Desnudo (Género Artístico)

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Desnudo (género artístico)

El desnudo es un género artísticonota 1 que consiste en la representación en


diversos medios artísticos —pintura, escultura o, más recientemente, cine y
fotografía— del cuerpo humano desnudo. Es considerado una de las
clasificaciones académicas de las obras de arte. La desnudez en el arte ha
reflejado por lo general los estándares sociales para la estética y la moralidad
de la época en que se realizó la obra. Muchas culturas toleran la desnudez en
el arte en mayor medida que la desnudez en la vida real, con diferentes
parámetros sobre qué es aceptable: por ejemplo, aun en un museo en el cual
se muestran obras con desnudos, en general no se acepta la desnudez del
visitante. Como género, el desnudo resulta un tema complejo de abordar por
sus múltiples variantes, tanto formales como estéticas e iconográficas, y hay
historiadores del arte que lo consideran el tema más importante de la historia
del arte occidental.nota 2

Aunque se suele asociar al erotismo, el desnudo puede tener diversas


interpretaciones y significados, desde la mitología hasta la religión, pasando
por el estudio anatómico, o bien como representación de la belleza e ideal
estético de perfección, como en la Antigua Grecia. El arte ha sido desde
siempre una representación del mundo y el ser humano, un reflejo de la vida.
Por ello, el desnudo no ha dejado de estar presente en el arte, sobre todo en
épocas anteriores a la invención de procedimientos técnicos para captar
imágenes del natural (fotografía, cine), cuando la pintura y la escultura eran
los principales medios para representar la vida. Sin embargo, su
representación ha variado conforme a los valores sociales y culturales de
cada época y cada pueblo, y así como para los griegos el cuerpo era un
motivo de orgullo, para los judíos —y, por ende, para el cristianismo— era
motivo de vergüenza, era la condición de los esclavos y los miserables.1

El estudio y representación artística del cuerpo humano ha sido una


constante en toda la historia del arte, desde la prehistoria (Venus de
Willendorf) hasta nuestros días. El ser humano ha sentido desde antaño la
necesidad de profundizar en su esencia, de conocerse a sí mismo, tanto en el David (1501-1504), de Miguel Ángel, Galería de la
aspecto exterior como interior. El cuerpo proporciona placeres y dolores, Academia de Florencia.
tristeza y alegría, pero es un compañero presente en todas las facetas de la
vida, con el cual el ser humano transita por el mundo, y por el cual siente la
necesidad de indagar en su conocimiento, en sus pormenores, en su aspecto tanto físico como recipiente de su «yo interior».
Desde su faceta más mundana, relacionada con el erotismo, hasta la más espiritual, como ideal de belleza, el desnudo ha sido un
tema recurrente en la producción artística prácticamente en todas las culturas que se han sucedido en el mundo a lo largo del
tiempo. Kenneth Clark, en su obra El desnudo. Un estudio de la forma ideal (1956), enfatiza la distinción en lengua inglesa de
dos tipos de desnudo: la forma humana natural (naked) y la transcripción de esa forma de un modo idealizado (nude). Esta
distinción entre desnudo corporal y desnudo artístico proviene de los críticos ingleses del siglo XVIII, para los que la esencia de
la pintura y la escultura era el cuerpo humano desnudo.2

El desnudo ha tenido desde tiempos antiguos —especialmente desde las formulaciones clásicas de la Antigua Grecia— un
marcado componente estético, por cuanto el cuerpo humano es objeto de atracción erótica, y constituye un ideal de belleza que
va cambiando con el tiempo, según el gusto colectivo de cada época y cada pueblo, o incluso el particular de cada espectador. La
sexualidad más o menos implícita de estas imágenes ha llevado al género del desnudo a ser objeto de admiración o bien de
condena y rechazo, llegando a estar prohibido en épocas de moral puritana, si bien siempre ha gozado de un público que ha
adquirido y coleccionado este tipo de obras. En tiempos más recientes, los estudios en torno al desnudo como género artístico se
han centrado en los análisis semióticos, especialmente en la relación entre obra y espectador, así como en el estudio de las
relaciones de género. El feminismo ha criticado el desnudo como utilización objetual del cuerpo femenino y signo del dominio
patriarcal de la sociedad occidental. Artistas como Lucian Freud y Jenny Saville han elaborado un tipo de desnudo no idealizado
para eliminar el concepto tradicional de desnudo y buscar su esencia más allá de los conceptos de belleza y género.3

En la actualidad, el desnudo artístico es ampliamente aceptado por la sociedad —al menos en el ámbito occidental—, y su
presencia cada vez mayor en medios de comunicación, cine, fotografía, publicidad y otros medios, lo ha convertido en un
elemento icónico más del panorama cultural visual del hombre y la mujer actual, aunque para algunas personas o algunos
círculos sociales sigue siendo un tema tabú, debido a convencionalismos sociales y educacionales, generando un prejuicio hacia
la desnudez, que es conocido como «gimnofobia» o «nudofobia».4

Ahora comprenderemos mejor el porqué un arte preocupado principalmente por la figura humana deba atender ante todo
al desnudo, así como la razón de que éste haya constituido el problema más apasionante del arte clásico de todas las
épocas. No sólo es el mejor vehículo transmisor de todo aquello que en el arte corrobora y acrecienta de manera inmediata
el sentido de la vida, sino que es también en sí mismo el objeto más significante del mundo de los hombres.
Bernard Berenson, Los pintores italianos del Renacimiento (1954).5

Índice
Fundamentos del desnudo en el arte
Censura
Iconografía
Desnudo antiestético
Aspectos técnicos: la representación del cuerpo humano
Historia
Prehistoria
Arte Antiguo
Arte clásico
Grecia
Roma
Arte medieval
Arte de la Edad Moderna
Renacimiento
Barroco
Rococó
Neoclasicismo
Arte contemporáneo
Siglo XIX
Romanticismo
Academicismo
Realismo
Impresionismo
Simbolismo
Siglo XX
Vanguardismo
Últimas tendencias

Medios audiovisuales
Fotografía
Cine
Artes escénicas
Otros medios
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Fundamentos del desnudo en el arte


El desnudo ha tenido desde la Antigua Grecia un marcado componente idealizador,
por lo general se ha representado más desde el idealismo que desde la imitación
naturalista, procurando hallar en la forma humana un ideal de perfección que
trascendiese la materia para evocar el alma, la pureza de la unión entre cuerpo y
espíritu. Así, los artistas griegos más que imitar el cuerpo humano lo perfeccionaban.
En palabras de Aristóteles: «el arte completa lo que la naturaleza no puede terminar.
Por el artista conocemos los objetivos inalcanzados de la naturaleza».6 Así, en el
desnudo el espectador aprecia errores que no son tales, sino que son juicios de gusto,
reflexiones estéticas que derivan de un concepto de belleza ideal inherente a
cualquier persona. De tal manera resulta imposible establecer unos criterios
generales por los que cualquier desnudo resulte bello para todo el mundo, y algunos
autores han intentado —sin éxito— establecer una «forma media», basada en las
proporciones más habituales, que sin embargo no llega a satisfacer al espectador,
puesto que la belleza es algo abstracto, inconmensurable, utópico, y por tanto de
difícil realización práctica.7

El ideal de perfección del cuerpo humano proviene de la Grecia clásica, y es


constatable en todas sus obras, si bien no existe referencia de cómo expresaban los
escultores griegos las proporciones ideales del cuerpo humano. Han llegado noticias
del célebre «canon de Policleto», pero no se sabe exactamente en qué consistía. Sin El Hombre vitruviano (1487), de Leonardo
da Vinci, Galería de la Academia de
embargo, una de las expresiones más famosas de las proporciones en el cuerpo
Venecia. Estudio de las proporciones en el
humano proviene de un arquitecto romano, Vitruvio, quien en el tercer libro de su De
cuerpo humano.
Architectura establecía que las proporciones ideales en arquitectura se deben basar
en la medida del cuerpo humano, que es un modelo perfecto porque con brazos y
piernas extendidos encaja inmejorablemente en las dos principales formas
geométricas —consideradas perfectas—, el círculo y el cuadrado. Esbozó así el llamado Hombre de Vitruvio, que tuvo gran
relevancia en la teoría artística del Renacimiento.8

Sin embargo, estos intentos de fundamentar el cuerpo humano en proporciones perfectas fueron un tanto baldíos, y sus resultados
a menudo insatisfactorios, como la Némesis de Durero (1501), basada en las proporciones vitruvianas y sin embargo carente de
atractivo físico. En última instancia, no hay fórmulas para plasmar de forma exacta la belleza del cuerpo, porque nuestra
percepción siempre está tamizada por el pensamiento, por nuestro gusto, nuestros recuerdos, nuestras vivencias. Decía Francis
Bacon que «no hay belleza excelente que no tenga algo raro en la proporción».9 El mismo Durero, tras sus primeros intentos de
una geometrización del cuerpo humano, renunció a tal pretensión, y pasó a inspirarse más en la naturaleza. En la introducción de
su tratado Cuatro libros de las proporciones humanas (1528) expresó: «no existe un hombre en la tierra capaz de emitir un juicio
definitivo sobre cuál pueda ser la forma más hermosa del hombre».10

Se puede concluir que el factor estético del desnudo depende tanto de ciertas reglas
en cuanto a proporción y simetría como a un variado conjunto de valores de carácter
subjetivo, desde la espontaneidad y exuberancia de la naturaleza hasta el
componente psíquico de la percepción estética, sin desechar el carácter individual de
todo juicio de gusto. Según Kenneth Clark, «el desnudo representa el equilibrio entre
un esquema ideal y las necesidades funcionales», siendo éstas el conjunto de factores
que otorgan vida y credibilidad al desnudo artístico.11

Las primeras reflexiones teóricas sobre el desnudo se efectuaron en el Renacimiento:


en el tratado Della Pittura (1436-1439), Leon Battista Alberti opinaba que el
«estudio del desnudo» era la base del procedimiento académico de la pintura,
estableciendo que «para pintar el desnudo, empezad por los huesos; añadid luego los
músculos y cubrid después el cuerpo con carne, de forma que quede visible la
posición de los músculos. Podrá objetarse que un pintor no debe representar lo que
no se puede ver, pero este procedimiento es análogo a dibujar un desnudo y luego
cubrirlo de ropajes». Esta práctica académica ha llegado prácticamente hasta
nuestros días, junto al estudio del natural, constatable a principios del siglo XV en
unos dibujos de Pisanello, primer autor del que se conservan este tipo de bocetos —
El estudio del pintor (1563), de Giorgio
otros anteriores pueden haberse perdido—. Alberti también recomendaba para
Vasari, Casa Vasari, Florencia. cualquier representación de grupo efectuar antes un boceto con las figuras desnudas,
antes de vestirlas en la obra final, como se percibe en un boceto de la Disputà de
Rafael, donde un grupo de jóvenes desnudos y de complexión atlética conforma el
conjunto que luego serían los Padres de la Iglesia y los teólogos. El desnudo, junto a la perspectiva, fueron los dos grandes
factores estructurales de la composición pictórica renacentista, y en la segunda mitad del siglo XV era ya un estudio común para
el aprendizaje de cualquier aspirante a artista, como se denota por obras conservadas de los talleres de Filippino Lippi,
Ghirlandaio y los hermanos Antonio y Piero Pollaiuolo, y así está documentado en las Vidas (1542–1550) de Vasari.12

El desnudo renacentista fue la base del estudio del cuerpo humano para la
enseñanza académica del arte hasta prácticamente el siglo XX, con la
premisa de estar fundamentado en la anatomía y de estar concebido bajo un
criterio idealizador que excluyese cualquier connotación puramente
sensualista. Uno de los principales artistas que han influido en el arte
académico ha sido Rafael, uno de los primeros artistas que en sus obras
incluía desnudos sin una justificación temática —como en su Matanza de los
inocentes, donde los soldados de Herodes van desnudos sin haber ninguna
referencia al respecto en los pasajes bíblicos sobre el tema—, pero aun así,
por su estudio anatómico, por sus posturas estilizadas —que recuerdan más a
bailarines que a soldados—, contienen un elemento ideal, elevado,
puramente intelectual, que les confiere un sentido de nobleza artística que los
aleja de cualquier consideración peyorativa. Ese era el ideal academicista, y El desnudo era aceptado por los que concurrían a
en las principales realizaciones de esa escuela —principalmente las del los salones literarios franceses del siglo XIX,
siempre y cuando el entorno fuera claramente
llamado art pompier del siglo XIX— el elemento idealizante del desnudo es
«clásico», presentando personajes de una cultura
primordial para la concepción de la obra, donde cualquier atisbo de realismo
en la cual la desnudez era usual, como en este
o de simple sensualidad sería considerado vulgar.13 cuadro de Jean-Léon Gérôme, Jóvenes griegos
con pelea de gallos (Musée d'Orsay, París, 1846).
Un componente indisoluble del desnudo es el erotismo, elemento ineluctable
por cuanto la visión del cuerpo humano desnudo genera atracción, deseo,
apetito sexual. Para Kenneth Clark, este aspecto no se debe obviar ni intentar
minimizar o relativizar, y mucho menos menospreciarlo moralmente, y en su ensayo sobre el desnudo contrapone a la afirmación
de Samuel Alexander (en Beauty and Other Forms of Value) sobre que el desnudo de tipo erótico es un «arte falso y una moral
mala» la vindicación de que si el desnudo no es erótico es un «arte malo y una moral falsa».14 Sin embargo, el cuerpo humano
puede producir también otras sensaciones, en cuanto es el vehículo a través del cual experimentamos el mundo; Clark menciona
cinco de las principales sensaciones que provoca el desnudo: armonía, energía, éxtasis, humildad y pathos.15

La difícil tarea de delimitar en el desnudo artístico la frontera entre el erotismo y el idealismo, entre lo sensual y lo espiritual,
llevó a artistas y filósofos a plantear diversas teorías que justificasen la existencia de estos diversos ámbitos: Platón estableció en
El banquete dos distintas naturalezas de la diosa Afrodita, la natural y la celeste; la primera representaría lo material, lo
vinculado a la carne, a los sentidos, el deseo y la atracción sexual; la segunda significaría lo espiritual, la belleza inmaterial,
relacionada con el bien y la virtud, la expresión del alma y el intelecto. Este concepto estuvo vigente durante la Edad Media y fue
retomado por el neoplatonismo del Renacimiento, convirtiéndose en fórmula del desnudo clasicista y académico, como queda
perfectamente ejemplarizado en el cuadro Amor sacro y amor profano de Tiziano. En tiempos más recientes, fue reformulado en
términos similares por Friedrich Nietzsche, quien en El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1872) distinguía
entre lo apolíneo y lo dionisíaco, es decir, entre el equilibrio intelectual y la disgregación orgiástica.16

Censura
La representación artística del desnudo ha oscilado en la historia del arte desde la permisividad y tolerancia de sociedades que lo
veían como algo natural, e incluso lo alentaban como ideal de belleza —como en la Antigua Grecia—, hasta el rechazo y la
prohibición por sociedades de moral más puritana, donde generalmente desde unas premisas basadas en la religión el desnudo ha
sido objeto de censura e incluso de persecución y destrucción de sus obras. En especial, el cristianismo ha sido una religión que
no ha tolerado la representación del cuerpo humano desnudo excepto en imágenes de contenido religioso, donde algunos temas
aislados estaban justificados por las sagradas escrituras, como los casos de Adán y Eva, la crucifixión de Jesús o la
representación de las almas en el infierno. En la Edad Media, estas premisas estaban plenamente asumidas por artistas y la
sociedad en general, y al no existir transgresiones a esta norma no se contabilizan numerosos casos de censura. Sin embargo, en
el Renacimiento, la valoración de la cultura clásica y el retorno al antropocentrismo en la cultura comportaron un auge del
desnudo, justificado tan sólo por motivos mitológicos o alegóricos, lo que propició el rechazo de la Iglesia especialmente desde
la Contrarreforma. El Concilio de Trento (1563) reservó un papel destacado al arte, como medio de divulgación de la enseñanza
religiosa, pero al tiempo lo constriñó a la más estricta interpretación de las escrituras, otorgando al clero la tarea de vigilar la
correcta observancia de los preceptos católicos por parte de los artistas.18

Tras el Concilio, el catolicismo contrarreformista censuró la desnudez. Un claro ejemplo es la orden del papa Paulo IV en 1559 a
Daniele da Volterra de cubrir con ropas las partes íntimas de las figuras del Juicio Final de la Capilla Sixtina realizadas poco
antes por Miguel Ángel —por esta acción Volterra fue llamado desde entonces il Braghettone, «el calzones»—. Poco después,
otro papa, Pío V, encomendó la misma tarea a Girolamo da Fano, y no contento con esto Clemente VIII tenía deseos de eliminar
por completo la pintura, aunque, por fortuna, fue disuadido por la Accademia di San Luca.19 Desde entonces, la Iglesia católica
se encargó con esmero de cubrir las desnudeces de numerosas obras de arte,
bien con telas o con la famosa hoja de parra, la planta con la que Adán y Eva
se taparon después del pecado original. Otro ejemplo de rechazo del desnudo
en el arte fue el de la famosa estatua de David de Miguel Ángel, que al ser
colocada en la Piazza della Signoria de Florencia fue apedreada por el
público que presenciaba la escena, aunque con el tiempo se acostumbraron a
su presencia e incluso se ganó el afecto de los florentinos.20

En España, defensora a ultranza de la Contrarreforma, la Inquisición fue la


encargada de velar por la decencia y el decoro en el arte, designando
inspectores para supervisar el cumplimiento de los decretos conciliares en el
arte, como el suegro de Velázquez, el pintor sevillano Francisco Pacheco. En
1632 se publicó a instancias de un noble de origen portugués, Francisco de
Fuente del Genio Catalán (Al Marqués de Campo
Braganza,nota 3 un documento titulado Copia de los pareceres, y censuras de
Sagrado) (1856), de Fausto Baratta y Josep Anicet
los reverendísimos maestros, y señores catedráticos de las insignes
Santigosa, Pla de Palau, Barcelona. Tras su
Vniversidades de Salamanca y Alcalá, y de otras personas doctas. Sobre el inauguración, «iban mujeres en procesión a tomar
Abuso de las figuras, y pinturas lascivas y deshonestas; en que se muestra, vistas de la gentileza de formas de la citada
que es pecado mortal pintarlas, esculpirlas, y tenerlas patentes donde sean estatua», según relata el cronista Francesc Puig i
vistas, donde se expresaba la común opinión de la época —sobre todo en Alfonso. Por ello, el obispo de Barcelona, José
ámbitos eclesiásticos— de la inmoralidad de la representación del desnudo, Domingo Costa Borrás, mandó castrarla y cubrirla
cuando éste es lascivo y no tiene una justificación religiosa. Esta opinión con un taparrabos. En los años 1980 se retiró la
generalizada explica el pequeño número de obras de desnudo producido en el tela y quedaron al descubierto sus genitales
arte renacentista y barroco español. Tiziano, por ejemplo, consciente del mutilados, mientras que en 1990 una nueva
puritanismo de la corte española, cubrió con ramas de higuera los cuerpos restauración le añadió un pene que parecía un
desnudos de Adán y Eva antes de enviar el cuadro a Felipe II en 1571.21 En tubo, hecho con resinas por un picapedrero. Por
relación al desnudo, el Tribunal de la Inquisición tenía establecido que: último, entre 2007 y 2008 se hizo una nueva
restauración, decidiéndose retirar la prótesis del
pene y dejarlo tal cual, como el Hermes de
Y para obviar en parte el grave escándalo y daño no menor que
ocasionan las pinturas lascivas: mandamos que ninguna persona sea Praxíteles, ya que no se conserva ningún
osada a meter en estos reinos imágenes de pintura, láminas, estatuas u documento de la obra original y es imposible saber
otras de escultura, lascivas, ni usar de ellas en lugares públicos de plazas, la forma y el tamaño que le dio su creador.17
calles o aposentos comunes de las casas. Y asimismo se prohíbe a los
pintores el pintarlas, y a los demás artífices que no las tallen ni hagan,
pena de excomunión mayor latae sententiae, trina canonica monitione
praemisa, y de quinientos ducados por tercias partes a gastos del Santo
Oficio, jueces y denunciador, y un año de destierro a los pintores y
personas particulares, que las entraren en estos reinos, o contravinieran
en algo de lo referido.
Novissimus librorum prohibitorum et expurgandorum index, Madrid,
1640.22

