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GUÍA DE TRABAJO

CLEI IV
Lengua Castellana

“DEL ROMANTICISMO AL MODERNISMO”

DOCENTE: Zully Herrera Z.

 OBJETIVO: Determinar en las obras literarias latinoamericanas, elementos textuales que


den cuenta de sus características estéticas, históricas y sociológicas cuando sea pertinente.

 MOTIVACIÓN.
COMPRENDE EL CONCEPTO

NEOCLASICISMO Y ROMANTICISMO
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la organización colonial inició su proceso de
decadencia y disolución. Después de 1825, la mayoría de países latinoamericanos lograron su
independencia. Sólo Cuba y Puerto Rico continuaron hasta finales de siglo bajo el dominio
español.
Las causas que produjeron el fin de la Colonia y la
Independencia política de los pueblos americanos fueron:
• Ideológicas. El pensamiento ilustrado llegó a
América por medio de las obras de Juan Jacobo
Rousseau y de la ideología de la Revolución
Francesa, cuyos conceptos de libertad, igualdad,
fraternidad, separación de los poderes, soberanía
popular, etc. fueron difundidos por nombres cultos,
como fue el caso de Antonio Nariño, en Colombia y
Francisco Miranda, en Venezuela.

• Político-administrativas. Con la llegada de la


monarquía borbónica al trono, en el siglo XVIII,
empezó una etapa de creciente centralización del
poder en España. En las colonias, los españoles
monopolizaron las tareas de gobierno en perjuicio
de las instituciones locales. Los americanos
perdieron el derecho de elegir a su propio
gobernador o de decidir el cumplimiento de una ley.
La lucha se centró en los responsables de la
administración, por eso, las primeras sublevaciones
se dieron bajo el lema "¡Viva el rey, muera el mal
gobierno!".

• Económicas. España mantuvo un fuerte monopolio comercial. El control estricto del


tráfico legal de mercancías, el aumento discriminado de impuestos, la prohibición de
intercambio entre las diferentes regiones, la limitada posibilidad de comprar productos en
otros países, provocaron la rivalidad entre los comerciantes españoles y la naciente
burguesía americana. El contrabando, en manos de los ingleses, contó con la complicidad
de esta nueva clase social. España perdió el control sobre el océano Atlántico y la
posibilidad de competir con países en vías de industrialización.
LA REPRESIÓN
En 1806, fue nombrado virrey del Perú José Fernando Abascal quien lideró la lucha
contrarrevolucionaria. Desde allí, y gracias a una despiadada represión, logró derrocar
todos los gobiernos autónomos, con excepción de los instalados en el Río de la Plata y
algunas zonas de Venezuela. Hacia 1814, el panorama se presentaba sombrío para los
americanos; a los fracasos políticos de los gobiernos locales se sumaba la actitud de
Fernando VII, quien recuperó el trono español y se mostró decidido a imponer su dominio
en las colonias.

LA LIBERTAD
El camino hacia la independencia era una necesidad inaplazable. Así lo comprendieron José
de San Martín y Simón Bolívar. San Martín desde el Río de la Plata, y Bolívar, desde
Colombia, trazaron un plan para liberar a todo el continente. El 9 de diciembre de 1824, las
fuerzas realistas comandadas por La Serna, fueron derrotadas por los patriotas al mando
del general Sucre, en la célebre batalla de Ayacucho, con la que se selló la independencia
del Perú y la de toda América del Sur.

LITERATURA NEOCLÁSICA Y ROMÁNTICA EN AMÉRICA

Acorde con las exigencias de los tiempos pre-revolucionarios y en consonancia con las
demandas del período de independencia, la vida cultural hispanoamericana de finales del
siglo XVIII y principios del siglo XIX dedicó un esfuerzo intenso al desarrollo de las ideas.
Tanto la producción literaria como las actividades científicas y educativas de este período
estuvieron dirigidas a promover la independencia política e intelectual de las
colonias.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, la literatura, el periodismo, la acción política
militante, la oratoria, etc. eran actividades que se fusionaban y cultivaban de manera
paralela. En general, los mismos hombres que orientaron los movimientos de
Independencia, escribieron poesía, redactaron artículos pro-independentistas, combatieron
en las guerras, pronunciaron discursos a favor de la independencia intelectual, etc. Algunos
de ellos, incluso, desarrollaron investigaciones de carácter científico.

