Pedagogía de La Literacidad
Pedagogía de La Literacidad
Pedagogía de La Literacidad
Pedagogía de la
las necesidades propias de la cotidianeidad. Ante el bajo
porcentaje de lectores y escritores a nivel internacional, se
Literacidad
requieren nuevas medidas educativas. En este entorno tan
crítico se presenta la Pedagogía de la Literacidad, verdade-
ra disciplina necesaria para el dominio del ser humano y la
liberación freiriana de cada individuo.
Las etapas de nuestras vidas solicitan a un aprendizaje
significativo y permanente caracterizado por la descifra-
Reflexiones hacia la construcción
ción, la transmisión y la comprensión continua de los signos de una competencia compleja
y los mensajes. Nosotros mismos somos letras, palabras,
significados y significantes. Representamos los códigos que
nos rodean e interpretamos los diferentes significados. Este
Pedagogía de la Literacidad
primer libro representa el camino científico hacia la compe-
tencia crítica y compleja de Literacidad. Un volumen nece-
sario para enfocar nuestras preguntas, dudas y también
certidumbres hacia el sentido verdadero del conocimiento.
Enrico Bocciolesi
(coord.)
Pedagogía de la
Literacidad
Reflexiones hacia la construcción
de una competencia compleja
Enrico Bocciolesi
(coord.)
Pedagogía de la
Literacidad
Reflexiones hacia la construcción
de una competencia compleja
Miguel Ángel Navarro Navarro
Rectoría General
Textos
©Enrico Bocciolesi, Arturo Díaz Muñoz, Lourdes
Stephanie Gallardo Amezcua, Ana Rosa González
Camarena, Esteban Gustavo Covarrubias Radillo,
Miriam Adriana Figueroa Jiménez, Rita Alejandra
Gracián Flores, Edgar Eloy Aguayo Martínez, Azucena
Rodríguez Anaya, Luz María Sotelo Beltrán, Irma
Ernestina Jiménez Gómez, Fabiola Berenice Bernache
Maldonado, Talía del Carmen Quiñonez Rubio,
Ericka Graciela Staufert Reyes.
Editorial Universitaria
Hecho en México
José Bonifacio Andrada 2679
Made in Mexico
Colonia Lomas de Guevara
44657, Guadalajara, Jalisco
Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión
www.editorial.udg.mx
parcial o total de esta obra por cualquier sistema de
Noviembre de 2018 recuperación de información, existente o por existir, sin
el permiso previo por escrito del titular de los derechos
ISBN 978 607 547 320 8 correspondientes.
Índice
Prólogo9
Bárbara Adriana Juárez Reynoso
Introducción12
Enrico Bocciolesi
Primera parte
Acercamiento a la Pedagogía de la Literacidad 15
Segunda parte
Ensayos reflexivos sobre literacidad 45
Leer o escribir va más allá de emitir sonidos o copiar las representaciones simbó-
licas de las grafías, se requiere comprensión del texto. De acuerdo con Cassany
(2006) para comprender se deben desarrollar procesos cognitivos que permi-
tan construir significados de la lectura. En este sentido, tales significados varían
de acuerdo con los conocimientos previos del lector, por ejemplo, “una misma
persona puede obtener significados diferentes de un mismo texto, si lo lee en
diferentes circunstancias, en las que cambie su conocimiento previo” (p. 6). El
significado que construya un lector dependerá de su entorno sociocultural, es
decir, de creencias, valores, inferencias, pensamiento crítico, prácticas letradas
y prácticas vernáculas, lo que permite entender mejor el poder, la desigualdad y
la injusticia en las relaciones humanas (Zenteno, 2015) y actuar en el momento
adecuado para el logro de objetivos personales o colectivos.
En la actualidad se requiere de lectores capaces de discernir entre el sinfín
de información en los diferentes textos impresos, digitales o cualquier objeto que
tenga una intención comunicativa. Por ello la escuela, en particular el aula de
clase, juega un papel importante en las prácticas letradas al introducir y motivar
al estudiante en una lectura crítica, en la cual interprete el propósito del autor
y construya su postura a partir de su entorno sociocultural, ya sea individual,
colectivo o institucional.
9
Bárbara Adriana Juárez Reynoso
yo enseño a nivel Maestría y Doctorado, pero sigo alfabetizando a mis alumnos, por-
que es la primera vez que, como lectores, se enfrentan a investigaciones publicadas
en revistas especializadas y, como escritores, deben producir por primera vez un tipo
peculiar de texto académico que se llama “tesis”. Algún profesor puede ser estudiante
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Prólogo
También, el Estado debe evaluar sus políticas públicas del PFLL para formar
lectores críticos dado el sinfín de información de los diferentes medios de comu-
nicación y tomando en cuenta el entorno sociocultural así como las necesidades
de cada región y sector del país. El Estado debe tomar en cuenta que el gusto por
la lectura inicia en la familia y que aún existen padres de familia que no saben
leer, por lo que el PFLL debería integrar sus esfuerzos con el Instituto Nacional
para la Educación de Adultos.
Dicho lo anterior, leer y escribir o aprender a lo largo de la vida es tarea de
todos, por ello se debe ser consciente de la importancia que implica desarrollar
el pensamiento complejo y el pensamiento crítico, y el deber de involucrarse en
el proceso desde la parte que nos corresponda, como Estado, familia, escuela,
comunidad —ya sea laboral o vecinal—, o como ciudadanos.
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¶
Introducción
Enrico Bocciolesi
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Introducción
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Primera parte
Acercamiento a la Pedagogía
de la Literacidad
¶
Cuestiones críticas, complejas
y metodológicas hacia una
Pedagogía de la Literacidad
Enrico Bocciolesi
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
Por lo tanto, está claro que la escritura no es sólo individual, sino que re-
presenta un desarrollo social. En la evolución humana permite desarrollar ha-
bilidades básicas tales como atención, concentración, memoria, organización,
socialización y transmisión de conocimiento.
La escritura siempre ha desempeñado un papel clave en la historia humana,
en la transmisión de saberes y las habilidades para comunicarse.
Con nuestra mente deberíamos viajar en el tiempo, lo que hemos aprendi-
do a hacer en los libros, como conocimiento del mundo prehistórico en el que
podemos rastrear los primeros intentos de transmitir el saber a través de huellas
indelebles. Por ejemplo, en la época prehistórica sobrevivir significaba tener la
oportunidad de reconocer el peligro, entonces la capacidad de dejar huellas en
las paredes representaba un recurso fundamental para recordar lo sucedido.
Estas tácticas de sobrevivencia dejaron un rastro a nivel cerebral en los hombres
que nacieron después de esta época, así como la misma educación recibió estos
cambios a nivel de aprendizaje y sobre todo como metodologías. Las primeras
formas de transmisión de conocimientos y enseñanzas en las comunidades hu-
manas fueron así representadas por el perfeccionamiento de la oralidad.
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Enrico Bocciolesi
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
bién colectivos. La historia es individual y al mismo tiempo colectiva, dado que son
diferentes personas y hechos las que le permiten tener un significado profundo.
Es importante dar atención a los diferentes símbolos de la historia como fuentes
de interpretación de la perspectiva pedagógica. Los signos pueden representar los
contenedores capaces de capturar y detener el conocimiento, y sólo a través de esta
adquisición se pueden releer los acontecimientos y revisar lo que ha sido.
Nuestra procedencia es de tipo generativo-constructivista, teóricamente
antinómica pero concretamente simbiótica en cuanto la perspectiva generativa
del conocimiento necesita de la fase activa de construcción del mismo.
Aprender a escribir la historia es, así, de fundamental importancia para la
comprensión de los acontecimientos. Al mismo tiempo, el entendimiento de los
hechos nos permite reflexionar sobre el presente y el futuro.
Recordemos que cuando hablamos de comprensión de acontecimientos nos
referimos siempre a un doble plan:
▶▶ La transmisión cultural colectiva de la historia, información y conocimiento.
▶▶ El más íntimo y personal: sobre el mundo interior de sentimientos, emociones
e historia individual.
Sólo a través de la comprensión de los acontecimientos el ser humano puede
evolucionar. Puede desarrollarse culturalmente y no sólo a nivel personal, ya que
puede aflojar nudos atados a su historia, mejorar su condición de ser viviente,
entender con crítica freiriana hacia un proceso de liberación consciente.
Liberarse significa acercarse a la comprensión de una competencia de litera-
cidad, dada la relevancia de este aspecto de la persona humana necesario para la
comprensión e interpretación activa del mundo.
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Enrico Bocciolesi
movimientos musculares;
▶▶ Una vez que lo dominas se convierte en un proceso automático;
▶▶ Ayuda a reconocer y recordar;
▶▶ Incrementa la atención prestada a la información, permitiendo que el cerebro
Según Ehringaus (1990, citado por Flecha et al., 1993: 6), el término analfabeto fun-
cional fue acuñado en los años treinta en los Estados Unidos por The Civilian Con-
servator Corps, para indicar:
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
Formas de representación
La literacidad se convierte y representa un semblante primordial que debemos
desarrollar en cualquier persona, privilegiando el interés en la complejidad, las
informaciones profundas y el ruido de los pensamientos que nos permitirán
cambiar la sociedad en un lugar polifónico, melódico, vivo, positivo y diverso.
No significa que sea fácil, o más rápido por su necesidad ineludible de desarrollo,
únicamente se vincula al poder hablar con propiedad para el desarrollo y el cre-
cimiento de los seres humanos. Es importante recalcar que el ser humano nace
como un animal social y su crecimiento no puede ocurrir sin el aprendizaje de
una literacidad floreciente en cada aspecto.
Existe una relación causa-efecto, y no estímulo-respuesta, como se podría
pensar. Conocemos a nivel educativo, comunicativo, sociológico y tecnológico
diferentes causas que nos han acompañado hasta ahora en estos grandes desa-
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Enrico Bocciolesi
Variables educantes
Cuestiones pedagógicas
Cuatro pedagogas del siglo XX italiano, conocidas como Alice Hallgarten-Fran-
chetti, Maria Montessori, Rosa y Carolina Agazzi, intentaron estudiar y experi-
mentar prácticas de pedagogía activa para entender el conjunto de acciones y
aspectos necesarios para conocer el mundo.
Cada una eligió su método y sus herramientas de acuerdo con sus lugares de
procedencia y trabajo, conectados con el entorno natural en su perspectiva más
ecológica.
Alice eligió ofrecer a los campesinos que trabajaban en sus dominios, dentro
del área de campaña de una zona italiana de Umbría, llamada Rovigliano, una
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
educación sensorial para todas las edades, capaz de conjugar la vida en los cam-
pos con el aprendizaje continuo de todos los componentes de cada familia. Así
empezaron a descubrir el mundo según las variables sensoriales de la literacidad,
paseando descalzos en los parques, acariciando la naturaleza y anotando sus per-
cepciones. Mientras, María empezó con los huertos didácticos, en amistad con
Hallgarten-Franchetti, quien junto a su esposo Leopoldo la invitó a Rovigliano. En
este espacio delimitado se creó y publicó sucesivamente en 1909 Il Metodo della
Pedagogia Scientifica (Bocciolesi, 2016).
La pedagogía de Montessori se convirtió con la Escuela de San Lorenzo en
Roma, uno de los métodos didácticos más conocidos. Todavía no se ha profun-
dizado adecuadamente en ello bajo la lupa de la literacidad, donde los aspectos
metodológicos se juntan en la intersección de un aprendizaje que favorece un
crecimiento crítico del ser humano.
Por su parte, las hermanas Rosa y Carolina decidieron ofrecer en el espacio
de la escuela infantil un lugar de continuidad, de diálogo ininterrumpido con las
familias, donde cada niño y niña podía traer con plena libertad pequeños objetos
que recordaban el lugar familiar, la casa que siempre buscamos, el lugar de acogida
capaz transmitir el calor del amor, la relación empática de los que nos rodean, el
lenguaje de los seres vivos, pensantes y sobre todo en pleno crecimiento. En este
último caso podríamos pensar en una alfabetización inicial que se convierte en
una compleja literacidad de las emociones, donde las maestras facilitan el diálogo
con los otros en un ambiente lúdico.
La esencia de la teoría de Bruner en esta complicada estructuración cognitiva
puede ser trazada en una afirmación fundamental, es decir, que “el hombre es un ser
de la cultura que necesita modelos para su propio desarrollo” (Sersale y Bruner, 1978).
Entonces, cuando hablamos del conocimiento del hombre no podemos ha-
cerlo si vamos a separarlo de su cultura de pertenencia.
Lo que permite el desarrollo es, de hecho, esta interacción continua entre
individuos y sociedad, y es precisamente a partir de esta interacción que, dada la
especificidad de la inteligencia humana, surgió la necesidad de construir modelos
simbólicos de representación de la realidad. A través de estos modelos el hombre
puede internalizar su propia cultura y evolucionar hacia el desarrollo, el conoci-
miento y el crecimiento intelectual.
Para poder acercarse a la realidad y desarrollar el conocimiento es fundamen-
tal, por tanto, una característica únicamente humana: la categorización.
Parafraseando las palabras de Bruner (1956), es la categorización la tendencia
central del intelecto humano que lleva al hombre no sólo al conocimiento, sino
también a ir más allá de la obviedad de la experiencia a través de sus propias co-
nexiones. Según la interpretación de las diferentes estructuras y sus características
podemos intentar entender, analizar y descomponer el saber para ir más allá de
las cegueras del conocimiento (Morin, 1999).
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Enrico Bocciolesi
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
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Enrico Bocciolesi
timular la relación entre los pares, así como de los jóvenes con el mundo de la
lectura y la escritura, lo cual está plagado de signos y significados que brillan para
atraer nuestras miradas conscientes.
Demasiado a menudo estas habilidades se comprometen también en los adul-
tos, y esto es sin duda el resultado de una falta de educación efectiva en este sentido.
