Historisa
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Todos los compositores que se han comentado están en la actualidad oscurecidos por Haydn y
Mozart, pero todos tienen algo que ofrecer, que no se encuentra en las obras de sus más
ilustres sucesores. Empezaremos con Haydn, que por su importante contribución al género
recibe el nombre de “padre de la sinfonía”.
ranz Joseph Haydn (1732-1809), nace en Rohrau (Austria) en 1732 en el seno de una
F
humilde familia numerosa. En 1740 entra como niño cantor en la catedral de Viena. Pero el
episodio formativo más importante fueron las clases impartidas por Porpora que le dio las
primeras nociones de composición. Estableció contactos con otros compositores importantes,
como Monn, Wagenseil y Gluck.
Estudió las sinfonías de Emmanuel Bach pero sobre todo las de los sinfonistas vieneses, como
explica en una carta. “Nunca tuve verdaderos maestros. Siempre empecé por el lado práctico,
primero cantando y tocando instrumentos, luego componiendo. Escuché más música de la que
estudié, pero puedo decir que fue la mejor posible entre todas las de mi época, y Viena era un
gran centro para desarrollar tal actividad”. (Carta citada por Karl Geiringer en su biografía).
La influencia ejercida por Emmanuel Bach puede haber afectado a sus orquestaciones. Poca
influencia de la escuela de Mannheim se aprecia en sus obras, pero si se notan rasgos de Monn
y muchos detalles de Wagenseil.
En 1759 es nombrado Kapellmeister del Conde Morzin en el Palacio de Lukawitz junto a Pilsen.
Allí compone su “Sinfonía Nº 1 en re mayor”, con rasgos bohemios y de la escuela de
Mannheim. Es una obra en tres movimientos, sin minueto y empieza con un crescendo típico de
Mannheim, pero con un estilo diferente, semejante al empleado por Wegenseil. La orquesta
empleada es cuerda, dos oboes y dos trompas. En el adagio no interviene el viento. Como era
costumbre en la época, el clave y el fagot doblan la línea del bajo. En el allegro final se puede
observar la plenitud de sonido obtenido empleando tan escasos medios.
El número de las sinfonías de Haydn muchas veces no sigue el orden cronológico. H.C. Robbins
Landon, en su monumental estudio sobre este compositor, intenta establecer las fechas reales
de la composición de sus sinfonías. Así nos encontramos que la “Sinfonía Nº27 en sol mayor”
data de 1760, la misma fecha que la Nº 2.
Haremos un pequeño comentario sobre este punto. Es muy difícil hacer una relación de todas
las obras de Haydn. Muchas son dudosas, pues pueden ser atribuidas al compositor. El propio
Haydn hacía sus catálogos, pero no incluía todas sus obras. Muchas obras fueron destruidas
por los incendios en Eisenstadt y Esterháza, otras se encuentran en bibliotecas privadas de
difícil acceso.
El más importante catálogo de las obras de Haydn fue realizado por el holandés Anthony van
Hoboken (1887-1983). Su famoso catálogo se publicó en 1957. La numeración de las sinfonías
de Haydn es la establecida en dicho catálogo.
Desde el año 1957 se han realizado muchas investigaciones, encontrando que en el catálogo de
Hoboken muchas obras estaban mal datadas. El gran biógrafo de Haydn, Harold Robbins
Landon ha realizado grandes avances en el conocimiento de la cronología de las obras de
Haydn. Actualmente podemos decir que los datos del catálogo de Landon son más reales.
No vamos a describir cada una de las sinfonías de Haydn, pues sería necesario un estudio
especial para dicho compositor. Solo daremos algunos detalles de sus obras más significativas.
En 1761 el conde Morzin tuvo que disolver su orquesta, pero por suerte Haydn fue aceptado
como vice Kapellmeister en el castillo de Eisenstadt, al servicio de los príncipes de Esterházy,
una aristocrática familia de origen húngaro al servicio del Imperio. Tenía que trabajar junto con el
anciano Gregor Werner que ostentaba el cargo de Oberkapellmeister. La verdad es que con la
entrada de Haydn, Werner conservó su cargo como una categoría honorífica, cayendo todo el
trabajo sobre el joven músico. Así se convirtió en un empleado más del conde. Su categoría
estaba dentro de la servidumbre, llegando a ser obligado a vestir la librea de la casa de
Esterházy.
La orquesta de Eisenstadt estaba compuesta por una flauta, dos oboes, dos fagots, dos trompas
y los instrumentos de cuerda, violines, violas, cellos y contrabajo. Para esta orquesta escribió las
sinfonías durante su permanencia con los príncipes.
