Caso Clínico
Caso Clínico
Caso Clínico
Explicación
Luis presenta un empeoramiento del rendimiento escolar que la familia
parece atribuir a una serie de síntomas de ansiedad de aparición
relativamente reciente. Le inquieta la soledad y se muestra reacio a dormir
en casa sus amigos, teme que a los padres les ocurra algo malo y acude
con frecuencia a la enfermería del colegio. Parece cumplir los criterios del
DSM-5 para el trastorno de ansiedad por separación, cuyos síntomas tan
solo deber durar 1 mes en los niños y adolescentes.
La madre de Luis señala también que se vuelto más nervioso.
Relaciona los encogimientos de hombros, las muecas y los guiños con esta
aparición reciente de la ansiedad por separación. Ni los padres ni el
profesor parecen reconocer en estos movimientos tics, que resultan
movimientos no rítmicos de corta duración e inicio repentino. Luis parece
tener varios tics, incluidos los observados por el entrevistador: algunos
motores (guiños, encogimiento de hombros) y otros vocales (gorjeos,
gruñidos, carraspeos, sorber la nariz, clic Los tics pueden ser simples, lo
que significan que duran solo milisegundos, o complejo cuando duran más
o consisten en una cadena o secuencia de movimientos. Aunque puede
variar ampliamente a lo largo del trastorno, los tics tienden a recurrir,
formando un repertorio específico, en cualquier momento del cuadro.
El trastorno de tics en concreto (si lo hay) viene determinado por el
tipo y duración de los movimientos. En el trastorno de la Tourette debe
haber tics motores y vocales, mientras en el trastorno de tics motores o
vocales persistente (crónico) solo se observan tics motores vocales. Luis
presenta tics de ambos tipos pero actualmente solo han estado presentes
durante unos 6 meses, no el mínimo de 1 año que requieren el trastorno
de la Tourette y el trastorno de tics persistente. Por tanto, a Luis se le
diagnostica un trastorno de tics provisional.
Los tics se producen en el 15-20 % de niños, y parece que el 0,6-
1,0% desarrolla trastorno de la Tourette. En general, los tics surgen entre
los 4 y los 6 años de edad, alcanzan su máxima intensidad a los 10-12 años
de edad y normalmente mejoran durante la adolescencia. Los tics
observados inicialmente en la edad adulta con toda probabilidad ya
estaban presentes en la niñez, aunque pasaran desapercibidos. Los tics
empeoran típicamente con la ansiedad, la excitación y el cansancio, y se
mitigan durante las actividades tranquilas que requieren concentración,
siendo este el motivo de que la excursión de pesca con el padre pudiera
ser lo mejor para Luis durante las vacaciones estivales.
La ansiedad también explica probablemente la falta de atención de
Luis en el aula. Aunque no puede descartarse un trastorno por déficit de
atención con hiperactividad del tipo inatento, parece más probable que los
tics y la ansiedad hayan distraído a Luis, ya que carece de antecedentes de
falta de atención o de hiperactividad. Su éxito en el trimestre otoñal
descarta que se trate de un trastorno del aprendizaje, por lo que no está
indicado realizarle las correspondientes pruebas. (Como regla general, las
pruebas se deben realizar siempre después del tratamiento de cualquier
posible elemento de confusión, como sería el caso de la ansiedad.) En
cuanto al trastorno obsesivo-compulsivo, cuadro que está relacionado
tanto con la ansiedad como con los trastornos de tics, los rituales de Luis
bajo las puertas tendrían que ocasionar malestar o deterioro antes de
poder hacer este diagnóstico.