Ensayo Lingüística
Ensayo Lingüística
Ensayo Lingüística
Lingüística General
Universidad Nacional
Jerónimo Uribe y Juan David Caldón
Introducción:
Aproximación histórica al estudio de la diversidad lingüística
En una carta fechada el 15 de febrero de 1493, Cristóbal Colón empleó, a falta de una
forma castiza para nombrar las embarcaciones ligeras en las que veía remar a los nativos de
las Antillas, el vocablo canoa, la primera palabra de una lengua amerindia escrita en
caracteres latinos de la que se tenga noticia 1. También en varias entradas de los famosos
Diarios que el Almirante llevó durante sus tres viajes al Nuevo Mundo, abundan voces
tomadas de las lenguas indígenas para referir realidades ajenas a la mentalidad europea;
palabras como ají, cazabe, cacique, caníbal, hamaca, entre otras, rápidamente entraron al
caudal léxico del español y se integraron sin ninguna resistencia a la lengua de Castilla 2.
Esta temprana asimilación de voces indígenas muestra cómo desde los primeros contactos
entre estas dos culturas hubo un proceso notorio de sincretismo lingüístico.
Ya para el siglo XVI, cuando el Concilio de Lima (1583) determina que la
evangelización en los dominios americanos de la Corona Española debe hacerse con el
auxilio de las lenguas vernáculas, los misioneros empezaron a componer, siguiendo el
modelo de la Gramática de Nebrija, las primeras gramáticas bilingües destinadas a la
instrucción de los prelados, con el propósito de hacer más efectiva la transmisión de la
doctrina católica entre los nativos3. En una fecha tan temprana como 1582, Gonzalo
Bermúdez, párroco de la iglesia de Santa Bárbara en la ciudad de Santafé, se convierte en el
primer profesor de chibcha4, la lengua hablada en ese tiempo por una población de más de
medio millón de habitantes en el altiplano cundiboyacense. Unas décadas después, en 1619,
el dominico fray Bernardo de Lugo publica la Gramática en la lengua general del Nuevo
1
Gútemberg Bohórquez C., Jesús, Concepto de 'americanismo' en la historia del español: punto de vista
lexicológico y lexicográfico, Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1984, p. 20.
2
Ibid., p. 22.
3
Cabarcas, Hernando, "Gramáticas andinas o Moradas de vida" en: Paradigmas de la palabra: Gramáticas
indígenas de los siglos XVI, XVII, XVIII, Medellín: Universidad de Antioquia, p.77
4
Uricoechea, Ezequiel, Gramática, vocabulario, catecismo i confesionario de la lengua chibcha, París:
Maisonneuve, 1871, p. xxxviii.
1
Reino, llamada mosca, el primer intento por sistematizar una lengua indígena en el actual
territorio de Colombia.
Después del auge de gramáticas indígenas publicadas en los siglos XVI, XVII y XVIII
en varios de los virreinatos americanos, el interés por estas lenguas empieza a extinguirse
en el siglo XVIII debido, principalmente, a la expulsión de los jesuitas en 1767 y a la
expedición de la Real Cédula de 1770 de Carlos III, que prohibía el uso de lenguas distintas
al español para impartir los oficios de la liturgia católica. Tendría que pasar un siglo para
que el naturalista colombiano Ezequiel Uricoechea, estudioso de lenguas tan disímiles entre
sí como el paez (nasayuwe), el alemán y el árabe, realizara, en la introducción de su
Gramática, vocabulario, catecismo i confesionario de la lengua chibcha (1871), uno de las
primeros inventarios de las lenguas indígenas habladas en Colombia, inventario que en el
siglo XX se iría ampliando con el trabajo de varios investigadores para terminar de
configurar la clasificación lingüística actual de la realidad plurilingüe del país.
Lenguas indígenas:
1.1. Población
2
En el siglo xx, desde que los censos se empezaron a realizar con mayor rigor
técnico, el principal problema metodológico era el de cómo determinar quién podía ser
considerado indígena y quién no, pues los criterios de clasificación variaban dependiendo
de cada aproximación. Debido a esto, los resultados siempre arrojaban cifras dispares.