El propio príncipe Paul Anton le encargó un ciclo de sinfonías que representara las cuatro fases
del día. De aquí nacieron las tres “Sinfonías Nº 6” (La mañana), Nº 7 (El mediodía) y Nº 8 (La
tarde), compuestas en 1761. En realidad serían las Nº 20, 21, 22 en orden cronológico. En ellas
encontramos descripciones pictóricas que anticipan ya a la sexta sinfonía del propio Beethoven.
Escuchemos por ejemplo la salida del sol en el primer movimiento de la sexta o la tempestad, al
final de la octava. Otro detalle a tener en cuenta es el magnífico empleo de los instrumentos
como solistas, con lo cual aprovechaba a los instrumentistas de su orquesta.
En 1762 murió el príncipe Paul Anton, siendo sucedido por su hermano Nicolas, que no solo
mantuvo en servicio a todos los músicos, sino que Haydn vio modificado positivamente su
sueldo.
Otra sinfonía notable de este primer período que llamaremos de Eisenstadt, es la “Sinfonía Nº
31 en re mayor” conocida como Hornsignal (Llamada de la trompa) datada en 1765. Su
especial orquestación consta de una flauta solista, dos oboes, cuatro trompas y la cuerda con
violín solista, violoncello solista y contrabajo solista. El primer movimiento empieza con la
conocida llamada de la trompa. El movimiento lento contiene al violín y al violoncello como
instrumentos solistas. En el trio del minueto intervienen brillantemente los dos oboes.
El último movimiento consiste en un tema con siete variaciones y un final presto. El tema es
presentado por la cuerda y en las variaciones va cambiando la instrumentación, oboes y
trompas en la primera, violoncello en la segunda, flauta en la tercera, cuatro trompas intervienen
en la cuarta, siendo la quinta confiada al violín, la sexta por el tutti orquestal y finalmente la
séptima muy original, es interpretada por la cuerda y el contrabajo como solista. Finalmente el
presto concluye la sinfonía con la llamada de la trompa.
En 1766 murió el viejo maestro Werner y Haydn fue promovido a Kapellmeister, empleo que al
menos nominalmente conservaría hasta su muerte.
Hacia el fin del año 1768 empieza la estancia de Haydn en el suntuoso castillo de Esterháza,
construido por Nicolas el Magnífico cerca del lago de Neusiedl, no demasiado separado de
Eisenstadt. El castillo incluía varios teatros y salas de música. Una gran parte de la vida de
Haydn transcurriría en su recinto. Solo los meses de invierno se trasladaban a Viena o durante
cortos periodos a Eisenstadt.
Un nuevo estilo se estaba forjando durante esta época. Años mas tarde, en 1776, año que
coincide con la Revolución Americana, se publicó por Friedrich Klinger (1752-1831), la obra
“Sturm und Drang”, que dio título a esta nueva forma de expresión. La esencia de su filosofía
podía resumirse en la búsqueda de la voz interior. En esta revolución estética aparece el
Werther de Goethe. Podríamos llamarla como una primera crisis romántica. Un modo de
entender la vida más apasionado, con lo cual aumenta la expresividad de la música. Se hace
más introvertida, más personal, expresando los sentimientos internos.
El principio, con violentas síncopas en re menor, crea un clima especialmente dramático, difícil
de olvidar una vez escuchado. En el adagio utiliza una melodía sacra cuya parte melódica está
confiada al oboe y al primer violín. La obra finaliza con un minuetto, en el cual el trio es
conclusivo. No hay un retorno a la primera parte, dejando la obra como sin terminar. Expresa el
drama de la Semana Santa sin llegar al triunfo de la Pascua.
La Emperatriz Maria Teresa es la base de la inspiración de una de las sinfonías de Haydn. Esto
confirma las condiciones extremadamente favorables de protección, en las cuales Haydn trabajó
la mayor parte de su vida.
Maria Teresa fue Emperatriz de Austria desde 1740 hasta su muerte en 1780, pasando el trono
imperial entonces a su hijo José II, regente desde 1765. A partir de 1741 reinó en Hungría y en
1743 en Bohemia. Durante su reinado se inició un proceso de renovación ilustrada del cual se
benefició la música.
El primer movimiento con sus silencios y sus síncopas, denota la influencia de Carl Philipp
Emanuel Bach, pero con unos elementos formales más integradores. En el allegro di molto se
observan grandes saltos de dos octavas y media, propios del espíritu del Sturm und Drang,
produciendo un efecto terrorífico. El minuetto empieza con el mismo tono sombrío, con un trio
más sereno, terminando con un presto de ritmo trepidante, que constantemente va siendo
lanzado por la marcha cadencial de la línea del bajo.
Con esta sinfonía entramos en un tema de controversia, el del bajo continuo. Se deben
interpretar estas sinfonías como en la época, acompañadas del bajo continuo o debemos
prescindir de él en las versiones actuales. Aquí empieza un tema que tiene adeptos en los dos
bandos.
