Presas de Arco - Arcos Horizontales

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Arcos horizontales

Si se reduce el problema a dos dimensiones y se asimila un arco biempotrado a una viga


solicitada de manera uniforme en su longitud:

Vemos que a través de la deformada viga es posible establecer un esquema estructural


sencillo:
 Las máximas compresiones se dan en trasdós de la parte central y en intradós de los
empotramientos.
 Las máximas tracciones se dan, en intradós de la parte central y en trasdós de los
empotramientos.

El antifunicular (o forma antivelaria plana) de una carga uniforme es la circunferencia. En la


siguiente figura se muestra un anillo circular de espesor "e", radio R sometido a una carga
radial uniforme "p".
El anillo funcionará tensionalmente en compresión pura, con un valor de:

𝑝𝑅
𝛿=
𝑒
La sección horizontal de una presa arco es un arco empotrado en sus extremos:

Los empotramientos laterales generan reacciones hiperestáticas que falsean el problema,


introduciendo flexión de los arcos en las proximidades de los arranques y, por tanto, al
menos, cierta tendencia a la reducción de las compresiones y a la aparición de tracciones.
En la figura precedente se ha dibujado la envolvente de la resultante de tensiones en cada
sección o fibra del arco. Si esta envolvente coincidiera con el eje del arco, la forma de este
se correspondería con el antifunicular de las cargas.

No obstante, se aprecia que por efecto de la aparición de los esfuerzos hiperestáticos en los
empotramientos, esta envolvente se aleja del eje. Por Resistencia de Materiales es fácil
demostrar que cuando la resultante en una sección se aleja de la fibra central, aparece la
flexión, y cuando esta se sitúa fuera del tercio central, entonces esta flexión induce
tracciones.
Si en el arco anterior, en el que la envolvente de las resultantes se alejaba ligeramente del
eje, representamos las tracciones (en rojo) y las compresiones (en azul) derivadas de la
posición de la envolvente, entonces se obtiene la siguiente figura:

Se aprecia la similitud de la figura precedente con el esquema estructural descrito de la viga


biempotrada:
 Compresiones en clave (centro) de trasdós y en arranques (empotramientos) de
intradós.
 Tracciones en clave de intradós y en arranques de trasdós.

Este es el indeseable "efecto viga", que se produce por los siguientes aspectos:
 La posible falta de curvatura de los arcos
 El efecto de los empotramientos

El primero de los aspectos se puede solucionar por medio del diseño, aumentando la
curvatura del arco:
Sin embargo, los esfuerzos hiperestáticos de los empotramientos persisten en cualquier
caso. Para atenuar sus efectos, es decir, para que la flexión de los momentos en los
empotramientos de lugar a tracciones moderadas, localmente en esas zonas se
incrementan los espesores, alcanzando la forma típica de las secciones horizontales de una
presa arco:

Rt

Ri

Oi

Ot

Se ha expuesto que la Resistencia de Materiales demuestra que el antifunicular de una carga


radial uniforme es un círculo. No obstante también se ha dicho que en una presa arco parte
de la carga hidrostática es asumida por los arcos horizontales y parte por las ménsulas
verticales.

Así, si comparamos dos cerradas, una con forma triangular y otra con forma rectangular,
por medio de dos secciones horizontales intermedias a la misma altura en una y otra:
En la cerrada triangular, las ménsulas correspondientes a zonas cercanas a arranques del
arco, asumirán mucha más carga que en la cerrada rectangular, de tal modo que en la
primera la carga que se arroga el arco crecerá desde valores muy bajos en arranques hasta
máximos en clave.

Por el contrario, en la rectangular, al tener todas las ménsulas la misma altura, asumirán la
misma carga en todos los puntos del arco, por lo que la que se arroga éste será siempre la
misma (radial uniforme).

El antifunicular del primer tipo de carga -la radial que crece de arranques a clave- es una
curva apuntada, mientras que el antifunicular en el segundo tipo de carga -la radial de valor
uniforme- es, como se ha dicho, un círculo.

Dentro de las curvas que usualmente se emplean para la definición de los arcos en el primer
caso están las siguientes:

 Los arcos de tres centros


 Las parábolas
 Las elipses
 Las espirales logarítmicas

Clásicamente, han sido los arcos de tres centros las curvas más empleadas por su fácil
definición (centros y radios). Actualmente, con las ventajas que ofrece el diseño asistido por
ordenador, son comunes las parábolas (vértice y foco) o las elipses (semiejes).

En la figura precedente se muestra una comparación de tres curvas, para una misma cuerda.
Las dos primeras se corresponden con arcos de círculo, mientras que la tercera es una curva
apuntada mediante tres arcos de círculo.

Para analizar en planta el grado de curvatura empleado existen diferentes indicadores:

 El ángulo de desarrollo del arco o ángulo formado por los dos radio-vectores extremos
(correspondientes a los arranques). Valores por encima de 80-90º son comunes. La
bibliografía cita los 110-120º como los óptimos. En el ejemplo precedente vemos que,
para una misma cuerda, en el segundo de los casos, una reducción del radio propicia un
aumento del ángulo de 20º. En el tercero de los casos, mediante un arco de tres centros,
manteniendo al ángulo y la cuerda, se apunta más la curva. Este mayor apuntamiento
de la curva, que es propicio si el tipo de cerrada así lo demanda, dará lugar un mejor
comportamiento estructural y una posible reducción de espesores.
 El segundo parámetro que se puede emplear es la relación flecha / cuerda (f/c). Valores
por encima de 0,20 son comunes.

Es preciso tener presente que un mayor ángulo de desarrollo y/o un mayor apuntamiento
da lugar a una peor incidencia -por ser más oblicua- del arco en las laderas. En los ejemplos
precedentes se aprecia como un aumento de 20º en el ángulo entre radio-vectores
extremos aumenta en 10º la oblicuidad de la incidencia del arco en laderas.

La bibliografía (Tratado básico de presas, Vallarino) apunta que un cono de al menos 30º de
semiángulo y eje la tangente la arco en cada extremo de empotramiento, debe quedar
contenido en la ladera para garantizar una correcta incidencia.

La estabilidad de la cimentación de los arcos debe ser en todo caso comprobada, mediante
cálculos geológico - geotécnicos, mediante el cálculo de la estabilidad de bloques de roca,
delimitados por sistemas de juntas, solicitados por los arcos. El método que usualmente se
emplea para ello, es el método de Londe (La presa bóveda como estructura (apuntes de
proyecto y construcción de presas. Tomo II, Alfonso Álvarez).

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