Tema 4 – Trabajar como docente

El docente es un sujeto histórico, social y económico ubicado en su tiempo y su contexto. Así como el rol docente
adquiere una significatividad socio histórico (definida por los distintos actores sociales en los distintos tiempos y
contextos históricos, incluso por el docente mismo en función de lo que considera que es su rol) lo mismo sucede con
su condición de trabajador.

En la clase 3 se propuso una actividad de análisis de ciertas imágenes relacionadas con la tarea docente,
volvamos a mirarlas pero ahora agudizando el foco en el trabajo docente.
Seguramente algunas de las ideas que surgirán tendrán que ver con:
profesionalización a través de la formación permanente
condiciones de trabajo
sueldo
sindicalización
docente como trabajador
estrés laboral
condiciones de trabajo inadecuadas

Los docentes, ¿son profesionales de la educación o trabajadores?

Esto no es un juego de palabras. Desde el punto de vista histórico, hay amplia coincidencia en admitir que hasta hace
tres o cuatro décadas los docentes, y en particular los docentes de nivel primario, se percibían como profesionales y
representantes de la clase media argentina. Si bien las protestas laborales pueden rastrearse hacia fines del siglo XIX
inclusive, es a partir de la década del 60 que se inician las huelgas y, con ellas, un sindicalismo que identifica al maestro
con el trabajador.

Crisis de identidad
Las profundas transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales de las últimas décadas cuestionan los
sentidos de la escolarización y el rol de los docentes. Los docentes de hoy son distintos a los docentes del momento
en que se conformó el Estado y los sistemas educativos modernos.
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El proceso de descalificación y desvalorización sufrido por los docentes en América Latina ha provocado cambios
significativos en su identidad a la par que se han precarizado sus condiciones de trabajo. Investigaciones recientes dan
cuenta que la docencia se ha transformado en una profesión que "no paga lo suficiente para atraer a los mejores
candidatos", porque las estructuras de aumento salarial en la carrera son significativamente peores a las de otras
profesiones. Esto hace que aquellos que ingresan a los institutos de formación tengan, en promedio, peor historial
educativo que otros estudiantes que acceden a otros estudios más valorizados socialmente (Vaillant, 2004).

Hay una crisis de identidad docente que se relaciona con ideas que son contradictorias entre sí y pugnan en la
actualidad: los docentes, son parte del problema de la calidad educativa, pero a la vez son la solución. Por un lado, es
imprescindible pensar al docente como un trabajador, que dialoga entre su formación teórica y la realidad en la cual
desarrolla su tarea como tal. Pero al mismo tiempo su trabajo viene siendo desvalorizado en los últimos años, llegando
a señalar a los docentes como los responsables por el deterioro de la calidad educativa, hecho que ha ejercido gran
influencia en el reconocimiento público y el status otorgado a la enseñanza.

En este punto es interesante la lectura del texto de las autoras Alliaud, Andrea y Vezub, Lea, para
enriquecer el desarrollo de este tema.
(2014). La formación inicial y continua de los docentes en los países del MERCOSUR. Problemas
comunes, estructuras y desarrollos diversos.
Disponible en: https://ie.ort.edu.uy/innovaportal/file/20302/1/cuad_20_cap1.pdf

¿Qué conflictos y necesidades caracterizan el trabajo docente en la actualidad? ¿qué políticas de mejora del
trabajo docente se desarrollan hoy en día?

Lean los siguientes titulares, corresponden a noticias entre los años 2005 y 2020, ¿creen que son problemáticas
que hoy persisten?

Algunas pistas

-la dedicación de tiempo fuera del horario laboral.

Es necesario dedicarle tiempo a la preparación y evaluación de la enseñanza y el aprendizaje. Una de las

características de su tarea es que requiere dedicación más allá de la jornada laboral: la preparación de sus clases que
implica, entre otras cosas, al acopio de materiales, búsqueda de información, planificación de una secuencia didáctica,

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el seguimiento de los procesos de aprendizaje de sus estudiantes y por supuesto, todo lo referente con la actualización,
capacitación y formación profesional, son algunas de las actividades que suceden fuera del ámbito de la “clase”.

A través del tiempo, los docentes parecen asumir esto como parte de la naturaleza de ser maestro, sin embargo no
debería ser así, todas estas tareas fuera de su horario laboral forman parte del mismo, es trabajo que no es remunerado
y guarda estrecha relación con las demandas de mejores condiciones laborales y salariales.