El continuo estaba compuesto por el clave y el fagot. En las sinfonías de Haydn hay momentos
en que ganan definición con el empleo del continuo, pero en otros, como en la sinfonía que
estamos comentando, gana en intensidad dramática si se excluye el continuo. Una conclusión
podría ser que el empleo del continuo era resultado de la costumbre y no una necesidad
imperiosa.
La “Sinfonía Nº 45 en fa sostenido menor” (Los Adioses) está fechada en el año 1772 y nos
recuerda una divertida historia ocurrida en la corte de Esterháza durante este año. El castillo era
la residencia de verano del príncipe y su familia, pero las familias de los músicos residían en
Eisenstadt. Aquel año la corte realizó una estancia más larga que de costumbre, lo que provocó
la inquietud de los músicos. Haydn intervino a favor de su causa, escribiendo una sinfonía que
terminaba con un adagio de despedida, Abschieds-Symphonie. Durante el movimiento los
músicos dejaban de tocar, uno tras otro, abandonando sus puestos, apagando sus candelas,
hasta que quedaron solos Haydn y su primer violín, Tomasini. La corte comprendió la indirecta y
pronto regresó a Eisenstadt.
Es notable como pudo integrar este final a una sinfonía de talante serio, como ya se desprende
del primer movimiento de construcción insólita con una única melodía. Sigue un adagio de
música contemplativa, con una especie de felicidad grave, nada divertida. El minuetto es más
luminoso, con un trío que recuerda al canto gregoriano. Sigue un veloz allegro que arranca con
fuerza tempestuosa para terminar con el adagio que da nombre a la obra.
Habían pasado mas de cinco años desde la instalación definitiva de Haydn en Esterháza,
cuando en 1774 compuso la “Sinfonía Nº 60 en do mayor” (El Distraído). En el teatro del
castillo de Nicolás “El Magnífico” se había representado una obra de Regnard titulada “Le
Distrait”, a la que Haydn había puesto la música de escena. A partir de esta música Haydn
compuso su sinfonía. Por esto no hay que extrañarse de que la distribución de los movimientos
no sea la habitual. Comprende una obertura, cuatro intermedios y un final. Además de los
instrumentos normales de la época, utiliza dos trompetas y timbales. De esta sinfonía
destacamos el segundo movimiento, un andante que utiliza una antigua melodía francesa y el
minuetto con un trio de sabor popular. Sigue un atormentado presto y el drama continúa con un
adagio, en el cual el primer violín lleva la línea melódica, interrumpido por el viento y que
finalmente conduce al corto prestissimo con que termina esta sinfonía.
El periodo situado entre los años 1775 y 1784 se califica por algunos críticos como el periodo
galante de la música de Haydn. Parece que el príncipe había condicionado al maestro, para que
escribiese un tipo de obras más ligeras, menos Sturm und Drang y más parecidas al
divertimento. Entre ellas escogemos la “Sinfonía Nº 68 en si bemol mayor” del año 1775.
Empieza con un brillante vivace seguido de un minuetto de carácter popular. Según el criterio de
Robbins Landon, el crítico de las sinfonías de Haydn, en su estudio publicado en 1955, la
considera insípida y decantada al gusto del público. En definitiva, lo que le pedía el príncipe para
el cual trabajaba Haydn. Hoy diríamos que es una sinfonía de tipo comercial o sea no escrita
para técnicos en música. Es interesante escucharla y dar nuestra opinión como espectadores.
Creo que lo importante de una obra es comprobar si sentimos placer escuchándola. El resto son
especulaciones teóricas. La característica común de esta época era la seducción melódica con
sus variaciones ornamentales. Esto puede comprobarse escuchando su adagio cantabile de un
ligero sabor mozartiano. La sinfonía termina con un sencillo rondó, con participación de los
oboes contrastando con la orquesta.
La “Sinfonía Nº 63 en do mayor” (La Roxolane) fue compuesta en 1779. Los últimos años del
príncipe Nicolas se caracterizan por su creciente afición a la ópera. En 1778 se produjeron 242
espectáculos musicales en Esterháza, muchos en el campo de la ópera. El trabajo de Haydn era
tan intenso, que no nos extraña que aprovechara la misma música para varios fines. Esto es lo
que ocurre en la sinfonía que comentamos. Su allegro está extraído de la obertura de “Il Mondo
della Luna”, ópera del año 1777. El nombre con el cual se conoce esta sinfonía, proviene de la
música de escena para “Los Tres Sultanes” de Favart. Roxolane era el personaje central en la
obra. A estas dos partes Haydn añadió un minuetto y un presto bastante breves y ya tuvo una
nueva sinfonía.
