La Representacion 1

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Universidad Nacional De San Agustin De Arequipa

Facultad de Derecho

ACTO JURÍDICO
“LA REPRESENTACIÓN”

DOCENTE:
Jorge Sumari Buendia
JEFE DE PRÁCTICAS:

INTEGRANTES:
- Fuentes Mamani, Fiorela Evelyn
- Lipa Flores, William Daniel
- Pampa Mamani, Ever Milton
- Olarte Huaco, Sebastian Pavel
- Reynoso Zegarra, Lucía Alejandra
- Valero Flores, Milena Lizeth

2° “A”
DEDICATORIA
LA REPRESENTACIÓN
Agradecimiento
INDICE
Lista de ABREVIATURAS
RESUMEN ESPAÑOL
RESUMEN INGLES
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
I. LA SUSTITUCIÓN EN EL ACTO JURÍDICO

1. La Sustitución en el acto jurídico:


Primero que nada, debemos tener en cuenta una de las máximas presentadas en
temas anteriores al tema tratado en este presente trabajo, la cual versa sobre el
factor que mueve al acto jurídico el mismo que es la “autonomía de la voluntad”.
Este es el factor presentado en todo acto jurídico, por lo que es fácil deducir de este
la presencia de la “voluntad” de tal importancia que su solo vicio puede provocar
una causal de nulidad del acto. Es por eso que la expresión de la misma resulta de
fundamental importancia en el ejercicio de los derechos de la persona, pues para
poder desenvolverse en una sociedad moderna (jurídica y científicamente
hablando) como la que vivimos ahora es necesario el uso de los actos jurídicos,
desde la compra de un artículo por internet hasta la aplicación de la eutanasia.
Entonces, la expresión de la voluntad debe ser lo más clara posible, siendo
preferible la capacidad y presencia del titular del derecho para que la expresión de
esta voluntad sea más fidedigna y no sea pasible a errores o a posibles abusos de la
otra parte del ato jurídico (haciendo énfasis en los actos bilaterales y plurilaterales)
resultando en estafas y conflictos que, posteriormente, terminaran como un caso
más en todo el embrollo de casos en el poder judicial.
Otra totalmente es la situación de los incapaces. Aquí la doctrina distingue la
capacidad "jurídica" o "de derecho", aptitud propia de toda persona para ser titular
de derechos y obligaciones, y la capacidad de "obrar", o "de hecho", que es la
idoneidad para realizar por sí mismo los actos de la vida jurídica. [ CITATION Lui82 \l
10250 ] De esta manera nos encontramos con los incapaces de hecho, que a palabras
de Freitas, es definida como las personas que “...por imposibilidad física o moral de
obrar, o que por su dependencia de una representación necesaria, no pueden ejercer
actos de la vida civil”.
Aunque en nuestro código civil son mejor conocidos en la diferencia de los
“incapaces relativos” y los “incapaces absolutos”. Siendo los incapaces absolutos
los que no puede realizar por si mismos actos jurídicos y de hacerlos estos serían
nulos, es esta incapacidad la que hace referencia a la falta de discernimiento de la
persona o de las condiciones que le impiden expresar su voluntad, de esta manera,
son incapaces absolutos:
-El concebido
-El menor de 16 años
-Los privados de discernimiento
-Los sordomudos, los ciegosordos y los ciegomudos que no pueden expresar su
voluntad de manera indubitable
Así tenemos a los incapaces relativos o también denominada incapacidad civil o
legal, los cuales por sí mismos realizan actos jurídicos susceptibles a la
anulabilidad, puesto que, a diferencia del anterior tipo de incapacidad, esta es de
naturaleza temporal, ósea que en la persona puede haber momentos en los que
pueda expresar válidamente su voluntad; de esta manera nos encontramos con los
incapaces relativos, los cuales pueden ser:
-Los mayores de 16 y menores de 18 años de edad
-Los retardados mentales
-Los que adolecen de deterioro mental
-Los pródigos
-Los que incurren en mala gestión
-Los ebrios habituales
-Los toxicómanos
-Los que sufren pena de inhabilitación

Es en estas situaciones de incapacidad que se da la sustitución, la cual puede ser


impuesto por la misma ley o puede ser a voluntad del interesado, pues no siempre
la sustitución se dará en incapaces, sino que un capaz puede claramente hacer esta
situación, sea por los motivos que sean, haciendo uso de la autonomía privada en el
mismo caso.
Ahora bien, la sustitución en la celebración del acto jurídico puede ser entendida de
dos maneras, material y jurídica:
 Sustitución material:
Tipo de sustitución en la cual el sustituto es un mero intermediario
cumpliendo la función de un instrumento para comunicar la verdadera
voluntad del autor del acto. Como ejemplo de esto se puede mencionar al
“nuncio”.
 Sustitución Jurídica:
Aquí el sustituto tiene el poder de decisión sobre el acto jurídico, teniendo
la facultad de decidir sobre qué clase de acto realizar y que clase no. Es
mayor este tipo de sustitución en el caso de los incapaces absolutos.
CAPÍTULO II

II. CONCEPTO, NATURALEZA E IMPORTANCIA DE


LA REPRESENTACIÓN

2. Concepto de Representación:
A palabras del jurista Lizardo Taboada se puede entender por representación:

“La representación es la institución jurídica por la cual el representante realiza uno


o más actos jurídicos por cuenta y en interés del representado”

Es así que el acto jurídico puede ser celebrado de manera personal por el mismo
titular del derecho como también se puede celebrar a través de otro sujeto de
derechos, el representante, siendo las decisiones que tome este dentro de sus
atribuciones como representante a favor y en contra del representado. A manera de
aporte, mayormente al representado se le conoce como “dominus negotii”. En todo
caso, para aclarar completamente las partes en esta relación jurídica, se le denomina
representante a quien obra por otro; representado a aquél por quien se obra; y acto
representativo, al verificado por el representante con un tercero, con efectos
directos o indirectos para el representado.[ CITATION Ani15 \l 10250 ]
También se reconoce dos supuestos en la actuación del representante:
 Agere propio nomine:
Cuando el acto que realiza el representante con el tercero produce efectos en
la esfera jurídica del representante y este debe transferirlos ulteriormente al
representado. (Representación Indirecta)
 Agere alieno nomine:
Cuando los efectos del acto jurídico realizado del representante con el
tercero no se dan en la esfera jurídica del representante, sino que se dan
directamente en la esfera jurídica del representado (Representación Directa)
En estos dos supuesto resulta haber una fuerte discusión entre dos teorías, o dicho
de otra manera, dos tesis, las cuales presentaremos a continuación:
 La teoría clásica:
En apoyo de los juristas Nuñes Lagos y Castán. Aquí se limita el concepto
de representación a la representación directa, además de incluir los
siguientes requisitos:
-Legitimación para actuar en la esfera ajena
-Un negocio jurídico representativo
-Sustitución del representado
-Consentimiento de éste vía poder o ratificación
En este punto se pide la CONTEMPLATIO DOMINI, dicho de otra
manera, actuación en nombre ajeno (agere in nomine alieno). De la propia
literalidad del término se deduce su sentido, que es el que las partes conocen
la existencia de un dominus detrás de la actuación del representante.
 La tesis moderna:
Teniendo a representantes como De Castro y Diez Picazo. Proponen a la
representación indirecta como la auténtica representación debido a que
puede producir efectos directos entre el dominus y en el tercero sin
necesidad de un contrato posterior traslativo de los mismos.

