoso de los Andes (cuadro A.8). Resulta difícil establecer una altitud promedio
para su localización, aunque se puede señalar que entre el límite norte y los 33º sur se sitúa por sobre los 3.000 metros
sobre el nivel del mar, en tanto que a los 52º sur se fluctúa entre los 400 y 700 metros sobre el nivel del mar. La sequedad
atmosférica y las bajas temperaturas permanentes a través de todo el año, así como las oscilaciones diarias de tempera-
tura, son los factores preponderantes (BCN, 2010). En general, la vegetación de montaña de Chile se asocia con especies
vegetales rastreras o acojinadas, con espinas o achaparradas, adaptadas para resistir las exigentes condiciones climáticas.
Existen según la latitud distintos tipos de especies características. Por ejemplo en la Zona Norte de Chile, en el altiplano, las
más importantes son la llareta (Laeretia sp.y Azzorella Compacta), la paja brava (Festuca Orthopylla). En la Zona Central del
país, se presenta la hierba blanca (Chuquiraga Oppositifolia), el pichi (Fabiana Imbricata), el pingo-pingo (Ephedra Andina).
En la zona central del país aparecen formaciones boscosas muy alteradas por los incendios, la tala destinada a la fabrica-
ción de carbón vegetal y la deforestación para la agricultura. Predominan los matorrales y el bosque caducifolio (19,7 mil
km2), seguido por la formación de desierto andino (17,0 mil km2) y el bosque esclerófilo (16,3 mil km2) Entre las especies
características de la vegetación del valle central, se pueden citar, entre otras los espinos, el boldo, el litre, el quillay, el arra-
yán, el maitén, y el chagual (Bromeliaceae) .
Al sur del río Biobío, la vegetación se diversifica y se convierte en un bosque tipo valdiviano. Se acentúa la presencia del
arrayán, el copihue, el laurel, la lenga, el avellano, mañíos y el alerce (Lara et al., 1996). Predomina el matorral y el bosque
caducifolio (22,8 mil km2) que corresponde al 46,1% de la superficie total de la zona sur de montaña. Uno de los principa-
les problemas ambientales de esta zona es la sustitución de bosque nativo por plantaciones de pinos y eucaliptos para su
explotación comercial.
En el extremo sur, en las dos regiones más australes del país, existen numerosos bosques siempre bien irrigados, árbo-
les como el ciprés de las Guaitecas, caracterizan la flora de la región. Hacia el interior, se desarrollan forestas, en las que
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predomina la lenga y hacia la frontera con Argentina, se encuentran estepas (Villagrán e Hinojosa, 1997). Predomina el
bosque caducifolio y (19,2 mil km2) y el bosque siempreverde (19,2 mil km2), seguido de terrenos conformado por tur-
beras (17,4 mil km2). Finalmente, en el extremo sur del país, la vegetación se reduce a ciertas especies como el coigüe de
Magallanes y el ñirre, así como algunas especies de musgos y líquenes.
Suelos.
En las áreas montañosas de chile, la capacidad de uso del suelo es predominantemente clase VII (suelos con alta limitación
para cultivos agrícolas, su uso preferencial es forestal, las limitaciones; son pendientes muy pronunciadas, erosión severa
a muy severa, suelos muy delgados y pedregosidad excesiva). La otra clase de capacidad es el VIII (suelos sin valor para
la agricultura, ganadero, forestal. Su uso está limitado solamente para la vida silvestre, recreación o protección de hoyas
hidrográficas).
La presencia de cadenas montañosas, las que por efecto de la pendiente dificultan el desarrollo y, por ello, la profundidad
del suelo. En ambas cordilleras los suelos de ladera son delgados y sumamente frágiles a la explotación agrícola y forestal.
Principalmente en estas zonas encontramos grandes zonas desprovistas de vegetación (afloramientos rocosos, cenizas y
otros materiales no consolidados, sin desarrollo pedológico) y zonas con capacidad de uso para la vida silvestre y presen-
cia de bosque nativos y plantaciones forestales. A nivel país (75 millones de ha), la distribución de superficie según CONAF
(2011) es la siguiente: Áreas Urbanas e Industriales (0,2 MM ha), Terrenos Agrícolas (3,4 MM ha), Praderas y Matorrales (20,1
MM ha), Bosques (16,5 MM ha), Humedales (4,6 MM ha), Áreas desprovistas de vegetación (24,8 MM ha), Nieves y Glaciares
(4,3 MM ha), Otros (1,6 MM ha).
Del cuadro A.9, se desprende que en el Norte Grande del país el 67,4% de la superficie de montaña corresponde a terrenos
sin vegetación. En el Norte Chico (región de Atacama y Coquimbo) predomina la formación de matorral. La superficie agrí-
cola de montaña que está destinada a pequeños agricultores de subsistencia tiene régimen de propiedad comunitaria. En
el centro del país (65.391 km2) destaca el uso matorrales (22.721 km2) y bosque nativo (12.436 km2). En la parte alta de la
montaña predominan las rocas y afloramientos rocosos, mientras que en la parte baja se caracteriza por terrenos de uso
agrícola (3.145 kilómetros cuadrados), matorral abierto y bosque nativo de tipo renoval. En la zona sur el uso de la tierra en
montaña (48.428 km2) está dominado por vegetación arbustiva nativa (64%), seguido muy de lejos por el uso matorrales
(7%) y plantaciones forestales (5%). Finalmente, en la zona austral del país (110.285 km2) el suelo está mayoritariamente
protegido por bosque nativo (sobre 32,6 % de la superficie de montaña), una importante proporción lo cubre campos de
hielo norte y sur (15,7%), matorrales y estepas (8,6%), turbales (6,6%) y otros usos (5,7%).
De acuerdo a la zonificación del modelo PNUMA-WCMC, la superficie erosionada en zonas de montaña corresponde a 251,9
mil kilómetros cuadrados, lo que representa el 58,9% de la superficie total de montaña del país (cuadro A.10). Esta cifra pre-
ocupante para la conservación y recuperación de suelos degradados, puede aumentar si se considera que amplias zonas
del secano de la Cordillera de la Costa central de Chile no son consideradas por el modelo de clasificación de montañas.
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Las comunas de montaña que presentan mayor proporción de erosión actual severa y muy severa son las del norte del
país, con porcentajes que superan el 35% del territorio (Coquimbo a Arica y Parinacota). Las comunas del norte grande
con mayor porcentaje de erosión son Alto Hospicio (96,6%), Calama (86,3%) y Camina (85,8%). Exceptuando la Región de
Coquimbo, en estas zonas predomina ampliamente la erosión natural (geológica), situación que no reviste efecto aprecia-
ble en la agricultura, ya que son escasas las superficies silvoagropecuarias. Las principales comunas del Norte Chico afecta-
das por erosión son Combarbalá (89,9%), Punitaqui (89,1%) y Andacollo (88,1%). En la zona Central (Valparaíso a Bío-Bío),
los porcentajes de erosión severa y muy severa varían entre 19 y 26%, pero las situaciones son muy distintas. Mientras en
la zona norte predomina la erosión natural, en estas regiones lo hace la erosión antrópica o acelerada. Las comunas de
Requinoa (86,0%), Llayllay (82,1%) y Calle Larga (73,0%), son las que porcentualmente están más afectadas. En las comunas
de la macrozona Sur, la erosión severa y muy severa varía en torno al 10%, aun cuando se mantiene el predominio del efec-
to antropogénico como factor acelerador de la pérdida de suelos. Parte de la explicación de la disminución de la erosión
severa y muy severa se debe al aumento de la cobertura boscosa en esta zona del país, lo que se traduce en una mayor
protección del suelo contra el impacto de la gota de lluvia y a la vez aumenta la resistencia a la dispersión por los mayores
niveles de materia orgánica del suelo. Las comunas de la Región de La Araucanía como Lonquimay (59,0%), Purén (43,8%)
y Panguipulli (31,8%), son las de mayor índice de erosión. En tanto la mayoría de las comunas de las regiones de Los Ríos y
Los Lagos son las que evidencian los menores niveles de erosión actual severa y muy severa (<5%). Es en estas áreas donde
ha actuado con mayor fuerza los programas estatales de mejoramiento y conservación de suelos degradados. Además, en
estas regiones se combinan favorablemente tres efectos que favorecen la protección del suelo a la erosión: alta cobertura
vegetacional (bosques naturales y praderas), suelos volcánicos o arcillosos ocupando fisiografías menos abruptas, y mayor
homogeneidad en la distribución de las precipitaciones durante el año. Finalmente, las regiones del extremo sur (Aysén y
Magallanes), tienen niveles de erosión severa y muy severa en torno al 10%, así como suelos con erosión no aparente (48 y
36%), y alrededor de un 30% de superficies calificadas como otro (arenas, glaciares, rocas). Los mayores índices comunales
de erosión de los suelos son; Coihaique (29,1%), Chile Chico (16,4%) y Cochrane (15,6%).
El rol del Estado en esta temática ha jugado un papel importante en la protección y conservación del recurso suelo del
país, mediante la aplicación de instrumentos de fomento a la forestación y prácticas de manejo del suelo, en especial en
el secano costero de la región central de Chile. En primer lugar el Decreto Ley 701 (hasta 1995) permitió crear y mantener
una gran superficie de bosques plantados en Chile. Este instrumento bonificó la plantación de unas 800 mil hectáreas con
una inversión de US$ 136 millones nominales, generando importantes externalidades positivas, tales como el control de
la erosión, la captura de carbono y la generación de empleo rural. En 1998 se dictó la Ley 19.561 que modificó el DL 701,
hasta el año 2010 las bonificaciones para la protección y recuperación de los suelos degradados del país y para las fores-
taciones realizadas por pequeños propietarios. Para el periodo 1998-2008, el Estado otorgó US$ 284 millones nominales
en bonificaciones por concepto de forestación y protección de suelos, cubriendo una superficie plantada y de obras de
recuperación de suelos de 475 y 175 mil hectáreas, respectivamente (CIREN, 2010).
Disponibilidad de agua
La disponibilidad de agua se entiende como la cantidad de agua disponible medida en m3/hab/año asignada a cada ma-
crozona montañosa. Ésta depende de la presencia de diversas fuentes como es la precipitación directa y el agua transpor-
tada o almacenada por ríos, lagos, glaciares, humedales, acuíferos y napas freáticas.
Chile constantemente pasa por periodos en que se presenta superávit o déficit en las precipitaciones, dependiendo de
la presencia de dos ciclos o corrientes marinas, El Niño y La Niña (fenómeno ENSO), respectivamente. Los ciclos ENSO
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determinarán principalmente la acumulación de nieve en las zonas de montaña constituyéndose como un regulador de
los caudales montañosos de Chile. Cuando ocurre el fenómeno de la Niña se observa una disminución de las precipita-
ciones en la zona Centro-Sur de Chile y un aumento en cantidad e intensidad en el altiplano (Norte grande). Desde el año
1990, los registros estadísticos señalan la ocurrencia de cinco sequías, a saber; 1990-1991, 1996, 1998-1999, 2007-2008 y
2010-2012. Éstas se han focalizado en la macrozona del Norte Chico y zona central con altos costos económicos y ambien-
tales (Meza et al., 2010; UNEP, 2000).
En materia de disponibilidad de aguas superficiales (cuadro A.11), Chile tiene una disponibilidad de 53.000 m3/persona/
año, muy por encima de la media mundial de 6.600 m3/persona/año y del mínimo de 2.000 m3/persona/año que se reco-
mienda para un desarrollo sostenible. Sin embargo, en el norte de Chile la realidad es otra. Desde la Región Metropolitana
al norte, el promedio de agua disponible es de 800 m3/persona/año. Lo anterior ha redundado en que en el norte de Chile
se recurra con fuerza a la extracción de aguas subterráneas, generando sobre explotación. En 2003, se registró una utiliza-
ción efectiva de 88 m3/s desde la Región Metropolitana al norte, cuando la recarga promedio era de 55 m3/s (DGA, 2011).
Al sur de Santiago la disponibilidad hídrica supera los 10.000 m3/persona/año.
Las sequías en las zonas de montaña, afecta con más intensidad a la agricultura campesina de pequeños propietarios. En
Chile el derecho de aprovechamiento de agua se considera un bien transable en el mercado. El manejo de recursos hídri-
cos en Chile se reparte entre el sector privado, que proporciona inversión para la infraestructura y la distribución, mientras
que los organismos del Estado proporcionan supervisión reguladora, mantienen los registros y emiten los derechos sobre
el agua. En este escenario la escasez de agua de lluvia afecta más severamente a la agricultura de secano que tiene pocos
o ningún derecho de agua. En la Zona Central (Regiones metropolitana y de Valparaíso), la sequía estival de 2010-2011
llevó al gobierno a declarar “Estado de emergencia agrícola” en prácticamente la totalidad de sus comunas. Mientras que
el mismo fenómeno llevó a que toda la Región de Coquimbo (Norte Chico) fuera declarada en emergencia. La agricultura
de laderas, propia de las zonas de montañas es la que se ve más afectada ya que conjuntamente al problema de la escasez
de agua se suman las dificultades logísticas para su asistencia dada su limitada accesibilidad.
Ríos
Chile está cruzado por diversos ríos que discurren generalmente desde la cordillera de los Andes hacia el Océano Pacífico
en sentido este-oeste (A.11). Sin embargo, debido a las características del territorio, la longitud de estos ríos es corta. Por lo
anterior no es posible asignar una categoría de montaña a un grupo de ríos en particular. Según Niemer y Cereceda (1984),
Chile se divide en siete zonas hidrográficas, (de norte a sur), cada una caracterizada por un régimen hidrográfico singular
y marcado por el relieve montañoso. Los ríos más importantes de Chile son el río Loa al norte del Desierto de Atacama,
el río más largo del país con una longitud de 420 km (Norte Grande), el Río Baker que es el más caudalosos ubicado en la
Patagonia (Zona Austral); el río Biobío, el segundo río más largo del país, el río Maule en la parte central de Chile, funda-
mental en la agricultura de la VII Región (Zona Central) y el río Maipo en la Región Metropolitana de Santiago.
Glaciares
En Chile, se estima un área total cubierta por glaciares de alrededor de 22 mil km2 de la cual sólo un 0,6% se distribuye en-
tre los 18º y 32º de latitud Sur (cuadro A.12). La presencia de glaciares en Chile es un fenómeno asociado a las montañas,
tanto por ofrecer un espacio para su contención como por la influencia sobre la temperatura y precipitación nival. En el
norte de Chile hay pocos glaciares y con dimensiones pequeñas (c.a. 90 glaciares que en total cubren 116 km²), debido a
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las escasas precipitaciones que, a pesar de las bajas temperaturas en las grandes alturas de la cordillera nortina, no logran
acumular grandes cantidades de nieve. En las regiones de Valparaíso, O’Higgins y Metropolitana, el número y superficie
de glaciares se incrementan significativamente debido a un aumento en las precipitaciones y alturas de la Cordillera de los
Andes, que supera los 6.000 msnm en varias ocasiones (e.g. Volcán Tupungato, 6.550 msnm). En esta zona se han inven-
tariado sobre 1.320 glaciares que suman en total más de 900 km². Más al sur, entre la Región del Maule y la Región de los
Lagos, se produce una disminución tanto en el número como en la superficie glaciar contabilizando cerca de 300 glaciares
alrededor de 400 km² de hielo, debido principalmente a la disminución en la altura de las cumbres andinas, que en pro-
medio es apenas superior a los 2.000 msnm (Rivera et al., 2000). En la zona Austral, el aumento en la cantidad y superficie
total de los glaciares aumenta en forma considerable, alcanzando alrededor de 20.000 km², convirtiendo a esta zona en la
de más glaciares del hemisferio sur fuera de la Antártica. La mayor proporción de esta superficie se encuentra distribuida
en los Campos de Hielo Norte y Sur, y la Cordillera Darwin. En esta zona la gran cantidad de hielo acumulado se debe a la
alta pluviometría, causada por el paso frecuente de sistemas frontales y la lluvia orográfica causada por los cordones mon-
tañosos al interior de los campos de hielos que poseen cumbres superiores a 2.500 ó 3.000 msnm, alcanzando su punto
más alto en el Monte San Valentín, con 4.058 msnm. Cabe destacar que el Campo de Hielo Sur es la segunda masa de hielo
continua y extrapolar más extensa del mundo (figuras A.21 a A.25).
Excepto la zona central, el resto del país posee inventarios detallados de glaciares descubiertos, pero no de glaciares de roca
o glaciares recubiertos con detritos (glaciares rocosos), que sólo fueron incluidos en la cuenca del Maipo por Marangunic
(1979). El resto de las cuencas de Chile central tienen importantes porcentajes de glaciares rocosos, generados por de-
rrumbes laterales, incorporación de material morrénico y regeneración de lenguas terminales (Valdivia, 1984; Rivera, 1989).
En Chile los lagos están asociados generalmente al macizo andino. La mayoría de los lagos y lagunas en Chile se han for-
mado por valles glaciales, embalsados por morrenas terminales.En la Décima Región, los lagos se ubican en la Depresión
Intermedia y ocupan depresiones formadas por lenguas glaciales que se desprenden desde los Andes. La superficie total
estimada (cuadro A.13) en Chile de lagos, laguna y embalses es de alrededor 9.317 km2. En la Zona norte la mayor parte de
los lagos y lagunas más relevantes se encuentra en zonas de montaña por sobre los 3.500 msnm. La misma tendencia se
observa en el Norte Chico, con la mayoría de los lagos ubicados hacia la Cordillera de los Andes, pero hacia el sur de esta
zona (Región de Coquimbo) se observa una mayor distribución de los cuerpos de agua en diferentes pisos altitudinales.
En la zona central de Chile se observa un aumento del número y superficie ocupada por cuerpos de agua superficiales,
esto asociado al aumento de la oferta hídrica por precipitaciones así como al mayor número de embalses para riego y ge-
neración eléctrica (figuras A.26 a A.30). La zona Sur y Austral presentan los mayores lagos de Chile; Lago General Carrera
(Aysén), 970 km2; Lago Llanquihue (Los Lagos) 850 km2; Lago O´Higgins (Aysén), 554 km2; Lago Ranco (Los Ríos), 410 km2.
Volcanes y cumbres.
Volcanes
En Chile se han identificado más de 2.000 volcanes, de los cuales alrededor de 500 son considerados geológicamente ac-
tivos y unos 60 con registro eruptivo histórico, entre los años 1600 a 2010 (figuras A.31 a A.35). En una escala de tiempo
geológico, la actividad volcánica ha formado diversas estructuras, dando lugar a elementos del relieve y creado suelos
fértiles (e.g. Andisoles de la zona Centro y Sur de Chile), los cuales han permitido el desarrollo de una importante actividad
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agropecuaria. Sin embargo, a escala de tiempo humano, las erupciones volcánicas han tenido consecuencias adversas, afec-
tando directamente a las personas, sus bienes y sus territorios. Chile a través del Servicio Nacional de Geología y Minería
creó el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS, 2012), con el fin de vigilar los volcanes más peligrosos y
de mayor riesgo. En este sector andino, además, se sitúan dos de los cuatro volcanes más activos de Sudamérica: Villarrica
y Llaima.
