Alegoría de La Vid
Alegoría de La Vid
Alegoría de La Vid
1
Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no
lleve fruto, lo cortará; y todo el que dé fruto, lo podará, para que dé más fruto. 3
Vosotros estáis ya limpios por la palabra que os he hablado; 4 permaneced en mí y Yo
en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto de sí mismo si no permaneciese en
la vid, tampoco vosotros si no permaneciereis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos. El que permanece en mí y Yo en él, ése da mucho fruto, porque sin mí no
podéis hacer nada. 6 El que no permanece en mí, es echado fuera, como el sarmiento, y
se seca, y los amontonan y los arrojan al fuego para que ardan. 7 Si permanecéis en mí
y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que quisiereis, y se os dará. 8 En esto
será glorificado mi Padre, en que deis mucho fruto, y así seréis discípulos míos. 9
Como el Padre me amó, Yo también os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si
guardareis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los preceptos de
mi Padre y permanezco en su amor. 11 Esto os lo digo para que yo me goce en vosotros,
y vuestro gozo sea cumplido.
Discuten los autores acerca del género literario de este pasaje, sobre si es alegoría o parábola. Se ve
en la simple lectura que hay elementos de ambas; se trata, pues, de un género mixto; y como en él
prevalece el elemento alegórico, pues comienza por elementos alegóricos y toda la trama
fundamental de la misma es alegórica, se la ha de tener por una alegoría-parabolizante 4.
Cristo comienza la alegoría presentándose como “la vid verdadera” (ή αληθινή ). “Verdadera”
puede significar auténtico, genuino, contrapuesto a degenerado, falso; o también significar superior,
excelente, contrapuesto a vulgar, ordinario. La segunda significación es la que parece más lógica.
Es “vid verdadera” en cuanto se trasladan a él, en el orden espiritual, las propiedades de la vid. En
el apócrifo Apocalipsis de Baruc, la viña aparece como símbolo del Mesías 5. Acaso la inspira aquí
el “vino” de la última Cena. LaDidaje (9:2) habla de la “vid santa de David.”
Al Padre se lo representa como el que trabaja esta viña: el “labrador” (γεωργός ).
Lo que aquí se quiere expresar es que Cristo, Dios-hombre, influye directamente, por la gracia,
en los sarmientos. El Padre, en cambio, es el que tiene el gobierno y providencia exterior de la viña.
El tema central es la necesidad de estar unidos a Cristo (v.5). Pero hay dos modos de estar unidos
a Cristo. Se habla de los fieles en general, tal como está redactado, aunque pudiera apuntar,
originariamente a los apóstoles (v.8).
Uno es por la fe, bautismo, pero sin obras. Al que así se comporta, el Padre lo “cortará” de la Vid-
Cristo. El Padre, que ejerce el gobierno y providencia exterior, consumará la separación que,
culpablemente, tenga ese sarmiento. Es efecto de la “fe sin obras,” que es”fe muerta” (Stg_2:17).
La fe que no “opera por la “caridad” (Gal_5:6). Así se anuncia el peligro trascendental en que están
estos sarmientos. ¿Cuándo serán separados de Cristo? No se dice. En la muerte, por la pérdida de la
fe, por una excomunión. Sin embargo, por la comparación literaria de textos de este mismo pasaje,
en que se habla de los “sarmientos cortados y echados al fuego” (v.6), acaso se refiera especialmete
al juicio final, como se ve en los sinópticos (Mat_13:40.42; 25.41). También se hace ver la libertad
del hombre y la culpabilidad de su no cooperación a la gracia (v.5b-8). La forma “sapiencial” en
que es anunciado y el hablarse según la naturaleza de las cosas, no considera el caso en que el
sarmiento desgajado pueda ser nuevamente injertado; lo que sería aquí el arrepentimiento y
penitencia.
Pero hay otra forma de estar unido a Cristo: por la fe, el bautismo y la fructificación en
obras. Al que así está, el Padre lo “podará” (καθαφεί = lo “limpiará”) para que dé más fruto.”
Cuando en las vides los sarmientos son excesivos, hay que podarlos para que la demasiada
proliferación no reste vigor a la savia. A su semejanza se hará con el fiel< sarmiento” esta poda: se
le quitarán los obstáculos que le impiden a la savia de la gracia fructificar y expansionarse. Pero
aquí esta comparación es parabólica, pues la savia de la gracia no se agota en Cristo ni la
proliferación de los cristianos es obstáculo al vigor de la savia. Se enseña aquí la gran doctrina de
las “purificaciones,” que”in genere” será el “negar se a sí mismo” o todo lo que es apego egoísta e
impedimento a la fructificación de la gracia. Esta enseñanza de Cristo es el mejor comentario al
libro de Job: por qué sufre el justo.