3. La Naturaleza Jurídica de la Representación:


Este punto resulta de relevante controversia pues se hacen la pregunta sobre las
voluntades que intervienen en la celebración del acto jurídico, si solo es la del
representante, solo del representado o, en todo caso, la de ambos. Es en base a esta
discusión que se presentaron una serie de teorías que enumeraremos a
continuación:
a) Teoría de la ficción, de Labbe:
En esta teoría se dice que la representación es una mera ficción razón por la
cual se entiende que lo actuado por una persona incide en la esfera jurídica
de otra, como si hubiera sido la segunda y no la primera la que concurrió en
la celebración del negocio jurídico.
La ley finge que esos efectos jurídicos se radican en cabeza del
representado.
CRÍTICA:
En sí esta teoría no explica la naturaleza jurídica de la representación, solo
se encarga de explicar la razón por la que los actos de uno inciden en el
otro, aludiendo que es una ficción.

b) Teoría del nuncio, de Savigny:


Aquí se explica que la voluntad que se expresa es la del representado que
interviene en la celebración, siendo de esta manera el representante un
simple nuncio, o, dicho en otras palabras, la función que cumple el
representante es la misma que cumpliría un celular al enviar un mensaje de
texto.
CRÍTICA:
Mezcla los conceptos de nuncio y de representante, los cuales son
esencialmente diferentes. Por otro lado omite la explicación sobre la
representación legal y la representación judicial, además de la
representación sin poder.

c) La teoría de la representación o autónoma, de Ihering, Laband, Hupka, Von


Tuhr:
En esta teoría se distingue entre la voluntad determinante del acto
representativo y la propia voluntad de apoderamiento, siendo que la
voluntad del representante la que concluye el acto. (Entiéndase por
apoderamiento como un acto de otorgación de poder unilateral, autónomo y
recepticio).
CRÍTICA:
Aunque si se hizo mención al poder en la relación de representación, aun no
explica ni dice algo sobre la representación judicial.

d) Teoría de la representación como modalidad del acto jurídico, de Pilon:


Se dice que la representación es la sustitución real y jurídica de la
personalidad jurídica del representado por la del representante, logrando que
de cierta manera la voluntad del representado participe directamente en el
acto jurídico en cuestión.
Entonces se puede decir de la representación que es una modalidad especial,
y que los efectos del acto jurídico en esta se dan entre representado y
terceros, y no entre representante y terceros.
CRÍTICA:
Esta teoría explica la naturaleza jurídica de la representación, además que
dice cuál voluntad genera el negocio jurídico: la del representante.
Distingue al mandato y al negocio jurídico celebrado en ejecución del
mandato.

e) Teoría del doble contrato, de Thol:


Esta teoría sostiene que en la representación destacan dos contratos:
-Contrato base (el apoderamiento)
-El contrato celebrado por el representante con el tercero

f) Teoría de la cooperación, de Mitteis:


La representación solo es la cooperación de dos voluntades, la del
representante y la del representado, concurriendo ambas en la celebración
del acto jurídico en cuestión, resultando una voluntad “mezclada”.
CRÍTICA:
Aquí se confunde el acto mediante el cual se otorga el mandato, y, en
contraposición, el que se celebra en razón de ese mandato por parte del
mandatario; puesto que la celebración misma del negocio se realiza con la
sola voluntad del representante sin intervenir para nada el representado.
g) Teoría de la voluntad del representante condicionado por el representado, de
Hupka:
Expresa que el poder otorgado por el representado es la condición y límite
de la voluntad del representante.

4. Importancia de la representación:
Como se dice siempre respecto al derecho, este no regula ficciones solo regula
realidades, y son estas las que exigen al derecho adaptarse y crear nuevas figuras
jurídicas para la regulación de los mismos. Producto de esto es la creación de la
figura jurídica de la representación, una figura que apareció a manera de respuesta
al típico problema social en la cooperación y cuidado de intereses ajenos. De esta
manera es que se encuentra el fundamento de la misma, la cual es la cooperación
jurídica.
En la colaboración nos encontramos con dos tipos:
a) Colaboración Material:
Hace referencia a la ayuda directa que puede brindar una persona a otra,
siendo esta ajena a la validez y eficacia del acto jurídico.

b) Colaboración Jurídica:
Es la prestación de una “ayuda” en los asuntos jurídicos respecto a la
voluntad del representante en el acto jurídico que va a realizar en nombre
del representado. En esta cooperación podemos distinguir:
-Sustitución que no requiere autorización
-Sustitución que requiere necesariamente la autorización del sustituido o de
la ley
CAPÍTULO III

III. CLASES Y PARTES DE LA REPRESENTACIÓN

5. Clases de Representación:
A. Según la forma como se dan los efectos en el representado:
1) Representación Directa:
También llamada representación propiamente dicha. Se da que el
representante actúa en nombre y por cuenta del representado, de tal
forma que los efectos que se vayan a producir del acto jurídico que
se vaya a celebrar con el tercero se dé directamente en la esfera
jurídica del representado, razón por la cual las partes esenciales del
acto siguen siendo el tercero y el representado, mientras que el
representante solo es una parte en un sentido meramente formal. O,
dicho en otras palabras, el representante es el que concluye el acto
con el tercero en cuestión, pero permaneciendo ajeno a la relación
sustantiva (exclusión ab initio).
Ahora bien, con lo dicho anteriormente es fácil confundir al
representante con el nuncio, pero estos tienen su clara diferencia. Es
el representante el que manifiesta su propia voluntad para efecto en
el representado, o, en otras palabras, el representante actúa en
nombre del representado, pero en virtud de su propia voluntad. El
nuncio es solo un mensajero, informando de la voluntad del
representado tal cual lo harían cualquier medio mecánico de
comunicación.
En esta representación se puede distinguir tres elementos sucesivos:
-Acto causal del que surge el poder
-Poder
-El acto celebrado por el representante con el tercero

2) Representación indirecta:
También llamada mediata, impropio u oculta. Esta representación se
da cuando el representante actúa por cuenta del representado, pero
no en nombre del mismo, sino en nombre propio. Es delante del
tercero que el representante actúa como si fuera parte sustantiva del
acto jurídico a celebrar sin decir cosa alguna sobre el representado.
Obviamente los efectos de la misma se darán directamente en la
esfera del representante y no del representado. Para que los efectos
jurídicos se den en el representado, el representante debe transferir
los mismos al representado por medio de otro acto jurídico.
En la representación indirecta se dan tres actos sucesivos:
-Del representado al representante
-Del representante al tercero
-Del representante al representado
Cabe dejar en claro que es esencial para esta representación el actuar
en interés ajeno, pero en nombre propio.

B. Según la extensión de los poderes del representante:


1) Representación especial:
Esto es cuando el poderdante transfiere poder a uno o varios actos
jurídicos específicos.

2) Representación general:
En referencia a todos los actos que pueden ser pasibles de
representación.

C. Según el origen o fuente de la representación:


1) Representación Voluntaria:
Esta representación es creada por decisión discrecional del
representado, que confiere poder a una persona dentro de los límites
permitidos por ley. En este caso es el representante el que actúa por
decisión del representado y en estricta dependencia de su voluntad,
sin que se suprima la voluntad del representante, solo que la
voluntad del representante se somete a la del representado.

2) Representación Legal:
Es también llamada “necesaria” pues en esta representación se
protege al incapaz. Aquí el representante es designado por la ley
para que este gestione los bienes e intereses del representado. En el
presente caso, el poder no es conferido por discrecionalidad del
representado pues este tiene un nulo papel de decisión, sino por la
fuerza de ley, y es por eso que el representante tiene autonomía en la
gestión de los intereses del representado, por lo que su voluntad no
depende del mismo. Este tipo de representación fue creada con la
finalidad de suplir la falta de capacidad del representado. En este
punto solo se hace referencia a los incapaces absolutos, más no a los
relativos.
Las diferencias de la representación legal y la representación
voluntaria son las siguientes:
- La fuente: La representación voluntaria tiene su fuente en la
decisión discrecional del representado, el cual goza de capacidad
suficiente para designar un representante. Por otra parte, la
representación legal tiene su fuente en la ley y el carácter
obligatorio que viene con esta, además del nulo poder de
decisión de representación por parte del representado a falta de
capacidad suficiente para ejercer propiamente sus derechos e
intereses. De esta manera, la representación legal es originaria y
la representación voluntaria es derivada.
- El fundamento: La representación legal se fundamenta en los
intereses generales, mientras que la representación voluntaria se
tutelan los intereses particulares.
- Como mencionamos anteriormente, con la representación
voluntaria se da la manifestación de la autonomía de la voluntad
privada, es entonces que el sujeto haciendo uso de la
representación aumenta su capacidad de acción, cosa que no
sucede con la representación legal, la cual al ser impuesta por ley
limita la autonomía privada del incapaz. Dicho en otras palabras,
la representación voluntaria representa la autonomía, mientras
que la representación legal representa la heteronimia.
- La independencia en el actuar del representante legal respecto a
la voluntad del representado, cosa que no sucede con la
representación voluntaria, donde los límites son los que impone
el representante con el uso de su propia voluntad para la
celebración del acto jurídico del tercero.
3) La representación judicial:
Este tipo de representación viene de una resolución judicial, la cual
es dictada frente a una imposibilidad material que se presente a lo
largo de un proceso. O dicho en palabras más sencillas, cuando el
juez designa un representante, como bien son el curador ad litem, al
síndico de una quiebra, o al guardador dativo.

