Las Palabras y Las Cosas MF
Las Palabras y Las Cosas MF
Las Palabras y Las Cosas MF
Resumen
El problema del conocimiento ha sido desde siempre, tema central en la historia
del hombre, su ciencia y su filosofía. Las formas en que interpretamos al mundo
buscan darle orden, sentido y significancia a las cosas y a los hechos de la vida;
pero la forma en cómo lo hacemos ha sido bastante complicada de exponer y
mucho más de explicar. Las Palabras y Las Cosas de Michel Foucault, nos lleva
en un viaje a través de la historia para hacernos saber, de forma magistral, cómo
se ha tratado hasta nuestros días el problema de la aprehensión de la realidad a
través del conocimiento mediado por el lenguaje. El concepto de semejanza se
convierte en el punto central de su enfoque, aunque nunca hace referencia al lugar
que ya le había dado Aristóteles, junto con los de contigüidad y contraste, como
procesos asociativos. Sin embargo, señala de forma certera el lugar que el
lenguaje tiene como proceso, como sistema, como cosa o producto del lenguaje y
cómo el hombre ha ido construyendo su propio mundo y tal vez su propia
conciencia.
El libro de Foucault [1] nos ofrece una visión sobre el ser humano y el lugar que
ocupa como concepto dentro de la historia. Y sobre esto, para clarificar cómo el
sujeto lo hace, nos deja en claro el papel del lenguaje en la formación de estos
conceptos, en la forma de que la humanidad ha tratado de dar forma y orden al
mundo, creando representaciones cognitivas, a través de las relaciones sociales y
de producción para poderse describir y explicar a sí mismo.
“la historia del orden de las cosas sería la historia de lo mismo de aquello que,
para una cultura, es a la vez disperso y aparente y debe, por ello, distinguirse
mediante señales y recogerse en las identidades”, con esto, lo que el autor
Pero Foucult va más allá y nos lleva a entender la dialéctica en el traspaso del
discurso estético hasta el científico: “en la unidad sólida y cerrada del lenguaje, por
el juego de una designación articulada, hace entrar la semejanza en la relación
proposicional. Es decir, en un sistema de identidades y de diferencias. Al atribuir a
cada cosa representada el nombre que le convenía y que, por encima de todo el
campo de la representación, disponía la red de una lengua bien hecha, era
ciencia-nomenclatura y taxinomia”(pg. 125).
Así, el Capítulo II, nos va llevando a la formación de lo que denomina La Prosa del
Mundo, en el que expone las cuatro figuras principales en las que se articulan las
semejanzas en el conocimiento.
La segunda parte del texto nos induce a apreciar cómo el humano ha ido
evolucionando y cambiando en una vorágine dialéctica marcada por la economía
política de su tiempo. Pero si bien el hombre ha cambiado, las formas, los
mecanismos, las dimensiones de acercarnos al conocimiento de las cosas, de las
personas, de los eventos, incluso de otros organismos, parecen ser siempre las
mismas a través de Las Palabras y las Cosas de Foucault.
El libro de Foucault nos lleva por un viaje en el que descubrimos las formas
lingüísticas, dialécticas, que el sujeto utiliza para representarse al mundo. Cómo
en el mismo discurrir de los acontecimientos cotidianos, las cosas que nos rodean
van dejando su huella, su signatura, para darle un orden al mundo que nos rodea
través de las semejanzas, proceso único y particular de cada quien que nos
permite ordenar nuestro mundo a partir de la propia experiencia y de acuerdo a
algunas señales y acontecimientos sociales, como las fechas o los mismos
nombres de las cosas. Andamos como en la fábula de los ciegos que describían lo
que era un elefante según la parte de este que podían tocar, creyendo que
deberíamos vivir en el mismo sistema de creencias, en el propio sistema.
Colofón
A pesar de que Foucault escribió Las Palabras y Las Cosas hace casi cincuenta
años, no pierde su vigencia al igual que toda su obra. Imprescindible para
cualquier estudiante de las ciencias humanas interesado en ahondar un poco
sobre el papel de las representaciones en la construcción social de la realidad, e
interesante para quien quiera conocer un punto de vista sobre la forma en que
vamos construyendo nuestro mundo; un mundo de apariencias más que de
realidades. Nuestro mundo, el que tratamos de conocer está encerrado en las
palabras que nos sirven para representarlo. Su tamaño, es el de la enciclopedia
más grande que podamos obtener. Así de pequeña es nuestra realidad, que no
nos deja ver la esencia de ser nosotros mismos, sólo la apariencia que nos vamos
haciendo a través de los conceptos que adquirimos de las cosas, a través de las
palabras.