Ensayo Sobre La Democracia
Ensayo Sobre La Democracia
Ensayo Sobre La Democracia
POLÍTICA EN LOS
GOBIERNOS
REPRESENTATIVOS
Alan Mijael Jorge Ramírez Alvarado
Introducción
Para el tercer apartado nos adentraremos en las diferencias técnicas que destaca
Thompson entre los medios de comunicación de masas, y los medios de comunicación
digital. Ya que como primer planteamiento afirmo que las diferencias técnicas van a
“deformar” o, mejor dicho, reestructurar las relaciones políticas entre la ciudadanía y los
sujetos políticos debido a cada vez más una mediatización de sus relaciones.
Manin parte de la idea general de Schumpeter para decirnos que dentro de la ciencia
política teorías como la de que él propone se han calificado de elitistas; pero no por
desarrollar una teoría de las élites o únicamente basarse en las descripciones de los
representantes, sino por subrayar una diferencia esencial entre lo que Manin va a
denominar gobierno representativo y gobierno del pueblo (Manin,2006). Esta diferencia
esencial radica en que el pueblo no va a elegir la forma en cómo se toman las decisiones,
es decir, no va a tomar directamente las decisiones que mejor le convengan, sino que,
únicamente dentro de una oferta de opciones políticas decidirá la mejor (o la menos peor,
según sea el caso) y, por tanto, dejará al representante la última palabra sobre como
conducir la vida política de ese grupo social.
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Dicho esto, Manin desarrolla cuatro características fundamentales que van a conformar la
institucionalización de lo que él va a preferir llamar los gobiernos representativos. El
primer punto es la independencia parcial de los representantes, el segundo es la libertad
de opinión pública, el tercero el carácter periódico de las elecciones y, por último, el juicio
mediante la discusión; que en su conjunto institucional conforman la base fundamental de
los gobiernos representativos.
Un ejemplo funcional que Manin nos da sobre porque el mandato imperativo resulta
incorrecto en las democracias representativas es el siguiente “[…] el que las autoridades
públicas necesiten adoptar una serie de decisiones concretas para adaptarse a las
circunstancias cambiantes, un sistema de mandatos imperativos es impracticable” (Manin,
2006:205). Debido a que quienes representan los intereses de la ciudadanía necesitan
siempre un margen de libertad para actuar según la contingencia social, política,
económica, ambiental. Etc. Asimismo, Manin recuperando a Weber menciona que el dar
“[…] instrucciones presuponen que el electorado conoce de antemano las cuestiones que
deberá abordar el gobierno” (Weber en Manin, 2006:205). Por tanto, el hecho de hacer
vinculante la idea del mandato imperativo necesitaría de condiciones muy poco probables
de que en los hechos se dé.
Por tanto, mientras el mandato imperativo no es para nada práctico, lo único válido sería
la influencia de la opinión pública para que quienes las representan lo tengan en cuenta y
actúen según los resultados de los sondeos. Y en ves de la revocación de mandato, el
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electorado solo ejerce mediante el voto la no reelección de quienes están en los cargos
de representación pública.
La opinión pública libre como segundo factor va a requerir dos elementos. El primero es el
hecho “[…] de que los gobernados pueden formarse sus propias opiniones sobre
cuestiones políticas, es necesario que tengan acceso a informaciones políticas, lo que
exige que las decisiones gubernamentales se hagan públicas” (Manin, 2006:206). Sino
de qué forma se va a construir la opinión pública, con que datos puede la ciudadanía
evaluar las decisiones tomadas por un grupo político.
Para el carácter periódico de las elecciones, es una forma de influir sobre la política, es
decir, de aceptar o rechazar un programa político específico de las diversas ofertas
lanzadas al electorado, con lo cual puede votar para seguir un programa en curso o
rechazarlo y optar por una alternativa. Lo que cabría recalcar es que el voto representa
para el “pueblo” la capacidad de tomar la decisión de quienes van a tomar las decisiones
de los asuntos públicos. Por ello Manin aborda un poco el tema al describirnos que el
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Justamente el voto electoral resulta tan importante para el gobierno representativo, ya sea
porque como lo dijo Dahl “[…] este carácter recurrente hace a los gobiernos
<<responsables>> o <<controlables>> ante los votantes, […]” (Dahl en Manin, 2006:219).
