El Segundo Mandamiento y La Cruz

17.
El segundo mandamiento y la cruz
Introducción
Esta vez, a través del tema titulado “El segundo mandamiento y la cruz”, averigüemos que depender de
la cruz o adorarla, es un acto de desobedecer el mandamiento de Dios.
Hoy en día, muchas iglesias en el mundo insisten en que la cruz es el símbolo de una iglesia, y erigen
la cruz en la cima de las iglesias o dentro de ellas. Y afirman que está bien puesto que no están
adorándola. ¿Dios también piensa así?
Tema
1. Primero, veamos el segundo mandamiento de los diez mandamientos que declara que no
debemos adorar ídolos.
Éx. 20:4-5 “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la
tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová
tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta
generación de los que me aborrecen,”
¿Acaso Dios dijo: “Está bien hacer imagen, solo que no se inclinen ni la honren”? No. Dios nos dijo que
no hiciéramos imagen, ni ninguna semejanza. Por lo tanto, no debemos hacer ninguna imagen al
adorar a Dios.
2. Entonces, ¿qué podemos decir de hacer y erigir la imagen de la cruz? ¿Hay algún escrito en la
Biblia que diga que la cruz es una excepción? No. Jamás encontraremos esos escritos en la Biblia. Por
lo tanto, no es cuestión de hasta qué punto debemos confiar o adorar la cruz. Hacer y poner la imagen
de la cruz en sí ya va en contra del mandamiento de Dios: “No te harás ídolos”. Dios también nos dijo
que no hiciéramos imágenes de Dios.
Éx. 20:23 “No hagáis conmigo dioses de plata, ni dioses de oro os haréis.”
Esto significa que no debemos hacer imágenes, aunque fueran para adorar a Dios. A pesar de estas
palabras de Dios, ¿debemos todavía hacer la imagen de la cruz y adorar a Dios? Es incorrecto pensar
que está bien hacer una cruz mientras no nos inclinemos ni la honremos. ¿No debería el pueblo de
Dios seguir el mandamiento de Dios? No debemos ser necios escogiendo y obedeciendo solo una
parte del mandamiento de Dios que se ajusta a nuestra mente y pensamiento. En otras palabras,
debemos obedecer no solo la palabra “No te inclinarás, ni las honrarás”, sino también la palabra: “No
te harás imagen, ni ninguna semejanza”.
3. Haciendo eso, podemos recibir la bendición de Dios.

Éx. 20:5-6 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que
visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”
Dios dijo que el que hace una imagen y desobedece el mandamiento de Dios es el que aborrece a
Dios, y sus descendientes serán castigados por su pecado. Entonces, ¿está bien que la iglesia haga la
imagen de la cruz a pesar de la estricta advertencia de Dios? No. La iglesia que hace imagen y la erige,
desobedeciendo los diez mandamientos, no es la iglesia que ama a Dios, sino la que aborrece a Dios.
Por otro lado, Dios prometió hacer misericordia a millares, a los que siguen su mandamiento de no
hacer ídolos. ¿No significa eso que Dios nos da una gran bendición? Esa bendición tan grande será
otorgada solo al pueblo de Dios que no hace ninguna imagen de acuerdo con el mandamiento de
Dios, y sirve a Dios con todo el corazón.
4. Algunas personas malinterpretan que la cruz ha sido el símbolo de la iglesia desde la época
apostólica. Sin embargo, en el Nuevo Testamento, escrito en la época apostólica, no hay registros del
uso o establecimiento de la cruz como símbolo de la iglesia. Entonces, ¿cuándo empezó la gente a
poner la cruz en la iglesia?
Baker’s Dictionary of Theology, Everett F. Harrison, Baker Book House, 1973, p. 152
“El uso público de la cruz fue adoptado por los cristianos como un símbolo en el tiempo de
Constantino…”
Esto significa que durante unos 300 años, desde el tiempo de Jesús hasta Constantino, la cruz no se
erigió en las iglesias. De hecho, eso era una cuestión de rutina. Porque mientras las iglesias estaban
siendo perseguidas por el Imperio Romano, la cruz fue usada como una herramienta para ejecutar a
los cristianos. La historia del cristianismo muestra que fue también en la época de Constantino cuando
la crucifixión fue abolida.
Historia del cristianismo, Se-jong Munhwasa, 1992, p. 95

“Además, la obra de Constantino es la siguiente
(1) Abolir la crucifixión”
Por lo tanto, antes del tiempo de Constantino, cuando las iglesias estaban bajo persecución, muchos
cristianos fueron ejecutados en la cruz. En esta situación, ¿podrían ellos embellecer la cruz y usarla
como símbolo de la iglesia? ¡Por supuesto que no! El diccionario de teología explica lo siguiente:
Baker’s Dictionary of Theology, Everett F. Harrison, Baker Book House, 1973, p. 152
“Para los primeros cristianos, rodeados por la crucifixión como un severo acto de común experiencia,
no había peligro de embellecer la cruz por sentimientos.”
Entonces, ¿por qué se embelleció la cruz y por qué se convirtió en el símbolo del cristianismo desde el
tiempo de Constantino? Porque la iglesia fue rápidamente secularizada cuando Constantino terminó
con la persecución al reconocer el cristianismo en 313 d. C. e implementó políticas que favorecían a los
cristianos. A pesar de que tanto el emperador como muchos romanos se convirtieron al cristianismo,
algunas personas comenzaron a establecer imágenes en la iglesia sin abandonar sus costumbres
paganas. Una de ellas era la imagen de la cruz. Esto significa que la imagen de la cruz no tiene
relación con la fe de las iglesias de la época apostólica, sino que es solo un ídolo hecho mientras la
iglesia se secularizaba.
Conclusión
Por lo tanto, no debemos considerar la cruz como el símbolo de la iglesia o establecerla, ya que es un
simple ídolo. De acuerdo con los mandamientos de Dios, debemos tener la fe de no hacer ni adorar
imágenes, incluyendo la cruz. Haciendo esto, recibamos la gran bendición de Dios prometida hasta mil
generaciones. Y llevemos el mensaje de que depender de la vana cruz es un acto de desobedecer el
mandamiento de Dios, de modo que ellos también puedan seguir la voluntad de Dios.

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3. Haciendo eso, podemos recibir la bendición de Dios.

Historia del cristianismo, Se-jong Munhwasa, 1992, p. 95

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