Entender su tarea en estos términos conlleva a significarla como sacrificio y renuncia. En esta misma línea, la falta o la
poca provisión de recursos didácticos adecuados, tener horas en varias instituciones, padecer enfermedades derivadas
del ejercicio como el stress o las disfonías, etc, forman parte aún hoy de aquellas cosas que el docente está dispuesto
aceptar al elegir esta profesión. Cuando se reconoce al docente como un trabajador, esto pone en cuestión el concepto
de apostolado de su tarea, propio de unas décadas atrás.

Esta idea está tan arraigada en el imaginario social que durante mucho tiempo se consideró que para ejercer la
docencia con la vocación era suficiente, siendo innecesarios la formación permanente, la incorporación de recursos
tecnológicos y que, además, era un trabajo de "medio tiempo", lo cual explica en mucho la composición de género del
profesorado (mayoría femenina).
Si se conceptualiza el trabajo docente desde esta mirada enraizada en el componente vocacional, todo lo relacionado
con las condiciones y derechos del trabajador pasan a un segundo plano.

-las bajas remuneraciones

El salario es solo uno de los componentes de las condiciones laborales de los docentes. En nuestro país uno de los
derechos como trabajador más vulnerado es el que corresponde a recibir un salario digno y estable. Y esto se vincula
con dos grandes temas: el deterioro económico y la inestabilidad laboral. El nivel salarial de los docentes suele
diferenciarse en función de la antigüedad, la formación, la experiencia, las funciones o el nivel educativo en el que se
desempeñan.
Es importante señalar que el salario docente es el mayor ítem presupuestario de los sistemas educativos y, muchas
veces, las políticas salariales deben definirse en un contexto de restricciones fiscales que dificultan la estabilidad:

“Dadas las desigualdades y restricciones fiscales de las provincias, en el pago de salarios el rol del gobierno
nacional es fundamental.(…) Desde 1999, el Fondo Nacional de Incentivo Docente (fonid) ayuda a las
provincias con un monto fijo por docente. Más tarde, en 2006 se instituyó la paritaria nacional docente como
mecanismo anual de negociación en función de la cual el Gobierno nacional acuerda con los cinco gremios de
representación nacional el salario mínimo de referencia para el docente que inicia su carrera (suteba, 2011;
Bezem, Mezzadra y Rivas, 2011). A su vez, la Ley N° 25.864, que fijó un ciclo lectivo anual mínimo de 180 días
de clases, estipuló el envío de fondos a las provincias para cuando los conflictos docentes afecten
el normal dictado de clases.
Otra política central fue la creación del Programa Nacional de Compensación Salarial Docente, con el objetivo
de sostener un salario mínimo en todo el país y apoyar a las provincias que no alcanzan el piso anual
establecido. Esto contribuyó a disminuir las brechas interprovinciales y a modificar el posicionamiento relativo
de varias provincias en el ranking salarial docente”.
(Mezzadra y Veleda, 2014, pág. 74)

- las condiciones de trabajo

Juegan un rol fundamental en el desarrollo de la tarea docente. Los espacios, los tiempos y los materiales disponibles
en las instituciones, así como las formas de contratación, también afectan profundamente la enseñanza. Las
condiciones edilicias y materiales, así como los tiempos de trabajo, inciden en la calidad de vida en el ámbito laboral,
en las elecciones de la institución por parte de los docentes, en las posibilidades de planificación y también en la riqueza
de las actividades de enseñanza a desarrollar.

- los cambios sociales

Las familias han cambiado, la sociedad ha cambiado, los docentes han cambiado. La homogeneización pretendida por
la escuela moderna tradicional debe transformarse frente a las constelaciones familiares diversas y complejas y la idea
de una escuela inclusiva que recibe a todxs los estudiantes en su diversidad.
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A esto se suma las brechas generacionales, porque no solo los estudiantes portan diferentes culturales y las traen a
los espacios educativos. Sino que también tienen una nueva manera de vincularse con la cultura.