La Cordillera del Norte Grande, a la cual pertenece el altiplano Chileno, abarca el sector de los Andes desde el límite con
Perú hasta la zona del volcán Ojos del Salado. Esta zona se caracteriza por poseer una gran cantidad de volcanes ubica-
dos en los pisos altitudinales mayores de la Cordillera de los Andes. Los principales volcanes corresponden a la clase 6 de
montaña; Acamarachi (6.046), Acotango (6.052), Aguas Calientes (5.924), Aucanquilcha (6.176), Irruputuncu (5.163), Láscar
(5.154), Lastarria (5.697), Licancabur (5.920), Llullaillaco (6.739), Paniri (5.960), Parinacota (6.348), Socompa (6.051) y Tacora
(5.980). En la parte más septentrional del Norte Chico, también se encuentran algunos volcanes, pero hacia el sur de la zona
llama la atención la ausencia de volcanes. Destaca la presencia de los volcanes Copiapó (6.052), Incahuasi (6.638), Nevado
Ojos del Salado (6.891) y Sierra Nevada de Lagunas Bravas (6.173). Para la zona central los principales volcanes están loca-
lizados en distintas clases de montañas; Antuco, Callaqui, Chillán, Copahue, Longaví pertenecen a la clase 4; Descabezado
grande y Tinguiririca en la clase 5; y Maipo, Palomo, San José, Tupungatito y Tupungato de la clase 6. La macrozona sur
está representada por los volcanes más conocidos, debido a sus recientes erupciones; Chaitén, Apagado, Huequi, Calbuco,
Cordón Caulle, Corcovado, Hornopirén, Puntiagudo, Mocho-Choshuenco, Puyehue, Sollipulli, Lanín, Llaima, Lonquimay,
Osorno, Sierra Nevada, Tolhuaca y Villarrica. En la zona de montaña austral se registran cuatro volcanes de interés, Burney,
Hudson, Aguilera y Lautaro
Cumbres
El relieve chileno se caracteriza particularmente por la presencia de dos alineaciones montañosas de norte a sur, la cor-
dillera de los Andes al este, frontera natural con Bolivia y Argentina, y la cordillera de la Costa al oeste, de menor altura,
y por una serie de sistemas transversales que corren de este a oeste, especialmente en el norte del país (figuras A.36 a
A.40). En el norte y centro del país las cumbres más sobresalientes son: volcán Llullaillaco (6.739 m.), Nevado de Incahuasi
(6.621 m.), Ojos del Salado (6.893 m.), Tres Cruces (6.753 m.) y cerro Tupungato (6.570 m.). Entre la latitud de Santiago y los
Andes patagónicos las alturas disminuyen considerablemente, de manera que en la región magallánica la máxima altura
se encuentra en la Cordillera de Darwin (3.000 m.). El modelado de la cordillera andina varía ampliamente en latitud, en
el extremo norte se encuentra altamente afectado por el volcanismo que ha rellenado las formas andinas con poderosos
mantos de lavas riolíticas. Las tres principales cumbres son Llullaillaco (6.739) , Parinacota (6.342) y Pomerape (6.282). En
el Norte Chico, aunque este volcanismo se encuentra altamente disminuido, las considerables alturas andinas por enci-
ma de los 6.000 metros brindan un imponente paisaje, apreciándose también estribaciones montañosas desprendidas
del macizo andino y que se orientan en dirección al oeste. Las principales cumbres de esta macrozona son Nevado Ojos
del Salado (6.891), Nevado Tres Cruces (6.758) e Incahuasi (6.638). Aproximadamente a la latitud de Santiago el modela-
do está determinado por dos aspectos principales: la presencia en algunos sectores de restos de la antigua peniplanicie
Terciaria, producto de un estado de evolución avanzado del relieve, y la existencia de profundos e impresionantes valles
resultantes de un ataque erosivo extremadamente intenso posterior al solevantamiento y que le imprime un aspecto al-
pino (INE, 2011a). Las principales cumbres de esta macrozona son Tupungato (6.565), Cerro Alto San Juan (6.148) y Cerro
Juncal (6.110). Más al sur las alturas máximas decrecen paulatinamente coincidiendo éstas en muchos casos con cumbres
volcánicas (Tolhuaca 2.780 m., Lonquimay 2.822 m., Llaima 3.050 m., Villarrica 2.840 m., Choshuenco 2.360 m., Puyehue
2.240 m., Osorno 2.660 m.), apreciándose nítidamente la impronta de la erosión glacial. En las cercanías de la ciudad de
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Puerto Montt, la morfología cordillerana se ve altamente influenciada por la acción erosiva de las lenguas de hielo que
permiten dar origen a un paisaje hostil con predominio de fiordos y canales . Los campos de Hielo cubren una superficie
de 4.400 km2 (Campo de Hielo Norte) y 13.900 km2 (Campo de Hielo Sur) desde donde se desprenden numerosas lenguas
de glaciar, que llegan a alcanzar hasta 50 km de longitud; el ejemplo más conocido por su belleza es el ventisquero San
Rafael (Región de Aysén).
Por su parte, la Cordillera de la Costa comienza al sur de Arica, extendiéndose hasta la península de Taitao. A menudo es
interrumpida en su desarrollo longitudinal por los ríos que desembocan en el mar.
Su máxima altura se localiza al sur de Antofagasta, en la Sierra Vicuña Mackenna (3.000 metros). Prácticamente desaparece
en el Norte Chico, pero luego adopta la forma de un cordón continuo hacia el sur, adquiriendo nombres regionales tales
como: Cordillera de Nahuelbuta, Cordillera de Piuché y Pirulil.
Generalmente no se toma demasiado en cuenta la importancia de la altura de esta cordillera, y esto debido a la tendencia a
compararla de inmediato con la de los Andes, pero es necesario considerar que entre Valparaíso y Santiago presenta alturas
y formas andinas. Las máximas alturas de la cordillera de la Costa se encuentran en: La sierra Vicuña Mackenna, al suroes-
te de la región de Antofagasta, entre las ciudades de Antofagasta y Taltal, a saber; cerro Vicuña Mackenna (3.114 msnm),
cerro Armazones (3.064 msnm), cerro Yumbes (2.392 msnm). Entre los ríos La Ligua y Aconcagua (denominada como cor-
dillera del Melón), destacan las siguientes cumbres; Morro Chache (2.338 msnm), cerro Altos de Cantillana (2.318 msnm),
cerro Picorete (2.277 msnm), cerro El Roble (2.222 msnm), cerro Vizcachas (2.108 msnm), cerro La Campana (1.910 msnm).
De acuerdo con los estudios realizados queda de manifiesto que las áreas con actividad geotermal se encuentran asocia-
das a la franja volcánica del Plioceno-Holoceno que se extiende a lo largo de la Cordillera de los Andes, lo cual demuestra
que la fuente de calor que da origen a las áreas termales corresponde a la actividad magmática. Las principales áreas con
actividad termal reconocidas poseen temperaturas en superficie que van desde los 30°C, hasta geiseres y fumarolas, cuya
temperatura puede incluso sobrepasar el punto de ebullición local. Áreas de manifestaciones termales inferiores a 30°C
no han sido consideradas, aún cuando la temperatura media anual, en algunos sectores, es del orden de 0°C, como ocurre
en la Cordillera del Norte de Chile. (Lahsen, 1985).
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En la zona Norte se han realizado estudios geológicos y geoquímicos en una veintena de áreas con actividad termal ubi-
cadas entre los 18° y 24° S. Éstas áreas incluyen fuentes termales de hasta 86°C, (punto de ebullición para una altura de
aprox. 4.000 msnm), donde se encuentran ubicadas la mayoría de ellas. Se destaca la presencia de las fuentes geotérmicas
de Puchuldiza, Apacheta y El Tatio/La Torta, que poseen una potencia que va desde los 25 a 400 megawatt. Mediante geo-
termómetros químicos basados principalmente en el contenido de SiO2 y en los cationes Na - K – Ca, se han determinado
temperaturas mínimas de subsuperficie que varían entre 180° y 250°C para los sistemas geotérmicos de Suriri, Puchuldiza,
Pampa Lirima y El Tatio, en este último la temperatura máxima registrada en pozos fue de 276°C (Lahsen y Trujillo, 1975).
El proyecto geotermal de El Tatio se alcanzó, en 1976, la etapa de estudios de factibilidad para la instalación de una pri-
mera central geotermoeléctrica de 20MW, y además se realizaron pruebas de desalinización del agua termal mediante
una planta piloto (Lahsen, 1988). Como resultado de esta se concluyó que era posible producir como producto 10 l/seg.
de agua potable por cada MW de potencia eléctrica que se instalase. En la zona central se conoce una gran cantidad de
áreas termales con manifestaciones a temperaturas mayores de 30°C, de ellas, al menos la mitad sobrepasan los 60°C al-
canzando en varios casos el punto de ebullición (Lahsen, 1988). Normalmente las áreas de manifestaciones termales de
mayor temperatura se encuentran ubicadas en las cercanías de centros volcánicos activos; a pesar de ello, la composición
química de sus aguas no siempre muestra un aporte significativo de fluidos de origen magmático. Se destaca la presencia
de las fuentes del Volcán San José (Región Metropolitana), las Termas del flaco (Región de O`Higgins), Calabozo y Laguna
del Maule (en la región del Maule) y Chillán y Copahue, Las Termas del flaco tienen una potencia estimada cercana a los
20.000 megawatt, mientras las restantes fluctúan entre 50 y 1.000 megawatt. De las fuentes termales analizadas de la zona
Sur, aquellas asociadas a Puyehue y Cordón de Caulle (de reciente erupción en 2011) corresponden, entre otras, al tipo
ácido sulfatadas lo cual refleja un aporte significativo de H2S magmático a tales aguas (Lahsen, 1985). La fuente puyehue
tiene una potencia asociada entre 100 y 300 megawatt.
Por su parte, 52 de las 62 fuentes termales de carácter turístico reportadas están ubicadas en zonas de montaña, de las
cuales la zona Norte grande y el sur concentran la mayor cantidad de ellas, 13 y 14, respectivamente (cuadro A.14).
Si bien muchos terremotos tienen su epicentro lejos de zonas de montañas, éstos tienen un impacto directo a toda la
población continental y el territorio circundante, inclusive montañas (cuadro A.16). La siguiente lista incluye los principa-
les terremotos que han azotado al país, por lo que es referencial y no exhaustiva. En general, en Chile se considera como
terremoto a los eventos sísmicos que superan la magnitud de 7,0 en la escala sismológica de Richter (Mardones y Vidal,
2001). Sin embargo, no se listan todos los que han alcanzado dicha magnitud, puesto que muchos son réplicas de even-
tos mayores, mientras que otros no han sido de gran importancia al no tener efectos de gran consideración. Por otro lado,
se han listado algunos eventos sísmicos que, aunque no han sobrepasado la magnitud de 7,0, sí han tenido notoriedad.
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La potencialidad de deslizamientos debido a la actividad sísmica es relativamente alta (cuadro A.17), pero la mayor parte
de las evidencias provienen de los principales centros poblados (Chuquicamata, Arica, Iquique, Calama y Taltal). Por otro
lado, los aluviones que han caracterizado históricamente el extremo norte del país (Hauser, 1991), también son registra-
dos sólo en los sitios en que hay poblamiento humano, a pesar de que estos deslizamientos tienen un origen altiplánico
extenso y se producen en zonas más amplias. Es posible que, un aumento en la densidad poblacional en el extremo sep-
tentrional del país conlleve un incremento fuerte en la notificación de los deslizamientos y desastres. En esa zona se con-
jugan las altas precipitaciones altiplánicas con la escasez de vegetación y la actividad sísmica. Para la zona central de Chile,
los promedios de lluvias no son altos, pero la variación interanual es relativamente pronunciada, dándose una frecuencia
no despreciable de años con alta precipitación, no es de extrañar que en años de altos escurrimientos se puedan producir
deslizamientos naturales (Espinoza et al., 1987). Más información sobre desastres naturales puede ser complementada con
el mapa global de riesgos naturales ofrecido gratuitamente en NOAA’s National Geophysical Data Center.
Por su parte, los registros sobre erupciones volcánicas en Chile presentan un cuadro más o menos similar, en el cual se con-
signa la ocurrencia de algunos fenómenos premonitorios como la emanación de humo en un cráter que parecía inactivo o
la aparición de un nuevo cráter. Esto puede durar algunos días, semanas e incluso años, hasta que una serie de temblores
y ruidos subterráneos preceden a la salida de cenizas y lava, la que escurre a una velocidad entre 5 y 100 km h-1, depen-
diendo del desnivel geográfico y la composición de la lava (ácida o alcalina), siguiendo habitualmente las quebradas del
área y desembocando en cauces de ríos o lagos. La fase eruptiva puede durar desde algunas semanas, hasta cinco o más
años. Existe registro de alrededor de 60 erupciones volcánicas en Chile, la primera de ellas ocurrió en el año 1624 en el
volcán Angol y el más reciente registro fue el volcán Puyehue en el año 2012. Según los registros periodísticos del Diario
El Mercurio (2012), los volcanes que registran más episodios de erupción han sido el Llaima (8), el Villarrica (6) y el Antuco
(4), seguidos del Peteroa (3), Lonquimay (3) y Calbuco (3).
En cuanto a los incendios forestales en Chile, es uno de los desastres que afectan a la naturaleza más frecuentes y perjudi-
ciales de nuestro país. Los incendios forestales se pueden originar por causas naturales o humanas; los primeros son muy
escasos en nuestro país, siendo casi el 100 % originado por el ser humano. La mayoría de los incendios forestales se regis-
tran en zonas montañosas de la Cordillera de la Costa de la Zona Central de Chile, no obstante a ello, los incendios ocasio-
nados en la Zona Austral, se caracterizan por la pérdida de extensas zonas cuasi vírgenes con alta biodiversidad ecosisté-
mica. Los problemas que provoca el fuego como un incendio forestal, pueden clasificarse en daños y efectos. Los daños
son todas aquellas consecuencias negativas, cuantitativas, producidas por dicho siniestro y que afectan bienes tangibles
y/o transables (e.g. las pérdidas en superficie afectada, cultivos agrícolas, plantaciones forestales, cerco, ganado, industria
y otras pérdidas). Los efectos, se refieren al tipo de alteración que se origina en la dinámica de los ecosistemas y su rol en
el desarrollo socioeconómico. Estos últimos son difíciles de identificar y evaluar pudiendo algunos apreciarse en períodos
posteriores (a veces varios años) después del incendio. Las estadísticas de incendios forestales en Chile pueden ser con-
sultadas en la Corporación Nacional Forestal (www.conaf.cl). Las cifras indican que el número de incendios y la superficie
promedio afectada bordea los 5.500 y 50.000 hectáreas anuales, respectivamente. El 37,5% de los incendios forestales que
ocurren en un año (1.973 de 5.254), afectan a la Región del Biobío. En menor grado la Región de Valparaíso también se ve
regularmente afectada por la acción de los incendios (911 por año).
Biodiversidad
En términos medioambientales, Chile posee dos características estructurantes: un gradiente latitudinal, que va desde los
18 grados hasta los 56 grados de latitud sur, y un gradiente altitudinal, que va desde fosas oceánicas de 8 mil metros de
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 27
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Biogeofísica
profundidad hasta los 7 mil metros de altitud en algunos puntos, lo que hace de Chile un país altamente heterogéneo
(cuadro A.18), en términos de las condiciones geográficas que permiten sustentar su diversidad biológica (Sepúlveda,
1998; Pellet et al., 2005)
El patrón climático generado por ambos gradientes posibilita que Chile posea, a su vez, alguno de los sitios con menor
precipitación del planeta y áreas con el mayor número de días lluviosos al año. Chile presenta una de las menores diver-
sidades específicas de fauna y flora silvestres en comparación con el resto de los países sudamericanos. El relieve chileno
permite un característico tipo de aislamiento geográfico que está separada al este del continente por la cordillera de los
Andes, al norte por el desierto de Atacama y de Tarapacá, y por el sur y el oeste, por el Océano Pacífico, que en conjunción
con la historia geológica del país, aparentemente habrían condicionado la existencia de especies extremadamente singu-
lares para el territorio chileno, lo que otorga al país una condición de muy alto endemismo. A modo de ejemplo en Chile,
destaca la queñoa (Polylepis tarapacana), único árbol que crece en forma natural a más de 4.000 metros de altitud. Otro
ejemplo de alto endemismo corresponde a unos pequeños peces denominados Orestia, que viven en los espejos de agua
presentes en los salares del altiplano chileno. En los bosques templados del sur de Chile es posible encontrar al monito del
monte (Dromiciops gliroides), que constituye una de las dos especies de mamíferos representantes del orden taxonómico
Microbiotheria (Wilson y Reeder, 2005). Para Chile se han descrito alrededor de 30.000 especies (Simonetti y otros, 1995).
Es decir, el equivalente al 1,9% de todas las especies descritas en el planeta, las que alcanzarían alrededor de 1,4 millo-
nes (Wilson, 1992). Finalmente, dentro de la flora declarada en peligro destacan las especies Avellanita, Matarma lanosa,
Belloto del sur, Ruil, Michay rojo, Pitao, Michay de Paposo, Riechea, Dalea, Valdivia y Queule. En la fauna de Chile se tiene el
lamentable registro de algunas especies Extintas como el Tuco-Tuco de Isla Riesco y zarapito boreal. Mientras que algunas
especies emblemáticas de la fauna declaradas “en peligro” son la chinchilla, el huemul, el gato Colo-Colo y el loro tricahue.
En Chile no hay un sistema de pagos ambientales (Gentes, 2005) por la protección de los recursos naturales de montaña,
principalmente, aguas, suelos y bosque. El estado provee la protección, conservación y uso racional de estos, circunscrito
a la vigencia de la normativa legal aplicable. En este sentido, los incentivos proporcionados por el Fondo de conservación,
recuperación y manejo sustentable del bosque nativo, administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF), es un
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 28
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Biogeofísica
instrumento indirecto para mantener la calidad ambiental de las masas boscosas nativas. El desarrollo de mercados de
PSA en Chile plantea una fórmula no subsidiaria para la conservación de la naturaleza, donde la sociedad asume direc-
tamente los costos de su conservación, y se puede transformar en un instrumento que complemente las iniciativas de
fomento para la recuperación y manejo del bosque nativo, así como garantizar un suministro constante y limpio de agua.
Una propuesta metodológica desarrolló el Instituto Forestal de Chile para promover y fomentar un mercado que valorice
la provisión continua de bienes y servicios ambientales en Chile, con énfasis en la formación de capacidades y difusión
del tema a nivel nacional.
El análisis demográfico de la población de montaña se basó en la intersección de los principales asentamientos humanos
comunales con la zonificación de montaña obtenido de la metodología PNUMA-WCMC, 2002. De las 343 comunas de
Chile continental estudiadas, 189 se consideraron comunas de montaña por presentar una superficie de montaña mayor
al 30%. La población de estas comunas corresponde a 3,6 millones de habitantes, sobre una superficie de 477,6 mil kiló-
metros cuadrados. La mayor densidad poblacional de montaña se concentra en la zona central de Chile, con 43,7 hab/
km2 (cuadro A.22).
Gran parte de la población de montaña (3,3 millones de habitantes) se concentra en zonas bajas (C1) de grandes ciudades
de la zona central de Chile, que corresponde al 91.6%. Las estadísticas poblacionales comunales no detectaron centros
urbanos en altitudes superiores a 4.500 msnm (cuadro A.23). Sin embargo, al integrar la información territorial disponible
por el Instituto Geográfico Militar (I.G.M. Chile) de pueblos y asentamientos menores se detectan comunidades, princi-
palmente en el Norte Grande y Norte Chico. Estos asentamientos se componen de caseríos y villorrios, mayoritariamente
población rural e indígena.
A nivel regional, la Región Metropolitana y la Región de Antofagasta son indicadas como las más pobladas, con un 68,5%
y 9,1% de la población total de montaña, respectivamente (cuadro A.24).
Las comunas con mayor población de montaña son Antofagasta, Copiapó, La Florida, Las Condes, Peñalolén, Pudahuel,
Puente alto, Quilicura y Recoleta. Sin embargo, un 89,4% de los habitantes viven en la parte más baja de la montana (cla-
se C1). Por el contrario, las diez comunas con menor población de montaña (Camiña, Colchane, Futaleufu, General Lagos,
Lago Verde, Ollagüe, Palena, Putre, San Fabián y Sierra gorda), se ubican principalmente en las regiones extremas del país,
y aunque un 37,7% de su población vive en la parte baja (C1) destaca que un 30,2% viva sobre los 4.500 msnm.
Existe una mayor proporción de población femenina en áreas de montaña (1,82 millones de habitantes) por sobre la po-
blación masculina (1.77 millones de habitantes), que se concentran mayoritariamente en la zona Central de Chile (cuadro
A.25). La menor concentración de la población femenina se encuentra en la zona Austral, con una densidad muy baja, sólo
alcanza el 0,05 hab/km2.
superficie superior al 30% en cualquiera de las clases de montaña (C1 a C6), son consideradas como comunas de influen-
cia predominantemente montañosa.
De un total de la superficie estudiada un 54,8% tiene una superficie montañosa. De esta superficie hay 24 comunas (7%)
que tienen un 100% de su superficie con relieve montañoso. De esta forma, los resultados se vieron afectados según el
rango de influencia montañosa. Así al considerar solamente las comunas con superficie superior a 30% de montañas, el
índice de desarrollo humano medio más alto se registró en la macrozona del Norte Grande. Sin embargo, al aumentar
el porcentaje de montaña, es decir, 99 comunas con superficies montañosas superiores a 75%, la macrozona de la zona
central marca un mayor índice IDH promedio (figura 2). La macrozona del Norte Grande registra los mayores indicadores
promedios de salud y educación, mientras que, el ingreso más alto se registra en la macrozona de la Zona Central. Las co-
munidades de la macrozona del Norte Chico, específicamente Atacama y Coquimbo, registra los peores indicadores de
desarrollo humano. Cabe destacar que no existen comunas con una superficie mayor a 75% montañosa, en la macrozona
Austral (figuras A.56 a A.75).
Figura 2. Índice de desarrollo humano (IDH) para las comunas de montaña, por macrozona.
A partir de la sensibilidad de la superficie de montaña de cada comuna, se concluye que la zona central presenta los me-
jores resultados del indicador de desarrollo humano, mientras que la zona sur presenta el indicador promedio ponderado
por habitante más bajo. En la medida que el criterio de representatividad de superficie de montaña se incrementa (de 50%
a 99%), obviamente el número de comunas disminuye, pero los valores promedios de IDH se distancian entre cada una de
las macrozonas y se hace más evidente que la zona central de Chile, posee IDH más alto.
A continuación, se muestra las comunas de montaña con mejores indicadores de ingreso por macrozona (cuadro 2).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 31
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
Cuadro 2. Mejores indicadores de desarrollo humano (ingreso, educación y salud) por comunas de montaña.