Por tanto, sería oportuno desde el inicio del curso escolar valorar los métodos
adecuados para aprender no sólo las técnicas puramente formales de lectura y
escritura, sino también las técnicas implícitas que permitan el dominio personal
de estos instrumentos.
Sólo por haber dominado los elementos fundamentales podemos evolucionar
y adquirir habilidades más complejas y específicas que permitan elaborar discur-
sos complejos y argumentar en profundidad.
La lectura, así como la escritura, no debe ser entendida exclusivamente como
una técnica; incluso, por el contrario, debe ser solicitada como una subasta de
emociones inmediatas, como una posibilidad de descubrimiento, como una ne-
cesidad que establece las bases para las etapas sucesivas de descubrimiento y
redescubrimiento de sí mismo y del mundo.
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
los individuos con el paso del tiempo y que, en el momento considerado por él de
los adultos incluidos en el grupo de edad entre treinta y cuarenta años, identifican
un compromiso constante de liberarse de los conflictos infantiles.
Jung definió la adultez como “la mitad de la vida” e identificó el punto de in-
flexión del crecimiento y el cambio a nivel psicológico de cuarenta años conducien-
do a un proceso continuo de autodescubrimiento. En esta etapa de la vida, según
el autor, una actitud más constructiva, más reflexiva, nueva, conduce a interpretar
las experiencias de la vida de diferentes maneras y atribuirles nuevos significados.
La segunda parte de la vida constituye por lo tanto un periodo de descubri-
miento y gran intuición, durante la cual el sujeto entra en contacto con su propia
energía psíquica. Por esta razón Jung también lo definió como una “segunda
adolescencia”.
Centrándose no sólo en la niñez y la adolescencia, sino también en el mundo
adulto, vemos cambios inevitables, resumidos algunas décadas después de Erik-
son, quien plantea la cuestión de la realización pedagógica de un “siglo del adulto”.
En el pensamiento de Jung y Erikson se trazan por lo tanto los primeros inten-
tos de dar al adulto plena capacidad/posibilidad de crecer aún más, profundizar
el conocimiento de uno mismo. Según Demetrio (2003)
la fecha de inicio de esta nueva visión puede considerarse 1951, el año de publicación
de Niñez y sociedad, texto en el que Erikson presentó su teoría epigenética de las
etapas del desarrollo sexual, en la que afirma que hay tareas evolutivas específicas
de cada edad individual, incluyendo la vejez.
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Objetos y comportamientos
Según el autor de la escuela semiótica de Tartu, “todavía no hay una definición
satisfactoria del comportamiento mental aceptado por todos” (Lotman, 1977:
3). Compartiendo plenamente las perplejidades, pero sobre todo las razones
fundamentales de la crítica de Lotman a la confusión generada por la compara-
ción entre el hombre y la máquina, en algunos casos resultó en uno “similar a lo
humano”, el razonar cerebralmente requiere diferentes estimulaciones, producto
de la interpretación de las realidades. El entorno objetivo esconde problemas de
diferente complejidad y contenido. La perspectiva de una teoría semiótica de
cultura favorece la reinterpretación de las variables estructurales del entorno.
La atracción generada por la posibilidad de poseer un objeto capaz de contener
toda la información existente, o al menos escrita, impresa, publicada o pintada,
siempre ha representado una posibilidad aparente en el hombre y la mujer del
siglo XXI.
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
Vamos hacia lo que Bruner mismo (1992) redefinió bajo el término de in-
madurez que se necesita descubrir, dado que el adulto debería representar una
etapa más completa del desarrollo humano, mientras que la infancia se caracteriza
por ser la representación de nuestra incapacidad, típica de las especies en fase
de desarrollo.
El autor estadounidense acaba de evocarnos el pasado evolutivo, a menudo
entendido como el avance de la persona dentro de un contexto social. Muchos son
los autores que podríamos nombrar para apoyar esta tesis, tanto italianos como
internacionales, tanto educadores como comunicadores, y estarían vinculados a
las corrientes artísticas y terapéuticas.
Las variables propias del arte son las que nos exigen activar una profunda
competencia de literacidad, donde las letras se convierten en líneas, esquemas,
estructuras, y los colores se vuelven sonidos. La sinestesia en este caso representa
una apropiación y manipulación subjetiva de la literacidad.
El mismo De Giacinto, en 1983, con referencia explícita a lo que será entonces
el texto fundamental para la metáfora pedagógica italiana, acompañándonos en la
transparencia de las palabras nos recuerda que “si alguna vez he pensado en llegar
al fondo del camino de la calidad habría sido increíblemente ingenuo” (1983: 27).
Realmente, la literacidad ofrece su función terapéutica en cuanto compe-
tencia compleja. La posibilidad de lograr la comprensión, aunque limitada y
parcial de espacio que nos rodea, es igualmente manifestación de un éxito social,
educativo, cultural y cognitivo.
Descomponer lo real
Percepción y velocidad
Entre la aceleración y la alienación (Rosa, 2015), donde la velocidad correspon-
de a la ventaja competitiva, y la alienación a la participación pasiva de un solo
pensamiento, tenemos que cuestionar la existencia de los signos, símbolos y sig-
nificados. Esta orientación nos permite superar el obstáculo de lo electrónico,
emprendiendo del pensamiento complejo según una teoría de la cultura (Lotman,
1977) necesaria para comprender los lugares y las distinciones propuestas por
Traini, caracterizando para la no-cultura.
En este espacio sembrado de bits, de estímulos electrónicos, sintéticos y
aislantes, la persona contemporánea se pierde en la variedad de adminículos
virtuales. El atractivo del objeto electrónico esconde diferentes y numerosas
trampas. Estamos conectados, localizables, rastreados y sobre todo desmateria-
lizados inintencionalmente. En estos no-lugares la percepción sensorial adquie-
re significado, materializa el contenido, y permite que la persona se reconozca
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Enrico Bocciolesi
Bit de pedagogía
Así que Skinner, en su bien conocido ensayo dedicado al pensamiento y a las
formas afines de razonamiento, nos lleva de vuelta a la perspectiva oculta, tanto
de ser como de saber entender. Una realidad oculta, no superficial y bastante
compleja, no visible para todos por razones obvias que hoy implican, y carac-
terizan la misma existencia de la red profunda, o web obscura. La ausencia de
luz y la visibilidad pública parece ser una variable de distracción con respecto al
nivel de contenido de ese sustrato de red virtual, su diseño claro y una estructura
sistémica propia de la informática dan origen a la arquitectura de la red compleja.
Perturbadora resulta ser la terminología germinal en los espacios intermedios
ambiguos, ligados a la temporalidad de las conexiones, pero sobre todo atados
a la incertidumbre y al vacío del ser humano. Por lo tanto, se vuelve un sujeto
pobre, no exclusivamente desde el punto de vista económico sino, sobre todo, en
su creciente mediocridad, vinculada a la incomprensible y diaria mayor alienación
de la persona humana en la comunicación con sus pares.
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
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Enrico Bocciolesi
Conclusiones
La primera parte de esta amplia reflexión sobre una posible definición de pedago-
gía de la literacidad como herramienta y sustento para la libertad, inspirada en el
maestro Freire, no puede representar una verdadera conclusión. Realmente esta
es más una abertura introductoria a la segunda parte y a la necesidad de seguir
investigando, escribiendo, dudando y criticando con conciencia la realidad y la
virtualidad. Necesitamos descubrir los nuevos patrones que Gordon ha solicitado.
La estructura de complejidad que caracteriza nuestro hábitat requiere una lectura
profunda, donde las personas entiendan sus capacidades, habilidades y se desarro-
lle la competencia de literacidad. Dewey, Ilich, Le Boterf, Foucault, Barthes han
abierto diferentes caminos que se cruzan bajo la necesidad de conocer el mundo.
Con los avances de las tecnologías electrónicas, no exclusivamente positivos, se
requiere la capacidad de saber pensar para saber vivir.
Este humilde ensayo quiere facilitar las bases para impulsar a nuevos cam-
bios, favorables para una sociedad lectora. Pertenecemos a una realidad carac-
terizada por un alto número de publicaciones y un bajo nivel de competencia
lectora. Realmente, esta última consideración representa un dato en sí mismo
alarmante, ya que las personas alfabetizadas en el nivel de las competencias
básicas no tienen interés en mejorar su nivel de criticidad hacia el mundo. La
época de la posverdad es el producto directo y también indirecto de la falta de
conocimiento, de documentación, de interés hacia la lectura y la escritura. El
error de pensar que solamente durante la escolarización obligatoria es necesario
escribir y leer, o abandonar la lectura después de una trayectoria académica, es
sinónimo de dejarse controlar por los medios de comunicación que cotidiana-
mente hacen tesoro de estas debilidades. La persona que no sabe discriminar
las informaciones comparte, cree y divulga cualquier cosa que pueda parecerle
interesante, aunque no sea verdadera. Nuestras vidas virtuales se componen de
datos, generados por nosotros y difundidos en toda la red de redes. Somos con-
trolables en cuanto ignorantes, y sin promocionar nuestra educación, formación
y crecimiento intelectual hacia el desarrollo cognitivo, no lograremos la libertad
planteada por Freire.
Cabezas pensantes y no bien llenas, escribía Morin, y así debemos de ser:
críticos, complejos y capaces de apreciar con competencias nuestras posibilidades
de entendimiento de la realidad.
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
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Cuestiones críticas, complejas y metodológicas hacia una Pedagogía de la Literacidad
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Enrico Bocciolesi
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Segunda parte
Ensayos reflexivos sobre literacidad
¶
¿Cuál es el sentido actual
de la lectura y la escritura?
Arturo Díaz Muñoz
Introducción
En el sentido más amplio y profundo, el ser humano es capaz de reunir percepcio-
nes sobre la realidad desde antes de nacer, así como de imprimir su huella a través
de sus reacciones perceptibles por la madre y otras personas, desde que está en el
vientre materno. Leer y escribir, vistos de esa manera, son también procesos que
definen nuestra forma de estar en el mundo, de comunicarnos con él. Deseamos
conocer a toda costa los misterios que la vida nos presenta, y esto es tan cierto
como que durante su primera infancia es posible que un niño se apasione como
lo haría el mejor investigador científico, sólo porque le proporcionen alguna
cajita que él pueda manipular y que contenga objetos ruidosos en su interior.
Claro está que, si es preciso, buscará alguna manera de abrirla o destruirla para
descifrar sus secretos. Podemos afirmar entonces que antes de aprender a leer y
escribir aprendemos a comunicarnos con el mundo, porque anhelamos hacerlo,
y normalmente aprenderemos a hablar en nuestra lengua antes de ingresar a la
etapa preescolar.
¿Qué tanto se mantiene nuestro interés por conocer el mundo durante nuestra
etapa escolar? ¿En qué medida la escuela nos proporciona las herramientas para
hacerlo o qué tanto encontramos respuesta a nuestras inquietudes de conocer?
46
¿Cuál es el sentido actual de la lectura y la escritura?
47
Arturo Díaz Muñoz
leen lo mismo y para qué les va a servir hacerlo, y un burócrata cultiva orden en
su trabajo que implica la ideología de que papelito manda” (Zavala, 2009). Lo
anterior sostiene de manera implícita la idea de que aquellas actividades de la
sociedad no reconocidas institucionalmente, tales como las prácticas vernáculas,
son consideradas como subordinadas.
Dichas prácticas, sin embargo, pueden ser consideradas como espacios que
pueden impulsar los resultados del trabajo docente. Creo que es posible y valio-
so incorporar prácticas con material lúdico, en cuya elaboración participen los
jóvenes, con base en una meta académica establecida por el docente, y que a su
vez permitan que el proceso de aprendizaje se abra a formas diversas de llegar a
ella. Conviene entonces involucrar a los jóvenes para que tracen esos caminos y
formas de transitarlos similares a las que ellos utilizan en sus prácticas vernáculas,
“negociadas” dentro de una flexibilidad institucional razonable.
Se necesita reconocer la importancia del contexto, la identidad y la práctica en
la lectura y la escritura, y prestar atención a la manera en que la gente le confiere
sentido a su vida a través de estas prácticas letradas cotidianas no reconocidas
por el discurso oficial. Esto, no para sustituir lo que hacemos en las escuelas, sino
para enriquecer la propia práctica docente a partir de la incorporación de los
intereses, ideales y gustos de los estudiantes, lo que a su vez contribuirá a que el
grupo de aprendizaje fortalezca su propia identidad.
De acuerdo con ese discurso, cuando se está en el ambiente escolar y univer-
sitario, se llega en ocasiones a desconocer, por ejemplo, el valor que tiene en las
actividades productivas la especialización en el trabajo lograda por la experiencia
y no en la academia. Sin embargo, al interior de talleres y fábricas en contraste se
desarrolla el escepticismo sobre si los recién llegados, provenientes del espacio
universitario, tendrán las competencias que el trabajo específico exige. Por lo
general tienen un periodo de prueba, a veces sin estar conscientes de ello.
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¿Cuál es el sentido actual de la lectura y la escritura?
“En el desarrollo del niño como ser social, la lengua desempeña la función más
importante” (Halliday, 1992). Este autor propone que se considere a la lengua sólo
como el canal por el que se transmite la “cultura” a los niños, dejando implícita
la idea de que no debemos buscar en ella lo que no tenga por sí sola y que debe
buscarse en otra parte: el impulso para la transformación de las sociedades.
Existen diferentes concepciones del proceso educativo, si se toma como cri-
terio de distinción su relación con la pregunta respecto a si promueven la pre-
servación del estatus o son factor de transformación. En el caso de Paulo Freire,
sí se considera a la educación como una actividad que contiene un proceso de
concienciación y se convierte este proceso en una práctica transformadora y
liberadora. En mi opinión el sentido de leer, de acuerdo con esta visión, es el de
crear conciencia:
Los cambios que el hombre necesita, no pueden, no deben partir del miedo, el en-
gaño, o la fuerza, sino de la educación, la reflexión sobre sí mismo, sobre su tiempo,
sus responsabilidades, su papel en la nueva cultura de la época de la transición.