EL NEOCLASICISMO
Se conocen como clásicos los autores y las obras de la antigüedad grecolatina que eran
estudiados en las aulas renacentistas. En el siglo XVIII, nuevamente se les tomó como
modelos dignos de ser imitados, a partir de la puesta en práctica de una serie de reglas
agrupadas en las llamadas Artes Poéticas que originaron la corriente Neoclásica.

CARACTERÍSTICAS
Los siguientes principios, característicos del neoclasicismo, coincidieron con particularidades
de la cultura hispanoamericana existente y se transformaron en el momento de unirse a la
ideología de la independencia.
 La unión de lo bello y lo verdadero. El arte no sólo debía mostrar la verdad sino
mostrarse como algo verosímil. Esto se aprecia en los textos que dieron testimonio
de las costumbres de distintos grupos americanos y en los cuales aparecen
características particulares y universales.
 La unión de lo bello y lo útil. El arte fue vehículo de propaganda de los ideales
revolucionarios. Para el Neoclasicismo, el arte debe enseñar recreando, deleitar
enseñando en el equilibrio de la belleza y la armonía.
 El mundo exterior predomina sobre el mundo interior. En otros términos, es
más importante referirse a sucesos sociales e históricos que a lo que le ocurre al
individuo en su intimidad.
Temas
Como consecuencia de la época de agitación política y militar que se vivía en toda
Hispanoamérica, los temas más recurrentes de la corriente neoclásica fueron políticos,
sociales y militares; también sirvieron de tema a los autores de esta corriente, los viajes y
la descripción de las costumbres de los diversos grupos sociales de América,-

Fue común que los poetas neoclásicos describieran las peculiaridades del paisaje
americano y le rindieran homenaje a las hazañas libertadoras, para promover la libertad
intelectual y depositar confianza y esperanzas en la capacidad de los americanos. Paisaje y
libertad en los escritores poéticos, naturaleza y reivindicaciones independentistas en
los científicos y políticos, fueron temas que manifestaron la autonomía hispanoamericana.

Géneros literarios
El tinte político que caracterizó la literatura latinoamericana a partir del siglo XVIII, se hizo
presente en todos los géneros, y es uno de sus rasgos más importantes, pues aún perduran
en las producciones literarias hispanoamericanas contemporáneas.

ROMANTICISMO

El Romanticismo es una actitud de vida que muchas veces desborda los límites de la
corriente literaria que lleva su nombre y llega a influir en todos los aspectos de la
cotidianidad. Está cargado de grandes dosis de idealismo y emociones y surge como
reacción en contra del

Neoclasicismo, del imperio de la razón y en contra del despotismo ilustrado que imperó en
el llamado "Siglo de las luces".

Romanticismo
 Proclamó una libertad total, un culto a lo irracional, lo instintivo, lo pasional y al mundo
dejos sueños.
 Demandó afanes de libertad en contra de las formas opresivas de gobierno y reclamó el
valor de lo nacional como distintivo frente a lo etéreo de lo universal y, sobre todo, a la
autonomía del individuo frente a la sociedades que buscaban convertir en uno solo el
sentimiento del hombre.
 Apoyó la expresión de la angustia y la exaltación del amor y los ideales, individuales y
nacionales.
 Produjo un clima de insatisfacción que se manifestó en rebeldías individuales y
revoluciones sociales y artísticas.