Macrozona/ Promedio de Macrozona/ Promedio de Macrozona/ Promedio de
Comuna INGRESO Comuna EDUCACIÓN Comuna SALUD
NORTE CHICO 0,669 NORTE CHICO 0,751 NORTE CHICO 0,852
DIEGO DE ALMAGRO 0,727 DIEGO DE ALMAGRO 0,815 PAIHUANO 0,879
PAIHUANO 0,630 PAIHUANO 0,693 PUNITAQUI 0,834
VALLENAR 0,651 VALLENAR 0,744 VICUÑA 0,842
NORTE GRANDE 0,693 NORTE GRANDE 0,799 NORTE GRANDE 0,906
ALTO HOSPICIO 0,721 ALTO HOSPICIO 0,797 GENERAL LAGOS 0,895
ARICA 0,655 CALAMA 0,782 PICA 0,949
CALAMA 0,704 PICA 0,817 PUTRE 0,874
ZONA CENTRAL 0,975 ZONA CENTRAL 0,925 ZONA CENTRAL 0,907
LAS CONDES 0,966 LA REINA 0,899 LAS CONDES 0,896
LO BARNECHEA 0,958 LAS CONDES 0,938 LO BARNECHEA 0,914
VITACURA 1,000 VITACURA 0,938 VITACURA 0,910
ZONA SUR 0,641 ZONA SUR 0,704 ZONA SUR 0,771
CURACAUTIN 0,568 CURACAUTIN 0,696 LONQUIMAY 0,726
PALENA 0,607 PALENA 0,682 MELIPEUCO 0,769
PUCON 0,748 PUCON 0,735 PUCON 0,818
Total general 0,745 Total general 0,795 Total general 0,859
Las comunas de montaña más pobres del país y con indicadores más bajo en salud y educación se muestran en el cuadro 3.
Cuadro 3. Peores indicadores de desarrollo humano (ingreso, educación y salud) por comunas de montaña.
Macrozona/ Promedio Macrozona/ Promedio de Macrozona/ Promedio de
Comuna de INGRESO Comuna EDUCACIÓN Comuna SALUD
NORTE CHICO 0,531 NORTE CHICO 0,611 NORTE CHICO 0,783
PUNITAQUI 0,519 COMBARBALA 0,612 ALTO DEL CARMEN 0,791
RIO HURTADO 0,531 MONTE PATRIA 0,613 ANDACOLLO 0,787
SALAMANCA 0,544 PUNITAQUI 0,607 ILLAPEL 0,771
NORTE GRANDE 0,494 NORTE GRANDE 0,626 NORTE GRANDE 0,762
COLCHANE 0,372 COLCHANE 0,628 ALTO HOSPICIO 0,779
GENERAL LAGOS 0,536 GENERAL LAGOS 0,578 ARICA 0,777
PUTRE 0,574 PUTRE 0,673 OLLAGUE 0,731
ZONA CENTRAL 0,516 ZONA CENTRAL 0,625 ZONA CENTRAL 0,718
ANTUCO 0,518 ALTO BIO BIO 0,626 ALTO BIO BIO 0,724
COLBUN 0,535 COLBUN 0,622 DOÑIHUE 0,705
SAN FABIAN 0,495 SAN FABIAN 0,627 RENGO 0,726
ZONA SUR 0,515 ZONA SUR 0,617 ZONA SUR 0,705
CURARREHUE 0,491 CURARREHUE 0,626 CURACAUTIN 0,708
LONQUIMAY 0,549 LONQUIMAY 0,613 CURARREHUE 0,693
MELIPEUCO 0,506 MELIPEUCO 0,611 PALENA 0,713
Total general 0,514 Total general 0,619 Total general 0,742
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
Al ir aumentando en latitud (en la Zona sur), las condiciones climáticas, no permiten la presencia de asentamientos hu-
manos en la parte alta de la montaña (sobre los 2.500 msnm). La gran mayoría de los asentamientos (48 pueblos) se en-
cuentran en la parte baja de la montaña (clase 1 de 300 a 1000 msnm). Esta macrozona posee los indicadores de pobreza
más alto del país (19,2%), evidenciando una marcada influencia de las desfavorables condiciones socio-económicas del
pueblo mapuche. Además, posee el promedio más bajo de de personas ocupadas en el hogar, según situación de pobreza
(Casen, 2009). En la zona Austral, particularmente, en la región de Magallanes y antártica Chilena no se registra pueblos
de montaña, pero si registra asentamientos humanos en las comunas de Timaukel, Punta Arenas y Torres del Paine, pero
con representaciones entre el 15% y 20% de la superficie total comunal. Además se clasificaron 15 pueblos asentados en
la parte baja de la montaña. Esta zona posee los indicadores más bajos de pobreza, un 11,1% (cuadros A.27 a A.31).
De acuerdo a la zonificación de PNUMA-WCMC (2002), se tiene que cerca de 300.000 habitantes viven en localidades ru-
rales, lo que representa el 8% de la población total de montaña. La macrozona sur posee el mayor porcentaje de ruralidad
(51,5%), dentro de las áreas de montaña. Destaca la enorme población urbana de la zona central de Chile (2,65 millones
de habitantes) que habita en grandes urbes que pertenecen a zonas de montaña. En el conjunto de las 288 comunas, el
grado de ruralidad es de 34.7% de la población residente entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos.
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
La población femenina rural supera solamente a la masculina en la macrozona Norte Chico con 50,2% de los habitantes.
En la zona Austral la población rural masculina está representada por el 52,6%. Sin embargo, esta situación se invierte en
los centros urbanos de todas las regiones, es decir, la presencia de la mujer es mayoritaria. Los indicadores de analfabetis-
mo en áreas rurales muestran que las regiones de La Araucanía (12,4%), Maule (11,7%) y Biobío (11,2%) y de las personas
mayores a 15 años, no sabe leer ni escribir. Sobre el 95% de los habitantes de zonas rurales del país viven en casas o casas
en cité1, pero los porcentajes de personas, particularmente en las regiones del Norte Chico, alcanza el 5,4% (Coquimbo)
y 3,7% (atacama) viven en mediagua o mejora2, mientras que, un 3,3%(Antofagasta) y un 2,1% (Arica y Parinacota), y un
2,5% vive en rancho, ruca o choza (Casen, 2009).
1 En Chile es una tipología arquitectónica de finales del siglo XIX consistente en numerosas viviendas conviviendo en una edificación común, la cual termina
adoptándose como una de las soluciones más comunes al problema de la habitación obrera de zonas urbanas.
2 Construcción de material ligero de carácter semipermanente. Normalmente está compuesta por una o dos piezas, generalmente con piso de tierra o
madera. El techo puede tener más de una caída y los servicios higiénicos que están ubicados al exterior de la vivienda.
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
El cuadro 4, muestra la distribución poblacional de las distintas comunidades indígena por macrozona.
Los Mapuche constituyen uno de los pueblos originarios más numerosos que sobreviven en la actualidad, con una po-
blación cercana a 500 mil habitantes, pero 250 mil viven en zonas de montañas, conservan aún su lengua, Mapudungún,
y gran parte de su cultura. Se destacan los vínculos familiares y religiosos que los unen e identifican como una verdadera
nación. Antes del proceso de expansión Inca, los Mapuches habrían habitado toda la zona del valle central, replegándose
parcialmente hacia el sur presionados por el avance de los atacameños desde el norte. La ruka tradicional tiene una sola
entrada abierta hacia el Este, orientación que expresa la preferencia cosmológica mapuche por el Puelmapu, lugar donde
moran las deidades. La madera tomada de los ricos bosques del sector sirvió para mantener las tradicionales manifesta-
ciones artesanales en el tallado en madera. Otra tradición es la platería mapuche, que se basa en sus creencias religiosas.
Actualmente, el pueblo mapuche se asienta en grandes centros urbanos de la zona centro-sur de Chile. Sobre una población
mapuche de 247.479 habitantes, Puente Alto (14.729 hab.), es la comuna con mayor población mapuche (cuadro A.34), sin
embargo, Panguipulli (30.8%) tiene la mayor relación porcentual de sus habitantes indígenas. Esto responde claramente
a un proceso de migración de las comunidades hacia los grandes polos productivos nacionales (Berdegué et al., 2010).
El pueblo Aymara, es un pueblo milenario, que se dedica al pastoreo y agricultura, usan técnicas ancestrales de cultivo,
pertenecen a la zona norte de Chile. Los aymaras habitan traspasando fronteras, desde las orillas del lago Titicaca, cordillera
de los andes y hasta el noreste argentino, su economía es complementaria, porque los que viven en el altiplano poseen
rebaños y escaso cultivo, mientras los que viven en la precordillera producen verduras y frutas, por sus condiciones de vida,
generan relaciones de intercambio de productos entre pastores y agricultores (Gundermann, 2005). La lengua Aymara es
una lengua indo americana, que es hablada en la zona norte andina que rodea el lago Titicaca y en algunos puntos de la
zona andina de Chile y Argentina. Actualmente por razones de integración el aymara debe expresarse en idioma español
(Gundermann et al., 2011). Algunas costumbres aymaras es el rito de la Pachamama y el Amaru que es vinculado por la
subsistencia concedida por las aguas, ríos y canales de irrigación de las tierras agrícolas. Al presente, la población ayma-
ra de 46.344 habitantes, la mayoría vive en la ciudad de Arica (23.288 hab.) y concentra la mayor comunidad aymara de
Chile. Las comunas altiplánicas de Camiña y Colchane poseen una población indígena superior al 73%. Los planes y polí-
ticas gubernamentales no han podido mantener y/o reducir las altas tasas de migración montaña-ciudad de este pueblo
originario de Chile (cuadro A.35).
Los Atacameños viven en los oasis, valles y quebradas de la provincia del Loa, mayoritariamente en la región de Antofagasta
(cuadro A.36). Los atacameños originarios protegían sus poblados con murallones construidos de rocas, verdaderos fuer-
tes llamados pucará. Sus principales centros ceremoniales son Caspana, Peine, Socaire, San Pedro de Atacama y Toconao.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 35
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
Actualmente, la población atacameña de montaña se compone de 19.784 habitantes. La comuna de Calama concentra el
mayor número de habitantes (9.658), pero en la Comuna de San Pedro de Atacama la población indígena está represen-
tado con un 57,6% del total de habitantes (Gundermann y Vergara, 2009).
Los antiguos Kawésqar o Alacalufes habitaron los fiordos y canales del extremo sur del continente sudamericano. En sus
canoas, recorrían desde el Golfo de Penas y la península de Brecknock, hasta el estrecho de Magallanes y archipiélago sur
de Tierra del Fuego. Se alimentaban de lobos marinos, nutrias, focas y ballenas (Pulgar, 2007). Según Censo del año 2002,
la población de ascendencia nativa alacalufe que habita zonas de montaña está representado por 1.175 personas, que
se ubican principalmente en la Ciudad de Cohaique (129 individuos). Este es un pueblo muy poco representativo de la
población austral de nuestro país (cuadro A.37). Las manifestaciones están restringidas a la vida nómade, la fabricación
de adornos y objetos utilitarios, y la entonación de sus peculiares cantos. Como resultado del dramático cambio cultural,
desintegración y disminución numérica del grupo étnico, se ha producido un debilitamiento generalizado de las expre-
siones musicales tradicionales.
La mayoría de los indígenas de Chile, son bilingües, ya que para comunicarse con la cultura dominante deben aprender el
castellano como segunda lengua. En la actualidad, el Estado chileno reconoce la existencia de nueve pueblos originarios
oficialmente. En el último censo realizado el año 2002, unas 692.192 personas mayores de 14 años se declararon como
pertenecientes a estas etnias, lo que corresponde a un 4,6% de la población chilena. Los principales grupos son los ma-
puches, seguidos de aymaras, quechuas, atacameños, rapanuis, Alacalufes (kawésqar) y yamanas. Los integrantes de los
pueblos indígenas se enfrentan a proceso de migración montaña-ciudad, distintas formas de discriminación racial y social
y se encuentran en situación de pobreza y desempleo en un porcentaje mayor que el promedio de los chilenos (INE, 2005).
Investigación.
En Chile no se ha desarrollado una disciplina científica específica de las montañas. El conocimiento que se tiene de éstas
procede de una variedad de disciplinas científicas que pocas veces interactúan. En consecuencia, no existe un concepto
consensuado, ni un entendimiento común de las relaciones entre las cuencas hidrográficas de río arriba y río abajo, los
bosques de las montañas y los pastizales de montaña, los pueblos de las montañas y la población urbana de las tierras
bajas. Se requiere una integración interdisciplinaria que estudie los ecosistemas montañosos mediante la geología, me-
teorología, hidrología, biología, antropología, economía, etc. El objeto de la integración es no sólo enriquecer el conoci-
miento, sino que ayudar a la creación de prácticas sostenibles que contribuyan a proteger los ecosistemas de las montañas
y la biodiversidad que acogen.
Existen numerosos estudios relacionados con temas de montaña tanto a nivel de ecosistemas como a nivel de especie. Es
posible encontrar diversas publicaciones técnicas y científicas vinculadas directa o indirectamente a los ecosistemas de
montaña. Además, existen páginas web privadas y de organismos públicos como FAO que disponen de información libre
relacionada con la montaña y sus recursos naturales. Una simple búsqueda con el motor Google entrega 70.000 sitios aso-
ciados a las palabras clave “montaña” y “Chile”. El número de sitios se incrementa cuando se busca por alguna de las temá-
ticas particulares de las áreas de montaña (suelo, agua, glaciares, volcanes, cumbres, etnias conflictos ambientales, etc.).
Sin embargo, la información referente al estado del conocimiento en áreas de montañas es dispersa y muchas veces no
actualizada. Esta información carece de continuidad territorial en su rango de distribución geográfico y no se dispone de
un sistema específico para su gestión. No resulta extraño que el real conocimiento útil descanse en las mentes de algunos
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
connotados investigadores. Esta condición de exceso de información no jerarquizada y dispersa puede conducir a una
dependencia del juicio de expertos al momento de tomar decisiones relevantes para establecer políticas por parte del eje-
cutivo, así como también por parte de los responsables de ejecutar futuras investigaciones. Se hace necesario desarrollar
una biblioteca que almacene, catalogue y administre por temática la información de las montañas de Chile.
Género y montañas.
Durante la 55ª Asamblea General de las Naciones Unidas ( 13/07/00) el Secretario General, en su Informe sobre el status de
las preparaciones para el Año Internacional de la Montaña a celebrarse en 2002 indicó, como una de las áreas que nece-
sitan especial atención, son las correspondidas con el tema de género en las regiones montañosas. Resulta ser relevante
recopilación de información en entidades públicas y/o privadas relacionadas a los temas socioeconómicos donde se in-
cluye informaciones básicas, relaciones de género, educación, diversidad cultural, conocimiento tradicional en el ámbito
del uso de los recursos.
En Chile, ha resultado difícil encontrar literatura específica que describa los elementos y rasgos de género y las montañas
de Chile. Los estudios y estadísticas sobre las mujeres suelen centrarse en la población de las tierras bajas y los ambientes
urbanos, y están prácticamente ausentes en la historia económica y social de la mayor parte de las regiones montañosas.
En efecto, las mujeres han sido vitales para la sostenibilidad de las comunidades de las montañas en Chile y desempeñan
una función importante en la producción agrícola, la gestión de los recursos y la vida doméstica. Sin embargo, hay poca
información de la situación de las mujeres y las relaciones de género en las zonas montañosas.
Un análisis de la situación de las mujeres de montaña, puede ser revisado en el estudio (2008) de la asociación Alianza para
las montañas. En éste se detalla diversos tópicos, como la división del trabajo, el acceso, gestión y control de los recursos,
educación salud y la participación comunitaria. Muchas de las conclusiones vertidas en dicho documento, son válidas para
las mujeres de montañas de Chile. En este sentido, las mujeres de zonas montañosas poseen menores índices de escolari-
dad, una mayor discriminación en el ingreso salarial ante trabajos iguales. Conllevan una carga de trabajo más pesada que
los hombres, asumiendo labores domiciliarias y familiares. Otro estudio generalizado, en estas materias, corresponde al
Informe de Desarrollo Humano, Género: los desafíos de la igualdad, elaborada por el PNUD el año 2010, donde se evaluó
la situación actual y a los cambios producidos en materia de igualdad de género, en la sociedad Chilena.
Se recomienda en una primera etapa recabar información y estadísticas de género a nivel comunal provenientes del Instituto
Nacional de Estadísticas, Servicio de Impuestos Internos y del Ministerio de Desarrollo Social del Gobierno de Chile, para
una disgregación de la información con el propósito de extrapolar los resultados a zonas de montaña.
A pesar de la escasa información en estas zonas, las montañas andinas a lo largo de América Latina, tienen poblaciones
distintas las cuales es necesario trabajar con enfoque de género, para conocerlas realmente, conocer cuáles son las relacio-
nes a partir de su cultura, cuáles son sus roles, necesidades prácticas, intereses, cómo es el acceso y control de los recursos
naturales, y cuáles son las relaciones entre hombres y mujeres a nivel privado y público, subrayando el tema del poder y la
toma de decisiones. A continuación se entrega una visión panorámica de la situación de género en zonas rurales de Chile.
Por ejemplo, la jefatura de hogar en el área rural, es evidente que una alta proporción está en cabeza de los hombres, in-
dependiente del sexo y edad de la población, en contraste con la jefatura de hogar en cabeza de las mujeres, la cual pre-
senta los porcentajes más bajos. Haciendo un análisis más específico para la población de hombre rural, se encuentra que
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
la jefatura de hogar en cabeza de un hombre es 5,4 veces mayor que la jefatura de hogar de mujeres, y esta condición se
acentúa a partir de los 25 años de edad. Cuando la población rural es de mujeres, la jefatura de hogar en cabeza de los
hombres aunque continua siendo mayor, desciende a 2.9 veces, favoreciendo un leve aumento de la jefatura de hogar de
mujeres. En la población rural de mujeres, en cuanto a la relación de parentesco cónyuge, se evidencia que es más alta en
comparación con la población de hombres, iniciando a partir de los 20 años de edad, mientras que en los hombres este
indicador se mantiene bajo para todas las edades. Las cifras evidencian que en la mayoría de los hogares rurales, donde
el jefe de hogar es hombre hay presencia de cónyuge, en contraste cuando la jefa de hogar es mujer, es muy baja la pre-
sencia de cónyuge, indicando con esta ultima que el principal soporte del hogar reposa mayoritariamente en la mujer, lo
cual posiblemente trae consigo menos tiempo para ella, mayores esfuerzos, desgaste físico, menores ingresos y mayor
responsabilidad en todos los frentes, entre otras situaciones que pueden generar desventajas. En los hogares rulares con
tipologías unipersonales, monoparentales y extenso compuesto, predomina la jefatura de hogar mujer con porcentajes
significativos, con respecto a los hombres, acentuándose en la tipología nuclear monoparental en la cual las mujeres prác-
ticamente llevan la carga de todas las responsabilidades. Cabe resaltar, que los hombres solamente presentan un alto por-
centaje como jefes de hogar en la tipología nuclear biparental, donde muy posiblemente las mujeres igualmente llevan a
cuesta un alto porcentaje de las responsabilidades del hogar (Mideplan Casen, 2009).
En general, aproximadamente en la cuarta parte del total de hogares rurales, una mujer es la principal aportante de ingre-
sos, evidenciándose una disminución de los aportes de ingresos de parte de la mujer principalmente en aquellos hogares
con presencia de ambos padres (biparental). La condición de ser mayor aportante de ingresos se da con mayor frecuencia
en los hogares monoparentales, es decir donde la mujer es la jefa de hogar.
La tasa de alfabetismo en la población de Chile entre los 15 a 24 años de edad, es alta tanto para hombres como para muje-
res, indicando que tanto en el área urbana como rural hay condiciones que favorecen el acceso a la educación. Lo anterior
se evidencia en el promedio de años de estudio el cual es de 9.6 para la mujer rural y de 9.3 para el hombre.
Igual tendencia plantea la población económicamente activa (a partir de los 15 años), en donde el promedio de años de
estudio de la mujer rural es de 8.8 y de los hombres de 7.4. Se deduce en ambos casos que la mujer rural que tiene acceso
a la educación presenta mayor promedio de años de estudio que el hombre rural.
La tasa de participación económica de las mujeres en el ámbito rural, se evidencia que esta es baja independiente de la
condición de pobreza que presente. Alrededor de la tercera parte de la población rural de mujeres, no perciben ingresos
propios, situación que genera dependencia económica de estas hacia los hombres y posiblemente esta condición se tra-
duce en una desventaja, ya que no cuentan con recursos económicos propios para la consecución de alimentos, vestido,
pago de servicios, pago de educación y demás, favoreciendo el dominio económico de los hombres en el hogar. El mismo
indicador para las mujeres cónyuges rurales, se tiene que alrededor del 40% de éstas, no perciben ingresos propios, inde-
pendiente de la condición de pobreza que tengan. Al comparar el porcentaje de la población de mujer rural sin ingresos
propios (31,2%), con la población de mujeres cónyuges sin ingresos propios en hogares pobres y no pobres (38,2%), se
aprecia que este último es mayor, lo que indica que la condición de cónyuge posiblemente le genera menos posibilida-
des de producir ingresos. La tasa de participación laboral de la mujeres de 25 a 40 años, según escolaridad y condición
de tener o no pareja, se tiene que las mujeres con pareja presentan las menores tasas de participación laboral, a todos los
niveles de escolaridad, disminuyendo aun más a medida que la condición de escolaridad es básica. Pareciera ser que la
condición de tener pareja limita el acceso de la mujer a la participación laboral, acentuándose más si las condiciones de
educación son precarias (Casen, 2003).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 38
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Socio-cultural
Siendo la población de mujeres superior a la de los hombres, la fuerza de trabajo que estas ofrecen es de 46.6%, cifra infe-
rior a la de los hombres la cual es de 72.4%. Lo anterior indica que posiblemente las ocupaciones de la mujer en actividades
de tipo doméstico no remunerado en el hogar, limita la disponibilidad de éstas como fuerza de trabajo.
