SP6029-2017 - Cálculo Perjuicios Incidente Reparación Integral

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RELEVANTE

SALA DE CASACIÓN PENAL


M. PONENTE : FERNANDO ALBERTO CASTRO
CABALLERO
NÚMERO DE PROCESO : 36784
NÚMERO DE PROVIDENCIA : SP6029-2017
CLASE DE ACTUACIÓN : ÚNICA INSTANCIA
TIPO DE PROVIDENCIA : SENTENCIA
FECHA : 03/05/2017
DECISIÓN : CONDENA
FUENTE FORMAL : Constitución Política de Colombia de
1991 art. 21 / Ley 57 de 1887 art.
2341 y 2344 / Ley 153 de 1887 art. 8
/ Ley 599 de 2000 art. 96 y 97 / Ley
906 de 2004 art. 326 / Ley 1312 de
2009 art. 4

ASUNTO:
[…] se trata de establecer si frente a los antecedentes judiciales que
reportaba la víctima y que le generaron una imagen pública desfavorable, es
posible concluir que las acciones desplegadas por los aquí demandados, las
cuales ameritaron su condena penal, ocasionaron efectiva vulneración al
buen nombre de la demandante YM, y por tanto, tiene derecho a la
indemnización de perjuicios por generar en ella sentimientos de angustia y
aflicción configuradores de un daño moral subjetivo

TEMA: SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de reparación integral:


naturaleza del trámite / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de
reparación integral: objeto / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de
reparación integral: finalidad / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente
de reparación integral: finalidad, diferencias con la perseguida a través de la
acción ante la jurisdicción civil / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente
de reparación integral: no se discute la responsabilidad penal / SISTEMA
PENAL ACUSATORIO - Incidente de reparación integral: carga de la prueba,
demandante, debe demostrar el daño y la cuantía
«[…] un procedimiento de naturaleza accesoria, que solo puede iniciarse a
partir del proferimiento de una condena penal en firme, no puede asimilarse
a una acción de responsabilidad civil extracontractual en la que el primer
aspecto a probar es la fuente de la obligación, que para casos como el
presente, viene a ser el delito, cuya existencia y determinación de
responsabilidad ya ha sido declarada en un fallo ejecutoriado.

En tratándose del incidente de reparación integral, es evidente que el


demandante queda relevado de probar la fuente de la responsabilidad, es
decir, que el demandado cometió un delito y las circunstancias de hecho que
lo rodearon, puesto que ese elemento se encuentra acreditado a partir de la
sentencia condenatoria en firme en la que ya se ha declarado una realidad
fáctica indiscutible, abriéndose paso al incidente con fines resarcitorios.

De allí que en este tipo de incidentes la carga probatoria del demandante se


reduzca a demostrar que el delito cometido por el penalmente responsable le
ocasionó un daño, su naturaleza y cuantía. En manera alguna, como
erradamente lo interpretara el apoderado de MV, la Corte ha pretendido
relevar a quien reclama los perjuicios ante el juez penal, del deber de acreditar
la ocurrencia de un daño proveniente del injusto, ninguna afirmación en tal
sentido ha hecho la Sala.

Las precisiones realizadas en el citado precedente se hicieron con base en las


normas penales que regulan la responsabilidad civil derivada del delito, las
que a su turno encuentran soporte en los preceptos civiles que regulan la
figura de la responsabilidad civil extracontractual, concretamente el artículo
2341 del Código Civil que señala:

“Artículo 2341. Responsabilidad Extracontractual. El que ha cometido un


delito o culpa, que ha inferido daño a otro, es obligado a la indemnización, sin
perjuicio de la pena principal que la ley imponga por la culpa o el delito
cometido.”

Resulta indiscutible que el delito es fuente de obligaciones y, por tanto, genera


responsabilidad civil, como también que en el trámite del incidente, el hecho
ilícito, fuente del deber de indemnizar, es incuestionable y no debe probarse
por estar declarado en la sentencia penal en firme».
SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de reparación integral: carga de
la prueba, demandante, debe demostrar el daño y la cuantía / PERJUICIOS -
Daño emergente: demostración

«[…] -daño emergente- se hace consistir en los gastos de traslado en los que
tuvo que incurrir YMP para viajar junto con su familia, de la ciudad de […] a
Bogotá.