Un caso que podría haber acabado en una pérdida irreparable de numerosas obras maestras de grandes artistas fue el
protagonizado por Carlos III, quien en 1762 ordenó quemar por consejo de su confesor, el padre Eleta, todos los cuadros de
desnudo pertenecientes a la colección real, y que con tanto esmero habían coleccionado los monarcas hispánicos desde Carlos I
hasta Felipe IV. Entre las obras se encontraban, por ejemplo, Las tres Gracias y el Juicio de Paris de Rubens, Adán y Eva de
Durero, Venus recreándose en la música y Venus y Adonis de Tiziano, Venus, Adonis y Cupido de Annibale Carracci, El tocador
de Venus de Francesco Albani, Hipómenes y Atalanta de Guido Reni, Lot y sus hijas de Francesco Furini o la Lucrecia de Luca
Cambiaso. En última instancia, estas obras fueron salvadas de la quema por el pintor de cámara del rey, Anton Raphael Mengs,
que lo convenció para que sirviesen de modelos de estudio para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Primero se
llevó estas obras a su casa —quedándose para disfrute personal una Venus de Tiziano— y después al taller de los pintores de la
Corte, la llamada Casa del Rebeque, junto al Alcázar Nuevo. Algunas de estas obras pasaron en 1827 al Museo del Prado, donde
se confinaron en una sala especial cerrada al público, que sólo se visitaba con permisos especiales, y no fueron exhibidas
públicamente hasta 1838.23 En recordatorio de este hecho, en 2004 el Museo del Prado organizó una exposición temporal
llamada La Sala Reservada, con una selección de los mejores desnudos de los fondos de la institución.24

Los procesos inquisitoriales afectaron incluso a un artista de la talla de Francisco de Goya, que fue denunciado al Santo Oficio
por su obra La maja desnuda, la cual fue requisada por el tribunal en 1814. La Inquisición la calificó de «obscena», e inició un
juicio a Goya, el cual logró la absolución gracias a la intervención del cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga.25 26 27 Sin
embargo, la obra quedó depositada fuera de la vista del público prácticamente hasta inicios del siglo XX. Esta obra generó otra
polémica en 1927, cuando Correos de España emitió un sello con La maja desnuda, siendo la primera vez que aparecía un
desnudo femenino en la filatelia, lo que resultó un gran escándalo.
Los ejemplos de censura y persecución del desnudo artístico son abundantes en toda la
historia reciente del arte occidental: en el siglo XVIII, Luis I de Orleans destruyó a
cuchilladas el cuadro Leda con el cisne de Correggio, ya que lo consideraba lascivo; sin
embargo, los fragmentos fueron recogidos y ensamblados de nuevo, a excepción de la
cabeza, que fue repintada posteriormente.28 En el siglo XIX, el artista estadounidense
Thomas Eakins fue expulsado de la Pennsylvania Academy of Arts de Filadelfia por haber
introducido la práctica académica del estudio del desnudo tomado del natural. En Bélgica,
en 1865, Victor Lagye fue encargado de cubrir con pieles las figuras de Adán y Eva del
Tríptico del Cordero Místico de la Catedral de San Bavón de Gante. En Gran Bretaña, por
petición de la reina Victoria I, se creó una enorme hoja de parra para cubrir una réplica del
David de Miguel Ángel, que aún se conserva en el Victoria and Albert Museum.20

En el siglo XX aún existieron numerosos casos de censura y agresiones a desnudos


artísticos: en 1914, una sufragista británica llamada Mary Richardson agredió con un hacha
de carnicero la Venus del espejo de Velázquez, ya que consideraba que ofrecía una imagen
de la mujer como mero objeto. El acto vandálico se saldó con siete cortes en la pintura,
causando daños en la zona entre los hombros de la figura, que afortunadamente fueron
Venus (1532), de Lucas Cranach reparados con éxito por el restaurador jefe de la National Gallery, Helmut Ruhemann.
el Viejo, Städelsches Richardson fue sentenciada a seis meses de prisión, el máximo permitido por la destrucción
Kunstinstitut, Fráncfort del Meno, de una obra de arte.29 En 1917, la policía clausuró una exposición de Amedeo Modigliani
censurada por el Metro de en la galería Berthe Weill, el mismo día de la inauguración, por «ofensas al pudor», ya que
Londres en 2008. los desnudos mostraban vello púbico. A causa del escándalo, el artista no vendió ningún
cuadro.30 En 1927, en plena dictadura de Primo de Rivera, se produjo una gran polémica
por la colocación de diversas esculturas de desnudo en la Plaza de Cataluña de Barcelona, en
ocasión de su remodelación para la Exposición Internacional de 1929. En desagravio, en 1931 —ya en época republicana— se
realizó una Exposición del Desnudo, organizada por el Cercle Artístic de Sant Lluc, a la que concurrieron los mejores artistas de
toda España.31

En el siglo XXI, aunque por lo general el desnudo es visto con naturalidad por la mayor parte de la población, aún se producen
casos de censura artística: en 2001, el Secretario de Justicia de Estados Unidos, John Ashcroft, ordenó ocultar la estatua Spirit of
Justice que preside la sala de conferencias del Departamento de Justicia en Washington, ya que mostraba los pechos desnudos.32
En 2008 se retiraron del Metro de Londres unos carteles publicitarios que reproducían una Venus desnuda pintada por Lucas
Cranach el Viejo y que servían para anunciar una exposición dedicada al pintor renacentista alemán en la Royal Academy, ya que
según la compañía «podría herir y ofender la sensibilidad de los usuarios del Metro».33 También en 2008, el primer ministro
italiano, Silvio Berlusconi, ordenó cubrir un seno desnudo que mostraba la alegoría La Verdad desvelada por el Tiempo de
Giambattista Tiepolo, ya que era la imagen central de la sala de conferencias de prensa del Gobierno, y aparecía al fondo del
premier en sus comparecencias ante la televisión.34

Iconografía
El desnudo ha tenido, especialmente desde el Renacimiento, un marcado sentido iconográfico, ya que, debido quizá al pudor en
la representación del cuerpo humano desnudo, el artista ha buscado frecuentemente una excusa temática para poder representar
desnudos, otorgándoles un significado generalmente relacionado con la mitología grecorromana y, a veces, con la religión. Hasta
el siglo XIX prácticamente no encontramos desnudos «al natural», despojados de todo simbolismo, desnudos que sólo reflejen la
esteticidad intrínseca del cuerpo humano. Las fuentes iconográficas para estas representaciones se encuentran en los textos de los
autores clásicos grecorromanos (Homero, Tito Livio, Ovidio), para la mitología, y en la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento)
para la religión. Muchos artistas estaban al corriente de las diversas temáticas mitológicas o religiosas, así como de la obra de
otros autores, por medio de grabados y xilografías que circulaban por toda Europa, sobre todo desde el siglo XVI —pocos eran
los artistas realmente eruditos y que podían extraer información directamente de las fuentes clásicas, como Rubens, que sabía
latín y varios idiomas europeos—. Con el tiempo, se forjó un corpus iconográfico que recogía los principales mitos, leyendas,
pasajes sagrados y relatos históricos, con obras como La leyenda dorada de Jacopo da Varazze (siglo XIII), sobre vidas de los
santos y de Cristo y la Virgen María, o La genealogía de los dioses paganos de Boccaccio (1360-1370), sobre mitología griega y
romana.35

Algunos de los temas más recurrentes en la iconografía del desnudo son:


El nacimiento de Venus

Por Alexandre Cabanel, Metropolitan


Por Sandro Botticelli, Uffizi, Florencia Por François Boucher,
Museo Nacional de Por Eugène- Museum of Art, Nueva York (1863).
(1485). Por William-
Estocolmo (1740). Emmanuel
Adolphe
Amaury-
Bouguereau,
Duval, Palais
Musée d'Orsay,
des Beaux-
París (1879).
Arts de Lille
(1862).
Según cuenta la leyenda Venus, diosa del amor, nació de los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Crono y luego arrojados al mar:
«cuando Cronos hubo cortado los genitales con el acero los lanzó inmediatamente a las aguas agitadas. El miembro de este poderoso dios
quedó flotando y a su alrededor surgió una espuma blanca y resplandeciente de la que nació una muchacha». Hesíodo, Teogonía, 188-
202.36

Las Tres Gracias

Mármol, copia romana de la Era Por Rafael, Museo Condé, Por Peter Paul Por Charles-André Por Antonio Canova,
Imperial de un original helenístico Chantilly (1504). Rubens, Museo del van Loo, Los Angeles Ermitage, San
(siglo II), Museo del Louvre. Prado (1636-1639). County Museum of Art Petersburgo (1814-
(1763). 1817).
En la mitología griega, las Cárites o Gracias (Gratiae en latín) eran las diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana
y la fertilidad. Eran tres hermanas: Aglaya (Belleza), Eufrósine (Júbilo) y Talia (Floreciente). Habitaban en el Olimpo, y junto a las musas
formaban parte del séquito de Apolo.37

Juicio de Paris

Por Lucas Por Anton Raphael Mengs, Por Enrique Simonet, Museo de Por Pierre-Auguste Renoir, Por Ernst Ludwig
Cranach el Viejo, Ermitage, San Petersburgo Bellas Artes de Málaga (1904). Hiroshima Museum of Art Kirchner,
Statens Museum (1757). (1908-1910). Wilhelm-Hack
for Kunst, Museum,
Copenhague Ludwigshafen
(1527). (1912).
Paris era el hijo menor del rey de Troya, y fue elegido para dirimir la disputa entre las diosas Atenea, Hera y Afrodita, enfrentadas sobre
cuál de las tres era la más bella. Paris escogió a Afrodita, y su recompensa fue el amor de Helena, esposa del rey de Esparta, cuyo
rapto provocó la Guerra de Troya. Entre los autores clásicos que trataron este tema se encuentran Homero (Ilíada) y Ovidio (Las
metamorfosis).38
Leda y el cisne

Por François Boucher, Por Auguste Clésinger, Por Gustave Moreau, Por Paul Cézanne, Barnes
Por Leonardo da Museo de Picardía, Amiens
Museo Nacional de Museo Gustave Foundation, Merion,
Vinci, Galería (1864).
Estocolmo (1742). Moreau, París (1865- Pensilvania (1880-1882).
Borghese, Roma
1875).
(1504-
1506).nota 4 40
Leda era una princesa etolia que fue seducida por Zeus en forma de cisne, engendrando a los gemelos Cástor y Pólux, y a Helena,
cuyo rapto por Paris inició la Guerra de Troya.39

Adán y Eva

Por Por Alberto Durero, Museo del Por Lucas Cranach el Por Tiziano, Museo del Por John Liston Byam
Prado, Madrid (1507). Viejo, Uffizi, Florencia Prado, Madrid (1550). Shaw (1911).
Masaccio,
(1528).
Capilla
Brancacci,
Santa Maria
del Carmine,
Florencia
(1425-1428).
Según la Biblia, «Dios hizo caer un sueño profundo sobre el hombre y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y entonces
cerró la carne sobre su lugar. Y Dios procedió a construir de la costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al
hombre»; «y ambos continuaban desnudos, el hombre y su esposa, y sin embargo no se avergonzaban» (Génesis 2, 21-25). Esta
es la justificación para la desnudez de Adán y Eva, los primeros seres humanos, cuya desnudez era natural, no mancillada por el
pecado, y así vivían en el Paraíso hasta su expulsión tras el Pecado Original.41
Crucifixión de Jesús

Crucifijo (1275-1285), de
Cimabue, Museo de La crucifixión, tabla central del
Cristo crucificado Cristo crucificado El Cristo amarillo (1889),
Santa Croce, Florencia. Retablo de Isenheim (1512-1516), (1639), de Diego (1780), de de Paul Gauguin,
de Matthias Grünewald, Museo de
Velázquez, Museo Francisco de Albright-Knox Art
Unterlinden, Colmar.
del Prado, Madrid. Goya, Museo del Gallery, Buffalo.
Prado, Madrid.
De nuevo la Biblia justifica la desnudez de Cristo en su martirio: «Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús dentro del
palacio y reunieron a él todo el cuerpo de soldados. Y desvistiéndolo, le pusieron un manto escarlata, y entretejieron una corona de
espinas y se la pusieron sobre la cabeza, y una caña en la mano derecha» (Mateo 27, 27-29). Según la tradición, Cristo fue
crucificado llevando sólo un taparrabos, y su cuerpo mutilado por los legionarios. Así pues, la mayoría de imágenes sobre el calvario
de Cristo muestran su cuerpo desnudo, desgarrado por el dolor.42

Alegorías

Alegoría de la Alegoría de la justicia La verdad Alegoría de la escultura


Los cinco sentidos (1884), de Hans Makart,
música (1529), (1537), de Lucas Cranach (1870), de (1889), de Gustav Klimt,
Österreichische Galerie Belvedere, Viena.
de Hans el Viejo, Amsterdam Jules Joseph Österreischisches
Baldung, Alte Fridart Stichting. Lefebvre, Museum für Angewandte
Pinakothek, Musée d'Orsay, Kunst, Viena.
Múnich. París.
La alegoría es una figura literaria o tema artístico que pretende representar una idea valiéndose de formas humanas, animales u objetos
cotidianos. Proviene de la Retórica de Aristóteles, donde especifica los instrumentos adecuados para que el arte pueda persuadir al
espectador. Junto a otras figuras retóricas (metáfora, metonimia, paráfrasis, emblema, símbolo), la alegoría relaciona de manera
intrínseca la forma y el contenido de una obra, de tal modo que pueda manifestar su esencia de una forma visible y coherente.43
Putti

Putto en equilibrio Cupido sosteniendo una bola de cristal Anuciación (1655-1660), La Toilette de Venus Amor y Psique
sobre un globo (1650-1655), de Caesar van Everdingen, de Bartolomé Esteban (1751), de François infantes (1890), de
(1480), de Andrea colección privada. Murillo, Ermitage, San Boucher, Metropolitan William-Adolphe
del Verrocchio, Petersburgo. Museum of Art, Nueva Bouguereau.
National Gallery York.
of Art,
Washington D.C.
Los putti (plural de putto, «niño» en italiano) son motivos ornamentales consistentes en figuras de niños, frecuentemente desnudos y
alados, en forma de Cupido, querubín o amorcillo. Son abundantes en el Renacimiento y Barroco italiano, y forman parte de la
recuperación de motivos clásicos típica de la época.44

Desnudo antiestético
El desnudo suele identificarse con la belleza, pero no todos los desnudos son bellos o agradables, también existen
representaciones de personajes desnudos que por diversas razones resultan feos o repugnantes, o carentes de cualquier atractivo
físico, bien por su naturaleza poco favorecida, por deformidades o malformaciones, por estar representados en su vejez o por ser
personajes malvados o depravados, o incluso monstruos o seres fantásticos de la mitología (sátiros, silenos) o la religión
(demonios, brujas). Como en el caso de la belleza, la fealdad es relativa y con distinta percepción según la cultura, el tiempo y el
lugar: así como para el hombre occidental una máscara africana puede parecer horrenda, aunque represente a un dios benévolo
para sus adoradores, para un no occidental una imagen de Cristo crucificado puede resultar desagradable, aunque para un
cristiano sea símbolo de redención. La fealdad puede ser física o espiritual, pero también se encuentra en la deformidad, la
asimetría, la desfiguración, la falta de armonía, y en conceptos de índole moral, como la maldad, la vileza o la mezquindad, junto
a otras categorías como lo grosero, lo nauseabundo, lo repelente, lo grotesco, lo abominable, lo asqueroso, lo obsceno, lo
siniestro, etc.45

Ya en la Antigua Grecia se produjo una dicotomía entre el equilibrio del período clásico y el sentimentalismo exacerbado y
trágico del período helenístico: frente a la energía vital y triunfadora de los héroes y atletas surgió el pathos, la expresión de la
derrota, del dramatismo, el sufrimiento, de los cuerpos maltrechos y deformados, enfermos o mutilados. Así se observa en mitos
como la matanza de los hijos de Níobe, la agonía de Marsias, la muerte del héroe (como Héctor o Meleagro) o el destino de
Laocoonte, temas frecuentes en el arte de la época.46 Este patetismo se trasladó en la Edad Media al calvario de Cristo y el
martirio de santos como San Sebastián y San Lorenzo, cuyos suplicios fueron a menudo plasmados en el arte en auténticos
paroxismos de dolor y sufrimiento, aunque para la teología cristiana el martirio era un símbolo de sacrificio y de redención para
el hombre.47

En el terreno de la filosofía, una de las primeras rupturas con la belleza clásica se produjo con Gotthold Ephraim Lessing, quien
en su obra Laocoonte (1766) rechazó la idea de perfección clásica elaborada por Johann Joachim Winckelmann, afirmando que
no puede haber un concepto de perfección universal para todas las épocas y todas las artes. Aunque no rechazó la posibilidad de
hallar un sistema que relacione todas las artes, criticó las analogías absolutas —como la fórmula horaciana ut pictura poesis («la
pintura, como la poesía», una de las bases de la teoría humanista del arte)—. Para Lessing, la pintura y la poesía, examinadas en
sus contextos imitativos, son distintas: la pintura resulta adecuada para la representación de cualidades sensoriales, tangibles,
pudiendo tan solo evocar elementos argumentativos; en cambio, la poesía realiza el proceso inverso.48 Posteriormente, Johann
Karl Friedrich Rosenkranz introdujo en Estética de lo feo (1853) la fealdad como categoría estética: siguiendo el sistema
dialéctico hegeliano, estableció la belleza como tesis y la fealdad como antítesis, dando como síntesis la risa: lo feo queda
anulado por lo cómico. Para este autor, lo feo no existe en sí mismo, sino en contraste con lo bello. Afirmó que lo feo es relativo,
mientras que lo bello es absoluto; así, lo feo, lo «negativo estético», se supera desde dentro, igual que el mal se devora a sí
mismo. De igual forma sistematizó las categorías de lo feo: deformidad, incorrección y desfiguración.49
El enano Morgante Sileno borracho
Los amantes de espaldas con (1626), de José de La bruja (1640- Saturno
muertos (1470 un búho en el Ribera, Galleria 1649), de Salvator devorando a un
circa), del Maestro hombro (1552), de Nazionale di Rosa, colección hijo (1819-1823),
del Alto Rhin, Bronzino, Galleria Capodimonte, privada, Milán. de Francisco de
Musée de l’Œuvre Palatina, Nápoles. Goya, Museo del
Notre-Dame, Florencia. Prado, Madrid.
Estrasburgo.