(Freire, 1971)
Este verdadero paradigma educativo creado por Freire adquiere una vigencia
inusitada, cuando en todo el mundo la discusión en lo ideológico gira respecto a
si el capitalismo se debate en sus últimos años agobiado por la crisis de sobrepro-
ducción, evidenciada sobre todo en el exceso de inventarios y la poca capacidad
de compra de los pueblos para adquirirlos, o si aún tiene oportunidad de reeditar
sus vaivenes cíclicos.
Aun cuando la doctrina identificada como neoliberalismo surgió en los
años ochenta del siglo pasado, en todo el orbe el comienzo del presente mile-
nio estuvo caracterizado por su gran desgaste como paradigma líder, que en
su momento prometía soluciones a los problemas económicos de las naciones.
Actualmente encontramos un escenario que hace evidente una ampliación de
las diferencias económicas entre las clases sociales, baste con recordar que ha
aumentado el número de personas que viven en la pobreza, incluso en Europa
y Estados Unidos.
En este contexto, los jóvenes se han cuestionado en países de diferentes lati-
tudes del mundo para qué leer y, aún más, para qué estudiar si en el mercado de
trabajo se le ha quitado el valor a los títulos y diplomas universitarios.
49
Arturo Díaz Muñoz
Conclusiones
Según el discurso oficial prevaleciente, se lee y se escribe para conocer el mundo,
para integrar a los jóvenes de manera exitosa a la sociedad y al aparato produc-
tivo, y para formar parte de una comunidad. Esta comunidad está identificada
generalmente con el propio discurso dominante en la sociedad.
Sin embargo, existen paradigmas críticos dentro de la pedagogía que respon-
den a la interrogante sobre el sentido actual de la lectura y la escritura: “El hombre
lee para reflexionar sobre sí mismo, sobre su tiempo, sus responsabilidades y su
papel en la nueva cultura de la época de la transición” (Freire, 1971).
La diversidad de visiones sobre el sentido actual de la lectura y la escritura
enriquecen el mundo intelectual, sin embargo, comparto la convicción de que
se debe ir más allá del puro ámbito intelectual. La educación debe ser factor de
transformación hacia una sociedad más justa.
Entre los nuevos retos, la multiliteracidad nos obliga a ser selectivos entre
la gran cantidad de textos, imágenes, videos y mensajes de audio ante los que
estamos expuestos, y promover esta previsión entre nuestros alumnos. Por su
parte, la globalización está generando la necesidad de hablar y escribir al menos
una lengua adicional.
Bibliografía
Cassany, D. (2005). Investigaciones y propuestas sobre literacidad actual: Multiliteracidad,
biliteracidad, internet y criticidad. Barcelona: Cátedra UNESCO.
50
¿Cuál es el sentido actual de la lectura y la escritura?
51
¶
Lectura, escritura y educación
Lourdes Stephanie Gallardo Amezcua
Introducción
Enrico Bocciolesi (2014) nos explica que el contenido de todo medio es otro
medio. El contenido de la forma escrita es todo eso que se dice, lo que se discute
para así después transcribirlo y compartirlo, para mejorarlo, y se va generando
con la capacidad del conocimiento ya adquirido, de otro modo el contenido de
la imprenta es la palabra escrita, la imprenta y el telégrafo. El mismo autor se
pregunta qué pasa con el contenido del discurso, dónde queda, y afirma que
hay que responder en un cuadro abstracto y mostrando el resultado de forma
directa en los procesos de pensamiento creativo. No obstante, lo que se está
considerando aquí son los resultados mentales y sociales que se crean de los
diseños o esquemas en cuanto amplifiquen o aceleren los procesos existentes.
En cualquier medio, investigación o avance tecnológico cambian el ritmo
y los patrones, lo que obliga a trabajar de nuevas maneras buscando la fácil
comprensión y adquisición de información en la vida académica y personal.
Vivimos, pues, dentro de ambientes de multiliteracidad.
El inicio de la comunicación
Desde que nacemos vamos desarrollando diversas formas de comunicarnos, al
principio nos expresamos con el llanto y balbuceos, y con el paso del tiempo
aprendemos a transmitir diferentes sentimientos con garabatos, cartas, gestos,
actitudes y textos. Así, vamos adquiriendo la capacidad de expresar ideas y emo-
ciones de diversas maneras.
52
Lectura, escritura y educación
53
Lourdes Stephanie Gallardo Amezcua
54
Lectura, escritura y educación
Ojalá que los jóvenes que anhelan ser intelectuales o escritores escriban siem-
pre que puedan. Me atrevo a afirmar que, para ellos, lectura y escritura pueden
llegar a ser la mezcla perfecta para crear gente más consciente para cambiar el
mundo, siempre y cuando lo que lean y escriban fomente la libertad y el cabal
desarrollo humano.
Conclusión
En la actualidad, de acuerdo con las estadísticas de las Naciones Unidas, existen
más teléfonos celulares que letrinas en el mundo. Asimismo, las aulas de me-
dios de preescolar están generando nuevos retos al aprendizaje, mientras que la
posibilidad de acceder a miles de libros con tecnología de bajo costo es ya una
realidad innegable.
55
Lourdes Stephanie Gallardo Amezcua
Bibliografía
Bocciolesi, E. (2018). Remediación. En Diccionario digital de nuevas formas de lectura y
escritura. Universidad de Salamanca/Red Internacional de Universidades Lectoras.
Disponible en http://dinle.usal.es/searchword.php?valor=Remediación
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Mendoza Lara, E. (1987). Hablar. Estudio de las alteraciones del lenguaje en la edad
preescolar. Granada, España: Maracena.
56
¶
La lectura y su papel educativo
Ana Rosa González Camarena
Introducción
Hablar de la educación y de la importancia de la lectura crítica tiene sentido por-
que los docentes somos un elemento importante en la enseñanza, y es ahí, al seno
de la educación, a donde acude el estudiante con toda la confianza de encontrar la
guía que lo lleve a ser y conocer lo que él cree ignorar. Ahora bien, las palabras que
se puedan expresar hacia ellos tienen fuerza creativa y simbólica, en la oralidad
les damos sentido y en la escritura se resignifican para llegar a ser imborrables.
La lectura crítica expresada como el nivel de leer “a través de las líneas” (Cas-
sany, 2003), coopera para transformar la sociedad utilizando como herramienta
principal el lenguaje, con la finalidad de adquirir una conciencia transformadora
y de innovación. La lectura crítica es una competencia que debiera desarrollar-
se sobre todo en los jóvenes, ya que en el bachillerato, nivel escolar en el cual
desarrollo mi práctica educativa, los estudiantes se encuentran en una etapa de
búsqueda de identidad como individuos y como integrantes de una sociedad.
57
Ana Rosa González Camarena
58
La lectura y su papel educativo
La lectura en México
En un artículo publicado por la Asociación Nacional de Universidades e Insti-
tuciones de Educación Superior (ANUIES) se menciona un estudio realizado en
México con estudiantes de psicología en el año 2014, según el cual esos estu-
diantes tuvieron un bajo desempeño en competencia lectora, particularmente
en los niveles de comprensión literal, inferencial y crítica. Dichos investigadores
apuntan que el bajo nivel de comprensión lectora observada radica, de manera
generalizada, en que no se utilizan estrategias adecuadas para realizar la lectura
de textos de carácter científico y académico, además se observa poca motivación
por parte de los docentes al respecto (Alcará, 2013).
59
Ana Rosa González Camarena
60
La lectura y su papel educativo
Concientizando
La lectura se debe fortalecer desde los contextos inmediatos de los estudiantes,
como es el seno familiar y la escuela, para servir como una herramienta que pro-
mueva prácticas de cambio o, en palabras de Paulo Freire, como herramienta de
empoderamiento, que favorezca las habilidades del pensamiento, así como la con-
ciencia y el cuestionamiento de la realidad; estas últimas son el primer paso para
lograr un cambio social significativo que en la actualidad se vislumbra necesario.
Por otro lado, permite reforzar la posibilidad humana de libertad, libertad de ser
sí mismo, con sus ideas, propensiones, esperanzas y temores, para confirmar así
la libertad de opinión y de sentimiento (Freire, 1984).
Urge un “despertar de la conciencia”, un cambio de mentalidad que implique
la comprensión realista y la correcta ubicación de los seres humanos en la natura-
leza y en la sociedad; la capacidad de analizar críticamente sus causas, consecuen-
cias y establecer comparaciones con otras situaciones y posibilidades; en suma, se
necesitan acciones eficaces y transformadoras. De la concienciación se descubre
el sentido de lo humano al establecer una comunión a través de la interacción con
los otros. Una de sus consecuencias casi inevitables es la participación política
y la formación de grupos de interés y presión; todas estas cuestiones se pueden
lograr comprendiendo a fondo los textos para así interceder en el mejoramiento
individual y en el de nuestra comunidad:
Lo anterior coincide con lo que señala Freire en Pedagogía del oprimido (1980),
obra en la que se postulan modelos de ruptura, de cambio y de transformación
total en la medida en que pueda crear en el educando un proceso de recreación,
de búsqueda, de independencia y a la vez de solidaridad.
Conclusión
La educación como base del conocimiento debe ser llevada a cabo como una ac-
tividad social generadora de cambios e innovación de la mano con los adelantos
tecnológicos, pues es la clave del desarrollo de una sociedad. Dichas actividades
recaen en los docentes, quienes deben asumir la tarea de acompañar y dotar a
los alumnos del saber, desarrollar en ellos las habilidades intelectuales y comu-
nicativas necesarias para entender el mundo y participar en él, en su transforma-
61
Ana Rosa González Camarena
Bibliografía
Alcará, R. y Dos Santos, A. (2013). Compreensão de Leitura, Estratégias de Aprendizagem
e Motivação em Universitários. En Acción Pedagógica, 62. Disponible en http://
revistaseletronicas.pucrs.br/ojs/ index.php/revistapsico/artic.
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Giroux, H. (1997). Cruzando Límites. Trabajadores Culturales y Políticas educativas.
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Vidal-Moscoso, D. (2016). El docente como mediador de la comprensión lectora en
Universitarios. En Revista de la Educación Superior, 95-118.
62
¶
El uso cotidiano de la lectura
y la escritura
Esteban Gustavo Covarrubias Radillo
Mejor no ser capaz de leer ni escribir que ser sólo capaz de eso.
William Hazzlitt
Introducción
El uso cotidiano de la lectura y la escritura, dado por el desarrollo evolutivo del
lenguaje humano, es una actividad esencial que cumple no sólo con un propósito
de carácter comunicativo; se lee y se escribe con cierta intencionalidad, mejor
dicho, con diversas intenciones. No leemos y escribimos para leer y escribir; leer
y escribir tendrá un resultado final afectado nuestros modos de vida y de igual
manera nuestro entorno social cercano (esquema 1).
Lectura
Lenguaje
Escritura
Textos
Diversidad de medios
Pictogramas
con intención comunicativa
Objetos visuales
63
Esteban Gustavo Covarrubias Radillo
El lenguaje humano
Cuando hablamos de lenguaje nos referimos a la capacidad del ser humano para
expresar su pensamiento y comunicarse (Navarro, 2003) y conocer el momento
de inicio del lenguaje humano es impreciso; sin embargo, existe toda una teoría
acerca de su origen y evolución, y sabemos que se encuentra ligado a la misma
evolución del hombre. El lenguaje surge como una necesidad de comunicación,
primero para satisfacer las necesidades básicas, y después, con la invención de la
escritura y el desarrollo del pensamiento, aparecieron otras actividades sociales
como el comercio, la religión, la política, el trabajo, la educación y otras acciones
humanas que han tejido una compleja comprensión del lenguaje por medio de la
lectura y la escritura, agregando ahora el uso y avance vertiginoso de los medios
informativos a través de la tecnología.
Ferdinand de Saussure (1857-1913) es considerado como el padre de la lin-
güística moderna, llamó la atención sobre la primacía del habla oral; por su parte
el inglés Henry Sweet (1857-1912), contemporáneo de Saussure, había insistido
que las palabras se componen no de letras sino de sonido o fonemas (Ong, 1982).
Gracias a los aportes de algunos estudiosos iremos comprendiendo y concep-
tualizando lo que representa el lenguaje, pues para Chomsky (1957) el lenguaje
es un conjunto finito o infinito de oraciones, cada una de ellas de longitud finita
y construida a partir de un conjunto finito de elementos. Esta definición enfatiza
las características estructurales del lenguaje sin adentrase en sus funciones y la
capacidad de generar acción que tiene para un emisor y el receptor. Luria (1977)
lo comprende como la expresión de un sistema de códigos con la ayuda de los
cuales se designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y
relaciones entre los mismos.
Por otra parte, Calabro, Taylor y Kapadia (1996) exponen que dependiendo de
cuán complejo o sencillo esté estructurado el lenguaje tanto verbal como escrito,
puede variar significativamente el nivel de pensamiento y entendimiento en el
64
El uso cotidiano de la lectura y la escritura
65
Esteban Gustavo Covarrubias Radillo
Conclusiones
Las distintas concepciones de la alfabetización o, si queremos denominarla en
su espectro más amplio, literacidad, como productos culturales son visiones de
66
El uso cotidiano de la lectura y la escritura
Bibliografía
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y del significado. Disponible en https://www.textosenlinea.com.ar/academicos/Halli
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Peredo, M. (2012). Habilidades complejas de lectura en el posgrado, ¿formación o disonancia?
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67
¶
La situación actual de la lectura
y la escritura
Miriam Adriana Figueroa Jiménez
Introducción
“¿Para qué me sirve leer?” es una pregunta que se hacen constantemente los jó-
venes, sobre todo si no crecieron en un ambiente que estimulara el hábito de la
lectura. Como docentes observamos con frecuencia la dificultad que representa
para nuestros alumnos el comprender lo que leen, el plasmar en papel una opi-
nión o crítica acerca de algo que leyeron u observaron; parece que su mundo se
cierra, como un gran telón que no les deja ver más allá que un simple alfabeto y
una coherencia básica, no se preguntan qué piensan, qué sienten, qué les parece
maravilloso o qué detestan.
