La Educación para El Desarrollo de Guatemala

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La educación para el desarrollo de Guatemala.

La educación continúa siendo una forma de transformar las sociedades: los nuevos
ciudadanos adquieren el conocimiento y la experiencia necesaria para enfrentar la vida y
contribuir al desarrollo. Sin duda, la educación acerca el conocimiento a cada persona y la
transforma. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), por medio de su ente para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha diseñado la Agenda de Educación Mundial,
que pretende implementar para llegar al 2030, y en la cual se abordan temas como el acceso
a la educación, la cobertura, las herramientas y su calidad en el mundo.

Es tan importante la educación para la humanidad, que debe ser adaptada para enfrentar los
desafíos. Un ejemplo de ello: la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Cambios
Climáticos (COP24), que tuvo lugar en Katowice, Polonia, del 3 al 14 de diciembre pasados,
dedicó la jornada temática del 13 de diciembre a la educación y al papel clave desempeñado
por esta en la respuesta integral al cambio climático. La actual administración de gobierno ha
apuntado sus esfuerzos humanos y económicos para la educación, pues sabe de la
importancia de proveer una mayor cobertura y una mejor calidad educativa. Los planes y
programas del Ministerio de Educación van encaminados a formar mejores ciudadanos.

Este año que termina, el sistema de educación estatal, que abarca la preprimaria, primaria,
secundaria y diversificado, 3 millones 27 mil 657 alumnos en todos los niveles, ha obtenido
grandes logros, como los 188 días efectivos de clases, con lo que se marcó un hito de
presencia en las aulas para completar el Currículo Nacional Base. La alimentación escolar
alcanzó su mejor desarrollo y efectividad, al proveer alimentos nutritivos a los escolares de
preprimaria y primaria, por medio de las Organizaciones de Padres de Familia (OPF), que se
dieron a la tarea de administrar los recursos financieros y de elaborar los menús nutritivos
para sus hijos.

Pero más allá de la organización de los padres de los alumnos, este programa busca la
integralidad en el proceso de nutrición escolar, pues los menús escolares están diseñados
para que se consuman los productos de cada localidad, para fortalecer las economías
regionales.
Todos los campos de estudio están relacionados de una u otra forma con la búsqueda de la
verdad y, a medida que se van desarrollando, cada fase sucesiva de crecimiento contiene
conocimientos y percepciones claras, elementos que con el tiempo pueden considerarse
como más o menos confusos, contradictorios e incluso incorrectos. No obstante, cada
generación de estudiosos se apoya en los esfuerzos de sus predecesores. El conocimiento
(o la verdad) avanza gracias a la combinación de esfuerzos: el crecimiento gradual de los
que parcialmente se conocen y la irrupción ocasional en nuevos territorios.

La educación comparada no escapa a esta generalización, habiendo mostrado su buena


parte de error y confusión en el camino seguido hasta hoy. Comenzó con observaciones
discretas y ocasionales de la vida y educación en otros países. Impulsados por la curiosidad,
los viajeros, desde Marco Polo a la actualidad, han regresado a sus tierras de origen con
vivas descripciones de lo que habían visto; sus comentarios eran subjetivos, algunos
extremadamente perceptivos y esclarecedores, a menudo idiosincrásicos e incluso
manifiestamente ridículos. No obstante, de esa larga tradición surgió el reportaje sistemático
y comprensivo, interesado por la veracidad de la información y cada vez más motivado por
las posibilidades de usar el nuevo conocimiento.

Las observaciones sistemáticas de la educación en otros países empezaron a aparecer


especialmente durante el período en el que las naciones más desarrolladas comenzaban a
desarrollar sus propios sistemas de escuelas públicas. Los viajeros se convirtieron en serios
estudiantes que analizaban las ideas educativas y las prácticas en los distintos países,
progresando desde comparaciones implícitas con sus propios países.

En las últimas décadas se ha revisado la literatura sobre educación comparada y se han


estudiado las distintas influencias a que ha estado sometida: el interés por la introducción de
prácticas educativas útiles y aplicables de otros países; las demandas de nacionalismo; el
crecimiento de la comunicación internacional y las posibilidades de reunir la gran cantidad de
información que le acompaña; y el sentido creciente de que las tensiones internacionales
entre las naciones podrían aliviarse con la corriente de conocimientos y de personas.

Y es que las condiciones sociales, económicas y políticas pueden ser distintas, pero la
dinámica de la escuela y de la sociedad proporciona una constante y es, en términos
generales, esencialmente la misma.

Además, acontecimientos importantes que traspasan las fronteras nacionales han


influenciado acontecimientos en varios países, al mismo tiempo, por ejemplo, la revolución
protestante, la industrialización, el marxismo, el imperialismo (o el logro de la independencia
del control colonial). Es decir, existen ciertas regularidades que enlazan conjuntamente la
naturaleza única de las naciones individuales; los casos particulares son variaciones de
algún tema común.

En buena medida, la toma d conciencia de que los fenómenos educativos forman parte de la
estructura global de la cultura de un pueblo puso fin a los trabajos que discutían la
escolarización sin referencia a un contexto nacional más amplio. Los estudios principales
intentaron interpretar los fenómenos educativos dentro de un contexto histórico, describiendo
la génesis de las distintas formas de enseñanza y considerando las ideas y estructuras
educativas como parte de acontecimientos sociales y políticos. Los matices son distintos:
Kandel y Ulich dirigieron su atención a las relaciones entre la historia, la cultura nacional, la
ideología política y la escolarización; Mallison y King, por ejemplo, utilizaron la «identidad
nacional» como clave para comprender las caracteris-
Bibliografías

LATORRE, A. (2003). La investigaciESTEVE, J. (2003). La tercera revolución educativa.

La educación en la sociedad del conocimiento. Barcelona: Paidosón-acción. Conocer y


cambiar la práctica educativa. Barcelona: Graó.

W. (1996). Una teoría para la educación. Hacia una investigación educativa crítica. España:
Morata.

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