D. Otros tipos de representación:


1) Representación Orgánica:
Aquí entra la figura de las personas jurídicas, siendo estas
carecientes de intelecto y de corporeidad para poder celebrar por sí
mismas actos jurídicos. Entonces, la representación orgánica es la
que actúa por las personas jurídicas, siendo de esta manera también
necesaria, debido a que una persona jurídica no podría celebrar actos
jurídicos sin la misma. Cabe aclarar que la persona jurídica al actuar
a través de sus propios organismos, por tanto, los actos que estos
realicen serán atribuidas directamente a la persona jurídica, por lo
tanto, no es posible hacer la diferencia entre representante y
representado
2) Representación Activa:
Se da cuando el representante manifiesta su propia voluntad en el
acto jurídico.
3) Representación Pasiva:
Cuando el representante no expresa su propia voluntad, sino que
recibe la voluntad del representado.
4) Representación procesal:
Esta representación faculta al representante para comparecer en un
proceso judicial haciendo uso de los derechos del representado para
el beneficio del mismo. Podemos diferenciar dos tipos de acuerdo al
número de representantes, siendo “singular” cuando el poder
solamente recae en un representante y “plural” cuando la presencia
de los representantes es de 2 a más. Esta representación en el
proceso también puede ser general o especial. Es general cuando se
le confiere al representante las atribuciones y potestades en general
que corresponden al representado. Es especial cuando se requiere del
otorgamiento de facultades especiales para realizar todos los actos
de disposición y también para demandar.

6. Las partes de la Representación


La relación representativa origina la intervención de tres partes: el representado, el
representante y el tercero.

El representado o dominus negotii es el sujeto principal, dueño titular del derecho


o interés que es gestionado por el representante; es la persona en quien ha de recaer
directa o indirectamente los efectos del acto llevado a cabo por el representante. Se
le denomina dueño del negocio o acto jurídico.
Cualquier persona puede ser representada por otra y la realización de sus actos
jurídicos, salvo que exista prohibición expresa por ejemplo el testamento no puede
ser otorgado mediante representante. Los incapaces y los ausentes solamente
pueden realizar actos jurídicos mediante sus representantes es decir siempre son
representados.

El representante es la persona que actúa por cuenta y en interés del representado;


no ejerce un derecho propio, sino un derecho que es del representado. El
representante actúa siempre por cuenta y en qué es representado, pero también
pueden actuar en interés propio cuando los secretos del negocio repercuten en el
patrimonio del propio representado en virtud de una relación interna entre él y el
representado. Al representante que actúa en su propio interés se le llama procurator
in rem propiam.

El tercero es la persona con quien es representante celebra el acto jurídico que le ha


recomendado el representado

7.  La evolución histórica de la representación
La norma general enunciada llega a nuestro Código Civil, luego de que durante siglos
se haya proclamado el principio contrario, conforme al cual, ningún negocio jurídico
podía ser realizado a través de representante.

En efecto, en el derecho romano existía el principio conforme al cual alteri stipulari


nemo potest (ninguno puede estipular para otro), desconociéndose así toda forma de
representación negocial. El desarrollo del derecho romano nos ofrece un panorama
bastante interesante en el que las necesidades comerciales comenzaron a desafiar la
gran creatividad de los juristas y pretores romanos quienes, sin abandonar el viejo
principio que rigió muchos siglos después, comenzaron a idear algunas instituciones 
que de alguna manera ayudaron a superar la prohibición de la representación, nos 
referimos a las actiones adiecticiae qualitatis, las cuales, sin embargo, no llegaron a
constituir un verdadero caso de representación directa.

Para el derecho romano, entonces, debía existir una perfecta identidad entre las
personas que celebraban un negocio jurídico, y las destinatarias de sus efectos. Fueron
algunos postulados del derecho canónico posteriormente desarrollados por la
escolástica española y la escuela del derecho natural, los que comenzaron a definir el
concepto de lo que hoy en día conocemos como representación directa. Sin embargo,
ese desarrollo no determinó la desaparición del viejo principio romano de los más
importantes códigos del siglo XIX. En efecto, el artículo 1119 del Code civil disponía
que: "Por regla general, no es lícito obligarse ni estipular en su propio nombre sino
para sí mismo". Nótese que la regla contenida en el código napoleónico es la misma
regla que existía en el derecho romano, con una sola diferencia: En el derecho romano
el principio conforme al cual no era posible estipular en nombre de otro no admitía
excepciones; las que sí son admitidas en el código napoleónico, permitiendo con ello la
entrada en vigor, a nivel legislativo, del instituto de la representación.

La regla contenida en el código napoleónico se extendió a todos los demás códigos de


nuestro sistema jurídico que recibieron su influencia, como el Codice civile de 1865 y
el Código Civil español.

A nivel latinoamericano, dicha influencia fue bastante fuerte tanto es así que el Código
Civil de Bolivia de 1831 (que regula la representación directa en la parte relativa al
mandato con representación) establecía el rígido principio romano en su artículo 71º
cuando estipulaba "No se puede obligar ni estipular, si no es en nombre propio, y por sí
mismo". Esa tendencia al tímido reconocimiento del instituto de la representación fue
poco a poco rompiéndose en los códigos latinoamericanos, los que se inspiraron en el
artículo 980 del Proyecto de García Goyena que posteriormente se plasmó en el
artículo 1259 del Código Civil español, según el cual: "Ninguno puede contratar a
nombre de otro, sin estar autorizado por él, o sin que tenga por la ley su representación.
El contrato celebrado a nombre de otro, por quien no tenga autorización o su
representación legal, ¡será nulo; a no ser que lo ratifique la persona a cuyo nombre se le
otorgue".

Pero fue sin duda el Bürgerliches Gesetzbuch (BGB) el primer Código que rompe con
la tradición francesa de reconocer al instituto de la representación como un instituto
excepcional, estableciéndose en el BGB que, por regla general, todos los
negocios jurídicos podían ser celebrados por representante. Es por ello que la primera
parte del parágrafo 164 del BGB establece que "Una declaración de voluntad, que
alguien emite en nombre del representado dentro del poder de representación a él
correspondiente, es eficaz de forma inmediata para y contra el representado (...)".
Nótese con ello que el BGB ya no establece la regla general conforme a la cual
ninguno puede celebrar contratos en nombre de otro, sino que, sin establecer dicha
regla general, pasa directamente a regular el instituto de la representación. La tendencia
alemana fue posteriormente seguida por el Codice civile de 1942, cuyo artículo 1388
dispone que: "El contrato celebrado por el representante en nombre y en interés del
representado, en los límites de las facultades conferidas, produce directamente efectos
respecto del representado".

CAPÍTULO IV

IV. ÁMBITO DE LA REPRESENTACIÓN


8. Ámbito de la Representación
Por regla se admite la representación para todos los actos jurídicos por excepción no se
acepta para los autos relativos al derecho de familia u otros actos para los cuales la ley
requiere la participación del interesado, pero se admiten matrimonio mediante
representante.