Aspectos técnicos: la representación del cuerpo humano


La representación del ser humano ha sido siempre el eje vertebrador de
cualquier composición artística, por cuanto el ser humano siempre ha sentido
necesidad de expresarse a sí mismo, como simple descripción física, como
recreación de su forma de vida o como evocación de un mundo ideal al que
aspira. La representación de la figura humana es prácticamente el único tema
común presente en el arte en toda la historia, geografía, técnica o estilo
artístico.50

Técnicamente, el estudio del cuerpo humano se ha basado desde el arte


clásico grecorromano en un ideal de proporción y armonía, si bien este ideal
se ha representado de forma más o menos realista según los diversos estilos
Estudiantes pintando a partir de un «modelo vivo»
artísticos que se han ido sucediendo. La proporción es la base de cualquier
en la École des Beaux-Arts de París, fotografía de
representación humana; en palabras de Alberto Durero: «sin proporción
finales de la década de 1880.
ninguna figura puede ser perfecta, por mucha diligencia que se haya puesto
en su realización».51 Esta proporción se ha basado a lo largo del tiempo en
distintas normas o cánones para su realización: en el Antiguo Egipto, la medida básica era el puño cerrado y la anchura de la
mano, de donde se obtenía un módulo básico que se reproducía por cuadrículas; así, la cabeza formaba tres módulos, de hombros
a rodillas comprendía diez módulos, y de rodillas a pies, seis.52 Para los griegos, el ideal era que la altura del individuo fuese el
equivalente a siete veces y media del tamaño de la cabeza para adultos, y entre cuatro y seis cabezas para niños y adolescentes.
Este canon proviene, según la tradición, de Policleto, y es el más clásico de los utilizados en la Antigua Grecia, seguido por
artistas como Fidias, Mirón, Zeuxis y Parrasio, aunque se utilizaron otros, como el de Lisipo de ocho cabezas, o el de Leócares,
de ocho cabezas y media.nota 5 Otros estudios establecían que la altura podía inscribirse en una circunferencia con centro en el
pubis, divisible a su vez en otras dos, una superior con centro en el esternón y otra inferior con centro en la rótula. En definitiva,
es difícil establecer un canon ideal, y los estudios científicos al respecto no han proporcionado resultados objetivos.53

Otro factor importante en el estudio de la figura humana es la anatomía,


tanto ósea como muscular: el esqueleto está formado por 233 huesos, que
componen un conjunto articulado que permiten la gran variedad de posturas
y movimientos de los que es capaz el cuerpo humano. Por su parte, los
músculos son estructuras fibrosas que sujetan los huesos y permiten el
movimiento, en acciones de contracción y elongación que son perceptibles
en la complexión del cuerpo, y por tanto de suma importancia para su
representación artística. El cuerpo cuenta con un número de entre 460 y 501
músculos, sujetos a una mecánica similar a la de una palanca: se ejerce una
potencia para vencer una resistencia, sustentándose en la articulación como
punto de apoyo.54

Cada parte del cuerpo tiene sus particularidades técnicas a la hora de


Lección de anatomía del Dr. Nicolaes Tulp (1632), dibujarla: el tronco suele realizarse de forma cuadrangular, dividido en tres
de Rembrandt, Mauritshuis, La Haya.
partes de tamaño similar a la cabeza, una del pubis al ombligo, otra del
ombligo a la línea inferior de los pectorales, y otra de aquí a la cabeza. Para
su representación de espaldas hay que tener en cuenta la forma de la espina
dorsal. En cuanto al torso, lógicamente varía si es masculino o femenino, siendo el primero más anguloso y abrupto y el segundo
más suave y redondeado. En cuanto a brazos, piernas, manos y pies es esencial el estudio del movimiento articulado, así como su
relieve anatómico, donde son más evidentes las formas óseas y musculares. Hay que tener presente que, sobre todo en brazos y
hombros, se concentran la fuerza y el gesto de la figura, y que el antebrazo tiene diversos movimientos: pronación y supinación.
Las manos es la parte más articulada del cuerpo, y su gran número de posiciones y gestos supone un auténtico lenguaje
comunicativo del cuerpo. Por último, la cabeza es una parte esencial del cuerpo, ya que el rostro es la parte más diferenciada de
cada individuo, y su expresión facial indica infinidad de sentimientos y estados de ánimo. En cuanto a su proporción, la cabeza es
simétrica vista de frente: su centro se sitúa en el entrecejo, con un tamaño de tres veces y media de la altura de la frente, en tres
módulos que corresponden uno a la frente, otro de las cejas a la punta de la nariz y otro de la punta de la nariz al mentón.55

La anatomía artística corrió en paralelo desde el Renacimiento a la científica —en la Antigua Grecia no hay datos que avalen un
estudio científico del cuerpo, sino simplemente una observación realista del natural—, basada en disecciones del cuerpo humano;
tanto artistas como médicos y científicos estudiaron a fondo los huesos, músculos y demás partes del cuerpo, de donde extrajeron
los conocimientos que aplicaron a las obras de arte. Cabe destacar en ese sentido los estudios efectuados por Andrés Vesalio,
quien en 1543 publicó De humani corporis fabrica, un estudio anatómico del cuerpo basado en disecciones, donde junto al texto
destacaban múltiples láminas ilustrativas del cuerpo humano —obra de Jan van Calcar—, que sirvieron de base a los artistas para
sus imágenes, basadas cada vez más en el realismo objetivo. Las láminas de este libro estaban concebidas con criterios artísticos,
apareciendo esqueletos y figuras desolladas en poses artísticas o en actitudes gesticulantes, casi teatrales.56 Sin embargo, desde
el siglo XVIII, y en paralelo a la preservación de los estudios artísticos por las academias nacionales, encargadas de la formación
de los artistas, el arte y la ciencia fueron divergiendo, especializándose cada vez más y centrándose en sus respectivas funciones.
La anatomía académica se basó en manuales cuyas ilustraciones, si bien presentaban esqueletos y figuras desolladas, estaban
representadas de forma artística, generalmente inspiradas en la escultura antigua. Así, fue frecuente en todas las academias la
presencia de maniquís articuladosnota 6 y de estatuas de hombres desollados, la más famosa de las cuales fue diseñada por Jean-
Antoine Houdon.57

Otros aspectos a tener en cuenta en la representación humana


son el movimiento y la postura: con el movimiento la
anatomía sufre ligeras modificaciones de sus formas básicas,
los rectángulos pueden convertirse en rombos o trapecios, las
curvas se acentúan y las dimensiones se reducen. Hay que
tener en cuenta los ejes transversales, principalmente de
hombros y caderas, generalmente contrapuestos. Cuando la
figura está en marcha, el movimiento responde a dos factores
principales, el equilibrio y la tracción, que deben ser Artista y desnudo (1525), de Alberto Durero, grabado representando
compensados. El equilibrio es esencial para la correcta la toma de medidas en perspectiva para un cuadro de desnudo.
colocación de la figura en la escena que lo envuelve, y para
dotarla de una sensación de realismo. El centro de gravedad
se sitúa en la última vértebra dorsal, y una forma de comprobar que sea correcto es trazar una línea desde el ombligo hasta los
pies (o, de espaldas, desde el surco de las vértebras lumbares), que debe cortar el punto de apoyo principal —esta fórmula no es
válida, lógicamente, si la figura corre o salta, circunstancias en las que es difícil establecer un correcto equilibrio—. Si la figura
tiene las piernas separadas, se puede comprobar el equilibrio uniendo los vértices de un polígono trazado por las partes de la
figura que se apoyan en el suelo; si la línea de gravedad corta la superficie de ese polígono, el equilibrio es real.58

El movimiento se basa en dos ejes básicos: los horizontales (hombros, cintura y caderas) y los verticales (tronco, abdomen,
cabeza, piernas y brazos). Uno de los más básicos, y de gran tradición artística desde el Doríforo de Policleto, es el contrapposto,
en que una pierna da un paso adelante, haciendo que los hombros se inclinen en dirección contraria a las caderas. Desde esta
postura, el número de variantes es infinito, procurando siempre una relación armónica entre los ejes anatómicos: por lo general,
los verticales dependen de los horizontales, articulándose en función del movimiento principal del cuerpo.59

En cuanto a la postura, la representación de figuras en perspectiva se basa en el escorzo, que supone reajustar las proporciones
para compensar el factor de la distancia en el punto de vista. El escorzo puede ser de la figura entera o de una parte de su
anatomía, según el punto de vista del espectador. Por ejemplo, cuando una figura aparece acostada, sus proporciones se acortan
por la perspectiva, resultando que, desde una posición elevada, que suele ser la más habitual, las dimensiones cercanas parecen
mayores que las alejadas.60

La base del desnudo artístico es el dibujo, la realización de un boceto o un croquis sobre cuya base se realizará la imagen final.
En el dibujo académico, estos bocetos se llaman precisamente «academias», y suelen estar realizados al carboncillo, con gran
detallismo y fijándose especialmente en el modelado de luces y sombras. Por lo general, se emplea la técnica del sombreado,
extendiendo las manchas iniciales del carboncillo con un trapo, para conseguir un primer grupo de bloques en claroscuro; luego
se aplica un difumino para acabar de elaborar la figura, abriendo blancos si es necesario con goma maleable. También se puede
aplicar tiza o creta blanca para realzar el volumen, mientras que otros artistas prefieren la aplicación de cretas de colores —de los
que los más habituales son siena, sepia y sanguina—. También se puede dibujar a tinta con plumilla o caña.61
Copia de la Estudio para el Desnudo Estudio para La Estudio de
estatua Fauno Juramento del académico de Edad de Oro desnudo:
danzando, de Juego de Pelota Pierre-Paul (1862), de Jean aspiración, de
Anton Raphael (1791), de Prud'hon. Auguste Carlos Schwabe.
Mengs (1778). Jacques-Louis Dominique Ingres.
David, Musée
National du
Châ

Un factor que articula la figura humana es la luz, que afecta al volumen y genera diversos límites según los juegos de luz y
sombra (claroscuro), enriqueciendo el perfil anatómico. La luz permite matizar la superficie del cuerpo, y proporciona una
sensación de tersura y suavidad a la piel. Es importante la focalización de la luz, ya que su dirección interviene en el contorno
general de la figura y en la iluminación de su entorno: por ejemplo, la luz frontal hace desaparecer las sombras, atenuando el
volumen y la sensación de profundidad, a la vez que remarca el color de la piel. En cambio, una iluminación parcialmente lateral
provoca sombras y proporciona relieve a los volúmenes, y si es desde un costado la sombra cubre el lado opuesto de la figura,
que aparece con un volumen realzado. Por otro lado, a contraluz el cuerpo se muestra con un halo característico en su contorno,
mientras que el volumen adquiere una sensación ingrávida. Con una iluminación cenital, la proyección de sombras desdibuja el
relieve, y da una apariencia algo fantasmagórica, igual que pasa iluminando desde abajo —aunque este último es poco frecuente
—. Un factor determinante es el de las sombras, que generan una serie de contornos aparte de los anatómicos que proporcionan
dramatismo a la imagen. Junto a los reflejos luminosos, la gradación de sombras genera una serie de efectos de gran riqueza en la
figura, que el artista puede explotar de diversas maneras para conseguir distintos resultados de mayor o menor efectismo.
También hay que tener en cuenta que la luz directa o la sombra sobre la piel modifican el color, variando la tonalidad desde el
característico rosa pálido hasta el gris o el blanco. La luz también puede ser tamizada por objetos que se interpongan en su
trayectoria (como cortinas, telas, jarrones u objetos varios), generando diversos efectos y coloridos sobre la piel.62

Existen dos principales modalidades técnicas para la realización del desnudo: el «valorismo»
se centra en la descripción anatómica y en los efectos de luz; el «colorismo» se enmarca más
en la pintura plana y en el contraste puro entre tonalidades. En la pintura por valores se parte
de un color (tono local) que se va aclarando u oscureciendo, lo que enfatiza el volumen, más
rotundo y de intenso modelado, y genera potentes claroscuros y relieves casi escultóricos.
En cambio, la pintura por colores —de origen impresionista— tiende a la plenitud cromática
y lumínica, sin fuertes contrastes, sustituyendo los claros y oscuros de la figura por distintos
colores, y no por efectos lumínicos. Esto genera unos contornos más matizados, expresando
las luces y sombras con tonos fríos o cálidos.63

En cuanto al cromatismo, si bien el punto de partida es el color carne, este puede variar del
rosa pálido al ocre o el anaranjado, aunque por lo general no presenta una coloración
saturada. Asimismo, las sombras que genera pueden variar del verde pálido al gris azulado o
los tonos rosa o siena. Las carnaciones suelen partir de un ocre anaranjado, que se suele
oscurecer con siena tostado o aclarar con blanco frío. Otros artistas parten de un rosa
blanquecino, oscurecido con verdes y azules pálidos (para sombras claras) o con rojos y
carmines (para sombras oscuras). Sin embargo, hay que remarcar que no existe un color
Estudio anatómico de Leonardo
carne de validez universal, ya que presenta tantas gradaciones y es tan difícil de interpretar
Da Vinci.
como el color del mar.64

Las principales técnicas pictóricas para la realización del desnudo son la acuarela, el pastel y
el óleo. La acuarela proporciona mayor tersura y delicadez a la anatomía, aunque sintetiza el relieve muscular y requiere gran
precisión para su ejecución, ya que no permite la rectificación. Por lo general, primero se emplean aguadas para crear grandes
zonas de color y comprobar el efecto de los tonos, sobre las que se realiza el modelado aplicando capas de color, añadiendo tonos
oscuros para crear volumen. Por último, se pueden hacer retoques sobre el papel seco, especialmente para remarcar los detalles.
La pintura al pastel enfatiza los efectos de color y luz, aunque no proporciona mucho detallismo a la figura. Sobre una base
realizada en dibujo se van aplicando capas de color, que crean tonalidades de gran calidez y aspecto lumínico. La pintura al óleo
proporciona detallismo dibujístico, riqueza cromática e intensidad lumínica, otorgando una síntesis óptima a la representación
artística de la anatomía. Sobre el dibujo se aplica un manchado de colores diluidos, para ajustar los tonos y equilibrar las luces y
sombras; después se realiza el modelado, aplicando un color más espeso para perfilar volúmenes, matizar superficies, remarcar o
suavizar las sombras y establecer la atmósfera general de la imagen.66
En cuanto a la escultura, la representación escultórica del cuerpo
requiere gran destreza y habilidad, así como un sentido plástico de
la imagen volumétrica, ya que la imagen presenta tres
dimensiones, y es necesario estructurarla según múltiples puntos
de vista. Hay que tener en cuenta factores como el espacio y la
masa, que delimitan la realidad física de la obra; la superficie, cuya
textura, tratamiento y acabado puede influir no sólo en su aspecto
visual, sino en la incidencia de la luz sobre el material; el
movimiento, que refleja tensiones dinámicas e influye en la
sinuosidad del contorno; y el color, que puede ser el natural de la
materia utilizada o puede ser aplicado sobre la obra —en la
Antigua Grecia, la escultura era policromada, aunque actualmente
haya perdido el color, hecho que ha influido en la valoración de la
escultura clásica y que ha determinado la actual preferencia por la Técnica por puntos:
escultura desprovista de valores cromáticos—.67 Istruzione Elementare
per gli Studiosi della
Estudio de proporciones de Otro aspecto fundamental es la elección del material, del que Scultura (lámina IX), de
una basílica en relación al dependerá la utilización de las diversas técnicas escultóricas. Francesco Carradori,
cuerpo humano (segunda Según el material, se puede trabajar en tres sistemas: «aditivo», Florencia, 1802.
mitad del siglo XV), de modelando y añadiendo materia, generalmente en materias blandas
Francesco di Giorgio Martini,
(cera, plastilina, barro); «sustractivo», eliminando materia hasta
Biblioteca Nazionale,
descubrir la figura, generalmente en materiales duros (piedra, mármol, madera, bronce, hierro);
Florencia. Los teóricos del
y «mixto», añadiendo y quitando. También se puede hacer por fundición, a través de un molde.
Renacimiento consideraban
que la arquitectura podía
Hecha la escultura, se puede dejar al natural o policromarla, con colorantes vegetales o
plantearse con los mismos
minerales o en encausto, al temple o al óleo, en dorado o estofado (imitación de oro). Otras
patrones de simetría que el técnicas son el relieve, la talla, el estuco y la terracota.68
cuerpo humano.65
Antes de realizar la escultura, muchos artistas prefieren hacer esbozos en dibujo, estudiando la
plasticidad de las masas y los efectos de luz y sombreado, que proporciona volumen.69 El paso
siguiente es el modelado, el dar forma a la materia, que puede ser directo —trabajar en la obra original, con el riesgo de cometer
errores imposibles de rectificar—, o con diversos procedimientos. En Grecia se inventó alrededor del siglo V a. C. una técnica
escultórica para traspasar las proporciones del cuerpo humano partiendo de un modelo de yeso o arcilla: se marcaba el modelo
con puntos en los extremos, se medía la distancia entre estos puntos y una plomada o estructura de madera, y se trasladaba la
equivalencia al bloque de piedra o mármol que se iba a utilizar, taladrando unos agujeros hasta la profundidad indicada;
posteriormente, se rebajaba el material hasta la marca estipulada. Esta técnica pervivió hasta el siglo XIX, en que se introdujeron
nuevas técnicas de medición y traslación de proporciones.70

Luchadores, copia Copia realizada por Pequeña


romana en mármol Philippe Magnier reproducción en
de un original griego para el Palacio de bronce existente en
del siglo III a.C. Versalles de los Múnich del mármol
mismos luchadores romano.
(1684-1688).

