Mquijano - CAPITULO LA TEORIA DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO RODRIGUEZ PALMERO
Mquijano - CAPITULO LA TEORIA DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO RODRIGUEZ PALMERO
Mquijano - CAPITULO LA TEORIA DEL APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO RODRIGUEZ PALMERO
la teoría del
aprendizaje
significativo en la
perspectiva de la
psicología cognitiva
octaedro
editorial
Índice
Mª Luz Rodríguez Palmero (org.)
octaedro
editorial
A David P. Ausubel, in memoriam
© Mª Luz Rodríguez Palmero, Marco Antonio Moreira, Mª Concesa Caballero Sahelices, Ileana Mª Greca,
ISBN: 978-84-8063-290-4
Edición electrónica
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Sumario
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1. La Teoría del Aprendizaje Significativo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
2. La Teoría de los Modelos Mentales de Johnson-Laird . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
3. La Teoría de los Campos Conceptuales de Gérard Vergnaud . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
4. La integración de modelos mentales y esquemas de asimilación
para la comprensión de procesos de aprendizaje significativo . . . . . . . . . . . . . . . 133
5. La progresividad del aprendizaje significativo de conceptos . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
6. Aprendizaje significativo: la asimilación ausubeliana desde
una visión cognitiva contemporánea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198
Índice
La Teoría del Aprendizaje Significativo
en la perspectiva de la Psicología Cognitiva
Introducción:
La Teoría del Aprendizaje Significativo en la
perspectiva de la psicología cognitiva
Mª Luz Rodríguez Palmero
Organizadora
9 Introducción 5
9 Introducción 6
1
La Teoría del Aprendizaje Significativo1
Mª Luz Rodríguez Palmero
Centro de Educación a Distancia (C.E.A.D.), Santa Cruz de Tenerife, España.
1. Introducción
Podemos considerar la teoría que nos ocupa como una teoría psicológica del
aprendizaje en el aula. Ausubel (1973, 1976, 2002) ha construido un marco teó-
rico de referencia que pretende dar cuenta de los mecanismos por los que se lleva
a cabo la adquisición y la retención de los grandes cuerpos de significado que se
manejan en la escuela.
Es una teoría psicológica porque se ocupa de los procesos mismos que el
individuo pone en juego para aprender. Pero desde esa perspectiva no trata temas
relativos a la psicología misma ni desde un punto de vista general, ni desde la óp-
tica del desarrollo, sino que pone el énfasis en lo que ocurre en el aula cuando los
estudiantes aprenden; en la naturaleza de ese aprendizaje; en las condiciones que
se requieren para que éste se produzca; en sus resultados y, consecuentemente, en
su evaluación (Ausubel, 1976).
Es una teoría de aprendizaje porque ésa es su finalidad. La Teoría del Apren-
dizaje Significativo aborda todos y cada uno de los elementos, factores, condi-
ciones y tipos que garantizan la adquisición, la asimilación y la retención del
contenido que la escuela ofrece al alumnado, de modo que adquiera significado
para el mismo.
Para Ausubel (op. cit., pág. 18) «la psicología educativa debe concentrarse en
la naturaleza y la facilitación del aprendizaje de la materia de estudio» y eso signi-
fica prestar atención, por una parte, a aquellos conocimientos provenientes de la
psicología que hacen falta para dar cuenta de dichos procesos; y, por otra, a aque-
Dado que lo que quiere conseguir es que los aprendizajes que se producen
en la escuela sean significativos, Ausubel entiende que una teoría del aprendizaje
escolar que sea realista y científicamente viable debe ocuparse del carácter com-
plejo y significativo que tiene el aprendizaje verbal y simbólico. Así mismo, y con
objeto de lograr esa significatividad, debe prestar atención a todos y cada uno de
los elementos y factores que le afectan, que pueden ser manipulados para tal fin.