TEMAS
 El canto a los héroes y a la libertad. Los países americanos se encontraban luchando
abiertamente contra el yugo español y por la organización como naciones autónomas e
independientes. Victoria de Jurón, de José Joaquín Olmedo refleja muy bien este anhelo.
 El sentimentalismo. Es parte esencial del Romanticismo. La obra literaria hace del amor, de la
muerte, del dolor, sus grandes dioses. Ejemplo claro de esto se encuentra en la poesía de Manuel
Acuña y en la novela María de Jorge Isaacs.
 El mestizaje y la naturaleza. Desde principios del siglo XIX, los intelectuales latinoamericanos
veían en estas dos características temáticas que nos identificaban. María y Martín Fierro reflejan
este nuevo tipo humano. En cuanto a la naturaleza, Silva a la agricultura, de Andrés Bello, es fiel
exponente de este tema.
 La identidad. Con la aparición del mestizo como nuevo tipo humano, y la necesidad de
autonomía, la pregunta por nuestra identidad rondó la literatura romántica. Queríamos ser
independientes, pero para serlo, primero se debía aclarar lo que éramos. En este orden de ideas
las figuras del mestizo, del indio y del gaucho fueron punto de encuentro y de discusión.
GÉNEROS LITERARIOS
El género más difundido entre los románticos fue la poesía lírica, sin embargo, también se
escribieron artículos periodísticos, ensayos y novelas.
 La poesía. Este género expresó la subjetividad, el amor y la angustia existencial, rechazó toda
norma y sustituyó formas clásicas como el soneto y la égloga, por otras estructuras menos
rígidas.
 El artículo periodístico. Fue fundamental para expresar las ideas liberales. Este es el momento
de los periódicos, de las traducciones y de los comentarios políticos.
 El ensayo. Fue muy apropiado para comentar las ideas de los pensadores europeos y como medio
de reflexión acerca de nuestra cambiante situación.
 La novela. Este género fue fundamental para expresar temas costumbristas y amores trágicos y
apasionados. María, de Jorge Isaacs, es un ejemplo en este sentido.

RECURSOS LITERARIOS
Además de la metáfora, el símil y la hipérbole, los románticos emplearon los siguientes recursos:
 La anáfora, que consiste en iniciar dos o más versos con la misma palabra. Un ejemplo de esto lo
encontramos en los tres últimos versos de la segunda estrofa del Nocturno de Acuña.
 La reduplicación, que consiste en repetir la misma palabra en el mismo verso.

Por ejemplo:

Los dos unidos siempre y afilándonos los dos.


 El polisíndeton, que consiste en la repetición de conjunciones para darle más fuerza expresiva al
verso.

Por ejemplo:
y te amo, y en mis locos y ardientes desvaríos.
EL MODERNISMO

A partir del siglo XIX, la expansión de los medios de transporte y de los intercambios comerciales modificó
notablemente las economías latinoamericanas y sus vínculos con el exterior. El sistema mundial se
caracterizaba por la libre y rápida circulación de productos, capitales y personas de un continente a otro. En
este marco, las economías latinoamericanas encontraron su lugar como proveedoras de materias primas y
como receptoras de productos y capitales. Cada economía se orientó hacia la especialización en algún tipo de
producto posible de ser vendido en el exterior.

A partir de los años cuarenta, Latinoamérica ingresó en las nuevas líneas de expansión del comercio
internacional. En este proceso de ingreso aparecieron tres tipos de economía exportadora de
productos primarios.
LA SOCIEDAD MODERNA
Al finalizar el siglo XIX, Latinoamérica, al igual que ahora, vivía diferencias abismales con Europa y
Estados Unidos, respecto al desarrollo tecnológico, científico e industrial. Los pueblos
latinoamericanos se convirtieron en productores de materia prima, en forma rudimentaria, que
exportaban a precios irrisorios, y luego, ya procesada esta materia prima, la compraban a precios
muy altos, lo que significó el comienzo del desastre económico de las naciones latinoamericanas.
EL DESARROLLO DEL CAPITAL Y EL SOMETIMIENTO FINANCIERO
El crecimiento de las economías nacionales implicó una mayor dependencia comercial combinada con
una acentuada dependencia financiera. En efecto, para crecer, las economías necesitaron de las
inversiones extranjeras en forma de préstamos al Estado, obras de infraestructura, etc. De esta
forma, el capital extranjero obtuvo una enorme importancia en las economías nacionales, pero con el
correr del tiempo su influencia, que ha sido nefasta para los pueblos latinoamericanos. Tanto así que
llevó a Argentina, por ejemplo, a vivir el llamado "corraüto" económico, fenómeno que se expandió
por otros países del continente.
En la última década del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX se produjeron importantes
cambios en la mayoría de los países latinoamericanos. Los cambios comenzaron a presentarse,
principalmente, en las ciudades, que habían alcanzado un grado de desarrollo propicio para el
surgimiento de una nueva mentalidad o nueva forma de ver el mundo y vivir la vida. El lujo, el
comercio y la riqueza, se convirtieron en el centro de interés de una buena parte de la población de
las ciudades latinoamericanas. Las profesiones liberales y los cambios introducidos por concepciones
modernas de la economía, permitieron lo que se ha denominado la división del trabajo, es decir, la
profesionalización de gran parte de las actividades del grupo social.