Historia

Prehistoria
El arte prehistórico es el desarrollado desde la Edad de Piedra (paleolítico superior, mesolítico y
neolítico) hasta la Edad de los Metales, periodos donde surgieron las primeras manifestaciones
que se pueden considerar como artísticas por parte del ser humano. En el arte paleolítico el
desnudo estaba fuertemente vinculado al culto a la fertilidad, como se puede apreciar en la
representación del cuerpo humano femenino —las llamadas «venus»—, generalmente de formas
algo obesas, con pechos generosos y abultadas caderas. Destacan las venus de Willendorf,
Lespugue, Menton y Laussel. A nivel masculino, la representación del falo —generalmente
erecto—, en forma aislada o en cuerpo completo, era igualmente signo de fertilidad, como en el
llamado Gigante de Cerne Abbas (Dorset, Inglaterra).71 También existen casos de
representación de la figura humana desnuda en la pintura rupestre, reducida a trazos
esquemáticos, destacando los órganos sexuales.72

Arte Antiguo

Puede llamarse así a las creaciones artísticas de la primera etapa de la historia, destacando las
Venus de Willendorf, Museo
grandes civilizaciones del Próximo Oriente: Egipto y Mesopotamia. En Egipto la desnudez era de Historia Natural de Viena
vista con naturalidad, y abunda en representaciones de escenas cortesanas, especialmente en (circa 25000 a. C.)
danzas y escenas de fiestas y celebraciones. Pero también está presente en los temas religiosos, y
muchos de sus dioses representados en forma antropomórfica aparecen desnudos o semidesnudos
en estatuas y pinturas murales. Igualmente aparece en la representación del propio ser humano, sea faraón o esclavo, militar o
funcionario, como el famoso Escriba sentado del Louvre. Por contrapartida, en Mesopotamia, cercana geográfica y
cronológicamente al Antiguo Egipto, el desnudo es prácticamente desconocido, excepto algún relieve asirio como Asurbanípal
cazando leones (British Museum), o algunas escenas de tortura de prisioneros, mientras que en la vertiente femenina sólo
hallamos los pechos desnudos de un bronce caldeo representando una joven canéfora, presente en el Louvre. Tampoco
encontramos desnudos en el arte fenicio o judío, donde la ley mosaica prohibía la representación humana.73

Arte clásico

Se denomina arte clásico al desarrollado en las antiguas Grecia y Roma, cuyos adelantos
tanto científicos como materiales y de orden estético aportaron a la historia del arte un estilo
basado en la naturaleza y en el ser humano, donde preponderaba la armonía y el equilibrio,
la racionalidad de las formas y los volúmenes, y un sentido de imitación («mímesis») de la
naturaleza que sentaron las bases del arte occidental, de tal forma que la recurrencia a las
formas clásicas ha sido constante a lo largo de la historia en la civilización occidental.74

Grecia

En Grecia se desarrollaron las principales manifestaciones artísticas que han marcado la


evolución del arte occidental. Tras unos inicios donde destacaron las culturas minoica y
micénica, el arte griego se desarrolló en tres periodos: arcaico, clásico y helenístico. Grecia
fue el primer lugar donde se representó el cuerpo humano de una forma naturalista, lejos del
hieratismo y la esquematización de las culturas precedentes. Para los griegos, el ideal de
belleza era el cuerpo masculino desnudo, que simbolizaba la juventud y la virilidad, como
los atletas de los Juegos Olímpicos, que competían desnudos. El desnudo griego era a la vez
naturalista e idealizado: naturalista en cuanto a la representación fidedigna de las partes del
cuerpo, pero idealizado en cuanto a la búsqueda de unas proporciones armoniosas y El Diadumeno (430 a. C.), de
equilibradas, desechando un tipo de representación más real que mostrase las imperfecciones Policleto, Museo Arqueológico
del cuerpo o las arrugas de la edad.75 Nacional de Atenas.

El primer exponente del desnudo masculino lo constituyen un tipo de figuras que


representan a atletas, dioses o héroes mitológicos, llamadas kouros (kouroi en plural), pertenecientes al periodo arcaico (siglos
siglo VII a. C.-siglo V a. C.) —su variante femenina es la koré (korai en plural), que sin embargo solían representar vestida—.
Posteriormente, el desnudo tuvo una lenta pero constante evolución desde las formas rígidas y geométricas de los kouroi hasta las
líneas suaves y naturalistas del periodo clásico, con un nuevo concepto a la hora de diseñar la escultura, pasando de la
idealización a la imitación. En esta época surgieron las principales figuras de la escultura clásica griega: Mirón, Fidias, Policleto,
Praxíteles, Escopas, Lisipo, etc.76 Durante el período helenístico —iniciado con el reinado de Alejandro Magno, en que la
cultura griega se expandió por todo el Mediterráneo oriental—, las figuras adquirieron un mayor dinamismo y torsión del
movimiento, que denotaban sentimientos exacerbados y expresiones trágicas, rompiendo el sereno equilibrio de la época clásica,
como en su obra cumbre, el Laocoonte y sus hijos (siglo II a. C.).46
Roma

Con un claro precedente en el arte etrusco, el arte romano recibió una gran influencia del arte griego. Gracias a la expansión del
Imperio Romano, el arte clásico grecorromano llegó a casi todos los rincones de Europa, norte de África y Próximo Oriente,
sentando la base evolutiva del futuro arte desarrollado en estas zonas. La mayor parte de estatuas romanas son copias de obras
griegas, o están inspiradas en ellas, como el Torso del Belvedere (50 a. C.), la Venus de Médici (siglo I a. C.) o el Grupo de San
Ildefonso (10 a. C.).77 Más original fue su pintura, de la que nos han llegado numerosas muestras gracias sobre todo a las
excavaciones en Pompeya y Herculano, donde existen numerosas escenas en las que abunda el desnudo, con clara tendencia al
erotismo, mostrado sin tapujos, como una faceta más de la vida.78

Arte medieval

La caída del Imperio Romano de Occidente marcó el inicio en Europa de la Edad Media,
etapa de cierta decadencia política y social, pues la fragmentación del imperio en pequeños
estados y la dominación social de la nueva aristocracia militar supuso la feudalización de
todos los territorios del antiguo Imperio. El cristianismo impregnó la mayor parte de la
producción artística medieval, en la que se sucedieron diversas fases: desde el arte
paleocristiano, pasando por el prerrománico, hasta el románico y el gótico, incluyendo el
bizantino y el de los pueblos germánicos.79

Con la desaparición de las religiones paganas se perdió la mayor parte del contenido
iconográfico relacionado con el desnudo, que quedó circunscrito a los escasos pasajes de las
Sagradas Escrituras que lo justificaban, como Adán y Eva en el Paraíso o el martirio y
crucifixión de Jesucristo. En los pocos casos de representación del desnudo son figuras
angulosas y deformadas, alejadas del armonioso equilibrio del desnudo clásico, cuando no
son formas deliberadamente feas y maltrechas, como señal del desprecio que se sentía por el
cuerpo, que era considerado un simple apéndice del alma.80 El período gótico supuso un El Pecado y la Expulsión del
tímido intento de rehacer la figura humana, más elaborada y partiendo de unas premisas más Paraíso, de Las muy ricas horas
naturalistas, pero bajo un cierto convencionalismo que sujetaba las formas a una rigidez y del Duque de Berry (1416),
una estructura geometrizante que supeditaba el cuerpo al aspecto simbólico de la imagen, Hermanos Limbourg, Museo
siempre bajo premisas de la iconografía cristiana.81 El desnudo más o menos naturalista Condé, Chantilly.
empezó a aparecer con timidez en la Italia prerrenacentista, especialmente en la obra de
Nicola Pisano, Giovanni Pisano y Giotto.82

Arte de la Edad Moderna

El arte de la Edad Moderna —no confundir con arte moderno, que se suele
emplear como sinónimo de arte contemporáneo— se desarrolló entre los
siglos XV y XVIII. La Edad Moderna supuso cambios radicales a nivel
político, económico, social y cultural: la consolidación de los estados
centralizados supuso la instauración del absolutismo; los nuevos
descubrimientos geográficos —especialmente el continente americano—
abrieron una época de expansión territorial y comercial, suponiendo el inicio
del colonialismo; la invención de la imprenta conllevó una mayor difusión de
la cultura, que se abrió a todo tipo de público; la religión perdió la
preponderancia que tenía en la época medieval, a lo que coadyuvó el
surgimiento del protestantismo; a la vez, el humanismo surgió como nueva
tendencia cultural, dejando paso a una concepción más científica del hombre La creación de Adán (1508-1512), de Miguel
Ángel, Capilla Sixtina, Vaticano.
y del universo.83

Renacimiento

Surgido en Italia en el siglo XV (Quattrocento), se expandió por el resto de Europa desde finales de ese siglo e inicios del XVI.
Los artistas se inspiraron en el arte clásico grecorromano, por lo que se habló de «renacimiento» artístico tras el oscurantismo
medieval. Estilo inspirado en la naturaleza, surgieron nuevos modelos de representación, como el uso de la perspectiva. Sin
renunciar a la temática religiosa, cobró mayor relevancia la representación del ser humano y su entorno, apareciendo nuevas
temáticas como la mitológica o la histórica, o nuevos géneros como el paisaje o el bodegón, lo que influyó en la revitalización
del desnudo.84
El desnudo renacentista se inspiró en modelos clásicos grecorromanos, aunque con una
función diferente de la que tenía en la antigüedad: si en Grecia el desnudo masculino
ejemplificaba la figura del héroe, en la Italia renacentista el desnudo tiene un carácter más
estético, más vinculado a una nueva forma de entender el mundo alejada de preceptos
religiosos, el ser humano nuevamente como centro del universo. Destacó entonces
principalmente el desnudo femenino, debido al mecenazgo de nobles y ricos comerciantes
que demostraban de esa forma su posición privilegiada en la sociedad.85

Una de las primeras obras que rompían con el pasado y suponían un retorno a los cánones
clásicos fue el David de Donatello (circa 1440), obra de gran originalidad que se adelantó a
su tiempo, ya que durante los siguientes cincuenta años no hubo realizaciones con las que se
la pudiese comparar.86 Con posterioridad a Donatello, el desnudo fue practicado por artistas
como Antonio Pollaiuolo, Botticelli y Luca Signorelli, con obras de gran dinamismo. Un
clasicismo más sereno se percibe en la Italia central, como en Piero della Francesca,
Perugino o Rafael.87 En cambio, Leonardo Da Vinci se alejó de los cánones clásicos, con
figuras naturalistas diseñadas según sus amplios estudios de anatomía. La culminación del
desnudo renacentista se produjo en la obra de Miguel Ángel, para el que el cuerpo humano
desnudo tenía un carácter divino que le otorgaba una dignidad inigualable en cualquier otro
David (circa 1440), de Donatello,
desnudo contemporáneo, en obras como el David (1501-1504), el Esclavo moribundo
Museo Nazionale del Bargello,
Florencia.
(1513), La creación de Adán (1508-1512) o el Juicio Final (1536-1541).88

En el siglo XVI el desnudo tuvo una amplia difusión gracias a los grabados publicados sobre
obras clásicas grecorromanas, especialmente los producidos por Marcantonio Raimondi.
Surgió entonces la escuela veneciana, que realizó importantes contribuciones al desnudo, no sólo en la continuidad de ciertos
planteamientos clasicistas, sino también en la innovación y experimentación de nuevas vías técnicas y estilísticas, con artistas
como Giovanni Bellini, Giorgione, Tiziano, Tintoretto y Paolo Veronese.89 En el segundo cuarto del siglo XVI surgió el
manierismo, con el que en cierta forma comienza el arte moderno: las cosas ya no se representan tal como son, sino tal como las
ve el artista. El desnudo manierista es de formas alargadas, exageradas, esbeltas, de una elegancia casi amanerada. Destacan
Parmigianino, Bronzino, Baccio Bandinelli, Bartolomeo Ammannati, Benvenuto Cellini, Giambologna, Pontormo y Rosso
Fiorentino.90

Durante el siglo XVI, la aceptación del desnudo como tema artístico, que se trasladó de Italia al resto de Europa, generó una gran
demanda de estas obras, especialmente en Alemania y los Países Bajos, con artistas como Lucas Cranach el Viejo, Alberto
Durero, Hans Baldung, El Bosco, Jan Brueghel de Velours y Jan Gossaert.91 En Francia se desarrolló la Escuela de
Fontainebleau, caracterizada por un gusto cortesano y sensualista, decorativo, voluptuoso, de una elegancia lánguida.92 En
España el influjo renacentista llegó tarde, subsistiendo hasta casi mediados del siglo XVI las formas góticas. El Greco fue uno de
los principales innovadores de la pintura española de la época, con figuras largas y desproporcionadas donde no deja de exponer
figuras desnudas más o menos justificadas por el tema.93

Barroco

El barroco se desarrolló entre el siglo XVII y principios del XVIII. El arte se


volvió más refinado y ornamentado, con pervivencia de un cierto
racionalismo clasicista pero con formas más dinámicas y efectistas, con
gusto por lo sorprendente y anecdótico, por las ilusiones ópticas y los golpes
de efecto.94 Durante el barroco siguió predominando el desnudo femenino,
como objeto de placer del mecenas aristocrático, que se recreaba en este tipo
de composiciones, donde generalmente la mujer tenía un papel subordinado
al hombre.95

El barroco tuvo como principal heraldo del desnudo a Peter Paul Rubens,
cuyas figuras femeninas robustas y de una carnal sensualidad marcaron
época en el concepto estético de belleza de su tiempo, con obras como Las Venus del espejo (1647-1651), de Diego
tres Gracias (1636-1639) o el Juicio de Paris (1639). Autor de más de dos Velázquez, National Gallery, Londres.
mil cuadros, quizá sea el artista que más desnudos ha representado en la
historia.96 En el lado opuesto al idealismo de Rubens se sitúa la obra de
Rembrandt, heredero de las formas redondeadas del desnudo nórdico de origen gótico, con figuras tratadas de forma realista,
igual de exuberantes que las de Rubens pero más mundanas, sin disimular los pliegues de la carne o las arrugas de la piel, con un
patetismo que acentúa la cruda materialidad del cuerpo, en su aspecto más humillante y lastimoso.97 En Italia destacó la obra de
Gian Lorenzo Bernini, arquitecto y escultor que escenificó el boato de la Roma papal de una forma suntuosa y grandilocuente, y
cuyas obras expresan el movimiento dinámico y sinuoso tan propio del barroco, como en su David lanzando su honda (1623-
1624) o Apolo y Dafne (1622-1625). Otro gran creador fue Caravaggio, que inició un estilo conocido como naturalismo o
caravagismo, basado en la estricta realidad natural y caracterizado por la utilización del claroscuro (tenebrismo) en aras de
conseguir efectos dramáticos y sorprendentes gracias a la interacción entre luces y sombras.98

Entre Italia y Francia se originó otra corriente denominada clasicismo, igualmente realista pero con un concepto de la realidad
más intelectual e idealizado, y donde la temática mitológica era evocadora de un mundo de perfección y armonía, parangonable a
la Arcadia romana. Se inició en la Escuela Boloñesa, de la mano de Annibale Carracci, destacando igualmente Guido Reni,
Francesco Albani y Nicolas Poussin.99 España siguió siendo en esta época un país artísticamente casto y recatado, donde el
desnudo se veía con ojos pudorosos, siendo predominantemente de tema religioso, como se percibe en la obra de Francisco
Ribalta, José de Ribera, Francisco Zurbarán, Gregorio Fernández y Pedro de Mena. Algo más de libertad tuvo Diego Velázquez,
sin duda por su puesto como pintor real, por lo que pudo efectuar más desnudos que cualquier otro artista español de su tiempo,
destacando la Venus del espejo (1647-1651), uno de los desnudos más magníficos y afamados de la historia.100

Rococó

Desarrollado en el siglo XVIII —en convivencia a principios de siglo con el


barroco, y a finales con el neoclasicismo—, supuso la pervivencia de las
principales manifestaciones artísticas del barroco, con un sentido más
enfatizado de la decoración y el gusto ornamental, que son llevados a un
paroxismo de riqueza, sofisticación y elegancia.101 El desnudo en esta época
fue heredero de Rubens —del que cogieron sobre todo el color y la textura
de la piel—, y tenía unas mayores connotaciones eróticas, de un erotismo
refinado y cortesano, sutil y evocador, pero no exento de provocación y de
un cierto carácter irreverente, abandonando ya cualquier atisbo de La maja desnuda (1797-1800), de Francisco de
idealización clasicista y asumiendo el carácter mundano del género.102 Goya, Museo del Prado, Madrid.