La doctrina general — sapiencial — encuentra en el v.3 una aplicación directa a los
apóstoles. La obra de “purificación” a que aludió evoca la “limpieza” en que ellos estaban a la hora
del lavatorio de los pies (Jua_13:10). Tienen fundamentalmente esa pureza a causa de “la palabra
que os he hablado,” es decir, el Evangelio: toda la enseñanza que Cristo les hizo, ya que sus
palabras “son espíritu y vida.”
Estando ya unidos a la Vid, sólo necesitan, pues, tener toda esa vitalidad, “permanecer” en
ella, en él. Es permanencia mutua: él en ellos y ellos en él.
El verbo que se usa, “permanecer” (μένω ), es el término propio y técnico de Jn. Lo usa 40
veces en su evangelio y 23 en su primera epístola. Y formula aquí con él la íntima, permantente y
vital unión de los fieles con Cristo. Es la palabra que usa para expresar el efecto eucarístico de
unión (Jua_6:56.57) 6. La dicción puede tener sentido preceptivo o condicional: “permanece” o
“permanecer para.” Fundamentalmente el sentido no cambia. Lo esencial es estar unidos a Cristo.
Este pensamiento va a ser desarrollado en los apartados siguientes:
1) “Sin mí no podéis hacer nada” (v.52). Esta es la sentencia fundamental de todo el
pasaje. Es uno de los textos que enseña la absoluta necesidad de la dependencia sobrenatural de
Cristo. El concilio II Milevitano, de 416, y Cartaginense XVI, de 418, después de definir la
necesidad de la gracia para toda obra sobrenatural, invocan en el mismo canon definitorio estas
palabras de Cristo, con las cuales “no dice: Sin mí más difícilmente lo podéis hacer, sino que dice:
Sin mí no podéis hacer nada” 7. Invocan este texto para lo mismo el concilio Arausicano II, de 529,
confirmado luego por Bonifacio II; el concilio de Trento y el Vaticano II 8.
2) “El que permanece en mí..., ése da mucho fruto” (v.5ab). El pensamiento progresa. No
solamente sin la unión a Cristo no se puede nada — aspecto semita negativo — , sino que,
“permaneciendo” en El — aspecto positivo — , se “da mucho fruto.” La acción de la savia-gracia
tiende a expansionarse. Cuando el cristiano responde a las mociones de la misma, “da fruto” y el
Padre le “poda” para que se expansione más la gracia, “dé mucho fruto.”
Aunque no se dice, está latiendo en todo este pasaje el aspecto del mérito en esta obra hecha
en unión con Cristo. El concilio de Trento invoca este pasaje para hacer ver el mérito de la obra
hecha en gracia 9.
3) “Si permanecéis en mí..., pedid lo que quisiereis y se os dará” (v.7). Este versículo es
como un paréntesis entre el 6 y 8. Si el v.7 está en su propio contexto histórico, se explica esta
promesa o porque Cristo les da la clave normal para “permanecer” unidos a El, o porque,
asombrados ellos ante la posible perspectiva de la separación, lo que es imposible después de
decirles que les iba a preparar las “mansiones,” les da la solución para esta unión: el recurso a la
oración.
La formulación con que se hace es universal: se les dará cualquier cosa que pidan. La forma
rotunda “sapiencial” podría tener excepciones o ser interpretada conforme a Jn (1Jn_5:14), en la
hipótesis que, “si le pedimos algo conforme a su voluntad, El nos oye.” Pues es oración que se
hace “permaneciendo” unidos a Cristo, y, movidos por su savia, nada se pediría que no
convenga (cf. Jua_14:13).
Pero, si el versículo está fuera de su propio contexto, acaso sea paralelo a Jua_14:13.14, en
que se refiere sólo a lo que se pide para la obra de apostolado. Así dirá que el fruto que les desea los
acreditará como “discípulos míos” (v.8), y más adelante habla de la elección que hizo de ellos para
el apostolado (v.16), añadiéndoles, en esa perspectiva apostólica, que el Padre les dará cuanto pidan
(v.16c).
4) “En esto será glorificado mi Padre: en que deis mucho fruto” (v.8). La misión de Cristo
es “glorificar” al Padre. Pero ¿cual es el deseo del Padre en orden a la fructificación de estos
“sarmientos” unidos a Cristo-Vid? No tienen tasa ni módulo. La enseñanza ya está dada antes (v.2),
al decirse que al que dé fruto se lo “podará” para que dé “más fruto.” La “glorificación,” pues, del
Padre está en que “deis mucho fruto.” Es la valoración a la santidad, sea general, sea, en concreto,
a la del apostolado.
Con ello “seréis discípulos míos.” Este futuro sugiere que esta fórmula expresa algo sobre
el porvenir, y se entendería mejor de un discurso pronunciado después de la elección de los
apóstoles 10.
Hay aquí seguramente dos temas combinados, al menos en la perspectiva didáctica de Jn: la
necesidad de aunion a Cristo para toda obra sobrenatural y un tema de apostolado, unido por
analogía con la necesidad de la vitalización por Cristo, acaso con carácter polémico contra las
herejías nacientes.