DEL ROMANTICISMO AL MODERNISMO

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, en Europa se dio un cambio de sensibilidad y de aspiraciones
artísticas, todo ello enmarcado en un período histórico de creciente industrialización que impulsó la
ciencia y fortaleció a la burguesía.
Para los jóvenes autores hispanoamericanos que habían heredado el Romanticismo más como copia
y repetición que como expresión propia, comenzó a hacerse necesaria una renovación de las
formas poéticas de acuerdo con la nueva sensibilidad y los cambios sociales. Tal fue el caso de
José Martí quien, junto con el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, sentó las bases para la transición
del Romanticismo al Modernismo, bautizado y expuesto abiertamente, poco tiempo después, por el
poeta Rubén Darío.

El Modernismo partió de un sentimiento de insatisfacción hacia su presente, de una crítica hacia la


nueva burguesía y hacia la inclusión de Latinoamérica en el capitalismo internacional. El Modernismo
estuvo recluido, en un primer momento, en la "torre de marfil", es decir, en una poesía amanerada,
tonta y preciosa, perfecta en rimas e imágenes cromáticas y vacías de todo contenido del momento
sociopolítico que se vivía. Posteriormente, este movimiento dio un giro hacia las cuestiones
propiamente americanas, empeñado en proyectar, con un nuevo lenguaje, los resabios de la cultura
tradicional. El siglo XIX registra el desorden del universo y los valores vigentes. En un contexto
contradictorio y confuso, los poetas modernistas pronto advirtieron la presencia progresivamente
amenazadora de Estados Unidos, país contra el que arremetieron el poeta cubano José Martí y el
nicaragüense Rubén Darío.

Con el Modernismo la literatura de los países latinoamericanos se transformó. Este movimiento, de


liberación artística y espiritual, quiso encontrar formas de expresión propias, y, a la vez, ponerse
a tono con los nuevos tiempos de industrialización y modernidad. Cambió de punto de vista y dirigió
su mirada hacia Francia para tratar de emular su vanguardismo.

El Modernismo significa la incorporación de América a la literatura universal y el logro de su


independencia literaria. En este sentido, el americanismo del movimiento modernista está en la
capacidad del latinoamericano de sentir e incorporar las tradiciones propias y extranjeras, aunque
ninguna los une verdaderamente al pasado. Asimila lo que llega desde fuera, más debe darle su
personal síntesis creadora: entonces, aparece el porvenir como el campo sensible de todas las rea-
lizaciones. Así, el Modernismo hispanoamericano que comenzó con una inclinación hacia lo extranjero
—mi sueño era escribir en lengua francesa, dice Rubén Darío—, se convirtió muy pronto en un
reconocimiento de la propia originalidad y en la conciencia de las realidades
latinoamericanas. El primer amor de Darío fue Francia; el último, Latinoamérica, la del grande
Moctezuma, la de los Imperios inca y azteca

Características del Modernismo


El Modernismo, en Latinoamérica, equivale al Simbolismo y al Parnasianismo, movimientos artísticos
del momento en Francia. El Simbolismo era un movimiento literario que buscaba representar la
vida onírica, es decir, la de los sueños, el misterio del mundo y la naturaleza del hombre por medio
de sugestiones, analogías, sinestesias, elementos simbólicos y modelos rítmicos poco comunes. El
Parnasianismo fue un círculo poético francés que proponía una recuperación de las formas
clásicas y una exposición más objetiva bajo el lema de "el arte por el arte".