Jean-Antoine Watteau fue uno de los iniciadores del estilo, con sus escenas
de fiestas galantes e idílicos paisajes plenos de personajes míticos o, cuando no, personas anónimas que disfrutan de la vida. Uno
de sus mejores exponentes fue François Boucher, con imágenes que tienen un aire bucólico y pastoral, inspiradas a menudo en la
mitología ovidiana, con un sentido galante y cortesano. Discípulo suyo fue Jean-Honoré Fragonard, que continuó el estilo
cortesano donde el amor galante despliega todos sus encantos, con un fino erotismo de corte grácil y elegante.103 En el campo
de la escultura también se realizaron notables desnudos, en los que se conjuga el tono pícaro y galante del rococó con un cierto
aire clasicista y el interés por el retrato, con figuras como: Jean-Baptiste Lemoyne, Edmé Bouchardon, Jean-Baptiste Pigalle,
Étienne-Maurice Falconet, Jean-Antoine Houdon, Augustin Pajou y Clodion.104

Fuera de Francia, en muchos lugares de Europa pervivió hasta mediados del siglo XVIII el barroco, sustituido o entremezclado
por la creciente exuberancia del rococó. Destacaron artistas como: Giambattista Tiepolo, Corrado Giaquinto y Anton Raphael
Mengs. En España descolló Francisco de Goya, artista de difícil clasificación, que evolucionó desde el rococó hasta un
expresionismo de espíritu romántico, pero con una personalidad que confiere a su obra un carácter único, sin parangón en la
historia del arte. Su obra maestra en el género del desnudo es La maja desnuda (1797-1800), que pintó en paralelo a La maja
vestida (1802-1805), y que es uno de los primeros desnudos donde se aprecia con nitidez el vello púbico.105

Neoclasicismo

El auge de la burguesía tras la Revolución Francesa favoreció el resurgimiento de las formas


clásicas, más puras y austeras, en contraposición a los excesos ornamentales del barroco y
rococó, identificados con la aristocracia. El desnudo neoclásico recuperó las formas de la
antigüedad grecorromana, pero desprovistas de su espíritu, de su carácter ideal, de su ethos
ejemplarizante, para recrearse únicamente en la forma pura, desprendida de vida, por lo que
en última instancia resultó un arte frío y desapasionado.106

Jacques-Louis David fue el principal factótum de este estilo, que lo convirtió en la corriente
estética de la Francia revolucionaria y napoleónica, con un estilo severo y equilibrado de
gran pureza técnica. Sus discípulos siguieron su ideal clásico, pero alejándose de su rigurosa
severidad y derivando hacia un cierto manierismo sensualista, con una cierta gracia erótica
elegante y refinada, destacando: François Gérard, Pierre-Narcisse Guérin, Jean-Baptiste
Regnault, Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson y Pierre-Paul Prud'hon.107 Perseo con la cabeza de Medusa
(1800), de Antonio Canova,
Si David fue el gran pintor neoclásico por excelencia, en escultura su equivalente fue Museos Vaticanos.
Antonio Canova, cuya obra tiene la serenidad y armonía del más puro clasicismo, aunque no
deja de traslucir una sensibilidad humana y un aire decorativista propios de su ascendencia
itálica. Otro destacado escultor fue el danés Bertel Thorvaldsen, que pese a su clasicismo noble y sereno, su
ejecución fría y calculada le ha restado mérito para algunos críticos, que tildan su obra de insípida y vacía,
aunque en vida tuvo un enorme éxito, y dejó una copiosa producción donde prolifera el desnudo. Otro
notable exponente fue el inglés John Flaxman, autor también de numerosos desnudos.108

Arte contemporáneo

Dos mujeres en
el baño (1763), Siglo XIX
de Joseph-
Marie Vien, Entre finales del siglo XVIII y principios del XIX se sentaron las bases de la
Museo Henri- sociedad contemporánea, marcada en el terreno político por el fin del
Martin, Cahors. absolutismo y la instauración de gobiernos democráticos —impulso iniciado
con la Revolución Francesa—; y, en lo económico, por la Revolución
Industrial y el afianzamiento del capitalismo. En el terreno del arte,
comienza una dinámica evolutiva de estilos que se suceden cronológicamente cada vez con
mayor celeridad, que culminará en el siglo XX con una atomización de estilos y corrientes que
conviven y se contraponen, se influyen y se enfrentan.109 En el siglo XIX abunda más que nunca
el desnudo femenino —especialmente en la segunda mitad del siglo—, más que en cualquier otro
período de la historia del arte. Sin embargo, el rol femenino varía para convertirse en un mero
objeto de deseo sexual, en un proceso de deshumanización de la figura de la mujer, sometida al
dictado de una sociedad preponderantemente machista.110

Romanticismo
La fuente (1856), de Jean
Movimiento de profunda renovación en todos los géneros artísticos, los románticos pusieron
Auguste Dominique Ingres,
especial atención en el terreno de la espiritualidad, de la imaginación, la fantasía, el sentimiento,
Musée d'Orsay, París.
la evocación ensoñadora, el amor a la naturaleza, junto a un elemento más oscuro de
irracionalidad, de atracción por el ocultismo, la locura, el sueño. El desnudo romántico es más
expresivo, se otorga más importancia al color que a la línea de la figura —al contrario que en el
neoclasicismo—, con un sentido más dramático, en temáticas que varían desde lo exótico y el gusto por el orientalismo hasta los
temas más puramente románticos: dramas, tragedias, actos heroicos y apasionados, sentimientos exacerbados, cantos a la
libertad, a la pura expresión del interior del ser humano.110

A caballo entre el neoclasicismo y el romanticismo se sitúa la obra de Jean Auguste Dominique Ingres, cuyas figuras se
encuentran a medio camino entre la sensualidad y la preocupación por la forma pura, con un cierto aire gótico (pechos pequeños,
estómagos prominentes). Su obra más famosa es El baño turco (1862), que supuso la culminación de los estudios que durante
toda su vida dedicó al desnudo.111 Eugène Delacroix fue un prolífico artista que realizó numerosas obras de desnudo, de
temática muy diversa, desde la religiosa, mitológica, histórica y literaria, hasta las escenas de género o el desnudo por sí mismo;
para Delacroix cualquier pretexto era bueno para mostrar la belleza física, como en la alegoría de La Libertad guiando al pueblo
(1830).112 En escultura, François Rude evolucionó del neoclasicismo al romanticismo, en obras de gran fuerza expresiva donde
jugaba un papel protagonista el desnudo, con figuras colosales que traducen en su anatomía el dinamismo de la acción, como en
su principal obra, La Marsellesa (1833). Igual proceso estilístico denotó Jean-Baptiste Carpeaux, con figuras de intenso
dinamismo, como El conde Ugolino y sus hijos (1863).113

Academicismo

El arte académico es el fomentado desde el siglo XVI por las academias de bellas artes, que regulaban la formación pedagógica
de los artistas. Si bien en principio las academias estaban en sintonía con el arte producido en su época, por lo que no se puede
hablar de un estilo diferenciado, en el siglo XIX, cuando la dinámica evolutiva de los estilos empezó a alejarse de los cánones
clásicos, el arte académico quedó encorsetado en un estilo clasicista basado en reglas estrictas, por lo que hoy en día se entiende
más como un período propio del siglo XIX, recibiendo paralelamente diversas denominaciones, como la de art pompier en
Francia. En el academicismo tuvo una especial relevancia el desnudo, considerado la expresión por excelencia de la nobleza de la
naturaleza, estandarizado en unas premisas clásicas sujetas a estrictas reglas tanto temáticas como formales, supeditadas al
ambiente generalmente puritano de la sociedad decimonónica, donde el desnudo sólo se aceptaba como expresión de la belleza
ideal, basado estrictamente en el estudio anatómico.114

Uno de los principales representantes del academicismo fue William-Adolphe Bouguereau, que realizó una gran cantidad de
obras de desnudo, generalmente de tema mitológico, con figuras de gran perfección anatómica, como El nacimiento de Venus
(1879). Otro exponente fue Alexandre Cabanel, autor de desnudos mitológicos y alegóricos que son un pretexto para representar
mujeres de belleza voluptuosa y sensual, como otro Nacimiento de Venus (1863). Jean-Léon Gérôme
fue uno de los principales representantes del orientalismo académico, con obras ambientadas en
harenes y baños turcos al más puro estilo ingresiano, además de temas mitológicos e históricos. En
Gran Bretaña, la sociedad victoriana estimuló el academicismo como arte oficial que expresaba de
forma óptima la moral puritana preponderante en los círculos de la burguesía y la nobleza, con
autores como Joseph Noel Paton, Charles William Mitchell, Frederic Leighton, John Collier,
Edward Poynter, Lawrence Alma-Tadema, John William Godward, Herbert James Draper, etc. En
España destacó Luis Ricardo Falero.

Realismo

Desde mediados de siglo surgió una tendencia que puso énfasis en la realidad, la descripción del
mundo circundante, especialmente de obreros y campesinos en el nuevo marco de la era industrial,
con un cierto componente de denuncia social, ligado a movimientos políticos como el socialismo Hipatia (1885), de
utópico y filosóficos como el positivismo.115 Su principal exponente fue Gustave Courbet, que fue Charles William Mitchell,
el primero en retratar el cuerpo tal como lo percibía, sin idealizar, sin contextualizar, sin enmarcarlo Laing Art Gallery,
en un tema iconográfico, transcribiendo las formas que captaba del natural, como en El sueño (1866) Newcastle upon Tyne.
o El origen del mundo (1866).116 Otro exponente fue Camille Corot, que fue principalmente
paisajista, añadiendo ocasionalmente figuras humanas a sus paisajes, algunas
de ellas desnudos, en un tipo de paisajes de aire arcádico, con atmósferas
vaporosas y tonos delicados. El equivalente escultórico del realismo fue
Constantin Meunier, que retrató preferentemente a obreros y trabajadores de
la nueva era industrial, sustituyendo al héroe clásico por el proletario
moderno, en obras donde se otorga especial relevancia al sentido
volumétrico de la figura, como en El Pudelador (1885).117 En España
destacó Mariano Fortuny, que realizó varias obras de temática oriental (La
odalisca, 1861), junto a escenas de género o desnudos ubicados en paisajes
(Viejo desnudo al sol, 1871).118

Impresionismo El sueño (1866), de Gustave Courbet, Museo del


Petit-Palais, París.
El impresionismo fue un movimiento profundamente innovador, que supuso
una ruptura con el arte académico y una transformación del lenguaje
artístico, iniciando el camino hacia los movimientos de vanguardia. Los impresionistas
se inspiraban en la naturaleza, de la que pretendían captar una «impresión» visual, la
plasmación de un instante en el lienzo —por influjo de la fotografía—, con una técnica
de pincelada suelta y tonos claros y luminosos, valorando especialmente la luz.119
Uno de sus iniciadores fue Édouard Manet, autor de dos obras que, siendo
precisamente desnudos, provocaron un gran escándalo, pero fueron obras rupturistas
que abrieron el camino a un arte nuevo: Le Déjeuner sur l'Herbe (1863) y Olympia
(1863).120

Otros autores continuaron el camino iniciado por Manet, como Edgar Degas, quien
después de unos primeros desnudos de influencia ingresiana evolucionó a un estilo
personal basado en el diseño de dibujo, preocupado esencialmente por la transcripción
Auguste Neyt,
del movimiento, en escenas llenas de vida y espontaneidad. Degas inició un subgénero
La edad de modelo de La edad
dentro del desnudo, el de la toilette, las mujeres en el baño, realizando su aseo
bronce, de de bronce, fotografía
personal, que tendría gran desarrollo a finales del siglo XIX y principios del XX.121 de Gaudenzio
Auguste Rodin
Pierre-Auguste Renoir fue uno de los más grandes intérpretes del cuerpo femenino, Marconi.
(1877).
que transcribió de una forma realista pero con cierto grado de adoración que le
confería un aire de idealizada perfección, con una visión serena y plácida de la
desnudez, en un ideal de comunión con la naturaleza.122

Posteriormente, los llamados postimpresionistas fueron una serie de artistas que, partiendo de los nuevos hallazgos técnicos
efectuados por los impresionistas, los reinterpretaron de manera personal, abriendo distintas vías de desarrollo de suma
importancia para la evolución del arte en el siglo XX. Paul Cézanne trató el desnudo como expresión de la relación entre
volúmenes de color inmersos en la luz, como en sus Bañistas (1879-1882). Paul Gauguin recreó un mundo de primitiva placidez
donde la desnudez era contemplada con naturalidad, como en sus obras realizadas en Tahití. Henri de Toulouse-Lautrec, en
contraposición a los estilizados desnudos de los salones académicos, estudió la figura femenina en su más cruenta carnalidad, sin
soslayar las imperfecciones propias del cuerpo, con preferencia por escenas de circo y music-hall, o bien de ambientes bohemios
y de prostíbulos.123
En el terreno escultórico, Auguste Rodin fue un gran renovador, tratando el cuerpo humano de forma intimista, con un fuerte
componente de introspección psicológica, y aportando nuevas tipologías al tema del desnudo: El pensador (1880-1900), El Beso
(1886-1890), La edad de bronce (1877), etc.124 En España, Joaquín Sorolla interpretó el impresionismo de una forma personal,
con una técnica suelta y pincelada vigorosa, con un colorido brillante y sensitivo, donde cobra especial importancia la luz, el
ambiente lumínico que envuelve sus escenas de temática mediterránea, en playas y paisajes marinos: Triste Herencia (1899),
Niños en la playa (1910).125

Simbolismo

El simbolismo fue un estilo de corte fantástico y onírico, que surgió como reacción
al naturalismo de la corriente realista e impresionista, poniendo especial énfasis en el
mundo de los sueños, así como en aspectos satánicos y terroríficos, el sexo y la
perversión. Se desarrolló especialmente en Francia, siendo uno de sus iniciadores
Gustave Moreau, artista de corte fantástico y estilo ornamental, con un erotismo
sugestivo que refleja sus miedos y obsesiones, con un prototipo de mujer ambigua,
entre la inocencia y la perversidad.126 Siguieron sus pasos artistas como Pierre
Puvis de Chavannes, Odilon Redon, Aristide Maillol, o los Nabis, grupo de artistas
influidos por Gauguin y preocupados por el uso expresivo del color (Félix Vallotton,
Pierre Bonnard). En Bélgica, Félicien Rops también se inspiró en el mundo de lo
fantástico y lo sobrenatural, con inclinación hacia lo satánico y las referencias a la
Agua agitada (1898), de Gustav Klimt,
muerte, con un erotismo que refleja el aspecto oscuro y pervertido del amor.127 Colección privada, Nueva York.

En Gran Bretaña surgió la escuela de los prerrafaelitas, que se inspiraban en los


pintores italianos anteriores a Rafael, así como en la recién surgida fotografía.
Aunque su temática era de preferencias líricas y religiosas, también abordaron el desnudo, como Dante Gabriel Rossetti, Edward
Burne-Jones, John Everett Millais y John William Waterhouse. El alemán Franz von Stuck expresó un erotismo de tórrida
sensualidad que refleja un concepto de la mujer como personificación de la perversidad (El pecado, 1893). En Austria, Gustav
Klimt recreó un mundo de fantasía de fuerte componente erótico, con una composición clasicista de estilo ornamental, donde se
entrelazan el sexo y la muerte, tratando sin tabúes la sexualidad.128

Siglo XX

En el siglo XX surgieron los movimientos de vanguardia, que pretendían integrar el


arte en la sociedad, buscando una mayor interrelación artista-espectador, ya que es
este último el que interpreta la obra, pudiendo descubrir significados que el artista ni
conocía. Las últimas tendencias artísticas han perdido incluso el interés por el objeto
artístico, valorando más el concepto, la idea creadora, con una revalorización del arte
de acción, de la manifestación espontánea, efímera, del arte no comercial (arte
conceptual, happening, environment).129 En el siglo XX el desnudo ha ido ganando
cada vez más protagonismo, sobre todo gracias a los medios de comunicación de
masas, que han permitido su mayor difusión, especialmente en el cine, la fotografía y
el cómic, y más recientemente, internet. El desnudo ya no tiene actualmente la
connotación negativa que tenía en épocas anteriores, principalmente debido al
aumento de la laicidad entre la sociedad, que percibe el desnudo como algo más
natural y no censurable moralmente.

Vanguardismo

Fauvismo (1905-1908) Formas únicas de continuidad en el


espacio (1913), de Umberto Boccioni,
El fauvismo prescinde de la perspectiva, el modelado y el claroscuro, Museo de Arte Contemporáneo de la
experimentando con el color, que es concebido de modo subjetivo y personal, Universidad de São Paulo.
aplicándole valores emotivos y expresivos, independientes respecto a la naturaleza.
Su principal representante fue Henri Matisse, que abrió las puertas a la
independencia del color respecto al tema, organizando el espacio por planos de color y buscando nuevas sensaciones mediante el
efecto impactante de las violentas zonas de colores estridentes. Pese a su afán modernizador, Matisse conservó elementos
clásicos como el desnudo: con el Desnudo azul (1906-1907) inició una simplificación de la forma humana en busca de una
síntesis perfecta de la estructura del cuerpo, proceso que le obsesionaría por muchos años y que culminaría con el Desnudo rosa
(1935).130 Siguieron la estela de Matisse artistas como: André Derain, que en su obra denota la influencia del arte primitivo (La
edad de oro, 1905); Maurice de Vlaminck, que sentía predilección por los colores puros, con un volumen de origen cézanniano
(Desnudo reclinado, 1905); Albert Marquet, de estilo más naturalista (Desnudo a contraluz, 1909-1911); y Kees van Dongen,
apasionado desnudista muy de moda en la alta sociedad parisiense (La mujer de las joyas, 1905).131

Expresionismo (1905-1923)

Surgido como reacción al impresionismo, los expresionistas defendían un


arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista,
reflejando en sus obras una temática personal e intimista con gusto por lo
fantástico, deformando la realidad para acentuar el carácter expresivo de la
obra.132 Organizado inicialmente en torno al grupo Die Brücke (fundado en
1905), a sus miembros les interesaba un tipo de temática centrada en la vida
y la naturaleza, reflejada de forma espontánea e instintiva, por uno de sus
principales temas fue el desnudo.133 De los miembros de Die Brücke
destacó Ernst Ludwig Kirchner: que utilizaba colores primarios, como los
fauvistas, pero con líneas quebradas, violentas, en ángulos cerrados, agudos,
con figuras estilizadas, con un alargamiento de influencia gótica. Otros
Desnudo acostado (1917), de Amedeo Modigliani,
miembros del grupo fueron: Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff, Max
Colección Gianni Mattioli, Milán.
Pechstein y Otto Mueller.134

En Viena destacó Egon Schiele, cuya obra giró en torno a una temática
basada en la sexualidad, la soledad y la incomunicación, con obras muy explícitas por las que incluso estuvo preso, acusado de
pornografía.135 En Francia se formó la denominada Escuela de París, un grupo heterodoxo de artistas que trabajaron en el
período de entreguerras, uno de cuyos principales exponentes fue Amedeo Modigliani, artista de vida bohemia autor de
numerosos desnudos. Otros miembros de la escuela fueron: Marc Chagall, Georges Rouault y Jules Pascin.136

Cubismo (1907-1914)

Este movimiento se basó en la deformación de la realidad mediante la destrucción de la


perspectiva espacial de origen renacentista, organizando el espacio en función de una trama
geométrica, con visión simultánea de los objetos, una gama de colores fríos y apagados, y
una nueva concepción de la obra de arte, con la introducción del collage.137 Su principal
exponente fue Pablo Picasso, que pasó por diversas fases antes de desembocar en el
cubismo, del que fue punto de partida Las señoritas de Avignon (1907), un desnudo que
supuso una ruptura total con el arte tradicional, haciendo un alegato contra la belleza
convencional, la belleza basada en reglas y proporciones. Durante los primeros años 1920
realizó desnudos de concepción más clásica, pero de una voluntaria objetividad que les
privaba de vitalidad, la cual se reafirmaría cuando posteriormente volvió a la deformación de
sus figuras, como en su Mujer desnuda en un sillón rojo de 1929. En obras posteriores
desmitificó no sólo el desnudo clásico, sino también el contemporáneo, con un sentido
iconoclasta y rebelde, siempre en busca de caminos nuevos y en contra de todo
convencionalismo, sea del pasado o del presente, con un concepto cada vez más abstrayente
de la figura humana.138
Mujer peinándose (1914), de
Otros representantes del cubismo fueron: Georges Braque, iniciador del estilo con Picasso, Alexander Archipenko, Museo de
Israel, Jerusalén.
cuyo Gran desnudo (1908) guarda un gran paralelismo con Las señoritas de Aviñón;
Fernand Léger, que recreó en sus obras una estructura volumétrica de la forma basada en
tubos (Figuras desnudas en un bosque, 1910); y Robert Delaunay, que realizó en La ciudad
de París (1910) una curiosa mezcla entre la figuración y la abstracción geométrica. En escultura, Alexander Archipenko
introdujo un nuevo análisis de la figura humana, descompuesta en formas geométricas y horadada en ciertos puntos con agujeros
que crean un contraste entre lo sólido y lo hueco, en una nueva forma de entender la materia: Torso en el espacio (1935).139

Futurismo (1909-1930)

Movimiento italiano que exaltó los valores del progreso técnico e industrial del siglo XX, destacando aspectos de la realidad
como el movimiento, la velocidad y la simultaneidad de la acción, el futurismo aspiraba a transformar el mundo, a cambiar la
vida, mostrando un concepto idealista y algo utópico del arte como motor de la sociedad.140 Aunque los futuristas no se
dedicaron especialmente al desnudo, conviene recordar a Umberto Boccioni y su Formas únicas de continuidad en el espacio
(1913), una versión moderna del «desnudo heroico» clásico.141