La representación está excluida de los actos mortis causa. No se puede otorgar


testamento mediante poder

La representación excede al ámbito de la teoría general del acto jurídico, esto es, el
objeto de la representación no es solamente la celebración de una o más actos jurídicos
En nombre del representado, sino que representante puede, además, de ejercitar los
derechos subjetivos de representado sin que ello signifique la celebración de actos
jurídicos .Por ejemplo, formular una reclamación extrajudicial, hacer un requerimiento
o una intimación constituir en mora al deudor de su representante, interrumpir la
prescripción de un crédito, ejercitar la facultad de la elección de las obligaciones
alternativas, etc.

El poder para el matrimonio tiene una regulación especial. El art. 264 prescribe: El
matrimonio puede contraerse por apoderado especialmente autorizado por la
escritura pública con identificación de la persona con quien ha de celebrarse bajo
sanción de nulidad es indispensable la presencia de esta última en el acto de la
celebración del matrimonio es nulo si el representante provoca el poder gobierno
incapaz antes de la celebración, aun cuando el apoderado ignoré tales hechos para
que surta efectos la revocatoria debe notificarse al apoderado y al otro contrayente. El
poder caduca a los seis meses de otorgado

9. Distinción ente representante y nuncio


Es distinta la figura de representante de la del nuncio

El nuncio, emisario, mensajero portavoz o transmisor de noticias es un colaborador


material del dominus negotii. El mundo carece de toda iniciativa en la formación del
negocio se limita a comunicar a otro la declaración de voluntad del dominio es un
órgano instrumento de transmisión de la voluntad ajena equiparable a cualquier medio
de la que nos servimos para comunicar nuestra voluntad a distancia como el correo fax,
email.

Como el nuncio no manifiesta una voluntad propia porque solamente un portavoz del
interesado no se requiere que cuenten con capacidad de goce Y capacidad de ejercicio
es nuncius es simplemente el portavoz de la voluntad totalmente determinada por el
interesado. El nuncio no declara su propia voluntad sino la voluntad del interesado,
razón por la que no se requiere que cuente con la capacidad de obrar, ni siquiera la
capacidad natural del discernimiento, siendo suficiente la eficacia material de su
actividad de transmisión de la voluntad del interesado. Los vicios de la voluntad deben
valorarse respecto al interesado porque su voluntad la que ha formado el acto jurídico.
El interesado está vinculado a la declaración transmitida de manera infiel por el nuncio
pues es él quién debe soportar el riesgo por el mal funcionamiento del medio de
transmisión de su voluntad elegido. En casos ambiguos que no permiten definir con
claridad si se trata de representante o denuncia, es necesario determinar el grado de
discrecionalidad con el que actúa el sujeto para colocarlo en la situación de
representante o del nuncio; el primero cuenta con autonomía de voluntad, mientras que
el segundo carece de autonomía volitiva o sea representante actúa por sí mismo
manifiesta su voluntad, en tanto que el nuncio actúa como mero transmisor de la
voluntad.

Si yo quiero hacer una oferta o aceptarla que me están formulando desde un lugar
distante me puedo valer el teléfono y una carta del fax el correo electrónico y un amigo
que viaja ese lugar para transmitir mi declaración de voluntad. El nuncio no celebra o
concluye el acto sino que se limita a transmitir la voluntad ya formada de la persona
que lo celebra por lo que su colaboración es completamente ajena a la validez y
eficacia del acto. De allí que no se requiere que el museo cuenta con una especial
capacidad de obrar para que desempeñe su función capacidad que sí se exige que posee
el dominus. Nada impide que se pueden cargar a un niño u otro incapaz que cuente
solamente con la capacidad natural de entender que entregue a otra persona
determinada cantidad de dinero o cualquier otro bien para por ese medio cerrar un
negocio. Ni si quiera se exige que el nuncio tengo capacidad de comprender el sentido
de lo que transmite.

En cambio, el representante sustituye la voluntad del dominus negotii por la suya


propia El representante tiene iniciativa en la formación del acto jurídico. El
representante no es un mero transmisor de la voluntad del representado, sino que
manifiesta su propia voluntad aun cuando esté determinada plenamente por la voluntad
del representado. La cooperación de representantes no es meramente material, sino
fundamentalmente jurídica, la cual determina la validez o eficacia del acto jurídico.
Como el representante manifiesta su propia voluntad y carece de capacidad, el acto que
realice es nulo o anulable según que su capacidad sea absoluta o relativa.

El representante celebra el acto jurídico en cuanto emite su declaración de voluntad en


nombre del representado. El nuncio, en cambio, solamente transmite la declaración de
voluntad emitida por otro. El representante dice compro en nombre de A, mientras que
el nuncio dice A le comunica que él compra. En los actos jurídicos formales solemnes,
el nuncio solo podría transmitir una manifestación de voluntad ya documentada
formalmente, “en un negocio que deba ser documentado formalmente, solo puede
intervenir otra persona distinta de las partes, siempre que lo haga como representante,
no como nuncio”.

El representante manifiesta su voluntad de celebrar el acto jurídico con efectos para su


representado, en cambio, el nuncio no dice que celebra el acto jurídico, sino solamente
se limita a comunicar la voluntad del dominus; el representante es declarante en el acto
jurídico y el nuncio es portavoz de la declaración de voluntad para que llegue a su
destinatario. En la representación directa y representante requiere necesariamente de un
poder de representación otorgada por el representado para disponer o gestionar sus
intereses, el nuncio no cuenta ni necesita contar con poder. La figura del nuncio se
admite solamente los actos jurídicos no formales y en general en aquellos actos que no
requieren la presencia de las partes en las que las representaciones permitida tanto para
los actos no formales como para los formales.

10. LA REPRESENTACIÓN DIRECTA EN EL CÓDIGO CIVIL


La acepción amplia de representación comprende tanto la directa como indirecta en
cambio en la concepción restringida sólo y representación cuando alguien actúa en
nombre de otros. La primera valora el hecho de que cualquiera que actúe por otro, sea
que lo haga en nombre propio o en nombre ajeno, lo hace por cuenta y en interese de
aquel que directa o indirectamente reciben los efectos del acto jurídico. La concepción
restringida valora la actuación del representante y lo que es más importante en nombre
del representado; por tanto, los efectos del acto jurídico realizado por el representante
como el tercero se producen directamente en la esfera jurídica del representado

El Libro II del Código adopta la acepción restringida de representación osea regula la


representación directa, en la cual representante es el que actúa en nombre ajeno y
representado es aquel, en nombre del cual el representante actúa. La indirecta está
regulada en la parte relativa al contrato de mandato. Por ello nuestro estudio
comprende solamente

La representación directa la representación directa es el fenómeno por el cual un sujeto


actúa en nombre de otro en las relaciones jurídicas que establece con terceros, haciendo
recaer los efectos de los actos jurídicos que celebran cabeza del representado.

Para hablar de representación directa debe cumplir los siguientes requisitos:


A. La actuación en interés ajeno. Son excepcionales los casos en los cuales del
representante actúa también interés propio o de un tercero distinto del representado.
B. El Representante debe manifestar expresamente que actúa En nombre del
representado.
C. El encargo debe tener por objeto el cumplimiento de una actividad jurídica.
D. La actividad del representante debe consistir en una manifestación de voluntad; es
decir, el representante debe tener el poder determinar en todo o en parte, el
contenido del acto estipulado En nombre del representado, porque en caso contrario
estaríamos en el ámbito de la figura del nuncio.

7.1 Facultad y Origen de la Representación

ARTICULO 145.- El acto jurídico puede ser realizado mediante representante, salvo
disposición contraria de la ley .

La facultad de representación la otorga el interesado o la confiere la ley.

A. Las fuentes de la representación

A.1 La representación voluntaria: el poder.