De acuerdo con cifras recientes de la UNESCO, México ocupa el penúltimo
lugar en el consumo de lectura en una base de 108 países, lo que quiere decir que
en promedio un mexicano lee menos de tres libros por año y dedica tres horas
a esta actividad. En contraste, del total de hogares mexicanos, el 95% cuenta con
un televisor.
Los alarmantes números acerca de la lectura en el país arrojan también lo
siguiente:
▶▶ Casi cuatro de cada diez personas son cercanas al hábito de la lectura.
▶▶ En la actualidad, el 60% de los jóvenes recibieron una educación inclinada a
la lectura, mientras que el 80% de los que ahora tienen más de 56 años, no.
▶▶ 48% de los jóvenes nunca han estado en una biblioteca.
▶▶ Del total de la población, el 42% dedica su tiempo libre a ver televisión, tan
Lo que estas cifras nos dicen es que los jóvenes actualmente tienen más opor-
tunidad de acercarse a la lectura a través de diversos medios que la que nuestros
padres o abuelos tuvieron. La escuela es un factor decisivo para que cambien la
percepción de que la lectura es obligatoria, aburrida o difícil y la consideren un
68
La situación actual de la lectura y la escritura
hábito de vida que les dará diversos beneficios, no sólo dentro de las aulas sino
también en su vida diaria.
El contexto influye definitivamente en la forma en que perciben la lectura:
la familia, la escuela, los amigos y la comunidad donde viven son elementos que
pueden influir positiva o negativamente en ellos. La promoción de la lectura ha
tomado cada vez más relevancia a lo largo de los años; los círculos de lectura,
los festivales o ferias del libro y la publicidad de editoriales a lo largo del país
que han diseñado campañas creativas para acercar sobre todo a niños y jóvenes
a los libros, han sido acciones importantes pero insuficientes, quizá por falta de
un proyecto a largo plazo, o por el hecho de que no se ha analizado que existen
diversos grupos sociales con características particulares y necesidades específicas,
por ello se requiere observar y trabajar con ese reto en la mira.
Daniel Cassany (2008) en su texto Prácticas letradas contemporáneas: Claves
para su desarrollo, refiere que
desde una orientación sociocultural, resulta fundamental estudiar todos los ámbi-
tos y contextos letrados de un sujeto, porque solo de este modo podremos alcanzar
una visión ecológica y émica de su práctica lectora. Ecológico significa aquí global,
contextualizada e interrelacionada. Y émico se refiere a adoptar el punto de vista del
propio sujeto, o sea, a intentar entender lo que hacen los jóvenes desde su propio
punto de vista: por qué le gusta el cómic o los SMS, qué significan en su vida, cómo
se integran en ella, etc. Solo si conocemos todas las prácticas letradas de los alumnos
y si comprendemos su punto de vista, su propia concepción de las mismas, podremos
planificar intervenciones educativas significativas y efectivas (Hull, 2001).
Los jóvenes que dicen odiar la lectura o que no se les facilita escribir, reali-
zan prácticas letradas todo el tiempo: cuando dibujan o leen un folleto, cuando
mandan un mensaje de texto o escriben en una red social cómo se sienten o si
comieron ensalada o tomaron café con los amigos; cuando a través de un emoji
transmiten un estado de ánimo, al leer una señal de tránsito o un espectacular al
lado de la carretera, al escribir en su diario personal acerca de su día, o al realizar
notas en papeles de colores que van pegando en su escritorio o libreta. Esas y mu-
chas más son prácticas que realizan día a día, algunas por obligaciones escolares
y otras por gusto o imitación.
La multiculturalidad, el nivel socioeconómico, el nivel educativo y las prác-
ticas sociales son elementos que integran lectores con características únicas, con
problemáticas y necesidades de lectoescritura diversas. Esto debe darnos una
idea de la complejidad del hábito lector y los esfuerzos que deben hacerse para
promover la lectura. Si cada vez más lectores se apropian de ella los niveles de
escritura serán más significativos, el vínculo entre las letras y el entorno así como
69
Miriam Adriana Figueroa Jiménez
dad de práctica, Wenger, 1998) que usa el artefacto letrado en sus interacciones
habituales; empieza a participar en las mismas, primero de modo periférico
y poco a poco de manera más sustancial y legitimada (Lave y Wenger, 1991),
de manera que sus interlocutores expertos le muestran la manera adecuada
de usar el artefacto en cuestión, dentro de este grupo humano, en el contex-
to, con los objetivos y los roles sociales que ya tienen preestablecidos por la
historia del propio grupo.
▶▶ Apropiación. El aprendiz usa por su cuenta el artefacto letrado, lo integra en
70
La situación actual de la lectura y la escritura
análisis dentro de sus prácticas, eso les ayudara a los alumnos a mejorar destrezas
y habilidades como la reflexión y la expresión oral y escrita.
También relacionado con la práctica de la lectoescritura, existe un elemento
muy importante que debemos tomar en cuenta: el pensamiento crítico. Este con-
cepto adquiere mayor relevancia actualmente pues vivimos en una sociedad donde
diferentes medios como la televisión, la radio, la internet, los periódicos y las aulas
nos ofrecen información que no debemos pasar por alto, o darla como verdadera a
ojos cerrados. El ser críticos acerca de lo que recibimos nos ayudará a mostrar una
postura, a emitir un argumento, a ver más allá y cuestionarnos nuestra realidad.
En la página web Psicología y mente, el psicólogo Oscar Castillero Mimenza
define al pensamiento crítico como “la capacidad manifestada por el ser humano
para analizar y evaluar la información existente respecto a un tema determina-
do, intentando esclarecer la veracidad de dicha información y alcanzar una idea
justificada al respecto ignorando posibles sesgos externos.”
El pensamiento crítico nos da la oportunidad de darle al mundo diversos sig-
nificados y sentido. No existe un camino plano y lineal, existen superficies rocosas,
desniveles, caminos con señalamientos al norte y al sur, caminos desconocidos
que ni siquiera imaginábamos; podemos desarrollar la creatividad, la lógica y
nuestra intuición acerca de lo que nos parece correcto, lo que significan nuestros
valores, o definir qué nos motiva, qué nos apasiona, con qué nos identificamos.
La curiosidad de saber más acerca de lo que se nos muestra como cierto o
real, el ponernos en los zapatos de los otros a través de la empatía nos puede
ayudar a conocernos a nosotros mismos, ya sea que estemos de acuerdo con ellos
o pensemos completamente diferente. Es un proceso que no se desarrolla de la
noche a la mañana, requiere de práctica y reflexión, de un interés por cambiar y
aprender, y esto como docentes debemos tomarlo como una oportunidad para
que nuestros alumnos logren ser individuos preocupados por su entorno, por
conocerse y dudar de lo que ven, leen o escuchan, que aprendan a tener una voz
propia siendo propositivos, con un objetivo definido.
En el entorno escolar la búsqueda de información es constante, cada vez más
los alumnos la realizan en internet y no se toman el tiempo de analizar lo que
quieren, no se preguntan si es verdad o si las fuentes que encuentran son confia-
bles. Además sitios como la biblioteca, donde es posible encontrar otras fuentes
que pueden enriquecer su trabajo, son lugares ajenos a ellos, la inmediatez de la
internet hace que sea aburrido y tedioso tomarse el tiempo de buscar en los libros
la información que necesitan.
A través del desarrollo del pensamiento crítico pueden aprender que deben
indagar en varias fuentes de información, en línea y en los libros de papel, en el
entorno, en la comunidad, hacer preguntas, comparar. Todos esos elementos les
darán las herramientas necesarias para plantear diversos escenarios posibles y
conclusiones acerca de cualquier temática o problemática que se exponga.
71
Miriam Adriana Figueroa Jiménez
Conclusión
Los retos actuales de la lectura y la escritura deben enfrentarse en las aulas a tra-
vés de la creatividad, la empatía y el desarrollo de actividades y contenidos que
integren los lenguajes que practican en su contexto particular nuestros alumnos,
orientados a su desarrollo integral como profesionales y seres sociales, capaces de
ser críticos y aportar sus habilidades y destrezas a un mundo que no se detiene
y se encuentra en constante evolución, a sólo un clic, un cambio de estado o un
trazo de tinta en una página en blanco.
Quien no tiene el hábito de la lectura quizá no se cuestiona cuáles son los
beneficios de tenerlo y de qué manera el carecer de él ha afectado su calidad de
vida y su desarrollo en las diferentes áreas de su existencia. Hace falta, pues, ob-
servarlo como un fenómeno individual y colectivo. El no cimentar una relación
de costo-beneficio con la lectura desde las aulas y trasladarla al ámbito laboral
y social va creando agujeros de incertidumbre y atraso en nuestras expectativas
y crecimiento, nos mantiene en un estado de inmovilidad ante los cambios y
exigencias del mundo actual.
72
La situación actual de la lectura y la escritura
Los jóvenes deben estar conscientes de que la lectura y sus diversas expre-
siones no sólo pueden orillar a la reflexión y la introspección a través de lo que
genera, emociones y sentimientos que van más allá de las palabras y su simple
estructura y lógica; también puede lograr que relacionen sus experiencias de vida
y su entorno a través del otro y su historia.
Bibliografía
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en https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1147687.cual-es-la-situacion-
actual-de-la-lectura-en-mexico.html
73
¶
Lectura y escritura desde
y para diversos ámbitos
Rita Alejandra Gracián Flores
74
Lectura y escritura desde y para diversos ámbitos
El elefante
(fragmento)
El texto anterior cuenta con unas cinco líneas más, que desbordan belleza
verbal.
Acciones como esta son no sólo sencillas de ejecutar, sino de bajo costo cuan-
do se logra el contacto con el sector empresarial ávido de que sus marcas apa-
rezcan en lugares de elevada concurrencia: ¿quién mejor que los gobiernos, de
cualquier nivel, para hermanarse con la iniciativa privada en actos de propaganda
a través de los cuales, lejos de derrochar presupuesto, se genera riqueza cultural
para la ciudadanía?
Dentro de estas políticas habrá que mejorar y ampliar los espacios dedi-
cados a la lectura y la escritura: bibliotecas, plazas públicas, salas de lectura en
edificios públicos y privados, bibliotecas itinerantes, estaciones de tren ligero y
autobuses, etcétera.
Dadas las actividades y los espacios se establecería, también, una dinámica
sistematizada, mediante programaciones mensuales, semanales o por ciclos, por
temas, por solución a problemáticas sociales: inclusión, pluralidad, democracia,
entre otros. Todo esto, enfocado al cumplimiento de la utopía.
75
Rita Alejandra Gracián Flores
Desde luego, así como en el apartado anterior, habrá que mejorar los espacios
escolares: aula, biblioteca, biblioteca circulante, sala de lectura, oficinas, jardín,
muros con poemas o fragmentos de textos, murales.
Asimismo, hace falta programar dinámicas en las que, en palabras de Delia
Lerner, la lectura y la escritura sean importantes por sí mismas: concursos lite-
rarios, veladas, lecturas públicas, talleres, cuentacuentos, entre otros.
Conclusiones
En síntesis, en la medida que estos tres elementos centrales del proceso de lec-
toescritura, familia, escuela y sociedad, se entrelacen de manera sistemática po-
dremos superar el rezago cultural que nos distingue, para perfilarnos como una
sociedad que responda a las exigencias del momento histórico que transitamos.
Los modelos referenciales en otras partes del mundo así lo muestran: a mayor
nivel de cultura, sociedades más justas y equitativas.
Bibliografía
Arreola, J. J. (2002). Bestiario. México: Joaquín Mortiz.
Freire, P. (2002). Pedagogía de la autonomía. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
76
Lectura y escritura desde y para diversos ámbitos
77
¶
Lectura y escritura: evolución
y su paso por la vida cotidiana
Edgar Eloy Aguayo Martínez
Introducción
Las expectativas de enseñanza sobre lectura y escritura que recaen en los docen-
tes como promotores de este saber, son muy nobles. Conforme los alumnos van
pasando de grado irán aprovechando los conocimientos que los profesores les
brindan, y por este medio irán adquiriendo habilidades y destrezas. Según Espi-
noza (1998: 11) “la preparación del niño pequeño para la lectoescritura comienza
en el nivel inicial […] con una etapa que se denomina de iniciación de lectoescri-
tura en la cual se pretende que el niño se prepare física y psicológicamente para
aprender a leer y escribir”.
Por lo anterior, no debería ser causa de sobresalto para los padres que tie-
nen hijos en esta etapa que aún no cuenten con esta habilidad, ya que en algún
momento la irán adquiriendo. “Escribir es producir significados representados
mediante un código gráfico. Es expresar significados para comunicarse con un
interlocutor no presente, empleando recursos para reemplazar una situación
vital que no se comparte” (Braslavsky y Fernández, citado en Espinoza, 1998:
11). Asimismo, “leer es comprender y recrear significados de un código escrito.
Incluye la comprensión relacionada con conocimientos anteriores, análisis, ra-
zonamiento lógico, juicios sobre lo leído y un cambio positivo en el interés por la
lectura recreativa e informativa, así como en los valores y actitudes personales”
(Braslavsky y Fernández, citado en Espinoza, 1998: 11).
Así, la lectura y la escritura forman parte de un proceso en la cadena evolutiva
del ser humano; desde su concepción y hasta su muerte, este se ve asediado por
78
Lectura y escritura: evolución y su paso por la vida cotidiana
79
Edgar Eloy Aguayo Martínez
(al norte de China) hace 3000 años y en las planicies del país Maya (en Mesoa-
mérica) hace 2000 años”. Desde entonces los humanos ya contemplaban formas
de comunicación del lenguaje para dar a conocer sus pensamientos a los demás.