Dadaísmo (1916-1922)
Movimiento de reacción a los desastres de la guerra, el dadaísmo supuso un planteamiento radical del concepto de arte, que
pierde cualquier componente basado en la lógica y la razón, reivindicando la duda, el azar, lo absurdo de la existencia. Su
principal factótum fue Marcel Duchamp, que realizó en Desnudo bajando una escalera (1911) una síntesis entre cubismo y
futurismo, donde el cuerpo ha sido descompuesto en volúmenes geométricos y serializado en diversos movimientos
superpuestos. El desnudo fue también un tema propicio para la experimentación en otras obras suyas como El gran vidrio (o La
novia desnudada por sus solteros, incluso, 1915-1923) y Dándose: 1. La caída de agua, 2. El gas de alumbrado (1944-1966).142

Surrealismo (1924-1955)

El surrealismo puso especial énfasis en la imaginación, la fantasía, el mundo de los sueños,


con una fuerte influencia del psicoanálisis. Uno de sus principales representantes fue
Salvador Dalí, con una obra figurativa pero intensamente onírica, con una gran obsesión por
el sexo, tema recurrente en su obra: El gran masturbador (1929), La tentación de San
Antonio (1946), Leda atómica (1949), Crucifixión (Corpus hypercubus) (1954), Dalí
desnudo (1954), etc.143 Paul Delvaux se encuadró en un tipo de pintura figurativa pero
extrañamente inquietante, donde las mujeres desnudas conviven con hombres que las miran
con ávido voyeurismo, consiguiendo recrear un ambiente de un erotismo de pesadilla. René
Magritte desarrolló una obra donde lo corriente y lo banal convive con lo fantástico y
extraño, a menudo con fuertes connotaciones eróticas, en atmósferas perturbadoras con una
iconografía recurrente, destacando la ambigüedad de los objetos que retrata. Óscar
Domínguez muestra en La máquina de coser electrosexual (1935) un delirio onírico donde
el componente sexual se combina con la mecanicidad de la era industrial.144

En escultura, Constantin Brâncuşi efectuó un proceso de reducción de la figura humana


hacia la más estricta simplicidad, cercana a la abstracción (Musa dormida, 1911). Siguió su Homenaje a Newton (1985), de
estela Alberto Giacometti, con figuras reducidas a simples filamentos, muy alargadas y Salvador Dalí, Singapur.
demacradas, mostrando el aislamiento del hombre (Desnudo de pie, 1953). Henry Moore se
inspiró en el cuerpo humano en muchas de sus obras, que suponen una abstracción de la
forma donde el cuerpo queda esbozado en unas líneas simples y dinámicas, ondulantes, que sugieren más que describen la forma
básica del cuerpo (Figura reclinada, 1951).145

Art déco (1925-1945)

El Art déco fue un movimiento surgido en Francia a mediados de los años 1920 que supuso una revolución para el interiorismo y
las artes gráficas e industriales. En pintura destacó la obra de Tamara de Lempicka, cuyos desnudos presentan mujeres que son
un producto de su época, elegantes y sofisticadas, con lujo y glamour, una mujer moderna que asume sin trabas su sexualidad, y
que es admirada y respetada por los hombres, una mujer de alta sociedad que sigue los dictados de la moda.146

Últimas tendencias

Desde la Segunda Guerra Mundial el arte ha experimentado una vertiginosa dinámica


evolutiva, con estilos y movimientos que se suceden cada vez más rápido en el tiempo. El
proyecto moderno originado con las vanguardias históricas llegó a su culminación con
diversos estilos antimátericos que destacaban el origen intelectual del arte por sobre su
realización material, como el arte de acción y el arte conceptual, a los que se ha enfrentado
posteriormente el arte postmoderno, que retorna al arte tradicional.147

Informalismo (1945-1960)

El informalismo es un conjunto de tendencias basadas en la expresividad del artista,


renunciando a cualquier aspecto racional del arte (estructura, composición, aplicación
preconcebida del color). Es un arte eminentemente abstracto, aunque algunos artistas
conservan la figuración, donde cobra relevancia el soporte material de la obra, que asume el
protagonismo por encima de cualquier temática o composición. Incluye diversas corrientes
como el tachismo, el art brut, la pintura matérica o el expresionismo abstracto en Estados
Unidos.148
El rapto de Europa (1994), de
Algunos de sus representantes que han tratado el tema del desnudo han sido: Jean Fautrier, Fernando Botero, St. Petersburg,
autor de desnudos donde la figura se encuentra deformada, confeccionados a base de Florida.
diversas texturas de color, en soportes multimatéricos; Jean Dubuffet, que en su serie
Cuerpos de Dama trata el cuerpo como una masa que queda aplastada en el soporte, como
en una tabla de carnicero; Willem de Kooning realiza desnudos femeninos distorsionados al máximo, como su serie de Mujeres
(1945-1950); Antoni Tàpies es un pintor básicamente abstracto, aunque en sus obras introduce a veces partes del cuerpo humano,
especialmente genitales, de formas esquemáticas, muchas veces con apariencia de deterioro, el cuerpo aparece rasgado, agredido,
agujereado.149

Nueva figuración (1945-1960)

Como reacción a la abstracción informalista surgió un movimiento que recuperó la figuración, con cierta influencia expresionista
y con total libertad de composición. Uno de sus principales exponentes fue Francis Bacon, que expone en sus obras unas figuras
cuya desnudez es deforme, vulnerable, escarnecida, enmarcadas en espacios irreales, que semejan cajas que encierran las figuras
en un ambiente opresivo, angustioso. Sus desnudos, tanto masculinos como femeninos, parecen amasijos de carne amorfa, que se
retuerce y libra una lucha desesperada por la existencia.150 Otro notable exponente fue Lucian Freud, para el que el desnudo fue
uno de sus principales temas, que trató de forma realista, descarnada, pormenorizada, sin omitir ningún detalle, desde venas y
músculos hasta arrugas y cualquier imperfección de la piel.151 En escultura destacaron: Germaine Richier, que siguió la estela
de Giacometti en figuras estilizadas de miembros alargados, que semejaban insectos, con un aspecto lacerado y andrajoso, como
en descomposición (El pastor de las Landas, 1951); y Fernando Botero, autor de figuras de grandes dimensiones, que parecen
muñecas hinchadas (El rapto de Europa, 1994).

Pop-art (1955-1970)

Surgió en Gran Bretaña y Estados Unidos como movimiento de rechazo al expresionismo abstracto, englobando una serie de
autores que retornaron a la figuración, con un marcado componente de inspiración popular, tomando imágenes del mundo de la
publicidad, la fotografía, el cómic y los medios de comunicación de masas. El pop-art asumió el sexo como algo natural, sin
tapujos, en el marco de la liberación sexual de los años 60 propugnada por el movimiento hippy. Uno de sus principales
exponentes por lo que atañe al desnudo fue Tom Wesselmann, que realizó en la serie Grandes desnudos americanos (años 1960)
un conjunto de obras donde el desnudo se muestra como un producto de consumo, con una estética publicitaria y cercana a las
revistas eróticas tipo Playboy.152

Nuevo realismo (1958-1970)

Movimiento francés inspirado en el mundo de la realidad circundante, del consumismo y la sociedad industrial, del que extraen
—al contrario que en el pop-art— su aspecto más desagradable, con especial predilección por los materiales detríticos. Uno de
sus principales representantes fue Yves Klein, artista revolucionario que fue precursor del arte conceptual y de acción, autor de
las «antropometrías», donde una modelo desnuda, embadurnada de pintura, se acostaba sobre un lienzo dejando la huella de su
cuerpo pintada en la tela, marcando el punto de origen del body-art y el happening.153

Arte de acción (desde 1960)

Son diversas tendencias basadas en el acto de la creación artística, donde lo importante no es la obra en sí, sino el proceso
creador, en el que además del artista interviene a menudo el público, con un gran componente de improvisación. Engloba
diversas manifestaciones artísticas como el happening, la performance, el environment, la instalación, etc. En Europa destacó el
grupo Fluxus y artistas como Wolf Vostell, que realizó varios happenings donde intervenía el desnudo, como Desastres
(Encofrado con cemento de la vagina) (1972) y Fandango (1975).154

Hiperrealismo (desde 1965)

Como reacción al minimalismo de moda en los años 1950 y 1960 surgió esta nueva corriente figurativa, caracterizada por su
visión superlativa y exagerada de la realidad, que es plasmada con gran exactitud en todos sus detalles, con un aspecto casi
fotográfico. Destacaron artistas como John Kacere, que pinta fragmentos de cuerpos femeninos, especialmente sexos y nalgas
con bragas ajustadas; y el escultor John de Andrea, autor de desnudos de fuerte carga sexual (El artista y su modelo, 1976). En
España, Antonio López García es autor de obras de factura académica pero donde la más minuciosa descripción de la realidad se
aúna con un vago aspecto irreal cercano al realismo mágico (Mujer en la bañera, 1968).155

Arte conceptual (1965-1980)

Tras el despojamiento matérico del minimalismo, el arte conceptual renunció al sustrato material para centrarse en el proceso
mental de la creación artística, afirmando que el arte está en la idea, no en el objeto. Incluye diversas tendencias, como el arte
conceptual lingüístico, el arte povera, el body-art, el land-art, el bio-art, etc. También podrían enmarcarse en esta corriente
diversos géneros de reivindicación social como el arte feminista y el arte homoerótico. En relación al desnudo tiene especial
relevancia el body-art, movimiento surgido a finales de los años 1960 y desarrollado en los 1970, que tocó diversos temas
relacionados con el cuerpo, en especial en relación con la violencia, el sexo, el exhibicionismo o la resistencia corporal a
determinados fenómenos físicos, con artistas como Dennis Oppenheim, Stuart Brisley, el grupo del Accionismo vienés (Günther
Brus, Otto Mühl, Hermann Nitsch y Rudolf Schwarzkogler), Youri Messen-Jaschin y Urs Lüthi.
El arte feminista ha tratado de reivindicar la imagen de la mujer como persona y no como objeto, incidiendo en su esencia tanto
material como espiritual, y remarcando aspectos de su condición sexual como la menstruación, la maternidad, etc. Algunas de
sus principales figuras han sido: Donna Haraway, Cindy Sherman, Judy Chicago y Jenny Saville.156

Arte postmoderno (desde 1975)

Por oposición al denominado arte moderno, es el arte propio de la postmodernidad. Los artistas postmodernos asumen el fracaso
de los movimientos de vanguardia como el fracaso del proyecto moderno: las vanguardias pretendían eliminar la distancia entre
el arte y la vida, universalizar el arte; el artista postmoderno, en cambio, es autorreferencial, el arte habla del arte, no pretenden
hacer una labor social. Entre los diversos movimientos postmodernos destacan la transvanguardia italiana y el neoexpresionismo
alemán, así como el neomanierismo, la figuración libre, etc. Entre sus representantes han tocado el tema del desnudo artistas
como Sandro Chia, Markus Lüpertz, Georg Baselitz, Rainer Fetting, David Salle, Eric Fischl y Miquel Barceló.157

Medios audiovisuales
Además de en pintura y escultura, el desnudo también se ha desarrollado en
otras artes, desde la danza y el teatro hasta nuevos medios y técnicas como la
fotografía, el cine, la televisión y el cómic. En estos medios, especialmente
desde el siglo XX, el desnudo suele estar vinculado al erotismo, que
representa un fuerte reclamo a nivel comercial, por lo que ha sido
profusamente utilizado por la publicidad. En estos medios se suele recurrir a
actores y modelos físicamente atractivos, cobrando un gran auge en los
últimos tiempos la demanda de imágenes de celebridades desnudas en el
nuevo medio de comunicación de masas, internet. También han proliferado
desde mediados del siglo XX las revistas eróticas, como Playboy, Penthouse
y Hustler, que ofrecen imágenes de modelos desnudas y han supuesto un
gran hito en la educación sexual de muchos adolescentes. Sin embargo, hay
que remarcar que no todo el desnudo es erótico, y numerosos artistas han Desnudo reclinado, Amélie (1852), de Félix-
Jacques Moulin.
tratado el tema del cuerpo humano despojado de ropa como metáfora de la
vulnerabilidad del cuerpo y la fragilidad de la vida.

Fotografía

La aparición de la fotografía supuso una auténtica revolución en el terreno de


las artes plásticas, ya que por diversos procedimientos técnicos permitía a
cualquier persona, aunque no tuviese formación artística, captar imágenes
del natural de una forma mucho más realista que cualquier pintura. La
fotografía moderna comenzó con la construcción del daguerrotipo por Louis-
Jacques-Mandé Daguerre, a partir de donde se fueron perfeccionando los
procedimientos técnicos para su captación y reproducción. Pese a ser una
realización puramente técnica, pronto se vislumbró la artisticidad de este
nuevo medio, pues la obra resultante podía ser considerada artística en
cuanto suponía la intervención de la creatividad de la persona que capta la
imagen, derivada de la labor de percepción, diseño y narratividad efectuada
en la toma de la imagen. Así, pronto la fotografía pasó a ser considerada una
Los dos caminos de la vida (1857), de Oscar de las artes, concretamente la octava.nota 7 En el siglo XX se extendió
Gustav Rejlander. notablemente su uso, ya que las continuas mejoras técnicas en cámaras
portátiles permitían un uso generalizado de esta técnica a nivel amateur. Su
presencia fue esencial en revistas y periódicos, asumiendo los medios de
comunicación de masas un papel preponderante en la cultura visual del siglo XX.158

Sin embargo, en el terreno del desnudo la fotografía encontró más trabas que en las artes tradicionales, donde era un tema
frecuente y respetado por los medios académicos, principalmente por el realismo de sus imágenes, y por la connotación moral
que suponía que una persona se desnudase para ser captada por la cámara. Esto llevó a la fotografía de desnudo a ser considerada
meramente pornografía, y a ser relegada a circuitos clandestinos y convertirse en objeto de mercantilización. Prácticamente hasta
el siglo XX no alcanzó la fotografía de desnudo un estatus de obra artística, especialmente gracias a numerosos creadores que la
concibieron de forma estética y depurada de cualquier connotación sexual. En la fotografía de desnudo es importante el proceso
de composición e iluminación, así como de retoque, para conseguir los efectos deseados, ya que por ser un medio
intrínsecamente realista capta el cuerpo humano con todas sus imperfecciones, hecho aceptado por algunos artistas pero
soslayado por otros, que prefieren mostrar una imagen más perfeccionada, derivada de los cánones estéticos que el desnudo ha
procurado al arte desde el idealismo del arte clásico.159
Desde sus inicios la fotografía estuvo estrechamente relacionada con la pintura, y muchos
artistas empezaron a inspirarse en fotografías para elaborar sus obras: así, Eugène Delacroix
llegó a confesar en su Diario que habían tenido mucha utilidad para su obra unas fotografías
de desnudos masculinos realizadas por Jules-Claude Ziegler. El pintor romántico se basaba
muchas veces en fotos para estudiar los detalles de las obras que iba a realizar, afirmando
que «luces y sombras cobran su verdadero sentido, y dan el grado exacto de firmeza y de
blandura». En el impresionismo, numerosos artistas se basaron igualmente en la fotografía,
como Edgar Degas, Camille Pissarro o Pierre-Auguste Renoir. Alfons Mucha, uno de los
mejores diseñadores e ilustradores del modernismo, dedicado especialmente al cartelismo y
las artes gráficas, se basó a menudo en la fotografía para muchas de sus composiciones,
empleando una enorme cámara de fuelle, con la que obtenía imágenes que le servían para
sus realizaciones artísticas.160

De forma recíproca, y en busca de una mayor artisticidad que otorgase categoría a sus obras,
en la segunda mitad del siglo XIX muchos fotógrafos se basaron en técnicas artísticas para
realizar muchas de sus composiciones, otorgando un cierto aire pictórico a sus obras, donde Fotografía de modelo y dibujo
la composición y el juego de luces y sombras están inspirados en los grandes genios de la basado en la fotografía, de Alfons
pintura. Por ello, esta corriente fue denominada fotografía academicista, con representantes Mucha (1928).
como André Adolphe Eugène Disdéri, Émile Bayard, Eugène Durieu y Gaspard-Félix
Tournachon.161

Uno de los primeros fotógrafos en dedicarse con asiduidad al desnudo fue Félix-Jacques Moulin, quien en 1849 abrió una tienda
en el barrio parisino de Montmartre y empezó a producir daguerrotipos de jóvenes señoritas en diversas poses. Sin embargo, en
1851 su trabajo fue confiscado, y fue sentenciado a un mes de prisión por el carácter «obsceno» de sus obras. Otro pionero del
desnudo fotográfico fue Oscar Gustav Rejlander, que en 1857 realizó un trabajo alegórico titulado Los dos caminos de la vida,
cuyo objetivo es ofrecer un mensaje moral al mostrar el mal a la izquierda y el bien a la derecha, de forma más luminosa y donde
se hallan la virtud, el trabajo y las buenas costumbres; sin embargo, dado que la imagen muestra una parcial desnudez provocó
un escándalo social, siendo acusado de emplear prostitutas como modelos.

Otro terreno de representación desnudista fue el de la experimentación


científica, siendo de relevancia los estudios de Eadweard Muybridge sobre el
movimiento humano, a partir de una técnica denominada cronofotografía,
que permitía captar el movimiento mediante sucesivas tomas instantáneas,
experimentos que sirvieron de base para el posterior descubrimiento del
cinematógrafo. Muybridge se dedicó a registrar los movimientos de los seres
humanos y de los animales del zoológico de Filadelfia, publicando sus
resultados en 1887 en el libro Locomoción animal, que incluye desnudos
como Dos hombres desnudos luchando y Mujer bajando una escalera.
Mujer bajando una escalera (1887), de Eadweard
Muybridge. Entre finales del siglo XIX y el inicio de la Primera Guerra Mundial se
desarrolló el pictorialismo (del inglés picture, «imagen»), movimiento que
pretendía reivindicar la fotografía como un medio artístico que requería de
unas capacidades especiales —con especial énfasis en los valores intrínsecos de la fotografía como arte de pleno derecho—,
alejándola del amateurismo. Estos artistas se distancian de la realidad para que sus tomas sean imágenes compositivas y no una
mera reproducción del entorno físico, motivo por el cual buscan deliberadamente el desenfoque o efecto flou, con una fuerte
influencia del impresionismo. Algunos fotógrafos de esta corriente realizaron desnudos de indudable artisticidad, con lo que el
desnudo fotográfico empezó a ser considerado un arte apartado de la simple pornografía, destacando Robert Demachy, muy
conocido por las manipulaciones de sus obras proporcionándoles un acabado similar a las pinturas, y Alfred Stieglitz, primero en
explorar la cualidad estética del estudio de fragmentos aislados del cuerpo humano. Los fotógrafos pictorialistas fueron los
primeros que consiguieron introducir el desnudo fotográfico en exposiciones y eventos artísticos de importancia.162

A principios del siglo XX, y en paralelo a las vanguardias artísticas, la fotografía pasó a ser un medio de innovación y
experimentación artística, con nuevas técnicas y procedimientos como el fotomontaje. Uno de estos pioneros fue Man Ray,
impulsor del dadaísmo y el surrealismo en Estados Unidos, que llegó a hacer fotografías sin cámara, poniendo objetos sobre la
película y exponiéndolos unos segundos a la luz, creando imágenes ambiguas entre la figuración y la abstracción. Un ejemplo de
esta experimentación con la luz es Belleza ultravioleta (1931). Una de sus obras más famosas es Le Violon d'Ingres (1924),
donde retrató a su modelo y amante Kiki de Montparnasse en la postura de la célebre pintura La bañista de Valpinçon de Jean
Auguste Dominique Ingres, pero sobreponiendo sobre la espalda desnuda de la modelo las efes de un violonchelo.