Las principales características del Modernismo son:

 Total independencia de un movimiento ya existente en Europa. Por el contrario, es esta la


primera aportación americana a las letras europeas. Si bien todos sus componentes habían sido
ya utilizados por otras corrientes poéticas, su innovación consistió en unirlos en una particular
manera de concebir la literatura.
Fue Rubén Darío quien habló por primera vez acerca de lo que él mismo bautizó como Modernismo:
el "espíritu nuevo que hoy anima a un pequeño triunfante y soberbio grupo de escritores y poetas de
la América española", en busca de "la libertad y el vuelo, y el triunfo de lo bello sobre lo preceptivo,
en la prosa; y la novedad en la poesía: dar color y vida y aire y flexibilidad al antiguo verso, que
sufría anquilosis, apretado entre tomados moldes de hierro".
 Suma de estilos y actitudes individuales frente al vacío de fin de siglo, unidas por el respeto
a la belleza, la búsqueda de una expresión acorde con la armonía del universo, el esmero
estilístico y la creencia en la naturaleza sagrada y salvadora del arte como único refugio contra la
marginación, el materialismo y la pobre espiritualidad de la época.
 Búsqueda de una nueva estética, que se basa, entre otras cosas, en la percepción de los
sentidos: los colores, las texturas, los sonidos, los olores y los sabores llegan a ocupar un papel
fundamental es esta literatura. El Modernismo reformuló la manera de describir y de caracterizar
a los personajes.
Temas
Los modernistas, como producto de la época que les tocó vivir, exploraron temas en donde el lujo y
el placer están asociados con el dolor y la muerte, esto es conocido como decadentismo. Al tratar
de evadir su propia realidad, se refugiaron en realidades lejanas: la Francia refinada del siglo XVIII y
el París cosmopolita.
También fueron temas modernistas:
• El mundo mitológico clásico grecolatino, la mitología nórdica y los ambientes de China y Japón,
cuyas descripciones los llevan al exotismo característico del movimiento.
• Las críticas a las debilidades y amenazas sociales y políticas de su época, como el imperialismo
creciente de Estados Unidos.
DESARROLLEN EN SUS CUADERNOS EL SIGUIENTE TALLER:

1. Lee con mucha atención el siguiente texto

Amalia

El 4 de mayo de 1840, a las diez y media de la noche, seis hombres atravesaban el patio de la casa de la calle
de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. Llegados al zaguán, uno de ellos se detiene, y dice a los otros:
—Todavía una precaución más. —Y de este modo no acabaremos de tomar precauciones en toda la noche —
contesta el más joven de todos, y de cuya cintura pendía una larga espada, medio cubierta por los pliegues de
una capa de paño azul que colgaba de sus hombros. —Por muchas que tomemos, serán siempre pocas — replica
el primero que había hablado—. Es necesario que no salgamos todos a la vez. Somos seis. Saldremos
primeramente tres, tomaremos la acera de enfrente; un momento después saldrán los tres restantes, seguirán
esta acera, y nuestro punto de reunión será la calle de Balcarce, donde cruza con la que llevamos. —Bien
pensado.
—Sea, yo saldré delante con Merlo y con el señor — dijo el joven de la espada a la cintura, señalando al que
acababa de hacer la indicación. (...) Los tres hombres que quedaban salieron dos minutos después, y (...)
tomaron la misma dirección que aquellos, por la acera prefijada. (...) Llegados a la calle de Balcarce: —Aquí
debemos esperar a los demás —dijo Merlo. —¿Está usted seguro del paraje de la costa en que habremos de
encontrar la ballenera? —preguntóle el joven.
—Muy seguro —contestó Merlo—. Yo me he comprometido a ponerlos a ustedes en ella, y sabré
cumplir mi palabra, como han cumplido ustedes la suya, dándome el dinero convenido, no para mí; porque yo
soy tan buen patriota como cualquier otro, sino para pagar a los hombres que los han de conducir a la otra
banda ¡y ya verán ustedes qué hombres son! La noche estaba apacible, alumbrada por el tenue rayo de las
estrellas, y una fresca brisa del sur empezaba a dar anuncio de los próximos fríos del invierno. (...)
Pero aquellos que hayan llegado a ese paraje, entre las sombras de la noche, para huir de la patria cuando el
desenfreno de la dictadura arrojó a la proscripción a centenares de buenos ciudadanos, esos solamente podrán
darse cuenta de las impresiones que inspiraba ese lugar, y en esas horas, en que se debía morir al puñal de la
Mazorca si eran notados; o decir adiós a la patria, a la familia, al amor, si la fortuna les hacía pisar el débil
barco que debía conducirlos a tierra extraña, en busca de un poco de aire libre, y de un fusil en los ejércitos que
operaban contra la dictadura. Aquel que iba delante de todos, era Juan Merlo, hombre de vulgo, de ese vulgo de
Buenos Aires que se hermana con la civilización (...). Merlo, como se sabe, era el conductor de los demás. A
pocos pasos seguíale el coronel don Francisco Lynch, (...) hombre de la más culta y escogida sociedad, y de
hermosura remarcable.