Ya para 1500 a. C., fue inventado el alfabeto en Canaán, Palestina, el cual hoy día
es utilizado en diferentes partes del mundo como una herramienta eficiente para
desarrollar el lenguaje. Si bien la escritura representa una forma importante de
comunicarse para la mayoría de las personas, no fue así durante la colonización
en la Nueva España, tal como lo menciona Caravelle (1989: 114):
Ante esta situación, se puede apreciar que la clase dominante como lo eran
los españoles se resistían a enseñar a escribir a los denominados y mal llamados
indios, ya que no era una prioridad que estos pudieran plasmar sus creencias y
pensamientos, debido a que hubieran generado posiblemente una lucha de idea-
les diferentes a los que querían inculcar los reyes y gobernantes de la época. El
paso del tiempo, la evolución del pensamiento y sobre todo la apropiación de la
tecnología por parte de algunos generó diversos medios con los que la comuni-
cación se hizo general y de mayor acceso para las personas; con la llegada de la
imprenta moderna de Gutenberg en 1440 se hizo difícil mantener las inquietudes
de escribir, y de leer sobre los sucesos que se vivían en diferentes partes, desde
aquellos que querían expresar sus sentimientos con poemas, hasta los que escri-
bían sobre temas políticos y de rechazo sobre la manera en que los gobernantes
dirigían a sus pueblos.
Adoptar la lectura y la escritura como un medio para demostrar interés sobre
cualquier asunto resultó muy conveniente para todos, ya que a partir de la expan-
sión de este conocimiento más personas pudieron educarse, conocer ideologías
de otros y no sólo de personas cercanas sino de pensadores y libertadores de otras
latitudes. Por medio de la escritura y la lectura los conspiradores de Querétaro
pudieron realizar sus reuniones por medio del envío y recepción de mensajes
secretos, que a la postre servirían para organizar lo que fue el movimiento de in-
dependencia de 1810 en México. Una prueba de esto es la carta escrita por Ignacio
Allende donde refería conversaciones con Antonio Septién, “se hablaba de las
80
Lectura y escritura: evolución y su paso por la vida cotidiana
El niño comienza dibujando la escritura: copia cualquier letra o palabra y más tarde
se da cuenta de la existencia de un código, y pide que le hagan un modelo para él
reproducirlo. Luego copia las palabras en forma global y su reproducción se asemeja,
más o menos según el grado de madurez, al dibujo inicial. Para llegar realmente a
escribir debe reproducir y respetar todas las exigencias del código.
81
Edgar Eloy Aguayo Martínez
cil de realizar. “Se enseña a los niños a trazar letras y hacer palabras con ellas,
pero no se les enseña el lenguaje escrito. Se enfatiza tanto la mecánica de leer
lo escrito que se eclipsa el lenguaje escrito en cuanto tal” (Vigotsky citado en
Ardila, 1997: 71).
Dentro de la escuela se enseña al niño a escribir y a leer utilizando la repeti-
ción como una herramienta hasta ahora eficaz y que por muchos años ha veni-
do funcionando, se vuelve al niño una máquina repetidora de trazos, de líneas,
de formas, de figuras, las cuales harán en un determinado momento que estos
adquieran la habilidad de copiar letras, palabras, textos completos según vayan
avanzando en su grado de estudios. Se cree que si un alumno lee y escribe bien
tuvo un buen maestro, aunque esto no quiera decir que al niño le guste leer y
escribir, lo cual es una cosa totalmente diferente. Generar el gusto por la lectura
y la escritura desde pequeños no es sólo cuestión de seguir un procedimiento
rudimentario de trazos, sino todo un complejo sistema de enseñanza-aprendizaje
por medio de estrategias adecuadas que motiven y despierten el interés del niño
por descubrir por sí solo lecturas afines a sus gustos y motivaciones de cada etapa.
Esto generará además el gusto por la escritura, la cual se vuelve más compleja
debido a que se deben de generar procesos cognitivos que permitan realizar textos
con coherencia, basados en un estructura tan sencilla como inicio, desarrollo y
final. “Enseñar a leer es lo más importante de cuanto se le enseña al niño en la
escuela, su trascendencia no tiene paralelo. Por eso es tan importante la forma
de enseñar a leer: de la manera como el niño experimenta el aprendizaje de la
lectura determinará su opinión del aprendizaje en general y de su concepto de si
mismo como aprendiz e incluso como persona” (Ardila, 1997: 72-73).
Se debe dejar a los niños experimentar la lectura, su lectura, y no tratar de
imponer algo muy avanzado para su edad; jugar con historias llenas de fantasmas,
hadas, duendes, piratas, viajes espaciales y todo lo que sea útil para desarrollar
la imaginación y creatividad será muy benéfico para ellos, ya que les permitirá
suponer, indagar, reelaborar la historia como mejor les parezca. Dejar a la ima-
ginación el final de la historia puede generar mejores formas de estimulación del
cerebro, la producción de reacciones sinápticas en la corteza frontal lo ayudarán
a desarrollarse de mejor manera en su vida diaria.
Con el avance de las nuevas tecnologías es imprescindible que los involu-
crados en los procesos de enseñanza de la lectoescritura estén conscientes de
los nuevos métodos, el uso de la internet hoy día a cambiado la manera en que
se envían los mensajes, se lee el periódico, los libros, etcétera, por lo que resulta
necesario estar en constante evolución de estos instrumentos, que son las nuevas
formas de comunicación del siglo XXI, “nos estamos adentrando en un mundo
postipográfico en el cual el texto impreso irá perdiendo preeminencia” (McKenna
y Reinking, citado en D’Angelo y Oliva, 2003: 29:
82
Lectura y escritura: evolución y su paso por la vida cotidiana
Considerar la desaparición del texto impreso como algo que llegará pronto
es poner en evidencia que las nuevas tecnologías han superado la barrera de lo
análogo, ese binomio del lápiz y el papel que a tantos escritores ha envuelto con
su relación tan cercana. Si bien el mundo está cambiando, y pareciera que se ha
olvidado esa relación entre el grafito y la hoja en blanco y se ha optado por el
sonido de las teclas y una pantalla, debiera considerarse aún que existen personas
que siguen resistiéndose a ese gran salto, a dejar el romance, la sensación que
da el escuchar el sonido que se genera cuando el lápiz toca el papel y comienza
a crear arte en forma de líneas, frases completas que pueden llegar a cambiar el
mundo de una persona. La tecnología ha ayudado a que más personas puedan
escribir sus pensamientos, a tener contacto con aquellos que están ávidos de nue-
vos contenidos. No, la llegada de la tecnología no ha venido a sustituir lo clásico
de escribir y leer en papel, no ha venido a desaparecer los libros, sino a dar un
nuevo aire, un respiro, no se trata más que de una nueva opción para los lectores:
Hace tiempo que me preguntan por el libro electrónico. Qué opino y cómo veo el
futuro, la desaparición del papel, los formatos clásicos y demás. Siempre respondo lo
mismo: me da igual, porque yo escribo lo que va dentro. Mi trabajo es ocuparme del
contenido: contar historias y que la gente las lea. Del soporte se ocupan otros. Editores
y gente así. Y por supuesto, los lectores que recurren al medio que estiman conve-
niente. Estoy convencido de que, en un mundo razonable, la oposición entre libro
de papel y libro electrónico no debería plantearse nunca. Lo ideal es que el segundo
complemente al primero, llevándolo donde aquél no puede llegar. (Pérez, 2010)
Estoy harto de toparme con pantallas en todas partes, hasta en el bolsillo, y me niego
a transformar mi biblioteca en un cibercafé. Con un libro electrónico, sea El Gatopar-
do o El perro de los Baskerville, no puedo anotar en sus márgenes, subrayar a lápiz,
sobarlo con el uso, hacerlo envejecer a mi lado y entre mis manos, al ritmo de mi
propia vida… Nada decora como un buen y viejo libro una casa, o una vida. Ninguna
pantalla táctil huele como un Tofiño, un Laborde o un Quijote de la Academia, ni
tampoco como un Tintín, un Asterix o un Corto Maltés al abrirlos por primera vez.
83
Edgar Eloy Aguayo Martínez
Conclusión
La lectura y la escritura llegaron para quedarse, sin importar por qué medio se
realice la práctica ya que puede encajar en cualquier contexto social y multicul-
tural, no importa si se es de escasos recursos o no, lo indispensable es enriquecer
el pensamiento por medio de los contenidos de los libros, las revistas, los blogs,
etcétera. Leer y escribir se puede concebir de diferentes maneras, tal como men-
cionan Graves, Juel y Graves citados en Bracken (2014: 564):
…la alfabetización crítica, Motivando a los niños con tecnología y otros programas
basados en computadora. […] estos programas de lectura de pantalla involucran a
los estudiantes en juegos interactivos de lectura; utilizando el correo electrónico para
escribir cartas y proyectos de telecolaboración; y leer y usar libros electrónicos, libros
electrónicos de conversación y animados, traductores y otras tecnologías.
84
Lectura y escritura: evolución y su paso por la vida cotidiana
la habilidad de lectoescritura. Los medios por los cuales se pueda realizar esta
práctica dependerán de la capacidad de las personas, de quienes estén encargados
de guiar el proceso, ya sean maestros o padres de familia, sacerdotes o personas
altruistas que gustan de hacer posible que esta práctica sea primeramente cono-
cida y adquirida por los habitantes de cualquier parte del planeta. Leer y escribir
puede significar un logro en la vida de un niño o de un adulto, si fuera el caso,
su primer meta alcanzada o, en su defecto, un paso más hacia el gusto por esta
forma imprescindible para la adquisición del conocimiento. Aunque se debe de
estar consciente de que sólo es un primer paso, ya que para obtener el gusto por
la lectura y sobre todo la escritura se requieren de varios procesos evolutivos
en la vida del lector. En consecuencia, se deben sumar voluntades de todos los
involucrados en un proceso de apropiación lectora con la única finalidad de que
el individuo pueda ejercer su derecho de manera plena y en cualquier espacio.
Bibliografía
Ardila, J. (1997). Lectura y Escritura. En Paideia Surcolombiana, 6, 71-74. Disponible en
https://www.journalusco.edu.co/index.php/paideia/article/view/983
Bracken, J. (2014). Reading Screens vs. Reading Paper: New Literacies?. En CHOICE.
Disponible en http://ala-choice.libguides.com/c.php?g=407670&p=2776699
Calvet, L. (2007). Historia de la escritura: de Mesopotamia hasta nuestro días. Barcelona:
Paidós.
Corral Peña, E. (1989). Historia de la lectura en México. México: Ediciones del Ermitaño.
Disponible en http://www.jstor.org.wdg.biblio.udg.mx:2048/stable/pdf/40851829.pd
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D’Angelo, E. y Oliva, J. (2003). Lectura y Escritura en contextos de diversidad.
Madrid: Comunidad de Madrid. Disponible en https://www.educacion.navarra.
es/documents/57308/57729/LECTO-ESCRITURA.pdf/c31e10fb-5419-472e-b765-
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Monterín, J. (2002). Teoría de la escritura. Barcelona: Icaria.
Pérez, A. (2010, 14 de noviembre). Leer con luz de luna. Semana XL. Disponible en http://
www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/569/leer-con-luz-de-luna/
Tulio, J. (1999). De la insurrección a la revolución en México: las bases sociales de la
violencia agraria, 1750-1940. México: Era.
85
¶
La lectura y la escritura
contemporáneas en México
Azucena Rodríguez Anaya
El que no lee, a los 70 años habrá vivido solo una vida, ¡la propia! Quien
lee habrá vivido 5000 años… La lectura es una inmortalidad hacia atrás.
Umberto Eco
Lectura
Jorge Luis Borges (1899-1986) en una conferencia realizada en 1980 en la Uni-
versidad de Belgrano de su natal Buenos Aires, cuando le preguntaron “¿Qué es
para usted la lectura?”, comentó: “Yo he dedicado una parte de mi vida a las letras
y creo que una forma de felicidad es la lectura; otra forma de felicidad menor
es la creación poética, o lo que llamamos creación, que es una mezcla de olvido
y recuerdo de lo que hemos leído”. Para Arthur Schopenhauer (1788-1860), la
idea de felicidad se encierra en un arte, en la regla tercera de las cincuenta que
se encuentran en el libro El arte de ser feliz. Explicado en cincuenta reglas para
la vida (2000): “… todo ser humano sólo se siente bien en el ambiente que le es
apropiado”. Traduciendo ese argumento a la idea de felicidad de Borges, se podría
decir que para el escritor argentino la práctica de la lectura es un ambiente idóneo
en el que se siente bien y por ello le brinda esa “forma de felicidad”. Si se busca
en un diccionario el significado de lectura, según la Real Academia de la Lengua
(RAE) se refiere a lo siguiente:
86
La lectura y la escritura contemporáneas en México
Escritura
Michel Foucault en Arqueología del saber (1969: 30) se refirió a la escritura de la
siguiente forma:
Más de uno, como yo sin duda, escriben para perder el rostro. No me pegunten quién
soy, ni me pidan que permanezca invariable: es una moral de estado civil que rige
nuestra documentación. Que se nos deje en paz cuando se trata de escribir.
Ya está implícita una cierta complejidad de lo que significa para Foucault el acto
de escribir: apartarse, distanciarse, es pues “un acto crítico de pensamiento.” No hay
87
Azucena Rodríguez Anaya
una fórmula para escribir, y ello lo reafirmó Umberto Eco cuando le cuestionaron
en algún momento cómo había escrito su novela El nombre de la rosa (1980) y ela-
boró de manera sarcástica “la auténtica receta para escribir un éxito de ventas por
ordenador”, haciendo alusión a la aseveración de algunos críticos de que el éxito
respondía a un programa informático. El mismo Eco se refería a que la escritura
no responde a un acto luminoso, o de inspiración luminosa, sino que requiere de
una lectura y relectura, un término también recurrente en Borges quien se decía un
lector y relector nato. Para Eco representó años de investigación adentrarse al tema
de su tesis doctoral que versaba sobre estética medieval y le llevó dos años aterrizar
las ideas y aplicar las literacidades del tema de su tesis para redactar la novela.