Para soportar la existencia de estos gastos, el abogado demandante aportó los


testimonios de MSM, hija de la reclamante y FCT, compañero permanente de
ésta.

También aludió como prueba de los perjuicios el “informe pericial”. Del


contenido del citado documento, la Sala no extrae una estimación del daño
emergente, ya que en el mismo solo se hizo estimación del lucro cesante,
motivo por el cual este medio de convicción nada aporta a la demostración del
primero.

Se tiene entonces que en su declaración FCT señaló que su relación


sentimental con YM inició en la ciudad de Bogotá a finales del año 2007,
conviviendo en varios barrios de la capital entre ellos […].

Por su parte, MSM, precisó que desde el año 2005 se encuentra radicada
junto con su madre y hermanos en la capital del país por decisión personal
de YM.

Ninguno de los testigos hizo referencia a que debido a la publicación de


afiches difamatorios en el departamento de […] o la realización de una rueda
de prensa organizada por el DAS con la finalidad de afectar su imagen, la
familia SM, se viera obligada a trasladarse a la ciudad de Bogotá, incurriendo
así en una serie de gastos. Por el contrario, lo que se advierte es que desde
mucho antes de que tuvieran ocurrencia los hechos por los que fueron
condenados MPHA y BMV, YM y sus hijos ya residían en la ciudad de Bogotá,
lugar en el que han permanecido hasta la fecha.

El único que refiere un intempestivo traslado con ocasión de los hechos


declarados en la sentencia es el abogado demandante, cuando expuso
oralmente esta particular pretensión, la cual como ha quedado visto, se
encuentra huérfana de demostración. En conclusión no habrá lugar a proferir
condena por el daño emergente solicitado».
SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de reparación integral: carga de
la prueba, demandante, debe demostrar el daño y la cuantía / PERJUICIOS -
Lucro cesante: demostración / INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS - Nexo
causal

«[…] el lucro cesante demandando se hace consistir en los ingresos que YMP
dejó de devengar desde el 1º de enero al 30 de julio de 2012. Con el fin de
acreditar este particular de daño, el apoderado aportó un “informe pericial”
en el que a diferencia de la demanda, se fija como periodo de causación el
trascurrido entre el 1º de febrero de 2012 y el 30 de julio de 2013.

El mentado “informe”, más que un peritaje, constituye realmente un


estimativo del daño realizado por un ingeniero industrial, quien indica que la
selección de este interregno corresponde al tiempo en el que YMP estuvo
privada de la libertad por razón de una condena en su contra por el delito de
secuestro extorsivo.

En esa medida, es evidente que el hecho presuntamente generador del


menoscabo patrimonial, nada tiene que ver con los acontecimientos
desplegados por los penalmente responsables en contra de esta ciudadana.
Además, la condena por la conducta de secuestro por la que permaneció
privada de la libertad durante varios meses, sucedió varios años después del
momento en el que se realizaron labores de inteligencia ilegales en su contra,
motivo por el cual aquellos acontecimientos no fueron materia de discusión
en el proceso penal origen de este trámite incidental, siendo entonces
desatinado pretender una reparación cuya fuente difiere por completo del
soporte fáctico que dio lugar a la declaratoria de responsabilidad penal de HA
y MV.

De todas formas, aun cuando el petente hubiera elegido el periodo de tiempo


enunciado en el informe pericial -1º de febrero de 2012 a 30 de julio de 2013-
, como aquel en el que se generó el lucro cesante, y lo pretendido, como lo
advierte la Corte, fuera derivar del estado de privación de la libertad de YM,
la cesación de toda actividad productiva, la Sala observa que de acuerdo con
el reporte allegado por la autoridad penitenciaria se tiene que ésta fue recluida
por primera vez el 30 de abril de 2008 por razón de un proceso adelantado en
su contra por la Corte Suprema de Justicia. También que permaneció privada
de la libertad hasta el 29 de julio de 2013, debido a varios procesos en su
contra adelantados por diferentes autoridades, entre ellas, esta Colegiatura,
el Juzgado Tercero Penal del Circuito Especializado de Bogotá y el Juzgado
Segundo Penal del Circuito Especializado de Bucaramanga.