En relación con el expresionismo destacó el checo František Drtikol, especializado en el desnudo y el retrato. Influido por el
romanticismo y el simbolismo, fue evolucionando hacia una mayor preocupación por el espacio y las posibilidades
arquitectónicas de la luz. Emmanuel Sougez defendió los principios de la Nueva Objetividad, considerando la fotografía como un
arte autónomo. Sus primeras fotografías tenían como tema principal la naturaleza muerta y el desnudo, empleando una estética
austera y puramente fotográfica.

El desnudo masculino en la fotografía no ha sido tan habitual como el


femenino, pero ha tenido una producción constante durante toda la historia
de la fotografía, especialmente en relación al arte homoerótico. El desnudo
masculino no tenía en principio tanta aceptación como el femenino,
considerado el paradigma de la belleza por la sociedad decimonónica, con
una visión aún fuertemente machista de los roles sexuales, donde la posible
sensibilidad hacia temas eróticos por parte de la mujer no era considerada.
Uno de los pioneros fue Gaudenzio Marconi, que retrató hombres desnudos
en poses imitadas de las grandes obras de arte, como La Creación de Adán
de Miguel Ángel (1870) o La edad de bronce de Rodin (1877). Eugène
Durieu también realizó fotografías con la intención de servir de modelos para Desnudo masculino recreando La Creación de
Adán de Miguel Ángel (1870), de Gaudenzio
los artistas, al estilo de las academias dibujadas. Otro tipo de fotografías eran
Marconi.
las que tenían fines científicos, como los estudios de movimiento de
Eadweard Muybridge, o los estudio etnológicos y del ámbito deportivo. Poco
a poco estas fotografías fueron adquiriendo mayor artisticidad, y empezaron
a aceptarse como productos estéticos, como se percibe en la publicación Le Nu esthétique (1902), de Émile Bayard. Entre finales
del siglo XIX y principios del XX se desarrolló el desnudo masculino concebido plenamente como imágenes evocadoras de la
belleza masculina, desarrollado por fotógrafos como Wilhelm von Gloeden, Wilhelm von Plüschow, Fred Holland Day,
Vincenzo Galdi, etc. Tras la Primera Guerra Mundial comenzó el culto al cuerpo, poniéndose de moda el nudismo y la cultura
física, los cuerpos musculosos y varoniles frente al efébico modelo de la fotografía artística anterior. Uno de los fotógrafos que
mejor retrataron esta estética fue Kurt Reichert. Esta tendencia se acentuó tras la segunda contienda mundial, donde el culturismo
puso de moda un cuerpo excesivamente musculado, que recibió el apodo beefcake («pastel de carne»), representado por
fotógrafos como Bob Mizer y Bruce Bellas. Posteriormente, el desnudo masculino ha ido cobrando con el tiempo el mismo nivel
de artisticidad y aceptación social que el femenino, al tiempo que ha ido adquiriendo cada vez mayor explicitud —como en el
terreno de la erección, hasta entonces un tema tabú—, siendo practicado por fotógrafos del nivel de George Platt Lynes, Carl Van
Vechten, Herbert List, Bruce Weber, Roy Blakey, etc. Uno de los más famosos y controvertidos ha sido Robert Mapplethorpe,
dedicado especialmente al desnudo de hombres afroamericanos, con una obra de fuertes connotaciones sadomasoquistas.163

En la actualidad, el desnudo artístico es plenamente aceptado en la sociedad occidental, y es frecuente su presencia en medios de
comunicación, revistas y publicidad, con tres modalidades principales: el desnudo abstracto, el desnudo erótico y el desnudo
deportivo; y tres sectores principales de aplicación: el desnudo puramente artístico, el desnudo publicitario y el desnudo
editorial.4 Uno de los más afamados fotógrafos de la segunda mitad del siglo XX ha sido Helmut Newton, creador de un estilo
propio, lleno de glamour y seducción, con bellas mujeres en ambientes lujosos, y una cierta tendencia hacia el fetichismo. Sus
modelos suelen ser de complexión atlética, pero elegantes y sofisticadas, como se vio en su serie de Big nudes («grandes
desnudos») de los años 1980.164

Entre los años 1970 y 1980 destacó la obra de David Hamilton, arquitecto y decorador —fue director artístico de las revistas Elle
y Queen— antes de iniciarse en la fotografía de forma amateur. En 1962 adquirió su primera cámara, una Minolta con objetivo
de 50 mm, con la que desarrolló un estilo de fotografías de tono luminoso, algo desenfocadas, con colores suaves y un grano
grueso —técnica que pasó a denominarse «atmósfera hamiltoniana»—, con una estética algo naïf, y preferencia por las tomas al
aire libre, con especial predilección por los ambientes mediterráneos de la Costa Azul francesa. Sin embargo, su obra ha estado
empañada por retratar en numerosas ocasiones a jóvenes adolescentes, presentadas en poses naturales y algo ingenuas. Director
de cine además de fotógrafo, ha realizado películas como Bilitis (1977), Laura (1979) y Tiernas primas (1980).165

Otros fotógrafos destacados de estos últimos años han sido: Peter Lindbergh, considerado como uno de los mejores fotógrafos de
moda del mundo, uno de los creadores del fenómeno top model de la década de 1990; Herb Ritts, fotógrafo de modas
especializado en fotos en blanco y negro y retratos de estilo similar a las escultura de la Grecia clásica; Jiří Růžek, especialista en
desnudo artístico y glamour, con una sutil y delicada sensualidad cargada de erotismo; Helena Almeida, pintora y fotógrafa que
incorpora pigmentos y materiales propios de las artes plásticas en sus obras, que suelen ser autorretratos; Nobuyoshi Araki,
interesado por el sexo y la muerte, con una controvertida obra de fuerte naturaleza sadomasoquista; Narcis Virgiliu, con una obra
de un cierto tono surrealista y abstraizante, con referencias a temas mitológicos —como los mitos de Sísifo y Pigmalión— o a la
relación entre la vida y la naturaleza; Wacław Wantuch, autor de desnudos semejantes a esculturas, con un especial cuidado en la
iluminación y buscando ángulos espectaculares; Misha Gordin, pionero del desnudo conceptual, con sorprendentes imágenes
elaboradas en un cuarto oscuro tradicional con la técnica de enmascaramiento.166

Cabe remarcar la labor de Spencer Tunick, conocido por sus fotografías de grandes masas de gente desnuda dispuestas en
diversas localizaciones urbanas, variando la postura y disposición de las personas, generalmente voluntarios que acuden a un acto
artístico concebido casi como una performance o instalación. Comenzó en 1992 fotografiando personas desnudas por las calles
de Nueva York, pasando posteriormente a otros estados de Norteamérica, en su proyecto denominado Naked States («Estados
desnudos»). Más tarde hizo una gira internacional, a la que denominó Nude Adrift («Desnudo a la deriva»). En 2003 llegó a
fotografiar a 7 000 personas desnudas en Barcelona, un récord superado en 2007 en la Ciudad de México, con 19 000
participantes. Tunick convierte el cuerpo en parte integrante de la ciudad, del paisaje, buscando trascender la esencia de la
materialidad humana, ya que la pérdida de la individuación en el grupo metamorfosea la corporeidad en una entidad superior, de
orden espiritual, donde se desfetichiza el cuerpo desnudo, que se convierte en un vehículo para el arte.167

Cine

El cine, técnica basada en la reproducción de imágenes en movimiento,


surgió con el invento del cinematógrafo por los hermanos Lumière en 1895.
Si bien en principio únicamente suponía la captación de imágenes del
natural, como si fuese un documental, enseguida la cinematografía
evolucionó hacia la narración de historias mediante la utilización de guiones
y procesos técnicos como el montaje, que permitían rodar escenas y
ordenarlas de forma que presentase una historia coherente. Con la
incorporación de elementos tomados del teatro —proceso iniciado por
Méliès—, el cine alcanzó un grado de auténtica artisticidad, siendo bautizado
como el «séptimo arte».nota 8

El desnudo en el cine ha estado frecuentemente vinculado al cine erótico y


pornográfico, aunque numerosas películas comerciales han presentado
Inspiración (1915), primera película
desnudos parciales o totales por «exigencias del guion» —como se suele
estadounidense no pornográfica que contenía
decir eufemísticamente en el mundillo del cine—. Ya en los primeros años
escenas de desnudo, la actriz que aparece
del nuevo arte, en el llamado «cine mudo», se hallan diversos casos sobre
desnuda es Audrey Munson.
todo en la industria norteamericana de Hollywood: Inspiración (1915), fue el
primer film no pornográfico que presentó escenas de desnudo, al que
siguieron casos como Hipócritas (1915), La hija de los dioses (1916), Volver al país de Dios (1919), La reina de Saba (1921), La
señal de la cruz (1932), Ave del Paraíso (1932), etc. Sin embargo, entre 1934 y 1960 el desnudo fue prohibido en Estados Unidos
por el Código de producción cinematográfica, también conocido como Código Hays. Fuera de este código se encontraban las
películas nudistas, concebidas para difundir este estilo de vida, aunque en numerosas ocasiones sirvieron de pretexto para
mostrar desnudos de forma poco justificada; algunos ejemplos de este tipo de películas son: El mundo desnudo (1933), El
sinvergüenza (1938), Jardín del Edén (1954), Venus desnuda (1958) y La vida nudista (1961).

El inmoral Mr. Teas (1959) de Russ Meyer, fue el primer largometraje no naturista que exhibía abiertamente la desnudez y,
aunque fue calificado de pornográfico, dio origen a un género apodado Nudies o Nudie-cuties, un precedente del fenómeno
conocido como «destape», con películas como Las aventuras de Lucky Pierre (1961) y Desnudo en la Luna (1963). En los años
1960 surgió un género denominado sexploitation, mezcla de sexo y violencia, con ejemplos como Los rapiñadores (1965),
Sexploiters (1965), Las chicas malas van al infierno (1965) y La agonía de amor (1966). También en los 1960 comenzaron a
surgir desnudos en películas corrientes del circuito comercial, tratados con mayor naturalidad, como en Peeping Tom (1960), que
contiene la primera escena de desnudo femenino en una película de posguerra, a la que siguieron: Promesas! Promesas! (1963),
El prestamista (1964), Cowboy de medianoche (1969), La naranja mecánica (1971), etc.

En Europa, el desnudo en el cine tuvo una evolución paralela, con mayor o menor intervención de la censura o de la calificación
de películas según los diversos países. El primer desnudo femenino integral fue protagonizado por la actriz Hedy Lamarr en la
película Éxtasis, dirigida por Gustav Machatý en 1933, que llegó a ser condenada por el papa Pío XI. Otros ejemplos de desnudo
en el cine europeo son: Era Lui, Si Si (1951), Verano con Monika (1953), Dispara sobre el pianista (1960), El desprecio (1963),
El juego ha terminado (1966), Belle de jour (1967) e Isadora (1968). Mujeres enamoradas (1969) generó polémica por mostrar
unos desnudos masculinos frontales de una escena de lucha entre Oliver Reed y Alan Bates; Glenda Jackson ganó el premio de la
Academia a la mejor actriz en la película, el primer actor que lo ganó por un papel que incluía escenas de desnudo. El último
tango en París (1973), de Bernardo Bertolucci, fue una de las primeras películas de ámbito comercial en mostrar el desnudo sin
tapujos, en paralelo a la revolución sexual propugnada por el movimiento hippy, y propició el boom del cine erótico de moda
entre los años 1970 y 1980, con películas como Emmanuelle (1974) e Historia de O (1975), de Just Jaeckin, El imperio de los
sentidos (1976), de Nagisa Oshima, y Calígula (1979), de Tinto Brass.

En España, entre los años 1970 y 1980 se dio un curioso fenómeno sociológico conocido como el «destape», donde proliferaron
escenas de desnudo —preferentemente femenino, pero también alguno masculino— casi sin ningún pretexto, simplemente por la
demanda de este tipo de imágenes por un público que había recuperado la libertad tras la dictadura franquista y su férrea censura.
La creación de la clasificación S para películas de softcore o porno blando, generó películas como Deseo carnal, Desnuda ante el
espejo, Eróticos juegos de la burguesía, La orgía, La visita del vicio, Susana quiere perder eso, Aberraciones sexuales de una
mujer casada, Atraco a sexo armado, Con el culo al aire, Viciosas al desnudo o La caliente niña Julieta. Estas películas hicieron
famosos a actores de estilo cómico como Alfredo Landa, Andrés Pajares y Fernando Esteso, y convirtieron en mitos sexuales a
actrices como Nadiuska (Lo verde empieza en los Pirineos, 1973), Ágata Lys (Último tango en Madrid, 1975) y María José
Cantudo (La trastienda, 1976, primera película española que mostró un desnudo integral).168
Pasados los años en que el desnudo en el cine era motivo de escándalo y provocación, hoy en día su presencia es asumida con
naturalidad, siendo frecuentes las películas donde el desnudo se muestra en escenas que así lo requieren, como las que
transcurren en la naturaleza, o bien en el baño o en escenas de amor. Así, por ejemplo, The Blue Lagoon (1980), de Randal
Kleiser, muestra el despertar del instinto sexual en dos jóvenes náufragos en una isla tropical, donde el desnudo es parte
consustancial del entorno natural en que se mueven. La bella mentirosa (1991), de Jacques Rivette, muestra la relación entre un
pintor y su modelo, que posa desnuda para él y le vuelve a motivar tras una etapa de falta de inspiración del artista. Igual ocurre
en Titanic (1997), de James Cameron, donde Kate Winslet posa desnuda para que la dibuje Leonardo DiCaprio. Estas películas
evidencian la estrecha relación entre el cine y el arte tradicional, que en el ámbito del desnudo artístico ha dejado realizaciones
como Las aventuras del Barón Munchausen (1988), de Terry Gilliam, donde aparece Uma Thurman posando como la Venus de
El nacimiento de Venus de Botticelli, o Goya en Burdeos (1999), de Carlos Saura, donde Maribel Verdú posa como La maja
desnuda de Goya.

Así, en estos últimos años no es extraño encontrar escenas de desnudo en películas comerciales como Splash (1984, Ron
Howard), Nueve semanas y media (1986, Adrian Lyne), Basic Instinct (1992, Paul Verhoeven), Prêt-à-porter (1994, Robert
Altman), Más allá de las nubes (1995, Michelangelo Antonioni), Showgirls (1995, Paul Verhoeven), Striptease (1996, Andrew
Bergman), El abogado del diablo (1997, Taylor Hackford), The Full Monty (1997, Peter Cattaneo), Eyes Wide Shut (1999,
Stanley Kubrick), etc. En la actualidad, el desnudo es incluso una forma de cotización para actores y actrices, ya que es un fuerte
reclamo para el público, existiendo la opinión de que uno de los factores del Óscar a la mejor actriz para Halle Berry por
Monster's Ball (2001) fue su aparición desnuda en la película.169 Una de las películas con mayor número de desnudos colectivos
—requirió 750 extras— ha sido El perfume (2006), de Tom Tykwer, donde en la escena final, en que el asesino va a ser
ajusticiado, éste esparce una fragancia que hipnotiza a todo el público asistente, que se pone a hacer el amor en una desenfrenada
orgía que permite escapar al prófugo.170

En España, tras los tiempos del destape el desnudo ha asumido la misma naturalidad que en el cine internacional, y es habitual en
el cine comercial, con notables ejemplos como ¡Átame! (1990), de Pedro Almodóvar, historia de un joven obsesionado por una
actriz porno a la que secuestra, iniciando una tórrida relación donde el amor se junta con el odio; o Lucía y el sexo (2001), de
Julio Medem, centrada en los recuerdos de una camarera que ha perdido al ser amado, y su relación con un escritor que escribe
una historia parecida, donde el sexo es una forma de plasmar los pensamientos de la protagonista.