El escritor mexicano Carlos Monsiváis (1938-2010), en la nota preliminar del
libro de su autoría Escribir, por ejemplo. De los inventores de la tradición (2008),
se refiere a la escritura como un ejercicio que se puede manifestar con poemas,
cuentos, novelas, crónicas, ensayos o piezas literarias “que en pleno desacato de
los géneros literarios se extravían y vivifican”; también se puede escribir a través
de “obras caudalosas o muy breves; escribir desde la autobiografía desbordada
o desde las revelaciones que desdeñan la confesión y le entregan a la escritura
la pena de perderse y la dicha de hallarse (o al revés)” porque para Monsiváis
escribir brota desde
88
La lectura y la escritura contemporáneas en México
en el libro Ficcionario. Ensayos (2016): “En el agua del lenguaje seamos criaturas
trasparentes y no calamares que se esconden en su tinta.”
Desde el ámbito general, la lectura como práctica cotidiana y específicamente
la lectura de textos académicos, científicos y literarios es todavía un tema tabú en
nuestra sociedad mexicana. Si bien la lectura no sólo se da en las grafías, sino que
ahora y con las nuevas tecnologías se leen imágenes y textos al mismo tiempo, lo
que los mexicanos leen desde sus equipos electrónicos no son meramente textos
que los inviten a la reflexión y a la meditación a la que se refería Velarde. Puede
entenderse que hay ambigüedad para dar con una cifra certera que muestre cuán-
tos libros lee un mexicano al año, y en el supuesto de que ese dato pudiera llegar
a ser acertado, es decir, que no se base en los libros que las editoriales venden al
año, poco nos dice sobre lo que los mexicanos hacen con lo que leen y acerca de si
a partir de esa práctica se derivan la escritura y las literacidades correlacionadas.
Desde un ámbito más particular, se puede decir que en la formación académica
de un mexicano que realiza sus estudios en la escuela pública, hay pocos datos
exactos sobre la lectura; de la escritura se tiene el panorama un tanto más claro
y es un área de oportunidad freiriana a desarrollar que con la práctica podría ir
mejorando. Esa praxis a la que se refiere Freire “no es la acción ciega, desprovista
de intención o de finalidad” sino que debe de tener un norte, una dirección tra-
zada. La vox populi de los profesores de primaria, secundaria y preparatoria se
inclina a una carencia en el hábito lector, a la existencia palpable del quiebre en
la comprensión de lo que se lee, aunado a una deficiencia en la ortografía de lo
que los alumnos escriben. Aquí se involucra lo que Freire menciona como actos
relacionados: “Educadores y educandos, cointencionados hacia la realidad, se en-
cuentran en una tarea en que ambos son sujetos en el acto, no sólo de descubrirla
y así conocerlo críticamente, sino también en el acto de recrear este conocimiento”.
La tarea recae de igual manera en los profesores y sus alumnos, de modo que se
deben detectar las situaciones que direccionen la praxis misma.
Por supuesto, no se puede encontrar una solución inmediata ante este pano-
rama; lo que se podría hacer es mirar al pasado y observar desde la experiencia,
tal y como lo dicta Schopenhauer:
Conclusión
Si se piensa en una solución al tema de la lectura y escritura actuales, primero
debemos hacernos las preguntas que no vengan de una vox populi: ¿qué tan arrai-
89
Azucena Rodríguez Anaya
gado está el concepto de lectura y escritura como un problema?, ¿en verdad los
mexicanos no leen?, ¿y los que leemos, qué tan diferentes somos de los que no
leen?, ¿qué queremos solucionar, si no sabemos hacernos los cuestionamientos?
En suma, no es otra cosa que la idea del movimiento de crítica del pensamiento
que Foucault propone: formularnos preguntas, como esta: ¿qué hace que nos
resulten problemáticos algunos aspectos que se nos presentan? A la luz del pen-
samiento de Paulo Freire, lo primero que debemos preguntarnos es qué obstácu-
los enfrentan los lectores y escritores del México contemporáneo, para después
indagar en posibles soluciones.
Bibliografía
Borges, J. L. (1900). Miscelánea. México: Debolsillo.
Foucault, M. (2010) Arqueología del saber. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Freire, P. (2005). Pedagogía de la esperanza: un reencuentro con la pedagogía del oprimido.
México: Siglo XXI Editores.
Ingarden, R. (1998). La obra de arte literaria. México: Alfaguara.
López, R. (1971). Obras. Ramón López Velarde. México: Fondo de Cultura Económica.
Monsiváis, C. (2008) Escribir, por ejemplo. De los inventores de la tradición. México: Fondo
de Cultura Económica.
Ordaz, P. (2016, 22 de febrero). Muere Umberto Eco, el sabio que llegó al público. El País.
Disponible en https://elpais.com/cultura/2016/02/20/actualidad/1455927385_225826.
html
Preciado, V. (2016) Ficcionario. Ensayos. México: Puertabierta Editores.
Real Academia Española (1988-2017). Diccionario de la Real Academia Española [versión
electrónica]. Madrid.
Schopenhauer, A. (2000). El arte de ser feliz. Explicado en cincuenta reglas para la vida.
Barcelona: Herder Editorial.
90
¶
Factores que obstaculizan
las prácticas de lectura
y escritura en México
Luz María Sotelo Beltrán
Introducción
Para poder entender el mundo actual es necesario desarrollar capacidades y ob-
tener herramientas para la vida. La humanidad se encuentra en constante trans-
formación, lo que se solía llamar inteligencia ya no significa lo mismo: no sólo es
la capacidad de resolver problemas, ahora incluye un sentido amplio de creación
y valores. El ser humano es un ser dinámico e inconstante.
Howard Gardner (1995) rompe con el esquema tradicional de inteligencia
dándole al concepto un nuevo significado al referirse con él a una amplia variedad
de capacidades humanas. La define como “la capacidad para resolver un problema
o para elaborar productos que son de gran valor comunitario o cultural”.
La lectura y la escritura como vínculos que unen a la humanidad tienen nue-
vas perspectivas y nuevas presentaciones, pero para efecto de comunicar sigue
teniendo el mismo fondo desde que se desarrolló, es decir interpretar y transmitir
formas de ver el mundo:
Te presento a aquellos que te han precedido y el mundo que vienes, pero te presen-
to también otros universos para que tengas libertad, para que no estés demasiado
sometida a tus ancestros. Te doy canciones y relatos para que los vuelvas a decir al
atravesar la noche, para que no tengas demasiado miedo de la obscuridad y de las
sombras. (Petit, 2016: 25)
91
Luz María Sotelo Beltrán
Lectura y escritura
Históricamente la lectura y la escritura se han aprendido en las escuelas, institu-
ciones para privilegiados ya que la educación se daba sólo en ciertas sociedades
y circunstancias económicas. Desde los primeros años la educación constituye
un claro ejemplo de la relación que existe entre los usos sociales de la escritura y
el desarrollo de unas habilidades cognitivas determinadas. En siglos pasados, la
escritura fue utilizada con fines estrictamente utilitarios, de índole económica,
comercial y fiscal.
En México después de la Conquista quienes tenían la misión de enseñar a leer
y escribir eran los clérigos, que aportaban educación con el fin de evangelizar. Las
autoridades eclesiásticas locales y peninsulares, así como el gobierno virreinal y la
Inquisición, se encargaban de decidir qué se leía y qué no. Los responsables de la
enseñanza son fundamentalmente los misioneros y los indígenas adiestrados en
la fe y su enseñanza, que apoyaban la tarea de traducción (Cantón Arjona, 2009).
La herramienta con que contaban aquellos que no podían acceder a las escue-
las era el lenguaje oral, la oralidad que se transmite de generación en generación,
aprendida en la familia. Por lo tanto, las personas que no iban a la escuela bajo su
sistema de comunicación oral podían expresar lo que sentían, sus opiniones, sus
ideas e intercambiarlas con los seres más cercanos, sin necesidad de ir a la escuela
y aprender a leer y a escribir, podían contar sucesos del pasado de otra persona,
aprender oficios, inclusive otros idiomas, sin necesidad de estar escolarizados.
Actualmente es importante rescatar el gran esfuerzo de los gobiernos por
erradicar el analfabetismo y que todas las personas acudan a la escuela. Se tiene
la creencia de que por el hecho de aprender a leer y escribir en las escuelas, se
trasmiten otras capacidades y competencias, como los valores, la personalidad,
la ciudadanía y el pensamiento crítico, y no es así.
Como se menciona en la investigación Educar a leer entre realidad y com-
plejidad, la mitad de la población en México sobrevive por debajo de la línea de
pobreza. Las pruebas de la OCDE/PISA han evidenciado que casi 40% de los estu-
diantes mexicanos de 15 años están por debajo del nivel mínimo de desempeño en
lectura (Bocciolesi y Gómez, 2016). Esto es alarmante si se piensa en qué sucede
con los jóvenes y los adultos que no se educan en las escuelas.
Las autoridades e instituciones educativas se enfrentan a un panorama de in-
certidumbre al no encontrar respuestas concretas, crean programas de fomento a
la lectura y de especialización, cientos de investigaciones se han desarrollado para
92
Factores que obstaculizan las prácticas de lectura y escritura en México
Por doquiera, no tan sólo la educación sino la sociedad en conjunto, necesitan “des-
escolarización”. La institucionalización de los valores conduce inevitablemente a la
contaminación física, a la polarización social y a la impotencia psicológica: tres di-
mensiones en un proceso de degradación global y de miseria modernizada. (1985: 4)
A su vez Illich habla de los jóvenes al decir que permitieron que sus imagi-
naciones sean formadas por la instrucción curricular, están condicionados para
las planificaciones institucionales de toda especie. La “institución” les ahoga el
horizonte imaginativo. El aprendizaje se produce en cualquier sitio y en todo
momento, es un fenómeno intrínseco de la naturaleza humana.
Asimismo, accede a los libros la persona que tiene capacidad económica
para comprarlos o descargarlos de internet, sin hablar de las bibliotecas por ser
93
Luz María Sotelo Beltrán
un tema para otro ensayo, baste recordar que es otra institución ajena y lejana
para las personas. Por mucho tiempo los libros no han estado al alcance de los
lectores, se han convertido en un artículo comercial que a veces se pone de
moda, mientras que los libros baratos de “baja calidad” están a la mano y todos
pueden leerlos.
En una sociedad de pobreza, las necesidades que acaparan la inversión son
las básicas, como la alimentación. En México no existe la cultura de comprar
libros, ahora con las redes sociales resulta fácil conseguir libros digitalizados, sin
embargo estas herramientas digitales se utilizan para otros fines, como socializar,
lo cual no es sorpresa, siendo que el ser humano es un sujeto eminentemente
social y cultural, en lucha siempre por pertenecer a una grupo o clan. La inte-
racción en redes sociales es una actividad que no ha sido institucionalizada, ni
paradigmática, tanto que una persona, asista o no a la escuela, puede leer tres
horas de chismes en redes sociales y no le parece tedioso o cansado, aunque se
pueda decir que es una lectura simple y que sólo llega al primer nivel de lectura,
y no tiene nada de complejidad. Lo mismo pudo leer algo más, como un ensayo
sobre literacidad o un reporte de investigación para mejorar su salud, pero como
este es “institucionalizado”, sólo para académicos, preferirán no hacerlo. El nivel
económico también interviene en convertirse o no en lector, y es sabido que en
las esferas de alto nivel económico los estudiantes son mejores lectores.
Cobra sentido el esfuerzo por desvincular la imagen del libro de la escuela,
con una clase privilegiada o con factores económicos con el fin de que se valore
como un acto humano, indispensable, que se encuentre al alcance de todos; se
necesita quitarle ese halo de privilegio, para que se convierta en un objeto común,
familiar y cotidiano:
Conclusión
Frente a estos factores obstaculizantes de la lectura y la escritura, que sólo son al-
gunos de muchos, lo que se puede hacer es recordar que estas prácticas deben ser
acercadas a las personas de una forma natural, como señaló el doctor Bocciolesi
94
Factores que obstaculizan las prácticas de lectura y escritura en México
Bibliografía
Bocciolesi, E. y Gómez, S. (2016). Educar a leer entre realidad y complejidad. Las variables
de la contemporaneidad entre México, España e Italia. Guadalajara: Coordinación de
Innovación Educativa y Pregrado, Universidad de Guadalajara.
Cantón-Arjona, V. (2009). Historia de la lectura en México. Hacia la formación de
lectores autónomos. En Revista Certidumbres e incertidumbres, pp. 2-5.
Ferreiro, E. (2000). Leer y escribir en un mundo cambiante. En Novedades Educativas, 115.
Gardner, H. (1985). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.
Illich, I. (1985). La sociedad desescolarizada. México. Disponible en https://www.
ivanillich.org.mx/desescolar.pdf
95
Luz María Sotelo Beltrán
96
¶
La lectura y la escritura, herramientas
básicas para formar estudiantes
Irma Ernestina Jiménez Gómez
Introducción
La lectura y la escritura son actividades que están inmersas en la escuela y en
nuestra vida diaria. Se consideran temas recurrentes de las investigaciones en
los espacios educativos y son, también, parte de las problemáticas culturales
de una sociedad, pues son un fenómeno sociocultural que cobra especial im-
portancia en nuestros días como consecuencia de las reformas educativas que
se presentan en todo el mundo, además de las pruebas globales que evalúan la
lectocomprensión.
La lectura y escritura son procesos que se realizan de forma personal, que
poseen valor, función y significación social; el dominio y la práctica de estas habi-
lidades le dan al ser humano un reconocimiento socialmente aprobado. Además,
la lectura tiene un dominio cultural: cuanto más lees, más culto eres, de modo
que la escritura se convierte en herramienta clave para expresar esa adquisición.