5) “Al que no permanece en mí..., lo arrojan al fuego para que arda” (v.6). Es el aspecto
semita negativo de la no “permanencia” en Cristo-Vid. La imagen está tomada de los sarmientos
secos. Con ella sólo se anuncia el hecho del castigo de estos “sarmientos” unidos a Cristo sin
fructificación. Pero, si se tiene en cuenta su afinidad conceptual con la descripción de Mt del juicio
final (Mat_13:40.42), acaso esta descripción de Jn sea una alusión a la separación oficial de Cristo
en el juicio último, del que habla el cuarto evangelio (Jua_5:29; Jua_11:23.24) 11.
Los versículos 9-11 pueden ser considerados como un complemento conceptual de la
alegoría expuesta, y que tienen cabida aquí por una cierta analogía.
Cristo les indica a sus apóstoles el ansia de su amor hacia ellos para que fructifiquen unidos
a El, pues los ama al modo sobrenatural, como el Padre le ama a El. Unidos a El y amados por El no
necesitan, para dar “mucho fruto,” más que “permanecer en El.”
Y la prueba de esta permanencia son las obras: “mis preceptos.” No todo el que diga Señor,
Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad del Padre (Mat_7:21). Ha de ser
copiado su ejemplo: “guardo los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor.”
Y les dice esto para que “yo me goce en vosotros.” Porque cumplen el mensaje del Padre,
que El trajo como el Enviado.
Y “vuestro gozo sea cumplido.” Pues al saber ellos que están unidos a Cristo-Vid, que
“permanecen” unidos a El y que guardan sus “mandatos,” saben entonces la meta suprema de sus
aspiraciones: son amados por el Padre.
El precepto de la caridad,Mat_15:72-77.
12
Este es mi precepto: que os améis unos a otros, como Yo os he amado. 13 Nadie tiene
amor mayor que éste de dar uno la vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si
hacéis lo que os mando. 15 Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace
su señor; pero os digo amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a
conocer. 16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he
destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca, para que cuanto
pidiereis al Padre en mi nombre os lo dé. 17 Esto os mando, que os améis unos a otros.
La situación histórica de esta sección queda sugerida por el lugar paralelo del amor al prójimo
(Jua_13:34.35).
El amor mutuo que han de tenerse no es filantropía, ha de estar calcado en el ejemplo de él:
que se amen como él los ha amado. Precisamente por este modo es por lo que antes llamó también a
este precepto “mandato nuevo” (Jua_13:34.35; cf. Lev_19:18).
Como ejemplo que clarifique este amor suyo, pone lo que es prueba humana: dar la vida por
los amigos. No es que Cristo restrinja la universalidad de su muerte, sino que utiliza la comparación
usual humana.
Al hablar de “amigos,” el “encadenamiento semita” le lleva a llamar a sus apóstoles amigos.
Los siervos no saben lo que hacen sus señores. El A.T. tenía más aspecto de servidumbre. Los
amigos conocen sus intimidades. Y El les “reveló” el gran secreto y “mensaje” del Padre: el
Evangelio, las intimidades de Dios. Pero la verdadera amistad exige obras. Así aquí, “sois mis
amigos si hacéis lo que os mando” (v.14).
Como “amigos” de Cristo son predilectos. Y esto evoca la “elección” que hizo de ellos para
el apostolado, como lo indica el término filológico (Jua_6:70; Jua_13:18; Jua_6:13, etc.) y el
contexto.
Directamente se refiere no a la predestinación, sino a la elección, “vocación,” al apostolado,
que les hizo al llamarlos a cada uno en su día (Jua_6:34). No piensen que este privilegio fue algo
que salió de ellos.
La finalidad de esta elección es para que “vayáis.” El sentido es: a seguir su camino
(Mat_9:6; Mat_19:21); es la misión de “apóstoles”; ni se pone término geográfico a su “misión” (cf.
Mt 28-19): “deis mucho fruto” de apostolado, como lo pide el contexto. Es la vocación a la santidad
antes dicha. Y es a lo que lleva la sección siguiente, en que habla de las persecuciones que tendrán
por causa de él.
“Y vuestro fruto permanezca,” es decir, el fruto de su apostolado que sea de una eficacia
permanente 12 allá donde ellos arrojen la simiente.
Y otra vez se pone la oración como medio eficaz de apostolado. El apóstol tiene en la
oración un recurso de éxito, pero tiene la obligación de usarla como medio normal del fruto de su
apostolado. La forma rotunda con que está expresada la concesión de todo lo que pidan tiene una
explicación semejante a lo anteriormente expuesto 13.
La sección termina con unaexposición chocante: “Estas cosas (ταύτα ) os mando: que os
améis mutuamente.” Pero sólo hay un precepto: el amor. Puede ser debido a que “estas cosas”
quedan encerradas, en un sentido amplio, en el precepto de la caridad (Jua_15:9.10; Gal_5:14;
1Jn_3:13ss-1Jn_4:7ss), formando así el cierre de la “inclusión semítica” con el v.12.