A nivel nacional, la población ocupada de hombres y mujeres presenta ciertas especificidades según la rama de actividad
económica a que se dediquen, es así como el comercio es la principal actividad económica para ambos sexos presentan-
do la proporción más alta, le siguen en orden de importancia para las mujeres los servicios domésticos y la enseñanza
en donde las mujeres se muestran más especializadas. Para la población de hombres, las actividades en donde muestran
mayor especialidad son la construcción, transporte y almacenamiento.
Existen ramas o actividades económicas en las que las mujeres prácticamente están excluidas, es el caso de la pesca, su-
ministro de electricidad, gas y agua, explotación de minas y la construcción; estas actividades representan un 1,83% de
participación de la mujer. En contraste, los hombres no presentan exclusión en ninguna actividad económica, sin embar-
go, llama la atención que actividades como servicios domésticos y la enseñanza, presentan baja participación respecto a
las mujeres dedicadas a esta labor. En las actividades económicas, es notorio que las mujeres trabajan principalmente en
ocupaciones que requieren bajo nivel de calificación, como servicios domésticos y comercio representadas en un 38,9%
de su participación laboral. Los hombres por su parte muestran una mayor dispersión en su distribución ocupacional. A
nivel salarial se presenta una situación de doble discriminación que afecta a las mujeres rurales, controlando la variable
educacional y haciendo comparables los ingresos de las personas que han cursado un mismo nivel educativo, se presenta
que en general una mujer rural gana en promedio el 59% de lo que gana una mujer urbana y el 79% de lo que gana un
hombre rural.
Se presenta a nivel nacional una mayor proporción de mujeres en condiciones de indigencia, y pobreza siendo ésta última
0.9% por encima de la cifra de los hombres. Según el Índice de inequidad territorial de Género, del Ministerio de Desarrollo
Social, las implicancias de la jefatura femenina de los hogares han sido ampliamente estudiadas por su alta vinculación con
la pobreza: En el caso de la mujeres jefas de hogar son viudas o separadas que desarrollaron durante su vida trabajo domés-
tico no remunerado en sus hogares y que deben afrontar la manutención propia de los hijos y del hogar en su conjunto.
Según el informe de Índice de Inequidad Territorial de Género del año 2009, un importante segmento de estas mujeres,
la falta de experiencia laboral y de formación para el trabajo les impone restricciones que, aunadas a la desigualdad en la
remuneración y a sus bajas opciones laborales, así como la ausencia de leyes que regule mas efectivamente la provisión
y el monto de pensiones alimenticias por parte de sus ex cónyuges, configuran un impedimento para salir de la pobreza.
Asimismo, la no ponderación del tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado impide advertir la sobrecarga de
trabajo que afecta a las mujeres en general y, en especial, las que encabezan hogares monoparentales con menores a su
cargo.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 39
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Económica
La montaña de Chile es rica en recursos minerales, más por la magnitud de sus yacimientos que por la diversidad de me-
tales. Varios países andinos se sitúan entre los diez primeros del Mundo, ya sea en producción o reservas de antimonio,
bario, berilio, bismuto, boro, cobre, indio, yodo, plomo, molibdeno, nitratos, platino, renio, selenio, plata, teluro, estaño,
wolframio y zinc. Solamente en Chile, se concentra una cuarta parte de las reservas mundiales de cobre y un tercio de las
de molibdeno del mundo (Oyarzún, 2000). La riqueza en metales de la cadena se relaciona en primer lugar con su notable
actividad magmática calcoalcalina, y la mayoría de sus depósitos metalíferos están directa o indirectamente asociados a
ella. El cobre es el más importante; además hay nitratos, hierro carbón, manganeso, petróleo, gas natural y oro. Los princi-
pales yacimientos cupríferos se encuentran en la Cordillera de los Andes hacia los tres mil metros de altura (Chuquicamata,
El Salvador, Río Blanco, Disputada, El teniente) y otros yacimientos menores se localizan en la Cordillera de la Costa (Mantos
Blancos). En conjunto estas minas producen más de 1.000.000 de toneladas que materializan el esfuerzo productivo.
Las actividades productivas de montaña en el norte grande se caracterizan por la minería de cobre, oro y plata. Otros ru-
bros importantes de montaña son la ganadería de auquénido, la agricultura de oasis en Yuta y Azapa y un pujante desa-
rrollo local de agroturismo y aprovechamiento de fuentes termales. La agricultura y la minería involucran a una gran can-
tidad de habitantes, 13,9% y 12.8%, respectivamente. También, lo hace el comercio mayorista (11.5%) y la administración
pública (11,0%).
El Norte Chico se vincula con la actividad minera, destacándose la producción de manganeso, hierro, cobre y oro. Se desta-
can la producción y exportación de uva de mesa y producción de pisco, como también es relevante la elaboración de pro-
ductos marinos en conserva y congelado. Otras actividades son el comercio y el turismo del Pisco (Valles) y la Astronomía
(Montaña). En áreas de montaña las actividades productivas se caracterizan por el desarrollo de las comunidades agríco-
las, principalmente de secano y de subsistencia. Dicha población está principalmente ligada a la agricultura (22.2%) y el
comercio mayorista (15.8%).
En la zona central prevalece la minería de alta montaña (cobre, oro, plata, molibdeno, zinc, plomo, carbonato de calcio y
calizas), las actividad agropecuarias (ganado bovino, ovino y porcino), la agroindustria de frutales (durazno, kiwis, chirimo-
yas), cereales (trigo), legumbres, papas, azúcar, la industria de alimentos (en conserva y frigorizados) y el turismo (termas,
agroturismo, turismo de montaña; Ski-montañismo)
A medida que avanza hacia el sur pierde altura. Hay predominio de bosque nativo con especies como la araucaria, coigües,
avellanos, canelos y sotobosque. Parte de la vegetación es devastada por los cultivos de cereales. En el sector cordillerano
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 40
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Económica
se presentan bosques de robles y coníferas como los cipreses. La principal actividad económica de esta macrozona es la
silvoagropecuaria, en las cuales se incorporan procesos de industrialización, destacando la ganadería de pradera con es-
pecialización lechera, los cultivos tradicionales de cereales como trigo, avena, cebada y raps además de la papa y el lupino.
Del mismo modo, la actividad forestal ha experimentado un gran incremento, principalmente en la provincia de Malleco,
referido a la plantación y cosecha de las especies exóticas pino y eucalipto.
El turismo de montaña y fuentes termales adquiere gran reconocimiento nacional e internacional, en la zona Sur de Chile.
Se han llevado a cabo experiencias de asociatividad público-privado en la Región andina de La Araucanía (comunas de
Cunco, Curacautín, Lonquimay, Melipeuco, Victoria y Vilcún). Por intermedio de este Consejo público-privado se generan
cambios estructurales y de inversión para crear un polo de desarrollo en un territorio que combina termas, volcanes y par-
ques nacionales (p.e el Parque Nacional Conguillío), que alberga las expresiones culturales ligadas a la vida rural de sus
pobladores mapuche, pehuenche y también de los colonos europeos. Mientras que, en la Región de Los Lagos las Áreas
Silvestres Protegidas son las que concentran la mayor parte de los visitantes nacionales, en particular el Parque Nacional
Vicente Pérez Rosales y el Parque Nacional Puyehue. En general se puede establecer que, en la región, los parques nacionales
explican cerca del 80% de las pernoctaciones registradas. El total de Parques Nacionales y Reservas Nacionales existentes
en la región son 11, de los cuales ocho son de montaña: Reserva Nacional Mocho-Choshuenco, Parque Nacional Puyehue,
Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Parque Nacional Alerce Andino, Parque Nacional Hornopiren, Parque Nacional
Pumalin, Parque Nacional Futaleufú y Reserva Nacional Palena. El turismo extranjero en el país creció en la década de los
noventa a una tasa anual del 6,3% proyectándose una tasa promedio del 4,7% anual en el horizonte que finaliza el 2020.
En la zona Austral, la actividad económica de montaña se orienta a las actividades primarias de explotación de recursos
naturales y mineros. Existe una escasa diversificación que se agrava con el aislamiento geográfico, lo que genera un alto
costo en el transporte de carga; no obstante, sus potencialidades en ganadería, silvicultura, turismo e hidroenergenéticos,
sumados a la presencia de la Carretera Austral, hacen factible el desarrollo regional. Se destaca en la Región de Magallanes
el desarrollo de la minería, la ganadería y el turismo propiciando perspectivas de mayor crecimiento a la región. La re-
gión de Aysén y Magallanes ha potenciado cuatro grandes tipos de productos turísticos; Turismo Cultural, Agroturismo,
Ecoturismo y Turismo Deportivo. Un aspecto importante, en esta materia, está referido a la estacionalidad que presenta la
llegada de turistas a la región. Este fenómeno, que acompaña a la región por sus propias características climáticas, y que
tiende a concentrar la llegada de turistas en los meses de verano, comienza a presentar una evidencia de tímido cambio
la que; sin embargo, aún no es suficiente para revertir esta tendencia en el mediano plazo.
en los logros educacionales y de salud”. En este marco, no se tienen cifras ni estudios del desarrollo humano de las comu-
nidades de montaña. Se cree que el valor de este indicador debería bajar un par de puntos. El presente estudio segregó
todas las comunas consideradas de montaña y determinó un índice promedio por cada macrozona.
Las comunas de montaña con alto estándares de calidad de vida nacional e internacional, se encuentran en la zona cen-
tral de Chile, particularmente; Vitacura (1,000), Las Condes (0,966) y lo Barnechea (0,958). Las comunas de montaña con
los peores indicadores fueron Colchane (0,372) y Curarrehue (0,491).
En el Norte Grande, particularmente en el altiplano, muestra un comportamiento heterogéneo de sus indicadores IDH, en
cuanto a las comunas de montaña como Camiña, Colchane y General Lagos muestran valores bajos y muy bajos, en tanto
Putre y Pica exhiben un muy alto valor de logro. Esta última comuna es una anomalía a las grandes tendencias regionales,
en cuanto se define como esencialmente rural y no obstante, muestra altos valores en todas las dimensiones. Las áreas
de montaña pertenecientes a Colchane, en cuanto su valor de IDH es el más bajo de la región, con bajos valores en edu-
cación e ingreso. Ollagüe y San Pedro de Atacama, ubicadas en el sector precordillerano y con una alta concentración de
población indígena atacameña, muestran valores de IDH muy bajo y bajo, respectivamente. Estas comunas tienen una
base productiva agrícola y pecuaria, actividad central de los asentamientos humanos de este territorio. Adicionalmente,
estas comunas se caracterizan por su aislamiento y el difícil acceso de su población a los servicios de salud y educación, así
como por la carencia de infraestructura sanitaria, lo que concuerda con el bajo desempeño que ambas comunas presentan
en la dimensión salud, a lo que se agrega en el caso de San Pedro de Atacama, el bajo logro en educación (PNUD, 2000).
Las comunas de Copiapó, Tierra Amarilla y Alto del Carmen pertenecientes al Norte Chico sólo alcanzan valores medios
en el IDH. Esta zona basa su economía en la hortofrutícultura, la ganadería caprina y la mediana minería. En el caso de la
actividad agropecuaria y pesquera, se caracterizan por su bajo nivel de desarrollo tecnológico y débiles niveles de comer-
cialización. Las comunas de montaña de la región de Coquimbo, mayoritariamente de población rural que desarrolla ac-
tividades agrícolas, pecuarias y pequeña minería, poseen bajos valores de IDH. Debido a la ausencia de importantes cen-
tros poblados, con la excepción de Monte Patria y Salamanca, este conjunto de comunas suma un 19,7% de la población
regional. En este grupo destaca la comuna de Canela, única de la región con un IDH muy bajo.
En la zona central, el mapa del desarrollo humano comunal de la Región de Valparaíso muestra una concentración de co-
munas con menor nivel de logro relativo en la zona agrícola minera del norte de la región (Petorca, Cabildo, Putaendo). En
estas comunas rurales, las características del sistema productivo y los especiales desafíos que encuentra la provisión de
servicios públicos parecen condicionar su nivel de logro. En la Región Metropolitana el comportamiento de las dimensiones
del índice de Desarrollo Humano indica una distinción entre las comunas con predominancia de población urbana y rural.
En efecto, son estas últimas las que evidencian logros menores en las dimensiones del IDH, especialmente en educación,
donde María Pinto, San Pedro y Alhué obtienen bajos valores y Til Til, Lampa, Melipilla, El Monte, Isla de Maipo y Calera de
Tango valores medios. Las comunas urbanas de la región presentan en general buenos valores de logro en las dimensiones
de IDH. Un fenómeno destacable de esta región (52 comunas) es la presencia de un conjunto de 30 comunas que son de
montaña, de los cuales 26 comunas que suman el 57,3% de la población de la región, obtienen altos y muy altos valores
en todas las dimensiones del Índice de Desarrollo Humano, lo que evidencia el grado de concentración de las oportunida-
des para el desarrollo humano, tanto a nivel regional como nacional. Por su parte, 10 comunas de la Región de O’Higgins
muestran un nivel bajo y muy bajo. La zona del secano costero e interior, donde se aprecian bajos niveles de logro, confor-
madas por comunas eminentemente rurales que se asientan sobre terrenos de difícil explotación agrícola lo cual, unido
a una mermada capacidad de gestión, incide en el desarrollo de actividades económicas poco rentables en condiciones
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 42
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Económica
de subsistencia (PNUD, 2000). Un sector de niveles de logro medio y alto formado por un grupo de comunas asentadas
geográficamente en la depresión intermedia de la región, que es la zona de mayor actividad agrícola y agroindustrial, y
por algunas comunas de mayor cercanía con la Región Metropolitana. La Región del Maule se distingue por tener uno
de los niveles más bajos del país en el IDH en la mayoría de sus comunas y por la desigualdad en este índice con respec-
to a las concentraciones urbanas más importantes que tienen niveles altos de desarrollo humano. Las comunas del área
secano costero de la Región del Bío-Bío, que prácticamente no están incluidas en el modelo de montaña presentado por
PNUMA-WCMC (Cobquecura, Trehuaco, Quirihue, Ninhue, Coelemu, Ranquil, Portezuelo, y San Nicolás) tienen un nivel de
desarrollo humano bajo y muy bajo. En esta área la actividad económica preponderante es la agricultura de subsistencia,
especialmente la vitivinicultura. La zona presenta una marcada erosión de sus suelos, lo que disminuye substancialmente
sus rendimientos y eleva los costos de producción. El sector silvoagropecuario de las comunas de Pinto, El Carmen, Pemuco
y Quilleco poseen un nivel de logro muy bajo en el IDH, y las comunas de Yungay y Tucapel tienen niveles de desarrollo
humano medio. Su actividad económica predominante es la agricultura, caracterizada por cultivos tradicionales de bajos
rendimientos y actividades forestales que generan empleos temporales.
Para el sector cordillerano de la Región de La Araucanía (Macrozona Sur) que incluye las comunas de Lonquimay, Melipeuco
y Curarrehue, todas las dimensiones del Índice de Desarrollo Humano resultaron ser muy bajas exceptuando la comuna
de Curarrehue que tiene un nivel medio en la dimensión salud. Esta área es predominantemente forestal, principalmen-
te de bosque nativo con una incipiente actividad ganadera menor. La topografía determina una gran cantidad de suelos
improductivos. No existen suficientes fuentes de trabajo permanente. El acceso a los servicios especialmente de salud y
educación, se ve fuertemente deteriorada por las condiciones climáticas prevalecientes. En esta región caracterizada por
una importante heterogeneidad y desequilibrio, el centro regional, Temuco, es la única comuna que alcanza un IDH muy
alto. Esta comuna concentra el 28% de la población regional y actividades de servicios, pequeña industria y construc-
ción. Finalmente, resulta interesante constatar que 6 comunas de 25 de esta región tienen más de un 30% de población
perteneciente a etnias, según el Censo de 1992 y todas ellas muestran niveles muy bajos de IDH relativo. Por la creciente
importancia que ha adquirido este tema en la sociedad chilena en los últimos años, esta situación debiera ser de especial
preocupación para las autoridades locales y del nivel central. Las regiones de Los Ríos y Los Lagos, las actividades econó-
micas preponderantes son la agropecuaria y forestal, fundamentalmente a pequeña escala. En muchas de sus comunas,
exceptuando la ciudad de Valdivia, existen zonas de difícil acceso especialmente en la época invernal. Esto se debe a las
características del terreno, la dispersión geográfica entre comunidades y la insuficiente estructura caminera.
En la zona austral, las comunas de Cisnes, Aisén y Cohaique, que en conjunto representan el 85,1% de la población regio-
nal, alcanzan altos y muy altos valores de IDH. Lago Verde, Río Ibáñez, Chile Chico, Tortel, Cochrane y O´Higgins, muestran
valores de IDH y sus dimensiones que se ubican en los rangos muy bajo y bajo. Las características regionales incidentes en
este fenómeno son, por un lado, la dificultad de estas comunas de contar con acceso a servicios y canales de comerciali-
zación adecuados para su producción, y por otro, la especialización productiva en actividades extractivas, pesqueras y fo-
restales, que han sufrido fuertes contracciones en el último tiempo. Gran parte de las comunas de la Región de Magallanes
y Antártica Chilena, que poseen montañas, tienen un IDH alto. Cabe destacar como factor incidente en esta situación, el
hecho que históricamente esta región ha tenido un tratamiento diferenciado en cuanto la aplicación de instrumentos de
apoyo económico-productivos.
Otros indicadores que permitieron evaluar la situación socioeconómica y el impacto de los programas sociales en las con-
diciones de vida de la población, con el propósito de contribuir a mejorar la eficacia y la eficiencia de la política social, son
los resultados a nivel comunal de la encuesta de Caracterización Socioeconómico Nacional (CASEN), con énfasis en las
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 43
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Económica
zonas de montañas y segregada por macrozona. En este estudio, se seleccionó cuadro indicadores; escolaridad, analfabe-
tismo, acceso a agua potable y el acceso de electricidad de los hogares.
Escolaridad y analfabetismo
Los promedios de escolaridad en zonas de montañas (cuadro A.40) son más bajos que los valores nacionales, que fluctúan
entre 9,2 a 11,5 años (en hombres) y 9,1 a 11, 0 (en mujeres). El valor promedio de escolaridad y analfabetismo en zonas
de montañas es 10,3 años y 3,9%, respectivamente. Es de esperar que la zona central tenga los mejores índices promedio
de escolaridad (10,3 años), valores que se ven altamente influenciados por las comunas de montaña de las regiones de
Valparaíso y Metropolitana. Sin embargo, la zona del Norte Grande posee el promedio de escolaridad más alto de Chile
(10,6 años). El análisis por macrozonas, indica que la zona sur posee un 7,7% de analfabetismo, que en gran medida está
influenciado por comunas rurales de la Región de La Araucanía y Los Ríos (figuras A.76 a A.80).
Los indicadores de montaña para viviendas con acceso a red pública de agua potable, a nivel nacional fluctúan entre 74,3%
a 98,1% (cuadro A.41). Sin embargo, se visualiza una brecha considerable en las comunas de montaña de la Región de la
Araucanía, como por ejemplo, Lumaco (38%), Vilcún (39,7%) y Lonquimay (45,5%) correspondientes a la zona sur, poseen
bajos índices de acceso a red pública de agua potable. La zona del Norte grande posee el mayor porcentaje de acceso de
agua potable mediante la red pública, mientras que la zona sur tiene el valor más bajo, que es suplido por otros tipos de
fuentes de acceso (norias y pozos profundos, principalmente).
Acceso a electricidad
Los indicadores promedio de comunas de montaña para el acceso de red pública a electricidad (cuadro A.42) son altos a
nivel nacional (entre 95,6 a 99,7%), a excepción de las comunidades altiplánicas del Norte Grande, por ejemplo; Colchane
(0%) y Huara (2,9%), que la electricidad la obtienen de motores a petróleo y muy pocos paneles solares. Las comunas de
montañas de Lonquimay y Lumaco de la zona sur, Putre (Norte Grande), no disponen de una red de acceso a electricidad.
El porcentaje promedio de las viviendas de montaña con acceso de red pública de electricidad es 99,1%, es decir, un indi-
cador muy alto para los habitantes de las zonas de montañas.
Cabe mencionar, que la red caminera utilizada en este análisis no tiene la red vial de los grandes centros poblados de mon-
taña, lo que provoca una subestimación de dicha red.
No sólo su distribución geográfica le plantea al país un desafío articulador constante en todos los ámbitos. Su integración
real y desarrollo armónico están afectados por un centralismo endémico. Éste se expresa en cifras que revelan un notorio
y cada vez mayor desequilibrio en población, crecimiento, concentración, inversión y oportunidades en la última década,
a pesar de los planes de regionalización del poder ejecutivo, existentes más en el propósito que en la estricta realidad. Las
comunidades de zonas rurales, comunas extremas o zonas de alta montaña están enfrentadas al desafío constante de un
modelo económico que privilegia la “competitividad”, siendo ésta una clara desventaja en todo orden para su progreso,
particularmente notoria en el caso de las zonas extremas del norte y el sur.