El demandante no acredita que por cuenta de los hechos por los que se
condenó a los demandados, YM hubiera estado injustamente privada de su
libertad y que ello le impidiera ejercer cualquier tipo de actividad productiva.

Por el contrario, lo que se concluye es que el estado de reclusión de MP fue


legítimo y estuvo justificado por los hechos delictivos de los que dan cuenta
las sentencias proferidas en su contra y que se allegaron al incidente, sin que
los acontecimientos que estos fallos documentan, tengan alguna relación con
los atribuidos a HA y MV en sentencia de 28 de abril de 2015.

[…]

[…] en la demanda el nexo causal entre el perjuicio material-lucro cesante y


el hecho ilícito generador del mismo, se concreta en el estado de privación de
la libertad de YM, el cual debe precisar la Sala, fue producto de la ejecución
de medidas de aseguramiento y sentencias legítimas contra ésta por sucesos
completamente aislados a las acciones de las que fue víctima por parte de los
demandados y, si bien, una de esas condenas debió ser revocada en segunda
instancia, tampoco tal decisión jurisdiccional se vincula con los delitos
declarados como cometidos por HA y MV.

Por consiguiente, al igual que ocurrió con el daño emergente, tampoco se


proferirá condena por lucro cesante».

DERECHOS FUNDAMENTALES - Buen nombre: concepto / DERECHOS


FUNDAMENTALES - Honra: concepto

«[…] necesario resulta precisar en primer término, lo que debe entenderse por
buen nombre y honra.

Dichas garantías han sido objeto de amplio desarrollo jurisprudencial. Es así


que en sentencia T-466 de 2016 se indicó:

“El derecho al buen nombre está consagrado en el artículo 15 de la


Constitución, y se refiere a ‘la buena opinión o fama adquirida por un
individuo en razón de la virtud y el mérito, como consecuencia necesaria de
las acciones protagonizadas por él’, es decir, a la reputación de una persona
derivada de la exteriorización de sus conductas. La protección derivada de
este derecho se proyecta ‘rente al detrimento que [se] pueda sufrir como
producto de expresiones ofensivas o injuriosas o informaciones falsas o
tendenciosas […y…] se lesiona por las informaciones falsas o erróneas que se
difundan sin fundamento y que distorsionan el concepto público que se tiene
del individuo’. Se ha resaltado en la jurisprudencia que el buen nombre ‘tiene
una cercana relación con la dignidad humana, en la medida en que, al
referirse a la reputación, protege a la persona contra ataques que restrinjan
exclusivamente la proyección de la persona en el ámbito público o colectivo’.
(Resaltado fuera de texto)

En cuanto a la esfera de protección de este derecho fundamental, se ha


establecido que depende de la conducta del sujeto en su interacción con los
demás y de la valoración que fruto de la misma elabore razonablemente la
sociedad. Al respecto, ha dicho la jurisprudencia que no es posible reclamar
por la afectación del derecho al buen nombre ‘cuando el comportamiento de
la persona misma es el que impide a los asociados ‘considerarla digna o
acreedora de un buen concepto o estimación’.”

Y sobre el derecho a la honra, en el mismo pronunciamiento se dijo:

“El derecho a la honra, contemplado en el artículo 21 de la Constitución,


alude a la consideración que sobre la persona se haga en razón a su condición
de ser humano, es decir, por su valor intrínseco. Ha dicho la jurisprudencia
que ‘la honra hace alusión al respeto que la persona merece por su propia
condición de tal,‘(…) entendiendo por ella, la estimación o deferencia con la
que cada persona debe ser tenida por los demás miembros de la colectividad
que le conocen y le tratan, en razón a su dignidad humana. Es por
consiguiente, un derecho que debe ser protegido con el fin de no menoscabar
el valor intrínseco de los individuos frente a la sociedad y frente a sí mismos,
y garantizar la adecuada consideración y valoración de las personas dentro
de la colectividad’.’. La Corte Constitucional ha establecido que la honra se
afecta ‘tanto por la información errónea, como por las opiniones
manifiestamente tendenciosas respecto a la conducta privada de la persona o
sobre la persona en sí misma’. (Resaltado fuera de texto)”

En sentencia C-452 de 2016, se estableció que el buen nombre y la honra se


encuentran íntimamente relacionados, pero de todas formas se trata de
conceptos diferentes:
“De acuerdo con esta decisión - C 489 de 2002-, el derecho a la intimidad se
corresponde con la protección de interferencia a la vida personal y familiar,
en los términos anteriormente explicados y que está especialmente vinculada
a ‘la protección frente a la divulgación no autorizada de los asuntos que
conciernen a ese ámbito de privacidad.’ En cambio, el buen nombre es
comprendido como un concepto esencialmente relacional, referido a la
reputación que tiene un individuo frente a los demás, garantía constitucional
que resulta afectado cuando se presentan ‘informaciones falsas o erróneas
que se difundan sin fundamento y que distorsionan el concepto público que
se tiene del individuo’.