Por lo tanto, su ámbito de aplicación es el aprendizaje y la enseñanza de cualquier
cuerpo organizado de conocimiento, lo que constituye las diferentes disciplinas
científicas que configuran el currículum escolar.
a) Caracterización
El aprendizaje significativo es el proceso según el cual se relaciona un nuevo co-
nocimiento o una nueva información con la estructura cognitiva de la persona
que aprende de forma no arbitraria y sustantiva o no literal. Esa interacción con
la estructura cognitiva no se produce considerándola como un todo, sino con as-
pectos relevantes presentes en la misma, que reciben el nombre de subsumidores
o ideas de anclaje (Ausubel, 1976, 2002; Moreira, 1997a). La presencia de ideas,
conceptos o proposiciones inclusivas, claras y disponibles en la mente del apren-
diz es lo que dota de significado a ese nuevo contenido en interacción con el
mismo (Moreira, 2000a). Esa interacción es lo que caracteriza al aprendizaje sig-
nificativo. Pero no se trata de una simple unión o ligazón, sino que en este proce-
so, los nuevos contenidos adquieren significado para el sujeto produciéndose una
transformación de los subsumidores o ideas de anclaje de su estructura cognitiva,
que resultan así progresivamente más diferenciados, elaborados y estables (íbid.).
La sociedad actual se caracteriza por la ingente cantidad de contenidos que
se manejan; se define este tiempo como la era de la información. La mente huma-
na se ve obligada a procesar muy diferentes y numerosos conceptos y proposicio-
nes que, además, cambian y evolucionan a gran velocidad. Ausubel (1976, 2002)
entiende que el mecanismo humano de aprendizaje por excelencia para aumentar
y preservar los conocimientos es el aprendizaje receptivo significativo, tanto en
el aula como en la vida cotidiana. «Adquirir grandes volúmenes de conocimiento
es sencillamente imposible si no hay aprendizaje significativo» (Ausubel, 1976, pág.
82). No solamente interesa, pues, la adquisición de los nuevos significados, sino
que se trata de un proceso natural en el que el paso siguiente es su retención y/o
el olvido de todos aquellos conocimientos –subsumidores– que van quedando en
desuso por falta de funcionalidad.
Pero aprendizaje significativo no es sólo este proceso, sino que también es
su producto. La atribución de significados que se hace con la nueva información
es el resultado emergente de la interacción entre los subsumidores claros, estables
y relevantes presentes en la estructura cognitiva y esa nueva información o con-
tenido. Como consecuencia del mismo, esos subsumidores se ven enriquecidos
y modificados, dando lugar a nuevos subsumidores o ideas-ancla más potentes y
explicativas que servirán de base para futuros aprendizajes.
Conferencias Mayoría de la
o mayoría de «investigación» o
presentaciones producción intelectual
en los libros de rutinaria
texto
Trabajo en el
laboratorio escolar
b) Condiciones
Para que se produzca aprendizaje significativo han de darse dos condiciones fun-
damentales:
d) Asimilación
A través de este proceso, como se comentó en el apartado anterior, se produce
básicamente el aprendizaje en la edad escolar y adulta. Se generan así combina-
ciones diversas entre los atributos característicos de los conceptos que constituyen
las ideas de anclaje, para dar nuevos significados a nuevos conceptos y proposicio-
nes, enriqueciendo paulatinamente la estructura cognitiva.
Ausubel explica la asimilación de conceptos en la Teoría de la Asimilación
(1976, 2002). Según ésta, un nuevo concepto o idea potencialmente significa-
tivos se asimilan a un subsumidor relevante que resulta modificado debido a la
interacción asimiladora, ya que se ha transformado en otro más explicativo y po-
tente (subsumidor enriquecido), modificándose de igual modo el material po-
tencialmente significativo que, así, deja de ser potencial para convertirse en real
o psicológicamente significativo. La figura 2 refleja esquemáticamente el proceso
de asimilación.
Supongamos que una persona tiene construido un concepto de animal que
ha adquirido a través de su experiencia con mamíferos. Si la nueva información
que se le ofrece se refiere a animales invertebrados, se producirá una interacción
entre su concepto de animal y éstos otros que se le brindan. En esa interacción
significativa aprenderá el concepto de invertebrado, al tiempo que reestructurará
su significado del concepto de animal.
Asimilación
Fase de retención
Asimilación obliteradora
(olvido)
Residuo
subsumidor
modificado
e) Lenguaje
Para que se dé la necesaria asimilación que caracteriza al aprendizaje verbal signi-
ficativo, se cuenta con un importantísimo facilitador o vehículo: el lenguaje. El
aprendizaje significativo se logra por intermedio de la verbalización y del lenguaje
y requiere, por tanto, comunicación entre distintos individuos y con uno mismo.
De hecho, el aprendizaje representacional que hemos situado en la base del fun-
cionamiento cognitivo tiene su razón de ser en las propiedades representacionales
de las palabras con las que poco a poco somos capaces de construir el discurso.