La representación voluntaria es aquella cuya fuente es la propia voluntad del sujeto representado.
En ese sentido, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, un sujeto puede realizar un negocio
para regular un interés del cual es titular, o, por el contrario, conferir a una persona el poder
necesario para que ésta regule los intereses del representado. A ese negocio jurídico por medio del
cual se otorga la representación se le denomina "poder". Antes de seguir con el análisis del artículo
145 del Código Civil, debemos precisar que el término "poder" se utiliza en dos sentidos: Como
negocio jurídico por medio del cual se otorga la facultad de representación; y como la situación
jurídica de la cual goza el representante; por ello aunque el presente comentario se refiera al
poder como negocio jurídico, se hace necesario poner atención en ambas acepciones a efectos de
entender mejor los conceptos.

A.1.1. El poder como negocio jurídico unilateral

El poder es el negocio jurídico unilateral mediante el cual un sujeto confiere a otro el poder
(situación jurídica) de representarlo. Es unilateral pues basta la declaración del representado para su
perfeccionamiento, no siendo necesario el consentimiento del destinatario. La unilateralidad del
poder se explica en la medida en que éste atribuye al representante una situación jurídica de poder,
sin configurar ni para el representante ni para el representado el nacimiento de un derecho o una
obligación (BlANCA). Siendo que la situación jurídica de la que es titular el representante es un
poder, el representante no se encuentra obligado a realizar el negocio en nombre del representado,
con lo cual éste no tiene ninguna garantía de que el negocio se va a realizar, salvo que en el acto de
apoderamiento se haya establecido la obligación de realizarlo. De esta forma, el poder solamente
habilito a realizar un negocio en nombre del representado

A.1.2. El poder como negocio recepticio

Es común la opinión de la doctrina conforme a la cual el poder es un negocio recepticio, sin


embargo, dicha opinión no es pacífica. En efecto, para un sector de la doctrina el poder no es un
negocio recepticio, con lo cual, el poder sería válido Y eficaz si el representante realiza el negocio
en nombre del representado sin haber tenido conocimiento del poder (SALOMONI). La razón de
ello está en que el conocimiento no es funcional al efecto y no responde a una exigencia de tutela al
destinatario (BlANCA). Para la mayor parte de la doctrina, el poder es un negocio recepticio, sin
embargo, ¡este sector de la doctrina no es unánime cuando se trata de individualizar el sujeto al que
se le debe comunicar el negocio; pues algunos sostienen que, al tercero, y otros, al representante.
De esta forma, para quienes sostienen que la comunicación debe ser realizada al tercero, el poder
no tendría eficacia, sino hasta que no se ponga en conocimiento del tercero la existencia de la
representación y los alcances de ésta.

Mientras que, para quien sostiene que la comunicación debe ser hecha al representante, el poder  no
tendría eficacia hasta que no sea puesto en conocimiento de éste.

En nuestra opinión, el poder es un negocio jurídico unilateral recepticio que debe ser puesto en
conocimiento del representante. Es recepticio en la medida en que de dicho acto surge para el
representante una situación jurídica de poder, la cual solo podría ser eficaz en la medida en que el
titular de dicha situación jurídica conozca la existencia del acto del cual emana. Por otra parte, el
sujeto destinatario de la comunicación debe ser el representante, y  no los terceros, pues el
nacimiento de la situación jurídica se imputa en la esfera del representante, mas no en la de los
terceros; sino que más bien, como el poder ya ha surtido efectos al haber  el representante tomado
conocimiento de él, éste podría negociar y/o contratar con los terceros, debiendo entenderse
más bien que la comunicación del poder a los terceros es un acto que acredita el ejercicio del poder
y que se constituye en un requisito de eficacia del negocio celebrado a través  del representante,
mas  no constituye requisito para la eficacia del poder

B. Consideraciones finales acerca de la Representación Directa


Nuestro Código regula la representación directa en el Libro I, Titulo III, “Representación”, Arts.
145 a 167. En conclusión, el Derecho moderno distingue ente mandato y representación. Las
principales diferencias entre estas dos instituciones son:

 El apoderamiento de poder es un acto jurídico unilateral por el cual una persona


autoriza a otra parte en su nombre y por su cuenta celebre uno o más actos
jurídicos con efectos directos para la primera.
 El mandato es el contrato por el cual el mandatario se obliga a realizar uno o más actos
jurídicos por cuenta y en interés del mandante.
 El poder de representación puede ser legal o voluntario.
 En la esencia de la representación directa esta el poder; el mandato puede ser con o sin
poder, el mandante puede o no conferirle poder al mandatario.

FIO
CAPÍTULO XI

11. PODER IRREVOCABLE:

El poder irrevocable constituye la vigencia obligatoria del vínculo entre el representante y el


representado. El poder o procura es revocable en cualquier momento; empero, cuando haya un
interés común del representado y representante o del representante y un tercero, tal revocación no
es posible, configurándose un poder irrevocable.

En otras palabras, se dice que la revocación del poder es una de las formas más usuales de poner fin
al vínculo entre el representado y su representante, y tiene su base en el principio de la autonomía
privada; sin embargo, la facultad de revocar o dejar sin efecto un negocio jurídico unilateral tiene
una excepción llamada poder irrevocable.

Respecto al poder irrevocables preciso señalar que en nuestro ordenamiento jurídico tenemos
diversos negocios que aceptan la irrevocabilidad del poder, los que a modo de síntesis hemos
clasificado de la siguiente manera:

- En las personas jurídicas:

Último párrafo del artículo 122 de la Ley General de Sociedades.

La representación de los socios en las juntas generales de las sociedades.

- En personas naturales:

Como Acto Jurídico: Artículo 153 del Código Civil.

El poder es irrevocable cuando se estipule para un acto especial o por tiempo limitado o cuando es
otorgado en interés común del representado y del representante o de un tercero.

- En el derecho de familia:

Artículos 380 y 395 del Código Civil.

La adopción, el reconocimiento de hijo, respectivamente. En el derecho de sucesiones: Artículo


677 del Código Civil. La aceptación o renuncia de la herencia o del legado.

- En la Ley de la Garantía Mobiliaria:

Artículo 47 numeral 1 de la Ley 28677 (Ley de la Garantía Mobiliaria)

Se otorga poder irrevocable en el acto constitutivo para la transferencia de los bienes.

Irrevocabilidad: Relativa y absoluta


Los debates en torno a la naturaleza y alcance del poder afectan directamente al régimen de su
revocación o, en su caso, irrevocabilidad. En nuestro escenario jurídico la discusión es en principio
sobre la aceptación o no de la cláusula de irrevocabilidad dispuesta en el artículo 153 del Código
Civil; y dentro de los que aceptan su regulación, surge la pregunta si la irrevocabilidad debe es
absoluta o relativa.
El caso español es distinto ya que no hay una norma expresa que prohíba la renuncia del
poderdante a su derecho de revocar el poder que otorgó; sin embargo, la doctrina y la
jurisprudencia española demuestran que en la práctica sí se admite la renuncia al derecho de
revocación, esto es, la irrevocabilidad de poderes.

Como hemos dicho en el caso de estar de acuerdo con la regulación del poder irrevocables, surgen
dos posibilidades de interpretación, la primera que se trate de una irrevocabilidad absoluta y la
segunda que se trate de una revocación relativa.

El problema está en que la doctrina y la jurisprudencia atribuyen ala irrevocabilidad efectos


absolutos, o sea la revocación contra él es ineficaz, y otras veces relativos que implica que sí surte
efectos la revocación, pero con una indemnización de daños.

Se entiende por irrevocabilidad absoluta, según la definición de Cano Martínez de Velasco, José
Ignacio. El mismo autor, a la excepción muy relevante al principio de la revocabilidad. Se da
cuando el poder constituye el único medio para el cumplimiento de un contrato subyacente, o
cuando está concebido en interés preponderante o exclusivo del representante del representante en
calidad de parte del contrato base, su arbitraria revocación conlleva un fraude.