También resultó problemático para una adecuada medición las limitaciones impuestas por
las dinámicas del conflicto armado en las zonas marginales y periféricas donde habita gran
parte de la población indígena.
En vista de estas deficiencias estadísticas, actualmente se utilizan cuatro fuentes
demográficas principales: las del censo de 1993, las cifras mencionadas por los autores de
Lenguas indígenas de Colombia: una visión descriptiva —trabajo publicado en el año 2000
—, los datos consignados por los investigadores Raúl Arango y Enrique Sánchez en su obra
Los pueblos indígenas de Colombia en el umbral del nuevo milenio —publicado en el 2004
— y la información contenida en el censo del 20055. Según este último, que tuvo como
criterio el autorreconocimeinto para censar los grupos étnicos, en Colombia la población
indígena es de 1.392.623 individuos, correspondientes al 3,4 % de la población total6.
5
González de Pérez, María Stella, Manual de divulgación de las lenguas indígenas de Colombia, Bogotá:
Instituto Caro y Cuervo, 2011, p. 71.
6
Ibid. p. 39.
7
Las cifras sobre lenguas aisladas son divergentes. Para Jon Landaburu, son cinco lenguas; para María Stella
González, diez, y para Olga Ardila, siete.
3
morfosintácticos que comparten varias de ellas: morfológicamente, son lenguas de tipo
aglutinante, es decir, las palabras se componen de varios morfemas ligados que marcan
funciones gramaticales; y, sintácticamente, siguen el patrón SOV (Sujeto-Objeto-Verbo) 8.
Para ejemplificar el carácter aglutinante y el orden SOV común a varias de estas lenguas, a
continuación se presenta un ejemplo tomado del inga, lengua perteneciente a la familia
quechua y hablada por la etnia homónima en Putumayo mayoritariamente:
Entre los rasgos morfosintácticos más complejos que presentan las lenguas
indígenas, y de más difícil comprensión para los hablantes de lenguas indoeuropeas, figura
el de los morfemas evidenciales en las lenguas tukanas del Vaupés. Estos morfemas indican
de dónde procede la información proporcionada por el hablante: "Distintas terminaciones
verbales le indican al oyente si el estado de cosas en cuestión fue presenciado directamente
por el hablante, o si le fue informado por otra persona, o si el hablante lo ha deducido y
supone que es cierto"9. Otra característica morfosintáctica destacable es el elevado número
de pronombres que registran algunas lenguas. El uitoto, por ejemplo, cuenta con 15
pronombres e incluye, entre las flexiones pronominales de número, además del singular y
del plural, el dual. En otras lenguas, como el makuna o bará (ambas de la familia tukana),
existe una forma del pronombre de primera personal plural inclusiva y otra exclusiva10.
Además de las características morfosintácticas arriba señaladas, también existen
rasgos comunes de carácter fonético-fonológico. El principal de ellos es la marcada
presencia de fonemas consonánticos (consonantismo) en la cadena hablada de estas
lenguas. Por ejemplo, en nasayuwe, lengua hablada por los indígenas nasa en el Cauca,
existen 35 segmentos consonánticos con carácter distintivo. También, relacionado con este
fenómeno, algunas lenguas presentan geminación consonántica fonológica, es decir, que si
8
Ibid., pp. 107 y 114.
9
Ibid., p. 106.
10
Ibid., p. 113.
4
se articula el sonido doble de la consonante (/pp/, /tt/, /kk/...), cambia el significado de la
palabra. En kuna, por ejemplo, /kope/ es el verbo 'beber', mientras /koppe/ se refiere a un
baile tradicional. En cuanto al sistema vocálico, el más común es el de seis vocales: /a/,
/e/, /i/, /o/, /u/, /ɨ/. Sin embargo, hay lenguas, como el andoque, que poseen hasta 15
segmentos vocálicos.