La nominalización de conceptos o de eventos y la expresión verbal o ex-
teriorización de ideas resultan cruciales en la conceptualización, como hemos
tenido ocasión de destacar, al analizar los tipos de aprendizaje significativo o la
formación y la asimilación de conceptos. La mente humana opera con concep-
tos y los maneja en términos lingüísticos en sus operaciones de pensamiento,
de lo que se sigue que la mediación del lenguaje determina la significatividad
de los aprendizajes. El papel del lenguaje como facilitador es notorio y evi-
dente tanto en el aprendizaje significativo receptivo como en el basado en el
descubrimiento, dado que aumenta la capacidad manipulativa de conceptos y
proposiciones, teniendo un papel esencial y operativo en el funcionamiento del
pensamiento (íbid.). Si se produce fracaso inicial en la adquisición del lenguaje
adecuado, se limita el desarrollo posterior de las capacidades cognitivas (como
procesamiento de información o resolución de problemas), lo que dificulta el
desempeño cognitivo posterior. La correlación entre lenguaje y aprendizaje sig-
nificativo es, pues, crucial.
f ) Facilitación
Una vez expuesto lo que se entiende por aprendizaje significativo, sus condicio-
nes, principios y tipos, así como aquello que se aprende, podemos prestar aten-
ción a cómo se consigue o facilita. Ausubel (1973, 1976, 2002) se ocupa de este
aspecto con profusión; no en vano su teoría es una teoría psicológica de apren-
dizaje. De lo expuesto hasta el momento se derivan dos aspectos fundamentales:
el contenido y la estructura cognitiva del alumno. Dado que de lo que se trata es
de que los estudiantes adquieran aprendizajes significativos, una de las tareas que
nos competen como docentes es conocer su bagaje, la organización de su estruc-
tura cognitiva y los subsumidores de que dispone, así como su naturaleza, para
que puedan servir de soporte de la nueva información; en caso de que éstos no es-
tén presentes o cognitivamente disponibles, habría que facilitar los organizadores
pertinentes. En este sentido, estaremos manipulando la estructura cognitiva que
garantiza el aprendizaje subsecuente.
Otra tarea ineludible es atender al contenido en sí mismo, manipularlo,
también, analizándolo conceptualmente, de manera que puedan determinarse e
identificarse los conceptos, las ideas, los métodos esenciales al proceso de apren-
dizaje (Moreira 2000a). Para Ausubel es muy clara y nítida la distinción entre
el contenido de las disciplinas formalmente constituidas y organizadas y la ma-
nera en que ese contenido se representa y se interioriza mentalmente (Ausubel,
1973).
En términos de planificación y programación de la enseñanza, Ausubel
(2002, págs. 259 y 260) parte de dos supuestos que hemos de tener en consi-
deración si queremos desarrollar un trabajo consistente con la fundamentación
teórica expuesta:
1) Para los seres humanos es menos difícil captar los aspectos diferenciados de un
todo previamente aprendido y más inclusivo que formular el todo inclusivo a partir
de sus partes diferenciadas previamente aprendidas; y 2) la organización por parte
de un individuo del contenido de una disciplina dada en su propia mente consiste
en una estructura jerárquica donde las ideas más inclusivas se encuentran en la cús-
pide de la estructura y subsumen progresivamente proposiciones, conceptos y datos
factuales menos inclusivos y más diferenciados.
dad (lo que hemos tenido ocasión de comprobar en lo expuesto hasta ahora) y,
sobre todo, insuficientemente comprendido (Novak, 1998), lo que dificulta su
aplicación a contextos específicos y concretos (tanto curriculares como docentes,
en el aula).
Con el ánimo de profundizar en su significado y, fundamentalmente, para
aumentar su comprensión, su aplicabilidad y funcionalidad, son varios los inves-
tigadores que han ido enriqueciendo el constructo, aportando matices y modos
de utilizarlo. Lo que sigue no es una revisión exhaustiva a este respecto, sino tan
sólo algunas aportaciones que han resultado especialmente significativas como
reflexiones necesarias que mejoran su entendimiento y amplían sus horizontes,
haciendo que «aprendizaje significativo» sea un constructo aún más comprensi-
ble, más plausible y más fructífero.
• Puede mostrar una motivación vital por aprender, por el interés en el con-
tenido que se le ofrece, para disfrutar, para utilizarlo, etc.