En pos de él caminaba el joven Eduardo Beigrano, pariente del antiguo general de ese nombre, y poseedor de
cuantiosos bienes que había heredado de sus padres; corazón valiente y generoso, e inteligencia privilegiada
por Dios y enriquecida por el estudio. (...)
En seguida de él marchaban Olidén, Riglos y Maisson, argentinos todos. En este orden habían llegado a la calle
de la Reconquista (...). En ese paraje, Merlo se detiene y les dice: —Es por aquí donde la ballenera debe
atracar. Las miradas de todos se sumergieron en la oscuridad, buscando en el río la embarcación salvadora,
mientras que Merlo parecía que la buscaba en tierra, porque su vista se dirigía hacia las Barrancas, y no a las
aguas donde estaba clavada la de los prófugos. —No está — dijo Merlo—; no está aquí. Es necesario caminar
algo más.

La comitiva le siguió, en efecto; pero no llevaba dos minutos de marcha, cuando el coronel Lynch, que iba en
pos de Merlo, divisó un gran bulto a treinta o cuarenta varas de distancia, en la misma dirección que llevaban; y
en el momento en que se devolvía a comunicárselo a sus compañeros, un ¡quién vive! interrumpió el silencio de
aquellas soledades, llevando un repentino pavor al ánimo de todos. —No respondan; yo voy a adelantarme un
poco a ver si distingo el número de hombres que hay —dijo Merlo (...).

Un ruido confuso y terrible respondió inmediatamente a aquella señal: el ruido de una estrepitosa carga de
caballería, dada por cincuenta jinetes, que en dos segundos cayeron como un torrente sobre los desgraciados
prófugos.
El coronel Lynch apenas tuvo tiempo para sacar de su bolsillo una de las pistolas que llevaba, y, antes de poder
hacer fuego, rodó por la tierra al empuje violento de un caballo.
Maisson y Ohden pueden disparar un tiro de pistola cada uno, pero caen también como el coronel Lynch. Riglos
opone la punta de un puñal al pecho del caballo que lo atropella, pero rueda también a su empuje irresistible, y
caballo y jinete caen sobre él. Este último se levanta al instante, y su cuchillo, hundiéndose en el pecho de
Riglos, hace de este infeliz la primera víctima de aquella noche aciaga. Lynch, Maisson, Ohden, rodando por el
suelo, ensangrentados y aturdidos bajo las herraduras de los caballos, se sienten pronto asir por los caballos, y
que el filo del cuchillo busca la garganta de cada uno. El cuchillo mutila las manos, los dedos caen, el cuello es
abierto a grandes tajos; y en los borbollones de la sangre se escapa el alma de las víctimas a pedir a Dios la
justicia debida a su martirio.
Y, entretanto que los asesinos se desmontan y se apiñan en derredor de los cadáveres para robarles alhajas y
dinero, entretanto, a cien pasos se encuentra un pequeño grupo de hombres que, cual un solo cuerpo
expansivamente elástico, tomaba, en cada segundo de tiempo, formas, extensión y proporciones diferentes: era
Eduardo que se batía con cuatro de los asesinos. (...)