(…)

Por lo tanto, la infracción al derecho al buen nombre se deriva de la difusión


de información falsa o inexacta sobre el individuo concernido, la cual ‘no tiene
fundamento en su propia conducta pública y que afectan su renombre e
imagen ante la sociedad.’. A su vez, para el caso del derecho a la honra, la
afectación se genera en aquellos casos en que se ‘expresan conceptos u
opiniones que generan un daño tangible al sujeto afectado’.” (Resaltado fuera
de texto)».

PERJUICIOS - Daño moral: concepto / PERJUICIOS - Daños morales: daño


moral objetivado, existencia y cuantía / PERJUICIOS - Daños morales: daño
subjetivado, diferente a los daños material y moral objetivado
/ PERJUICIOS - Daños morales: daño moral subjetivado, principio de arbitrio
judicium / SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Incidente de reparación
integral: carga de la prueba, demandante, debe demostrar el daño y la cuantía
/ PERJUICIOS - Daños morales: daño moral subjetivado, cuantía
/ PERJUICIOS - Daños morales: liquidación / PERJUICIOS - Daños morales:
daño moral subjetivado, derecho al buen nombre, su reparación se restringe
sí tiene antecedentes penales / PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas

«El daño moral comporta el menoscabo a la dimensión afectiva, los


sentimientos, el amor en la familia, la parte social, los atentados contra el
honor, la reputación, las consideraciones sociales; por lo mismo, no puede
establecerse a partir de métodos matemáticos como acontece con los
perjuicios materiales. Varios criterios ha desarrollado la jurisprudencia para
calcularlos:

“Dada la inasible naturaleza del daño no patrimonial, debe buscarse, ‘con


ayuda del buen sentido (…) y con apoyo en hechos probados que den cuenta
de las circunstancias personales de los damnificados reclamantes, una
relativa satisfacción para estos últimos proporcionándoles de ordinario una
suma de dinero que no deje incólume la agresión, pero que tampoco
represente un lucro injustificado que acabe por desvirtuar la función
institucional que prestaciones de ese linaje están llamadas a cumplir’
(sentencia de 25 de noviembre de 1992. Exp. 3382); consideraciones éstas
que aun cuando se expresaron con relación al daño moral, resultan
perfectamente aplicables a toda clase de perjuicio extra-patrimonial, incluido
el daño a la vida de relación.

A diferencia de la estimación de los perjuicios patrimoniales, para los que


existen en la mayoría de las ocasiones datos objetivos que sirven de apoyo
para su cuantificación, el perjuicio extrapatrimonial ha estado y seguirá
estando confiado al discreto arbitrio de los funcionarios judiciales, lo que no
‘equivale a abrirle paso a antojadizas intuiciones pergeñadas a la carrera para
sustentar condenas excesivas, sino que a dichos funcionarios les impone el
deber de actuar con prudencia, evitando en primer lugar servirse de pautas
apriorísticas…’. (Resaltado fuera de texto)

No pueden, por tanto, fijarse o establecerse parámetros generales que en


forma mecánica se apliquen a la valoración de tal clase de perjuicio, pues
cada caso concreto ofrece particularidades que deberán ser apreciadas por el
juez al momento de hacer la correspondiente tasación”.