En Chile, la mayoría de las comunas poseen acceso a Televisión, radio, periódicos de circulación nacional y local, en distin-
tos grados de cobertura. Todos los medios de prensa, audiovisual y radial, con distribución y alcance nacional- y que por
lo tanto pueden actuar como articuladores de la rica diversidad de sus regiones- están localizados en la capital del país.
Según el Connectivity Scorecard 2009, estudio financiado por la Nokia, Chile presenta un alto puntaje de conectividad
para consumidores y empresas. Estas dos variables son valoradas en un 94% para el puntaje final, lo que explica el tercer
lugar de Chile en el ranking.
El país posee una alta penetración y cobertura de banda ancha (20% según el estudio, 28% según la Subsecretaría de
Telecomunicaciones de Chile), comparable a países de Europa del Este como Polonia. También hay una amplia cobertura
de telefonía fija y móvil (87% según Subtel). El estudio también acusa que para un país como Chile se podría esperar una
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 45
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Económica
penetración más alta aún. Otras de las fortalezas del país son el masivo uso de Internet y la cobertura de redes móviles.
Sin embargo existen comunas de montaña que no disponen de ofertas de Acceso a Internet, mediante conexiones resi-
denciales fijas: Camarones, Putre, General Lagos, Camiña, Colchane, Huara, Ollagüe, Alto Del Carmen, La Higuera, Quilaco,
Alto Bío-Bío, Ranquil, Treguaco, Curarrehue, Cholchol, Río Verde, Timaukel, Torres Del Paine (Subtel, 2009). Asimismo, hay
comunas de montañas que no disponen de ofertas de Acceso Móvil a Internet, mediante tecnologías 3G: Camiña, Pica,
Ollagüe, Lago Verde, Tortel, Rio Verde, General Lagos (Subtel, 2009).
Durante los últimos años, Chile ha logrado mejorar tanto la calidad de los datos de todos los segmentos de telecomunica-
ciones como también la cantidad de información y de indicadores presentados, teniendo así una mayor cobertura de los
distintos servicios y una mayor amplitud de las variables relevantes.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 46
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Político institucional
Historia
Se pide se emprenda una acción para mejorar el conocimiento de los ecosistemas de montaña y el fomento del desarrollo
integrado de cuencas hidrográficas y otras posibilidades de medios de vida.
Informe Secretario General: Respeto a la naturaleza: debe obrarse con prudencia respecto de todas las especies vivas y
todos los recursos naturales. Sólo así podremos preservar la incalculable riqueza que hemos heredado de la naturaleza y
transmitirla a nuestros descendientes.
El año 2002 tiene un significado especial para las regiones de montaña de todo el mundo, ya que no sólo es el Año
Internacional de las Montañas sino también el Año Internacional del Ecoturismo. Las montañas, con su belleza remota y
majestuosa, figuran entre los destinos más populares del ecoturismo, y el turismo de montaña puede ser un factor clave
para centrar el interés en ambos aspectos: el mejoramiento general de la calidad de vida de las poblaciones mediante ini-
ciativas de desarrollo económico sostenible y la conservación del medio ambiente. Tanto desde la perspectiva socioeco-
nómica como desde la ambiental, el turismo en las regiones de montaña es una bendición ambigua: puede originar pro-
blemas, pero ofrece también muchas oportunidades.
El párrafo 42 del Plan de Aplicación de la CMDS señala que los ecosistemas montañosos sustentan formas particulares de
subsistencia y contienen importantes recursos relacionados con las cuencas hidrográficas, la diversidad biológica y una
flora y una fauna singulares. Se visualiza la “Alianza para las Montañas” como una asociación voluntaria destinada a fortale-
cer la cooperación surgida en 1992 con el Capítulo 13 del Programa 21 sobre Desarrollo Sostenible de las Montañas, para
proteger los ecosistemas de montañas y fortalecer a sus comunidades. Presentada en la Cumbre Mundial para el Desarrollo
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 47
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Político institucional
Sostenible, llevada a cabo en el 2002, la Alianza para las Montañas aprovecha la abundancia y la diversidad de recursos,
la información, el conocimiento y la pericia de sus miembros para ejercer un cambio positivo en las áreas de montaña.
Chile inicia un proceso de consulta a organismos públicos para participación en la Alianza para las montañas. Participan la
Dirección General de Aguas, Ministerio de Bienes Nacionales, Corporación Nacional Forestal, Comisión Nacional del Medio
Ambiente, Servicio Nacional de Geología y Minería.
Para enfrentar temáticas tan trasversales como el desarrollo sostenible de las áreas montañas se hizo necesario un trabajo
asociativo a nivel nacional, regional e internacional. Chile ingresó a la “Alianza para las Montañas”, en septiembre de 2007,
instrumento multipartito impulsado por Naciones Unidas, que permite tratar los distintos aspectos interrelacionados del
desarrollo sostenible de las regiones montañosas. Su Secretaría está radicada en la FAO, Roma.
A partir de allí se iniciaron contactos con los países de la “Iniciativa Andina”, en el marco de los objetivos de la Alianza. Se
dio inicio a un proceso de consulta para ir hacia la creación de un Comité Nacional para las Montañas, impulsado por el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
Se participa en la Reunión de la Iniciativa Andina convocada por el Nodo Regional de la Alianza CONDESAN (Consorcio
para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina) en Manizales, Colombia, en febrero de 2009. Se apoyó la iniciativa
argentina de realizar un diagnóstico en los países de la región andina sobre el desarrollo sostenible en las áreas de mon-
taña. Dicha iniciativa derivó en un Programa de Cooperación Técnica, auspiciado por la FAO que entró en vigencia el junio
de 2011 y la sede es Chile.
En noviembre del 2009 se realizó una reunión de trabajo en la Cancillería, para realizar consultas y debatir acerca del como,
por qué y para qué la creación de un Comité Nacional para las Montañas. Asistieron 32 representantes de entidades públi-
cas, privadas, sociedad civil, universidades y representantes de Argentina y Perú. En esta ocasión se constituyó un grupo
de trabajo permanente.
Producto de esta reunión, durante el 2010 este grupo de trabajo elaboró un documento que contiene un diagnóstico pre-
liminar de la situación de montañas. Una de las principales conclusiones de este diagnóstico fue la creación de un comité
nacional para las montañas, tal como lo mandata la “Alianza para las montañas”. Posteriormente dicho documento es parte
integral de la formulación del futuro decreto supremo que sancionará la creación del Comité.
(2011) Taller: Derretimiento de Nieves y Glaciares: Ciencia, Tecnología y Políticas para Enfrentar los Desafíos de la Región Andina
en un Contexto de Cambio Climático. (Santiago, Chile, 13-15 de septiembre).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
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Se realizó un taller orientado a la gestión integrada de los recursos hídricos (Nieves y glaciares) y políticas en cuencas de
montaña afectadas por cambio climático. Esta actividad congregó a representantes de más de 15 países, provenientes
de Chile, Argentina, Brasil, Perú, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia y México, Estados Unidos, Suiza, Alemania, Nepal,
España y Francia, entre otros. El taller contó con la colaboración financiera del Gobierno de Flandes, UNESCO y el Centro
de Estudios Científicos de Valdivia. Colaboraron igualmente entidades académicas, privadas, gubernamentales y ONGs.
Se concluyó que los glaciares al ser aguas en estado sólido, caben dentro de la clasificación de bienes nacionales de uso
público que efectúa el artículo 598 del Código Civil, el cual no distingue la forma física que las aguas puedan adoptar (lí-
quidas, gaseosas o sólidas), y segundo, se refiere a una reglamentación de protección de los glaciares.
El 11 y 12 de octubre de 2011 el Gobierno de Suiza invita a la Dirección de Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones
Exteriores de Chile a la Conferencia Mundial sobre Montañas de Lucerna, para revisar los documentos preparatorios sobre
el tema montañas para Río+20. Al cierre de la Conferencia Chile propone efectuar una alianza Andes-Mesoamérica, la que
fue acogida positivamente. El 26, 27 y 28 de octubre de 2011, la “Alianza para las Montañas”, realizó en Chile una reunión
preparatoria para la Conferencia de las partes (COP) de Cambio Climático, con la participación del Ministerio de Relaciones
Exteriores y encargados del tema montañas de los países de América Latina y el Caribe.
En marzo de 2012 se llevó a cabo igualmente en Chile el “Taller de Monitoreo de los Efectos del Cambio Climático en
Ecosistemas Protegidos de Montaña”, organizado por la FAO Regional y el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el que
participaron representantes de Bolivia, Ecuador, Costa Rica, México, Brasil, Colombia, Guatemala, Perú y Estados Unidos.
El 5 y 6 de abril de 2012, la Dirección de Medio Ambiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile asiste a la
Conferencia de Países de Montaña y Cambio Climático, organizada por el Gobierno de Nepal. La conferencia adoptó un
“Llamado a la Acción”.
Por otra parte, y dada la naturaleza montañosa de la geografía de Chile, la mayoría de las instituciones de gobierno se vin-
culan según su quehacer político-administrativo en ambientes montañosos, destacan las ramas de las fuerzas armadas
de Chile como Ejército de Chile (Escuela de Montaña) y Carabineros (Curso Montañas y Fronteras). Diversos Ministerios
del Gobierno de Chile participan en el fomento y fiscalización en áreas de Montaña. En el Ministerio de Agricultura, por
ejemplo, destaca la labor en Montañas de la Corporación Nacional Forestal y el Servicio Agrícola y Ganadero. Dado que la
Cordillera de Los Andes es el límite natural con la República de Argentina, la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del
Estado (DIFROL3) organismo técnico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, ha jugado un rol importante en la
política de montañas. Este organismo gubernamental enfoca parte de sus esfuerzos en preservar y fortalecer la integridad
territorial del país, asesorando profesional y técnicamente al Supremo Gobierno. Además, participa en la celebración de
Tratados, en la negociación de convenios, así como en los foros y en las materias relacionadas con los límites Internacionales
de Chile y en las políticas de integración física, vecinal y regional. Considere además, la participación de los siguientes es-
tamentos ministeriales; el Ministerio de Minería4, el Ministerio de Relaciones exteriores de Chile (DIMA), el Ministerio de
Medio Ambiente, el Ministerio de Defensa, el Ministerio de Bienes Nacionales, el Ministerio de Planificación, el Ministerio
de Obras Públicas, el Ministerio de Economía, entre otros.
3 http://www.difrol.cl
4 http://www.minmineria.gob.cl/
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Político institucional
Asimismo, se debe indicar a otras instituciones gubernamentales, como Intendencias, gobiernos regionales y municipales
que conforme a su ley orgánica constitucional pueden desarrollar funciones de protección del medioambiente en especial
colaborar con la fiscalización y el cumplimiento de las normas respectivas sobre urbanización y aprobación de las sub-
divisiones de predios rústicos. Recientemente se han aprobado normativas para la formulación de planes de regulación
y ordenamiento territorial en comunas rurales. La Dirección de Medio Ambiente y Asuntos Marítimos del Ministerio de
Relaciones Exteriores de Chile, es la responsable de coordinar la posición de Chile en aquellos foros internacionales donde
se discuten los temas a su cargo, procurando armonizar los intereses de los diversos actores nacionales con los compromi-
sos que Chile ha asumido en el ámbito internacional. Ello en un marco de cooperación y respeto al Derecho Internacional.
A través de su participación en diversas comisiones nacionales, DIMA vela por el cumplimiento de los compromisos in-
ternacionales asumidos por Chile en los ámbitos de su competencia. Administra los acuerdos de gestión y coordina las
actividades emprendidas en el marco de instrumentos bilaterales y multilaterales con incidencia en las temáticas medio-
ambientales, antárticas o marítimas.
En este marco, es importante tener un catastro de las instituciones existentes que pueden jugar algún tipo de rol en este
proceso de apoyo al desarrollo de las comunidades, identificando sus capacidades y las posibilidades de coordinación y
sinergia, en particular es conveniente observar a las instituciones que forman parte del Comité nacional de montaña. Es pro-
bable que se requiera adicionalmente la caracterización de instituciones existentes con base en la comunidad, Instituciones
económicas, de gobierno local y nacional e instituciones de educación y formación.
Capacitación en montañas
No se encontraron instituciones específicas asociadas a la capacitación en montañas, ni universidades e institutos profe-
sionales. Sin embargo, existen iniciativas y cursos con especialización de alta montaña. Otras organizaciones que se aso-
cian en particular al rescate en montañas son el Cuerpo de Socorro Andino de Chile (CSA), organización voluntaria de bien
público especializada en la búsqueda salvamento y rescate en montaña y zonas de difícil acceso establecida oficialmente
como una Corporación de Derecho Privado sin fines de lucro en el año 19695. Dentro de las instituciones del Estado de
Chile existe una asociación de Municipalidades agrupadas con fines de desarrollo de la montaña que nacen a partir del
Proyecto “Protege”. La Asociación de Municipalidades Parque Cordillera6, ex Protege, agrupa a siete municipios socios; Lo
Barnechea, Las Condes, La Reina, Peñalolén, La Florida, San José de Maipo y Colina. La institución rescata la Cordillera y
Precordillera Andina Central como patrimonio natural, mediante acciones de protección, restauración y promoción de la
vida al aire libre. Su objetivo principal es crear en la Precordillera de Santiago una gran reserva ecológica y un gran parque
natural, invitando a los habitantes de esta ciudad a que protejan y cuiden las montañas, contribuyendo a la mejora de
la calidad de la vida de las personas abriendo espacios de recreación, de educación ambiental e investigación científica,
promoviendo la biodiversidad y unidad ecológica de este ecosistema para acercar al ser humano a los valores esenciales
que lo guían en su relación con lo trascendente y con sus semejantes.
En el ámbito deportivo y recreacional es donde existe un mayor número de organizaciones del ámbito privado. La FEACH,
organismo deportivo independiente y miembro del Comité Olímpico de Chile y de la Union Internationale des Association
d’Alpinisme, tiene por objetivos estratégicos fomentar y difundir la práctica del Andinismo y deportes afines, en el ámbi-
to nacional; establecer las reglas técnicas y de seguridad relativas a dicha práctica velando por su aplicación y organizar
5 http://www.socorroandino.com/
6 http://www.asociacionparquecordillera.cl/
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Político institucional
la participación de sus deportistas en competiciones nacionales e internacionales de acuerdo a la Ley Nº 19.712, a sus es-
tatutos y demás normas internas o internacionales que le son aplicables7.
La Fundación Sendero de Chile8, es otra iniciativa muy ligada a las montañas de Chile. El año 2000, por iniciativa presiden-
cial se invitó a la ciudadanía a construir un sendero longitudinal que atravesase el país, para ser transitado a pie, a caba-
llo o en bicicleta, permitiendo que los ciudadanos puedan disfrutar y conocer el patrimonio natural y cultural de Chile. A
partir del año 2001, la Comisión Nacional de Medio Ambiente (hoy Ministerio del Medio Ambiente), comenzó a ejecutar
el programa Sendero de Chile, contando con recursos del Presupuesto de la Nación para ello. Con el propósito de liderar
la implementación de esta iniciativa, se creó la Fundación Sendero de Chile que tiene personería jurídica de derecho pri-
vado y sin fines de lucro.
Otra agrupación de entidades relacionadas al quehacer de montañas es CATA A. G9., fundada en 1995 entre el Servicio
Nacional de Turismo (SERNATUR, Ministerio de Economía); la Armada de Chile; la Corporación Nacional Forestal; el Servicio
Agrícola y Ganadero (SAG); la Dirección General de Aeronáutica Civil y la Asociación Gremial de Agencias de Turismo de
Aventura. Junto a la Federación de Andinismo de Chile y la Escuela Nacional de Montaña convinieron la creación de un
Sistema de autorregulación de la actividad del Turismo de Aventura en Chile.
No se encontraron centros de investigación asociados a la temática específica de montañas en Chile. Sin embargo, diver-
sas universidades y centros de investigación ocupan su tiempo y sus recursos en zonas de montañas, ya sea estudiando
sus recursos naturales, el medio social y geopolítico. De esta misma forma aunque no hay estudios superiores (educación
terciaria) formales enfocados en montañas varias carreras preparan profesionales que se verán involucrados de una u otra
forma con la montaña (e.g. Ingenieros Forestales, Geólogos, Geógrafos, Ingenieros en Minas, entre otros).
Identificación de las principales normativas vigentes con especial énfasis a zonas de montañas.
Las principales normativas legales aplicables a zonas de montaña están circunscrita a leyes nacionales de amplia temática
sectorial e instituciones de gobierno, que incluye todo el territorio nacional. Por ejemplo, en el área ambiental, la ley de
bases generales del medio ambiente nº 19.300, está orientada al diseño y aplicación de políticas, planes y programas en
materia ambiental, así como en la protección y conservación de la diversidad biológica y de los recursos naturales reno-
vables e hídricos, promoviendo el desarrollo sustentable, la integridad de la política ambiental y su regulación normativa.
La preocupación política y legal sobre la protección y conservación de los glaciares en Chile es de carácter reciente, a con-
secuencia de la actual discusión sobre los efectos del cambio climático global y el impacto público del proyecto minero
Pascua-Lama (Kronenberg, 2009). No obstante, el Código de Aguas (Bórquez et al., 2006) norma las aguas líquidas y no
menciona a los glaciares blancos y rocosos dentro de sus definiciones.
Las regulaciones del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas por el Estado (SNASPE; Ley N° 18.362 de 1984) y la de
Santuarios de la Naturaleza (Ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales, 1970), dan protección a áreas frágiles o limitan el
uso con fines económicos en ellas, dependiendo del tipo de área protegida.
7 http://www.feach.cl/
8 http://www.senderodechile.cl/portal/fundacion/
9 http://www.catachile.cl/
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 51
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Político institucional
La Ley 18.248, Código de Minería, regula la actividad minera de Chile. En alta montaña o no, el Estado de Chile tiene el do-
minio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas, comprendiéndose en éstas las covaderas, las
arenas metalíferas, los salares, los depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de
las arcillas superficiales, no obstante la propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entra-
ñas estuvieren situadas. Esto implica una alta potestad sobre el ejercicio de las concesiones mineras, en áreas que pueden
resultar con alta fragilidad ambiental.
Las legislaciones ambientales tales como la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente del año 1994 y el
Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) de 1997 son los principales cuerpos legales que han
regulado muchas de las actividades susceptibles de causar impactos en áreas con presencia de glaciares. A partir de una
reciente modificación (Artículo N° 3 D. S. N° 95 de 2001, modificado el 29/11/2008), propuesta como parte de las líneas es-
tratégicas de la política para la protección y conservación de glaciares (o Política Nacional de Glaciares, PNG) se establece
que todo proyecto susceptible de causar impacto ambiental sobre un glaciar deberá someterse al Sistema de Evaluación
de Impacto Ambiental (SEIA). No obstante, una importante limitación de esta modificación es que solo considera dentro de
su ámbito a los glaciares que se encuentran incorporados en un inventario público de la Dirección General de Aguas (DGA).
Por su parte, una secuencia cronológica de tratados, reivindicaciones, convenciones internacionales y legislación nacional
entre 1881 y 1986 definen la delimitación de este territorio. Para zonas de montaña, se rescata los siguientes antecedentes
de Santis y Gangas (1988):
El límite septentrional: El límite Norte, definido en el Tratado Chileno-Peruano suscrito en Lima el 3 de junio de 1929, quedó
establecido como una línea que parte “de un punto de la costa, que se denominará ‘Concordia’, distante diez kilómetros
al norte del puente del río Lluta, para seguir hacia el oriente paralela a la vía de la sección chilena del ferrocarril de Arica a
La Paz y distante diez kilómetros de ella, con las inflexiones necesarias para utilizar, en la demarcación, los accidentes geo-
gráficos cercanos que permitan dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y sus dependencias, pasando luego por
el centro de la Laguna Blanca; en forma que una de sus partes quede en Chile y la otra en el Perú” (Tratado, 1929: Art. 20 ) .
El límite oriental: En el Este, el límite queda definido en dos documentos básicos. Respecto de la República Argentina, la
frontera (en el sentido de límite) es establecida en Tratado de Límites Chileno-Argentino suscrito en Buenos Aires el 23 de
julio de 1881, y en relación a la República de Bolivia se suscribe un Tratado de Paz y Amistad el 20 de octubre de 1904, el
cual incluye la delimitación de ambas jurisdicciones territoriales.
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Conflictividad
Desde Arica a la Serena (incluye norte chico), se han detectado alrededor de 250 problemas ambientales. Los problemas
del agua y su disponibilidad concentran la mayor preocupación ya que resulta insuficiente para abastecer adecuadamente
a la población. Esta situación es aún más crítica si consideramos el uso exclusivo del agua potable en la actividad minera,
como ocurre en la I y II región. Las altas concentraciones de arsénico y otros metales pesados presentes en el agua, ame-
nazan a diario a sus habitantes del norte; de ahí que en las ciudades de Antofagasta, Calama, Tocopilla se registra el mayor
índice de cáncer gástrico del país. Las industrias de harina de pescado ubicadas en el radio urbano, producen malos olores
que atentan contra la calidad de vida de los habitantes de esta zona. Aumentan este problema los diversos contaminantes
gaseosos derivados de las plantas de ácido sulfúrico, ubicadas en la I y II región y los de alta toxicidad que emanan de la
atmósfera, especialmente de las chimeneas de Chuquicamata. Estos contaminantes producen la llamada lluvia ácida. Las
principales fuentes de contaminación atmosférica son los procesos industriales que operan en Chuquicamata, Mejillones,
Tocopilla, María Elena y Pedro de Valdivia. Estas plantas mineras arrojan al aire partículas en suspensión, lo que se agrava por
la falta de pavimentación adecuada en las áreas urbanas. La flora de la zona está en grave peligro de extinción, debido a la
tala indiscriminada, al uso de plaguicidas, al consumo de leña en zonas urbanas y a los escasos proyectos de reforestación.