Pero si había librádose del choque de los caballos, no había evitado ser
visto, a pesar de la oscuridad de la noche, que por momentos encubría
la débil claridad de las estrellas. El muslo de un jinete roza por su
hombro izquierdo; y ese hombre y otro más hacen girar sus caballos
con la prontitud del pensamiento, y embisten, sable en mano, sobre
Eduardo. Este no ve, adivina, puede decirse, la acción de los asesinos,
y dando un salto hacia ellos, se interpone entre los dos caballos, cubre
su cabeza con su brazo izquierdo envuelto entre el colchón que le
formaba la capa, y hunde su espada hasta la guarnición en el pecho
del hombre que tiene a su derecha. (...) — ¡Bárbaros —dice Eduardo
—, no conseguiréis llevarle mi cabeza a vuestro amo, sin haber hecho
antes pedazos mi cuerpo! (...) Los dos asesinos que peleaban aún, se
precipitaron sobre él.
—¡Aún estoy vivo! —grita Eduardo con voz nerviosa y sonora (...).
Eduardo se incorpora un poco; y, tomando la espada con la mano
izquierda, quiere todavía sostener su desigual combate.
Aún en ese estado, los asesinos se le aproximan con recelo. Uno de
ellos se acerca a los pies de Eduardo y descarga un sablazo sobre su
muslo izquierdo. La impresión del golpe le inspira un último esfuerzo
para incorporarse; pero a ese tiempo la mano del otro asesino lo toma
de los cabellos, da con su cabeza en tierra, e hinca sobre su pecho una
rodilla. —¡Ya estás, unitario, ya estás agarrado! —le dice, y,
volviéndose al otro que se había abrazado a los pies de Eduardo, le
pide su cuchillo para degollarlo. Aquel se lo pasa al momento. Eduardo
hace esfuerzos todavía para desasirse de las manos que lo oprimen;
pero esos esfuerzos no sirven sino para hacerle perder por sus heridas
la poca sangre que le quedaba en sus venas.
Un relámpago de risa feroz, infernal, ilumina la fisonomía del bandido
cuando empuña el cuchillo que le da su compañero y tirando con su
mano izquierda de los cabellos de Eduardo, casi exánime, lleva el
cuchillo a la garganta del joven. Pero, en el momento en que su mano
iba a hacer correr el cuchillo sobre el cuello, un golpe se escucha, y el
asesino cae de boca sobre el cuerpo del que iba a ser su víctima.
—¡A ti también te irá tu parte! —dice la voz fuerte y tranquila de un
hombre que se dirige con su brazo levantado hacia el último de los
asesinos que estaba oprimiendo los pies de Eduardo. El bandido se
pone de pie, retrocede y toma repentinamente la huida en dirección al
río.
.
Nocturno (a Rosario)
I
¡Pues bien!, yo necesito decirte que te adoro, VI
decirte que te quiero con todo el corazón; Y luego que ya estaba concluido tu santuario,
que es mucho lo que sufro, que es mucho lo tu lámpara encendida, tu velo en el altar;
que lloro, el sol de la mañana detrás del campanario,
que ya no puedo tanto, y al grito en que te chispeando las antorchas, humeando el
imploro te imploro incensario
y te hablo en nombre de mi última ilusión. ¡y abierta allá a lo lejos la puerta del hogar...!
II VII
Yo quiero que tú sepas que ya hace muchos ¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel
días techo,
estoy enfermo y pálido de tanto no dormir; los dos unidos siempre y amándonos los dos;
que ya se han muerto todas las tú siempre enamorada, yo siempre satisfecho,
esperanzas mías, y en medio de nosotros, mi madre como un
que están mis noches negras, tan negras y Dios!
sombrías, VIII
que ya no sé ni donde se alzaba el porvenir. ¡Figúrate qué hermosas las horas de esta vida!
III ¡Qué dulce y bello el viaje por una tierra así!
De noche, cuando pongo mis sienes en Y yo soñaba en eso, mi santa prometida,
y al delirar en eso con la alma estremecida,
la almohada
pensaba yo en ser bueno, por ti, no más por ti.
y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver, IX
camino mucho, mucho, y al fin de la jornada ¡Bien sabe Dios que ese era mi más hermoso
las formas de mi madre se pierden en la sueño,
nada y tú de nuevo vuelves en mi alma a mi afán y mi esperanza, mi dicha y mi placer;
aparecer. bien sabe Dios que en nada cifraba yo mi
IV empeño,
Comprendo que tus besos jamás han de ser sino en amarte mucho bajo el hogar risueño
míos, que me envolvió en sus besos cuando me vio
comprendo que en tus ojos no me he de ver
nacer!
jamás; X
y te amo, y en mis locos y ardientes desvaríos Esa era mi esperanza... mas ya que sus
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, fulgores
y en vez de amarte menos te quiero mucho se oponen al hondo abismo que existe entre
más. los dos,
V ¡adiós por la vez última, amor de mis amores;
A veces pienso en darte mi eterna despedida, la luz de mis tinieblas, la esencia de mis
borrarte en mis recuerdos y hundirte en mi flores;
pasión; mi lira de poeta, mi juventud, adiós!
mas si es en vano todo y el alma no te olvida,
¿qué quieres que yo haga, pedazo de mi vida,
qué quieres tú que yo haga con este corazón?
Manuel Acuña
Desarrolla las siguientes actividades con base en el fragmento de Amalia