En cuanto a la irrevocabilidad el causalismo considera irrevocables aquellos poderes ligados a un


contrato de tal modo que, si se revocasen intempestivamente, el contrato quedaría incumplido. Para
forzar al cumplimiento del mismo se mantiene que el poder necesario para consumarlo constituye,
en cierto modo o en cierto grado, una parte del contrato. Bien por entender que hay entre poder y
contrato una conexión de necesidad, por suponer una cláusula (presunta) que incorpora el poder al
contrato base en calidad de instrumento para su ejecución, por entender en estos casos una renuncia
presunta del poderdante a su derecho a revocar el poder, éste resulta irrevocable. Y además, en
supuestos en que el poder es imprescindible para la realización de la gestión, se estima que su
irrevocabilidad es absoluta. O sea que, si se practicase la revocación antes del cumplimiento del
contrato, ella sería totalmente ineficaz y el poder continuaría vivo hasta su consumación.

El iusnaturalismo tiene la ventaja de, al valorar la causa del poder, impedir que éste se utilice para
el cumplimiento de ilicitudes. También impide el abuso del poder dado y luego
extemporáneamente retirado, al ligarlo al cumplimiento del contrato subyacente y del contrato
final. Sin embargo, tal línea ideológica no concuerda con la idea, por otra parte determinante, de la
independencia y la abstracción del poder.

Frente a ello, el positivismo desconoce el contenido ético o antiético de las circunstancias, fácticas
y jurídicas, que rodean al poder; pero posee la ventaja de ver en el poder un dato objetivo, abstracto
e independiente, lo que le hace siempre, en principio, revocable.
Si un poderdante se presenta ante el notario para revocar el poder ¿qué hará el apoderado? ¿Seguir
la gestión con el poder? No es razonable que lo haga, sino que la continúe sin él. Y si no puede
hacerlo sin el poder, deberá abstenerse, sin incurrir por ello en responsabilidad por incumplimiento
del contrato subyacente. Pero, si el representante tiene interés propio en la gestión, es previsible
que la continúe con el poder (revocado), arriesgándose a las consecuencias de la nulidad de lo
actuado desde la revocación. Se diga lo que se quiera, el poderdante puede revocar eficazmente
poderes considerados irrevocables, con tal de que, además de revocar, impugne, en su caso, lo
hecho por el representante tras la revocación. Y además, ello lo puede hacer apartándose
unilateralmente del contrato subyacente y defraudando el posible interés en la gestión del
representante o del tercero.

Validez de la cláusula de irrevocabilidad


La cláusula de irrevocabilidad del poder podría definirse como la autoprohibición para extinguir un
poder de representación, esto es, la renuncia al derecho de revocar.

El tema del poder irrevocable ha generado en la doctrina y en la práctica diversas posiciones a


favor y en contra de su aplicación. El autor peruano Vidal Ramírez, Fernando como argumento a
favor de la cláusula de la irrevocabilidad podemos señalar lo acotado por Díez Picazo señala que el
poder irrevocable es una “suigeneridad” del otorgamiento de poder.

Opuesto a lo dicho sobre la irrevocabilidad, tenemos el comentario de Álvarez Caperochipi , la


irrevocabilidad real conviene cuando la concesión del poder asegura o garantiza la satisfacción del
interés del representante, siendo una medida de protección suya para evitar la frustración del
convenio que tiene con el representado.

Lo dicho hasta el momento lo podemos definir como la confrontación entre la autonomía privada y
la seguridad jurídica, o también entre libertad para satisfacer intereses propios y la obligación que
satisface intereses ajenos. Que señala que “la revocación no es necesario justificarla, y lo que hay
que justificar es la subsistencia indefinida del poder, y más aún la irrevocabilidad del poder. La
revocación automática, fuera de las circunstancias de lugar y tiempo en el que el poder es otorgado,
es una consecuencia natural; el poder no se puede considerar que tenga una vigencia indefinida,
máxime en nuestros tiempos en que por la facilidad de las comunicaciones, ante una sospecha
fundada, ha de considerarse de acuerdo a la buena fe la comprobación y verificación de los
poderes”.

Dos son los principales argumentos que sostienen los defensores de la regulación del poder
irrevocable: La primera se refiere a que en los casos en los que se otorgué el poder en interés del
poderdante y además en interés del apoderado o de un tercero se justifica esta limitación a la
libertad del representado para realizar un acto afín de satisfacer sus intereses.
La segunda es que, en pro de la seguridad jurídica, el poderdante debe cumplir lo que se obligó
voluntariamente, esto es, que no se puede generar daños y perjuicios a terceros por su renuncia a
realizar lo que él mismo se comprometió.

Causales:

-Cuando se entrega por un acto especial.

-Cuando se otorga por tiempo limitado.

Estos dos primeros el autor dice que son lo suficientemente claros y que si o si una vez dado el
poder, este debe respetarse.

-Cuando se otorga en interés común del representado y del representante.

Cuando se otorga en interés común del representado y un tercero.

En estos dos últimos importa el mutuo acuerdo de participar, al haber intereses que no involucren
únicamente al representado, este no será el único que decida si se revoca o no.

Todo poder es irrevocable cuando es limitado, un plazo no mayor a 1 año. Pero en caso que la
representación deba alargarse, esta dura hasta que se satisfagan los intereses. Solo podrá revocarse
por mutuo acuerdo, se requiere de un pacto expreso.

La representación general siempre es revocable, solo el poder especial puede ser irrevocable.

Conflicto de intereses: primacía del principio de autonomía privada vs. Seguridad jurídica
Entendemos por interés a la relación entre sujeto - bien, que tiene como presupuesto un juicio del
sujeto sobre la idoneidad del bien a satisfacer su necesidad; sin embargo, no todos los intereses del
ser humano son relevantes para el derecho, por ello los ordenamientos jurídicos, tienen una triple
postura frente a éstos: La primera es de absoluta indiferencia: Se trata de aquellos intereses
importantes para el sujeto, pero sin relevancia social.

Frente a la libertad que tiene toda persona está la necesidad social de que se realicen o no
determinados actos, lo que equivale al sacrificio de intereses, esta necesidad la define Rosario
Nicoló.

La segunda postura positiva: El ordenamiento jurídico asume la protección y tutela del interés y por
ende de garantía de su realización, lo que significa que el ordenamiento pone a disposición del
sujeto titular del interés su aparato para hacer posible o más fácil la realización del interés mismo.

La tercera es que el ordenamiento no considera que el interés sea digno de ser protegido y más bien
lo subordina a intereses ajenos. No se trata de una indiferencia como la del primer caso sino de un
juicio desfavorable, predisponiendo los instrumentos idóneos para impedir que tal interés pueda ser
realizado.

Por ejemplo, si organizo una fiesta en mi casa e invito a mis mejores amigos de la universidad,
tengo interés en que vengan a mi casa a disfrutar de la reunión. situaciones jurídicas subjetivas.
Como una necesidad moral, por lo tanto, relativa ya que no excluye a la libertad sino más bien la
presupone y en cierto sentido la potencia en cuanto el sujeto que se encuentra en la posición de
deber tiene siempre la posibilidad de escoger entre el cumplimiento del deber y su transgresión.

Renuncia del representante:

Puede renunciar a representar en cualquier momento. Espera un plazo prudente de 30 días mientras
se consigue un suplente, la renuncia no le genera responsabilidades por daños siempre que sea
debidamente comunicada.

El Artículo 153° del Código Civil que refiere sobre la irrevocabilidad del poder, conlleva a una
serie de problemas de interpretación y aplicación de esta norma, por lo que se dio origen a la tesis
“Revocación del poder irrevocable y el acto jurídico de representación” por consiguiente el
presente es un análisis y estudio sobre la aplicación de esta norma en favor de los derechos que
toda persona posee subjetivamente, ya que la autonomía de la voluntad privada es un requisito del
acto jurídico por lo tanto no se aplica este instrumento del acto jurídico en el Art. 153 del Código
Civil.