En la zona del Norte Chico, la escasez del agua sigue siendo un problema recurrente para las comunidades. Se hace nece-
sario el buen manejo de agua de riesgo en las prácticas agrícolas, aplicando nuevas tecnologías que eviten las tradicionales
pérdidas de agua por evaporación y drenaje. En la III y IV región, además, los residuos que se desprenden de los procesos
mineros contaminan las aguas de los ríos y las de napas subterráneas. Uno de los principales problemas ambientales, es
la erosión en el suelo que intensifica el proceso de desertificación, y deja las tierras aún más estériles y sin la capacidad de
ser cultivadas. Otro factor que afecta el proceso erosivo en la III y IV región, es el del monocultivo o cultivo de una especie:
Uva o Kiwi. El uso indiscriminado de pesticidas en la actividad agrícola y los contaminantes químicos presentes en el agua
de regadío, provenientes de los residuos mineros, son otros problemas que acusan contaminación del suelo de la zona.
En la zona Central, los cursos de aguas naturales de la V y región metropolitana, como los ríos Aconcagua, Maipo, Mapocho,
estero de Marga-Marga y Zanjón de la Aguada, presentan serios índices de contaminación biológica, principalmente por
aguas servidas. Esta situación es más apremiante cuando esta agua se utiliza para el regadío de hortalizas, porque afecta
de manera directa la salud de la población, incrementando la presencia de fiebre tifoidea, la hepatitis y el cólera. Todos
los lagos de la zona central están contaminados con desechos domésticos e industriales. En la región del Bío-Bío existen
problemas provenientes de las industrias de celulosa, además de aguas servidas y plaguicidas. En Santiago, Valparaíso,
Concepción, Ventanas y Puchuncaví son las ciudades más afectadas por contaminantes gaseosos y partículas en suspen-
sión, provenientes del transporte y de las actividades industriales. En la ciudad de Santiago se concentran más de mil in-
dustrias contribuyendo al smog y a la lluvia ácida. El mal anejo agrícola, los incendios forestales y la ocupación de suelos
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Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Conflictividad
cultivables para la construcción de nuevas viviendas y carreteras en la expansión de las ciudades, son los principales res-
ponsables de los suelos erosionados. A partir de la VII región el deterioro de suelo se debe a la tala del bosque nativo y su
reemplazo por monocultivos de pino insigne, eucalipto y álamo. La contaminación del recurso suelo en la zona proviene,
principalmente, de la aplicación de pesticidas y de la lluvia ácida provocada por la actividad minera. Debido a la sobre ex-
plotación, a la contaminación atmosférica, a la polución de aguas de regadío y a la erosión de los suelos, especies como el
ciprés de cordillera, la palma chilena, la bellota y el lingue del norte, están desapareciendo.
La tala ilegal de bosques nativos en la zona Sur. Las aguas servidas también son otra fuente de contaminación de la zona,
debido a la falta de sistemas adecuados de alcantarillado y de plantas de tratamiento. La progresiva erosión a causa de los
incendios forestales por accidentes humanos, el sobre pastoreo y el mal manejo agrícola ha causado la disminución de la
fertilidad de los suelos. El problema del suelo en la zona sur, agravado por la ausencia de un programa efectivo de refores-
tación, ha dejado las tierras a merced de los agentes erosivos naturales, como el viento y el agua. La explotación de vastas
zonas con especies de madera de alta calidad, ha causado serios deterioros en el ambiente de la zona.
Finalmente, la zona austral con la presencia de megaproyectos hidroeléctricos y mineros provoca incertidumbre del desa-
rrollo sustentable de la zona. Es importante que se creen parques y otros sistemas de protección a las especies sobre todo
a los árboles que más riesgo corren.
El concepto de Cambio Climático en zonas de montañas adquiere una connotación a una escala global o regional. Tales
cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipita-
ciones, nubosidad, etcétera. Son debidos a causas naturales, y en los últimos siglos se sospecha que también a la acción
de la humanidad. Existe un mapa que ha publicado Maplecroft, que muestra mediante el coloreo qué zonas del planeta
son las más vulnerables ante el cambio climático.
En Chile, los efectos del calentamiento global no se han sentido con gran fuerza en el país debido a la influencia
sobre el clima de los océanos que nos rodean (Barry, 1992). Además, la corriente de Humboldt también ayu-
da a mantener las temperaturas más bajas. Sin embargo, esto no nos exime de las consecuencias del cambio
climático (BCN, 2007). Los modelos de simulación de Circulación Global, que intentan reproducir los fenóme-
nos de circulación atmosférica y oceánica, y los intercambios de calor y agua que estarían produciendo a nivel
planetario, solo pueden realizar estimaciones muy gruesas, en términos geográficos. Por esto, accidentes geo-
gráficos como la Cordillera de los Andes, capaces de generar cambios climáticos importantes en distancias de
sólo 299 km., no aparecen representados en los modelos. Esta baja resolución implica limitaciones muy serias
cuando se quiere discutir los cambios a nivel regional o nacional. No obstante a ello, en los últimos 100 años, la
temperatura del planeta aumentó 0,7ºC, según reportes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 54
Diagnóstico de las Montañas de Chile / Dimensión Conflictividad
Naciones Unidas (IPCC). Once, de los últimos 12 años, han sido los más cálidos desde que comenzaron los regis-
tros históricos en 1850, y a nivel global, la actual temperatura es la más alta de los últimos mil años (BCN, 2007).
En nuestro territorio, diversos estudios acusan ya algunos cambios: (i) Hay indicios de una sostenida disminución en las
precipitaciones, en los últimos 71 años, tras analizar los registros de estaciones meteorológicas ubicadas entre Concepción
y Puerto Aysén. En este período, en Valdivia las precipitaciones han disminuido en 540 milímetros. En la misma línea, se ha
detectado una clara tendencia a la baja en los registros de caudales en gran parte del país. (ii) El 90% de los glaciares cor-
dilleranos están disminuyendo. En tanto que en Campos de Hielo Sur se registran retrocesos de hasta 30 metros por año.
(iii) Aumenta el nivel del mar a razón de 0,3 cm por año. (iv) Hay cambios en la vegetación, en términos del desplazamiento
de límites de distribución de algunas especies hacia el sur, lo que podría afectar de manera importante la biodiversidad,
distribución y abundancia de especies en los bosques nativos. A nivel de macrozona, se presenta el cuadro A.46, con un
resumen de los cambios estimados bajo escenarios de variabilidad climática durante las próximas décadas.
Se predice que para los próximos 100 años, un aumento de las temperaturas del centro del país y una baja en las precipi-
taciones (Carrasco et al., 2005), harán que parte de las actividades frutícolas tengan que desplazarse hacia el sur. Las zonas
más afectadas, por la baja de precipitaciones, serán las regiones V, VI y parte de la VII, y se prevé un incremento en la aridez
del suelo. La actividad forestal deberá adaptarse a este nuevo escenario climático.
El Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile realizó, el año 2005, una proyección de cómo sería el clima en
Chile a fines del siglo 21, bajo probables escenarios: uno moderado y otro severo. Los principales resultados de este es-
tudio sobre “Variabilidad climática en el territorio chileno en el siglo XXI”, dicen relación con la temperatura y las precipi-
taciones; en todo el país se apreciaría aumento de temperatura en ambos escenarios. A estos resultados, se sumarán los
datos aportados por distintos centros de investigación que actualmente estudian los efectos del cambio climático sobre
el territorio, como el Departamento de Geofísica de Universidad de Concepción; el Instituto de Ecología y Biodiversidad
(Iniciativa Científica Milenio); el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza) de la Universidad de La Serena; el
Departamento de Química de la Universidad Federico Santa María; el Centro de Estudios Científicos (CECS) y el Núcleo
Científico Milenio FORECOS de Chile.
.05
CONSIDERACIONES
FINALES
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 56
Consideraciones finales
Chile es un país de montañas, según la clasificación usada en este trabajo en función de los criterios altitudinales de PNU-
MA-WCMC (2000), Chile presentó una superficie de 47,8 millones de hectáreas de montañas, que corresponde al 63,8%
del territorio nacional. Sin embargo, esta cifra no es concordante con el 80% de superficie montañosa citada ampliamente
en la literatura general por lo que se recomienda la utilización de otros criterios de clasificación como los de Hammond
(1964) y Dikau et al. (1991), o bien una actualización a mayor detalle de la clasificación PNUMA-WCMC. La clasificación
automática de formas principales del terreno se lleva a cabo a partir de la pendiente, el relieve local y la posición relativa.
Para producir resultados homogéneos y comparables, la pendiente debe ser considerado “suave” por debajo del 4% y
celdas de información más detallada. En este sentido, se recomienda utilizar el modelo de elevación digital ASTER G-DEM,
de 30 metros de resolución.
Los resultados de este modelo de zonificación evidencian que la condición de montaña está presente a lo largo del territorio
nacional y en cada una de las regiones de Chile. Antofagasta (10,2 millones de ha), Aisén (6,9 millones de ha) y Atacama (6,8
millones de ha) son las regiones con mayor superficie montañosa del país. Pero cabe mencionar que el 90% de la pobla-
ción reside en valles de la región central, entre Concepción y La Serena. Aproximadamente el 85% de los chilenos residen
en centros urbanos y más de una tercera parte del país se concentra en la ciudad de Santiago.
La Cordillera de los Andes y la Cordillera de la costa, representan en gran medida el modelo de montaña de Chile. Este siste-
ma de montaña ejerce un fuerte efecto en el control de los climas locales. En general se observa un aumento de las lluvias
(orográfica) conforme se aumenta la altitud, hasta llegar a la isoterma cero, en donde hay un predominio de precipitación
nivosa, difícil de cuantificar por los métodos convencionales y que ha llevado a subestimaciones del aporte de agua en
forma de nieve. En los niveles superiores de la cordillera y donde las condiciones topográficas y meteorológicas permiten
la acumulación de nieve y su posterior densificación para formar glaciares. El retroceso de los glaciales en las actuales con-
diciones climáticas ha favorecido la mantención de grandes lagos en las zonas sur y Austral de Chile. Frente a escenario de
cambio climático y la variabilidad climática se agudizarán situaciones desfavorables generalizadas debido a la disminución
de la cantidad de nieve y hielo almacenados en las zonas de montaña, que afectaría por ejemplo las aguas de derretimiento
para consumo humano, abastecimiento hidroeléctrico y riego, y su posterior distribución temporal y espacial a las tierras
bajas, particularmente en épocas de sequía. Los riesgos naturales presentes en zonas de montañas, están ligados a vol-
canismo, fuertes escorrentías superficiales, deslizamientos en masa e incendios forestales. Las montañas de Chile poseen
una enorme biodiversidad de especies, que en parte se encuentran protegidas por el SNASPE (145 mil Km2 aprox.), pero
otra gran superficie no protegida, tiene una alta presión antrópica de recursos naturales y los ecosistemas circundantes.
Si bien Chile es un país de montaña, la población de residentes de montaña alcanza los 3,6 millones de habitantes. Su
mayor concentración está en la macrozona central (2,8 millones de habitantes), mientras que las macrozonas del Norte y
Austral, la densidad poblacional es baja (0,5 a 2,2 hab/km2). El índice de desarrollo humano promedio de montaña está
sobre el valor 0.70, lo que se considera un desarrollo humano bueno. La zona central de Chile posee los mejores indica-
dores promedios ponderados por población en ingreso, salud y educación, sin embargo, no tiene los mayores índices de
alfabetismo ni años de escolaridad.
La economía de zonas de montaña de Chile está fuertemente ligada a la minería. El sector comercio es quien concentra la
mayor población de montaña. Destaca la alta proporción de habitantes ocupados de la agricultura en la macrozona Sur
(21,2%).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 57
Consideraciones finales
Los grupos étnicos presentes en áreas de montañas, se concentran en grandes centros urbanos de cada macrozona. La
mayor población indígena de montaña está representada por mapuches (250 mil habitantes aprox.). La macrozona Sur
concentra la mayor población originaria. La población de montaña es preferentemente de carácter urbano, sólo el 8% de
los habitantes viven en condiciones de ruralidad.
En cuanto a los problemas y las necesidades detectadas, cabe mencionar que en Chile, pese a ser un país prominentemente
de montañas no existe un centro de investigación y desarrollo focalizado al estudio de las zonas de montaña y sus interre-
laciones con el medio natural y social. En Chile existe una concentración de la riqueza asociada a los sectores nororiente
de la capital Santiago. Estos sectores se habían desarrollado especialmente durante el transcurso de la primera mitad del
siglo XX, cuando la clase alta emigró desde el centro de Santiago. Existen notorios vacíos de información y variables que
necesitan ser profundizadas de forma interdisciplinariamente. Se requiere una definición de zonas de montaña a mayor
resolución que permita capturar la variabilidad del paisaje chileno con mayor detalle. En el actual modelo, pese a que se
logra un notable avance a escala mundial que permite hacer macro-diagnósticos comparativos entre distintos países,
urge la necesidad de contar con mayor detalle en la espacialización de las clases de montaña, que permita generar polí-
ticas y programas locales y orientados en el desarrollo de comunidades altoandinas que viven o son influenciados más
intensamente por la montaña. Bajo estas necesidades, el presente estudio permitió establecer una serie de estadísticas y
diagnósticos espaciales, en términos de las dimensiones biogeofísicas, sociales y económicas vagamente conocidas en la
literatura general y de un gran valor para la formulación y focalización de políticas públicas asociadas a zonas de montañas.
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REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes.
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.07
ANEXOS
ANEXO 1. CUADROS
ANEXO 2. FIGURAS
Superficie de Montaña
Cuadro A.1. Superficie total de montaña por cada macrozona biogeográfica
definida por la metodología PNUMA-WCMC (2000)
Superficie por (%) de la Superficie (%) de la Superficie
Macrozona
categoría (Km2) total por Macrozona total PAIS
NORTE GRANDE 185.147 100,0 24,7
300 – 1.000 m, LER>300 14.658 7,9 2,0
1.000 – 1.500 m, LER>300, pendiente > 2º 20.858 11,3 2,8
1.500 – 2.500 m, pendiente > 2º 29.406 15,9 3,9
2.500 – 3.500 m 34.746 18,8 4,6
3.500 – 4.500 m 40.074 21,6 5,4
> 4.500 m 11.901 6,4 1,6
TOTAL MONTAÑAS 151.644 81,9 20,2
NO MONTAÑAS 33.503 18,1 4,5
NORTE CHICO 116.245 100,0 15,5
300 – 1.000 m, LER>300 26.274 22,6 3,5
1.000 – 1.500 m, LER>300, pendiente > 2º 13.930 12,0 1,9
1.500 – 2.500 m, pendiente > 2º 16.444 14,1 2,2
2.500 – 3.500 m 16.638 14,3 2,2
3.500 – 4.500 m 23.327 20,1 3,1
> 4.500 m 7.790 6,7 1,0
TOTAL MONTAÑAS 104.403 89,8 13,9
NO MONTAÑAS 11.841 10,2 1,6
ZONA CENTRAL 115.328 100,0 15,4
300 – 1.000 m, LER>300 24.855 21,6 3,3
1.000 – 1.500 m, LER>300, pendiente > 2º 10.820 9,4 1,4
1.500 – 2.500 m, pendiente > 2º 15.901 13,8 2,1
2.500 – 3.500 m 8.515 7,4 1,1
3.500 – 4.500 m 3.406 3,0 0,5
> 4.500 m 446 0,4 0,1
TOTAL MONTAÑAS 63.943 55,4 8,5
NO MONTAÑAS 51.385 44,6 6,9
ZONA SUR 98.524 100,0 13,2
300 – 1.000 m, LER>300 26.796 27,2 3,6
1.000 – 1.500 m, LER>300, pendiente > 2º 14.471 14,7 1,9
1.500 – 2.500 m, pendiente > 2º 5.195 5,3 0,7
2.500 – 3.500 m 29 0,0 0,0
TOTAL MONTAÑAS 46.491 47,2 6,2
NO MONTAÑAS 52.032 52,8 6,9
ZONA AUSTRAL 233.756 100,0 31,2
300 – 1.000 m, LER>300 78.213 33,5 10,4
1.000 – 1.500 m, LER>300, pendiente > 2º 23.735 10,2 3,2
1.500 – 2.500 m, pendiente > 2º 5.703 2,4 0,8
2.500 – 3.500 m 2.901 1,2 0,4
3.500 – 4.500 m 638 0,3 0,1
TOTAL MONTAÑAS 111.190 47,6 14,8
NO MONTAÑAS 122.566 52,4 16,4
TOTAL MONTAÑAS 477.673 63,8
NO MONTAÑAS 271.328 36,2
Total general 749.000 100
NORTE GRANDE 14.658 (7,9) 20.858 (11,3) 29.406 (15,9) 34.746 (18,8) 40.074 (21,6) 11.901 (6,4) 151.644 (81,9) 33.503 (18,1)
NORTE CHICO 26.274 (22,6) 13.930 (12,0) 16.444 (14,1) 16.638 (14,3) 23.327 (20,1) 7.790 (6,7) 104.403 (89,8) 11.841 (10,2)
ZONA CENTRAL 24.855 (21,6) 10.820 (9,4) 15.901 (13,8) 8.515 (7,4) 3.406 (3,0) 446 (0,4) 63.943 (55,4) 51.385 (44,6)
ZONA SUR 26.796 (27,2) 14.471 (14,7) 5.195 (5,3) 29 (0,0) N.A* N.A 46.491 (47,2) 52.032 (52,8)
ZONA AUSTRAL 78.213 (33,5) 23.735 (10,2) 5.703 (2,4) 2.901 (1,2) 638 (0,3) N.A 111.190 (47,6) 122.566 (52,4)
Total 170.796 (22,8) 83.814 (11,2) 72.649 (9,7) 62.829 (8,4) 67.445 (9,0) 20.137 (2,7) 477.671 (63,8) 271.327 (36,2)
Macrozona xérico Per-árido árido semiárido Sub-húmedo húmedo Per-húmedo sin información Total general
NORTE GRANDE 108.139 19.580 19.451 4.000 --- --- --- --- 151.170
NORTE CHICO 24.950 15.372 54.520 9.352 --- --- --- --- 104.194
ZONA CENTRAL --- --- 1.941 18.761 22.563 13.668 --- 8.458 65.391
ZONA SUR --- --- --- --- 1.950 4.904 41.574 --- 48.428
ZONA AUSTRAL --- --- --- 2.362 5.524 1.138 49.455 107 58.586
Total 133.089 34.952 75.913 34.474 30.037 19.710 91.029 8.565 427.769
NORTE GRANDE 16,9 (±0,6) 16,0 (±0,6) 14,3 (±1,2) 10,6 (±1,4) 5,5 (±1,6) 1,8 (±1,5) 15,8 (±1,4)
NORTE CHICO 14,6 (±1,5) 12,6 (±1,8) 9,8 (±2,5) 6,2 (±3,0) 3,5 (±2,7) 0,2 (±2,4) 16,0 (±1,1)
ZONA CENTRAL 12,6 (±2,1) 9,9 (±2,1) 7,4 (±1,9) 3,7 (±1,9) -1,2 (±1,8) -6,5 (±2,0) 13,8 (±1,4)
ZONA SUR 8,8 (±1,6) 6,7 (±1,7) 5,2 (±1,6) 0,6 (±1,9) NA* NA 11,0 (±1,0)
ZONA AUSTRAL 5,4 (±1,9) 3,1 (±2,0) 1,6 (±1,9) 0,6 (±1,9) -0,9 (±2,5) NA 6,4 (±1,5)
Medida de dispersión: desviación estándar de la media; LER Rango de elevación local; *No aplica.
(Fuente: Wordclim geodatabase)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 69
Anexo 1
Cuadro A.5. Temperatura máxima del mes más cálido (°C) según
zona biogeográfica y zona de montaña en Chile.
NORTE GRANDE 25,7 (±0,6) 25,4 (±0,7) 24,4 (±1,1) 21,2 (±1,3) 16,6 (±1,5) 13,2 (±1,7) 25,4 (±0,9)
NORTE CHICO 24,3 (±1,3) 22,6 (±1,4) 19,7 (±2,0) 15,7 (±1,9) 12,9 (±2,0) 9,8 (±2,0) 25 (±1,3)
ZONA CENTRAL 26,9 (±2,5) 25,1 (±1,9) 22,3 (±1,8) 17,6 (±2,1) 12,2 (±2,0) 6,6 (±2,2) 27,4 (±2,2)
ZONA SUR 20,6 (±2,8) 19,7 (±3,2) 18,7 (±3,2) 14,2 (±2,8) NA NA 21,5 (±3,2)
ZONA AUSTRAL 13,9 (±2,2) 12,3 (±2,3) 10,6 (±2,0) 9,3 (±1,9) 7,7 (±2,4) NA 14,4 (±1,8)
Medida de dispersión: desviación estándar de la media; LER Rango de elevación local; *No aplica.