- La irrupción de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la escuela:

Los docentes ven disputado su monopolio del saber y en su tarea de enseñar. Toda la información podría decirse que
está a un clic de distancia, “todo se encuentra en internet”. Las posiciones frente a la incorporación de las TIC en la
enseñanza oscilan en el abanico entre los entusiastas y los que siguen resistiendo. La inclusión de la educación digital
en una propuesta ya no es un tema del docente sino que es un derecho de lxs estudiantes que está incluido en todas
las normativas que regulan la enseñanza. Deben formar parte de las propuestas de clase.
El avance del conocimiento y la innovación en los modelos pedagógicos empujan al docente a diversificarse también
en sus roles: facilitador del aprendizaje, tutor, orientador educativo, diseñador de materiales didácticos, elaborador de
instrumentos de evaluación, asesor para familias, mentor
o guía de colegas aprendices, entre otros.

-El surgimiento de otros espacios de aprendizaje legítimos.

Es importante destacar que la escuela es la única institución obligatoria para todos los ciudadanos. En nuestro país es
obligatoria desde los 5 años hasta el último año del nivel secundario.
En la formación para el trabajo, surgen nuevos espacios formativos que le disputan ese lugar central a la escuela. Los
mismos espacios productivos instrumentan los espacios formativos. Recordemos que la escuela y el docente además
de formar ciudadanos, debe formar individuos que se puedan incorporar al aparato productivo contribuyendo a la
producción del capital humano. Con estos nuevos espacios surgen otros agentes, en especial los que desarrollan las
actividades de producción, que también pueden cumplir con tareas pedagógicas con el mismo fin.

Mezzadra, F. y Veleda, C. (2014) Las condiciones de trabajo en Apostar a la docencia. Desafíos y

posibilidades para la política educativa argentina.
Disponible en: https://drive.google.com/open?id=1mn_GfD39IPW6LjEmcygMoMAnf10ILT8Q

Les propongo este texto de Mezzadra, Florencia y Veleda, Cecilia donde desarrollan las
condiciones de trabajo docente en la región.

Les dejo algunas preguntas como marco de referencia para esa lectura:
¿qué condiciones de trabajo deben tomarse en cuenta en el trabajo docente? ¿con qué
garantías cuenta este tipo de trabajo?
¿Cuál es la situación en relación al salario, y cómo se vincula con el salario de docentes de
otros países? ¿Cómo repercute la situación provincial en el salario?
¿Por qué la autora señala que "...aún resta camino por recorrer para garantizar las condiciones
adecuadas para la enseñanza en todas las escuelas"?
¿Qué es el malestar docente? qué síntomas presenta? ¿Por qué los docentes sienten que su rol se
desdibuja?

Como parte de la propuesta de este recorrido se incluyeron dos películas que narran en primera persona, cómo
un docente va armando y construyendo su rol en la escuela que le toca desempeñarse.
Cada unx se compromete en su tarea y la lleva adelante con las herramientas que tiene a su
disposición.
¿cómo caracterizarías las condiciones de trabajo de estos docentes?
¿cómo se vinculan con sus estudiantes?
¿cómo construyen su autoridad pedagógica’
¿por qué consideran que lxs estudiantes responden de esa manera a la propuesta de su docente?
¿en qué identificás ideas vinculadas a la vocación, al oficio y a la profesión?
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A modo de síntesis

Por un lado el docente se siente interpelado por una diversidad de demandas pero a la vez no se siente preparado
para responder. Durante las últimas décadas, si bien las condiciones de trabajo de los docentes mejoraron en varias
dimensiones en función de un proceso de profesionalización de su tarea, en algunas dimensiones fue insuficiente o
aún son temas pendientes para su resolución:
 La recomposición salarial atado a la inestabilidad macroeconómica, la inflación y la desigualdad de las
provincias para enfrentar el sostenimiento económico.
 La insuficiente inversión en infraestructura, recursos didácticos, cantidad de escuelas.
 El deterioro social propio de los cambios de una sociedad crecientemente desigual y excluyente.
 La heterogeneidad y conflictividad en las aulas y la insuficiente formación de los docentes para abordarla
 La necesidad de reconstruir una autoridad pedagógica que ha sido puesta en duda una y otra vez.

No se puede concebir una política de fortalecimiento de la docencia por fuera de estas situaciones. Las
condiciones laborales importan no solo para asegurar ambientes materiales acordes y estimulantes sino
también para acompañar a maestros y profesores en la ardua misión de enfrentar cotidianamente las secuelas
de un largo proceso de caída social que no pudo ser recompuesto por completo con el crecimiento económico
de la última década. (Mezzadra y Veleda, 2014, pág 87)