5. Pérez Gómez (2006, pág. 101) considera aprendizaje relevante como «aquel tipo de aprendizaje
significativo que por su sentido e importancia para el individuo provoca inestabilidad cognitiva, conflicto cog-
nitivo, duda e interrogación, porque les hace repensar sus esquemas clásicos de interpretación al darse cuenta
de que son insuficientes y les hace abrirse a la posibilidad de construir nuevos esquemas de interpretación de
la realidad que son y que incluyen conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos en parte nuevos».
Para este autor, el aprendizaje relvante depende de dos factores: la intencionalidad del que aprende, esto
es, el valor que le atribuye la persona a ese conocimiento, que puede ser valor de uso o valor de cambio
–que es el que conduce a la reconstrucción de sus esquemas–, por una parte; y, por otra, del contexto,
que puede ser de producción, de aplicación y de reproducción, siendo los dos primeros los que con-
ducirían a un aprendizaje relevante para la vida y no solo reproductivo, que se puede ejemplificar en la
superación de una prueba, tras la cual, desaparece la atribución de significados.
Aun contando con material que tenga significatividad lógica, puede darse
el caso de que planteemos tareas de aprendizaje en las que algunos elementos se
perciban significativamente, pero ante los que no se reaccione actitudinalmente
de manera significativa y que, por tanto, no generan aprendizaje significativo. En
definitiva,
Figura 4. Ejemplo de un mapa conceptual realizado por una alumna y la explicación que
aporta sobre las decisiones que tomó al realizarlo.
6. La explicación que aporta la alumna es crucial para comprender el proceso que está siguiendo
en la conceptualización del concepto célula, pues añade información que no está explicitada en el mapa
conceptual, como, por ejemplo, su forma de reflejar los procesos metabólicos o el papel destacado de
«materia» y «energía» como conceptos esenciales que, como ella misma explica, no ha situado en el
primer nivel.
Para Ausubel (íbid.), «la exposición verbal es en realidad la manera más eficiente de
enseñar la materia de estudio y produce conocimientos más sólidos y menos triviales
que cuando los alumnos son sus propios pedagogos». Esta consideración guarda rela-
ción con la polémica relativa a la enseñanza receptiva versus por descubrimiento
y resolución de problemas. Ausubel entiende que es desacertado afirmar que el
aprendizaje sólo se produce cuando se plantean estrategias de este último tipo.
Desde su punto de vista:
Esto es, se puede aprender significativamente por transmisión verbal del co-
nocimiento siempre que el contenido tenga significado lógico, que sea relacio-
nable con la estructura cognitiva y que haya predisposición para aprenderlo de
5. Conclusiones
Es una teoría viva que no sólo se ha limitado a resistir durante tanto tiempo,
sino que ha evolucionado considerablemente a lo largo de su dilatada historia, a
través de las distintas contribuciones que ha recibido, algunas de las cuales se han
mostrado. La aplicación de sus principios a la investigación en educación y a la
enseñanza ha permitido, no sólo validar su propio conocimiento, sino también
ampliarlo con interesantes aportaciones que han enriquecido su aplicación y su
potencialidad explicativa.
Efectivamente, puede concluirse, pues, que la Teoría del Aprendizaje Signi-
ficativo sigue siendo un referente explicativo obligado, de gran potencialidad y
vigencia que da cuenta de aspectos esenciales del desarrollo cognitivo generado
en el aula.
Pero la teoría que Ausubel ha propuesto no lo explica todo. Como ya se
ha expresado, da cuenta de algunos «cómo» y de algunos «por qué» de los pro-
cesos de atribución de significado, pero no aporta explicaciones convincentes
relativas a los mecanismos o procedimientos implicados en la interacción, por
ejemplo, o a la estabilidad de las interpretaciones erróneas. Hemos de tener en
cuenta, por otra parte, que durante todos estos años en los que la Teoría del
Aprendizaje Significativo ha sido un referente obligado, se ha producido un
gran avance y un importante desarrollo de la Psicología Cognitiva, ciencia que
nos ha aportado en este tiempo otros referentes, otras teorías que nos pueden
permitir comprender aún de mejor modo cómo se produce la cognición hu-
mana, complementando la consideración ausubeliana del aprendizaje. Una de
ellas es la Teoría de los Modelos Mentales, de Philip Johnson-Laird, que ocupa-
rá el capítulo siguiente.
6. Bibliografía