2. Consulta en un diccionario el significado de las siguientes palabras:

Zaguán acera tenue proscrito estrepitoso

3. Redacta un texto en el cual utilices de manera adecuada estas palabras.

1. En la siguiente expresión: Es por aquí donde la ballenera debe atracar, la


palabra destacada significa:

Asaltar hartar agredir arrimar

2. Explica el significado de la palabra destacada en la siguiente expresión: ...y hunde su espada


hasta la guarnición en el pecho del hombre que tiene a su derecha.

3. En la siguiente oración: En pos de él caminaba el joven Eduardo Belgrano, el término


destacado significa:

Delante atrás al lado a distancia

Desarrolla las siguientes actividades con base en el texto Nocturno de Manuel Acuña
4. Completa el siguiente cuadro.

Nocturno

Ilusiones del poeta Frustraciones Consecuencias

5. Teniendo en cuenta el contexto del poema, explica el significado de los siguientes versos:

 Y te amo, y en mis locos y ardientes desvaríos

 A veces pienso en darte mi eterna despedida

 ¡Figúrate que hermosas las horas de esa vida!

6. Haz una comparación entre el amor que siente el poeta por la madre, y el que siente por rosario

La madre Rosario

Si se tiene en cuenta el contenido de las estrofas IV y X, se puede afirmar que la amargura del poeta está
motivada por:

Su inseguridad el desamor los celos la muerte de Rosario


ACTIVIDAD

Según la fecha establecida por el docente presentar de manera individual un trabajo escrito,
con las fichas biográficas de los siguientes autores protagonistas del neoclasicismo,
romanticismo y modernismo
 José Mármol  Leopoldo Lugones
 José Hernández  Guillermo Valencia
 Jorge Isaacs  José Santos Chocano
 Ricardo Guiraldes  José Enrique Rodó
 Esteban Echeverría  Rubén Darío
 Amado Nervo

CONTEXTUALIZA.

1. En el siguiente cuadro escribe las características que diferencian al modernismo del


romanticismo

Romanticismo
Modernism
o

Diferencia Semejanza Diferencia


s s s

2. Explica el significado de las siguientes metáforas tomadas de poesías de escritores modernistas:

a. “¡Qué cosa más virgen que leve neblina?”. Manuel Gutiérrez Nájera
b. “Los campos demacrados encanecen de frio”. Julio Herrera
c. “Por eso ser sincero es ser potente: / de desnuda que está, brilla la estrella”. Rubén Darío

3. Identifica cuál de los siguientes fragmentos de poemas, pertenece al romanticismo y cuál al


modernismo

El sombrero de caña con el ala En invernales horas, mirad a Carolina.


Prendida de la copa con la Medio apelotonada, descansa en el
aguja, Deja mirar el bronceado sillón, envuelta con su abrigo de marta
rostro, cibelina y no lejos del fuego que brilla
Que la bondad y la franqueza en el salón
anuncia.
Atado por detrás con la correa El fino angora blanco junto a ella se
Que el pantalón sujeta a la reclina, rozando con su pico la falda de
cintura, Alençón, no lejos de las jarras de
Con el recado de sacar porcelana china
candela, Llevan repleto su que medio oculta un biombo de seda del Japón.
carriel de nutria.
PRUEBAS SABER

BIOTECNOLOGÍAS: ¿EL HOMBRE EN PELIGRO?

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