La tesis está dividida en siete capítulos, el cual desarrolla las diferentes situaciones de su aplicación
y las repercusiones que trae, en tanto, existe un problema ante el hecho de hacer valer el
consentimiento y la autonomía privada en el agente del acto jurídico, desde el momento en el que
otorga poder a otra persona para que en su nombre actúe dentro de su esfera jurídica de acuerdo a
las facultades conferidas, sin embargo, el artículo 153 del Código Civil excepciona y limita el
actuar autónomo y voluntario del representado frente a la revocación de poder, en el cual existe un
conflicto social jurídico en el campo del derecho.

Así mismo los objetivos propuestos son relevantes para resolver la divergencia que trae el acto
jurídico de poder irrevocable, por lo que ayudó a llegar al propósito de la investigación; la
metodología de la presente tesis está encaminada a destacar los aspectos fundamentales de la
aplicación de la norma, mediante el estudio dogmático nacional e internacional que implica el
poder como acto de representación. El acto de representación se encuentra dentro del Acto Jurídico,
por lo tanto la manifestación de voluntad, el consentimiento y la autonomía privada son actos para
que den inicio a la celebración del acto jurídico, Carbonel dice: “el acto jurídico es aquel acto del
cual nacen efectos jurídicos, porque el sujeto al realizarlo quiere determinar un resultado y tal
resultado es tomado en consideración por el derecho”; tal es así, que la autonomía de voluntad
privada es el eje para actuar frente al derecho, en el cual está referida a la libertad de decisión y
actuación dentro del derecho sustantivo, reconocida por los ordenamientos jurídicos.

Pues el acto jurídico hace mención al poder, el cual califica como la figura de representación como
un acto por el cual una persona puede actuar en nombre de otra por medio de la manifestación de
voluntad del autor, siempre y cuando este actúe frente a la esfera jurídica del representado, siendo
el caso que el representante incumpla con la facultad otorgada o se pierda el valor de la confianza,
este podrá extinguir el acto jurídico, según el artícuo149 del Código Civil, sin embargo el Código
Civil ha regulado la figura de la irrevocabilidad de poder, el cual refiere que frente a sus tres
supuestos el poder no puede ser revocado en un plazo no mayor de un año, en cambio si el poder es
un acto por el cual fue manifestado por el autor, otorgando facultades a otra para que actúe en su
nombre, irrumpe con su derecho subjetivo a pesar de ser titular del derecho otorgado, de ahí parte
una serie de problemas de aplicación de esta norma frente a la revocabilidad de poder.

Por lo tanto en el desarrollo de la investigación se podrá llegar a la conclusión de la revocación del


poder irrevocable y el Acto Jurídico de representación, concluyendo y recomendando respuestas y
soluciones del objeto de estudio. Segura de que el presente trabajo satisfaga el propósito, entrego a
consideración de los lectores, los resultados que pudiera tener la presente tesis.

Poder general y especial:

- Poder especial: Es concedido para la realización de actos especiales y específicos. Principio de


literalidad, debe estar expresamente detallado cuáles actos serán representados. Incurre en
administración extraordinaria, para aumentar o disminuir el patrimonio. No se presume la
existencia de facultades especiales.

- Poder general: Puede representar todos los actos del proceso, salvo aquellos que la ley establezca
como especiales. Solo comprende actos de administración ordinaria sobre el patrimonio, para la
custodia y conservación de los bienes.

Poder por actos de disposición:

Debido al principio de libertad de formas en nuestro ordenamiento el poder no se otorga


únicamente por ad solemnitatem. El expreso puede ser no formal, o con forma probatoria o
solemne, el tácito se presume sin lugar a dudas.

Solo en algunos casos (como la votación en asociaciones) el Código establece la necesidad de una
forma probatoria formal, la representación se da por escritura pública. O se establece la necesidad
de un poder especial (que siempre debe ser escrito) para actos de disposición como vender, donar,
permutar, etc.
Deben inscribirse en EL REGISTRO DE MANDATOS Y PODERES, que es un instrumento de
publicidad de las relaciones y situaciones jurídicas. El derecho no inscrito tiene valor frente a
cualquier tercero, pero no frente a un tercero de buena fe con derecho inscrito.

*REGISTROS DEL CÓDIGO CIVIL: Propiedad inmueble, personas jurídicas, mandatos y


poderes, registro personal, testamento, sucesiones intestadas y bienes muebles*

Cuando el poder se extingue, es inscribe por las siguientes causales:

Por muerte, muerte presunta, ausencia (art.53), interdicción o inhabilitación, renuncia o revocación.

Sustitución del representante:

No existe la subrepresentación, o se la quitas o no, pero puedes darle facultades para que tu
representante a su vez nombre otro representante que lo represente a él mientras te representa a ti.
Este segundo representante tiene tanto poder como el primero, igualmente, el primer representante
puede delegar todas o unas cuantas facultades y brindar las instrucciones que vea oportunas.

Una necesidad del hombre es la seguridad, por ello todos buscamos que el derecho nos brinde
protección dentro del medio social en el que nos desenvolvemos, sin embargo, como señala
Morales Godo, Juan La seguridad jurídica, se puede considerar como un valor, o principio, o que es
un valor que está por debajo del valor justicia, etc., lo cierto es que el Derecho Registral se
encuentra al servicio del valor seguridad esta búsqueda de seguridad no debe excluir al valor de la
justicia.

Seguridad Jurídica y Derecho Registral:

La seguridad implica cierta permanencia en las leyes y en las situaciones jurídicas. El registro
contribuye a la seguridad haciendo cognoscibles dichas situaciones jurídicas, lo que otorga mayor
certeza a las partes que intervienen en la relación jurídica, como a los terceros que pueden verse
afectados por ella. La institución registral que refuerza la seguridad jurídica es la publicidad. La
función principal de los registros es dar seguridad en el tráfico y dar seguridad en la información
que contienen los asientos registrales, pero a su vez, brindar certeza respecto de la titularidad de los
derechos registrados.

El presente trabajo entiende que el “poder” es un acto independiente de cualquier otro negocio
jurídico, por lo tanto existe por sí mismo sin ninguna base contractual, tales características lo
desvinculan de la causa de cualquier contrato base que se alegue por tratarse de un negocio jurídico
autónomo.
Nuestro Código Civil, en su artículo 149, establece como regla general que l poder es revocable en
la medida que atribuye al representante un poder para actuar en interés del representado, con lo
cual la concesión y extinción del poder quedarían a la libre disponibilidad del representado.
Empero, la excepción a esta regla general se encuentra en el artículo 153 que regula la
irrevocabilidad del poder en los siguientes supuestos:

1. Cuando se otorgue poder para realizar un acto especial.

2. Cuando se otorgue poder por tiempo limitado.

3. Cuando se otorgue poder en interés común del representado y del representante.

4. Cuando se otorgue poder en interés de un tercero. En el ámbito judicial se ha visto, que se ha


aplicado una interpretación literal de este artículo, lo que ha llevado a afirmar que siempre que se
presenten cualquiera de los cuatro supuestos antes indicados el poder sería irrevocable.

A nivel registral, el tema del poder irrevocable se divide en dos actos que son:

a) La inscripción del poder como “poder irrevocable” y

b) La inscripción de la revocación de los poderes otorgados con carácter de irrevocables antes del
vencimiento del plazo establecido en el poder o del periodo de un año.

El requisito de que en el poder se consigne de manera expresa el término “revocable” ha sido


recogido por el proyecto de modificación del artículo 153 del Código Civil 118, que a la letra
señala lo siguiente:

Artículo 153: Poder Irrevocable.

La irrevocabilidad del poder puede estipularse para un acto especial o por plazo limitado o cuando
se establece para un poder otorgado en interés común del representado y del representante o de un
tercero. La irrevocabilidad del poder debe constar expresamente La hipótesis de la norma es que el
representado haya otorgado un poder para que el representante realice en nombre de aquél un acto
específico. En este supuesto, debe considerarse en primer lugar que toda persona que otorga un
poder tiene siempre un interés al margen de que el representante también lo pueda tener, porque no
sería lógico pensar que el interés del negocio jurídico UNILATERAL corresponda sólo al
representante, aun en los ejemplos comunes de que el poder sea otorgado a un acreedor para que
pueda satisfacer su deuda no se puede excluir el interés del poderdante en cancelar dicha deuda, por
lo que este numeral no es razón.