Porque de cierta manera, si desean mantenerse en el poder deben de ser congruentes
entre lo ofertado en campaña y en los hechos (tomar las decisiones que promovieron). O
“Por decirlo de otro modo, en todo momento está en el interés de gobierno tener en
cuenta en sus decisiones presentes el juicio que los votantes harán de ellas.” (Manin,
2006:219).
Por eso Dahl ya decía que las elecciones hacen a los gobiernos responsables o que en
cierta medida el electorado puede controlarlos ya que siempre estarán haciendo cálculos
políticos sobre sus decisiones. Porque al menos de que sus intereses no sean
predominantemente de carácter político (conseguir cargos públicos y, en el caso
mexicano financiamiento público) como lo pueden ser el promover una cultura política
distinta o simplemente que sus intereses radiquen en tener una visibilidad publica, todas
las representantes siempre tendrán en cuenta el costo político de sus decisiones, y por
tanto, el carácter de la reelección es un mecanismo que podría acentuar la
responsabilidad o el control de los gobiernos representativos.
Por último, el juicio mediante la discusión se puede simplificar muy bien en la forma en
como Manin lo menciona “[…] la verdad ha de <<hacer la ley>> […]” (Manin, 2006:227).
Es decir, cómo se va a llegar a esa verdad, quienes van a construir esa verdad y, no
menos importante, quienes optaran por consensuar esa verdad. Por ello, “[…] el debate
es el medio más apropiado para determinar la verdad y, por lo tanto, la autoridad política
central debe ser el lugar de debate, o sea, un parlamento.” (Manin, 2006:227).
tanto, algunas personas al conocer que existen otras realizando actos políticos con los
cuales están de acuerdo pueden o no sumarse, pero el simple hecho de transmitir los
hechos puede modificar los comportamientos políticos de la ciudadanía y otros actores
políticos.
Cuando hablamos de las elecciones periódicas no nos cabe duda de la gran importancia
de la comunicación ya que todo el tiempo está presente en las campañas electorales. Los
y las candidatas a pesar de muchas veces tener que ajustarse a estándares televisivos
como lo es el maquillarse, peinarse, arreglarse de cierto modo, los usan para su propio
beneficio, que en este caso es el convencer a la mayor parte del electorado para que
voten por ellos (as).
Y en el juicio mediante la discusión, se habla mucho de que hoy en día esta discusión ha
dejado en buena medida los espacios parlamentarios para dar paso a nuevos espacios de
discusión como lo son los medios de comunicación, en un primer momento los de masas
(televisión, radio, prensa) y en un segundo momento los medios digitales (redes sociales).
Comunicación política
“La propia expresión, que combina dos vocablos conocidos para la mayoría, ayuda a
establecer un nexo de reciprocidad entre los dos mundos, el de la comunicación
(televisión, prensa, información) y el de la política (partidos, líderes, candidatos,
Parlamento).” (Mazzoleni, 2010:17).
Pero para ser más certeros en este trabajo hay que delimitarla aún más, ya que podemos
hacer dos distinciones a partir de esta primera, la esfera pública cultural y esfera pública
política. “La primera es aquella en la que circulan las ideas y las discusiones a propósito
de la literatura y las artes […]” (Mazzoleni, 2010:23). Y “La esfera pública <<política>>
constituye el espacio discursivo, institucional y topográfico en el cual la población, en su
papel de ciudadanía accede a lo que metafóricamente podríamos llamar el diálogo social
que aborda cuestiones de interés común […]” (Dahlgren en Mazzoleni, 2010:23,24).
A pesar de que esta definición es un ideal imperativo, es decir, que presupone varias
condiciones como que la ciudadanía esté informada, sea crítica para con la toma de
decisiones y, por ende, que sea políticamente activa, como nos dice el autor sirve como
un instrumento heurístico con lo cual podemos calificar a las instituciones encargadas de
socializar a la ciudadanía (Mazzoleni, 2010).
Por ejemplo, las campañas electorales. En estas las aspirantes están en busca de un
cargo de representación pública y en la lógica del convencimiento para atraer el voto de la
ciudadanía presenta un programa político el cual será distribuido a través de los medios
de comunicación, pero estos no se limitan únicamente a publicitar los programas, sino que
también, los critican y pueden postularse los distintos actores a favor o en contra; pero
esto al hacerlo en los medios de comunicación – su consecuencia lógica – es que lo
hacen para un público más amplio, la ciudadanía.
