Adorarando A Dios en Medio de Mi Aflicción

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ADORARANDO A DIOS EN MEDIO DE MI AFLICCIÓN.

Job dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo


estaré cuando me vaya. El Señor me dio lo que tenía, y el Señor
me lo ha quitado. ¡Alabado sea el nombre del Señor!». Job 1:21
(NTV)

Existen muchas voces para definir la adoración a Dios, quiero definirla


como la actitud o la intención interna del corazón del hombre para Dios
trayendo implicíta la obediencia, el servicio, la rendición, el amor, y el
reconocimiento de la grandeza y la soberania de Dios

La adoración se vuelve un estilo de vida cuando tenemos la capacidad


de adorar a Dios aún en medio del sufrimiento.

Job, ante la tragedia de su vida, donde prácticamente quedó sin nada,


su reacción fue acudir a la adoración hacia Dios.

¿Haríamos lo mismo si pasáramos por situaciones parecidas?


Aunque Job estaba afligido y se hacía preguntas, nunca perdió la
perspectiva de quién era Dios y se mantuvo fiel, por eso de su boca no
salió sino agradecimiento y adoración que lo fortaleció y lo llenó de paz
en medio del valle de muerte que estaba atravesando.

Es fácil adorar a Dios cuando nuestras situaciones son favorables, pero


si empezamos a sufrir nos cuesta hacerlo, en el fondo le atribuimos la
culpa a Dios de nuestras tribulaciones.

Miremos al Señor en medio de nuestros problemas y Él nos sostendrá.


Dios es justo y todo lo que poseemos es una dádiva suya.

Santiago 1:17  DICE: “Toda buena dádiva y todo don perfecto


desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación”.

En otras palabras, todo lo que es bueno y perfecto es un regalo de parte


de nuestro Padre, Él nunca cambia porque es fiel.

Job pudo levantarse de su triste condición y adorar a Dios.

No se quedó paralizado por la situación y a pesar de su dolor por haber


perdido todo y a sus hijos, se colocó delante del que todo lo sabe, del
que conoce el corazón humano, del que recibió lo que tenía y ahora le
era quitado, reconoció la soberanía de Dios sobre su vida, bendijo el
nombre Jehová y no le atribuyó ningún despropósito a todo lo que le
estaba pasando.

Si quizas hemos experimentado una gran pérdida, una desilusión o


angustia, admitamos nuestros sentimientos, ante nosotros
mismos, ante los demás y dejemos que salga la aflicción, pero jamás
dejemos de confiar en Dios.

A pesar de todo, Job no pecó y permaneció fiel y firme en el Señor. No


abandonó su fe y Dios lo bendijo más que al principio.
Sea cual sea tu situación no abandones tu fe, no te rindas y sigue
adelante.
Aunque te falten las fuerzas, aunque estés débil y las circunstancias no
sean favorables, sigue avaºnzando al propósito divino de Dios, mantente
firme y con la mirada puesta en tu Salvador.

Tu que escuchas este audio hoy, Dios no quiere que te rindas; todo lo
contrario, quiere llevar tu vida a niveles celestiales.

Desea que salgas victorioso, quiere que seas cabeza y no cola.


Recuerda que tienes el Dios el cual es más grande que tus problemas.

Confío en que estarás bien, que Dios hará un gran milagro en tu


vida y será glorificado Su nombre por las maravillas que hará en
ti.

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