Emplear la lectura y la escritura en la escuela favorece el desarrollo de habi-
lidades cognitivas, pero estas habilidades no han sido desarrolladas ni aprove-
chadas al máximo. A menudo se les pide a los alumnos que lean, pero ¿cuántos
de ellos realmente leen por placer? O parecería que sólo lo hacen por cumplir
con una tarea, lo que se ve reflejado en las evaluaciones locales e internacionales.
De ahí que en los últimos años las evaluaciones le han otorgado importancia,
pues buscan comparar los alcances de los estudiantes en los diferentes países, por
ejemplo el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA,
2016). Mientras que este informa que en nuestro país se leen 3.9 libros al año,
la encuesta del INEGI (2015) en México reporta que se leen 3.8 libros al año por
habitante. Por otra parte en el Plan de Desarrollo de Educación Media Superior
visión 2030 (PDSEMS) se menciona que la mayoría de jóvenes que egresan de las
preparatorias de la Universidad de Guadalajara carecen de habilidades de lecto-
comprensión, de razonamiento crítico, analítico, abstracto, lógico y matemático.
97
Irma Ernestina Jiménez Gómez
98
La lectura y la escritura, herramientas básicas para formar estudiantes
adquirir conocimiento. Cuando se escucha y se lee abundan las ideas, pero cuando
se escribe y se habla esas ideas se reconstruyen y se muestran a los demás.
Así pues, construimos una idea nueva cuando leemos, posteriormente la
expresamos con nuestras propias palabras. Innumerables veces escuchamos que
“la lectura es un medio poderoso para el aprendizaje”, afirmación verdadera pues
cuando se lee adecuadamente se amplía nuestro acervo y se puede hacer una
reflexión sobre lo escrito. Leer es un proceso cognitivo, en el que el sujeto activa
estrategias de pensamiento y razonamiento organizando ideas, reteniéndolas y
aplicándolas. Las personas aprendemos a leer mucho antes de ir a la escuela, es
decir desde que nacemos. En la actualidad podemos encontrar muchas investi-
gaciones serias que afirman que los profesionales más exitosos son los que tienen
mayor capacidad de comunicación oral y escrita.
Al asistir a la escuela se inicia oficialmente el aprendizaje regido por la ins-
titución, pero recordemos que Paulo Freire tenía un método para enseñar a leer
y escribir que no era regido por una institución, en el que el conocimiento no
es algo dado sino que es una construcción de un proceso común, diálogo ense-
ñante que es también creador: se trata de un método de alfabetización basado en
el diálogo y la continua reflexión denominado educación de la liberación. Los
alumnos son receptores que están en interacción con su educador, y el educador
se retroalimenta de sus educandos. “Enseñar exige saber escuchar“. Toda esta
filosofía se convierte en la fuerza para el cambio, “la educación como una práctica
de la libertad.”
Michael Foucault hace énfasis entre el poder y el saber, y se pregunta cómo
actúa el saber para articular el poder. Sin ahondar mucho se responde: un grupo
poderoso establece qué es la verdad, y así se controla el pensamiento de los otros.
Por otro lado, la escritura tiene la función de transmitir, almacenar y preser-
var información; la función comunicativa de la escritura da lugar a la diversidad
documental, la escritura da lugar a los escritores, pero también surgen los lectores,
son actividades que se desarrollan a la par.
La lectura enriquece al lector. Umberto Eco (1987) menciona que se debe
distinguir el uso libre de un texto: cuando se lee como un estímulo imaginativo o
cuando se lee para interpretar un texto abierto. Esto supone una dialéctica entre
la estrategia del autor y la respuesta del lector modelo; por ejemplo, menciona
ciertas novelas se vuelven más bellas e interesantes, porque cuando alguien las
cuenta se convierten en “otras” novelas y por esta misma razón Barthes las de-
nominó “textos para el goce.”
99
Irma Ernestina Jiménez Gómez
por las actividades en las que es necesario leer y escribir; no se tiene el hábito de
la lectura desde casa, no quieren leer en voz alta, son pocos los que han leído un
libro completo por placer, y a esto sumamos el uso indiscriminado de dispositivos
digitales con los que el joven distorsiona la manera de escribir correctamente.
Es muy notoria la apatía por la lectura, que se hace muy evidente en la mayo-
ría de los estudiantes del nivel medio superior, y son los docentes a lo largo de su
práctica quienes lo manifiestan, no importa la unidad de aprendizaje de la que se
trate. Casi todos los estudiantes pueden leer, pero ¿cuántos de ellos pueden emitir
una opinión, o escribir un juicio breve al respecto del tema que se lee?
Conseguir que a un alumno le guste la lectura, escriba o hable correctamente
no es nada fácil. No es una tarea que se logre en poco tiempo, estas habilidades
están en estrecha relación y aun cuando son actividades propias de un proceso
personal, pues se realizan sobre la base de saberes, experiencias y fines individua-
les, su función tiene significado y aprobación cultural y social.
México tiene uno de los sistemas educativos más grandes del mundo y de-
bería ser un país lector alfabetizado, pero no es así. No es común tener alumnos
que visiten bibliotecas o gasten en libros, tampoco estamos acostumbrados a ver
leer a nuestros padres y desafortunadamente son pocos los maestros que tienen
el hábito de la lectura y escritura.
Por su parte, Cazden (1982) opina que “el contexto social más obvio y común
para la lectura […] en la escuela es precisamente tanto la lección de la escuela
como las interacciones maestro-alumno que tienen lugar en ella”.
100
La lectura y la escritura, herramientas básicas para formar estudiantes
ordenadores los teléfonos móviles, usar GPS, etcétera. Hoy se lee de manera dife-
rente, son muchas multiliteracidades empleadas para leer y escribir.
De ahí que son diversas las experiencias de algunas personas mayores que
manifiestan su inconformidad y negatividad al tener que leer y escribir en estos
dispositivos modernos, por ejemplo al pagar su recibo de servicio de luz eléctrica
una señora expresa: “¿Por qué dan por hecho que yo sé leer y usar el cajero auto-
mático?”; o en el aeropuerto cuando alguien pide ayuda para imprimir su pase
de abordar, mostrando pena ante su analfabetismo electrónico. En este sentido
cito a Piscitelli, quien explica que
Conclusión
Recuerdo a un profesor con excelente ortografía, y buena memoria, que siempre
repetía frases que había leído, citaba a los autores, por tanto no existía tema que
desconociera, influía de forma muy silenciosa en nosotros, siempre nos invitaba
a leer. Él decía: “Se aprende leyendo”. Esta es la forma de enriquecer el acervo
cultural, no hay otro camino; tanto influyó en mí que aún lo recuerdo como uno
de mis mejores profesores. Evoco este recuerdo pues creo que los profesores so-
mos para los estudiantes modelos y enseñamos a través del discurso pedagógico,
pero además nuestras actitudes y valores frente al grupo influyen en su comporta-
101
Irma Ernestina Jiménez Gómez
miento, de manera que nuestra influencia puede promover en los estudiantes una
actitud positiva frente a los actos de leer y escribir. Por tal motivo, en los docentes
se debería fomentar más la lectura, es preciso por ejemplo plantear ejercicios de
lectura crítica, fortaleciendo esta habilidad como fundamental en el aprendizaje
intelectual de todo estudiante para ser capaces de entender y producir textos en
el medio donde se desarrolle cada uno.
También me gustaría citar a Felipe Garrido, quien ha escrito libros acerca de
lectura en nuestro país y se pregunta: “¿Quién es un lector auténtico? En primer
lugar, es alguien que lee por voluntad propia, porque sabe que leyendo puede
encontrar respuestas a sus necesidades de información, de capacitación, de for-
mación, y también por el puro gusto, por el puro placer de leer”.
En este sentido la lectura y la escritura son actividades continuas en el salón,
pero deberían serlo en cualquier espacio, los profesores deberíamos solicitar en
cada actividad que enuncien ideas principales, realicen mapas, hagan resúmenes,
que sinteticen textos, que escriban ensayos, etcétera. Estas prácticas mejoran la
comprensión lectora y la escritura en nuestros estudiantes.
Hoy en día, conocer los hábitos culturales de los estudiantes nos ayuda a
aprender de sus vidas, necesidades, problemas, sus valores y su forma de pensar;
esto se aprende cuando se interactúa con ellos, a través del dialogo empático, que
al mismo tiempo se convierte en un campo de investigación en torno a la literaci-
dad. La lectura y la escritura son conceptos fundamentales y prácticas que deben
estar dentro de la pedagogía de la alfabetización, término que en un principio
significaba tener competencias de lectoescritura elementales para entender un
enunciado. Hoy la alfabetización es conocida con el término de literacidad, que
supone emplear un conjunto de habilidades cognitivas relacionadas con la lectura
y la escritura y que se desarrollan a lo largo de la vida, generando un conocimiento
nuevo y comprendiendo los significados producidos por otro, para ser capaces
de interpretar y modificar nuestro entorno.
Bibliografía
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Zavala, V., Niño Mauricia, M. y Ames, P. (editoras). Escritura y sociedad. Lima: Red
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Ferreiro, E. (1982). Nuevas perspectivas sobre el proceso de lectura y escritura. México:
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102
La lectura y la escritura, herramientas básicas para formar estudiantes
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103
¶
Lectura y escritura: creadoras
y representantes de la identidad
Fabiola Berenice Bernache Maldonado
Introducción
El sentido actual de la lectura y la escritura es un tema vasto lleno de contradic-
ciones, de sublimes intenciones, pero sobre todo de aspectos que posiblemente no
se había pensado que estuvieran influenciados o determinados por estas prácticas
milenarias. En las primeras apariciones de dichas actividades sólo se reconocía la
función de replicar lo que existía en el entorno, las pinturas rupestres representa-
ban todo aquello que había alrededor, posiblemente para el hombre prehistórico
era mayor la necesidad de recreación que la de comunicación.
Hoy en día esas creaciones nos comunican, nos hablan de la identidad de
estas personas, de las costumbres, del contexto en el que vivían. Hoy en día la
lectura y la escritura tienen una utilidad más profunda, más amplia y sobre todo
compleja, dependen del carácter adaptativo del ser humano, quien es capaz de
hacer frente a las exigencias y complejidades del medio gracias a ellas. Pero desde
una perspectiva firme, desempeñar estas actividades implica claramente que se
cuente con las capacidades cognitivas fundamentales para poder desarrollarlas,
ya que en sentido estricto no se pueden llevar a cabo sin la habilidad de desci-
frar, reconocer y comprender signos y símbolos. Así, el ser humano ha podido
apropiarse del medio en el que se desarrolla y se ha creado una identidad gracias
a la información que incorpora de su entorno, donde la lectura y la escritura son
fuentes primordiales de conocimiento.
Intentaré demostrar cómo es que la lectura y la escritura son pilares funda-
mentales en la conformación de la identidad de una sociedad, cómo es que llega-
mos a ser lectores activos aun cuando no nos lo proponemos. Vale la pena dar un
vistazo al sentido actual de la lectura y la escritura, que implican desde mi punto
de vista un panorama complejo pero rico en usos y costumbres, en significados
de una sociedad que se deben ver no sólo como parte de un actividad académica,
sino también como una cuestión de formación diaria en búsqueda de una iden-
tidad social e individual.
104
Lectura y escritura: creadoras y representates de la identidad
105
Fabiola Berenice Bernache Maldonado
106
Lectura y escritura: creadoras y representates de la identidad
Todo lo que leemos, no sólo lo escrito, sino también las imágenes, el entorno,
las señales corporales, las acciones de los demás, por mencionar algunas, tienen
influencia en nuestra forma de ver el mundo, y la forma en que lo percibimos
y respondemos a esta información es lo que le da sentido a nuestra identidad.
107
Fabiola Berenice Bernache Maldonado
La escritura funciona como mediador de esta identidad, y puede ser tan variada
como todo aquello que leemos, pero siempre lleva una marca que la identifica
como nuestra. Aunque mantengamos una acción pasiva ante los estímulos del
entorno, somos producto y promotor de él, cuando replicamos todo aquello que
hemos aprendido estamos definiendo nuestra identidad y a la vez influyendo en
la identidad de alguien más. De manera inconsciente este círculo promueve la
adaptación al medio.
Bordignon (2005) menciona que Erikson (1987) reconocía en el desarrollo
psicosocial como fundamentales a los factores epigénticos en el desarrollo de la
identidad del hombre más que los procesos mentales, es decir la influencia de la
cultura era más relevante que el desarrollo cognitivo. La lectura y la escritura, al
ser agentes reales en la conformación de la identidad, nos demuestran de nuevo
que la función misma de estas acciones es continuar con un papel dentro de la
sociedad, un papel que nos permita ser parte de ella y promueva su desarrollo
con nuestra adaptación.
Contar con una identidad definida dentro de los parámetros esperados en el
contexto en el que nacemos es fundamental para la adaptación. La única forma
en que se puede garantizar dicha identidad es con la influencia del entorno. La
lectura y la escritura por lo tanto son participantes directos en la conformación
de la identidad, nos dirige a lo que espera y necesita la sociedad. Por lo tanto para
comprender los factores que caracterizan a un contexto será necesario estudiar sus
principales fuentes lectoras, así como sus más significativas creaciones escritas.
108
Lectura y escritura: creadoras y representates de la identidad
Conclusiones
Lectura y escritura son actividades propias del ser humano, surgen a través del
lenguaje y sobre todo por la necesidad de comunicación y búsqueda de la tras-
cendencia del pensamiento. Al igual que todo lo que pertenece a nuestra historia
y desarrollo, la lectura y la escritura han evolucionado, se han ido adaptando a las
necesidades actuales, a los cambios no sólo tecnológicos sino también sociales.
Cuando observamos que estas actividades ahora son enteramente necesarias para
vivir, para adaptarnos, para comprender todo lo que nos rodea, sólo nos queda
mirar atrás y descubrir que han sido base fundamental en nuestra supervivencia.