Hacia la década de los 1780, Haydn inicia una relación con España, especialmente con el duque
de Alba. A pesar de estar aislado en la residencia del príncipe, sus partituras eran conocidas en
Viena y en el resto de Europa. Prueba de ello fue el pedido en 1786 por parte de la canonjía de
Cádiz de una obra religiosa. Fueron “Las siete palabras de Cristo en la Cruz”.
Como ya se ha comentado, cada vez más, el príncipe Nicolas estaba fascinado por la ópera,
descuidando las sinfonías, cosa común en aquellos años en centroeuropa. No es de extrañar
que Haydn se buscara otros mercados. Sus sinfonías se interpretaban en París y en Londres
con gran éxito.
La principal compañía de conciertos en París era el Concert de la Loge olympique, una sociedad
ligada a la masonería, con la cual Haydn había tenido sus primeros contactos. Esta sociedad le
encargó en 1785 la serie de seis sinfonías que se llamarían las Sinfonías de París.
La orquesta de la Loge olympique era la más importante de Europa, con cuarenta violines, diez
contrabajos y una sección de viento muy completa. Vestidos con un brillante uniforme azul cielo
eran todo un espectáculo en aquella época. Para esta orquesta Haydn escribió una música
brillante, cosa que ya no podía hacer en su refugio de Esterháza con una orquesta más limitada.
Son las sinfonías Nº 82 al Nº 86, compuestas entre los años 1785 y 1786.
Entre ellas comentaremos una de las más populares, la “Sinfonía Nº 83 en sol menor” (La
Gallina). Su nombre proviene del segundo tema del primer movimiento que parece imitar el
canto de la gallina. La madera cada vez tiene mayor importancia y los violoncelos dejan de llevar
la línea del bajo continuo para convertirse también en actores. Tanto el minuetto como el final
están inspirados tanto en la música de danza cortesana como en la popular.
Las cinco sinfonías siguientes también fueron compuestas con la vista puesta en París. Así las
Nº 90, Nº 91 de 1788 y la Nº 92 de 1789, fueron la respuesta a un pedido del conde d’Ogny para
ser interpretadas por la Loge olympique. Las Nº 88 y Nº 89 del mismo año 1788 también serían
destinadas a París, llevadas para su venta por el violinista de Esterházy, Johann Tost.
Estas sinfonías son destinadas a una orquesta con mayores posibilidades que la de Esterháza,
con ello desaparece la necesidad del bajo continuo. La “Sinfonía Nº 88 en sol mayor” usa
trompetas y timbales en el segundo movimiento, largo y no en el primero, lo cual no era habitual.
Eso produjo gran sorpresa en el público de París. Aunque Mozart ya lo había realizado en el
movimiento lento de su “Sinfonía Linz” de 1783, esta obra no era conocida en París. El minuetto
muestra una escena de baile campesino con un bucólico trio. Podemos comparar esta alegre
escena con el sofisticado tercer movimiento de la “Sinfonía Júpiter” d e Mozart escrita en el
mismo año. El finale, un brillante rondó, es uno de los grandes hallazgos de la sinfonía clásica
vienesa.
Instalado en Viena le llegaban invitaciones de muchas partes para presentar sus obras, pero
hasta el mes de diciembre de 1790, no llegó la definitiva. Una visita del empresario alemán
Johann Peter Salomon (1745-1815) le convence para que lo acompañe a Londres, donde llega
en el mes de enero de 1791. En aquella época triunfar en Londres era como ahora dar el salto a
los Estados Unidos y Haydn de la mano de Salomon, triunfó plenamente. Fue una lástima que
Mozart muriera antes de que este empresario lo hubiese presentado al público londinense, pues
es de suponer que allí hubiera alcanzado la gloria, que su propio país no supo reconocerle.
En aquella época el rival de Haydn era su propio alumno Ignaz Pleyel, contratado por los
organizadores del Professional Concert, para rivalizar con los conciertos Salomon. Empieza con
una sencilla melodía que se haría muy popular, la cual se repite en pianissimo hasta casi
desvanecerse, terminando con un acorde fortissimo de toda la orquesta causando un gran
impacto. Sigue una serie de variaciones sobre el mismo tema. El minuetto es una danza Ländler
del estilo alegre que usa Haydn en muchas ocasiones, terminando la sinfonía con un rondó en el
cual van alternando los dos temas que lo componen.
La “Sinfonía Nº 97 en do mayor” fue terminada en 1792 con una gran orquestación, dos
flautas, dos oboes, dos fagots, dos trompas, dos trompetas, timbales y la cuerda habitual que
usaba en sus conciertos londinenses. En el primer movimiento, que como era costumbre
empieza con un adagio, que conduce a un vigoroso allegro donde abundan las fanfarrias, ya
podemos observar su parecido con las obras de la primera época de Beethoven, cosa que no
ocurre al compararlo con las sinfonías de Mozart. El adagio ma non troppo está formado por un
tema y tres variaciones, terminando con una coda. Es interesante observar el original empleo de
los violines en la tercera variación. Sigue un minuetto dinámicamente contrastado con
intervención de los timbales, terminando la sinfonía con un presto assai de una gran pulsación
rítmica. Esta sinfonía fue estrenada el 3 de mayo en un concierto especial de carácter benéfico.