Igualmente, se ha diferenciado entre el daño moral subjetivo y el objetivado:

"Hay en torno al daño moral dos géneros de perjuicios: los que emanan de él
en forma concreta, determinada y determinable, que pudieran llamarse
perjuicios morales objetivados; y otros que son indeterminados e
indeterminables, inasibles y abstractos, perjuicios morales no susceptibles de
objetivación. (…)

La injuria al sentimiento del amor filial o al del honor puede ocasionar


perjuicios morales inestimables por su naturaleza, y perjuicios morales
objetivados. El hijo de un hombre que muere en un accidente experimenta el
dolor o la pena natural a la privación del afecto de su progenitor, pena
subjetiva, síquica, no objetivable; pero además puede sufrir, como
consecuencia de su estado aflictivo o depresivo, una merma o disminución en
sus facultades o aptitudes para el trabajo que reduzcan su esfuerzo y afecten
consecuencialmente su patrimonio material. El comerciante que pierde su
reputación sufre una pena síquica por la misma causa, daño inestimable
pecuniariamente, y puede también recibir un daño moral que se manifiesta
objetivamente en los menores rendimientos de su negocio, debidos a su
inhibición para el trabajo, que lo hace menos productivo, y en la baja de sus
entradas, porque la pérdida del crédito le trastorna el negocio.

‘(...) El daño moral objetivado puede fácilmente repararse. Tal cosa ocurre con
el perjuicio inferido a una persona en su patrimonio, por la pérdida de su
crédito, causada por la difamación; dicho daño es tangible, estimable con
relativa facilidad, concretable en cifras numéricas. Pero no puede decir lo
propio del daño moral no objetivado. (G.J. LVI, 672; LXXX, 657; CLII1, 142,
entre otras)”.

En lo que respecta al cálculo de los perjuicios de esta naturaleza opera el


principio de arbitrio judicium, esto es, que el juez puede tasarlos teniendo en
cuenta criterios como la experiencia, la calidad del reclamante y en general
las particularidades de cada caso, con la claridad de que tales criterios aplican
únicamente en tratándose del daño moral subjetivo. Así lo ha precisado la
Sala de Casación Civil en el pronunciamiento que viene de citarse:

[…]

En el presente asunto, la demandante pretende la indemnización del perjuicio


moral sin especificar si se trata del daño moral objetivo o subjetivado, pero de
la exposición del apoderado de MP, por demás precaria, logra colegir la Corte
que se trata del segundo de estos conceptos al referirse a la afectación interna
de la reclamante ocasionada por el desprestigio en su contra

[…]

En el asunto que ocupa la atención de la Sala, de acuerdo con lo declarado


en la sentencia penal, los hechos de los que se deriva la afectación reclamada
tuvieron que ver con el despliegue de labores de inteligencia encaminadas a
recolectar información que desprestigiara a YM, difundiéndola a la prensa y
a través de carteles que la vinculaban con un grupo guerrillero.
Dichas maniobras, a no dudarlo, siempre tuvieron como objetivo afectar la
garantía del buen nombre y hacer pública información que cumpliera ese
propósito a pesar de que era falsa.

Tal conducta afligió la esfera íntima de la demandante, en tanto que se enteró


de la divulgación de la información, según así lo declaró su hija MSM, cuando
sostuvo que su madre recibió llamadas de conocidos informándole acerca de
los afiches en los que se la hacía ver como muy cercana a la guerrilla, además
de que su familia se enteró de lo acontecido por los medios de comunicación.

Corresponde indicar que para el momento en el que se produjo el anuncio de


la información falsa, ya habían sucedido varios acontecimientos ajenos a los
debatidos en el juicio contra los aquí demandados que hacían que la opinión
sobre el desempeño y conducta social de YM no fuera la mejor, como lo fue
su comprobada responsabilidad en el delito de cohecho por vender su voto de
Congresista para que se aprobara la reelección presidencial inmediata.

Sin embargo, contar con antecedentes penales por un delito doloso y que ello
sea de público conocimiento, no puede hacer nugatorio el derecho al buen
nombre, puesto que se trata de un derecho subjetivo de raigambre
constitucional, reconocido por instrumentos internacionales de derechos
humanos y garantía fundamental de todo individuo, la cual no desaparece
porque el Estado, frente a un hecho punible concreto, haya logrado desvirtuar
la presunción de inocencia, puesto que ello sería tanto como admitir que a las
personas con antecedentes penales se les puede injuriar o difamar sin
ninguna consecuencia, privando a estos individuos de un derecho
fundamental inherente a la condición humana.