(Fuente: Wordclim geodatabase)
Cuadro A.6. Temperatura mínima del mes más frio (°C) según
zona biogeográfica y zona de montaña en Chile
NORTE GRANDE 8,7 (±1,1) 6,6 (±0,8) 3,5 (±1,6) -1,5 (±2) -7,9 (±2,5) -12,3 (±1,7) 6,0 (±2,8)
NORTE CHICO 5,6 (±1,8) 3,0 (±1,9) 0,2 (±2,8) -2,9 (±3,7) -6 (±3) -9,7 (±2,4) 7,6 (±1,3)
ZONA CENTRAL 2,4 (±1,7) -0,5 (±1,7) -3,3 (±1,8) -7,3 (±1,9) -12,3 (±1,9) -17,6 (±2,0) 4,2 (±1,4)
ZONA SUR 0,7 (±1,6) -1,9 (±1,5) -3,6 (±1,4) -8,4 (±1,7) NA NA 3,6 (±1,0)
ZONA AUSTRAL -1,8 (±2,2) -4,7 (±2,2) -6,1 (±2,1) -6,9 (±2,1) -8,3 (±2,8) NA -0,3 (±2,2)
Medida de dispersión: desviación estándar de la media; LER Rango de elevación local; *No aplica.
(Fuente: Wordclim geodatabase)
Cuadro A.7. Precipitación anual acumulada (mm) según zona biogeográfica y zona de montaña en Chile
NORTE GRANDE 4 (±5) 4 (±4) 13 (±9) 31 (±30) 97 (±84) 127 (±107) 9 (±12)
ZONA CENTRAL 907 (±508) 1.046 (±496) 842 (±281) 597 (±170) 470 (±99) 471 (±40) 946 (±342)
ZONA SUR 2.027 (±362) 1.621 (±307) 1.270 (±255) 1.037 (±161) NA NA 1.812 (±398)
ZONA AUSTRAL 1.689 (±932) 1.270 (±472) 1.428 (±356) 1.503 (±157) 1521 (±106) NA 1.750 (±1.415)
Medida de dispersión: desviación estándar de la media. § Rango de elevación local. *No aplica.
(Fuente: Wordclim geodatabase)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 70
Anexo 1
Vegetación
Cuadro A.8. Vegetación de montaña en Chile por zonas biogeográficas (CONAMA, 2009)
Zona biogeográfica Vegetación Superficie (km2)
Desierto absoluto 39.199
Matorral Bajo y Desierto Andino 48.653
Matorral desértico 59.667
NORTE GRANDE
Matorral y Bosque Espinoso 459
Otros 3.676
TOTAL NORTE GRANDE 151.652
Matorral Bajo y Desierto Andino 27.638
Matorral desértico 56.574
Matorral y Bosque Esclerófilo 5.678
NORTE CHICO
Matorral y Bosque Espinoso 10.715
Otros 4.194
TOTAL NORTE CHICO 104.799
Bosque Laurifolio 1.364
Bosque Resinoso de Coníferas 1.073
Matorral Bajo y Desierto Andino 17.010
Matorral desértico 1.177
Matorral y Bosque Caducifolio 19.738
ZONA CENTRO
Matorral y Bosque Esclerófilo 16.252
Matorral y Bosque Espinoso 6.143
Matorral y Bosque Siempreverde 176
Otros 2.951
TOTAL ZONA CENTRAL 65.884
Bosque Laurifolio 8.783
Bosque Resinoso de Coníferas 7.316
Matorral Bajo y Desierto Andino 274
ZONA SUR Matorral y Bosque Caducifolio 22.836
Matorral y Bosque Siempreverde 7.821
Otros 2.070
TOTAL ZONA SUR 49.101
Bosque caducifolio 19.237
Bosque resinoso de coníferas 1.356
Bosque siempreverde 19.188
Estepas y pastizales 2.603
Herbazal de altitud 4.290
ZONA AUSTRAL Matorral bajo de altitud 3.715
Matorral caducifolio 7.829
Matorral siempreverde 623
Turberas 17.373
Otros 34.976
TOTAL ZONA AUSTRAL 111.190
Suelos
Cuadro A.10. Estimación de la superficie (km2) erosionada de los suelos de montaña.
Sin Erosión Erosión Erosión Erosión Erosión Otros Áreas de Superficie Total
Macrozona
erosión ligera moderada severa muy severa no aparente usos exclusión erosionada general
NORTE GRANDE 2.014 21.274 34.530 43.821 30.258 0 19.273 0 129.883 151.170
NORTE CHICO 2.651 9.442 15.062 31.334 10.548 246 34.825 87 66.386 104.194
ZONA CENTRAL 4.282 6.254 9.439 9.241 8.346 12.220 15.608 0 33.280 65.391
ZONA SUR 2.613 4.483 3.532 2.524 1.409 26.169 7.536 163 11.947 48.428
ZONA AUSTRAL 3.103 2.782 2.491 2.655 2.438 29.081 16.037 0 10.365 58.586
Total 14.663 44.235 65.055 89.574 52.997 67.717 93.279 249 251.861 427.769
Fuente: Determinación de la erosión actual y potencial de los suelos de Chile (CIREN, 2010)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 74
Anexo 1
Disponibilidad de agua
Cuadro A.11. Principales ríos y disponibilidad hídrica regional en Chile
Superficie cuenca Disponibilidad hídrica
Macrozona Región Río
en Km2 regional (m3hab-1año-1)
Lluta, 3.437
Cosapilla, -
XV de Arica y Parinacota Silala, -
Lauca -
NORTE GRANDE Camarones - 854
Azapa y Vítor -
I de Tarapacá
San José 3.193
II de Antofagasta Loa 33.082 52
Salado -
III de Atacama Copiapó 18.704 208
Huasco 9.813
NORTE CHICO
Limarí 11.696
IV de Coquimbo Elqui 9.825 1.020
Choapa 7.630
Aconcagua 7.338
V de Valparaíso Petorca 1.985 801
La Ligua 1.981
Maipo 15.303
Metropolitana de Santiago 525
Mapocho 4.230
Rapel 13.649
VI del Libertador Gral. Bernardo O’Higgins Cachapoal 6.370 6.829
Claro -
Tinguiririca -
ZONA CENTRAL Loncomilla 7.573
Mataquito 6.357
Claro 3.500 23.978
VII del Maule
Maule 21.074
Teno 1.590
Longaví 1.297
Itata 11.293
Biobío 24.264 21.556
VIII del Bio Bío
Ñuble 5.097
Laja 4.040
Toltén 8.397
IX de la Araucanía Cautín 3.100 49.273
Imperial 12.762
Bueno 15.366
Valdivia 10.275
XIV de Los Ríos
ZONA SUR Calle Calle 5.267
Cruces 3.233
136.207
Palena 12.887
Maullín 4.298
X de Los Lagos
Yelcho 4.084
Puelo 3.094
Baker 20.946
Bravo 1.920
Simpson 3.712
XI de Aisén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 2.993.535
Cisnes 5.196
ZONA AUSTRAL
Pascua 7.863
Aisén 11.456
Gallegos 10.120
XII de Magallanes y la Antártica Chilena 1.959.036
Serrano 7.347
Total 385.644 53.953 (media)
Fuente: Elaboración propia a partir de Banco Mundial, 2011; DGA, 1987; e INE 1992, 2003 y 2010.
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 75
Anexo 1
28
NORTE GRANDE 41,8 s.i s.i s.i s.i s.i s.i
GARÍN (1987)
TOTAL SUPERFICIE
15.489
INVENTARIADA
TOTAL SUPERFICIE
4.700
NO INVENTARIADA
(1) Lagos y lagunas superiores a 3 km2 de superficie del espejo del agua. Además, se incluyen lagos más pequeños que presentaron algún interés es-
pecial para el estudio citado. (2) En el caso de lagos o lagunas internacionales, la superficie es la total. (Fuente: Dirección General de Aguas, DGA-MOP)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 77
Anexo 1
Epicentro
Fecha y hora Ciudad/localidad impactada Huso Zonas afectadas MS Muertos
(N) (E)
11 de septiembre, 1552 (17.16) Santiago de 1552 Región Metropolitana 7,0 s.i
08 de febrero, 1570 (09.00) Concepción de 1570 5.925.448 678.427 18 VI, VII, VIII regiones y R. M. 8,3 2.000
17 de marzo, 1575 (10.00) Santiago de 1575 6.303.224 351.205 19 Región Metropolitana 7,3 35
16 de diciembre, 1575 (14.30) Valdivia de 1575 5.592.891 654.099 18 X y XIV regiones 8,5 200
24 de noviembre, 1604 (12.30) Arica de 1604 7.953.922 352.204 19 XV y I regiones 8,5 120
16 de septiembre, 1615 (23.30) Arica de 1615 7.953.962 357.483 19 XV y I regiones 8,8 0
13 de mayo, 1647 (22.30) Santiago de 1647 6.122.843 226.202 19 Región Metropolitana 8,5 600
15 de marzo, 1657 (19.30) Concepción de 1657 5.922.175 675.682 18 VIII, IX, XIV y X regiones 8,0 34
10 de marzo, 1681 Arica de 1681 7.953.962 357.483 19 XV y I regiones 7,3 133
8 de julio, 1730 (04.45) Valparaíso de 1730 6.340.095 254.420 19 IV, V, VI, VII regiones y R.M. 8,7 3.000
24 de diciembre, 1737 Valdivia de 1737 5.592.891 654.099 18 VIII, IX, XIV y X regiones 7,7 212
25 de mayo, 1751 (01.00) Concepción de 1751 5.922.175 675.682 18 VIII Región 8,5 65
30 de marzo, 1796 (06.45) Copiapó de 1796 6.974.075 366.469 19 III, IV y V regiones 7,7 12
11 de abril, 1819 (10.00) Copiapó de 1819 6.974.075 366.469 19 III, IV y V regiones 8,3 133
19 de noviembre, 1822 (22.30) Copiapó de 1822 6.340.095 254.420 19 III, IV y V regiones 8,5 76
8 de octubre, 1831 (06.00) Arica de 1829 7.953.325 288.845 19 XV y I regiones 7,8 0
18 de septiembre, 1833 (05.45) Arica de 1833 7.953.922 352.204 19 XV y I regiones 7,7 s.i
20 de febrero, 1835 (11.30) Concepción de 1835 5.922.175 675.682 18 VIII Región 8,5 s.i
7 de noviembre, 1837 (08.00) Valdivia de 1837 5.592.891 654.099 18 VIII, IX, XIV y X regiones 8,0 12
17 de diciembre, 1849 (06.00) Coquimbo de 1849 6.684.392 271.272 19 III, IV y V regiones 7,5 23
6 de diciembre, 1850 (06.52) Santiago de 1850 6.258.242 387.082 19 V Región y Metropolitana 7,3 105
22 de abril, 1851 (06.48) Copiapó de 1851 6.310.623 274.727 19 II, III y IV regiones 7,1 43
5 de octubre, 1859 (8.00) Copiapó de 1859 6.974.075 366.469 19 III y IV regiones 7,6 44
13 de agosto, 1868 (16.45) Arica de 1868 7.953.962 357.483 19 I y XV regiones 8,5 500
25 de mayo, 1871 Puerto Montt de 1871 5.537.404 662.926 18 XIV, X y XI regiones 8,2 178
7 de julio, 1873 La Ligua de 1873 6.374.047 619.330 18 V, VI regiones y R.M. 8,9 106
Epicentro
Fecha y hora Ciudad/localidad impactada Huso Zonas afectadas MS Muertos
(N) (E)
11 de noviembre, 1876 Illapel de 1876 6.400.876 292.208 19 III, IV y V regiones 7,5 20
9 de mayo, 1877 (21.16) Iquique de 1877 7.832.317 371.006 19 I y XV regiones 8,5 34
15 de agosto, 1880 Illapel de 1880 6.499.620 293.220 19 IV y V regiones 7,7 25
16 de agosto, 1906 (19.48) Valparaíso de 1906 6.344.714 219.700 19 V Región 7,9 3.000
4 de diciembre, 1918 (07.47) Copiapó de 1918 7.122.784 299.819 19 II, III y IV regiones 8,2 6
10 de noviembre, 1922 (23.53) Vallenar de 1922 6.847.000 402.132 19 III Región 8,4 800
21 de noviembre, 1927 (19.17) Aysén de 1927 5.070.645 658.996 18 XI Región 7,1 0
1 de diciembre, 1928 (00.06) Talca de 1928 6.122.843 226.202 19 VII Región 8,3 300
25 de enero, 1939 (23.32) Chillán de 1939 5.990.234 751.749 19 VII y VIII regiones 8,3 20 000-30 000
6 de abril, 1943 (12.07) Ovalle de 1943 6.594.257 212.794 19 IV Región 8,3 12
2 de agosto, 1946 (15.19) Copiapó de 1946 7.068.069 350.514 19 III Región 7,9 8
19 de abril, 1949 Angol de 1949 5.346.762 278.454 19 VIII y IX regiones 7,3 35
17 de diciembre, 1949 (02.53) Tierra del Fuego de 1949 4.014.627 368.909 19 XII Región 7,8 6
6 de mayo, 1953 (13.16) San Carlos de 1953 5.957.913 714.951 18 VII y VIII regiones 7,6 12
6 de diciembre, 1953 (22.05) Calama de 1953 7.556.074 530.945 19 I y II regiones 7,4 3
4 de septiembre, 1958 Las Melosas de 1958 6.320.316 624.177 18 Región Metropolitana 7,3 4
21 de mayo, 1960 (06.02) Concepción de 1960 5.848.602 632.589 18 VIII y IX regiones 7,4 125
22 de mayo, 1960 (15.11) Valdivia de 1960 5.627.616 542.990 18 VIII, IX, X y XIV regiones 8,5 2.000
28 de marzo, 1965 (12.33) La Ligua de 1965 6.411.290 302.530 19 IV, V y VI regiones y R.M. 7,4 280
28 de diciembre, 1966 (04.18) Taltal de 1966 7.177.435 325.132 19 II y III regiones 7,8 6
20 de diciembre, 1967 (22.25) Tocopilla de 1967 7.588.975 396.631 19 II Región 7,5 10
8 de julio, 1971 (23.03) Illapel de 1971 6.400.775 292.680 19 IV y V regiones y R.M. 7,5 85
16 de octubre, 1981 La Ligua de 1981 5.854.640 735.994 18 V región 7,5 0
3 de marzo, 1985 (19.46) Santiago de 1985 6.318.484 234.444 19 V, VI, VII regiones y R.M. 7,8 177
8 de abril, 1985 (21.56) Lago Rapel de 1985 6.220.223 258.574 19 Metropolitana y VI Región 7,5 13
8 de agosto, 1987 (11.48) Iquique de 1987 7.898.873 394.746 19 I y II regiones 7,1 3
30 de julio, 1995 (01.11) Antofagasta de 1995 7.416.020 366.100 19 II Región 7,3 3
14 de octubre, 1997 (01.03) Punitaqui de 1997 6.593.264 278.445 19 IV, V regiones y R.M. 7,1 8
13 de junio, 2005 (18.44) Tarapacá de 2005 7.800.133 486.916 19 I Región 7,8 11
14 de noviembre, 2007 (12.40) Tocopilla de 2007 7.532.020 388.970 19 I y II Región 7,5 2
V, VI, VII, VIII, IX, X, XIV regiones
27 de febrero, 2010 (03.34) Cauquenes de 2010 5.982.447 658.139 18 y R.M. 8,8 521
11 de marzo, 2010 (11.39) Pichilemu de 2010 6.205.243 230.294 19 V, VI, VII y VIII regiones y R.M. 7,0 2
2 de enero, 2011 (17.35) Tirúa de 2011 5.753.934 651.170 18 VIII y IX regiones 7,1 0
Cuadro A.17. Distribución regional de deslizamientos de tierras en Chile, según el factor desencadenante.
NORTE GRANDE NORTE CHICO ZONA CENTRAL ZONA SUR ZONA AUSTRAL
Agente
I II III IV V RM VI VII VIII IX X XI XII
Lluvia 28,6 43,6 40 45,2 65,6 57,9 57,1 80,3 71,5 76,4 73,8 84,6
Sismos 42,9 16,4 28 15,1 4,6 6,6 7,9 1,5 6,5 2 6,2 0
Sedimentos 2
Glaciar 7,7
Otras actividades del hombre 2 3,6 1,1 6,8 11,6 1,6 3 4,1 4,9
No especificado 12,2 9,1 0 0 2,8 11,5 15,9 10,7 12,6 4,6 7,4 7,7 50
Biodiversidad
Cuadro A.18. Descripción de la biodiversidad ecosistémica (Flora y fauna), por macrozona.
Macrozona Biodiversidad
Predominan especies de tipo xerófico, como el cactus candelabro, tola, guillave, paja brava, llareta y queñoa. En la
pampa del tamarugal se desarrolla el tamarugo que conforma un bosque de árboles dispersos. La fauna está repre-
NORTE GRANDE
sentada por los auquénidos, como las llamas, alpacas, vicuñas, vizcacha y guanacos. También están presentes las aves
como las taguas y el ganso andino.
Presenta la transición árida-semiárida, desde escasa o nula vegetación hasta un matorral subdesértico. Un rasgo único
por destacar en esta región, son los bosques relictos, como los de Fray Jorge, Talinay y el cerro Santa Inés. La fauna
NORTE CHICO está representada por la chilla, culpeo, guanaco, chinchilla, quique, comadreja, iguana, lechuza, puma, jilguero, chin-
chillón. La flora presente es la chamicilla, tipia, coirón, algarrobilla, huañil, trébol, molle, chañar, pimiento, algarrobo,
guayacán, quillay, bollen, añañuca y cactáceas.
La biodiversidad que domina el paisaje de matorral, en el sector norte la vegetación es de tipo semiárido; con el
aumento de las precipitaciones hacia el sur adquiere los rasgos de una zona subhúmeda con especies mesófitas ar-
bustivas y arbóreas, con algunos rasgos de vegetación andina higrófita. La fauna está representada por zorro, culpeo,
tenca, tiuque, chingue, loica diuca, jilguero, cóndor, tórtola, chungungo, peuco, lobo de un pelo, colocolo, coipo,
ZONA CENTRAL
cóndor, queltehue, vizcacha, puma, huanaco, pequen, huemul, Bandurria, monito del monte, guiña y degú, y la flora
por, boldo, litre, aromo, quilo, maqui, palma, espino, pimiento, copao, quisco, puya, quillay, guayacán, moye, colliguay,
chagual, espino olivillo, radal, arrayán, mañío, maitén, algarrobo canelo, ciprés, lleuque, tineo, lingue, pehuén, ñirre,
araucaria y Ulmo.
Predomina la vegetación higrófita arbórea. Ejemplos de estas son la selva valdiviana y el bosque de araucarias. La
fauna está representada por Tucúquere, Chilla, Pudú, Cóndor, chucao, guanaco, puma, guiña, pitío, chiringue, trilo,
ZONA SUR
cahuil, coipo. Mientras que la flora constituida por copihue, tineo, olivillo, canelo, murtilla, culén, lingue, boldo, litre,
luma, peumo, ñirre, alerce, mañio, tepa, calafate, lenga, avellano, arrayán, laurel.
Predomina el bosque valdiviano, en el sector occidental, y hacia el oriente se extiende el bosque patagónico caracte-
rizado por arboles de troncos delgados como la lenga. Más al oriente se inicia la estepa patagónica. En la región más
ZONA AUSTRAL austral predomina la vegetación higrófita arbórea en la zona húmeda y la vegetación xerófita arbustiva y herbácea en
la zona semiárida. La fauna patagónica se representa por Coipo, canquén, huemul, cuy, puma, chingue, nutria, pájaro
niño, pudú, armadillo, huemul y ñandú. La flora se representa por tepa, coirón, ciprés, lenga, ñirre, laurel, calafate.