Se repetiría diez veces en las series de abono de los conciertos Salomon.
Al final de la temporada, Haydn cansado regresó a Viena donde se compró una casa. Su mayor
disgusto fue no poder encontrarse con Mozart, que había fallecido durante su estancia en
Londres.
Entre los alumnos que tenía Haydn se encontraba el joven Beethoven, que había llegado a
Viena en 1792. Encontraba que sus obras eran demasiado nuevas para lanzarlas a la
publicación. Pero el 23 de noviembre de 1793, escribía una carta en la que afirmaba que los
entendidos en música consideraban a Beethoven como uno de los grandes compositores
europeos del futuro. A pesar de todo, Beethoven no consideraba satisfactorio tener un maestro
como Haydn y se buscó un segundo, Schenk, un pianista vienés. Cuando se enteró Haydn, las
relaciones entre ambos se enfriaron y nunca más se relacionaron.
No había pasado un año y medio cuando Haydn decidió volver a Londres. El 17 de enero de
1794 empezó su segundo viaje. Salomon había mejorado su orquesta que contaba con sesenta
instrumentistas incluyendo a dos clarinetes, los cuales intervendrían en las nuevas sinfonías de
Haydn. La primera obra estrenada fue la sinfonía Nº 99 escrita en Viena el año anterior.
La “Sinfonía Nº 100 en sol mayor” (Militar), también había sido compuesta en Viena, pero
pensando en su estreno en Londres, lo cual se efectuó el 31 de marzo de 1794. Se convirtió en
la sinfonía más popular de todo el repertorio. Su nombre deriva del uso de la trompeta y de los
instrumentos de percusión propios de la llamada música turca o sea el empleo del triángulo,
bombo y platillos. Este tipo de música era la utilizada por los jenízaros turcos con fines militares,
cosa que también había empleado Mozart. El uso que hace Beethoven al final de su novena
sinfonía simboliza solamente una función bélica.
Después del adagio inicial encontramos el primer tema del allegro, una especie de miniatura
para instrumentos de juguete. En el segundo movimiento, allegretto aparece la música militar
con la percusión en los tutti. Después del minuetto característico de Haydn, aparece de nuevo la
percusión en el movimiento final.
La sinfonía empieza con el adagio habitual que conduce a un presto con un tema brioso de ritmo
danzante. En el segundo movimiento, andante, encontramos el famoso tic-tac realizado por las
cuerdas en pizzicato, acompañadas por el fagot, imitando al antiguo continuo. Los violines
despliegan sobre este fondo una agradable melodía. Mas adelante, al reaparecer el tema
principal, nos encontramos con la sorpresa de que el tic-tac ha pasado a la flauta, tocando en la
zona aguda. El tema principal desarrollado por los violines es adornado por las ornamentaciones
de la flauta. El movimiento termina lentamente con tres acordes en piano, como si se le hubieran
acabado las fuerzas. El minuetto es del tipo de una rústica danza aldeana, totalmente alejado
del amanerado minuetto rococó, con un trio en el cual actúa la flauta como solista. La sinfonía
termina con un vivace en forma de rondó.
En el año siguiente Haydn escribe sus tres últimas sinfonías. Salomon renunció a su temporada
de conciertos y estas sinfonías fueron escritas para Opera Concerts que ofreció su temporada
en el King’s Theatre.
La “Sinfonía Nº 102 en si bemol mayor” se muestra mas profunda que las precedentes.
Haydn renuncia a los efectos descriptivos e intensifica el dramatismo, como ya puede
observarse en el largo inicial, que precede a un allegro vivace con dos temas contrastados.
Sigue el adagio en que aparece el violonchelo como solista acompañado por los violines. El
minuetto es del vigoroso estilo de las danzas campesinas y la sinfonía termina con un presto
cuyo tema principal es del estilo de la ópera bufa. Una espléndida coda remata la obra.
Haydn dejó Londres en el mes de agosto de 1795 para no volver nunca más y se estableció en
Viena hasta su muerte en 1808. Aunque no compuso más sinfonías no dejó de trabajar. El
príncipe Anton Esterházy había muerto en 1794 y el nuevo príncipe Nicolas II cultivaba la
música sacra, proponiendo a Haydn ejercer la dirección de la orquesta que había vuelto a
formar. En esta época final nacieron las Misas y los célebres oratorios, “La Creación” y “Las
Estaciones”. Vivió sus últimos años en una época de cambio, con la Revolución Francesa y las
guerras napoleónicas, al que no se pudo adaptar.