Aun a los ciudadanos en esta situación o cualquier otra similar en la que sea
evidente que no gozan de una buena imagen ante su comunidad, se les debe
garantizar el derecho al buen nombre y a no ser objeto de falsas imputaciones,
hechos difamatorios o reveladores de su intimidad. No obstante, la reparación
del daño al buen nombre se verá restringida, puesto que no podrá ser igual
al de aquellas personas cuya reputación no tiene tacha alguna.

Es justamente este el escenario en el que se encontraba la aquí demandante,


pues aunque aún hoy día es recordada como la parlamentaria que a través
de un delito, contribuyó a una importante modificación de la Constitución
Política, de todas formas su nombre fue afectado por el organismo de
inteligencia atribuyéndole una conducta que era contraria a la realidad como
lo era su relación con un grupo insurgente, lo cual dio lugar a un mayor
desprestigio al ya adquirido como consecuencia de su propia conducta.

Tal circunstancia, contrario a lo expresado por los demandados, generó en


ella sentimientos de angustia y sufrimiento de los que dieron cuenta sus
familiares, constituyendo tal afectación interna, el daño moral reclamado. La
demostración de este perjuicio no impone la acreditación acerca de cuál era
la opinión que el conglomerado tenía de YM con ocasión de las falsas
imputaciones, como lo requiere el apoderado de MV, ya que la aflicción que
ello le generó fue acreditada a través del testimonio de su hija y del compañero
permanente de aquella.

[…]

De acuerdo con lo expuesto, para la Corte la ciudadana YMP sufrió un daño


moral subjetivo el cual será reconocido pero no en las proporciones
demandadas, pues no puede pasarse por alto que para el momento en que se
concretó el daño, ésta no era reconocida por la comunidad como una persona
de conducta intachable; empero, ello no desdice del sufrimiento que le causó
saber que en su contra se estaban haciendo públicas falsas imputaciones que
la relacionaban con un grupo insurgente.

La forma en que se resarcirá el daño moral subjetivo será a través de una


compensación en dinero de cuya determinación se ocupará la Sala
posteriormente.

[…]

[…] en cuanto a la estimación en dinero del perjuicio cuya fuente es el delito,


el artículo 97 del Código Penal otorga al juez la potestad de tasarlos en cuantía
no superior a los mil salarios mínimos legales mensuales vigentes. Valga
aclarar que esta limitación aplica únicamente frente a los daños morales no
susceptibles de cuantificación objetiva, según así lo concluyó la Corte
Constitucional al pronunciarse sobre la exequibilidad de dicho precepto,
puesto que respecto de los perjuicios que sí pueden calcularse en dinero, el
límite para el juez viene determinado por lo que se pruebe en el proceso.

[…]
[…] corresponde señalar que los criterios para la determinación del perjuicio
moral subjetivo vienen dados por la naturaleza del daño, las condiciones
personales de quien lo ha sufrido y las pautas que ha tenido en cuenta la
jurisprudencia en casos análogos, en orden a adoptar decisiones equitativas.

Sobre esto último, oportuno es precisar que la Sala de Casación Civil en CSJ
SP 6 may. 1998 rad. 4972, indicó que no se ha pretendido imponer topes
máximos a la compensación de los perjuicios morales subjetivos, sino pautas
que faciliten la resolución de los casos concretos […].

[…]

De acuerdo con lo expuesto, además de los pormenores del caso particular de


YM, la Sala tendrá en cuenta la valoración que sobre este perjuicio se ha
hecho en casos similares en los que se generó una aflicción interna, al verse
afectada la garantía del buen nombre. Debe hacerse distinción entre la forma
de estimar la vulneración a dicha garantía de aquella encaminada a resarcir
el sufrimiento que tal trasgresión genera, puesto que el Consejo de Estado ha
indicado que el daño a un derecho fundamental es autónomo, por lo que debe
calcularse con independencia de otro tipo de perjuicio.