Superficie total
Macrozona Denominación Región
SNASPE (Ha)
Monumento Natural Salar de Surire Arica y Parinacota 11.298
Parque Nacional Lauca Arica y Parinacota 137.883
Reserva Nacional Las Vicuñas Arica y Parinacota 209.131
NORTE GRANDE Parque Nacional Volcán Isluga Tarapacá 174.744
Parque Nacional Llullaillaco Antofagasta 268.670
Reserva Nacional La Chimba Antofagasta 2.583
Reserva Nacional Alto Loa Antofagasta 286.015
NORTE GRANDE Y NORTE CHICO Parque Nacional Pan de Azúcar Antofagasta y Atacama 43.754
Parque Nacional Llanos de Challe Atacama 45.708
Parque Nacional Nevado Tres Cruces Atacama 59.081
NORTE CHICO Monumento Natural Pichasca Coquimbo 128
Parque Nacional Bosque Fray Jorge Coquimbo 9.959
Reserva Nacional Las Chinchillas Coquimbo 4.229
Reserva Nacional Río Blanco Valparaíso 10.175
Parque Nacional La Campana Valparaíso y Metropolitana 8.000
Monumento Natural El Morado Metropolitana 3.009
Reserva Nacional Río Clarillo Metropolitana 10.185
Reserva Nacional Roblería del Cobre de
Metropolitana 5.870
Loncha
Santuario de la Naturaleza Yerba Loca Metropolitana 39.000
Parque Nacional Las Palmas de Cocalán Libertador General Bernardo O’Higgins 3.709
Reserva Nacional Río de los Cipreses Libertador General Bernardo O’Higgins 36.882
Reserva Nacional Altos de Lircay Maule 16.684
ZONA CENTRAL Reserva Nacional Los Bellotos del Melado Maule 417
Reserva Nacional Los Queules Maule 147
Reserva Nacional Los Ruiles Maule 45
Parque Nacional Radal Siete Tazas Maule 5.026
Reserva Nacional Nonguén Biobío 3.055
Parque Nacional Laguna del Laja Biobío 11.600
Reserva Nacional Altos de Pemehue Biobío 18.854
Reserva Nacional Los Huemules de
Biobío 2.021
Niblinto
Reserva Nacional Ñuble Biobío 75.078
Reserva Nacional Ralco Biobío 12.492
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 83
Anexo 1
Superficie total
Macrozona Denominación Región
SNASPE (Ha)
Parque Nacional Conguillío La Araucanía 60.832
Parque Nacional Huerquehue La Araucanía 12.500
Parque Nacional Nahuelbuta La Araucanía 6.832
Parque Nacional Tolhuaca La Araucanía 6.474
Reserva Nacional Alto Biobío La Araucanía 35.000
Reserva Nacional China Muerta La Araucanía 9.887
Reserva Nacional Malalcahuello La Araucanía 13.730
Reserva Nacional Lago Galletué La Araucanía 60.005
Reserva Nacional Malleco La Araucanía 16.625
Reserva Nacional Nalcas La Araucanía 17.530
Reserva Nacional Hualalafquén La Araucanía 13.730
Parque Nacional Villarrica La Araucanía y Los Ríos 61.000
ZONA SUR
Monumento Natural Alerce Costero Los Ríos 2.308
Reserva Nacional Mocho-Choshuenco Los Ríos 7.537
Reserva Nacional Valdivia Los Ríos 9.727
Parque Nacional Puyehue Los Ríos y Los Lagos 107.000
Parque Nacional Alerce Andino Los Lagos 39.255
Parque Nacional Chiloé Los Lagos 43.057
Parque Nacional Corcovado Los Lagos 287.623
Parque Nacional Hornopirén Los Lagos 48.232
Parque Nacional Vicente Pérez Rosales Los Lagos 253.780
Reserva Nacional Futaleufú Los Lagos 12.065
Reserva Nacional Llanquihue Los Lagos 33.972
Reserva Nacional Lago Palena Los Lagos y Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo 49.415
Parque Nacional Isla Magdalena Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 157.616
Parque Nacional Laguna San Rafael Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 1.742.000
Parque Nacional Queulat Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 154.093
Reserva Nacional Cerro Castillo Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 179.550
Reserva Nacional Coihaique Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 2.676
Reserva Nacional Katalalixar Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 674.500
Reserva Nacional Lago Carlota Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 27.110
Reserva Nacional Lago Cochrane Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 6.925
Reserva Nacional Lago Jeinimeni Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 161.100
Reserva Nacional Lago Las Torres Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 16.516
ZONA AUSTRAL
Reserva Nacional Lago Rosselot Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 12.725
Reserva Nacional Las Guaitecas Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 1.097.975
Reserva Nacional Río Simpson Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 41.634
Reserva Nacional Trapananda Aysén del Gral. Carlos Ibáñez del Campo 2.305
Aysén del Gra.l Carlos Ibáñez del Campo y Magallanes y
Parque Nacional Bernardo O’Higgins 3.524.648
de la Antártica Chilena
Parque Nacional Alberto de Agostini Magallanes y de la Antártica Chilena 1.460.000
Parque Nacional Torres del Paine Magallanes y de la Antártica Chilena 242.242
Reserva Nacional Alacalufes Magallanes y de la Antártica Chilena 2.313.875
Reserva Nacional Laguna Parrillar Magallanes y de la Antártica Chilena 18.414
1977 Parque Nacional Bosque Fray Jorge Coquimbo Norte Chico 10.000
1978 Parque Nacional Torres del Paine Magallanes y de la Antártica Chilena Zona Austral 242.242
1979 Laguna San Rafael Aysén del Gral Carlos Ibáñez del Campo Zona Austral 1.742.000
2007 Bosques Templados Lluviosos de los Andes Australes Varias regiones Zona Sur – Zona Austral 2.168.956
1981 (27/07) Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter Los Ríos Zona Sur 4.877 ha
1996 (02/12) Laguna del Negro Francisco y Laguna Santa Rosa Atacama Norte Chico 62.460 ha
2004 (06/12) Bahía Lomas Magallanes y de la Antártica Chilena Zona Austral 58.946 ha
Demografía
Cuadro A.22. Descripción demográfica para zonas de montaña.
Densidad
POBLACIÓN POBLACIÓN % de la Superficie de poblacional
Macrozona Superficie total
MONTAÑA TOTAL población total montaña de montaña
(Hab/km2)
NORTE GRANDE 340.792 922.578 36.9 185.147 151.644 2,2
NORTE CHICO 351.509 857.546 41.0 116.245 104.403 3,4
ZONA CENTRAL 2.791.445 11.106.336 25.1 115.328 63.943 43,7
ZONA SUR 61.838 1.963.996 3.1 98.524 46.491 1,3
ZONA AUSTRAL 51.103 242.188 21.1 233.756 111.190 0,5
Total general 3.596.687 13.927.878 25.8 749.000 477.673 7,5
Estimación de la población
CLASE MONTAÑA % por clase de montaña
de montaña
ELEVACIÓN 300-1.000 Y ELEVACIÓN LOCAL RANGO > 300 3.295.603 91,6
ELEVACIÓN 1.000-1.500 Y PENDIENTE ≥ 5 278.422 7,7
ELEVACIÓN 1.500-2.500 Y PENDIENTE ≥ 2 16.264 0,5
ELEVACIÓN 2.500-3.500 1.275 0,04
ELEVACIÓN 3.500-4.500 5.123 0,1
ELEVACIÓN > 4.500 0 0,0
Total general 3.596.687 100,0
San Miguel de Azapa, Poconchile, San Marcos, Chanabaya, Pisagua, El Way, Puerto Coloso, Estación
1 12
O’Higgins, cl-cam 2, Michilla, Cobija, Mina Fakir
Esquiña, Amazac, Umagata, Molinos, Guatacondo, Calatambo, Agua Verde, Tilopozo, Peine, San
3 14
Cristóbal, Aguas Blancas, Toconao, San Pedro de Atacama, Sierra Gorda
Timar, Pampa Ossa, Macaya, Mamina, Chusmisa, Sotoca, Chiapa, Camiña, Vilavila, Miñimiñe, El
4 25 Guanaco, Estación Pan de Azúcar, Camar, San Juan, Caracoles, San Bartolo, Río Grande, Chiuchiu,
Caspana, Lasana, Toconce, Baños de Turi, Estación Conchi, San Pedro, Calachuz
Caritaya, Chilcaya, Guallatiri, Chapiquiña, Putre, Caquena, Coronel, Alcérreca, Villa Industrial, Co-
5 26 sapilla, General Lagos, Visviri, Lirima, Colchane, Isluga, Palca, Estación Socompa, Socaire, Talabre,
Geiser de Tatio, Linzor, Incacaliri, Conchi Viejo, Ascotán, Estación Carcote, Ollague, Amincha
Cuadro A.28. Pueblos de montaña para la zona del Norte Chico, según modelo PNUMA-WCMC (2000)
Incahuasi, Cachiyuyo, Domeyko, Alto del Carmen, La Higuera, Maitencillo, Los Colorados, El
Donkey, Miraflores, San Antonio, Chañarcillo, Hornitos, Colina, Nantoco, Tierra Amarilla, Paipote,
El Salado, Diego de Almagro, Mauro, Caimanes, Pupio, Coirón, Jorquera, Cueto, Pueblo IV 36, Sa-
lamanca, Pueblo IV 37, San Agustín, Huintil, Placilla, Matancilla, Canela Alta, Pozo Hondo, Espirito
1 71 Santo, Combarbalá, Litipampa, Chineo, Cogotí, Los Perales, La Ligua, San Lorenzo, Peña Blanca,
La Placilla, Chañaral Alto, Pueblo IV 60, Punitaqui, Altar Bajo, El Palqui, Camarico, Monte Patria,
Sotaqui, Guamalata, Algarrobo, Higueritas, Samo Alto, Pichasca, San Pedro, La Fundina, Pejerreyes,
Corral Quemado, Las Cardas, Placilla, El Tambo, Andacollo, Guachalumé, Las Rojas, Brillador, San
Pablo, Agua Grande, La Higuera, Agua Grande
San Félix, El Tránsito, La Hoyada, Juntas, Valle Hermoso, Los Loros, Puquios, Los Peladeros, Cuncu-
men, Pueblo IV 33, Zapallar, Carén, Farellón Sánchez, Sierra Cecilia, Telahuén, Pedregal, El Maqui,
2 26
Pueblo IV 64, Valdivia, Pisco Elqui, Rivadavia, Cortadera, Chapilco, Guanta, Viñita Baja, Almirante
Latorre
La Arena, Conay, Junta Valoriano, Pastos Largos, La Puerta, Inca de Oro, Vegas de Chañaral Alto,
Portal del Inca, El Salvador, Las Pircas, El Carrizal, El Maitén, Las Mollacas, Rapel, El Bosque, Chañar,
3 27
Hurtado, Monte Grande, Nueva Elqui, Paihuano, Junta del Toro, Varillar, Balala, Caserones, El Cha-
cay, Las Breas, Los Morros
4 8 Amolanas, La Guardia, Potrerillos, Montandón, Las Galenas, El Ternero, Pabellón, Llanos de Guanta
6 0 No reportado
Cuadro A.29. Pueblos de montaña para la zona del Norte Chico, según modelo PNUMA-WCMC (2000)
Tapihue, El Pangue, Las Mercedes, El Carpintero, Las Tablas, Peñuelas, Colliguay, Los Arrayanes,
Quebrada Alvarado, Calle Larga, Ocoa, Rinconada, Chagres, Lo Errazuriz, San Esteban, Catemu,
Curimón, El Cobre, Artificio, Panquehue, Lo Calvo, Santa Maria, Canela Alta, Nilhue, Canela Baja,
Cerrillos, La Quebrada, El Cobre, Rinconada de Silva, Putaendo, Granalla, Tres Fuertes, Rinconada
de Guzmán, El Tártaro, El Guayacán, la Mora, El Ingenio, San Lorenzo, la Viña, Artificio, Pedegua,
Alicahue, Manuel Montt, Hierro Viejo, Petorca, Chincolco, las Palmas, Chalaco, Huemul, Morza, Co-
degua, El Guaico, Puente Negro, Agua Buena, Roma, Millahue, Hacienda Los Lingues, Angostura,
Los Maquis, Las Nieves, El Rincon, Popeta, Cerrillos, Larmahue, Pimpineta, Coinco, Doñihue, Olivar
Bajo, Cocalán, Lo Miranda, Mina el Inglés, Codegua, La Punta, La Cruz, El Membrillo, Pintué, Hos-
1 153 pital, Santa Marta, Pangue, Champa, Huelquén, El Tránsito, Alto Jahuel, Isla de Pirque, San José de
Maipo, San Juan de Pirque La Obra, Las Vertientes, El Canelo, El Arrayán, El Trebol, Esmeralda, Pol-
paico, Peldehue, Cerro Blanco, Tiltil, Runge, Montenegro, San Pablo, Aduana Pejerrey, Campamen-
to Ancoa, Roblería, Los Rabones, Quinamávida, Las Garzas, Arbolillo, Las Campanas, Posada Paso
Nevado, Armorillo, Empedrado, Conel, Corralones, Radal, Astillero, Culenar, Yacel, Potrero Grande,
Upeo, Los Niches, Potrero Grande Chico, Los Queñes, Culenar, La Montaña, El Manzano, Ralco Le-
poy, Termas del Avellano, Alto Caledonia, Pangue, Ralco, El Cerro del Padre, La Gloria, Locopangue,
San Alfonso, Los Brujos, Las Nieves, El Guachi, Los Placeres, Cañicura, El Abanico, Antuco, El Pol-
cura, Trupán, Cartago, Los Castaños, Tragalemu, Recinto, Zapallar, Esperanza, Fundo Los Robles,
Minas del Prado, La Puntilla, San Fabián de Alicia.
Santuario de Santa Teresa de Los Andes, Río Colorado, Termas de Corazón, Termas de Jahuel, El
Cerrado, Resguardo de Los Patos, Pedernal, La rufina, Pangal, Coya, La Leonera, La Leonera, Los
2 28 Queltehues, San Gabriel, San Alfonso, El Melocatón, Guayacan, Los Maitenes, Corral Quemado, El
Salto, Melado, La Mina, Vilches, Monte Oscuro, Comunidad Cañic·, Los Barros, Chacay, Las Trancas,
Los Puquies,
Saladillo, Río Blanco, Mina Catango, Cerro Negro, La Patagua, Mina El Rosario, Termas del Flaco,
Trompetilla, Sierra Bellavista, Mina la Juanita, Mina la Juanita, Caletones, Colon, Chapa Verde, El
3 25
Manzanillo, Las Melosas, Las Melosas, El Volcán, Chacay, Los Maitenes, Planchada, Endesa, Quebra-
da Onda, Termas de Chillán
Minera Andina, Portillo, Parque Autóctono Privado San Francisco, Campo de Ahumada, Sewell, La
4 8
Pana, Pérez Caldera
5 1 La Disputa
6 0 No reportado
Cuadro A.30. Pueblos de montaña para la zona Sur, según modelo PNUMA-WCMC (2000).
Ralco Lepoy, Termas del Avellano, Alto Caledonia, Pangue, Ralco, El Cerro del Padre, La Gloria, Lo-
copangue, San Alfonso, Los Brujos, Las Nieves, El Guachi, Los Placeres, Cañicura, El Abanico, Antu-
co, El Polcura, Trupán, Cartago, Los Castaños, Tragalemu, Recinto, Zapallar, Esperanza, Fundo Los
1 48
Robles, Minas del Prado, La Puntilla, San Fabián de Alico, Curarrehue, Caburga, Cunco, Villa García,
Melipeuco, Cherquenco, Manzanar, Malalcahuello, Pichipellahuán, Maitenrehue, Palena, Puerto
Ramírez, Futaleufú, Ayacara, Puelo, Aleucopi, El Mirador, Neltume, Liquiñe
2 7 Comunidad Cañic, Los Barros, Chacay, Las Trancas, Los Puquies, Icalma, Lonquimay
3 1 Termas de Chillán
4 0 No reportado
5 0 No reportado
6 0 No reportado
Cuadro A.31. Pueblos de montaña para la zona Austral, según modelo PNUMA-WCMC (2000).
Villa O’Higgins, Villa Chacabuco, Puerto Bertrand, Puerto Sanchez, Villa Cerro Castillo, Villa Frei,
1 14 Valle Simpson, Puerto Chacabuco, Campo Grande, Villa Amengual, La Tapera, Puerto Puyuhuapi,
Lago Verde, La Junta
2 1 Villa Ortega
3 0 No reportado
4 0 No reportado
5 0 No reportado
6 0 No reportado
No %
Yamanas
Macrozona Población Mapuches Aymara Rapanui Alacalufe Atacameño Colla Quechua pertenece Población
yaganes
etnias indígena
NORTE
GRANDE 922.578 9.825 43.497 129 118 14.958 492 3.159 141 850.259 7,84
NORTE
CHICO 857.546 5.772 843 123 69 3.694 2.061 104 66 844.814 1,48
ZONA
CENTRAL 5.684.002 134.432 1.876 891 510 1.043 249 980 506 5.543.515 2,47
ZONA
SUR 664.968 90.326 82 69 228 52 51 271 104 573.785 13,71
ZONA
AUSTRAL 88.983 7.124 46 26 250 37 2 54 71 81.373 8,55
Total general 8.218.077 247.479 46,344 1.238 1.175 19.784 2.855 4.568 888 7.893.746 3,95
Actividades productivas NORTE GRANDE NORTE CHICO ZONA CENTRAL ZONA SUR ZONA AUSTRAL Total general
n: número de comunas de montaña, el % representa la proporción de superficie ocupada por montañas en las comunas.
(Programa de la Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
Macrozona % de la población con acceso a red pública % de la población a otro tipo de acceso
Cuadro A.43. Tasa de ocupación/desocupación para las comunas de montaña, por macrozona
Cuadro A.45. Longitud estimada de red caminera de montaña, según tipo de carpeta
Variación de temperatura, sector altiplánico, se produciría un aumento de precipitaciones durante primavera y vera-
NORTE GRANDE no.
Disminución de precipitaciones particularmente en latitudes medias (V a VIII regiones), y en las estaciones de verano
ZONA CENTRAL y otoño.
Disminución de precipitaciones (VIII a X regiones) de hasta un 50% en verano, manteniéndose prácticamente inalte-
ZONA SUR rada la situación en invierno.
Figura A.1. Temperatura media anual en zonas de montaña del Norte Grande de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 100
Anexo 2
Figura A.2. Temperatura media anual en zonas de montaña del Norte Chico de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 101
Anexo 2
Figura A.3. Temperatura media anual en zonas de montaña de la Zona Central de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 102
Anexo 2
Figura A.4. Temperatura media anual en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile
(Fuente: Worldclim) .
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 103
Anexo 2
Figura A.5. Temperatura media anual en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 104
Anexo 2
Figura A.6. Temperatura máxima del mes más cálido en zonas de montaña del Norte Grande de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 105
Anexo 2
Figura A.7. Temperatura máxima del mes más cálido en zonas de montaña del Norte Chico de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 106
Anexo 2
Figura A.8. Temperatura máxima del mes más cálido en zonas de montaña de la Zona Central de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 107
Anexo 2
Figura A.9. Temperatura máxima del mes más cálido en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 108
Anexo 2
Figura A.10. Temperatura máxima del mes más cálido en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 109
Anexo 2
Figura A.11. Temperatura mínima del mes más frío en zonas de montaña del Norte Grande de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 110
Anexo 2
Figura A.12. Temperatura mínima del mes más frío en zonas de montaña del Norte Chico de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 111
Anexo 2
Figura A.13. Temperatura mínima del mes más frío en zonas de montaña de la Zona Central de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 112
Anexo 2
Figura A.14. Temperatura mínima del mes más frío en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 113
Anexo 2
Figura A.15. Temperatura mínima del mes más frío en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 114
Anexo 2
Figura A.16. Precipitación anual acumulada en zonas de montaña del Norte Grande de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 115
Anexo 2
Figura A.17. Precipitación anual acumulada en zonas de montaña del Norte Chico de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 116
Anexo 2
Figura A.18. Precipitación anual acumulada en zonas de montaña de la Zona Central de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 117
Anexo 2
Figura A.19. Precipitación anual acumulada en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 118
Anexo 2
Figura A.20. Precipitación anual acumulada en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile
(Fuente: Worldclim).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 119
Anexo 2
Figura A.21. Principales glaciares en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 120
Anexo 2
Figura A.22. Principales glaciares en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 121
Anexo 2
Figura A.31. Principales volcanes en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 130
Anexo 2
Figura A.32. Principales volcanes en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 131
Anexo 2
Figura A.36. Principales cumbres en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 135
Anexo 2
Figura A.37. Principales cumbres en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 136
Anexo 2
Figura A.41. Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 140
Anexo 2
Figura A.42. Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 141
Anexo 2
Figura A.43. Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) en zonas de montaña de la Zona Central de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 142
Anexo 2
Figura A.44. Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 143
Anexo 2
Figura A.45. Áreas Silvestres Protegidas (SNASPE) en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 144
Anexo 2
Figura A.46. Principales humedales en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 145
Anexo 2
Figura A.47. Principales humedales en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Corporación Nacional Forestal, CONAF).
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 146
Anexo 2
Figura A.51. Total de población en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 150
Anexo 2
Figura A.52. Total de población en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 151
Anexo 2
Figura A.61. Índice de Desarrollo Humano Educación del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 160
Anexo 2
Figura A.62. Índice de Desarrollo Humano Educación del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 161
Anexo 2
Figura A.66. Índice de Desarrollo Humano Ingreso del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 165
Anexo 2
Figura A.67. Índice de Desarrollo Humano Ingreso del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 166
Anexo 2
Figura A.71. Índice de Desarrollo Humano Salud del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 170
Anexo 2
Figura A.72. Índice de Desarrollo Humano Salud del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, PNUD)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 171
Anexo 2
Figura A.76. Tasa de Analfabetismo de la Población de 15 y más años en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 175
Anexo 2
Figura A.77. Tasa de Analfabetismo de la Población de 15 y más años en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 176
Anexo 2
Figura A.78. Tasa de Analfabetismo de la Población de 15 y más años en zonas de montaña de la Zona Central de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 177
Anexo 2
Figura A.79. Tasa de Analfabetismo de la Población de 15 y más años en zonas de montaña de la Zona Sur de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 178
Anexo 2
Figura A.80. Tasa de Analfabetismo de la Población de 15 y más años en zonas de montaña de la Zona Austral de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 179
Anexo 2
Figura A.81. Tasa de Desempleo en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 180
Anexo 2
Figura A.82. Tasa de Desempleo en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 181
Anexo 2
Figura A.86. Tasa de Empleo en zonas de montaña del Norte Grande de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 185
Anexo 2
Figura A.87. Tasa de Empleo en zonas de montaña del Norte Chico de Chile.
(Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, INE)
DIAGNÓSTICO NACIONAL DE MONTAÑA
Fortalecimiento de la gestión participativa para el desarrollo sostenible de los Andes. 186
Anexo 2