Como afirmación de su apoyo a la Casa de Austria, en 1797 compuso el himno “Gott erhalte
Franz der Kaiser”, cuya idea le había sugerido el himno inglés “God save the King” compuesto
por Händel y para enfrentarlo con “La Marseillaise”. Cuando el emperador de Austria, Francisco
II, entró en el Burgtheater de Viena, el 12 de febrero de 1797, día de su cumpleaños, todos los
presentes entonaron el “Gott erhalte Franz der Kaiser”, que se convirtió en el himno nacional
austriaco. En la actualidad, esta música, con distinta letra es el himno alemán. El mismo año
Haydn usa este himno, en su “Cuarteto de cuerda Nº 77” (Emperador), como el tema y
variaciones de su segundo movimiento.
Por la profundidad de su música y por la gran atención que presto a este género, a Haydn se le
considera como se ha dicho, el padre de la sinfonía.
CONTEXTO HISTÓRICO:
Los artistas, encontrarán en la burguesía un nuevo público que paga por apreciar sus obras
y al que debían satisfacer con creaciones entretenidas y naturales; de esta forma se van
liberar poco a poco de las obligaciones de trabajar supeditados al gusto de los mecenas,
obteniendo así una mayor independencia creativa pero contando con el reto de tener que
depender del público para rentabilizar sus ingresos.
El desarrollo del mercado editorial musical vinculado a la música de cámara, unido éxito del concierto
público como medio de difusión de la música orquestal tuvieron como resultado la formación de una
serie de estilos que los contemporáneos denominaron “galante” o “sentimental” (Empfindsamer stil)
pero que sería rebautizado en el siglo XIX como “Clasicismo”. Este estilo reflejaba el gusto y la
pujanza de las clases medias urbanas -burguesía- frente a los de las clases dominantes,
encarnados por la ópera seria (aristocracia) y la música sacra (Iglesia), respectivamente. y era
portador de nuevos valores:
En esta unidad estudiaremos dichos códigos, que cristalizarán en las denominadas f ormas de sonata
y que constituyen -junto a la f uga– uno de los dos grandes paradigmas formales de la tradición
clásica occidental.
Las formas clásicas derivaron de las barrocas a través de un complejo proceso de selección natural
y adaptación a los nuevos gustos, basados por un lado en la claridad y sencillez, pero que por otro
aspiraban a la expresión de sentimientos por vías puramente instrumentales. Este proceso tuvo
lugar en dos grandes fases, caracterizadas por la radical simplificación de texturas y armonía (entre
1730 y 1765), y otra en la que las nuevas texturas y formas irán aumentando su complejidad y sus
proporciones.
Las obras multiseccionales del Clasicismo (como sinfonías, serenatas, divertimentos, música de
cámara o sonatas) suelen disponer los movimientos en el siguiente orden:
■ Primer movimiento. Forma de sonata (la vemos más abajo con mayor detalle).
■ Segundo movimiento. Tema y variaciones, o forma de sonata sin desarrollo (o con desarrollo
breve).
■ Tercer movimiento. Minueto o Scherzo. Este movimiento suele excluirse en las sonatas. En
las serenatas y divertimentos puede haber varios minuetos o scherzos.
■ Cuarto movimiento. Rondó, forma de sonata, o rondó-sonata.
Entre las modas de carácter nacional, dos de las dos más destacadas fueron la española y la turca.
La primera tuvo en el fandango su género más característico e internacional, en el que es uno de los
reflejos más antiguos del arte musical preflamenco. Las modas turcas se produjeron en oleadas
sucesivas ya desde el siglo XVII, alimentadas por la amenaza militar del I mperio Otomano en el
borde oriental del Imperio Austríaco.
Imagen: Slideshare
Concierto
Sonata
Sinfonía
Son obras concebidas para ser interpretadas por tres, cuatro o cinco
músicos respectivamente, con diferentes instrumentos y partes.
Algunas formaciones se establecieron por excelencia, como el
cuarteto de cuerdas (violín, viola, violoncello y contrabajo) o el
quinteto de vientos (flauta, oboe, clarinete, trompa y fagot). Ejemplo:
Cuartetos Op. 8 de Luigi Boccherini.
Ópera
Música religiosa
Apuntes: El Romanticismo
Situación
Delimitamos cronológicamente el Romanticismo entre los años 1800 y 1890, aunque
hay corrientes que presentan características románticas antes de estas fechas y en
algunos países se extenderá hasta bien entrado el siglo XX. Entre el Clasicismo y el
Romanticismo no hay una línea divisoria estricta, sino una lenta y poco definida
transición que nos permite hablar de continuidad.