Al referirse a la liquidación en concreto de un daño de esta naturaleza, esa


Corporación citó una sentencia de unificación de 28 de agosto de 2014, en la
que se establece dicho criterio, a saber, la trasgresión a bienes
constitucionalmente protegidos configura un tipo de daño inmaterial
autónomo, el cual debe resarcirse preferiblemente a través de medidas de
reparación simbólica. Sobre este específico tema indicó la decisión
unificadora:

(…) el daño a bienes o derechos convencional y constitucionalmente


amparados es un daño inmaterial autónomo que se repara principalmente a
través de medidas de carácter no pecuniario y, en tal virtud, las medidas de
restitución, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición, tienen
efectos expansivos y universales, toda vez que no solamente están destinadas
a tener incidencia concreta en la víctima y su núcleo familiar cercano, sino a
todos los afectados, y aún inciden más allá de las fronteras del proceso a la
sociedad en su conjunto y al Estado. (Resaltado propio)

[…]
En la decisión del Consejo de Estado que trae la Corte, se distingue entre el
daño a la garantía fundamental y el perjuicio moral subjetivo, cada uno de
los cuales es indemnizable con total autonomía y, frente al primero, se
prefieren medidas simbólicas de reparación […].

[…]

El Consejo de Estado ha fijado como pauta un tope máximo de 100 salarios


mínimos legales mensuales vigentes, el cual, al igual que el establecido en
pronunciamiento de la Sala de Casación Civil, como ya se indicó, comporta
un criterio de orientación, pues en todo caso el monto de la indemnización
por daño moral subjetivo depende de la acreditación de la intensidad del
perjuicio.

En el presente caso, debe entonces distinguirse el daño generado al buen


nombre de YM, de aquella afectación a su fuero interno por la angustia y la
perturbación del ánimo que le generó la difusión de falsa información sobre
su conducta.

Es así que en cuanto al daño moral subjetivo concretado en la aflicción, la


angustia y el sufrimiento que le causó a la demandante ver su nombre
enlodado por cuenta de la actividad del […], éste no fue de la gravedad que
refiere su apoderado como para justificar una indemnización que supera los
doscientos millones de pesos.

[…]

Es decir, no puede afirmarse que YMP fuera reconocida como una ciudadana
de conducta ejemplar, sin embargo esa circunstancia no descarta que el acto
difamatorio cometido en su contra por los demandados le causó sentimientos
aflicción, angustia y hasta depresión, al advertir que su reconocimiento como
líder política en la región de la que era oriunda, estaba siendo seriamente
afectado al verse vinculada con un grupo guerrillero de negativa influencia
para la comunidad de […].

En ese orden, el perjuicio moral subjetivo lo fija la Sala en el monto de veinte


(20) millones de pesos, cuyo pago será asumido en forma solidaria por los
demandados de acuerdo con lo previsto en los artículos 96 del Código Penal
y 2344 del Código Civil.
Ahora bien, teniendo en cuenta que el procesado BMV, dejó a disposición de
la Corte justamente esa suma de dinero para el pago de los daños en caso de
que fuera condenado, como efectivamente aconteció, se dispondrá que los
perjuicios aquí reconocidos a favor de YM sean cubiertos por esa suma de
dinero, la cual será entregada a ésta o a su defensor previos los trámites
secretariales pertinentes

[…]

Frente al daño que ha sido denominado por el Consejo de Estado como el


perjuicio a un interés constitucionalmente protegido, son las medidas de
reparación simbólica las que principalmente restablecen la garantía afectada.

Esta es justamente la última de las pretensiones reparatorias solicitadas por


la demandante que su apoderado ha denominado “satisfacción del perjuicio”,
las cuales se dirigen a que los demandados le ofrezcan excusas públicas y
pidan perdón a través de los medios de comunicación.

Es sabido que este tipo de medidas son mayormente implementadas en


procesos en los que se debate la responsabilidad del Estado por la acción de
sus autoridades contra los ciudadanos, en donde el estamento como persona
jurídica debe reconocer públicamente el agravio.

En procesos adelantados por graves violaciones a los derechos humanos, cuyo


objeto de debate puede ser la responsabilidad en cabeza del Estado o a cargo
de personas naturales, amplio ha sido el desarrollo acerca de los derechos de
las víctimas en especial a la reparación, el cual comporta varias dimensiones
que se orientan principalmente a mecanismos diferentes al pago de una suma
de dinero con el fin garantizar medidas resarcitorias de restitución,
indemnización, rehabilitación y satisfacción , las cuales pueden consistir en
la restitución de los derechos de las víctimas, programas de rehabilitación y
medidas simbólicas, como disculpas oficiales, monumentos y ceremonias
conmemorativas.