Sin embargo es raro cómo aún hoy muchas personas creen que por no estar en
la escuela, no leen o no escriben, o que son actividades exclusivas de quien se
encuentra en un entorno académico o de personas muy cultas. Es nuestro deber,
como profesionales de la literacidad, ampliar el entendimiento de los conceptos
de lectura y escritura, hacer que las personas se sientan parte de este entorno
letrado, lleno de beneficios que propician su crecimiento como sociedad y su
desarrollo personal. La tarea no es fácil pues hay que luchar con todos los para-
digmas que existen en torno a eso, con las instituciones que regulan y controlan
109
Fabiola Berenice Bernache Maldonado
todas las fuentes de literacidad, con políticas públicas y privadas que no permiten
la correcta difusión del conocimiento.
El sentido actual de la lectura y la escritura está fuertemente influenciado por
el medio en el que se decide posicionarse, sin embargo se encuentran un sinnúme-
ro de generalidades entre las comunidades debido a que no deja de ser una labor
humana, pues neurobiológicamente estamos diseñados para comprender, crear y
responder ante la lectura y la escritura en todas sus formas. Lo más importante es
destacar que el sentido de libertad de expresión, identidad como individualidad
o la elección de una institución para participar como ser social, está determinada
por la influencia social, y esta a través de la lectura y la escritura, trasmite toda
esa información. Por lo tanto, debemos poner atención a todo lo que los medios
nos ofrecen, ser críticos, verificar que en este medio controlado podemos buscar
libertad. El sentido actual de la lectura y la escritura es convertirlas en los medios
por los cuales nos adaptamos a nuestro entorno y nos ganamos nuestro lugar en
el mundo, un derecho humano que debe ser considerado fundamental.
Bibliografía
Bordignon, N. (2005). El desarrollo psicosocial de Eric Erikson. El diagrama epigenético
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org/pdf/695/69520210.pdf
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Damasio, A. (1994). El error de Descartes. La razón de las emociones. Editorial Andrés
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los demás. En Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia. Disponible
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Peredo, M. (2005). Literacidad y vida cotidiana, por qué y para qué leen los adultos. México:
Paidós Educador.
110
¶
Perspectivas docentes hacia los
nuevos conceptos de literacidad
Talía del Carmen Quiñonez Rubio
Introducción
Para mí como docente, hoy en día, es evidente el poco hábito de la lectura que los
alumnos poseen, aunado a esto podemos ver que sus habilidades y competencias
lectoras dejan mucho que desear a nivel educativo, lo cual repercute en su ámbito
social y cultural donde el joven no es capaz de desarrolarse en plenitud. Entonces,
¿qué pasa si analizamos su comprensión lectora y lo crítico de su conocimiento?
A simple vista se podría decir que el compromiso adquirido por cada persona
es mínimo en cuanto a su educación y que con el avance del uso de las redes so-
ciales como medio de comunicación se encuentra descontrolado, desorientado.
Por ello, para llegar a una apropiación didáctica de la lectura debemos tomar en
consideración algunos puntos medulares sobre la misma (diagrama 1).
En la actualidad podemos encontrar un sinfín de conceptos acerca de lo que
la lectura y la escritura significan para las personas a nivel global, además de cómo
esto influye en el desarrollo de la humanidad y las interacciones personales que
tienen entre sí:
111
Talía del Carmen Quiñonez Rubio
usuarios o son producto de los rumores que lentamente fueron esparciendo gra-
cias a esa velocidad tan impresionante con la que se puede viralizar algo en la
red. Es decir que en un ambiente en el que las opiniones pueden ser discutidas
en un entorno sano y pacífico, se propicia una motivación intrínseca en las per-
sonas que las hace más receptivas y que de alguna forma realizan este proceso de
discriminación e interpretación de la información con más asertividad; regidos
en gran parte por cuestiones éticas que han sido apropiadas por el sujeto gracias
al uso práctico de ellas.
Actualidad
sentido
lectura escritura
mejora
112
Perspectivas docentes hacia los nuevos conceptos de literacidad
Por su parte, PISA (2012) nos dice que la competencia lectora es la capacidad
que demuestra un individuo para comprender, emplear, reflexionar e interesar-
se en los textos escritos con el fin de lograr sus metas personales, desarrollar
sus conocimientos, su potencial personal y, en consecuencia, participar en la
sociedad. No obstante, el interés por la comprensión lectora y las competencias
comunicativas no son algo nuevo en el sistema educativo. Desde hace tiempo,
diversos profesionistas se han ocupado de determinar lo que sucede cuando el
lector interpreta un texto mediante diferentes procesos cognitivos. La evolución
del lenguaje ha venido a revolucionar la forma en la que leemos e interpretamos
las ideas; sin embargo, el leer y escribir no se limita a un ámbito escolar (tareas
lingüísticas o procesos psicológicos), sino que también se involucra en las prác-
ticas socioculturales del individuo. Cuando el individuo conoce el significado de
lo que quiere constituir, se otorga un sentido a base de varias estrategias que le
ayudan a conformar un bosquejo de sus ideas y que, de una u otra manera, como
lo dice Margarita Gómez Palacio (1995), se termina por ordenar la información
textual para comprender el texto. Sin embargo, esta información que manejan
PISA y la OCDE no llega a representar algo para el porcentaje de personas que se
caracteriza por no saber leer y escribir, así como las personas que saben hacerlo,
pero que no entienden lo que leen o lo que escriben; ya sea en su contexto aca-
démico o social, estas personas se ven relegadas por el hecho de no coincidir con
las normas convencionales que la sociedad determina para ellos.
En este asunto, el panorama global nos empuja a buscar una aceptación en
este ámbito que representa un estilo de vida socialmente aceptado, no obstante, la
realidad dista mucho de lo que es bien visto y de lo que no lo es en la comunidad
alfabetizada. Después de todo, podemos no tener una buena comprensión lectora
y desarrollarnos en otros ambientes que igual comunican un mensaje específico
y están dirigidos a cierto sector de la sociedad; por lo que debemos ser conscien-
tes de que la falta de conocimiento en un área no influye en la demostración de
conocimientos en otros temas y que justo esta forma de expresión representa una
exposición de las habilidades adquiridas de forma práctica. Viendo el entorno
como una figura influyente en el desarrollo del individuo y la relevancia del mis-
mo dentro de los espacios de aprendizaje a lo largo de su desempeño académico
y profesional, podemos señalar ciertos factores que afectan en el sentido actual
de la lectura y la escritura.
En el caso específico de México, podemos considerar las adversas circuns-
tancias laborales, familiares y educativas como parte de las consecuencias que no
favorecen al sujeto en su proceso de enseñanza-aprendizaje, sino que sobre todo
obstaculizan su libre desarrollo intelectual y espiritual. Por eso, cuando se habla de
educación formal, creemos que un buen nivel de lectura y escritura debe reflejarse
en los números que los estudiantes muestran en su currículo académico, dejando
113
Talía del Carmen Quiñonez Rubio
114
Perspectivas docentes hacia los nuevos conceptos de literacidad
la situación previa y llevando a cabo la resolución más sencilla del hecho que,
finalmente, beneficie a todas las partes que intervienen en el proceso.
Por lo anterior, se vuelve necesario crear individuos con mente crítica, que
pongan en tela de juicio los mensajes no sólo académicos sino también los de
la vida cotidiana, así como los que les presentan los medios de comunicación
masiva, pero a su vez es una necesidad para crear un ambiente más dinámico y
participativo en la clase, que de igual forma convierta a nuestros estudiantes en
ciudadanos críticos y de participación activa en la vida política, laboral y social
de nuestro país. Debido a esto, el desarrollo de la lectura y la escritura se puede
articular teniendo en consideración las distintas habilidades y competencias de
los estudiantes, es decir: sabiendo que los jóvenes se dirigen con distintos modelos
de aprendizaje habrá que trabajar de manera distinta con cada uno de ellos para
abonar de alguna manera al conocimiento con el cual están más familiarizados.
Paulo Freire (1975) propone una educación que rompa la cultura del silen-
cio y que conciencie a los oprimidos. De este modo la literacidad empodera al
aprendiz, toma el diálogo entre iguales como método, el lenguaje como objeto de
estudio, reconoce los hechos históricos que condicionan desigualdad y anima al
aprendiz a modificar la realidad. Por lo que, siguiendo un poco de esta filosofía,
los alumnos decidirían sobre el proceso de construcción y la evaluación de los
aprendizajes, es decir, se ocuparían por completo de elaborar los procesos y tam-
bién serían los autores principales del desarrollo de las actividades que refieren
el trabajo colaborativo entre pares, así como el trabajo realizado con el profesor
a modo de guía en el transcurso de cada sesión (hora/clase). Dichas estrategias
deben permitir al alumno la planeación de la tarea general de lectura y escritura,
al igual que su propia ubicación (motivación, disponibilidad) en el contexto social
y cultural. Estos procesos facilitarán la comprobación, la revisión y el control de
lo que se lee y lo que se escribe, al igual que la toma de decisiones adecuadas en
función de los objetivos planteados desde la opinión general y particular de los
textos multimodales (imágenes, escritos, etcétera).
Durante años se ha hablado sobre este tema y si bien es cierto que mucho
se ha dicho sobre la lectura de comprensión, las habilidades y las competencias
comunicativas, así como el planteamiento de los aprendizajes significativos en la
educación, la mayoría de los autores converge en la idea de que comprender un
texto es una actividad constructiva, interactiva y estratégica. El constructivismo
afirma que en el acto de leer, el lector va asimilando, construyendo y modifican-
do sus “esquemas mentales”. Entonces se infiere que un buen lector no copia o
memoriza completamente el contenido de la lectura, sino que el lector verdadero
construye el conocimiento a través de su percepción una vez que se ha apropiado
de toda la información procesada. Cuando se interpreta y se construye el signi-
ficado, existe una interacción activa entre el lector o escritor, sus conocimientos
previos y sus estructuras mentales en referencia a lo que lee o lo que escribe,
115
Talía del Carmen Quiñonez Rubio
Conclusión
Un lector o un escritor, cuando empieza a leer o escribir según sea el caso, tiene
ciertos objetivos e incluso ha planeado algo sobre dicha actividad, aun si no lo
ha hecho de forma consciente, de forma mental ha ido estructurando el uso de
estrategias que le ayudarán a alcanzar sus objetivos principales.
Bibliografía
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Vygotsky, L. (1978). El desarrollo de las Funciones Psicológicas Superiores. Barcelona:
Grijalbo.
116
¶
¿Cómo utilizar la educomunicación
en un taller literario con
adolescentes?
Ericka Graciela Staufert Reyes
117
Ericka Graciela Staufert Reyes
escrito; el segundo nivel del universo posible es el que el lector crea al establecer
una relación con las grafías.
En tal sentido, se tuvo la visión de que la escritura narrativa sea instrumen-
to para que las personas adolescentes que participen en el estudio y en el taller
literario propuesto, fomenten sus literacidades críticas, es decir que la escritura
narrativa sea una pedagogía que por medio de la educomunicación les permita
problematizar su realidad, indagar en su interior, informar sus mundos posibles
y vivir su existencia de forma consciente.
Por otra parte, es innegable que un rasgo de la sociedad actual es que las
nuevas tecnologías están cambiando las habilidades que son necesarias para par-
ticipar en la sociedad de conocimiento (Park, 2012), a lo cual se le conoce como
teoría multimodal de la literacidad (Núñez, 2018). Como también es de resaltar
que ese fenómeno se observa en mayor medida en las generaciones jóvenes, lo
que nos conduce a la pregunta que titula el siguiente apartado.
u otra superficie.
▶▶ Comunicar a alguien por escrito algo.
Toda vez que la fuente consultada no presenta definiciones nuevas del verbo
escribir, tomamos la libertad de intentar una que nos permita salir de los clásicos
constructos papel, lápiz, pluma, signo para adaptar el verbo a las multimodalida-
des. Así, por “escribir” habremos de entender toda acción por medio de la cual
las personas transmiten su mundo subjetivo, codificado como mensaje, al mundo
objetivo. Esta nueva definición brota de la necesidad de adaptar los medios de
expresión que los participantes del taller literario ya utilizan en sus prácticas
vernáculas.
De todo lo anterior se ha desprendido la siguiente pregunta: ¿cómo ins-
cribir las herramientas digitales en la escritura de los mundos posibles de los
participantes? Se entrevé que para dar contestación habremos de tener en cuen-
ta tres puntos: indagar cuáles son las herramientas digitales con las que los
participantes ya están familiarizados en su uso, cuáles medios digitales están
disponibles para ser empleados en el taller literario (piénsese en blogs, Google
Docs, etcétera) e intentar la asimilación del término educomunicación al pro-
yecto de investigación planteado. En relación con el último punto se desarrolla
este artículo.
118
¿Cómo utilizar la educomunicación en un taller literario con adolescentes?
La perspectiva de la educomunicación
en nuestra investigación
El primer esfuerzo ha de ser comprender el término educomunicación. Por la
mediación de Martínez-Salanova hemos sabido que “el hecho educativo es, esen-
cialmente, un hecho comunicativo” (2017), de ahí interpretamos que en el proceso
de educación está implícito uno de comunicación, en el que emisor y receptor se
comparten información que enriquece y es basal para el acto de educar.
Por su parte, Barbas Coslado (2012) nos indica que Roberto Aparici cita la
siguiente definición proporcionada por la CENECA, la UNICEF y la UNESCO:
119
Ericka Graciela Staufert Reyes
120
¿Cómo utilizar la educomunicación en un taller literario con adolescentes?
A manera de conclusión
La importancia de los media en la vida cotidiana es evidente e indiscutible, ra-
zón por la que es necesario salir de una concepción tradicional, tanto del verbo
escribir, como de las dinámicas de los talleres literarios, para que estos permitan
desarrollar la teoría multimodal de la literacidad.
Bibliografía
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comunicación. En Comunicar, pp. 129-136.
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rae.es/?id=GKCiBz2
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Pedagogía de la Literacidad.
Reflexiones hacia la construcción de una competencia compleja
se terminó de editar en noviembre de 2018
en las oficinas de la Editorial Universitaria
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