El vencimiento del plazo de la irrevocabilidad no ocasiona la revocación del poder, salvo


estipulación distinta. En cuanto al segundo acto correspondiente a la inscripción de la revocación
de los poderes otorgados con carácter de irrevocables antes del vencimiento del plazo establecido
en el poder o del periodo de un año a la fecha, hay posiciones tanto a favor de la inscripción de
revocación como en contra.

Las interpretaciones que para inscribir un poder que cumpla con cualquiera de los supuestos del
artículo 153 deberá indicarse expresamente que el poder es irrevocable, siendo necesario analizar
cada uno de ellos a fin de encontrar el verdadero sentido de la norma.

1. Cuando se otorgue poder para realizar un acto especial:


La hipótesis de la norma es que el representado haya otorgado un poder para que el
representante realice en nombre de aquél un acto específico. En este supuesto, debe
considerarse en primer lugar que toda persona que otorga un poder tienen siempre un
interés al margen de que el representante también lo pueda tener, porque no sería lógico
pensar que el interés del negocio jurídico UNILATERAL corresponda sólo al
representante, aun en los ejemplos comunes de que el poder sea otorgado a un acreedor
para que pueda satisfacer su deuda no se puede excluir el interés del poderdante en
cancelar dicha deuda, por lo que este numeral no es razón para establecer que en todos los
casos este poder sea irrevocable, pues en todos los casos el negocio objeto del poder es del
interés del representado, pudiendo ser de él solo o conjuntamente con el interés del
representante y del tercero, por lo tanto no existe razón para decir que en este supuesto no
pueda revocarse el poder.

Es menester también señalar, como lo hace la Exposición de Motivos del Código Civil que,
dicha norma solo tiene relevancia para efectos de la responsabilidad del representado frente
al representante, pues no puede ser irrevocable el poder conferido en interés del
representado. En efecto, la posición del presente trabajo es que la irrevocabilidad de un
poder otorgado en interés del representado sería nula, debido a la ausencia de causa.
2. Cuando se otorgue poder por tiempo limitado:
Este numeral parte del supuesto de que el poder ha sido otorgado por un tiempo limitado.
Es decir, se trata, de un poder sujeto a plazo resolutorio. La justificación de la norma es que
no se quiere dejar en la potestad del representante la regulación de los intereses del
representado indefinidamente, razón por la cual se hace necesario que solo se pueda
establecer la irrevocabilidad del poder si éste ha sido conferido por un plazo determinado,
el mismo que no puede ser mayor de un año, de acuerdo a lo dispuesto por la última parte
del artículo en comentario. Sin embargo, nada impide que un poder otorgado por tiempo
limitado no pueda ser revocado, por lo que esta norma debe entenderse en el sentido que
solo podrá establecerse la irrevocabilidad del poder cuando éste haya sido otorgada por un
plazo determinado.
3. Cuando se otorgue poder en interés común del representado y representante:
Este numeral parte del supuesto de que el poder ha sido otorgado por un tiempo limitado.
Es decir, se trata, de un poder sujeto a plazo resolutorio. La justificación de la norma es que
no se quiere dejar en la potestad del representante la regulación de los intereses del
representado indefinidamente, razón por la cual se hace necesario que solo se pueda
establecer la irrevocabilidad del poder si éste ha sido conferido por un plazo determinado,
el mismo que no puede ser mayor de un año, de acuerdo a lo dispuesto por la última parte
del artículo en comentario. Sin embargo, nada impide que un poder otorgado por tiempo
limitado no pueda ser revocado, por lo que esta norma debe entenderse en el sentido que
solo podrá establecerse la irrevocabilidad del poder cuando éste haya sido otorgada por un
plazo determinado.
4. Cuando se otorgue poder en interés de un tercero:
El poder en este supuesto podría suponer la lesión del interés del tercero, pero como se ha
señalado antes no se puede hacer justicia por encima de los derechos del representado, por
lo que si bien la norma establece que en este caso el poder sería irrevocable, en realidad
quiere decir que puede ser revocado en este caso; pues la regla
general es que el poder sea revocable pero asumiéndose los daños ocasionados por la
revocación; siendo ésta la razón por la cual el artículo en comentario concluye
estableciendo que en ningún caso la irrevocabilidad puede ser mayor a un año.
A veces, se destaca la protección debida a la apariencia para impedir el perjuicio de
tercero, quien contrató tras la revocación sin conocerla. Ciertos sectores no consideran o no
resaltan que la irrevocabilidad se deba a la necesidad de procurar el cumplimiento de un
contrato. Sino que, cambiando de supuesto, la ven nacer de un acuerdo expreso de no
revocar. Sin cuyo pacto no hay irrevocabilidad que valga, por mucho que el poder sirva de
medio de ejecución contractual.
En la práctica, por ejemplo la cesión de bienes a los acreedores para pago de deudas, un
importante sector de la doctrina interpreta que en la cesión de bienes para pago de deudas
el deudor otorga a favor de su acreedor un poder de representación para que realice las
acciones necesarias para satisfacer su crédito.
Finalmente se tiene el ámbito notarial, donde un poderdante sí puede revocar un poder
irrevocable, ya que el Notario no puede analizar para qué se otorgó el poder, y además tal
información no es necesario que obre dentro del documento. Ahora el problema es qué
pasa con el apoderado que se le revocó el poder que si éste era el único medio de cumplir
el encargo si tiene interés propio en el cumplimiento del contrato básico, pues su actuación
puede ser impugnada por el representado, pues no habiendo facultades de representación,
lo hecho no produce efectos directos en su persona, surgiendo así un daño, derivado del
incumplimiento del contrato básico, puesto que el poderdante desiste de él unilateralmente.
Sin embargo, el daño contractual que se realiza al apoderado con interés en la gestión o
sobre el tercero, genera también el deber de indemnizarlo.
Responsabilidad por la elección del sustituto:

El que responde por el sustituto (segundo representante) es el representante original. El


representado puede accionar en contra de ambos o solo del representante.

Efectos del acto representativo:

Se producen todos sobre el representado como si él los hubiera celebrado. El representante no


contrae derechos ni obligaciones. El representado en cualquier momento puede intervenir en el
proceso si así lo ve necesario.

LUCIA
EVER
CONCLUSIONES

1. La representación directa la representación directa es el fenómeno por el cual un


sujeto actúa en nombre de otro en las relaciones jurídicas que establece con
terceros, haciendo recaer los efectos de los actos jurídicos que celebran cabeza del
representado. Debe cumplir los siguientes requisitos:
A. La actuación en interés ajeno.
B. El Representante debe manifestar expresamente que actúa en nombre del
representado.
C. El encargo debe tener por objeto el cumplimiento de una actividad jurídica.
D. La actividad del representante debe consistir en una manifestación de
voluntad
E. Los efectos recaen directamente para el representado

RECOMENDACIONES

1.
BIBLIOGRAFÍA

Cusi, A. (2014). Código Civil Comentado. Lima: Gaceta Jurídica


Cusi, A. (2018). El Otorgamiento del Poder. Encontrado en:
https://andrescusi.blogspot.com/2018/07/el-otorgamiento-del-poder-andres-cusi.html
Mesa, M. M. (2015). La Representación. En R. d. UPB, Margarita María Mesa Mesa
(págs. 159-169). UPB.
Picazo, L. D. (1982). Sistema de Derecho civil. En L. D. Picazo, Sistema de Derecho civil
(pág. 260). Madrid: Tecnos.
Vásquez, A. T. (2015). Acto Jurídico. Lima: Instituto Pacífico.

ANEXOS

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