CONTEXTO HISTÓRICO:
CONTEXTO CULTURAL:
Otro concepto que triunfa en la época es el de "el arte por el arte", sin
condicionantes y sin tener que respetar todas las normas formales y
estructurales que se habían impuesto en el periodo anterior. Los artistas van a
ser genios creadores que son reconocidos como tales por el resto de la gente.
CONTEXTO MUSICAL:
Periodos Musicales
En este periodo podemos hablar de tres etapas:
Características
Durante este periodo podemos destacar las siguientes novedades en el ámbito
de la música:
● Independencia del autor, cada vez menos sujeto a las normas de los
mecenas y más relacionado con los editores de partituras, lo que le
permite mayor libertad de expresión y composición.
● Aparición de nuevos géneros, como el lied, los poemas sinfónicos o el
drama musical (ópera de Wagner)
● Búsqueda de la expresividad, los sentimientos y los estados de ánimo en el
oyente.
● La melodía ocupará un lugar privilegiado dentro de la obra. Dichas
melodías ya no serán tan regulares como en el Clasicismo y estarán
cargadas de contratiempos y síncopas, ritardandos y cambios de
dinámica,...; todo ello con la finalidad de expresar en mayor medida los
sentimientos.
● La armonía, al igual que la melodía apoyará la expresividad de la música y
para ello usará frecuentes cambios de tonalidad y cromatismos.
El genio Romántico
Muchos de los compositores románticos van a cumplir las siguientes
características:
La ópera
Durante el Romanticismo la ópera experimenta una gran evolución que lleva a este
género a su cumbre más alta y lo convierte en el espectáculo preferido de la
burguesía. Se construyen teatros por toda Europa y los cantantes se convierten en
verdaderos divos (dioses) gracias al lucimiento vocal de sus arias.
Italia
En Italia, cuna de la ópera, es donde surgen las principales escuelas que marcarán
el desarrollo del género operístico en el resto de Europa. Podemos destacar dos
corrientes de este género que se van a dar a lo largo del Romanticismo:
* BEL CANTO: Esta ópera tiene como objetivo la exhibición del cantante
mediante pasajes melódicos de gran exigencia técnica que se desarrollaban
en el registro agudo de la voz. Los cantantes, sobretodo en sus arias,
desarrollaban un gran virtuosismo vocal ligado a una gran expresividad.
* VERISMO: Surge a finales del siglo XIX muy unido a las corrientes del
realismo y naturalismo literario. Los argumentos de la ópera se centrarán en
personajes de la vida cotidiana, reflejando sus emociones de forma realista
sin idealizaciones románticas.
Francia
París se convirtió en el siglo XIX en una importante capital de la actividad
operística europea. En Francia también existen dos estilos de ópera:
Alemania
Durante la primera mitad del siglo XIX se desarrolló en Alemania una ópera
inspirada en los ideales expuestos por los poetas y filósofos alemanes. Serán
óperas con argumentos legendarios en los que la naturaleza y lo sobrenatural
adquieren un papel protagonista. Destaca en esta época la obra de C. M. von
Weber, al que podemos considerar el iniciador de la ópera romántica en Alemania.
Su obra más conocida es "El cazador furtivo".
● La ópera para Wagner es "La obra de arte total", ya que busca la fusión de
todas las artes (poesía, música, escenografía, acción,...) que se aglutinan
de manera inseparable en sus obras.
● Utilización de técnicas como el leitmotiv, que es un motivo musical
recurrente para representar personajes, hechos, situaciones,...
● Utiliza la melodía infinita, que no se interrumpe, sin un fraseo regular que
marque candencias claras, para dotar de mayor dramatismo a su obra.
● La música está al servicio de la expresión dramática. La orquesta tiene un
papel principal en el desarrollo y explicación de la acción.
● Larga duración, ya que muchas de sus obras pueden sobrepasar las cinco
horas sin interrupciones.
España
En España, hasta el siglo XIX hay una gran influencia de la ópera italiana, hasta el
punto de que muchos compositores e intérpretes italianos van a presentar sus obras
en las cortes y teatros de nuestro país. Pero hacia el segundo cuarto de siglo se
intenta revitalizar un género propio que hasta ahora no había tenido gran éxito: La
Zarzuela.
Los autores principales de este género son Federico Chueca con zarzuelas
muy conocidas, como "La Gran Vía" y "Agua, azucarillos y aguardiente", Tomás
Bretón con "La verbena de la paloma" y Ruperto Chapí con "La Revoltosa" entre
sus obras más destacadas.
El Lied
Se trata de un género menor (de poca duración) que se convirtió en una de las
principales formas vocales de la música romántica ya que normalmente era
compuesta para el disfrute en veladas musicales íntimas.
Entre los compositores más destacados de lieder hay que citar a F.
Schubert, que a lo largo de su vida realizó más de 600. Más tarde cultivarán esta
forma otros autores como Hugo Wolf o Gustav Mahler.