Así las cosas, es pertinente plantear el interrogante acerca de si en procesos


penales en los que se ha establecido la responsabilidad de personas naturales
por incurrir en conductas delictivas de cualquier naturaleza, no solo por
graves violaciones a los derechos humanos, el juez tiene la facultad de
imponerle al penalmente responsable medidas de restablecimiento del
derecho de carácter no pecuniario, como por ejemplo mostrar arrepentimiento
y ofrecer excusas a la víctima por su comportamiento.

Este tipo de mecanismos encuentran consagración legal, concretamente en


las normas que regulan el principio de oportunidad cuando se suspende el
procedimiento a prueba, el cual queda condicionado al cumplimiento de
varios compromisos que puede imponer el fiscal, entre ellos, el de manifestar
públicamente arrepentimiento por el hecho que se le imputa […].

[…]

[…] emerge claro que las obligaciones que puede imponer el fiscal en el
escenario propio del principio de oportunidad, no implican invasiones
injustificadas o ilegítimas de derechos como la autonomía personal y el libre
desarrollo de la personalidad de quien ha infringido la ley penal y ha causado
un agravio a un tercero, puesto que este tipo de medidas se encuentran
acordes con las finalidades del proceso penal, entre ellas, “la satisfacción de
los intereses de las víctimas (reconocer su sufrimiento, repararle el daño
inferido y restaurarla en su dignidad), al restablecimiento de la paz social y a
la reincorporación del infractor a la comunidad a fin de restablecer los lazos
sociales quebrantados por el delito, replanteando el concepto de castigo
retributivo que resulta insuficiente para el restablecimiento de la convivencia
social pacífica.”

En tratándose del incidente de reparación integral se ha dicho que este


trámite también constituye un mecanismo de justicia restaurativa en el cual
la víctima puede exigir el resarcimiento del derecho afectado no solo a través
de imposiciones pecuniarias, sino a partir de actuaciones de parte del
penalmente responsable que se encuentran cobijadas por el concepto de
reparación integral.

[…]

[…] es claro que el Estado a través de los jueces puede imponer a los
particulares realizar ciertas conductas en orden a reparar el daño que han
causado a terceros, sin que ello comporte la trasgresión de garantías
fundamentales de los obligados al resarcimiento, o sea una facultad exclusiva
en procesos por comportamientos configurativos de graves violaciones a los
derechos humanos, o en lo que se debata la responsabilidad del Estado.
En este orden de ideas, no encuentra la Sala que la medida de reparación
simbólica que demanda YM en orden a resarcir el perjuicio por el menoscabo
a su reputación, implique una ilegítima e injusta afectación a la autonomía o
dignidad humana de MPHA y BMV, puesto que es claro que fue su conducta
delictiva la generadora del agravio a la demandante, el cual deberá repararse
a través de un mecanismo simbólico consistente en hacer una publicación en
un diario de amplia circulación en […], ofreciendo excusas públicas a YMP
por la afectación que con sus conductas penalmente sancionadas le
ocasionaron a su buen nombre. El término con el que cuentan para cumplir
el mentado compromiso será de tres (3) meses».

JURISPRUDENCIA RELACIONADA:
Rad: 36784 | Fecha: 10/05/2016 | Tema: SISTEMA PENAL ACUSATORIO -
Incidente de reparación integral: naturaleza del trámite
Rad: C-452 | Fecha: 24/08/2016 | Tema: DERECHOS FUNDAMENTALES -
Honra: concepto
Rad: T- 466 | Fecha: 30/08/2016 | Tema: DERECHOS FUNDAMENTALES -
Honra: concepto
Rad: T-466 | Fecha: 30/08/2016 | Tema: PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas
Rad: C-916 | Fecha: 29/10/2002 | Tema: PERJUICIOS - Daños morales:
daño moral subjetivado, cuantía
Rad: C-979 | Fecha: 26/09/2005 | Tema: PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas
Rad: C-409 | Fecha: 17/06/2009 | Tema: PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas
Rad: C-387 | Fecha: 25/06/2014 | Tema: PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas
Rad: T-050 | Fecha: 10/02/2016 | Tema: PERJUICIOS - Daño a un interés
constitucionalmente protegido: su reparación es autónoma e independiente
de otro daño / PERJUICIOS - Daño a un interés constitucionalmente
protegido: su reparación es preferiblemente a través de reparaciones
simbólicas

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