El desnudo masculino, si bien no tan frecuente como el femenino, también ha estado presente en numerosas producciones,
practicado por actores como: Richard Gere (American Gigolo, 1980), Arnold Schwarzenegger (The Terminator, 1984), William
Petersen (To Live and Die in L.A., 1985), Harvey Keitel (Bad Lieutenant, 1992 y The Piano, 1993), Sylvester Stallone
(Demolition Man, 1993), Bruce Willis (El calor de la noche, 1994), Ewan McGregor (Trainspotting, 1996), Edward Norton
(American History X, 1998), Kevin Bacon (Juegos salvajes, 1998), Jude Law (The Talented Mr. Ripley, 1999), Geoffrey Rush
(Quills, 2000), Christian Bale (American Psycho, 2000), Ralph Fiennes (Red Dragon, 2002), Viggo Mortensen (Eastern
Promises, 2007), Willem Dafoe (Anticristo, 2009), Billy Crudup (Watchmen, 2009), etc.171

Artes escénicas

El desnudo es también un recurso habitual en artes escénicas como el teatro y la danza,


especialmente desde mediados del siglo XX. En estas formas artísticas el cuerpo tiene una
especial relevancia, ya que es transmisor por sus gestos y movimientos de una gran cantidad
de expresiones y sentimientos. En el teatro, donde se escenifica un relato o drama literario,
el desnudo puede estar justificado —como en el cine— por el guion, en escenas en el ámbito
doméstico o cualquier situación que lo requiera. El desnudo teatral ha cobrado un gran auge
en estos últimos tiempos gracias al teatro experimental y a la influencia del happening y la
performance, espectáculos que por su representación ante un público tienen un fuerte
componente teatral. En tales casos se utiliza la desnudez como forma de provocación, de
impactar al público, de poner en tela de juicio los convencionalismos sociales. Así se pone
de manifiesto, por ejemplo, en el «teatro pánico» elaborado por Fernando Arrabal, que en
obras como Striptease de los celos utiliza el desnudo como elemento simbólico.172

Sin embargo, el desnudo ha llegado también al teatro clásico, en casos como el papel de
Desdémona representado por la actriz Sarah Stephenson en el montaje del Otelo de
Shakespeare efectuado en el Mermaid Theatre de Londres en 1971. En 2007 se produjo una
gran polémica por la aparición de Daniel Radcliffe —el famoso actor de la serie de películas
Harry Potter— desnudo en la obra Equus, dirigida por Peter Shaffer en el Teatro Gielgud de Joséphine Baker en la revista Un
la capital inglesa. Radcliffe insistió en que el desnudo era sólo un elemento más en la obra y vent de folie (1925).
que había tomado el desafío porque le parecía un gran reto que podría ser muy enriquecedor
para él como actor. La obra consiguió un enorme éxito, tanto de público como de crítica.173
En la danza, el desnudo cobra un especial significado, ya que es una forma de expresión del cuerpo humano, que es el
instrumento del que se sirven los bailarines para mostrar su arte. Las técnicas de danza requieren una gran concentración para
dominar todo el cuerpo, con especial hincapié en la flexibilidad, la coordinación y el ritmo. En la antigua Roma era frecuente que
las bailarinas se desnudaran, especialmente en las fiestas saturnales y lupercales, siendo prueba de su éxito el que nos hayan
llegado algunos nombres de estas bailarinas, como Taletusa y Cíteris.174

En el siglo XX se han buscado nuevas formas de expresión basadas en la libertad del gesto corporal, liberado de las ataduras de
la métrica y el ritmo, cobrando mayor relevancia la autoexpresión corporal y la relación con el espacio. Isadora Duncan fue una
de las principales promotoras del desnudo en la danza, bailando en numerosas ocasiones semidesnuda o con finas telas
transparentes, como se podía constatar en los vasos y cerámicas de la antigua Grecia, con la pretensión de romper con el
academismo y la rigidez del ballet clásico.175 Desde entonces la desnudez en la danza contemporánea ha oscilado según la
época, apareciendo en tiempos de libertad y aperturismo social, y retrayéndose en períodos de moral más puritana. En tiempos
modernos el cuerpo desnudo ha sido utilizado por coreógrafos como Jan Fabre, Daniel Léveillé, Maureen Fleming, Lia
Rodríguez, Alban Richard, Eléonore Didier, Anna Ventura, Kataline Patkaï, Jesús Sevari, Cecilia Bengolea y la española María
Ribot.175

Yo no trabajo con el desnudo como tema sino como medio para hablar de otras cosas. Hoy nos interesa de nuevo la danza
libre e Isadora Duncan. Hay como una búsqueda espiritual en la relación de la desnudez con la naturaleza cuyo espíritu se
veía muy bien en la danza libre, como separación entre la danza formal y la danza espiritual. En verdad, vestir un cuerpo
en escena es muy narrativo y lleva muchos siglos y características de épocas. Nosotros con la desnudez podemos estar en
una especie de cuerpo sin época, sin narración. Lleva ideas de libertad, como en Isadora Duncan, pero también de política
de la sexualidad, biopolítica, etcétera.
Cecilia Bengolea.175

El desnudo ha ido cobrando relevancia en la danza especialmente desde los años 1960, concebido como la más pura forma de
expresión del cuerpo. Si en los 60 estaba en consonancia con la liberación sexual, en los años 1980 tuvo cierto cariz de
reivindicación política, mientras que en la actualidad es una mera elección estética, donde la piel tiene la misma validez que el
vestuario. Para la historiadora Rose Lee Goldberg, la desnudez sería una reacción contra la excesiva tecnificación de los medios
audiovisuales, afirmando que «es como si cada tanto necesitáramos recordar que la coreografía tiene que ver con el cuerpo».176

Si bien en la actualidad es frecuente la desnudez en la danza, hace unos años era un tema incómodo incluso para coreógrafos
innovadores como Merce Cunningham, que en su ballet Rain Forest (1968), donde colaboró con el artista pop Andy Warhol,
frente a la sugerencia de éste de que los bailarines actuaran desnudos, decidió utilizar mallas de color piel, que en algunas
escenas estaban cortadas para dar la sensación de arañazos en la piel. En 1970 Yonne Rainer presentó en el Judson Flag Show a
bailarines desnudos bajo banderas estadounidenses, que generó una gran polémica. Pero poco a poco la desnudez fue ganado
terreno: en los 80, la compañía Dancenoise, formada por Lucy Sexton y Anne Iobst, utilizó la desnudez como una herramienta
integral, junto a una estética punk y otros elementos de gran impacto, como la sangre, en espectáculos cercanos a la performance.
Para Sexton, «la desnudez enseguida se convierte en vestuario, y ésa es la naturaleza de estar desnudo en el escenario: hay un
momento inicial en que se abre la puerta y cae algún tipo de barrera entre el artista y el público. Ellos están nerviosos y excitados
y al artista le pasa lo mismo, y se elimina algún tabú social».176

Otros trabajos donde la desnudez tiene un papel protagonista han sido: Glory, de Jeremy
Wade, un dúo desnudo que presenta a los bailarines arrastrándose y retorciéndose por el
suelo, como signo de vulnerabilidad; Giant Empty y Excessories, de Miguel Gutiérrez,
donde los artistas se tocaban los pechos y los penes, como muestra de objetuación del
cuerpo; Michael, de Ann Liv Young, donde el desnudo es una metáfora de autenticidad, de
naturalidad del cuerpo; o NOVA, de Rose Anne Spradlin, donde unos bailarines rasgan con
tijeras la ropa a otros hasta dejarlos desnudos.176

Una variante escénica donde cobró gran relevancia el desnudo —especialmente desde
inicios del siglo XX— fueron los espectáculos de cabaret, burlesque, vaudeville y revue,
espectáculos generalmente nocturnos que suelen combinar música, danza y canción —pero
que puede incluir también la actuación de humoristas, ilusionistas, mimos y muchas otras
artes escénicas—, desarrollado en salas como los famosos Moulin Rouge y Folies Bergère
de París, donde estrellas como Linopovska y Pouliguen triunfaron con tan sólo mostrar sus
desnudos integrales. Fue en los espectáculos de burlesque y cabaret donde aparece el drag y
el transvestismo como elemento artístico en las representaciones dramáticas, y donde se
representaron las primeras pantomimas o "pantomimes" con dichos elementos. En este tipo
Colette Andris, bailarina de de espectáculos triunfaron estrellas como Loïe Fuller, Cléo de Mérode y Joséphine Baker,
striptease de los años 1920. que se hizo famosa al bailar el charlestón con sólo un cinturón de bananas.177
Espectáculos como el cabaret pusieron de moda el striptease, una forma de baile en que la persona ejecutante se va quitando la
ropa sensualmente ante los espectadores, donde la delectación estética se encuentra en el hecho de desnudarse con movimientos
sensuales y sugerentes, y no en la propia desnudez. Este tipo de espectáculo hizo famosa a la célebre Mata Hari a principios del
siglo XX, mientras que en la actualidad ha lanzado al estrellato a figuras como Dita Von Teese y Chiqui Martí, defensora del
striptease como arte, para lo que ha acuñado el término strip-art. Igualmente, el striptease ha sido un recurso frecuentemente
utilizado por el cine, como el de Brigitte Bardot y Jeanne Moreau en Viva María! (1965), Sophia Loren en Ayer, hoy y mañana
(1964), Kim Basinger en Nueve semanas y media (1986) y Demi Moore en Striptease (1996).178

Otros medios

El desnudo se encuentra presente, además de en los medios artísticos tradicionales, en infinidad de


otros medios de reproducción audiovisual, como la televisión, la publicidad, las revistas y demás
medios editoriales, el cómic o, más recientemente, internet. La representación de desnudos dentro de
películas y televisión ha generado polémica durante mucho tiempo. La desnudez integral ha tenido
mucha más aceptación en el cine y la televisión europeos, donde —en contraste con sus homólogos
estadounidenses— la audiencia percibe en general el desnudo y la sexualidad como algo menos
censurable que la violencia, otro de los factores frecuentemente criticados en las producciones
audiovisuales. Sin embargo, el desnudo en un contexto sexual no pornográfico ha quedado en
muchos países europeos en el filo de lo que es socialmente aceptable para espectáculos públicos, a
pesar de que esta situación fue liberalizada a finales del siglo XX: en la década de los 70 las series
de televisión australianas Number 96 y The Box incluían desnudos regularmente, y en los Países
Bajos el desnudo ha sido mostrado en programas de debate como Jensen! y Giel, presentados por
Giel Beelen.

Las emisoras de televisión y la mayoría de las compañías de cable en los Estados Unidos han sido
más reticentes a mostrar desnudos en la mayoría de los casos, siendo una excepción la PBS. Algunas Bettina, modelo pin-up
series en la década de los 90, como por ejemplo NYPD Blue, han utilizado ocasionalmente desnudos de SuicideGirls, página
parciales, tanto de hombre como de mujer. Cuando se transmiten en televisión, las películas teatrales web de softcore altporn
que contienen desnudos normalmente se emiten con esas escenas cortadas, o el desnudo se oculta de cuyas modelos tienen un
alguna forma, como con imágenes digitales para vestir a los actores desnudos. Algunos servicios de perfil gótico o punk.
cable premium como HBO, Showtime y, más recientemente, FX Networks han obtenido popularidad
por, entre otras cosas, presentar películas sin retocar. Además, han producido series que no se
muestran tímidas con las escenas de desnudos, como Oz, Sex and the City, Los Soprano, True Blood y Queer as Folk (la serie
original británica fue incluso pionera en el más tolerante Reino Unido). El programa Gran Hermano, que se emite en múltiples
países, a veces contiene desnudos, aun así las escenas con desnudos no siempre se muestran en televisión.

Las series de televisión rara vez han mostrado desnudos atrevidos, a excepción de las series de Procter & Gamble As the World
Turns y Guiding Light, que en el 2005 fueron tan lejos como para mostrar por detrás a un hombre desnudo haciendo el amor.
Después del escándalo motivado por el espectáculo de Janet Jackson en el descanso de la Super Bowl de 2004 —donde la artista
enseñó un pecho sin querer—, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos declaró que era hora de tomar
medidas drásticas para la televisión diurna, e indicó que estaba revisando si las series de televisión estaban violando las
prohibiciones de indecencia de la agencia. Después de esta noticia, Guiding Light eliminó desnudos de un episodio que ya había
sido grabado, y las nueve cadenas norteamericanas comenzaron a imponer una regla no escrita para evitar cualquier clase de
escenas para adultos atrevidas. Sin embargo, en el ámbito europeo el desnudo es exhibido cada vez con mayor naturalidad, en
series como: Roma, Espartaco, Los Tudor, Águila roja o Hispania, la leyenda.

La desnudez se presenta en algunas ocasiones en otros medios de comunicación como cubiertas de álbumes musicales de
intérpretes como Jimi Hendrix, John Lennon y Yoko Ono, Nirvana, Blind Faith, Scorpions y Jane's Addiction. Varios músicos de
rock han actuado desnudos en los escenarios, incluyendo miembros de Jane's Addiction, Rage Against the Machine, Green Day,
Black Sabbath, Stone Temple Pilots, The Jesus Lizard, Blind Melon, Red Hot Chili Peppers, Blink-182, Queens of the Stone
Age, Of Montreal y The Bravery.

En medios editoriales, el desnudo ha sido un recurso frecuentemente utilizado como reclamo especialmente del público
masculino, en revistas bien de corte marcadamente erótico o en magazines de noticias y reportajes que incluyen algunas páginas
de modelos desnudas, donde es típica la presencia de un póster central desplegable. A comienzos del siglo XX las modelos que
aparecían en este tipo de publicaciones recibían el apodo de pin-ups, y aunque por lo general eran modelos amateur algunas
adquirieron notable fama, como Bettie Page. Sin embargo, actualmente este tipo de trabajos los realizan modelos fotográficos,
actrices de cine, cantantes o top-models del mundo de la moda y la publicidad. Algunas revistas dedicadas al desnudo erótico han
alcanzado una gran notoriedad y difusión mundial, como Playboy, Penthouse y Hustler, llegando a desnudar a famosas modelos
y actrices, como Marilyn Monroe, que inauguró el primer número de Playboy en 1953, o Madonna, que en 1985 apareció en
Playboy y Penthouse. En España, la revista Interviú ha contado desde sus inicios con una sección dedicada a la fotografía de
desnudo, siendo de remarcar la aparición en 1976 de la actriz Marisol desnuda, que tuvo un gran impacto en la España recién
liberada de la censura franquista, o en 1991 de la cantante Marta Sánchez, que batió todos los récords de ventas de la revista.179

Otro medio usual de difusión del desnudo erótico son los calendarios, destacando por su calidad el Calendario Pirelli, elaborado
desde 1964 por la sección británica de la marca Pirelli, y que se caracteriza por la sensualidad de sus imágenes, que presentan a
bellas actrices y modelos en lugares paradisíacos, contando con fotógrafos de la talla de Bert Stern, Herb Ritts, Richard Avedon,
Peter Lindbergh, Bruce Weber, Annie Leibovitz, Mario Testino, Patrick Demarchelier, etc.

El desnudo se encuentra asimismo en un medio gráfico como el cómic, generalmente en una temática erótica y dirigido a un
público adulto. Aquí también existe una distinción entre erotismo y pornografía, dependiendo de la explicitud de las imágenes,
como se percibe en Japón, donde distinguen entre los géneros ecchi (エッチ ? ), que no muestra sexo explícito, y hentai (変態 ? ),
que sí lo hace. La primera historieta en la que estuvo presente el erotismo fue Bringing Up Father (1913), de George McManus,
en la cual aparecían de vez en cuando jóvenes bañistas. Otra de las pioneras fue Betty Boop, dibujada por Grim Natwick y Max
Fleischer entre 1934 y 1937. En los años 1960, la incipiente revolución sexual permitió al cómic erótico superar el moralismo de
los 50 por diversos caminos: en Francia, se produjeron cómics de lujo con heroínas independientes y activas sexualmente, como
Barbarella (1962), de Jean-Claude Forest, y Valentina (1965), de Guido Crepax; en Estados Unidos se editaron obras
marcadamente eróticas como Little Annie Fanny (1962), de Harvey Kurtzman y Will Elder, además de mezclarse el erotismo con
el terror en Vampirella (1969-1988), de Forrest J. Ackerman y Archie Goodwin. En los años 1980 el cómic erótico alcanzó su
edad dorada, con artistas como el italiano Milo Manara, autor El Click (1984), o el español Luis Royo, conocido por sus
imágenes sensuales y oscuras, casi apocalípticas, en mundos de fantasía con formas de vida mecánica.180

La aparición de internet ha supuesto un gran medio de difusión del desnudo, en sus múltiples variantes del desnudo artístico al
erótico y pornográfico. Muchas páginas web cuentan con este tipo de material como reclamo para el público, siendo
especialmente demandadas las imágenes de personajes famosos —los llamados celebrities—. En internet se han recopilado todo
tipo de imágenes provenientes de revistas, calendarios y publicaciones de moda, además de fotografías hechas especialmente
para este medio, existiendo un abundante material sobre todo de actrices y modelos femeninas, con nombres mundialmente
conocidos como las actrices Ursula Andress, Bo Derek, Ornella Muti, Nastassja Kinski, Kim Basinger, Milla Jovovich, Demi
Moore, Sonia Braga, Cameron Diaz, Charlize Theron, Diane Kruger, Elsa Pataky, etc.; o las modelos Claudia Schiffer, Elle
Macpherson, Cindy Crawford, Naomi Campbell, Helena Christensen, Gisele Bündchen, Kate Moss, Laetitia Casta, Adriana
Sklenariková, Carla Bruni, etc. El desnudo masculino es menos frecuente, y suele estar más restringido a ámbitos homoeróticos.
El desnudo artístico también dispone en internet de una óptima plataforma de lanzamiento, y muchos fotógrafos exponen su obra
en el medio digital para dar a conocer su trabajo.

Véase también
Portal:Arte. Contenido relacionado con Arte.
Desnudo
Historia del desnudo artístico
Historia del arte
Historia de la estética
Arte erótico
Pintura histórica
Pintura de género
Arte de paisajes
Marina (pintura)
Retrato
Bodegón
Vanitas
Arte feminista
Desnudo masculino en la fotografía
Modelo (arte)

Notas
1. Sin embargo, decía Kenneth Clark que el cuerpo humano desnudo no es un tema del arte, sino una forma de
arte, un modo de realizar el ideal artístico; más que un motivo, es una de las formas como se ha realizado el arte
—al menos, en el ámbito occidental—. (Clark, 1996, p. 18)
2. Según Francisco Calvo Serraller, «el desnudo no es solamente una forma de arte, sino que es la explicación o la
razón misma de ser del arte occidental: ese punto o intersección dramática entre lo natural y lo celeste, entre el
ideal y lo real, entre lo carnal y lo espiritual, entre el cuerpo y el alma». (Calvo Serraller, 2005, p. 61.) También
Javier Portús, conservador del Museo del Prado, opina que «durante siglos el desnudo ha sido la forma artística
por excelencia en Occidente, aquélla capaz de expresar mejor que ninguna otra los valores del color y de la
materia pictórica». (Javier Portús (abril de 2004). «Pasión por los desnudos» (https://web.archive.org/web/201412
14094444/http://www.revistakatharsis.org/rev_abr_04_sm_pint_02_04.html). Archivado desde el original (http://w
ww.revistakatharsis.org/rev_abr_04_sm_pint_02_04.html) el 14 de diciembre de 2014. Consultado el 20 de
agosto de 2011.)
3. El autor de la publicación lo hizo de forma anónima. Fue Vicente Carducho quien en sus Diálogos de la Pintura
dijo que era un «clarísimo lusitano», y posteriormente Salvador Salort lo identificó con un tal Francisco de
Braganza en Reflexiones sobre el arte de la pintura después del Concilio de Trento: “La copia de los pareceres”
de Francisco de Braganza y Vicente Carducho, Braguetone de Felipe IV, en Anuario de la Academia Española en
Roma, 2000). (Clark, 1996, p. 18)
4. Actualmente sólo se conserva una copia en la Galería Borghese de Roma, que está pintada al temple sobre tabla
y mide 112 cm de alto y 86 cm de ancho. El original, heredado en su día por Salai y el que se tasó más alto,
desapareció. Hoy se asume que es una copia y no precisamente del original, sino una recreación a partir del
cartón realizada por un discípulo de Leonardo, Cesare da Sesto.
5. La polémica continuó en el Renacimiento: Miguel Ángel defendió el canon de Policleto, como se demuestra en su
David; Leonardo era partidario del canon de ocho cabezas, y Botticelli llegó a diseñar uno de nueve cabezas,
como en su figura de San Sebastián. (Parramón, 2002, pp. 8-9.)
6. Según Vasari en sus Vidas (1542–1550), el primer artista en utilizar un maniquí articulado fue Fra Bartolomeo.
Por lo general, miden entre 30 y 35 cm, aunque existen algunos de tamaño natural. (Parramón, 2002, p. 26.)
7. Aunque la fotografía es anterior al cine, éste se considera el séptimo arte y la fotografía el octavo, pues adquirió
tal categoría antes que la fotografía alcanzase dicho estatus.
8. Denominación introducida por el crítico Ricciotto Canudo en 1911. («Ricciotto Canudo» (http://www.infoamerica.o
rg/teoria/canudo1.htm). Consultado el 4 de septiembre de 2010.)

Referencias
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