La música instrumental
La música de Cámara
La música de cámara en el Romanticismo alcanzó su máximo desarrollo, debido, en
gran parte, a que se hizo accesible a la burguesía y a la constante demanda de
obras para interpretar en familia o entre amigos.
A lo largo del siglo XIX, la mayoría de los compositores escribió obras de
cámara, desde dúos (para dos instrumentos, como por ejemplo el piano y la
flauta), tríos (piano, violín y violonchelo),...hasta nonetos (nueve instrumentos de
cuerda y viento); sin olvidar el cuarteto de cuerda típico del Clasicismo (dos
violines, una viola y un violonchelo), que siguió ocupando un lugar destacado en
esta época.
Muchas de estas obras eran sencillas y así las podían interpretar grupos
de aficionados en las reuniones íntimas que realizaban en sus propias casas.
La orquesta romántica
La orquesta del siglo XIX se convirtió en la gran protagonista de la época. Casi
todos los compositores escribieron obras musicales para este tipo de formación.
- LA SINFONÍA:
Durante el siglo XIX continúa cultivándose esta forma que en el Clasicismo había
estructurado perfectamente su contenido. Todos los grandes autores componen
en este periodo numerosas sinfonías. Poco a poco, los compositores se van a ir
liberando de los esquemas formales clásicos explotando con gran efectividad la
riqueza técnica de los instrumentos. Las sinfonías serán cada vez más largas y
complejas aspirando a conseguir el máximo rendimiento de los recursos
tímbricos de las grandes orquestas sinfónicas de la época.
- EL CONCIERTO SOLISTA
Aunque menos numerosos que los de piano, también los conciertos para violín y
orquesta ocuparon un lugar destacado. A partir de la revolución técnica del
violín, propiciada por N. Paganini, las exigencias de virtuosismo del instrumento
se multiplicaron. Como en el caso del piano, las obras para violín exigían un gran
lirismo en la interpretación de sus melodías además de una virtuosa técnica
instrumental. Entre los compositores que escribieron obras para este
instrumento podemos destacar a L.V. Beethoven, P.I. Tchaikovski, J Brahms o N.
Paganini, conocido, este último, por ser el mejor violinista de la época y en
ocasiones el único capaz de interpretar sus propias obras.
- LA MÚSICA PROGRAMÁTICA
Piano
El piano, era el instrumento preferido de los compositores románticos y de muchos
de los amantes de la música de ese periodo. Ello era debido a las siguientes
razones:
La Danza
Durante el siglo XIX la técnica del ballet clásico del siglo anterior encontró su
definitiva formulación. A principios del Romanticismo, algunos maestros franceses
se instalaron en Rusia y crearon una escuela clásica de ballets rusos , cuyo
prestigio e importancia se han mantenido hasta la actualidad. Esta restauración está
relacionada con la llegada a San Petersburgo del bailarín y coreógrafo Marius
Petipá.
Otra de las novedades que se instalaron en los ballets rusos fue la
utilización de cables para que los bailarines realizaran grandes vuelos por el aire.
Entre los compositores más famosos de ballet ruso tenemos que destacar
a P. I. Tchaikovsky que dio un gran impulso a este género con obras como "El
cascanueces", "La bella durmiente" o "El lago de los cisnes".
La música, por su alto poder de sugestión al actuar directamente sobre la mente, sin la
mediación de las palabras, va a erigirse como el arte romántico ideal. Schopenhauer va a
definirla como la expresión inmediata de los sentimientos; la música encarna el propio
sentimiento y por ello alcanzará la categoría de arte supremo.
Avalada por estas ideas la música instrumental pura, sin palabras, capaz de comunicar la
emoción, va a considerarse la forma de componer más adecuada y sublime.
El sentimiento nacionalista del siglo XIX será el responsable de las diferencias entre los estilos
musicales nacionales, que considerarán a la canción popular como la expresión más
espontánea del alma nacional. Complementariamente a la concentración de música nacional
hubo un deleite por el exotismo, empleándose lenguajes foráneos para generar un colorido
pintoresco.
La música de gran formato, sinfonías o dramas operísticos de autores como Berlioz, Mahler,
Buckner, Wagner o Meyerbeer compite con la de pequeño formato, lieder , nocturnos,
impromptus, polonesas,etc.de clásicos románticos como Chopin, Schumann, Schubert o
Mendelssohn.
Los músicos van a componer para la eternidad, teniendo presente la infinitud de la música y la
idea de transcendencia, pero como novedad también buscarán el reconocimiento del público.
La figura del director de orquesta cobrará gran importancia y destacarán compositores que
ejercerán de directores de orquesta o serán grandes virtuosos de algún instrumento
(Paganinni, Liszt o Schubert ). En este contexto se producirá un gran desarrollo de la técnica
instrumental, en especial de la pianística, y de los propios instrumentos.