Otro aspecto interesante de algunas de estas lenguas es el de los rasgos
suprasegmentales como el acento y el tono. Las lenguas tonales son aquellas que crean
contrastes fonológicos (cambios en el significado) por la frecuencia sonora de la
entonación. En Colombia, las lenguas pertenecientes al subgrupo tukano oriental (familia
tukano) son lenguas de esta clase cuyo sistema tonal comprende dos tonemas: alto y bajo.
En bará, una de estas lenguas, /díì/ (tonos alto y bajo) significa 'sangre, savia'; /dìí/ (tonos
bajo y alto), 'arcilla', y /dìì/ (tonos bajo y bajo), 'carne'. El tikuna, una de las lenguas con
uno de los sistemas tonales más complejos, comprende fonológicamente tres tonemas (alto,
medio y bajo), además de variaciones tonales y modulares en el nivel fonético11.
5
emparentadas de filiación indoeuropea: el romanés y el rumeniáste. El romanés, del grupo
rom, tiene presencia en Barranquilla, Bogotá, Cali, Cartagena, Cúcuta, Girón, Pasto y
Sogamoso. El rumeniáste, de la etnia ludar, se habla, primordialmente, en algunas zonas de
la Costa Atlántica12.
Conclusión:
Aspectos sociolingüísticos
El patrimonio lingüístico de Colombia es uno de los más ricos del continente americano.
Con más de sesenta lenguas indígenas, dos lenguas criollas y dos lenguas habladas por la
comunidad gitana, ocupa el tercer lugar, después de México y Brasil, en diversidad
lingüística en América. Este hecho, cuya importancia suele valorarse en abstracto o
sencillamente ignorarse, debe ser examinado con mayor cuidado. Desde la Constitución de
1991, las lenguas indígenas gozan de reconocimiento y carácter oficial, condición que se ha
ido reforzando con otras medidas gubernamentales tomadas en el curso de las últimas
décadas.
Todas estas medidas, aunque teóricamente sean significativas, han resultado
insuficientes por la falta de políticas de planeación para la conservación del patrimonio
lingüístico y por las múltiples causas sociales, culturales y políticas que contribuyen a la
disminución o desaparición de estas lenguas. Fenómenos como el genocidio, la
colonización, la aculturación y el desplazamiento forzado se han traducido en una
reducción notable de las tasas demográficos de los hablantes nativos de estas lenguas, uno
de los mayores factores de riesgo en términos de preservación.
Al tratarse de lenguas ágrafas, la conservación se vuelve incluso más apremiante,
pues hay casos como el de la lengua tinigua, que solo cuenta con un hablante (muerto el
hablante, muerta la lengua). Este caso, desde luego, es el más extremo, pero no deja de ser
sintomático del grave problema de extinción de las lenguas indígenas en Colombia que, de
no atenderse con mayor seriedad y atención, supone una enorme amenaza para el
patrimonio lingüístico de este país.
Bibliografía:
12
González, op. cit., p. 28.
6
- Ardila, Olga, "Lenguas indígenas y criollas de Colombia: un balance de su situación
actual", Universidad Nacional e Instituto Caro y Cuervo.
- Cabarcas, Hernando, "Gramáticas andinas o Moradas de vida" en: Paradigmas de la
palabra: Gramáticas indígenas de los siglos XVI, XVII, XVIII, Medellín: Universidad de
Antioquia.
- Cogua Gómez, Ángela, "Aproximación a la Gramática Textual de la lengua tikuna, de la
oración hacia el texto", Tesis M.A., Universidad Nacional de Colombia, Leticia, 2015.
Consultado octubre 30, 2017. Disponible en:
http://www.bdigital.unal.edu.co/51359/1/angelamarcelacoguagomez.2015.pdf -
- González de Pérez, María Stella, Manual de divulgación de las lenguas indígenas de
Colombia, Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 2011.
- Gútemberg Bohórquez C., Jesús, Concepto de 'americanismo' en la historia del español:
punto de vista lexicológico y lexicográfico, Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1984.
- Uricoechea, Ezequiel, Gramática, vocabulario, catecismo i confesionario de la lengua
chibcha, París: Maisonneuve, 1871.