Para el “modelo mediático” lo que el autor hace es darle un valor añadido al que él
considera el principal actor en la actualidad, ya que con la llegada de la televisión – y
ahora de la internet, que se discutirá más adelante – los medios de comunicación tienen
un mayor peso que el de los sujetos políticos y de la ciudadanía. Con lo cual se presencia
el surgimiento de la mediatización de la política, la cual, tanto la interacción de los
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El autor para complementar esta definición nos describe las aportaciones más sustantivas
en el ámbito, partiendo de enfoques sociológicos y politológicos pero centrados en la
comunicación política.
Desde la sociología Wolton “Atribuye una enorme importancia a los medios y a los
sondeos, […] [con lo cual] Lejos de suprimir la política, la comunicación política la hace
posible en la democracia” (Mazzoleni, 2010:37). Y para McNair que se basa
“[…] en que toda comunicación tiene un fin, define a la comunicación política en torno a tres
elementos que componen el flujo comunicativo: el emisor (<<todas las formas de comunicación
empleadas por los exponentes políticos y otros actores políticos para conseguir determinados
objetivos>>), el receptor (<< la comunicación dirigida a esos actores por sujetos no políticos,
como los electores y los periodistas<<) y el mensaje (<<la comunicación sobre ellos y sus
actividades que aparece en las noticias, los editoriales y otras formas de debate
periodístico>>).” (Mazzoleni, 2010:38).
“[…] la comunicación es una fuerza tanto para el consenso como para el conflicto; […] es al
mismo tiempo fuente de poder y de marginación, producida y consumida por los ciudadanos,
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Primeramente, hay que rescatar de Thompson que prácticamente cualquier relación entre
sujetos conlleva relaciones de poder, y para este análisis nos enfocaremos más en el
poder simbólico y político, sin dejar a un lado los otros dos tipos de poder que Thompson
formula. De esta forma, “[…] el poder es un fenómeno social penetrante característico de
los diferentes tipos de acción y encuentros, desde las acciones políticas visibles de los
representantes del Estado hasta el mundano encuentro de individuos en la calle.”
(Thompson, 1998:29). Por tanto, los medios de comunicación son una institución que trae
consigo diversos grados de poder tanto económico como simbólico y no por menos
político.
Claro está que todo lo dicho anterior presupone condiciones específicas que abarcadas
desde un concepto muy general podemos llamarlo “democratización”; que en primera
instancia son necesarias las garantías de las libertades básicas, que las sociedades vivan
en distribuciones de riqueza no tan desiguales, que la ciudadanía tenga el carácter de ser
participativa (que esté informada, sea crítica y que se involucre más allá del voto
electoral).
Por eso Manin, no acepta que se diga que los gobiernos representativos están en crisis,
sino que, en realidad, como en la transición de un Parlamentarismo hegemónico hacia un
Gobierno de Partidos, ahora (desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad) se
viven procesos de cambio en la representación, en lo que él va a denominar
“Democracias de audiencias” (Manin, 2006).
Primeramente, las computadoras nos permiten una “nueva” forma de interacción, por
ejemplo, en Twitter yo puedo seguir a los y las candidatas a la alcaldía de mi municipio y
de esa forma interactuar con ellas, ya sea con un corazón, compartiendo en mi perfil
alguna acción o ideología del o la candidata de mi preferencia e inclusive comentando sus
programas políticos para bien o para mal.
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Y en segundo nivel, pero no menos importante, casi cualquier interacción social esta ya
mediada por alguna computadora o, mejor dicho, es cada vez más difícil observar los
limites entre las interacciones offline y las interacciones online (Van Dijck, 2016). Puedo
ejemplificarlo de mil maneras, cuando uno va a lugares de reunión como las plazas,
centros comerciales, la misma universidad en los pasillos con poco esfuerzo observamos
que casi en cualquier interacción entre dos personas o más está presente un smartphone,
ya sea que sea el tema central de conversación sobre algo visto en la red o que sea
usado como herramienta para mantener conversación.
Bibliografía
Manin, Bernard, 2006, El veredicto del pueblo y Metamorfosis del gobierno representativo,
en Los principios del gobierno representativo, Madrid, Alianza Editorial, pp. 199-
287.